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Manual práctico
de traumatología
y ortopedia
en pequeños
animales
Autor: José María Carrillo Poveda,
Mónica Rubio Zaragoza
Presentación: tapa dura
Formato: 20 x 28 cm
Páginas: 432
Ilustraciones: en color
Edición: 2013
ISBN: 978-950-555-410-2
Editorial Inter-Médica S.A.I.C.I. • Junín 917 – Piso 1º “A” • C1113AAC • Ciudad Autónoma de Buenos Aires – República Argentina
Tels.: (54-11) 4961-7249 – 4961-9234 – 4962-3145 • FAX: (54-11) 4961-5572
E-mail: info@inter-medica.com.ar • E-mail: ventas@inter-medica.com.ar • http://www.inter-medica. com.ar
Contenido
Sección I. Aspectos generales Sección V. Casos clínicos de miembro posterior
Estructura del tejido óseo y recuerdo anatómico Caso clínico 1: Fractura ilíaca en un perro
Biomecánica y mecanismo de las fracturas Caso clínico 2: Fractura múltiple de cadera
Consolidación de las fracturas Caso clínico 3: Luxación de cadera
Reducción de fracturas y sistemas de fijación Caso clínico 4: Artroplastia de cabeza femoral
Fracturas y luxaciones vertebrales Caso clínico 5: Fractura de fémur y luxación de cadera en un
Evaluación de la claudicación no traumática perro
Evaluación y manejo perioperatorio de la fractura Caso clínico 6: Fractura antigua trocantérica asociada a fractura
Control del dolor en traumatología femoral en otro miembro
Sección II. Abordajes quirúrgicos de interés en ortopedia y Caso clínico 7: Fractura diafisaria de fémur
traumatología veterinarias Caso clínico 8: Fractura bilateral de fémur
Abordaje de la escápula y el hombro Caso clínico 9: Fractura epifisaria distal (Salter-Harris I) de hú-
Abordaje del brazo y el codo mero y conminuta de fémur en un gatito
Abordaje del antebrazo, el carpo y el metacarpo Caso clínico 10: Fractura diafisaria de fémur
Abordaje de huesos de la pelvis Caso clínico 11: Fractura distal de fémur
Abordaje del fémur y la rodilla Caso clínico 12: Fractura de astrágalo
Abordaje de la pierna, el tarso y el metatarso Caso clínico 13: Subluxación tibiotarsiana
Abordaje de la columna Sección VI. Casos clínicos de mandíbula y columna
Abordaje de la mandíbula Caso clínico 1: Fractura mandibular en un cachorro
Sección III. Nuevas terapias en traumatología y ortopedia Caso clínico 2: Fractura de cuerpo de la mandíbula
La ingeniería tisular en traumatología Caso clínico 3: Manejo de fractura vertebral en animal polifracturado
Sección IV. Casos clínicos de miembro anterior Caso clínico 4: Fractura de mandíbula y cuello de escápula
Caso clínico 1: Fractura diafisaria de húmero en un perro Caso clínico 5: Fractura de axis en un perro
Caso clínico 2: Fractura de húmero en un gato Caso clínico 6: Fractura de cuerpo vertebral de L4 y lámina de L3
Caso clínico 3: Fractura crónica transversa de húmero en un felino Caso clínico 7: Subluxación de L1-L2 en un perro
Caso clínico 4: Fractura oblicua de húmero en un felino Caso clínico 8: Fractura de cuerpo vertebral de L5 en un gato
Caso clínico 5: Fractura de epicóndilo lateral del húmero Sección VII. Complicaciones y resolución
Caso clínico 6: Doble fractura de cúbito y radio en un felino Caso clínico 1: Fractura abierta de mandíbula rostral con descol-
Caso clínico 7: Fractura bilateral de la apofisis estiloides cubital gamiento y retraso de la unión ósea
con subluxación carpiana en un cachorro Caso clínico 2: Osteomielitis y no unión de radio
Caso clínico 8: Fractura diafisaria distal de cúbito y radio en un Caso clínico 3: No unión de húmero con osteomielitis
cachorro de raza toy Caso clínico 4: Desviación valga carpiana como consecuencia de
Caso clínico 9: Luxación del hueso carporradial una mala unión
Caso clínico 10: Fractura de cúbito y radio asociada a fractura de Caso clínico 5: Fractura de fémur bilateral con complicación por
metacarpianos de extremidad contralateral migración de implante
Caso clínico 11: Artrodesis de carpo Caso clínico 6: Fractura múltiple de tibia
Editorial Inter-Médica S.A.I.C.I. • Junín 917 – Piso 1º “A” • C1113AAC • Ciudad Autónoma de Buenos Aires – República Argentina
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Evaluación de la claudicación no traumática 93
Mención aparte merece la aparición de técnicas encaminadas a la modificación mecánica de las fuerzas de carga
en la articulación femorotibial. Entre ellas, la osteotomía de nivelación de la meseta tibial (TPLO, tibial plateau leve-
ling osteotomy),22 el avance de la tuberosidad tibial (TTA, tibial tuberosity advancement)23 y la osteotomía tibial triple
(TTO, triple tibial osteotomy)24 son las más notables.
Junto con la descripción de estas técnicas, se impulsó una nueva tendencia en el tratamiento de la reparación del liga-
mento cruzado anterior. Demostrada su eficacia, su popularidad se asentó en la buena evolución en el largo plazo, ya que
se creía que tenían un efecto menor sobre la degeneración del cartílago y amortiguaban el desarrollo de la artrosis.
Esto contribuyó con una moda quirúrgica en el tratamiento de la rotura del LCA en el perro, por lo que las técnicas
más clásicas se empezaron a catalogar como inferiores. Actualmente, parece que no todo lo que se creía en cuanto a
los resultados de las técnicas de osteotomía era cierto, y que los resultados funcionales en el corto y largo plazo son
discutibles. Esto ha hecho que las antiguas técnicas extracapsulares hayan vuelto a tener una aplicación, avaladas por
nuevos trabajos que demuestran su buen resultado.25
La controversia por lo tanto está abierta, ya que no se ha demostrado una supremacía clara de ninguna de las técnicas
sobre las otras. No obstante, el LCA es una patología que merece más tiempo de estudio antes de lograr un consenso en
cuanto a su tratamiento y pronóstico.
Las técnicas utilizadas son innumerables y, por ello, remitimos al lector a textos más especializados para su docu-
mentación.
Enfermedad articular
El diagnóstico y el tratamiento de los procesos articulares son aspectos muy importantes en la práctica ortopédica veteri-
naria. Muchas enfermedades articulares se manejan más en forma médica que quirúrgica (tabla 6-1).5, 6 Los pacientes con
enfermedad articular, por lo común, llegan a la consulta con antecedentes de claudicación o anormalidades ambulatorias.
Cuando el dolor articular es intenso el animal puede negarse a caminar, gime cuando se lo moviliza o explora, y se dificulta
la diferenciación de la enfermedad articular de otras condiciones musculoesqueléticas y neurológicas causantes de dolor.
Los signos clínicos pueden incluir fiebre cíclica, rigidez, dolor de cuello y renuencia a la actividad. Muchos animales
afectados se presentan con antecedentes indefinidos de apetito reducido, debilidad o fiebre sin claudicación aparente. La
palpación minuciosa de los músculos, los huesos y las articulaciones de cada miembro es importante.26
La radiografía es una herramienta importante de diagnóstico, pero a su vez limitada. Muchos de los cambios óseos
asociados con enfermedades articulares degenerativas y erosivas inmunes no se reconocen durante semanas o meses
• Leishmania no erosivas
• Sinovitis plasmacítica-linfocítica
después del comienzo de la patología. Si bien, los hallazgos positivos contribuyen con el diagnóstico, los negativos
deberían interpretarse con cautela.27
Otro método diagnóstico muy útil es la recolección y el análisis de líquido sinovial. Es de máximo valor para confirmar
la presencia de enfermedad dentro de una articulación y diferenciar entre procesos inflamatorios y no inflamatorios. La
recolección y el análisis del líquido sinovial también pueden rendir información referida a un diagnóstico específico.27
Las espiroquetosis transmitidas por garrapatas son un grupo de enfermedades que afectan a seres humanos y animales
en todo el mundo. Pueden dividirse en la enfermedad de Lyme, cuyos agentes causales son las garrapatas Ixodes spp, y
la fiebre recurrente, que es provocada por garrapatas blandas.
Ellas producen una artritis que comienza primero en la articulación más cercana a la picadura de la garrapata. Se ha
demostrado que la liberación de citocinas proinflamatorias, especialmente interleucina 8 (IL-8), desempeña un papel im-
portante en la patogénesis de la artritis aguda. Los cambios histopatológicos de las articulaciones son progresivos. La po-
liartritis crónica no erosiva es la afección principal tras una infección prolongada y puede persistir a pesar del tratamiento
antibiótico.28 Las principales alteraciones clínicas son claudicación, fiebre, linfadenopatía y anorexia.27
Brucelosis
La brucelosis canina es causada por Brucella canis. Además de los típicos signos reproductivos, la enfermedad incluye
claudicación provocada por localización de Brucella en los discos intervertebrales y la consecuente discoespondilitis, que
cursa con dolor vertebral, paresia posterior y ataxia, si se desarrolla compresión medular (fig. 6-22).28
A B
c
Evaluación de la claudicación no traumática 95
d E
Figura 6-22 (cont.). D y E, Reconstrucción en 3D con eliminación de cortical proximal para ver la lesión en el hueso en corte axial (D) y
corte longitudinal (E). (Cortesía de la Dra. Paula Cava, Technology Animal Center.)
Ehrlichiosis/rickettsiosis
La poliartritis puede ser causada por rickettsias (por ej., Rickettsia rickettsii o Ehrlichia sp). Este tipo de bacte-
rias intracelulares obligadas producen claudicación y disfunciones neurológicas que afectan uno o más miem-
bros, rigidez muscular, marcha afectada, renuencia a levantarse, lomo arqueado e hinchazón y dolor articulares.
A menudo, se notifican poliartritis o meningoencefalitis caracterizada por una respuesta inflamatoria predomi-
nantemente neutrófila y, en general, acompañada de fiebre. Pueden encontrarse mórulas en el líquido sinovial o
el LCR.
Los perros afectados tienden a mostrar una variedad de manifestaciones clínicas, que abarcan fiebre, petequias,
linfadenopatía, signos neurológicos, edema facial o de los miembros y neumonitis. Las anormalidades hematoló-
gicas, incluida la trombocitopenia, son habituales. El diagnóstico se establece sobre la base de los resultados de la
serología.
Las enfermedades articulares inmunomediadas del perro son de naturaleza inflamatoria, y no séptica. Se han reconocido
dos tipos clínicos: el erosivo, que por lo general se evidencia con pérdida de las superficies articulares y destrucción del
cartílago articular, y el no erosivo, en el que el cartílago articular no suele estar muy afectado.30 Los complejos inmunes
integran la patogénesis de ambos tipos de artritis inmune en el perro. En el tipo erosivo, los complejos se denominan con
frecuencia factores reumatoideos. Estas unidades inmunes se componen de IgG alterada del huésped que sirve como
antígeno, IgM del huésped que se produce como respuesta a la IgG antigénica, y complemento.
Entre las artritis articulares inmunomediadas más frecuentes se destacan:
Los componentes autoinmunes son factores importantes en el inicio, el desarrollo y la perpetuación del proceso
patológico erosivo. Las reacciones inflamatorias que acompañan la fagocitosis de los complejos inmunes son responsa-
bles de la liberación de sustancias que producen la destrucción del cartílago articular y la perpetuación de la enfermedad
articular. Estos inmunocomplejos se forman entre la IgG del huésped alterada de forma estructural y el anticuerpo IgM
que se produce en repuesta a la IgG alterada. El tratamiento suele encaminarse a modular el tipo de respuesta inmune,
variando según la causa.
164 Manual práctico de traumatología y ortopedia en pequeños animales
M. trapecio
Espina de la
escápula
Espina de Tejido
la escápula subcutáneo
Grasa y tejido
subcutáneo
Espina de la
escápula
M. trapecio
!"#$%&'()*+# M. trapecio
Espina de M. deltoides
la escápula
6.'*-(#1&#
(.)7'41&# M. omotransverso
!"#+,+$%&-./(%.+#
M. deltoides
(porción escapular)
!"#0(1$+*2(.##
3'+%)*+-#(.)&'41&%5#
M. trapecio
M. trapecio
Espina de
la escápula
M. supraespinoso M. supraespinoso
M. deltoides
M. infraespinoso Fosa
M. infraespinoso supraespinosa
Fosa infraespinosa
Espina de la escápula
Figura 9-7. Figura 9-8.
Abordaje caudolateral de la articulación del hombro 165
Fosa supraespinosa
N. accesorio
M. trapecio
Fosa
infraespinosa
Espina de la
escápula
M. supraespinoso N. supraescapular
Figura 9-9. Figura 9-10.
De esta manera, se pueden retraer hacia craneal los músculos trapecio y omotransverso, y hacia caudal el músculo
deltoides en su porción escapular.
En profundidad, se visualizan los músculos supraespinoso (craneal) e infraespinoso (caudal), que son elevados de
su inserción en el cuerpo de la escápula para poder ser retraídos (figs. 9-7 y 9-8). Se debe tener cuidado en la elevación
o transección proximal del músculo trapecio, ya que puede dañarse la zona de paso del nervio accesorio (fig. 9-9). En
la parte más distal del abordaje, junto al acromion, se debe identificar y aislar el nervio supraescapular con el fin de no
dañarlo en la disección (fig. 9-10).
ABORDAJE CAUDOLATERAL DE
LA ARTICULACIÓN DEL HOMBRO
A B
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
La fractura se reparó empleando un sistema de fijación externa de tipo I unido a un clavo intramedular. En primer lugar,
se redujo la fractura mediante la colocación de un clavo de 1,5 mm de diámetro en forma retrógrada. En el fragmento
distal, se colocó un cerclaje de lazo debido a la existencia de una fisura en el hueso. La fijación de tipo I se realizó con
tres clavos en el fragmento proximal y dos en el distal de 1,5 mm de diámetro, sujetos con rótulas mini SK® a una barra
lateral de 3,2 mm (fig. 18-7). Puede apreciarse el resultado estético externo en las imágenes posquirúrgicas (fig. 18-8).
A B