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A-niñados

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Revista de Psicoanálisis
Publicación de la Asociación
Psicoanalítica de Córdoba
Sociedad componente de la
Federación Psicoanalítica de América
Latina y de la Asociación
Psicoanalítica Internacional
Comité editor Año 10, Número 8 Tapa:
Primavera 2012 Celeste Martínez,
Eduardo Kopelman “Maladie” (detalle).
Director Redacción y administración APC: 2 x 0,80 m. Año 2006.
Romagosa 685, B° Colinas de Velez Sarsfield,
Mónica Santolalla Córdoba (5000), República Argentina
Ilustraciones:
Natalia Barrionuevo Telefax: (++54) (351) 4697186
Marcela Armeñanzas E- mail: apc@apcweb.com.ar En página 1
Claudia Lara e interiores del dossier:
Correspondencia a: Dibujos de
Asesor editorial: apc@apcweb.com.ar Lucas Di Pascuale.
Mariano Horenstein
Las opiniones de los autores de los artículos
Corresponsalía: son de su exclusiva responsabilidad y no En carátulas de las secciones:
Federico Ossola Piazza (París) reflejan necesariamente las de los editores Obras de
Eduardo Puch (Ginebra) de la publicación. Se autoriza la reproducción Nilda Mediavilla.
citando la fuente.
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Emilio Roca (APC)
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Daniel Rodríguez (APdeBA)
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directora del instituto de formación Elizabeth Tabak de Bianchedi (APdeBA)
Enrique Torres (APA)
Lic. Mariano Horenstein
secretario del instituto de formación José Luis Valls (APA)
Marcelo Viñar (APU)
Felipe Votadoro (APF)
Jorge Winocur (APA)

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Índice

Editorial 7

F(r)icciones 13
Traumas infantiles y su influencia en la edad adulta, por David Rosenfeld 15
“Poner palabras a los dolores nos permite hacer con ellos
otra cosa que sufrir”. Entrevista a María Teresa Andruetto 27
“Ensayo sobre el Sujeto y el Otro”. El estadio del espejo
como instancia constitutiva, por Silvia Tomás 32
Los procesos imaginativos en el psicoanálisis
con niños y adolescentes, por Analía Wald 36
El pasado de lo actual, por Dr. Raúl E. Levín 40
La influencia de la sexualidad del adulto en la constitución psíquica
del niño y sus avatares, por Lic. María Cristina Hernando 47
De la agresividad ¿a la violencia? Clínica con niños,
por Dr. Saúl Ernesto Israilevich 55
Entre ficciones, una narrativa, por Dra. Victoria Cané 63
Construyendo subjetividad, por Julieta Paglini 69

Palabras cruzadas 77
Bion, epistemólogo, por Pierre-Henri Castel 79
Bion-Lacan: entablar un diálogo, por Carlos Barredo 80
Bion, epistemólogo, por Elizabeth Tabak de Bianchedi 89

Dossier: Violencia y Psicoanálisis 121


Televisión, socialización, subjetivación.
El rol del “tercer padre”, por Dany-Robert Dufour 123
Trabajo, privación, delito y experiencia urbana
en las periferias de Buenos Aires, por Gabriel Kessler 141
Siete suspiros para Rafal, por Federico Racca 155
Elogio de la violencia, por Dr. Carlos Lynch 170
Narrar la violencia, por Paola Isabel Roa y Silvia Castrillon 175
Jóvenes, cultura y violencias, por Francisco Ferrándiz y Carles Feixa 184

5
Violencias psicoanalíticas 203
La transmisión, entre el aula y el diván, por Dr. Carlos Maffi 205
Las caras de la violencia en la clínica psicoanalítica,
por Dr. Moty Benyakar 222

Contextos 235
Reapropiaciones (niñez y políticas de Estado en Argentina),
por Ricardo Rodulfo 237
Las declinaciones del padre, por Silvia Ons 247
Violencia – Sociedad – Estado. Violencia ciudadana – Teoría y Praxis.
Entre el semejante y el otro anónimo y ajeno. La Personalización
de los vínculos como factor humanizante, por Marcelo N. Viñar 253

Con memoria y con deseo 259


Vida o muerte de la sexualidad genital infantil, por Claudia Lara 261
La vida sexual de los niños, por Bronislaw Malinowski 262
Del mito y la prohibición del incesto,
por Noemí Chena y Silvia Tulián 265

Leyendo 271
Beatriz Gallo, Leonardo Peskin, Marcelo Viñar y Eduardo Kopelman
comentan sus lecturas más recientes

Reglamento de publicaciones 275

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Editorial

PUBLICAR UN NÚMERO SOBRE PSICOANÁLISIS DE/CON NIÑOS era un deseo pendiente


para quienes hacemos Docta desde que en 2009 el tema fuera Adolescencias,
con S final, resaltando la existencia de innumerables modos de ser adolescen-
te. Idéntico criterio queremos aplicar en relación al psicoanálisis de niños, res-
catando su singularidad; si bien configurada, otras tantas veces avasallada, por
múltiples atravesamientos sociales, culturales, ideológicos, económicos, fami-
liares, educacionales, etc.
Solemos referirnos a la revolución que Freud generó en 1905 con su texto
fundamental, Tres ensayos de teoría sexual, a la reacción que la sociedad médi-
ca tuvo para con lo que consideró una aberración, y al puntapié inicial que sig-
nificó para los posteriores trabajos de Hermine von Hug-Hellmutt, de su hija
Anna, de Melanie Klein y toda la saga de analistas de niños que enriquecieron
esta vertiente del psicoanálisis. Pero se suele reparar menos en que la sacrali-
zación de los textos freudianos, o la de sus seguidores o continuadores, obsta-
culiza la apropiación de la esencia revolucionaria del descubrimiento, aquella
que como norma, cuestiona los saberes establecidos impidiendo su instalación
como verdades absolutas. Sabemos que todo sistema, a menos que pueda ins-
titucionalizar el impulso permanente al cambio, corre el riesgo de traicionar
sus premisas básicas, convirtiéndose en un sistema monolítico y repetitivo.
Pensamos que, retomando la tradición freudiana de abrevar en otras discipli-
nas, se hace posible revitalizar en forma permanente nuestra práctica.
Los tiempos van cambiando. La sexualidad en general, y la infantil en par-
ticular, no son ya objeto de la mirada victoriana de principios del siglo XX.

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Editorial

Hoy los niños parecieran estar más cerca de las apetencias de los mercados,
que entre otros, han reparado en la infancia como un segmento muy apeteci-
ble, que de las apetencias familiares. Así, han sido transformados en consu-
midores voraces de objetos de tecnología, marcas, psicofármacos, legales o no,
muchos de ellos igualmente dañinos, hasta llegar a la escalofriante situación
que relata Dufour, de niños bautizados con nombres de marcas comerciales,
como podrá ver el lector que se aventure por nuestras páginas.
Así, al cambio que referimos en cuanto a la incidencia de la moral finise-
cular con la que se tuvo que enfrentar Freud, se opone una continuidad en
cuanto a la sobredeterminación que la cultura dominante impone a nuestros
“in-fans”.
La obra de la portada de este número, una foto de la artista plástica Celeste
Martínez, de su serie Maladie, convoca una primer mirada tierna e inocente de
idénticas niñas ataviadas con idénticos vestidos blancos con flores, ternura que
es rápidamente reemplazada por un sentimiento angustioso cuando caemos en
la cuenta que dichas flores son imágenes de estudios dermatoscópicos de enfer-
medades de la piel, en niñas que aparecen clonadas, como si la apariencia inten-
tara construir una nueva subjetividad desubjetivizada. La obra de Celeste
Martinez, que intenta señalar a través del arte la mercantilización de la enfer-
medad, convoca una multiplicidad de miradas (no podría ser de otro modo), que
convergen sobre el lugar otorgado a la niñez en la cultura post-moderna.
Así, la replicación de la imágenes remite a una niñez que pretende ser
estandarizada, generando “clones”, que encajen más o menos a medida en los
moldes previstos, so pena de ser medicalizados, psicopatologizados, o lisa y
llanamente, considerados discapacitados. Seguramente, la historia, el arte y la
ciencia, habrían perdido a muchos de sus más lucidas mentes con este crite-
rio, y no recordaríamos a Newton ni a Einstein como lo hacemos hoy si las
artes del diagnóstico seriado hubiesen dado cuenta de sus “trastornos” tal
como lo vienen haciendo con infinidad de niños, arrasando su singularidad en
pos de una “normalización” alienante.
Es pensando en esos atravesamientos de la infancia que surge el nombre
de A-NIÑADOS para este número de Docta, que pivotea entre la privación de
lo niño, cuyos tiempos singulares de crecimiento no son respetados en aras de
“parecer un niño”; y la infantilización de adultos dificultados en sostener la
conflictiva confrontación entre las generaciones. La posmodernidad se basa,
según Dufour, en la negación de la diferencia generacional.
Así, invitamos a nuestros autores escribir para F(r)icciones trabajos que
den cuenta de ese particular lugar que la infancia tiene en nuestros días.
Cristina Hernando, recordando a Ferenczi, escribe sobre la influencia de los
adultos en la sexualidad infantil, en una línea similar a la de David Rosenfeld,
cuyo trabajo sobre los traumas infantiles y su importancia en la vida adulta,
incluye entre otros el caso de un paciente víctima de la represión ilegal en

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Editorial

Chile, que fuera presentado en una conferencia en nuestra asociación. Victoria


Cané, a partir de un texto literario y Julieta Paglini desde el concepto de alte-
ridad, abordan el tema desde distintas perspectivas teóricas. Silvia Tomás en
su ensayo sobre El sujeto y el otro, retoma el estadio del espejo como consti-
tutivo de la subjetividad en el vínculo madre-hijo. Raul Levín aporta un tra-
bajo en el que plantea una homologación del telescopio que recoge imágenes
de estrellas ya extinguidas, con el método psicoanalítico, que permite rescatar
y reconstruir traumas ocurridos en el período de la represión primaria. Saúl
Israelevich hace jugar la cercanía y la oposición entre agresividad y violencia,
tan frecuentemente confundidos. Analía Wald nos presenta un excelente tra-
bajo en el que muestra cómo niños con dificultades en el aprendizaje tienen
serias perturbaciones en los procesos simbólicos y lo ilustra con un caso clí-
nico. La sección F(r)icciones, que se caracteriza por contener trabajos doctri-
narios de psicoanalistas, incluye esta vez una entrevista a una escritora, con
una fértil producción destinada a los niños, y ganadora, además, del premio
Andersen, equivalente al premio Nobel en literatura infantil. María Teresa
Andruetto, cordobesa, maestra de muchos jóvenes y talentosos escritores,
refrenda la importancia vital de la literatura para el crecimiento mental de los
niños y para la construcción de su subjetividad. Quisimos, en el acto de publi-
car a una escritora entre psicoanalistas, reafirmar nuestra convicción de que
la narrativa es inseparable del psicoanálisis, sobre todo en los niños.
La asociación entre infancia y violencia ha cobrado una entidad singular en
los últimos tiempos. Hay una violencia en relación al maltrato de los niños, al
abuso del que nos enteramos ahora con más frecuencia que en tiempos pasa-
dos, a la explotación sexual o las mutilaciones sufridas en las llamadas guerras
étnicas, en las secuelas irreparables del hambre y la desnutrición, en las epide-
mias de SIDA sin medicación específica en los países africanos y podríamos
seguir la lista. Pero también hay una violencia soterrada, cuya condición silen-
ciosa la hace más peligrosa aun. Es la violencia que reduce cabezas, al decir de
Doufur. Y es una suerte de jibarización? que incide en la construcción de sub-
jetividad, destituyendo tanto al hombre crítico como al hombre neurótico que
signaron la modernidad, ubicándolo más cerca al pasaje al acto, a la psicosis, o
en todo caso, a las perversiones como último recurso de defensa.
La violencia es el tema del dossier de este número. El recorrido de sus
páginas acercará al lector a textos escritos desde varias disciplinas. Desde la
literatura, de la mano de Federico Racca, en un relato de siete suspiros que da
cuenta del origen del término genocidio y de su creador, R. Lemkin. Desde el
derecho, el agudo trabajo de un jurista que prefirió la ironía de un seudónimo
tal como Carlos Lynch. Gabriel Kessler, sociólogo e investigador del Conicet,
aporta un lúcido estudio sobre las relaciones tan polémicas entre trabajo, pri-
vación y delito en contextos urbanos. Desde la antropología, Carles Feixa y
Francisco Ferrandiz, catalanes, planteando la violencia no como acto sino

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Editorial

como continuo, estudian las violencias de las culturas tanto como las cultu-
ras de la violencia. Silvia Castrillón y Paola Roa se preguntan, desde
Colombia, si en un país atravesado por la violencia, y donde millares de jóve-
nes se forman en una cultura de guerra, tiene sentido crear un lugar para la
palabra, para la literatura y para la narración de la vida. Dany-Robert Dufour,
filósofo francés, autor de, entre otros, El arte de reducir cabezas, libro funda-
mental, un lúcido estudio sobre la incidencia de la caída de la modernidad en
la constitución de la subjetividad. En su trabajo “Televisión, socialización,
subjetivación. El rol del tercer padre” aborda, para nuestra revista, un tema
que desde hace mucho tiempo preocupa: las consecuencias de la prolongada
exposición a la televisión en la mente de un niño.
Y como el tema de la violencia deja mucha tela para cortar desde la pers-
pectiva psicoanalítica, hemos agregado al dossier un apartado, al que llamamos
“Violencias psicoanalíticas”, donde Carlos Maffi y Moty Benyakar muestran
sus miradas no solo sobre la violencia en lo social, sino dentro de las institu-
ciones psicoanalíticas, en el proceso de transmisión del psicoanálisis el prime-
ro, y el segundo con la aparición de la violencia en la clínica psicoanalítica.
En Contextos, sección destinada a generar un espacio en el cual los analis-
tas escriban sus reflexiones en torno al mundo actual, Silvia Ons retoma la
analogía lacaniana en torno al kherem (o Jerem) de Spinoza con la expulsión
de Lacan de la IPA, vinculándola a la declinación del Nombre del Padre y sus
efectos. En la misma sección, Marcelo Viñar vuelve a visitarnos con la profun-
didad y frescura a las que nos tiene habituados. El titulo de su texto es ya una
invitación a la lectura: “Entre el sujeto y el otro anónimo y ajeno” y cala hondo
en la problemática de la violencia más silenciosa, desde la perspectiva de un
analista comprometido con su cultura. Reapropiaciones se titula el texto que
nos aportara Ricardo Rodulfo, quien partiendo de J. Derrida confluye en el uso
del término para designar una de las más perversas políticas sistematizadas de
la represión de estado en la última dictadura militar, la de apropiación de niños
de madres asesinadas. Recoge en el artículo su propia experiencia infantil en la
década del 45 al 55, y la reactualiza en sus interpretaciones en lo que hace a la
política actual. Valoramos, sin necesariamente acordar con él, el gesto psicoa-
nalítico de articular teoría y contexto social. Esperamos que su lectura dispare
tanta polémica entre nuestros lectores como en el seno del comité editorial.
Palabras cruzadas adquiere una dimensión (literal y metafórica) relevante.
Pierre-Henry Castel nos autoriza a publicar un capítulo de su autoría, inédito
en español, que es el post-facio de un libro póstumo de Bion, publicado por su
viuda, Francesca. Se trata de la mirada de un autor lacaniano sobre la obra de
Bion, cuya riqueza reside tanto en la calidad del texto como en el entrecruce de
perspectivas teóricas, ambición perseguida por Docta desde su origen, como
por la formación psicoanalítica que imparte la Asociación Psicoanalítica de
Córdoba. Y este entrecruzamiento se complementa con comentarios de dos

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Editorial

analistas, Carlos Barredo, inscripto en la tradición lacaniana, y Elizabeth Tabak


de Bianchedi, quien es una de los referentes en la obra de Bion en el mundo.
El mismo Bion, quie postuló que el analista debe trabajar sin memoria, sin
deseo y sin comprensión, inspira en Docta la sección Con memoria y con
deseo. Es nuestro deseo recordar y retomar a un autor, que aunque extranjero
al psicoanálisis, desde la antropología incursiona en temas afines a nuestra dis-
ciplina desde su experiencia de campo, y se acerca a los conceptos freudianos
para entender las características de una vida sexual infantil no interferida por
los adultos. Presentamos fragmentos de una de las obras de Malinowski: La
vida sexual de los salvajes, texto comentado por Claudia Lara, Noemí Chena y
Silvia Tulián.
Por último, Beatriz Gallo, Leonardo Peskin, Marcelo Viñar y Eduardo
Kopelman, invitan a nuestros lectores a visitar anaqueles, a través de sus tex-
tos comentados y recomendados.
Hemos tratado de rescatar nuestra tradición editorial, recreándola a través
del abordaje de temas tan polémicos como son el psicoanálisis de/con niños y la
violencia, e incluyéndonos en el hacer, como corresponde a nuestra condición de
analistas/editores. El producto está en sus manos.
Eduardo Kopelman

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F(r)icciones
Traumas infantiles y su influencia
en la edad adulta*
Childhood Trauma and its Influence in Adulthood

David Rosenfeld**

Introducción rrolla cómo los mecanismos anales infantiles reapa-


Primero haré una introducción de qué es lo que recen en la edad adulta como defensas obsesivas.
quiero mostrar y por qué escribo este trabajo. Lo El otro es “El esclarecimiento sexual del niño”
hago para insistir y demostrar con algunos casos (Freud, 1907). Este trabajo fue una de las guías para
clínicos detallados que los abandonos infantiles, el análisis de niños que realizaron y tanto influencia-
los traumas infantiles, las muertes en la infancia ron en el tema a Anna Freud y Melanie Klein. Por
de los miembros de la familia de un niño o las supuesto, también las relaciones infantiles con la
ausencias transitorias, pueden impactar y provocar madre descritas por Freud en la temprana edad que
en la mente de un bebé y de un niño marcas que incluyen sensaciones oceánicas de comunicación y
perduran en la edad adulta. Quiero demostrar que fusión total (Freud, 1930) y el Complejo de Edipo,
siempre es posible detectar en los pacientes adul- desarrollados especialmente en la relación del niño
tos, adolescentes o jóvenes adultos las marcas de con la madre (Freud, 1924) (Rosenfeld, D., 1996)
los primeros momentos de la vida. Esto es lo que Melanie Klein desarrolla las relaciones más pri-
voy a mostrar a través de mi experiencia clínica y mitivas y más infantiles de la relación del bebé con
los materiales que compartiré a continuación. la madre, que muchas veces lo escribe en código
cuando habla del pecho. Cada vez que Melanie
Introducción teórica Klein habla del pecho está hablando de la madre, a
La relación de los primeros años de vida del veces como objeto total y a veces como objeto par-
bebé, Freud la desarrolla en las relaciones primitivas cial. Es importante señalar que hay que saber enten-
con las etapas orales y anales. El trabajo que consi- der que cuando ella desarrolla y explica un material
dero más interesante para ver cómo la patología clínico lo teoriza a nivel de un código: de un pecho
infantil se continúa en la edad adulta es su trabajo que ataca, de un pezón que ataca. Son códigos para
sobre las neurosis obsesivas y retención anal, una explicar lo que ella piensa pero no es eso lo que hay
de las muchas genialidades de Freud, donde desa- que interpretar a un paciente (Klein, 1955 y 1975).

* Conferencia dictada en APC el 17 de septiembre de 2012.


** Psicoanalista (APdeBA).

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David Rosenfeld F(r)icciones

En su trabajo “Duelo y su relación con los meca- antes de los primeros dos años de vida. Su línea ha
nismos maníaco-depresivos” (Klein, 2004), en mi marcado la investigación de las patologías infanti-
opinión el mejor de sus trabajos, muestra cómo los les. Lo mismo que Margaret Mahler (1968) que ini-
primeros y primitivos mecanismos de defensa se ció una teoría que marcó toda la teoría psicoanalí-
vuelven a utilizar en situaciones traumáticas, como tica norteamericana en la investigación de los pri-
lo es un duelo. Y muestra que esos mecanismos son meros momentos de vida del bebé con la madre, en
disociación, aumento de la poderosa identificación relación a la simbiosis útil para crecer. Cuando ella
proyectiva, objetos parciales, elementos de la etapa habla de simbiosis habla de una relación útil de
esquizo-paranoide y la persecución aumentada, contención mutua en el mundo propio, que ella
aumento de la negación denial. Señala cómo los pri- llama “mundo autista”. Pero Margaret Mahler
meros años de vida con sus mecanismos de defensa aclara que cuando ella pone “autismo” es simple-
reaparecen en los duelos. mente una descripción desde el exterior que alude
También describe el complejo edípico en las pri- a que están en un mundo propio, de ningún modo
meras etapas del niño, que es el Edipo precoz, que implica la psicosis de autismo como enfermedad.
está ligado a las ansiedades primitivas (Klein, 1945). Winnicott (1962) desarrolla con un sentido
Anna Freud desarrolla los mecanismos de defen- común los temas más importantes del crecimiento
sa del Yo. Es una importante pensadora teórica y bri- y de la mente de un bebé y la relación madre-bebé.
llante clínica (1984 y Collected Papers 1945-1970). Además, lo vuelve a desarrollar, una reedición de
De esta escuela, uno de los más destacados inte- 1992, “De la Pediatría al Psicoanálisis”, que es todo
grantes y maestra, fue Esther Bick. El trabajo que lo que como pediatra puede hablar acerca del psico-
fue fundamental para el desarrollo de las teorías en análisis de niños, la formación de la identidad del
relaciones infantiles y la relación con la madre y la niño, la importancia del juego, las identificaciones,
envoltura psicológica de la madre, que ella llama la relación de la contención que él llama “holding”,
“piel psicológica”, está en un trabajo que marcó que es lo mismo que otros llaman contención. Y
mucho la escuela inglesa (Bick, 1968). Este trabajo que para Margaret Mahler es simbiosis útil para
influyó en los trabajos posteriores de Donald crecer.
Meltzer (1978) y de Didier Anzieu (1974).
Esther Bick ha creado el sistema observacional y Clínica (Los murciélagos)
clínico para observar la relación madre-bebé, un En el Hospital de Niños de Milwakee, Chicago,
método que está marcando la formación de los nue- conocí a un joven de alrededor de 20 años de edad,
vos psicoanalistas en la observación de dicha rela- que alucinaba que desde sus mejillas salían volan-
ción, ya que ésta es la clave del futuro de la investi- do murciélagos. Además se encontraba paralizado
gación en Psicoanálisis, entre otros puntos, hacer en los miembros inferiores y decía tener cáncer.
que todos los psicoanalistas tengan la oportunidad En la entrevista, me acompañaba el equipo de
de seguir el método Bick para la observación madre- neurocirugía y de psicopatología. Al preguntarle
bebé durante los primeros doce meses de vida. Es por su familia, el paciente me cuenta que tiene una
posible hacer diagnósticos en la relación madre- niñita de un año. Además me dice que su madre
bebé y prevenir patologías graves que se desarrollan murió año después de su nacimiento.
luego: psicosis infantiles, autismo infantil y todas Cuando le pregunto por qué está en el hospital,
las variedades de patologías autistas. me contesta que debe ser por los murciélagos que
El otro es Spitz (1965), que ha mostrado en sus le salen volando de la mejilla hacia el cielo y el cán-
fotografías las caras de los niños abandonados cer que le paraliza los pies.

16
F(r)icciones David Rosenfeld

Le pregunto de qué murió la mamá y me con- Sugerí al equipo médico cambiar el enfoque del
testa que de un lupus. Le pregunto si sabe de qué tratamiento, había que trabajar su transformación
se trata esa enfermedad y qué provoca en la cara y en la mamá. Él se convirtió en su madre: ésta fue
las mejillas de los enfermos. Me dice que sí, que mi indicación.
provoca marcas en la cara y en el cuerpo, que hace Meses después supe que el paciente logró desi-
lesiones. dentificarse, él se había transformado en la madre
Un colega le pregunta cómo sobrelleva en ese con lupus, con lesiones neurológicas y parálisis
momento la ausencia de la madre y cuenta que es provocadas por el lupus, con lo cual se demostró
muy religioso. Le preguntan si sabe dónde puede que el paciente no padecía cáncer.
estar la madre muerta y contesta que en el cielo.
Insisto en preguntarle si sabe cómo son las Labios sangrantes e imagen corporal
manchas del lupus, porque es una enfermedad que Se trata de una joven paciente de 26 años que
produce unas manchas muy especiales. Casi al uní- cada vez que vivía separaciones, por ejemplo si la
sono, los dos decimos: Tienen forma de murciélago. terapeuta se iba de vacaciones, hacía un cuadro psi-
Le digo: ¿No será que ahora que su hijita cum- cosomático donde sangraba y se le salía la piel de
ple un año –justo la edad que usted tenía cuando los labios, la mucosa y el paladar.
murió su mamá– es que está recuperando a su La madre había muerto cuando la paciente tenía
madre, imaginando que tiene murciélagos en la menos de dos años.
mejilla, que se van al cielo? La hipótesis teórica para entender a esta pacien-
Creo que usted se transformó en su mamá, es te era mi teoría del esquema corporal primitivo psi-
su manera de recuperarla. Imagina que los murcié- cótico, done la imagen fantaseada del cuerpo es
lagos, o sea la mejilla de mamá en contacto con la una débil piel que la envuelve y todo el interior lo
piel de un bebito, van al cielo. Es lo que usted imagina líquido. Para explicar el modelo habría que
intenta recuperar de la relación con su mamá. imaginar su esquema corporal como una gran
Usted los tiene mentalmente y su mamá los pared arterial que envuelve su cuerpo, lleno de san-
tenía marcados en la cara. En el contacto piel a piel, gre o líquidos.
mejilla con mejilla con usted, sale volando y se va al La primera etapa fue tratar de correlacionar la
cielo. Porque usted dijo que los muertos van al cielo. transferencia con la aparición de sangrados y lesio-
Los murciélagos que salen volando de su meji- nes sangrantes en la boca, paladar y labios. De a
lla son la mamá que va perdiendo, que sale de su poco, fuimos descubriendo que expresaba los aban-
mejilla para ir al cielo. Pero lo hace a través de un donos del analista en un lenguaje corporal. Es decir,
delirio, a través de la marca que produce el lupus en no podía expresar afectos en palabras y tampoco en
la cara, que es parecido a un murciélago. sueños, ya que no hay símbolos en enfermedades
La mejilla de un bebé que contacta la piel de psicosomáticas.
una mamá es el contacto más primitivo piel a piel En este caso, hizo un cuadro psicosomático y
con ella. Por eso intenta recuperar piel a piel, meji- no un delirio somático como el paciente de los
lla a mejilla, el contacto de usted bebito con su murciélagos. La paciente muestra un cuadro donde
mamá. Al mismo tiempo es su forma de llorar su el cuerpo es el que aparece perdiendo piel y sangre.
pérdida con los murciélagos que van al cielo. En el delirio somático el paciente puede imaginar
La parálisis inferior, en lugar de un delirio, se los murciélagos que salen de su mejilla, en el cua-
había transformado en un cuadro psicosomático de dro psicosomático es el cuerpo que habla, como en
parálisis y anestesia de miembros inferiores. este caso.

17
David Rosenfeld F(r)icciones

Como escribió Winnicott (1962), al no estar Recién luego de poder simbolizar en sueños las
diferenciado el bebé y la unión corporal con la fantasías primitivas de su imagen corporal y sepa-
madre y en una evolución adecuada, cada separa- raciones vividas como catastróficas es que la
ción del pezón de la madre con la boca es vivido paciente mejora su cuadro psicosomático.
como si la madre, al alejarse, se llevara los pedazos Me parece importante señalar que a veces
de boca, de labios, de mucosa. hacen falta 5 años para que un paciente pueda traer
Esta paciente lo repetía en la transferencia cada un sueño.
vez que la terapeuta se iba. Repetía la catastrófica y Como dice Shakespeare: “if God doth give suc-
traumática separación donde la madre-terapeuta se cessful end to this debate that bleedeth at our Doors,
llevaba pedazos de piel y mucosa de la boca. Esta we will our youth lea don to higher fields…” 1
paciente en un momento tuvo tales lesiones y pér-
dida de sangre, que tuvo que ser internada en tera- Piel de asno
pia intensiva y alimentada en forma endovenosa. Julián era un paciente de 35 años de edad.
En los labios había inflamación, pérdida de piel Desde su infancia era asmático y tenía alteraciones
y hemorragias en labios, paladar y lengua. de la piel, se le descamaba y la perdía constante-
Durante muchos años trabajamos sobre los mente. Había sido enviado –o abandonado– al norte
límites del cuerpo y de la imagen corporal (la fan- argentino para que lo críe una nodriza sustituta
tasía). El modelo teórico fue mi teoría del esquema durante su primer año de vida. Según contaba, la
corporal psicótico primitivo. madre era muy rara, no lo tocaba y le servía galleti-
A lo largo de los años descubrimos que estas tas o chocolate en mal estado cuando era niño.
lesiones aparecían en el momento de abandono de Este paciente sufría un cuadro severo de desca-
la terapeuta y ésta fue la clave para el intenso tra- mación de la piel. La hipótesis era que iba perdien-
bajo en interpretaciones transferenciales. do el contacto piel a piel que nunca tuvo durante el
Este caso clínico de una fantasía muy primitiva primer año de vida.
sobre su imagen o esquema corporal se fue trans- En las sesiones sutilmente menospreciaba el
formando en una enfermedad psicosomática que si análisis. Se oponía a todo lo que le decía y luego
se cronificaba, llegaba a niveles graves y que mejoró trataba de “cooperar” con el fin de “ayudarme” para
gracias al intenso tratamiento psicoanalítico. que no me “sintiera mal”. De esta manera, se
Recién luego de cinco años comienza a simbolizar transformaba en el pecho nutricio y negaba su
a través de un sueño. El sueño es el siguiente: sueña necesidad de ayuda, situación que parecía estar
con un vestidito de lana tejido a mano que le cubre conectada con su experiencia de relaciones de obje-
todo el cuerpo. Es la creación de una nueva piel que la to tempranas.
envuelve a través del tratamiento psicoanalítico. Según Julián, su madre “se libró de él” en su pri-
Otro sueño de este momento de simbolización mer año de vida y lo amamantó una nodriza contra-
es que sueña con algo sólido: sueña que le salen tada. La nodriza hablaba un dialecto diferente.
heces, materia fecal del ano, pero que no lo pierde El padre parecía psicótico, detrás de una fachada
sino que se introducen en otro orificio de su cuer- de adaptación social bastante frágil. Hablaba de
po, en la vagina, que de esta manera los contiene. todo y nada y comentó hechos conocidos solamente
Aquí ya podemos observar que ya no es sangre lo por él.
que se pierde sino que sueña con un esfínter anal, Julián se esforzaba por convertirme en una especie
elemento sólido como las heces, y un agujero que de autómata que daba las respuestas que él mandaba
los recibe. En este caso, la vagina. a través de su material. Yo parecía ser la nodriza que

1. Shakespeare: Henry IV, Parte 2, Acto IV, Escena 4.

18
F(r)icciones David Rosenfeld

debía responderle como una nodriza contratada por repente lo dejaba caer o lo que es peor, lo dejaba
dinero, responder como un autómata. solo y sin comida. El hecho de que la escena ocu-
Relataré un sueño: “Tuve un sueño, un sueño rriera en la oscuridad representa la época en que el
donde caía en un pozo profundo, con barro en el bebé se queda solo, como se sintió durante el fin de
fondo. Estaba callado y no sabía cómo salir. Traté de semana, sin las sesiones y el psicoanalista.
salir del pozo donde había barro y tierra, donde El sueño muestra evidencias de las emociones
había una especie de clavos, aproximadamente 40 que experimentó por primera vez el fin de semana.
cm, que estaban en toda la pared del pozo. Algunos Esther Bick señala que los clavos simbolizan las
estaban bien clavados en la pared, otros estaban uñas, las cuales representan la primera expresión de
sueltos, otros estaban en mal estado, algunos esta- un contacto agresivo anterior a los dientes. Los clavos
ban doblados.” Siguió relatando que trató de subir el representan las uñas en su doble rol: agresivo y de
pozo a través de los clavos que lo rodeaban. Como autocontención, ya que también le ayudan a soste-
estaban sueltos, se resbalaba y se caía o le perfora- nerse, a apoyarse, a evitar que se caiga y logre subir.
ban la piel por todas partes. Trataba de subir. Para finalizar, el sueño sobre la caída en un pozo
Julián: “Me sentía ahogado, asfixiado, estaba sin fin representa, muchas veces la tendencia a recu-
cubierto de lodo. Después de un gran esfuerzo, cuan- rrir, como dice Winnicott, a la creación de un falso
do estaba agotado, perforada la piel por todas partes, self como sistema de adaptación a la realidad. Esta
resbalándome, logré treparme a los clavos que cubrí- aparente madurez o pseudo-madurez, que presenta-
an las paredes y llegué arriba, cerca de la superficie. ba este paciente en su vida exterior, no alcanza a
Ésa no era la salida. Antes de eso había escaleras de solucionar los problemas subyacentes de su mente.
mármol, de piedras pulidas, con una hermosa luz
artificial, y ahora pude salir, subiendo unas hermosas Anorexia y trauma infantil
escaleras que conducían a una sala, como si fuera la Una paciente, cuya madre padece una hemorra-
salida de una sala o un vestíbulo muy bonito.” gia postparto por una mala cirugía por cesárea
Esto lo asoció con el recuerdo de una ocasión en mientras la llevaba en el cochecito por la vereda,
la que estuvo absolutamente solo en el campo, sin siendo ella bebita; hace una hemorragia gravísima,
sus padres, en busca de ranas y renacuajos para evi- queda tendida en la calle. La cuidan unos abuelos
tar los sentimientos de soledad. Tropezó y cayó en mientras su madre estuvo varios meses internada.
un charco. Narró este episodio para referirse a ¿Qué provocó en ella? Provocó una psicosis, un cua-
“cosas que hago cuando estoy solo”. Esta situación dro psicosomático de anorexia y de bulimia. El
se vinculó a una época en que los padres lo abando- vómito de situaciones intolerables a nivel mental
naron y vivió con la nodriza en otra casa (tener en los evacuaba a nivel corporal, si se sentía abrumada
cuenta la conexión entre esta época de su vida y su o estaba invadida, y lo hacía a través del vómito de
experiencia temprana de ser amamantado por una la comida. En los momentos de soledad hacía gran-
nodriza contratada). des comilonas bulímicas. La anorexia estaba mez-
El material del paciente se interpretó de la clada con bulimia. Hay anorexia por un lado y buli-
siguiente manera. Ante el abandono vivenciado el mia por el otro, y se intercambian. Hizo varios cua-
viernes, sintió que el analista no lo apoyaba, nadie dros de anorexia por los cuales perdió dientes por
lo sostenía en brazos, cayendo así en un pozo pro- los ácidos del vómito, perdía el pelo, le ocasionó
fundo donde no había nada donde aferrarse, como trastornos en las uñas, etc. (Rosenfeld, D., 2008).
un bebé sintiendo que su madre, en lugar de soste- Este modelo traumático de la separación abrup-
nerlo para alimentarlo y abrazarlo, lo soltaba, de ta con su madre era reactivado en cada separación

19
David Rosenfeld F(r)icciones

con el psicoanalista. La paciente pudo poner en opinan que es una paciente con violentas agresio-
palabras lo que significaba cada separación: “una nes y piensan sacarla del hospital general, sección
aniquilación, una desaparición”. Esto me lo pudo Psiquiatría, porque no pueden controlar su violen-
transmitir a través de un sueño, luego de muchos cia con las enfermeras.
meses de tratamiento. En una sala acondicionada para la entrevista,
La paciente dice: “Si mi mamá muere, yo ense- entra la paciente acompañada por una enfermera, a
guida muero también”. Es decir, cada separación de quien le dije que no hacía falta que se quedara. La
mí era la desaparición de ella misma. entrevista era transmitida por una videocámara a
No importa que haya tenido anorexia o bulimia tres hospitales.
antes del tratamiento. Lo que me interesa es darle un La paciente es menuda, de 17 años, se sienta
sentido vívido en relación a la transferencia conmigo. frente a mí, después se para. Le pregunto cómo se
En muchos de sus sueños aparecen serpientes, llama y me dice: “¿Usted va a entender el idioma de
dientes que atacan, como en algunos cuentos de Quebec? ¿No le será muy difícil?” Le respondo que
hadas infantiles. Esto se lo interpreté como que hacía una semana que estaba en Montreal y que ya
eran los terrores más primitivos del bebé que siguen me había acostumbrado al francés de Quebec. Me
existiendo en su mente. muestra un cartelito de identificación que tenía
La paciente hablaba en forma muy rápida, sin pau- prendido a la ropa que decía “JEANETTE”.
sas. Creaba una muralla infranqueable. Cuando me Pregunto por qué está en el hospital y por qué la van
pudo empezar a escuchar, le pude interpretar la anore- a trasladar y me dice que se pelea mucho.
xia en los oídos, ya que en las sesiones, el alimento psi- Le pregunto con quién y dónde vive y me res-
coanalítico entra por los oídos: son las palabras. ponde que vive en una isla al este de Montreal,
Este abandono traumático de la madre, provoca- hacia el Atlántico, con la mamá y una tía. Cuando
do por la hemorragia en la calle, es repetido por la le pregunto por el papá, baja la vista y con cara tris-
experiencia traumática que experimentó cuando un te me dice que se murió cuando era chiquita. Le
novio, caminando por la calle, le dice que la aban- pregunto si murió en la isla y me contesta que no,
dona y rompe el noviazgo. Luego de esto, reacciona que vivían en Vancouver (sobre el Océano Pacífico).
con un episodio de violencia y, al llegar a la casa, Entonces yo digo en voz alta: ¡Vancouver! Se habla
rompe la vajilla, algunos muebles y le rompe un solamente inglés. ¡Entonces tú no eres Jeanette,
hueso a su padre, lo que obligó a internarla en una eres Little Jane!”.
institución psiquiátrica. La paciente se larga a llorar y dice que su papá
El conjunto de síntomas de esta paciente pueden la llamaba Little Jane. Mientras se secaba las lágri-
ser tomados en base a la relación interrumpida de la mas, hago una seña a los colegas a la cámara.
madre con el bebé. Como dice Margaret Mahler Cuando deja de llorar, le pregunto por qué la vio-
(1968), no se pudo crear una simbiosis útil para cre- lencia y las peleas en el hospital. Y responde a los
cer. Otros síntomas psicopatológicos pueden ser fun- gritos: “¡Porque acá no me dejan hablar en inglés!”.
damentados por las teorías de Otto Kernberg (1984), Le dije: “Si es ese el problema yo lo voy a solu-
sobre los casos límites o borderline. cionar, my dear Little Jane”.
Transcurrido el tiempo de la entrevista, la
Duelo no elaborado (Caso Jane y enfermera golpea la puerta para llevarla. La pacien-
Jeanette. Francés vs. Inglés) te le pregunta si podía darme un beso en la mejilla.
Relataré la entrevista a una adolescente inter- Al finalizar, les doy a mis colegas mi opinión:
nada en un hospital de Montreal. Los profesionales allí todos eran bilingües, opino que dejando de lado

20
F(r)icciones David Rosenfeld

los conflictos idiomáticos inglés/francés de Canadá, él trata en realidad de enterrarse con la muerta en
respetando su nombre en inglés y hablándole en esta “cloaca”, que él se suicida con su drogadicción
inglés, la pequeña niña Little Jane podía quedarse para enterrarse al lado de su madre muerta. Le
en el hospital. muestro que quiere morir o que trata de morir en
una tentativa de acercarse a ella.
Drogadicción También tratamos de explorar e investigar su
(Madre muere a los 11 meses) historia, su infancia, de la cual sólo le queda algún
El padre de Georges, quien se muestra muy pre- que otro recuerdo borroso. Por ejemplo, me dice
ocupado durante la primera entrevista, me dice: que nunca vio ninguna foto de su madre, tampoco
“Mire sus ojos, rojos por toda la droga. No hace del casamiento de sus padres y que piensa que su
nada, no trabaja, no hace nada con su diploma uni- madrastra las ha destruido en su totalidad.
versitario (…) Ya lo han detenido dos veces por En el momento en el cual Georges me dice que
posesión de drogas. Lleva a casa amigos que me sospecha que su madrastra haya destruido las
caen mal, toman drogas, beben, y se pone furioso si fotos de su madre, las suyas cuando tenía uno o
yo le pido que se vayan”. Agrega con tristeza: dos años de edad y también las del casamiento de
“Hace un tiempo amenazó con matarme y después sus padres, concedo que tengo la sensación en mi
matarse (…) Yo no puedo más (…) Le traigo a mi contratransferencia de una exageración o de una
hijo para ver si acepta que lo ayuden, yo no puedo fantasía mitomaniática. La mentira es típica del
(…) es muy pesado para mí”. paciente drogadicto, por eso sospecho que Georges
Georges me asegura que seguirá el tratamiento tenga la fantasía de una madrastra malvada, que
para que su padre esté más tranquilo. Cuando destruye todo.
evoco la palabra “madrastra”, reacciona enseguida Quisiera precisar que no se trata de una fanta-
y me dice: “mi madre”. Aprovecho para decirle: “Su sía elaborada por el paciente, sino de una realidad
madre ha muerto cuando usted era muy pequeño.” que se confirmó luego. Durante una entrevista con
Esta frase provoca en Georges emociones y senti- el padre de Georges, su madrastra y Georges, se
mientos muy remotos, casi arcaicos. produjo el siguiente incidente. Los dibujos de los
Tres meses después, los padres de Georges me ojos y de la cara que ha dibujado Georges me sor-
llaman muy perturbados por teléfono para decirme prenden mucho y por eso les pregunto si tienen
que Georges perdió el control de sí mismo durante una foto de su madre. Tengo la impresión que dibu-
una violenta pelea y que amenazó a su padre con ja con precisión los labios y los ojos de su madre.
un cuchillo en la mano. Esta impresión parece confirmarse aún más cuan-
Voy de inmediato para su casa y resuelvo enviar do descubro los mismos ojos y la misma sonrisa en
algunos miembros muy experimentados de mi la única foto de ella que se pudo encontrar.
equipo al domicilio del paciente. Sin protestar, En otro dibujo, Georges esboza unos objetos
Georges acepta ser internado. redondos y me dice que son “ojos” que lo miran. Le
Georges vivía desde hace varios años en una pregunto “¿Lo miran?” Las imágenes del cuadro
atmósfera de desorden, de falta de cuidado, de dro- evocan formas que el paciente ha asociado con ojos
gas y alcohol, en un espacio mental que él llama “la y senos, los elementos primordiales del espacio
cloaca”. Ese lugar físico es una villa miseria en la visual del niño de pecho (Bick, 1968). Le digo que
cual se droga y donde vive con prostitutas, droga- este dibujo muestra tal vez su imagen mental o la
dictos y todo tipo de criminales. Durante una fantasía más arcaica de su madre que conserva en
sesión que él me pide en la clínica, le interpreto que su mente.

21
David Rosenfeld F(r)icciones

La imagen de la madre dos semanas: “Habrá sido terrible“ dice Georges.


“Le dije a mi prima que la primera vez que vi un
“Pintores son mis ojos: te fijaron muerto, fue mi tía a quien yo quería mucho“.
[sobre la tabla de mi corazón, Interpreto: “Es la primera vez que Usted pudo
y mi cuerpo es el marco que sostiene. realmente enterrar a su difunta madre, su abuela
Y observa de los ojos el servicio: fallecida y su tía muerta“. Sólo es con la muerte de
[los míos diseñaron tu figura” su tía que Georges logró reunir todo: el velatorio, el
Shakespeare entierro y el duelo de su madre y de su abuela.

Cuando el padre le llevó a Georges una foto de él Sesión del impacto y de la toma
bebé con su madre, mi emoción fue tan fuerte que de consciencia del espacio del tiempo,
se me puso la piel de gallina. Él tuvo la misma sen- de los duelos, de la pena
sación cuando vio la foto y me la mostró: estaba a El día siguiente, Georges comienza a hablarme
punto de llorar. Yo estaba extremadamente emo- de las semanas de dolor atroz que su madre pade-
cionado –sobre todo por la visión de Georges muy ció. Me dice que no puede imaginar su sufrimiento.
chiquito–; hoy se parece exactamente al niño de la Interpreto: “Yo creo que Usted estaba como fusio-
foto. La sonrisa de su madre, sus ojos, sus labios, nado con su madre, que se identificaba con ella,
sus cejas, su mirada y su sonrisa llena de amor por con la agonía; usted trata de convertirse en una
él, la manera en la cual Georges mira los ojos de madre agonizante”.
su madre, todo esto provocó en mí un impacto Georges está sentado sobre una silla giratoria,
estético emocional que me cuesta describir. Tal vez en frente mío; se acerca y me pide que le explique
sea mi sensibilidad personal la que me hizo sentir lo que le acabo de decir. Parece sorprendido, como
todo esto. si lo entendiera y sintiera su impacto. Le vuelvo a
Durante la sesión siguiente, Georges se quiebra dar mi interpretación: “Es eso, estos últimos años
y empieza a llorar con la foto de su madre en la usted se convirtió en su madre que agoniza, presa
mano. No puede expresar lo que siente; frota sus de un dolor atroz, pero aún viva. En otros momen-
manos sobre su pecho para tratar de hacerme tos, usted trató de suicidarse para que lo entierren
entender que sus sentimientos son auténticos y al lado de su madre.”
profundos. Después de un rato, le digo que ha dibu- Durante un rato largo Georges permanece silen-
jado la imagen de su madre en los cientos de dibu- cioso, pensativo e inmóvil, los brazos apoyados sobre
jos que hizo –sus mejillas, sus ojos, su boca son- el escritorio. Después me dice: “Sabe una cosa doctor,
riente–. Señala con el dedo distintos detalles de la trataba de desenredar las fechas. Me doy cuenta que
foto; siento que su llanto le proporciona cierto ali- mi tía, la primera persona fallecida que toqué y ente-
vio: descubrió la sonrisa de su madre. rré, en realidad murió varios años después de la fecha
que siempre tuve en mente. La toqué cuando estaba
La explosión de su psiquismo, muerta y en aquella época, tenía veinticinco años.
la explosión del calefón Que mezcla de fechas, no es cierto?”
El lunes siguiente, Georges me cuenta que se Georges sigue preguntándose cómo pudo come-
enteró por su prima que la muerte de su madre ter semejantes errores con las fechas de los aconte-
ocurrió cuando él tenía 11 meses y que fue provo- cimientos de su vida.
cada por la explosión de un calefón a gas. Le digo entonces: “Georges, me parece que
Gravemente herida, sufrió terriblemente durante usted comenzó a tomar drogas hace nueve años

22
F(r)icciones David Rosenfeld

¿Usted se da cuenta que empezó a drogarse cuando las etapas y las fechas después de largos meses. En
muere y entierran a su tía, cuando usted tenía el consultorio hay actuaciones violentas, en las
veinticinco años o sea precisamente la edad que cuales expresa sin palabras sus estados mentales y
tenía su madre cuando murió?” su sufrimiento. Rompía los almohadones y el cuero
Georges se voltea sobre su asiento y cae el sillón del diván y otras veces estaba sentado en el suelo
para atrás. Se desploma sobre el respaldo de su silla como un bebito de un año y medio.
y permanece así, pálido y sin una palabra durante Es importante decir que este paciente comienza
los últimos minutos que faltan hasta terminar la el tratamiento conmigo al salir de una internación
sesión. psiquiátrica en un hospital, luego de un episodio
En mi contra-transferencia, siento un impacto psicótico.
emocional intenso; respecto el silencio de Georges, A través del tiempo comencé a entender cómo
el de sus pensamientos. los padres habían sido secuestrados y horriblemen-
Muchos años después, participando de un con- te torturados por los servicios secretos de la dicta-
greso internacional de Educación se me acerca un dura chilena de Pinochet. Cuando los militares
participante, vestido de manera impecable con su irrumpieron en la casa de sus padres, tiraron al
traje gris y corbata y me dice: “Buenos días, soy yo, paciente bebito por una ventana que daba al jardín,
Georges”. Me abrazó con lágrimas en los ojos. Era donde lo recogió una vecina que lo entregó rápida-
un prestigioso docente especializado en educación mente a su abuela, una mujer muy cariñosa que lo
de jóvenes y estaba contento con su trabajo y su cuidó por muchos años.
vida actual. Luego de varios años los padres huyen con el
niño de Chile, se refugian en una abadía de Brasil,
11 de septiembre luego huyen hacia la Argentina y logran esconderse
Nuevamente la historia de un niño que pierde en los suburbios de Buenos Aires gracias a amigos,
bruscamente contacto con su padre y su madre al dado que en una ciudad tan grande es más fácil
año y medio de edad. El título del capítulo es “11 pasar inadvertidos. El paciente allí pudo ir a la
de Septiembre de 1973” (fecha del golpe de Estado escuela primaria y luego a la secundaria.
en Chile, donde se bombardea el palacio presiden- Los traumatismos que había sufrido el paciente
cial y asesinan al presidente Salvador Allende). provocaron en su adolescencia episodios psicóticos.
(Rosenfeld, D., 2009) La expresión de sus episodios psicóticos los repite
Trabajo en este caso con la teoría del autismo en el consultorio en la transferencia conmigo,
encapsulado, es decir, mecanismos autistas muy cuando rompe los objetos del consultorio, insulta,
poderosos que encapsulan una parte de la mente y grita, etc. Cuando lo vi, le propuse venir al consul-
que ese mecanismo autista sirve para “preservar”. torio dos veces por día, que es la forma en que tra-
Que haya mecanismos autistas que sirvan para pre- bajo cuando trato a un paciente que está saliendo
servar y no para enfermar, es una de mis teorías. de una internación psiquiátrica por una psicosis.
Esto es muy distinto de las teorías de Frances En general, se vestía desaliñado, desordenado,
Tustin. (Rosenfeld, D. 2006 b) traía puestas medias de distinto color, las zapatillas
Relato el historial clínico y el tratamiento (El de distinto color. De esta manera expresaba el
alma, la mente y el psicoanalista, Editorial Paradiso. desorden mental.
México, 2011) Mucho tiempo después, el paciente habla de su
Al comienzo, la historia familiar del paciente abuelo, un prestigioso periodista que no apoyaba la
aparece confusa y desordenada, recién se descubren dictadura de Pinochet, y me cuenta que había sido

23
David Rosenfeld F(r)icciones

salvajemente asesinado. Yo le interpreto que la más Acá le interpreté lo que pude pensar en ese
terrible desaparición es creer que desaparecen los momento: que se quiere desembarazar, sacar la tris-
recuerdos de tu mente. Le dije que tenía muy bue- teza, el dolor, la soledad, en fin, todas las cosas into-
nos recuerdos de los padres y del abuelo en la lerables que no puede contener en su cabeza. Que
mente y que yo iba a tratar de recuperar lo mejor trató de evacuarlo con gritos, que era el dolor psíqui-
que recibió de la mamá y el papá, que por suerte co. Y todo eso no alcanzó, que por eso me pedía más
estaban vivos. Y que recuperara del abuelo la admi- medicación.
ración que tenía tanto él como su familia. No todo Luego de largos meses de tratamiento, el
ha desaparecido del interior de tu mente. Le repito paciente recupera canciones de cuna y a veces me
que trataré de recuperar al papá y a la mamá dentro pide que tararee con él (Rosenfeld, D., 2006 b).
de su mente. En otra sesión trae y lee un poema de un poeta
Como ocurre con los sobrevivientes de campos chileno, que dice:
de concentración nazis, nunca cuentan a sus hijos ni
a sus familias las torturas que han sufrido. Un día la Lloro con cada recuerdo
madre invita a unas amigas a tomar el té y el pacien- a pesar que me contengo.
te escucha detrás de la puerta de la cocina. Me cuen- Lloro con rabia pa’ fuera
ta lo que escuchó: “Escuché cómo a mi madre la pero muy hondo pa’ dentro,
obligaban a comer las defecaciones, le ponían en la palomita verte quiero.
boca sus propios excrementos. Yo sé que los milita-
res han torturado a todos, también sé que a las El poeta era Víctor Jara, músico y poeta que fue
mujeres las hacían violar por perros doberman. Le detenido en el famoso estadio donde alojaban a los
hacían comer las defecaciones, los perros violando… prisioneros políticos en Chile. A él se le cortó la
esto era Pinochet y el Plan Cóndor”. mano derecha para que no pudiera nunca jamás
Cuando él cuenta todo esto, como analista, me tocar la guitarra. (Nota: Cuando leí esto en una
quedo paralizado emocionalmente. El paciente conferencia en Dinamarca y Suecia el año pasado,
llora y a mí también se me escapa una lágrima. El me interrumpen diciéndome que el más famoso
paciente quedó silencioso largo tiempo, sorprendi- compositor sueco y una de las canciones más
do de las cosas terribles que por fin pudo poner en famosas se llama “Dedicado a Víctor Jara”. Todos
palabras. Le dije que por fin podía poner en pala- los alumnos la empezaron a cantar en medio de mi
bras lo que es innombrable y podía ponerlo en pala- conferencia. Fue un momento inolvidable para mí).
bras para compartirlo conmigo. Pero el silencio no El paciente recupera el poema de Jara, que habla
duró mucho. Se levantó, tomó el almohadón cilín- de lo que sufre, y también recupera canciones
drico del diván, lo levantó, lo golpeó contra la pared infantiles conmigo. Me pide que cante con él
y contra el piso. Rompe el cuero y lo destruye. muchas veces y cantamos las canciones infantiles
Luego tomó el otro almohadón, lo golpeó mientras conocidas, como algunas de María Elena Walsh.
gritaba y finalmente, tomó un tercer almohadón. Me dice: “¡Bravo, Rosenfeld, bravo! ¡Qué suer-
Yo quedo en silencio, paralizado, pero en medio de te, che, que canta conmigo! Me mandaron a otro
eso traté de pensar qué es lo que me quería trans- terapeuta que podía estar toda la hora sin hablar
mitir sin palabras. Mis emociones contratransfe- ¡Qué horror, estaba loco!”
renciales eran muy intensas. Agitado, tenso, el El encapsulamiento autista se abre y los buenos
paciente se sentó en el suelo y me dijo que no tenía vínculos y canciones infantiles que tenía preserva-
más medicamentos, que quería recibir más Meleril. dos en esa cápsula, en una parte de la mente y no

24
F(r)icciones David Rosenfeld

en toda la mente, permite guardar los buenos vín- cara para descubrir quién está contigo, si soy tu
culos, las canciones de cuna que recupera cantán- papá, tu mamá… a los cuales no viste por varios
dolas conmigo. Conmigo recupera el año y medio años. Querés saber si soy la vecina que te recogió
de edad, recuperando las canciones de cuna y las en el jardín. Estás reviviendo la época en que tenías
canciones infantiles. El encapsulamiento autista un año y medio. Estás reviviendo lo que te pasó
permite preservar los buenos aspectos infantiles. cuando perdiste las imágenes, las caras conocidas,
La música de la infancia es un ejemplo de la las voces y las sonrisas conocidas y familiares de tu
forma en que está escondida en esa cápsula autista papá, tu mamá, tu abuelo. Estás reviviendo esto
preservada. Cantando a dúo conmigo se recrea la conmigo.” Se tiró al suelo, se acostó y dijo: Incluso
fusión y la simbiosis infantil que el paciente tuvo no sé quién es la vecina. ¡Qué cambios terribles!
en su infancia y reencuentra la simbiosis con sus Todo esto es lo que has sentido con la esta sepa-
padres y la recupera conmigo. Yo me incluyo en ración de estos meses. Al volver tuviste dificultades
ese vínculo emocional con él a través de la música. para reconocer las caras perdidas del Dr. David,
(Malher, 1968) (Rosenfeld, D., 2011) como fueron las caras que perdiste por varios años
En una oportunidad tuvo que viajar a Chile de papá y de mamá. Es como si ahora tuvieras un
para buscar un trabajo. Cuando vuelve, después de año y medio. Me mirás exhaustivamente pregun-
varios meses, viene silencioso, me mira a la cara de tándote de quién es esta cara, si es el Dr. David o
cerca, se acerca para verme el rostro, los ojos, me quién es.
mira a ver si soy yo, toca el escritorio, recorre con Me pide que lo acompañe cantando tangos que él
la mano los muebles, el escritorio. En silencio se aprendió viviendo en Buenos Aires. Hay una estrofa
sienta en el suelo con los pies cruzados en el suelo, del tango “Volver” que es muy impactante que me
como un bebé de un año y medio. Después busca pedía que la cantara con él a dúo: “Tengo miedo del
un almohadón, me mira la cara, como si tratara de encuentro con el pasado que vuelve a enfrentarse
reconocerme o de re-reconocerme. Durante esta con mi vida. Tengo miedo de las noches que, pobla-
sesión, en silencio, utilicé mi experiencia como das de recuerdos, encadenen mi soñar. (…) Sentir
analista de niños y lo que aprendí en la observación que es un soplo la vida, que 20 años no es nada…”
madre-bebé, estudiando con Esther Bick en Varias veces me pidió cantar estas estrofas del
Londres. En esta sesión, trata de recuperar el con- tango Volver con él. Era una forma de estar unidos,
tacto conmigo con la mirada ojo a ojo, como antes fusionados, un momento de confianza en mí, en
recuperó los balbuceos y las canciones de su etapa un intercambio emocional. Yo raramente encontré
infantil. Cuando toca y acaricia los muebles, está en mi vida de psicoanalista una comunicación
tocando el espacio del que lo reconoce, cuando me emocional a través de la estética de la música y de
mira casi contactando su cara con la mía, quiere la poesía.
saber si yo soy yo y si me reconoce. Cuando me Para concluir este capítulo quiero remarcar que
pude recuperar y entender algo del material le hay cosas que existen que no se pueden decir en
interpreté: “Estás tratando de reconocer los espa- palabras. ¿Cómo puedo poner en palabras la músi-
cios de mi consultorio, los muebles. Es como si me ca que escuchamos y cantamos en una sesión y la
dijeras: –¿Dónde estoy? ¿Estoy en Chile o en la aba- emoción sentida? ¿Cómo les puedo transmitir los
día en Brasil? ¿En la Argentina escondido? ¿Quién estados de terror, de dolor, de sufrimiento del
es esta persona? ¿Es usted, doctor? Como si hubie- paciente? Repito las palabras de Borges: “Llego
ras perdido la imagen de papá y mamá, tal cual ahora al centro del problema de mi relato: mi
ocurrió al año y medio. Me mirás fijamente a la desesperación de escritor comienza. Todo lenguaje

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David Rosenfeld F(r)icciones

es un alfabeto de símbolos, donde el ejercicio supo- Freud, S. (1907) The sexual enlightenment of children . Vol IX,
SE
ne un pasado compartido por sus interlocutores.
Freud, S. (1908) Character and anal erotismo. Vol IX, SE
¿Pero cómo puedo transmitir a los otros el Aleph, el
————— (1917) Duelo y melancolía, Vol XIV, SE
infinito, de mi frágil memoria y que apenas puedo ————— (1924): The dissolution of the Oedipus complex. SE,
abarcar las emociones?”2 Vol XIX
Incluso el paciente no sabía toda la música que ————— (1930) Oceanic feelings. Vol XXI, p. 64, SE

tenía dentro. (Rosenfeld, D. 1992 a y b) Kernberg, O. (1984): Severe Personality Disorders: Psycho-
therapeutic Strategies. New Haven, CT: Yale University Press.
Klein, M. (2004): “Contribution à l’étude de la psychogenése des
Descriptores états maniaco-dépressifs” en Deuil et depresión. Paris: Payot
Duelo, disociación, identificación proyectiva, Rivages, 2004.

posición esquizoparanoide, posición depresiva. Klein, M. (1945): The Oedipus complex in the Light of early
anxieties in: The Writings of Melanie Klein, Vol I: Love, Guilt and
Reparation and Other Works 1921-1945 (pp.370-419). London,
Resumen Hogarth Press, 1975.

El autor se propone demostrar, a través de viñe- Klein, M. (1975) The Writings of Melanie Klein, Vol 3: Envy and
gratitude and other Works. London, Hogarth Press.
tas, casos clínicos en los que el abandono temprano,
Klein, M., Heimann, P., Money-Kyrle, R.(1955): New directions
los traumas infantiles, las muertes de miembros sig- in psicoanálisis: the significance of Infant Conflict in the Pattern
nificativos de la familia o una perturbación psíquica of Adult Behaviour. London, Hogarth Press (reprinted London,
Karnac Books, 1985)
importante, en particular de la madre del niño, pro-
Mahler, M. (1968): On Human Symbiosis and the Vicissitudes of
vocan marcas que se van a detectar en la vida adul- Individuation. New York, International Universities Press.
ta. Para esto presenta varios casos de pacientes gra- Meltzer, D. (1978): The Kleinian Development. Clunie Press for
The Roland Harris Trust Library, London.
ves, desde patologías psicosomáticas, una víctima
Painceira Plot, A. (1997): Clínica Psicoanalítica a partir de la obra
de la violencia de estado en Latinoamérica, un de Winnicott. Buenos Aires, Lumen.
joven con alucinaciones y la violencia de una joven Rosenfeld, D. (1992 a): The Psychotic. Aspects of the Personality.
a la que la muerte de su padre perturbó severamen- Karnac Books, London.
te, hasta una anorexia grave. Hace particular hinca- ——————— “ (1992 b); Lo Psicotico. Aspetti Della personalitá.
Franco Angeli, Milano, Roma.
pié en la paciencia y la tolerancia del analista frente
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Papers. International Universities Press (publicados en varios In: The Maturational Processes and the Facilitating Environment
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26
Entrevista a María Teresa Andruetto*
“Poner palabras a los dolores nos permite
hacer con ellos otra cosa que sufrir”

María Teresa Andruetto, humilde, inteligente, pensamiento y la palabra en la vida de los niños.
inmensamente humana, hace de su condición de Hay una tarea familiar, en el caso en que en la vida
escritora una posibilidad para percatarse crítica- de los padres de ese niño el libro esté presente, y
mente del mundo, para internarse en la grieta que hay una tarea social, un compromiso que nos com-
la profundidad del pensamiento implica. Escudriña pete a todos, que tiene como vehículo a la escuela.
lo que la rodea con una mirada honda y habla sobre Sólo la escuela, me atrevería a decir, puede –aun
la escuela, los modos de leer actuales, el valor de la con todas sus dificultades y carencias– achicar la
ficción, transitando con la extraordinaria naturali- brecha entre niños que provienen de hogares no
dad de quien tiene ideas claras, caudales de lecturas lectores y niños que vienen de hogares donde el
y una vida enorme a cuestas. libro está presente.
Muestra el lazo que la une a la literatura y el nudo Por otra parte, lejos de lo que ha devenido en
que tiene su hechura cargando de sentido su decir, slogan (antes se leía, ahora no), los niños de hoy
inquietando con cada palabra que enuncia, construye parecen leer más que los de ayer, aunque no sé bien
un predicado sensato al sujeto del que se hace eco. a qué ayer se refiere esa frase tan repetida, ni tam-
Recorrer estas páginas y encontrarnos con la poco sepamos qué calidad de lectura tienen esos lec-
palabra de Andruetto nos deja un sabor intenso, tores. Si nos atenemos a las cifras de nuestro país,
nos obliga al cuestionamiento fecundo, nos invita a nunca antes se editó tanto: 31.573 títulos y 103
reflexionar, a mirar más allá del entendimiento que millones de ejemplares en 2011 entre novedades y
el “entre nosotros” genera. reimpresiones, un incremento del 19 por ciento en
Natalia Barrionuevo relación a 2010 y un crecimiento del 120 por ciento
en los últimos 10 años. El 14 por ciento de todo ese
volumen pertenece a la literatura infantil, lo que da
¿En nuestro contexto actual, qué espacio hay una suma de casi 4.500 títulos y 14 millones de
para la literatura en los niños? ejemplares impresos para niños en 2011. Alguien
El que estemos dispuestos a darle si estamos compra esos libros, seguramente alguien los lee
convencidos de la importancia del imaginario, el también, muchas de esas compras la hace el Estado

* Escritora.

27
María Teresa Andruetto F(r)icciones

para el suministro a las escuelas públicas y a la red ni sale de la nada, se alimenta de innumerables
de bibliotecas populares. Todo esto da pauta del relatos que heredamos, leemos o escuchamos. El
crecimiento de la industria editorial del libro para poeta Eugenio Montale dice que hacen falta
niños en nuestro país, que se corresponde también muchos hombres para hacer a un hombre, así
con un crecimiento lector, aunque debamos mejo- como hacen falta muchos relatos para construir un
rar mucho todavía la cantidad y calidad de esos lec- relato.
tores. Hay que trabajar mucho, porque es muy
grande todavía la desigualdad de oportunidades. ¿Qué le parece que se transforma en un niño al
Para eso es necesario mejorar la calidad lectora de escuchar o leer un cuento?
los docentes, apoyando y sosteniendo la tarea enor- Se abre la experiencia y la sensibilidad, el oído
me que hemos delegado en ellos. En fin, hay que y la subjetividad. Imaginar historias, leerlas o escu-
distribuir mejor y comprender que lo que gastamos charlas nos permite vivir sucedáneos de experien-
para tener maestros y profesores de la mayor cali- cias posibles, intentos de mirar el mundo “con los
dad y escuelas de la mayor calidad y libros de la ojos de los demás”, lo cual a su vez nos lleva a cues-
mayor calidad en esas escuelas, no es un gasto sino tionar, confirmar o desechar nuestro lugar, nuestra
una inversión. Finalmente quisiera decir que en las posición, nuestros pre-conceptos, nuestro modo –
nuevas tecnologías y los nuevos formatos también que tendemos a creer único– de ser y de hacer.
se lee y que ese lector en nuevos soportes tendrá un
pensamiento menos colonizado, una mayor inde- ¿Qué significa para usted escribir para un niño?
pendencia de criterio, cuanto más y mejor esté for- Cuando el destinatario es muy pequeño la espe-
mado como lector, para lo cual es central que se cificidad “infantil” es más notoria, luego, a medida
construya antes o entre tanto como un buen lector que el lector se hace más grande y ha leído más, se
de libros. van diluyendo las diferencias entre lo que es “para
niños” o “para jóvenes” o “para grandes.” En oca-
Retomando la primera idea ¿cuál es la importan- siones es la edición (el diseño, las ilustraciones, el
cia que usted le otorga al imaginario, el pensa- tipo de papel, la tipografía) lo que termina por defi-
miento y la palabra? nir hacia quién se dirige un libro. Otras veces es el
Una importancia central, ya que en eso reside, mediador de lectura quien considera que un libro
me parece, lo que nos diferencia de otros seres puede interesarle a un niño o un joven mas allá de
vivos no humanos. Imaginar otros posibles nos dónde haya sido editado. Cuando escribo, verdade-
permite cotejar nuestra realidad, aceptarla o tal vez ramente no me preocupa quién puede llegar a leer
modificarla. En cuanto al relato, a la palabra, que es ese libro, me preocupa la escritura en sí misma, el
en sí misma también pensamiento, ya que no hay camino de exploración que esa escritura me propo-
un pensamiento fuera del lenguaje, cada uno de ne, aunque luego, tal vez porque conozco bastante
nosotros construimos para nosotros y para los el mundo editorial de mi país, muchas veces ima-
otros una historia que constituye nuestra identi- gino en qué colección y editorial esa novela o esos
dad, una narración que nos vuelve únicos. cuentos podrían tener cabida.
Necesitamos de esa narración para mantener la
unidad de nuestro yo, para amalgamarlo y soste- Usted piensa que la escritura le propone un
nerlo a lo largo de la vida. Si no tenemos eso, si no camino de exploración ¿Podríamos compararlo al
logramos construirlo, tampoco nos tendremos a camino señalado por Leonardo da Vinci, un
nosotros mismos. A su vez, ese relato no está solo camino per vía di levare y no per vía di porre?

28
F(r)icciones María Teresa Andruetto

El camino de creación puede ir por una vía o


por otra, según las características del creador y ¿Cree usted que los aspectos dolorosos y a veces
también de la materia con la que se trabaja; me mudos que atraviesan la vida desde la infancia
parece que no hay reglas. Puede que la creación logran algún tipo de transformación a través de
priorice la acumulación, como supone Leonardo las potencialidades de la ficción?
para la pintura, o la depuración/la quita, como ima- Creo que ponerle palabras a lo que nos sucede,
gina para la escultura, pero en el fondo siempre cuando niños o cuando adultos, nos ayuda a elaborar
están las dos cosas, la tensión entre acrecentar y esos dolores, a aceptarlos, a relativizarlos, a hacer
restringir, expandir y quitar. En lo que a mí respec- con ellos “otra cosa que sufrir”. En eso consiste en
ta, a mis propios procesos creativos, lo primero es parte, la experiencia psicoanalítica, ¿verdad?
un período más bien intuitivo, muy deseoso, en
algunas ocasiones un poco compulsivo, no tan ¿Cómo cree que se construye un lector?
consciente, de acumulación de elementos, derivas Para construir una sociedad lectora necesita-
e indicios; un periodo que puede llevar años, déca- mos calidad y diversidad de libros, necesitamos
das incluso, hasta que un día llega (o puede que maestros lectores y bibliotecas y espacios de
nunca llegue) el momento de la “verdadera” escri- encuentro entre esos libros y esos lectores en for-
tura, un puntilloso ejercicio de quita, un sucesión mación, y ahí llegamos a las posibilidades de cada
de operaciones de resta en las que lo más subjetivo uno, es decir a la desigualdad de oportunidades de
da un paso al costado y, en un intento de lucidez, cada uno. En una casa donde el libro está presente,
quien escribe se mantiene alerta, sopesa cada pala- cuando llega un niño llegan también los libros para
bra, hasta ir encontrando una forma para esa mate- él, tal vez le compren uno o varios, quizás se los
ria incandescente acumulada, desordenada. regalen en los cumpleaños, o el padre le cuente
cuentos por las noches, tal vez un día vayan madre
¿La diferencia entre lector infantil o adulto esta- e hijo a una librería o el niño acompañe a la abuela
ría más en las lecturas previas que en la edad a comprar libros para ella, tal vez van a ver teatro o
cronológica? miran un programa de televisión donde se cuentan
Sí, podríamos decir que hay una edad cronoló- cuentos (los hay y muy buenos), no se trata de
gica que tiene por cierto determinadas característi- hacer cosas tan especiales ni extrañas, sólo las que
cas, y hay una edad de lector (que puede o no coin- son habituales en los ya lectores. Para quien no
cidir con aquella) que está hecha de las experien- provenga de un espacio familiar lector, achicar esa
cias lectoras ya recorridas. brecha es una tarea que se dirime en la escuela, y
entonces ahí necesitamos fortalecer a los maestros,
¿Cuáles serían las razones para sostener la litera- acercarles libros, tiempo de encuentro con los
tura infantil como parte de la vida de un niño? libros y capacitación, facilitarles un poco la inmen-
La lectura nos abre hacia otros mundos, y en sa tarea que depositamos en sus manos. El maestro
ese “hacia otros” también, por supuesto, hacia es un puente humano que no dejará de sernos
nosotros mismos. Escribir o leer o escuchar relatos necesario, un buen maestro no enseña sólo conoci-
va dando forma a lo que somos. Nuestras verdades, mientos específicos, un buen maestro trasmite un
sueños y recuerdos se construyen bajo las formas modo de estar en el mundo, una concepción de
de la ficción, de modo que transitar por ficciones vida, una condición lectora, y puede dejar una
nos ayuda a construir nuestras verdades y a organi- marca imborrable, de ahí viene nuestra palabra
zar y condensar nuestros recuerdos. enseñar, dejar un signo, una marca. Hablo de un

29
María Teresa Andruetto F(r)icciones

maestro capaz de construir un lector al que no le dé Las narraciones que escuchamos o leemos son
lo mismo un libro que otro. construcciones de mundos, artificios cuya lectura o
escucha irrumpen en nuestras vidas y nos obligan
¿Usted está planteando el lugar del maestro como a percibir otras vidas, sortear por un momento “lo
el narrador oral de experiencias, capaz de colabo- real” para imaginar otros modos humanos de ser o
rar en la construcción de pensamiento crítico? de hacer.
No, yo más bien pienso en el maestro en el sen-
tido antiguo, socrático, de la palabra, no tanto ¿Cómo construye usted un cuento?
como alguien “que sabe” sino sobre todo como Ha sido diferente en cada caso. Por lo general se
alguien capaz de suscitar en el otro el deseo de trata de una imagen o una frase que de pronto
saber, tal vez para ir a aprender juntos en todo caso, llega, mientras hago otra cosa. Esa imagen empieza
alguien capaz de acercar estímulos, capaz de cuidar a interrogarme y hace que la interrogue, así va cre-
pero también de incomodar al otro, de llevarlo a ciendo en mi cabeza. Después (días, meses o años
interrogarse, de ponerlo en cuestión, que es creo la más tarde) puede que me siente a escribir una pri-
única forma de que el otro se construya como un mera versión y vuelva a ella muchas veces hasta
sujeto pensante. que llega (pero no siempre llega) un momento muy
intenso, el más interesante, cuando percibo cierta
Podemos pensar entonces que toda enseñanza combustión, cierto punto de condensación en lo
constituye una marca, ¿se puede enseñar a ir más que escribo; la condensación es central para que un
allá de estas marcas? ¿De qué manera? texto pueda desplegarse luego en la lectura.
Los buenos maestros nos dejan su marca, claro
que sí, pero tal vez un buen maestro para un niño no ¿Qué cosas hicieron y hacen en su vida que se
lo sea para otro niño, al fin y al cabo se trata de una encuentre con el deseo de escribir?
relación interpersonal. Por supuesto que todos pode- El interés que mi madre tuvo siempre por los
mos ir más allá de las marcas que la escuela o los relatos, por las palabras, me llevó a mí misma por
padres han dejado en nosotros, si no la humanidad ese camino, al comienzo probablemente para “ser
hubiera quedado quieta repitiéndose a sí misma. como ella,” hasta que me convertí en sujeto de
Pero hay muchas marcas que no provienen de la ese deseo, un deseo cada vez más potente y más
escuela ni de los maestros, otras que ni siquiera pro- consciente.
vienen de la casa, la escuela es sólo una parte en la
formación de las personas y las condiciones de desa- ¿Qué lugar y función ocupan el mito y la leyenda
rrollo de cada uno de nosotros son en cierto modo para usted como escritora?
misteriosas. Aristóteles dijo que se recibe a la medi- Donde hay un pueblo, hay un relato de origen.
da del recipiente, pero lo que sucede es que no sabe- Con el mito nace la literatura, o sea que el lugar de
mos la medida de recepción de nuestros recipientes los mitos y las leyendas es fundacional. Son rela-
hasta que la vida misma nos lo va demostrando. tos muy potentes, de una condensación enorme,
resultante del trabajo de generaciones de narrado-
Un cuento, una narración, implica una relación res. En ellos se puede ver, quizás más que en nin-
estrecha entre quien escribe, quien lee y quien guna otra parte, la relación entre relato y verdad,
escucha el relato ¿Cómo cree que esa relación entre imaginario y fe. Los mitos nos enseñan que
puede ofrecer un sustento importante para un la literatura es mucho más que letra, mucho más
niño? que palabra.

30
F(r)icciones María Teresa Andruetto

¿Qué razones cree que hubo para que la Literatura pañamientos, es siempre más intensa, más lúcida
infantil sea considerada como una rama menor de y más compleja. Mis experiencias en ese sentido
la Literatura? son muchas, muchísimas, de gran riqueza; he visi-
Tal vez porque va destinada a lectores niños, del tado a lo largo de estos últimos veinte años escue-
mismo modo que se supone que un maestro de las de todo el país, escuelas de condiciones, geogra-
educación inicial necesita menos cantidad de saber fías y características muy diversas, verdaderamente
que un profesor de secundario. La infancia es un un privilegio.
concepto relativamente nuevo; dice Lloyd de
Mause en su Historia de la infancia que hasta casi ¿Qué opina de la construcción de talleres litera-
mediados del siglo veinte el niño era considerado rios en la escuela?
mano de obra barata, un bien que se podía explotar. Como literario podría entenderse tanto un
Por otra parte, la literatura infantil como campo taller de lectura como uno de escritura creativa, los
cultural es reciente, nace aquí en los años ochenta, dos me parecen indispensables, un espacio en la
después de la dictadura. escuela para explorar el uso de una palabra propia,
acrecentar lecturas, hacernos cargo de lo que deci-
Como reciente ganadora del Andersen, ¿qué sig- mos, escuchar los relatos de otros, desarrollar la
nifica para usted que este premio haya sido otor- imaginación, construir pensamiento, confrontar-
gado para una escritora de la entraña de nos con nuestros prejuicios, ir en busca de “la pro-
Sudamérica? pia cosa”, un espacio para saber acerca de nosotros
Para mi persona es algo excepcional, pero es mismos, porque existen en la escuela muchos espa-
también muy importante para la visualización de cios para saber sobre ciertas asignaturas, pero no
la literatura infantil de lengua castellana. Tal vez se siempre los hay para pensar y escribir acerca de
han conjugado muchas cosas en esta oportunidad, nosotros mismos, de lo más propiamente humano.
agregados a la obra misma, cuestiones que tienen En fin, se trata de aquella idea que Gianni Rodari
que ver justamente con que el Andersen hasta el instaló en los años sesenta, acerca de dar palabras
momento “no hablaba español”, como solía decirse a nuestros niños no para que sean escritores sino
en los corrillos del mundo hispánico. Pienso tam- para que no sean esclavos.
bién que este premio que se me ha dado tiene su
correspondencia en el momento que vive la litera- ***
tura infantil-juvenil argentina, en franco creci-
miento. Mirado desde ahí, tal vez no se trate de un María Teresa Andruetto
hecho aislado. Publicó, entre otras, las novelas Lengua madre
(Mondadori, 2010) y La mujer en cuestión (De
¿Cómo ha sido su experiencia respecto a la recep- Bolsillo, 2009), el libro de cuentos Cacería (Monda-
ción e inclusión de sus libros por parte de los dori, 2012) y para jóvenes lectores: La durmiente
niños en las escuelas? (Alfaguara, 2010), El incendio (Del Eclipse, 2008) y
Casi todo lo sucedido en la circulación de mis Agua cero (Comunicarte, 2009). En 2009 obtuvo el
libros se lo debo a los mediadores de lectura, maes- premio Iberoamericano a la Trayectoria/SM y en
tros o profesores en las escuelas. La recepción de 2012 el Premio Hans Christian Andersen, ambos
libros por ese camino y en el marco de esos acom- por su obra para niños.

31
“Ensayo sobre el Sujeto y el Otro”.
El estadio del espejo como instancia constitutiva
“Essay on the human being and the Other”.
The mirror stage as constitutive

Silvia Tomás*

Una beba de aproximadamente siete meses viaja cubierto su mirada y la hija se alivia y sonríe.
en un avión con sus padres. Como el viaje es largo, Ahora sí puede verse en el espejo del Otro.
los tripulantes han ofrecido un moisés donde acos- Siendo observadora ocasional de esta experien-
tarla, ubicándolo justamente frente al asiento de cia, me resulta imposible no recordar el estadio del
ellos. Sientan a la niña y le dan algunos objetos espejo planteado por Lacan en torno a la constitu-
para que juegue, un plato rojo de plástico, una taza, ción del yo y el narcisismo. Tomaré como apoyatu-
un sonajero. La beba toma los objetos, los mira y ra para mi trabajo el planteo realizado en el
los golpea contra el moisés, los lleva a su boca, Seminario 1, los escritos técnicos de Freud de los
explorando. Los padres asienten con la cabeza los años 1953 y 1954, donde Lacan aborda sus tres:
movimientos de la niña y también manipulan los real, simbólico e imaginario, para dar cuenta de la
objetos a la vista de la pequeña que mira y ríe muy construcción de la realidad.
vivazmente. También la niña juega con su voz, El estadio del espejo está vinculado al narcisismo
emite una especie de gorjeo que su madre acompa- de Freud pues da cuenta de la constitución del yo,
ña repitiendo los sonidos y asintiendo con su son- instancia que desde luego, no está desde el origen.
risa y su gesto. Para presentarlo tomaremos apoyatura sobre el
En un momento del largo viaje, la madre inten- modelo óptico planteado en el seminario mencio-
ta dormir para lo cual cubre sus ojos y se recuesta, nado. Se trata, en principio, de la imagen producida
el padre queda a cargo de la criatura para que su por un espejo cóncavo de superficie bien pulida. La
mujer descanse; pero la niña, que ya no encuentra particularidad de estos espejos es arrojar imágenes
la mirada de su madre, se horroriza y llora descon- de las llamadas reales. A la manera del arco iris, se
soladamente. El padre intenta entretenerla, hablar- proyecta una imagen que no se da sobre un espejo
le, pero no es posible calmarla. virtual, como sería el del botiquín del baño, sino
Al fin, la madre con un ligero movimiento de que tiene la apariencia de ser una imagen real, aun-
manos, retira su antifaz hacia atrás dejando al des- que en verdad es ilusoria, pues si uno quisiera tocar

* Psicoanalista (Escuela Freudiana de Bs. As.).

32
F(r)icciones Silvia Tomás

el arco iris, no lo lograría, sin embargo parece estar lización, sino por lo contrario, lo que está en juego
allí. es la fragmentación. Sugiero que ese ojo, ubicado
A ese espejo cóncavo se le va a enfrentar una en el modelo del ramillete invertido, representa la
caja abierta y debajo de ella se ubicarán flores y por mirada de la madre, es decir, su deseo y puntual-
encima el florero. Al chocar contra el espejo cónca- mente el deseo proyectado sobre ese hijo en una
vo, los rayos emanados por el reflejo de las flores, especie de anticipación, pues aunque se trate de un
se dará en el extremo inverso una imagen real, ser recién nacido, en principio un cachorro huma-
como lo marcan las leyes de la óptica que indican no, la madre imaginará allí un sujeto y en una
que la imagen aparecerá en forma invertida. especie de anticipación hará de ese soma un cuer-
Las flores que están por debajo de la caja se po, pues al libidinizar los agujeros de la superficie
verán proyectadas arriba, como si estuvieran den- corporal, los convertirá en bordes erógenos.
tro del florero. Esa imagen así planteada como la Piénsese en la boca, los orificios parpebrales, por
vemos a continuación se producirá si se cuenta con ejemplo, todos los agujeros del cuerpo serán inves-
un ojo ubicado en el lugar estratégico desde donde tidos por quien cumpla el papel de Otro catectiza-
puedan verse el jarrón con las flores dentro. Así dor, quien no sólo asistirá en la necesidad, sino fun-
como cuando uno está parado frente al arco iris y damentalmente en la función de entendimiento.
quiere transmitirle a otro esa visión y entonces le Este primer esquema del ramillete invertido,
dice: “vení, vení a verlo, desde acá lo verás mejor”. nos permite pensar en esa función primaria y sus-
Es decir, la ubicación del ojo es importante. Ese ojo tancial que opera en la constitución del narcisis-
es fundamental y no puede estar en cualquier lado, mo a través del deseo de la madre, es decir, de
requiere de una ubicación puntual, ya que la ima- aquel Otro que desea a ese infans como nadie. Es
gen se verá desde un punto estratégico frente al remarcable la función desiderativa que permite
espejo cóncavo. Veamos el modelo: poner en marcha algo del orden de la pulsión a
través de la demanda. Diría que se trata de un
narcisismo primitivo, que el Otro materno ofrece
al bebé y sin el cual, éste estaría en peligro de
vida. Basta recordar los casos gravísimos plantea-
dos por Spitz en los cuales este deseo no ha ope-
rado libidinizando, es decir, contrarrestando a la
pulsión de muerte. Las caras de horror que mues-
tra este autor cuando se refiere al marasmo,
muestran flagrantemente la ausencia de esa ana-
clisis incial en la cual necesita apoyarse inexora-
blemente una cría humana para sobrevivir. Tal
como lo vemos en el ejemplo de la jovencísima
pasajera del avión, quien precisa de la mirada de
su madre para sostenerse, no le basta con que esté
Así, esa imagen real (pero ilusoria), que logra con- allí con todo su ser, precisa de su mirada y de su
jugar las flores dentro del florero, armando la “ges- voz porque su deseo no es sustituible, aunque se
talt”, se asimila a la imagen del cuerpo unificado cuente con un amoroso padre que se presenta dis-
del bebé, gracias a la mirada de la madre, que invis- puesto a hacer el relevo, el deseo de “ese” Otro es
te la totalidad cuando en realidad no hay tal globa- puntualmente inintercambiable.

33
Silvia Tomás F(r)icciones

Entonces estamos en tiempo de erogenización Notemos que el ojo está ahora colocado en otra
de bordes de lo que se constituirá en el cuerpo, cur- posición. Ya no mira la imagen arrojada por el espe-
samos también el momento en que las pulsiones jo cóncavo, la imagen real directamente; sino que
comienzan a intrincarse, ya que la madre mira a la ve proyectada en el espejo plano la imagen virtual
vez que habla a su hijo y lo sostiene en sus brazos de la imagen real. Esta imagen unificada que el
catectizando también la zona de tracto anal. La niño ve en el espejo es la imagen de sí que recibe
mirada, la voz, el abrazo, se conjugan, envuelven un con júbilo al reconocerse. Identificarse con esa ima-
cuerpo que en sí no es más que fragmentación. Se gen, que lo que está afuera pase adentro, en un
sostiene y se maniobra con el cuerpo del niño, movimiento de báscula que le permite hacer suyo
mientras se lo mira con deseo, dando una sensación algo que está en el exterior. A través del espejo del
de globalidad tal como lo hace el ojo en el esquema. Otro el niño hace suya la imagen porque el Otro
En la imaginación de su madre, el bebé recién naci- autentifica la experiencia, habilita la identificación.
do es un sujeto, lo piensa ya con su nombre, le asig- El niño reconoce su imagen, la ve como propia y
na parecidos y lo ve en proyección, más adelante. el Otro habilita esta incorporación: ¿qué significa
Tal la función del Otro en los primeros tiempos habilitar esta incorporación?, que el niño no pende
del sujeto: proveerle, mediante su deseo, de un nar- sólo del deseo de la madre como en un principio,
cisismo pre especular, porque es donado directa- que hace sus propios e incipientes movimientos con
mente por el Otro, pues aun no es propiedad del mayor independencia, aunque amarrado a las reser-
sujeto. Para que esto ocurra deberá advenir la ins- vas que le donara el espejo del Otro. Si este Otro
tancia del espejo plano en la cual el niño ya se ve a cuenta con su falta y con el lugar para pasar la ley
sí mismo, se reconoce a través de lo que fue en un del padre, habilitará también el deseo de su hijo,
principio el espejo del Otro. permitiendo que agarrado, ensaye su desprendi-
Describiremos primero el dispositivo del mode- miento. El niño mismo se perfila como sujeto dese-
lo óptico y luego veremos cómo puede pensarse ante y deseará ser el objeto de deseo de su madre, es
este andamiaje en relación a la constitución del decir, su falo.
narcisismo. El estadio del espejo se ordena esencialmente
sobre una experiencia de identificación fundamen-
tal, en cuyo transcurso se realiza la conquista de la
propia imagen, la imagen de su propio cuerpo. Es
que antes de esta experiencia el cuerpo es experi-
mentado como algo disperso. Así, la imagen del
cuerpo es estructurante para la identidad del suje-
to que realiza en ella su identificación narcisística
primordial.
Una vez reflejado en el espejo plano, contando
con la imagen de sí donada en principio por el
Este dispositivo cuenta con: el espejo cóncavo, la deseo del Otro, será fundamental poder balancear-
caja, se agrega un espejo plano en el cual se reflejan se en el espejo, siendo y no siendo “a imagen del
imágenes virtuales, como las de los espejos en que Otro”. Operación de balanceo que se dará a lo largo
nos miramos en la toilette. Debajo de la caja se ha de toda la vida y no solamente en los momentos
colocado un florero y arriba, las flores. La experien- iniciales, si se cuenta con el rasgo propio que per-
cia se denomina la del florero invertido. mita agujerear el espejo.

34
F(r)icciones Silvia Tomás

De la batería de significantes donada por el


Otro se extraerá un significante amo, el rasgo Descriptores
Unario, que por ser propio (aunque extraído del Sujeto, estadio del espejo, función materna,
campo del Otro), será creación del sujeto y lo repre- madre suficientemente buena, sostén, apuntala-
sentará. Un hombre adulto, recuerda un juego que miento, soma, zona erógena, desamparo, cuerpo
le contaron que hacía cuando era muy pequeño, fragmentado, madre suficientemente buena.
aproximadamente dos años y medio: quería que le
cortaran papeles en forma de billetes para poder Resumen:
jugar y cuando no lo hacían, lloraba diciendo “quie- El sujeto no es causa sui, sólo puede pensarse a
ro peyo, quiero peyo!”. En su “lalangue” pedía partir del entramado que se inaugura en el encuen-
dinero. Recuerda a su madre, como una mujer muy tro con un Otro, donante de su deseo y en la situa-
interesada en el bienestar y el porvenir económico ción a través de la cual, por medio de la demanda
de la familia, entre otros intereses estaba en ella inaugural, se troca el grito en llamado. Valgámonos
muy presente el interés comercial. El niño, deveni- del estadio del Espejo, formulado por Jacques
do luego señor de negocios, supo leer entre todas Lacan, para pensar en este alumbramiento que da
las demandas de la madre una y hacerla propia. pie a la constitución del narcisismo conjuntamente
Había captado muy bien el pequeñín por dónde con la construcción de la realidad por el tejido que
pasaba el interés materno. De Allí extrajo un rasgo resulta de real, simbólico e imaginario.
que lo representaría a él como sujeto.
Uno de los problemas que he planteado en
otro lugar en relación a “la función materna” es Bibliografía
que cuando el Otro se ubica en posición maître, es Amigo, Silvia: “Clínica de los fracasos del fantasma”, Bs. As., Ed.
decir amo, se da precisamente el caso en que no Homo Sapiens, 1999
Flesler, Alba: “El niño y sus padres en el análisis”, Bs. As., Ed.
se le permite al niño la extracción del significante
Paidós, 2011
propio, es decir, del rasgo Unario que posibilita el Freud, Sigmund (1950 [1895]): “Proyecto de psicología para neu-
agujereamiento del espejo. Se lo obliga así a per- rólogos”, Obras Completas, Vol. I, Bs. As., Ed. Amorrortu, 1981

manecer pies juntillas en la referencia del Otro, Lacan, Jacques: Seminario 1: Los escritos técnicos de Freud, Bs.
As., Ed. Paidós, 1995
sin poder pasar a anotar la identificación secunda- ———————— Seminario 9: La identificación
ria: S1 como propio; quedando a merced de la ———————— Seminario 14 (1966): La lógica del fantasma
mirada del Otro para constituirse. El sujeto se ve Tomás, Silvia: “La función materna. El otro como maître en las
encrucijadas de la subjetividad”, Bs. As., Ed. Letra Viva, 2011
entonces impedido de hamacar el espejo.
Winnicott, Donald: “Realidad y juego”, Barcelona, Ed. Gedisa,
Consecuencias de esta posición las encontramos 1999
más del lado del estrago que del síntoma, tal
como me recuerda el relato de una paciente
melancolizada que en su adolescencia no podía
tomar la más mínima decisión y preguntaba a Silvia Tomás es miembro de la Escuela freudiana de Buenos Aires,
todos: “qué está bien y qué mal”, se encontraba Supervisora y Coordinadora docente de Centro dos, Supervisora y
Coordinadora docente de Centro Ulloa, docente de maestría en
en la máxima desorientación de su deseo por no psicoanálisis Universidad Kennedy, autora de “La Función mater-
haber contado ella, en tiempos instituyentes, con na, El Otro como maitre en las encrucijadas de la subjetividad“ y
autora y compiladora de “Clínica psicoanalítica con niños, púbe-
la convalidación de quien entonces ocupaba el res y adolescentes“.
lugar del Otro, validación necesaria para realizar
el desglose del rasgo Unario.

35
Los procesos imaginativos en el psicoanálisis
con niños y adolescentes
Imaginative Processes in Child and Adolescent Psychoanalysis Therapy

Analía Wald*

“El inconciente nombra un acontecer”


Gilberto Koolhaas

Este trabajo parte de interrogantes surgidos en la dros somáticos de mayor gravedad que en períodos
actividad clínica con niños y adolescentes. Si bien anteriores.2
originariamente se trata de desarrollos investigati- No vamos a desarrollar los condicionantes epoca-
vos en el marco del Programa de Asistencia les que encuadran esta problemática, pero basta seña-
Psicopedagógica de la Facultad de Psicología de la lar que en situaciones de crisis económica y social, la
Universidad de Buenos Aires, los aportes se hacen relación entre padres e hijos se concretiza, rigidifica y
extensivos a la clínica de niños y adolescentes en precariza en la transferencia de un lenguaje funda-
general1. Las producciones simbólicas de los niños, mental pobre que impide la transferencia de la lógica
–formas singulares de dibujar, narrar, jugar o cons- simbólica necesaria para el despliegue psíquico en los
truir conocimientos–, derivadas por problemas en niños (Schlemenson, 2009). Esto dificulta las posibi-
el aprendizaje escolar, muestran una predominan- lidades de incorporar fluidez en el manejo de distin-
cia de aspectos evacuativos o de vacío que redun- tos códigos requeridos por el uso de las nuevas tecno-
dan en un empobrecimiento del tejido psíquico y logías, que en vez de potenciar la imaginación, resul-
en requerimientos defensivos cada vez mayores. tan al servicio de la descarga inmediata y la retrac-
Estas modalidades de simbolización suelen acom- ción en el intercambio con otros.
pañarse de conductas impulsivas, hiperactividad, En un trabajo anterior3, definí los procesos ima-
desatención, inhibiciones, sobreadaptación y cua- ginativos como actividades representativas que

* Psicoanalista (APA).
1. El Programa de Asistencia Psicopedagógica depende de la Cátedra de Psicopedagogía Clínica y la Secretaría de Extensión Universitaria
de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires y desde 1984 brinda psico-diagnóstico y tratamiento a niños con pro-
blemas en el aprendizaje pertenecientes a sectores de pobreza.
2. Estos desarrollos están vinculados a los Proyecto de Investigación: “Procesos imaginativos en los dibujos de niños con problemas de
aprendizaje antes y después del tratamiento” financiado por el Research Advisory Board de la IPA (2010-2012) y “Tratamiento psicope-
dagógico en niños y adolescentes en situación de pobreza” subsidiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.
(2009-12).
3. ¨Os Processos Imaginativos em Meninos e Meninas com problemas de Aprendizagem¨, Vol. 16, No 3 (2010): 437-447. Psicologia em
Revista. Universidad Puc Minas. Brasil. ISSN 1678-9563.

36
F(r)icciones Analía Wald

involucran la creación de sentidos novedosos que códigos, ni integrarlos a dinámicas procesuales


transforman y enriquecen la herencia simbólica, a diferenciadas.
la vez que complejizan el psiquismo de los sujetos. Ese entrelazamiento entre objeto referido y sen-
En esta oportunidad me propongo profundizar en tido es el trabajo de la imaginación en su nivel más
las relaciones entre fantasía, imaginación, realidad profundo e inconciente. Así, en los niños peque-
y sus implicancias para la actividad clínica. ños, la elaboración imaginativa implica la produc-
ción de los primeros textos, “escena de escritura”
Imaginación y realidad (Derrida); estructura encuadrante que, en tanto
Desde una perspectiva filosófica, Mary matriz de ligadura de afectos y representaciones, es
Warnock (1994) propone la necesidad de la idea de condición de posibilidad para poder “imaginar” el
imaginación como un puente entre lo que percibi- mundo en el que vivimos.
mos y lo que suponemos que es una interpretación
verdadera de lo que percibimos. Los modos en que Repensar la transicionalidad
interpretamos pueden ser bastante reglados, admi- Winnicott (1996) llama “creatividad primaria”
tiendo uno o dos modos posibles, o pueden ser más a la capacidad del niño de crear una imagen de
bizarros e inventivos como en el juego o las aluci- aquella forma capaz de apaciguar sus necesidades.
naciones. De esta formulación se derivan discusio- Así, nos adentramos en el campo de “ilusión-desi-
nes más recientes en contextos epistemológicos o lusión” (1971) que remite a los orígenes del psi-
estéticos ¿Cómo podemos validar una interpreta- quismo y donde podemos desarrollar conceptos
ción de la experiencia perceptual cuando no es como el de “trabajo del sueño alfa” (Bion, 1984),
obvia? La respuesta que da Warnock no se aleja “imaginación radical” de Cornelius Castoriadis
mucho de la respuesta de Bion (1984). Es en base a (2001), “imaginación” en Vigotzky (2003).
presunciones compartidas: sentido común, el Diversos autores, a partir de Winnicott, han
modo cultural de entender las relaciones entre las prestado interés a las transiciones, las superposi-
cosas. El problema no es la interpretación de imá- ciones y los acoples, a lo que sucede en las “zonas
genes transparentes si conocemos la regla –acep- intermedias”. Derrida (1964) desarrolla la noción
tando que los sentidos son simbólicos dentro de de frontera, de un ir y venir entre campos, entrando
una determinada cultura– sino cuando se trata de y saliendo. El concepto de límite será central en las
metáforas: “me taladró con los ojos”, “me azotó teorizaciones de Green (2003). Ricardo Rodulfo
con su lengua”. La característica de la metáfora es (2009) hace una lectura de Winnicott donde jerar-
que las dos aplicaciones de la palabra se entienden quiza la dimensión de “suplemento” a diferencia de
simultáneamente. Muchos de los adolescentes que sustituto simbólico, y el valor de realidad, de expe-
nos consultan, no tienen la capacidad de compren- riencia, de acontecimiento que tiene el fenómeno
der y producir metáforas. Pueden leer mapas pero transicional y su rol como mediador entre distintos
los símbolos no despiertan su imaginación. Pueden tipos de procesos.
interpretar la experiencia cuando se trata de símbo- La consulta por Juana se realiza porque en el
los no ambiguos, pero no pueden moverse de los nuevo colegio en el que se dispone a cursar sala de
sentidos convencionales. Y esto ocurre con todo 5 años le sugieren hacer una permanencia. En la
tipo de códigos (gráficos, narrativos, escritos, ana- entrevista de admisión al nuevo colegio no pronun-
lógicos, digitales), aun cuando puedan combinar- ció palabra, ni jugó, ni dibujó. En realidad, Juana
los. Intentan remitir las novedades a significados no puede separarse de la mamá más que en el jar-
convencionales establecidos sin “jugar” con los dín de infantes al que venía yendo hasta ahora. Los

37
Analía Wald F(r)icciones

padres de Juana la suponen, y tienen razón, una está bien. Con el tiempo, solo se asomará por la
nena muy inteligente. Sin embargo, por lo que me escalera para asegurarse que sigue allí. El modo
cuentan, más que jugar, en su casa ordena juguetes, más habitual de pensarlo sería que necesita verifi-
hace filas, acomoda. Tampoco dibuja. No puede car que no ha dañado a su mamá, pero hay un
concurrir sola a cumpleaños, ni a la casa de ami- suplemento: Juana dice que le preocupa que su
gos. Durante seis largos meses, Juana se comporta mamá se ponga triste. La creatividad e imaginación
como un apéndice de su madre, llega a su sesión de Juana están al servicio de mantener divertida a
escondida entre sus piernas, con el dedo en la boca una mamá que nunca se divierte y que está al borde
y cualquier atisbo de separación es vivido con una de la depresión. Para su mamá elige canciones,
angustia desbordante que se manifiesta en llantos piensa actividades y le encomienda tareas, mien-
y espasmos. En los primeros tiempos, Juana juega tras ella corre. Con el tiempo acepta mi sugerencia
a la pelota con su mamá, mira los juguetes, se los de llevar la casita y los muñecos a la terraza. Elige
muestra. Hace “como si” yo no existiera, pero un bebé y dice que no tiene cuarto porque cuando
sabiendo que estoy. Más adelante comienza a nació ya no quedaba nada. Luego de algunas sesio-
hablar con su madre para pedirle que dibuje, que nes en las que nuevamente corremos y saltamos,
ordene juguetes, y también que me informe acerca vuelve a jugar con la casita. Sorprendentemente,
de algunas cuestiones. Surge en la historia de la esta vez el bebé tiene un cuarto hermoso, con lám-
madre que estuvo entregada a un duelo por una para, televisión, sillones, en fin, muchas cosas.
sobrinita que falleció tras un largo padecimiento en Juana explica que el bebé fue al basurero y encontró
el período inmediatamente anterior al nacimiento cosas, y que con las cosas que encontró se hizo un
de Juana, quien llegó “por milagro”, ya que su cuarto muy lindo. La sesión siguiente, Juana dibujó
madre había realizado intentos infructuosos por por primera vez, ordenada y meticulosamente, “el
tener hijos. El padre, siempre excluido del vínculo cuarto más lindo de la casa”.
entre madre e hija, se ofende y autoexcluye con El cuarto que crea Juana no es ni otra realidad,
cada desplante de Juana. Con el tiempo, Juana ni un sustituto simbólico de nada, sino pura crea-
mira con ganas la escalera que lleva a la terraza de ción a partir de retazos, suplemento a partir de la
mi consultorio. La invito a subir pero le digo que organización intrapsíquica de un espacio interme-
allí no pueden estar las mamás, solo los niños y su diario que abre a la posibilidad de imaginar. Así
psicóloga. A partir de ese momento, ella se dispone puede transformar la investidura fusional con la
a inventar estrategias para mantener a su mamá madre y habitar otros lugares que cobran existencia
divertida y ocupada mientras nosotras jugamos en para ella en la medida en que los transitamos
la terraza. Le pone música, le indica actividades y dejando sus huellas. Crear un cuarto para poder
le prepara materiales para dibujar, recortar, pegar, habitar el propio cuerpo. El trabajo en el espacio
etc.; mientras nosotras estamos en la terraza y “inter” permite redireccionar la investidura fusio-
Juana corre en círculos sin parar. Por un buen tiem- nal con la madre a la reorganización de la estructu-
po le propongo variaciones sobre el tema del correr: ra narcisista. El contacto con la realidad se constru-
corremos dejando huellas, saltando, nos persegui- ye por superposición de experiencias, y no por opo-
mos, nos imitamos, jugamos a distintas manchas, sición, frustración o imposición de límites. Como
bailamos. La pasamos bien y se inicia un contacto todos los niños, Juana sólo renuncia a formas de
corporal entre nosotras: hacemos trencitos, corre- descarga pulsional en la medida en que encuentra
mos de la mano. Juana solo me habla para decirme, formas de satisfacción “suplementarias”. Los pro-
cada tanto, que quiere bajar para ver si su mamá cesos imaginativos son formas mediatizadas de

38
F(r)icciones Analía Wald

satisfacción a través de la construcción de suple- sidad de herramientas teórico-clínicas que permi-


mentos, formas simbólicas novedosas que permi- tan diferenciar entre funcionamientos simbólicos
ten re-crear lo ya-ahí, articulando la dimensión de repetitivos, evacuativos o vacíos, de aquellos otros
un sufrimiento hasta ahora infigurable. La posibili- que articulan la creación de novedades, ya sea en
dad de crear subjetivamente la realidad implica la el contenido como en las formas, y que inauguran
posibilidad de instrumentar procesos psíquicos no modos singulares de simbolizar de niños y adoles-
evacuativos o desimbolizantes, creando sentidos centes. La dinamización de los procesos imaginati-
novedosos que complejizan y arborizan el tejido vos en la actividad clínica con niños y adolescentes
psíquico. promueve transformaciones psíquicas que hacen a
Para concluir, el trabajo imaginativo se desplie- la posibilidad de combinar códigos, procesos y
ga a partir de las mociones pulsionales activadas representaciones heterogéneos. Se presenta una
por la situación transferencial e implica formas de viñeta para ejemplificar el despliegue de los proce-
trabajo psíquico en áreas intermedias que integran sos imaginativos en la clínica con niños.
dinámicas procesuales diversas y polisémicas. Este
proceso se sostiene en el encuadre interno del (la) Bibliografía
analista, que es la matriz representativa precon- Castoriadis, C. (1993). Lógica, imaginación y reflexión. In: R.
ciente (Green, 2005) que otorga garantía y funda- Dorey & otros. El inconsciente y la ciencia. (J. L. Etcheverry
Trad.). (pp. 21-50). Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original
mento a la diversidad de los modos de intervención publicado en 1991).
en la práctica clínica. Derrida, J. (1964). Márgenes de la filosofía. Buenos Aires:
Editorial Cátedra
Green, A. (2005). Ideas directrices para un psicoanálisis contem-
Descriptores: poráneo. (L.Lambert Trad.). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.
Encuadre psicoanalítico, capacidad de simboli- (Trabajo original publicado en 2003).
Rodulfo, R. (2009). Trabajos de la lectura, lecturas de la violencia
zación, transformaciones, imaginación. Buenos Aires: Paidós.
Schlemenson, S. (2009). El trabajo clínico en el tratamiento psi-
Resumen copedagógico. Praxis e investigación. Buenos Aires, Paidós.
Vigotsky, L. (2003). Imaginación y creación en la edad infantil.
El artículo propone la articulación de concep- Buenos Aires: Nuestra América.
tualizaciones referidas a la imaginación en el abor- Wald, A. Os processos imaginativos em meninos e meninas com
daje psicoanalítico de niños y adolescentes con pro- problemas de aprendizagem en Psicologia em Revista, Belo
Horizonte, v. 16, n. 3, p. 437-447, dez. 2010 447
blemas de simbolización. A partir de interrogantes
Warnock, M. (1994). Imagination and Time. Oxford U.K:
clínicos, se ha elaborado un entramado conceptual Blackwell Publishers.
conformado por desarrollos de distintos autores del Winnicott, D. (1986). Realidad y juego. (F. Mazía Trad.).
Barcelona, España: Gedisa. (Trabajo original publicado en 1971).
psicoanálisis contemporáneo que explícita o implí-
Winnicott, D. (1979). El proceso de maduración en el niño. (J.
citamente abordaron el tema, y se postula la nece- Beltrán Trad.). España: Laia. (Trabajo original publicado en 1965).

39
El pasado de lo actual
The past of what’s actual

Dr. Raúl E. Levín*

Así como los astrónomos pueden “ver” cuerpos El padre es oriundo del país en que residen.
luminosos, estallidos y movimientos de objetos Aprovechan este viaje para hacer una consulta psi-
ocurridos en el espacio hace millones de años como coanalítica por Ricardo.
si fueran actuales, el telescopio psicoanalítico Todos hablan el castellano, aparte del idioma
puede rescatar y reconstruir traumas ocurridos en propio del país en el que viven. Por lo tanto no hay
el período de la represión primaria. problemas para realizar las entrevistas necesarias
No se trata solamente de identificar el trauma, para un diagnóstico psicoanalítico.
sino de sumirlo en un sentido relacionado al con- La preocupación en torno a Ricardo es que a pesar
texto familiar y social. Esta operación suele derivar de tener un alto coeficiente intelectual tiene un mal
en efectos inmediatos de desanudamiento de los rendimiento escolar. Es hiperactivo y le cuesta con-
temas que fueron motivo de consulta. Luego se centrarse para estudiar o escuchar a los docentes. La
notará si hubo movimientos relacionados a las relación con los compañeros es variable: con algunos
alteraciones que preocupaban, y a la vez si se inicia se lleva bien pero con otros muy mal. Suele ser objeto
un sentimiento de angustia y circulación de inte- de “cargadas” y otros malos tratos por parte de estos
rrogantes que presentifican el trauma, pero ahora últimos, y su reacción es de angustia y ofensa.
en una trama que deja atrás la inmovilización de En alguna ocasión le han sugerido desde la
sus efectos, ubicándolo en texto y contexto en una escuela (a través de profesionales) que tome
activa dinámica en términos de una neurosis. Ritalina, pero los padres se opusieron.
Mucho temor a la agresividad. Ha sido golpeado
Una consulta psicoanalítica por algunos compañeros. Sin embargo tiene una
Ricardo tiene 8 años. Vive con sus padres y sus vida social establecida e intensa con los más amigos.
dos hermanas en un país europeo. La madre es Tiene mucho miedo a la muerte, y se angustia
argentina y viajan frecuentemente a la Argentina particularmente al enterarse del deceso de cualquier
para visitar a sus familiares. persona, aunque no sea del entorno cercano.

* Psicoanalista (APdeBA).

40
F(r)icciones Dr. Raúl E. Levín

Hubo un episodio que marcó la vida de la fami- su hijo. Esta circunstancia sigue acosando a la
lia, y posiblemente dejó huellas tempranas en la de madre, quien, como dije, tiene al respecto un fuerte
Ricardo. La madre se explaya especialmente sobre sentimiento de culpa en relación al hijo.
este tema, con angustia y sentimientos de culpa y Cito a Ricardo para la primera hora de juego
remordimiento. Cuando Ricardo tenía 8 meses y diagnóstica.
aún era amamantado, murió trágicamente una
sobrina en Buenos Aires. Era una niña de 11 años, Encuentros con Ricardo
que jugando con un grupo de amigas, no advirtió Me saluda y espontáneamente, con mucha sol-
que había una puerta de vidrio transparente cerra- tura, se sienta ante la mesa del consultorio de
da, y la atravesó corriendo. Las heridas cortantes niños. Con toda naturalidad, como si me conociera
provocadas por el estallido del vidrio provocaron su de toda la vida, antes de darme tiempo a que me
muerte casi inmediata. Su tía –la madre de presente y le dé alguna explicación o consigna,
Ricardo– viajó de urgencia a Argentina, interrum- toma un papel y realiza un dibujo que le lleva
piendo bruscamente la lactancia (y el contacto) con buena parte del primer encuentro.
Usa la caja de lápices como
regla. Traza una línea horizontal
más o menos en el cuarto inferior
del papel. Sobre dicha línea, apli-
cando la regla, dibuja una cadena
de montañas con picos que confor-
man ángulos muy agudos. Resalta
la impresión de que se trata de
bordes y cumbres filosas. Se me
impone con inmediatez la asocia-
ción de estas montañas con frag-
mentos de vidrio con bordes y
puntas cortantes. Esta imagen se
me hizo más convincente al pin-
tar las montañas con el mismo
lápiz de escritura que utilizó para
dibujarlas, ya que quedaron de un
color gris como suele aplicarse a la
pintura del dibujo de un cerra-
miento de vidrio. La culminación
puntiaguda de las montañas fue-
ron pintadas de blanco y azul,
como otorgando cierta luz y trans-
parencia. Ciertas irregularidades
de las laderas (podrían ser vertien-
tes o arroyos), están representadas
como líneas negras oscuras y con
curvas, orientadas en un sentido
casi vertical.

41
Dr. Raúl E. Levín F(r)icciones

Obviamente, relacioné estas montañas de cos- agresión. En continuidad con las alusiones a sus
tados rectos y terminación en punta, con restos de miedos, faltando poco tiempo para terminar la
una ventana de vidrio al ser rota por un golpe, tal hora de juego, agrega: “Cuando tengo sueños malos
como ocurrió en el accidente de la prima. tengo miedo que me pase de verdad”. A continua-
Luego dibuja un sol en la esquina superior dere- ción me cuenta dos sueños.
cha. Aunque de una coloración inflamada, está Al primero no lo puede recordar totalmente,
reducido a su cuarta parte, y parece insuficiente pero estaba referido a una casa en que “vivía un
para dar luz y calidez a las montañas. señor que era vampiro”. Él estaba adentro y sus
Luego de terminar el dibujo de las montañas, amigos afuera: “Saqué la cabeza afuera por la ven-
por debajo de la línea horizontal que trazó al tana del primer piso, atrás había la sombra de
comienzo dibuja un río (de color azul) que atraviesa alguien y grité”. Y me aclara: “y grité en serio”.
el papel a lo ancho, con cinco afluentes que llegan El otro sueño: “No se lo pude contar a nadie
hasta las montañas, aunque sin entrar en contacto porque me da miedo contarlo”. Pero a continuación
con ellas al estar interrumpidos por la línea con me lo cuenta: “Había una puerta con botones, que-
que dividió el papel. ría abrir esa puerta, y me mostraron la puerta un
Una mirada panorámica al dibujo nos hace señor y una señora con ojos de botones”.
pensar en una importante escisión en el espacio Se ha terminado el tiempo, pero tengo la impre-
mental y subjetivo de Ricardo. sión de que este encuentro se hubiera podido pro-
Cuando lo termina, me presento, le digo algu- longar mucho más. Le digo que tenemos que dejar
nas palabras de rigor, que estuve con sus padres, –por otra parte la madre ya lo ha venido a buscar–
que me contaron cosas de él y la familia, etc. Pero y que vamos a tener otro encuentro. Agrego que
tengo la impresión de que mis palabras están de voy a estudiar su dibujo, pensar lo que hablamos, y
más. Parece como si ya hubiera estado instalado en que tendremos la oportunidad de charlar sobre
el campo de un análisis desde antes de entrar al estas cosas. Ricardo asiente.
consultorio. En el segundo encuentro conversamos sobre lo
Le pregunto entonces qué es lo que dibujó: “En que yo pude entender de su dibujo y de sus miedos
verano, las montañas que esta derritiendo la nieve expresados en las pesadillas.
de la montaña y se va al río.” Luego agrega: “Las Con palabras sencillas, sin pretender ser minu-
montañas son negras, no marrones. (Transcribo las cioso ni exhaustivo, intento transmitirle mi impre-
palabras textuales de Ricardo, respetando sus fallas sión de que las montañas representan los peligro-
de sintaxis, originadas seguramente en que el cas- sos fragmentos de vidrio que hirieron a su prima en
tellano no es su idioma habitual). el accidente. Siempre con el dibujo a la vista tam-
Decido no hacer por ahora ninguna interven- bién le hablo del espacio mental que ocupa en él la
ción relacionada a lo que me sugiere el dibujo y las circunstancia de ser el portador de la memoria del
palabras con que lo describe. acontecimiento trágico que seguramente conmovió
Le pregunto cómo se ve a sí mismo, cómo es su y tuvo efectos en él y en toda la familia. En térmi-
vida. Se lo nota con necesidad de hablar. Empieza nos narrativos y accesibles, aludo a lo escindido
diciendo: “Me siento un poquito solo”. Luego me que transcurre ese mundo de representaciones que
cuenta de su aislamiento, de peleas con sus compa- tanto lo asustan. El río, por el cual eventualmente
ñeros, y hace mucho hincapié en que vive con un podría descargarse el derretimiento de hielo y nieve
permanente sentimiento de miedo, especialmente de la montaña-vidrio, está desconectado de los
lo relacionado a la sangre y a ser objeto de alguna cinco afluentes, quedando apartado de la posibili-

42
F(r)icciones Dr. Raúl E. Levín

dad de que estos productos sean llevados hacia lizo para tomar las “horas de juego”, y se queda
otras regiones. El peligro queda inmovilizado, con- Ricardo esperando.
gelado en la montaña, sin posibilidad de ser trasla- En la reunión los padres destacan que Ricardo
dado hacia una corriente que represente la elabora- no contó mucho acerca de sus encuentros conmi-
ción o eventualmente la catarsis. Los cinco afluen- go; sólo comentó que hizo un dibujo. Pero lo nota-
tes obstaculizados en su conexión con la montaña ron mucho más tranquilo y pendiente de esta rela-
podrían aludir a que la escisión existe en los cinco ción que se había establecido conmigo.
miembros de la familia. Pero él es el depositario de Yo les transmito nuevamente lo que develamos
esta imagen que mantiene actual el acontecimiento analizando dicho dibujo. Los padres quedan muy
que marcó en el pasado a toda la familia. impactados. Le pregunto a la madre cómo estuvo (y
Esto que expongo aquí en pocas líneas y con está) su hermana respecto al fallecimiento de su
palabras que puedo compartir con colegas, fue hija. Me llama la atención la respuesta: “Ella siem-
dicho tomándome mucho tiempo y dando la posi- pre lo llevó muy bien”. Esta respuesta me hizo pen-
bilidad de intercambiar opiniones con Ricardo. sar que en cierto sentido, como suele ocurrir con
Ricardo escuchó con mucha atención mis pala- algunas situaciones traumáticas, sus efectos habrían
bras, en general asintiendo a lo que yo le decía. tendido a quedar negados, escindidos o aún forcluí-
Parecía bastante impactado y muy interesado. En dos. Estos son los casos en los que el trauma suele
varias oportunidades me hizo preguntas para que le quedar enquistado, “congelado”, en algún miembro
explique mejor, y creo que comprendió lo que le de la familia, no necesariamente de los que parecen
quise transmitir. En uno de sus comentarios me más próximos a la víctima. Pero no olvidemos que
contó un accidente que tuvo esquiando: cayó sobre tras la situación traumática representada como rela-
una piedra y se hizo una pequeña herida en la cabe- cionada a la prima, podría haber otra versión en la
za de la que salía sangre. Pero esta vez no le dio ver- frágil subjetividad de Ricardo, en un período subsu-
güenza porque estaba solo con su familia. mido en la represión primaria, a punto de partida del
Al terminar la entrevista combino con la madre brusco destete y el intempestivo alejamiento de la
un horario para que venga con el padre a lo que madre. En ese sentido, en un plano diferente al que
sería un último encuentro, ya que están a pocos comentamos con Ricardo y luego sus padres, las
días de volver a su casa en Europa. Me despido de montañas frías y cortantes podrían representar los
Ricardo, pensando que al menos por un largo tiem- pechos sin calidez, desnutridos, y por sobre todo
po, no lo volveré a ver. investidos y revestidos por la agresividad que la
situación despertó en Ricardo y proyectó en ellos.
Entrevista con los padres (...y Ricardo) Las montañas serían los fragmentos de vidrio, pero
A la hora acordada llegan los padres, y –para mi en otro plano serían los pechos investidos del sadis-
sorpresa– también Ricardo. Tengo un momento de mo oral de Ricardo bebé, de ocho meses. Si llegára-
vacilación porque no sé si incluirlo en esta última mos a este plano, incluso también en una más de las
entrevista a la que solemos llamar de “devolución acepciones de las montañas, éstas podrían represen-
de un psicodiagnóstico”. Los hago partícipes de que tar los dientes del bebé, seguramente filosos y (aun-
yo esperaba solo a los padres, y les pregunto a los que esto sea especulativo) que en algún momento
tres si les parece bien que mientras converso con pudieron provocar alguna lastimadura sangrante en
los padres, Ricardo espere en el consultorio de el pezón o la piel del pecho.
niños. Todos aceptan la idea con buen talante. Esta última interpretación no les fue transmiti-
Llevo ahí los juguetes y el resto de material que uti- da a los padres. Pensé que aún era prematura y

43
Dr. Raúl E. Levín F(r)icciones

seguramente aludía a lo aún no preconsciente. De Llamado telefónico de los padres


todos modos los sentimientos de culpa de la madre Aproximadamente a las dos semanas de la últi-
y el miedo a la sangre de Ricardo podían avalar esta ma entrevista, recibo un mail de los padres pidien-
hipótesis. También podían hacer presumir que el do combinemos una llamada telefónica.
abandono de la madre hubiera sido relacionado por Concertamos un horario. Converso con la madre y
Ricardo como efecto del daño de su sadismo oral, y con el padre. La madre me comenta que Ricardo
él también hubiera experimentado el alejamiento “anda muy bien”, le dio mucha tranquilidad hablar
de la madre como articulado a un daño que él le conmigo. “Es otro chico”. Tal como lo habíamos
hubiera infligido, por lo que también podrían haber hablado en Buenos Aires, me plantearon el deseo
quedado en él sentimientos de necesidad de castigo de que inicie un psicoanálisis telefónico. Les doy
y culpa. algunas consignas para el desarrollo de la terapia y
A los padres la entrevista los movilizó mucho, acordamos un horario semanal para las sesiones.
y les pareció que se estaba hablando de algo muy Antes de terminar la conversación con los
verosímil. Me preguntaron si había alguna forma padres Ricardo quiere hablar conmigo. Le comento
de mantener una continuidad en la relación tera- lo que hablé con los padres y está de acuerdo con
péutica psicoanalítica que se había iniciado. iniciar las sesiones. Y me dice que tuvo una pesa-
Sugirieron si podíamos seguir con un diálogo tele- dilla. Viajaba junto al padre en el avión en que
fónico. Les expliqué que no había mucha experien- retornaba a su casa y soñó que “venía su abuelo
cia sobre análisis a distancia con chicos, pero que atrás en el avión y se caía al mar”. Le digo que no
podíamos hacer un ensayo, que lo pensaran, y que tenemos tiempo en ese momento, y que en la
si eventualmente estaban de acuerdo en iniciar un sesión de la semana próxima vamos a hablar del
psicoanálisis con esta modalidad, se comunicaran sueño.
conmigo por mail desde su casa, para despejar
dudas, ponerme al tanto de novedades y plantear Primeras sesiones de Ricardo
un modelo de dispositivo para un psicoanálisis No es mi intención detallar las sesiones, ya que
telefónico. mi propósito es centrarme en algunas considera-
Cuando terminó la entrevista pasamos a buscar ciones relacionadas a la actualidad del trauma tem-
a Ricardo. Utilizando casi todos los elementos de la prano, sus características y sus efectos. Sólo diré
caja de juegos, había hecho un despliegue que, que hasta el momento de escribir esta presentación
según comentó, era como una guerra en la que todo tuvimos tres sesiones. En ellas Ricardo habla
lo que estaba en una fortificación sobre una mesa, mucho y presta atención a mis intervenciones. Sus
iba siendo desplazado hacia otra mesa del consul- temas más reiterados están relacionados con su
torio. Ambas estaban ocupadas con juguetes. No miedo a la sangre, a morir en un accidente, a sus
pude dejar de relacionar este desplazamiento con el sentimientos de inseguridad y falta de sustento
traslado de los contenidos traumáticos acantona- (pesadilla previa a las sesiones). Relata accidentes
dos en él, hacia otros destinos. Aunque no presen- con víctimas sangrantes. Trae muchos sueños a la
cié el juego, el consultorio era una representación sesión y se interesa por su interpretación.
de un movimiento de contenidos, muy diferente a No puedo dejar de relacionar lo que me relata
lo observado en el dibujo, en el que lo producido con la otra interpretación del dibujo: la versión del
por la montaña quedaba constreñido, sin acceso a trauma relacionado a su sadismo oral en términos
la corriente que podía derivarlo hacia alguna forma del daño infligido como heridas sangrantes produ-
de evacuación, elaboración o traslado. cidas por sus propios y filosos dientes.

44
F(r)icciones Dr. Raúl E. Levín

El dibujo es como un holograma que según el Pero ¿por qué utilicé la frase “supuestamente
punto de vista de la mirada muestra dos opciones ocurrió el trauma”? Porque todo trauma tiene con-
diferentes del trauma, a veces entremezcladas. tinuidad y toma la forma de un trauma anterior, en
Pero considero que así como esta segunda ver- un encadenamiento retrospectivo que nos remite al
sión del trauma es quizás más ajustada, propia y más remoto: un trauma original, inasequible para
singular en la subjetividad de Ricardo, aún está la clínica, pero construcción teórica necesaria para
demasiado alejada de lo conciente como para hipotetizar una puesta en marcha del psiquismo.
suponer la pertinencia de que sea interpretada. Cuando analizamos una situación traumática, la
Por lo contrario, la primera, más “mítica”, rela- ubicamos en esa línea de continuidad desde lo pri-
cionada al accidente de la prima circula como mario original hacia lo histórico, en el punto preciso
una suerte de red constituida y compartida por que nos revela la clínica del paciente. Pero supone-
toda la familia, y otorga una continencia que a mos traumas previos –incluso pre-generacionales–
esta altura, al comienzo de su análisis, admite que no serán conocidos ni abordables aún cuando
como tolerable este primer paso en la dilucida- sean materia contenida en el que se nos ofrece.
ción del trauma.

Algunos comentarios Por último, una reflexión más sobre el análisis de


Lo actual es un acontecer que perdura sin deve- Ricardo. No se le escapará al lector que al asumir
nir presente. El trauma puede permanecer tal cual, en tanto analista la posibilidad de realizar sesiones
reiterado bajo el imperativo de la compulsión a la “a distancia” (telefónicas) –por otra parte no con-
repetición, autónomo de otros procesos psíquicos vencionales en el análisis de niños– me estoy cons-
presentes. tituyendo en la interioridad del trauma. Cuando se
A la pregunta acerca de si hay traumas psíquicos produjo el destete y el alejamiento de la madre, ésta
actuales que pasan desapercibidos no puede respon- se escamoteó al contacto corporal como ahora ocu-
derse. Si lo hiciéramos, ya no serían desapercibidos. rre con su analista. Hasta podría evocarse la expec-
Sin embargo teóricamente sabemos que el viven- tación familiar a la espera de llamadas telefónicas
ciar traumático es inherente a la vida humana y desde Buenos Aires, cuando la madre viajó para
aunque autónomo, no deja de incidir en la constitu- acompañar a la hermana.
ción del sujeto. Estoy entonces incluido en la transferencia de
Hay situaciones traumáticas que permanecen Ricardo en un dispositivo que remeda lo que reitera
encriptadas y que ofrecen a un psicoanálisis el el trauma que consideramos fundamento de sus
desafío de develar la clave que habilitará que sus problemáticas. Repetición junto al paciente de las
contenidos puedan volcarse a la corriente de elabo- condiciones iniciales del trauma, para desde su ela-
ración neurótica. Tal el caso del trauma a decodifi- boración poder disolver esa enajenación. Por ahora
car en el trabajo clínico con Ricardo. entonces, compartimos una escenificación del
Una vez que lo que permaneció actual, escin- trauma.
dido y enquistado respecto al movimiento de ela- Pero estamos en los prolegómenos. La cosa se
boración psíquica se incorpora al tiempo presen- va a jugar cuando se den las complejas vicisitudes
te, se deslinda, a la vez que se constituye, un del movimiento de pasaje de la transferencia actual
tiempo pasado en el que supuestamente ocurrió “tal cual” el trauma, hacia la más elaborada, com-
el trauma. pleja, conflictiva y mediatizada transferencia del
Se instaura entonces un principio de historización. devenir de una neurosis.

45
Dr. Raúl E. Levín F(r)icciones

Descriptores
Trauma; clínica psicoanalítica; psicoanálisis de En esta presentación, esencialmente clínica, el
niños; historización; psicoanálisis a distancia. autor procura transmitir el trabajo psicoanalítico
de investigación de un trauma ocurrido a los 8
meses de edad en un paciente que en el momento
Resumen de la consulta tiene 8 años.
Así como los astrónomos pueden “ver” cuerpos Se analiza un dibujo efectuado en una “hora de
luminosos, estallidos y movimientos de objetos ocu- juego”, y la develación de cómo en éste pueden
rridos hace millones de años luz como si fueran quedar representadas distintas acepciones de un
actuales, el telescopio psicoanalítico puede rescatar mismo trauma.
y reconstruir traumas ocurridos en el período de la Se postula también la posibilidad y pertinencia
represión primaria. de un análisis telefónico a esta edad.

46
La influencia de la sexualidad del adulto en la
constitución psíquica del niño y sus avatares
The influences of adult sexuality in the
psyquic constitution of the child and its avatar

Lic. María Cristina Hernando*

Decidida a escribir un trabajo para esta publica- pero permanece siempre en el ámbito de la ternu-
ción, surgieron en mi mente las ideas de Sandor ra. No ocurre lo mismo en los adultos que tienen
Ferenczi contenidas en la conferencia “Confusión predisposiciones psicopatológicas, sobre todo si su
de lenguas entre el adulto y los niños”, pronuncia- equilibrio y su control personal están perturbados
da en el Congreso Psicoanalítico Internacional de por alguna desgracia, por el uso de estupefacientes
Wiesbaden de 1932, cuyo título original era “Las o de sustancias tóxicas. Confunden los juegos de
pasiones de los adultos y su influencia sobre el los niños con los deseos de una persona madura
desarrollo del carácter y de la sexualidad del niño”. sexualmente, y se dejan arrastrar a actos sexuales
Allí, el autor señala la importancia de la sexualidad sin pensar en las consecuencias”. (Ferenczi,
de los adultos en relación con las situaciones pro- 1933/1984)
ductoras de neurosis. Dice así:
En este momento de la teorización freudiana, a par-
En principio he podido confirmar la hipótesis ya tir del abandono de la teoría de la seducción factual
enunciada de que nunca se insistirá bastante sobre en la histeria y la producción de numerosos traba-
la importancia del traumatismo y, en particular, jos acerca de las fantasías de seducción como pro-
del traumatismo sexual como factor patógeno. ducto de la vida sexual propia del niño, incluso
Incluso los niños de familias honorables de tradi- como herencia filogenética, fue visto como poco
ción puritana son víctimas de violencias y de vio- adecuado, especialmente por el cambio técnico en
laciones mucho más a menudo de lo que se cree relación a la transferencia que propone, además del
(…) Las seducciones incestuosas se producen habi- aspecto sobre la seducción que yo rescato.
tualmente de este modo: un adulto y un niño se A la luz de la obra de Ferenczi (1984) y tras un
aman; el niño tiene fantasías lúdicas, como por recorrido por mi experiencia clínica, encuentro per-
ejemplo desempeñar un papel maternal respecto al tinente desarrollar algunas ideas acerca de la impli-
adulto. Este juego puede tomar una forma erótica, cancia de la sexualidad adulta en la constitución

* Psicoanalista (APC).

47
Lic. María Cristina Hernando F(r)icciones

del psiquismo infantil y sus avatares. Recurro, así, Silvia Bleichmar (1993) va a continuar trabajando
a Jean Laplanche y S. Bleichmar, autores cuyas teo- estos conceptos. Va a llamar a la actividad sexuali-
rizaciones me han aportado ideas productivas para zante de la madre pulsación originaria, ya que el
mi trabajo en la clínica. nombre seducción implica una actitud consciente y
Jean Laplanche en Nuevos fundamentos para el la implantación es producto del inconsciente
psicoanálisis (1987) se refiere a la sexualidad materno; y utilizará el término significante como
inconsciente de la madre como constitutiva de la marca, como signo de percepción. En los cuidados
pulsión en el hijo. En la segunda parte de este libro, de la cría son reactivadas mociones inconscientes
analiza, en primer lugar, la teoría de la seducción, de la madre y se produce la implantación, generan-
que Freud asigna como factor causal en sus prime- do el cuerpo erógeno en el bebé.
ros trabajos sobre la histeria, teoría de la seducción En las teorías de Laplanche (1987, 1996) y de
restringida, según Laplanche; luego, el abandono Bleichmar (1993, 1999) es central la concepción
de la misma a partir de la carta a Fliess del 21 de exogenista en relación al origen del psiquismo y su
setiembre de 1897; y, en tercer lugar, desarrolla su posicionamiento respecto del mismo como abierto
propia teorización al respecto, a la que llama teoría a lo real, a lo acontecial, pero cuyo ingreso no es
de la seducción originaria. lineal sino sometido a un proceso de reorganiza-
Plantea, primeramente, la radical asimetría que ción metabólico condicionado por lo previamente
se juega entre los adultos y el niño, asimetría de inscripto, proceso que puede ser cortocircuitado por
poder y de saber. Postula que la pulsión es originada el traumatismo. El concepto de traumatismo es
exógenamente a partir del inconsciente reprimido central en esta teorización, tanto traumatismo en
de la madre, quien envía mensajes erotizantes, sig- sentido amplio en los orígenes del psiquismo como
nificantes enigmáticos, a su bebé que implantan la traumatismo en sentido estricto, tal como se ve en
pulsión, que se fijan “como espina en la carne”, el origen de la patología.
constituyendo el objeto-fuente. Vemos aquí cómo Es interesante revisar la doble función de la
la sexualidad de la madre va a dar lugar a la pulsio- madre en los primeros tiempos del cachorro huma-
nalidad en el niño en el proceso habitual de la no, ya que como sujeto clivado se ponen en acción
crianza. dos aspectos de psiquismo; por un lado, se reactiva
Al mismo tiempo, en La prioridad del otro en el inconsciente produciendo la implantación de la
psicoanálisis (1996) propone una variante patológi- pulsión; y por otro, a partir del yo se instaura el
ca de la implicancia de la sexualidad de los padres narcisismo trasvasante; la posibilidad de tomar al
que llama intromisión: bebé como objeto de amor a la vez semejante y dis-
tinto. Este narcisismo trasvasante dará origen a las
La implantación es un proceso común, cotidiano, vías colaterales, primeras ligaduras de lo pulsional
normal o neurótico. Al lado de éste, como su (Bleichmar, 1993).
variación violenta, hay que hacer lugar a la intro- Es importante en este primer tiempo de la
misión. En tanto que la implantación permite al implantación la figura del padre, su función será la
individuo una recaptura activa, con su doble faz de apoyar a la madre en la crianza, pero también en
traductivo-represora, hay que intentar concebir un requerirla amorosa y sexualmente con el fin de que
proceso que obstaculiza esta recaptura, sortea las la misma no sobreinvista al bebé. Si esto último se
diferenciaciones de las instancias en vías de for- produce por falla de la función paterna, o por carac-
mación y pone en el interior un elemento rebelde terísticas maternas que generan sobrexcitación y/o
a toda metábola” (p. 106). fallas en la narcización que imposibilitan la ligadura

48
F(r)icciones Lic. María Cristina Hernando

pulsional, nos encontraremos posiblemente con un zona generando un traumatismo que quedará en
bebé que no se puede calmar, con trastornos de términos de fantasía a la espera.
sueño y diversos malestares. Ello podría considerar- Françoise Dolto (1986) plantea que para que el
se del carácter de una intromisión. Es decir que se niño pueda castrar simbolígenamente sus pulsio-
produce la implantación de una excitación que no nes orales y anales, aceptar la diferencia de los
puede ligarse por falta del yo auxiliar materno quien sexos y renunciar al Edipo, los padres deben tener
es el que debe propiciar la ligadura de lo pulsional “amor casto” hacia el niño. El adulto debe amar al
implantado a partir de su función narcizante. niño sin poner en juego su erotismo ya que, si no
Vemos entonces cómo la sexualidad materna es así, se transgredirá la ética del desarrollo.
inconsciente va a ser el origen de las representacio- Silvia Bleichmar (1993, 1999) acuerda íntegra-
nes que darán impulso para la formación del psi- mente en este tema con Dolto y, además, va a
quismo del niño. Traumatismo en sentido extenso reformular, partiendo de las ideas de J. Laplanche,
ya que las representaciones implantadas en la expe- la conceptualización del Edipo, a partir de los cam-
riencia de satisfacción deben encontrar un destino bios en las familias y formas reproductivas, afir-
de ligazón, ya que no son pasibles a la descarga; lo mando que el Edipo consiste en la prohibición de la
que le requiere al aparato un esfuerzo de trabajo para cultura a la apropiación del cuerpo del niño por
el que no está preparado sin el auxilio materno. parte del adulto como lugar de goce. Pone de mani-
Una vez implantada la pulsión y operando en fiesto, de esta manera, el atractivo erótico que des-
las conductas autoeróticas, se plantea, en un pierta en el adulto el cuerpo del niño, como un
segundo tiempo, la tarea de humanizar al cachorro aspecto del vínculo entre ellos. Una falla en la
humano, integrarlo a la cultura y entonces surgirán aceptación de esta prohibición llevará a la intromi-
las prohibiciones a la actividad pulsional, para sión en sus diversas variantes.
generar la sublimación de lo pulsional primario. La cuestión del abuso factual en los niños,
Aquí es fundamental también la constitución psí- lamentablemente, es una realidad de todos los días;
quica de los padres, producto de su historia y, por sin embargo, sin llegar a ese extremo, en la clínica
otra parte, de las características del vínculo entre podemos registrar diversas conductas intromisio-
los padres y de filiación, estructura edípica de par- nantes de los padres. Aclaremos primero el concep-
tida (Bleichmar, 1993), lo que permitirá ayudar al to de intromisión que introdujimos con Laplanche
niño a reprimir lo pulsional. La represión de lo pul- anteriormente. Tal como la entendemos, implica la
sional originario a partir de la represión originaria, acción de un adulto que genera en el niño un
las posibilidades sublimatorias y la resolución de la cúmulo de excitación sexual que no está preparado
situación edípica van a depender de lo que los para simbolizar y que opera en el psiquismo de
padres puedan ofrecer sin dejar de lado los aconte- diversas maneras: produciendo angustia, inquie-
cimientos azarosos que puede plantear la vida. tud, irritabilidad, formas de hiperkinesis, a la
Si se considera la visión desde la perspectiva manera de la neurosis actual o como recuerdos,
parental, es importante la forma en que los padres fantasías o restos fragmentarios inmetabolizables
pueden instaurar las diferentes prohibiciones en que forman parte de lo arcaico,1 que pueden ser
relación a lo pulsional, ya que la represión origina- reactivados por situaciones vitales azarosas o no.
ria puede dar lugar a la sublimación o, en caso con- El baño compartido de los adultos con niños
trario, a la fijación por sobreinvestimento. Por mayores, la exposición repetida del cuerpo del
ejemplo, una madre excesivamente fijada a la ana- adulto desnudo al niño, el colecho y la cohabita-
lidad, por diversos motivos, puede sobreinvestir la ción son situaciones que en la clínica aparecen

1. Llamamos lo arcaico a aquellas representaciones, que a raíz del impacto de lo traumático, quedaron coaguladas, boyando por el aparato,
imposibilitadas de ensamblarse con otras inscripciones, y que aparecen si son reactivadas produciendo trastornos

49
Lic. María Cristina Hernando F(r)icciones

como generadores de excitación. Del mismo modo, madre está con el rostro muy serio, muy disgustada.
la visión del coito de los padres a repetición puede ser Al entrar le pregunto a Melina que ha pasado y me
un factor altamente intromisionante. La escena pri- dice que no me lo contará “porque le da vergüenza”.
maria es una fantasía, pero la visión del coito paren- Luego, me entero que Melina veía fotos de parejas en
tal es otra cosa. Bleichmar (1999) trabaja el caso Erna actitudes eróticas en una revista en el kiosco de la
marcando el sometimiento de la niña a esa escena esquina, intentado ocultarlo cuando la madre le pre-
que aparece en el material expuesto por M. Klein con guntó qué estaba viendo. En la hora de juego, dibuja
características de fragmentos inmetabolizables que se una nena que tiene grandes pestañas y llama la aten-
presentan tal cual han sido inscriptos. ción que está como flotando, en el aire. Le agrega un
Es experiencia de los analistas de niños frente a sol enorme y naranja con anteojos negros, una nube
la enuresis constatar que al ser retirado el niño de con ojos, un árbol con frutas. Cuando le pido que me
la habitación de sus padres a la noche o suprimien- cuente una historia de esa nena me cuenta el cuento
do el colecho, en algunos sujetos, cesa esta mani- de Caperucita y el lobo de los hermanos Grimm, con
festación. Ello permite afirmar la teorización de variantes: las fresas son “para la mamá” y no para la
Freud en relación a la excitación sexual descargada abuelita, no aparece la abuelita ya que el lobo se la
en la pérdida de orina (1905/1983). come en un segundo encuentro por el camino y
La excesiva erotización parental en la relación “Caperucita estaba gritando en la panza del lobo y
con un niño también es intromisionante. Recuerdo entonces el cazador la escucha”.
a Melina, una paciente de 7 años. Los padres con- Agrega que a ella le gusta Caperucita porque
sultan porque advierten una conducta que los alar- tiene muchas aventuras. Luego continúa con otro
ma; la niña tiene una atracción muy fuerte por las dibujo de una nena de 8 años. A medida que le pre-
escenas eróticas de las revistas, la TV, etc., además gunto, me contesta que es una nena que “sale”,
de conductas seductoras con adolescentes mayores, porque es “muy coqueta, sale con las amigas, usa
y otros síntomas que revelan una excitación excesi- tacos y ya se pinta los labios de rojo”. Describe el
va. En las diversas entrevistas con los padres, se dibujo tal cual es, también una figura con unas pes-
manifiesta el vínculo intenso, no exento de erotis- tañas muy largas. Continúa diciendo “yo tengo
mo y de contacto corporal entre Melina y su padre, pinturas, pero es mi mamá la que se pinta los
la relación de ambivalencia, casi rechazante de la labios de rojo [dibuja una casa y la nena está en la
madre con la niña y el carácter a la vez excitatorio puerta], la nena estaba saliendo y volvía ¡mami! a
y enigmático que asume la sexualidad para la niña. cada rato – ¡Tengo que salir!– y se iba, era coqueta.
La madre manifiesta su dificultad de limitar a Encima tenía una hermana bebé…”.
Melina, de la que dice “me supera”; se la ve agobia- Le pregunto qué quiere decir que era coqueta y
da y rechazante. El padre, con rostro poco expresi- responde “era una nena que presumía [¿a quién?] a
vo, asume una actitud de mayor calma frente a la las amigas… Las amigas se ponían [hace cara de
situación; escucha a su mujer calladamente pero es disgusto y pone los brazos en jarra] ¿Qué les pasa a
notable su regocijo cuando manifiesta, en relación ustedes le decía ella?.. Se iba al shopping… también
a la niña, cómo se las arregla para ocultar las esce- a la fiesta, tenía que cargar a todas las amigas”.
nas que ve y le llaman la atención, asumiendo una En la segunda hora, continúa con el tema de la
actitud de complacencia, complicidad y placer fren- chica que se va a una fiesta, a la noche, con su ves-
te a “la picardía” de su hija. tido nuevo [la dibuja], aquí dice que coquetea con
Una vez acordado que la vería a solas en mi con- los varones y comienza a cantar cantitos subidos de
sultorio, cuando voy a buscarla a la sala de espera, la tono que hablan de situaciones eróticas: “L. se te ve

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F(r)icciones Lic. María Cristina Hernando

la tanga…”; y agrega “se enoja mi mamá…”. Hay conversión en sadismo. Frecuentemente, en niños
uno que es grosero, “si te sacás la bombachita y te expuesto a una excesiva erotización, el contacto
hacés para abajo”, y continúa con otros: “que te lle- con el otro se erotiza rápidamente y se sadiza la
ven de la mano y te lleven a un hotel...”. Son can- relación. En la prepubertad, esto se puede observar
ciones cuarteteras que se escuchan en la radio. Ella cuando ya está en acción la reactivación pulsional,
comenta que aprendió esas canciones porque la invadiendo de alguna manera el psiquismo y los
empleada de la casa las escucha. hermanos tienden a pelearse a menudo como una
Podemos entender aquí varios aspectos de forma de descarga del erotismo despertado.
Melina: la relación conflictiva con la madre, la rela- En relación al abuso sexual mucho se ha escrito,
ción que va estableciendo con el analista, a quien y no es mi interés detenerme en ello. Simplemente
pone a prueba sobre qué va a hacer si ella canta esas voy a introducir aquí una viñeta clínica para ilustrar
canciones, la sensación de estar sin sostén, aspectos la forma en que pueden aparecer situaciones de
voyeristas y muchos otros. Pero lo que me interesa abuso reactivadas por situaciones azarosas de la
subrayar es que es una niña que aparece en estos vida. Es un historial muy rico, pero por razones de
primeros encuentros con una intensa excitación, confidencialidad y espacio sólo transcribiré dos frag-
podríamos hablar de genitalización precoz y una mentos de sesiones.
fijación al tema de la sexualidad, de la seducción. La madre de una niña de 6 años a quien llama-
El tema de la Caperucita roja está tratado por remos Valentina me consulta a raíz de miedos
Bruno Bettelheim (1991) quien plantea que este intensos por la noche, trastornos de sueño, cuyo
cuento “expresa algunos problemas cruciales que la objeto eran las brujas. Coincide el comienzo de
niña en edad escolar debe resolver si las relaciones estos miedos con la separación de los padres y el
edípicas persisten en el inconsciente, lo que puede pedido de restricción a las visitas del padre a raíz de
hacer que se enfrente arriesgadamente a la posibili- conductas del mismo que hacían sospechar una
dad de ser seducida” (p. 239). El lobo es el seductor, perversión. Dada mi falta de tiempo para atenderla,
puede inducirla a actuar según el principio del pla- la derivo a una colega pero ella me va comentando
cer, pero es peligroso y puede llevarla a una situa- el curso del tratamiento. Nos llama la atención un
ción destructiva. episodio de angustia intensa durante una visita al
En el caso de Melina, creo que las conductas del zoológico con sus compañeros. Paso a relatar los
padre y la dificultad de la madre con esta niña se acontecimientos y los contenidos que comenzaron
relacionan con su imposibilidad de canalizar la a aparecer en las sesiones a raíz de esta situación.
excitación, que es muy intensa. Está adherida al La madre llama por teléfono a la analista y le
enigma seductivo, por eso busca las escenas, escu- cuenta que cuando llega el momento de entrar al
cha los cuartetos, hace todas estas cosas porque serpentario Valentina se pone mal, muy nerviosa y
busca, a través de lo que percibe, una resolución y, comienza a exclamar “no quiero entrar, ¡no quiero
al mismo tiempo, se sigue excitando. Busca una entrar ahí! ¡Yo los espero acá! ¡No quiero entrar!
respuesta en relación a la sexualidad, a qué pasa ¡No quiero! ¡No quiero!
con los cuerpos, qué pasa entre las personas, qué Para el día siguiente, Valentina debía hacer una
pasa entre un hombre y una mujer. tarea del colegio con la foto de su familia, tarea que
Es un material muy interesante para observar habían planeado realizar a la vuelta del paseo; pero
varios aspectos que devienen de una excesiva eroti- la mamá refiere que cuando vuelven y se aprestan a
zación, por ejemplo, la constante degradación de hacer esa tarea Valentina se vuelve a poner mal y se
los vínculos de ternura en erotismo y su rápida resiste: “¡yo no voy a hacer esa tarea!”. A la mamá

51
Lic. María Cristina Hernando F(r)icciones

le llama la atención esa reacción y no la presiona, le A: –A veces pasa, que cuando uno tiene muchos
sugiere llevar una foto con los que ella considera pensamientos en la cabeza no puede jugar, no
son su familia, la niña hace silencio. Esa noche puede dormir, no puede hacer la tarea… es
Valentina “duerme muy mal”, dice la mamá, “casi como si los pensamientos inflaran la cabeza, ¡y
no duerme”. la ocuparan toda toda!
Nos preguntamos qué habría desencadenado tal V-M:–Y entonces… ¡a Valentina y a mí nos pasa
nivel angustioso en la niña y el rechazo a llevar la igual!
foto a la escuela. A lo largo de varias sesiones, apa- A: –Parece que sí… parece que Valentina y vos tie-
recen diversas fantasías, sueños y recuerdos en nen pensamientos o recuerdos trabados en la
relación al episodio del serpentario, algunos relata- cabecita que no las dejan ni jugar, ni dormir, ni
dos por la madre –ya que habían aparecido en con- hacer la tarea…
versaciones con ella– y que luego fueron trabajados V (Valentina): –Sí, [ahora habla Valentina, desde sí
con la analista ya sin la presencia de la madre. misma, dirigiéndose a la analista] es que me
Resulta interesante la sesión en que aparece el dio miedo el serpentario, debe ser por eso que
relato sobre un juguete regalado por el padre que la no quise llevar la foto.
niña relaciona con las víboras. La niña llega a la con- A: –Pero no entiendo, pensemos juntas… ¿Qué
sulta con dolor de cabeza. Pide armar un juego con tiene que ver la foto de la familia con las víbo-
una muñequita a la que llama María que muchas ras y el serpentario?.. ¿Tenés algún juguete que
veces la representa. La analista comienza un diálogo se parezca a una víbora, o alguien te regaló algo
con la muñequita María manejada por Valentina, ya así alguna vez?
que ésta adjudica también dolor de cabeza a María; V: –Mmm… [piensa un rato] ¿Te acordás la ratita
así va surgiendo el siguiente material: que traje el otro día, esa que me regaló mi papá?
A: –Sí, me acuerdo… es una ratita… gris de goma-
A (la analista hablando con la muñequita manejada espuma que caminaba y se metía por todos
por Valentina): – ¡Hola María! [saluda con énfa- lados… y que le regaló una igual a Lucre y a
sis]. ¿Qué está pasando? Valentina me contó Marina… pero ¿Por qué se te ocurre la ratita?
que no estabas bien, que te dolía la cabeza… V: – ¿Por la cola?
V-M (Valentina hablando desde la muñequita): – A: –Puede ser, ¡es verdad!, la cola tiene forma de
Sí… no sé qué me pasa… viborita… y ¿algo más Valentina?
A: –¿Sabés?, hoy vino Valentina… a ella le pasaron V: –Sí..., debe ser Mordelón…
muchas cosas estos días… y no puede concen- A: – ¿Quién es?
trarse para jugar… ¿Será que a vos te está V: –Yo lo voy a traer para que lo veas…
pasando algo así? A: –Está bien… lo quiero conocer…
V-M: –Y no sé… a lo mejor… es que me quedé pen-
sando en las víboras… entonces… pero no sé Se van sucediendo varias sesiones, y en una de ellas
por qué. Valentina trae el juguete aludido que permite signi-
A: –Pero, ¿vos le tenías miedo desde antes a las ficar el temor a las víboras y al serpentario y a la
víboras?.., viste, como Valentina que le tiene posterior conducta de no llevar la foto de la familia
miedo a las brujas… a la escuela. La madre entra a la sesión, ya que la
V-M: –No, María desde antes no… pero me quedé niña pide que su mamá relate a la analista lo que
pensando… y ahora les tengo mucho miedo y ella le había contado días y noches anteriores a la
no puedo dormir. sesión, mientras se esconde en el placar del consul-

52
F(r)icciones Lic. María Cristina Hernando

torio e interviene desde allí “porque le da vergüen- nante, en los niños. Desde las publicidades, nove-
za”. Estos relatos se refieren a juegos sexuales con las y espectáculos televisivos con escenas eróticas y
otras nenas y un sueño donde hay una clara con- sexuales de alto voltaje en horarios de la tarde,
ducta de abuso por un hombre a la niña pero que hasta las posibilidades de entrar a páginas eróticas
no se acuerda quién es. Luego que la madre termi- de Internet, constituyen una estimulación sexual
na este relato Valentina pide jugar. inadecuada ya que inundan el psiquismo infantil
con un incremento excitatorio que a los niños les
A: –Está bien Valentina… jugá… cuesta simbolizar. Un paciente de 11 años entró a
[Le pedimos a la mamá que se retire del consultorio. la sesión evidentemente excitado, situación que no
La mamá se retira pero ella se queda sentadita en el era frecuente en él; investigando qué podía haber
escritorio… Nos ponemos a charlar… Valentina está generado su excitación, el niño pudo contar que
pensativa y parece cansada…]. con un amigo había estado viendo una página con
A: –¿Dónde está tu cabecita? (Valentina mira el escenas sexuales. Recuerdo también un paciente
juguete que trajo). ¿Y eso que trajiste? que tomó a Barbie y a Kent y comenzó a realizar
V:–Es Mordelón. una escena que representaba claramente un coito.
A:–¡Pero mirá su cabeza es como la de una víbora! Llamé a sus padres a una entrevista para confirmar
V:–Sí, ya vi, no lo quiero más, ¿lo puedo dejar acá? si había sido testigo de una escena de este tipo
A: –Claro que sí… pero ¿por qué no lo querés más? entre ellos, esto al menos no había sido advertido,
V: –Es que con eso papá me mordía el Chuflat pero investigando su posible origen comentaron
(nombre que en la familia se le da a la vulva). que el niño veía una novela con escenas eróticas,
Antes pensaba que las cosquillas eran lindas… donde se sucedían escenas de este tipo.
ahora no… Por otra parte, las niñas latentes y prepúberes
A:– ¿Qué cosquillas Valentina? específicamente son empujadas a un mundo de
V:– Las cosquillas que me hacía papá con los dien- seducción a partir también de la influencia de pro-
tes y el monstruo Mordelón… gramas televisivos, las redes sociales y el cine
A:– Es que era tu papá, Valentina… y vos siempre donde se enfatizan vestimentas adolescentes, la
tenías que pensar que lo que hacía papá era producción de fotos para Facebook, la imitación de
bueno… A lo mejor, Valentina, las víboras del modelos y actrices o cantantes sin saber demasiado
zoológico te empezaron a dar miedo porque se lo que están haciendo. Hace ya tiempo, esta situa-
parecen al monstruo comilón, entonces te ción apareció representada en la hermosa película
acordaste lo que te hacía papá en la colita, y Pequeña Miss Sunshine (Dayton, & Faris, 2006)
ahora pensaste que no está bien y te enojaste donde se observa a niñitas vestidas y pintadas
mucho… ¡Y por eso no querés llevar su foto al como mujeres mayores en un concurso de belleza.
cole! Porque estás enojada con papá. Para finalizar, me permito apuntar dos aspectos
más que ayudan a reforzar mi argumentación.
Luego de esta sesión que fue muy importante en el Respecto al trabajo con los padres, tanto Dolto
tratamiento, la analista continuó y continúa traba- como Bleichmar plantean la necesidad de indicar
jando con esta niña con una notable disminución algunas normativizaciones antropológicas en rela-
de la angustia y la aparición de otros temas, como ción a la sexualidad del niño y de los padres en la
en el transcurso de todo análisis. crianza. La abstinencia de consejo o indicaciones a
La cultura actual cumple también su papel en el los padres debe ser levantada en relación a este
aumento de la estimulación erótica, intromisio- tema. Por otro lado, en relación a las intervencio-

53
Lic. María Cristina Hernando F(r)icciones

nes del analista con los niños, cuando se trabaja mo. Plantea también la influencia de la cultura en
con la sexualidad, es importante tener en cuenta relación a la activación de la sexualidad en los
que el hablar de ello erotiza. En niños muy intro- niños. Y concluye con algunas reflexiones en rela-
misionados hay que cuidar el lenguaje de las inter- ción a la tarea del analista como la no observancia
venciones. En la conferencia que pronunció en el de la regla de abstinencia con los padres cuando se
Hospital de Niños de Buenos Aires, Laplanche visualizan conductas seductoras y el cuidado en la
(1996) puntualizó la necesidad de estar alertas a elaboración de la interpretación cuando se trabaja
esta convocatoria de parte del cuerpo del niño, ya con niños muy erotizados.
que para él no hay pregenitalidad sino paragenitali-
dad y como tal está abierta a ser disparada.
Bibliografía
Descriptores Bettelheim, B. (1991). Psicoanálisis de los cuentos de hadas.
Sexualidad adulta, implantación, momentos Buenos Aires: Grijalbo.
Bleichmar, S. (1993). La fundación de lo inconciente.Destinos de
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pulsión, destinos de sujeto. Buenos Aires: Amorrortu.
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A partir de algunas ideas de S. Ferenczi, J.
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desarrolla el artículo acudiendo a su propia expe- Aires: Paidós.

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niño como en sus aspectos patológicos. En relación completas. Tomo VII. Fragmento de análisis de un caso de histe-
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a lo primero, desarrolla el tema de la implantación (1901-1905). Buenos Aires: Amorrortu.
de lo pulsional, su forma de ligarlo y sublimarlo en Hernando, M. C. & Paglini de Carroza, J. (2009, agosto).
los diversos momentos constitutivos del psiquismo. Algunas reflexiones en relación al abuso sexual en la infancia. En
XXIII Jornadas Anuales. El niño como objeto: uso y abuso. Pág.
En relación a lo segundo, recorre diversas manifes- 57-60.Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
taciones patológicas producto de un exceso de exci- Laplanche, J. (1987). Nuevos fundamentos para el psicoanálisis.
Buenos Aires: Amorrortu.
tación sexual que rompe las defensas habituales y
Laplanche, J. (1996). La prioridad del otro en psicoanálisis.
generan distintos tipos de inscripción en el psiquis- Buenos Aires: Amorrortu.

54
De la agresividad ¿a la violencia?
Clínica con niños
From aggressiveness, to violence? Clinic with children

Dr. Saúl Ernesto Israilevich*

Podemos acordar que la violencia ha existido con la rales, la medicina y la psicoterapia, mi interés
humanización desde un principio, también pode- regresó a aquellos problemas culturales que una
mos acordar que desde la perspectiva psicoanalítica vez cautivaron al joven apenas nacido a la activi-
ha sido una preocupación, planteada metapsicológi- dad del pensamiento...” [1]
camente, desde los trabajos llamados sociales de
Freud (Psicología de las Masas y Análisis del Yo, El De otro notable psicoanalista, Jacques Lacan, esta
Malestar en la Cultura, El porvenir de Una Ilusión), vez en el marco de la Segunda Guerra Mundial,
motivados por la Primera Guerra Mundial de 1914, Elizabeth Roudinesco [2], en el capítulo Reflexiones
entre otras preocupaciones sociales de su época. sobre la libertad humana (Pág. 255) dice:
En el postfacio (1935) a la “Presentación Auto-
biográfica” (1925) escribe: “Jacques Lacan no publicó una sola línea durante
toda la duración de la guerra y, cuando ésta termi-
“…no obstante es correcto decir que desde la pos- nó, se había convertido en otro hombre. Su vida,
tulación de las dos clases de pulsión (Eros y pul- sus costumbres, sus amistades habían cambiado.
sión de muerte) y la descomposición de la perso- Y sin embargo, había una gran continuidad entre
nalidad psíquica en un Yo, un Súper Yo y un Ello las preocupaciones teóricas que habían sido suyas
(1923 B) no he brindado ya ninguna contribución en la época del Colegio de Sociología y las que se
decisiva al psicoanálisis; lo que después he escrito presentaban a él inmediatamente después de la
habría podido omitirse sin daño u otros lo habrían liberación. Incumbían entonces y ahora a la cues-
ofrecido pronto. Esto tiene que ver con un cambio tión de la relación entre lo individual y lo social.
sobrevenido en mí con un cierto desarrollo regre- Como Bataille, había sentido la necesidad de com-
sivo, si así se lo quiere llamar. Tras el rodeo que a prender cómo el fascismo había logrado movilizar
lo largo de mi vida di a través de las ciencias natu- la exaltación humana al servicio del mal…”.

* Psicoanalista (APC).

55
Dr. Saúl Ernesto Israilevich F(r)icciones

También hoy podemos acordar que a la par del incre- mi marido por el salón donde dormían los chicos,
mento en la frecuencia y magnitud de la violencia cuidados por enfermeras, mucamas y algunas volun-
cotidiana en nuestra sociedad, los ciudadanos-psico- tarias, y de pronto lo vi. Él me tiró los brazos, lo
analistas nos sentimos cada vez más perplejos ante levanté y nos abrazamos fuertemente, como si nos
este viejo-nuevo comportamiento, sobre todo en hubiéramos elegido mutuamente. Mi marido aprobó
niños y adolescentes. con la mirada y a partir de allí es nuestro hijo.” En la
Los jóvenes y adultos violentos han sido niños Casa Cuna quedaron sus dos hermanitos. “Juan
y esta obviedad nos coloca en la sensación que algo tenía una mirada penetrante e inteligente”.
hemos hecho mal, que algo no ha alcanzado en La conducta por la que consultaron era de vio-
nuestro pensamiento y praxis, para que la violencia lencia, desorden en las rutinas e irritabilidad, difícil
se atenúe, se modifique o tenga alguna solución, de contener para esos padres a pesar del cariño y la
aunque esto tenga una gran carga de ilusión. dedicación que pude constatar. Todo lo desordena-
He practicado la pediatría clínica durante trein- ba, todo rompía, todo tiraba. Agredía a los compa-
ta y cinco años, y no menos de veinte simultánea- ñeritos ocasionales, lo que dificultaba su perma-
mente con el psicoanálisis y tengo una fantasía nencia en las guarderías, y no podía lograr la acep-
algo recurrente cuando miro, escucho o leo las tación de sus pares.
noticias periodísticas: alguno de esos niños o ado- En las sesiones, caóticas la mayoría de ellas, su
lescentes a los que he acompañado en su creci- caja de juego y los objetos eran rotos, tirados por
miento y han sido objeto de mis preocupaciones todas partes. Cortaba a mano pequeños pedacitos
profesionales (y no pocas veces motivo de angus- de papel que arrojaba al aire, buscaba agua y la tira-
tia), podría, en un momento azaroso, desconocer- ba sobre los juguetes y el piso. Intentaba, y a veces
me y cometer un acto violento sobre mi persona o lograba hacer lo mismo, con objetos de mi consul-
mi familia. Esta inquietud que, creo, comparto con torio. Yo le señalaba que eran míos, que él tenía sus
muchos ciudadanos-psicoanalistas, motivan las propias cosas de las cuales podía hacer lo que qui-
presentes reflexiones. Como nuestro observable siera, pero no con las mías, no siempre se logró.
princeps es la clínica, de ella parto. Muchas veces, ante desbordes de furia y agresión,
tuve que contenerlo corporalmente, abrazándolo y
Material clínico hablándole muy afectuosamente hasta que se cal-
Juan maba. Cuando terminaba la sesión dejaba todo ese
De Juan pude armar en mi mente una cierta desorden, pero invariablemente se despedía con un
comprensión de su subjetividad, con todo lo de ver- beso. Mucho tiempo trabajamos de esa manera.
dad relativa que ello implica. Comenzamos a traba- Algunas veces yo podía poner algunas palabras,
jar, de esto hace ya muchos años, cuando él tenía pero la mayoría de las veces me sonaban ridículas
apenas una edad de tres. Sus padres, ambos docen- a mí mismo. Después cambió de juego. Durante
tes, ya en la cuarentena, habían decidido adoptarlo, algunas semanas trajo al consultorio un cachorro
buscándolo en la Casa Cuna en una provincia del de manto negro, perrito que le habían obsequiado.
interior, donde había sido depositado cuando con- Lo maltrataba como lo había hecho con los jugue-
taba con pocos meses de edad, junto con dos her- tes. Ayudado yo por los gemidos y ladridos del
manitos un poco mayores. perrito, trataba de mostrarle cómo tanto a mí como
La escena de su primer encuentro a los ocho al cachorrito sus agresiones nos hacían doler y
meses de edad de Juan, relatada por la madre adop- sufrir, así como a él había cosas que lo hacían doler
tiva, fue sumamente conmovedora: “Pasábamos con y sufrir, pero que no me las podía decir.

56
F(r)icciones Dr. Saúl Ernesto Israilevich

Luego de ese período cambió la modalidad de actos se podían metaforizar como si su psiquismo
juego. Dejó de traer el perrito, llegaba, se metía deba- tuviera la estructura de un queso gruyere, un órga-
jo del diván, y hacía una especie de trinchera con los no agujereado, y por allí se escapasen, sin ligazón a
almohadones, que me impedía verlo. Yo le hablaba, palabras, emociones violentas registradas tal vez en
le hacía distintas preguntas y él permanecía callado. la memoria pre-verbal y que de allí pugnasen por
Un día se me ocurrió decirle que, como no podía descargarse, que al carecer de simbolización no
verlo porque se tapaba y no hablaba, yo le iba a man- podían comunicarse de otra manera.
dar cartitas a su guarida y que le iba a dar papel y Pude decirle: “Juan, me doy cuenta que ni vos
lápiz para que él me contestase las cartas. Yo garaba- ni yo sabemos por qué, pero podemos, cuando te
teaba algunas palabras en un papelito y entre dos sentís de esa manera, inventar una historia de por
almohadones se lo pasaba, relatando al mismo tiem- qué. Me gustaría que inventes algo, algún cuento
po lo que decía la carta. Juan no sabía en ese tiempo que te guste inventar, lo que se te ocurra”.
leer ni escribir, pero de a poco comenzó a devolverme En las sesiones que siguieron no usó práctica-
algún garabato en un papelito y contestaba mis ocu- mente su caja de juegos y hablábamos de algo:
rrencias verbalmente. Ya no recuerdo los diálogos, paseos que había hecho, cosas de su casa, historias
pero eran especies de cuentos o preguntas sobre sus de su perro, amiguitos, etc. Ya no había violencia.
amiguitos, el perro, la casa, los padres, los juegos, etc. Dejamos de trabajar a mediados del primer
Este modo de contactarnos parecía calmarlo y grado escolar, que cursaba satisfactoriamente, y,
satisfacerlo. Luego de algunas semanas pudo salir de luego de expresar que ya no quería venir, nos des-
su guarida de almohadones. Llegaba a la sesión, bus- pedimos y acordamos que su caja de juego, con
caba su caja, revisaba su contenido, no sacaba nada, todas las cosas que tenía, yo la guardaría durante
y la dejaba sobre su mesita, se sentaba en un sillón, un año por si necesitaba volver, que aquí tenía
cambiaba de lugar, se acercaba a mí, buscaba contac- siempre un lugar. Y así fue.
to corporal, y hablábamos en forma tranquila. Ya no Cuando tuvo que ingresar al secundario y no
rompía cosas y cuando se iba guardaba su caja y se pudo entrar en el turno mañana donde iban sus
despedía con un beso. amigos, aceptó a disgusto ir a la tarde; turno al
En ese período de calma, y ya contando con cinco que, en la cultura del lugar, concurren prioritaria-
años y medio de edad, entra a una sesión, me saluda mente jóvenes de clases sociales más humildes. Le
afectuosamente, no saca su caja de juegos, se acerca dijo a su mamá: “No me siento bien con ir a la
a mí y toma de mi escritorio, cubierto por un fino tarde, quiero hablar con Saúl”. Llegó a la sesión ya
vidrio, la cucharita de la taza de café jugando con ella. con trece años de edad. Miró detenidamente el
En forma brusca e inesperada descarga con la cucha- consultorio y me preguntó por su caja. Le contesté
rita un golpe sobre el vidrio, con tanta fuerza que lo que cuando dejamos de trabajar yo la guardé por
raja y astilla en el lugar del impacto. Me sorprendió. un año, pero ya había pasado mucho tiempo y no
No podía yo prever semejante descarga, no se corres- estaba. Él recordaba casi todo el contenido.
pondía con la actitud calma y cariñosa previa, tam- Trabajamos cuatro o cinco sesiones más, pareció
poco había mediado alguna intervención mía que lo tranquilizarse con posibilidades de alternativas de
justificara. Sobreponiéndome a la sorpresa pude pre- cambio que surgieron en las sesiones y nos despe-
guntarle, lo más calmo posible “¿Por qué?” Juan me dimos nuevamente.
miró como extrañado y respondió: “no sé”. Lo he vuelto a ver en un encuentro casual. Nos
Ahora que lo escribo después de tanto tiempo, saludamos y los padres me comentaron de su
no puedo recordar en dónde había leído que esos ingreso a la facultad.

57
Dr. Saúl Ernesto Israilevich F(r)icciones

Federico Marcelo
Federico, de cuatro años de edad, traído a trata- Marcelo, seis años. Jugamos con un jueguito
miento por no regular sus esfínteres, eligió, en un electrónico portátil con un comando cada uno fren-
período del trabajo, armar con plastilina un revol- te a la pantalla. El juego consiste en eliminar diver-
ver y con él me apuntaba y tiraba. Yo tenía que sos oponentes que se cruzan en el camino de cada
morirme y al ratito él me resucitaba, con algunas uno de los jugadores y así se suman puntos, se
muestras de ansiedad, más o menos unas diez a gana o se pierde. El niño posee una habilidad en el
quince veces por sesión. Para hacerme el muerto yo manejo del juego muy superior a la mía. Pero ésta
me tiraba sobre el diván, me quedaba quieto con no es la sorpresa. Lo que me impacta es que en un
los ojos cerrados, y luego el me movía o me tocaba momento el niño, que crece en un ambiente con-
y por su indicación tenía que revivir. Un día me fortable y rodeado de cariño, sin carencias aparen-
dice: “¿Por qué cuando te mato vos te tirás en la tes, expresa jolgoriosamente: “Qué bueno, eliminé
cama y no te caés al suelo?” Lo miré y le pregunté, una combi llena de escolares. Los maté a todos”. Lo
estando yo de pie con todo mi volumen: “Si yo me virtual del juego no menguó mi estupor. Peor aún,
tiro al piso ¿vos me vas a levantar?” Con una mira- ahí tomé conciencia que yo, adulto, psicoanalista,
da fugaz que recorrió toda mi humanidad y la sope- estaba compitiendo para sumar puntos eliminando
só, exclamó: “¡Noooooo!”. oponentes.
Lo real de la diferencia de tamaño creo que le En otra observación él jugaba solo. Represen-
permitió aceptar su ser niño frente al adulto. tantes de él virtuales eliminaban a otros, virtuales,
Después propuso otro juego y al poco tiempo fue que intentaban, a su vez, eliminar a sus represen-
resolviendo su sintomatología. tantes. El niño exclamaba repetidas veces: “Me
mató. Lo maté. Uno más y me muero. ¡Este juego
Joaquín es mortal! ¡Qué bueno!”
Joaquín, de doce años, menor y único varón de
cinco hermanos, padres separados y en litigio, cur- Comentarios sobre el material clínico
sando el séptimo grado, consulta por mal rendi- Juan
miento escolar, desorden y mala conducta en su El relato del trabajo con Juan puede ser algo
casa. En una sesión dice: “Menos mal que hoy zafé extenso, pero me parece pertinente al tema que nos
de que me echen de la escuela, lo que pasó es que, ocupa, pues las manifestaciones de agresividad y
en vez de ir a la fila cuando izan la bandera y salu- violencia fueron intensas y abundantes, uno podría
dan a la Dire, me fui directamente al aula que está entenderlas a la luz de las condiciones existenciales
en la planta alta, para agarrar un banco que ocupa de sus primeros meses de vida ¿Eran manifestacio-
otro, pero que a mí me gusta, así lo agarraba prime- nes de la ineludible agresividad constitutiva o había
ro. Me descubrieron, me llevaron a la dirección y intención de dañar al objeto? Juan sorprende cuan-
llamaron a mi mamá. Me querían echar ¿Cómo do luego de un tiempo que abarca prácticamente
me van a echar por esa pavada? Eso no es ninguna toda la escuela primaria, en que no tuvimos ningún
cagada”. contacto, le dice a su madre “No me siento bien
Le pregunto: “Joaquín ¿qué sería para vos una con el turno tarde, quiero hablar con Saúl” ¿En qué
cagada que a vos te parezca que esté bien que te lugar transferencial me ponía, con la historia de
echen?” Me contesta: “Y, qué sé yo. No sé. Tirar un agresiones al objeto analista de los primeros tiem-
banco por la ventana y hacerlo bosta contra el pos? ¿Había intención de dañarme? ¿Cuánto del
suelo, eso sí podría ser”. malestar por tener que ingresar a un turno escolar

58
F(r)icciones Dr. Saúl Ernesto Israilevich

donde concurrían los niños más humildes, ahora ¿En qué punto se mezclan o separan la realidad
que él no lo era, tenía que ver con su propia condi- psíquica y la virtualidad? Aquí tenemos un gran
ción original que ahora se ponía en juego repetición desafío para pensar. Es importante lo que expresa
mediante? ¿La transferencia que sostenía era posi- Freud [4].
ble con un objeto dañado en las sesiones de la pri-
mera infancia o me había preservado? ¿Hoy yo era “Por otra parte, admitimos la muerte de extraños
otro capaz de contener sin retaliación sus ansieda- y enemigos y la fulminamos sobre ellos tan pronta
des tempranas? La interrogación psicoanalítica y despreocupadamente como el hombre primor-
podría quedarse alrededor de estas cuestiones y dial. Es verdad que aquí aparece una diferencia
otras que surgieren y eso sería suficiente motivo de que en la realidad habrá de manifestarse decisiva.
un trabajo. Mi intensión sin embargo es intentar Nuestro inconsciente no ejecuta el asesinato,
diferenciar conceptualmente agresividad de violen- meramente lo piensa y lo desea. Pero sería equivo-
cia y el qué hacer con eso. cado restar a esta realidad psíquica todo valor por
comparación con la fáctica. Es lo bastante signifi-
Federico cativa y está grávida de consecuencias”.
Federico juega su agresividad enmarcada en la
conflictiva edípica. Dice Winnicot [3] “La fase Es necesario que delimitemos conceptualmente los
Complejo de Edipo tiene valor económico para des- términos que nos ocupan: Agresividad y Violencia.
cribir la primera relación interpersonal gobernada
por los instintos. Se incluye tanto la fantasía como Agresividad
el funcionamiento corporal. En la fantasía, la fina- Definida por el diccionario [5], es una actitud
lidad es la unión sexual de madre e hijo que invo- de ataque que experimentan ciertas personas, con-
lucra la muerte-la muerte del padre. El castigo siderada como desequilibrio e inadaptación al
sobreviene en la forma de la castración del niño medioambiente.
representada simbólicamente, como lo estaba en el Fernando Lolas [6] la conceptúa como un “tér-
mito antiguo, por la ceguera. La angustia de castra- mino teórico introducido por el observador para
ción es lo que le permite al niño continuar viviendo dotar de sentido e integrar datos textuales de muy
o concederle la vida al padre”. En el juego que des- diversa índole: conducta motora, fisiología y viven-
pliega Federico con el padre-analista interrogo, cia (o subjetividad expresada en el lenguaje)”.
¿hay violencia o sólo agresividad constitutiva? Desde nuestro interés, la agresividad adquiere
relevancia por ser constitutiva del psiquismo
Joaquín humano. Creo que es ineludible partir de Freud en
En Joaquín sólo se juega la fantasía. Hay un dis- su “Introducción Al Narcisismo” [7] y resaltar los
curso, no hay acción directa sobre un sujeto u obje- desarrollos de Jacques Lacan en dos trabajos de sus
to. Es un relato de lo que haría potencialmente. Escritos I [8]:

Marcelo a) “El estadio del Espejo como formador de la


En Marcelo, en cambio, si bien el juego es vir- función del Yo (Je) tal como se nos revela en
tual y hay fantasía, también hay un acto, se aprie- la experiencia psicoanalítica”, (presentado en
ta el botón para eliminar al otro y no hay angustia el XVI Congreso Internacional de Psicoanálisis
en las expresiones: “Me mataron. Este juego es en Zúrich, 17 de julio de 1949), del cual
mortal”. podríamos sintetizar los siguientes puntos

59
Dr. Saúl Ernesto Israilevich F(r)icciones

[9]: El estadio del Espejo es una encrucijada Observa los siguientes caracteres, entre otros:
estructural que comanda: 1) El formalismo “No es necesario que un comportamiento violento
del Yo, es decir, la identificación del niño con sea agresivo y viceversa. Por ejemplo, durante el
una imagen que lo forma, pero que primor- juego de los niños puede producirse violencia
dialmente lo aliena, lo hace < otro > del que (manifestación o uso inadecuado de fuerza) sin que
es, en un transitivismo identificatorio dirigi- haya agresión (transitividad o intención de dañar o
do sobre los otros. 2) La agresividad del ser de no ser dañado (...) De otra parte, puede haber
humano, que debe ganar su lugar por sobre el actos agresivos que no son violentos”.
otro e imponérsele bajo pena de ser, si no, Freud [11] expresa sobre la crueldad del hom-
aniquilado a su vez. 3) El establecimiento de bre: “Satisfacer (sobre el prójimo) la propia agre-
los objetos del deseo, cuya elección se refiere sión, explotar sin compensación su fuerza de traba-
siempre al objeto del deseo del otro. jo, utilizarlo sexualmente sin su consentimiento,
apropiarse de lo que posee, humillarlo, causarle
b) “La agresividad en Psicoanálisis” (presentado sufrimientos, martirizarlo y asesinarlo”.
en el XI Congreso de los Psicoanalistas de Beatriz Janin [12] expresa que violencia es “pro-
Lengua Francesa, Bruselas, mayo de 1948), vocar en el otro sensaciones insoportables, ir más
del cual citamos la Tesis IV (Pág. 102): “La allá del límite de lo tolerable, fundamentalmente en
agresividad es la tendencia correlativa de un todo aquello que hace al desconocimiento del otro”.
modo de identificación que llamamos narci- Hay muchos otros autores que definen la vio-
sista y que determina la estructura formal del lencia como tal y en su contexto, y podríamos pen-
Yo del hombre y del registro de entidades sar, entre todas las definiciones, un hilo conductor:
características de su mundo.” cuando hay violencia, en principio, hay otro al que
se desconoce en su deseo y consentimiento, y sobre
Es útil también remitirse a un trabajo de Rogelio el que se provoca un daño intolerable, destructivo,
Rimoldi [10], que hace una síntesis referida a las inapropiado y de magnitud intensa, incluso aunque
“múltiples caras del mal”, dando cuenta de la agre- el resultado final sea la aniquilación como Ser. La
sividad constitutiva desde Freud, con la “pulsión de pregunta es si podemos evitarlo.
muerte”, M. Klein con el concepto de “envidia pri- Podríamos admitir que la diferencia entre agre-
maria” y los desarrollos de Bion y Meltzer, como sividad y violencia puede ser confusa en muchos
Green y el “narcisismo tanático”. momentos.
A los fines de este trabajo me parece necesario
establecer una diferenciación útil. Primero remar-
Violencia caría la presencia del otro como semejante-diferen-
El diccionario [5] la define como calidad de vio- te, otros seres vivos u objetos (la violencia sobre el
lento. Acción de violentar o violentarse. Acción propio Yo no es motivo de este trabajo), sobre los
violenta. Acción de violar o forzar a una mujer. que la acción se descarga sin considerar el deseo, el
Fernando Lolas [6] diferencia agresividad – agre- consentimiento, provocando daños de diversa mag-
sión y violencia, definiendo esta como “la manifesta- nitud, llegando incluso a su aniquilación.
ción o el ejercicio inadecuado de la fuerza (o del Si tomamos la agresividad como constitutiva
poder)”. Manifestación o ejercicio inadecuado signifi- del psiquismo, hay que aceptar este Real. Es parte
can: extemporáneo (fuera de lugar y de contexto), ineludible de la “materia prima” que “amasamos”
desmesurado o excesivo (inapropiado en intensidad). en lo cotidiano de nuestra praxis. Y creo que los

60
F(r)icciones Dr. Saúl Ernesto Israilevich

psicoanalistas nos arreglamos de alguna manera Asume que en principio estas relaciones son com-
con ello. plejas, concluyendo al final del trabajo con los
En esta labor quiero aclarar que la ética posible siguientes conceptos:
es la ética psicoanalítica, exenta de toda connota-
ción moralista. Jean Allouch [13], citando a “Por eso, más que preocuparse por mantener cier-
Nathan G. Hale en su notable introducción a “La tas formas o ideas rituales, el psicoanálisis tiene,
Introducción del Psicoanálisis en los Estados antes que nada, que mantener viva su eficacia
Unidos” menciona las siguientes palabras de para el cambio psíquico. Si postulamos un incons-
Freud: ciente, es precisamente por su capacidad de pro-
ducir efectos. Por eso existe el diván y debemos
“Sólo hay que reprocharle una cosa a Putnam: su mirar desde él la realidad psíquica, pero también
deseo de poner al psicoanálisis al servicio de una necesitamos mirar lo que ocurre en la sociedad y
cierta concepción filosófica del mundo y (…) de revisar permanentemente nuestra forma de inser-
imponerle esta concepción, esta visión del mundo tarnos tanto en la comunidad profesional y acadé-
al enfermo, a fin de elevarle el espíritu (...) A mi mica, como en el mundo de la cultura y de la
entender, esto es nada menos que violentar al comunidad en general, buscando una mayor efica-
enfermo, aún cuando los motivos patentes de cia en beneficio de una mejor calidad de vida
dicha acción sean completamente honestos”. colectiva y un mayor respeto a la peculiaridad de
cada existencia humana”.
Bien, pero nuestra preocupación excede el límite de
nuestra praxis y, como decía al principio, el ciuda- Desde mi perspectiva, queda planteado el desafío
dano-psicoanalista se conmueve. Por lo tanto me tanto a la posición del psicoanalista como al rol de
parece útil separar conceptualmente agresividad de las instituciones psicoanalíticas en el mundo
violencia, pues con ésta nos incluimos en lo social, actual y en nuestra sociedad en particular. Pienso
en la comunidad, promoviéndose así el interrogan- que es necesario ampliar la escucha a otros discur-
te: ¿cómo intervenir en el pasaje de una a otra? sos y lograr consensos en la acción respetando las
En una jornada de psicoanálisis de agosto del diferencias epistemológicas.
2000, con el título de “Psicoanálisis y Comunidad”, Desearía concluir con el siguiente pensamiento,
Ricardo Bernardi expresa lo siguiente: que no es mío pero que hago propio: “Reivindicar
un utopismo crítico que se oponga al fatalismo, que
“El título de esta sesión plenaria: Del Diván a la propicie la elaboración de duelos y que tenga como
Comunidad, nos invita a ir más allá de la intimi- protagonista la diferencia”.
dad del trabajo en el consultorio para dirigirnos
hacia una mayor apertura a las múltiples tareas Descriptores
que pueden darse en el espacio de la comunidad. Agresividad, Ataque al vínculo, Comunidad,
La frase contiene, pues, una propuesta, cuyas ven- Estadio del espejo, Violencia.
tajas y desventajas corresponde analizar. Pero
antes de hacerlo conviene que nos detengamos un Resumen
momento para preguntarnos sobre el marco con- En el presente escrito el autor trata, a la luz de
ceptual desde el cual se da esta reflexión sobre las inquietudes originadas por la situación de violencia
relaciones entre el diván y la comunidad.” social, sobre todo en niños y adolescentes, deslin-
dar conceptualmente los términos agresividad y

61
Dr. Saúl Ernesto Israilevich F(r)icciones

violencia; con el propósito de encontrar una divi- Bibliografía


sión útil entre un concepto y otro, a los fines de
[1] Freud, Sigmund (1925) “Presentación Autobiográfica”,
plantear interrogantes de acción junto a otras disci-
Amorrortu Editores, Obras Completas, Tomo XX, pág. 68
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rial clínico y viñetas de cuatro pacientes niños para
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dar cuenta de la agresividad constitutiva del psi- Paidos, Psicología Profunda, Primera Edición, pág. 78
quismo humano y la conflictiva relación entre el [4] Freud, Sigmund (1915) “De Guerra y Muerte. Temas de
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dispositivo analítico y su accionar en la comuni- pág. 298
dad, nominándose intencionalmente como ciuda- [5] Diccionario Enciclopédico Ilustrado Sopena (1995) Ramón
Sopena SA, Provensa, Barcelona
dano-psicoanalista, precisamente para establecer
[6] Lolas, Fernando (1991) “Agresividad y Violencia”, Editorial
un juego que lo implica en su ser. Cita conceptua- Lozada SA, Buenos Aires, pág. 12 y 13
lizaciones de distintos autores y expresa su pensa- [7] Freud, Sigmund (1914-1916) “Introducción al Narcisismo”,
Amorrortu Editores, Obras Completas, Tomo XIV, pág. 67
miento propio con respecto al accionar, pero funda-
[8] Lacan, Jacques (1988) “Escritos I”, Siglo 21 SA, pág. 86 y 94
mentalmente dejando abierto el tema a discusión,
[9] Chemama, Roland y Vandermersch Bernard (2004)
planteándolo como desafío y convocatoria. “Diccionario de Psicoanálisis”, Amorrortu Editores, Segunda
Edición, pág. 213
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respecto de las múltiples caras del mal”, Revista Docta: Figuras
del Mal, Publicación de la Asociación Psicoanalítica de Córdoba,
Año 6, otoño de 2008, pág. 45
[11] Freud, Sigmund (1930) “El malestar en la cultura”,
Amorrortu Editores, Obras Completas, Tomo XIX, pág. 108
[12] Janin, Beatriz (2000) “La violencia y los niños. Ensayos y
experiencias”, (Separata)
[13] Allouch, Jean (1997) “La etificación del psicoanálisis.
Calamidad”, Edelp Editorial, pág. 104

62
Entre ficciones, una narrativa
Between Fictions, a Narrative

Dra. Victoria Cané*

“La infancia, ese gran territorio de donde cada uno ha salido”.


A. de Saint-Exupery

Antoine Marie Jean-Baptiste Roger de Saint-Exupéry Como piloto, Antoine sufrió varios accidentes.
fue escritor y aviador francés, (piloto de prueba, aero- Uno de ellos en ese mismo lugar junto a su copilo-
postal y de la Alianza durante la Segunda Guerra to, y del que fueron rescatados luego de cuatro días
Mundial), reconocido internacionalmente por su por un beduino que circunstancialmente pasaba
desempeño en ambas actividades. por allí y que los socorrió de la deshidratación seve-
Sus obras literarias fueron inspiradas por distin- ra que padecían.
tos episodios de su vida, por lo que tienen un fuerte El otro protagonista, el Principito, que viene de
matiz autobiográfico. Entre ellas “El Pequeño un pequeño asteroide, El B612 según sospecha el
Príncipe”, o más conocido en nuestra lengua como narrador, (¿mundo interno?), desplegando su curio-
el “Principito”, escrita en 1943, y de la que tomaré, sidad por el mundo circundante. Cuando se
a manera de ensayo, algunos pasajes y dibujos rea- encuentran le pide inmediatamente al primero que
lizados por él mismo, para desplegar las ideas que le dibuje un cordero. El Aviador no sabe cómo res-
su relectura provocó en mí. ponder al pedido y dibuja lo que sabe:
Jugaré con distintas fantasías: las del autor, al
imaginar el cuento, y las mías propias, al adjudicar-
le al escritor, como persona, y a las figuras creadas
por él, algunas conjeturas imaginativas.
El cuento tiene dos personajes centrales: el
Aviador que es quien relata la experiencia del Evocando que cuando él tenía seis años solía hacer
encuentro con un niño en el desierto de Sahara, y es éste, su primer dibujo después de haber visto una
quien dice que esto le ocurrió seis años antes de ilustración en el libro “Historias vividas” que versa-
escribirla, cuando un desperfecto del avión en que ba sobre la selva virgen y que tenía una boa tragan-
volaba lo forzó a aterrizar allí. do una fiera y en el texto decía:

* Psicoanalista (APC).

63
Dra. Victoria Cané F(r)icciones

“la serpiente boa se traga su presa entera, sin mas- cerradas (…) De esta manera a la edad de seis
ticarla. Luego ya no puede moverse y duerme duran- años abandoné una magnífica carrera de pintor.
te los seis meses que dura su digestión”. (…)Las personas mayores nunca pueden com-
prender algo por sí solas y es muy aburrido para
¿Historias vividas o historias vívidas? Pues parecie- los niños tener que darles una y otra vez explica-
ra contener un “algo” de gran fuerza y claridad, ciones. Tuve que elegir otro oficio y aprendí a pilo-
como si le ocurriese en un presente continuo que lo tear aviones”
lleva a reiterar la imagen.
Cuando él hacía esta figura preguntaba a los El narrador intenta dibujar algunos corderos pero
adultos si tenían miedo, a lo que respondían que son rechazados por el niño. Finalmente dibuja una
por qué podrían asustarse de un sombrero. No caja y explica al Principito que el cordero se
veían lo que él dibujaba: una boa con el estómago encuentra dentro.
hinchado por haber tragado un elefante.
Disgustado por la falta de imaginación de los
adultos, usó el mismo gráfico en etapas posteriores
para saber si las personas con que trataba eran ver-
daderamente compresivas o no:

“E invariablemente me contestaban siempre: “Es El Principito puede ver el cordero adentro de la caja
un sombrero”. Me abstenía de hablarles de la ser- con tanta facilidad como ve el elefante dentro de la
piente boa, de la selva virgen y de las estrellas. boa y lo acepta.
Poniéndome a su altura, les hablaba del bridge, del
golf, de la política y las corbatas. Y mi interlocutor “Y así fue como conocí al principito (…) Quizás
se ponía muy contento de conocer un hombre tan me creía semejante a él. Pero yo, desgraciadamen-
razonable”. te, no sé ver corderos a través de las cajas. Soy qui-
zás un poco como las personas grandes. Debo de
El Principito, sin embargo, interpreta el dibujo de haber envejecido.”
inmediato:
¿Es un relato acerca del encuentro con el niño
interno provocado por el estado de aislamiento y
temor de ese momento? ¿Otro problema, acciden-
te, a resolver?
Entre la ficción y la realidad biográfica me refe-
“¡No, no! Yo no quiero un elefante en una serpien- riré a la interpretación que hace el niño acerca del
te. La serpiente es muy peligrosa y el elefante dibujo del adulto y las que imagino, mezclando los
ocupa mucho espacio. En mi casa es todo muy personajes con la historia del autor. Tomaré los
pequeño. Dibújame un cordero.” derechos que otorga U. Eco a cada lector en cuanto
a la interpretación abierta de un texto y que libera
Más adelante dice el aviador: otras direcciones a otros posibles intérpretes.
Según cuentan las biografías de Antoine de
“Las personas mayores me aconsejaron abandonar Saint Exupéry, su padre Jean murió cuando él tenía
el dibujo de serpientes boas, ya fueran abiertas o sólo cuatro años, no mencionan la causa y dicen

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F(r)icciones Dra. Victoria Cané

que se apegó aún más a su madre, Marie, de quien ¿Tendrá que ver con sus propios contenidos
tomó el gusto por las artes. Como se lee, los nom- aprisionados-atascados en un continente demasia-
bres de ambos progenitores están contenidos en el do pequeño? O ¿A pesar de que un continente sea
suyo propio. elástico puede ser aprisionado-paralizado por el
Quizás por la cantidad de veces que el escritor contenido?
menciona el número seis, le otorgo esa edad al niño Lo que relaciono con lo que Bion nos dice: “así
del cuento e indagando acerca de Antoine descubro como el pensamiento puede ser usado para inhibir
que esta faceta comenzó justamente cuando tenía la acción, la definición puede ser usada para inhibir
6 años y “fue cuando sucumbió a los encantos de el pensamiento” (Transf. Pág 121). Por lo que estas
Odette, una jovencita que amaba a la naturaleza y situaciones detendrían la emergencia de lo nuevo,
defendía a los animales, a ella le dedicó estos versos reiterándose más de lo mismo.
relacionados con las corridas de toros”. Sospecho ¿La unión con otro despertará ansiedades claus-
que han sido escritos posteriormente y luego adju- trofóbicas? ¿O su contrario agorafóbicas? En el
dicados a esa etapa con Odette como inspiradora: cuento el Principito se tranquiliza cuando el Piloto
dibuja una caja para que el cordero quede adentro,
“El sonido del cuerno sube y baja despacio, ¿Si queda libre temerá se escape o que coma a la
estremece los bosques con un largo gemido rosa? ¿Qué se disparen los impulsos hostiles? Un
y en el suelo sangrante cordero, símbolo de sumisión (…) ¿Voraz?
muere el siervo y el cuerno prolonga el bello canto ¿Rabioso?
mientras el cazador, feliz de la victoria, Un paciente niño o adulto podría en una entre-
se planta con orgullo y levanta la cabeza”. vista transmitir estos temores acerca de la unión en
la pareja analítica ¿Estar juntos o engolfados?
¿Resignificó este enamoramiento un entramado ¿O estas imágenes que el Aviador repite a lo
edípico? ¿El poema es la descripción de una rela- largo de su vida son una forma de retener e inmo-
ción sexual? vilizar para intentar contrarrestar las ansiedades de
¿La pregunta a los adultos acerca de si les pro- separación y de pérdida?
vocaba miedo el dibujo de la boa con el elefante Como su propia profesión: con despegues y ate-
representaría su propia curiosidad sexual infantil? rrizajes, jugar a aparecer y desaparecer. Como pasa
¿Un encuentro misterioso y temido? ¿Una fantasía con algunas sensaciones y emociones, que no pue-
de coito oral entre una serpiente y un elefante, en den ser plasmadas en pensamientos para ser pen-
que una traga al otro? Luego en el libro será el sados y reaparecen furtiva o fugazmente a la bús-
temor a que el cordero devore a la flor de su peque- queda de una idea que las contenga.
ño planeta. ¿Será la representación de la pareja de Para R. Levin los dibujos cobran vida, son esce-
los padres unidos en coito sadomasoquista? nas de lo inconsciente en actividad y dice:
¿Representan sus dibujos el interior del cuerpo “Inmovilidad frente a la agitación de la escena pri-
de la madre con sus contenidos? ¿Como la caja con maria a la que se enfrenta resignificando retrospec-
el cordero adentro? ¿Un elefante con curiosidad tivamente el recuerdo de la observación del coito
intrusiva? de los padres” (La Esc. Inm. Pág. 156).
Él sabe que algo hueco puede contener objetos Para M. Klein la técnica psicoanalítica de juego
y que algo puede penetrar en otra cosa. ¿Cómo es una forma de expresión de ansiedades y fantasí-
expresión de unión y amor adulto? ¿Preconcepción as, una libre asociación, no sólo a través de las
de continente-contenido? palabras es posible contar.

65
Dra. Victoria Cané F(r)icciones

El dibujar, soñar y jugar son formas de relatar La narrativa escrita, como ésta, puede ser el medio
para elaborar ansiedades al desplazar al exterior los para expresar experiencias dolorosas y, también,
conflictos internos, temores y angustias a través de para ligar emocionalmente las vivencias traumáti-
estas acciones. Son recursos para dominar situacio- cas, en un intento por digerir lo no metabolizado.
nes penosas, difíciles y traumáticas que se fueron Así pueden adquirir nuevos sentidos y relacionarse
creando con objetos reales. También estas formas desde estos con otros, ampliando las redes asocia-
de expresión tienen que ver con ansiedades depre- tivas y las capacidades, tanto de entendimiento
sivas, con la formación de símbolos y con la activi- como de no entendimiento. Posibilitando una
dad reparatoria. transformación de lo traumático en una comuni-
Como el inventor de este cuento, que al morir cación consigo mismo y con los demás, en la que
su padre, cuando tenía cuatro años, tuvo que dejar, sea factible decir y pensar lo que era inefable.
junto a su madre y hermanos, la casa familiar desa- Es la articulación de las experiencias fácticas
rraigándose de la misma y de su ciudad natal para con las emocionales a través de una trama argu-
vivir con su abuela y luego con una tía en otras mental, lo que va dando múltiples sentidos.
localidades. Como el libro de este autor, que puede ser enten-
Las biografías dicen que de niño fue feliz ¿Feliz? dido desde los distintos lectores de diferentes
Muerte, orfandad, mudanzas y desarraigos. ¿Duelos maneras.
sin elaborar? ¿Trozos de infancia y pubertad desper- Tal vez Saint-Exupéry encontró en el personaje
digados? ¿El niño del cuento, querrá a través de la por él creado una forma de tolerar su realidad, la
visita a los distintos universos habitados por sus del momento del accidente y otros pretéritos, per-
propios personajes solitarios elaborar aquellas cir- mitiéndole proyectar la imaginación y ensoñación
cunstancias? ¿Integrar lo que quedó disperso? acerca de la infancia y de sí mismo, aludiendo a la
Desde otra perspectiva puedo imaginar también soledad y, quizás, como su causa, a una concep-
en El Principito el duelo por la niñez y su ingreso a ción materialista del mundo. Dejó su impresión
la pubertad, cuando al final del cuento muere, acerca de la incapacidad de los adultos para com-
haciéndose morder por la serpiente, (nuevamente prender la sencillez propia de los niños, con con-
la víbora y la oralidad), para volver quizás ya no notaciones a su propia experiencia.
más como niño, a su asteroide y con “su” Rosa. Con sus dibujos y relatos quizás buscó y puso
El vuelo de bautismo como piloto fue a los doce a prueba su propia comprensión adulta. Tanto
años y el último fue al año siguiente de escribir este uno como otros son vehículos para la comunica-
libro (1944). Saint-Exupéry aliado de la Resistencia ción en que se apela a la intuición del otro. Se
Francesa desaparecía en aguas del Mediterráneo dibuja y se escribe para los otros. Como lo hacen
derribado por el enemigo durante la Segunda nuestros pacientes con nosotros y nosotros con
Guerra Mundial. Algunos interpretaron como suici- otros. El escribiente, sea escritor o psicoanalista
dio su muerte, debido a una de sus notas que decía: que escribe, hace público lo privado posibilitando
que otros, los lectores, continúen una trama argu-
“Si me derriban no extrañaré nada. El hormiguero mental con sus propias invenciones.
del futuro me asusta y odio su virtud robótica. Yo Siguiendo a Eco, es necesaria la colabora-
nací para jardinero. Me despido, ción interpretativa del lector empírico para dar
Antoine de Saint-Exupéry“.1 vida a un texto, y agrego, como es oportuna la

1. En 1998 un pescador de Marsella encontró la pulsera de S. Exupery, con su nombre y el de la que fuera su única esposa, Consuelo, y
6 años más tarde, tras ser buscados, rescataron los restos de su avión. En el 2006, Horst Rippert reconoció, entre sollozos, haber sido el
responsable de derribar la aeronave de Antoine, paradojalmente lo que lo influenció para ser aviador fue la lectura y admiración de la obra
escrita de éste.

66
F(r)icciones Dra. Victoria Cané

cooperación de un analista empírico para oscilación permite una captación profunda de las
conectar vitalmente aquello que a su paso no comunicaciones del infante, o de los aspectos más
logra hacerlo, mediante las transformaciones infantiles de una persona, y el contacto con los
que entre las dos mentes y el vínculo que for- propios, al tener acceso a zonas habitadas por vio-
man puedan efectuarse. lentas y arcaicas fantasías, sensaciones sin forma
En este sentido, una de las tareas posibles del e innominadas.
analista es permitir que surja un campo emocio- De esta manera los relatos que van surgiendo
nal y conjetural entre analista y paciente, que promueven una mayor porosidad en el espesor de
posibilite la captación del contenido afectivo de lo la mente debido a la arborización que las asocia-
que se intenta transmitir y donde dibujos, juegos ciones van produciendo al dejar de ser lineales y
o sueños y palabras puedan instrumentarse, en un mismo plano, se rompe con lo pre-estable-
mediatizados por la función narrativa, para una cido, enriqueciendo la observación psicoanalítica.
adecuada metabolización de las experiencias que Este artículo no es acerca de un niño, sino del
han quedado parcial o totalmente sin digerir, niño que habita en un adulto y tiende a rescatar
como la boa y el elefante del cuento. lo que entiendo, el autor del cuento, dejó como
Co-crear a través de la relación analítica, un mensaje: no condicionar a los pequeños desde la
entramado narrativo entre los integrantes, que intolerancia de los adultos, sumo a esto el no
sirvan de sostén a lo pasado y a lo desconocido condicionar ni condicionarse desde la rigidez
por venir integrando las experiencias y vivencias a otorgada muchas veces por teorías que saturan
través de una observación y escucha receptiva y los sentidos.
creadora. Quizás por esto en una de las conversaciones
Este proceso narrativo tiende a la construcción del cuento, otro personaje, el Zorro le pide al
de sentido, pero más importante es el descubri- Principito que lo “domestique”, en su sentido
miento de significaciones durante el devenir. “crear vínculos, tener necesidad uno del otro”, y le
La narración introduce casi inevitablemente revela:
una teoría de causa-efecto como medio de ligar
sus elementos, pero el papel liberador no está “Sólo se conocen bien las cosas que se domesti-
dado por la causalidad, sino por el encuentro can. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer
casual o azaroso de quien investiga o indaga con nada” (…) Hay que tener mucha paciencia (…).El
una conjunción inesperada, el “eureka”, el hallaz- lenguaje es fuente de malos entendidos” (…) Éste
go que habilita otras perspectivas y valoraciones. es mi secreto: sólo con el corazón se puede ver
Puesto que el sistema deductivo puede guardar bien, lo esencial es invisible a los ojos”.
en sí mismo una gran coherencia interna, corre el
riesgo de saturar e impedir la emergencia de lo Descriptores
nuevo, es la advertencia para no caer en raciona- Relato, sueños, dibujos, juegos, co-narración,
lizaciones fútiles. descubrimiento de sentido.
En este sentido, el trabajo con niños, o con la
concepción de “personalidad total” de Bion, esti- Resumen
mula y hace imprescindible el pasaje de estados A través de un cuento y la biografía del autor
mentales más adultos a estados mentales más del mismo, se genera una nueva narrativa, psicoa-
arcaicos y viceversa, lo que libera el tránsito entre nalítica, como lo que puede ocurrir en el interior de
los distintos aspectos internos del analista. Esta una sesión.

67
Dra. Victoria Cané F(r)icciones

Bibliografía Eco, Humberto. (2009) “Cultura y Semiótica”. Círculo de Bellas


Artes, Madrid.
Aberastury, Arminda. (1968) “El niño y sus juegos” Ed. Paidós, Klein, Melanie. (1955)”La técnica psicoanalítica del juego: su
Bs.As. historia y significado”
Bion, Wilfred. (1988) “Elementos de Psicoanálisis”. Ed. Hormé, ——————— (1987) “Envidia y Gratitud”: Ed. Paidós, Bs.As.
Bs.As.
Levin, Raúl (2005):“La escena inmóvil: teoría y clínica del dibu-
——————— (1965) “Transformaciones. Del aprendizaje al cre- jo” Lugar Ed., Bs.As.
cimiento”. Centro Editor de
Prop, Vladimir (1985): “Morfología del cuento” Ed. Akal, Madrid.
América Latina, Bs. As.
Saint-Exupery, Antoine “El Principito” (2010) Ed. Trauko, Chile.
——————— (1974) “Atención e Interpretación”. Ed. Paidós,
www.wikipedia.com
Bs.As.
www.valvanera.com
Bettelheim, Bruno. (1977) “Psicoanálisis de los cuentos de
hadas”. Ed. Crítica, Barcelona www.taringa.net

68
Construyendo subjetividad
Constructing Subjectivity

Julieta Paglini*

“…entendemos que la palabra en la cura debería transformar


las huellas mnémicas indecibles de la “cosa sola”, más o
menos traumática, en la percepción / verbalización, en la
transferencia…”
Julia Kristeva (1)

En este escrito me interrogo sobre los posibles efec- didas? ¿Con ello logró soportar aquello que para
tos de la pérdida temprana en la constitución psí- otro niño podría haberse tornado intolerable? Algo
quica, y para ello elijo apoyarme en la clínica, pilar del orden de la supervivencia pudo operar en J.
princeps de todo desarrollo teórico. ¿Qué posibles efectos en el devenir subjetivante
Conocí a quien llamaré J. a sus 5 años, de aspec- podrían tener estas interrupciones bruscas de sus
to menudito, parecía menor de lo que era. Me con- primeras vivencias en el mundo y con el mundo?
sultaron porque el niño, en el Jardín de Infantes al Experiencias traumatizantes para la creación de sus
que concurría, se enojaba con sus compañeros y en relaciones con el/los, objeto/otro que desencadena-
ocasiones los golpeaba. Estos episodios se daban ron estas preguntas.
cuando estaban trabajando el tema de la familia en Ya en el trabajo de análisis, en los primeros
el jardín. tiempos se sucedían juegos reiterativos de descarga,
A poco de nacer J. fue separado de su madre; de movimiento intenso, lo que ocasionaba que se
y luego de vivir un tiempo en una institución golpeara. En estas circunstancias, el dolor físico era
donde fue cuidado y querido, volvió a perder ese negado por J., y si la analista hacía alusión a lo
lugar conocido, para ser acogido por una familia. sucedido, rápidamente decía: “si no me golpeé”, o
Me enteré de que la primera noche en su nueva bien, “no me dolió”.
casa durmió, no lloró, al igual que las noches sub- En el campo analítico, el intento de semantizar
siguientes. y otorgar sentido al dolor físico que J. se provocaba
Suponemos que cuando un niño es separado de encontraba en el niño una resistencia, “si no me
las personas allegadas y del lugar conocido se golpeé”, “no me dolió”, lo que obligaba a un esfuer-
angustia y lo manifiesta, pero J. no. zo transferencial-contratransferencial; “no quiero
¿Es la ausencia de manifestación afectiva evi- que me digas, quiero que me digas”.
dente el modo en que este niño reveló el despliegue Los interrogantes del pequeño se expresaban
defensivo que pudo elaborar para transitar sus pér- mediante el acto, pegar al otro, pegarse a sí mismo

* Psicoanalista (APC).

69
Julieta Paglini F(r)icciones

sin sentido, como acto que no contiene la semilla Dolor, que en un psiquismo incipiente, conduce a
del intento del encuentro con el otro. la imposibilidad de significar la ausencia. Si el
Todo infans precisa de un otro para constituir- recurso alucinatorio no aparece como auxiliante de
se. La presencia –ausencia del objeto es lo que posi- la separación del objeto, el infans puede poner en
bilita el trabajo de inscripción, de estructuración, acción el mecanismo de la desmentida.
presencia– ausencia que, si puede ser significada, Todos hemos tenido la oportunidad de presen-
da lugar al proceso de subjetivación. ciar la angustia del lactante frente a una persona
En la construcción del narcisismo trófico inter- extraña, que se ve expresada en su rostro, y su reac-
vienen las más diversas operaciones: unión-separa- ción de llanto nos hace suponer que, además, sien-
ción, por la cual el niño queda librado a la “angus- te dolor. La pérdida de la percepción es equiparada
tia de separación”, la “amenaza de desintegración” a la pérdida del objeto: “El dolor es (…) la genuina
y la superación de su desvalimiento por la constitu- reacción frente a la pérdida del objeto.”(3). En cam-
ción del objeto y del yo “narcisizado”. bio, J. no lloró cuando fue llevado a su nueva casa.
Evoco a Green cuando dice: “el narcisismo no El dolor corporal puede considerarse como pre-
es tanto efecto de ligazón, como de religazón. cursor del dolor psíquico que siempre tiene un sen-
Acunado en la ilusión de que todo lo puede solo, el tido. Las fallas en la inscripción erógena de las
yo forma pareja consigo mismo, a través de su ima- vivencias tempranas imponen una huella impreg-
gen.” (2), cita que acerca “una” explicación que nos nada de cantidad, costosa para poder ser procesada,
permite pensar aquello del orden de la superviven- costosa para el armado de un conjunto de represen-
cia a cualquier precio, que J. manifestó casi desde taciones, pues dificulta la construcción de subjeti-
sus comienzos de su vida. vidad (4). Entre el dolor, como puro afecto, y su
Sabemos de la prematuridad propia del infans, representación, se pone en juego el trabajo del aná-
merced a la cual la ausencia puede tornarse tan lisis.
insoportable que hasta podría concluir en la muer- A poco tiempo de comenzado su tratamiento J.
te. Se trata de una vivencia que no puede ser llega y se sienta en la sala de espera, como si se des-
entendida, comprendida, ni significada. No hay parramara en el sillón, está visiblemente decaído,
quien esté ahí para procesar esos fenómenos emo- quien lo trae me dice: “Está más viejo hoy, se le
cionales ¿Qué hace entonces el bebé frente a esa cayeron dos dientes juntos”.
angustia excesiva? Entra al consultorio, busca un dominó de ani-
Pensamos que si la construcción narcisística es males, comienza a repartirlos y dice: “¡no, jugue-
deficitaria, se dará el predominio de lo tanático, mos a otra cosa!,” busca un juego que él no conoce
con el arrasamiento del psiquismo temprano. Pero y pregunta: “¿cómo se juega?” Le explico. Sus
no pareciera ser esto lo que ocurrió con J. comentarios giran en torno a “qué difícil”. Está
Sabemos también que la representación opera decaído, más bien triste. Digo: ¡Qué triste, qué tris-
sobre la ausencia: el bebé espera algo del otro signi- te perder los dientes de leche! No van a estar más,
ficativo, hay un tiempo donde es capaz de esperar, sentís que es difícil, ¿vos sabés que después nacen
ligar el afecto a la representación, alucinar, poster- los definitivos?
gar la satisfacción pulsional. Esto habla del predo- En los momentos de la estructuración, la des-
minio del narcisismo de vida donde la ausencia del mentida y la represión son mecanismos princeps.
objeto es tolerada por el bebé. Si ésta sobrepasa La estructura edípica va cobrando consistencia,
cierto umbral (por la inermidad propia del infans) mientras la desmentida se va acotando ¿Será gra-
deviene trauma, desligazón, tendencia al cero. cias al aumento de su capacidad de represión, en

70
F(r)icciones Julieta Paglini

detrimento de la desmentida, lo que posibilitará paciente así como en el analista. El juego es expre-
resignificar las pérdidas? sión de un “trabajo psíquico”, promotor de elabora-
La escisión, por su parte, hace referencia a una ción psíquica.
grieta en el yo, que implica la coexistencia de dos Durante el primer año de análisis, no lo iba a
actitudes psíquicas, una de ellas tiene en cuenta la atender por una semana a posteriori de la sesión
realidad externa, la otra reniega de la realidad y la que relato a continuación.
sustituye por una producción de deseo. Llega y está visiblemente decaído. Abre el pla-
Coexistencia que no implica, no obstante, una rela- car donde están los juguetes, y rápidamente cierra
ción entre las dos actitudes (5). la puerta, abre su caja y busca la pelota. No me
J. perdió sus objetos primarios a poco de mira. Tira la pelota para arriba y para abajo durante
comenzada su vida, una ausencia transformada en un tiempo.
silencio, ¿equiparable a la nada?, ¿o a una muerte Analista: Hoy, como otras veces, llegás y jugás
de ciertos recursos psíquicos? En el trabajo analíti- solo…
co pareciera que no es así. J.: “¿Qué?” Y me mira. Se distiende. Sigue
Lo trasladaron a otro lugar, donde fue nueva- jugando solo y luego: “¡dale juguemos!”
mente investido por un otro. Investimento que Jugamos un largo rato, luego me siento, mien-
envuelve, liga, pero también atropella. Se le impuso tras él se mueve.
una vez más otra marca. Vivencia pasiva que sopor- Él patea y se tambalea contra la puerta-ventana
ta y porta en su vida. Pero por otro lado, él supo de vidrio, situación que promueve en mí una fanta-
hacer “algo” con lo que le sucedía, no fue uno más. sía, “casi” en imágenes: pienso que podría atravesar
De alguna manera logró que personas se involucra- por la puerta-ventana, romper el vidrio, como le
ran afectivamente con él. Tenía fragmentos, imáge- sucedió a un niño que conozco en una institución
nes, sonidos, objetos de aquellas primeras expe- escolar, el cual tuvo que ser internado en Terapia
riencias, retazos desarticulados de una historia, Intensiva. A partir del episodio en esa institución
como flashes que cegaban, que impedían la cons- tomaron medidas para evitar ese tipo de riesgos.
trucción de una cadena representacional portadora “Vidrios protegidos.” Me intranquilizo, me incor-
de significados capaz de permitir la simbolización y poro para continuar el juego y le digo: Quizás estás
la unión de estos retazos en una historia con futu- preocupado porque no te voy a atender la semana
ro. próxima.
Me interrogo acerca de si tienen eficacia aún, J.: “¡No!” Me mira. Comienza a jugar más agre-
en su vida actual, aquellas vivencias de los prime- sivamente. “¿Cuándo me vas a hacer un gol? ¡Te
ros meses de vida con sus padres biológicos. rematé!”
Analista: Me re-mataste.
Una sesión J.: “¡Te rematé, te rematé, te rematé!”
El juego es el lenguaje privilegiado que tenemos La ausencia vivenciada como exclusión despier-
en la clínica con niños. Dramática puesta en acto ta en él odio con escasa posibilidad de elaboración
de afectos que posibilitan el despliegue de inscrip- simbólica.
ciones, huella sin representación, desorganización, Analista: ¿Pensás que me puede pasar algo?
pérdidas, duelos…; dando lugar en ese espacio ¿Qué te imaginás? ¿Porque no voy a atender?
transicional de la sesión, en la particular experien- J.: “¡Dale decime vos!” (Imperativamente)
cia con un otro que inviste y es investido, a la posi- A: Contame qué te imaginás
bilidad de nuevas, otras, inscripciones, tanto en el J.: “Que te vas a X.”

71
Julieta Paglini F(r)icciones

Mi sensación al escuchar el lugar fue de ominosi- con el cuchillo), la saqué toda... Yo sé más que vos”.
dad. Es que no atenderé porque me voy a X. Luego Parece reconocer que él es poseedor de su saber
recuerdo que a pocos días de haber sido albergado en inconsciente.
la nueva familia viajó a X. Es entonces cuando le En sesiones anteriores venía jugando a que
digo: Como vos, que fuiste a X cuando eras chiquito. hacía un corazón con plastilina y se lo ubicaba den-
J.: “Sí, yo vi fotos”. tro de la remera, pero cuando se paraba se le caía,
Las separaciones son muy movilizantes para la la analista tenía que llamar al doctor. J. corría ries-
dupla analítica en este momento del proceso. Yo go de muerte, se jugaban ansiedades de desestruc-
viajando al lugar de “uno” de sus orígenes. turación, y me convocaba a oficiar de sostén de sus
Preocupada por su/nuestro ser, qué le/nos pasará si afectos.
nos separamos, ¿terminaría/mos en una terapia Se pone el corazón y se le cae, pide que llame al
intensiva? Dr. para que lo cure, lo hago.
Vivencia compartida de que la presencia efecti- J.: “Me nacieron tetas, mirá, tengo dos tetas
va es aún necesaria, una intensa terapia. Y como nuevas… ¡pero soy varón! Uy, se me salió una teta,
contrapartida, le ofrezco separaciones, cortes, no importa porque tengo mi corazón y no me hace
dolor, tristeza y odio. nada”. Toma la pelota y la tira, se tira al piso, me
Me sorprendo espantada ante el mero hecho de quita el teléfono y llama al Dr.: “Sí, 106 acá, se me
fantasear con acercarme al lugar más conocido y salió el corazón.”
familiar ¿de nosotros, o de él/otro? Ello me acerca En un intento por negar la angustia, en su juego
indicios de que iré –para nosotros– en la búsqueda dramatiza que lo puede todo, ser mamá que le naz-
de un pedacito de su verdad historizante, y podré can bebés-corazón, o que puede vivir sin corazón.
colaborar en el trabajo, que él percibe no poder tra- Sus defensas fracasan, se incorpora y me dice:
mitar solo. “Me volví loco, no te conozco.”
Ahora bien, ¿qué hacer con todo ese despliegue Analista: ¿Me desconocés?
tanático escasamente semantizado? Me convocaba, J.: Sí, voy a llamar a la policía, ¿quién eres tú?
sin dudas, a un “saber hacer” desde la clínica. ¡Quién eres tú o te mataré, o me mato yo!
Los afectos que circulan en la transferencia Analista: Alguien que te va a cuidar
podrían entenderse como “signo” de representa- J.: “No te conozco... ¿por qué nunca nadie me
ción no advenidos aún, afectos en busca de recono- cuida? ¡Me voy a pegar un tiro!”
cimiento, de palabras, en busca de figurabilidad. ¿O Analista: ¿Te vas a matar porque pensás que no
es que en este caso que evoco se presentifican como te voy a cuidar?
un “exceso de figurabilidad” (5), y es entonces J.: “¡Me voy a pegar un tiro! Primero me pego
cuando se funden, con-funden J. y su analista? un tiro.” (Se dispara)
Analista: Te mataste (con asombro)
Otra sesión J.: se ríe
A comienzos de marzo había sido su primer día Su risa, como confirmando que en el campo
de clases. Entró al consultorio y sobre la mesa estamos los dos involucrados:
había un trozo de masa plastilina sin guardar que “La fluidez de un discurso no bastaría si no se
la analista había encontrado tirada en el piso en la acompaña de la presencia de una circulación afec-
sesión anterior. tiva dentro del campo (…) para lo cual el analista
J: “Hay mucha masa, para hacer un corazón, requiere escuchar al analizante con su mente y con
aquí hay también (en un pote en su caja, la saca sus afectos.” (7)

72
F(r)icciones Julieta Paglini

Analista: ¡Ah! No estás muerto. (Con alivio) Frente a la intensidad emocional por la vivencia
J.: (Se incorpora, me apunta con la tijera, que es del desmantelamiento psíquico, del desconoci-
el arma) “Voy a llamar a alguien y después te mato, miento, acude al “como si” del juego, para luego
J., vení acá porque si no le pego un tiro y la mato” enredarse en pedacitos de su ser, difíciles de unir y
Analista: ¿Quién es J? entonces se siente “tonto”, no sabe, no entiende,
J.: “Estoy hablando con éste, ¡calladita o te ¿como efecto del trauma que desorganiza su
mato! Cuando venga yo me voy a pegar un tiro.” mundo interno?
Se para en el diván, apunta a su cabeza y dispa- Analista: Soy quien te ha cuidado, ¿no lo
ra. Circulan fantasías de suicidio-homicidio. El recuerdas?
clima transfero-contransferencial es por momentos J.: “Si no aparece en un segundo me mato.”
de dominio, en otros de intensa angustia, de vio- Analista: ¿Sentís que cuando alguien no apare-
lencia, desorganización. ce en un segundo morís?
Analista: Se mató. (Azorada y decaída) J.: “¡No! Cómo va a morir en un segundo.
Me pregunto si me encuentro con-fundida con Ahora está muerto J. y soy otro, voy a llamar a la
él y percibo con dolor la desorganización, la dupli- policía para que te arreste porque no te conozco, yo
cación de J., la mutilación de sus partes, su de- no soy J., ahí está muerto J., míralo. Ahora toda la
construcción, sus retazos. gente va a morir. Se dispara, todavía no morí, no te
J.: “Me quedan muchas vidas, me quedan tres preocupes por mí, tengo diez vidas. Estoy vivo”. Se
vidas, y si me muero me quedan dos, y si me pego dispara y cae sobre el diván y de ahí al suelo.
un tiro ahí sí me muero. J., vení porque me voy a Analista: ¡Cuántas caídas! Al diván, al suelo.
pegar un tiro. Me voy a pegar un tiro, me quedan J.: Se dispara de nuevo, y dice gritando, entre
dos vidas y si me pego un tiro…” risas, llanto y tonto: “Estoy vivo, ahora me mato de
Analista: ¡Te queda una vida! verdad porque un señor que era un ladrón me sacó
Desplegando, construyendo momentos de todas las vidas, a vos también te mató.”
intensísimo dolor, de muerte, de fragmentación, de ¿Fantasía de inmortalidad?, ¿yo no me puedo
nada, donde tiene que rearmarse para sobrevivir, morir, porque después de cada separación de mis
una y otra, y otra vez. objetos primarios, reaparece otro que me alberga?
Cito nuevamente a Green cuando se refiere a la ¿Intentando recubrir un dolor central, desgarrante?
alucinación negativa: “Ésta es preparatoria para la ¿Dramatizando, relatando en el campo analítico
realización alucinatoria del deseo, si ésta no puede sus separaciones, sus pérdidas?
aparecer el bebé dice: ¡yo no quiero nada más! (...) Analista: ¿Qué te pasó? ¿Te volviste loco?
¡yo no tengo más confianza en el mundo, ni en el Cambiar de un lugar al otro, de una casa a otra, con
objeto ni nada! ¡Lo único que quiero es destruirlo gente desconocida.
todo, destruir al objeto y destruirme a mí! (...) solo J.: Emite sonidos de mono
hay caos que ha hecho estallar el cuadro.” (8) Analista: ¿Te convertiste en un mono?
J. “Sí, ya sé, si me mato me muero de verdad, si J.: “Se volvió tonto, se va a morir, se vuelve
no viene en un minuto J. me voy a pegar un tiro. locaso”. Camina y habla como un mono “Me con-
Voy a matar a todos los policías J. me queda cero vertí en mono humano”.
vida, si me mato me muero de verdad, pero esta- Tira la masa en la cabeza de la analista.
mos jugando, apunto a J., se mató, y ahora vos Analista: ¡Cuánto enojo! ¡Cuánto odio, me des-
hacete la muerta y después se mata él. Estoy tonto, conocés y pensás que querés matarme, que te vas a
estoy tonto, tú, ¿quién eres?” matar! (Está muy excitado y movilizado).

73
Julieta Paglini F(r)icciones

J.: “Yo nací de otra mamá y me robaron, mi Me pregunto si “es ese lapso del pasaje de un
mamá me robó.” lugar al otro, de nada, de desconocimiento total, de
Le digo suavemente: ¿Te robó? caída, mudo, silencioso, lo verdaderamente trau-
J.: “Bueno, no sé, ella sabe cómo fue.” mático que queda escindido, que deja una huella,
Tira la masa en mi cabeza, también la pelota. testimonio en la estructuración psíquica de aquello
Se ve que es insoportable para él lo que le digo, y vivenciado”. (9)
me tira objetos, como diciéndome hacete vos cargo, En la particularidad de este caso, esa huella
semantizalo, yo no puedo. Es la analista quien per- muda, ¿podría ejercer un efecto deslibidinizante?
cibe y siente el dolor. ¿O estar al servicio de la reconstrucción?
Analista: ¿No querés que piense, que te diga En un segundo momento del proceso entraba
algunas cosas? A mí me hace bien pensar, me como un “torbellino”, urgido en desplegar su emo-
ayuda. cionalidad en el espacio que veníamos construyen-
J.: “Yo también pienso. Pienso cuando era chi- do juntos.
quito, bebé, pero no me acuerdo”. Es a partir de esa particular temporalidad que se
Analista: Hoy empezaste las clases. estructura el sujeto, a partir de la resignificación de
J.: “Sí, tengo una maestra nueva. Jugamos a la las vivencias traumáticas, que se posibilitará el
pelota ¿Queda un minuto?” quehacer del psicoanálisis. Un a posteriori que ins-
En este encuentro compartimos vivencialmente cribe, que transcribe, que da lugar a des-armar, a
la construcción fantasmática y subjetivante de su des-hacer, a des-ligar, para luego establecer nuevas
propio relato con relación a su origen. conexiones, nuevas cadenas asociativas.
Cuando pasó de un lugar “conocido” a otro no Desde el psicoanálisis postulamos que el desti-
tenía palabras ¿Estaría encontrando una trama, un no puede ser transformado, a partir de la reelabora-
argumento, cierta continuidad en su historia libidinal? ción, pero también gracias a la construcción de un
espacio que posibilite la inauguración de “algo”
Algunas consideraciones nuevo. Una construcción subjetivante, en el campo
Durante el primer año de su análisis llegaba y analítico, a la manera de un espacio transicional,
quedaba unos minutos recostado en el sillón de la que dé lugar a la creatividad. Espacio inaugural que
salita de espera antes de ingresar al consultorio, pueda ser habitado por el juego y la creación (10).
para luego, al ingresar, desplegar la compulsiva Decíamos que las incógnitas de J. se expresa-
repetición de su juego que reproducía una situación ban mediante el acto, pegar al otro, pegarse a sí
traumática no representable, que lo enfrentaba mismo sin sentido, como acto que no contiene la
activamente al desmantelamiento que deja huella, semilla del intento del encuentro con el otro.
sin posibilidad de representación ¿Repite de mane- El trabajo en transferencia de la repetición,”sin
ra casi idéntica, ominosa, como efecto de la desli- ton ni son”, introduce una ligadura donde antes
gadura que proviene de la pulsión de muerte, tam- imperaba una desligadura. Ligadura que implica
bién puesta en acción? instaurar una dimensión temporal. Sabemos que la
Repetición que nos acerca un indicio de aque- repetición da lugar a un pasado que no es del orden
llas huellas que remiten a sensaciones, (percepcio- del recuerdo, sino de la reconstrucción. Y no habrá
nes olfativas, gustativas, cenestésicas, táctiles, verdad definitiva, sólo la que se construye entre dos
visuales, auditivas, etc.) que dejaron una marca de en el espacio analítico.
aquellos vínculos tempranos, en los que la pulsión J., en el trabajo analítico y a través de su juego
encuentra un objeto e inaugura un sujeto. intenta re-establecer ese primer contacto perdido, o

74
F(r)icciones Julieta Paglini

posible de restablecer. Juega a esconderse pero deja gar algunas consideraciones sobre los efectos de la
“miguitas” en el camino para ser hallado por su pérdida temprana en la constitución psíquica y
analista. para hacer particular mención del encuentro
Dice Winnicott: “Esconderse es un placer, no vivenciado dentro del campo analítico, donde se
ser hallado es la muerte.” despliega la experiencia compartida del análisis.
Es en el encuentro vivenciado dentro del campo La melodía del decir materno-analista, lo pre-
analítico donde se despliega la experiencia compar- verbal, la emocionalidad con el paciente, son ele-
tida, la que hace impacto en la persona del analista, mentos fundamentales para la autora, los cuales,
motor de cambio de su propia subjetividad. junto a la interpretación, permiten el surgimiento
Nuevas marcas en el inconsciente del paciente, de un nuevo elemento constructor de subjetividad,
pero también en el de su analista, comprometida en la medida en que aportan nuevas experiencias
en el “trabajo” de analizar, deja de lado teorizacio- transformadoras de la vivencia inicial.
nes, se “enrieda” en los retazos de J., percibiendo Plantea la complejidad de la tarea analítica en
por momentos ansiedad, decaimiento, el intento el campo transferencial-contratransferencial,
de aliviarse-aliviarlo, (como cuando dice en la últi- donde la dupla paciente-analista se encuentra
ma sesión de este recorte: “no estás muerto”), inmersa en el intenso trabajo de generar las condi-
empleando un tono con una particular musicali- ciones para que acontezca la “creación”, “cons-
dad, procurando suavizar tanto dolor. trucción” de subjetividad, tanto de J., como de la
La melodía del decir materno-analista, lo pre- analista.
verbal, la emocionalidad compartida, son elemen-
tos fundamentales, que junto con la interpretación,
permiten que surja un nuevo elemento constructor Bibliografía
de subjetividad, en la medida en que aporta a nue-
vas experiencias modificadoras de la vivencia ini- 1. Citada
cial. (1) Kristeva, J.: Hablar en Psicoanálisis, en “Docta. Revista de
Psicoanálisis”. APC. 2011, Nº 9
Este niño evidencia fuerza yoica, espacio inter-
(2) Green, A. :(1990) Narcisismo de vida, narcisismo de muerte.
medio de juego, en el cual puede recrear el trauma, A.E.
buscando, esperando ser hallado, investido por su (3) Freud, S.: (1926) Inhibición, síntoma y angustia. A.E. T. XX,
pág. 158 y 159.
analista. Del minucioso trabajo de construir, la
(4) Viñoly Beceiro, A. M.: Cuerpo y Lenguaje. Cuerpo Sostén de
puesta en palabras del acto dramatizado en el la Estructuración Psíquica y de la Subjetividad. “Revista del
juego, dependerá el porvenir de ambos. Tanto de J., Instituto de Psicosomática de Buenos Aires”. 2010
(5) Laplanche, J. y Pontalis, J. B.: Diccionario de Psicoanálisis.
como de la analista comprometida con él en la
Ed. Labor, 1971.
compleja tarea de historizar lo traumático-vivido. (6) Chabert, C.: Femenino melancólico. APM, Biblioteca Nueva,
Madrid, 2008.
(7) Baranger, M: La mente del analista: de la escucha a la inter-
Descriptores pretación, en “Revista de Psicoanálisis. APA”, XLIX, Nº 2,
Campo analítico, Construcción subjetiva, 1992.
Clínica con niños. (8) Uribarri, R.: Entrevista a André Green: La representación y lo
irrepresentable. Hacia una metapsicología de la clínica con-
temporánea, en “Revista de Psicoanálisis” APA, Nº especial
Resumen internacional, 1998/1999.
(9) Abdel Masih, N., Chena, N., Gallo, B., Kuschnir, C. S. de,
La presentación clínica del caso de un niño que Obeide, J., Paglini, J., Tavip, L.: “De las repeticiones”, V
tiene la particularidad de haber padecido un tem- Symposium APC 2006, pág. 5.
prano abandono es el punto de partida para desple- (10) Winnicott, D.: Realidad y Juego. Ed. Gedisa, 1992.

75
Julieta Paglini F(r)icciones

2. Consultada ––––––––– (1937) Construcciones en Análisis, A.E. XXIII.


––––––––– (1939) Moisés y la religión monoteísta, A.E. XXIII.
Abdel Masih, N., Chena, N., Gallo, B., Kuschnir, C. S. de,
Obeide, J., Paglini, J, Tavip, L.: “De las repeticiones”, V ––––––––– (1940) La escisión del yo en el proceso defensivo, A.E.:
Symposium APC, 2006. XXIII.
Baranger, M: La mente del analista: de la escucha a la interpreta- Gallo, Beatriz: “El analista y su inconsciente analizan”. XIX
ción, en “Revista de Psicoanálisis” APA, XLIX, Nº 2, 1992. Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis Malestar en el
Psicoanálisis, 1992.
Baranger, M: Lo intrapsíquico y lo intersubjetivo en el psicoaná-
lisis contemporáneo, en “Revista de Psicoanálisis” APA, LXVIII, Green, A.: Narcisismo de vida, narcisismo de muerte, A.E, 1990.
Nº 2/3, 2011. Kristeva, J.: Hablar en Psicoanálisis, en “Docta. Revista de
Baranger, M., Baranger, W. y Mom, J.: Trauma Psíquico infantil, Psicoanálisis.” APC. Nº 9, 2011.
de nosotros a Freud; y Trauma puro, retroactividad y reconstruc- Uribarri, R.: Entrevista a Andre Green, La representación y lo
ción, en “Revista de Psicoanálisis APA” XLIV Nº 4, 1987. irrepresentable. Hacia una metapsicología de la clínica contempo-
Botella, C. y S.: La figurabilidad psíquica. A.E. Bs. As, 2003. ránea, en “Revista de Psicoanálisis” APA, Nº especial internacio-
Freud, S.: (1950-1895) Proyecto de psicología, A.E. I. nal, 1998/1999.
––––––––– (1900) La interpretación de los sueños, A.E. V. Viñoly Beceiro, A. M.: Cuerpo y Lenguaje. Cuerpo Sostén de la
Estructuración Psíquica y de la Subjetividad, en “Revista del
––––––––– (1914) Recordar, Repetir y Reelaborar, A.E. XII.
Instituto de Psicosomática de Buenos Aires”, 2010.
––––––––– (1919) Lo Ominoso, A.E. XVII.
Winnicott, D.: Realidad y Juego. Ed. Gedisa, 1992.
––––––––– (1920) Más Allá del Principio del Placer, A.E. XVIII
Levín, Raúl: (2004) “Hacia un psicoanálisis de lo indecible”.
––––––––– (1923) El Yo y el Ello, A.E. XIX. Psicoanálisis, APdeBA, Vol. XXVI, Nº 2.
––––––––– (1925) Inhibición, Síntoma y Angustia, A.E. XX. Levín, Raúl: (2005) “La escena inmóvil. Teoría y clínica psicoana-
––––––––– (1937) Análisis Terminable e Interminable, A.E. XXIII. lítica del dibujo.” Ed. Lugar.

76
Palabras cruzadas
Castel, un lacaniano leyendo a Bion
En un contexto donde prevalecen las parroquias psicoanalíticas, muchas de
ellas con discursos oficiales a rajatablas, Docta ha aspirado desde su primer
número a generar un espacio de intercambio entre las distintas corrientes del
pensamiento psicoanalítico.
Tener la posibilidad de acceder a un texto de un autor lacaniano, que
comenta a Bion en un post-facio de una obra llamada “La prevue & autres tex-
tes” y a la autorización para su traducción y publicación, nos parece un logro
que se inscribe en esta línea. “Bion epistemólogo” es un texto profundo, com-
plejo, en el que Castel toma la obra de Bion, su relación con las matemáticas,
el aprendizaje a través de la experiencia emocional, y propone continuar la obra
de Meltzer allí donde este la dejó, para tratar de articular las nociones de creci-
miento del aparato mental, pulsión epistemofílica e intuición.
Los comentarios de Carlos Barredo y Elizabeth T. de Bianchedi, desde pers-
pectivas teóricas diferentes, aportan a la lectura de este original texto sus pro-
pias conclusiones.
Eduardo Kopelman
Bion, epistemólogo*
Pierre-Henri Castel

El psicoanálisis [...] no es una ciencia. No tiene estatuto de ciencia,


y sólo le resta esperarlo, aguardarlo. Pero se trata de un delirio en el
que se espera que comporte una ciencia. Es un delirio en el que se
espera que devenga científico.
Se puede esperar largamente. Se puede esperar largamente y yo he
dicho por qué, simplemente porque no hay progreso y porque eso
que se espera, no es forzosamente eso que se obtiene. Es un delirio
científico, entonces, y se espera que comporte una ciencia, pero eso
no quiere decir que alguna vez la práctica analítica comportará esa
ciencia.
Jacques Lacan [1977/1998, p. 52**].

¿Cómo vamos a soportar semejante ataque a nuestra mentalidad?

Donald Meltzer [1978, p. 71***].

La obra de Bion es aún poco apreciada en Francia, piamente el espesor conceptual de esas palabras
pese a los trabajos de algunos valientes difusores. Y como de esas significaciones, es decir eso que les
sin embargo, en el ensayo que sigue, no me pro- confiere su valor lógico y epistémico. ¿Por qué?
pongo de ninguna manera resumir los varios Porque se accede así a formas de vinculación (lin-
comentarios de que ha sido objeto, ni hacer una king) de los pensamientos entre sí invisibles de otra
introducción global a la obra de Bion, que por cier- manera. Mejor aun: se accede así a formas de vin-
to ya las hay, y excelentes. No, el ejercicio será aquí culación entre pensamientos que sólo el psicoaná-
algo diferente. Pues para Bion, los ojos no sirven lisis descubre, no solamente por el hecho de sus
primero para leer; sirven para ver, y para ver en el procedimientos clínicos, sino también más allá,
sentido del contacto psíquico e intelectual sin porque éste muestra allí su tenor epistemológico
mediación con lo real: en una palabra, la intuición. propio, y quizá incluso su cientificidad.
Por razones que iré desplegando progresivamente, Es por ello que este ensayo no se enmarca en la
pensar con Bion no puede entonces resumirse a hermenéutica usual, dicho de otro modo, en una
poner en coherencia textos, o comentarios autori- tentativa de interpretación de textos y de su senti-
zados, ni cualquier cosa que se apoye en el lengua- do. Es que los comentadores de Bion se esfuerzan
je, con ello quiero decir en eso que no sería “nada sobre todo, como fascinados y abrumados por la
más que palabras” y significaciones de superficie. abstracción de su terminología, por proporcionar
Pensar con Bion es por lo contrario penetrar pro- ilustraciones clínicas concretas de eso que puede

* Traducción de Gastón Sironi.


** N. del T.: traducido de la versión francesa citada en la bibliografía.
*** N. del T.: traducido de la versión inglesa citada en la bibliografía.

79
Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

querer decirse a partir de sus fórmulas, cuando no desee descifrar el texto bioniano como puro texto,
se precipitan en la vía abierta por el propio Bion, la comparando simplemente sus enunciados con los
de informarnos de la repercusión que han tenido de Freud, Melanie Klein (o, en mi caso, Lacan), sin
sus concepciones en ellos mismos. En resumen, dar crédito a priori al poder, que Bion reivindica con
están a la búsqueda de eso que el pensamiento de énfasis, de hacer funcionar estos mismos enuncia-
Bion modeliza. Yo me esforzaría más bien por dos de manera totalmente original: “matemática”
tomar radicalmente en serio la postura bioniana de –es la palabra de Bion–, eso que ni Freud ni
una modificación psíquica del lector-analizante, en Melanie Klein, en todo caso, han reivindicado.
el sentido en que puede cambiar de estado interior Pero aquí hay otras dos precauciones.
y ver psicoanalíticamente lo que jamás había visto Este postfacio no es la explicación de los artícu-
ni concebido. Porque el pensamiento de Bion no es los que preceden. No propongo aquí más que un
un modelo (se sobreentiende: entre otros) de psico- marco para una relectura posible de estos artículos,
análisis. En efecto, Bion transforma los conceptos a partir de lo que supongo más conocido de Bion
freudianos y kleinianos más ortodoxos, de suerte (los escritos del período llamado “epistemológico”,
que, aparentemente, su literalidad se ve poco o nada concluido con la publicación de Seven Servants
afectada, mientras en realidad su potencia para [Bion 1977]), y dentro del objetivo de demostrar la
aclarar los hechos se ve ya sea renovada, ya sea continuidad real, profunda, entre estos textos, la
actualizada como nunca. Pues desde ese momento mayor parte ya traducidos al francés, y los del últi-
hacen sistema. Y el pensamiento de Bion, en este mo período, llamado también “místico”. Pues, aun
punto, remite menos a una psicología empírica, que cuando Bion da la sensación de haber superado en
impondría desde fuera sus normas al psicoanálisis, su propio movimiento la tabla y las reflexiones lla-
que a las matemáticas, que engendran objetos nue- madas “matemáticas” de los años 1960-1970, no
vos de manera estrictamente interna por la exten- se han cuestionado lo suficiente las razones de esa
sión a la vez intuitiva y constructiva de sus premi- superación. Y sin embargo las hay, y son profun-
sas. Ahora bien, como es sabido, no hay una her- das. Meltzer ha apuntado algunas, alarmándose
menéutica de los textos matemáticos (o en todo –nótese la inscripción– por la inaudita tensión
caso, la hay completamente exterior e histórica): es inducida en el lector por las páginas de
preciso ver eso de lo que hablan. Transformations en las que Bion pasa de un estudio
Tengo así cabal conciencia de que mi trabajo “algebraico” de las funciones y los factores del psi-
dejará profundamente insatisfecho al lector que coanálisis, en continuidad con la elaboración de la

Bion-Lacan: El texto de Pierre Henri Castel nos pone en contacto


con un analista de posición lógico-filosófica y lectura
entablar un diálogo freudiana heterogéneas con Bion –en tanto inspira-
das en Lacan– comentando la obra bioniana y desta-
Carlos Barredo* cando su originalidad. La hipótesis central del escrito
afirma la continuidad entre el Bion de la tabla, perí-
odo que se menciona como epistémico y el de “Me-
* Psicoanalista (APdeBA). morias del futuro”, al que se denomina místico.
Se nos presenta la tabla como una operación
que Bion realiza con nociones freudianas y klei-

80
Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

tabla y los elementos, a esa salida hacia el “acto de Segunda observación: he querido en estas pági-
fe” en “O” (es decir, la realidad una e inmanente de nas dar testimonio de los efectos de shock, sí, de
la experiencia) [Bion 1965/1982, pp. 162 y sigs.]. conmoción tanto psíquica como intelectual que
Pues esta salida parece liberar al analista de toda causa la lectura de Bion en todo analista a quien le
obligación de racionalidad y disolver la realidad psí- preocupe lo que hay que atreverse a llamar, con su
quica en una noche oscura. peso de promesas y dificultades, la cura de los psi-
Es por ello justamente que sugiero retomar el cóticos; al menos, en todo analista prevenido por
análisis en el punto en que Meltzer lo dejó, y ana- eso que Lacan, de quien proviene mi formación ini-
lizar con nuevo esfuerzo la articulación bioniana cial, atisbaba bajo el título archiprudente de “una
entre crecimiento (growth) del aparato psíquico (es cuestión preliminar a todo tratamiento posible de
decir, “el aparato para pensar los pensamientos”), la psicosis” [Lacan 1966, pp. 531-583].
pulsión epistemofílica, intuición (que Bion llama Pero el punto más decisivo es éste: en Bion,
“intuit”) y epistemología, y luego, a partir de allí, pensar la experiencia es, en sí, una experiencia del
procurar aprehender eso que Bion concibe como pensamiento. Es una afirmación de principios.
generatividad intrínseca de los conceptos y los “ele- Circunscribe el campo de lo auténticamente psico-
mentos” del psicoanálisis, su vínculo con la histo- analítico. Resulta entonces crucial indicar al
ria de las ciencias, hasta la relación última con lo menos un camino sobre el cual no haya dos Bion,
real inmanente de la experiencia (con “O”, remarca sino uno solo: un Bion epistemólogo y un Bion
Bion). Tal relación es en efecto la que ha suscitado, que, por razones a elucidar en el seno de su propia
en mi opinión, los contrasentidos más nefastos, epistemología, abandone la tabla y piense la “cesu-
porque la expresión deliberadamente religiosa y ra”, la “turbulencia”, o los imperceptibles vestigios
metafísica de Bion sobre este tema ha permitido de nuestra vida antes de nacer. Además, la contra-
creer que se trataba de una renuncia, quizá incluso prueba capital de toda hipótesis de continuidad
de una completa retractación, a la luz de los textos entre los dos Bion será dar cuenta de la relación
del período epistemológico. Voy a demostrar que no joyciana con el lenguaje y la escritura autobiográfi-
lo es en absoluto. Y advirtiendo mejor por qué, el ca y ficcional que es como el doblez ininterrumpi-
lector de los artículos anteriores tendrá una mejor do de su trabajo científico, en esos años decisivos.
introducción a aquello que hace a la coherencia Es a ello a lo que se consagra el objetivo de este
profunda del recorrido bioniano, el problema que lo ensayo. Se propone también como una incitación a
anima y el impulso hacia adelante. no quedarse en los artículos anteriores aquí tradu-

nianas, articulándolas de una manera original que sar la experiencia que es, a la vez, una experiencia
permite hacer accesibles propiedades hasta enton- de pensamiento.
ces desapercibidas: su aspiración a combinarse en Tomando como punto de partida nociones pro-
términos matemáticos y a formar sistema, con- venientes de “Los dos principios del suceder psí-
formar una estructura. Sin declaraciones de pure- quico”, Bion supone un compromiso originario de
za o erudición, sin forjar nuevos términos, articu- los principios que determinaría un origen alucina-
lando con mayor exactitud los ya existentes, pro- torio irreductible para cualquier montaje de la rea-
cede a un acto de invención al servicio de una lidad y que se despliega horizontalmente hacia una
relación autónoma a la experiencia. Deviene concepción de la acción que trasciende el dominio
autor, se autoriza, en una forma singular de pen- del cuerpo y su musculatura, para acceder al ámbito

81
Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

cidos, sino examinar de más cerca lo que Bion más útil socialmente, más eficaz intelectualmente
escribía en el mismo momento, y que es un poco (la ciencia). Si el psicoanálisis es así una ciencia,
demasiado fácil de separar de su obra psicoanalíti- quizá incluso la ciencia del psiquismo, es porque,
ca propiamente dicha. En efecto ésta parte, como en toda hipótesis, no sólo daría razón de la locura
será mi conclusión, del mismo movimiento psíqui- (explicando sus causas, su ineluctabilidad tal vez,
co creador, aunque su forma exterior parezca ente- en circunstancias determinadas) sino, más aun,
ramente distinta1. porque sería razón dada a la locura, a esa suerte de
Por cierto no tengo más que otros la clave para locura que cierne la razón no como un abismo,
descifrar los pormenores ni tampoco el esquema de sino como la tierra blanda envuelve las raíces.
dirección de A Memoir of the Future, menos aun Que la lengua del psicoanálisis, especialmente
los de la autobiografía póstuma [Bion 1982 y la lengua kleiniana, que “explica” los fantasmas
1985]. Creo al menos poder mostrar que lo que mediante otros fantasmas, mas arcaicos, y trata
estalla literariamente en estos textos no es otra juegos infantiles, mitos y sueños como operadores
cosa que lo que estaba reunido conceptualmente y productores de sentido y de metamorfosis psíquica,
comprimido al extremo en los escritos del período que esta lengua tenga al mismo tiempo una gra-
epistemológico. Lo que pueda entonces considerar- mática, una lógica, y ambicione convertirse en sis-
se extravagante a este respecto no es sino ignoran- tema deductivo de las manifestaciones del incons-
cia del rigor lógico que rige el crecimiento del apa- ciente, es ya en sí una provocación contra el senti-
rato bioniano para pensar los pensamientos. Es por do común. Ahora bien, Bion da un paso más: con-
ello que la inscripción de este ensayo rinde home- jetura que la cientificidad misma no es otra cosa
naje, a su manera, a una tensión inaudita, propia, que un retoño de esta actividad inconsciente, fan-
en el campo de la cultura contemporánea, al psico- tasmática, ilimitada y salvaje, y que el psicoanalis-
análisis: la que está entre los materiales del incons- ta se siente como en casa en las producciones psí-
ciente dentro de su salvajismo pulsional, dentro de quicas del científico, como las del geómetra, como
la ilimitación exuberante e irreprimible de sus rela- se siente ante los estados espirituales de los hom-
ciones mutuas (el delirio), y lo que el espíritu bres de fe o los impulsos de la creación artística.
humano, contrariamente, crea como más reglado, Así se siente con lo que el científico rechaza por

1. Este ensayo es fruto de reflexiones realizadas en 2006-2007 en el marco de mi seminario en la Asociación Lacaniana Internacional
(accesible en www.pierrehenri.castel.free.fr), y está dedicado a aquéllas y aquéllos que han querido nutrirlo con su atención. Los casos
clínicos discutidos durante la elaboración de este trabajo se han retirado en aras de la confidencialidad.

del accionar colectivo: el hacer con otros, que nece- Este comentario apunta a acordar con la hipó-
sariamente requiere un tejido de lazos sociales que tesis de Castel sobre la continuidad de los dos
solo el discurso hace posible. momentos de la obra de Bion, planteándolos como
En el eje vertical, avanza hacia una simboliza- distintas formas de concebir la relación de los
ción de abstracción creciente para culminar en humanos con el lenguaje.
categorías de la letra, que permiten una dilución Para sostener esa idea, intentaré un paralelo
absoluta de toda significación en escrituras que entre el movimiento de Bion, desde las “formula-
prescinden de ella: modos de notación de elemen- ciones” y el “uso” que de ellas se hace (desplegadas
tos y factores, fórmulas combinatorias y algoritmos en la tabla), hasta “la relación joyceana” al lengua-
algebraicos que habilitan operaciones y cálculos. je que se despliega en “Memorias del futuro”, y el

82
Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

delirante: sus mitos (el Edipo, en primer lugar), sus del mundo schreberiano. Y he aquí lo que revelan los
fantasmas, sus sueños y sus mecanismos psíquicos últimos artículos de Bion: ese contacto de lo finito y
arcaicos (identificación proyectiva, negación, idea- lo infinito, de lo circunscripto y lo ilimitado, de lo
lización). Por esto es que el teorema de Pitágoras, la racional y lo delirante, de la salud psíquica y la locu-
conjetura cosmológica, el principio biológico gran- ra, no llega de otra manera que exponiéndose a sí
dioso, son integrados al crecimiento del psiquismo, mismo a los límites de su propio funcionamiento
y a la historia del gran grupo humano armándose mental, y tal vez también físico (como cuando Bion
de un aparato para pensar los pensamientos más sugiere que deberíamos tener cuenta en la cura eso
vasto y más potente. que nos llega antes de nuestro nacimiento, en los
No le ha bastado entonces a Bion que el psicoa- primeros tiempos, embrionarios, de nuestra progre-
nálisis sea un “delirio científico”. Él ha ido mucho siva determinación del individuo). El texto bioniano
más lejos que afirmar, a la manera del relativismo mismo lleva las huellas de este esfuerzo extraño que
chic, que la ciencia no es sino un delirio entre los desplaza por completo las posturas freudianas y klei-
demás (salvo que avanza, ya que transforma la reali- nianas de la oposición consciente/inconsciente. Ésta
dad). Bion se ha instalado en la coyuntura huidiza es la fórmula exacta de Bion: “El factor distintivo
donde la ilimitación propia de la vida inconsciente que sugiero introducir no pasa entre consciente e
encuentra el límite, la determinación, el concepto: inconsciente, sino entre finito e infinito” [Bion
allí donde la lengua joyciana es el horizonte inespe- 1965/1982, p. 57*]. Yo sostendría entonces que, sus-
rado de la Begriffsschrift de Frege, donde el rigor neo- tituyendo consciente/inconsciente por finito/infini-
positivista de Braithwaite2, liquidando la explicación to, no abjura de nada de lo que se ha ganado episte-
causal tradicional, ilumina la causalidad delirante mológicamente con la tabla.

2. Menos conocido en Francia que Carl Hempel, Richard Bevan Braithwaite (1900-1990) es uno de los fundadores de la metodología neo-
positivista de las ciencias. Scientific Explanation [Braithwaite, 1953] ha permanecido como un clásico. Se cita menos su reflexión teo-
lógica y moral, otra fuente de Bion, vinculada a su lectura de Ian Ramsey [Braithwaite 1955, Ramsey 1957]. Sin entrar en detalles que
exigirían un estudio aparte, digamos que Bion ha creído que el avance fundamental del neopositivismo lógico, que sustituye en las
explicaciones ontológicas de causa/efecto la articulación explanans/explanandum, logra históricamente un movimiento de emancipa-
ción de toda la actitud explicativa respecto de la simple imputación moral. Para Bion, la causa ha quedado como concepto moral y, en
tanto tal, emanación del superyó. El progreso de la metodología de las ciencias hace entonces aparecer como lo que es, delirante y para-
noide, toda imputación causal llevada al infinito y formando más o menos un sistema del mundo. Es un caso en el que el desarrollo
de la reflexión epistemológica es visto por Bion como la expansión concreta de nuestro aparato psíquico, totalmente al estilo a la vez
metapsicológico y metahistórico de las “Formulaciones” de Freud.
* N. del T.: traducido de la versión francesa citada en la bibliografía.

que realiza Lacan desde la concepción de los cuatro dará una forma articulada en el esquema de sus
discursos como combinatoria de letras y lugares discursos.
que conforman una estructura, hasta la noción de Un accionar con otros en un lazo discursivo
“lalangue” que, aun cuando depende de los ele- que tiende a modificar la realidad en un intento de
mentos, es más un trayecto operando en múltiples dominarla, eso es la política desde la óptica del dis-
direcciones (lineales, circulares, solapadas, disrup- curso del amo. Gobernar, primera imposibilidad.
tivas, etc.) que un producto, más una actividad en En sentido vertical, la tabla, tomando como
proceso de hacerse que un dato inicial o final. referencia “La importancia de la formación de sím-
Este cotejo teórico atraviesa en su recorrido bolos en el desarrollo del yo”, se presenta como una
las imposibilidades freudianas a las que Lacan vía de abstracción creciente, que culmina en un

83
Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

Captar en el punto justo lo que Bion quiere decir parece haber transcurrido sin dolor. Bion, reco-
con esto es extremadamente difícil. El lector juzga- mendando advertir regularmente ese con lo que
rá la plausibilidad de lo que entiendo al respecto. se piensa (restos de sueños, frases sorprendentes
Pero una cosa es cierta. Bion, desplazando de de un paciente, fragmentos recopilados de textos
esta manera las posturas del psicoanálisis clásico, fundadores a los que no deja de volver, poemas
se transporta a los límites que la tabla le había que emocionan, etc.), decía que tal proceder per-
ayudado a circunscribir, dicho de otra manera, allí mitía al analista ver ante sus propios ojos perimir
donde alguna otra cosa podría ser pensada y dicha sus pensamientos, otros pasar a primer plano,
de otra forma. Ahora bien, como la tabla queda, otros volver a aparecer, y toda su máquina men-
en segundo plano ante sus últimos ensayos, como tal transformarse, no tanto en sus productos
dispositivo de notación para eso que es auténtica- (nuestro yo tiene por función mantener la ilusión
mente psicoanalítico en toda situación terapéuti- vital de que pensamos siempre la misma cosa, o
ca y en todo juicio sobre la existencia, como sigue casi), sino en sus engranajes reales. Y entonces:
siendo además abstracción rigurosa, elevada a la un día, la tabla ya no es necesaria, se deja atrás.
potencia de la combinatoria, de las “cogitaciones” Al mismo momento, Bion libera su escritura,
íntimas, de las lecturas clínicas, de las elecciones tanto la teórica como la más íntima, la autobio-
teóricas, de los sueños, de los recuerdos de curas gráfica y la ficcional, de su propensión a actuar
de Bion, era perfectamente normal que la última en forma combinatoria: a la tabla la sustituye la
expansión del aparato psíquico del propio Bion trenza, la madeja, a la ambición constructivista,
abandonara hasta la forma. Como si Bion hubie- e incluso finitista, tan serial y tan seria, la susti-
se “digerido” plenamente este aparato digestivo, tuye la apertura intuitiva al Uno-Todo (O), la pro-
con el que compara sin cesar el aparato psíquico, liferación de apreciaciones y la ironía de sus
y, luego de franquear el límite que le imponía ese puestas en escena, un tanteo paso a paso, de una
aparato en tanto aparato, hubiera ido más direc- casilla de la tabla a su vecina directa, de un tema
tamente hacia los recursos intuitivos de su pensa- a otro en todos los niveles. ¿Habrá inventado
miento, es decir a eso que lo nutría de manera Bion, entonces, para terminar, una hipertabla de
inmanente, y, por así decirlo, sin intermediarios. dimensiones infinitas? ¿Renunció además a fil-
Es por ello que la transición del período epis- trar su propia experiencia, la ruidosa confusión
temológico a la última fase de sus reflexiones de sus pensamientos y sus emociones (sobre la

intento de dominio por captura en el concepto. lo real se ha vuelto pensable, la transferencia con-
Experiencia del lenguaje que apunta a reducir el figura ese punto en que el aparato se “appareille”
deslizamiento de significaciones en letras y fórmu- (según el juego de palabras que Lacan utiliza en
las inspiradas en la escritura lógico matemática. “Encore”) a lo impensable para interrogar eso que
Discurso universitario: intento de reducir toda lo excede, que excede todo saber. La tabla es conce-
enunciación a un saber transmisible como mate- bida aquí como un engranaje, un “aparejo” relacio-
ma. Educar, segunda imposibilidad. nal, un medio de ligarse con Otro en transferencia.
En la zona de la barrera de contacto, donde los Como aparato relacional, emerge de procesos dia-
elementos beta, a la vez dentro y fuera de la tabla lógicos en función de esperas y suposiciones
según Castel, se transforman como aquello que de mutuas entre quienes se “appareillent”. Surge

84
Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

infancia tan triste, sobre la guerra, traumatizan- en teología mística, pero de la cual él hace una
te, sobre los duelos de la vida) con un tamiz arti- lectura a la vez espiritual y no religiosa –en tanto
ficial? ¿Soltó, con la angustia atravesada, una giro hacia la inmanencia de lo real–. La apuesta de
muleta mental vana? En la irresoluble respuesta este recorrido es probar que Bion no es en absolu-
a estas cuestiones, se oculta en adelante en com- to un ecléctico ni un artista de la aproximación
pañía de Lewis Carroll, quien pensaba, por su iluminadora: pues lo que les falta a los comenta-
parte, que se tendría que haber enseñado sobre dores habituales, es por lo contrario el punto de
las niñas a las matemáticas –lo cual es segura- vista (vertex) a partir del cual todo se ordena, y la
mente más fructífero que lo inverso–. concepción bioniana de la intuición, con sus
Me propongo entonces tres cosas. fuentes históricas y su dinámica conceptual, es, a
La primera, reconsiderar las posturas de la mi criterio, un punto de vista de esa naturaleza.
tabla, si ésta debe finalmente dejar lugar a esto: la Finalmente, plantearía entonces, a título de intro-
aparente inversión sistemática de todos los valo- ducción a la relectura, algunas preguntas sobre los
res de la epistemología bioniana, de su formalis- ensayos de esta compilación: ¿cómo leer allí algo
mo y de su pretensión sintética freudiana-kleinia- más que una apelación empática al salto en lo
na. ¿Qué quiere decir, en resumen, sustituir fini- informe, negando toda exigencia de razón, en
to/infinito por consciente/inconsciente? La segun- resumen, una forma posmoderna de “sentimiento
da, tomar en serio la epistemología de Bion leyén- oceánico”, pero que desbordaría el psicoanálisis
dola como una versión psicoanalítica del intuicio- desde dentro?
nismo –el movimiento intelectual del que
Poincaré, la referencia constante de Bion, es un ***
precursor, y quien, en mi opinión, permite captar
en cuál clase de infinito, el infinito “potencial”, La premisa esencial de todo lo que sigue podría
pensaba Bion, y por qué–. La tercera, seguir a formularse así: la tabla (ver cuadro 1) no es un
Bion, precisamente siguiendo el hilo de su uso modelo teórico sintético de la epistemología bio-
científico-delirante del “intuicionismo”, dentro de niana, ni nada que deba o pueda verificarse a pos-
su superación de la tabla: el carácter radicalmen- teriori confrontándolo con la experiencia clínica;
te potencial del infinito que concibe lo conduce en la tabla es la transcripción del juego interno del
efecto a una familia de paradojas bien conocidas aparato psíquico, de su funcionamiento propio y

como un dato clínico de lo que se le requiere al ana- en que pueda convertir esos discursos impuestos
lista en la transferencia, una forma de lazo absolu- en “pensamientos pensantes”. Proceso que trasun-
tamente singular que brinda al analizante la posi- ta una relación singular a la verdad, más que una
bilidad de acceso a potencialidades inéditas e inau- realidad común a la que plegarse y un buen len-
ditas, latentes en su aparato psíquico. guaje que la objetive. Discurso del analista: anali-
Nuevo lazo social que permite trascender las zar, tercera imposibilidad.
constricciones internas del principio del placer y Lacan afirma que el lenguaje es una elucubra-
las externas propias de los pensamientos de la ción de saber sobre lalangue. Así la lingüística
época (morales, científicos, estéticos, etc.), impul- sería la expresión de ese intento de dominio por
sando al analizante hacia una posición enunciativa medio de un saber, al que la histeria como discur-

85
Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

de sus elementos exclusivos, y, en ese sentido, cura. El aparato para pensar psicoanalíticamente
autentifica a priori como psicoanalíticos tanto los los pensamientos no se resume en la inteligencia
fenómenos como los procesos que indexa, cuyas afectiva del peso del Edipo en la transferencia.
relaciones mutuas (es decir, su orden real de apa- Libera más allá de las potencialidades psíquicas
rición, las jerarquías funcionales que éste rige, que ubican al individuo analizado de otro modo,
etc.) determina de manera constructiva. La tabla, en el plano espiritual de cara a la religión, en el
así entendida, es el “aparato para pensar psicoa- plano de la sensibilidad estética frente el arte, y,
nalíticamente los pensamientos”. Es por esta siempre en dirección a una mayor integración-
razón sustancial que puede servir, luego, de abstracción del simbolismo, en el plano racional
ayuda memoria en la notación de una sesión, de frente a la ciencia. La realidad psíquica del creci-
mapa en blanco para aumentar el dominio de la miento del aparato para pensar los pensamientos
articulación de los conceptos psicoanalíticos, de se expresaría entonces en la producción de pen-
tabla de desciframiento de textos teóricos o casos samientos nuevos y pertinentes, cuyas fuentes y
de colegas, de base de extrapolación para el auto- caminos serían legibles en el corazón de los pro-
análisis, etc. En todo caso, resulta de un registro cesos inconscientes puestos en juego por la cura.
riguroso de la manera en que Bion, en un Y no estoy hablando de opiniones sobre la reli-
momento, juzgó que funcionaba psíquicamente gión, la moral, el arte y las ciencias. Hablo de
como analista. Es entonces tanto una herramien- ideas eficientes, causas de mutaciones dentro de
ta teórica como un producto psicoanalítico ínti- esos mismos registros: dicho de otro modo, de
mamente autobiográfico, la forma de un devenir- contribuciones positivas para ese grupo de traba-
psicoanalista en tanto se vive, se piensa y se jo (working group) en devenir que es la humani-
apunta en forma abstracta. Una consecuencia dad genérica.
extremadamente perturbadora de esta manera de Ahora bien, es suficiente, para sostener mi
ver las cosas es que una cura, tomando las cosas postulado de identificación práctica del aparato
a la manera de Bion, bien podría entonces impli- psíquico con la tabla, remitirse a las recomenda-
car estructuralmente un momento de reflexión ciones de Bion: observen sus escasas referencias
autoteorizante, por cierto no como un cortocir- a Freud y Melanie Klein, considérenlas selectas, y
cuito o un camino desviado de resistencia, sino trátenlas exactamente del modo en que Bion pre-
porque al contrario abriría la posibilidad de una coniza, a la manera de engranajes intelectuales
generatividad al saber singular obtenido con la cuya importancia psíquica se infiere por el uso

so le hará de límite. Ha de ser por eso que Lacan espiritual y no religiosa: más allá de Dios, objeto
se desmarca diciendo que no hace lingüística, sino de la religión, apunta hacia la potencia de donde
“lingühisteria”. Dios y todo proceden. Lectura que enfatiza la
Bion, analista con una percepción intuitiva inmanencia de lo real.
profunda de la operatoria del lenguaje, sus ritmos, Tomando de Tyndale el término “atonement”
sonidos y silencios, a los que distingue claramen- (expiación de los pecados, reconciliación con la
te de los enunciados saturados de sentido en la divinidad), Bion lo descompone en su etimología
sustancia de su experiencia, se ve llevado, siguien- de “at-one-ment” (estar en armonía, ser uno
do el hilo de la misma, a planteos sobre las reali- con…) y de este modo lo laiciza, hace de él un uso
dades últimas, a las que encara con una lectura inmanente: el Uno no es lo que hay que alcanzar

86
Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

que se hace de ellos constantemente; en resu- las consideraciones debidas a las limitaciones de
men, no como “pensamientos pensados”, sino la realidad en relación con las demandas del pla-
como “pensamientos pensantes”, que sirven para cer, y opone la religión y la ciencia; 5. de ello se
pensar psicoanalíticamente los pensamientos, y infieren los principios de la educación; 6. el arte
que tienen la particularidad de poder situarse aparece como una reconciliación especial entre
dentro de un orden (incluso de numerarse), de ambos principios; 7. luego Freud historiza radi-
implicarse formando árboles, y, en todo ello, de calmente el concepto que debe tenerse sobre las
prestarse a una ideografía3. Ahora bien, entre las neurosis, refiriéndolas a los pensamientos dispo-
referencias a Freud de parte de Bion, las “Formu- nibles en una época determinada sobre la moral,
laciones sobre los dos principios del acaecer psí- en la religión, en la ciencia y en las artes, porque
quico” [Freud 1911/1998] tienen un estatuto son los pensamientos de los que dispone de
aparte. Freud enumera allí las etapas de la géne- entrada cada individuo para actuar, y los que
sis del psiquismo a partir de los postulados meto- guían su acción; 8. las “Formulaciones” culmi-
dológicos del psicoanálisis, con el conflicto del nan en torno a una alusión al sueño del paciente
principio del placer y el principio de realidad en cuyo padre “no sabía que estaba muerto”, medio
primer plano. Freud distingue ocho momentos en que Freud escogió para plantear la cuestión de
esta extraordinaria construcción metapsicológi- nuestro acceso a un principio de placer que no
ca: 1. el nacimiento de la atención, bajo la pre- existe, en suma, sino para ser radicalmente com-
sión del principio de realidad, con sus correlatos, batido y negado: es en los agujeros de la vida psí-
la notación y la investigación; 2. la delimitación quica que le restituimos la eficacia, compren-
de un resto del principio del placer, intratable y diendo “que estaba muerto... según el deseo del
clivado (es la famosa comparación del incons- soñante”.
ciente con el “parque natural” de Yellowstone); 3. Las “Formulaciones”, puede verse, constituyen
de allí se deduce el desarrollo en dos tiempos de un compendio de la metapsicología freudiana, arti-
la sexualidad (infantil y púber), luego del sínto- culando sus facetas psicogenéticas, clínicas y antro-
ma, a través del mito de Edipo; 4. Freud se for- pológicas haciendo percibir allí, como en ninguna
mula entonces la pregunta de la dosificación de otra parte de la obra de Freud, la interdependencia.

3. Empleo aquí el término en su acepción fregeana: a la vez como un modo de anotar los pensamientos y un modo de producir algebrai-
camente pensamientos nuevos a partir de aquéllos de los que ya se dispone. Existen, fuera de la lógica, tales ideografías (la notación
química es el ejemplo canónico). Bion es con Lacan uno de los que han intentado exportar el concepto al psicoanálisis, él también a
partir de la Begriffsschrift [Frege 1882-1883/1971, pp. 70-79].

allá, sino lo que nos incluye acá. Torsión del térmi- acto de fé en “O”, relación última al real inma-
no bíblico que tiende a acercarnos a lo “en poten- nente de la experiencia.
cia” mundano y carnal de lo real. Para Bion una posición intuitiva (“sin memoria
El uso de la tabla como forma de anotar “eso ni deseo” es la condición del “intuit”) hará posible
con lo que se piensa”, registro riguroso de cómo al analista operar con esa tensión propia del psico-
Bion creía funcionar como analista en un tramo análisis entre el salvajismo pulsional de ilimita-
de su experiencia, es lo que se transformará en ción exuberante, la locura como almácigo de la
escritura autobiográfica y ficcional donde la ya razón y lo más útil socialmente e intelectualmen-
mencionada relación joyceana al lenguaje lo con- te eficaz, la ciencia. De allí que postule la intui-
duce hacia una apertura intuitiva al Uno/todo, ción como un éxtasis hacia “O” y que introduzca

87
Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

1 2 3 4 5 6 7
La ironía de las últimas palabras es para medi-

Notación

Atención
Hipótesis de definición

Investigación

Acción
Ψ ... n
tar: “Quiero esperar no obstante que las lecturas
benévolas no dejen de captar dónde comienza, tam-
bién en este trabajo, la dominación del principio de
realidad.”* Freud reconoce aquí más que en otras
partes que la teoría psicoanalítica no puede sustra-
erse al alcance de eso que describe, y que es un pen-
A samiento engendrado sobre los mismos principios
Elementos β A1 A2 A6 que los demás. Es necesario entonces subrayar con
énfasis que en psicoanálisis no se puede depurar la
B ...
teoría del fantasma del fantasma epistemófilo de la
Elementos α B1 B2 B3 B4 B5 B6 Bn
teorización. Sería un proyecto de objetivación psico-
C lógica fuera de contexto: la teoría, es decir eso que,
Pensamientos
de lo real, se ha vuelto pensable, no es sino eso que
de sueño, ...
sueño, mito C1 C2 C3 C4 C5 C6 Cn el aparato psíquico puede pensar hic et nunc en fun-
ción de las limitaciones internas del principio del
D ...
Preconcepción D1 D2 D3 D4 D5 D6 Dn placer, y de los medios y las limitaciones externas
que son los pensamientos en circulación (morales,
E ...
Concepción E1 E2 E3 E4 E5 E6 En científicos, estéticos, etc.), dicho de otro modo, los
pensamientos ya pensados por el grupo, y que
F ...
corresponde a cada uno volver pensantes. Todo
Concepto F1 F2 F3 F4 F5 F6 Fn
“modelo” del psiquismo revela pues qué género de
G psiquismo se desea, y es sólo bajo este axioma que
Sistema G2
deductivo
puede acreditársele a una teoría psicoanalítica el
poder de analizar no solamente el deseo que objeti-
H
Cálculo
va, sino también el deseo del psicoanalista que la
algebraico sostiene, y finalmente entonces, en la transferencia,

Cuadro 1: la Tabla. * N. del T.: Traducido de la versión francesa citada en la bibliografía.

un factor distintivo que pasa por finito/infinito, Creo que es este salto hacia lo infinito, paralelo
más que por conciente/inconciente. al que Lacan realiza desde los caminos de la dialéc-
La tarea con la asociación libre no se reducirá tica significante hacia los trayectos inconmensura-
a señalar ciclos y repeticiones que inscriben el bles de lalangue donde homofonías y equívocos
trabajo inconciente del significante, sino a indi- hacen vacilar los sentidos fijados por el discurso
car, más que lo que determina sin cesar, las aper- dominante, lo que lleva a Castel a sostener que las
turas potenciales que hacen su relación singular turbulencias de “Memorias del futuro” son la expre-
a lo ilimitado. sión de lo que estaba latente en la época de la tabla.

88
Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

el deseo del paciente, deseo de que se procure, por ticular, de que los individuos de un grupo eficaz, el
eso mismo, los medios de soportar. grupo “de trabajo” como dice Bion, coactúen divi-
Es éste entonces el texto que Bion somete a una diéndose el trabajo del aparato psíquico. Si el sen-
descomposición lisa y llanamente fregeana (la tido general del desarrollo de ese eje es claramente
misma que se aplica en la Begriffsschrift –Concepto- el de un aumento del impulso abstracto de conte-
grafía– y en los Grundlagen der Arithmetik –Fun- ner los contenidos psíquicos preservando mediante
damentos de aritmética–). un refinamiento creciente los límites efectivos del
Porque Freud, en las “Formulaciones”, vuelve a aparato psíquico (es decir, la “barrera de contacto”,
cruzar con la evidencia dos series de determinacio- que es una frontera, dicho de otro modo, no una
nes, sin tener el cuidado de discernirlas analítica- muralla, sino un lugar de paso cada vez más estruc-
mente (en el sentido de distinción de conceptos). turado), es lógico que el continente último del pen-
La primera es la serie de mecanismos del aparato samiento sea el grupo humano coactuante, del cual
psíquico vinculados con su función de adaptación a tanto el lenguaje compartido como las representa-
la realidad por la acción: la notación-registro, la ciones simbólicas están al servicio de la mejor
atención exigida por el mundo exterior, las facilita- adaptación de sus miembros. El primer eje deduci-
ciones impuestas desde fuera en las que consiste, do por Bion de las “Formulaciones” está así vecto-
luego el recorrido en el otro sentido de esas mismas rizado por la función continente/contenido (♀♂ ):
facilitaciones, hacia el exterior, a los fines de la indica, de hecho, de la notación a la acción, los
investigación activa, y finalmente la acción correc- medios psíquicos de nuestro aparato para pensar
ta hecha posible por estos preparativos4. para relacionarse con los contenidos bajo la limita-
A menudo surge la pregunta acerca de qué ción del principio de realidad.
podía pensar Bion sobre las columnas más allá de El segundo eje, rigiendo el orden sucesivo de las
la número 7. No creo en absoluto que haya allí un filas, capta la otra dimensión crucial de la metapsi-
enigma. Sus investigaciones sobre los grupos indi- cología de las “Formulaciones”: el crecimiento en
caron perfectamente las posibilidades de acción calidad y en densidad de los contenidos sometidos
verdaderamente colectivas, y la posibilidad, en par- a las operaciones del eje horizontal. Esta integra-

4. Esta teoría del pensamiento-dirigido-a-la-acción marca la deuda de Freud respecto del pragmatismo de James, deuda común a toda su
generación. Se la señala también en Janet. Las “Formulaciones” se abren por otra parte a la cuestión de saber si es posible resolverlo
mejor en psicopatología que Janet con su “función de lo real”, un tema completamente jamesiano.

Bion, epistemólogo Es realmente un gran placer para mí leer y reflexio-


nar sobre un trabajo acerca de la obra de Bion.
Agradezco a la revista Docta el haberme invitado a
Elizabeth Tabak de Bianchedi* hacer esta tarea.

“Bion, epistemólogo” es su título. Su autor, Pierre-


Henri Castel, hace un extenso y excelente recorri-
do por la obra de Bion, discutiendo el tema de la
Tabla y enfatizando la importancia de la intuición.
* Psicoanalista (APdeBA). Cita muchas veces a Meltzer, a Melanie Klein, a

89
Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

ción-simbolización obedece a la segunda operación aunque se presenten de manera compacta en la


kleiniana bien conocida, no ya a la dialéctica for- comprensión común, puramente verbal (como en la
mal contenido/continente, sino a la dialéctica cua- fórmula “los cuatro caballos de la carroza del empe-
litativa esquizoparanoide/depresivo (Ps→ D). La ori- rador”, en la que, literalmente, “cuatro” parece apli-
ginalidad de Bion habrá sido así articular posicio- carse al objeto “caballo” como un epíteto a un sus-
nes kleinianas y etapas freudianas (en el sentido de tantivo, lo que enmascara la verdadera operación de
la psicogénesis del aparato psíquico) volviendo a enumeración, dicho de otro modo, eso que pensa-
cruzarlas sistemáticamente. Es por ello que la tabla mos al enunciar estas palabras), no tienen, entonces,
es claramente una síntesis freudiano-kleiniana, un verdadero poder conceptual psicoanalítico si no
pero, por su estatuto de síntesis psíquicamente se dejan descomponer sobre los dos ejes de la tabla y
vivida, profundiza y desplaza la significación de las sobre éstos exclusivamente, o sea en función de su
nociones sintetizadas. capacidad psíquica de contención (♀♂ ) y de su grado
Eso que hay de fregeano en la operación apare- de integración-simbolización (Ps→ D). Así analiza-
ce entonces a plena luz. dos, estos conceptos revelan, al igual que en Frege
Frege había demostrado que un número no cuando se distingue claramente objeto, concepto y
puede ser un número de cosas, sino que sólo tiene número bajo la corteza de las palabras comunes, a la
propiedad de número atribuible a un concepto de vez su ordenamiento jerárquico lógico y su generati-
cosa. Según el ejemplo clásico, “4” no se atribuye al vidad propia. Evidentemente, la generatividad no es
objeto-caballo, que patea y relincha, sino al concep- ya la de la serie de enteros, sino la de los estados psí-
to “caballo de la carroza del emperador”. Si no se dis- quicos generados en el curso de la maduración del
tingue, a pesar de la forma verbal de superficie que aparato psíquico. Según leo a Bion, y mutatis
los encima uno sobre otro, el nivel de los conceptos mutandis, no sería pues absurdo poner en paralelo
del de los objetos de su extensión, no se dará nunca forma/contenido, concepto/objeto y ♀♂ / Ps→ D. En
cuenta de las propiedades del número; en particular, consecuencia, no son bien definidos, y no son obje-
nunca se podrá comprender la generatividad aritmé- tos legítimos del psicoanálisis, sino los términos
tica. Bion, a su vez, se propone exhibir la articula- estrictamente engendrados en las intersecciones de
ción en niveles encastrados requerida por la concep- la tabla. Ya no se trabajaría en absoluto sobre un
tualidad psicoanalítica. Los “elementos” y las “fun- sueño o una negación, sobre una concepción religio-
ciones” del psicoanálisis (el Edipo, el pensamiento sa del paciente o sobre la manera en que una cierta
negado, la interpretación por nominación, etc.), reacción afectiva constituye un acting-out (sería esto

Poincaré, a Frege, a Lacan, a Brouwer, a Cantor, a Bion ya había planteado en Transformaciones


Darwin y a muchos autores más. También men- (1965) la posibilidad de agregar una extensión
ciona el libro de Bleandonu sobre la vida y las teo- negativa al formato de su tabla. Representó esa
rías de Bion; es evidente que conoce las disquisi- extensión geométricamente, por “flecha hacia arri-
ciones que este autor ha hecho sobre diferentes ba y a la izquierda” (←↑). Esto implicaba que el eje
períodos en la obra de Bion (el “psicótico”, el epis- genético subiría de “H” a “A”, y el de los usos de
temológico, el místico, etc.). “–…n” hasta “–1”. La flecha hacia arriba y hacia la
Sugiere la utilidad de hacer una “anti-tabla”, izquierda representaría un objeto “violento, voraz,
para ubicar en ella los fenómenos observables en los envidioso, brutal, criminal, predador, y sin ningún
pacientes psicóticos. respeto por las personas o las cosas”.

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Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

el nivel empírico y práctico de la clínica psicoanalí- nada en el hecho de que no forja nuevos términos
tica, su forma precientífica), sino sobre casos lógica psicoanalíticos; articula más exactamente los que
y psíquicamente vinculados a su vecindad, y accesi- ya existían. Articulándolos mejor, ilumina las limi-
bles según caminos obligatorios. taciones ocultas. Correlativamente, deja la clínica
La metapsicología de Bion deviene así normativa tal como está, al menos en un primer momento;
al mismo tiempo que deductiva. Porque la autentici- permite justamente aprender más de lo que, quizá,
dad psicoanalítica se define a priori (según sus dos ha sido reunido, examinado y comunicado en fun-
ejes freudiano-kleinianos), mientras que la dirección ción de supuestos teóricos extremadamente dife-
de la cura no depende ya más que de un solo y único rentes. Bion, que se inscribe en el esfuerzo post-
factor: el crecimiento (growth) del aparato psíquico, kleiniano de desarrollo-extensión del psicoanálisis,
el cual se mide por una profundización cualitativa de demuestra así en acto lo que es trabajar como psi-
los contenidos y por el aumento conjunto de las coanalista. Es recibir la impresión, registrarla,
capacidades de contener el aparato para pensar. investigar en la dirección de aquello a lo que se ha
Se intuye entonces en qué sentido tomar el títu- permanecido atento, y finalmente transformarse al
lo de la obra colectiva editada por Joan Rivière en contacto del pensamiento que se lee (pensamiento
1952: Developments in Psychoanalisis. De tales del psicoanalista, pero claramente también el del
desarrollos trata todo salvo los apéndices desecha- paciente que ha tomado como sujeto), actuar con
bles. Proceden de una voluntad de extensión pau- precisión, en fin –y haciéndolo, procurarse los
tada por los fundamentos del psicoanálisis. En la medios de comunicar-transferir a otros las leccio-
palabra “extensión” hay que leer el concepto meto- nes de la transferencia experimentadas en el con-
dológico y lógico: una cobertura más vasta de los tacto con los propios pacientes–.
fenómenos, y una regla más precisa para determi- Véase así de qué manera (homóloga al trata-
nar cuáles caen y cuáles no bajo el concepto. Pero, miento de las “Formulaciones” de Freud) da cuenta
más aun, estos desarrollos crean analistas nuevos, la tabla de los ensayos de Melanie Klein constante-
equipados psíquicamente para aventuras clínicas mente citados por Bion, “Sobre algunos mecanismos
que se entiende fácilmente hayan podido fascinar y esquizoides” y “La importancia de la formación de
asustar a la primera generación freudiana. Pero símbolos en el desarrollo del yo” [Klein 1946/1966;
diría que la sobriedad de la tabla consiste antes que 1930/1968*]. Éstos son también asimilados a la

* Referencias a las versiones originales y sus traducciones francesas.

Entre nosotros, aquí en la Argentina, el Dr. sustituir la clásica antinomia freudiana “conscien-
Darío Sor y María Rosa Senet de Gazzano han te/inconsciente” por la de “finito/infinito”. En
hecho una extensión de la tabla, en la que incluyen segundo lugar, leer la epistemología de Bion como
nuevos elementos en el eje horizontal y en el eje una versión psicoanalítica del intuicionismo.
vertical. Asimismo, la colega brasilera Celia Fix Finalmente, se/nos pregunta si, además de ver en
Korbivcher la ha utilizado para ubicar y diagramar las propuestas de Bion una apelación al salto a lo
aspectos autistas. informe/desconocido, no serían ellas una forma
El autor del trabajo que estoy discutiendo nos posmoderna de “sentimiento oceánico” que inun-
dice que se propone 3 cosas. Primero, reconsiderar da al psicoanálisis desde adentro. Intentaré
la Tabla, teniendo en cuenta que Bion propone comentarlas y discutirlas…

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Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

tabla, de la que toman, como he dicho, los ejes hori- las esperas y de las suposiciones mutuas de los
zontal y vertical, pero determinando, más sutilmen- individuos que se emparejan, cuyo prototipo indi-
te, el empleo instrumental. Sería igualmente un vidual sigue siendo, en Bion, la díada kleiniana
completo error considerar estos ejes como principios madre-hijo. Bion no hace así ninguna diferencia,
reguladores superiores o mecanismos psíquicos más en la tabla, entre aquello que se elabora progresi-
generales que la notación o la atención. No, son vamente como medios y contenidos de pensa-
direcciones prácticas con vistas al crecimiento del miento in abstracto, con vistas a una epistemology
aparato psíquico, vectores constitutivos del espacio (en el sentido inglés de “teoría del conocimiento”),
mental definido por la transferencia-contratransfe- y aquello que la tabla permite escuchar en eso que
rencia. Imagínese entonces la tabla no como un gra- un paciente enuncia para su analista. Bien por el
fismo que petrifica la experiencia, sino como un gesto contrario, son los materiales puestos al día bajo
que acoge el espíritu, que siempre abre alguna cosa transferencia los que definen mejor las casillas de
(asociación, sueño, síntoma) sobre otra cosa (la esce- la tabla.
na primitiva), a alguien (el paciente) y para alguien Bion, desde este punto de vista, resuelve una
más (la imago = x que rige la identificación proyecti- tensión muy conocida de la teoría freudiana: la que
va en la transferencia). Tanto la identificación pro- hay entre sus conceptos de origen neurológico (obte-
yectiva (sobre el eje ♀♂ ) como la posición depresiva nidos especulativamente y sin recurrir a la transfe-
(sobre el eje Ps→ D), en su dialéctica mutua, confie- rencia) y sus conceptos de origen clínico (conquista-
ren entonces al conjunto de los elementos de la tabla dos por la experiencia de la transferencia y válidos
su sentido radicalmente intencional. únicamente en su seno). En Freud, en efecto, la
Porque la tabla-aparato no es en absoluto una interpretación primaria de las inscripciones (los sig-
entidad objetivable por una psicología de observa- nos de percepción: Wahrnehmungszeichen) se ofre-
ción (en tercera persona). El aparato psíquico no es ce a una trans-cripción de sistemas en sistemas
el aparato perceptivo, que, en teoría, podría existir mnémicos (inconscientes), de donde los contenidos
solo, aun cuando no hubiera un solo ser humano no resurgen en la conciencia sino hasta después de
vivo. Por “aparato psíquico” hay que entender, con haber sido asociados a los signos verbales en el pre-
Bion, el medio de emparejarse a otro (en el grupo, consciente. Esta transcripción de la notación origi-
y entonces en la transferencia, que es un grupo de nal (Merkmal) acarrea la deriva “metafórica” de los
dos). La tabla-aparato no surge más que de un pro- contenidos, su re-traducción de capa en capa en el
ceso dialógico (en segunda persona), en función de aparato psíquico. Ella permite entonces al clínico

El tema de la infinitud ha llamando la atención decir entre devenir lo que somos y aprender/cono-
de Bion desde varias perspectivas. Una de ellas es cer acerca de esto. También debemos tener en
la mención del “infinito vacío y sin forma” (esta cuenta que, habiendo Bion nacido en la India,
frase la usa Milton, en El Paraíso Perdido), imagen tenía nociones del budismo Zen, una secta japo-
que también ha sido utilizada por él (por Bion) nesa del Budismo Mahayana que busca la ilumi-
para referirse a “O”, la realidad última e incognos- nación a partir de la intuición y a través de la
cible, el “origen”. Piensa que tratamos de acercar- meditación. Es importante tener en cuenta que en
nos a ella en nuestros intentos de devenirla. el budismo Zen se invita al que tiene que tirar la
Formula que la sesión analítica, pero también flecha a mantenerse sin memoria y sin deseo
nuestra vida, son oscilaciones entre “O” y “K”, es cuando lo está haciendo. Es altamente probable

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Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

descifrar la regresión enmascarada en el simbolismo Esta primacía de la transferencia, como marco


del síntoma. Pero Bion delinea este proceso: la de inteligibilidad de los conceptos del psicoanálisis,
transcripción-retraducción se despliega en adelante es la verdadera ruptura de Bion con el vínculo man-
sobre los dos ejes. Es por esto que no existe sobre el tenido por Freud, en las “Formulaciones”, con sus
eje ♀♂ de mecanismo autónomo de reescritura que especulaciones de juventud, y que subsistía en el
desplaza el sentido de las notaciones primarias. La léxico neurológico de las facilitaciones. Ahora bien,
dispersión semántica de los contenidos, e, inversa- es un conocimiento kleiniano. Sin embargo, no es
mente, su simbolización creciente, se leen sobre el una imitación ni una alteración. Es, supongo, la
eje Ps→ D. En resumen, el pasaje de la serie freudia- integración-simbolización por parte de Bion del
na a la tabla bioniana de doble entrada disuelve la marco de su propia cura. Esta rica forma de identi-
antinomia de la neurología de las huellas y las ficación proyectiva ha coronado en efecto su trans-
transcripciones y de la hermenéutica de los conte- ferencia sobre Melanie Klein, sobre el modo de
nidos de sentido. resolverla, puesto que su teoría, al comienzo cono-
La tabla-aparato es, insisto, relacional: a partir cida como un pensamiento “para pensar”, como
de allí, todo lo que evoca incluso una neurología una teoría a asimilar (y Dios sabe en qué ambiente
ficcional es integralmente revertido según el conflictivo y sectario, en el Londres de los años
emparejamiento entre mi psiquismo y el de otro. 1940), devino, en el acto de inventar la tabla, pen-
Y explícitamente Bion concibió la tabla como la samiento “pensante”, al servicio de una relación
relación clínica de lo que ciertas transferencias autónoma con la experiencia. Conjeturo en efecto
(psicóticas) le habían solicitado: la apelación a eso que la construcción de la tabla anuncia este tema
que ofrece a sus pacientes una prótesis mental, bioniano saludable, según el cual lo esencial no es
susceptible de operaciones imposibles para ellos, y en absoluto, como se nos machaca, la transmisión
a la cual se emparejan para sobrevivir. El prototipo del psicoanálisis, sino su transformación mediante
es la manera en que un lactante proyecta su angus- la construcción de un nuevo aparato para pensar
tia en la madre, y espera de ella que la digiera, y psicoanalíticamente los pensamientos.
luego se la devuelva, transformada en alimento Es a este título, en efecto, que Bion puede pre-
psíquico tolerable. Pues del valor de los elementos tender legítimamente haberse “hecho un nombre”
del psicoanálisis para el crecimiento no se tiene en la historia del psicoanálisis.
conciencia sino en la confrontación asidua con la Pues el aparato psíquico que ha concebido puede
transferencia psicótica. indexarse sólo sobre un nombre propio. Es único, y

que la propuesta técnica de Bion para el analista También nos dice que se requiere paciencia al prin-
practicante derive de estas ideas1. cipio y luego tolerancia a la seguridad obtenida. El
En Atención e Interpretación (1970) nos dice trabajo necesario para dar una interpretación ana-
que el analista debe devenir infinito por la suspen- lítica incluye estos momentos, pero Bion enfatiza
sión de la memoria, el deseo y la comprensión, y que no se debe permanecer en D, ya que después de
que esta situación puede ser sumamente atemori- haber formulado una interpretación la situación
zante. La permanente interacción de PS (posición seguramente cambiará.
esquizo-paranoide) con D (posición depresiva) debe Me referiré ahora al tema de la intuición. Dijo
ser tolerada; esto implica encontrarse con elemen- H. Poincaré “Demostramos por medio de la lógica,
tos dispersos (PS) y ser capaz de integrarlos (D). pero descubrimos por medio de la intuición” Pero,

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Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

muere con aquél del que ha expresado sus funciones Se ha subrayado, en efecto, que la noción bio-
psíquicas. Es necesario concebir la singularidad de niana de crecimiento supera con creces la noción
este funcionamiento, dice en efecto Bion, en el vín- tradicional de psicogénesis (y las críticas que se le
culo intrínseco de un aparato con un nombre propio, han podido hacer, apuntando a su tenor normativo,
así como la palabra inglesa para decir “spoonerismo” como la idealización del amor genital). La psicogé-
(spoonerism) remite a Spooneer, quien, se dice, lo nesis tiene un telos simple, el devenir-adulto,
producía sin cesar. Para cada individuo, entonces, su entendido como el desarrollo culminado de la
aparato psíquico: una cura es lo que pone al día eso sexualidad. ¿Pero cuál sería el telos del crecimien-
que para X es X-er, de manera que no solamente él to? No puede ser sino el telos que el individuo que
pueda, si me atrevo a decir, descubrir con qué trazo crece psíquicamente deviene capaz de darse a sí
específico “firma sus actos” (responde como adulto, mismo; está enteramente libre de los fines norma-
en su nombre propio), sino que aquella función, X- tivos (biológicos o educativos) que se imponen al
er, descubra también en otro potencialidades inédi- desarrollo. No obstante, en Bion, la post-educación
tas, y por qué no inauditas, de su aparato psíquico. freudiana no es ya el suplemento contingente de la
Ahora bien, no hacemos otra cosa al estudiar a los psicogénesis. Por el contrario, desde el momento
místicos o al admirar a ciertos artistas: es su expe- en que la lógica del crecimiento domina el aparato
riencia singular la que nos afecta, mientras tenemos psíquico, todo el sistema de etapas freudianas y
acceso por su intermedio a funciones psíquicas ori- kleinianas cambia de sentido (por otra parte, Bion
ginales, a una relación con Dios “a lo Eckhart”, a es parco con la terminología de lo oral, lo anal, lo
una percepción de la cabellera femenina “a lo Da genital), así como la idea ortodoxa según la cual
Vinci”, que no habría podido deducirse de ninguna una fijación o un déficit en una de las etapas expli-
regla previa. Aplicándolo reflexivamente a Bion, can la neurosis o la psicosis. Si crecer es el objetivo
debería sostenerse entonces que hay a partir de ello, franco del aparato psíquico, la psicosis aparece a
en la vida psíquica y en nuestras maneras de empa- partir de ello como la incapacidad de procurarse tal
rejarnos con otro, modos regulados de “bionizar”. Se objetivo, que no es otra que la incapacidad de equi-
trata de una alteración real de nuestro aparato para parse con un aparato para pensar.
pensar, no de una variación banal de puntos de vista, Es necesario entonces, para concebir de novo la
en la que se resumiría un “psicoanálisis bioniano”. psicosis, imaginar una antitabla. Sus ejes expresa-
Eso no es todo. Ello implica además una gran rían en las ordenadas negativas el fracaso para ano-
diferencia para los pacientes psicóticos. tar-registrar los estímulos (el “borde” del aparato

¿qué tipo de conocimiento nos provee la intuición? miento discursivo; algunos (por ejemplo Descartes)
Para comenzar, les recuerdo que la palabra “intui- contrastan la intuición con la deducción y otros
ción” deriva del término latino intuito = imagen, y (como Kant) con el concepto. Algunas escuelas ven
significa “observar atentamente”. Generalmente a la intuición como opuesta al método racional del
significa la visión o comprensión inmediata de una conocimiento científico, más cercana a las revela-
realidad o de una verdad, sin elementos interme- ciones místicas (un término generalmente usado
diarios. Distintas escuelas epistemológicas y filosó- en el contexto religioso), porque es poco comunica-
ficas tienen diferentes evaluaciones acerca de la ble a otros ni verificable o refutable científicamen-
intuición y el conocimiento que ella brinda. te. Sin embargo, en el contexto del descubrimiento
Pueden oponer el pensamiento intuitivo al pensa- (para aquellas escuelas que admiten una distinción

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Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

psíquico está como cribado), y, en las abscisas, la no es una reparación de los daños psíquicos (“repa-
ruina bajo los golpes del deseo de todo contenido ración” es por otra parte una palabra kleiniana que
sensato, la identificación proyectiva expulsando Bion usa poco). No disminuye entonces directa-
aquello que el espíritu no puede contener. Esta mente el sufrimiento psíquico, sino que aumenta
manera de ver, claramente, da mejor cuenta de los los medios de soportarlo y, en ese sentido sola-
hechos positivos de la psicosis que las especulacio- mente relativo, lo reduce. El beneficio de una cura,
nes habituales, que, en el mejor de los casos, sólo en este aspecto, es incalculable, porque los nuevos
captan lo que no logra producir síntomas neuróti- medios de vivir y de pensar que procura no tienen
cos. Sí, la analidad paranoica y la oralidad esquizo- justamente término alguno con el que compararse
frénica existen, pero lo esencial es comprender en la etapa premórbida. Son absolutamente nue-
cómo se ponen transferencialmente en serie en la vos. Son eso que exige el crecimiento psíquico en
cura. A esto sólo dan acceso la tabla y la antitabla, función de los objetivos para los que se procura los
redirigiendo la atención del clínico a las inversio- medios pero también la autorización para prose-
nes de valores que sufren los elementos en juego. guir, sin rendir cuentas a ninguna otra cosa más
Es entonces en y por la transferencia y su juego que al poder de procurarse el objetivo de crecer
proyectivo-introyectivo que hay posibilidad, quizá, (grow). Son terribles los comentarios de Bion en
de relacionarse con el funcionamiento del psicóti- relación a esto: puesto que la cura de la psicosis, a
co. Más bien debería decirse con su antifunciona- este respecto, es y no puede ser otra cosa que
miento, dicho de otra manera, con la expulsión “poder” plantearse la pregunta de cómo vivir cuan-
proyectiva del funcionamiento mismo de su apara- do se toma conciencia de la propia locura; o, en la
to psíquico, que es destrozado y luego arrojado ideografía bioniana, cuando los vínculos K (por
fuera hacia el mundo, desde donde él se pone a know) prevalecen sobre los vínculos –K. Poder
pensar y a hablar alucinatoriamente al psicótico de extraño, porque es pasar de un antifuncionamiento
lo que tiene de más íntimo, como un superyó del aparato psíquico, donde se piensan psicótica-
encapsulado en la mirada persecutoria de los tran- mente los pensamientos (–K), a la inversión de esta
seúntes o en las voces que salen del televisor. Pues inversión mediante una transferencia-contratrans-
ése es el mundo del psicótico: sobrecargado con el ferencia sostenida en la identificación proyectiva,
mobiliario de los sueños, pero sin el sueño. de manera de volverse capaz de pensar (conocer/K)
La conclusión está a punto. Se apoya general- los pensamientos psicóticos. Es la diferencia cru-
mente en el concepto de curación en Bion: la cura cial entre pensarlos en tanto pensamientos psicóti-

entre el contexto del descubrimiento y el contexto ramos las emociones en el vínculo (la pasión,
de justificación), la intuición puede tener un legíti- como la considera Bion) como algo que intuimos
mo lugar en el “Eureka” y en la formulación de (una realidad acerca de la que tenemos conoci-
nuevas hipótesis. miento directo e inmediato gracias a nuestra capa-
Las doctrinas o métodos filosóficos llamadas cidad receptiva o reverie) en correlación con un
“intuicionistas” en el sentido amplio del término, sentido de verdad de lo que hemos intuido, un
son ciertas direcciones en la lógica (llamada lógica sentimiento relacionado con un momento de des-
intuicionista) y en las matemáticas (llamada cubrimiento de un hecho seleccionado, es decir de
matemática intuicionista). La práctica del psicoa- una integración, entonces podemos considerarnos
nálisis es, a mi criterio, intuicionista. Si conside- intuicionistas. Obviamente, así como le ocurre a

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Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

cos y pensarlos de manera psicótica. Ahora bien, se compromiso originario, y no puede decirse que el
trata de una forma de salud psíquica: un suicidio, principio del placer “desrealice” radicalmente el
por ejemplo, ante la conciencia ya segura de los comportamiento del aparato psíquico viviente.
puntos muertos de la situación, dejando entonces Esto es seguramente una dificultad para toda con-
de ser sistemáticamente reductible a un acting-out, cepción “moral” de la metapsicología de Freud, que
o a un fracaso de la cura. parte más bien del principio de que allí donde el
El lector, aquí, demandará con todo derecho psiquismo encuentra la limitación de la realidad,
una pausa. no la tiene siquiera en cuenta: alucina, y prefiere
Imperceptiblemente, se lo ha conducido en efec- literalmente la autodestrucción y el sufrimiento a
to a un terreno menos clásico de lo que parecía. Y la limitación del goce. ¿Qué son, si no, el alcoho-
Bion mismo procede a menudo mediante saltos que lismo, el delirio, el onirismo, el masoquismo? El
uno se desespera por justificar. Si además, como es inconsciente, en esta visión de las cosas, ignora la
mi caso, uno se ha nutrido de una cultura lógico- castración (en todo caso, la castración “simbólica”).
filosófica y de una tradición de lectura de los clási- Sin embargo ésa es la razón por la cual Bion consi-
cos freudianos profundamente heterogénea frente a dera más bien banal y posible que se hable de la
las premisas de Bion (la que promueve Lacan), no cura de la psicosis, o de estados que se le parecen
queda más que sentirse confundido ante ciertas (borderline). Siempre hay, conservado intacto en
“evidencias” a las que Bion no consagra casi ningún un pliegue del peor delirio, suficiente sentido de la
comentario, pero que toman a contrapelo todas las realidad como para que el psicótico, justamente,
propias convicciones. Encuentro tres, sobre las que pueda delirar. Más finamente, hay también en la
voy a apoyarme para proseguir. inmanencia de la situación analítica, en su puro
Bion estima que el principio del placer no puede real (que Bion consigna como “O”, por Origin), algo
ser enteramente incompatible con el principio de de este punto de convergencia ante la divergencia
realidad. La razón de ello se deduce del cuarto pilar entre placer y realidad, que puede ser intuido, y
de la metapsicología freudiana: la referencia a sobretodo intuido en común por el paciente y su
Darwin. Si el organismo apuntara a una pura des- analista. Sí, no “comprendemos” el discurso psicó-
carga sin retención, no viviría el tiempo suficiente tico, si por tal imaginamos dominar su sentido y
en su medio natural para que tal descarga tenga saber lo que el psicótico no sabe; sin embargo, hay
siquiera lugar. Cualquiera sea el conflicto del placer claramente un plano donde no dejamos de estar
con la realidad, tal conflicto, para existir, exige un “en contacto” con eso que infaliblemente suscita

todos los creadores (en el arte, en la ciencia, en la con las/sus pre-moniciones. La pre-monición o
religión), tenemos que ser capaces de transformar pre-emoción (que está correlacionada con la pre-
lo que hemos intuido en una formulación, hacerla concepción en el área de las ideas3, sería un pre-
“pública”, “publicarla”. Esta formulación, hecha cursor intuitivo de la emoción. Tiene sentimientos
con capacidad negativa2 no pretende ser verdadera que incluyen la alarma y la duda, que como ana-
en el modo de las ciencias “duras”, sino única- listas debemos tolerar, para contener y luego poner
mente veraz en el sentido de que es un descubri- en palabras (definitorias, descriptivas, modelísti-
miento hecho en ese particular momento analíti- cas, indagatorias, etc.) lo que hemos intuido.
co. El analista practicante sabe que este descubri- Quiero ahora mencionar una serie de afectos
miento producirá nuevos misterios que enfrentará que están muchas veces presentes en el contacto

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Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

pavor. Es entonces en el borde de la tabla-aparato placer no son en absoluto incompatibles con aqué-
donde todo se juega y, en primer lugar, la cuestión llos, externos, del principio de realidad, y, en con-
de la transferencia-contratransferencia. secuencia, pueden ser digeridos a minima por el
Esto es lo que debe dirigir la atención a las casi- aparato, cambiarse en un “impensable pensable”
llas nuevas suscitadas por la combinatoria freudia- (pero que sigue estando, por supuesto, todo por
na-kleiniana que rige la tabla, las cuales indexan pensar), los “elementos α”. De manera inversa, en
elementos que sería bien difícil hallar en estos la proyección psicótica, la excreción alucinatoria de
autores (como las filas A y B, y la columna 1). lo que nuestro aparato psíquico no puede digerir-
Porque lo que se juega en esas casillas, no es en pensar se produce en la dirección de los elementos
absoluto la existencia de seres de razón implicados β: allí están esos “mordiscos bizarros” (bizarre bits)
por una nueva teoría psicoanalítica “bioniana”. en que se fragmenta el pensamiento loco, en el
Son, conformes a mi premisa principal, modalida- seno de los cuales un superyó desbordante interpe-
des funcionales concretas del aparato psíquico. la al psicótico, o, más banalmente, estas imágenes
Ahora bien, son completamente paradójicas. Para de sueños que acechan la visión al despertar, y
hablar con propiedad, ni siquiera deberían figurar donde se expulsa lo que no hemos podido simboli-
en la tabla, puesto que son puro afuera. De hecho, zar. La psicosis, siempre dentro de la orientación de
allí no se trata tanto del borde de la tabla en el sen- la tesis bioniana sobre placer y realidad, hace
tido gráfico, sino del funcionamiento-límite de la entonces funcionar una antitabla, como he dicho,
tabla-aparato: ésta es la manera psicoanalítica más pero sin que todo eso en que estalla en el modo
sobria, o la menos saturada de imágenes y recuer- esquizoparanoide nos sea inaccesible. Me atrevería
dos idiosincráticos, de reparar en que aquello con a decir que el aparato psíquico, neurótico o psicóti-
lo que tiene que ver el aparato para pensar los pen- co, alfa-betiza su relación con su afuera. Al mito
samientos, por definición, es lo impensable. No edípico C3-C4, correspondería entonces en la anti-
porque se piense lo impensable en tanto impensa- tabla el delirio schreberiano de la mujer que le falta
ble (lo que sería absurdo), sino porque para él no se a Dios. A la posibilidad intelectual y socialmente
trata nunca sino de hacer entrar en el espacio psí- eficaz de concebir (K) relaciones abstractas entre
quico lo impensable, a trasformar en algo pensable. objetos (es decir, la ciencia) correspondería la proli-
Los “elementos β”, dice Bion de manera delibera- feración animista (–K) de imputaciones causales
damente abstracta, no son más que elementos- paranoicas, que cubre el mundo con un reverso
frontera donde los límites internos del principio del persecutorio.

analítico, especialmente si el analista se mantiene, fianza, todo esto en un trasfondo de ansiedad no


dentro de lo posible, en un vínculo “K” con el psicótica. Los sentimientos negativos son la arro-
paciente. Los sentimientos positivos son la curiosi- gancia, la impaciencia, la omnisciencia, el aburri-
dad (pero sin recuerdos conscientes de lo que ya se miento, la confusión, el desinterés, la desconfian-
sabe ni deseos conscientes de saber o comprender za, el rechazo, la voracidad y la envidia, el narcisis-
algo), el interés, la paciencia, el orgullo, la insegu- mo excesivo y la crítica destructiva. Como analis-
ridad y la seguridad, la duda, la perplejidad, una tas, tenemos que enfrentar y tolerar estos senti-
autocrítica constructiva, la responsabilidad, el mientos, tanto en nuestros pacientes como en
entusiasmo, el coraje, la gratitud, la realización de nosotros mismos. Esto nos permite mantenernos
sentimientos de coherencia y de verdad y la con- en el vértice psicoanalítico. Este vértice incluye la

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Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

Pero la geometría en cuestión moviliza un poco catástrofe (no son factores externos, como el enlo-
más que una simple relación en espejo de la tabla- quecimiento de unos y otros, lo que debe pesar en
aparato psíquico y su antitabla psicótica. La ima- la decisión del clínico, subraya Bion) y moviliza en
gen misma del espejo es engañosa, y esto debe aler- el analista una receptividad y una capacidad de sus-
tar sobre un determinado número de facilidades titución psíquica al menos temporaria, cuya pro-
postlacanianas en torno a la idea de proyección. fundidad está a la medida de la reintegración-
Porque no se trata en absoluto aquí de una proyec- resimbolización requerida por la locura del pacien-
ción “sobre” alguien, según el motivo clínico bien te. La fuerza heurística de la tabla y de la antitabla
conocido y perfectamente comprobado de la crisis está allí: en la descripción exacta de la tarea que
paranoica dentro de la transferencia, donde el espera al analista y al paciente, dado que lo que fue
paciente desvaría a través de una fijación erotoma- expulsado por vía de la identificación proyectiva
níaca sobre su analista, o designándolo perseguidor sólo será integrado-simbolizado pasando precisa-
principal de su delirio. Tales situaciones existen, mente por los mismos puntos críticos en que el
por supuesto, pero no deben reducir el alcance de paciente había respondido por clivaje, negación e
eso que se llama proyectividad en psicoanálisis. idealización. En este sentido, fórmulas como “aco-
No, la proyectividad bioniana apunta la proyectivi- ger” el delirio del paciente, “soportarlo”, trascien-
dad en otro, no sobre él: en otro, dicho de otro den por su valor conceptual todo aquello que se
modo, literalmente y a la manera de Klein, “en su extrapola de la estratificación freudiana, o de la
seno”. La inversión de la perspectiva inducida por mayor parte de las versiones corrientes de la con-
esta precisión es considerable; es sin duda, si se tratransferencia de los postkleinianos. Transportarse
derivan todas las consecuencias, la más rica de las al borde de la tabla, hacer incluso de ese borde la
consecuencias prácticas y terapéuticas. Porque des- interfaz de la transferencia-contratransferencia más
peja de su cursilería el recurso a la empatía y el elo- difícil, ése es el sentido de la evolución última de
gio de la contratransferencia, fijando las reglas de Bion. Se advertirá al respecto que nociones tan
su empleo metodológico, y señalando allí la difi- extrañas como las de cesura o turbulencia tienen
cultad extrema, así como los dolores psíquicos por lugar psíquico una interfaz, un espacio de tran-
intensos a los que se expone el psicótico en cura. sición, un lugar de inversión, pero que se refiere a la
Expresada simplemente, la idea de Bion implica la articulación de dos interiores, de dos profundidades.
posibilidad de una interpretación de la proyectivi- Bion mismo, en resumen, habrá estrechado la zona
dad psicótica, que acepta enteramente un riesgo de crucial de la tabla a su “barrera de contacto”, a la

visión binocular de los fenómenos que captamos. ninguno, ya que para haber ese tipo de conocimiento
También implica la creencia que la realidad última se requieren otras cosas. Es necesario, dicen ellos, la
(el “O” de Bion) es infinita, y que a través de nues- posibilidad de repetir la experiencia, de evaluarla y/o
tras formulaciones, clasificaciones, explicaciones, medirla para cotejar los datos obtenidos, etc.
etc. hacemos finito lo infinito en un intento “K” de Evidentemente no considerarían al psicoanálisis una
conocerla. Místicamente, esto puede también lla- ciencia. Bion quería demostrar que sí era una ciencia,
marse estar en at-one-ment (en comunión) con “O”. o, como él mismo dice, una “ficción científica”
(“science fiction”, en inglés). La intuición, o “visión
¿Qué conocimiento científico nos brinda el psicoaná- interior”4 (término también utilizado por Milton, que
lisis? Muchos metodólogos de la ciencia dicen que estaba ciego), nos permite mirar, en primer lugar,

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Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

piel del aparato psíquico, al punto en que este apa- sados. Entonces, allí donde la psicosis fracasa, allí
rato se empareja transferencialmente con lo impen- donde el delirio elabora en la más pura exterioridad
sable, y se atreve realmente a hacer una cuestión de lo ya pensado, produciendo, como novedad, efectos
eso que lo excede: eso que excede a todo saber (K). caleidoscópicos, el aparato psíquico, por integra-
Forzando la exégesis usual de Bion, es por esto ción-simbolización, asimila el pensamiento (se
finalmente que introduje la distinción pensamien- nutre de él) y se vuelve capaz de tolerar sus lagu-
tos pensantes/pensamientos pensados. Porque la nas, los signos no saturados, la falta de garantía en
gramática lógica de la noción de aparato para pen- el seno de la realidad, y se abre toda la riqueza dolo-
sar los pensamientos lo exigía. Dudo que Bion se rosa y formadora del deseo más allá del actuar –que
haya conformado con registrar el hecho, que puede Lacan llama “capacidad de pérdida” y Keats “nega-
derivarse de la neurología especulativa freudiana, tive capability”–.
de que se encuentren representaciones hechas en Los pensamientos pensantes son en efecto pen-
su totalidad por la vía de la acción adaptada (las del samientos con huecos (Bion imita aquí la ideogra-
lenguaje, el simbolismo social), y de que antes de fía fregeana de la relación predicado/objeto: “ξ ( )”),
actuar, es necesario poder pensar las significaciones susceptibles de jerarquizarse, de seriarse, de valer
de la acción. Por cierto, estas representaciones son finalmente como pensamientos de pensamientos.
las precursoras de la acción, y fuentes de sentido Ahora bien, es conocida la propiedad asombrosa de
para la inserción social de la acción del individuo. la asociación psicótica: el psicótico sólo puede vivir
¡Pero pensar sus pensamientos y equiparse con un de forma inmediata “aquello de lo que” habla, la
aparato dotado de ese poder es mucho más que eso! palabra causa enseguida en él la presentificación
Es ya completamente antiidealista: el aparato psí- directa de la cosa, muy especialmente de la cosa
quico no produce el pensamiento ex nihilo, como el sobre todo innecesaria. Es de lo que él habla: es
ego cartesiano. Sufre la limitación, como un aquí y esto lo que le resulta estructuralmente inaccesible
ahora social, cultural y simbólico que lo somete a por la saturación de signos que elabora y reelabora,
su condición histórica. Entonces analizar puede como heridas psíquicas dolorosas, que no son
muy bien ser neutro, lo que no quiere decir ino- habladas, sino evacuadas con violencia, bajo la
cente (políticamente, entre otros sentidos). A con- forma de engranajes de su propio psiquismo, hasta
tinuación, en la orientación de este antiidealismo, la sensación de vacío mental. Por supuesto, todo
cabe señalar el lugar auténtico de la creación psí- esto es inaudible, invisible (porque esta saturación
quica, que vuelve pensantes los pensamientos pen- concierne también a las imágenes: el sueño en la

adentro de nosotros mismos. En este estado oniroide en varias aspectos el psicoanálisis de la medicina
realizamos, con “trabajo de sueño alfa”, la modeliza- física, se propone utilizar el término “intuir” como
ción adecuada para transmitirle al paciente lo que paralelo, pero no similar, al de tocar, ver, oír u oler
hemos intuido. Esta vez, sí con memoria, de lo que en el dominio físico. También se pregunta si la
hemos intuido, y también con deseos, de transmitír- angustia se ve, se oye, se huele, se degusta o se
selo al paciente y que éste lo pueda aprovechar. toca, pero insiste que las realizaciones con las que
¿Es la intuición algo sensorial? Bion se pregun- el analista trata (por ejemplo la angustia) no tienen
ta si lo que intuimos son cosas que vemos, oímos, forma, color, olor, gusto ni sonido.
olemos, degustamos o tocamos (como suele decir- Haré algunos comentarios sobre el anterior-
se en la práctica médica). Como él ha diferenciado mente mencionado “trabajo de sueño alfa”. Este

99
Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

psicosis compone imágenes “plenas”, que no tie- paréntesis ( ), sería al mismo tiempo abolido. En
nen precisamente una función de dislocación inter- cambio, es posible juzgar, tal vez, sus transforma-
na, y que no se prestan a la deriva asociativa), todo ciones, si al menos se dispone, como ofrece Bion
esto sólo puede intuirse bajo trasferencia. Tal es mediante la tabla, de un medio de conceptualizar la
entonces la cuestión: ¿y si interpretar, en el sentido regla de su extensión lógica.
de la intervención terapéutica, no fuera más que Los artículos de esta compilación son, medidos
ofrecer al paciente pensamientos pensantes, volver con esta vara, una transformación semejante de
pensantes sus pensamientos pensados? Bion por parte de Bion: su manera final de hacer
Nótese que al leer a Bion de esta manera, nada funcionar la tabla-aparato no como cosa-para-pen-
demuestra que lo que se lee sea psicoanálisis: tal sar, totalmente saturada de sí misma, sino en el
vez no sea más que una elaboración de pensamien- espacio psíquico que ella abre. Allí se abre la boca
tos “psicoanalíticos” saturados, de pensamientos “( )” del espíritu, disponible para el seno y para el
no pensantes. El criterio para discriminarlo sería no-seno; y este espacio es el de las cesuras (antes de
verificar si las asociaciones integran esos pensa- nacer/nacer, vida/muerte) y las turbulencias.
mientos: si los sueños, las historias de casos, las En la segunda parte de este ensayo quisiera
conjeturas privadas instancian o no el ( ) de los hacer percibir la profunda continuidad que une los
conceptos bionianos ξ, luego se ordenan y se rami- textos del período “epistemológico” de Bion, cen-
fican articulándose en la tabla, en resumen, si se trado en la tabla, con los artículos traducidos aquí,
piensa con Bion. Se pensará al fin, si estoy en lo cuya tonalidad de conjunto es totalmente diferente
cierto, en el inquietante pasaje de las Cogitaciones (“mística” es el epíteto usual).
en el que Bion extrae la conclusión inevitable de su La segunda premisa que quiero exponer (a partir
manera de ver [Bion 1992/2005, p. 294]: podría ser de la identidad tabla/aparato psíquico) es la siguien-
que nadie más piense psicoanalíticamente, aun te: Bion no ha hecho más que profundizar la noción
cuando las ideas psicoanalíticas pululen en la cul- de “intuición” (Einsicht en Freud) de manera de vol-
tura... Preparando mi conclusión, vincularé este verla su herramienta principal. Con este objetivo,
tema con el que he evocado anteriormente: no se ha recurrido a las fuentes epistemológicas y filosófi-
puede realmente transmitir el psicoanálisis, pro- cas más refinadas, al intuicionismo en matemáticas
yecto más bien apropiado para saturar sus concep- en particular, y redescubierto por la sola fuerza del
tos, para manipular como en una psicosis los ξ examen conceptual los vínculos que este modo de
cuyo valor creativo, rodeado por el silencioso concebir la actividad creadora del espíritu ha man-

término aparece por primera vez en Cogitations que durante la vigilia (“wake state”, la llama) tam-
(1992), un extenso libro que su viuda publicó años bién transformamos nuestras percepciones inter-
después del fallecimiento de Bion. Contiene una nas y externas en imágenes, y que con nuestra fun-
gran cantidad de notas escritas por él (que nunca ción alfa podemos transformarlas en pensamien-
publicó) y que ella re-ordenó con un trabajo detec- tos. Esto es similar a lo que ocurre cuando dormi-
tivesco, guiándose por algunas fechas, el tipo de mos y soñamos (“sleep state”, lo llama) como lo
hojas que usaba y su caligrafía. Yo creo (a diferen- planteó Freud. Bion cree que habitualmente prefe-
cia de ella) que para entenderlas se requiere un rimos estar despiertos. También debemos recordar
conocimiento amplio de su obra. Bion utiliza el tér- que él pensaba que el paciente psicótico está en un
mino “trabajo de sueño alfa” para decir que supone estado mental que es “ni dormido ni despierto”.

100
Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

tenido con la intuición “intelectual”, así como con para conocer el privilegio del “hecho escogido” por
ciertas especulaciones sobre la realidad última, el el científico (el chosen fact de Bion5) es su famosa
Uno-Todo. La intuición-invención es en efecto la concepción de la invención. Ésta comprende tres
idea clave del sabio ejemplar para Bion: Henri aspectos: lógico, psicológico, ontológico. Bion se ha
Poincaré. Me propongo en resumen mostrar cómo nutrido de los tres, y es sencillo realizar el doblez
Bion trasladó las potencialidades de su intuicionis- psicoanalítico del argumento de Poincaré reparan-
mo al psicoanálisis, y cómo sobre este terreno se do en los factores retenidos por Bion, tanto en su
presenta muy lógicamente el tema –tan fácil de des- elaboración del aparato psíquico como en su idea
viar en el irracionalismo– de la realidad última, que de la interpretación.
Bion expresó como “O.”. Antes que nada, Poincaré hace notar que los
En Ciencia y método, su gran obra popular, hechos más interesantes, los mejores candidatos a
Poincaré responde a una objeción de Tolstoi a la ser el “hecho escogido” inicial, son aquéllos que el
ciencia: como no es posible conocer todos los azar reproduce. Son al mismo tiempo hechos que
hechos, el científico debe escoger algunos, al parecen simples. En efecto, el azar “sabe mezclar,
comienzo de su razonamiento o de sus experien- pero no discernir”, dice Poincaré, lo que hace que
cias, de manera arbitraria, y en detrimento de otros cuando encontramos, por ejemplo, una mezcla
que podrían haber concitado igualmente su aten- homogénea, sea altamente probable que la repeti-
ción; a partir de allí, lo arbitrario se propaga a todo ción del fenómeno revele un orden oculto que
lo que la ciencia nos enseña, que es determinada causa el fenómeno. Se reconoce la premisa princi-
cosa, pero que también podría haber sido comple- pal del aparato bioniano: eso que “parece” ser un
tamente otra, y así hasta el infinito (puede adap- objeto pensable tiene las mayores probabilidades de
tarse fácilmente dicha objeción a la crítica de serlo efectivamente debido a la lógica del azar.
Freud: ¿por qué se privilegia tal asociación sobre tal Cuando la atención es atraída por la repetición de
otra? Y también al suponer que su interpretación un encadenamiento asociativo, es claramente posi-
haya tenido efectos terapéuticos, nada prueba que ble la posibilidad de un fenómeno ilusorio; pero la
una interpretación sobre otra cosa no podría haber recurrencia del mismo fenómeno simple disminu-
funcionado igualmente). La respuesta de Poincaré ye, con la frecuencia de las repeticiones, ese riesgo.

5. El chosen fact es el punto de partida intuitivo del psicoanálisis: es, dicho también de otra manera, la “conjunción constante” (en un
sentido próximo a Hume), cuya presencia hay que advertir en la nebulosa de probabilidades y posibilidades, y a partir de la cual todo
el resto manifiesta su orden oculto.

Personalmente, creo que la extensión de la vida fórmula algebraica tiene belleza y un músico ver
mental incluyendo el “trabajo de sueño alfa” es una hermosa una partitura. De alguna manera, pode-
importante apertura en nuestro conocimiento de la mos ser artistas todos…
mente y de su funcionamiento. Yendo ahora al tema de las matemáticas, dice
Voy a mencionar algo acerca del psicoanalista Ivars Peterson, en El Turista Matemático (1992)
como “artista”. Bion, en un seminario dado en que el territorio de las matemáticas puede dividir-
Paris en 1978, hace comentarios acerca de qué tipo se en tres grandes fragmentos. El primero se cono-
de artistas somos, y nos dice que si el psicoanalis- ce como álgebra, que trata de los sistemas numé-
ta no es un artista se ha equivocado de profesión. ricos. Consiste de una cantidad de entidades; los
Comenta que un matemático puede ver que una números enteros, los vectores, los conjuntos, etc.

101
Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

Lo real recorre entonces de alguna manera la mitad que el puro y simple abandono en cualquier punto
del camino que conduce a un conocimiento válido. de partida. A continuación, Tolstoi pasa por alto el
No podemos percibir nada, incluso ilusorio, que no grado en que nuestra sensibilidad estética privilegia
haya sido de algún modo arrebatado al desorden las armonías en las repeticiones, y hasta qué punto
por el orden. Pero Poincaré prosigue: una vez que el hecho escogido que privilegiemos (a riesgo inclu-
este segundo plano estable de repeticiones nos es so de equivocarnos, pero el error sería fecundo de
plenamente otorgado, el hecho escogido es precisa- todos modos) será aquél que restituya mejor esa
mente aquél que constituye su excepción. Dicho de belleza secreta del mundo. Porque el movimiento
otra manera, es necesario atenerse a los casos en en dos tiempos descripto por Poincaré significa que
los que la regla de las repeticiones tiene la mayor amamos el orden, pero más aun el orden inadver-
chance de encontrarse en falta. Es un movimiento tido. La escucha “igualmente flotante” del psicoa-
del espíritu en dos tiempos: confiar primero en el nalista puede así equivocarse al captar ciertas regu-
estado emergente de un orden en el desorden como laridades, y aquello que, en el seno de esas regula-
índice más probable de un hecho sistemático, y ridades, constituye la excepción significativa. Pero
luego interrogar las posibilidades de irregularida- no puede equivocarse completamente. El funciona-
des más probables en ese mismo hecho, percibido miento del aparato psíquico, bombardeado por una
al comienzo de manera pasiva. Si resiste el exa- miríada de partículas, sonidos, palabras, miradas,
men, puede servir de base a la investigación cien- excitaciones sexuales, etc., no percibe más que
tífica, pues probablemente haya allí una regla aquello que está ya pre-ordenado por lo real, y la
oculta de su formación [Poincaré 1908/1998- percepción-selección no vuelve sino sobre los arre-
1999, pp. 19-21]. Es posible por cierto aplicar esta glos pertinentes, o, mejor dicho, sobre aquéllos que
lógica tanto a los objetos físicos como a los hechos más probablemente lo sean. Hay allí una aplica-
históricos y, por supuesto, como Bion se propone, ción suplementaria del principio de congruencia a
al material asociativo. minima del placer y la realidad, sin la cual no sería
Tolstoi se equivoca entonces dos veces. posible siquiera suponer que un organismo sobre-
Primero, olvida que ciertas regularidades (ni arbi- viva. Hace falta que eso que percibe, incluso cuan-
trarias ni subjetivas) se nos imponen de facto, y do se equivoca, tenga alguna relación real con el
que, aunque se compruebe in fine que son engaño- mundo exterior. Los elementos α (“elementos” es
sas (coincidencias fortuitas), son causas de error de el término de Poincaré) son así los productos de fil-
todos modos más interesantes, una vez corregidas, tración que hacen de intermediarios psíquicos

y las operaciones entre ellos (suma, multiplica- metría euclidiana, y otras formas, como por
ción, división, etc.). Además incluye las leyes ejemplo la topología.
formales que se ocupan de la relación entre Dice Bion: “Los elementos matemáticos, a
estas entidades. El segundo es el análisis, que saber las líneas, los puntos, los círculos y algo que
concierna las funciones (que es un tema del que luego se conoce como nombres de números, deri-
Bion se ocupó muchísimo). Las funciones expre- van de realizaciones de dualidad; pecho y lactante,
san relaciones. Implican, entre otras cosas, el dos ojos, dos pies, etc.”5. Los puntos complejo-con-
cálculo. La tercera región es la geometría, es jugados permiten modelizar el adentro, el afuera y
decir el estudio de las propiedades de las formas los límites de una manera atrayente. También nos
y de los espacios. Incluye por supuesto la geo- habla Bion de la matemática de la alucinosis,

102
Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

entre los elementos β (el caos externo) y los ele- de esfuerzo alguno de la memoria. Al delicado
mentos de la fila C (sueños, mitos, etc.) que los tamiz del sentimiento estético, se le agrega enton-
combinan. ces un inconsciente que piensa los pensamientos
Pero Poincaré prosigue derribando más metó- conscientes de la vigilia y los reorganiza (Poincaré
dicamente a Tolstoi, y radicalizando psicológica- desacuerda con las ideas de sus contemporáneos
mente lo que enunció con pura lógica probabilista. sobre el “yo subliminal”, peyorativamente tratado
La invención, que no es otra cosa que la selección como autómata, cuando su rol en la creación inte-
del “hecho escogido” correcto, reposa no sobre la lectual es extraordinario). En ese inconsciente
atención ordinaria, saturada de regularidades reina entonces una inaudita libertad de reorgani-
banales, requeridas para la sobrevivencia práctica, zación pertinente. ¿Pero en qué consiste, sino en
sino sobre la descomposición previa y profunda de la adecuación psíquica de fondo entre un funcio-
esas regularidades compelidas a entrar en nuestra namiento interno sin regla preconcebida, guiado
percepción por la actitud causal ordinaria. Esta por el placer de las combinaciones, y la realidad
actitud causal, práctica, orientada por la sobrevi- externa de los átomos mentales, que son la mate-
vencia, debe suspenderse para que nuestro pensa- ria para pensar que encontramos en el azar de
miento pueda trabajar intuitivamente, es decir en nuestras reflexiones? La intuición al despertar y el
total libertad. Poincaré cuenta así que la idea gene- valor de los sueños en la invención son clichés
radora de sus descubrimientos más profundos le conocidos. Pero es su base lógico-psicológica tan
llega siempre en dos tiempos: una jornada de tra- excelentemente puesta en valor por Poincaré lo
bajo destinada a agitar sus pensamientos en todos que ha retenido Bion, y lo que le ha hecho precisar
los sentidos, como “átomos mentales” (las “partí- la recomendación ortodoxa de una atención igual-
culas” bionianas), a combinarlos en todos los sen- mente flotante. De allí su muy conocida tesis
tidos y de todas las formas, y luego una noche dur- según la cual la “ensoñación” es el estado mental
miendo, agitado por sueños y ecos del problema a más propicio para el trabajo del analista.
resolver, durante la cual la investigación continúa Tal ensoñación es todo salvo un abandono sen-
“inconscientemente”; finalmente, al despertar, la sual a su propia pulsionalidad, o a sus pensamien-
intuición del resultado, que se percibe siempre, tos saturados. Es la liberación interna de un poder
dice Poincaré, de un solo vistazo, cada término del de discernimiento, o de intuición, que deja que
razonamiento yendo por sí mismo a ubicarse en el actúe el filtro sutil de la superficie del aparato psí-
marco que se le había preparado, y sin necesidad quico, cuya función, ya lo he dicho, es la alfa-beti-

diciendo que el campo geométrico en el que se rea- objetos psicoanalíticos. Dice que estos objetos tie-
liza la identificación proyectiva es “multidimensio- nen extensiones en el dominio de los sentidos (lo
nal”, es un “campo vectorial”6. observable), en el dominio de los mitos (los mode-
Bion utiliza lo geométrico en diferentes pro- los) y de la pasión (la evidencia que dos mentes
puestas. Nos habla de la reversión de la perspecti- están en contacto). También incluye las experien-
va y también dice que las transformaciones psicó- cias anteriores del analista (con ese paciente o con
ticas son no-euclidianas. Menciona los vértices y otros) y el bagaje de teorías contenida en su mente.
define el “vértice psicoanalítico” y sus condiciones. Unas palabras sobre las conjeturas, en particu-
Cuando nos habla de los elementos del psicoanáli- lar las conjeturas imaginativas. Bion piensa que
sis discute las dimensiones de los elementos u sus (nuestras) formulaciones no son científicas,

103
Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

zación de los pensamientos. Una vez más, sin el es la percepción estética de las “nubes” asociativas
mayor de todos los razonamientos bionianos –la que se elevan por encima del diván: deja actuar la
congruencia a minima del principio del placer y el inmanencia sobre todo sin forzarla, confiando la
principio de realidad– no se sabría captar nada de tarea primaria de alfa-betización de las partículas
este proceso. Éste explica además una de sus imá- psíquicas a un aparato perceptivo sumido en esta-
genes más perturbadoras, fuente lejana de aquélla do de “ensoñación”. Sólo entonces las filas de la
de las turbulencias: las extrañas “nubes” de asocia- tabla más determinadas en contenido podrán pro-
ciones que Bion ve flotar por encima de su diván. bar su adecuación intuitiva a la situación, y la
Para apreciarlo basta remitirse una vez más a interpretación se volverá eventualmente justa,
Ciencia y método: la clave del orden introducido en rozando a propósito aquello que es realmente el
el azar por las turbulencias, es en efecto la teoría caso en la transferencia.
cinética de los gases. Ahora bien, observa Poincaré, Pero si Bion leyó Ciencia y método, por cierto
¿qué hizo Kelvin? Simplemente se preguntó por no se quedó en esas fórmulas sobre el hecho escogi-
qué no considerar los cuerpos de la Vía Láctea do y la intuición-invención. En efecto, es patente la
como moléculas de un gas, o los soles como áto- semejanza entre el esquema de la tabla y la matriz
mos, y si, al mismo tiempo, las mismas leyes pro- de pruebas cantorianas sobre el infinito contra las
babilistas de distribución en el espacio no se apli- que Poincaré, en esas mismas páginas, lucha incan-
carían tanto a unos como a otros. Son las nubes del sablemente. Conjeturo que Bion aprendió mucho
azar en vías de ordenarse, y como lo real nos ofre- de esas polémicas sobre lo transfinito, lo discreto y
ce tales regularidades para pensar, es grande la pro- lo continuo, el formalismo de los axiomas de la
babilidad de que siguiendo dichas regularidades, lógica y el constructivismo intuicionista de las
aunque sean aparentes, encontremos finalmente pruebas de la existencia; que vio perfectamente el
las verdaderas armonías del universo. Hay que tra- vínculo estrecho entre el concepto de intuición-
bajar entonces, concluye Poincaré, dejando que invención y las posiciones epistemológicas de
nuestros átomos mentales formen por sí mismos Poincaré; y que finalmente traspuso en su propia
los conjuntos apropiados. El hecho escogido emer- concepción del aparato psíquico las consecuencias
gerá de la mayor libertad otorgada a ese pensa- de aquello que Poincaré sostenía implícitamente en
miento inconsciente de nuestros pensamientos, relación al funcionamiento intelectual real de los
que filtra para nosotros el mejor. La intuición resul- científicos. Hacer más esclarecedoras estas observa-
ta de ese filtrado inmanente. La escucha analítica ciones reclama algunos preliminares.

pero no hay que dejarlas de lado por ese motivo. ma “O”, así como de sus aspectos evolucionados y
También dice que no hay que tirarlas a la basura, no-evolucionados. Aparentemente, el término apare-
haciendo una analogía con las semillas de una ce por primera vez en su obra en el libro Experiencias
planta. Estas no se tirarían a la basura porque la en Grupo (1948). Allí, lo usa en el sentido de que un
planta aún no ha crecido… grupo de terapia no empieza ni termina a una deter-
La “evolución”. minada hora, sino que las cuestiones que le interesan
Bion utiliza este término muchas veces y en dis- a él del grupo continúan y evolucionan. Aquí el sen-
tintos sentidos. Nos habla de la evolución de un tido del término parece ser el de desarrollo.
enunciado y de su no-evolución, de la evolución de la Luego lo menciona en Transformaciones
situación analítica, de la evolución de la realidad últi- (1965), básicamente referido a las evoluciones de

104
Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

Dejando de lado toda psicología popular, ra constructiva convergencias y límites, no supo-


Poincaré se rebeló contra una forma de intuición- niendo que los valores que denotan existen “porque
invención matemática que le parecía imposible: no hay contradicción en su definición” (como
aquélla que, en primer lugar, transgrede la regla de hacen demasiado fácilmente los lógicos con su
formación de las cantidades numerables, como el principio de tercero excluido), sino porque se
engendramiento, entero natural por entero natural, engendran esas existencias positivamente, por la
de los términos de la serie del infinito aritmético. potencia del intelecto. Intuición es construcción.
La lógica de su tiempo, y Cantor más que otros, le Por cierto, Poincaré se quedó por debajo del intui-
presentaban por lo contrario razonamientos de un cionismo propiamente dicho, el de Brouwer.
nuevo género sobre el infinito, vinculados a la Poincaré aceptó las definiciones axiomáticas del
invención del transfinito, dando además la sensa- continuo que se apoyaban en el tercero excluido.
ción de que realmente se podía razonar sobre infi- En resumen, no fue intuicionista más que respecto
nitos actuales, de los que se hubiera tenido intui- de lo discreto y lo numerable, contra Cantor. Sólo
ción como se la tiene de las cantidades numerables. Brouwer emprendió la construcción de un conti-
Seguramente, una cuestión fundamental surge en nuo intuicionista, dicho de otra manera, de un
torno a los poderes del espíritu, cuando Cantor continuo fundado en actos sucesivos de intuición,
explica que el cardinal del conjunto de los enteros sin recurrir a una axiomática lógica formulada en
naturales (0‫א‬, aleph cero) es tal que, si se le añade palabras. Pero la inversión de perspectiva propia del
un entero natural, de cualquier magnitud, el resul- preintuicionismo de Poincaré no obstante es cru-
tado sigue siendo 0‫א‬, y lo mismo si se añade 0‫ א‬a cial, porque enarbola la defensa de los poderes cre-
0‫א‬, etc. Esto puede escribirse sin problemas, como adores del espíritu contra las pretendidas extensio-
un juego de signos. ¿Pero es eso que se piensa? nes del alcance de sus pensamientos a través del
Poincaré, y a continuación todos los intuicionistas, medio convencional y psíquicamente vacío, no
harán notar que este uso axiomático del infinito experimentado, dirá Brouwer, de simples signos6.
contrasta con el de los matemáticos que inventan He aquí aquello ante lo que Bion, leyendo
teoremas sobre series infinitas. Inventar tales Ciencia y método, no pudo quedar indiferente.
series y probar sus resultados es producir de mane- Porque transforma por completo las posturas de lo

6. Sobre todos estos puntos, véase la admirable síntesis de Jean Largeault [Largeault 1993]. Bion pudo haber conocido estas ideas por
Arnold Heyting, a quien evoca en las Cogitaciones. Menciona también incidentalmente a Brouwer, señala Jacquelyne Poulin-
Colombier.

las potencialidades de “O” y también a las evolu- de “O” y de la capacidad el analista de captarlos y
ciones de un enunciado y a su lectura en la Tabla. transformarlos. El sentido del término aquí es de
Se refiere a este concepto en muchos de sus comen- nacimiento/creación.
tarios de artículos suyos re-publicados en Incluiré ahora definiciones del término encon-
Volviendo a Pensar (1967) y también está presente tradas en diversos diccionarios, para luego tratar de
en Notas sobre la memoria y el deseo (en analizar el sentido de hipótesis definitoria con el
Cogitations) y en Atención e Interpretación (1970) que lo utiliza Bion.
así como en algunos de sus trabajos ulteriores. En Entre los distintos significados del término
prácticamente todas estas citas el sentido del tér- “evolución” voy a mencionar varios. Dicho sea de
mino es el de la aparición o emergencia de aspectos paso, en su sentido filosófico más original, el

105
Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

que podría ser una “psicogénesis” en sentido estric- tructiva en que el aparato psíquico contribuye a él,
to: no una teoría descriptiva del desarrollo mental, mediante pensamientos y actos reales.
sino la restitución inmanente de la manera en que Ahora es posible volver a la tabla y observar que
se encadenan y se viven las etapas de la construc- se presta, por su estructura, a la célebre “diagonali-
ción psíquica, en una palabra, la génesis real de los zación” cantoriana. Dicho de otra manera, el gra-
estados mentales en su dependencia jerárquica, fismo que Bion eligió para la tabla permite cons-
según el modo en que adquieren su consistencia. truir los elementos que no le pertenecen. Eso nos
Bion, en mi opinión, preocupado desde el comien- hace comprender mejor, como consecuencia indi-
zo hasta el final de su obra por el crecimiento cre- recta, el orden “finito” (o mejor, “numerable”) de
ativo e inventivo del aparato psíquico, captó per- las relaciones que caracterizan el funcionamiento
fectamente el partido que el psicoanálisis debía normal del aparato psíquico, por oposición al orden
obtener de estas polémicas sobre el funcionamien- “infinito” de las relaciones propio del universo de la
to psíquico real del matemático que intuye-inven- psicosis, orden inconmensurable respecto de lo que
ta. Si tal cosa es posible (bajo limitaciones preci- podemos pensar habitualmente. En ese preciso
sas), es entonces todo el aparato psíquico el que punto es que exploro entonces la fascinante suge-
debe hacerla posible: desde la fila A, en el juego de rencia de Bion en virtud de la cual la oposición
los elementos α y β, hasta la fila H, en una palabra, entre consciente e inconsciente debería repensarse
hasta la formalización algebraica más sofisticada y como oposición de lo finito a lo infinito –incluso si,
más efectiva. Finito, en todo caso, si se tienen en según mi conocimiento, Bion no habla en ninguna
cuenta las limitaciones del pensamiento por intui- parte de la diagonalización que invoco–.
ción, el modelo biológico, o pseudobiológico, de la Tal diagonalización es simple. Se apoya en el teo-
psicogénesis kleiniana (o al menos la herencia de la rema clásico según el cual no hay más elementos en
integración de los estadios a lo Abraham). La psi- el conjunto E que en el conjunto E x E. En conse-
cogénesis bioniana será epistémica, se alimentará cuencia, y Cantor mismo se sorprendía, no hay más
no de un seno-vitalidad sino de un seno-verdad. elementos sobre un eje prolongado al infinito de una
Además, no se preocupará por la función general de cuadrícula (como la tabla de Bion) que en la cuadrí-
la ciencia, la religión, el arte o la espiritualidad en cula infinita misma, o, lo que resulta más inquie-
el horizonte de un paciente determinado, como si tante aun, no hay más puntos sobre el segmento que
fuera un complemento antropológico contingente forma el lado de un cuadrado que en el cuadrado
al saber del psicoanalista, sino por la manera cons- construido sobre ese segmento [Cantor 1891/1992].

concepto de evolución es aristotélico, planteado • (Fig.) Mudanza de conducta, de propósitos o


por él como un progreso hacia el supremo bien. de actitud.
Bion no parece haberlo usado así. • (Fig.) Desarrollo o transformación de las
• Acción y efecto de evolucionar ideas o de las teorías.
• Desarrollos de las cosas o de los organismos, • Transformación
por medio de los cuales pasan gradualmente • (Filosofía) Hipótesis que pretende explicar
de un estado más simple a uno más complejo. todos los fenómenos cósmicos, físicos y
• Movimiento o maniobras que hacen las tro- mentales por transformaciones sucesivas de
pas o los buques, pasando de unas formacio- una sola realidad primera, sometida a perpe-
nes a otras. tuo movimiento. En virtud de esto se pasa

106
Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

Si se enumeran las casillas como en el Cuadro sa en un cuadro homólogo al anterior (el cuadro 3).
2, que aparece debajo, es posible advertirlo fácil- Imagínese una función f(i) que tendría por imagen 0,
mente: la serie de números subrayados 1; 2; 3... luego una función f(i) que tendría por imagen 1, etc.
recorre exhaustivamente cada una de las casillas de Imagínese a continuación una segunda serie de fun-
esta cuadrícula, y es exactamente la misma serie de ciones f(j), luego f(k), etc., que tomen sucesivamen-
enteros que la serie 1; 2; 3... de los ejes horizonta- te por imagen 0; 1; 2; 3... Los índices i, j, k... pueden
les y verticales. De allí resulta que hay exactamen- tomar a su vez valores enteros de la serie 0; 1; 2; 3...
te tantos elementos inscriptos en forma de pares Se tiene entonces la impresión de que se puede
(x,y), donde x e y son enteros, como enteros. saturar el cuadro, dicho de otra manera, contar
todas las funciones entre dos enteros que existen,
por el mismo procedimiento de enumeración,
1 2 3 4 n…
según la serie 1; 2; 3... Y bien, eso no es nada. Basta,
1 1 1,1 2 1,2 6 1,3 7 1,4 15 1,5 observa Cantor, imaginar una función g, como g(n)
= f(n,n) + 1; g(n) es claramente una función, pero
2 3 2,1 5 2,2 8 2,3 14 2,4 …
una función que, en cualquier casilla de la tabla,
3 4 3,1 9 3,2 13 3,3 … añade 1 al valor calculado por la función ya inscrip-
ta. Por lo demás, se puede añadir cualquier número,
4 10 4,1 12 4,2 …
salvo 0. ¿Resultado? Se ha creado un objeto que no
5 11 5,1 … se puede inscribir en el cuadro. Ésta es la prueba,
dice Cantor, de que el conjunto de funciones que
n… …
asocian un entero natural a otro no es numerable.

Cuadro 2.
fi(0) fi(1) fi(2) fi(3) …
1 2 6 7
Pero Cantor puso en práctica este procedimiento
para remarcar una cuestión más preocupante, que es fj(0) fj(1) fj(2) fj(3)
3 5 8
saber si el conjunto de funciones que asocian dos
enteros es, por su parte, numerable (es decir, aplica- fk(0) fk(1) fk(2) fk(3)
ble término por término a la serie 0; 1; 2, 3...). ¿Es 4 9
posible contar una por una las funciones que aso-
Cuadro 3.
cian un entero a otro? No. La demostración descan-

de lo simple y homogéneo a lo compuesto y se produce por cambios/saltos bruscos en el


heterogéneo. individuo.
• (Biología) Doctrina que sostiene que todas
las formas de vida se originaron en formas En el Diccionario de Filosofía de Ferrater Mora
pre-existentes más rudimentarias y b) serie (1958), se nos dice que evolución equivale a desa-
de cambios por los que un organismo ha rrollo, es decir des-envolvimiento de lo que estaba
adquirido sus características fisiológicas y en-vuelto, un des-cubrir lo que estaba cubierto. En
estructurales. Considera Darwin, uno de ese sentido, se habla de evolución para significar el
sus expositores más conocidos de esta teo- desarrollo o crecimiento gradual de algo que estaba
ría, que la evolución biológica es azarosa y en germen, la manifestación y realización completa

107
Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

¿Qué implica todo esto para la tabla de Bion? quien el verdadero engendramiento de los objetos
Simplemente esto: se obtiene, si se la diagonaliza, matemáticos por parte del intelecto del matemáti-
la representación de aquello que no integra la tabla- co nos hace conocer en su límite lo impensable que
aparato. Ahora bien, el elemento diagonal tipo está es lo infinito actual cantoriano.
conformado evidentemente por los elementos β, es Es momento de considerar una objeción hoy
decir eso que siempre se produce en exceso de recurrente, según la cual el psicoanálisis pretender
aquello que la tabla alfa-betiza o vuelve pensable7. incorporar sustancialmente razonamientos mate-
Porque las relaciones entre elementos β son de un máticos que, desde el punto de vista del sentido
orden inconmensurable respecto de lo que pode- común, no tienen “evidentemente” ninguna rela-
mos filtrar y organizar en la tabla-aparato: “Si un ción con el material psíquico en cuestión en la clí-
paciente me dice que la mujer de la limpieza anda nica. En ocasiones esta objeción hace un giro un
en algo con el lechero porque el amigo del paciente poco más sofisticado y se expresa oponiendo el
dejó clara de huevo en el baño, la relación implica- rigor formal y la univocidad lógica de los conceptos
da por su enunciado corre un gran riesgo de ser matemáticos a la subdeterminación de las descrip-
diferente de las formas de relación a las cuales ciones psicológicas y su imprecisión verbal: la pre-
estoy habituado, porque su enunciado representa tensión de utilizar nociones matemáticas en una
fenómenos vinculados entre sí dentro de un uni- teoría psicoanalítica sería una confusión de regis-
verso infinito” [Bion 1965/1982, pp. 56-57*]. Muy tros, y quizá (se le ha objetado a Lacan) una tenta-
diferente en efecto: y a la diferencia en cuestión, tiva de intimidar a los inocentes gracias a una cien-
sugiero relacionarla con la inconmensurabilidad de tificidad afectada.
las relaciones internas específicas de lo innumera- Ahora bien, nada de la lectura de la tabla aquí
ble y lo numerable; dicho de otro modo, como la propuesta exime del revestimiento de un “modelo”
prolongación del intuicionismo de Poincaré, para lógico cantoriano sobre el pensamiento de Bion. Es

7. Se puede objetar aquí que los “bizarre bits”, los objetos extraños, son los candidatos más plausibles para la función de elemento-en-
exceso de la tabla. Pero no me interesa aquí la hermenéutica de esas nociones, ni la mayor o menor verosimilitud textual de mis rela-
ciones. Me esfuerzo, una vez más, por mostrar la forma en que Bion piensa con la tabla la articulación finito/infinito, y la primacía
de lo infinito, antes bien que la articulación consciente/inconsciente (ahora bien, la noción de objeto extraño implica la conjunción de
un elemento β con una figura del superyó). Poco importa, en suma, que el elemento-en-exceso sea el elemento β y no otra cosa, si se
capta bien el desplazamiento de estas relaciones. Pero Bion se interesa sobre todo en esto: la “línea de separación” sobre la que se basa
el proceso de alfa-betización [Bion 1990, p. 41]. La diagonalización de la tabla exhibe eso que se juega allí.
* N. del T.: traducido de la versión francesa citada en la bibliografía.

de lo oculto y latente, un incesante devenir. Hay dos todas ellas; en relación al descubrimiento, al deve-
distintas posturas con respecto a esto; una, en rela- nir de lo oculto o latente y a las preconcepciones y
ción a la base biológica y la otra relacionada con los los conceptos.
conceptos, las imágenes mentales o las ideas a par- ¿Qué decir del Bion místico? Él ha citado muchas
tir de un concepto que los contiene en potencia. veces a Meister Eckhart, a San Juan de la Cruz y a
otros místicos. El psicoanalista es un místico cuando
*** está escuchando al paciente con atención flotante,
sin memoria ni deseo y logra súbitamente una reve-
¿Cuál es, o cuáles son las posiciones de Bion con lación de “O” (lo inefable, lo desconocido, lo impen-
relación a la evolución de “O”? Probablemente sable, la verdad misma o la realidad última).

108
Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

posible, tanto como uno desee, discutir el derecho de Bion (“Es una simple imagen, ¡no puede haber
de Bion a proporcionarse una presentación tabular tenido semejante idea!”) es porque la tabla suele
de los conceptos freudianos extraídos de las compararse a otro tipo de cuadro: la tabla periódi-
“Formulaciones”, así como ejes horizontales (♀♂ ) ca de los elementos de Mendeléyev. De alguna
y verticales (Ps→ D) que los vuelven operativos en manera Bion habría proporcionado la tabla periódi-
una óptica kleiniana. Pero lo que no se puede en ca de los elementos psíquicos, reducida poco o
absoluto, una vez aceptada esta tabulación, es mucho a una lista de líneas y columnas. Ahora
rechazar el hecho de pensar allí la posible diagona- bien, aparte de que esto implica ignorar el principio
lización. Diagonalizar no es de ninguna manera, constructivo de la tabla de Mendeléyev (los pesos
aquí, proceder por analogía, y gratuitamente, hacer atómicos...), que engendra sistemáticamente las
como si la tabla semejara un cuadro cantoriano ubicaciones de los elementos e indica aquéllos que
donde practicar una operación extrínseca y arbitra- son posibles pero todavía no observados ni creados,
ria. Por lo contrario, es precisamente porque se es en mi opinión un contrasentido sobre el uso de
considera que la tabla capta una configuración la tabla. Es reducir su contenido a un contenido
objetiva de los elementos y las funciones del psico- psíquico ya dado y finito en sí, mientras que Bion
análisis, dicho de otra manera, porque no es en la emplea para favorecer la creatividad ordenada y
absoluto una comodidad gráfica sino un esquema potencialmente infinita del psicoanalista –del lado
productor de pensamiento, que debe ser diagonali- del sujeto inventor, pues, no de la lista cerrada de
zable tal como lo he indicado. Si se quiere rechazar las realidades psíquicas que decoran su universo–.
la diagonalización, primero habría que volver inve- Operando así esta conexión lógica de la tabla y del
rosímil lo que Bion construye con Freud y Melanie esquema cantoriano, quiero distinguir claramente
Klein, y todo el juego de enfoque mutuo y comple- mi lectura de una exégesis puramente textual
mentación que ha logrado (admirablemente, en mi (hasta donde sé, Bion nunca dijo que la tabla se
opinión) elaborar entre sus teorías. Porque cual- diagonalice); quiero resaltar lo que no pertenece al
quier construcción tabular que tenga una justifica- orden de los enunciados literales de Bion, sino a lo
ción conceptual intrínseca conduce ipso facto a la pensable inherente a esos enunciados. Una vez
cuestión de la diagonalización. No es un problema más, no ignoro las tentativas agresivas de reducir el
del psicoanálisis, sino de la metodología de todo psicoanálisis a una impostura intelectual burlán-
argumento que analice datos descomponiéndolos dose (sin comprender por qué) del recurso a forma-
en dos ejes. Si aparece una resistencia en el lector lismos de aspecto lógico-matemático; al menos, en

Es necesario diferenciar OR (la realidad exter- nar el problema ontológico (la esencia, el ser) del
na, sensorialmente captada) de O psi (la realidad problema gnoseológico (nuestra posibilidad de
psíquica, no sensorial). Ambas son infinitas e conocimiento de la misma). Bion parece estar tra-
incognoscibles. O psi evoluciona en pensamien- tando ambos, sin diferenciarlos. Las emanaciones
tos aún sin pensador, en pensamientos salvajes e de “O” y su devenir en nosotros están en directa
ideas flotantes, que podemos/debemos tornar sen- relación con la idea griega de Ananke, el registro
soriales, convirtiéndolos en pensamientos pensa- de lo real (Lacan) y el Dasein y la Aletheia plante-
dos y formulaciones verbales, matemáticas u adas por Heidegger. Esto lo plantea James
artísticas. Estas sí son publicables. Con respecto a Grotstein en su artículo El concepto de la “posi-
“O” en términos generales, es necesario discrimi- ción trascendente”.

109
Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

este caso en particular, y bajo las reservas que existencia actual). Pensó entonces que pensaba eso
acabo de mencionar, no hay estrictamente nada en que registraba, y que el argumento diagonal, que
esta lectura de la tabla cuya pertinencia pueda refu- basta para definir la serie de los números reales, le
tarse en nombre del simple sentido común. Que el daba acceso a la existencia del continuo; había
psicoanálisis tenga un contenido conceptual es, no entonces en él un pensamiento infinito objetivo.
lo dudo, molesto para muchos críticos, pero, si cla- En cuanto a Hilbert, cuya solución prevaleció por-
ramente lo tiene (y Bion demuestra a qué precio lo que dejaba de lado esta metafísica, creyó apartarse
obtiene), no puede negársele ninguno de los medios del callejón sin salida de Cantor reescribiéndolo en
de extensión lógica de su poder explicativo. Y tanto el modo axiomático, en una palabra, mediante con-
peor para los exégetas que se quedan en la superfi- venciones sobre signos (que, además, aceptan el
cie literal de los enunciados y no ven lo que allí se principio del tercero excluido). Ahora bien, por
concibe, ni el germen de pensamientos que allí se pragmática que sea la solución de Hilbert, hay que
desarrolla. notar también que vació de su sentido epistémico
La aclaración anterior no es un paso al costado, profundo el recorrido de Cantor: su interrogación
motivado por el contexto polémico a partir del cual sobre los poderes intuitivos del psiquismo. De
se escribe la teoría psicoanalítica. Porque el argu- pronto volvió extraño el recorrido intuicionista de
mento diagonal no es ni ha sido nunca una simple Brouwer, que se burlaba soberanamente de la
herramienta formal (de Cantor a Gödel y en ade- “comodidad” de los axiomas, y sostenía que la
lante), sino un espacio intelectual para las sorpre- invención matemática, y por lo tanto la generativi-
sas en la poderosa resonancia subjetiva. Creo dad de los objetos y las inferencias, y la cuestión de
incluso que es posible apoyarse en este motivo saber cuál(es) infinito(s) somos efectivamente
intuicionista para caracterizar aquello que siempre capaces de construir por intuición, eran los proble-
ha parecido loco en Cantor: “pensar lo infinito mas últimos de los que resulta fútil querer librarse
actual” es, en términos psicológicos, “pensar mediante simples convenciones. Estas convencio-
actualmente lo infinito”: es pues ser Dios. La epis- nes procuran seguramente un continuo cómodo
temología de Cantor conlleva esta virtualidad psi- para las necesidades de los matemáticos. Pero no
cótica en su misma expresión, ya que Cantor supu- aclaran en absoluto qué es el continuo, y dejan sin
so que el argumento diagonal lo autorizaba, por explorar la esencia de nuestros poderes mentales.
aplicación del tercero excluido, a afirmar la exis- Ahora bien, el espíritu de Poincaré (y su pro-
tencia de conjuntos infinitos no numerables (su longación en la epistemología sublime de Brouwer)

El término “místico” tiene una gran penumbra mas. Nosotros nos ocupamos de la vida y su senti-
de asociaciones, ya que puede ser considerado una do, de la muerte, del devenir, de la búsqueda de la
manifestación patológica y no un estado mental verdad de la realidad psíquica (que muchos consi-
relacionado con el descubrimiento y la genialidad. deramos infinita e incognoscible), cuya búsqueda
Quiero mencionar que el “misticismo filosófico” es permite el aprendizaje y el crecimiento mental. La
una doctrina qué, reconociendo la impotencia de la intuición, en ciertos momentos, producirá una
razón humana para resolver los problemas metafí- revelación/descubrimiento a través de un “acto de
sicos fundamentales, se acerca a ellos con una fe científico”7. Evidentemente el acto de fe científi-
especial capacidad intuitiva. Estoy convencida que co no debe confundirse con el sentido religioso que
los psicoanalistas nos ocupamos de estos proble- la palabra “fe” tiene. El acto de fe científico implica

110
Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

anima a Bion mucho más allá de los préstamos tiñe afectiva y sensorialmente nuestros pensa-
fáciles de advertir, como el hecho escogido o el elo- mientos, en tanto que éstos conciernen a lo real
gio de la ensoñación. Dirige su idea del alcance para que en ellos sobreviva y se abra el aparato psí-
constructivo de la intuición (es decir, su generativi- quico. Ahora bien, la identificación proyectiva
dad, que es la psicogénesis auténtica) y, como se reúne las características tradicionales de la intui-
verá también, sus especulaciones más oscuras ción: es sinóptica (capta unos todos simples), selec-
sobre la realidad última, “O”. tiva (es la elección del objeto escogido), en contac-
Si en efecto Bion consideró necesario forjar el to con una profundidad (es un ver-adentro: intus),
neologismo “to intuit” (intuir), fue para profundi- es finalmente un tocar-ver que libera la inmediatez
zar el valor epistémico de la identificación proyec- sin distancia de la cosa. Pensado como acto inte-
tiva. lectual, la intuit capta, en la identificación proyec-
En Melanie Klein, este mecanismo es un fan- tiva, su puro valor epistémico, K. La intuit es el
tasma, y nada más que un fantasma. Pero en Bion, “buen encuentro” fundamental entre real y pensa-
por el hecho de la congruencia a minima del prin- miento, el punto exacto en que lo real se hace saber
cipio del placer y el principio de realidad, es un acto (O→ K) y donde el saber es saber real, y por lo tanto
psíquicamente real. Diferencia decisiva: cuando verdad (K→ O). Es al servicio de esta verdad que
una identificación proyectiva tiene lugar en la sólo nutre el psiquismo que está la interpretación
transferencia, lo que se proyecta se introduce real- bioniana; su instrumento único es en consecuencia
mente en el psiquismo del analista (y no fantas- la intuición.
malmente en un analista que, en suma, no sería No hay que sorprenderse entonces si Bion utili-
afectado). De allí el valor, en Bion, de la contra- za la envidia de Melanie Klein, pero sin su comple-
transferencia vivida. Pero hay más: si ése es clara- mento usual, la gratitud. Todo ello procede de la
mente un acto real y no fantasmal, la relación que misma epistemologización de lo que en Melanie
se instituye es una relación con lo real mismo, no Klein se piensa constantemente en términos vita-
en un “seno” originario, del que no se sabe verda- les: de la orientación hacia la verdad y no ya hacia
deramente cuál parte queda vinculada con su fun- el seno metafórico de la madre. Si hay gratitud, en
ción biológica y cuál otra se pierde en las metáforas Bion, es en el sentido de gracia, de charis (χαρις),
de la nutrición del espíritu con todo aquello que sea con el que Heidegger la ha revestido: como apertu-
“bueno”. Bion prefiere sostener que lo que nutre ra recíproca al don de ser. El goce que emana es
primero el psiquismo es la verdad: “seno”, en él, espiritual, no es una excitación pulsional saturado-

la creencia de que se está buscando la verdad o las representar “una emoción vivenciada con intensi-
verdades que una situación tiene. dad y calor aunque sin violencia…” y “…el com-
Otra manera de llamar a los verdaderos místi- ponente derivado de “L” “H” y “K””. También
cos es “idealistas apasionados”. Nosotros lo dice que “el darse cuenta de la pasión no depende
somos, en ciertos momentos de nuestra práctica, de los sentidos. Para la actividad de los sentidos
aunque compartimos con los empiristas la necesi- solo se requiere una persona; la pasión nos indica
dad de observación para no caer en la mitomanía que hay por lo menos dos mentes vinculadas…”.
o la megalomanía. Quiero volver a decir algo Este uso del término “pasión” es, en parte, dife-
sobre la pasión. En Elementos del psicoanálisis rente de la utilización más habitual del término.
(1963) Bion nos dice que utilizará el término para Generalmente se lo menciona para referirse al

111
Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

ra. Como puede verse, pisamos ya el suelo de la sa. Es por esto que Bion reflexiona con tanta insis-
mística, y sin embargo no hacemos más que llevar tencia sobre lo infinito de las relaciones causales
a cabo el análisis conceptual de las potencialidades con las que es confrontado el psicótico. Le hace
de la tabla. falta un superyó salvaje, ilimitado, movilizado sin
Piénsese ahora en el analista ubicando la intuit cesar para hacer “vínculo” entre todo y todo por
así concebida en la cumbre de las cualidades reque- una relación de imputación monstruosa y absurda
ridas por su aparato psíquico. ¿Qué diferencias de responsabilidad, que lo hunde en un universo
genera esto? cuasi animista cada vez más alejado de la realidad.
Encuentro cuatro. ¿Pero para qué? Para salvar por proyección en ese
1. La primera es una determinación más rigu- superyó su omnipotencia amenazada: afuera, y ya
rosa del “otro lado del espejo” que constituye la psi- no en su seno. Pero ese superyó, por supuesto, no
cosis. Hablar de antitabla (–K) no es suficiente. puede crear vínculos de pensamiento entre pensa-
Confrontado con el delirio, el pensamiento del ana- mientos, puesto que es todo el aparato psíquico el
lista sufre un ataque mayor, en el cual le resulta que se evacua proyectivamente en el mundo exte-
difícil saber si tiene relación con una destrucción rior. Los pensamientos se vuelven cosas, se pasean
de todos los vínculos entre los pensamientos del de allí en más en el mundo, encapsulados en “obje-
paciente, o bien si el paciente intenta vincular sus tos extraños”, interpelan y angustian al psicótico.
pensamientos invocando un imposible pensamien- El superyó intenta dar sentido a la proliferación
to supremo de lo infinito: todo significa todo (y no insensata de pensamientos expulsados hacia fuera,
importa qué), cada acto singular irradia una infini- remisiones y alusiones. Nos protege contra más
dad de amenazas, y el vacío mental domina de locura todavía. La persecución es el homenaje de la
modo tal que todo ya no es nada, etc. Ya no hay locura a la lógica. Pero no es necesario decir lamen-
para el psicótico más que dos posiciones: la mega- tablemente, ni temer siempre que el analista ter-
lomanía divina, ser Dios, o aquélla, aniquiladora, mine perseguido por su paciente psicótico, porque,
de ser la inmundicia del mundo. Bion nos hace si se fija la imago superyoica sobre su persona, si es
concebir que la psicosis es un problema con lo infi- de carne y hueso quien observa la identificación
nito. El estallido esquizoparanoide, en efecto, tiene proyectiva delirante de su paciente, perfectamente
una “potencia” en el sentido lógico: la de un infini- se encuentra así frente al punto de contacto último
to de pensamientos que amenaza sin cesar volver- del delirio con la realidad y la razón, y es esto
se actual y aniquilar psíquicamente a quien lo pien- mismo lo que llegará a interpretar.

sufrimiento (específicamente, la pasión de Jesús), tica de la personalidad”8 intentamos conocernos lo


o a un estado mental perturbado, generalmente más verazmente posible y tener una relación ínti-
violento. También se lo utiliza para referirse a una ma y pasional con nosotros mismos y con los
preferencia o apetito muy fuerte por una persona demás.
o cosa. La pasión, según Bion, es considerada una La contraparte de la pasión es la carencia de
de las cuatro dimensiones del “objeto de conoci- emocionalidad. El odio a los sentimientos genera
miento psicoanalítico”. vínculos des-apasionados, des-vitalizados, “…que
Somos “psicoanalistas apasionados” y espera- son perversos, crueles y estériles…”, que “…pare-
mos que nuestros pacientes también los devengan. cen ser lógicos, casi matemáticos, pero nunca emo-
Entendemos que, mediante la “función psicoanalí- cionalmente razonables”9 . El feto, el bebé, el niño,

112
Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

2. Por lo contrario, se deducirá de esto que el sucesiones de elecciones son los estados intelec-
infinito al que nuestro aparato psíquico brinda tuales sucesivos del matemático intuicionista, y se
acceso es el infinito “potencial”. Es lo indetermi- representan bajo la forma de árboles que se ramifi-
nado opuesto a lo determinado, es el apeiron can. La vía intuitiva, para Brouwer, procede enton-
(απειρoν), explica Bion, que es un principio negati- ces mediante concatenaciones abiertas en las que,
vo de ilimitación (siempre se puede ir más lejos). a cada elección, se engendra ya sea un signo deter-
Esto comporta las consecuencias más graves para minado, ya sea nada, ya sea la inhibición
la naturaleza de la asociación libre. Porque el psi- (Hemmung) de todo el proceso, que así invalida el
quismo se construye por integración y simboliza- resultado. Pero Brouwer, insistiendo con el carácter
ción, de manera siempre abierta, en potencia de intrínsecamente inacabado de las sucesiones de
otra cosa. Se está, desde este punto de vista, en las elecciones libres, demostró que éstas permitían
antípodas de la concepción lacaniana de la asocia- definir funciones cuyos objetos, en los niveles infe-
ción libre, que es una superposición continua de riores de desarrollo, no están todavía totalmente
subdeterminaciones de tipo markoviano, donde las determinados (es decir, determinados en acto). El
recurrencias de las cadenas de significantes impo- corazón del intuicionismo está allí: en la atribución
nen, al menos idealmente, sus figuras a todo con- de valores a funciones para “argumentos incomple-
tenido de sentido8. Lacan cierra así el pensamiento tos”. Lo que resulta vertiginoso (no voy a explicar-
dentro de los ciclos regidos por las leyes del signifi- lo, se trata de matemática pura) es lo que caracte-
cante, cuya repetición implacable proporciona la riza entonces a un continuo más rico que el conti-
cifra inconsciente de la existencia. Ahora bien, si nuo estándar: el continuo intuicionista excede el
Bion fuera intuicionista, como sugiero, pensaría continuo de los números reales predeterminados
por lo contrario las series de asociaciones a la por los medios tradicionales (sucesiones de Cauchy
manera de Brouwer, es decir como “sucesiones de o cortes de Dedekind). De este modo la dinámica
elecciones” (Wahlfolgen) libres. En Brouwer, las del desarrollo de las sucesiones de elecciones de

8. Lacan ha querido dar una forma markoviana a estas cadenas significantes [Lacan 1966, pp. 44-61]. La idea se remonta al mismo
Markov, que había demostrado, en una novela de Pushkin, que las letras de las palabras no aparecían jamás unas próximas a otras por
azar, sino siempre en función de la ocurrencia de una u otra letra en el rango n –1 o n – 2. Por lo tanto eran relativamente previsibles
en función de las letras que precedían. Pero por supuesto, y es en donde se trata de una subdeterminación, el conocimiento de una
letra o de un fonema en un rango cualquiera no permite determinar cuál será la letra o el fonema en cualquier rango siguiente. Pensar
la (sub)determinación inconsciente en estos términos presenta todo tipo de problemas que no voy a discutir aquí.

el adulto o el anciano pueden atacar su propia capa- Pierre-Henri Castel menciona “una forma pos-
cidad de sentir, como defensa extrema ante los moderna de sentimiento oceánico, que desbordaría
dolores/sufrimientos de la vida. El individuo sobre- el psicoanálisis desde adentro”. Creo que la idea de
vivirá, podrá ser inteligente (como un robot) pero cambio catastrófico debe incluirse en este punto.
nunca llegará a devenir un sabio. El ataque a la fun- Cambio catastrófico (mencionado en Atención e
ción vinculante de las emociones tiene graves con- Interpretación) es el nombre mediante el cual Bion
secuencias. Entre ellas está la psicosis, pero básica- trató de llamar la atención sobre un tipo peculiar de
mente implica la carencia de crecimiento mental. configuración, inherente a situaciones muy diversas
Yo considero el crecimiento mental como el “deve- de cambio y transformación. Podría ser un cambio
nir de la indagación psicoanalítica”10. de perspectivas sobre un problema, un cambio de

113
Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

Brouwer libera de la inquietud de que al apilar ele- nesis efectiva del pensamiento, que por otra parte
mentos discretos, siempre predeterminados por evoca claramente los aparatos neurónicos del Freud
reglas, nunca lleguemos a reconocer la textura ver- anterior a 1896. Hablando con propiedad, el intui-
dadera del continuo. Si se traspone esto a la aso- cionismo es compatible con cualquier lógica y con
ciación libre, se verá la perspectiva que se abre: la cualquier punto de vista lingüístico (no contradic-
tarea del psicoanalista ya no será necesariamente torio), porque ha accedido de entrada a la realidad.
señalar las repeticiones y los ciclos subyacentes que El franco desprecio de Poincaré ante Peano se justi-
inscriben el trabajo inconsciente del significante. fica de esta manera: a aquél que no sabe por intui-
Será más bien permitir al paciente acceder a la ción lo que son los enteros naturales, ni en qué es
generatividad de sus pensamientos, indicarle no operativa la inducción completa, ¿qué le enseñará
eso que la sobredetermina sin cesar, sino las aper- su “derivación lógica” mediante la teoría de con-
turas potenciales que hacen su relación personal juntos? Esta toma de posición antilingüística es
con lo ilimitado. Proceder así incluso dentro de la también la de Bion en psicoanálisis, sobre la base
teoría sería una revolución para el analista: tendría de la intuit. Existen, por supuesto, una simbólica
que prohibirse los usos inmoderados de la palabra edípica, lapsus, etc. ¿Pero qué nos enseñan éstos,
“todos”, el empleo de clases cuya construcción en la transferencia, si no conocemos su función en
efectiva no haya sido procurada previamente; en el crecimiento o la regresión del aparato psíquico
resumen, toda la insoportable cháchara psicopato- del paciente, si, en otras palabras, fascinados por la
lógica que reduce las curas a categorías diagnósti- huella verbal o el símbolo, perdemos los procesos
cas9 sin dejar ninguna chance a la incompletud creadores o destructores que allí se proyectan? La
inherente a la psicogénesis del aparato psíquico. intuición es necesaria para distinguir un mito edí-
3. Otra sorpresa para el lector nutrido con pico en una neurosis (K) de su doble pseudo-neu-
Lacan: el intuicionismo procede de una crítica sis- rótico (–K), ya que las palabras son las mismas, al
temática de la primacía del lenguaje y los símbolos. igual que los símbolos, pero no su función psíqui-
Sin embargo, no es en nombre del afecto ni de la ca. Por ello, hay que saber que estos procesos crea-
empatía primordial. Es en nombre de una psicogé- dores o destructores no son “efectos de sentido” en

9. Se le reprocha a Bion no haber dicho nada sobre la perversión y no haber hecho más que oponer psicótico a neurótico. Esto no es exac-
to: hay una teoría de la perversión en sus análisis de la mentira, y de la investigación de lo falso por lo falso; y otra más en su teoría
del fetiche. Pero la “perversión” en general suele ser el género de categoría del que nadie proporciona la regla explícita de construcción.

un estado mental, la conmoción viendo una pelícu- La propuesta del psicoanálisis es el crecimiento
la, un insight, el pasaje de la niñez a la adolescencia, mental. Esto es diferente de lo planteado por Freud,
etc. etc. Implica siempre una sub-versión del siste- que habla de la curación de síntomas haciendo
ma previamente existente, y también el hecho que consciente lo inconsciente, del análisis del carácter
ciertos elementos del sistema cambiado se mantie- formulado por W. Reich, y de las hipótesis de M.
nen invariantes. El cambio catastrófico siempre Klein sobre el desarrollo positivo de la personalidad
implica violencia (sub-versión del estado anterior) e si el bebé tiene adecuadas relaciones con el pecho
intensa turbulencia emocional. No es una catástro- materno y con los progenitores. Sin embargo, es
fe, pero puede convertirse en una. ¿Desborda al psi- probable que algunos síntomas con los que el
coanálisis desde adentro? Creo que sí…11 paciente vino a la consulta puedan desaparecer

114
Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

el imaginario, inducidos por el juego de los signifi- dos que se enfrentan en palabras vanas, y del des-
cantes. Estos procesos son lo real inmanente a la vío permanente de nuestra interioridad creativa por
situación psicoanalítica. Es esto en lo que O es ine- la rutina de la sobrevivencia práctica, que vincula
fable, dice Bion: es lo real último, en el sentido de palabras y acciones mediante una pesada cadena de
eso que admite todos los puntos de vista (vértices) fundición. Lo verdadero no sería más que lo útil (y
en su equivalencia y su solidaridad. También para recuerdo el peso de esta idea para Freud en las
un bioniano carece de interés saber si la lógica psi- “Formulaciones”, su referencia a James y su debate
coanalítica (la jerga) que se utiliza es la correcta o con el “sentido de lo real” de Janet); la vida social
no (lacaniana, kleiniana, etc.); sólo importa la sería un simple acuerdo en el discurso, y no entre
intuición clínica. Pero si O es inefable, es también espíritus libres. Escúchese sin embargo el tono de
porque es lo real tal cual es, y no tal cual se vive –es Bion: su manera de recibir las proyecciones de sus
decir, se sufre, se actúa y dirige el juego de pulsio- interlocutores y dejar que se enuncien sus perspec-
nes y deseos–. La intuit es la calma sobresaliente de tivas, sin sumarse nunca a su lógica ni a su jerga,
una relación con lo real verdaderamente nutritiva, ni reforzar su supuesta ortodoxia bioniana. Es que,
según Bion. Permite poner a distancia en la escu- para el intuicionismo, existe menos una realidad
cha analítica la tentativa permanente del paciente común a la cual hay que plegarse, y un lenguaje
de arrastrar a quien lo escucha en las turbulencias correcto que la objetive, que una relación transin-
que lo animan. La intuit responde a la imagen de dividual verdadera. Ahora bien, en Bion la vida de
Bergson, que reclamaba ojos para ver y no ojos para los grupos ilustra permanentemente esta degenera-
vivir. Pero estos ojos no son ojos de carne, no son ción que precipita a los humanos en los supuestos
tampoco los ojos que nos procura el lenguaje de las de base de la dependencia, del combate/fuga, etc.,
cosas. Son los ojos de Milton, figura, en Bion, de sobre el modo de defensas psicóticas, contra qué
un Edipo en relación con la verdad liberada de toda sino contra la pura y simple mirada sobre lo real. A
arrogancia y de toda envidia, y que se convertiría en esta mirada, el grupo “de trabajo” la recobrará in
realidad, y no ya en mito, “vidente”. fine, y tal vez únicamente. Pero es también por lo
4. Se encuentra entonces en Bion, quizá sin que que no creo que sea posible conformarse con reto-
él lo haya sabido, un motivo filosófico profundo del mar tal cual la idea de Bion según la cual tabla ofre-
intuicionismo: es necesario emanciparse del víncu- ce una doble protección, por un lado contra la ten-
lo social. Sin la intuición seríamos víctimas del dencia mesiánica (la irrupción del Maestro que
verbalismo ordinario, de los puntos de vista priva- transgrede todas las ideas recibidas y suscita un

durante un tratamiento psicoanalítico. Por ejem- ¿Qué ideas tenía Bion sobre la verdad? Los
plo, si el paciente que viene a tratarse sufre porque “pensamientos sin pensador” son elementos beta
es obeso o porque fuma demasiado, el análisis de que requieren la formación de un aparato para
sus pulsiones y fantasías orales probablemente pensar los pensamientos para que evolucionen.
hará que coma o fume menos; si el que viene está Son verdaderos siempre y no requieren formula-
preocupado porque camina en forma torcida, el ción ni pensador. De este comentario podemos
análisis de su envidia a la pareja parental (que en nosotros deducir que Bion pensaba que los pensa-
un comentario clínico de Bion él considera que está mientos pensados son siempre falsos, en cuanto a
representada en la mente del paciente por sus dos su relación con “O”. Nos dice Bion que la menti-
piernas) lo llevará a caminar mejor. ra es un pensamiento que esencialmente requiere

115
Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

cambio tan catastrófico que ni siquiera puede cali- La suavidad de Bion en sus últimos ensayos
ficarse de acting-out), por el otro contra el confor- procede entonces, si se tiene a bien aceptar mis
mismo estéril del Establishment (que siente trau- premisas, de su instalación resuelta a la unión de
máticamente, como pura locura, todo aquello que lo limitado y lo ilimitado, en todas sus connota-
de-limita las paredes rígidas de su aparato psíqui- ciones psíquicas e intelectuales. Es éste un movi-
co). Hay que agregar aquí la intuición como éxtasis miento del espíritu, que no reniega en absoluto de
hacia O, el punto en que aquello que podría parecer la experiencia de la tabla, pero se transporta al
un loco acto de fe en la inmanencia de la verdad es lugar estratégico en que la tabla permite pensar, es
el apoyo más firme tomado de la evidencia. Y esto eso que potencialmente la excede, es el más allá a
vale por supuesto tanto para una sociedad psicoa- la vez del principio del placer y del principio de
nalítica como para la sociedad humana toda. realidad: lo real. Si estamos sin embargo en las
antípodas del “sentimiento oceánico”, es por una
*** razón bien simple. Pensar y vivir “without
memory or desire ”, dice Bion, es la precondición
Hemos llegado sin darnos cuenta al famoso punto de la intuit. Traduciría este eslogan remanido
de vista místico de Bion que habría reemplazado, como “sin nostalgia ni esperanzas”. Pues la
se cree, al punto de vista epistemológico. La refe- memoria, conceptualmente, para Bion es la pul-
rencia en mi opinión clara a la conceptualidad sión conjugada en pasado; y el deseo, la pulsión
intuicionista tiende el puente entre los dos y prue- conjugada en futuro. La intuit sólo va al encuentro
ba el gran rigor de Bion. No obstante soy cons- de lo real (y este gesto de acogida es la verdadera
ciente de los límites de la aproximación que inten- psicogénesis del aparato psíquico, su crecimiento
to hacer entre el intuicionismo de Poincaré, y autoinventado) en el silencio de las pulsiones. No
sobre todo el de Brouwer, y la noción bioniana de se encontrará entonces oculta en O ninguna
intuit. Sería el momento de hacer valer la “penum- Madre originaria, ningún narcisismo dilatado. En
bra asociativa” de los conceptos, cara a Bion, al realidad, por uno de esos rizos geniales cuyo secre-
amparo de la cual dejaba el campo libre a la ima- to posee Bion, el vínculo con O evoca más lo “pro-
ginación de sus lectores. ¿Pero he hecho algo más tomental” de su primera teoría de los grupos:
que suscitar otra turbulencia en las nubes de su dicho de otro modo, ese suspenso afectivo en que
teoría? Espero al menos que haya sido convincen- el potencial somatopsíquico se presenta desnudo,
te y sugestivo. antes de la cristalización en una suposición de

un pensador y una formulación, cosa no impres- Bibliografía


cindible para los pensamientos sin pensador. Bion W. R.: Obras Completas.
Felicito a Pierre-Henri Castel por su excelente Grotstein, J. S. (2007) A Beam of intense darkness. London:
Karnac.
trabajo. Solamente he discutido algunos puntos del
Peterson, Ivars (1992) El turista matemático. España: Alianza.
mismo. Sor, Darío y Senet de Gazzano M.R (1998) Cambio catastrófico.
Buenos Aires: Karjeiman.
Tabak de Bianchedi, Elizabeth (1988) El Psicoanalista apasiona-
do. En: BION Conocido/Desconocido. Buenos Aires: Lugar
Editorial.
——————————————— (1991) Cambio Psíquico: El
devenir de una indagación psicoanalítica. Revista de Psicoanálisis,
47: 10-24.

116
Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

base que inviste a los miembros del grupo de un lada por nuestra vida y por su forma de crecer (hay
valor libidinal. Esta indiferenciación es el telón de algo aquí del “conocimiento del tercer género” de
fondo sobre el cual pensar la cesura fundamental Spinoza).
que, vinculando a los individuos según un supues- Bion, en estas estimaciones, toma nota de una
to de base, los individua justamente, y los hace antigua tradición, más a menudo rechazada que
nacer psíquicamente al mundo. Ahora bien, para admitida oficialmente, y que sería errado reducir a
Bion, este nacimiento separa el cuerpo y el espíri- sus expresiones místico-religiosas. Todo pensa-
tu, que estaban (y que permanecen en segundo miento de la intuición es en efecto un monismo,
plano) confundidos en la indiferenciación proto- un pensamiento del Uno-Todo, que se lanza más
mental10. Podemos entonces intuir las condiciones allá de Dios, como objeto de la religión, hacia la
de nuestro surgimiento como individuos en el “potencia” de la que Dios y el Todo proceden. Bion
mundo: debemos, sugiere él, pensar que los cuida- toma de Tyndale la palabra atonement (faltaba en
dos maternales no han sido otra cosa, en cuanto a inglés una palabra que designara a la vez la recon-
lo que han logrado, que la prolongación de las con- ciliación con Dios y el perdón de los pecados, el
diciones primarias de nuestra individuación de kaper de yom kipur), pero descomponiéndola en su
embrión y de nuestra irrupción somatopsíquica etimología, “at-one-ment”, la laiciza; mejor dicho,
inaugural en la vida de la pareja parental. Esta pri- hace un uso no ya trascendente, sino inmanente.
mera cesura, inspirada en Freud, se duplica con El Uno ya no es lo que hay que reunir (allá), es lo
una segunda: con el matrimonio y la unión sexual, que incluimos (aquí). Este desvío del término bíbli-
el individuo se separa más aun del espacio psíqui- co busca acercarnos a ese en-potencia perfecta-
co acotado por los cuidados maternales, en el que mente mundano y carnal de lo real: dicho de otra
la sexualidad permanece infantil. Incluso la muer- manera, a los recursos posibles de verdad para el
te, en este sentido, contra Freud, deviene quizá crecimiento psíquico, contra toda confusión por la
pensable: no como anticipación perturbada de la envidia y la omnipotencia que enmascara el pre-
castración, sino como intuición última de la parte tendido desamparo original (Hilflosgkeit). Porque
definida de la realidad en la que consistimos, reve- este desamparo, explica Bion, es un fantasma

10. Es por esto que, según Bion, toda enfermedad, para el analista, es indisolublemente psicosomática y social: soporta el doble estigma
de la indiferenciación originaria y la cesura que ha hecho la enfermedad de un individuo tomado en una relación con el grupo (en
general, la dependencia).

Notas 4. Otro nombre para el insight.


5. Bion, W. (1967) Second Thoughts.
1. Yo he estado varias veces en Japón, invitada a dar clases y a 6. Bion, W. (1977) Transformaciones.
hacer supervisiones. He ido muchas veces a jardines Zen, que 7. Bion (1970) Atención e Interpretación.
son hermosos lugares con abundante agua, hermosas plantas y 8. Bion llama así a la función de auto-conocimiento y de conocer
muchas piedras. En ellos uno se relaja, puede pensar en uno a los demás que todos los seres humanos tenemos innatamen-
mismo y en los demás, y volver al mundo cotidiano transfor- te si no la hemos perdido por haberla atacado.
mado en alguien más vital.
9. Bion,W. (1959) Ataques al Víncular.
2. Este término fue acuñado por el poeta John Keats, refiriéndose 10. Bianchedi, E. (1991) Cambio Psíquico: El devenir de una inda-
a Shakespeare, y lo refiere a la capacidad de ciertos poetas de gación psicoanalítica. Revista de Psicoanálisis, 47: 10-24.
mantenerse en un estado de incertidumbre, misterio, oscuri-
11. Puede verse una amplia exposición de este tema en el libro de
dad y ambigüedad sin necesidad de buscar hechos y razones
Darío Sor y María Rosa Senet de Gazzano, Cambio
justificantes. Catastrófico, Psicoanálisis del darse cuenta, publicado en
3. Bion (1963) Elementos de Psicoanálisis. 1988 por las Ediciones Kargieman.

117
Pierre-Henri Castel Palabras cruzadas

defensivo contra eso que la madre podría, efectiva- tura, léase su sistema de notación, su máquina
mente, cometer sobre su hijo. En tanto tengamos para la atención y la investigación, en resumen,
esa relación fantasmática y pulsional con lo real, renovó en el sentido de una ilimitación creciente
no hay solución a la angustia del desamparo origi- los recursos de su aparato psíquico. Pero en el ole-
nal. El Uno-Todo nos parece únicamente devora- aje joyceano de esos textos seguramente extraños,
dor, nunca un seno-verdad. El at-one-ment permi- se producen dos acontecimientos. El primero es la
tiría así intuir nuestro origen real (somatopsíquico) caída del metalenguaje sobre la psicosis. Sí, se
sin desfallecer de pavor. Es aquí que un estado puede acordar con Meltzer, a menudo es arduo
semejante puede exigirse legítimamente al psicoa- saber si Bion habla de la psicosis o desde el punto
nalista kleiniano: sin él, sólo es posible ser degluti- de vista de la psicosis, en Transformaciones, en
do en las turbulencias de la escena primitiva, cuya todo caso. Avanzando hacia la cesura terminal
sola evocación desencadena, en cuanto a pensa- Bion invierte los términos del problema: no se lle-
mientos e interpretaciones, los fantasmas arcaicos, garía al final de su recorrido si no se hiciera del dis-
los síntomas y los acting-outs del analista impru- curso teórico mismo una facilitación entre las
dente. ¡Porque también para Bion, la resistencia es demás, y si se considerara el formalismo de la tabla
siempre la del analista! como un cerco puesto sobre un potencial psíquico.
Leído de esta manera, entonces, Bion no es un Collages, despropósitos, absurdos a la manera de
místico, ni un irracionalista, ni un religioso sin Lewis Carroll, citas enmascaradas, sueños artificia-
religión. Hay pocas palabras para designar qué es, les, y no sé qué otras cosas, todo conspira hacia la
pero lo mismo vale, después de todo, para Eckhart, inclusión retrospectiva del período epistemológico
para el Spinoza del libro V de la Ética, para el últi- en un movimiento más abierto, en un movimiento
mo Schelling, para Bataille, para tantos otros. de ilimitación de la razón y de la locura. Y si Joyce
Todos sin embargo pensadores de la intuición y del guía a Bion, es porque también él trazó las conse-
conocimiento inmediato. La sombra proyectada de cuencias de un monismo radical: el río de palabras
estas elecciones intelectuales y estéticas recae es el río de las cosas. Sólo bañarnos en él (nunca
sobre el psicoanálisis según Bion. Sin duda éste no dos veces) lava el pecado de nacer. Ahora bien, es
puede evaluarse críticamente sin desplegar minu- también en ese lugar que sobreviene un segundo
ciosamente lo que tales elecciones implican, lo que acontecimiento, una suerte de duda final, una
permiten crear, lo inconsciente que liberan. Pero si, sombra que cae sobre la inmensa empresa de Bion:
como he dicho, el pensamiento de la experiencia es ¿de qué desvelo nos despertamos entonces? ¿Y
indisolublemente en Bion una experiencia del pen- quién sabe si ese desvelo no es incluso un sueño de
samiento (esto es ser monista), se presenta otra lec- desvelo, un sueño que se continúa por otros
tura ante el lector. medios?
Y es la autoficción biográfica. Un joven de 19 años, entre los cadáveres de la
Pues en el término de este recorrido, me parece tercera batalla de Ypres, en el otoño de 1917, detrás
que se puede corregir fácilmente la impresión de de la carcasa de su tanque empantanado, sintió,
negación antiintelectualista del último Bion. Basta dijo, por un instante, que su alma acababa de morir
abrir el relato de su vida y relacionarlo con diversos –pero su cuerpo se había vuelto como eterno–.
pasajes de A Memoir of the Future. Bion no buscó ¿Quién no acordaría con él que su obra, indisolu-
en absoluto una solución filosófica a las dificulta- blemente intelectual y psíquica, le devolvió lo que
des que menciono. Simplemente modificó su escri- la atrocidad de la guerra le había arrancado?

118
Palabras cruzadas Pierre-Henri Castel

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deux principes de l’advenir psychique, Oeuvres complètes XI, Poincaré H. (1908/1998-1999), Science et méthode,
PUF, París. en Philosophia Scientiæ Nº 3, Kimé, París.

119
Violencia y Psicoanálisis | dossier
Televisión, socialización, subjetivación.
El rol del “tercer padre”*
Dany-Robert Dufour**

Desde hace más de cincuenta años la televisión bien. A decir verdad, ahora se sabe qué es lo que ella
extiende su imperio por el mundo1, son las condi- ya no es: ya no es una familia supuestamente exten-
ciones propias de la socialización y de la subjetiva- dida de otros tiempos con su cortejo de abuelos,
ción tal como fueron operadas por estas dos gran- tíos, tías, sobrinos, y sobrinas viviendo eventual-
des instituciones, la familia y la escuela, que han mente bajo el mismo techo o en hogares próximos.
sido profundamente modificadas. Pero es bastante corriente, teniendo presente la pro-
Abordaré aquí dos aspectos que juzgo tanto más longación de la duración de la vida, la coexistencia
importantes y que han sido ignorados: la cuestión posible de cuatro generaciones. Se dan también a
de las transformaciones producidas dentro de la veces, habida cuenta de la frecuencia de los divor-
familia por la televisión –cuestión tanto más legíti- cios y de las “recomposiciones,” varias familias
ma, pues esta es ante todo un medio doméstico– y ensambladas y diseminadas en varios hogares autó-
el problema de los trastornos en el acceso a lo sim- nomos entre los cuales circulan los hijos. Resulta
bólico producidos por la imagen televisiva. también, en una importante cantidad de casos una
familia reducida a la mínima expresión, lo que se
La familia llama la familia monoparental. No me aferro a
¿Qué es en la actualidad una familia? La res- estos rasgos sabiendo que ya han sido estudiados.2
puesta que se impone es que uno, ya no lo sabe muy Lo que retengo de ello es la “individualización,” la

* Versión traducida por N. Pedro Mossello.


** Filósofo, Profesor de Universidad París VIII. Director de Programa de Collège International de Philosophie (2004-2010). Antiguo resi-
dente en el Institut d’Études Avancées de Nantes (2011-2012).
1. Acerca del lugar actual de la televisión respecto de los niños no citaría más que un estudio, puesto que las cifras concuerdan entre ellos.
Se trata de un estudio realizado por la UNESCO por Jo Groebel donde puede leerse lo siguiente: “los niños del mundo pasan en promedio
3 horas por día delante de la pequeña pantalla, lo cual representa al menos el 50% más del tiempo consagrado a este medio que a toda
otra actividad para-escolar, comprendiéndose en ello los deberes, el compartir el tiempo con la familia, los amigos o en lecturas.” Esta
cifra de por sí considerable no es más que un promedio: cerca de una tercera parte de los niños miran TV cuatro horas diarias o más.
Jo Groebel, “The UNESCO Global Study on Media Violence” in Children and Media Violence, UNESCO, Stockholm, 1998.
2. Por ejemplo: cf. L. ROUSSEL, La famille incertaine, Odile Jacob, Paris, 1992 et I. THERY, Couple, filiation et parentéaujourd’hui. Le
droit face aux mutations de la vie privée, Odile Jacob/La Documentation française, Paris, 1998.

123
Dany-Robert Dufour Dossier: Violencia y Psicoanálisis

“privatización” y la “pluralización” de la familia, La televisión cambia en efecto los contornos de la


resultantes de la inédita desarticulación de los lazos familia, debilitando más aún el papel ya reducido
conyugales y de los vínculos de filiación. Ciertos de la familia real y creando una especie de familia
autores evocan igualmente una “des-institucionali- virtual que viene a agregarse a la precedente. Para
zación de la familia” que debería atribuirse a la tener idea de la verdadera medida de la familia
caída de las relaciones de autoridad dentro de la actual en la formación del niño y del adolescente,
familia y al avance de las relaciones de igualdad. sería necesario tomar en cuenta lo que ciertos estu-
Este fenómeno debería relacionarse con la iguala- dios norteamericanos llaman desde hace ya tiempo
ción señalada a partir de Toqueville, de las condicio- el “tercer padre,” la televisión.3
nes de vida y de los derechos de los individuos No me parece que hoy debiera considerarse a
democráticos que los lleva a verse iguales en toda esta expresión como una simple metáfora, habida
circunstancia, hombre/mujer, padre/madre, cuenta que este tercer padre ocupa a menudo un
padres/niños; estas grandes diferencias en otros lugar más importante que los dos primeros. Ahora
tiempos instituyentes de roles específicos y de rela- bien, este nuevo padre trae consigo, en el espacio
ciones de dominación, se esfuman en estos tiem- de ahora en más des-institucionalizado de la fami-
pos, debilitando, en un solo paso, las estructuras lia tradicional, su propia familia que, por ser virtual
familiares clásicas. Si la familia no funciona ya no es menos invasiva. Este tercer padre para los
según una distribución necesaria de roles marcados, niños, que es al mismo tiempo el mejor amigo de
ella tiende por lo tanto, en efecto, a des-institucio- la familia para los verdaderos padres, constituye en
nalizarse, lo cual no implica la desaparición de la suma el vector que permite añadir a los restos de la
familia sino su banalización: de grupo estructurado familia real una nueva familia virtual. De modo tal
por polos y roles, la familia se convierte en un sim- que se hallan considerablemente modificados los
ple agrupamiento funcional de intereses económico contornos de lo que actualmente puede llamarse la
afectivos: cada uno puede dedicarse a sus ocupacio- familia. Esta extensión virtual de la familia se ha
nes propias, sin que ello sea el resultado de derechos impuesto más fácilmente que la propagación de las
y deberes específicos de nadie. Lo cual resulta del fin estaciones de televisión, tanto se ha ampliado que
de los rituales familiares clásicos y del fin de la orga- la propagación de los aparatos de televisión se ha
nización jerarquizada del espacio-tiempo familiar. extendido en todo el espacio privado: además de la
De modo práctico, ello significa, por ejemplo, que emisora vociferando en el centro del hogar en la
cada uno –padre madre o hijo– irá a rapiñar dentro sala, como una generación atrás, hoy se lo encuen-
del refrigerador algo para su sustento en las horas en tra además hasta en las habitaciones de los niños4.
que le será necesario apaciguar el hambre antes de La democracia –haciendo de cada uno, aun
retornar a su dormitorio delante de la televisión o siendo niño infans, un sujeto autónomo– se ha
de la video, sin pasar por el ritual común de la comi- inmiscuido, por lo tanto, en el espacio familiar por
da. el sesgo de la televisión, nihilisando los antiguos
Estos aspectos son ya sabidos, pero el que es rituales familiares. Por ejemplo, hace apenas una
menos conocido es el de las modificaciones intro- generación, era necesario suponer una especie de
ducidas por el uso de la televisión en este espacio. tribunal familiar en cierto modo más o menos

3. La expresión figura además en la comunicación remitida al presidente del senado el 26 de junio de 2002, por la comisión de encuestas
sobre “la delincuencia de los menores” creada en virtud de una resolución adoptada por el senado el 12 de febrero de 2002. “la televi-
sión ha penetrado a un punto tal en la vida de las familias y desempeña tamaño papel en la vida cotidiana de los niños que se puede,
sin exagerar, hablar de tercer padre para designarla.” Cap. II, 1. “La famille: une institution reléguée”, partie d, Les médias. On peut-
trouverce rapport sur http: //www.senat.fr/rap/r01-340-1/r01-340-10.html.
4. En Europa, entre un tercio y dos tercios de los niños poseen TV en sus habitaciones, según los países y los medios sociales (aproxima-
damente el 75% en los sectores desfavorecidos en Inglaterra). Nótese que las cifras se aplican a niños de entre 0 y 3 años.

124
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dany-Robert Dufour

desenvuelto, pero destinado a oír a las partes y los ré sobre este tema, más adelante), no se ha tomado
argumentos de la causa, antes de juzgar y decidir en cuenta la segunda cuestión decisiva que aborda-
(eventualmente de manera terminante) acerca del ba: la televisión como nueva familia. Este aspecto,
programa que se consideraba “bueno” para ser está sin embargo muy presente a partir del impor-
escogido y que podía ser visto. Actualmente la tele- tante papel asignado en el relato a la esposa de
visión dentro de cada habitación permite satisfacer Montag. Mildred (Linda en el film), está completa-
a cada uno, pero al precio de evitar todo debate y mente sujeta de la vida aséptica y obligatoriamente
toda discusión familiar. Se trata de una democracia feliz instaurada por el “gobierno”. Ella consume
sin discursos ni discusiones. tantas píldoras y comprimidos como sean necesa-
Esta extensión virtual de la familia facilitada rios para evitar toda ansiedad. Y sobre todo, vive
por el tercer padre, ha sido poco percibida por las con la televisión que se encuentra en todas las habi-
ciencias sociales. Sin embargo aquella había sido taciones del hogar y que cubre toda la superficie de
perfectamente marcada, desde los inicios del reino la pared (el relato se anticipa bastante sobre nuestra
de la televisión, por la literatura. En 1953, en la tecnología, pues ya tenemos pantallas planas cada
atrapante novela de anticipación titulada vez más grandes). Estas “paredes parlantes” repre-
Fahrenheit 451, el autor americano Ray Bradbury sentan lo que ella llama su “familia.” Los personajes
mostraba diversas caras del problema del cual a virtuales de esta “familia” viven pues permanente-
menudo se retiene un solo aspecto: una sociedad mente en el salón de Mildred, cuya ambición más
donde la televisión ha tomado el lugar del libro.5 significativa es poder pagarse algún día una cuarta
Un film, realizado por François Truffaut en 1966, pared-pantalla para mejorar (…) la vida de familia,
se inspiró en el tema, retomando la cuestión prin- lo cual perturba un tanto a Montag:
cipal del libro: la acción se sitúa en un futuro pró-
ximo, la sociedad no tolera ya la existencia de los A la reflexión, ¿no es que había una pared entre
libros. Considerados peligrosos son oficialmente Mildred y él? ¡Y en sentido literal, no solamente
juzgados como impedimentos para que la gente se una pared sino tres a esa fecha! ¡Y además en rui-
desarrolle. Los bomberos ya no extinguen incen- nas! ¿Y los tíos, las tías, los primos, las sobrinas,
dios pues se ocupan de desalojar a los lectores, los sobrinos que vivían en esas paredes, ese mon-
recuperan las obras ilícitas y encienden “autos de tón de monos farfulladores que no decían nada de
fe”.6 El héroe del relato, Montag, pertenece a una de nada y lo decían a grito pelado? Desde el comien-
esas brigadas. Celoso ciudadano, hace su trabajo zo había visto en ellos especies de parientes
sin plantearse cuestión alguna. Hasta el día en que “¿Cómo está hoy el tío Luis?” “¿Quién?” “¿Y la tía
se encuentra con Clarisse, una joven maestra ena- Maude?”
morada de los libros, que le hace dudar de su fun-
ción. No será necesario mucho más para que Habiéndose esfumado la vida con una verdadera
Montag recupere el gusto por el fruto prohibido de familia, no le queda a Mildred más que esta otra
la lectura y busque el contacto con los “hombres “familia.”
libres” (conforme “La República de Platón”) que
viven en las márgenes de la sociedad memorizan- “Retomemos el trabajo”, dice tranquilo Montag.
do, rememorando, todos los grandes libros. Mildred dio una patada a un libro “¡Los libros
Si se percibe adecuadamente la cuestión del vín- no son personas. Es en vano que leas, no veo a
culo televisión/libro planteada por este relato (volve- nadie a mi alrededor!”

5. Ray BRADBURY, Fahrenheit 451, Denoël, Paris, 1966.


6. Las comillas son del traductor.

125
Dany-Robert Dufour Dossier: Violencia y Psicoanálisis

Contempló el salón muerto y gris como las audiencia. En lo sucesivo se encuentran sus pri-
aguas de un océano que podían bullir de vida si mos, sus tíos y tías haciendo zapping y, además,
encendieran el sol electrónico. son graciosos o al menos se supone que lo son. Lo
“¡Mi familia al menos, son personas, dijo que las historias de familia (las pequeñas y las
Mildred, me cuentan chismes, me río, se ríen!” grandes, las graciosas y las trágicas) ya no apor-
tan, de aquí en más la “familia” de la televisión,
La fuerza de la novela es la de haber sabido, muy será la convocada a proveerlo. Ella es la que con-
temprano, revelar este trazo: a pesar de que la suela a los solitarios y anima a los grupos escasos
familia verdadera, con sus antiguos vínculos de de inspiración.
lugar, desaparecía lentamente en los limbos de la
historia, ella había sido remplazada por una “¡Arriba los corazones! ¡Estemos en “fami-
familia virtual incesantemente renovada, una lia”! dice Mildred. Vayan, vé. Divirtámonos,
nueva comunidad inmensa y volátil, traída por la cesa de llorar, vamos a regalarnos una
televisión. Lo que la novela había tomado desde pequeña fiesta.”
1953 es que los tele-espectadores abandonando
los antiguos nexos sociales reales, hacían lo apro- La televisión, no solamente nutre una “familia”, sino
piado para pertenecer a una misma “familia” que ella constituye aquello que es visto como una
teniendo a menudo los mismos “tíos”, relatando gran familia. Una gran familia donde la gente apren-
extrañas historias, las mismas “tías” burlonas, de a conocerse, en el doble sentido de “conocerse los
los mismos “primos” develando sus vidas. Y, de unos a los otros” y de “conocerse así mismos.”
hecho, si se consideran los numerosos talk-show Igualmente ha llegado el tiempo en que, den-
y otros programas de entretenimiento que actual- tro de una multitud de programas de expresión de
mente proponen nuestras cadenas generalistas, sí, cada uno se confía a todos ellos en un ideal de
hay toda una galería de retratos de familia que transparencia donde nada puede ya ocultarse. De
allí se encuentran: desde el tímido impenitente tal modo que la indecencia no es ya lo que era,
hasta el fanfarrón incorregible, pasando por el pues consiste ahora en ocultar algo de su intimi-
protestón patentizado, el ex militante reciclado dad, como una escritora estrella de la pantalla
en lentejuelas, el profe idiota, el ecologista de pequeña lo afirmaba no hace mucho. El cimiento
buen diente, el cínico picaresco, la rubia petulan- de esta gran “familia” es la sinceridad acerca de la
te de resaltada anatomía, el eterno ídolo de los cual cada uno es juzgado; poco importa que X e Y
jóvenes, el crooner de la tercera edad, la estrella defiendan posiciones contrarias, pues ambos ten-
porno puesta a defensora de los derechos del drán razón en tanto ellos parezcan sinceros, es
hombre, el gay con todas sus declinaciones, el decir, “sinceros con ellos mismos.” El tiempo de
minusválido gracioso, el drag queen todo terreno, la suposición crítica y de la puesta en cuestión de
el pensador titulado, el “beur”7 chadiano, el todo ideal de transparencia ha caducado. A lo
defensor de buenas causas perdidas de antemano, largo de las emisiones, los “secretos de familia”
e igualmente el psicoanalista pleno de sobre mejor guardados son ahora ventilados; nadie
entendidos freudo-lacanianos. Se trata de una resiste ya a las grandes confidencias. Bajo el sol de
cincuentena de personas circulando sin cesar de Big Brother cada uno debe decirlo todo a todos,
una cadena a otra, cotizándose en oro, detrás de aun los adolescentes y los adultos jóvenes, pasan-
los cuales corren los hombres políticos escasos de do ahora por allí, por el confesionario de LoftStory

7. Nota del traductor: Se le llama de este modo al joven nacido en Francia de padres de Magreb, norte de África.

126
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dany-Robert Dufour

o StarAcademy u otros del mismo tipo.8 La nove- tión abre un abismo. Quien ama los personajes de
dad de estas emisiones (que nos acerca aún más a esta “familia” no puede ser correspondido puesto
Fahrenheit 451) donde las paredes parlantes son que estos, siendo virtuales, no pueden sino ser per-
interactivas, es que a esta “familia,” el telespecta- fectamente indiferentes a su suerte. Salvo evidente-
dor en adelante puede conformarla a su gusto, por mente, si esto se torna mediatizable. En este caso,
ejemplo apretando el botón 1 si quiere sostener a las desmesuradas demostraciones de amor serían
Loana, o 2 si quiere apartar a Elodie.9 dadas al otro, como para hacer olvidar la falta de
Uno podría preguntarse: después de todo, ¿por reciprocidad fundamental del medio.
qué no, esta virtualización de los vínculos familia- De ello se deriva otra pregunta y una nueva res-
res? ¿No se encuentra allí el decurso mismo de la puesta ¿Por qué tiene lugar todo este dispendio de
historia que hace que todo evolucione? De modo tecnología (cámaras, técnicos, grillas de programa-
tal que no habría allí ninguna razón de formular un ción, satélites, redes, etc.) e inversiones diversas
juicio despectivo sobre la época actual, sobre todo (financieras, libidinosas, etc.) si es para no dar exis-
si ello es para valorar mejor la época que ya no exis- tencia a los sujetos que miran la televisión pasando
te. Por otra parte, el tiempo en que el sujeto se aho- allí tanto tiempo? ¿La “familia” sería el reino del
gaba dentro de las familias reales no está tan lejos. puro divertimento pascaliano, en otros tiempos
El famoso “familia, yo te odio” de Gide, retomado concentrado sobre el rey y en la actualidad extendi-
por los estudiantes del 68, no se remontan más que do a cada uno de nosotros?
a una o dos generaciones.10 En tal sentido ¿no La respuesta se halla en otra parte. Si no es la
resulta mejor una “familia” virtual que una verda- existencia subjetiva del otro lo que preocupa a esta
dera familia sabiendo que cuando uno se encuentra “familia”, es porque nada preocupa a esta “fami-
realmente fatigado, resulta suficiente mover el lia”, en la medida en que esta no es en sí misma
botón sin que se tenga, como en otros tiempos, que más que un señuelo. Una invención como en La
“matar al padre”? invención de Morel, esta novela del gran amigo de
Pueden darse dos respuestas a esta objeción. La Borges, Bioy Casares donde imágenes de habitantes
primera podría apoyarse sobre una expresión que son proyectadas con destino a los visitantes en un
Montag dirige a su mujer: paisaje vacío. Un puro simulacro, susceptible como
tal, así como Lucrecio lo analizaba ya en el libro
“¿En verdad tu ‘familia’ te ama, te ama verdadera- cuarto de Natura rerum, de producir “sensaciones”
mente, te ama con todo su corazón y toda su alma en el que las perciba. Estos simulacros resultan, de
Millie?” Él sintió los ojos de su esposa que se ple- hecho, producidos por una industria cultural que,
gaban lentamente, fijados sobre su nuca. “¡He allí como toda industria, busca por sobre todo obtener
una cuestión idiota!” provechos. La “familia” y toda su sopa afectiva que
los tele espectadores beben hasta las heces, es decir
Pregunta sentida como “idiota” por Mildred, por- hasta las “emisiones basura,” no es en realidad más
que no tiene respuesta para ella. De hecho la cues- que un señuelo detrás del cual se esconde la única

8. El hecho de que estas emisiones estén diseñadas por sus propios promotores como pertenecientes al tipo Big Brother, indica cuanto la
virulenta crítica política actual presente en la novela de Orwell 1984, está de ahora en más negada (la novela igualmente saturada de
tele-pantallas fue escrita cinco años antes que Fahrenheit 451). Al mismo tiempo que el nivel de desenvoltura (o de cinismo) alcanza
frente a toda referencia literaria, retomar el nombre implica abiertamente una visión familiarista incluso hiperfamiliarista, ya que esta
TV nos aglutina súbitamente como siendo todos hermanos bajo su segura mirada.
9. N. del T.: Se refiere a dos personas de Gran Hermano.
10. En el mismo sentido y entre otros posibles ejemplos, esta fuerte frase que Henri Michaux insertó como cláusula de su testamento:
“Yo desheredo todos los miembros de mi familia.”Cf. Jean-Pierre MARTIN, Henri Michaux, Gallimard, Paris, 2003, p. 13.

127
Dany-Robert Dufour Dossier: Violencia y Psicoanálisis

realidad consistente, la audiencia (una audiencia audiencia. Formulo por lo tanto aquí la hipótesis de
cuya fidelidad es ganada por el simulacro). Que se que lo que permite a esta audiencia fidelizarse, se
mide, se segmenta en partes para poder venderse, explica por el funcionamiento de la televisión como
comprarse, en el Mercado de las industrias cultura- familia virtual de sustitución.
les. Si quedara un espíritu suficientemente ingenuo En suma, a las consideraciones angelicales que
como para creer que la calidad de las emisiones sea ponderarían una irresistible evolución de los vín-
tenida en cuenta en la programación, se arriesgaría culos humanos con tendencia a la virtualización
mucho un desencanto a partir de la primera inves- de ellos mismos, debe responderse que nosotros
tigación. En efecto, sólo cuenta la audiencia, puesto hemos perdido los vínculos de autoridad a veces
que es únicamente ella la que influye sobre los insoportables de la familia real de no hace mucho,
asuntos serios: el precio de los espacios publicita- para someternos a los vínculos mercantiles puros
rios. Que no se vea en esta propuesta ningún mal y duros que estructuran en secreto esta nueva
proceder, me bastaría con repetir la regla que el “familia.”
director de los programas de TF1, enseñando en ¿Quiere decir que las cosas deban ser analiza-
Dauphine y en la Sorbona, ha enunciado para la bles en términos de complot o de toma de poder de
utilidad de los aprendices–programadores: “Es inú- las multinacionales sobre los espíritus? No lo creo
til aumentar los costos para provocar un mejor pro- posible. Que la “cultura” pueda representar un
grama que el que ya se está difundiendo si Ud. mercado a ser conquistado es una cosa (lógica al
tiene ya la mejor audiencia”11. No critico, cada uno fin de cuentas); que las potencias que quieran enri-
conoce actualmente los propósitos tristemente quecerse o hacer fortuna tengan vocación de
célebres por su crudo cinismo, tenidos en su origen enfrentar las obligaciones que se imponen en este
en pequeño comité por el Sr. Patric Le Lay, ex pre- campo, es otra cosa. Dicho de otro modo, sería
sidente de TF1, quien confirmaba a sus pares, posible que con la desinstitucionalización de la
grandes empresarios como él, que: “nuestras emi- familia, siguiendo de cerca el debilitamiento gene-
siones tienen por vocación hacer (del cerebro del ral de las formas onto-teológico-políticas por un
tele espectador) algo disponible: es decir de divertir- lado y la extensión del Mercado a nuevos sectores
lo, distenderlo, para prepararlo entre dos avisos por el otro, la formación de las personas no quede
comerciales. Lo que nosotros le vendemos a Cola ya realmente asegurada. Me parece que en este
Cola es tiempo de cerebro humano disponible. campo, crucial, no se sabe qué hacer y se improvi-
Nada es más difícil que obtener esta disponibili- sa, lo que lleva a apostar bastante –tal vez dema-
dad”.12 siado– a cerca de la extraordinaria plasticidad de la
Es por lo tanto, esto lo que debe ser dilucidado: subjetividad humana.
la manera precisa de obtener esta disponibilidad. Si Creo por lo tanto que es necesario asociar dos
bien, no existe ninguna otra actividad social que proposiciones: 1) No es la existencia subjetiva del
esté más valorizada que el consumo televisivo, individuo, sino partes de un Mercado lo que preo-
estas medidas no dicen casi nada acerca de la sub- cupa a esta industria cultural. 2) Es sin embargo
jetividad de esos públicos.13 Es así por qué conviene probable que, el hecho de tener que vivir en adelan-
inventariar esta basta zona de sombra donde la te dentro de esta “familia” no sea sin efectos sobre
energía psíquica es captada para ser convertida en las modalidades de la subjetividad.

11. Cf. Laurent FONNET, La programmationd’unechaîne de télévision, Editions Dixit/DESS Communication audiovisuelleUniversité
Paris I, Paris 2003.
12. Les Dirigeants face au changement, éditions du Huitième Jour, Paris, 2004. Prefaciode Ernest-Antoine Seillière, presidente de los
empresarios franceses asociados en el Movimiento de Empresarios de Francia (MEDEF), p. 92
13. Ver sobre este asunto el reciente número 37 de la Revista Hermès dedicada a La audiencia (CNRS Éditions, 2004).

128
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dany-Robert Dufour

Es remarcable, en este aspecto, la constatación en un pequeño libro acerca de la televisión y de la


de que existía hasta hace poco una economía de miseria simbólica, indica que “(lo audiovisual)
bienes materiales y una economía de bienes espiri- genera comportamientos gregarios y no, contraria-
tuales. La primera apunta a la producción de rique- mente a lo que se viene diciendo, comportamien-
zas, la segunda a la institución de las personas. tos individuales. Decir que vivimos en una socie-
Cada una de estas dos economías tenía sus propias dad individualista es una evidente mentira, una
leyes y sus cuerpos de asuntos que le eran propios: engañifa manifiestamente falsa, (…) Vivimos den-
por un lado, emprendedores para producir según tro de una sociedad-“rebaño masa”, tal como lo
las leyes del Mercado, bienes materiales; y por otro entendió y lo anticipó Nietzsche.”16 El verdadero
clérigos (religiosos o laicos) para producir, según los nombre de esta familia sería pues –aunque este sea
valores trascendentes, trascendentales o morales, también impronunciable– “un rebaño” al que no se
bienes espirituales.14Ahora bien, estamos asistien- tendría más que conducir hacia donde se quisiera,
do, con la fantástica mostración de poder de estas siempre que allí hubiera qué beber y qué comer, es
industrias culturales, a un ajuste de las leyes de la decir hacia fuentes claramente individualizadas.
institución de las personas por encima de las leyes Digo además, que la noción de “rebaño” se encuen-
del Mercado. La industria cultural habiendo toma- tra ya en Tocqueville cuando éste señala que la
do el relevo de los clérigos, estos (intelectuales, pro- pasión democrática de la igualdad puede “reducir a
fesores, preceptores, literatos, en suma todos los las naciones a no ser más que un rebaño de anima-
que habían cuidado de la formación individual de les tímidos y laboriosos,” liberados de la “carga de
sus protegidos) aparecen de aquí en adelante como pensar.”17
dinosaurios de la cultura. Es de ahora en más la Habría ciertamente mucho para discutir acerca
industria cultural15 la que tiene directamente a su de la existencia o no de un individualismo con-
cargo la producción de bienes espirituales, antropo- temporáneo dentro de nuestras sociedades, pero
factura (anthropofacture) de los individuos sin que para desactivar sin tardanza ciertos posibles mal
al fin de cuestas sepa, verdaderamente como hacer- entendidos, me parece apropiado subrayar que
lo. De lo que resulta, entre otros efectos, la “fami- hablar de una sociedad-rebaño no es de manera
lia” televisiva. alguna incompatible con el despliegue de una cul-
Ahora bien, la más leve apreciación de esta tura del egoísmo erigida en regla de vida. Esta vida
“familia” –gesto indispensable si se quiere verdade- dentro de un rebaño virtual, incesantemente lleva-
ramente describir y pensar nuestro mundo– permi- do hacia las fuentes providenciales plenas de sire-
te desenvolver un poderoso interrogante frente a nas y de sílfides supone en efecto, un egoísmo
todos los análisis que presentan a nuestra época hipertrófico presentado como cumplimiento
como fundamentalmente individualista. En efecto, democrático “(sé siempre tu mismo participando
la existencia de esta nueva “familia” donde se siempre más de la familia”, “con nosotros estarás
sumerge de ahora en más el niño no mueve en en el centro del sistema”). Con este “egoísmo gre-
absoluto a hablar de “ataque individualista.” Es por gario” estamos sin duda frente a un tipo de conglo-
otra parte la advertencia de Bernard Stiegler quien merado bastante novedoso que sería conveniente

14. Planteo aquí una diferencia entre una economía de bienes materiales y una economía de las personas, tomada del libro de Fançois
FLAHAULT, Pourquoilimiterl’expansion du capitalisme, Descartes & Cie, Paris, 2003.
15. Debemos el concepto de “Industria cultural” a Adorno quien ha desarrollado un análisis crítico de la Kulturindustrie manteniendo extre-
ma actualidad. Vease por ejemplo Theodor W. Adorno, Philosophie de la nouvelle musique [1962], Gallimard, Paris 1985, p. 15-17.
16. Bernard STIEGLER, Aimer, s’aimer, nous aimer du 11 septembre au 21 avril, Galilée, Paris, 2003.
17. Alexis de TOCQUEVILLE, De la démocratie en Amérique[1840] Œuvres II, Gallimard, Bibliothèque de la Pléiade, Paris, 1991, cf.
“Quelle espèce de despotisme les nations démocratique sont à craindre”, p. 840.

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Dany-Robert Dufour Dossier: Violencia y Psicoanálisis

inventariar más rápidamente, antes que su deter- ego gregario, los procesos de individuación.19 Pues, a
minación egoísta le prohíba para siempre, descu- pesar de la gregarización de las consciencias produ-
brirse como ser colectivo. Para fijarlo, propondría cidas por el sentimiento de pertenencia a una
abrocharlo al nombre de formación “ego-gregaria”. misma familia virtual pasa a ocupar el lugar de los
Pienso que así habremos comprendido que los anti- mecanismos de individuación nuevos y paradojales.
guos (y geniales) análisis de Freud de “Psicología de Se descubren en estos procesos actuales de sub-
las masas y análisis del yo” acerca de las “masas jetivación cosas apasionantes y muy intrigantes.
convencionales” y de Sartre en “Crítica de la razón Sobre todo que la modalidad de individuación fun-
dialéctica” acerca de la “conformidad serial” con- damental que prevalece dentro de la “familia”, es la
virtiéndose en “grupo en fusión”, no me parecen en construcción de sí mismo por los otros. La increíble
absoluto suficientes para dar cuenta de este nove- necesidad de querer devenir célebre que se apodera
doso tipo de conglomerado. de los jóvenes sería en la actualidad algo a interro-
Si la industria cultural no sabe probablemente gar en tal sentido. Se mide por ejemplo la manera
qué hacer para instituir a los sujetos, la simple en que numerosos adolescentes corren detrás de
necesidad comercial de control de las partes del una aparición televisiva en Start Academy lo que
Mercado no deja sin embargo de tener efecto sobre les permitiría creer que ellos se encuentran allí,
las consciencias. Bernard Stiegler insiste sobre ello: puesto que han sido escogidos para que otros los
“el hecho de que las mismas personas miren diaria- vean en la pantalla. Esta necesidad coincide en lo
mente las mismas emisiones, conduce necesaria- fundamental con un fantástico deseo de conformi-
mente a eso que sus ‘consciencias’ acaban por dad puesto que, no puedo devenir célebre y captar
separar, de más en más, retenciones secundarias los sufragios sino presentando a los otros el máxi-
idénticas (recuerdos), y por lo tanto por seleccionar mo de rasgos de identificación con ellos. En tal sen-
las mismas retenciones primarias (eso que re-envía tido, las jóvenes start de hoy son aquellas que más
al presente de la percepción).”18Stiegler habla aquí se parecen a lo que quiere la “familia”, es decir la
de una “sincronización de las consciencias” y de multitud. Recuerdo aquí de memoria, en caso de
una “extenuación de su diacronía”, es decir, de una que ya se lo haya olvidado, que no hace mucho no
pérdida de su singularidad. Este déficit de diacronía se podía alcanzar la celebridad sino presentando un
entraña, según Stiegler, una pérdida de estima de rasgo distintivo singular (saber hacer al menos una
sí, que se encuentra en el origen de la miseria sim- cosa que nadie sabía, o casi nadie). Actualmente se
bólica actual. ha terminado este principio de individualización
Todo ello no sucede tampoco sin engendrar, a que me hacía ser por mi mismo lo que otros no
pesar del débil sostén cotidiano que aporta, una ver- podían ser, y que implicaba el ascetismo, una for-
dadera angustia de fondo en cada uno, abandonado mación, estrategias y aprendizajes. En adelante,
a sí mismo. No insisto: bastante se ha dicho que soy célebre cuando respondo lo más próximo y de
nuestra época no era ya represiva, sino depresiva. la manera más rápida, lo que los otros quieren de
Me parece sin embargo que, si ella pone en eviden- mí. Puedo, por lo tanto, escapar a la depresión
cia los puntos de ruptura y los momentos de posi- pasándome al otro lado de la “familia”, del lado de
bles pasajes al acto, el análisis de Stiegler debe ser los mirados.
prolongado a fin de señalar la forma en que se La gran prueba de individuación constituyente,
ponen en funcionamiento, dentro de este sistema hoy en día recuerda lo que podría llamar un estadio

18. Bernard Stiegler, Ibid. p. 42.


19. Debiendo distinguirse de la individualización, defino la individuación como aquello que permite contarse por uno, dentro del “reba-
ño”. Mientras que la individualización implica la salida del “rebaño” y el advenimiento de un sujeto autónomo.

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dany-Robert Dufour

del espejo televisual. Este nuevo estadio pone en dicen (me dicten) quién y qué soy yo. Yo me veo en
juego, con referencia al anterior, un mecanismo la cámara como los otros me ven. Me veo como un
espacial y visual diferente y original. Se sabe que en otro entre otros, otro que yo debo manejar, de
el estadio del espejo clásico, yo me identifico a mí manera finalmente impersonal, como si se tratara
mismo erradamente, acerca de la izquierda y de la de mí.
derecha. Si yo me diera cuenta de que el tipo delan- Si cada tecnología aporta su propia perversión,
te de mí levanta su brazo izquierdo cuando yo me parece que no se han abordado suficientemente
levanto mi derecho, yo no me reconocería y termi- los problemas de la constitución subjetiva, que el
naría así la adhesión íntima a mí mismo probada uso de la televisión en la “familia” permite. Se
en el espejo. Para que ese tipo sea yo, es necesario debería sin embargo, advertir, a vida cuenta de la
por lo tanto, que yo no sepa nada de los espacios extensión de este medio, que se siguen serias con-
orientados y que mezcle alegremente la derecha y secuencias para el vínculo social del que nosotros
la izquierda. En el estadio del espejo clásico, estoy no hemos probablemente, hasta hoy, todavía perci-
en definitiva, edificado sobre un error, un error bido más que las premisas. En todo caso, las perso-
necesario que, como dice Lacan en “El estadio del nalidades “as if” o “como sí” producidas por esta
espejo”, “inscribe toda la vida en una línea de fic- “familia” en otros tiempos señaladas por Hélene
ción.”De allí proviene probablemente el hecho de Deutsch, que interesaban mucho, por otra parte a
que yo no podría nunca decirlo todo de mí, puesto Lacan, (hoy denominadas “psicosis blancas”, “psi-
que en el fondo de la certeza que me constituye cosis frías” o “estados límite”) parecen promesas de
como tal, hay un error. un buen porvenir.20
En cuanto a la cámara de televisión, habremos Esto no constituye seguramente más que un
probablemente advertido que ésta no invierte la primer señalamiento. Abría que avanzar en la
izquierda y la derecha, (si no veríamos al revés los investigación siguiendo la idea de que hay proba-
títulos de las novelas presentadas en las emisio- blemente tanta alienación por descubrir dentro de
nes). Si por lo tanto, todo buen espejo invierte la las nuevas familias virtuales de la actualidad, como
izquierda y la derecha, mientras que ninguna las descubiertas dentro de las familias edípicas de
cámara lo hace, ¿cómo hago para reconocerme en otros tiempos. Estas fueron descubiertas como el
mi intimidad cuando yo paso de mirar a ser mira- hogar privilegiado de la formación de los diferentes
do, de delante del aparato de televisión a “dentro” tipos de neurosis, aquellas deberían ser considera-
del aparato? La respuesta es simple, no soy yo das como portadoras de nuevas formas de subjeti-
quien me reconoce, son los otros. Se sabe en efecto vación incierta.
que la reacción inicial de alguien que se ve por pri-
mera vez en un video, es la de decir que eso no se La televisión y el acceso al discurso21
le parece. En suma, no se reconoce. No encuentra Una llamada para comenzar: las cifras que pro-
esta íntima adhesión de sí a sí autorizada por la porcioné a propósito de la multiplicación de los apa-
confusión de la derecha y la izquierda, como en el ratos de televisión en los hogares (cada niño con su
espejo. Son los otros quienes lo reconocen. En este televisor) respecto de los niños de 0 a 3 años. Es decir
estadio de espejo audiovisual tan buscado actual- que la televisión introduce una novedad antropológi-
mente, puede decirse que son los otros los que me ca considerable: en adelante los futuros hombres se

20. El carácter de estas personalidades parece ser la ausencia de juego en la identificación como el que está permitido por la inversión de
la izquierda y la derecha. No se advierte ningún desorden en la superficie y a menudo una gran continuidad discursiva. Pero desde
que un traumatismo viene a derrumbar el edificio no es un síntoma lo que se manifiesta como en la neurosis sino el delirio más
desenfrenado.
21. Esta segunda parte retoma desarrollándolos sensiblemente, ciertos puntos del segundo capítulo de mi última obra: El arte de reducir
cabezas, D-R DUFOUR, Paidós, 2010.

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Dany-Robert Dufour Dossier: Violencia y Psicoanálisis

encuentran muy a menudo delante de la pantalla mente suscitado, es el ser mismo del sujeto lo que
aún antes de hablar. Ciertamente, se puede fácil- es pretendido. Los más avezados publicistas han
mente comprender por qué (es el único instrumen- comprendido perfectamente que partido podrían
to que permite mantener a los niños tranquilos sin ellos sacar del hundimiento postmoderno de la
ocuparse de ellos), pero es necesario evaluar todos familia clásica y qué estrategia de sustitución de
los efectos de esta verdadera mutación antropoló- señales podrían entonces desarrollar. Se trata sim-
gica. plemente de precipitarse, lo digo, “dentro de la fra-
Se tiende muy a menudo a la denuncia de los gilidad de la familia y de la autoridad para instalar
dos efectos inmediatos producidos por el uso de la marcas, nuevas referencias.”23 La operación tiene
televisión entre los jóvenes y los muy jóvenes, la visos de desarrollarse de manera satisfactoria si se
tendencia precoz al consumo y la incitación a la considera la cantidad de jóvenes (pobres incluidos)
violencia. Retomemos por lo tanto brevemente marcados, es decir debidamente estampillados con
estas dos cuestiones siempre halladas, antes de el logo de las grandes marcas y exhibiéndolos
plantear el problema de otro modo. valientemente. Podría imaginarse algo mejor: apli-
El consumo. Se dice con alguna razón que el car directamente nombres de marcas a los niños,
considerable espacio cubierto dado a la publicidad como está comenzando a verse en los Estados
por la televisión constituye una verdadera exhorta- Unidos.24 Las marcas funcionan como nuevas refe-
ción a la mono cultura y a la mercancía.22 Es indu- rencias, estamos en presencia, en el corazón
dablemente cierto, pero esta observación no me mismo de una operación inédita de reconfiguración
parece que vaya al fondo de las cosas. Si no existie- de las subjetividades que ninguna simple educa-
ra más que esta tentativa de influencia continua ción a su semejanza podría desarrollar, simplemen-
sobre los individuos para transformarlos en consu- te porque esta llegaría de todos modos demasiado
midores permanentes desde su más temprana edad tarde, cuando el mal ya hubiese estado hecho.
ya ello sería grave, pero siempre podría responderse La Violencia. Es este un problema muy comple-
(como uno no deja por otra parte de hacerlo) que jo del que no puede darse cuenta mediante simpli-
sería suficiente poner en acción una verdadera edu- ficaciones abusivas. Partamos de este dato: hacia
cación respecto de la imagen como para formar al los once años un niño “medio” habrá visto alrede-
niño en la capacidad de resistencia a esta influencia dor de cien mil actos de violencia en la televisión y
como a toda otra. Ahora bien el problema supera habrá asistido a alrededor de doce mil muertes.25
en mucho la cuestión de una educación crítica. En ¿Deberemos sin embargo deducir de este dato alar-
efecto, detrás de la publicidad destinada a los jóve- mante que el niño, cargado de tantas imágenes vio-
nes y muy jóvenes, existe una intención mucho lentas, está condenado a descargar toda esta violen-
más radical que no se deja ya describir en términos cia en la realidad? Contrariamente a las aparien-
de objetivos comerciales, sino en términos de cias, la respuesta es negativa. Efectivamente, será
reconfiguración de las subjetividades. No es ya siempre posible encontrar frente a todas las corre-
solamente el deseo del objeto lo que es constante- laciones estadísticas que puedan construirse, algu-

22. Según el reporte The Kids Market (Package Facts, New York, 1998).Un niño americano ve en promedio 40.000 spots publicitarios por
año. El poder de compra de los niños americanos ha sido estimado en cerca de 30 millones de dólares, sin computar la influencia que
ellos tienen sobre las compras de sus padres, estimadas en cerca de 400 millones de dólares por año.
23. Apéndice distribuido en el coloquiol’Institutefor International Research llevado a cabo los días 26 y 27 de febrero de 2002 en París
cuyo tema era: “Adoptar una comunicación con un objetivo preciso para llegar al corazón del universo del niño.”
24. ClivelandEvan, profesor de filosofía en Nebrasca, acaba de señalar el fenómeno: cada vez más bebés americanos son bautizados con
nombres de marcas de los EEUU: L’oreal, Chevy (por Chevrolet), Armani, Timberlands, Chanel...el fenómeno abarcaría a cerca del
5% de los bebés americanos nacidos en 2003. Ver: http://colleges.surfwax.com/ files/Bellevue_University.html. Anotar que nosotros
hemos tenido en Francia, en casa de la pequeña Renault, cuyo primer nombre es Mégane.
25. Wendy Josephson, Television Violence: A Review of the Effects on Children of Different Ages, Patrimoinecanadien, 1995.

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dany-Robert Dufour

nos contra ejemplos que echan por tierra toda cer- sucumban necesariamente a la violencia. Es por
teza. Se podrán así descubrir niños de la televisión, ello que resulta necesario retomar el análisis sobre
que hayan asistido a millares de pillajes, violacio- nuevas bases.
nes y muertes en la pequeña pantalla, tiernos como Para avanzar verdaderamente, es necesario
corderitos en la vida cotidiana. Nada en efecto comenzar por descartar sin miramientos la explica-
demuestra a priori que todos los niños tomen la fic- ción “científica” hoy en boga: solamente superaran
ción por la realidad. Por otra parte, los tiempos el límite fatal de la violencia aquellos que estuvie-
antiguos no estaban exentos de violencias relatadas ran genéticamente predispuestos a ello. Esta expli-
sin cesar a los niños. No debemos por lo tanto cación presenta dos mayúsculos inconvenientes: re
ceder a ciertas formas de pensamiento angelical de envía a los jóvenes a su profunda naturaleza que
que todo estaba exento de violencia antes de la tele- sería corrompida –lo que en nada les ayudaría a
visión: los cuentos narrados por las supuestamente acceder algún día a la responsabilidad subjetiva de
tiernas abuelas de otros tiempos, que contenían un sus actos–, y permite que todo siga como antes,
cúmulo respetable de historias de ogros devorado- pues deja entrever que no es en absoluto el medio
res de niños, que no tienen literalmente nada que audiovisual lo que está en la causa, sino algunos de
envidiar a las imágenes de violencia difundidas en sus espectadores, que deberían tomar su dosis de
la actualidad. Debemos recordar la historia particu- psicotrópicos antes de usarlo. Para salir de este
larmente gore (sangrienta)26 de San Nicolás con sus impasse falsamente científico, propongo pues este
cuerpos de niños cortados en pedazos y puestos en desplazamiento, a mis ojos capital: es el medio el
el saladero: ¿no ha dado esta historia nacimiento a que está en la causa pero no es tanto el contenido
la famosa fiesta del 6 de diciembre en que los niños de las imágenes lo que incita a la violencia sino el
de otros tiempos recibían cierto adelanto de medio mismo, cualquiera sea la cosa que difunda.
Navidad? La violencia existe desde siempre y es Dejar a un lado la falsa explicación fundada en la
necesario que el niño aprenda a simbolizarla. genética no basta, por lo tanto es necesario además
Sin embargo, si es verdad que ya existían en terminar con la idea simplista (por mecanicista) de
otros tiempos relatos de violencia dirigidos a los que el niño imita necesariamente lo que ve en la
niños, esta era esencialmente relatada. Esto hace televisión (que es lo que presuponen casi todos los
aparecer dos diferencias cruciales: 1) la abuela, al estudios sociológicos) y abordar una formulación
mediatizar el horror, lo integraba en el circuito un poco más exigente del problema que atribuya la
enunciativo y lo transformaba en algo aceptable, 2) causa al medio mismo. ¿Por qué? Porque es nece-
el universo del ogro en el cuento era claramente sario conjeturar que la exposición prematura y con-
imaginario, impulsaba al niño a pensar este univer- tinua a la imagen televisiva puede sobrecargar las
so como otro mundo (el de la ficción), mientras que condiciones de trasmisión del don de la palabra de
el universo de series televisivas con riñas, violen- generación en generación y de individuos a indivi-
cia, violaciones y asesinatos, sin ninguna distancia duos dentro de la especie. Es necesario por lo tanto
con el mundo real, es muy realista, de manera tal tomar en cuenta los posibles efectos perturbadores
que estos dos mundos pueden fácilmente ser con- de la introducción de una nueva tecnología de
fundidos en el espíritu infantil. comunicación allí mismo donde predominaba
Esta diferencia entre la violencia exhibida desde la noche de los tiempos, la técnica natural
actualmente y la violencia relatada anteriormente, (como se diría “lengua natural”) del discurso oral
no prueba sin embargo que todos los niños actuales cara a cara. Supongo en suma, que la inundación
disponiendo de habitación con vistas a la televisión del espacio infantil mediante este grifo constante-

26. N. de T. la aclaración es del traductor.

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Dany-Robert Dufour Dossier: Violencia y Psicoanálisis

mente abierto del que emana un flujo ininterrum- de fe de los libros allí donde existe la televisión no
pido de imágenes y de sonidos no carece de efectos es probablemente ineluctable. Conviene por lo
considerables sobre la formación del futuro sujeto tanto desplazarse hacia la verdadera cuestión plan-
parlante. Veremos cómo ello puede producir suje- teada por Fahrenheit 451, que creo un poco más
tos mal instalados dentro del discurso. Y, yendo sin sutil. Detrás de la oposición planteada entre el libro
tardanza al fin de mi razonamiento, antes de reto- y la televisión, el verdadero problema, es en reali-
mar el paso a paso, yo diría que un sujeto mal ins- dad las relaciones entre el texto y la imagen.
talado en el discurso tiene todas las posibilidades Consideremos por lo tanto este vínculo.
de presentarse como un sujeto inepto para desem- En principio, cabe hacer notar que la exposición
peñar todas las sutilezas de la puesta en discurso y masiva a la imagen televisiva desvía el sentido secu-
de hallarse muy rápidamente constreñido a pasar a lar de los vínculos texto–imagen. Antes de la inva-
una relación (física) de fuerza para obviar las dife- sión de los vínculos generacionales por parte de la
rencias que él experimenta en la edificación verbal televisión existían con toda seguridad imágenes,
de los nexos de sentido. pero la iniciación de la práctica simbólica partía del
Me parece que esta sola hipótesis permite com- texto, del cual se inferían las imágenes. Entiendo
prender que ciertos niños de la televisión, puedan por “texto” los enunciados orales –palabra corrien-
escapar a un destino violento, mientras que otros te, cuentos, versiones míticas o leyendas– al igual
sucumbirán fatalmente a él. La diferencia entre que enunciados consignados en un escrito (texto
ambos se apoya en el hecho de que los primeros sagrado, folletines, novelas, etc.). Esta primacía del
están instalados dentro del discurso, mientras que texto puede fácilmente concebirse a partir de ciertas
los segundos no han tenido otra cosa más que la situaciones simples, por ejemplo, la escucha de un
imagen televisiva para acceder a la simbolización. relato o la lectura de una novela despliegan una
Es por lo tanto el momento de considerar la cues- actividad psíquica en el curso de la cual el oyente o
tión de los posibles desacoples semióticos produci- el lector crea imágenes mentales de las que él resul-
dos por la exposición masiva a la imagen televisiva. ta en cierta manera el primer espectador.
Para responder a la cuestión de los efectos de la Sin embargo no quiero en manera alguna decir
televisión sobre los niños y los adolescentes me que todos los oyentes o que todos los lectores vean
parece pues indispensable pasar de un nivel de aná- las mismas imágenes como ocurre en la televisión.
lisis puramente sociológico, a un discurso suscepti- Cada uno “ve” en su fuero íntimo, en una cons-
ble de tomar en cuenta la psico-socio-semiogénesis ciencia singular, no sincrónica diría probablemente
de los sujetos hablantes. Se trata en suma de desa- Stiegler. Uno “ve” por lo tanto, leyendo un texto u
rrollar la hipótesis de que la trasmisión del don de oyendo un relato cualquiera pero debe subrayarse
la palabra en la especie pueda verse alterada por el que uno “ve” lo que ninguna imagen puede verda-
hecho de que los futuros hombres se hallen brusca- deramente mostrar. ¿Cómo en efecto descubrir por
mente delante de la pantalla vinculándose con una imagen el curso imprevisible de una frase de
todos pero con nadie en particular, aún antes de Proust? ¿Cómo descubrir en una imagen el uso
hablar. concomitante de un pretérito imperfecto y de un
Las relaciones texto-imagen. Fahrenheit 451 pretérito perfecto simple? La ficción producida por
mostraba una sociedad donde la televisión había el texto es en suma irreductible a toda imagen.
ocupado todo el espacio en detrimento de los Esta disposición a la ficción y a la fabulación
libros. Ahora bien, es necesario ponerse a salvo de debe evidentemente ser pensada dentro de una
todo juicio apresurado, simplemente porque el auto antropología general: es una disposición de la espe-

134
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dany-Robert Dufour

cie. El uso del significante (constitutivo de lo sim- mente organizadas dentro de un texto. Es por otra
bólico, trátese de la fonación articulada, de la escri- parte de este modo que procede la emoción estéti-
tura, o del lenguaje de los signos) produce el signi- ca: bastará que surja una imagen o un encadena-
ficado y carece pues de sentido hasta ser puesto miento de imágenes apabullantes, y he aquí que se
frente a una capacidad imaginativa propia de la suspenden las representaciones en adelante organi-
especie. zadas dentro de un “texto”. Estamos así por una
Sin embargo la imagen no es solo un simple simple imagen, constreñidos de rehacer el texto y
reflejo del texto, posee su propia eficacia y es pode- crear otro texto que tome en cuenta la perturbación
rosa: puede sencillamente suspender el texto. experimentada y la integre. No se trata evidente-
Detenta este poder por una buena razón: la imagen mente de pretender traducir literalmente una ima-
carece de articulación, en el sentido de que uno gen dentro de un texto sino, que se trata de reparar
dice del texto que es articulado. Se podría aún enu- el desgarro producido dentro del tejido del texto,
merar, a vuelo de pájaro, cuatro niveles de articula- por aquello que Barthes a propósito de la fotografía
ción significante del texto: 1) el nivel de la unidad llamaba el punctum28 nacido de la imagen. Barthes
elemental, del orden del sonido, que remite al fone- entendía precisamente por punctum “lo que atra-
ma27, 2) el nivel semiótico de la significación que da viesa, azota, raya, lo que me atrae o me hiere” den-
intervención al morfema 3) el nivel de la significa- tro de una imagen.29 El punctum es lo que punza
ción que hace intervenir la frase (lo que Benveniste sobre un fondo de stadium (lo cual apunta al cuer-
llamaba la “semántica” para distinguirla de la po clásico de informaciones que provee la imagen
“semiótica”), 4) el nivel mitológico que remite al accesible). Es un exceso, en referencia a lo que
relato y hace intervenir a lo que Levi Strauss ha ais- emerge de la imagen. No digo seguramente que se
lado bajo en nombre de mitema, unidad mínima trate de hallar EL texto que corresponde a ese punc-
del relato. Pero si el texto es eminentemente arti- tum de la imagen, pues lo que resulta necesario es
culado, todas las tentativas que puedan hacerse al UN texto que venga a suturar la pérdida aparecida
nivel de la imagen para darle el mismo status han dentro de las redes de sentido, un texto que no
fracasado. Sea en el nivel de la imagen mental, el excluya a otro, incluso a otros textos.
significado, como en el nivel de la imagen física La imagen deviene así situable dentro de una
(pictórica, fílmica, etc.) estas tentativas han dado relación de antes o de después del texto, (de pretex-
en el mejor de los casos taxonomías muy útiles, to en todo caso), gracias a la cual adquiere la posi-
pero nunca han tenido éxito en la definición de una bilidad de representar lo que no puede ser dicho.
naturaleza intrínseca y de una organización interna Con excepción de la imagen estática “punctifor-
de la imagen y, de hecho, nunca será necesario para me”, existe otro tipo de imagen no articulada al
“leer” una imagen comenzar por lo alto, por la texto, una imagen interior al sujeto, sea lo que lla-
izquierda, por el centro o por un punto cualquiera, mamos desde Freud la fantasía o el fantasma que
antes que por una tentativa que abarque el todo. puede surgir de la “representación inconsciente.”
Es verdaderamente de este carácter no articula- Estas imágenes pueden en efecto ser inconscientes
do de donde proviene el poder de suspensión que en el sentido en el que Freud lo entendía, distin-
posee la imagen en relación con el texto: una sola guiendo “la ‘representación inconsciente’ que es la
imagen puede poner en cuestión un muy denso representación de cosa solamente (dicho de otro
entramado de sentidos y de significaciones debida- modo ‘el significado’)” de “la ‘representación cons-

27. Del que da cuenta la fonología estructural: existe un número finito de fonemas en una lengua dada y cada uno de ellos se define por
los trazos diferenciales que tiene en relación con los demás.
28. Véase Batrthes, R. La Chambre Claire, Paris, Gallimard–Seuil, 1980.
29. Ibídem 26

135
Dany-Robert Dufour Dossier: Violencia y Psicoanálisis

ciente’ que comprende la representación de cosa (el más que en una educación del discurso. Sin duda
significado) más la representación de palabra alguna será necesario que ese discurso sea capaz de
correspondiente (“el significante”).30 El fantasma plantearse como objeto a la cuestión de la imagen,
remite pues a imágenes errantes, conscientes o pero nada de ello podría hacerse sin que el privile-
inconscientes que habitan el aparato psíquico. La gio del discurso quede establecido.
característica de estas imágenes es que han perdido La función simbólica. Planteada esta relación
su amarre a un texto que desde entonces no puede texto–imagen, articulémosla ahora con la cuestión
ya figurar sino como texto “perdido” o “censurado” de la función simbólica: ¿cómo se transmite y se
(recordemos la definición de Lacan que utilizaba un adquiere? También aquí nos encontramos con la
término que connotaba el texto para definir la supremacía del texto, pues esta función se transmi-
represión como ese “capítulo censurado” de mi his- te esencialmente por intermedio del discurso que
toria). Como el “texto” de la fantasía se le oculta a lleva consigo todo un universo imaginario.
aquel que es precisamente su portador, esas imáge- Sabemos hasta que punto, en todas las épocas, la
nes retornan al sujeto de manera repetitiva o inva- transmisión de relatos fue un medio utilizado por
sora, sin fijarse ni encadenarse en un proceso acu- la generación de los padres para formar la genera-
mulativo. Y toda imagen exterior puede entonces ción siguiente. Transmitir un relato es en efecto,
contribuir a mantener la fantasía ensamblándose transmitir contenidos, creencias, nombres propios,
compulsivamente a ella en secuencias sin texto. genealogías, ritos, obligaciones, saberes, relaciones
No hay más que una sola salida para escapar a sociales, pero es también, y sobre todo, transmitir
la perforación del punctumo a la desconexión del el don de la palabra, es hacer que pase la aptitud
fantasma: hallar el texto que le corresponde. Desde humana del habla de una generación a otra, de
los tiempos de Freud a menudo se intenta encon- manera tal que el destinatario del relato pueda, a su
trar el texto del fantasma en ese dispositivo discur- vez, identificarse como sujeto y, partiendo de ese
sivo muy especial que llamamos la cura analítica, punto, situar a los demás alrededor de sí, antes de
mientras que tratándose de la imagen estética, que, sí y después de sí. Es indispensable instituir al suje-
como punctum, había suspendido las redes de sig- to hablante, si esta antropo-instauración no se da,
nificación, se intenta encontrar el texto en los pro- la función simbólica sencillamente no se transmi-
cesos críticos que interrogan la imagen: se trata de te.
inducir el texto partiendo de la imagen para, desde En lo esencial, el acceso a la simbolización de
allí, producir toda clase de idas y vueltas entre los franquea, desde siempre, simplemente realizando
dos mundos heterogéneos del texto y la imagen. Al la actividad más antigua del hombre, el discurso
menos, eso es lo que hacemos si queremos que la oral frente a frente. De ese modo se transmite el
imagen nos conduzca a algo más que a la pura don de la palabra sin que ninguna de las partes
investidura con que la carga la fantasía. Ese “algo siquiera lo advierta; se trata de un prodigio tan
más” es, en los dos casos –el de la fantasía y el de invisible como el de los miembros de la secta del
la imagen estética– un saber, al menos algo que Fénix (1952) del que habla Borges en Ficciones, que
escapa a la compulsión para sumarse a un proceso se transmitían un secreto de generación en genera-
discursivo acumulativo. ción sin darse cuenta. Ahora bien, podría darse el
Me permito aquí hacer resaltar con destino a caso de que, con la televisión, se pierda súbitamen-
aquellos que acuden constantemente a una “educa- te la capacidad de transmitir ese don.
ción de la imagen” que esta educación no puede Simplificando excesivamente las cosas podría-
fundamentalmente consistir, para el ser hablante, mos decir, que al cabo de cierto tiempo de comercio

30. Freud, S. El inconsciente. O. C. Amorrortu. Buenos Aires, 2003.

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dany-Robert Dufour

con los padres, en el cual el rol de la verbalización habla a “tu” (copresente) respecto de “el” (el ausen-
es esencial puesto que el niño aparece “menciona- te, es decir, aquel al que se – presenta).34
do” en el discurso del otro desde antes de su naci- Insisto: este sistema que garantiza el acceso a la
miento, la cría del hombre adquiere, respondiendo función simbólica y, de ahí, a cierta integridad psí-
a esta interpretación, un conjunto de referencias quica mínima, se adquiere esencialmente a través
simbólicas.31 Estas referencias están constituidas del discurso: los padres, los allegados, le hablan al
por significantes especiales, deícticos como “yo”, niño, se dirigen a él y, progresivamente, se va ins-
“aquí”, “ahora”. Se trata de signos “vacíos”, sin talando la función simbólica. Así se transmite de
referencias concretas a la “realidad”, significantes generación en generación el don de la palabra, la
puros, siempre disponibles, que se “llenan” en el aptitud humana para hablar, de tal suerte que la
momento en que un locutor los emplea en una ins- persona a la que alguien se dirige pueda a su vez
tancia de discurso. Entonces se encuentran en ellos identificarse en el tiempo (ahora), en el espacio
indicadores de persona (de persona subjetiva: “yo”, (aquí), como si mismo (yo) y, a partir de esas refe-
“tu”, y no subjetiva: “el”), indicadores espaciales rencias convocar en su discurso el resto del mundo.
(“esto”, “este”, “aquel”, “aquí”, etc.) e indicadores Esta transmisión generacional del bien humano
temporales (“ahora”, “hoy”, “ayer”, etc.).32 Gracias a más precioso, el discurso, es lo que, en algunos
estos indicadores, el locutor se auto indica como casos, la televisión puede eventualmente poner en
quien habla, fijando simultáneamente el donde y el peligro. ¿Por qué? Porque su gran diferencia con el
cuándo habla.33 Este proceso señala la instalación del discurso cara a cara es que aquella funciona como
sujeto hablante en la escena enunciativa a partir de medio no–dirigido. Sin embargo aunque aquella
la cual el mundo exterior se hace representable en el imite sin cesar el discurso dirigido, ella no interpela
discurso. El acceso a la simbolización pasa, pues, por y no obliga a responder. Escapa asimismo a la obli-
el uso de estas referencias de persona (“yo”, “tu”, gación simbólica fundamental de la reciprocidad
“él”), tiempo (lo que está presente, copresente o que manda que cuando uno habla el otro debe res-
ausente) y espacio (el “aquí” y el “allá”). ponderle. ¿Qué cantidad de televisores vemos
Este acceso al universo simbólico es fundamen- encendidos en los hogares que “hablan solos”?. Y
tal, remite a la capacidad esencial que distingue al no creo que el “pulse 1 para Loana” haya restable-
hombre de los animales: la de poder hablar desig- cido el mínimo de interacciones necesarias. La tele-
nándose a si mismo como sujeto que habla y diri- visión se mantiene fundamentalmente como
giéndose a sus congéneres a partir de ese punto, medio sin destinatario. Aun cuando esta no cese de
enviándoles signos que, se supone, representan algo solicitar (a veces hasta el hartazgo) a los tele-espec-
–digo bien, “se supone”, pues nada indica que esos tadores, esta interpelación permanece de hecho
signos se refieran a cosas o a hechos reales–. El puramente retórica puesto que no tiene vía (de voz)
hombre no se priva en efecto, de “inventar” lo que de retorno dentro del circuito.
llama la realidad. Por lo tanto, la función simbólica Esta es la razón por la cual la televisión no
puede representarse muy sencillamente: para tener puede producir sino sujetos mal instalados en el
acceso a ella es necesario y suficiente hacer propio e discurso, es decir sujetos torpes para el uso deíctico
integrar un sistema en el que “yo” (presente) le de las señales simbólicas de persona, de espacio y de

31. Comercio verbal que a su vez está inserto en un gran comercio orgánico: intercambio de miradas (verse, ver, ser visto por el otro),
intercambios vocales (oír, ser oído por el otro), intercambios de materias corporales (seno, heces).
32. Sobre estos puntos véase Benveniste, É. Problèmes de linguistiquegénérale, Paris, Gallimard, 1966 cap. V.
33. Recordemos que tiempo y espacio, en Kant son categorías a priori de la sensibilidad constitutivas de la relación con el mundo, es decir
de la evidencia a partir de la cual el sujeto se instala como tal.
34. En D-R DUFOUR, Les mystères de la trinité, Gallimard, Paris, 1990, propongo considerar este triángulo “yo, tú, él” como la confi-
guración de base de la simbolización.

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Dany-Robert Dufour Dossier: Violencia y Psicoanálisis

tiempo. Es esta circunstancia la que me parece crea mente convocado por signos indiciales (indicios, en
la diferencia en cuanto al destino eventualmente el sentido casi policial del término, o mejor en el
violento de los niños de la televisión. Los que estu- sentido de Peirce, cuando el signo es el indicio de
vieran medianamente bien instalados en el discurso un objeto en el mundo). Sea que fuere convocado
cuyas referencias simbólicas hayan quedado fijadas, por signos anafóricos, los cuales no se remiten
podrán tomar en cuenta las imágenes provenientes indicialmente al mundo, sino al discurso en si
de la televisión. Por poco que se lo demande, serán mismo. Hablaremos en este último caso, no de rea-
capaces de re transcribir esas imágenes en discur- lidades exteriores, sino de realidades internas al
sos. Serán sujetos aptos para lo que Jacobson llama- discurso, creadas por referencia al discurso en si
ba, en un texto de 1959, Ontraslation35, “la traduc- mismo. Así pues si yo leo: “Estábamos en el estu-
ción intersemiótica”, siendo ese tipo de traducción dio cuando el director entró” (primera frase de
que implica no el paso de una lengua a la otra, sino Madame Bovary), no se le ocurrirá a ningún lector
la transposición de un sistema semiótico a otro. sensato preguntarse si los personajes estaban
Esta capacidad resulta evidentemente decisiva en entonces dentro del estudio y si el director verdade-
cuanto a la posibilidad de escapar a un destino vio- ramente entró allí. El lector aceptará de entrada el
lento. En efecto, en tanto un sujeto puede poner en mundo creado aunque él sepa que este jamás exis-
discurso, no pasa generalmente al acto, no traspo- tió en verdad. Lo cual no quiere decir que el autor
ne la barrera fatal que conduce inequívocamente haga lo que le plazca dentro de la ficción (por ejem-
de la relación de sentido a la relación de fuerza. Si plo, no puede cambiar a su antojo el nombre de los
sus imágenes en el discurso quedan planteadas personajes), está obligado a observar las leyes del
puede entonces recoger la imagen, aunque esta sea mundo que él ha creado, aunque este sea imagina-
híper violenta, e ir y venir de la imagen al discurso. rio. Esta es la ficción: un régimen particular de dis-
Ese ir y venir hasta puede ser lúdico y formador: curso referencial, que se desarrolla en el interior del
basta con hacer que ese medio impersonal entre en discurso dislocado en relación a aquel.
el discurso y su sistema de apelaciones. Si el sujeto no se halla bien plantado en sus
Apostemos a que tendremos éxito en ello tanto referentes simbólicos, esta escena enunciativa no
más si el programa resulta elaborado, o dicho de existe y aquel no puede por lo tanto convocar nada
otro modo, que el mismo pueda conducir a la a su respecto. Menos aún un mundo indicado que
interpretación. un mundo ficcionado en y por el discurso. Este
La Ficción. Estamos ahora en condiciones de sujeto no podrá por lo tanto alcanzar el segundo
saber si el niño de la televisión puede confundir o régimen de significación por que este segundo régi-
no la ficción con la realidad. Ello dependerá del men no existe más que como un caso particular del
hecho de que los signos simbólicos de tiempo, de primero.
persona y de espacio hayan sido o no fijados. Si lo El problema radica pues en que si las señales
han sido, existe entonces un dispositivo semiótico simbólicas no se hallan fijadas, que son las que per-
“yo/aquí/ahora” que permite establecer un escena- miten entrar en el discurso, no se puede acceder a
rio de enunciación sobre el cual se puede convocar, esta realidad discursiva secundaria y no se percibe
por sus enunciados, el resto del mundo. Sobre esta necesariamente la ficción como tal. Lo que sobre-
escena podría representarse todo o parte del vendrá serán pues imágenes exteriores que vendrán
mundo, real o imaginario. La ficción no es más que a fijarse sobre las imágenes que frecuentan el apa-
uno de los dos modos posibles de existencia de ese rato psíquico. La imagen externa llegará a ser pues
mundo convocado. En efecto, sea que el fuese real- una especie de conexión, más o menos ensambla-

35. Roman JAKOBSON, “Aspects linguistiques de la traduction” in Essais de Linguistique générale, MINUIT, PARIS, 1963, p.78 et sq.

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dany-Robert Dufour

da, con las imágenes internas, con las fantasías (a procedimiento que desemboque en un saber; por
menudo imágenes de omnipotencia o de impoten- otro lado, estas fantasías invisten toda imagen
cia absoluta) que obsesionan el aparato psíquico. Se exterior que se les ofrece, de suerte que se transfor-
trata de fantasías cuya clave se le escapa a su por- man en una especie de pantalla –digámoslo clara-
tador, por lo tanto pueden acometer a quien las per- mente– que se interpone entre el sujeto y la reali-
cibe sin fijarse ni encadenarse en un proceso acu- dad que tiene ante sí.
mulativo manejable y, con ello, generan nuevos El pronóstico es inevitable: toda vida social, en
sufrimientos. En suma, son fantasías que sólo pue- tanto esté necesariamente mediatizada por el dis-
den retornar, de manera repetitiva, para someter al curso, será difícil para estos niños de la televisión,
sujeto a su dependencia. Por un lado, es imposible comenzando por la escuela. No habiendo incorpora-
objetivarlas, lo cual significa que no se abren a un do el discurso, no podrán sino muy difícilmente

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Dany-Robert Dufour Dossier: Violencia y Psicoanálisis

ocupar su lugar en el hilo del discurso que distribu- Estos simulacros sirven para constituir cúmulos de
ye a cada uno en su lugar. Respecto de muchos de audiencias fidelizadas vendidas en el mercado. Los
estos niños la escuela tendrá actualmente por tarea clérigos resultan despojados de la producción de bie-
hacerlos entrar en el hilo de ese discurso que hace nes culturales y de la antropo-factura de los sujetos.
alternar la palabra del profesor con la del alumno. Lo “espiritual” es asumido por las industrias cultu-
Es comprensible pues en estas condiciones, que la rales, que carecen de los medios para ello.
escuela no se encuentre al final de sus penas. Aprendices de brujos aparecen buscando, aprove-
chando sus mutaciones, la reconfiguración de las
*** subjetividades. La transmisión del don de la palabra
(que todas las sociedades supieron siempre acompa-
Al término de este camino recorrido donde hemos ñar) no resulta ya igualmente asegurada en el seno
buscado la manera de apartarnos de los senderos de la población. Esta disposición personal, tornán-
transitados y vueltos a transitar acerca de los víncu- dose problemática, se salda con la aparición de acto-
los entre la violencia en la televisión/violencia en res sociales desamparados. Aparecen sujetos mal
los jóvenes, el cuadro del impacto de la televisión instalados dentro del discurso, ineptos para entrar
sobre la socialización y la subjetivación aparece par- en el hilo de la palabra y para distinguir la ficción de
ticularmente duro. Con el fondo de familias des- la realidad. En suma, ha llegado el momento de
institucionalizadas se han injertado torrentes de darse cuenta de la magnitud de los problemas.
familias virtuales constituidas como simulacro.

140
Trabajo, privación, delito y experiencia urbana
en las periferias de Buenos Aires1
Gabriel Kessler*

Introducción miserias, el Conurbano Bonaerense se ha converti-


Desde mediados de los 90 cuestión social y do, al filo de las últimas décadas, en una suerte de
delito han sido inseparables en los relatos socioló- símbolo de las transformaciones del país: es visto,
gicos, mediáticos y políticos sobre la periferia de a la vez, como lugar de residencia por excelencia de
Buenos Aires. La asociación no es infundada: a la las clases populares pauperizadas, como espacio de
par del aumento de la pobreza, el desempleo, la desarrollo de las grandes organizaciones de desocu-
desigualdad y la segregación socio-espacial se pro- pados, sus alcaldes ocupan el banquillo de acusados
dujo entre 1990 y 2001 un incremento de un 150 de clientelismo político en la opinión pública, su
% de los delitos contra la propiedad (DNPC 2001). electorado es codiciado por ser un factor decisivo en
El área metropolitana de Buenos Aires cuenta con las elecciones nacionales, es asiento de la policía
13 millones de habitantes e incluye la Ciudad más violenta del país, foco privilegiado de la inse-
Autónoma de Buenos Aires, la capital del país. Con guridad. En fin, como sede permanente, tanto de
casi 3 millones de habitantes, autonomía política y las “clases laboriosas” como de las llamadas “clases
una fuerte concentración de sectores medios y ele- peligrosas”, la periferia de Buenos Aires aparece
vados, la ciudad exhibe los indicadores sociales y como la cristalización de todos los males del país,
económicos más altos del país. A pesar de existir de la descomposición, de las grandes desigualdades
una continuidad geográfica, se erige una frontera y de los miedos sociales (Kessler, Svampa y
política y social entre la ciudad y su periferia, el González Bombal 2010).
Gran Buenos Aires, conocido como “el conurba- Entre la década del 50 en tiempos del primer
no”. Poblado por 10 millones de habitantes, con 24 gobierno de J.D.Perón y los años ‘90 los contornos
comunas con autoridades ejecutivas y legislativas, del mundo popular y del conurbano, en particular,
con sus barrios populares y sus casi 1000 villas todavía aparecían notoriamente marcados por la

* Sociólogo. Investigador del Conicet. Universidad Nacional de La Plata.


1. Este texto es la versión en español del artículo G. Kessler, “Trabalho, privaçao e experiência portenha” en Tempo Social, revista de
Sociologia da USP, Vol. 23, N° 2, 2010, pags. 79-99.

141
Gabriel Kessler Dossier: Violencia y Psicoanálisis

referencia privilegiada a la condición salarial, tanto to “mundo del delito”, sino que alternaban entre
por una lógica de acción y organización colectiva, acciones legales e ilegales, sin ver contradicción
propia de los sectores sindicales, como por la idea alguna entre la permanencia escolar y la realización
de un desarrollo societal centrado en el modelo de un delito.
industrial sustitutivo. Tal esquema se disloca con el Nuestros trabajos pudieron distanciarse de la
proceso de desindustrialización que alcanza su pico hegemonía creciente en todo el planeta de las teo-
máximo en los ‘90. Para la sociología argentina, rías de la elección racional para las cuales el delito
esta nueva dinámica en la cual se afirmaban simul- es resultado de un cálculo previo en el cual se sope-
táneamente los procesos de fragmentación, segre- san costos y beneficios. Mostramos la existencia de
gación y territorialización de los sectores populares, distintas lógicas de acción, que incluían tramos de
fue leída como el pasaje de la “fábrica” al “barrio”. elección racional pero que no se limitaban a ella.
En sintonía con los hallazgos de estudios en otros Más difícil nos fue evitar aquello que B. Latour
países de la región y centrales, los estudios consta- (2007) ha llamado una “reducción a lo social” en
taban la pérdida de centralidad de la matriz sindical nuestras explicaciones, en cuanto, la falta de traba-
en términos de definición del conflicto, afirmaban jo, el impacto del desempleo en la familia y en los
la importancia de la dimensión territorial, y avan- lazos comunitarios fueron el trasfondo en el cual el
zaban diferentes hipótesis acerca de la heterogenei- delito se había expandido. Sin lugar a dudas tales
dad creciente y las nuevas formas de acción colec- variables han gravitado en Argentina y en toda
tiva de los sectores populares (Merklen 2005, América Latina, sin embargo, el casi exclusivo
Svampa 2005). acento en las privaciones ha sido intelectualmente
Al mismo tiempo se realizaban las primeras insuficiente para comprender la particularidad de
investigaciones sobre la expansión del delito contra los hechos.
la propiedad. Como era de esperar, los estudios eco- En primer lugar, no explican porqué de todas y
nométricos señalaron la correlación entre incre- todos aquellos que sufren tales privaciones, sólo
mento del delito con el de la pobreza, el desempleo una ínfima minoría realiza delitos. Asimismo, la
y sobre todo de la desigualdad (cf. Dammert 2000). exclusiva referencia a las carencias no ayuda a com-
Las investigaciones cualitativas mostraban el pro- prender los sentidos particulares, las emociones y
tagonismo juvenil en acciones poco organizadas. otras dimensiones que sus protagonistas otorgan a
En efecto, a diferencia de otros países de la región, los hechos. Vale la pena entonces plantearse en
en los cuales hay una referencia central a grupos de cada caso, tal como lo hace la criminología cultural
alta cohesión y enclave territorial, como bandas, británica (Ferrell, Hayward & Young 2008), la pre-
“movimientos”, pandillas o maras, este no sería el gunta sobre el contenido concreto de conceptos
caso de los principales centros urbanos argentinos. usuales de estos estudios, tales como exclusión,
Por el contrario, se trataba de delito individual o privación, aburrimiento o excitación así como
realizado por grupos poco estructurados, más vin- ahondar en la experiencia de la ciudad en un delito
culado a la obtención puntual de recursos que rela- caracterizado como “urbano”. Pero ante la tenta-
cionado con alguna forma de crimen organizado ción de determinar en consecuencia el desarrollo
(Kessler 2004, Miguez 2008). Los trabajos grafica- de una suerte de subcultura particular, es útil recor-
ron el desdibujamiento de fronteras entre trabajo, dar aquello que ya hace cinco décadas D. Matza y
escuela y delito. Así, en nuestro propio trabajo, los G. Sykes (1961) señalaban: si algo así como una
jóvenes entrevistados no consideraban que cometer suerte de subcultura ligada al delito en un período
un delito fuera una entrada definitiva a un supues- dado se fortalece, es porque lejos de oponerse a la

142
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Gabriel Kessler

cultura hegemónica, ambas comparten una fuerte nes, pero sobre todo, porque si bien a lo largo del
valoración del éxito individual, la centralidad del tiempo hemos entrevistado mujeres, la problemáti-
consumo, el ahogo frente a la rutina laboral y una ca de género requiere un tratamiento específico que
seducción ambivalente respecto de la violencia. escapa a los objetivos y límites de este artículo.
En el entrecruzamiento de estas reflexiones se
ubica la idea central del presente artículo sobre las Primer tiempo: los márgenes
formas de articulación entre delito, trabajo, priva- de la sociedad salarial
ción y ciudad en las periferias de Buenos Aires en Germán ya ha pasado los 60 años cuando lo
las últimas décadas. Sirviéndonos de distintos conocimos en el 2000. Es uno de los 6 hijos de una
casos tomados de estudios que realizamos desde familia de inmigrantes rurales de origen alemán,
fines de los 90 hasta el 2008, nuestro objetivo es llegados en los años 50 sin nada a una periferia
mostrar que las formas de articulación entre lo obrera en plena conformación para tratar la enfer-
legal y lo ilegal han ido cambiando a lo largo del medad pulmonar del padre en un hospital público.
tiempo. Lejos de postular un “submundo del deli- El pasaje del campo a la ciudad fue traumático, del
to” con su lógica propia, intentaremos demostrar calmo entorno rural a una ciudad que lo asustaba;
que sus transformaciones son tributarias de otras de ir descalzo a la necesidad de usar zapatos, de
dos: en un polo, las mutaciones del mercado de tra- montar a caballo a un tren cuyo ruido lo atemorizó
bajo, no sólo por la creciente carencia de puestos durante años. A lo largo de su vida trabajó, robó,
sino por los cambios en las cualidades asociadas a militó en política, se vinculó con la lucha armada,
los mismos. El otro polo gira en torno a la expe- estuvo preso casi 20 años, salió en libertad a
riencia cultural de la privación, cuyo sentido subje- comienzos de los 90 y desde entonces, según sus
tivo en cada época estará ligado a los cambios del propias palabras, se ha “dedicado minuciosamente
lugar ocupado por el consumo. Finalmente, el pai- a no cometer más errores”. Recuerda su infancia en
saje social donde esto se desarrolla, la ciudad, tam- un contexto de privación absoluta donde “nadie
bién es vivido de modo distinto en cada época. tenía nada” pero es la ciudad quien impone los
Para poder marcar estos cambios temporales, el nuevos deseos al mismo tiempo que presagia la
artículo se estructura en tres momentos, uno pro- frustración por no poder alcanzarlos. De este modo
pio de la sociedad salarial, otro centrado en la déca- lo recordaba:
da del 90 y un poco después y el último, más
actual, en el conurbano de la recuperación econó- En la ciudad aparecen los deseos y las ganas de
mica y del incremento de la preocupación por el tener cosas, pero también cuesta más compartir. Y
delito. Cada época estará ilustrada por historias de eso también se ve en la sociedad, porque también
vida y trayectorias particulares. En el primero, se es una injusticia social. Al no verlo un poco más
trata de casos puntuales considerados como “casos repartido, te empieza a trabajar la cabeza. Yo ya de
extremos” (Flybvjerg 2004); con ellos no se preten- muy temprano decía, hay cosas que no sé si las
de generalizar, pero su alejamiento de las ideas más voy a lograr. Tenía 8 años entonces y ya observaba
corrientes sobre sus épocas, sirven para cuestionar esas cosas.
consensos sobre las mismas; mientras que en los
otros dos momentos, el grado de generalización Sitúa a la “rebeldía contra la injusticia” en el origen
será un poco mayor. Todos los casos elegidos son de tanto de su compromiso político como de sus deli-
hombres, en parte porque más del 90 % de los pro- tos. En un primer momento se acerca al Partido
cesados por delitos contra la propiedad son varo- Comunista y en paralelo encuentra en “la esquina

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Gabriel Kessler Dossier: Violencia y Psicoanálisis

y el bar” su lugar de pertenencia. Con los amigos se …Yo militaba en el PC y después empecé con un
habla de fútbol, de mujeres, de política y también sindicalismo muy fuerte, y entonces como la mayo-
se fantasea de algún robo que los haga “salir de ría de la gente conocía un poco mi trayectoria delic-
pobres” porque trabajando no parece factible. tiva para decirle así, era como una especie de tener
Vislumbrando el futuro como trabajador se ve confianza en un tipo que tenía coraje. Coraje una
“siempre en el mismo lugar” y así a lo largo de 15 mierda, porque uno está lleno de miedos. Pero
años participa de robos armados a bancos, hoteles como tiene una cierta trayectoria, se anima.
y restaurantes. Germán encarnaría lo que en el
mito popular es un “profesional del delito de anta- Cae preso en 1977 en la dictadura militar (1976-
ño” a los que suele pensarse dedicados sólo al deli- 1983), lo salva de una probable desaparición o
to. Sin embargo, Germán y aquellos con los que muerte tener causas abiertas por delitos comunes.
tenía relación, nunca dejaron de trabajar. Él prime- En efecto, cuando es apresado, un juez que llevaba
ro lustra zapatos, vende diarios, más tarde trabaja la causa de un robo a un hotel, se entera y lo lleva a
en una pizzería, ayuda en comercios y finalmente juicio y pasa 16 años preso. Germán afirmaba que
se transforma en chofer de colectivo. A pesar de no estando en la cárcel escucha a Adolfo Pérez
tener calificación, se mueve con soltura en un mer- Esquivel, referente central de los derechos humanos
cado de trabajo más fácil que el actual y consigue y Premio Nobel de la Paz y esto lo lleva a organizar
ocupaciones por contactos o de forma casi casual, protestas internas por las condiciones de detención
preguntando en el mismo barrio. El trabajo tenía de los presos que fueron fuertemente reprimidas. En
muchos usos: para tener un ingreso estable porque esos largos años entabla lo que llama “un proceso de
lo obtenido en los distintos golpes lo gasta rápida- auto-educación” para evitar las marcas en el cuerpo
mente, para mantener una identidad respetable en y en el lenguaje de su largo pasaje por la “tumba”,
el barrio y justificar ante los vecinos la compra de nombre dado a la cárcel. Sostiene que desde que
un bien nuevo, como coartada ante la policía al pre- recobró la libertad “a pesar de las tentaciones” no
guntar sobre sus actividades y también para tejer volvió jamás a robar. Cuando lo conocemos, lleva,
redes y obtener información precisa para planificar al menos a todas vistas, una modesta vida en el
nuevos robos. mismo barrio donde creció.
Dentro de esta trama compleja su vida se des- Contactamos a Luisito gracias a una de las
pliega en tres planos paralelos con algunos puntos organizaciones sociales para “jóvenes en riesgo”
de contacto entre si: uno de trabajador pobre, casa- que harán su entrada a fines de los 80. Tiene 35
do sin amor, con dos hijos; el segundo, cuando rea- cuando lo conocimos a comienzos del 2000. Su
liza un robo, obtiene dinero, se esconde y da una historia está signada por una fuerte desestructura-
excusa poco creíble a su mujer y lo gasta rápido en ción familiar: también de origen rural pero de una
consumos suntuarios, en “prostitutas y champag- clase media de la provincia de Buenos Aires, su
ne” y el tercero, el del compromiso político que madre los abandona, el padre se pone en pareja con
muda en los agitados 70. Se aleja del PC por su una mujer, que según Luisito, los estafa y se queda
“tibieza” ya que el partido rechaza la lucha lo arma- con la casa y el pequeño campo. Sin embargo, ella
da y se acerca al peronismo revolucionario, los vuelve poco años más tarde, el padre la perdona
Montoneros y a “pedido de la organización” duran- pero Luisito no: a los 11 años intenta matarla con
te los primeros años de la década, según nos cuenta una escopeta y se escapa: primero va a otro pueblo
“hacía algunos robos para ellos, otros para mí”: a buscar a su madre porque “quería conocerle la
cara”, pero ella se desinteresa por él y entonces

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Gabriel Kessler

toma un tren rumbo a Buenos Aires. Relata una y la marginalidad. Por un lado, el Percha marca
ciudad y sus habitantes amigables respecto de los constantemente una frontera moral entre ellos: él
“niño de la calle”, no identificados todavía, como es un trabajador, no obstante lo cual “hace la
será en las décadas siguientes, con algún tipo de segunda” operación realizada por aquellas personas
amenaza. Por el contrario, la gente lo ayuda, dan que sin participar de un robo, se encargan luego de
comida, orienta y así encuentra un lugar donde vender lo robado. Con esto también refuerza la dis-
vivir. La ciudad de los 70 contaba todavía con espa- tancia moral entre ambos puesto que él “nunca se
cios públicos habitados por distintos tipos de mar- queda con nada” del dinero que así obtiene. De este
ginales urbanos. Luisito encuentra cobijo en un modo Luisito lo recuerda:
área perteneciente a la empresa pública de ferroca-
rriles con vagones transformados en vivienda en El hombre jamás se quedaba con un peso. El hom-
una zona donde hoy, luego de la privatización del bre delante tuyo, te llevaba, vendía, vendía todo y
ferrocarril en los años 90, se levanta un complejo te entregaba toda la plata. Y después cuando vos le
de torres de alta gama. Allí se conforma una suerte querías dar unos pesos, se ofendía. Se ponía como
de comunidad de niños y adolescentes y se hace loco, porque él laburaba. El hombre laburaba y ese
inseparable del Mosca: era su orgullo, no se enojaba porque nosotros
robáramos pero decía: “ustedes hacen lo suyo, yo
En esa época íbamos al cine y nos colábamos con hago lo mío”.
Mosca, pero después llegó un momento que no sé
que pasó y llegó un momento que teníamos ham- El Percha intenta, sin demasiado empeño, en que
bre, y no teníamos cosas y empezamos primero Luisito y sus amigos trabajen. A veces van a ayu-
robando caramelos, pedíamos y antes de pagar darlo al mercado a cargar cajas, les dice que “tienen
salíamos corriendo. No sacábamos plata las pri- que hacerse hombres trabajando” pero se ríe con
meras veces. Pero después un día no sé que pasó, sus impericias en el trabajo físico del mercado. En
buscábamos comida y encontramos plata. Claro, un momento se inicia en la venta de drogas, pero
porque primero era para comer, después era diver- luego de un enfrentamiento a tiros con otro grupo
sión, después era por la plata y bueno, caíamos vendedor, considera que es muy riesgoso. Se espe-
presos y cuando salíamos queríamos más plata cializa entonces en lo que llaman el “escruche”:
porque queríamos hacer esto, queríamos hacer robar de noche en negocios cerrados. Son los
aquello, ya la mentalidad fue cambiando de a comienzos de los 80, una época casi sin alarmas,
poquito nos fuimos dando cuenta que algo de la sin guardias privados ni otros dispositivos de con-
práctica te va cambiando a medida que lo hacés. trol que vendrán más tarde, por lo cual el trabajo le
parece muy fácil y con bajos riesgos. Sin embargo,
Muy rápidamente aprende a moverse con soltura Luisito también cae preso en 1984 apenas cumple
en la ciudad, a escapar de la policía y de los institu- 18 años, sale a los 3 años y entra en contacto con
tos de minoridad. Al principio se trata de mera una organización social que empieza a trabajar con
supervivencia, poco a poco, esto va cambiando: el “jóvenes en riesgo”. Se transforma en “operador
deseo por bienes nuevos aparece en la misma medi- social”, contacta a otros jóvenes con una historia
da que van robando y accediendo a ellos. En el similar a la suya, los integra a las acciones de la
mismo lugar vive el otro personaje central de su ONG, se capacita en el trabajo social y a mediados
historia, el Percha. Es un trabajador del mercado de los 90 es invitado a un encuentro nacional de
central de alimentos de la ciudad, entre la bohemia organizaciones sociales a contar su vida y su caso.

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Gabriel Kessler Dossier: Violencia y Psicoanálisis

Cuando lo conocimos veía todavía a su amigo de región. Durante la década el empleo industrial des-
entonces, Mosca quien se puso un pequeño nego- ciende en un 41 % y el desempleo alcanza al 15 %.
cio en la ciudad de Santa Fe donde había nacido, Sin embargo, la situación más frecuente no fue el
pero según nuestro entrevistado, a veces volvía a desempleo de larga duración como en el caso euro-
Buenos Aires porque “siguen robando acá y vende peo, sino la inestabilidad laboral. En efecto, la
allá, en su negocio”. mayor parte de los puestos de trabajo creados en los
noventa correspondían a posiciones precarias, con
bajas remuneraciones, sin cobertura social ni seguro
Las historias de Germán y Luisito no resumen las de desempleo (Altimir y Beccaria 1999). En conse-
experiencias de sus respectivas épocas, pero permi- cuencia, su volatilidad era muy alta, implicando
ten cuestionar algunas ideas actuales sobre el pasa- una elevada inestabilidad de los ingresos. A estos
do. En especial, pensar que el desdibujamiento de puestos accedían sobre todo, aquellos con menor
fronteras entre trabajo y delito es sólo reciente y nivel educativo y calificación, en particular jóvenes.
que anteriormente los límites eran bien precisos. Este era el mundo del trabajo de los más de 60 jóve-
Ambos se mueven dentro de los márgenes de la nes entre 15 y 25 años que entrevistamos a princi-
sociedad salarial, para Germán tanto el trabajo pios del 2000, que habían cometido delitos violen-
como el delito forman parte de su repertorio de tos contra la propiedad. La mayoría habían trabaja-
acciones, cada una con un sentido y valoración do alguna vez, ya sea antes o durante la realización
específica. Luisito está más alejado del mundo de actividades ilegales. Ellos combinaban activida-
laboral, pero mantiene con quienes trabajan, en des ilegales con otras legales. Fueron cadete de deli-
particular con El Percha, una relación de intercam- very, trabajadores de limpieza y mantenimiento,
bio económico, y la confrontación de sus propias empleados de pequeños comercios, cuidadoras de
acciones con el trabajo del aquel, opera como cues- niños, lavadores de autos, entre otras ocupaciones.
tionamiento moral sobre la propia experiencia. Por En los casos para los que fue posible comparar las
otro lado, en ambos hay un paisaje de privación tres últimas ocupaciones, los ingresos fueron decre-
absoluta al comienzo que va cambiando a medida ciendo y también su duración: en las primeras el
que acceden a consumos producto de sus acciones. promedio fue de 20 meses, mientras que en las
Para los dos, también la ciudad es un espacio donde segundas y terceras descendió a 10 meses.
uno aprende con aparente soltura a circular, orien- Nos encontrábamos con una segunda genera-
tarse, encontrar las posibilidades, ya que sólo la ción con inserción inestable. Sus padres, en general
policía obstaculiza los movimientos. jóvenes, habían ingresado al mercado de trabajo a
mediados de los años 80, presentando biografías
laborales ya signadas por la inestabilidad. Los jóve-
Segundo tiempo: desestabilización nes veían frente a ellos un horizonte de precariedad
del mundo del trabajo duradera en el que era imposible vislumbrar algún
En este apartado cambiamos de período y de atisbo de “carrera laboral”. Si la inestabilidad labo-
escala. Si en el primer momento, dos historias nos ral dificultaba imaginar alguna movilidad ascenden-
autorizaban sólo para cuestionar algunas ideas pre- te futura, en el presente llevaba a que el trabajo se
vias, ahora una mayor cantidad de casos nos permi- transformara en un recurso de obtención de ingre-
te un grado mayor de generalización. En los 90 se sos más entre otros: el pedido en la vía pública, el
produce la profunda mutación del mundo del traba- “apriete” (pedir dinero en forma amenazante), el
jo argentino, al igual que en otros países de la “peaje” (obstruir el paso de una calle del barrio y

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Gabriel Kessler

exigir dinero a los transeúntes) y el robo; pudiendo Si, pareja. Seis años. Digamos, seis meses bien
recurrir a unos o a otros según la oportunidad y el y seis meses mal. Seis meses derecho y seis meses
momento. El escenario de estas distintas acciones izquierdo.
era el propio barrio u otros cercanos. A fines de los
90 ya se transita menos que en el período anterior ¿Cómo pensar este pasaje del trabajo a su combina-
por el resto de la ciudad: hay poco dinero para ción con otras actividades? Lo llamamos el pasaje
moverse y comienzan a ser vistos como sospecho- de una lógica del trabajador a una lógica de provee-
sos por la creciente presencia de policías y guardias dor. La diferencia se ubica en la fuente de legitimi-
privados en los espacios públicos de la Capital. dad de los recursos obtenidos. En la lógica del tra-
Nuestros entrevistados combinaban de diferentes bajador, ésta reside en el origen del dinero: fruto del
formas trabajo, robo y otras acciones. Algunos alter- trabajo honesto en una ocupación respetable y
naban entre puestos precarios y, cuando escaseaban, reconocida socialmente. En la lógica de la provi-
perpetraban acciones ilegales para más tarde volver sión, en cambio, la legitimidad ya no se encuentra
a trabajar. Otros mantenían una tarea principal –en en el origen del dinero, sino en su utilización para
algunos casos el robo, en otros el trabajo– y realiza- satisfacer necesidades. O sea, cualquier recurso
ban la actividad complementaria para completar provisto es legítimo si permite cubrir una necesi-
sus ingresos. En ciertos casos, salían a robar los dad, no importa el medio utilizado. Las necesida-
fines de semana con los mismos compañeros del des no se restringían a aquellas consideradas bási-
trabajo. Fernando ha alternado trabajo y robo desde cas (por ejemplo, la comida), sino que incluían a
mediados de los 90, tal como relata: todas así definidas por los mismos individuos:
necesidad puede ser ayudar a la madre, pagar un
Algo hacía, con mi tío: le daba una mano, le pin- impuesto, pero también, comprarse ropa, cerveza,
taba las cosas, le cortaba el pasto a mi otro tío, que marihuana, festejarle un cumpleaños a un amigo y
sé yo, plata siempre tenía. Aguantabas hasta el fin hasta realizar un viaje para conocer las Cataratas
de semana con eso, y después, después tenía la del Iguazú. Así, a diferencia del momento anterior,
otra plata. ya existe previamente un mundo de consumo al
que se quiere acceder.
El sistema de doble ocupación perdura a lo largo de Cuando combinaban trabajo y robo tendían a
los años: establecer el régimen de las “dos platas”: el dinero
difícil que se ganaba difícilmente, en el trabajo, y
Trabajé un tiempo en panadería después, ahí me que costea rubros importantes (ayuda en la casa,
acostumbré a trabajar, como panadero más que transporte, etc.) y la “plata fácil” que se obtiene
nada. Estaba con gente grande, gente que andaba más fácilmente en un delito y de la misma manera
robando bien y a veces salía a robar con ellos y se gasta: en salidas, cerveza, zapatillas de marca,
ganaba muy buena plata, muy buena plata, hacía regalos, entre otras. El dinero deja de ser en sus
la diferencia. acciones un valor de cambio neutro. El régimen de
¿A que te dedicabas en ese entonces? las dos platas es un indicador de que el desdibuja-
A las dos cosas, robaba y trabajaba. Hacia una miento de las fronteras no es una homologación de
changa, pero si era preferible robar antes que hacer todas las acciones, sino que perduran ciertos mar-
una changa, la changa no te la pagaban nada y cadores, en particular la existencia de dos circuitos
robando tenía más plata. de origen del dinero-tipo de gasto que muestra la
¿Hiciste esto en forma paralela? permanencia de una valoración diferente de cada

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Gabriel Kessler Dossier: Violencia y Psicoanálisis

actividad. No obstante lo cual, establecen una rela- experiencia cotidiana de estos jóvenes ninguna ins-
ción sólo instrumental con el trabajo. Y no se trata titución aparece como representante de la ley y,
sólo de la inestabilidad de los ingresos, sino que menos que menos, la policía. Para ellos se trata de
cuando se ahonda en sus experiencias laborales, es otra banda, potentemente armada y preparada, a la
evidente que éstas no podrían haber generado el que se teme mucho más por la posibilidad de morir
tipo de socialización históricamente asociada al o ser lastimado al caer entre sus manos que por la
trabajo. Relataban pasajes cortos por ocupaciones certeza de que los conduzca ante la ley. No es que
diversas, que no los calificaban en un oficio o acti- carezcan de vínculos con instituciones: habían ido
vidad determinada. La inestabilidad dificultaba la o continuaban yendo a la escuela, en sus barrios
construcción de una identidad laboral de algún hay organizaciones sociales, agencias del estado
tipo: de oficio, sindical o aún de pertenencia a una como comedores escolares y también iglesias o clu-
empresa. También es poco probable la conforma- bes deportivos. Sin embargo, si no conociéramos
ción de vínculos duraderos en grupos laborales en sus barrios y nos guiáramos sólo por sus descrip-
las que todos eran inestables. ciones del lugar, parecerían que hay sólo casas,
alguna escuela y quizás una iglesia. Difícil es
encontrar las marcas subjetivas de tales institucio-
Desprovisto de sus atributos tradicionales, el traba- nes, aún de la escuela. Del barrio se habla con exte-
jo se revestía de un sentido meramente instrumen- rioridad, como si fuera una comunidad social y
tal, acercándose a las restantes formas de provi- geográfica externa: “el barrio no nos quiere”, afir-
sión. En esa mutación, la ley como frontera entre el maban una y otra vez, describiendo las formas en
tipo de acto a realizar se desdibujaba. Algo sorpren- que los vecinos iban colocando dispositivos (rejas,
dente en todo el trabajo de campo fue la dificultad perros, construcción de cemento) para evitar que se
que tenían para percibir la existencia de la ley, junten delante de sus casas, corriéndolos paulati-
entendida como una terceridad, ya sea una institu- namente hacia los márgenes del barrio, donde ya
ción o un individuo, que legítimamente podía no vivía nadie.
intervenir en los conflictos privados. Es así que no Volviendo al tema del trabajo, también su pre-
comprendían por qué razón si robaban y, cercados carización influye en el desdibujamiento de la ley.
por la policía, devolvían el botín a la víctima y En el pasado reciente, el trabajo era un terreno de
hasta le pedían perdón, igualmente eran detenidos. experiencia de derechos sociales y laborales. Parte
Menos ocultaban su indignación cuando contaban de la formación en el trabajo consistía en ir cono-
que un vecino los había denunciado por robar en ciendo y apelando a leyes que regulaban la relación
otro barrio: “no entiendo (...) ¿y él por qué se mete, con los patrones, ya sea limitando la explotación,
si yo a él no lo robé? Tal dilución de toda instancia mediando los conflictos, ante enfermedades o acci-
facultada para intervenir en los conflictos privados, dentes o en la puja distributiva por beneficios.
llegaba al punto de obviar cualquier referencia al Nada de esto se insinúa siquiera en los relatos de
Estado como responsable de sus suertes. Cuando al nuestros entrevistados de su propia experiencia ni
término de una descripción de sus padecimientos en la de sus padres. Narraban arreglos de palabra
económicos se les preguntaba qué rol cabría al para trabajar en los que ninguna regla fue explicita-
Estado en su resolución, a menudo la pregunta ni da, ni siquiera la paga. Algunos sufrieron acciden-
siquiera era comprendida: “¿El estado de qué?” pre- tes trabajando y fueron enviados a sus casas, heri-
guntaban un tanto perplejos. dos, en el momento mismo, sin siquiera recibir
¿Qué llevó al desdibujamiento de la ley? En la atención médica. Es decir, el mundo del trabajo

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Gabriel Kessler

había desaparecido como un espacio de experiencia modo: en toda interacción en la que medie un con-
de la ley. flicto de intereses con el otro, se debe “ventajear”
Decíamos en la introducción que nuestros tra- al competidor, es decir, obtener lo deseado apelan-
bajos cuestionaron el supuesto primado de la do a cualquier medio al alcance. No hay un único
“elección racional” como una actitud natural. En curso de acción elegido, una decisión previa de
ella se basa la “teoría de la disuasión” que sirven atravesar la ley, sino que puede suceder en el desa-
de justificación a parte de las políticas actuales. rrollo de la interacción. Así, un pedido de dinero
Basados en los trabajos de G. Becker (1968) que en la calle sin éxito, puede transformarse en un
consideran al delito como una actividad económi- “apriete” y, si este también fracasa, terminar en un
ca se propone un aumento de las penas y de la pro- robo. Ventajear es una cualidad de la acción: tener
babilidad de ser aprehendido como principal factor buenos reflejos para hacer el movimiento necesa-
disuasivo en el cálculo previo al accionar. Esta teo- rio antes que el rival, anticipándose sobre la jugada
ría presupone que estamos frente a actores racio- del otro, como en las películas de cowboys que
nales, un homo economicus que se maneja con sobrevive el primero que desenfunda su revolver y
cálculos de costo-beneficio antes de emprender dispara. El ventajeo ayuda a comprender el
cada una de sus acciones. Sin embargo, el tipo de aumento de los homicidios ante pequeños críme-
cálculo que nuestros entrevistados parecían des- nes que tuvo lugar en los años 90. En efecto, según
plegar en sus acciones era particularmente limita- los datos oficiales2, en la ciudad de Buenos Aires,
da; se trataba de acciones rápidas, la víctima se que registraba históricamente tasas de homicidios
elegía al tanteo, casi sin premeditación. Un obstá- en ocasión de robos muy bajas, alrededor de 1
culo central para la realización de un cálculo racio- sobre 100.000 habitantes, entre 1993 y 2003, se
nal era la limitación del horizonte temporal imagi- elevan a 5 cada 100.000. En un contexto de fuerte
nario. Para anticipar las consecuencias de las even- incremento de la posesión de armas en los hoga-
tuales acciones se requiere vislumbrar un tiempo res, la lógica del ventajeo legitimaba disparar ante
más allá de la acción, un futuro en el cual se pade- el mínimo movimiento que hiciera sospechar que
cerán los resultados de haber optado por el delito. la víctima pudiera tener un arma. El ventajeo es
Los relatos muestran una fuerte fragmentación una lógica que privilegia exclusivamente los fines,
espacial y temporal. Cuando narraban los diferen- a los que en última instancia no debe subordinarse
tes sucesos, describían escenas cortas, fragmenta- ningún medio ni ninguna ley.
das, con objetivos específicos: “necesitaba plata En síntesis, en este segundo momento hay una
salí a buscar”; “conseguí un trabajo, necesitaba gran mutación: el trabajo no sólo escasea sino que
plata para viajar, salí a robar para el colectivo”. desprovisto de cualidades comienza a ser conside-
Cada escena era auto-referente, tenía un principio rado como un recurso más dentro de la lógica de la
y fin y en las decisiones que se tomaban no pare- provisión. A su vez, el mundo del consumo está
cían realizar una evaluación más allá de los límites más presente desde un comienzo, así como las
y objetivos de la situación. necesidades son variadas y definidas según cada
La lógica de la provisión se articulaba con otra uno. La ciudad va dejando de ser un espacio de
que es una suerte de código informal de procedi- posibilidades tan abierto como en el período ante-
mientos para estas escenas cortas, el “ventajeo”, rior, para plantear otros en los viven más segrega-
una palabra derivada de “ventajear”, sacar ventaja dos en sus barrios o en las zonas aledañas donde
del modo que sea. Se puede definir del siguiente viven, trabajan y a veces roban.

2. Datos del Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC) dependiente de la Dirección Nacional de Política Criminal del
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Pueden consultarse algunos datos en: http://www.jus.gov.ar/media/
28421/TotalPais2007_homi.pdf.

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Gabriel Kessler Dossier: Violencia y Psicoanálisis

Tercer tiempo: las paradojas de los años sesenta para trasladar poblaciones de
de la nueva exclusión villas miserias –y construido por empresas que, en
En el 2003 comienza en Argentina un ciclo de apariencia, realizaron trabajos con materiales fra-
recuperación económica y social que dura hasta el guados, que generaron problemas estructurales de
2008. Se produce crecimiento económico sosteni- agua, humedad e instalaciones que se agravaron
do, disminución del desempleo y de la pobreza, con el tiempo– se convirtió en un escenario de con-
fuerte incremento del consumo y disminución de flictos a comienzos de los años setenta entre distin-
la conflictividad social, en particular un repliegue tas facciones políticas por su ocupación. Toda una
de las organizaciones de desocupados hacia el tra- parte de la historia local se narra en fragmentos,
bajo barrial. Al mismo tiempo o quizás por ate- pero es difícil conocerla a ciencia cierta: en la dic-
nuarse la preocupación por la economía, se alcan- tadura la represión habría actuado de dos modos:
zan los picos del temor por el delito: en 2003 por mediante la desaparición y muerte de jóvenes mili-
primera vez la preocupación por el crimen supera a tantes y también, según se cuenta, de distintos per-
la del desempleo o la crisis económica y el tema es sonajes ligados al delito, para quedarse con sus
considerado un problema importante por no negocios o con fines de exterminio puro. La violen-
menos del 80 % de la población (Kessler 2009). No cia policial contra gente del lugar, en particular
se trata de una particularidad local, en el 2008 la jóvenes, nunca se detuvo. En el 2004 se montó un
delincuencia fue considerada como el principal dispositivo de fuerzas de seguridad apostados día y
problema por los latinoamericanos noche en las vías de entrada al barrio, controlando
(Latinobarómetro, 2008: 25). La preocupación se quienes entraban y salían. Circulan asimismo
duplicó entre 2003 y 2007 (Dammert, Alda y Ruiz, decenas de historias de la complicidad del poder
2008: 21) y ha cobrado relevancia aun en los países político y policial con el delito, de desarmaderos de
donde las tasas de delito son comparativamente autos, de lugares de secuestro, de relación con las
bajas. cárceles, todas narraciones con un peso local enor-
Este último apartado nos encuentra en el 2007 me y retomadas a menudo en la construcción del
en un complejo habitacional del conurbano que estigma mediático.
encabeza en los medios el paradigma de la idea de Los años noventa también han dejado su marca
lugar peligroso asociado al delito. Su nombre origi- al intensificarse la relegación urbana. Ninguna
nal: Barrio Padre Mugica, en recuerdo de un cura política focalizada o de inversión en infraestructura
comprometido con el Movimiento de sacerdotes del conurbano se ocupó del barrio y, mientras
del Tercer Mundo, con profunda militancia social, tanto, la mala reputación del lugar fue creciendo y
asesinado por fuerzas parapoliciales, la AAA agravando la dificultad de los residentes para con-
(Alianza Anticomunista Argentina) en 1974. Fue seguir empleo. Los colectivos, las ambulancias y los
llamado por el gobierno Militar Ejército de los taxis no entran allí, y tampoco hay datos precisos
Andes, en referencia a aquel que bajo el mando del sobre la cantidad de población existente; en la
Gral. San Martín, el héroe nacional, liberó Chile y prensa, los números van de 20000 a 100000 habi-
Perú. Pero en 1993, un periodista televisivo ante tantes; para el municipio, son alrededor de 35000
un espectacular hecho delictivo lo rebautizó con el personas, y para el censo nacional del 2001, 17000.
nombre con el que hoy todos lo conocen: Fuerte Las autoridades del municipio señalan que la gente
Apache, en referencia a la película en que Paul del barrio tiene “una forma de ser particular” y el
Newman era policía en uno barrio peligrosos del estigma es un tema de conversación omnipresente.
Bronx, en New York. Este barrio, levantado a fines Se nota, en principio, en las formas de hablar de él:

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Gabriel Kessler

el barrio “se sufre”, “se padece”, sería una influen- hay, si yo estoy bien sé que las cosas están bien, si
cia negativa. Se dice: “Mi hijo sobrelleva bien el yo estoy mal, las cosas van a estar mal.
barrio” y, de hecho, un tema central es la educación
de los hijos varones. Las madres hablan de poder ¿Cuánto es un efecto de época y cuánto de un lugar
“retener al hijo”, en una suerte de competencia con segregado? Es difícil saberlo, pero lo cierto es que
sus pares del barrio que tratan de que los hijos “se los relatos en este lugar son más vivaces y coloridos
tuerzan”. Pero los que aparecen como muy apega- que los escuchados en las entrevistas del segundo
dos a los padres son descalificados y hostilizados momento. El barrio es un lugar divertido, con
por los otros jóvenes del lugar con el calificativo de música fuerte en las calles, mucho movimiento.
“gobernados”. Una diferencia central con el período anterior es el
En este barrio se expresan algunas de las para- desarrollo de una cultura popular que recoge signi-
dojas actuales de las nuevas formas de exclusión. ficados e imágenes de la vida cotidiana de estos
Para decirlo sintéticamente y en relación con el jóvenes; un ejemplo paradigmático es la llamada
período anterior: hay más consumo, pero mayor “cumbia villera” (por villa: favela). La cumba es ori-
importancia de la privación como experiencia sub- ginaria de Colombia, pero ya tiene una historia,
jetiva. Más trabajo en general, pero más alejado de variantes local y un llamado “mercado tropical”
ellos en gran medida por el estigma que pesa sobre muy desarrollado en Argentina; la cumbia villera
el lugar. Mayor condena social al crimen junto con nacida a fines de los 90 es una de sus vertientes
el auge de un mercado cultural en la televisión y en más exitosas. Sus CDs llegaron a representar entre
la música en la que circulan contenidos culturales el 25 y el 50 % del mercado discográfico en su
asociados al delito urbano. Veamos cada una de momento de mayor auge (Martín, 2008). Dicha
estas paradojas: si bien desde el 2003 se recupera la autora argumenta que ésta recrea narrativas pre-
economía y el empleo, la tasa de desempleo de sente en este universo: la valoración del ocio, el
jóvenes de 15 a 24 años en 2006 es del 25.1 %, 2.5 robo y un tiempo sin ordenamientos como oposi-
veces las tasas para la población general (OIT ción al trabajo y a las formas tradicionales de cons-
2007). Para intentar conseguir un empleo es nece- truir la masculinidad. Sus letras, agrega, cuestio-
sario poner una dirección por fuera del barrio y nan la discriminación, se reivindica ser considera-
mentir sobre el domicilio: pero no es sólo eso; el do “negro” que en Argentina tiene menos una con-
tipo de ocupación posible es para muchos muy notación étnico-fenotípica que un atributo moral
poco deseable. El mejor empleador de la zona es negativo. Lo que interesa señalar es que esta músi-
uno de los concesionarios privados de recolección ca expresa una estética y ciertos sentidos que se
de basura de la Capital que tiene su sede muy alejan del mero relato de la privación o la exclu-
cerca. En contraposición a este horizonte laboral sión, casi hegemónico en los discursos sociológicos
poco atractivo, se consolida una valoración de una sobre las condiciones de vida de estos jóvenes. Pero
vida no ligada a un trabajo rutinario; una forma de en el barrio no sólo se escucha esta cumbia, sino
vivir el momento y de aprovechar oportunidades de que el abaratamiento de las formas de producción
consumo. Así lo expresa Brian: musical ha permitido que hayamos encontrado no
menos de una docena de pequeños estudios en
Yo vivo acá, estoy acá y estoy bien, qué sé yo. ¿Viste casas de distintos géneros, en particular el rap y hip
que la gente no le encuentra sentido a la vida? Yo le hop y sus producciones en CDs artesanales circu-
encontré el sentido a la vida y para mí es vivir como lan de mano en mano y se venden en los puestos
uno quiere y estar como uno quiere, otra cosa no del mercado local.

151
Gabriel Kessler Dossier: Violencia y Psicoanálisis

Llegamos así a la segunda paradoja: aquella que padre entrevistado nos contaba de los sacrificios
se produce en torno al consumo. El barrio no es por comprarle una zapatilla de marca para que su
ajeno a la reactivación general: a la par de la perdu- hijo adolescente no “trate de conseguirla por otro
rabilidad de carencias habitacionales, de salud y modo” ya que “él le dijo que no quiere ser menos
otras, se observan en el barrio zapatillas de marca, que sus compañeros”. Los jóvenes varones se que-
equipos de gimnasia, celulares, MP3, motos, entre jaban que a las chicas más codiciadas las seduce
otros bienes. Los productos pueden ser legítimos, quien tiene una moto, más allá de cuál sea su
falsificaciones de calidad diversa y otros cuyo ori- atractivo físico. De este modo, el barrio no es ajeno
gen es indescifrable. Al igual que en todas las gran- a la señalada centralidad de la experiencia del con-
des urbes de América Latina, ha habido lo que algu- sumo en la construcción de la subjetividad en la
nos autores llaman –de forma discutible– “demo- Modernidad Tardía (Bauman 2009). Nuevamente
cratización del consumo” (Guedes y Oliveira Brian nos sirve de ilustración:
2006). De este modo, hay más objetos circulando,
pero sobre todo un discurso no encontrado en el Si no tenés un peso, te tira la autoestima para
período anterior sobre el consumo como forma de abajo. Si yo robo y gasto mi plata tranquilo, ¿por
placer individual o, por ejemplo, sobre la necesidad qué me joden? Eso es discriminación, mientras no
de exhibir ciertos bienes para tener más atractivo lastime a nadie no tienen por qué meterse.
sexual o una mayor valoración de los pares. Un

152
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Gabriel Kessler

En el testimonio anterior, consumo y delito aparecen mo, experiencia urbana y delitos contra la propie-
vinculados y sin duda, la lógica de provisión señala- dad. Uno de nuestros objetivos era mostrar que
da en el punto anterior se mantiene vigente. Pero, siempre hubo fronteras, puentes e interrelaciones
además, hay en los relatos y las “reservas de expe- entre delito y trabajo y como los cambios de este
riencias” disponibles en el barrio constantes referen- último han operado sobre aquel. En el primer perí-
cias al delito. Así hay una fuerte interrelación con la odo, el trabajo estaba siempre presente, eran pues-
cárcel: un dicho del lugar es “lo que se hace afuera se tos por lo general estables, estratificados, aburridos
paga adentro y lo que se hace adentro se paga afue- o muy esforzados físicamente. El hecho de no
ra”, señalando la existencia de canales de comunica- tomarlos como actividad principal no implicaba
ción y controles cruzados entre la cárcel y el barrio. menospreciarlo o ignorarlos; el trabajo ofrecía una
Otro rasgo de la época: la muerte joven que en perí- variedad de usos y significados. Ya sea como coarta-
odos anteriores era una desgracia, un hecho infortu- da, formas de obtención de información y de algu-
nado y poco frecuente, en este barrio y en este perí- nos recursos, frontera moral con los propios ilegalis-
odo ya es una presencia continua. Muertos por la mos, muestra fehaciente de la imposibilidad de
policía, por otros jóvenes, pero también por acciden- ascenso social, de uno u otro modo, en los primeros
tes de tránsito, por HIV-Sida, por causas poco claras, casos el trabajo se presentaba. En el segundo
los relatos del barrio están poblados de muertos jóve- momento, el trabajo se rarifica, se desestabiliza, no
nes durante la última década. Entre los jóvenes, desaparece del horizonte, pero desprovisto de sus
haber conocido la muerte de otros de su misma cualidades se convierte en un medio más, asimila-
edad, refuerza la valoración del consumo y de la ble a las restantes formas de provisión. No obstante
diversión, dado que no se tiene ninguna certeza de la lo cual, la persistencia de una evaluación moral
continuidad de la vida a largo plazo. En resumen, lo encarnada sobre todo en el régimen de “los dos
que llamamos nuevas formas de exclusión se carac- dineros” lo ubicaba por encima del delito. En el ter-
terizan por una mayor estigmatización y relegación cer período, el trabajo ha vuelto al paisaje social
de estos jóvenes pero, al mismo tiempo, la presencia general, pero la estigmatización y la desconfianza
de contenidos culturales y de experiencias subjetivas hacia los jóvenes les dificultaban el acceso y a su
comunes con los sectores “incluidos”. En particular vez, una creciente valoración de una vida sensual
se nota en la importancia creciente del consumo en ajena a la rutina laboral lo volvía en un horizonte
incluidos y excluidos como en la circulación de cier- poco deseable.
tos contenidos culturales, al mismo tiempo conde- En cuanto a la privación, en el primer período la
nados por discursos oficiales por su alejamiento de la experiencia de fondo es la privación absoluta. El
ley, pero mercantilizados en productos culturales de consumo como posibilidad y deseo va apareciendo
circulación masiva, mostrando, una vez más que los poco a poco, en la medida en que las acciones ilega-
entrecruzamientos y superposiciones entre “subcul- les lo acercan a él. En la segunda etapa, la sociedad
turas marginales” y culturas hegemónicas son un de consumo ya está presente de antemano y se
fenómeno habitual en todas las épocas que puede ir advierte una pluralidad de objetivos de provisión.
cobrando configuraciones diferentes a lo largo del En el tercer momento, la lógica de provisión persiste
tiempo. y un mayor acceso a bienes se superpone a una cen-
tralidad novedosa de la experiencia del consumo en
Palabras finales la construcción de la propia subjetividad. De este
A lo largo del artículo presentamos distintas for- modo, más relegados y estigmatizados en ciertos
mas de articulación entre trabajo, privación, consu- aspectos, los jóvenes comparten con aquellos inclui-

153
Gabriel Kessler Dossier: Violencia y Psicoanálisis

dos este rasgo considerado central en la construc- Bibliografía


ción de la identidad en la Modernidad Tardía. ALTIMIR, Oscar & BECCARIA, Germán (1999). El Mercado de
La ciudad, por supuesto que cambió y, sobre Trabajo bajo el Nuevo Régimen Económico en la Argentina.
Santiago de Chile, CEPAL. Serie Reformas Económicas 28.
todo, la forma en que la experimentan. En la pri-
BAUMAN, Zygmunt. (2009). Mundo consumo. Paidós,
mera época es una ciudad temida a veces, pero Barcelona.
sobre todo un lugar de aventuras, diversión, espa- BECKER, G. 1968. “Crime and Punishment: An Economic
Approach.” En Journal of Political Economy, 4 (76) Chicago: 169-
cio de oportunidades y desplazamientos, con 217.
intersticios para la marginalidad urbana donde el FLYVBJERG, Bent (2004) “Five misunderstanding about case-
study research” In SEALE, Clive, GOBO, Giampietro, Gubrium,
mayor y casi único obstáculo visible es la policía. Jaber & SILVERMAN, David, Qualitative Research Practice,
En la segunda época, se los ve más confinados a London and Thousand Oaks, CA., Sage: 420-434.
sus barrios, con menos medios para salir. El centro DAMMERT, Lucía (2000), Violencia Criminal y Seguridad
Pública en América Latina: La Situación de Argentina, Políticas
de la ciudad y la capital, en general, está poco pre- Sociales, 43, Santiago de Chile, CEPAL.
sente en sus cartografías cotidianas y no es para DAMMERT, Lucía, ALDA, Erik & RUIZ, Felipe (2008),
“Desafíos de la seguridad ciudadana en Iberoamérica”, II Foro
menos, policías, vecinos y guardias privados los Iberoamericano sobre Seguridad Ciudadana, Violencia y Políticas
miran con desconfianza u hostilidad apenas los Públicas en el ámbito local, Santiago de Chile, FLACSO Chile.
ven acercarse. En la tercera, los dispositivos públi- DIRECCIÓN NACIONAL DE POLÍTICA CRIMINAL (DNPC)
(2001) Hacia un diagnóstico sobre seguridad en la Ciudad de
cos de control y policiamiento ya han tenido lugar Buenos Aires. Análisis de Estadísticas Policiales, Buenos Aires,
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
y el barrio estudiado vive rodeado de fuerzas de
FERREL, Jeff; HAYWARD, Keith & YOUNG, Jock. (2008)
seguridad, pero al mismo tiempo, se recrea una Cultural Criminology: An Invitation, London, Sage.
vida barrial, más sensual y divertida que la des- KESSLER, Gabriel. (2004), Sociología del Delito Amateur.
cripta en la etapa anterior. Buenos Aires, Paidós.
—————————— (2009) El sentimiento de inseguridad.
En fin, estos son algunos de los ejes que sostu- Sociología del temor al delito. Buenos Aires, Siglo XXI.
vimos aquí y que configuraron determinados ilega- KESSLER, Gabriel, SVAMPA, Maristella & GONZALEZ BOM-
lismos en las periferias de Buenos Aires en las últi- BAL, Inés (orgs.) (2010) Reconfiguraciones del mundo popular. El
conurbano en la post-convertibilidad, Buenos Aires, Prometeo.
mas décadas. Por supuesto que otras variables más Latinobarómetro (2008) “Informe 2008”, Santiago de Chile, dis-
han entrado en juego en los casos estudiados así ponible en www.latinobarómetro.org
como que otros ilegalismos se explicarán de mane- LATOUR, Bruno. (2007). Changer de société, refaire de la socio-
logie. París, La Decouverte.
ras distintas. Nuestro objetivo era mostrar que en MARTIN, Eloisa (2008) “La cumbia villera y el fin de la cultura
el caso del delito contra la propiedad protagonizado del trabajo en la Argentina de los 90s”, Revista Transcultural de
Música, 12, http://www.sibetrans.com/trans/trans12/art05.htm
por sectores desfavorecidos, no alcanzaba con la accesado el 25/04/2010.
referencia a rasgos psicológicos personales, a un MATZA, David & SYKES, Gresham, (1961) “Juvenile
supuesto primado de un homo economicus calcu- Delinquency and Subterranean Values” American Sociological
Review. 26(5): 712-719.
lando siempre antes de actuar consecuencias posi- MERKLEN, Denis. (2005), Pobres ciudadanos. Las clases popula-
bles, costos y beneficios como tampoco la exclusiva res en la era democrática (Argentina, 1983-2003). Buenos Aires,
Gorla.
referencia a privaciones diversas. Intentamos, tan
MÍGUEZ, Daniel. (2008). Delito y Cultura. Los Códigos de la
simplemente, señalar que éste precisa ser com- Ilegalidad en la Juventud Marginal. Buenos Aires, Biblos.
prendido poniendo en primer lugar en el centro de MOTA GUEDES, Patricia & VIERRA OLIVEIRA, Nilson
(2006): La democratización del consumo, Braudel Papers, N° 19,
análisis la experiencia de los propios actores y sus São Paulo, Instituto Fernand Braudel de Economía Mundial.
contextos; uno de los modos de contribuir a com- ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO (2007)
prender una problemática central del presente de Trabajo decente y Juventud en Argentina, OIT, Lima.
SVAMPA, Maristella. (2005), La sociedad excluyente. La
nuestras ciudades. Argentina bajo el signo del neoliberalismo. Buenos Aires, Taurus.

154
Siete suspiros para Rafal

Federico Racca*

1. Chicago bloque soviético se tambalea y el mundo comienza a


Han pasado casi cuarenta años desde la aproba- vislumbrar un sistema unipolar.
ción del primer tratado multilateral sobre derechos Entre los asistentes están el gobernador
humanos: La Convención para la Prevención del Thompson y representantes de las comunidades
Genocidio. Llueve torrencialmente. El termómetro judía y armenia. La gran ausencia es la del senador
apenas sube de los ocho grados. Una pequeña sala William Proxmire.
del aeropuerto de Chicago está llena de gente. El Durante casi veinte años, Proxmire abrió las
humo se mezcla con la humedad y se impregna en sesiones del Senado con un discurso conminando a
las ropas. Estaba previsto un acto al aire libre, pero los senadores a ratificar la Convención sobre
la lluvia obligó a cancelarlo. Genocidio. En esos años, Proxmire, que ocupa el
Hay tensión en el ambiente, no existe el clima escaño dejado por el senador McCarthy, pronunció
relajado y de triunfo que podría esperarse. De un tres mil doscientos once pedidos para la ratifica-
momento a otro arribará el presidente Reagan. ción de la convención y llamó a la inacción del
Hará una breve parada antes de seguir viaje. El Senado “una vergüenza nacional.”
lugar ha sido elegido con precisión: Chicago tiene Finalmente el Senado ha dado su consenti-
una influyente comunidad judía y la ceremonia miento y el presidente está llegando a esta pequeña
cobrará un simbolismo especial en esta ciudad. sala para firmar el acta que vuelve al país parte de
Falta poco menos de tres meses para que el pre- la Convención sobre Genocidio y que –en los
sidente termine su segundo mandato y el nivel de hechos– hará que se cumpla su articulado.
aceptación de su gobierno es uno de los más altos de Se escuchan ruidos en el pasillo. La gente se
la historia. El Reaganomics, una mezcla de desregu- pone de pie. Entre las cabezas se alcanza a ver la
lación del sistema financiero, rebajas de impuestos, figura del presidente.
aumento del gasto militar y utilización del déficit Son las diez y quince del 4 de noviembre de
presupuestario, ha sacado al país de la recesión. El 1988. Reagan camina hacia la sala acompañado de

* Escritor.

155
Federico Racca Dossier: Violencia y Psicoanálisis

un pequeño séquito. Lleva un traje oscuro, camisa 2. Lvov


blanca, corbata y un pañuelo que emerge del bolsillo La primavera está llegando, el invierno ha que-
del saco. Se lo ve más flaco que en las fotografías. dado atrás. Los árboles van recobrando un tenue
Sus canas tienen un leve matizado. La piel del verde y algunas flores se animan a desplegar sus
cuello cae sostenida por la camisa. Tiene los ojos de colores. Los pájaros vuelven de su largo destierro.
un gris-celeste. Se ve el paso del tiempo en ese ros- El sol ilumina más horas y hace que las vidas reco-
tro tan familiar. Con setenta y siete años, es el bren su belleza.
hombre más viejo que ha ocupado el Salón Oval. Polonia se ha declarado independiente; volvió la
–Buenos días. república. Los invasores rusos están ocupados en su
El saludo del presidente silencia las voces, por un Revolución de Octubre y la ciudad de Lvov florece.
segundo todos se detienen en sus dientes perlados. Ha comenzado la segunda década del siglo vein-
–Nos hemos reunido hoy para ser testigos del te y Rafal camina los últimos metros hacia su
pasado y aprender de su atroz ejemplo y para ase- facultad. Hace poco, el antiguo edificio del parla-
gurarnos de que no estaremos condenados a revivir mento ha pasado a manos universitarias. Tiene un
sus crímenes. Por ello, estoy aquí firmando la rati- gran pórtico con dos alas a sus costados, amplios
ficación de la Convención sobre Genocidio. jardines rodeándolo y alberga a cinco mil alumnos
El presidente es interrumpido por un largo de variadas razas y religiones.
aplauso. La emoción se apodera de la sala. Se escu- Rafal Lemkin es un joven callado, de veinte años,
chan algunos ‘vivas’. El presidente vuelve a sonreír, que domina más de diez idiomas, estudia lingüística
espera con paciencia. Luego continúa: y ha comenzado a aprender árabe y sánscrito.
–Les repito: Estoy aquí firmando la Convención No tiene novia ni amante, las mujeres lo inti-
sobre Genocidio, que permitirá a los Estados Unidos midan, inclusive son pocos los varones con los que
ser parte de este acuerdo que fue aprobado por la traba conversación. Se siente más cómodo en sole-
Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948. dad, prefiere la biblioteca y la compañía de los
El presidente hace una pausa. Bebe un sorbo de libros.
agua. Por un momento su rostro cansado parece Entra a su curso, son pocos alumnos, la lingüís-
recuperarse de los años de lucha. En un gesto mecá- tica no es muy popular. El aula es un pequeño anfi-
nico se limpia una pelusa de su saco, acaricia el papel teatro con una barandilla que divide los asientos de
color crema y comienza a enumerar las matanzas de los alumnos del escritorio del profesor. El estilo
último medio siglo: la larga y nazi Noche de los prusiano, la corrección en los modos y el rigor en la
Cristales, el Holocausto y luego Ucrania, Camboya y enseñanza son la norma.
Etiopía. Finalmente explica el trayecto de cuarenta Ha entrado el maestro. Tiene el rostro pálido, la
años desde la firma de la Convención hasta este barba blanca y los ojos marrones. Viste un traje
ingreso de los Estados Unidos. color gris con chaleco y moño negro. Saluda con
El discurso, que apenas ha durado un par de cortesía. Conversa sobre el clima, habla acerca del
minutos, se cierra con un “Dios los bendiga a todos” crecimiento del caudal de los ríos por el deshielo.
y la firma del acta. Un miembro de su staff le señala La charla deriva naturalmente hacia el asesinato,
que deben retirarse. Se ve el cuerpo flaco del presiden- en Berlín, del Gran Visir Talaat Pasha.
te internándose en el pasillo. Pasha, uno de los Jóvenes Turcos, fue ideólogo de
La gente comienza a dejar la sala. La lluvia ha la Masacre Armenia. El Gran Visir ayudó a diseñar
cesado. El viento del norte se siente con su frío un plan sistemático de matanza de la población
húmedo. armenia.

156
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Federico Racca

Primero se separó a los intelectuales y a los los minutos. Ve el anaranjado de alargadas nubes, el
líderes de la comunidad; luego se los deportó y se azul que se va volviendo gris contra el horizonte.
los asesinó. Cuando el pueblo armenio quedó con- Mira cómo los pájaros cruzan en bandadas en busca
fundido, el resto de los hombres fueron secuestra- de sus refugios nocturnos. Escucha los trinos y
dos y muertos. Finalmente, después de saquear los observa el vuelo de las primeras mariposas de la pri-
caseríos y las aldeas, se obligó a las mujeres, a los mavera. Los árboles se mecen con una ligera brisa y
niños y a los ancianos a avanzar por el desierto sin sus hojas esconden y revelan el cielo de más allá.
agua ni alimento. Un par de años después, el Pareciera que la naturaleza toda se conjuga en este
gobierno de los Jóvenes Turcos cayó, Turquía ten- momento, en el aire fresco que comienza a tomarlo
dió un manto de silencio y oscuridad sobre la y lo va conduciendo fuera de la ensoñación, hacia la
masacre y el Gran Visir se refugió en Alemania. noche. Nunca más volverá a sus clases de lingüísti-
Allí, un sobreviviente armenio, Soghomon ca. El incidente lo ha empujado a estudiar abogacía
Tehlirian, cuya familia entera fue asesinada, lo y es lo que hará a partir de ese día.
encontró, lo siguió y le voló la cabeza.
Tehlirian ha sido arrestado en Berlín y va a ser 3. Varsovia y después Riga
juzgado. Toda la clase ha leído la historia en los Rafal ha luchado, ha disparado y tal vez ha
periódicos. El asesinato y el próximo juicio es el matado. Su fusil, pesado y comido por la herrum-
tema dominante en los cafés de la ciudad. En los bre, fue dejado en una trinchera. Varsovia es aban-
alumnos y en el profesor esto parece una normali- donada por hombres como Rafal que todavía pue-
dad; sin embargo Rafal levanta la mano y sus ojos den –y saben que deben– huir. Los cazas y los bom-
pequeños y el rostro flaco se hacen ver. barderos controlan con fiereza el cielo. Los nazis se
–Juzgan al armenio por matar a uno, pero al pavonean. Los judíos son encerrados en el gueto.
que mató a un millón nunca se lo juzgó… La limpieza anticipada y denunciada por el gran
–Ese es un problema de Turquía, no de jurista Rafal Lemkin, avanza.
Alemania –replica el profesor. Es 1939, desde el oeste, el relámpago de Hitler
Rafal escucha las palabras, permanece en silen- ha aplastado a Varsovia. La Segunda Guerra
cio, pero su mente no deja de trabajar. Pide nueva- Mundial comenzó y en el este, el Ejército Rojo avan-
mente la palabra. za comprimiendo a Polonia. La heroica resistencia
–¿Entonces por qué juzgan al armenio? poco pudo hacer ante los dos gigantes estrangulan-
–Señor Lemkin, los estados son soberanos; un do. En vano el país esperó la ayuda de Inglaterra y
estado no puede meterse en los asuntos de otro Francia que sólo observan las matanzas.
estado. Es invierno en la helada Riga. Rafal ha deambu-
Rafal por un momento desespera, no puede lado huyendo de soviéticos y nazis. Se ha refugiado
callar y sus palabras salen como una tempestad. en Vilna, Kaunas y finalmente llegó a este golfo a
–La soberanía no puede servir para aniquilar orillas del Mar Báltico donde se levanta Riga.
pueblos enteros. Tiene que haber un límite. Durante el viaje ha enviado cables a su colega,
El profesor esgrime argumentos, Rafal vuelve a el Ministro de Justicia sueco, pidiendo asilo. Hace
sumergirse en sus cavilaciones, no deja de pensar en pocas horas la visa le fue concedida y al final del día
el armenio encarcelado y en la masacre, pero calla. Rafal cruzará el Báltico para llegar a Estocolmo.
La clase ha terminado. Rafal deja el aula y cami- Siente el aire frío del mar y el chillido de las
na por el parque. Cae el atardecer, pareciera que gaviotas que pelean por comida. Pasa por la Casa de
todos los colores se hacen presentes con el paso de las Cabezas Negras y se interna en una callejuela.

157
Federico Racca Dossier: Violencia y Psicoanálisis

Los edificios de cuatro pisos a ambos lados de la Las palabras del profesor muestran el pesar de
calle, parecen cerrarse sobre él. Riga está tensa, su gente que vive en un perpetuo exilio. Sin embargo
gente desconfía. Rafal golpea tres veces una puerta los hombres se miran y vuelven a sonreír.
pintada de negro. Se escucha la voz de una mujer: –Somos espíritu, poco importa donde vaya la carne.
–¿Quién llama? –Fariseos más que saduceos…
–Soy Rafal Lemkin, busco al profesor Dubnov, El profesor sirve licor en dos copas y hace un
me está esperando. brindis. Quedan en silencio, cada uno metido en
–¿Cómo es su nombre? sus ideas. Finalmente Rafal habla.
–Rafal Lemkin. –Los nazis están decididos a arar esta tierra y a
La mujer abre la puerta y lo saluda. Camina sembrar su gente; a eliminarnos.
lentamente sobre el piso entablonado. Se detiene El profesor no se inmuta ante la afirmación de
ante una puerta y le indica que entre. Rafal se sien- Rafal. Con serenidad, como dando un consejo
ta en uno de los sillones de la biblioteca. Enfrente obvio y sencillo, le dice:
tiene un escritorio cubierto de papeles en desorden –Entonces pruébelo, escríbalo, hable. No basta
y la única ventana está tapada por una pesada cor- creerlo, haga que todos lo sepan. Somos una nación
tina. Los libros, detrás de puertas vidriadas, cubren espiritual, no nos pueden eliminar con solo matar-
las paredes de piso a techo, dándole un tono nos. Ellos no lo creen, pero la sangre es su única
marrón a la habitación. realidad, eso nos salvará.
El profesor Dubnov es un mito entre los judíos. Rafal calla. El profesor juega con su copa. El
Lingüista, historiador y filósofo, sus libros han silencio invade la habitación. Todo lo que tenía que
influenciado tanto a los judíos europeos como a los decirse ha sido dicho. Rafal se pone de pie y saluda
de la diáspora. Rafal ha estudiado sus ideas y ha cortésmente. El profesor lo acompaña hasta la
utilizado algunas. Ahora Dubnov entra a la biblio- puerta de entrada. Rafal sale al frío de la ciudad.
teca y saluda a Rafal con afecto. Después toma dis- Camina por Riga sin rumbo fijo, recordando lo
tancia y se queda mirándolo con extrañeza. hablado. Llega al puerto. En frente está el Báltico,
–Doctor Lemkin ¿piensa imponer su peinado un mar sin olas, congelado en parte. Los barcos
en nuestra estricta sociedad? Debo advertirle que estacionados son comidos por el óxido. Una pareja
será una tarea difícil… camina tomada de la mano.
Rafal queda descolocado ante las palabras del
anciano. Se toca el cabello y nota que los mecho- 4. Estocolmo
nes de los costados están parados. Trata de aplas- Rafal acaba de comer en una fonda. Avanza
tarlos pero se resisten. Los dos hombres ríen. Se junto al lago Mälaren. Pasa por la estación de tre-
sientan. El profesor Dubnov le pregunta por nes. Ve, del otro lado de las aguas, la catedral. Llega
Polonia. Tiene el pelo y la barba blancos, usa traje a su pensión. Entra en la pequeña habitación. Una
con chaleco y una cadena plateada de reloj cuelga cama, un ropero, una mesa y una silla son todo el
de su cintura. Es delgado, de piel muy clara y nariz mobiliario. En el piso se amontonan libros y cajas
aguileña. Despliega una gran energía pese a sus conteniendo los papeles que va coleccionando.
ochenta años. Abre un sobre que le ha llegado en la mañana.
–¿Dónde se aloja? Comienza a leer. Marca algunos renglones con un
–En la casa de unos amigos. Hoy viajo a lápiz rojo.
Estocolmo, me ha llegado el visado. La noche avanza, Rafal va transcribiendo en un
–Huir, la esperanza. cuaderno los párrafos que ha marcado. A un lado

158
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Federico Racca

deja un grupo de papeles abrochados; son directivas Finalmente se ha decidido y vuela hacia Moscú. Lleva
de las SS. poco dinero y un bolso con una muda de ropa, los
Prende la radio. La pregunta ha retornado. La papeles nazis y los cuadernos escritos en Estocolmo.
música le hace compañía, le permite evadirse y Permanece dos días en la capital soviética.
continuar con el trabajo. Finalmente toma los Luego toma el tren transiberiano junto a cientos de
papeles abrochados y comienza a leer las directivas refugiados.
que están fechadas el 20 de diciembre de 1939 y Tarda tres días en llegar a los Montes Urales.
que fueron originadas en la oficina de las SS de Sigue su camino atravesando Siberia y dos días más
Berlín. Ordenan la inmediata confiscación de los tarde alcanza las últimas nieves de Novosibirsk.
pasaportes de “los enemigos del Reich”. Los días Desde allí prosigue viaje hasta Irkutsk y luego hasta
primero y quince de cada mes, esos pasaportes Jabárovsk en la remota frontera china. En el kilóme-
deben ser entregados a las oficinas policiales para tro 9.250 Rafal ve por primera vez el Pacífico y junto
ser remitidos a Berlín. al mar, la ciudad de Vladivostok. Allí se detiene y en
Rafal lee las largas listas de pasaportes. Va un atardecer en que la bahía del Cuerno Dorado se
sumando las nacionalidades. Tres cuartos son judí- tiñe de ocres y azules, parte a cruzar el océano.
os. El otro cuarto está integrado por eslavos y sólo Rafal dedica la monotonía del viaje a revisar sus
hay cuatro alemanes, dos ingleses y un austríaco. escritos y bosquejar su libro basado en los papeles
Deja los papeles. Se toma el rostro con ambas nazis: La regla del eje en la Europa ocupada.
manos. Comienza a llorar. Los anteojos se deslizan A medida que pasan los días, la alegría de arri-
entre sus manos y van a caer entre los papeles. Sus bar a América se va mezclando con la angustia por
manos ajadas no logran detener las lágrimas. haber dejado a su familia. El barco tarda más de una
Llega el amanecer. La luz surge anaranjada y semana en cubrir la distancia entre Vladivostok y
con los minutos vira al amarillo. Los pájaros trinan Vancouver, en Canadá. Luego sigue la costa hasta atra-
en un árbol junto a la estrecha ventana. Las manos car en el puerto de Seattle.
de Rafal persisten en contener un llanto que ya no Despunta la mañana y Rafal camina por el
está. La pregunta que daba vueltas por su cabeza ha puente de madera que une al barco con la tierra: ha
sido contestada, ninguna duda queda sobre lo que llegado a América.
se está ejecutando. Se detiene unos minutos y toma un café en un
bar lleno de pasajeros. Le pregunta a la camarera
5. América cómo llegar a la estación de trenes y se dirige hacia
Son las cinco de la tarde. Rafal se cruza en el allí. Espera algunas horas. La gente en América no
pasillo con el portero de la pensión. El hombre tiene la prisa ni la angustia que la guerra imprime
mete la mano en el bolsillo y le entrega una carta. a Europa.
Rafal la abre. Tiene el sello de la Universidad de Toma el tren hacia Chicago. Atraviesa los esta-
Duke. Le ofrecen un cargo de profesor en Estados dos de Washington, Idaho, Montana, Dakota del
Unidos. Norte, Minnesota, Wisconsin e Illinois y al final
Rafal esperaba este ofrecimiento. Años atrás del segundo día llega a Chicago. Allí cambia de tren
tradujo, junto al profesor McDermott de la Univer - y viaja durante otro día y medio para arribar a
sidad de Duke, el Código Penal Polaco. Desde enton- Durham, en Carolina del Norte, donde se encuen-
ces su amistad se ha mantenido. tra la Universidad de Duke.
Rafal consultó a su familia por este viaje y Es el 22 de abril de 1941 y antes de que el tren se
ellos insistieron en que debe marchar a América. detenga, Rafal ve al profesor McDermott saludando

159
Federico Racca Dossier: Violencia y Psicoanálisis

desde el andén. Se abrazan. McDermott toma su Rafal tiene el paso cansino. Sus zapatos aboti-
bolso y camina junto a Rafal hasta el estaciona- nados parecen demasiado grandes para el cuerpo.
miento. Suben al auto del profesor. Conversan sin Viste un traje claro que se confunde con el color de
parar. La amistad permanece intacta, los años sin la piel. En su mano derecha lleva un portafolio y
verse no la han afectado. una bolsa con galletas de manteca.
Atraviesan la ciudad por una larga avenida, luego Pasa frente a la Biblioteca Petworth y dobla a la
desvían en un paso a nivel y ascienden por una izquierda por la calle Blair. Pareciera que los pensa-
suave colina. Durham es una ciudad pequeña, llena mientos lo han abandonado. Avanza como si no
de árboles centenarios; tiene veredas espaciosas, es importara la dirección.
cuidada y la gente camina y anda en bicicleta vistien- A medida que se aleja del centro, las construc-
do ropa ligera. ciones se van espaciando y la ciudad se vuelve un
El auto del profesor vuelve a girar y entra en suburbio con casas de madera y una vegetación
un bulevar. Avanza varias cuadras y luego cruza cada vez más tupida.
un puente sobre un lago artificial. Al final del El sol se ha escondido y la temperatura baja
bulevar hay un grupo de edificios, McDermott los rápidamente. El camino se eleva en una subida que
señala: parece no tener fin. Hay poca gente en la calle. Las
–Tu universidad. lámparas se encienden dando una tonalidad amari-
lla a los objetos.
6. Washington Rafal llegó a la ciudad hace dos días y se
Rafal ha viajado a la ciudad de Washington. alojó en la pensión en lo alto de la colina de
Camina por las orillas del río Potomac. Los cerezos Takoma. La casona victoriana es de las primeras
están en flor. Este año –los japoneses han atacado del barrio y está regenteada por la señora Barber,
Pearl Harbor y Estados Unidos ha entrado a la gue- una viuda que trata a sus huéspedes con el
rra– no se celebrará el festival anual del Cherry mismo rigor y cariño con que ha criado a sus
Blossom y en su lugar, la ciudad bulle de funciona- hijos. Ella le ha dado a Rafal una habitación en
rios, militares y oportunistas. el último piso. Sobre una mesa que mira a la
Rafal mira el agua plateada por el sol, el rosa calle, él ha colocado sus papeles, sus cuadernos
sutil de los cerezos y a los obreros trabajando en el y una fotografía pequeña y gastada de sus padres
duro diseño del Jefferson Memorial. en el día de su boda.
Durante la mañana Rafal ha dado una confe- Rafal sube la escalera, las maderas rechinan con
rencia. Luego lo llevaron a comer y a recorrer la ciu- los pasos. Hay olor a creolina en el ambiente. Deja
dad. Pidió que lo dejaran junto al río. Siempre el portafolio sobre la mesa y se recuesta en la cama.
quiso ver los cerezos en flor. Está cansado; la larga caminata lo ha relajado. Sin
Caminó por el parque, se detuvo por unos darse cuenta queda dormido.
minutos en un banco, debajo de un árbol y sintió el Los llamados de la señora Barber lo despiertan.
zumbido de las abejas y las vio libar. Va hasta el baño y se moja la cara. En el espejo mira
Ahora avanza por la avenida Constitución y su rostro con la barba canosa apenas crecida. Baja
luego toma hacia el norte por la Calle 14. Rentó a la cocina. Tres huéspedes están sentados a la
una habitación en Takoma, uno de los barrios más mesa. La señora Barber les sirve guiso. Come un
alejados. Piensa quedarse a terminar su libro. poco y vuelve a su habitación.
La temperatura todavía es agradable. La prima- Ha comenzado a lloviznar. Las gotas caen per-
vera llegó y aún quedan unos minutos de sol. pendiculares iluminadas por los faroles de la calle.

160
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Federico Racca

Algunas personas con paraguas pasan como en una una corte marcial cuando exista la absoluta certe-
película muda. za de que se aplicará la pena de muerte y que la
Rafal lee una pila de documentos nazis y va resolución se tomará en un plazo sumarísimo. El
marcando las partes importantes. Busca en su saco resto de los elementos hostiles deberán ser deteni-
un paquete de cigarrillos. Saca uno y lo enciende. dos durante la noche y la niebla y serán transpor-
Fuma atolondrado, tosiendo de a ratos. tados en secreto a Alemania. En el caso de que
De la pila de documentos saca el sobre que le autoridades alemanas o extranjeras manifiesten
dio un asistente a la conferencia. El hombre se interés por tales elementos, se deberá contestar
acercó a Rafal al terminar la disertación y se lo que no existe ninguna información, ni ningún
entregó diciéndole que era “el Decreto NN” y partió dato sobre ellos.”
sin que Rafal pudiera hacerle alguna pregunta. Rafal comprende el objetivo del Decreto NN.
Rafal abre el sobre. Adentro hay unas cuarenta Con él, toda resistencia es eliminada. Los sospe-
hojas. Son copias de órdenes y decretos nazis emi- chosos desaparecen sin dejar rastro. Los pocos jui-
tidos en los países ocupados. Los revisa hasta que cios terminan en la pena de muerte. Los familiares
llega a un grupo que está abrochado y en la primera viven desesperados por el destino de los suyos.
página tiene escritas las letras “NN”. Rafal llora. La angustia parece tomarlo todo.
Está fechado el 7 de diciembre de 1941, el Sus manos se crispan como garras, los papeles se
mismo día en que Japón atacó Pearl Harbor. Rafal arrugan entre ellas. El miedo y el dolor contenidos
lee en el encabezamiento: “Directivas para el casti- comienzan a disiparse. Rafal comprende el destino
go de las acciones cometidas contra el Reich o las de su pueblo. Entiende el plan de exterminio. No le
Fuerzas Alemanas en los Territorios Ocupados.” hace falta más que haberse dado cuenta que el
Pasa las hojas. Observa que a intervalos el texto nombre de NN significa “Noche y Niebla” y que ha
se interrumpe. En la última página, ve la firma del sido tomado de una ópera de Wagner:
Mariscal Keitel.
La noche avanza. La llovizna se detuvo. Los ¿Funcionará el hechizo?
árboles se mecen con una brisa del norte. Rafal lee La noche y la niebla no parecen nada.
minuciosamente cada renglón: “En los territorios ¿Me puedes ver, hermano?
ocupados, elementos comunistas y otros compo-
nentes hostiles a Alemania han acrecentado su Camina por el pasillo. Lleva su cuaderno en la
oposición al Estado Alemán y a las fuerzas de ocu- mano. Su boca sigue repitiendo los versos. Se sien-
pación desde el comienzo de las operaciones en ta en la larga galería que da a los fondos de la pen-
Rusia. La cantidad y la peligrosidad de estos inten- sión. Ve los nogales que se levantan frente a él. Los
tos nos mandan adoptar acciones inflexibles.” frutos están verdes y los troncos tienen un color
Rafal con un lápiz y una letra pequeña y apreta- blancuzco. La lluvia los ha humedecido y las hojas
da, va haciendo anotaciones en los márgenes del parecen brillar.
documento. Parece un escriba, concentrado en las Lentamente, como si hubiera envejecido de
palabras y en la belleza y precisión de sus glosas. golpe, se sienta en un sillón destartalado. Entre el
Los minutos pasan, su mirada avanzó un esta- follaje pueden verse algunas luces distantes. Coloca
dio y ya no se concentra en las palabras si no en sus el decreto sobre su falda. Va pasando las páginas, lo
consecuencias. repasa. En su mente no paran de sonar los acordes
Hacia el final del documento lee: “Las acciones de Wagner. Se da cuenta que no hay un delito que
hostiles en los países ocupados serán juzgadas por englobe la matanza nazi; que el mundo jurídico

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Federico Racca Dossier: Violencia y Psicoanálisis

sigue con la misma miopía de los días del asesinato empleo y gana suficiente para cubrir las necesida-
del Gran Visir en Berlín. des. Papá está en casa porque en verano no tiene
Piensa: Este crimen debe tener un nombre; las trabajo. Cuida tu salud y sé feliz. Tu madre, Bella.”
matanzas nazis no son una serie de asesinatos, son
un plan, un sistema para aniquilar a un grupo, a 7. Nuremberg
una raza, a una cultura. Es mayo de 1946, el primer año después de la
Su cuerpo se tensa, su mano se agarrota y el guerra. La ONU ha sido creada, el juicio contra los
lápiz golpetea sobre su cuaderno haciendo de preca- jerarcas nazis avanza. El discurso de apertura del
rio tamboril. Todo lo que dejó de lado hace un lus- fiscal Jackson fue muy comentado.
tro ha vuelto. Su obsesión por las lenguas y la lin- Rafal llegó hace pocos días a esta ciudad de
güística reaparece. Nuremberg y ha presenciado las audiencias. Vio la
Su mente piensa afiebrada. Ya no hay llanto. Ya sala del Palacio de Justicia repleta de gente y obser-
no hay angustia. vó a Hermann Göring riendo y, a su lado, serios, a
Pasan minutos sin que nada cambie. Luego, Rudolf Hess y Joachim von Ribbentrop.
como si el aire fresco que lo envuelve le hubiera tra- Se alegró al saber que su idea de la conspiración
ído una revelación, toma su cuaderno y lentamente nazi había sido largamente explicada por Jackson y
escribe la palabra griega “genos”, grupo. que su libro La regla del eje en la Europa ocupada
Se detiene por unos segundos y a al lado de circulaba como bibliografía de jueces y fiscales.
genos escribe “thanatoo”, matar. Genos-thanatoo: Sintió ira al conocer que algunos miembros del
el delito de exterminar un grupo. equipo jurídico habían traficado productos en el
Observa la palabra, la aísla, la ve en su materia- mercado negro.
lidad, más allá de la significación. Por un momento Nuremberg ha sido muy dañada por los bom-
su mirada es la de un pintor que observa la pince- bardeos aliados. Pese al esfuerzo para hermosearla,
lada que cruza el lienzo y lo divide en dos. Sabe que son muchos los edificios que se encuentran des-
ese trazo de color, ese vocablo, debe herir, debe pro- truidos. Rafal camina por sus calles estrechas, por
vocar para no ser olvidado. sus cuestas y sus puentes de piedra. Ve el Castillo
Vuelve al lienzo, vuelve a la página. La gira, la Imperial y los bosques que rodean la ciudad. Piensa
somete a todas las miradas y a todas las preguntas en su madre, en su padre, en sus destinos. Al llegar,
con el verde de los nogales atrás, con las distantes habló con un miembro de la delegación soviética
luces de la ciudad apareciendo y ocultándose entre que le prometió averiguar sobre ellos. La esperanza,
las hojas. perdida mucho tiempo atrás, busca anclarse en una
Piensa. Luego tacha la palabra thanatoo. seguridad.
Escribe en su lugar el vocablo latino “cidio”, muer- El día es claro, Rafal camina hacia el automóvil
te. Genos-cidio, genocidio: el delito de exterminar de la fiscalía, el chofer lo está esperando.
un pueblo, una raza o una cultura. –Buenas tardes, doctor Lemkin.
Mete la mano en su bolsillo, acaricia un sobre El chofer es un viejo alto y flaco que lleva el
ajado. Lentamente lo deposita sobre su cuaderno, saco entallado y una gorra azul. Rafal no ha visto
lo abre, toma el papel que hay dentro y lo despliega. jóvenes desde su llegada. El Mercedes negro está
Lee: “Volkovisk, 25 de Febrero de 1941. Querido recién lustrado, es un modelo de los años treinta.
Rafal, todos estamos bien y nada nos falta para Rafal se ha ofrecido a llevar una encomienda a
vivir. Quédate tranquilo con respecto a nosotros. Si Múnich, quiere ver la ciudad que visitó quince años
es posible, escribe más seguido. Tu hermano tiene atrás y que ha sido devastada por la guerra.

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Federico Racca

En el viaje, la belleza de la primavera, el paisaje, 8. Lake Success


los bosques y los ríos no pueden ocultar las imáge- La sede de las Naciones Unidas es una vieja
nes de dolor y destrucción que se ven al costado de fábrica refaccionada. Rafal ha pasado los últimos dos
la ruta. días en ella, en el pequeño pueblo de Lake Success,
A mitad del camino se detienen junto al haciendo lobby para que el tema del genocidio sea
Danubio. El río se mueve tranquilo y amplio, con incluido en la agenda.
pastos altos y árboles en sus riveras. Rafal lo mira Pese a que los horrores del exterminio se hallan
y piensa en su lejana naciente entre los humedales tan cerca en el tiempo –o tal vez por ello– la cues-
de la Selva Negra y en la desembocadura en forma tión produce escozor.
de delta, en las marismas que rodean al Mar Negro. Restan cuatro días para que el temario de la
Regresan al auto. El chofer sintoniza una radio de Primera Asamblea sea oficializado y Rafal necesita
música clásica. Rafal se deja llevar por el sonido, se que su proyecto sea apoyado por tres estados para
siente de vuelta en su Polonia natal, en las primaveras ser incluido.
en la granja familiar jugando con su hermano y los Ha dormido poco. Pasó la última noche en la
hijos de los otros granjeros. Recuerda sus caminatas estación de trenes. No tiene dinero.
hasta el heder y la vuelta pateando cardos y volvién- Durante el día merodea los pasillos y la sala de
dose espadachín con improvisadas espadas de palo. prensa para entrevistarse con los delegados. Ha
El viaje dura tres horas. Una bandada de pája- entregado el proyecto sobre la Convención para la
ros cruza la ruta. Múnich se halla a una decena de Prevención del Genocidio a las personas que entre-
kilómetros. La pobreza ha tomado a Alemania; vistó. Logró un valioso aliado en la persona del jefe
Rafal lo ve en las míseras ropas y la ausencia de de la delegación panameña, el doctor Ricardo Alfaro.
automóviles en el camino. Alfaro es un hombre afable que ha sido actor de
El chofer maneja inmutable. El camino, repleto teatro. Con Rafal lo unen la pasión por el derecho
de pozos y cortes, deja ver los comienzos de la ciu- internacional y la lingüística.
dad. Se internan por calles sembradas de escom- Ayer se ha llevado una copia del libro de Rafal y
bros. El gris predomina sobre todo. Rafal ha visto la la propuesta sobre genocidio. Prometió estudiarlos
destrucción de las bombas en Núremberg y y darle hoy una respuesta sobre si Panamá firmará
Londres, vio las fachadas desnudas sin nada detrás el proyecto.
y el cielo azul a través de las ventanas de esas A poco de llegar a Lake Success, Rafal se dio
fachadas. Pero lo que no vio y ahora ve, es la des- cuenta que la estrategia era conseguir el apoyo de
trucción total, el aplanamiento de una ciudad. países pequeños, porque los delegados tenían
Le pide al chofer que se detenga. Baja del auto. mayor poder de decisión. Luego centró su atención
A ambos lados de la calle no hay más que monta- en los países de Centroamérica que formaban un
ñas de escombros y pedazos incompletos de pare- bloque homogéneo y así llegó a hacerle la propuesta
des que se mantienen en un equilibrio absurdo. al doctor Alfaro.
Sobre una de estas paredes destruidas, Rafal ve Rafal camina por el pasillo que comunica la sala
un petirrojo recién llegado de su invernal estancia de prensa con las salas de las comisiones. En su
en África, cantando para encontrar pareja. Al día mano tiene algunas copias mimeografiadas de la
siguiente volverá y, fríamente, el delegado soviético propuesta. Sus ojos celestes parecen grises detrás
le informará que cincuenta de sus familiares han de los gruesos vidrios de los anteojos. El cuerpo le
sido asesinados; y que su madre y su padre murie- ha cambiado, parece más pequeño. En sus ropas
ron en Treblinka. hay una dejadez que se va pronunciando. Tiene las

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Federico Racca Dossier: Violencia y Psicoanálisis

manos ajadas; los pliegues se parten y Rafal coloca Rafal entiende que la próxima sesión de la Asamblea
pedacitos de papel higiénico para detener el sangrado. General tal vez sea la última chance de lograr una
Aparece el doctor Alfaro. Lleva un traje impeca- Convención sobre Genocidio.
ble y unos finos anteojos con marco de metal. En las calles de Nueva York el aire frío parece
–Profesor Lemkin. cortar los rostros. Rafal se sienta en un bar oscuro,
El doctor Alfaro estira su mano y Rafal lo salu- a pocas cuadras de donde vive. A su lado una mujer
da. Se dirigen a una pequeña habitación al lado de toma café con tostadas y mermelada. Lleva un
la sala de prensa. Alfaro se da cuenta de la tensión tapado de paño y anteojos. Lo mira en un gesto
de Rafal y trata de calmarlo. repetido de saludo. Rafal bebe una medida de gine-
–Panamá dará su apoyo. Solo hay pequeñas bra barata, es todo lo que su bolsillo puede pagar.
cuestiones en que quisiera que trabajásemos. –Rafal Las luces de neón de los carteles se prenden y se
apenas esboza una mueca de agrado y automática- apagan dándole una tonalidad azul al ambiente.
mente vuelve a su gesto adusto. –Será un gran logro, Rafal tiene avanzada una alianza para apoyar la
profesor. Para mí es un orgullo que Panamá vaya a convención. Ha contactado a líderes de organiza-
quedar como impulsor de este proyecto. Su libro es ciones judías, católicas y de la iglesia protestante.
excelente. Se dará cuenta por mis ojeras que anoche Mandó cartas y se comunicó con ministros, emba-
no he pegado un ojo para terminarlo. jadores, presidentes y dictadores de países de los
La risa de Alfaro parece un corcoveo. Rafal perma- cinco continentes. Sin permiso utilizó teléfonos de
nece en silencio, concentrado en sus pensamientos. las oficinas a las que tuvo acceso. Robó estampillas
del escritorio de un embajador que se levantó para
9. Nueva York ir al baño y comió restos que había en una mesa de
El tema de una Convención sobre Genocidio la cafetería de Lake Success.
entró en la agenda y la Asamblea General dispuso Muchas veces no tiene dinero para el metro y
que se preparara un borrador para esa convención. debe caminar los kilómetros que separan la esta-
Rafal vive en casa de unos amigos en la ciudad ción de trenes del departamento donde se aloja.
de Nueva York y trabaja en el borrador. No tiene un Esta mañana ha recibido una carta de la escri-
ingreso fijo, vive de sus ahorros y de la caridad de tora Pearl Buck. Ella prepara un manifiesto que
quienes lo conocen. llevará la firma de personalidades para apoyar la
Tres veces a la semana deja la ciudad y viaja convención.
hasta el cercano Lake Success. Todos conocen a Semanalmente se escribe con Rafal. En los últi-
Rafal, con todos habló del genocidio y a todos ha mos meses las cartas han mudado de una correcta
tratado de convencer para que apoyen la conven- frialdad al cariño.
ción. Para algunos es una figura decorativa, pero Pearl fue notando que más allá de ese profesor
para la mayoría es un personaje molesto, que empecinado había un hombre solo. Su instinto
rompe los protocolos diplomáticos. maternal ha aparecido y se cuela sutilmente en las
Su salud ha empeorado. La presión le sube de líneas que Rafal está leyendo.
forma descontrolada y los remedios no logran Pocos años atrás, Pearl fue la primera nortea-
bajarla. Su obsesión se acrecienta con el paso de los mericana en ganar el Nobel de Literatura. Sus
meses. novelas se convirtieron en bestsellers y Hollywood
Está terminando 1947 y ha comenzado la las llevó al cine. Sin embargo los críticos no han
Guerra Fría. El conflicto entre árabes y judíos por sido benévolos con ella; le adjudican liviandad y
Palestina se está convirtiendo en una guerra abierta. valerse del exotismo para impresionar.

164
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Federico Racca

Rafal abre el sobre. El papel es rústico, de un leve de levantar y por enésima vez lo saluda. La puerta
color tierra. En la parte superior tiene grabada la de ingreso se abre y entran dos hombres. Vuelve a
dirección de Pearl: “R. D. 3, Perkasie, Pennsylvania.” la lectura:
También hay otro sobre sin cerrar. Rafal lo inspeccio-
na, es el texto del manifiesto. “Acabo de mandar a imprenta mi nueva novela,
Vuelve a la carta, lee. Como todos los escritos Peonia. Cuenta la historia de los judíos de
que Pearl le envía, comienza con un agradecimien- Kaifeng, una ciudad en el este de China –como
to. Rafal siente que es una cortesía redundante; le verá lo de las minorías se ha colado en mi alma.
molesta, lo pone incómodo: Peonia es una bella sirvienta; se ha enamorado
de David, su joven amo que tendrá que decidir
“Estimado Dr. Lemkin: Le agradezco su amable entre el amor por ella o el respeto de las tradicio-
carta del 28 de noviembre. Me alegra que los ami- nes chinas y judías de sus padres.
gos del New York Times lo hayan recibido y vayan El libro se asienta en una frase del tao que le es
a publicar los artículos sobre genocidio. Creo que enseñada a Peonia: La vida es triste y no se puede
usted exagera el valor de mi intervención; la causa lograr la felicidad hasta comprender su tristeza.
de su lucha es lo que realmente logra abrir puertas. Muchos siglos atrás, la Dinastía Manchú hizo
He estudiado los papeles que me envió. Ahora de la peonia la flor nacional y, en mi libro, Peonia
comprendo mejor las implicancias que la representa a China y a la belleza de lo femenino.
Convención sobre Genocidio tendrá y los grandes También estoy trabajando en algo terrible: ¿Sabe
intereses que estamos afectando. Después de lar- usted que a los niños asiáticos no se los considera
gas horas y de variadas consultas, logré compren- aptos para ser adoptados en este país? Estoy pen-
der por qué el Delito de Genocidio debe ser perse- sando en crear una agencia de adopción especiali-
guido por cualquier juez, en cualquier nación –la zada y en presionar para que el Congreso tome car-
famosa “jurisdicción universal”– y no sólo donde tas en el asunto. Le agradecería su opinión.
fue cometido –usted sabrá perdonar que, a una Volviendo a nuestro tema: La semana que viene
prosista nacida en la conservadora Virginia, le viajo al oeste y tendré reuniones con algunos cole-
cueste entender que los gobiernos sean los organi- gas tratando de juntar más apoyo. Deberíamos pen-
zadores de las matanzas de su propia gente. sar en la estrategia de prensa para Europa. Allí segu-
Le adjunto el manifiesto para que lo corrija y ramente Huxley y Mauriac serán de gran ayuda.
haga los cambios que le parezcan. Ya he contacta- Para terminar le cuento algo que usted ya debe
do a cuatro grandes escritores que aceptaron saber: He vivido la mayor parte de mi vida en
sumarse. China; inclusive me fue dado un nombre chino:
De los europeos me han dado el sí Huxley y Sai Zhenzhu. Allí vi la opresión y la destrucción de
Mauriac. También, como usted lo pidió, me acer- las minorías. Tal vez nuestra convención –perdone
qué a los latinoamericanos. El mexicano Reyes y el atrevimiento de llamarla “nuestra”– ayude a
la maravillosa poetisa chilena Gabriela Mistral, esos pueblos a los que considero míos.
aceptaron gustosos.
Mañana tengo una reunión con la presidenta de Lo saluda cordialmente.
la Cruz Roja e intentaré obtener su compromiso.” Pearl S. Buck

Rafal detiene la lectura y de un trago acaba el vaso Pd: Me alegra que le haya gustado Otros Dioses.
de ginebra. La mujer que estaba a su lado se acaba Apenas Peonia esté publicada se la enviaré.”

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Federico Racca Dossier: Violencia y Psicoanálisis

Rafal deja la carta a un lado y comienza a leer el Llama a Nueva York, logra una nota en el New
proyecto de manifiesto. Ve la prosa sobria, medida, York Times. Convence a la delegada canadiense.
que corre con la cadencia de la poesía a pesar de las Influye sobre el presidente de la comisión. En
palabras técnicas. Antes de guardar el papel, huele pocas horas desarrolla tanta actividad que ni los
su leve perfume floral. miembros del Departamento de Estado pueden
imaginarlo.
10. Lake Success II Sus manos se ajan más; son canales y deltas
En los próximos días se decidirá el texto de la que se abren en grietas y grutas, en ensenadas y
Convención y luego, casi sin tiempo para pensar o cursos que se cubren con los pedacitos de papel
soñar, la Asamblea resolverá en París. higiénico que van tomando el color de la carne.
¿Habrá protección contra el genocidio? Los pue- No come un día, dos. Las secretarias que lo
blos, las tribus, las milenarias estirpes ¿serán res- acompañan no tienen tiempo para dormir. Los
guardadas? ¿Se detendrán las matanzas? ¿Llegará delegados ceden, ahora la Convención ocupa un
alguna otra carta de sus padres? ¿Bella estará viva? lugar expectable y será tratada por el pleno de la
¿Y su padre? ¿Y los del gueto? ¿Y los de más allá del Asamblea en París. ¿Fue la insistencia? ¿Alguien
gueto? ¿Y él podrá callar su sionismo? ¿Logrará puede tanto? ¿Quién está detrás?
tapar su judaísmo para que la Convención no sea
vista como una lucha de raza? ¿Los convencerá de 11. París
que lo suyo no tiene que ver con una revancha – París es una fiesta. La alegría volvió a las calles.
aunque sí, por más que él ni lo sepa ni lo sienta? La economía florece pese a que la Cuarta República
¿No lo siente? ¿Puede sentir? ¿Se puede sentir? no puede evitar el quiebre del imperio colonial.
¿Qué? ¿Quién? Ho se ha levantado en Indochina, nació Israel y
Pasan las horas. Pasan los días. Su lobby es sus fuerzas se baten con los árabes. El alto cuerpo
incansable. Escribe para los diarios, da conferen- del General Charles De Gaulle planea sobre la ciu-
cias, convence a embajadores, seduce a embajado- dad como un mito. Bacon, Moore, Giacometti y
ras, soborna a intelectuales, manipula a famosos, Dubuffet estrujan las figuras, aplastan los cuerpos,
se pelea con amigos, compra enemigos. Miente, borran los rostros como la guerra lo ha hecho con
roba, falsifica. la gente.
Los complots para voltear la Convención se Comienza el otoño. Rafal camina por la Plaza
suceden. Rafal los disuelve uno tras otro. de la Concordia y ve a los gorriones pelearse por
Finalmente, a pocas horas del tratamiento del pro- una miga de pan. El texto de la convención debe
yecto, ve que la Convención fue bajada al último atravesar una negociación más, la numeró diez,
lugar del temario. No habrá tiempo para tratarla. veinte o cien. Pedidos para la aprobación llegan de
Corre ocho cuadras hasta la delegación nortea- todo el mundo. Rafal se ha encontrado con el
mericana. Habla sereno. Le explican que es un Presidente de la Asamblea, lo ha convencido de que
acuerdo con los ingleses. Se comprometieron a tra- el doctor Ricardo Alfaro sea el presidente del
tarla el año próximo y a no bloquearla. Rafal sabe Comité Legal que hará el análisis del texto y la
que es la muerte, que nadie se acordará el año que negociación artículo por artículo.
viene. Su campaña desaparecerá de los medios, los Alfaro ya habló con Rafal, ya acordaron la estra-
delegados serán otros, los presidentes perderán tegia a seguir. El panameño cuando lo despedía,
elecciones y los dictadores serán derrocados: Ahora con un tono exuberante, caribeño, unido a una
o nunca. sonrisa que abarcaba todo su rostro, le dijo:

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Federico Racca

–Profesor, quédese tranquilo, ahora el batazo lo sienta en la misma silla en que lo ha hecho desde
pego yo… que llegó a París.
La oposición del Reino Unido continúa, Bélgica Los embajadores lo saludan. Ha perdido algu-
se le ha sumado. Las potencias coloniales presio- nos kilos más. Su cuerpo es puro hueso. Está tieso,
nan para bajar los artículos referidos al genocidio una transpiración fría lo cubre. La gente pasa a su
cultural. Rafal avanza en el lobby a medida que lado, lo mira y cuchichea. Los delegados van a sen-
avanzan las reuniones del Comité Legal. El doctor tarse a sus asientos. Desde los balcones el murmu-
Alfaro por momentos hace lo acordado y por llo crece. Rafal parece ausente. Sus manos sostie-
momentos se corre del pacto. Rafal se llena de ira, nen un papel arrugado. El presidente abre la sesión.
no puede ver la picardía del panameño, no logra El clima es festivo, la Convención para la
aceptar las pequeñas derrotas, las diminutas clau- Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio
dicaciones. parece pronta a ser aprobada.
El concepto de genocidio cultural es excluido, la India es el primer país en votar afirmativamen-
protección de los grupos políticos también. Luego te. La mano de la hermana de Nehru, Vijaya
de la aprobación, veinte países deberán ratificar la Pandit, compañera de Rafal desde el comienzo de la
convención para que entre en funcionamiento. lucha, puede verse clara. Luego se sucede una ola
Alfaro se va asegurando la votación, pero también de aprobación. Rafal, en un gesto repetido, hunde
el odio de Rafal. el rostro entre sus manos, se levanta y mientras
La oposición británica pierde fuerza. Se debaten sale del edificio siente la ovación en la sala.
los últimos artículos del texto y casi no hay discu- Observa los árboles sin hojas y la enorme fuen-
sión. Rafal sigue persiguiendo delegados, presio- te. Los autos pasan junto al Sena y Rafal sigue
nándolos. Escribe a religiosos, a políticos y a orga- caminando por la explanada hasta el gran espacio
nizaciones solicitando una última ayuda. libre entre las dos alas del palacio. Se detiene. Gira
El Comité Legal aprueba el texto final y lo gira su cuerpo y queda mirando la Torre Eiffel. Ocho
a la Asamblea para que sea votado. Esa noche años atrás, en este mismo lugar, se paró Hitler
Alfaro se acerca a Rafal: durante su visita a la París conquistada.
–Se lo dije, ¡un batazo! Profesor, los que hemos
trabajado en el ferrocarril de Panamá somos buenos 12. Nueva York y Washington
para el béisbol… Ahora tendrá no sólo los dos ter- Atardece en Nueva York, está nublado. Junto al
cios de votos que necesita, si no también la unani- río el viento corre impiadoso. El sol es un tenue
midad de la Asamblea. disco blanquecino que se levanta en el horizonte. El
La sonrisa del panameño se pierde entre las suelo está cubierto por una capa de hojas. El
luces de París. Hudson avanza lento con la ciudad a su lado. Rafal
Rafal no duerme. Pasan las horas y él sigue mira el acero del puente George Washington relu-
caminando por la habitación como un niño con cir; pese a su miopía cree ver los millones de rema-
dolor de estómago. ches que lo sostienen.
Amanece. El ruido de la ciudad va creciendo. El otoño está llegando. Ha pasado más de un
Rafal toma un taxi hasta el Palacio Chaillot, la sede año desde la aprobación en París. Las veinte ratifi-
de la Asamblea. caciones para que la Convención entre en funcio-
Las galerías están repletas. El imponente pala- namiento están cerca, los árboles pierden sus hojas
cio luce más imponente con las delegaciones y la y un azulejo se alimenta sobre una rama que ape-
pompa. Rafal, como respetando una tradición, se nas lo sostiene.

167
Federico Racca Dossier: Violencia y Psicoanálisis

Rafal volvió al lobby en Lake Success, retornó 13. Volkovysk y Manhattan


a los cientos de cartas, llamadas, presiones y fal- Rafal está sentado en la mesa junto a la peque-
sas amistades para lograr el objetivo. Su salud ña ventana, lee. Es un niñito que tiene el pelo rubio
sigue frágil; las manos cicatrizaron pero las grietas y las manos enguantadas. El invierno ha llegado y
permanecen. Volkovysk se ha cubierto de nieve; sus tres colinas
Veinte es el número; Rafal necesita veinte países apenas se distinguen del cielo plomizo. Los gansos
que ratifiquen la Convención. Su estrategia ha sido han partido en un viaje que cruza Europa hasta lle-
la misma del comienzo: Pequeños países latinoame- gar a las cálidas tierras del sur y algunas noches
ricanos, pequeños países árabes y asiáticos y, final- pueden verse las figuras de los ciervos en las cerca-
mente, el simbolismo que tienen algunas naciones. nías de la ciudad.
Cada ratificación tiene una historia: la primera Bella sirve los knishes. Rafal la ve depositar el
fue la Etiopía de las mujeres hermosas. Luego llegó plato frente a él. Huele antes que su madre termine
Panamá de la mano del doctor Alfaro. Israel llega de servirlos.
por el Holocausto y las cartas cruzadas entre Rafal –Están quemados…
y Ben Gurión. Bella ríe pícara.
Luego están los países que Rafal ha presionado y –Es peligroso jugar con tu madre.
que espera que ratifiquen: Liberia, el país de los Ella lo observa con una extraña mirada. Tiene
esclavos que retornan. Haití y las palabras a su los ojos húmedos, ha comprendido.
embajador: “No olvide que usted es hijo de escla- –Tu nombre es Rafal, el que protege; eres el
vos.” Y a Turquía: “Será un buen gesto luego del mismo ángel guardián que acompañó a Tobías y
genocidio que perpetraron.” Finalmente, como un aunque no lo sabes, tu misión es igual de justa.
sello y un reconocimiento, la Polonia de Rafal; esa a Rafal abre los ojos. El sol que entra por la ven-
la que no quiere volver, de la que no quiere escuchar, tana y golpea su cuerpo lo ha hecho dormitarse.
que lo sumerge en los recuerdos y la melancolía. Está sentado en una silla destartalada y, aunque
Pero hay algo que lo frustra, algo que debe hace calor en Manhattan, su corazón está triste.
lograr para que la convención funcione en los La Convención ha sido ratificada por más de
hechos: La ratificación por Estados Unidos. veinte países y entró en vigencia. Una ceremonia
El presidente del país insiste para lograrla pero llena de pompa se llevó a cabo en la sede de la
una fuerte coalición traba el paso en el senado. Rafal ONU; sin embargo el Senado de los Estados Unidos
se reunió con funcionarios de la Casa Blanca, con sigue trabándola. Un grupo de parlamentarios sos-
miembros del senado, con consejeros y lobistas pro- tienen que viola derechos constitucionales, pero en
fesionales, pero no logra hacer avanzar la ratificación. realidad el concepto de genocidio se ha colado en la
Rafal les insiste: Estados Unidos fue el gran lucha por los derechos civiles y en las persecuciones
motor de la Convención. “Este país me acogió del senador McCarthy.
como exiliado y me dio trabajo. Asociaciones de Rafal ahora trabaja, obsesionado, en una auto-
este país fueron las que financiaron la campaña biografía. Piensa que lo sacará de la pobreza y le
para lograr la Convención y las que lograron que el dará una voz para presionar al senado.
mundo entero se sumara al objetivo.” Todos los años es nominado para el Premio
Estados Unidos no ratifica, Rafal enloquece y Nobel de la Paz. Todos los años se ilusiona. Todos
ahora camina por el costado del Hudson escuchan- los años pierde. Ha decidido apostar de nuevo a él.
do a un azulejo trinar, sintiendo el aire en su rostro Basta de organizaciones, instituciones y gobiernos;
y las hojas crujiendo bajo sus pies. será su biografía la que lo devolverá a la luz, la que

168
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Federico Racca

lo volverá a hacer respetable y le entregará nueva-


mente su voz.
Es agosto, hace demasiado calor en el Bajo
Manhattan. Rafal camina rumbo a la oficina de su
editor, le lleva los manuscritos de la biografía. El
sol golpea su cabeza. Las calles parecen vacías.
Entra a un edificio. El ascensor está en el últi-
mo piso. Rafal no quiere esperar y sube por la
escalera. Entra a la oficina del editor, se acerca al
escritorio de la secretaria, se anuncia y se sienta a
esperar.
Pasan unos minutos, percibe un dolor en su
brazo. El manuscrito se desliza de las manos hasta
detenerse en la falda. Rafal cierra los ojos. La secre-
taria sigue tecleando en su máquina ajena a lo que
sucede.
Son siete las personas que asisten a su funeral,
siete son las que caminan detrás del ataúd que el
editor se apiada en pagar, siete las que suspiran
cuando su cuerpo desaparece en la tierra.

169
Elogio de la violencia
Dr. Carlos Lynch*

Más allá del modesto homenaje al sabio de donde el personaje interpretado por Orson Wells en
Rotterdam, a lo que apunta el título es a señalar “El tercer hombre” asevera que: “En Italia, en trein-
que un fenómeno indeseable como la violencia ta años de la dominación de los Borgia hubo gue-
tiene aristas rescatables, pues la energía puesta a rras, matanzas, asesinatos, pero también Miguel
controlarla ha generado empresas humanas de ver- Ángel, Leonardo y el Renacimiento. En Suiza, por
dadero genio, como es la monumental obra jurídi- el contrario, tuvieron 500 años de amor, democra-
ca, que a través de la historia se produjo a los solos cia y paz, y ¿cuál fue el resultado? (…) El reloj
fines de racionalizar la violencia. Aunque dentro de cucú”. Ironía aparte, este artículo se inspira en este
ese esfuerzo podemos detectar grandes fracasos y tipo de paradojas.
que brillantes filósofos hayan quedado atrapados Encuentro adecuado comenzar el desarrollo
en principios disparatados sostenidos a ultranza. del presente trabajo aludiendo al origen de la pala-
También es interesante observar lo forzado de algu- bra violencia constituida por el vocablo “vis” que
nas instituciones que damos por lógicas cuyo ori- significa fuerza y al que le sigue el sufijo “lentus”
gen y funcionamiento dista mucho de serlo. La idea que da una idea de movimiento, por lo que etimo-
central del presente trabajo es que en numerosos lógicamente violencia quiere decir “uso continuo
casos, fenómenos o personajes aparentemente viles de la fuerza”; esta idea de continuidad y movi-
se convierten en inspiradores de hechos trascen- miento ya presagiaba las dificultades que iba a
dentes, así como sin Judas no habría crucifixión ni enfrentar la humanidad para administrar y con-
Nuevo Testamento, sin violencia no habrían tenido trolar un fenómeno tan particular. Me gustaría
lugar una serie de obras excelsas que más adelante aquí realizar un reconocimiento que atenúe la
detallaré. A la inversa, algunos conceptos con muy pobre imagen que va a reflejar este ensayo de los
buena prensa han tenido resultados magros, para legisladores a través de los siglos y los sistemas
graficar la idea rectora del presente artículo echo pues hay que tener en cuenta que, desde que
mano a una conocida cita cinematográfica, en Moisés entregó los diez mandamientos, el único

1. Abogado.

170
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dr. Carlos Lynch

que los hombres han acatado estrictamente es el identificaba al culpable. Bastan estos dos, entre
undécimo: “Encontrarás una alternativa”. otros muchos casos, para reivindicar a la violencia
Cronológicamente resulta prolijo exponer pri- como estímulo, para que mentes salvajes dejen de
meramente cómo abordan el problema las socieda- serlo, pues fueron las primeras en entender que
des primitivas, me recuesto en este plano en la para tener adormecida a la violencia hay que darle
obra de Rene Girard La violencia y lo sagrado, en algo para que se lleve a la boca.
la que el pensador francés entiende que esas socie- Para no agobiar al lector con una galería de
dades recurren a lo ritual para neutralizar “la ven- sociedades exóticas, damos un salto en el tiempo y
ganza a punto de desmesurarse”, y considera que pasamos a tratar la fase siguiente que es la mono-
los principales conflictos se producen por el deseo polización de la violencia por parte del Estado. Aquí
mimético, es decir, que cuando los sujetos encuen- vemos a la violencia colaborar para que se instituya
tran identificación en sus deseos y se obstaculizan, lo que hoy conocemos como estado moderno, sis-
comienza la violencia intestina que deriva en ven- tema judicial mediante. Se plantea en este estadio
ganza, y bien se sabe que esta diosa implacable es social el desafío que encarna el hecho de que la vio-
la única que sonríe sobre las tumbas. Una caracte- lencia sigue siendo irracional pero siempre encuen-
rística determinante de la violencia es que se tra sus razones, y estas deben ser elaboradas por
almacena, a diferencia, por ejemplo, de la felicidad filósofos del derecho y legisladores, para que se vea
o la paz, y el no dejarla acumular es vital para la claramente plasmado el ingente esfuerzo de los
subsistencia del grupo; hay que encauzar la violen- mismos; recurro a casos que muestran lo dificulto-
cia, aplicar un exutorio para que no se provoquen so que ha sido dar una respuesta apropiada a la
males mayores. La forma primigenia de llevar ade- cuestión, tan es así que intelectuales de un genio
lante esta complicada labor es a través del sacrifi- único son doblegados por un fenómeno proteico e
cio, cuyo principal fin es que la venganza no se inasible. La descripción de los dos casos que siguen
personalice y se expíe por medio de una víctima figura en los artículos de Thomas de Quincey reco-
sacrificial. Mencionaré algunos casos testigos de pilados bajo el título Del asesinato como una de las
esta práctica. Una prueba de lo sofisticado de las bellas artes.
soluciones de quienes velan por la paz social la En primer lugar, la cita hace mención a
vemos en la tribu Chuckchi de Siberia. Esta tribu Immanuel Kant, filósofo célebre por su mesura y
a los fines de que la represalia tribal no se identifi- por su metódica vida, pero que ante el hecho de vio-
que con la venganza, entrega a cambio del culpable lencia por excelencia como es el asesinato llevó sus
a un pariente cercano del mismo para ser sacrifica- exigencias de veracidad incondicional al extremo
do, con esto consigue romper el círculo que lleva- extravagante de afirmar que si alguien ve a una per-
ría a un espiral de violencia interminable. Es de sona que huye de un asesino y este último lo inte-
imaginar que no era aconsejable tener primos o rroga, su deber será contestar la verdad y señalar el
sobrinos problemáticos en aquellas lejanas tierras. escondite de la persona inocente, aunque tenga la
Menos cruenta y más evolucionada, pero no por certeza de que con ello será causa de un asesinato.
eso menos ingenioso es el remedio que aplicaron Más acorde con su forma de ser y de pensar figura
los pueblos del Alto Nilo, los nuers y los dinkas, Thomas Hobbes quien, conforme a su propia tesis,
donde existe una verdadera sociedad bovina para- el poder irresistible crea la más elevada especie de
lela a la humana y estructurada de la misma derecho, de modo que constituiría rebelión y de las
manera, así las cosas cuando alguien perpetraba más negras el resistirse a ser asesinado cuando ante
un crimen se sacrificaba a la vaca con la que se nosotros aparece una fuerza competente.

171
Dr. Carlos Lynch Dossier: Violencia y Psicoanálisis

Completamos este cuadro de remedios absur- la democracia occidental, un 80% de los ejecutados
dos con un caso jurisprudencial que tuvo lugar en pertenece a esa etnia, con la particularidad de que
Carolina del Norte mientras regia el sistema escla- la misma no supera el 12% de la población total.
vista en el que un hombre de raza negra fue lincha- Ante estos dislates y excesos surge el gran jurista
do por el hecho de mirar a una mujer blanca. Lo Hans Kelsen, que con su Teoría pura del derecho,
creativo del legislador o juez a cargo fue cómo tipi- procura instaurar un sistema jurídico no contami-
ficó al delito, dándole un encanto casi poético a nado por condicionamientos sociales, políticos,
tamaña barbaridad. En definitiva el delito del escla- históricos o de cualquier otra índole. Más allá de lo
vo se caratuló como “contemplación temeraria”; loable de sus intenciones, lo que resulta más inte-
algo de esta facilidad y creatividad para ejecutar a resante es dejar sentada la brillante forma de expo-
miembros de la minoría negra ha permanecido en ner el problema que enfrenta su teoría y cualquier
el tiempo, y hoy en Estados Unidos, paradigma de régimen jurídico en cualquier época y lugar, y que

172
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dr. Carlos Lynch

se resume en su famosa frase que afirma que extraordinarios, el primero es que los contemporá-
“cuando se descorren los velos de las normas, si neos se escandalizaron con la propuesta y el mal
podemos sostener la mirada, nos encontraremos gusto del escritor irlandés, quien lo que procuraba
con que detrás de estas siempre se encuentra la era reducir al absurdo lo que Inglaterra hacía con su
cabeza de Gorgona del poder”. Mi aporte al lector patria, que si bien no los mataba con propia mano,
no va a ser otro que el sugerirle que identifique la sí dejaba morir de hambre y enfermedades a los
cotidiana mirada de la famosa Medusa que rige las niños irlandeses. El otro efecto que provoca en el
leyes que nos atropellan asiduamente. que lo lee hasta el día de hoy es que pasada la pri-
Pero básicamente, lo que logran estos esfuerzos mera y desagradable impresión, a medida que uno
de pensadores y juristas es una vuelta de tuerca a lo se adentra en el desarrollo de los argumentos,
que, refiriéndose a la fe poética necesaria para que comienza a encontrar la propuesta cada vez mas
una ficción funcione, expuso Coleridge como una lógica y razonable, cito un párrafo demostrativo de
suspensión voluntaria de la incredulidad. Lo que esto: “Esto constituirá un gran estímulo para el
consiguen legisladores a través de la historia del matrimonio, que todas las naciones sabias han ali-
derecho es lo mismo, sólo que referido a leyes y que mentado mediante recompensas o impuesto
se extienden en el tiempo mucho más allá de lo que mediante leyes y penalidades. Aumentaría el cuida-
puede durar la lectura de una obra literaria, lo que do y la ternura de las madres hacia sus hijos al estar
requiere un talento para nada despreciable. Para seguras de que los pobres niños tendrían una colo-
estos fines se debe adormecer la curiosidad del indi- cación de por vida, provista de algún modo por el
viduo, para llegar a lo que saben todos los gobernan- público, y que les daría una ganancia anual en vez
tes y algunos estafadores, que a una colectividad se de gastos. Pronto veríamos una honesta emulación
la engaña siempre mejor que a un hombre, sino entre las mujeres casadas para mostrar cual de ellas
cómo podría entenderse que se le dio un marco jurí- lleva al mercado al niño más gordo. Los hombres
dico aceptable a un “Tercer Reich”, a la Rusia esta- atenderían a sus mujeres durante el embarazo
linista o viniendo más hacia aquí, a un “Proceso de tanto como atienden ahora a sus yeguas, sus vacas
reorganización nacional”, por citar tan sólo algunos o sus puercas cuando están por parir, y no las ame-
ejemplos. Hay mucha imaginación tras estas justi- nazarían con golpearlas o patearlas (práctica tan fre-
ficaciones que merecería sin duda mejores causas. cuente) por temor a un aborto”.
Un ejemplo al que voy a recurrir para mostrar Cuando trata acerca del aborto dedica un párra-
cómo los legisladores hacen razonable lo inacepta- fo especial a la Iglesia Católica, necesaria cómplice
ble a través de rebuscadas exposiciones de motivos, de la indigencia en Irlanda, afirmando que no
es la transcripción de un fragmento de un artículo habría interrupción de embarazos, y otra ventaja es
de Jonathan Swift intitulado Modesta proposición: que habría menos católicos papistas por ser ellos
“para prevenir que los niños de los pobres de Irlanda los que más prole tienen, lo que redundaba, según
sean una carga para sus padres o el país, y para Swift, en ventajas por donde se lo mirase.
hacerlos útiles al público” de lectura recomendable, En sintonía con la sátira del escritor irlandés es
este ensayo apenas más extenso que su título, pro- necesario dejar sentado que psicológicamente lo que
pone vender a los niños pobres para faenarlos y dar hace eficaz a una norma no es que sea legítima o
de comer a las clases acomodadas del Reino Unido justa, sino que sea obligatoria, y aquí reivindico la
y así paliar la pobreza de las clases bajas y, además, audacia de los legisladores de dos lugares alejados
devolverle a sus padres la capacidad laboral que los geográfica y culturalmente que en caso de intentar
críos le hacían perder. Esta obra tiene dos efectos imponer obligatoriedad en las leyes que propugnan,

173
Dr. Carlos Lynch Dossier: Violencia y Psicoanálisis

les auguro dificultades importantes. La primera ley sus integrantes estoy en condiciones de asegurar
tiene pretensiones de status constitucional en el que están más cerca de lograr poner en vigor la pri-
hermano Brasil y es ni más ni menos que el “dere- mera de las medidas.
cho a la felicidad”, pues los brasileños no la consi-
deran abstracta. Si hay algún país cerca de lograr la
coercibilidad de la dicha sin lugar a dudas son ellos. Quiero finalizar este alegato a favor de la violencia
Esta ley se inspiró en otro caso muy interesante el justificándola por el aporte que esta hizo a las artes
del reino de Bután que en 1972, a los fines de evitar de todo el mundo y de todas las épocas ya que sin
la convulsión interna (violencia) alentada en parte ella no tendríamos lo mejor de Shakespeare, queda-
por la prensa internacional que hacía figurar al país ría poco y malo de Hemingway, no habría un
con uno de los Productos Brutos Internos más bajos Guernika, ni lo épico de Wagner, ni Tarantino, por
del mundo, el monarca Jigme Singye Wangchuk hacer una lista caprichosa y breve de obras inmor-
decidió comenzar a regir el país y la economía por el tales inspiradas por un flagelo que además engen-
índice de Felicidad Bruta Interna. Obviamente dra el coraje, única virtud que no admite hipocresí-
Bután se encontraba entre los líderes del orbe en as. No obstante y haciendo un reconocimiento a
esta materia. El otro caso es el que describe Lévi aquellos que luchan por erradicarla, a ellos les dedi-
Strauss en Tristes trópicos y es el de la tribu Bororo co otra cita cinematográfica, en este caso del clási-
de las orillas del Níger cuyos legisladores tomaron co del cine negro (que tampoco existiría) de 1947
una medida a todas luces revolucionaria: abolir el Retorno al pasado en la que Jane Greer le pregunta
tiempo. Debo reconocer que esto atrapó mi interés a Robert Mitchum “¿Existe alguna maldita manera
e investigué sobre la misma y tomé conocimiento de ganar? y este le contesta “Bueno, hay un camino
de que también por ley se habían declarado la tribu para perder más despacio”. Es a lo máximo que
más hermosa del mundo. Al acceder a las fotos de puede aspirar esa noble causa.

174
Narrar la violencia
Paola Isabel Roa* y Silvia Castrillon**

La imposibilidad de una relación serena tuvo otra consecuencia,


por otra parte muy natural: perdí la facultad de hablar. Es proba-
ble que de todos modos, no hubiese llegado a ser un gran orador,
pero sin duda habría dominado el lenguaje fluido, habitual entre
la gente. No obstante, ya muy temprano me prohibiste hablar; tu
amenaza: « ¡No te atrevas a replicarme! », y tu mano alzada al
proferirla, son dos cosas que me acompañan desde siempre.
Franz Kafka

¿Tiene sentido en un país como Colombia, –en Creemos con Theodor Adorno en su conferen-
donde el conflicto armado ha alcanzado niveles de cia para radio La educación después de Auschwitz2
crueldad como los conocidos y en donde miles de que toda educación debe dirigirse contra cualquier
niños y jóvenes tienen como experiencia de forma- forma de barbarie; contra todas las condiciones que
ción la de la guerra– , abrir espacios para la palabra, permitan madurar una recaída, una repetición de
para la literatura, para la narración de la vida? Auschwitz. En el escenario del conflicto armado en
En la Asociación Colombiana de Lectura y Colombia los brotes de la recaída en la barbarie son
Escritura, Asolectura, trabajamos durante varios evidentes. Se suma a ello una sociedad indiferente
años bajo la premisa de que una sociedad que cada y sorda a la condición de las víctimas, una sociedad
vez se encuentra más silenciada por una realidad que ha olvidado como signo de humanidad la pala-
que rebaza cualquier tipo de expresión simbólica bra y que, al negarla a quienes sufren las conse-
disponible, necesita abrir escenarios para elaborar cuencias directas de la guerra, anula simbólica-
nuevas formas de decir la experiencia con relación a mente su pertenencia al mismo mundo y concede
la violencia y para movilizar los relatos de las vícti- impunidad a los victimarios. Palabra y narración
mas más allá del contexto judicial y de los intereses son necesarias al pensar en caminos para la visibi-
mediáticos1. lización y escucha de estas víctimas, así como un

*Comunicadora Social (Colombia).


**Licenciada en Bibliotecología de la Escuela Interamericana de Bibliotecología. Universidad de Antioquia (Medellín, Colombia).
1. Durante los años 2008 y 2009, Asolectura desarrolló la propuesta “grupos de lectura con niños, niñas y jóvenes víctimas de la violencia
en Colombia”, con el apoyo del Fondo IBBY para niños en situación de crisis y con la colaboración de El Banco del Libro de Venezuela.
Esta propuesta pretendía, a partir de la creación de grupos de lectura en voz alta, su acompañamiento y observación permanente, desa-
rrollar un componente de formación para maestros sobre la manera en que las prácticas de lectura y escritura y las prácticas para su
promoción, constituyen herramientas importantes dentro de los procesos de recuperación emocional y elaboración de experiencias en
niños, niñas y jóvenes víctimas de diferentes manifestaciones violentas, tales como el desplazamiento, el abandono, el reclutamiento
forzado, la extrema pobreza, el maltrato intrafamiliar, etc.

175
P. I. Roa y S. Castrillon Dossier: Violencia y Psicoanálisis

trabajo permanente en la escuela para que los autonomía, libertad y rechazo a la barbarie, sólo
niños y jóvenes no devengan en victimarios. son posibles en el discurso, en la narración y en el
Para Adorno la única forma de hacerle frente a conocimiento de la propia experiencia en reciproci-
la barbarie es que la educación trabaje en pro de un dad con la experiencia del otro.
estado de conciencia que combata “la arcaica incli- Por ello, adelantar acciones con las víctimas del
nación a la fuerza”3, que le permita al hombre iden- conflicto armado en Colombia y con los niños y
tificar los problemas que lo conducen hacia la indi- jóvenes que se educan dentro de este contexto,
ferencia al dolor y hacia los totalitarismos. Un esta- supone la apertura de espacios para que sus narra-
do de conciencia desde donde el hombre se reco- ciones sean escuchadas, tanto las que hacen refe-
nozca y se comprenda de manera crítica, “esa rencia a los episodios que las victimizan, como las
insensibilidad es la que hay que combatir. Es nece- que configuran su tradición personal y en comuni-
sario disuadir a los hombres de golpear hacia el dad. De igual manera, defendemos la urgencia de
exterior sin reflexión sobre sí mismos. La educa- llevar a cabo acciones al interior de la sociedad para
ción en general carecería absolutamente de sentido la reelaboración del sentido del conflicto y de la res-
si no fuese educación para una autorreflexión críti- ponsabilidad que tenemos con la historia de las víc-
ca”4. Adorno nos convoca a ver la educación desde timas, primer hilo para el entramado de una histo-
el dramatismo que supone pensar en cualquier ria común sobre la guerra y la creación de un uni-
reproducción del Holocausto; asume que sólo en el verso simbólico en el que las víctimas signifiquen,
acto educador es posible configurar formas de con- siguiendo a Melich y a Bárcena:
tención en las que el hombre se vea en perspectiva
y vuelva permanentemente sobre el sentido de sus Este universo simbólico que nos es trasmitido
acciones y sus conductas. Es sólo la reflexión la que cumple la función de sentar las bases necesarias
le permitiría al hombre ser libre de formas de vio- para poder interpretar el mundo, y para poder
lencia surgidas de fenómenos como el nacionalis- interpretarnos también a nosotros mismos y a
mo, “la única fuerza contra el principio de los demás. Nos proporciona los recursos necesa-
Auschwitz sería la autonomía, (…) la fuerza de la rios para poder leernos a nosotros mismos y a los
reflexión de la autodeterminación, del no entrar en demás, y para poder atribuir sentido y significa-
el juego del otro”5. do. Nos permite no únicamente decir algo, sino
Guiados por Adorno asumimos la autonomía y decir de algo.6
la autodeterminación desde la pluralidad, y la capa-
cidad del hombre de orientar sus acciones de forma Pero, para que las reflexiones anteriores puedan
libre y no desde la unilateridad de la lógica del éxito cristalizarse en el ámbito cotidiano, es necesario
y el progreso. También hacemos eco de su convic- que en la escuela y la sociedad toda se produzca
ción acerca de que el nuevo imperativo categórico una transformación sobre las concepciones y los
es que Auschwitz no se repita y que en ello todos usos que se hacen de la palabra. Sólo una escuela
los actos educativos son decisivos. La manera en que devele el sentido del lenguaje dentro de la exis-
que movilizamos el sentido de estas premisas es tencia humana, podrá dar cabida a la voz de las víc-
desde el trabajo con la palabra, como lo mencioná- timas y orientar a la sociedad a una escucha para la
bamos anteriormente; desde la convicción de que libertad, la impartición de justicia y la reparación.

2. (Adorno, 1973)
3. (Adorno, 1973)
4. Ibídem. Pág. 82.
5. Ibídem. Pág. 84.
6. (Bárcena, F. y Melich, J. 2000:104)

176
Dossier: Violencia y Psicoanálisis P. I. Roa y S. Castrillon

En este artículo daremos una sucinta mirada a de exteriorización de la existencia, es la posibilidad


algunas propuestas que se han hecho desde el pen- por medio de la cual el discurso en el que se articu-
samiento filosófico sobre el lenguaje para hacerlo la la comprensión y la interpretación que el hombre
resonar con las acciones adelantadas por nosotros tiene de su existencia puede salir al escenario del
en el campo de la lectura y la escritura en el con- mundo. En su obra Ser y tiempo, el filósofo nos
texto de violencia en Colombia. dice:

El lenguaje como expresión El todo de significaciones de la comprensibilidad


de la comprensión de la vida. viene a palabra, a las significaciones les brotan pala-
Reflexión desde el pensamiento bras, en vez de ser las palabras las que, entendidas
de Martin Heidegger como cosas se ven provistas de significaciones.7
El lenguaje se encuentra como objeto en la
escuela y en aquellos lugares en los que niños y Heidegger nos ofrece, a nuestra manera de ver, un
jóvenes transitan. Es un lenguaje que se concibe camino por el que es posible invertir la forma en
como ente al que se define y se aprende (y aprehen- que entendemos el lenguaje para verlo como la
de) de acuerdo con procedimientos y reglas de corte expresión de la existencia, de la comprensión de las
preestablecidos desde lo pedagógico y, especialmen- tramas de sentido que el hombre va armando de
te, desde lo didáctico o necesidades comunicativas. acuerdo a las significaciones que le develan cada
En la razón objetivada de una educación sin vida lo una de las cosas y de los otros con los que tiene
que importa del lenguaje es su uso, el saber usar el trato en tanto ser-en-el-mundo. Pero fundamental-
lenguaje o “los lenguajes”, el matemático, el cientí- mente, a lo largo de su obra, Heidegger nos presen-
fico, el literario, el escrito, el correcto. Es el lengua- ta en su concepción sobre el desocultamiento de la
je, la palabra, el que se encuentra apresado al inte- verdad, y sobre el lenguaje, la importancia que
rior de una escuela que cuenta con él como algo que tiene la escucha; escucha sin la que esta develación
se tiene y no es la educación la que se sabe fruto del de sentido y construcción de entramados no serían
lenguaje por ser éste el sustento de todo el sentido y posibles y que en consecuencia nos dejarían sin
de toda interpretación posible. discurso y narración.
De tal manera, si las condiciones de la relación Desde esta perspectiva, los espacios de lectura y
con la palabra no se transforman, es prácticamente escritura en la escuela y aquellos dedicados a com-
nula cualquier opción de una educación inscrita en partir lecturas y a conversar, tendrían que poner
la vida como tarea en constante transformación, mayor atención en la palabra y en la escucha como
porque el sustento articulador de la comprensión y fenómenos, como gestos que permiten acceder al
la interpretación de esta vida es el lenguaje. Esta sentido de lo humano y de las cosas, y no como
situación se agrava cuando la vida que mentamos medios para la recepción de conocimientos e infor-
se desenvuelve en una realidad violenta, en la que maciones. Sólo así se podría hablar del impulso de
los actos de barbarie humana han irrumpido y la procesos en los que la escucha a las víctimas se
guerra es el escenario cotidiano de lo que se dice y haga desde instancias diferentes a la mediática y la
anula el lenguaje, incluso el lenguaje para la comu- judicial. Esto es que, el reconocimiento de la vio-
nicación, pero sobre todo, el lenguaje para la com- lencia y la dignificación de sus víctimas pasa, entre
prensión, la interpretación y la simbolización. otros aspectos, por acoger su palabra como la
Para el filósofo alemán Martin Heidegger, el expresión de la experiencia con el sufrimiento –que
lenguaje lejos de ser un instrumento, es condición una vez irrumpe en la existencia se convierte en su

7. (Heidegger, 1997: 184)

177
P. I. Roa y S. Castrillon Dossier: Violencia y Psicoanálisis

rasgo determinante– y en prestar una escucha que una escucha sin comprensión es el puro oír por oír
siempre en atención a ello vele por restaurar la dig- que para Heidegger es “una privación del compren-
nidad, tanto desde lo simbólico como desde los der escuchante”10; estamos –deberíamos estar– a la
mecanismos judiciales. No habrá una justicia escucha de la comprensión y la interpretación del
plena y responsable mientras haya una sociedad sentido de los entes del mundo y del hablar en que
que no se solidarice con sus víctimas y por el con- los otros han articulado su comprensión del
trario consienta la impunidad. Al no prestar oído a mundo, para ampliar los límites de lo posible, para
la humanidad de quien sufre continuaremos perpe- proyectarnos nutridos por la escucha en el camino
tuando la violencia, pues tal como nos lo señala que la existencia supone.
Hannah Arendt sobre el castigo, el reconocimiento El gesto de la escucha no es el de conceptualizar
del dolor del otro es necesario “para defender el sino el de preguntar: “conceptualizar el ser es tener-
honor y la autoridad de aquel a quien el delito ha lo a nuestra disposición, tenerlo bajo control. En
lesionado, para que la ausencia de castigo no le cambio, ahora preguntar por el ser es quedar a dis-
degrade mayormente”8 posición del ser, abrirse a su acción sobre nosotros,
El hombre se escucha. La forma en que se abre dejarlo que él se exprese”11. Esto nos arroja pistas
a las posibilidades de su existencia es escuchándo- sobre el ideal de una escucha en la experiencia de
se, pues si el comprender se expresa en lenguaje, el la educación y de la formación, que supone que
hombre es el primer testigo de las palabras que bro- aquello que es objeto de discurso en la acción de
tan de su propio sentido. Heidegger nos señala que: educar no se encuentra determinado una vez y para
“El escuchar constituye incluso la primaria y siempre, sino que está integrado en un proceso en
auténtica apertura del Dasein a su poder-ser-más- el que cada sujeto que discurre, deja que lo dicho
propio, como un escuchar de la voz del amigo que aparezca, enriquece su sentido y lo integra al entra-
todo Dasein lleva consigo”. Así, a la escucha de su mado de su significación. Desde este escuchar, el
propia voz le sigue el que en el estar en el mundo, comprender de la escuela no sería un comprender
la manera de abrirse a los otros y a las cosas sea a sujetador, memorístico, de requerimiento sino, por
partir del escuchar, la forma de acceder al discurso el contrario, acto plural, expresivo, acogedor. No
comprensor es prestando oído a lo que discurre. A escucharíamos para hacernos a conceptos sino
lo que prestamos oído, lo que escuchamos es lo ya escucharíamos al otro para acceder al sentido de lo
comprendido, no el sonido de las palabras; así que la palabra trae a presencia, que en el caso de los
mismo la respuesta que emitimos de lo escuchado niños y jóvenes víctimas es la realidad de una gue-
depende de la comprensión que tengamos de aque- rra y de su experiencia con esta.
llo que el otro ha dicho. Heidegger nos presenta la escucha en la coe-
Escuchar entonces, para Heidegger, es una posi- xistencia como un hacerse solidario con los otros.
bilidad existencial9, desde lo que podríamos enten- En la escucha estamos con el otro, podemos
der, que en la escucha somos, ejecutamos la esencia situarnos en el ente del que el otro nos habla, le
de nuestro ser y en la escucha abrimos otras posi- hacemos caso, estamos de acuerdo con él o por el
bilidades de la existencia, si la escucha es posibili- contrario podemos no estarlo, “no querer-escu-
dad la elegimos y la comprendemos para ejecutarla char, oponerse, obstinarse y dar la espalda”12 pero
auténticamente. Por ello es que lo inauténtico de todo ello a partir de la escucha como producto del

8. (Arendt, 1999: 433)


9. Heidegger, Op.Cit. p,. 186.
10. Ibídem. Pág. 187.
11. Ibidem
12. Ibídem.

178
Dossier: Violencia y Psicoanálisis P. I. Roa y S. Castrillon

haber comprendido lo dicho por el otro, pues principalmente son las comunidades rurales las
según Heidegger lo que oímos no son palabras afectadas por la guerra. Es necesario hacer de la
sino el sentido de lo que se dice, aunque como lo experiencia de la violencia un interés común, inau-
veremos más adelante en nuestra condición gurar escenarios en los que converjan, tal como lo
actual, la prioridad se ha invertido; prestamos señala Heidegger, las distintas cuestiones a las que
oído al ruido de la palabra sin sentido. Pensar la los hombres de una comunidad se encuentran refe-
escucha como hacer caso al otro es ubicar el ori- ridos, para que cada uno, desde su lugar, escuche,
gen de la relación unos-con-otros en el interés por comprenda e interprete la experiencia del otro.
cosas comunes. No necesariamente en un estar de Por otro lado encontramos como posibilidad exis-
acuerdo, como señalamos anteriormente, sino en tencial el callar, la opción de decir por medio del
hacer objeto de discurso asuntos que nos convo- silencio y de significar y movilizar la comprensión en
can con otros. En la escucha nos hacemos solida- un acto que puede ser mucho más propicio para el
rios, decíamos, nos ocupamos de los otros y fun- desocultamiento del sentido que aquel en el que
damos relaciones auténticas, como la amistad de sobran las palabras. En los grupos de lectura con
la que nos habla Heidegger en Introducción a la niños y jóvenes víctimas de la violencia y en las prác-
filosofía: ticas pedagógicas que promovemos, reivindicamos la
posibilidad de callar como un medio de expresión,
Sabemos de sobra que, por ejemplo, una auténtica fundamentalmente porque el impacto de las expe-
y gran amistad no surge ni consiste en que un yo riencias violentas no se comunica de la misma forma
y un tú se miren mutuamente con emocionada en que pueden hacerse otras experiencias.
dicha en esa su relación yo-tú distrayéndose o Heidegger nos muestra y reitera que el lenguaje
divirtiéndose o entreteniéndose mutuamente (el no es esencialmente fonación, voz, sino expresión.
uno al otro y el otro al uno) con banales cuitas de A partir de ello podemos intuir que el lenguaje se
su almas, sino que esa amistad crece, se mantiene configura por el gesto, el de la palabra, el de la escu-
y cobra firmeza en una auténtica pasión por una cha o el del callar. Heidegger nos advierte también
cosa común, lo cual no excluye sino que exige que que el sentido del discurso en nada depende de la
cada uno tenga su propia y distinta ocupación, su cantidad del discurrir “no por mucho hablar acerca
propia y distinta obra, su propia y distinta cosa de algo se garantiza en lo más mínimo el progreso
que hacer y la haga de forma distinta. Recordemos de la comprensión”14 .
la amistad de Goethe y Schiller.13 En el callar, en el verdadero callar, decimos tanto
como en el hablar. Pues el silencio con sentido sólo
¿Podríamos pensar los espacios de lectura y escritu- es posible en el discurrir. “Sólo en el auténtico dis-
ra y de conversación con niños y jóvenes víctimas currir es posible un verdadero callar”15. Para callar, al
de la guerra como una relación auténtica?, ¿espa- igual que con la escucha hay que haber comprendi-
cios en los que hagamos de la experiencia de dolor do y en la medida en que el silencio se configura
un interés de todos? Creemos que esto debería ofi- también como una posibilidad de la existencia, lo
ciar como principio no sólo de estos espacios, sino que se hace posible en él es que el hombre se abra y
de la estructura de acogida a las víctimas de la vio- se muestre siendo lo que es, pues según Heidegger
lencia, en especial cuando la realidad del campo y para poder callar debemos tener algo que decir, y eso
la ciudad se encuentran totalmente escindidas y que decimos es el Ser.

13. (Heidegger, 1996: 159)


14. (Heidegger, 1997: 189)
15. Ibídem. Pág. 188.

179
P. I. Roa y S. Castrillon Dossier: Violencia y Psicoanálisis

Vale resaltar, además, que con el silencio pode- Sin embargo, las sirenas poseen un arma mucho
mos acallar la “habladuría”, esas otras maneras de más terrible que el canto: su silencio. No sucedió
hablar en las que con un discurrir exagerado ocul- en realidad, pero es probable que alguien se hubie-
tamos la verdad de las cosas y la posibilidad de la ra salvado alguna vez de sus cantos, aunque nunca
comprensión. de su silencio.17
Nos sale al paso el lenguaje como rasgo de la
pluralidad humana, compuesto de múltiples gestos En los grupos de niños y jóvenes víctimas de la vio-
para que el hombre pueda expresar la comprensibi- lencia prima el silencio. En los grupos de lectura los
lidad que alcanza de sí mismo, en cuanto al silen- participantes se ven atentos y muchas veces impre-
cio, podemos resaltar su papel para esta posibilidad sionados con los libros, pero una vez los acompa-
con las palabras de Merleau-Ponty. ñantes han terminado de leer e indagan por las opi-
niones sobre los textos, los muchachos permanecen
Decir que ningún signo aislado significa nada, y callados o sus intervenciones hacen referencia a
que el lenguaje remite siempre al lenguaje, que categorías como “bonito” o “feo” o “si” o “no”,
sólo algunos signos son recibidos en cada según corresponda. Creemos que esto se da a causa
momento, quiere decir también que el lenguaje de la poca confianza que aún despierta en los niños
expresa tanto mediante lo que hay entre las pala- comunicar sus opiniones, sus experiencias, sus
bras como por las palabras mismas, y por lo que impresiones sobre lo que ven y escuchan. Nuestra
no dice tanto como por lo que dice, del mismo hipótesis es que este silencio refleja la represión y el
modo que el pintor pinta, tanto por lo que traza, miedo a hablar, es sabido que en contextos de vio-
por los blancos que deja o por las pinceladas que lencia el que habla es un “sapo”,18 o también esta
no da.16 apatía puede responder a que en los entornos con
las condiciones de aridez, agresión o dureza, en la
En su concepción opaca e instrumental del lengua- que viven estos niños jóvenes, los temas que tienen
je, la educación ha cedido territorio a la habladuría, que ver con la vida, el sentimiento o el arte adquie-
a la voz sin comprensión y sin interpretación y, ren un significado de debilidad, tontería, poco espí-
como signo de una tendencia ruidosa en la que la ritu de lucha, que es el que se “requiere” para supe-
educación se basa en la transmisión de informa- rar “la vida que a uno le toca vivir”.
ción, el silencio ha sido anulado de las opciones de Son las miradas las que muchas veces dicen
quienes aprenden y de quienes enseñan, y aquello más que las palabras, y hay que aprender a leer las
de lo que se habla emula el discurrir ruidoso de los miradas: “Se trata de aprender a escuchar el silen-
entornos comunicativos y masificadores en los que cio. La víctima no puede hablar, no puede decir
los individuos pierden cualquier opción de com- nada. Pero el grito de la víctima puede mostrarse en
prenderse y de escucharse. su silencio.”
Un ejemplo del silencio como expresión de un
profundo sentido, lo encontramos en la literatura. Leer y escribir: representar el mundo
Kafka nos lo presenta como el arma que tuvieron Las prácticas de lectura y escritura, en especial
las sirenas frente a un Ulises que para salvarse se aquellas que involucran a la literatura, permiten
aseguró los medios para no escuchar su canto. Pero poner en el terreno de los símbolos los actos más
las sirenas callaron: trascendentes de la vida humana y, por lo tanto,

16. (Merleau-Ponty, 1971: 77)


17. (Kafka, 2005)
18. Soplón.

180
Dossier: Violencia y Psicoanálisis P. I. Roa y S. Castrillon

enriquecen y subliman la transmisión de experien- que se narran a partir de ellos. Incluso, aquellas
cia y lenguaje mencionados anteriormente. Es la personas que no participan de forma explícita,
capacidad de simbolizar lo que permite a los hom- acceden a un escenario dialógico de carácter públi-
bres compartir la condición humana, de acuerdo co sobre el que pueden asumir posturas críticas
con Lluís Duch “en el fondo, la aptitud simbólica, frente a los intercambios discursivos que allí se
que es lo que real y radicalmente comparten todos dan.
los humanos, es la base más firme e incontestable Esta posibilidad de visibilización y exterioriza-
para la afirmación de la única humanidad del hom- ción de interpretaciones de la realidad, a partir del
bre”18, en la medida en que los símbolos les permi- código literario, nos despertó interés por rastrear y
ten trascender la realidad mediante mitos y rituales contrastar la diversidad de imaginarios y represen-
compartidos, universales y plurales. Al leer, al taciones que sobre muchos temas tienen las comu-
hacer un trabajo de simbolizar, los intérpretes aso- nidades y los individuos. Por ejemplo, leer libros y
cian al signo representaciones e ideas a partir de las procurar una conversación sobre el amor o el viaje
cuales es posible nombrar la realidad. Una obra en una comunidad de jóvenes habitantes de la calle
literaria, de esta manera, es un conjunto de símbo- revela sentidos, formas de nombrar y representar
los que al momento de ser escritos contienen la estos fenómenos de manera significativamente
carga significativa que el autor impregnó en ellos y diferente a lo que sucedía con una comunidad de
que al entrar en contacto con el lector adquieren jóvenes adultos en proceso de reinserción a la
sentido gracias a que este último, a su vez, pone en sociedad o en un grupo de madres solteras entre los
juego su carga significativa. El lector, gracias al doce y los dieciséis años.19
poder evocador de lo simbólico, le presta a las Aunque con frecuencia los actos de lo simbólico
representaciones ideadas por el escritor el sentir y lo argumentativo en la sociedad se asumen implí-
que necesitan para adquirir vida, para existir, valo- citamente y sobre ellos no hay una reflexión y visi-
rizando así el uso de la palabra y del lenguaje esté- bilización cotidianas, las prácticas de promoción de
tico como formas de acceso a la humanidad de los lectura son escenarios –siempre y cuando el maes-
otros. tro y el mediador hagan de ellas prácticas reflexio-
La lectura en voz alta y la discusión de textos nadas y trascendentes– en los que sus participantes
nos permitían llevar al escenario público estas sienten que son tomados en serio y que sus argu-
representaciones e interpretaciones. Nos proponía- mentos y los significados que le dan a lo que escu-
mos un ejercicio de construcción compartida de chan y perciben tienen valor y efecto sobre las per-
significados. Confrontando el acto de lectura ínti- cepciones de los demás.
ma, en la que el diálogo se establece entre la obra y
el lector, con la dinámica de los grupos de lectores No se trata de consignas ni recetas
en la que un tercer actor participa de la lectura, nos No se trata de mitificar la lectura, ni de pensar
percatamos de la manera en que el acto de simbo- que el acto de leer por sí mismo constituye una
lizar e interpretar el sentido de las historias se ve garantía para mejorar las relaciones entre los seres
influido y enriquecido por la conversación, al humanos y para una toma de conciencia ética. Se
encontrarse varios sujetos participando de ella, en trata de que la lectura y la literatura hagan parte de
este caso lector, mediador y autor. Se comunica el las posibilidades con las que cuenta la escuela para
significado propio de una lectura, y mediante el echar a andar una pedagogía ética que dé lugar a la
argumento y la persuasión se van incorporando discusión y contribuya a la formación del juicio
diferentes miradas sobre los textos y las historias crítico sobre la reproducción de desigualdades y

19. (Michéle Petit, 2008: 18-19).

181
P. I. Roa y S. Castrillon Dossier: Violencia y Psicoanálisis

violencias que se dan en la escuela. Para decir con solamente de que la escuela cree espacios de tran-
Bárcena: quilidad y felicidad (en donde se ofrezcan desayu-
nos, tecnologías, bellas edificaciones) o de discipli-
No quiero sostener que más lectura y, sobre todo, na y autoridad para reprimir las manifestaciones
una lectura mejor, tiene como fin natural arreglar violentas. Se trata, también en el caso de la escuela,
los problemas de la humanidad. […] Lo que deseo de que su cuerpo esté dotado por ideas, las ideas de
decir es que el fin de la lectura es que el lector deje todos, las historias de todos. Un interés común que
de leer y mire a quien tiene al lado. […] Creo que reconozca en las víctimas toda la dimensión de su
la lectura nos ayuda a entender en qué consiste experiencia.
vivir en un “mundo narrado” repleto de múltiples
historias y mitos.20 Bibliografía
Adorno, Theodor (1973) Consignas. Buenos Aires: Amorrortu
Niños, niñas y jóvenes necesitan espacios en la Ediciones.
escuela que den valor a sus narraciones de vida Arendt, Hannah. (1999) Eichmann en Jerusalén. Barcelona:
Lumen, Pág. 433.
como soporte de sus aprendizajes. Necesitan una
Bárcena, F. y Melich, J. (2000) La educación como acontecimien-
escuela en la que su palabra tenga sentido y que a to ético. Barcelona: Paidós, Pág. 104.
la par de la exigencia de su atención y su disposi- Bárcena Fernando (2004) El delirio de las palabras. Barcelona,
ción hacia los saberes impartidos, puedan percatar- Herder. Pág. 144.
Lluís Duch (2004) Estaciones del laberinto. Barcelona, Herder.
se de cómo sus maestros abren un espacio para que
Pág. 28.
sus acontecimientos habiten la cotidianidad esco- Heidegger, Martín (1997) Ser y tiempo. Santiago de Chile:
lar. Una escuela como la colombiana, en la que la Editorial Universitaria, Pág. 184.
mayoría de sus estudiantes sufren las consecuen- Heidegger, Martín (1996) Introducción a la filosofía. Madrid:
Cátedra, Pág. 159
cias de la guerra y la crisis social, no puede darle la
Kafka, Franz (2005) El silencio de las sirenas. Escritos y fragmen-
espalda a los miedos, el dolor y la agresividad que tos póstumos. Barcelona: Debolsillo.
portan los sujetos que todos los días concurren a Mèlich, Joan-Carles (2001) La ausencia del testimonio. Ética y
pedagogía en los relatos del Holocausto. Barcelona, Anthropos,
los centros escolares. Tampoco puede abordar estas Escuela Preparatoria N° 8 de la Universidad Autónoma de Nuevo
cargas identitarias y discursivas metafóricamente, León, Guadalupe, N. L. México.
con iniciativas que en vez de invitar a la exteriori- Merleau-Ponty, M. (1971) La prosa del mundo. Madrid: Taurus
Ediciones, Pág. 77.
zación solapen la consigna de que “a la escuela y al
Petit, Michéle (2008) Una infancia en el país de los libros.
trabajo no se lleva la vida privada”. No se trata Océano-Travesía, México. Colección Ágora.

20. (Mèlich, 2001: 27).


21. (Lluís Duch, 2004: 28).
22. La referencia a esta experiencia y observación concretas se amplía en el documento de investigación del Programa Clubes de Lectores
para el periodo 2009.
23. (Bárcena, 2004: 144).

182
Dossier: Violencia y Psicoanálisis P. I. Roa y S. Castrillon

183
Jóvenes, cultura y violencias
Francisco Ferrándiz*
y Carles Feixa**

“La crítica de la violencia es la filosofía de su propia historia.”


Benjamin1

La relación entre jóvenes, violencia y cultura for- ideológicos). En este escenario, los jóvenes pueden
man un triángulo poco virtuoso que bien pudiera ser victimarios (los causantes del daño físico o
denominarse “el triángulo de las Bermudas”. Por moral), o víctimas (los que sufren tal daño por parte
una parte, se trata de un triángulo que expone a del mundo adulto o de otros jóvenes), aunque lo más
los jóvenes a una visibilidad excesiva, gracias a su habitual suele ser que combinen ambos roles –el de
ubicación en el espacio público y a su presencia victimarios y el de víctimas– en distintos grados. Es
constante de los medios de comunicación. Por otra indudable que la “violencia” permea numerosos
parte, se trata de un triangulo que los invisibiliza aspectos de la vida social, condicionando o determi-
como actores sociales con rostro y personalidad nando su dinámica. Pero a pesar de que usamos esta
definidas, pues las violencias que protagonizan palabra con mucha asiduidad, no se trata de un tér-
son interpretadas como “irracionales” o “sin senti- mino cómodo con una demarcación clara.
do”, llegando a desaparecer simbólica o físicamen- Hablamos con frecuencia, por ejemplo, de violencia
te por la actuación de los medios de comunicación, juvenil, violencia de género, violencia sexual, violen-
los poderes públicos, la policía o, en casos extre- cia étnica, violencia racista, violencia familiar, vio-
mos, organizaciones criminales y escuadrones lencia ancestral, violencia endémica, violencia terro-
paramilitares. rista, violencia discursiva, violencia abierta o simbó-
Aunque pueda tener una base en la naturaleza lica, violencia corporal o psíquica, violencia cotidia-
humana, la violencia se aprende, es decir, forma na o estructural, violencia de alta o baja intensidad,
parte de la cultura. Dado que los jóvenes viven un violencia legítima o criminal, o víctimas y perpetra-
proceso de socialización que los convertirá en adul- dores de la violencia. Si bien en algunos casos estas
tos, las normas para interpretar, practicar o resistir la categorías tienen un alto valor diagnóstico e inter-
violencia forman parte de este aprendizaje, en el que pretativo para el análisis de realidades concretas o de
además de las instituciones educativas y políticas, tipo comparativo, en otros casos pueden resultar
interviene el propio grupo de pares (en forma de pan- limitadas, estigmatizantes, oscuras o equívocas. Al
dilla informal, de banda organizada, o de organiza- hablar de “violencias” y “culturas” queremos poner
ción que persigue determinados objetivos políticos o énfasis en la dimensión multifacética, tanto de las

* Científico titular del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC (España).
** Catedrático de Antropología Social en la Universidad de Lleida (España).
1. 1999 [1921]: 44.

184
Dossier: Violencia y Psicoanálisis F. Ferrándiz y C. Feixa

distintas expresiones de violencia, como de las dis- Al referirnos a violencia(s) y cultura(s) estamos pen-
tintas modulaciones culturales de la misma. Se sando en el continuo de formas de resolución no
trata, pues, de analizar la violencia no tanto como pacífica de conflictos (de las políticas a las cotidia-
un acto sino como un continuo, en el que se combi- nas pasando por las estructurales y las simbólicas) y
nan distintas modalidades de violencia política, en las modulaciones culturales de las mismas (en
estructural, cotidiana y simbólica (Bourgois, 2001). los códigos simbólicos que orientan tales prácticas,
Aunque se ha tendido a utilizar una definición sujetos a constantes procesos de cambio y de inter-
demasiado restrictiva de violencia (reducida a cambio). Desde esta perspectiva, se vislumbran dos
algunos actos delictivos incluidos en el código posibles enfoques al estudio antropológico de la vio-
penal), los antropólogos saben que la considera- lencia: a) El estudio de las culturas de la violencia,
ción de un daño físico o moral como violencia no es decir, de las pautas (usos, costumbres, ritos, imá-
siempre cuenta con el consenso de los tres distin- genes) e instituciones (organizaciones, poderes, sub-
tos tipos de actores implicados: victimarios, vícti- culturas, redes) que se estructuran a partir de deter-
mas y testigos (Riches, 1988: 24). Como sucede en minados códigos para el uso legítimo o ilegítimo de
la película Rashomon, de Akira Kurosawa, en la la violencia, ya sea interpersonal o autoinfligida. b)
que la crónica de una violación se reproduce según El estudio de las violencias de la cultura, es decir, de
el punto de vista de los actores implicados (el vic- la presencia de la violencia (política o cotidiana,
timario: el violador; la víctima: la mujer violada; estructural o microsocial, física o simbólica, visible
los testigos: vecinos, marido, policía, cómplices), o invisible, experimentada o imaginada) en institu-
cualquier escenario de la violencia tiene muchas ciones o campos culturales a menudo alejados de
caras. El hecho de que las versiones discrepantes los que se asignan normalmente a la expresión y
de la violación deban ser tenidas en cuenta, en la resolución de conflictos.
medida en que forman parte de la realidad y de la
percepción que de ella se hacen los actores, es rela-
tivamente independiente del acto violento, es
decir, de si existió o no existió violación y de quién
la perpetró realmente. En definitiva, para los
antropólogos es tan importante observar la violen-
cia en sí como comprender la visión que los acto-
res se hacen de la misma.

En este artículo nos acercamos a la relación entre


jóvenes, cultura y violencia a partir de una serie
estudios de caso incluidos en una antología coedi-
tada por nosotros (Ferrándiz & Feixa, 2005), con
ejemplos etnográficos de distintos tipos de violen-
cias juveniles asociadas a la guerra, el terrorismo,
la delincuencia, el racismo, el deporte, la política,
la religión, las bandas y las representaciones

185
F. Ferrándiz y C. Feixa Dossier: Violencia y Psicoanálisis

mediáticas. Aparentemente, poco tienen en común luchas políticas, como las que no tienen explica-
los ‘veteranos’ quinceañeros mutilados de la guerra ción aparente y se las expulsa al limbo de la deno-
civil centroamericana con su arma automática, los minada “violencia sin sentido”.
adolescentes palestinos que utilizan las piedras
para “sacudir” (de ahí viene el término Intifada) la
conciencia de sus mayores (Peteet, 2005); los xhosa Jóvenes, violencia y naturaleza
todavía no iniciados del squatter camp surafricano
amenazados de linchamiento por su propia comu- “La naturaleza arma a la juventud
nidad tras cometer un pequeño hurto (Scheper- para el conflicto con todos los recur-
Hugues, 2005); las bandas de jóvenes porros mexi- sos a su alcance –velocidad, poder de
canos al servicio de oscuros intereses que revientan hombros, bíceps, espalda, piernas,
los movimientos estudiantiles introduciendo la mandíbulas– reforzando y alargando
confusión simbólica (Lomnitz, 2005); los jóvenes cráneo, tórax y cintura, lo que hace
terroristas vascos para los que un ideal de nación al hombre más agresivo y prepara a la
justifica la muerte (Zulaika, 2005); los musculosos mujer para la maternidad.”
chicos del barrio afroamericanos que escapan de la Stanley G. Hall, Adolescence, 1904
violencia del gueto con la violencia deportivizada
del gimnasio (Wacquant, 2005); los mans colom- Desde los tiempos en que el considerado descubri-
bianos que aprenden a convivir con la guerra coti- dor científico de la juventud –el psicólogo nortea-
diana que vive su país (Serrano, 2005); los barristas mericano Stanley G. Hall– publicó su monumental
chilenos que proyectan sobre el piño futbolístico Adolescence: Its Psychology, and its Relations to
los motivos para sentirse alguien (Abarca & Physiology, Anthropology, Sociology, Sex, Crime,
Sepúlveda, 2005); los jóvenes de clase baja venezo- Religion and Education (1904), esta edad se convir-
lanos practicantes del culto de María Lionza, que se tió, para académicos, autoridades, trabajadores
transforman en esclavos africanos o en héroes sociales, filántropos y para el sentido común, en
vikingos mientras hacen sangrar sus cuerpos lace- una edad conflictiva (en la edad del conflicto por
rados (Ferrándiz, 2005); y los militantes enmasca- antonomasia). Una edad de “tempestad y estímu-
rados del black bloc que utilizan la violencia teatral lo” (“storm and stress”), en la que la metamorfosis
para provocar el desconcierto de los líderes de la corporal se traduce en crisis psicológica y en ten-
globalización corporativa (Juris, 2005). Todos estos sión social. Para Hall, los cuerpos (bíceps y cráneo),
actores están inmersos en distintas culturas políti- y las almas (agresivas y maternales) de los jóvenes
cas de la violencia, que responden a memorias y son dos facetas de una misma crisis de identidad,
contextos nacionales específicos, y se expresan cuyo lenguaje es necesariamente agresivo. En su
mediante estilos subculturales alternativos. Pero teoría de la recapitulación, de base darwinista, la
todos ellos son jóvenes –o son vistos como tales por adolescencia corresponde a una antigua fase de bar-
los medios de comunicación, las instituciones barie por la que pasó la especie humana, previa a la
adultas, sus victimarios y sus víctimas–. Pues la civilización (la inevitable sedentarización que ven-
edad como condición natural se convirtió, desde drá con la vida adulta). Para la juvenología posterior
principios del siglo XX, en un argumento explicati- a Hall, las patologías personales expresadas en
vo de las explosiones cíclicas de violencia que sacu- comportamientos neuróticos, autolesiones, tatua-
den las sociedades modernas, tanto las justificables jes, toxicomanías y suicidios (reconstruidas por las
en términos de conflictos militares, revoluciones y variadas tendencias de la psicología desde el psico-

186
Dossier: Violencia y Psicoanálisis F. Ferrándiz y C. Feixa

análisis al conductismo) se corresponderán con Desearía llamar la atención sobre otro


patologías sociales expresadas en comportamientos rasgo de su carácter: la exuberancia.”
agresivos, bandas, peleas y delincuencia (analiza- Jean Monod, Los Barjots, 1968
das por las variadas tendencias de la sociología
desde la escuela de Chicago a la escuela de Las culturas juveniles, como escenario de lo que
Birmingham). De este modo no sólo se naturalizó Monod denomina violencia exuberante, han sido
la juventud, sino también la violencia (que parecía un terreno propicio para investigar las intrincadas
el resultado lógico e inevitable de determinados modulaciones culturales de la agresividad humana.
contextos psicológicos, ecológicos y sociales). Ello como expresión de una doble política de iden-
La naturalización de la violencia juvenil puede tidad: como afirmación de identidades juveniles en
tener, sin embargo, otros significados. Si la juven- construcción y como oposición a identidades adul-
tud es una edad sin tregua es también porque vive tas en deconstrucción. Como observa Serrano
una eterna batalla en pos de una identidad social, (2005), la violencia ha estado presente de manera
una batalla en la que no hay descanso, pues no se explícita o latente en la mayor parte de teorizacio-
trata de una guerra de conquista sino una guerra de nes sobre la juventud. De la escuela de Chicago a
guerrillas en la que deben utilizarse todos los recur- la de Birmingham, pasando por el marxismo y el
sos materiales y simbólicos pese a tener la certeza estructuralismo, los estudios sobre la juventud han
de que la victoria sólo puede ser simbólica. abordado la variedad de violencias juveniles, aun-
Tampoco hay tregua en la representación mediática que el predominio de un tipo particular de jóvenes
de la violencia juvenil, pues son siempre rostros (varones urbano-populares) y de violencia (grupal)
jóvenes los que aparecen como protagonistas en las comporte sesgos importantes (Feixa, 1998).
luchas callejeras, ya sean okupas, antiglobalizado- En la senda de la escuela de Chicago, cuando el
res, actores de la kale borroka, hooligans o activis- sociólogo norteamericano Frederick Thrasher
tas de cualquier causa perdida. El adjetivo “juve- publicó The Gang, en 1926, la violencia de las ban-
nil”, tan fácil de asociar a cualquiera de estas vio- das juveniles se había convertido en uno de los
lencias, casi nunca se utiliza para referirse a la no mayores problemas de las ciudades norteamerica-
violencia, como la protagonizada por las multitu- nas. Tras siete años de investigación en los slums
des de universitarios pacifistas, que se constituye- (suburbios) de Chicago, el autor había localizado
ron en vanguardia de las masas que literalmente un total de 1313 gangs cuya composición y carac-
ocuparon las calles de todo el mundo para protestar terísticas intentó comparar. En realidad, su monu-
contra la última guerra de Irak (y contra tantas mental estudio abordaba una gran variedad de
otras guerras anteriores). Se trata, pues, de desna- agrupaciones juveniles, incluyendo pandillas lúdi-
turalizar el concepto de juventud, pero también el cas, mafias, bandas adultas criminales, grupos
de violencia (Sanmartín, 2000; Schmidt & Schöder, familiares, sindicatos, fraternidades colegiales y
2001). boy scouts; además, los criterios de la investigación
fueron un tanto aleatorios. Para Thrasher, las ban-
das estaban vinculadas a un determinado hábitat:
Jóvenes, violencia y cultura las llamadas “áreas intersticiales”, aquellas zonas
de filtro entre dos secciones de la ciudad (por ejem-
“Se ha hablado mucho de la agresivi- plo, entre el centro comercial y los barrios obreros).
dad de los jóvenes en grupos cuando En el autor predomina todavía un ansia de cuanti-
entran en contacto con los ‘demás’. ficación que pretende dar “legitimidad” científica al

187
F. Ferrándiz y C. Feixa Dossier: Violencia y Psicoanálisis

uso de técnicas “periodísticas” (como la observa- Mayo Francés, el fenómeno de las bandas empeza-
ción y la entrevista): de las 1313 bandas estudia- ba a ser un fenómeno mediático. El autor observó
das, 530 tenían un comportamiento delincuente, que las representaciones sociales de los grupos
609 eran dudosas y sólo 174 no eran delincuentes, juveniles, transmitidas por los medios de comuni-
sin que explicite claramente los criterios para esta- cación, guardaban muchas semejanzas con las
blecer esta clasificación. Por ello, su estudio se cen- imágenes tradicionales sobre el “primitivo”, inclu-
tra sobre todo en las causas de la desviación juvenil so en sus contenidos ambivalentes: si el primitivo
y la distribución del fenómeno en el territorio urba- podía ser tanto buen salvaje como bárbaro peligro-
no, tratando de manera pasajera el entramado cul- so, la juventud aparecía, sucesiva y alternativa-
tural que generaban las bandas. mente, como “la edad más bella de la vida” y como
En la senda de la escuela gramsciana, el etnólo- un síntoma de agresividad y degeneración sociales.
go italiano Ernesto De Martino mostró un interés Para Monod los conflictos y tensiones, que desde
pionero por la emergencia de nuevas identidades fuera son vistos como violencia gratuita y patológi-
juveniles. En el artículo “Furore in Svezia“ (1962), ca, desde el interior se contemplan como situacio-
el autor reflexiona sobre la explosión de violencia nes densamente rituales. Al igual que el desafío de
desatada en Estocolmo durante el fin de año de canciones entre los esquimales, los insultos y bur-
1956, protagonizada por bandas de adolescentes las hacia los dos miembros más problemáticos del
que en número superior a los 5.000 empezaron a grupo eran una manera de sustituir reales oposicio-
destruir el centro urbano. Era un primer aviso de nes latentes por conflictos rituales abiertos. Las
las oleadas de explosión juvenil que desde entonces mismas peleas con otras bandas, que el autor des-
sacudirían periódicamente la sociedad occidental, cribe con detalle, aparecen más como simulaciones
cuyos protagonistas recibirían diversos nombres: periódicas que como enfrentamientos violentos.
rebeldes sin causa, teddy boys, mods, hippies, skin- En la senda del marxismo británico (de
heads, punks, hooligans, entre otros. De Martino Williams a Thompson), los autores de la escuela de
sitúa el furor juvenil sueco en un marco transcul- Birmingham intentaron explicar el surgimiento de
tural, al lado de las Saturnalias romanas y de los subculturas juveniles en la Gran Bretaña de pos-
ritos de pubertad kwakiutl, como intentos de supe- guerra. El trabajo del grupo desemboca, sobre todo,
ración del “peligro de caos” que todas las civiliza- en el libro colectivo Resistance through rituals
ciones han tenido que afrontar. Mediante el rito, el (Hall & Jefferson 1979), que ejercerá una notable
furor y el impulso destructivo eran estimulados a influencia en todos los estudios sobre subculturas
explotar, pero al mismo tiempo recibían un esque- juveniles realizados desde entonces. Los estilos
ma mítico y ceremonial que los transformaba en juveniles son considerados como intentos simbóli-
símbolos de la adquisición de nuevos roles sociales cos elaborados por los jóvenes de las clases subal-
en el marco de una renovación total de la comuni- ternas para abordar las contradicciones no resuel-
dad. El problema del mundo moderno es que no tas en la cultura parental; así como formas de
prescribe ritos equivalentes, pero los jóvenes inven- “resistencia ritual” frente a los sistemas de control
tan nuevos ritos y nuevos símbolos capaces de lle- cultural impuestos por los grupos en el poder. Se
nar este vacío y de orientarles en la construcción de interesan, también, por la manipulación de las cul-
una identidad social. turas juveniles en la creación de “pánicos mediáti-
En la senda del estructuralismo levistraussiano, cos”, como sucedió con las batallas entre mods y
cuando el joven etnólogo francés Jean Monod, rockers de 1964 (Cohen, 1972). Estos autores ten-
publicó Les Barjots (1968), poco antes de estallar el dieron a establecer claras diferencias entre las sub-

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis F. Ferrándiz y C. Feixa

culturas juveniles obreras y las contraculturas de sage se han convertido en ritos de impasse, pues
los jóvenes de clase media: mientras las primeras más que acompañar el paso hacia la madurez supo-
son estructuras colectivas compactas que toman la nen la ceremonialización de la imposibilidad de
forma de “banda”, las segundas son medios difusos hacerse adulto (Clastres, 1981; Martín Serrano,
más individualizados; unas fueron vistas como 1998). En primer lugar, hay una implicación en
variaciones del tradicional gamberrismo obrero, violencias políticas no estrictamente “juveniles”,
otras se analizaron como formas más articuladas y pero donde la participación de los jóvenes es clara-
peligrosas de disidencia (Hall y Jefferson, 1983). mente reconocible o incluso está categorizada,
Cabe cuestionar, sin embargo, la radicalidad de esta como ocurre con la intifada, el terrorismo vasco, la
separación: hay infinidad de agrupaciones juveniles guerrilla o los jóvenes leones. En segundo lugar,
de clase media que adoptan características subcul- hay violencias cuyo perfil es generalmente conside-
turales; y hay subculturas de raíz obrera que pue- rado como “juvenil”: porros, boxeadores, barras
den convertirse en contraculturas. bravas y movimiento antiglobalización. En tercer
lugar, en el caso de la religiosidad popular venezo-
lana, nos encontramos con un tipo de violencia
Jóvenes, violencia y edad emergente, sin precedentes en el país, que se confi-
gura como un lenguaje corpóreo específicamente
“En África del Sur la mejor de las tri- juvenil, adaptado a sus códigos y modas, dentro del
bus era la de los Zulús. En ella todo campo más amplio de la posesión espiritista. De
hombre era un guerrero y un buen los tres dan prueba las micronarrativas de los infor-
Scout, pues había aprendido el Escul- mantes que nos comunican los etnógrafos.
tismo desde su niñez.” Bourgois (2005) constata la dificultad para un
Lord Baden-Powell, Escultismo antropólogo que investiga en situación de guerra
para Muchachos, 1908 distinguir a un niño de un adulto: “puede que
ahora me refiriera al ‘niño’ mutilado, retorciéndose
Desde los tiempos en que un antiguo oficial de las delante de mí con el tronco partido, como ‘lucha-
guerras boer descubrió que las virtudes guerreras dor adolescente’, ya que estaba llevando un arma
podían ser aplicadas a la asociación juvenil más automática, aunque no tenía más de 14 años”.
importante del siglo XX, los intentos por domesti- Peteet (2005) muestra cómo el discurso militar
car la violencia “natural” de los jóvenes adaptaron ignora la infancia, colapsando las categorías cíclicas
a las sociedades urbanas los sistemas de grados de de la vida de los hombres (en palabras de un escri-
edad y ritos de paso que habían acompañado a los tor palestino-israelita: “ahora resulta que durante
muchachos de la mayor parte de culturas del plane- 20 años no ha existido oficialmente la niñez en
ta en su iniciación. La asociación entre violencia y Cisjordania y Gaza (...) Un niño de 10 años asesi-
jóvenes, tanto si estos son victimarios o víctimas, nado por las fuerzas militares es considerado en los
tiene su origen en el significado iniciático de la comunicados como ‘hombre joven de 10 años’”.
mayor parte de rituales violentos que acompañan Scheper-Hughes (2005) analiza la transformación
el tránsito hacia la vida adulta. Pero hay al menos en el sistema tradicional de iniciación que compor-
dos razones para desjuvenilizar la violencia presen- tó el apartheid, en palabras de su joven ayudante de
te en tales rituales. En primer lugar, más que ritua- campo: “Los que no están iniciados no tienen nin-
les de juventud, son rituales de masculinidad. En gún derecho (…) En los viejos tiempos, era sufi-
segundo lugar, en nuestra sociedad los ritos de pas- ciente con una oveja o una cabra, pero hoy en día

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F. Ferrándiz y C. Feixa Dossier: Violencia y Psicoanálisis

hay que gastar mucho dinero”. Lomnitz (2005) antiglobalización se fundamentan, en parte, en el
muestra la dialéctica entre porros de clase obrera y alargamiento de la fase juvenil en las sociedades occi-
estudiantes de clase media (aunque ambos tengan dentales avanzadas y se expresa en una diversidad de
la misma edad, los segundos son más inmaduros y tácticas; en palabras de uno de sus informantes: “los
precavidos en el uso de la violencia). ‘buenos activistas’ tendrán que escoger entre salvarse
Zulaika (2005) narra cómo la moral de militan- a costa de participar en la caza de anarquistas o acep-
tismo y de la primacía de la ekintza generada en el tar la diversidad de posiciones”.
movimiento católico evolucionó hacia la mentalidad Todas las violencias, aparte de las consecuen-
de borroka (lucha), que percibe el combate como algo cias físicas y psíquicas que producen, tienen signi-
necesario: “Se desarrolla así, una visión homérica del ficado. Y este significado sólo puede interpretarse si
hombre y la sociedad en la que la guerra se considera se conocen las gramáticas que conectan sus signifi-
condición fundamental de la vida”. Wacquant (2005) cantes. Imposible entender el grado de adhesión
evoca las trayectorias fatales de esos running buddies que en los jóvenes provocan las barras bravas sin
con los que daban los cuatrocientos golpes en el entender los procesos de reterritorialización de los
barrio antes de su entrada en la orden pugilista, en espacios urbanos populares en Chile. Pero no todas
palabras de uno de sus informantes: “la disciplina las violencias juveniles son oposicionales. Lomnitz
que yo he aprendido con el boxeo también la llevo (2005) discute los sutiles mecanismos mediante
conmigo fuera del ring. Se siente fuera de allí. Me los cuales el Estado se apropia y promociona redes
hace madurar (...) Me siento como un guerrero en informales de características mafiosas para neutra-
paz (...) Así es como debería ser en la vida”. Serrano lizar, mediante despliegues de violencia, miedo, y
(2005) muestra cómo la guerra civil y el narcotráfico desconcierto simbólico, los sectores potencialmen-
han transformado la concepción colombiana de la te más críticos de la sociedad, en este caso el estu-
juventud: “el sicario se convirtió en una de las repre- diantado. El establecimiento histórico de los porros
sentaciones mediáticas y sociales más comunes de la como un espacio de “violencia informal” y su dis-
condición juvenil –masculina por demás– conforma- posición mercenaria de “traficantes del miedo” les
da por historias de vida propias, con modos de vestir convirtió en un agente privilegiado en el corazón de
y llevar el cuerpo particulares, lenguajes y geografías un espacio social que tradicionalmente no ofrece
comunes, así como un destino final –la muerte tem- muchas facilidades a la penetración del Estado.
prana”. Abarca y Sepúlveda (2005) documentan el
significado ritual de la iniciación en las barras bravas:
“la noción de ‘barrio bravo’, que invierte el estigma Jóvenes, violencia y género
negativo atribuido al sector en potencialidad afirma-
tiva como espacio de encuentro y referencia, particu- “Uno de los efectos de la violencia
larmente masculina”. Ferrandiz (2005) analiza cómo simbólica es la transfiguración de las
los propios espiritistas establecen homologías entre relaciones de dominación y sumisión
estos trances, las lógicas culturales juveniles y las ini- en relaciones afectivas.”
ciaciones guerreras; en palabras de uno de sus Pierre Bourdieu,
médiums: “Podemos hablar aquí de un rito del Raisons pratiques, 1994
barrio, no tanto de un rito espiritual, como de un rito
del barrio (...) Y entonces tenían sus ritos de valor, de Las violencias juveniles suelen estar asociadas en
iniciación (...) ritos de guerrero”. Juris (2005) muestra su mayor parte al despliegue de distintas formas de
que el carácter transgeneracional de los movimientos masculinidad. Debemos pues preguntarnos por

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis F. Ferrándiz y C. Feixa

qué determinados colectivos de varones jóvenes se contienda en los aspectos más íntimos de la exis-
sienten legitimados –a veces hasta el punto del tencia, incluyendo las relaciones afectivas y de
heroísmo– para cometer actos de violencia de diver- género.
sa naturaleza, y cómo los valores asociados a cier- Abarca y Sepúlveda (2005) hablan también de
tas formas agresivas de masculinidad son un eje las barras bravas como un sistema de prestigio
fundamental del despliegue de estas violencias. bañado en significaciones vernáculas de la mascu-
Peteet (2005) analiza las palizas a los jóvenes linidad. En este caso las masculinidades se molde-
palestinos como rito de iniciación a la edad, al an según un “principio del honor” trabado con el
género y al activismo político. Su análisis del ejercicio de una violencia –“la ley del más malo”–
impacto de la ocupación y la violencia en las que tiene componentes territoriales y está asociada
estructuras de género, en concreto, en las nocio- a la articulación y simbolización de los espacios
nes y prácticas de masculinidad y virilidad locales, urbanos populares. En este proceso de adquisición
reafirma el hecho de que no nos encontramos en de una masculinidad violenta o “brígida” se genera
ningún caso con relaciones de género unívocas, el tipo de “comunidad emocional” que atribuyen a
ancladas en el tiempo, sino en continua transfor- las bandas urbanas. La indiferencia o falta de con-
mación por la propia situación de violencia. Así, tinuidad –“aguante”– de los varones jóvenes ante
por ejemplo, las formas tradicionales de la mascu- estos códigos y procedimientos de ordenación de la
linidad palestina se reorganizan en relación a nue- masculinidad es, por el contrario, fuente de desho-
vas circunstancias de dominación. Las palizas, nor. Sin embargo, la violencia de tipo barrita no es
que afectan prácticamente a todos los jóvenes irreversible. Tiene fecha de caducidad. Las propias
palestinos, han sido absorbidas y reelaboradas en tramas de masculinidad locales ofrecen a los barris-
una ética de resistencia, al aumentar el gradiente tas una salida con la adquisición del rol de “padre
de respeto y masculinidad de los afectados. Como de familia”. En este nuevo papel social, la masculi-
señala la autora, “el hombre bajo ocupación es nidad digna se ancla en valores asociados a la idea
reconstruido a través de la violencia”. Por su de “padre responsable”.
parte, desde el lado israelí se intentan desactivar Aunque el tipo de violencia es muy distinto al
estos circuitos de amplificación de la masculini- de los barristas, existe también un nítido simbolis-
dad en relación a la violencia introduciendo como mo de corte masculino en torno a la identidad y
cortocircuito agresiones de tipo sexual, como actividades de los porros mexicanos. Para Lomnitz
puede ser la violación de los jóvenes durante los (2005), una buena parte de los actos de estos ges-
interrogatorios. Por otro lado, señala Peteet, la tores del miedo, entre los que se encuentran actos
violencia no es un elemento tan central en la de violencia contra las mujeres, el consumo de
construcción de la feminidad. No hay para ellas alcohol y drogas, etcétera, están orientados a la
una trama heroica sino más bien ambigua, y la obtención de lo que ella denomina “máxima mas-
construcción de nuevos hombres palestinos en culinidad”. La amistad masculina –de un tipo
ningún caso atenúa las asimetrías o incluso la “violento y exacerbado”– se establece como valor
violencia de género al interior de su comunidad – dominante en la estructuración de los grupos de
aspecto este último reafirmado por las reflexiones porros. Para Lomnitz, los porros son un ejemplo
de Bourgois (2005) sobre el impacto de la violen- de cómo valores asociados a la amistad y la mas-
cia durante y después de la guerra de El Salvador, culinidad pueden ser manipulados políticamente
en las que subraya las dramáticas consecuencias para generar climas de violencia y miedo en los
cotidianas de la impregnación de la lógica de la sistemas sociales.

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F. Ferrándiz y C. Feixa Dossier: Violencia y Psicoanálisis

Los boxeadores de Wacquant (2005) se dedican supuesto, del ámbito de la cura simbólica–. Sin
en cuerpo y alma a una actividad física donde se embargo, puede afirmarse que el prestigio local de
entremezclan la aventura, el honor masculino y el un médium de espíritus africanos o vikingos no es
prestigio social. El autor llega a catalogar a los gim- radicalmente distinto del que puede adquirirse con
nasios como una “cofradía viril” que permite acce- un arma en la mano.
der a posiciones de cierta reputación eludiendo las Estas consideraciones marcan con claridad la
violencias cotidianas sin “perder la cara”. Es decir, importancia del análisis de género en el estudio de
el boxeo proporciona una carrera paralela de mas- las violencias juveniles. Si entendemos el género,
culinidad prestigiosa, una forma de heroísmo cul- no como un compartimiento cerrado y estanco,
tural esculpido a golpes. El gimnasio y el ring son sino como un complejo proceso que interactúa per-
espacios agónicos donde cualquier “hombre digno manentemente con el entorno económico, social,
de ese nombre” puede adquirir dignidad pública. político y cultural, podemos entonces detectar cómo
En este caso podríamos hablar de la construcción las violencias y las masculinidades se entrelazan de
de un tipo de masculinidad a la defensiva ante forma diferencial en distintos contextos, y cómo las
otras formas de masculinidad más destructivas que pautas de comportamiento asociadas a ellas pueden
acechan fuera de los muros del gym, y que se plas- ser también flexibles y múltiples, al servicio de la
maría en la ética contradictoria del guerrero pacífi- hegemonía, de la resistencia o de dinámicas al
co que menciona uno de los informantes. menos parcialmente autodestructivas. La masculi-
Entre los espiritistas de María Lionza, las nidad, como la juventud, no es natural y homogé-
modulaciones entre los rituales y la violencia delin- neamente violenta. En el caso palestino, la ocupa-
cuencial se dan precisamente a partir de las lógicas ción y represión israelí producen una transforma-
culturales de masculinidad juvenil dominantes en ción de los modelos culturales de construcción de la
los barrios. Como señala Ferrándiz (2005), es ésta masculinidad palestina que alimenta y fortalece un
una lógica basada en versiones locales de cualida- tipo de acción política violenta. Como estamos
des como el valor, la audacia, la crueldad, la capa- viendo en los últimos años, este círculo vicioso de
cidad de seducción, el desafío al dolor o la indife- violencias está en la base de la posterior eclosión de
rencia ante la muerte, encapsuladas en la noción de los asesinatos selectivos y el terrorismo suicida. El
arrecho. Lo mismo que estas cualidades son muy caso palestino, como el salvadoreño, parecen
valoradas en las calles como signos de masculini- demostrar que las “violencias de liberación” en las
dad son, además, esenciales en la construcción de que se implican con frecuencia colectivos de jóve-
los estereotipos violentos de posesión que encar- nes, no desembocan automáticamente en la mayor
nan los africanos y vikingos. Pero aquí podemos ver simetría en las relaciones de género. El caso de los
con claridad cómo una misma lógica de masculini- barristas muestra desde otra óptica la flexibilidad y
dad puede dar lugar a dos tipos de violencia de capacidad de transformación de las pautas de mas-
naturaleza diferente. Aunque los rasgos fundamen- culinidad, según las cuales las formas violentas aso-
tales de la masculinidad popular coinciden en ciadas a los momentos de juventud no se convierten
ambos ámbitos, en el caso del espiritismo se da necesariamente en crónicas, sino que pueden
una inversión respecto a las lógicas de género de la desembocar, sin conflicto, en valores de responsabi-
calle. No se trata en el primer caso de una violencia lidad familiar articulados en torno a las nociones
destructiva con fines delincuenciales o de supervi- locales de paternidad y madurez. Los porros serían,
vencia, sino de una violencia autoinfligida con por su lado, un ejemplo de cómo ciertas estructuras
fines eminentemente terapéuticos –dentro, por de poder pueden movilizar aspectos fundamentales

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis F. Ferrándiz y C. Feixa

de la masculinidad para generar y sostener violen- fecto de la importancia que tiene analizar con aten-
cias asociadas a los mecanismos de poder del ción el despliegue y repliegue de lo social en lo cor-
Estado, aspecto que está también muy generalizado póreo para entender mejor estas violencias. Las
en instituciones formales como pueden ser los esta- heridas que resultaban irrelevantes para el juicio
mentos militares o los cuerpos policiales. Y aún hay eran sin embargo, para Scheper-Hughes, justamen-
otro elemento final de importancia en estas refle- te lo contrario: la prueba más visible de las terribles
xiones sobre la masculinidad y la violencia. Como condiciones políticas y estructurales de exclusión –
ocurre en el caso del boxeo y el espiritismo, en el apartheid– de los jóvenes en las que se generó la
determinadas circunstancias, ciertas prácticas vio- violencia que era juzgada.
lentas tienen la capacidad de canalizar lógicas de El viaje de ida y vuelta entre cuerpos juveniles
masculinidad violenta –asociadas al gueto o a los y espacios sociales determinados puede ser de
ambientes delincuenciales– hacia otras menos dañi- muchos tipos, y su desciframiento nos da claves
nas socialmente, o directamente terapéuticas, al fundamentales para la interpretación de las vio-
menos desde el punto de vista de los actores socia- lencias. En los territorios ocupados, la inscripción
les implicados. El que estas últimas violencias ten- violenta del poder político sobre los cuerpos de los
gan un alto componente autodestructivo –exposi- jóvenes palestinos –considerados desde Israel
ción a daños cerebrales, automutilaciones, etcétera– como metonimia de la resistencia– genera un tipo
sería un indicador dramático de la escasez de opcio- de subjetividad juvenil centrada en la resistencia a
nes y lenguajes alternativos para estos jóvenes en la dominación. Es decir, se produce justo el efecto
los contextos sociales en los que tienen que vivir su contrario del buscado por los perpetradores de
cotidianeidad. este tipo de violencia, que no era sino la domesti-
cación de los jóvenes palestinos y, por extensión,
la sociedad palestina, a base de técnicas de intimi-
Jóvenes, violencia y cuerpo dación. Sin embargo, según Peteet (2005), las
palizas y encarcelamientos se convierten en ritos
“La estructura de los sentimientos de deslegitimización de las estructuras de poder
individuales y colectivos y la percep- de Israel, que otorgan estatus político a los jóve-
ción del cuerpo se dan en función de nes palestinos, hasta el punto de que han despla-
la posición y el papel que se juega en zado a sus padres y hermanos mayores de las
el orden técnico y productivo.” posiciones de mayor prestigio e influencia política
Nancy Scheper-Hughes, en la estructura clandestina de la Intifada palesti-
La muerte sin llanto, 1997 na. Las heridas y cicatrices corporales se transmu-
tan de huellas ejemplarizantes del terror en esce-
Algunos estudios muestran también la relevancia narios privilegiados para la narración de la violen-
del estudio de los cuerpos y corporalidades juveni- cia y el sufrimiento social. El cuerpo juvenil es, en
les como mapas de ruta de las condiciones que este contexto, al tiempo un espacio generador de
generan y posibilitan las violencias juveniles, así nuevas redes de poder y un escenario de reciclaje
como de su significación. La mención que hace incontrolable de unas violencias que se activan
Scheper-Hughes (2005) a la escena del juicio en la recíprocamente.
que un funcionario del gobierno descarta las “vie- En los barrios venezolanos nos encontramos
jas” heridas en el cuerpo de uno de los acusados, con un tipo de corporalidad muy diferente
como rastros de tortura reciente, es un ejemplo per- (Ferrándiz, 2005). La exposición al trance con

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F. Ferrándiz y C. Feixa Dossier: Violencia y Psicoanálisis

espíritus africanos y vikingos produce entre los de corporalidad colectiva se convierte en el eje
jóvenes un tipo de cuerpos especializados en la emocional y ético de un tipo de violencia territo-
gestión física y simbólica de las violencias cotidia- rializada. Para Abarca y Sepúlveda (2005), los
nas. La violencia auto-infligida de estos espíritus momentos de efervescencia en el estadio –con el
tiene por un lado componentes terapéuticos –en el roce de los cuerpos excitados de los jóvenes, el
nivel social y en la propia lógica curativa del culto– intercambio de olores, el aumento de la intensidad
, por otro lado subraya, literalmente, las otras heri- emocional, el entrelazamiento con las banderas–
das producidas en la vida cotidiana en los barrios favorecidos por la circulación de bebidas y drogas,
y, finalmente, resuena con las heridas de la memo- son al tiempo el espacio de mayor intimidad cor-
ria. Las venas abiertas de una juventud marginali- pórea y el instante expresivo público y privilegiado
zada y enredada en múltiples conflictos serían en de los barristas chilenos. “Poner el cuerpo”, fundir-
este caso una hoja de ruta tridimensional sin cuyo se en el piño cuando el equipo marca un gol o con-
desciframiento adecuado nos perderíamos en los suma una victoria, es el momento cumbre de iden-
estereotipos más manidos de la violencia juvenil tificación grupal de los barristas. Es en estos ins-
en los barrios venezolanos. tantes de indiferenciación corpórea cuando surgen
Para Wacquant (2005) esos “espacios agóni- los sentimientos de solidaridad que organizan la
cos”, que son los gimnasios de boxeo, hacen de la violencia de las barras bravas. Los valores que se
violencia disciplinada que caracteriza a este depor- generan cuerpo a cuerpo en la euforia del estadio
te, una armadura contra otras violencias del gueto se transforman en estilo de vida –lo transitorio se
potencialmente más destructivas. De hecho, como hace permanente– y se transfieren a la cotidiani-
señala este autor, el entrenamiento intensivo de dad de los barristas, que se vive con una gran
cuerpos juveniles para la práctica del boxeo supone intensidad, a flor de piel.
una ruptura con las conductas y usos mentales, Como puede verse en estos ejemplos, los cuer-
sociales, y también corporales, de la cotidianeidad pos no son solamente un escenario privilegiado de
del gueto. Estas prácticas de gran intensidad cor- las violencias juveniles, sino que son directamente
poral vinculadas al gimnasio –“un universo senso- producidos en su entrelazamiento con ellas. Los
rial y emocional palpitante e imprevisible”– pue- cuerpos juveniles tienen una enorme maleabilidad
den también entenderse como escuelas de morali- para enfrentarse y mimetizarse con las violencias
dad. La implicación en estas disciplinas corporales de su entorno. Están recorridos por estilos cultura-
hace que se asuman una serie de valores –humil- les, por condiciones sociales, por circunstancias
dad, sacrificio, sumisión a la autoridad, higiene históricas, y por relaciones de poder. Pero lo mismo
corporal y mental, sentido de la responsabilidad– que el cuerpo de un velocista es radicalmente dis-
que quedan literalmente impregnados en la carne: tinto del cuerpo de un corredor de fondo, el cuerpo
en la domesticación y gestión del dolor, en el reper- de un espiritista es muy distinto del de un boxea-
torio de gestos defensivos y de ataque desplegados dor, un barrista, un simpatizante del Black Bloc, un
en los gimnasios y en el ring. Por lo tanto, la ins- joven palestino vinculado a la Intifada o un joven
cripción de diversos tipos de violencia en el cuerpo león surafricano. Aún así, hay algo que comparten:
de los jóvenes boxeadores tiene también un impac- todos ellos llevan inscriptas las violencias de su
to indudable, golpe a golpe, en su estructura de entorno mucho más allá del nivel epidérmico de
valores y emociones. las heridas y cicatrices visibles. Las violencias cons-
Finalmente, veamos el caso de los hinchas de truyen los cuerpos y las subjetividades juveniles
fútbol chilenos en el que la existencia de instantes hasta lo más profundo.

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis F. Ferrándiz y C. Feixa

Jóvenes, violencia y poder estructuras de poder vigentes en una determinada


sociedad). Los antropólogos saben también que la
“Sea el efecto directamente práctico consideración de un daño físico o moral como vio-
o simbólico (que funciona para lencia no siempre cuenta con el consenso de los
comunicar el valor del individuo distintos actores implicados en el mismo. Riches
como miembro de un grupo social), (1988) se refiere al “triángulo de la violencia” para
puede decirse que la violencia es una referirse a la necesidad de estudiar las visiones de
estrategia básica para la experiencia tres tipos de actores: victimarios, víctimas y testi-
de la interacción social.” gos. Schmidt y Schröder (2001) lo amplían a un
David Riches, El fenómeno “cuadrángulo” en el que también intervendrían los
de la violencia, 1988 “intérpretes”, es decir, los agentes especializados en
comunicar a la sociedad el sentido de los actos
La mayor parte de los estudios muestran la impo- (policías, medios, antropólogos). Ello es particular-
sibilidad de separar políticas y culturas de la violen- mente relevante en aquellos casos de violencia
cia juvenil (raíces estructurales y formas expresi- ritual o simbólica en los que los ejecutores de los
vas). En todo conflicto social hay elementos políti- actos de agresión física suelen negar su carácter
cos (que afectan a la distribución del poder) y ele- violento en función de criterios culturales.
mentos culturales (que afectan a la vivencia de Además, en nuestra sociedad, la función de testigo
dicho poder y a las formas de contestarlo). Es pre- de la violencia suele estar filtrada por una institu-
ciso, en términos de Bourgois (2005), (des)politizar ción: los medios de comunicación de masas.
la violencia política (como la ejercida por los jóve- Diversas comunicaciones señalan el papel de los
nes guerrilleros) y (re)politizar la violencia social medios, no sólo en la percepción de la violencia,
(como la padecida y ejercida por los jóvenes del sino en su misma construcción social.
gueto). Pues es imposible entender qué mueve a los Bourgois (2005) propone en su texto una defini-
muchachos palestinos que lanzan piedras sin com- ción procesual de violencia que vamos a retomar
prender el sentido ritual de sus actos; pero también aquí. La violencia política, en primer lugar, incluye
es imposible comprender el impacto de las barras aquellas formas de agresión física y terror, adminis-
bravas chilenas sin atender a la estructura de poder trados por las autoridades oficiales y por aquellos
de los barrios donde surgen. Juris (2005) muestra que se les oponen, tales como represión militar,
con finura cómo los jóvenes que participan en tortura policial y resistencia armada, en nombre de
movimientos sociales se mueven por razones polí- una ideología, movimiento o estado político. En
ticas, pero también por necesidades expresivas este caso, los jóvenes aparecen como “carne de
(pues desde mayo del 68 la mayor parte de movi- cañón” de conflictos civiles o internacionales de
mientos juveniles han buscado la playa bajo los larga duración, cuyo ejemplo más emblemático es
adoquines). el conflicto palestino-israelí. La violencia estructu-
Aunque se tienda a definir la violencia como el ral, en segundo lugar, se refiere a la organización
uso agresivo de la fuerza física por parte de indivi- económico-política de la sociedad que impone con-
duos o grupos en contra de otros, hay otras formas diciones de dolor físico y/o emocional, desde altos
de agresividad no física (verbal, simbólica, moral) índices de morbosidad y mortalidad hasta condi-
que pueden hacer más daño. Además, la violencia ciones de trabajo abusivas y precarias. En este caso
no se limita al uso de la fuerza, sino más bien en la los jóvenes aparecen como “víctimas propiciato-
posibilidad o amenaza de usarla (lo que refleja las rias” en conflictos coyunturales que afectan a deter-

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F. Ferrándiz y C. Feixa Dossier: Violencia y Psicoanálisis

minados grupos subalternos, cuyo ejemplo más y una cultura de oposición contracultural (pero que
característico son las barras bravas. La violencia desemboca fácilmente en valores tan americanos
simbólica, en tercer lugar, definida en los términos como el beneficio, el machismo y la jerarquía). La
de Bourdieu como las humillaciones internalizadas función del etnógrafo es precisamente buscar las
y las legitimaciones de desigualdad y jerarquía. En cicatrices de la violencia estructural y política sobre
este caso, los jóvenes aparecen como “cuerpos sim- la ecología local y los cuerpos de sus residentes,
bólicos” de conflictos intrapsíquicos o intrasociales “desenredar los hilos” de la violencia.
de corta duración, cuyo ejemplo más emblemático
es el espiritismo venezolano. Y la violencia cotidia-
na, en cuarto lugar, incluye las prácticas y expresio- Jóvenes, violencia y representaciones
nes diarias de violencia a un nivel micro-interac-
cional: entre individuos (interpersonal), doméstico “La violencia sin audiencia sigue pro-
y delincuente. En este caso, los jóvenes aparecen vocando muertos, pero no tiene sig-
como “cabezas de turco” de conflictos intersociales nificado social.”
cíclicos, cuyo ejemplo más emblemático son los Bettina Schmidt & Ingo Schröder,
juicios populares en Suráfrica. Anthropology of Violence, 2001
Por supuesto, estos cuatro tipos de violencia no
deben considerarse como dimensiones autoexclu- La plasmación de las violencias en los medios
yentes. Determinadas formas de violencia con hon- de comunicación es un elemento fundamental en
das raíces políticas (como las incrustadas en la gue- este proceso, no solamente por lo que los medios
rras civiles de Palestina y Colombia) suelen expre- muestran, sino también por lo que silencian, desví-
sarse en términos rituales; que determinadas for- an u ocultan. Los textos académicos que se ocupan
mas de violencia surgidas de profundas desigualda- de la violencia se mueven en campos interpretati-
des estructurales (como las de jóvenes porros y espi- vos de enorme complejidad, y “compiten” con múl-
ritistas) suelen vivirse –alienadamente– a través de tiples versiones y formatos simultáneos de los
memorias nacionales y religiosas incorporadas; que hechos o representaciones que son objeto de estu-
determinadas formas de violencia simbólica (como dio, muchos de los cuales llevan el sello de la vida
la practicada por jóvenes leones y bloques negros) o la muerte para los agentes implicados en la vio-
persiguen objetivos políticos explícitos; y que deter- lencia, víctimas y perpetradores. En este globaliza-
minadas formas de violencia cotidiana (como la do y heterogéneo campo de interpretaciones y
padecida por jóvenes del gueto urbano o de la memorias que rodea a los actos de violencia en
Euskadi rural) acostumbran a justificarse en térmi- general, juvenil en este caso, encontramos repre-
nos míticos. El mismo Bourgois intenta explicar, sentaciones mediáticas, retóricas políticas, tramas
inspirándose en la teoría gramsciana de la hegemo- locales o grupales de disidencia –orales, corpóreas–
nía, por qué una cultura política de la violencia , y una variedad de discursos expertos –informes
(como la dominante durante la guerra civil salvado- policiales, jurídicos, médicos, humanitarios, acadé-
reña) puede liberar energías sociales ocultas. micos– (Lambeck y Antze, 1996), todos los cuales
Además permite pensar las conexiones entre violen- son, con independencia de la reclamación de auto-
cia estructural y cotidiana en el gueto americano, ridad sobre la verdad de los hechos que comparten,
donde los jóvenes deben escoger entre una cierta construcciones culturales condicionadas por tra-
cultura de la violencia autodestructiva (pero que les mas y retóricas con historias y contextos interpre-
ofrece pequeñas compensaciones en tiempo de paz) tativos particulares (Ferrándiz, 2002).

196
Dossier: Violencia y Psicoanálisis F. Ferrándiz y C. Feixa

Esta tensión por la hegemonía en la representa- medios de comunicación. Los estereotipos y repre-
ción de las violencias juveniles se refleja con nitidez sentaciones dominantes sobre los sectores juveniles
en el texto de Juris (2005) sobre la batalla de más proclives a algún tipo de violencia, como los
Génova. Por un lado, el debate interno en el movi- analizados, tienen –como señala Serrano en el caso
miento antiglobalizador no es solamente un debate de los sicarios colombianos, o Ferrándiz en el caso
sobre la legitimidad o falta de legitimidad de deter- de los jóvenes de clase baja de los barrios venezola-
minadas acciones políticas de corte pacifista o vio- nos, o el propio Juris en relación al movimiento
lento, sino también sobre la imagen que estas pro- antiglobalización– una perniciosa cualidad de con-
yectan, a través del impacto mediático, sobre la tota- tagio, y se expanden con frecuencia como mantos
lidad del movimiento. Por otro lado estarían los dis- interpretativos indiscriminados sobre amplios sec-
cursos políticos y mediáticos proclives a la disemina- tores juveniles que no participan, se sitúan en la
ción a gran escala de estigma social y la creación de periferia, o son directamente víctimas de esas vio-
estados de alarma. Como también señala Scheper- lencias. Escribir contra o al margen del sentido
Hughes (2005), no es infrecuente que los medios de común –que es el vehículo cotidiano de esas repre-
comunicación recurran a montajes de imágenes bru- sentaciones dominantes– y, desde luego, contra las
tales y arquetípicas para dar sentido a las violencias lógicas de pensamiento único que se están expan-
juveniles. Pero en el caso de la batalla de Génova diendo con indudable rapidez en los últimos tiem-
pudimos asistir a uno de los montajes políticos y pos, parecería un camino apropiado para la mejor
mediáticos más espectaculares jamás organizados comprensión de las violencias juveniles. Esta tarea
en torno a un tipo de violencia eminentemente juve- no resulta, sin embargo, sencilla.
nil. Es un ejemplo muy claro de la metáfora de la Bourgois (2005) señala el riesgo de que los análi-
juventud sin tregua. La creación de un escenario de sis académicos de las violencias juveniles compartan
confrontación y un clima de tensión y miedo bajo la premisas con las ideologías que sostienen, glorifican
supervisión del Primer Ministro italiano Silvio o estigmatizan ciertos tipos de violencia. En su inu-
Berlusconi, experto en la gestión de productos sualmente sincera reflexión crítica sobre sus ensayos
mediáticos, amplificó e incluso provocó la acción de juventud sobre los guerrilleros salvadoreños y los
violenta de los grupos antiglobalizadores más radica- traficantes de crack puertorriqueños de Harlem, este
les con fines de desactivación política y de ruptura de autor reconoce que la dicotomía violencia liberadora
circuitos de solidaridad potenciales entre las audien- / violencia desmovilizadora (estructural) con la que
cias televisivas en todo el mundo. diferenciaba ambas situaciones, era heredera directa
Escribamos como escribamos, busquemos las de una serie de tramas muy habituales de la Guerra
audiencias que busquemos, los académicos estamos Fría –en este caso, las elaboradas desde la perspectiva
necesariamente condicionados por la dinámica de la izquierda–. En este marco conceptual, las vio-
interna de un competitivo mercado de la significa- lencias políticas le resultaban más sencillas de ana-
ción, que se hace más complejo a medida que se lizar que las culturales. Pero su recorrido posterior
profundizan estos procesos globalizadores. La cues- por los desolados paisajes del post-conflicto salvado-
tión es dilucidar dónde tienen que situarse los aná- reño –“un campo de minas de traiciones internas”–
lisis de tipo académico para promover reflexiones y , su reencuentro con los ya no tan jóvenes y amarga-
discusiones que superen –desnaturalicen– el tipo de dos ex-guerrilleros, y su constatación de la mutación
estereotipos simplificadores instalados con firmeza de estas presuntas violencias de liberación individual
en el imaginario social, usados en ocasiones dema- y colectiva en múltiples violencias cotidianas y trau-
gógicamente en los debates políticos y en los ma social endémico, le descubrió la perversidad a

197
F. Ferrándiz y C. Feixa Dossier: Violencia y Psicoanálisis

corto, medio y largo plazo de un tipo de acción social “La violencia es vencida por la unión;
que llegó a considerar necesaria y el tremendo daño el poder de los unidos representa
que la violencia ocasiona al tejido social y a la psique ahora el derecho, que se opone a la
individual. violencia del individuo aislado.”
Escribir más allá del sentido común y los discur- Sigmund Freud, carta a Alfred
sos hegemónicos al uso, supondría hacer también Einstein, septiembre de 1932
un esfuerzo por situarse fuera de lo que Bourgois
denomina pornografías de la violencia, es decir, de ¿Cómo desarmar la violencia ejercida o padecida
aquellas representaciones que sensacionalizan la por jóvenes sin que desaparezcan las causas del con-
violencia con fines políticos, comerciales, estéticos o flicto? ¿Cómo reinventar nuevas formas de tregua
propagandísticos –ya sea hacia la idealización o el que no alimenten el rearme? Los ejemplos etnográ-
estigma–, oscureciendo sus raíces culturales, políti- ficos señalados muestran que aunque la violencia
cas, históricas y estructurales. Para ello es impres- juvenil no tenga causas innatas, tampoco es posible
cindible no caer en la tentación de fijarse exclusiva- cortarla de raíz, o al menos atenuarla, sin transfor-
mente en los momentos álgidos de un tipo de vio- mar las estructuras políticas, sociales y culturales
lencia juvenil determinada, o en sus efectos inme- que la generan. Pero también ofrecen indicios para
diatos, sino también explorar sus antecedentes y buscar estrategias de reducción de daños que eviten
consecuencias a medio y largo plazo para las socie- que la sangre pueda llegar al río (o que las armas
dades y actores sociales involucrados, así como, de puedan ser usadas indiscriminadamente). Entre
acuerdo con la sugerencia de Bourgois (2005), sus otras muchas, podemos citar tres: (re)socializar,
profundas ramificaciones cotidianas. Creemos que (de)sacralizar, y (re)ritualizar la violencia.
la aproximación etnográfica a las violencias juveni- (Re)socializar la violencia (juvenil), en primer
les, en la que el conocimiento está basado en la expe- lugar, supone volver a incorporar la comunidad
riencia personal del investigador con los grupos juve- como garante del control social informal que amino-
niles estudiados –desde la autobiografía a la observa- ra sus daños, así como suprimir el estigma que
ción participante–, donde se da voz a los actores acompaña a los grupos que se ven asociados a los
sociales afectados por las violencias, y donde se hace imaginarios violentos. Tan errada como la idealiza-
un esfuerzo para localizar y desentrañar los contex- ción de ciertos tipos de violencia sería encuadrar
tos y discursos relevantes para la comprensión de las nuestras reflexiones en otras tramas de violencia y
distintas modalidades de violencia, es una fórmula juventud, también muy cercanas al sentido común,
válida para sortear este tipo de representaciones efec- que apelan a predisposiciones genéticas, socio-pato-
tistas, tanto a nivel retórico como de contenido. logías, maldades intrínsecas o determinaciones de
edad, tramas que con frecuencia sobrevuelan sin
Conclusión mucho interés los contextos en los cuales se gene-
ran, reprimen, alimentan y perduran las violencias
“¿Es posible dirigir el desarrollo psí- juveniles. Sin exculpar de su responsabilidad a aque-
quico de los seres humanos de tal llos jóvenes que comenten actos conscientes de vio-
manera que estos se vuelvan más lencia, acudir de manera automática a calificativos
resistentes a la psicosis del odio y la como “salvajes”, “criminales”, “delincuentes”, “per-
destrucción?” turbados”, “asesinos” o “hampones” como base del
Alfred Einstein, carta a Sigmund análisis, significaría aceptar la existencia de “maqui-
Freud, julio de 1932 narias sociobiológicas de violencia autónoma que se

198
Dossier: Violencia y Psicoanálisis F. Ferrándiz y C. Feixa

autoperpetúan”, como apunta Scheper-Hughes za sus recursos políticos y culturales para que sus
(2005), y participar de políticas y discursos de estig- jóvenes se alimenten de la violencia, obteniendo un
matización sistemática de lo juvenil en las que las mayor gradiente de masculinidad y prestigio a
modulaciones culturales, sociales y contextuales de medida que se exponen a las diversas medidas
un tipo de violencia determinada quedan diluidas en represivas del Estado de Israel.
una retórica ya establecida que poco ayuda a la com- (Re)ritualizar la violencia (juvenil), en tercer
prensión densa de estos fenómenos. Comprensión lugar, supone recuperar el sentido ceremonial de las
densa que sería, en nuestra opinión, la base de polí- interacciones agresivas entre individuos y grupos y
ticas de pacificación o contención mejor orientadas resemantizar la dimensión lúdica y performativa
que las estrictamente represivas e indiscriminadas. que acostumbra tener la violencia en la que partici-
Medidas éstas últimas que, como demuestra con pan los jóvenes. Sanmartín (2000) muestra que el
claridad Peteet (2005), pueden estar claramente con- profundo contenido ritual que tenía el arte de la
traindicadas para la dolencia a la que se aplican. guerra primitiva y oriental servía para reducir
(De)sacralizar la violencia (juvenil), en segundo daños y limitar víctimas. En el caso de los jóvenes,
lugar, supone cuestionar y relativizar las mitologías formas de agresividad tradicional como los comba-
étnicas, religiosas, nacionales, militares o sexuales tes a pedradas entre pueblos y barrios no eran
con las que se justifican. Como muestra Zulaika en explosiones irracionales sino juegos con reglas con-
su texto autobiográfico, la génesis histórica de suetudinarias donde la sangre raramente llegaba al
comunidades de violencia que pasan de la incredu- río. La ritualización de la violencia sirve en la
lidad por el asesinato de un miembro a la rutiniza- mayoría de ocasiones para minimizar su impacto y
ción e incluso aprobación, es clave para la perpe- apoyar moralmente a las víctimas. Wacquant
tuación de la violencia. La pregunta “¿cómo es esto muestra como el estigmatizado boxeo puede servir
posible?” que repiten tanto Zulaika (2005) como para “domesticar” la violencia latente del gueto.
sus informantes, puede y debe seguir formulándose Para Ferrándiz (2005), la gestión de la violencia en
hoy en día respecto a la violencia vasca. La combi- los ritos espiritistas ofrece, pese a sus continuida-
nación de una cierta indiferencia social y el desa- des innegables con la violencia delincuencial coti-
rrollo de tramas heroicas que dan sentido a la vio- diana, espacios de expresión del hastío con poten-
lencia política se convierten, desde el principio, en cial de desactivación. Peteet reconoce que la justifi-
un engranaje implacable que captura y engrasa el cación ritual del combate callejero, que puede pare-
imaginario de un colectivo de jóvenes, militarizan- cer al observador externo una coartada moral de la
do su percepción del mundo y sus actos políticos. agresión, se ve desde dentro como una vía para
En el caso específico de la Itziar de los años setenta, canalizar las tendencias autodestructivas en una
jóvenes que nacen y se crían juntos acaban por situación límite. Juris muestra cómo la violencia
reencontrarse demasiado pronto en el cementerio performativa es una forma de interacción social
como consecuencia de muertes trágicas. Scheper- significativa mediante la cual los actores constru-
Hughes (2005) fundamenta su análisis en una pre- yen realidad social basándose en modelos cultura-
gunta semejante, ¿por qué se reían los jóvenes del les disponibles.
APLA y del CPA en un juicio por asesinato? ¿Hay En la era de la información, el combate de los
alguna racionalidad detrás de un comportamiento movimientos sociales tiene lugar, en gran medida, a
tan incomprensible? De manera semejante Peteet través de estas guerras mediáticas de interpretación
(2005) nos enseña cómo una comunidad con los simbólica. Que la policía no conozca todavía ese
condicionantes históricos de los palestinos movili- lenguaje no significa que los ‘displays rituales’ no

199
F. Ferrándiz y C. Feixa Dossier: Violencia y Psicoanálisis

puedan servir para contener el potencial de explo- Resumen


sión que toda manifestación pública comporta. La relación entre jóvenes, violencia y cultura
En el diálogo sobre las causas de la guerra que forman un triángulo poco virtuoso que bien pudie-
establecieron Albert Einstein y Sigmund Freud en ra denominarse “el triángulo de las Bermudas”. Por
1932 (reeditado coincidiendo con las nuevas gue- una parte, se trata de un triángulo que expone a los
rras alimentadas por el 11-S), estas dos mentes tan jóvenes a una visibilidad excesiva, gracias a su ubi-
bien amuebladas intentaban ir más allá del sentido cación en el espacio público y a su presencia cons-
común que consideraba la guerra como algo inevi- tante de los medios de comunicación. Por otra
table. Sus reflexiones se situaban al final del parte, se trata de un triangulo que los invisibiliza
remanso de paz que sucedió a la primera Gran como actores sociales con rostro y personalidad
Guerra (que supuso la muerte de millones de hom- definidas, pues las violencias que protagonizan son
bres, casi todos jóvenes, en los campos de batalla) interpretadas como “irracionales” o “sin sentido”,
y que precedió al auge del nazismo. A juzgar por lo llegando a desaparecer simbólica o físicamente por
que sucedió después, su intercambio epistolar la actuación de los medios de comunicación, los
puede parecer iluso. Pero si uno lee entre líneas, poderes públicos, la policía o, en casos extremos,
encuentra argumentos para buscar treguas en organizaciones criminales y escuadrones paramili-
medio del conflicto, pues “aunque la violencia tares. En este artículo nos aproximaremos a la rela-
puede en último término remontarse a una condi- ción entre jóvenes, cultura y violencia a partir de
ción de conflicto, no toda competición debe resol- una serie de estudios de casos incluidos en una
verse por medios violentos” (Schmidt y Schröder, antología coeditada por los autores del texto
2001: 4), y “todo lo que impulsa la evolución cul- (Ferrándiz & Feixa, 2005), que presentan ejemplos
tural actúa contra la guerra” (Freud, 2001: 94). etnográficos de distintos tipos de violencias juveni-
les asociadas a la guerra, la guerrilla, el terrorismo,
Descriptores la delincuencia, el racismo, el deporte, la política,
Jóvenes. Cultura. Violencias. Antropología. la religión, las bandas, los movimientos sociales y
Representaciones. las representaciones mediáticas.

200
Dossier: Violencia y Psicoanálisis F. Ferrándiz y C. Feixa

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201
F. Ferrándiz y C. Feixa Dossier: Violencia y Psicoanálisis

Estudios de caso Nota sobre los autores


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Ferrándiz, F., & Feixa, C. (2004). Una mirada antropológica investigaciones relacionadas con la memoria y el trauma social.
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Ferrándiz, F., & Feixa, C. (Eds.). (2005). Jóvenes sin tregua. Berkeley, Virginia, Central de Venezuela, Utrecht, Autónoma del
Culturas y políticas de la violencia. Barcelona: Anthropos. Estado de Morelos, Deusto y Extremadura. Ha impartido también
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Relations to Physiology, Anthropology, Sociology, Sex, Crime, exhumaciones (http://politicasdelamemoria.org/). Es autor
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In F. Ferrándiz & C. Feixa (Eds.). Jóvenes sin tregua (pp. 185-208). sin tregua: Culturas y políticas de la violencia (2005),
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85-94). Barcelona: Anthropos. (Colombia). En la actualidad enseña en la Universidad de Lleida.
Ha sido investigador visitante en centros académicos de Roma,
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202
Violencias Psicoanalíticas

203
204
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dr. Carlos Maffi

La transmisión, entre el aula y el diván1


Dr. Carlos Maffi*

I ción entre ambos, no es de ninguna manera el foco


La mayoría de nosotros piensa hoy que la transmi- principal de la actividad de la enseñanza. El aula es
sión del psicoanálisis pasa fundamentalmente por la escuela o la universidad. Es programable, objeti-
el análisis del analista. Pero esto no fue siempre va, y sobre todo ofrece la posibilidad de una evalua-
así, sino que es una posición que aparece sólo al ción cuantitativa y cualitativa de los contenidos
final de una larga, sinuosa y compleja historia. transmitidos que permita medir la eficacia del pro-
Dentro de esa historia y a pesar de las variantes cedimiento, con el objetivo de atribuir unas califi-
de lugares y de épocas, encontramos a dos figuras caciones para, finalmente, otorgar o no una habili-
constantes y contrapuestas que representan sendos tación profesional.
modos de transmitir el psicoanálisis. Dos figuras Con el diván las cosas son muy diferentes. Se
que se pueden metaforizar con los nombres que trata de una experiencia que va mucho más allá de
aparecen en el título de este trabajo: el aula y el la esfera intelectual, que implica a niveles de la per-
diván. Se trata de dos modos muy distintos de sonalidad más profundos y cuyo camino no puede
apropiación del saber que, sin embargo, forman ser estipulado de antemano. Contrariamente al
generalmente la base de un programa formativo aula, aquí se trata de una actividad en donde la
único. Decir algo de la transmisión en psicoanálisis relación entre los actores ocupa un lugar central y
es pues definir el tipo de relación que el aula y el contrariamente al aula también, no resulta fácil
diván tienen entre sí. medir sus resultados e incluso, más allá de las
El aula forma parte de la transmisión académi- grandes líneas generales, es difícil lograr un con-
ca convencional en donde lo fundamental está en senso para decir en qué consiste exactamente.
la comunicación de un contenido entre un profesor Si en el aula se habla de lo objetivo, sobre el
y un alumno. En principio, aunque algunas teorías diván es esencialmente de la subjetividad de lo
pedagógicas modernas lo tomen en cuenta, la rela- que se trata. Hay quienes, como Levi-Strauss, han

* Psicoanalista.
1. Lo esencial de este artículo fue expuesto y discutido en un panel en APdeBA en 2012.

205
Dr. Carlos Maffi Dossier: Violencia y Psicoanálisis

vinculado al pasaje por el diván con los ritos ini- II


ciáticos2, del mismo tipo que los chamánicos o Hasta los primeros años del 1900 el diván no exis-
religiosos. Todas estas características resultan ver- tía y el aula sí. Freud siguió los pasos de sus propios
daderamente problemáticas en un mundo en maestros: el psicoanálisis empezó como un método
donde se pide cada vez más una rendición de terapéutico, casi con la aspiración de convertirse en
cuentas por los servicios prestados, una garantía, una especialidad médica y neurológica. Así que el
una planificación, un control. modelo de transmisión era el de esas disciplinas
Por último existe una forma de transmisión universitarias: el artículo académico, la polémica
mixta, a mitad de camino entre el aula y el diván, en el foro, la demostración por el caso clínico, el
que es la supervisión. Nosotros la dejaremos expre- libro y el debate.
samente de lado porque, por ser justamente una Cuando empieza a consolidarse la primera
formación de compromiso, cambiará de fisonomía camada de discípulos, alrededor de 1906 y 1907, la
en función del tiempo, de lugar, y de las personas experiencia analítica personal venía exclusivamen-
que la practiquen. El aula y el diván son paradig- te para ilustrar lo que decía la teoría. Para Freud se
mas, modelos que se pueden fácilmente oponer y trataba simplemente de probar la existencia del
distinguir entre sí para hacerlos intervenir en un inconsciente a gentes que podían dudar de ella. El
debate, la supervisión no es ni completamente una adjetivo “didáctico” acompañando al “análisis”
cosa ni completamente la otra. tiene en principio el sentido de separar lo terapéu-
En su radical diferencia, aula y diván generan tico de lo curativo: se trataba sobre todo de no ofen-
una tensión entre ellos que forma parte de la iden- der a los primeros discípulos llamándolos “enfer-
tidad propia del movimiento analítico. Una ten- mos” en un momento en que la universalidad de
sión que viene de una clásica posición paradojal las neurosis no había sido aún establecida. Hacían
entre un discurso asociativo que los presenta como un análisis para aprender, no para curarse.
complementarios en sus programas de estudios, El espíritu en que se llevaban a cabo estos pri-
pero que choca contra una posición teórica muy meros didácticos está muy bien representado en
firme, sostenida por los miembros de las mismas una anécdota relatada por Bernfeld. En 1922
asociaciones que ofrecen esos programas, que insis- Siegfried Bernfeld planeaba instalarse en Viena
te en presentarlos como antagónicos y que sostiene como analista pero nunca se había analizado y el
que no solamente no se apoyan uno al otro sino grupo de Berlín, donde vivía, le había recomendado
que se excluyen mutuamente. Esta situación para- enfáticamente que lo hiciera antes de comenzar.
dojal convive en el seno de todas las instituciones Bernfeld cuenta la reacción que tuvo Freud cuando
y no termina de ser nunca completamente ventila- él le pidió su opinión al respecto: “Es absurdo –le
da, probablemente porque no tenga una verdadera respondió– ¡Láncese! Encontrará seguramente difi-
solución de continuidad. Pero, como toda paradoja, cultades. Ya veremos en ese momento lo que hare-
funciona como un motor perpetuo oscilando entre mos para ayudarlo”.3
un extremo y el otro, haciendo que el aula y el En estos tempranos años el diván era pues un
diván no tengan el mismo peso específico en todo apéndice de la batería “didáctica” del maestro. El
tiempo y lugar. La historia ha mostrado que su peso específico más importante lo tenía aún el
poder relativo ha ido evolucionando con el tiempo, aula. Los rudimentarios análisis didácticos de los
las teorías, los lugares geográficos, y la ideología de primeros discípulos, que probablemente hoy ni
los maestros. siquiera consideraríamos como verdaderos análisis,

2. LEVI-STRAUSS Claude (1948), “La eficacia simbólica”, in: Antropología Estructural 2, p. 168-185., Buenos Aires, Ed. Eudeba 1969
3. BERNFELD Siegfried (1962), “On Psychoanalytic Training”, in: Psychoanal. Q., 31, p. 453-482, p. 462-463

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dr. Carlos Maffi

duraban apenas algunas semanas, como mucho la primera semilla del cambio ideológico sobre un
algunos meses, y consistían esencialmente en la rol del psicoanálisis distinto del didáctico y univer-
interpretación de algún sueño o acto fallido desde sitario: es gracias a la teoría de la resistencia que el
los que se abrían sobre-sentidos más o menos rela- análisis del candidato empezará a ser visto más
cionados con lo edípico. como un proceso que implica un cambio personal
Si poco a poco se alargan y generalizan es porque que como un mero ejemplo ilustrativo para probar
la didáctica pura empieza rápidamente a mostrar sus el funcionamiento de una hipótesis. Pero esto sig-
flaquezas. Con la consolidación de la camada de dis- nifica también que el análisis del candidato se
cípulos aparecen primero los puntos de vista diferen- introdujo como una manera de corregir un posible
tes entre ellos, luego los debates, más tarde las dis- error de su pensamiento. Este matiz correctivo no
putas y finalmente las dimisiones. Vista la naturale- solo no se borrará jamás sino que, vivido siempre
za del psicoanálisis, que siempre está entrometién- de una manera extremadamente persecutoria, será
dose con lo reprimido, el aula no puede por sí sola el objeto principal de los reproches y las acusacio-
garantizar la transmisión correcta de los contenidos. nes más adelante, en tiempos de discordia.
Así que a esta incipiente función de demostración La teoría de la resistencia tomó mucho cuerpo
por el ejemplo de los primeros momentos, vendrá a con el tiempo, fue ampliamente explotada por
agregarse enseguida una necesidad diferente, que Jones todavía en los años 50’ y fue usada como
dará al diván mucha más importancia. argumento central en todas y cada una de las disen-
Hay una relación genética plena de consecuen- siones con las que Freud se enfrentó. La extensa
cias entre el progresivo establecimiento de la nece- cita que sigue vale la pena porque ilustra muy bien
sidad de análisis para la formación y la consolida- esta teoría y porque representa mejor que mil pala-
ción de la noción de resistencia. Freud creía que la bras nuestras, al espíritu de la época que la conci-
mayoría de las disputas, objeciones y críticas que bió. El que habla es Jones en su biografía de Freud:
podía recibir su corpus de ideas obedecía a la repug- “Cuando un analista pierde parte de la com-
nancia que sus teorías suscitaban en la época victo- prensión que antes tuvo, la nueva ola de resisten-
riana. De allí se extrae una conclusión tan funda- cias que lo ha llevado a esto puede manifestarse
mental como problemática: La misma represión bajo la forma de explicaciones seudo científicas del
sexual observada en los pacientes actuaba en las material a considerar, terminando finalmente, para
discusiones con los colegas. Neuróticos y adversa- adquirir inesperada categoría, por tomar el nombre
rios merecían pues ser tratados de la misma mane- de una ‘nueva teoría’. Y puesto que la fuente de
ra: “Tenemos que tratar realmente a los médicos esto se mantiene en un plano inconsciente, toda
tal como lo hacemos con los pacientes, no por la controversia en un nivel puramente consciente y
sugestión, en consecuencia, sino provocando sus científico está condenada de antemano al fracaso
resistencias y el conflicto.”4, decía Freud en 1912. (…) Todas las ‘divergencias’ de quienes se aparta-
Las primeras disputas sugerían que el intelecto y el ron del psicoanálisis en los últimos cuarenta años,
juicio se dejaban taclear por el inconsciente de han tenido dos características: un repudio de los
tanto en tanto, de modo que los aprendizajes aca- hallazgos fundamentales realizados mediante el
démicos solo podían asegurarse, si estaban reforza- psicoanálisis y la exposición de una teoría psíquica
dos por el análisis personal del candidato. diferente. Esta última debe ser juzgada natural-
Con todas las objeciones que se le puedan hacer mente, según sus méritos, por psicólogos generales
a esta teoría de la resistencia, ella es, sin embargo, y filósofos. Lo primero interesa específicamente a

4. Freud Sigmund (1912), citado por JONES Ernest (1957), Vida y Obra de Sigmund Freud Vol. II 1901-1919, Buenos Aires, Ed. Paidós
1989, p. 137

207
Dr. Carlos Maffi Dossier: Violencia y Psicoanálisis

los psicoanalistas (…) Aquellos que, como yo ceptualizarlas e incluirlas en la doctrina. Pero, por
mismo, se mantuvieron cercanos a Freud, aun otro lado, es cierto también que el argumento de la
manteniéndose abiertamente en desacuerdo con resistencia es el más proclive a ser instrumentali-
muchas de sus conclusiones, fueron presentados zado para descalificar a la posición del adversario,
como personas tímidas y dóciles, sometidas a la de un sólo y certero plumazo. La historia de nues-
autoridad del gran Padre. Más bien parece razonable tro movimiento desborda de ejemplos de este tipo.
considerarlos como hombres que han resuelto en Los desacuerdos sobre puntos fundamentales son
cierto grado sus complejos infantiles y han podido, rápidamente cargados a la cuenta de la deuda ana-
por ello, trabajar en armonía tanto con la genera- lítica de quien los sostiene. Es la característica más
ción más antigua como con la más joven, en tanto acientífica del psicoanálisis y la que más reticen-
que entre los disidentes pueden incluirse aquellos cias ha generado en su entorno.
que se sienten todavía obligados a perpetuar la Pero sin embargo va a sentar escuela y a plante-
rebeldía infantil y mantenerse constantemente a la ar un problema que no por incómodo es capricho-
búsqueda de figuras contra quienes rebelarse”.5 so: la relación entre inconsciente y conocimiento.
Estas otras palabras, lo que Jones sostiene es Porque, además, la teoría de la resistencia está reñi-
que el psicoanálisis en que él cree y que llama da con otra sólida convicción freudiana: la natura-
“freudiano”, es una suerte de teoría “pura” que no leza científica del psicoanálisis. La cientificidad y la
provendría del inconsciente sino de una razón resistencia colisionan entre sí como lo hacen el
independiente y esclarecida, mientras que los “disi- aula y el diván, porque los primeros remiten a los
dentes”, contaminados por lo reprimido producen segundos, la ciencia se transmite en el aula, las
pseudo-teorías contrarias al psicoanálisis y de resistencias se analizan sobre el diván. Freud estaba
dudoso valor. Esto que hoy pasa fácilmente por convencido de que lo que él había creado no era un
arrogancia, era más bien en su época una soberana sistema filosófico cerrado de una vez y para siem-
ingenuidad sobre la supuesta existencia de una ver- pre sino que, como toda ciencia, es siempre incier-
dad única y revelada, producto de una separación to, abierto, atento a la observación y presto a modi-
mucho mayor que la que hacemos nosotros hoy ficar sus puntos de vista. Pero, en cambio, la histo-
entre lo neurótico y lo sano. ria mostraría a partir de 1912 que la innovación
Fuera del psicoanálisis la teoría de la resistencia teórica podía dar lugar a la exclusión.
va a ser muy difícil de justificar y será duramente El primer gran ejemplo en este sentido es la
criticada. Se trata, seguramente, de uno de los con- pelea con Jung. Al separarse de Jung, Freud instau-
flictos más difíciles de resolver. Por un lado, indu- ró la idea de que era necesario un criterio para
dablemente las resistencias existen y no sólo den- separar la paja del trigo, que permitiera distinguir
tro del psicoanálisis. Los científicos también arras- una hipótesis psicoanalítica de otra que no lo
tran a menudo los pies antes de aceptar datos con- fuera. Y haciendo esto propició una suerte de freu-
trarios a sus teorías, los políticos de cualquier tiem- docentrismo precoz del psicoanálisis que sigue
po y lugar no quieren saber nada de los argumentos existiendo hasta hoy y que apela a su autoridad
de la oposición, por más fundamentados y verdade- para dirimir diferencias. El primero de los argu-
ros que sean, los religiosos ocultan detrás de la Fe mentos que usó en la Historia del movimiento psi-
todo lo que pudiera quedar expuesto a una mirada coanalítico de 1914, escrito como reacción a la
crítica sobre sus dogmas. Las resistencias están en exclusión de Jung, no puede ser más claro: “Nadie
todos lados, es muy cierto, no hay nadie más sordo puede saber mejor que yo lo que el psicoanálisis
que el que no quiere oír. Por ello es necesario con- es, en qué se distingue de otros modos de explorar

5. JONES Ernest (1957), Vida y Obra de Sigmund Freud Vol. II 1901-1919, Buenos Aires, Ed. Paidós 1989, p. 141

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dr. Carlos Maffi

la vida anímica, qué debe correr bajo su nombre y que el psicoanálisis ha sido objeto por la universi-
qué sería mejor llamar de otra manera“.6 Es la dad. Es evidente, pues, que seguirán cumpliendo
palabra de Freud lo que decide entre aquello que es una función útil mientras se mantenga dicha exclu-
ciencia y aquello otro que sólo es resistencia. Y sión”.7 Este pensamiento, además de confirmar lo
esto no es lo que ocurre en las verdaderas discipli- que venimos diciendo, es decir que la formación del
nas científicas. A nadie se le ocurriría decir que la psicoanálisis se funda en una resistencia, esta vez
relatividad einsteniana no es física, porque no res- de la universidad, invita a pensar que el día que el
peta los parámetros absolutos del tiempo y de la psicoanálisis deje de ser proscrito en esas casas de
distancia de Newton. estudios, las asociaciones perderán buena parte de
¿Cómo se concilian estas dos posiciones opues- su valor. Así, si la universidad no hará del estudian-
tas? ¿Cómo se hace del psicoanálisis una ciencia te un psicoanalista diestro, no es por una razón dife-
abierta y al mismo tiempo se preserva su identidad rente que la habitual para las demás disciplinas, no
propia? ¿Cómo se coordinan el diván y el aula? En es porque allí no exista el diván: “Por otra parte, la
un tiempo en el que los analistas eran tan escasos enseñanza universitaria tampoco hace del estu-
como sus teorías, la idea de resistencia parecía ser diante de medicina un cirujano diestro y capaz de
suficiente: la teoría es una sola, los que disienten afrontar cualquier intervención”.8 Es una cuestión
están mal analizados. Pero, como veremos ensegui- de entrenamiento, no de pasaje por el diván.
da, este reduccionismo extremo no iba a durar El programa de estudios ideal imaginado por
demasiado. Freud en ese año no tienen ni siquiera un lugar
reservado para el análisis del analista, salvo por su
III importancia práctica, como una suerte de equiva-
La década del ’20 será muy significativa. En 1919, lente del laboratorio de histología para el estudian-
1926 y 1927 Freud producirá los tres textos más te de medicina: “El plan de estudios para el analista
importantes en cuanto a la enseñanza del psicoaná- está todavía por crearse; debe abarcar tanto temas
lisis, de los que podemos extraer claramente su de ciencias del espíritu –psicológicos, de historia de
posición: el psicoanálisis ha creado un objeto espe- la cultura, sociológicos– como anatómicos, biológi-
cífico de estudio que es la mente y que requiere por cos y de historia evolutiva”.9 Y si no forma parte de
ello una carrera especial que no es la de la medicina. la medicina, sí se lo encontrará en la base de la psi-
Pero que es una carrera al fin y al cabo. Una vez cología: “el psicoanálisis no es una rama especial
más, si se menciona al diván, es solamente dentro de la medicina. No veo cómo alguien podría negar-
de la batería didáctica del maestro que le ofrece uno se a reconocerlo. El psicoanálisis es una pieza de la
de los entrenamientos prácticos necesarios a la for- psicología, no de la psicología médica en el sentido
mación. Ni el diván ni la Asociación Psicoanalítica antiguo ni de la psicología lisa y llana; por cierto, no
son considerados como algo aparte, especial o sepa- es el todo de ella, sino su base {Unterbau}, acaso su
rado del resto de las formaciones. Por ejemplo, afir- fundamento {Fundament}”.10
ma Freud en 1919: “Las asociaciones analíticas Entre 1926 y 1927 las cosas no cambian para
deben su existencia, precisamente, a la exclusión de nada. Tratando de defender a Reik, acusado por ejer-

6. FREUD Sigmund (1914), “Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico”, in: Obras Completas Vol XIV, p. 1-64, Buenos
Aires, Ed. Amorrortu Editores 1976, p. 141
7. FREUD Sigmund (1919), ¿Debe enseñarse el psicoanálisis en la Universidad?, in: Obras Completas, Vol. XVII, p. 165-172, Buenos
Aires, Ed. Amorrortu Editores 1979, p. 169
8. op. cit. p. 171
9. op. cit. p. 236
10. Ibid.

209
Dr. Carlos Maffi Dossier: Violencia y Psicoanálisis

cicio ilegal de la medicina por la Comuna de Viena, Para intentar paliar esta situación se introduci-
Freud construye un largo alegato sobre lo que el psi- ría luego, en los años ’50, la cuestión del autoaná-
coanálisis es y demuestra, con su acostumbrada lisis. La política orquestada detrás del autoanálisis
solidez argumental, que tanto sus teorías como sus de Freud merece la pena ser recordada. Para mini-
aplicaciones están lejos de necesitar conocimientos mizar el vacío analítico del padre del psicoanálisis,
médicos. Pero, no obstante, lo que cambia respecto para tratar de subsanar esta especie de “pecado ori-
a ellos es solamente el contenido que tengan, no el ginal” del freudismo, muchos años después de su
hecho de fueran conocimientos. El psicoanálisis muerte, una vez que se haya establecido el acuerdo
forma parte de la psicología fundamental, necesita generalizado que tenemos hoy sobre el hecho de
pues un aula diferente de aquella por la que pasa el que lo único que cuenta en la transmisión es el
médico. Pero no hay en esos textos, sin embargo tan diván, se maniobrará peligrosamente para cons-
detallados, ni un solo argumento a favor de un pasa- truir una especie de mito del autoanálisis epistolar
je obligatorio por el diván como modo de acceder a de Freud con Fliess. Con esto se intentaba decir
lo que el psicoanálisis propone. que Freud también había tenido su análisis, su
La lectura de Freud respecto de la formación autoanálisis y que fue gracias a eso que todo empe-
deja un raro sabor de boca para el lector de princi- zó un día, como es gracias al didáctico que todo
pios del siglo XXI porque tiene siempre, contrarian- empieza para los candidatos.
do nuestros deseos, una posición demasiado tibia No es por casualidad que esa saga se produjera
respecto del análisis del analista: el diván es nece- en el mismo lugar y por razones muy parecidas que
sario, pero sólo para que lo transmitido en el aula el otro gran mito fundador, el del abandono de la
pueda ser comprendido cabalmente por los alum- teoría del trauma. El mensaje que transmiten las
nos. Es necesario como ejemplo y, eventualmente, dos historias es muy claro y es el mismo: no es por
para evitar resistencias. ninguna cuestión académica, por ningún conoci-
Dos razones explican esta tibieza de Freud con miento transmitido en un aula, por ningún apren-
el diván: por un lado, como dijimos, sus convic- dizaje teórico, que el psicoanálisis empezó, sino por
ciones naturalistas, su creencia en que el psicoa- la apropiación de un contenido inconsciente, repri-
nálisis es una Naturwissenschaft, una ciencia mido, relacionado con lo edípico. El mito se aferra
natural, que es algo que se transmite por las vías a la idea de que si Freud abandona el trauma no es
académicas más tradicionales, lo tiene forzosa- gracias a lo que conocía, a sus opiniones teóricas ni
mente que empujar más del lado del aula que del a su formación, ni siquiera a la experiencia clínica
diván. Pero, por otro lado, Freud, el genio inventor adversa que le impedía distinguir entre recuerdo y
del psicoanálisis, no había pasado él mismo fantasía, es gracias a su autoanálisis.
nunca por ningún diván. De modo que si hubiera Fue Ernst Kris11 quien dará las primeras punta-
puesto el acento en el hecho de que el psicoanáli- das a esta saga en su famoso texto de introducción
sis se trasmite básicamente por el análisis del a la publicación de las cartas, hilvanando entre sí a
analista, hubiera dejado muy al descubierto su las dos piedras fundadoras con el hilo del mismo
condición de no-analizado y es muy probable que argumento mítico: el autoanálisis y el abandono del
no hubiera sido creíble. Es la problemática situa- trauma son las dos caras de la misma moneda.12 El
ción formativa de Freud lo que obra en contra de primero viene a reparar la ausencia de análisis de
una preeminencia más fuerte del diván por sobre Freud, el segundo es el primer gran ejemplo de que
el aula en su pensamiento. para apropiarse correctamente de una teoría, es el

11. KRIS Ernst (1950), “Estudio preliminar [A la publicación de las cartas Freud-Fliess en 1950]”, in: Obras Completas, Biblioteca Nueva,
T. III, Pag. 587, Madrid, Ed. Biblioteca Nueva 1968
12. Cf. MAFFI Carlos (2012), Le souvenir écran de la psychanalyse, Paris, Ed. Editions du Félin 2012

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dr. Carlos Maffi

diván lo que cuenta y no el aula. El resultado parece De modo que alguien tiró de las orejas del joven
perfecto. Anzieu para que modificara su libro. A partir de la
Desde la publicación de las cartas a Fliess en segunda edición hubo dos cambios muy elocuen-
adelante, el autoanálisis de Freud respaldó pues la tes. El título sufrió una mutación sustancial: se
exigencia del paso por el costoso análisis didáctico convirtió en “El autoanálisis de Freud y el descubri-
para el boom mundial de candidatos de la postgue- miento del psicoanálisis“, es decir que pasó de ser
rra. Un grueso libro que constituyó la reelaboración un libro sobre el “autoanálisis” a secas, a ser otro
de la tesis doctoral de Didier Anzieu en el París de sobre el “autoanálisis de Freud”. Además, se supri-
finales de los 50’ llevaba por título: “El autoanálisis, mieron dos extensos e importantes capítulos de la
su rol en el descubrimiento del psicoanálisis por primera edición que se llamaban así: “El autoanáli-
Freud y su función en psicoanálisis“. Anzieu retoma sis después de Freud” y “Autoanálisis y psicoanáli-
la totalidad de las cartas intercambiadas entre Freud sis”. El maquillaje convirtió un estudio serio sobre
y Fliess, las cataloga, las clasifica, las divide por los procesos autoanálíticos en un libro de historia
temas y construye con ellas listas, compara sueños, sobre un solo, primero y único autoanálisis, que era
relata episodios de la vida de Freud que los explican justo lo que se quería políticamente mostrar.
y finalmente, pone todo ello en relación con los En eso consistió exactamente la solución defi-
grandes descubrimientos científicos del padre del nitiva, que fue como de costumbre más política que
psicoanálisis: sexualidad infantil, Edipo, incons- teórica: en presentar al autoanálisis de Freud como
ciente, represión, interpretación de los sueños, todo una singularidad histórica irrepetible. Así es como
viene de la actividad autoanalítica de Freud. La nos lo vende Jones: gracias a su genio, a su extrema
gigantesca biblioteca devorada por el Freud, habido inteligencia y a un coraje sin par, Freud pudo llevar
lector de todo lo que cae entre sus manos, no cum- adelante un autoanálisis realmente modificador y
ple aquí ninguna función. Todo viene del autoanáli- formativo, pero nadie podrá jamás repetir esa expe-
sis. Para las argumentaciones como las de Anzieu, riencia sin un analista de verdad ¡Y que no se hable
el aula ha desaparecido, solo importa el diván. más del asunto!
Pero la historia del problema de la falta de aná-
lisis de Freud no terminará aquí. Porque se mire IV
como se mire no hubo allí ningún analista. Las Cuatro años después del texto sobre la enseñanza
maniobras intentadas para hacer de la posición de del psicoanálisis en la universidad, en 1923, Max
Fliess un analista de verdad, por demasiado fanta- Eitingon viaja a Berlín para instalarse como analis-
siosas, tuvieron patas cortas. No había manera de ta de analistas y se convierte sin saberlo en el pri-
hacer que todo el proceso de Freud transcurra como mer didacta de la historia. Una reflexión acerca de
un análisis didáctico de verdad. Todo lo que se con- su trabajo lo lleva a crear el primer instituto de for-
seguía era apuntalar un modo “autoanalítico”, es mación psicoanalítica del mundo en esa sociedad
decir “sin analista”. Y los estándares formativos germana que sirvió luego de modelo para la expor-
tampoco podían permitir eso. El mito del autoaná- tación del programa que lleva su nombre y que con-
lisis de Freud podía ser, al fin y al cabo, un tiro por siste en el famoso “trípode” cuyas tres patas son el
la culata. Más que remediar la falta de análisis de análisis didáctico, la supervisión y los seminarios.
Freud, más que empujar a los candidatos al consul- Hay dos razones, una extrínseca y otra intrínse-
torio de los didactas, podía terminar suscitando un ca, para que el primer instituto vea la luz en ese
indeseado interés por los autoanálisis. Y eso era momento y no en otro. La primera es la afluencia
visto como muy peligroso en los años 50’. creciente de pacientes y candidatos promovida por

211
Dr. Carlos Maffi Dossier: Violencia y Psicoanálisis

la gran difusión que alcanzaba el psicoanálisis y por reúne las opiniones de los principales críticos esta-
las llamadas “neurosis de guerra” generadas por la dounidenses de los razonamientos volcados por
recientemente terminada primera guerra mundial. Freud ese mismo año y el año anterior. Cuando lee-
Pero la segunda razón, según lo señalan Bernfeld13 mos estos trabajos, los argumentos son siempre
y Safouan14, fue mucho más importante: en agosto muy fuertes, no respecto de un eventual paso por el
de 1923 se le diagnosticaba a Freud lo que se creyó diván, sino respecto del conocimiento previo que
en ese momento, equivocadamente, que era un tiene que tener un analista para poder ocuparse de
cáncer del que se esperaba un próximo desenlace un paciente. Por ejemplo un tal Dr. C. P. Obendorf 17
fatal.15 Si Freud desaparecía, se corría el riesgo de ilustra su argumentación comparando la posición
que se instalaran rápidamente una multiplicidad pro-análisis profano de Freud con los asedios que
de perspectivas diferentes difícilmente reductibles sufre la colegiación médica americana de parte de
entre sí, si no se podía contar con la autoridad del infinitos grupos que la presionan para que cosas
maestro para dirimirlas. Una veloz estandarización como la osteopatía, la naturopatía, la kiropraxia,
de la formación podría ahorrar esa temida situa- la podología, etc. puedan considerarse dominios
ción de anarquía. separados de la medicina, que dependan de una
Sin embargo, apenas creado el primer instituto formación diferente de la que brinda esta facul-
en Berlín y formalizado el modelo formativo, ocurrió tad. Obendorf sostiene que estos son los mismos
justo lo contrario de lo que se deseaba: en lugar de argumentos que defiende Freud en su texto de
un acuerdo generalizado, explotó instantáneamente 1926 al pretender que un supuesto conocimiento
la primera gran disputa de envergadura sobre la for- de la mente pueda obtenerse sin pasar por la
mación, a través de un debate que pasó a la historia facultad de medicina. Ocuparse de la mente sin
con el nombre de “análisis profano”. Lo esencial de saber nada del funcionamiento del cuerpo equiva-
este debate giraba en torno a una pregunta: ¿Cuáles le a que un curandero pudiera ejercer ¿Acaso se
son las características que debe tener el candidato a justificaría que un osteópata formado a la osteo-
analista? ¿Cuáles son los prerrequisitos y los títulos patía pero sin ser médico se le permitiera traba-
habilitantes previos necesarios? jar? Por supuesto que no, sostienen indignados
La posición que se adopte frente a esta cuestión, los médicos americanos.
definirá dos modelos de psicoanálisis diferente: el Dos cosas sobresalen siempre en este tipo de
médico, dominante en Estados Unidos y que está argumentaciones: primero, que lo más importante
ligado a la transmisión universitaria, y el profano, son los diplomas y la formación previa; segundo,
dominante en Europa y que tendrá, al principio, que la formación consiste esencialmente en un
una identidad difusa pero que será el primer paso aprendizaje, en un pasaje por el aula más que por
tendiente a construir un modelo diferente del uni- el diván. La garantía viene del aula, del diploma, de
versitario, que todavía no existía en esa época. la experiencia didáctica acumulada, del CV.
Los americanos amenazaron con una ruptura Pero Freud no quiere saber nada de una tutela
con la IPA si no se aceptaba que el psicoanálisis de la medicina. Defendía el análisis profano para
debía ser practicado exclusivamente por médicos. darle a su invención las alas necesarias para que
Un número del International Journal de 192716 pudiera volar más allá de las narices de los médi-

13. BERNFELD Siegfried (1962), “On Psychoanalytic Training”, in: Psychoanal. Q., 31, p. 453-482, 1962
14. SAFOUAN Moustapha (1983), Jacques Lacan et la question de la formation des analystes, Paris, Ed. Seuil 1983
15. Para una revisión minuciosa del errado diagnóstico que se le hizo a Freud, ver la excelente obra de José Shavelzon (1983), Freud, un
paciente con cáncer, Buenos Aires, Ed. Paidós 1983
16. International Journal of Psychoanalysis, nº 8, (1927)
17. C. P. Obendorf , International Journal (1927) Int. J. Psycho-Anal., 8:174-283. p. 201

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dr. Carlos Maffi

cos. El psicoanálisis tenía una personalidad propia, El tema central de las controversias era idéntico
constituía un cuerpo de conocimientos indepen- al que se había planteado al momento de la ruptura
diente, universal, internacional y duradero, y no con Jung: qué debía considerarse como heredado de
debía confundirse con una terapia más de quita-y- Freud y qué no. Las proposiciones kleinianas fue-
pon del enorme catálogo de las que ya existían ron sujetas a un examen severo, no solamente
entre los profesionales de la salud. Tan convencido sobre su validez intrínseca sino, además y sobreto-
estaba de su posición que, siguiendo un procedi- do, sobre su pertenencia o no al universo de las
miento que ya conocemos, remataba el conflicto ideas freudianas. Esta necesidad de filtrar lo no
considerando todo como una nueva forma de resis- freudiano de lo freudiano fue tan importante que a
tencia al psicoanálisis.18 veces la cuestión de la validez de una hipótesis
Pero si para Freud la dimensión cultural del psi- depende únicamente del grado de adhesión que se
coanálisis iba mucho más allá de la terapéutica y de le supone al padre del psicoanálisis. Así, el Comité
la medicina, esto no implicaba necesariamente que de Formación tenía por misión examinar “las con-
el diván tuviera para él prioridad alguna sobre el secuencias de las divergencias científicas {entre
aula. No es suficiente con apoyar una formación no kleinianos y annafreudianos} sobre la formación de
médica del psicoanalista para encontrar en el cami- los candidatos, determinar hasta qué punto estos
no una preeminencia del diván. También habrá que estaban implicados en las controversias, y en qué
cambiar el punto de vista sobre el análisis mismo, medida lo que les era enseñado constituía una ver-
que enarbolarlo más como el camino hacia una sión de la teoría y la prácticas psicoanalíticas que,
transformación profunda de la personalidad, que para algunos miembros como Edward Glover, Anna
como una terapia, para que empiece a ser visto Freud y sus colegas de Viena, parecía incompatible
como una transformación necesaria en todo analis- con el psicoanálisis ‘freudiano’, tal y como ellos lo
ta. Pero esto no ocurrirá más que en los años 40’ entendían”.19
con el afianzamiento del grupo kleiniano en Así, Eitingon no se equivocó solamente en la
Inglaterra. Lo que significa que durante casi la esperanza de lograr un consenso que estandarice
mitad de la historia del movimiento analítico, la formación cuando ideó sus institutos, sino que
durante más de 50 años, el aula fue más importan- tampoco ocurrió lo que tanto se temía cuando
te que el diván. desapareciera Freud. Como el padre de la Horda,
muchos años después de muerto, siguió impo-
V niendo su autoridad: “Solo deben enseñar los ana-
Veinte años después de este debate sobre lo profa- listas cuyas tesis no contradigan en ningún punto
no, entre 1941 y 1944, tiene lugar uno de los epi- importante el corpus principal de la enseñanza de
sodios más interesantes de la historia del psicoaná- Freud. En el caso en que un profesor en ejercicio
lisis que son las famosas controversias entre los desarrolle un desacuerdo importante con la ense-
kleinianos y los anafreudianos en Londres. Es sola- ñanza de Freud, debe informar al Comité de
mente a partir de ese momento que el análisis Formación. En caso de duda, el Comité de
empezará a ocupar el lugar privilegiado que tiene Formación determina en primer lugar si las tesis
hoy en la transmisión. en cuestión van en contra de la enseñanza admitida

18. “La pregunta es si también a los no médicos debe permitírseles ejercer el análisis. (…) hasta ahora nadie se había preocupado por
determinar quien ejerce el psicoanálisis. Y aún se preocupaban harto poco, contestes en el deseo de que nadie lo ejerciera, y ello con
diversos fundamentos en cuya base se encontraba idéntica aversión. Por tanto, la exigencia de que sólo los médicos analicen corres-
ponde a una nueva actitud frente al análisis, más amistosa en apariencia… si puede aventar la sospecha de que no es sino un retoño
algo modificado de la actitud anterior”. FREUD Sigmund (1926), “¿Pueden los legos ejercer el análisis? Diálogos con un juez impar-
cial”, in: Obras Completas, Vol. XX, pps. 165-244, Buenos Aires, Amorrortu Editores 1993, p. 171. Las cursivas son del autor.
19. STEINER Ricardo (1991), Les Controverses Anna Freud-Melanie Klein, (1941-1945), Paris, Ed. PUF 1996, p. 531

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Dr. Carlos Maffi Dossier: Violencia y Psicoanálisis

de Freud.”20 En la lucha por distinguir lo que era mente el hecho de que fuera considerado más peda-
freudiano de lo que no, los disidentes y los neutrales gógico que médico lo que propició que, en esos pri-
le daban menos importancia a la teoría que a la téc- meros años, el análisis de niños fuera conducido por
nica, como una manera de minimizar el impacto de profanos que eran, además, generalmente mujeres.
sus propios descubrimientos, mientras que los más Creyendo como su padre que el superyó de los
conservadores tenían una posición realmente poli- niños estaba todavía íntimamente ligado a sus
cial sobre lo que se debía o no pensar. objetos reales, y que por eso la transferencia no se
Por ejemplo, en uno de sus escritos Strachey organizaba con ellos de la misma manera que con
había sugerido la creación de un instituto abierto a los adultos, Anna Freud y tantos otros veían en el
todas las teorías como un fórum de debate perma- análisis de niños una tarea más pedagógica que
nente. Pero Anna Freud, más preocupada por con- analítica. Melanie Klein pensaba, en cambio, que el
servar que por renovar, protesta de una manera superyó era ya una imago hecha y derecha y que
extremadamente ruda: “Si un tal instituto fuera constituía por ello un objeto de trabajo verdadera-
efectivamente creado {un instituto abierto a todas mente analítico instalado desde el comienzo. La
las teorías} desde los orígenes del psicoanálisis, el transferencia era para ella idéntica en los dos casos.
psicoanálisis de hoy incluiría, por ejemplo, las ense- Con su insistencia en lo precoz, en lo tempra-
ñanzas teóricas y técnicas de Steckel, de Adler, de no, en una reelaboración de las ansiedades infanti-
Jung, de Rank, etc. un instituto de este tipo fue efec- les como trabajo esencial de todo análisis, los klei-
tivamente creado en 1934 en Berlín, el Instituto nianos empezaron a encontrar nuevos argumentos
Goering, bajo la presión y según el deseo expreso del para sostener una dimensión profundamente tras-
régimen nazi”.21 Anna Freud compara torpemente a formadora del pasaje sobre el diván. Hay una rela-
un proyecto de apertura teórica con el nazismo, y no ción histórica bastante clara entre esta dimensión
es para menos para ella, porque ve también en ese y el alargamiento de las curas y la modificación de
intento a algo parecido al holocausto de la obra de sus objetivos. Son sin duda las posiciones kleinia-
su padre: “Si, a pesar de estos argumentos {los argu- nas las que inauguran una época en que el análisis
mentos de la cita precedente} y de otros del mismo se ve más como un proceso que como un trata-
tenor, el desarrollo de los institutos analíticos se miento y donde los objetivos no se limitan a hacer
orientará en este sentido {en el sentido de un foro conscientes las ideas latentes que sostienen los sín-
de debate abierto}, esto llevaría probablemente a la tomas, sino en revisitar la infancia con la esperan-
disolución gradual de las sociedades psicoanalíticas za de producir una transformación radical. Ya no
que, después de todo, fueron fundadas para propa- son suficientes, pues, tres, cuatro o seis meses sino
gar y desarrollar una teoría y un método más o que se necesitan entre tres y cinco años. Es a esta
menos uniformes y coherentes.”22 victoria de Klein sobre Anna Freud que debemos la
Uno de los grandes méritos de Melanie Klein transformación ideológica sobre la naturaleza de
fue haberle plantado cara a Anna Freud en relación, un análisis más transformador que didáctico, aun-
justamente, a la naturaleza pedagógica del psicoa- que en lo administrativo se siguiera utilizando aún
nálisis de niños. Hoy ya no nos acordamos, pero el mismo nombre en los programas de formación.
hasta esa época los análisis de niños eran conside- La palabra “didáctico”, bajo el imperio kleiniano,
rados más bien un tipo de pedagogía especial, en lo toma un sentido muy diferente del que tenía en la
esencial preventiva de neurosis futuras. Era justa- primera época.

20. Edward Glover, op. cit. p. 536


21. Anna Freud op. cit. p. 566-567
22. Anna Freud op. cit. p. 567

214
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dr. Carlos Maffi

La relación entre psicoanálisis profano y preva- dre, la práctica, mucho más que el contenido trans-
lencia del diván en la formación es pues, histórica. mitido, lo que contará de ahora en más.23 Es un tema
Fue la historia del psicoanálisis infantil, creado y recurrente de las controversias, las repercusiones de
desarrollado por profanos lo que le dio al psicoaná- los contenidos teóricos en la técnica y la relación
lisis personal la dimensión que tuvo después, espe- entre práctica, teoría y formación,24 pero la mayoría
cialmente en algunos países, dentro de la forma- concluye como James Strachey en uno de sus rap-
ción, una vez que el grupo kleiniano impusiera, en ports: “El criterio esencial para apreciar la aptitud de
un feedback teórico hacia el análisis de adultos, el alguien a conducir un análisis didáctico no depende
mismo argumento que había defendido para los de la justeza de sus tesis en materia de etiología o de
niños: no se trata de enseñar nada sino de analizar teoría, sino de la validez de su técnica”.25
en todos los casos. El diván es pues, a partir de
ahora, fundamental para la transmisión. VI
Como sabemos, los cuatro años de debate entre Todos los elementos en juego durante las contro-
los dos grupos dominantes en la British Asociation versias, la naturaleza antididáctica del análisis, el
no lograron su objetivo de establecer por consenso análisis profano, el conflicto alrededor de la técni-
un programa de formación unificado. Más bien al ca, la lucha por el modelo formativo de los candi-
contrario, al final de las controversias las diferen- datos y la creación de un tipo de formación propio,
cias entre ellos parecían aún más importantes que resurgirán nueve años más tarde en la Francia del
al principio. Se evitó la escisión de la sociedad, pero 53’, durante el episodio de la ruptura entre Lacan y
al precio de lo que se conoce humorísticamente Nacht, que, después de las controversias, es segu-
como un pacto de caballeros entre dos damas que ramente el episodio de la historia del psicoanálisis
consistió en la creación de tres programas de estu- más importante en cuanto a la discusión de temas
dio diferentes que los alumnos podían seguir según relacionados con la trasmisión y la formación.
su voluntad: el kleiniano, el annafreudiano y el Cuando se empezó a reorganizar el instituto de
Middle Group, que, como una pequeña Suiza en el la sociedad de Paris, clausurado durante los largos
corazón de Londres, decía no pertenecer ni a uno ni años de la segunda guerra mundial, se le encargó a
a otro bando. Sacha Nacht la redacción de unos nuevos estatutos
Este pacto de caballeros tiene un peso simbóli- y de un programa también nuevo de formación.
co muy importante en nuestra historia porque es la Nacht los redactó bajo una influencia claramente
primera vez que se acepta oficialmente, mediante neurobiológica, no en el sentido epistemológico de
la adopción de una política educativa concreta, que esta palabra, sino poniendo el énfasis en la praxis: el
la teoría puede seguir caminos divergentes y sin psicoanálisis era, para Nacht, una práctica médica y
embargo actuar psicoanalíticamente y considerarse como tal, debía ser ejercido por médicos siguiendo
psicoanálisis. los estándares de las demás especialidades de la
Un tal pacto implica pues el duelo de la teoría medicina. En contra de esta posición se encontraban
unificada y marca el paso de un 1º tiempo freudiano Daniel Lagache y Jacques Lacan quienes pensaban,
en donde la teoría (es decir el aula) tiene un lugar por el contrario, que el psicoanálisis era una ciencia
central, a un 2º momento en donde es el análisis (el humana que tenía más cosas que discutir con la lin-
diván) lo que ocupa este lugar, tenga el contenido güística, la filosofía, la antropología o el arte surrea-
que tenga: es la forma, el procedimiento, el encua- lista que con la medicina. El debate alrededor de esta

23. Ibid
24. STEINER Ricardo (1991), Les Controverses Anna Freud-Melanie Klein, (1941-1945), Paris, Ed. PUF 1996, p. 543-544
25. STEINER Ricardo (1991), Les Controverses Anna Freud-Melanie Klein, (1941-1945), Paris, Ed. PUF 1996, p. 543

215
Dr. Carlos Maffi Dossier: Violencia y Psicoanálisis

controversia francesa sobre la naturaleza última del tenía raíces culturales muy importantes que se
psicoanálisis, que fue mucho más allá de un aspecto extendían mucho más allá de la medicina. Desde
puramente académico y que terminó siendo muy este segundo punto de vista, Bonaparte se sentía
violento, tuvo una importancia tal que Lacan más próxima a Lacan que a Nacht.
comenzó su famoso “Discurso de Roma” (1953) Así es que, en un primer momento, en enero del
haciendo alusión a este hecho, tan doloroso y tan 53’, apoyó al grupo “Liberal” que gracias a ese sos-
reciente para él.26 Ese texto, “Función y campo de la tén se volvió mayoritario. Nacht renunció a la pre-
palabra y del lenguaje en psicoanálisis” 27 debe enten- sidencia de la Sociedad y Lacan fue elegido tempo-
derse como un verdadero proyecto epistemológico rariamente para ese puesto y se le encomendó
tendiente a cambiar radicalmente la orientación del expresamente revisar los estatutos “biologistas”
freudismo francés del momento, en el marco de la redactados por aquél. Durante un breve lapso de
disputa contra Nacht. tres meses pareció que si había una escisión los
La relación entre psicoanálisis y medicina, la renunciantes serían los seguidores de Nacht mien-
transmisión y, en definitiva la esencia misma de lo tras que los lacanianos se quedarían con el poder y
que era el psicoanálisis, dividía pues a la sociedad de con la Sociedad. Incluso se entablaron contactos
Paris en dos grupos, tal y como había ocurrido con informales con la IPA en Londres para sondear la
la de Londres doce años antes: el de Nacht sería respuesta oficial en caso de dimisión y de creación
rápidamente identificado como el “ortodoxo” mien- de una nueva institución. Fue Bonaparte misma la
tras que el de Lacan y Lagache se autodenominaría que una noche de desesperación después de una
el grupo “liberal”.28 El conflicto se profundizaría reunión particularmente violenta tomó el teléfono y
cada vez más y la enésima escisión de una sociedad llamó a Anna Freud, quien le aseguró que si Nacht
analítica se volvía cada vez más inevitable. se iba, él y sus analizandos serían reconocidos en
La decana de la Sociedad, Marie Bonaparte, se una eventual nueva sociedad creada por ellos.29
sentía ambivalente frente a los dos grupos. Por un Pero en el corto plazo de tres meses, la situación
lado había heredado de Freud el interés por las se invirtió completamente. Por un lado la personali-
fuentes biológicas de lo inconsciente y bajo este dad de Lacan asustaba a la Princesa. No soportaba
designio se sentía más próxima a las ideas médicas sus maneras y desaprobaba su práctica clínica de las
de Nacht que a las cultas elucubraciones lacania- sesiones llamadas de “tiempo variable”. Además, en
nas que le parecían, como a mucha otra gente en el nuevo instituto que Lacan acababa de reorganizar
esa época, demasiado ajenas al psicoanálisis cono- no había reservado ningún lugar especial para ella,
cido. Pero, por otro lado, la Princesa no era médica, que había sido su fundadora, su primera presidenta
adhería a la posición freudiana sobre el análisis y su benefactora. Hábilmente, Nacht se servirá de
profano y había seguido de cerca el juicio que la esta torpeza de Lacan para convencerla de que cam-
comunidad de Viena había hecho a Theodor Reik biara de bando. Y, para probarle su buena fe, le pro-
por ejercicio ilegal de la medicina. Además, estaba puso nombrarla Presidenta honoraria. Marie termi-
de acuerdo con que lo que Freud había inventado nó cediendo. Fue exactamente el 13 de enero de

26. LACAN Jacques (1953), “Fonction et champ de la parole et du langage en psychanalyse”, in: Écrits 1, pp. 237-222, Paris, Ed. Seuil
1953, p. 117
27. LACAN Jacques (1971), “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis : Las resonancias de la interpretación y el
tiempo del sujeto en la técnica psicoanalítica”, in: Lectura estructuralista de Freud / Jacques Lacan. – México : Siglo Veintiuno, 1971.
– p. 108-139, Buenos Aires, Ed. Siglo Veintiuno 1971
28. Cf. MAFFI Carlos (2011), “Retrato de una princesa con diván: Marie Bonaparte”, in: Revista de Psicoanálisis. – Vol. 68, no. 4 (diciem-
bre 2011). – Buenos Aires: Asociación Psicoanalítica Argentina, 2011. – p. 763-778, Buenos Aires, Ed. Asociación Psicoanalítica
Argentina 2011
29. ROUDINESCO Elisabeth (1986), Histoire de la psychanalyse en France Vol II, Paris, Ed. Fayard 1994

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dr. Carlos Maffi

1953 cuando anotó en su diario que cambiaría de reció de todas las instituciones francesas, incluida la
bando. En un rápido movimiento de piezas que Sociedad de París que había sido escenario de esta
modificó radicalmente la relación de fuerzas sobre el disputa, y el modelo médico del psicoanálisis se ter-
tablero, quitó su apoyo a Lacan y se lo dio a Nacht. minó para siempre en ese país.
Es por esto que cuando se produjo finalmente la Fue seguramente el hecho de que las líneas bási-
escisión el 16 de junio de 1953, fueron los lacania- cas de la posición Lacan se convirtieron rápidamente
nos los que se fueron. Además, los dimisionarios en universales, lo que hizo que hoy no retengamos de
dieron erróneamente por hecho que la proposición aquel episodio más que lo que quedó como resto de
informal que la IPA había ofrecido a Nacht sería diferencia con nuestro punto de vista actual, que fue
válida también para ellos. Pero esto no fue así. Anna el espinoso asunto de las sesiones cortas o de “tiempo
Freud, sin duda todavía bajo el influjo de la emotiva variable”. Efectivamente, estas surgieron siendo una
y violenta batalla contra Melanie Klein, le hizo bandera de una fracción del freudismo francés y
pagar a Lacan lo que su enemiga le debía. No pue- siguen dividiendo hoy en día al psicoanálisis en dos
den dejar de escucharse los ecos de las tormentas de mitades a lo largo y ancho del mundo. Pero esa cues-
la época de las controversias, cuando se conoce la tión técnica no fue lo más importante del diferendo,
respuesta que le dio a Rudolf Loewenstein en el como muchas veces pensamos hoy equivocadamen-
momento en que este le señaló que la IPA debería te, sino lo más accesorio. El centro lo constituía el
hacer un esfuerzo para hacerse cargo, al menos, del fondo epistemológico del psicoanálisis, su misma
destino de los candidatos analizados por los disi- naturaleza, del que se desprendían concepciones, téc-
dentes. La hija de Freud le respondió que todos los nicas pero también didácticas diferentes.
esfuerzos hechos en favor de estos últimos serían La posición de Lacan no era un mero cambio en
probablemente un derroche de energía dado que “es el contexto científico del psicoanálisis que reempla-
bien conocido que alguien cuya formación fue irre- zara el aula de medicina por la de psicología o la de
gular se vuelve generalmente imposible de contro- ciencias humanas, como hubiera hecho Freud.
lar más tarde“.30 Eso exactamente era lo que había Continuando con el trabajo de Klein que había des-
pasado en Londres con los kleinianos. Sin conocer centrado al psicoanálisis de la pedagogía, para Lacan
en detalle ni la posición de Nacht ni la de Lacan, la el inconsciente había producido un corte tal, un des-
hija de Freud tenía que sentirse mucho más identi- centramiento del sujeto tan radical, que el saber uni-
ficada a alguien que se apodara “ortodoxo” que a un versitario se volvía algo muy distinto, e incluso
grupo autodenominado “liberal”. Y pospuso el reco- opuesto, al psicoanálisis. Si con Klein el aula y el
nocimiento de la recién fundada por los disidentes, diván estaban ya muy lejos el uno del otro, a partir
la Sociedad Psicoanalítica de Francia (SPF) para un de ahora estarán directamente en las antípodas.
futuro que nunca llegó. Gracias al descubrimiento de Freud, dice Lacan, “el
Pero si los caminos del Señor son insondables, verdadero centro del ser humano no está ya en el
los que recorren la historia de las ideas pueden serlo mismo lugar que le asignaba toda una tradición
todavía más. Porque cualquier retrospectiva mues- humanista”.31 Las posiciones Kleinianas sobre un
tra sin lugar a dudas que, a pesar de que Lacan per- análisis profundo, transformador y antididáctico en-
dió en la arena política en el 53’ y se tuvo que ir, fue cuentran en este tipo de hipótesis su fundamenta-
sin embargo él quien terminó ganando ampliamen- ción más acabada: el psicoanálisis no es un conoci-
te en el campo de las ideas. Quince años después de miento que se aprenda en las escuelas ni que pueda
estos hechos, en 1968, el análisis didáctico desapa- transmitirse en las aulas.

30. TURKLE Sherry (1978), La france freudienne, Paris, Ed. Grasset 1982, p. 143
31. LACAN Jacques (1955), “La chose freudienne”, in: Écrits, pp. 401-436, Paris, Ed. Seuil 1966, p. 209

217
Dr. Carlos Maffi Dossier: Violencia y Psicoanálisis

Esta posición se terminará de formalizar en mación institucional un testimonio de la expe-


1969 en la famosa categorización de los cuatro riencia analítica propia. En todas las instituciones
discursos, que son como cuatro figuras discursi- francesas, tanto lacanianas como pertenecientes a
vas emblemáticas y opuestas, todo lo contrario de la IPA, las admisiones pasan en algún momento
complementarias, de las cuales las dos últimas por una evaluación del grado de penetración de la
corresponden al discurso analítico y al discurso experiencia analítica personal en el sujeto que
universitario respectivamente. Llegamos pues pide ser aceptado. Esto es lo que aproxima a la
aquí a la cima de la oposición entre el aula y el SPP y la APF, las dos asociaciones de la IPA fran-
diván32 con el martillazo final del maestro francés cesas, al procedimiento del pase lacaniano.34
que, como con tantas otras cosas, continua, desa- Incluso, para darle aún más importancia, se llama
rrolla y formaliza, posiciones kleinianas.33 a esta regla la segunda regla fundamental.
Como lo dijimos más arriba, la influencia del Es el testimonio del propio análisis la única
pensamiento de Lacan es tal que sus posiciones manera por la cual el candidato manifiesta que
no afectarán solo a los grupos que adhieren abier- ha adquirido un elemento autoanalítico, que se
tamente a sus ideas. Su comunión con ciertos ha vuelto “apto a la contratransferencia” y es lo
principios kleinianos muy básicos hace que ele- que permite a la institución constatar que ha
mentos de ese pensamiento se infiltren incluso en habido transmisión. 35 No es la evaluación
aquellos que dicen revolverse contra él y que se mediante exámenes de lo que ha sido transmitido
llaman a sí mismos “no-lacanianos” o “anti-laca- en un aula lo que cuenta, de hecho este factor no
nianos”. Cuarenta años después las posiciones cuenta en realidad para nada en el país de
epistemológicas perdedoras en el 53’, estos princi- Molière. Por los seminarios se circula libremente,
pios básicos kleino-lacanianos, están en todos sin lista de presencia ni evaluación de ningún
lados, en lacanianos y antilacanianos, incluso tipo, lo único importante son las huellas del paso
fuera de Francia. Esto es lo que permite el prodigio por el análisis del candidato: todo el peso recae
de que, con toda la diversidad existente en ese ahora sobre el diván.
país, se pueda hablar de un “psicoanálisis fran- Así, uno de los más sólidos y célebres críticos
cés”: porque genera un fuerte consenso nacional del lacanismo, André Green, se vuelve sin embar-
respecto de la formación, consenso justamente go muy lacaniano cuando habla de la transmi-
soportado por una ideología que separa, que sión: “’Formación analítica es una contradicción
opone tajantemente, al aula del diván. Igual que en los términos. Si hay psicoanálisis no puede
con Klein en Londres, la historia en Paris acabó haber formación (que quiere decir aprendizaje) y
con la creación de un nuevo modelo formativo si hay formación, no puede haber análisis”.36 y
dentro de la IPA, el llamado “modelo francés”. dicho esto crítica a los modelos aplicados en
El punto crucial de este modelo, aquello que América: “Si el análisis personal es manipulado,
dentro de él desenlaza verdaderamente transmi- es decir, si hay una preselección en donde se lo
sión, está muy lejos del seminario: lo que se le declara a uno analista antes de su primera sesión,
pide al candidato no es conocer a los grandes si el control institucional se hace de entrada y da
autores sino ofrecer en algún momento de la for- al candidato el derecho de sentarse en el sillón

32. LACAN Jacques (1969), L’envers de la psychanalyse, Le séminaire 1969-1970, Paris, Ed. Seuil 1998, p. 9 y siguientes.
33. Cf. MAFFI Carlos (2005), Freud y lo simbólico: Crónica de un duelo imposible, Buenos Aires, Ed. Nueva Visión 2005
34. FROTE Patrick (2001), Cent ans après, Paris, Ed. Gallimard 2001, p. 370
35. op. cit. p. 371
36. op. cit. p. 163

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dr. Carlos Maffi

del analista al cabo de seis meses o un año: institucional; lo que no es más que un proceso
desastre!”.37 extraterritorial: el análisis personal”.39 Y confirma
Así, al revés de lo que ocurre en otros lados, también con sus dichos que, igual que los kleinia-
dentro de las instituciones psicoanalíticas france- nos, se quedaron queriendo irse: “Si se quisiera
sas de la IPA, los títulos universitarios no tienen realmente tomar en consideración lo que nosotros
mucha importancia y el análisis del candidato ya hacemos, se nos excluiría”40 como si cincuenta
no se llama “didáctico” y viene antes de comenzar años después le pagaran su deuda al Lacan del
la formación en la institución. Se pide un mínimo 1964 buscando la exclusión de la IPA, habiendo
de tres años de diván, que frecuentemente se vuel- desplazado simplemente el eje de la disputa con la
ven más de cinco, para poder solicitar el ingreso a cúpula de la Internacional, desde la duración de las
los seminarios en el aula. Y la evaluación más sesiones a la naturaleza del análisis didáctico.
importante es la que tiene lugar en ese momento, Laplanche asegura que si no los echan, es simple-
respecto del análisis del candidato y no más tarde, mente porque no los comprenden: “eligen no
respecto de su paso por los seminarios. En la ciu- excluirnos para no tener que discutir con noso-
dad más teorizadora del mundo, la teoría es vista, tros”.41 En cuanto a los fundamentos de aquellos
sin embargo, con mucha desconfianza, y como que siguen hoy sosteniendo el análisis didáctico
entre los kleinianos y los annafreudianos, cada uno (léase los anglosajones), el autor del famoso diccio-
se define por su práctica. Un conocido libro de nario lo reduce al pueril interés económico de tener
Maud Mannoni, titulado con justicia La Teoría el consultorio lleno de candidatos.42
como ficción,38 sirve como emblema de una posi- Entre los méritos del modelo francés está sin
ción que terminó siendo única. duda esa aspiración romántica, que tanto nos sedu-
El otro gran crítico de Lacan, Jean Laplanche, jo a todos en algún momento, de hacer de la insti-
también resuena increíblemente lacaniano cuando tución analítica un acto verdaderamente analítico,
habla de la formación: “Lo que los anglosajones lla- poniendo al diván por encima de todas las cosas,
man el ‘análisis didáctico’ tiene una finalidad sobre todo del aula. Pero, como lo ha señalado en
extrínseca al proceso analítico consolidada por la varias oportunidades Otto Kernberg43 y tantos otros,
connivencia entre tres instancias, la institución y este deseo encierra una trampa mortal y sin salida:
sus ideales, el analista y sus ideales y el candidato Por un lado se plantea que el análisis personal debe
y sus ideales y ambiciones. (…) Nosotros no exigi- ser personal, que es subjetivo, privado, íntimo y que
mos ningún sello, para nosotros el análisis personal por lo tanto no es evaluable ni apresable en resulta-
no es un análisis de formación ni de aprendizaje (… dos objetivos. Mientas que por otro lado todos quie-
) Por eso sin negar que una formación apropiada es ren de una manera u otra que la institución evalúe
indispensable para el futuro analista, nos mantene- ese análisis, necesitan que la institución diga algo
mos deliberadamente fuera de ella, fuera de todo de lo que se desprenda una respuesta: si o no. Las
fin profesional e ideológico, como de todo control dos posiciones son radicalmente inconciliables

37. Ibid
38. Mannoni Maud (1979), La théorie comme fiction. Freud, Groddeck, Winnicott, Lacan, Paris, Seuil 1979
39. FROTE Patrick (2001), Cent ans après, op. cit. p. 223
40. op. cit. p. 224
41. Ibid
42. op. cit. p. 225
43. Cf. KERNBERG Otto (1986), “Institutional problems of psychoanalytic education”, in: Journal of the American Psychoanalytic
Association, vol. 34, n° 4 (1986), pp. 799-834, New York, 1986 así como también KERNBERG Otto (1997), “Trente méthodes pour
détruire la créativité des analystes en formation”, in: Revue Française de Psychanalyse 1997, Tome LXI (Octobre-décembre), pp. 1225-
1237, Paris, Ed. PUF 1997

219
Dr. Carlos Maffi Dossier: Violencia y Psicoanálisis

como la cuadratura del círculo: o el análisis es eva- transmisión es hoy la constatación de la intransmi-
luable o no lo es. Pero asumir que sólo es evaluable sibilidad por la teoría.44
por un grupo reducido de personas en función del Pero, una vez entronizado al diván, ¿cómo salir
poder institucional que detenten no puede más que del dilema letal entre el analista que se declara así
empujar al modelo al mismo autoritarismo que se mismo como tal en una autonomía absoluta y el
planeaba erradicar. ser declarado analista por otro en una dependencia
alienante? La transmisión se sigue moviendo entre
VII estos dos extremos sin solución de continuidad y,
Los conflictos alrededor de la transmisión y de la como en un círculo vicioso, cada uno de ellos con-
formación de candidatos están en la base de todas duce al otro de modo que la política institucional
las rupturas, porque es definiendo un programa de no puede sino equivocarse cada vez que toma una
formación como se define al psicoanálisis mismo. decisión: Si boga por la autonomía entonces no
La transmisión toca siempre a lo fundamental, por puede garantizar nada y pierde sentido su existen-
eso es tan importante. cia misma, pero si elige la garantía no respeta la
El aula y el diván no han terminado aún de subjetividad y la intimidad del análisis que ella
arreglar sus diferendos. Al final de una historia que misma promete. Todos los programas de forma-
empezó dando prioridad a la primera y terminó ción son un compromiso entre ambos y están por
entronando al último, las cuestiones de fondo ello siempre en un lugar incómodo. La habilita-
siguen estando presentes. El análisis personal del ción exige una cosa, pero la formación recibida
candidato empezó siendo un lugar para que se veri- enseña muchas veces lo contrario. Los diferendos
fique la teoría, para que el candidato pueda even- seguirán pues existiendo. Solo resta saber si el
tualmente analizar sus resistencias a aceptarla, y futuro nos deparará una manera distinta de orga-
terminó siendo el lugar donde se aprende a no con- nizarnos para que podamos enfrentarnos a ellos de
fiar en las teorías. Oponiéndose al aprendizaje, la otra manera.

44. FROTE Patrick (2001), op. cit., p. 372

220
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Dr. Carlos Maffi

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Psychoanalysis, 59, 4, 1978, Londres, 1978

221
Moty Benyakar Dossier: Violencia y Psicoanálisis

Las caras de la violencia


en la clínica psicoanalítica
Dr. Moty Benyakar*

Introducción No es sencillo ser precisos con respecto a este


El presente trabajo fue escrito para ser expuesto tipo de conceptos utilizados en forma popular. A
en el Ateneo de la ‘Escuela de Psicoterapia para pesar de ello, entiendo que seguir los pasos pro-
Graduados’ en el año 2001. Al releerlo, por primera puestos por Sócrates, Platón y clínicos investigado-
vez después de once años, he decidido dejarlo tal res al modo en que Freud lo realizó, nos postula
cual está. Pienso que los fenómenos aquí presenta- una actitud en la cual debemos reformular y cues-
dos, al igual que algunos vinos con el paso del tiem- tionar estos conceptos, como horror, terror, miedo,
po, realzan sus cualidades. Aún más, cada uno de pánico, violencia, agresión, etc.; conceptos inhe-
ellos, en cierta medida, se han transformado en rentes a nuestro quehacer en la clínica cotidiana y
algo mucho más agudo que lo expuesto. Es intere- muchas veces desvirtuados, no sólo por el público
sante que en forma casi casual, en estos últimos en general, sino también por algunos de nuestros
años, haya retomado contacto, en forma muy dife- profesionales (Freud, S., 1920; 1930).
rente, con cada uno de los casos presentados. Y, Soy de aquellos que postulan que los conceptos
después de su exposición, haré referencia al devenir teóricos, para nosotros los psicoanalistas, adquie-
de cada uno de ellos. ren su validez y credibilidad sólo en la medida que
emerjan de la clínica y/o pueden ser aplicados en
8 de Agosto del 2001 ella. Junto a ello, entiendo que toda actividad clíni-
La temática de la violencia se ha tornado un ca se asienta en conceptos teóricos que son univer-
tema de actualidad abordada por diferentes medios sales y utilizados por otras disciplinas. Por esta
de comunicación. Como otros conceptos relaciona- razón es que trataré de esclarecer y puntualizar
dos a nuestro universo de pensamientos, poco a algunos conceptos que me ayudarán a expresar
poco va adquiriendo diferentes usos y acepciones, cómo, a mi entender, emerge la temática de la vio-
perdiendo su especificidad. lencia en los consultorios psicoanalíticos, y de qué

* Psicoanalista (APA).

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Moty Benyakar

forma debemos abordarla. Para ello pretendo defi- Quien revisa la literatura de los años 70 hasta los
nir a qué me refiero cuando hablo de violencia. 90 aproximadamente, podrá ver que la mayoría de
Parecerá trivial querer esclarecer el concepto vio- las investigaciones y propuestas terapéuticas se
lencia tan mentado en este país, especialmente en basaban en estas concepciones. Ellos establecían que
estos días, pero por respeto a nuestro abordaje pro- las personas agresivas, o sea las de tipo A, eran más
fesional pretendo hacerlo en forma detallada para propicias a padecer infartos de miocardio. Esta situa-
que no quedemos inmersos en las definiciones de la ción llevaba a los cardiólogos a proponerles que se
prensa y para que podamos entender desde nuestra calmen, que no expresen su agresión, que se com-
perspectiva, la singularidad de este fenómeno. pren un perro y que lo lleven a pasear todas las
Permítanme un relato personal que en forma mañanas para que caminen y se relajen; sin tomar
sucinta pretende transmitirles cómo fui abordando en cuenta que este tipo de personas cada vez que
esta problemática. bajaban al perro se llenaban de cólera cuando el
Durante los 30 años que he residido en Israel, canino hacía sus necesidades en cualquier lado, y
tuve que participar en forma activa en 5 guerras, volvían más enojados de lo que se habían levantado.
situación que me llevó a enfrentar las vicisitudes de Nuestra investigación se fue desarrollando con-
lo traumático, temática que continúo abordando temporáneamente con la de Jenkins en Norteamé-
hasta la actualidad. rica (Jenkins CD, 1983). Nosotros postulábamos
Pretender dilucidar la forma en que se despliega que no era la agresión lo que producía las enferme-
lo traumático en el psiquismo y cómo abordarla, dades cardíacas, sino la hostilidad, o sea la percep-
me incentivó, años atrás, a desarrollar una investi- ción subjetiva de que el mundo externo ‘quiere pro-
gación acerca de la implicación de las enfermeda- vocarme daño’. De esta forma, establecimos que
des cardiovasculares en los enfermos y sus parejas. ‘hostilidad’ no es sinónimo de ‘agresión’ ni de ‘vio-
En esos momentos me cuestionaba en qué forma lencia’. Así es como pudimos diferenciar entre una
eran vivenciadas las amenazas que venían del hostilidad con expresiones agresivas, y una hostili-
mundo externo, a diferencia de aquellas que emer- dad muda o no exteriorizada. Lo central era que en
gían desde lo somático. este último tipo de hostilidad el paciente inhibía la
Fue así que durante varios años trabajé en torno descarga espontánea, descargando el monto de
a la problemática de las enfermedades cardiovascu- agresividad sobre su propio cuerpo. Justamente
lares y su implicación psíquica. En ese entonces, la eran los más calladitos y tranquilitos los que tendí-
mayoría de los cardiólogos estaban influenciados an a desarrollar enfermedades cardiovasculares con
por los descubrimientos de Friedman y su equipo, mayor frecuencia. Pierre Marty llegó a conclusio-
quienes proponían dos tipos de personalidades: la nes similares en sus desarrollos psicoanalíticos
de Tipo A y la de Tipo B. La primera eran aquellos sobre pacientes cardiovasculares (Marty P. 1991).
que se catalogaba como agresivos, querellantes, Como esta presentación no pretende centrarse
hiperactivos; mientras que los de tipo B eran sere- en las enfermedades psicosomáticas en especial,
nos, más lentos en sus actitudes, no discutían, etc. quiero solamente puntualizar que esta distinción
A los primeros, los de tipo A, se los consideraba entre la agresión y la hostilidad llevó a cambiar en
esencialmente agresivos (Friedman, M., 1986). forma rotunda la posición de algunos médicos más
Como esta era una forma sencilla de catalogar leídos en este campo, quienes ahora, en vez de
a los pacientes, cosa que por lo general a los médi- decirle a los pacientes que se calmen y que no se
cos los atrae, esta tipificación fue muy difundida enojen, les aconsejan que se expresen, que digan,
mundialmente. que griten, que pataleen e, inclusive que si no les da

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Moty Benyakar Dossier: Violencia y Psicoanálisis

la gana de comprarse un perro que no lo hagan. En mite desarrollar defensas, tanto psicológicas como
cambio, otros, por su carácter o por no haber estu- físicas y conductuales. Ejemplo de esto son los par-
diado los desarrollos en psicosomática, todavía tidos de fútbol, destinados a canalizar las agresio-
siguen transmitiendo el “cálmese que le hará bien”, nes, pero que desgraciadamente van adquiriendo
al modo que lo hacen nuestros colegas que practi- cualidades pertenecientes a la violencia, tal cual la
can la ‘Palmoterapia’. definiré a continuación.
De esta forma vemos cómo la profundización Diferente es la situación de la violencia. Ante
acerca de los fenómenos en cuestión nos lleva a todo el concepto violencia fue usado por primera
cambiar la perspectiva terapéutica. vez por Platón, quien definió que todo movimiento
Al llegar a este país, comencé a cuestionarme en contra de lo natural es un movimiento violento.
acerca del fenómeno de la violencia: ¿es expresar en Por ejemplo, el arrojar una piedra hacia arriba o
forma agresiva y dañar físicamente a otro?, ¿es hacia los costados, será considerado como un
reaccionar en forma explosiva ante lo que nos desa- movimiento violento. De aquí que la esencia eti-
grada? De esta forma, en los últimos años, me he mológica del concepto nos lleva a entender que la
abocado a abordar la temática de ‘El Mal’, tratando violencia no es un proceso natural o inherente al
de diferenciar, ya no entre agresión y hostilidad, psiquismo, sino que actúa en una dirección contra-
sino entre la agresión y la violencia. ria a éste.
Basándome en los conceptos formulados por Abordar la violencia desde su perspectiva psí-
Piera Aulagnier, y tomando los aportes de Freud y de quica, nos lleva a entender que será violento todo
Green, comencé a realizar estas diferenciaciones en acto o actitud que se contraponga al desarrollo
un artículo sobre el Mal y en otro que llamé natural del psiquismo, con un alto potencial de
‘Agresión de vida y Violencia de muerte’ (Aulagnier coartar las capacidades del otro de metabolizar o
P, 1977; Freud S, 1933; Green A., 1990; Benyakar representar lo sucedido.
M.; 1998-1999). La esencia de la violencia, a diferencia de la
Los límites de esta presentación no me permi- agresión, es que el daño al otro aparece en forma
ten desplegar esta temática en su profundidad solapada, distorsionada o enmascarada.
metapsicológica. Por ejemplo, los terroristas aparecen en forma
Postularé solamente que cuando me refiero a la enmascarada sin que podamos distinguir en ningún
agresividad, me baso en una fuerza inherente al momento que esa persona, paseando por las calles a
desarrollo del aparato psíquico, la que lleva al indi- nuestro lado, en cualquier momento hará explotar
viduo a la acción, consecuencia y productora del una bomba, o algún joven que entra a un negocio y
displacer. De esta forma podemos postular a la de un momento a otro se transforma en un ladrón
agresión como fuerza dirigida a dañar al otro, o a su que amenaza nuestras vidas. La violencia también la
propia persona. Lo importante es que la agresión puede ejercer un gobierno que postula que por el
aparece como una fuerza abierta, declarada, que bien de los ciudadanos hará un ‘Proceso de
emerge como una amenaza clara. Por ejemplo la Reordenamiento Nacional’ y de esa forma hace desa-
lucha contra un enemigo, lleva actitudes agresivas, parecer a 30.000 ciudadanos, o en otros casos, para
el enfrentamiento abierto de intereses lleva a acti- preservar el orden de alguna aldea del medio oriente
tudes agresiva, la guerra declarada entre dos países se propone aniquilar a parte de la población postu-
lleva a actitudes agresivas. En todos estos ejemplos lando que esos son los guardianes del bienestar de la
el común denominador es la percepción directa de sociedad. Ante estas situaciones, los individuos no
que alguien o algo me va a provocar daño; esto per- pueden desarrollar ningún tipo de defensa.

224
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Moty Benyakar

En lo cotidiano, Alice Miller en su libro: “Por tu sólo entre agresión y violencia sino entre dos tipos
propio bien”, postula la violencia como esas actitu- de violencia: la violencia primaria y la violencia
des de los padres que abrazan a sus hijos después secundaria.
de haberlos castigado físicamente y le explican que Será violento para el psiquismo cuando se tenga
ese dolor que le hicieron sentir era por su propio que enfrentar con lo no propio, con lo heterogéneo,
bien, o aquellos que coartan el desarrollo del niño o sea que para un infans que está inmerso en sus
que tiene condiciones para ser un buen deportista propias sensaciones, las palabras con las cuales su
porque los padres entienden que será por su propio madre le habla, serán heterogéneas para su psiquis-
bien si se desarrolla como pianista, como bien lo mo. De la misma manera que el sentido que tiene
expresa la película ‘Claro oscuro’. la vida será heterogéneo para un niño que está en
Es interesante ver cómo muchas veces podemos las primeras épocas de su desarrollo. A esta situa-
ver reflejada en la pantalla del cine, problemáticas ción de enfrentamiento con lo heterogéneo llamó
que son desplegadas con mucha más claridad que Piera Aulagnier Violencia Primaria, es de destacar
cualquier explicación en un artículo científico o en que la violencia será primaria en la medida que le
un libro, este es el caso de la película francesa permita al psiquismo elaborarla y representarla.
“Gracias por el chocolate”. Esta película trata sobre Cuando la heterogeneidad es muy grande o muy
el Mal y la manera en que la violencia aparece en su acentuada, nos encontramos ante el fenómeno de
forma enmascarada, en un ambiente cálido y agra- la Violencia Secundaria, o sea, esa violencia que
dable rodeado de música placentera, con decorados coarta, distorsiona y no permite el desarrollo del
acogedores y actitudes aparentemente postuladas psiquismo.
para el bien, y en medio de este entorno emerge el Por lo tanto, podemos decir que la violencia nos
daño basado en la distorsión. A mi entender, esa es enfrenta con lo heterogéneo, por ser así puede apa-
la esencia de la violencia. recer como una distorsión hasta que es metaboliza-
Espero que de esta forma podamos diferenciar da o representada, esa sería la violencia primaria o
entre lo esencialmente agresivo como una fuerza la ‘violencia buena’, necesaria para el desarrollo del
franca conectada con el displacer y la violencia acti- psiquismo, a pesar de ser heterogénea al mismo.
va que emerge en forma enmascarada u oculta, Por otro lado tenemos la ‘violencia mala’, o sea la
basada en la distorsión. Debo enfatizar que los lími- violencia secundaria, en la que la heterogeneidad es
tes entre ellos no son fáciles de demarcar, y que los tal que obstruye el desarrollo normal de los proce-
sucesos no siempre aparecen en forma pura, sino sos psíquicos.
que están imbricados unos con otros. Teniendo claro ahora que violencia no es pegar-
A pesar de ello, entiendo que esta diferenciación le a alguien, o tirar piedras, sino que es lo solapado
es de suma importancia para distinguir entre las y lo enmascarado de las situaciones conectadas con
patologías que se ponen en juego y para el desarrollo el displacer, podremos detectar las diferentes caras
de las técnicas de abordaje clínico. La agresión de la violencia en la clínica psicoanalítica.
puede ser uno de los disparadores de vivencias de Para ello quiero ante todo proponer una diferen-
estrés o de angustia señal, mientras que la violencia ciación acerca del tipo de violencia al que nos esta-
podrá generar angustia automática, desvalimiento mos refiriendo.
o, lo que yo llamo, ‘vivencia traumática’.
Pero dentro de nuestro mundo terapéutico 1) Las consecuencias psíquicas de las situaciones
debemos hilar un poco más fino aún. Siguiendo los violentas con las cuales se enfrentan nuestros
pasos de Piera Aulagnier podremos distinguir no pacientes en su vida familiar y social.

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Moty Benyakar Dossier: Violencia y Psicoanálisis

2) La violencia que los pacientes ejercen sobre autoritarismo y nuestras ideas emergen como una
otros, productos de sus propias patologías. postulación perteneciente al inconsciente del
3) La violencia que ejercemos nosotros los analis- paciente. También estaremos ejerciendo violencia
tas en nuestra labor clínica. Tanto sea esta vio- secundaria en la medida en que, por nuestras pro-
lencia primaria o violencia secundaria. pias necesidades, atemos cada vez más al paciente
4) La violencia en la cual nos encontramos inmer- al tratamiento en vez de desarrollar procesos para
sos como analistas, ya sea producto de las insti- que él encuentre su propio camino. Estas son sólo
tuciones profesionales a las cuales pertenece- algunas menciones de las formas en que el encua-
mos, o producto de la situación social o econó- dre analítico puede estar distorsionado y ejercien-
mica a la que nos enfrentamos cotidianamente. do violencia secundaria, antitesis de todo proceso
terapéutico.
En relación a los dos primeros puntos, presentaré
dos viñetas clínicas diferentes, con las cuales preten- Acerca de la violencia institucional
do ejemplificar de qué forma entiendo que se presen- en la cual nos encontramos inmersos
tan en los consultorios este tipo de situaciones. los analistas
Sobre los dos segundos puntos preferiría sólo decir Comenzaré por la violencia que ejercen las ins-
algunas palabras, porque los ejemplos son tan diarios, tituciones formadoras, las escuelas o asociaciones
cotidianos y compartidos que reducirían el espectro, profesionales a las cuales pertenecemos. En algu-
más que ejemplificar los conceptos. Si bien entiendo nos países podemos apreciar cómo día a día van
este tema merece una mayor profundización. tomando conciencia del especial juego entre las
necesidades de la institución como marco estructu-
La violencia que nosotros los analistas ral, y las de los participantes de la misma.
ejercemos en nuestros consultorios Tengo la impresión que son pocas las institu-
El modo en que ejercemos la violencia primaria ciones, y paradójicamente las psicoanalíticas o psi-
es por medio de la interpretación, al presentar al coterapéuticas, que dedican su tiempo a elaborar
paciente los fenómenos en un nivel superior del esta problemática y poder tomar conciencia de
cual se manifiestan. A mi entender, este modo de cómo se desarrollan los procesos de institucionali-
violentar al psiquismo es necesario dentro del tra- zación para no ejercer violencia secundaria sobre
tamiento, tomando la precaución de ser sumamen- sus miembros y poder sostener el marco institucio-
te cautelosos y conscientes de cuándo ésta se trans- nal con una mayor libertad conceptual y un
forma en violencia secundaria. Los límites son ambiente de permanente creatividad, preservando
muy poco nítidos, y el monto de autoengaño en las características específicas de cada uno de sus
este sentido es muy común. miembros y las cualidades y concepciones inheren-
A diferencia de esto, la violencia secundaria tes por las cuales la institución se ha constituido,
que nosotros ejercemos, se expresa cuando le tarea nada sencilla.
hablamos al paciente desde ese lugar al cual sólo
puede acceder aceptando o imitando lo que noso- De esta forma llegamos a
tros postulamos. Son esos momentos que pensa- la violencia social en la cual
mos que nosotros tenemos la llave de la verdad, estamos inmersos los analistas
puesto que tenemos la capacidad de traducir algu- Esa violencia que ejerce el medio externo, coar-
nos fenómenos en términos de lo inconsciente. La ta el despliegue de nuestra actividad terapéutica en
violencia secundaria se expresa cuando nuestro base a nuestros principios profesionales.

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Moty Benyakar

En nuestro trabajo con psiquiatras inmigrantes De la misma manera que hemos podido hacerlo
de Rusia llegados a Israel, hemos investigado y en otras situaciones quiero creer que en esta tam-
publicado los resultados, demostrando la marcada bién podremos encontrar el camino de afrontarla,
impronta de los regímenes totalitarios sobre grupos por lo menos podemos dar cuenta que lo que suce-
profesionales, especialmente en los de salud men- de hoy no está exento de aquellos procesos que fui-
tal. Estábamos asombrados que los terapeutas mos parte en el pasado.
rusos, en su gran mayoría, optaban casi exclusiva- De esta forma podré entrar a tratar los dos pri-
mente por los tratamientos farmacológicos, hasta meros modos de violencia ya mencionados:
que dilucidamos que “la palabra”, para ellos era
persecutoria y amenazante, ya que la KGB podía 1) Las consecuencias psíquicas de las situaciones
hacer de “lo dicho” un uso indiscriminado, pero violentas con las cuales se enfrentan nuestros
siempre en contra de ellos. pacientes en su vida familiar y social.
La actividad terapéutica se transforma en 2) La violencia que los pacientes ejercen sobre
angustiante e insostenible en la medida en que otros, productos de sus propias patologías.
nuestra propia estabilidad física o económica se
encuentra amenazada y desequilibrada. El fenóme- En una de esas tantas conversaciones que uno tiene
no de estar bajo la misma amenaza, tanto pacien- con amigos, me preguntaban sobre la temática
tes como terapeutas, lo he vivido en las guerras en acerca de la cual estaba escribiendo ahora, entonces
que participé en Israel, y aquí se lo conoce por la les comenté que me encontraba abordando una
época de la represión. Fueron los trabajos de Puget investigación acerca de la violencia cotidiana. No
y Wender que postularon los conceptos de mundos creo que haya habido uno solo que no me haya
superpuestos. Época en que las vidas de pacientes y brindado material en forma inmediata, o que no
terapeutas se ponen en peligro por el solo hecho de trajo uno o dos casos en los cuales su propia perso-
encontrarse (Puget, J. y L. Wender; 1982). na, sus hijos, amigos de sus hijos, u otros parien-
Hoy en este país y en el mundo en general, las tes, estuvieron involucrados en robos, hurtos,
pre-pagas y obras sociales a cargo de la salud, secuestros y amenazas.
estructuran su actividad sólo en torno a un bene- Se habló de un chico del barrio de Belgrano al
ficio económico, de esta forma ponen en juego el cual le robaron 15 veces, a la esposa de un médico
lugar de nuestra actividad, como así también el amigo le destruyeron la mandíbula con un golpe de
hecho de que el valor del entrenamiento o prepa- culata de un revolver para robarle la cartera, y así
ración en nuestra profesión adquiera cada vez podría con facilidad pedirles a cada uno de ustedes
menos valor entre los mismos profesionales, desa- que relate uno o más de esos casos que los vivimos
rrollándose una actitud de marketing, no siempre en forma cotidiana.
acorde con los principios básicos de nuestra activi- Estas conversaciones por lo general terminan
dad profesional. con las palabras de qué terrible, y con un gesto de
Todos estos son componentes de la distorsión alguien que postula cambiemos de tema para no
ante la cual nos enfrentamos en forma cotidiana, y amargarnos la noche. Pero esta vez permitámonos
deberemos desarrollar una suficiente concientiza- no dar vuelta la hoja y tratar de pensar juntos sobre
ción para poder enfrentar estas situaciones y no qué es lo que se hace en estos casos, cuál es nuestra
quedar atrapados en ella, puesto que desde un función como profesionales ante esto, y no dejarnos
marco inmerso en la violencia, es sumamente difí- solo conmover por el horror. En las conversaciones
cil abordarla terapéuticamente. sociales se suele describir cómo queda tal o cual per-

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Moty Benyakar Dossier: Violencia y Psicoanálisis

sona después de lo que le pasó, se postula el térmi- ante los cuales estamos inmersos. Evitando que el
no de ‘persecuta’, ante las reacciones de los afecta- consultorio se transforme en un encuadre que
dos. A mi entender no podemos quedar pegados a quede absolutamente exento de lo que acaece en
esas actitudes y tenemos que pensar de qué forma nuestro medio cotidiano. El poder acompañar a los
nos enfrentaremos ante la permanente pregunta: pacientes ante las amenazas constantes que deben
‘¿qué tenemos que hacer en ese tipo de casos?’. enfrentar en la vida cotidiana, nada tiene que ver
La forma de abordar esta problemática desde la con el postularse en consejeros, o adoptar una u
clínica tiene que ver con nuestros conceptos de ‘Lo otra posición respecto a la actividad que los pacien-
Disruptivo’1, vivencia de estrés, vivencia traumática tes deben desarrollar. Para poder abordar franca-
y vivenciar traumático que, a mi entender, son las mente el impacto de las amenazas externas, debe-
formas clínicas de las consecuencias de la violencia. mos tomar conciencia que el aparato psíquico está
Lo Disruptivo es cuando el mundo externo irrum- movido por un permanente interjuego entre mundo
pe en el mundo interno, en el cual se dificulta o se interno y mundo externo, y no un psiquismo pro-
imposibilita la articulación entre el afecto y la repre- ducto sólo de procesos internos proyectados.
sentación, produciendo una vivencia traumática. Un entendimiento psicoanalítico de los meca-
Para este tipo de casos debemos tener una con- nismos de enfrentamiento que nuestros pacientes
cepción clara acerca de un encuadre que se desplie- tienen ante las diferentes caras de la violencia, se
gue en base al holding o sostén, postulado por diferencia del abordaje de un proceso de aprendizaje
Winnicott, el despliegue de un campo analítico que conductual. Entiendo que debemos tratar de enfren-
incentive la contención postulada por Bion, y junto tar estas situaciones con el máximo realismo, pero
a ello, poner en juego el uso de lo que he llamado junto a ello poder abordar con profundidad las carac-
Interpretaciones Vivenciales. Estas interpretacio- terísticas de las amenazas ante las cuales el paciente
nes incluyen las interpretaciones figurativas deriva- se enfrenta, esto lo podrá hacer, en la medida que el
das de los aportes de Piera Aulagnier y Botella analista no desmienta la existencia de amenazas rea-
(Aulagnier, P.; 1977; Botella, C. y S. Botella 1997). les, por un lado y el peso de los procesos desarrolla-
Exponer la forma en que se desarrolla la técnica dos en sus contextos familiares como componentes
terapéutica en estas situaciones requeriría de una fundamentales en el desarrollo de estas patologías,
exposición especial. En esta oportunidad sólo quie- pero no siempre como determinantes absolutos.
ro recalcar que la interpretación vivencial se dife- Presentaré dos viñetas clínicas que pretenden
rencia de la interpretación, que burdamente podrí- ejemplificar lo expuesto. Para enfatizar el modo en
amos llamar ‘tradicional’. que entiendo la violencia, no elegí casos donde la vio-
La interpretación vivencial se basa en el desplie- lencia aparece en su cara clara y manifiesta, sino
gue de lo procesual, sin centrarse exclusivamente aquellos casos con los cuales nos enfrentamos más en
en la puntualización de lo causal. Estas diferencias lo cotidiano, en los cuales la violencia aparece en su
enfatizan la importancia de profundizar en los aspecto solapado y encubierto, casi indiferenciable.
aspectos teóricos y técnicos del abordaje terapéuti- Quiero poner en claro que presento esto en forma
co de las patologías que emergen a consecuencia de muy sintética, sin ahondar en el proceso terapéutico.
la violencia. En principio presentaré la viñeta de un trata-
Sin entrar en el detalle de las formas de inter- miento psicoanalítico que he realizado en Israel,
vención específicas, podemos decir en forma gene- con la intención de ilustrar en qué forma se des-
ral, que un modo de hacerle frente a estas situacio- pliega la violencia dentro de un marco familiar sin
nes es acrecentar la concientización de los peligros que la agresión se ponga de manifiesto.

1. El concepto ‘Lo Disruptivo’ fue propuesto años después de presentar este trabajo en mi libro ‘Lo Disruptivo. Amenazas individuales y
colectivas: el psiquismo ante guerras, terrorismos y catástrofes sociales’. Ed Biblos.

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Dossier: Violencia y Psicoanálisis Moty Benyakar

David de 45 años, padre de dos hijas, logró “Hay que matar a todos los árabes, ésta es la única
constituir una cálida y unida familia. Acudió al tra- solución“. Cuenta por primera vez que es un fer-
tamiento por iniciativa de su esposa. En la primera viente activista de un partido político de derecha,
entrevista ella relata que en los últimos años las que postula que la única solución para vivir en paz
actitudes descontroladas de David se acrecentaron. es echar a todos los ciudadanos árabes fuera del
Ponía en peligro a su familia y el desarrollo de su territorio de Israel, puesto que nunca se podrá dia-
exitosa empresa, industria que había heredado de logar con ellos.
su padre y que en ese momento dirigía con su her- David relata que su padre, un hombre débil,
mano mayor. de baja estatura y muy severo en la educación de
Si bien David manifestaba que para él un trata- sus hijos, le había inculcado desde muy pequeño
miento no tendría ningún sentido, poco a poco el ‘camino del bien y del mal’, “nunca se privó
comenzó a establecer una relación que se transfor- de hacernos sentir el cinturón en nuestras nal-
mó en un proceso analítico, con beneficios terapéu- gas, cuando lo merecíamos“. Su padre en aquel
ticos. entonces era un pequeño industrial, sobrevivien-
David se relacionaba cálida y tiernamente con te de un campo de concentración. Su legado era
su esposa e hijas. Ellas no podían entender el viraje muy claro, ‘el hombre debe saber luchar para
que su conducta estaba tomando en los últimos defenderse’.
meses. Se lo notaba exaltado, si bien nunca agredió Su madre, también sobreviviente de la ‘Shoa’,
a nadie físicamente. Sus hijas no entendían por qué había perdido a toda su familia. A pesar que nunca
el padre quería destruirlas por medio de restriccio- había hablado con sus hijos sobre el tema, logró
nes económicas y prohibiciones ilógicas, de activi- transmitirles el profundo odio que sentía. A dife-
dades que hasta ese momento eran aceptadas en el rencia del padre, era una mujer de ruda apariencia,
seno de la familia. Junto a ello, las decisiones res- abocada de lleno a desarrollar la industria familiar.
pecto a su empresa se transformaban en incom- David no guardaba ningún recuerdo de intimidad o
prensibles. Ante estas reacciones, David manifesta- ternura de su madre.
ba que había que poner un poco de orden porque Se refiere a sus padres como figuras ‘sacrifica-
esos castigos ‘enseñaban el verdadero camino de la das por el bienestar de la familia’. Su hermano era
vida’, eran ‘para el bien de todos’. el niño que siempre iba por el buen camino, y
Fue un niño travieso y un alumno aplicado. Si David por ser considerado ‘travieso‘ era quien reci-
bien tenía condiciones físicas para cumplir con el bía los golpes del padre.
servicio militar como el resto de sus compañeros de De muy niño se juntaba con sus amigos y rea-
estudios, que en su mayoría se alistaron volunta- lizaban actos como orinar sobre fotos de árabes, o
riamente en unidades combativas, David optó por quemar banderas de países musulmanes, como
aceptar el puesto administrativo que le habían símbolo de repudio; con la idea mágica que este
designado. tipo de ceremonias influirían contra los que él per-
Son muchos e interesantes los procesos que su cibía como enemigos y con los cuales nunca se
análisis atravesó, solo presentaré la síntesis de había contactado. En estos últimos años, su odio
algunos relatos anecdóticos directamente relacio- hacia ellos se intensificaba. David nunca había
nados a la temática en cuestión. hecho algún daño físico contra nadie, simplemente
Durante las primeras etapas de su análisis tras estaba destruyendo paulatinamente su propio bie-
un atentado terrorista en el centro de Tel Aviv, dijo: nestar y el de su familia2.

2. Después de más de veinticinco años de haber finalizado el tratamiento de David, recibo un llamado telefónico de la hija, ahora madre
de tres hijos, relatándome que hace ya varios años ella ha cortado toda relación con su familia de origen.

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Moty Benyakar Dossier: Violencia y Psicoanálisis

El segundo caso es el de Marcelo sabía cómo se deciden las cosas. Estaba aplazado en
Por medio de este caso pretendo transmitirles en todas las materias inclusive natación, los profesores
qué forma el psiquismo materno puede desarrollar la manifestaban que no había ninguna esperanza para
violencia secundaria produciendo patologías de difí- que pueda seguir sus estudios en forma normal.
cil abordaje. Trataré de enfatizar la importancia de A pocos días de constituirse el ‘equipo terapéuti-
poder adaptar el encuadre psicoanalítico a la patolo- co’, se propuso a Marcelo formar parte activa del
gía del paciente para tratarlas en su profundidad, sin mismo, como un integrante más en la toma de deci-
perder la esencia del abordaje psicoanalítico. siones. Fue así como decidió afrontar todos los exáme-
Marcelo es un adolescente de 14 años, que nes. Ante tal situación la pedagoga entendió que debía
hemos tratado por sus serias dificultades en su abordar el problema sistemáticamente. Asistiendo a
desarrollo emocional y en el proceso de socializa- la escena diaria de una madre que llevaba la merienda
ción. Desde edad muy temprana fue diagnosticado: a un niño regordete que debía parar sus clases parti-
un paciente ‘A.D.D. (Atention Deficiency culares durante media hora para tomar la leche, la
Disorder)’, esta es una forma moderna de rotular a pedagoga tuvo la idea de enfrentarlo con una meta
los niños cuando no se sabe qué hacer con ellos, casi imposible para él: escribir una redacción de cómo
porque son sumamente molestos, desatentos y con se prepara un Nesquick.
deficientes logros escolares. Le resultaba imposible describir la relación
Si bien Marcelo había logrado transitar por las entre su voluntad de tomar Nesquick con los actos
aulas hasta llegar a primer año de la escuela secun- de tomar un vaso, ponerle leche, revolver el polvo
daria, desde el jardín de infantes se detectaron de la lata y preparar el Nesquick. Marcelo decía que
serias perturbaciones en sus logros escolares, tanto no sólo desconocía cómo se decidían estos pasos,
en la parte formativa como social. sino que poco a poco fue expresando la imposibili-
Marcelo se presentaba como un niño suma- dad de conectar su voluntad de saciar sus necesida-
mente adaptado al marco familiar en lo funcional, des con la puesta en acción.
con una extraordinaria capacidad de manipular fra- Manifestaba en todo momento una actitud de
ses que daban la sensación de un malabarista complacencia y bienestar familiar que no debía ser
inmerso en un gran circo, frases que parecían lógi- cuestionado en ningún momento. Sus padres me
cas, que se hablaban pero no decían. Sus cordiales comentaron que Marcelo les decía que yo no enten-
y amables palabras, por lo general, no sólo que no día nada, relatándoles lo sucedido en una sesión en
invitaban al diálogo sino que paradójicamente pro- la cual me dijo que todo lo hacía por su familia y
vocaban un permanente rechazo, especialmente de para su familia. Le pregunté cómo sería eso, y me
su padre y de sus profesores. dijo que él se cortaría las manos o la cabeza por su
En palabras de su madre, este hijo a diferencia familia. Cuando le planteé mi duda acerca de si sus
de los anteriores, era el bebé que había hecho para padres estarían contentos o tristes porque se quede
ella, y que sólo ella conocía y entendía, quedando el sin manos ni cabeza, comenzó a advertir el significa-
padre sólo a cargo de las quejas permanentes res- do de ese sacrificio.
pecto a la conducta de Marcelo. Durante un tiempo las interpretaciones estu-
Su tratamiento fue sostenido por un equipo vieron dirigidas a poder figurar sus sensaciones,
compuesto por un ‘terapeuta personal’, una ‘peda- quedando exentos de la búsqueda de sentido de sus
goga’ y un ‘terapeuta familiar’ (para utilizar títulos actitudes.
consensuados, pero nada precisos). En la primera Los padres estaban sumamente preocupados pues-
etapa del tratamiento, Marcelo explicitó que no to que al poco tiempo de comenzar este tratamiento,

230
Dossier: Violencia y Psicoanálisis Moty Benyakar

(que desde ya no fue de los primeros), Marcelo A mi entender Marcelo fue un niño puesto en
odiaba al terapeuta varón, diciendo textualmente: sentido a-priori, o sea que los deseos maternos se
‘esta es la primera vez que odio a alguien en mi cristalizaron en una ‘preocupación maternal pri-
vida, por culpa de él yo ya no soy ADD’ (cuando maria’ anquilosada, violentándolo de tal forma que
decía ‘él’ se refería a mi). Ya entrado en el proceso no le permitieron el desarrollo del proceso repre-
de tratamiento Marcelo manifestó: ‘antes tenía sentativo o de metabolización adecuado, o sea el
ADD, ahora tengo problemas’. pase de la puesta en sensación, la puesta en rela-
Marcelo es un niño de aquellos que se los con- ción y la puesta en sentido.
sidera casos perdidos. Esos niños que desde muy De la misma manera que el sentido de su vida
pequeños van pasando de mano en mano cambian- estaba dado de antemano por su madre, se movili-
do de psicólogos para no cambiar nada en las rela- zó a los medios profesionales para que actúen esta
ciones maternantes y del medio ambiente. actitud, dándole un nuevo sentido a su identidad,
La escueta viñeta presentada pretende realzar la
el niño era ADD. Estos modos de violencia adjudi-
forma en que entiendo la proposición de Winnicott
can un sentido desde afuera, coartaron permanen-
de adaptar el encuadre terapéutico a las necesida-
temente su capacidad de duda, imposibilitándole la
des del niño, especialmente con estos niños que
búsqueda de su propio sentido y el desarrollo de su
requieren de un abordaje especial.
‘sentido de ser’.
Para mí era claro que un tratamiento indivi-
Poder odiar en forma abierta a un terapeuta no
dual, en forma aislada no podría abordar esta pro-
es tarea sencilla para un niño, la triangularidad que
blemática, es por ello que entendí que la constitu-
el equipo postulaba permitió recrear estas posibili-
ción de un equipo terapéutico que sostenga una
dades y darle cabida a su agresión3.
labor analítica podría posibilitar la tarea.
De esta forma he pretendido desplegar algunos
Quiero destacar que, a mi entender, el contacto
persona a persona en forma aislada se transforma- conceptos básicos que nos permitan el abordaje del
ría una vez más en inocuo y acrecentaría la falta de tema de la violencia desde diferentes perspectivas.
posibilidad de movilidad psíquica e interjuego entre Las viñetas clínicas que he elegido las he selec-
las diferentes figuras terapéuticas que cumplen cionado sólo a modo de ejemplo, sin detenerme en
funciones distintas. Sostener una relación dual es el proceso terapéutico, para que podamos ver los
una exigencia muy grande y que para algunos diferentes abordajes de esta temática en la clínica.
pacientes es muy difícil de sostener. En estos casos, Junto a ello podremos ejemplificar las diferen-
sostener una relación terapéutica dual podría lindar tes expresiones de la violencia en las diferentes
con la violencia secundaria. dimensiones que he tratado de postular.
Abordar sólo lo intrapsíquico, sin elaborar los Entendiendo el carácter distorsionador y encu-
enajenantes problemas en el medio escolar, o el bridor propio de la violencia, paradójicamente he
estilo de relación familiar, sería una labor suma- decidido llamar a esta presentación ‘Las caras de la
mente dificultosa. Violencia’.

3. Hace algunos años, he recibido la noticia que la familia de Marcelo emigró a un país en que se habla inglés y que Marcelo es un profesor
de Literatura en la Universidad.

231
Moty Benyakar Dossier: Violencia y Psicoanálisis

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232
233
Contextos
Reapropiaciones (niñez y
políticas de Estado en Argentina)
Ricardo Rodulfo*

A mis nietos, Betania y Valentín

I reconocer un deseo contrapuesto claramente al


Hace muchos años descubrimos el motivo de la suyo, se da amañándoselas para que ese deseo se
reapropiación en los textos de Jacques Derrida y lo implante en el sujeto camuflado como suyo propio,
introdujimos en el campo no sólo de la teoría, tam- lo cual vuelve tanto más temible y peligrosa esa
bién y sobre todo en el de la clínica psicoanalítica, reapropiación, como cuando un hijo llega a creer
particularmente en el caso de la niñez y de la ado- que todas sus realizaciones se plasman gracias al
lescencia. Como motivo temático y problemático apellido que porta, apellido que se le aparece carga-
genera en la obra del pensador argelino un amplio do de toda la magia de lo genético, reinterpretado
espectro de ramificaciones y de variaciones que lo de modo que parezca coincidir puntualmente con
ponen a trabajar de múltiples maneras. Esquemáti- aquel. Es una implantación usurpadora, que no
camente considerado este motivo da cuenta de una funcionaría tan bien como tal si fuera fácil recono-
suerte de política que actúa en los más diversos pla- cerla ajena, aún para dejarse influir por ella. Otra
nos –desde el familiar hasta el social más amplio cosa muy distinta es que la tome como natural-
que quepa imaginar– y consiste en que un emer- mente mía, propia, propiamente mía. De aquí pro-
gente creativo, productivo, más o menos espontá- cede su sintonía con el engaño, la mistificación, la
neo, es a la larga o a la corta, confiscado por una expropiación de identidad.
instancia de poder que le pone su sello significante, Trabajado minuciosa y cuidadosamente este
atribuyéndoselo. En consecuencia la instancia indi- motivo da cuenta desde pequeños y en apariencia
vidual, grupal o colectiva que provocó la emergen- inofensivos fenómenos –como ser el caso del adul-
cia de alguna cosa en tanto instancia singular que to que remite todo lo que le gusta del hacer de un
da lugar a una producción también singular es des- niño a un “sale a…”, a lo que sigue un apellido que
pojada de lo que fue capaz de hacer en provecho de explicaría la acción u ocurrencia que se celebra–
aquella reapropiadora. Es de interés señalar que el hasta expropiaciones de un accionar político rebel-
proceso no se da en forma de que alguien pueda de, no esperado, y sobre todo, no etiquetado, sin

* Psicoanalista.

237
Ricardo Rodulfo Contextos

nombre propio, por parte de una acción política que esta vía, denunciando la bien concreta existencia
quiere capitalizar para sí el movimiento que la ha de tratamientos montados sobre una base falsa, al
sorprendido. Por el camino, se multiplicarían los creer el analista que está con una persona real,
ejemplos fácilmente en sucesivos estratos y niveles cuando en verdad está con un falso self de ficción
de análisis. Uno entre tantos, de enorme peso his- que ocupa prácticamente la totalidad del escena-
tórico, se reapropia para los Estados Unidos el adje- rio, incluyendo un supuesto “inconsciente” que no
tivo “americano”, induciendo a que los demás paí- es tal, forjado por el paciente para adaptarse a su
ses del continente deban especificarse como “suda- analista. Análogamente, hay inflexiones en la teo-
mericanos”, por ejemplo. Un americano a secas ría del significante de Lacan que dejan ver clara-
nunca es un brasileño o un guatemalteco, ni mente la actividad reapropiante comiéndose al
siquiera un canadiense. sujeto relegado a la condición de objeto, sin olvidar
Desde mi punto de vista la importancia y signi- la dimensión confiscatoria del goce del Otro en
ficación de la reapropiación (o apropiación o expro- este pensamiento. En Balint, en Stern, en Jessica
piación) es de una magnitud tal que se la puede Benjamin. Encontramos, asimismo, direcciones y
comparar con la que en su momento Freud concep- observaciones congruas con el motivo derridiano.
tualizó como represión, por sus incalculables e Y por fuera del psicoanálisis no podríamos eludir
innumerables efectos y derivaciones a las que da la mención a la obra de Alicia Fernández, cuya
lugar, sobre todo en el terreno de lo patológico. Más diferenciación entre alumno y lo que ella concep-
aún, he llegado a concebir el descubrimiento de la tualiza como aprendiente reposa enteramente
represión como un estadio preliminar de la más sobre una idea de aquel tipo, aunque llegue por
amplia categoría de la reapropiación, como su pri- otros y sus propios caminos.
mera punta, entrevista en su momento por Freud. Más aún, desde los tiempos clásicos, la relación
En todo caso, el psicoanálisis como práctica tera- predominante del psicoanálisis con las formacio-
péutica tiende a contrarrestar, a desactivar, a rever- nes del Superyó, lo mismo que su énfasis en los
tir, a disolver, el poder de lo reapropiatorio en la vida procesos de diferenciación que exigen discriminar-
de alguien, con el consecuente empobrecimiento al se y más que reconocer construir algo del orden de
que la cura procura poner fin sustituyéndolo por un lo propio, de lo no implantado por otros concretos
florecimiento de lo propiamente propio.1 o abstractos, van de un modo u otro en dirección a
No tardé en anudar lazos entre el término for- una denuncia y a un oponer resistencia a la reapro-
jado por Derrida y ciertos desarrollos del psicoaná- piación, sobre todo a la consentida por el mismo
lisis. En particular todo lo que Winnicott piensa sujeto que padece sus efectos.
acerca de cómo una persona puede en realidad fun- La fuerza del deseo del Otro, la fuerza del deseo
cionar como tal sin serlo verdaderamente, ya que de la Otra primordial, la fuerza del deseo de tales o
se ha distorsionado su desarrollo en provecho de cuales otros, la fuerza mítica y anónima de las for-
un puñado de reacciones adaptativas que corres- maciones superyoicas, en especial las que no
ponden al sometimiento a otras o a otras instan- detentan el nombre de nadie –lo que Heidegger
cias o instituciones que se han apropiado del denominó el Se–, la fuerza de los dispositivos
potencial en que aquella consistía y lo explotan en mediáticos para proponer ideales y prescribir prohi-
provecho propio. Winnicott llegó muy lejos por biciones o restricciones, todo esto junto debe ayu-

1. Entre los numerosos lugares donde puede encontrarse tratada la reapropiación en la obra de Derrida, elegiría el primer escrito que me
ligó indisolublemente a seguir su rastro y no dejarlo perder: la farmacia de Platón, segundo ensayo del libro La diseminación,
Anthropos, 1982. En mis propios textos, la reapropiación se vuelve un elemento protagónico a partir de El psicoanálisis de nuevo,
Eudeba, 2004, y si tuviera que elegir uno particularmente decisivo al respecto la elección recaería sobre el capítulo titulado El duelo
del padre en ese mismo libro. Aunque en otros como el más reciente dedicado a la lectura de Winnicott, Trabajos de la lectura, lecturas
de la violencia (Paidós, 2009) este motivo recorre el texto de punta a punta.

238
Contextos Ricardo Rodulfo

darnos a sopesar el formidable poderío de los pro- los distintos planos de inscripción de la memoria,
cesos de reapropiación. mucho más allá o acá de lo evocativo, y tantas otras
Retrocediendo un poco, yendo a lo más sencillo, cosas.
aquella vieja regla psicoanalítica de rehusarse a dar Pero por lo mismo que se puso de relieve en
consejos y directivas a los pacientes, a fin de cuen- estas pesquisas cabe preguntarse: ¿termina aquí la
tas responde en última instancia a una ética de la problemática de la reapropiación, en este extremo
no reapropiación, a una ética de la libertad y de la traumático por excelencia? En este punto, la con-
liberación de la libertad de sus calabozos cotidianos. cepción de Derrida viene en nuestra ayuda, evitan-
do restringir el motivo de la reapropiación y trazan-
II do para él y con él contornos mucho más amplios.
En Argentina, el motivo de la reapropiación se
introdujo por otro camino, que a la larga o a la III
corta iría a encontrarse con el abierto por Jacques Una circunstancia que expondré me dio ocasión de
Derrida: el del secuestro de bebés tras asesinar a constatar algo inadvertido hasta el momento, a
sus madres en tiempos del gran genocidio perpetra- pesar o a favor del tiempo transcurrido. Hice la
do por el régimen que tomó el poder en 1976 des- escuela primaria y el primer año de la secundaria
plegando una crueldad sin límites hasta entonces o durante la primera y segunda presidencia de Perón
hasta muy poco antes inédita, reserva ésta referida (1946-1955) en la época en que habitábamos en lo
a la violencia política del sangriento período 1973 que por entonces se llamaba la Nueva Argentina
(a partir de su segunda mitad)-1976. Se demoró en Justicialista. La propaganda política oficial en el
descubrir y descorrer el velo sobre la magnitud de seno de la escuela era muy intensa. Como era un
lo ocurrido en lo que hace a la reapropiación de alumno destacado y de muy buena dicción y soltura
bebés y de niños pequeños, y se tardó un poco más para leer además, se me encomendaron leer en
en intentar una reflexión en profundidad acerca de actos escolares varios panegíricos del presidente y
las implicancias y de las consecuencias de práctica de su esposa en más de una ocasión, lo mismo que
tan aberrante. Es harto conocido el extraordinario encabezar como abanderado visitas a una iglesia
papel de Abuelas de Plaza de Mayo en todo este tra- cercana donde se oficiaban misas in memoriam de
bajo, incluyendo lo realizado por el equipo de psi- Eva Perón a partir de 1952. Pero lo que advertí remi-
cólogos que trabaja en dicha institución bajo la te principalmente a recuerdos de los libros de lectu-
dirección de Alicia Lo Giúdice.2 La larga lista de ra que se manejaban en aquel tiempo; en esos libros
nietos recuperados da testimonio, como lo da su abundaban frases que nos hablaban del amor y del
incompletada en cuanto medida de una tarea cuidado de Perón y Evita por nosotros, los niños,
imposible llevada a cabo. Y sobre esto se continua- que éramos, según se solía decir, “los únicos privile-
rá trabajando. Por cierto honra a la producción psi- giados”. Asimismo, abundaban las imágenes donde,
coanalítica nacional el que a lo largo de estos años por ejemplo, aparecía ella en traje de hada o él como
se emprendieran trabajos de investigación clínica una suerte de titán con el torso desnudo rompiendo
de verdadera consistencia teórica.3 unas cadenas argolladas a sus muñecas: las cadenas
Un auténtico suplemento de pensamiento al de la dependencia económica. Y así sucesivamente.
horror que contribuyó a esclarecer aspectos esencia- Pero a lo que voy es que recién ahora, tantas déca-
les a la constitución subjetiva saludable del niño, a das después, reparé en el hecho de la profundidad con

2. Véase, entre otros, Psicoanálisis: identidad y transmisión. Gobierno Vasco, 2007.


3. Entre los que podemos mencionar, a título ilustrativo y no exhaustivo, el estudio de Marisa Rodulfo incluido en su libro La clínica del
niño y su interior ,Paidós, 2005, y de Juan Carlos Volnovich, Crisis social y sus marcas en la subjetividad, Laborde Editor, 2003. Por
fuera de nuestra disciplina parece ineludible el ensayo de Hugo Vezzetti, Pasado y presente, Siglo XXI, 2002.

239
Ricardo Rodulfo Contextos

que estaban inscriptas en mí todas esas imágenes y temor ni hostilidad; son abiertas, ambiguas. Es mi
frases, cómo se mezclaban con otras supuestamente pensamiento retroactivamente el que puede leerlas
más “primarias” –de acuerdo a las creencias del psi- con una mirada crítica, no el tono afectivo de estas
coanálisis clásico– como las de mi abuela o mi mamá inscripciones en sí mismas, que siguen dotadas de un
o mi primera amiguita íntima o las de los chicos de valor fálico, significante: si mi pensamiento tomara
mi barrio, tanto en lo visual como en los fragmentos por otros rumbos bien podría apuntalarme en ellas
de recuerdos sonoros: dichos, gritos, músicas de para profesar una fe político-religiosa como la que se
voces. Lo que advertí, inadvertido hasta el momento, encuentra tan a menudo ligada a estas y otras figuras:
era lo vívido, la nitidez sensorial de aquellas imáge- el niño que yo era las cargó tal como venían formate-
nes y palabras y sonoridades, una nitidez en nada adas en el discurso del gobierno de aquellos tiempos.
inferior a las de mis supuestos “objetos primarios”, y Conclusión: qué posible es lavarle la cabeza a
en yuxtaposición, a la par con ellos, no como sustitu- un niño pequeño, a fin de instalar en su cabecita
tos explicables invocando el carácter encubridor de imagos idealizados o repulsivos. No porque abone-
un recuerdo, pero sí con una fuerza plástica que mos la hipótesis ambientalista watsoniana de la
implica colaboración entre preconsciente e incons- tabula rasa, simplemente reconociendo los moti-
ciente. Sin duda, la repetición tenía que ver con la vos por los que la propaganda existe y tiene la enor-
sostenida vividez, si evocamos la constancia e insis- me eficacia que tiene, muy superior a cualquier
tencia de la actividad propagandística oficial en aque- pretendido amor a la verdad: el sujeto humano está
llos días, la frecuencia de la cadena nacional, los ine- inconmensurablemente abierto al otro, a lo otro,
ludibles noticiarios en los cines, la propagación dispuesto asimismo a hacer del otro, otro, de la
desenfrenada de afiches, etc. Después de todo, Lacan otra otra; y para colmo semejante abertura a lo cul-
ha dejado bien claro que el significante se hace tal por tural viene genéticamente asegurada, toda una
repetición, fundamentalmente. Goebbels se le había paradoja difícil de soportar para los analistas, espe-
adelantado por este camino: la propaganda, política o cialmente los de cuño lacaniano.
no, es el reino de lo significante. Añádase que, por vía Debo aún la explicitación de las circunstancias
familiar, yo no estaba particularmente expuesto a accidentales que determinaron esta toma de con-
ella, pues la mía era de tradición radical (por entonces ciencia. Una frase de la actual presidente justifican-
los “Contreras”, o “vendepatrias”, o también “cipa- do la denunciada actividad de adoctrinamiento polí-
yos”), habituado a escuchar críticas al gobierno, ade- tico en las escuelas primarias y secundarias en la
más de haber sido interrogado a los diez años, por dos necesidad, de acuerdo a su perspectiva, de “formar
hombres de civil que se llevaron detenido a mi padre argentinos”, seguida de un reforzamiento de tal idea
por presuntas –y de hecho falsas– actividades de feste- por parte de la figura líder de Madres de Plaza de
jo ante la muerte de Eva Perón. De modo que no sería Mayo, subiendo la apuesta al añadir que, como lo
tan fácil “lavarme” el cerebro, como se suele decir. había hecho la Iglesia, convenía iniciar esa práctica
Y sin embargo, he aquí la impresionante e de adoctrinamiento ya en el jardín de infantes. Una
impactante vigencia y brillo sensorial y significante manifestación doblemente sorprendente, primero
de todas aquellas cosas políticas, inseparables de por tratarse de una campeona de la militancia con-
las vivencias aparentemente más íntimas, entrela- tra el genocidio practicado por la dictadura militar –
zadas totalmente con ellas. es más prudente decirlo así que generalizarlo a una
Otro rasgo que ahora advierto: contrariamente militancia más amplia a favor de los derechos
a otros recuerdos e imágenes; éstas carecen de toda humanos–, en segundo término porque se salteaba
impregnación displacentera, no suscitan rechazo ni una producción argentina tan singular y valiosa y

240
Contextos Ricardo Rodulfo

pionera como la ley 1420, que al defender la ense- y más de un método para robar chicos y meterlos
ñanza laica defendía a la niñez de tan temprano en una historia falseada. La formación de argenti-
adoctrinamiento, al menos en el ámbito de la escue- nos es un caballito de batalla que también, a su
la pública. Por lo tanto Bonafini retrocedía a un propia manera, esgrimían Videla y Cía. El procedi-
tiempo anterior a la generación del 90, cuando esta- miento calca para peor lo del catecismo católico
ban autorizados formatos harto más autoritarios en citado por Bonafini, por cuanto se concentra y se
cuanto a la “formación espiritual”. contenta en reducir un niño a un prototipo de obe-
En su inmediata rápida articulación, ese par de diencia militarizada caricaturesco o a un dócil
frases me inquietaron lo suficiente como para evo- ejemplar de una de las incontables variantes del
car mi propia experiencia de niño adoctrinado, en peronismo apodada mediáticamente “kirschneris-
la que nunca había reparado por obra y gracia de un mo”, en tanto la Iglesia, al menos abonaba un tipo
pensamiento familiar que, malo o bueno, ejercía de ser humano bastante más amplio pese a todo –
cierta presión crítica acerca de lo que pasaba y des- y aunque no estemos de acuerdo con su prédica y
confiaba al mismo tiempo de militares, curas y de su política de catequesis–, un ser humano que, por
todo lo que tuviese improntas de fascismo. En estas primera vez en la historia, ya no quedaba ligado
tres desconfianzas quasi-prejuiciosas, las dos indisolublemente a una identidad étnica o política,
ramas británicas de mi familia –la una inglesa, como al hablar de romanos o de galos o de persas;
irlandesa la otra– pesaban decisivamente. Empero, un ser humano por primera vez globalizado como
el mayor mérito que hoy les reconozco es su pre- cristiano en oposición al pagano. Al menos este
caución en tampoco instruirme en una confianza proyecto, con toda la sangre que costó, respiraba
ciega por los radicales. una grandeza que se echa de menos en el afán de la
Reconocí allí todo un trabajo de reapropiación búsqueda de un ser argentino carente de toda vero-
de un niño, llevada a cabo para transformarlo en similitud y grotesco en su pretensión de poseer
un niño peronista sin que mediara ninguna posibi- algún tipo de “esencia”.
lidad de reflexión, por tanto de elección. Un trabajo
que no había surtido efecto pero que dejaba huellas V
de su accionar y de su paso por el psiquismo en ese Los chicos se rigen por un esquema simbólico klei-
manojo de figuras y de retazos de discursos y de niano (por su insistencia, Klein merece quedar
cánticos (yo recordaría siempre el Evita capitana, nombrada en este punto) cuya armadura es el eje
aunque nunca lo hubiese cantado). Seguramente bueno/malo. Si bien los chicos son un poco menos
muchos otros niños de mi generación cargados con maniqueos que la conceptualización kleiniana,
este chip activaron en su adolescencia o juventud puesto que en general mal disimulan su atracción
ese programa, que en la década del 70 se volvió una no tan secreta por el personaje del malo, que se
verdadera bomba de tiempo. El autoritarismo, la hace cargo de todas sus “pulsiones” prohibidas,
atracción inconsciente por él, acabó conjurando la violentas, desmesuradas; como desmesurado es lo
peor dictadura militar que hemos conocido, aliada que Freud localizó como deseo de ser grandes. Por
a otros factores, como de costumbre. Articulación eso mismo, los chicos no tienen, digamos, la
clave entre propaganda y compulsión de repetición. madurez para una posición política matizada, que
rehúya semejante reducción. Hay que decir, por
IV otra parte, que así como Freud describía gente gran-
Por este camino reencontramos la problemática de de que no había sobrepasado las primeras etapas
la reapropiación, pero ahora con más de un rostro del superyó, en las cuales éste requiere de un sopor-

241
Ricardo Rodulfo Contextos

te concreto asible y visible ahí para tener alguna reapropiables por excelencia. Su propensión a gozar
consistencia, numerosos adultos van a votar sin de ser colocados como objetos fálicos de un adulto
muchos más elementos que esa rudimentaria opo- o de una institución, refuerza una peligrosa facili-
sición. Son esos mismos que no pueden integrar lo dad para que se les reapropie su actividad pensante
suficiente como para reconocer las medidas positi- y deseante por parte de una intervención adoctri-
vas de un gobierno al que por otro lado le puedan nante lo suficientemente hábil e inescrupulosa.
formular severas objeciones. Tomemos nota de que dicha propensión se basa en
Los chicos, también, son particularmente fasci- la necesidad de reconocimiento, de ocupar un espa-
nables por símbolos y por significantes fálicos de cio en el deseo que fluye en el tejido social a través
poder, como por ejemplo el tamaño enorme de algo de diversos haces de mitemas, como los que colo-
o de alguien. El falo entra por los ojos. Encima de can al hijo con un pan –o un plan– bajo el brazo,
todo, su gusto por la libertad está contrarrestado por realización por excelencia de la vida adulta, inves-
una marcada ambivalencia que los hace temerosos tido con ensueños de continuidad impenetrable por
de ella, en plena basculación fóbica que nos hemos la muerte, más clon que heredero. Lograr un esta-
esforzado en caracterizar.4 A lo que habría que agre- tuto fálico en la jungla de la vida familiar y social
gar su disponibilidad para significarse a sí mismos parece una garantía, aunque no lo es. Es necesario
como malos antes que reconocer la maldad de los y es suficiente con ser el “falo”, decía Lacan, para-
grandes de quienes dependen, un rasgo que dificulta fraseando el discurso cartesiano.
seriamente su sentimiento crítico y su capacidad En suma, la prioridad del niño desde bebé es ser
para percibir hechos sin someter su percepción a un aceptado, incluido, integrado; esta prioridad absoluta
proceso renegatorio que la neutraliza, ahorrándole lo torna muy vulnerable a cualquier tipo de adoctri-
la angustia de sentirse expuestos a esa maldad, en namiento y en posición poco cómoda para un ejerci-
consonancia toda esta secuencia con la observación cio de la crítica. No porque cognitivamente sea inep-
de Lacan según la cual la culpa es la mejor defensa to para ella sino porque lo presionan otras urgencias
posible contra la mencionada angustia. Todo esto en función de que, dada su necesidad del encuentro
junto los hace verdaderamente inmaduros para la (del otro) como verdadera necesidad básica, su nece-
complejidad de lo político, poco aptos aún para sidad de reconocimiento no admite postergaciones ni
defenderse del poder y del poder del dominio que le deja opción. Por eso mismo, cuando un grande
tanto sobrepasa los vínculos humanos de otra quiere cuidar de él en el sentido de preservarlo de rea-
manera más plástica y saludable que la adaptación propiaciones excesivamente alienantes cuida con
a las reglas de juego vigentes; una cualidad que los todo esmero de que sus intervenciones educativas no
hace tan buenos sobrevivientes en la calle y en la establezcan lazos de sentido cristalizados e inamovi-
marginalidad, si bien a expensas de su potencial de bles.5 Se preocupará por transmitirle al pequeño la
invención de lo que, por estar ya ahí, requiere ser posibilidad y el derecho de tachar y no la intocabili-
creado por ellos para una apropiación fecunda. dad de un significante o de una formación de ideal
En definitiva, resisten la reapropiación más idealizada. Algo parecido a lo que Lacan llamaría cas-
desde lo inconsciente que en sus formaciones pre- tración simbólica, apelación equívoca teniendo en
conscientes supuestas como más racionales o lógi- cuenta el poder de lo simbólico y del símbolo en
cas. La asimetría de su posición política los vuelve general para configurar fetiches incuestionables.

4. Ya en textos de mucho tiempo atrás, como Estudios Clínicos, de 1992 (Paidós). Más recientemente, en Trabajos de la lectura, lecturas
de la violencia, Paidós, 2009, libro consagrado a una lectura de Winnicott.
5. Sobre este punto, que marca toda la diferencia entre una intervención de sesgo fascista con otra abierta y potencialmente democrática,
transversal, (véase de Jean-Luc Nancy su El sentido del mundo, La Marca, 2002) la cuestión del cierre del sentido –como cada vez que
se habla de un ser nacional o trascendental– es decisiva. En y desde Derrida, lo abierto del juego y de la interpretación opera una vigo-
rosa desmarcación de los viejos motivos de la metafísica occidental, el del ser entre ellos, señaladamente.

242
Contextos Ricardo Rodulfo

Acabamos de paso de proponer una diferencia apoya regularmente en grupos juveniles, como con
conceptual entre una formación (de) ideal y una sagacidad lo notó Winnicott en el caso del nazis-
formación de ideal idealizada, siendo la primera mo. De ahí el éxito de consignas anticulturales,
indispensable para la constitución subjetiva, mien- que armonizan bien con la rebelión contra los valo-
tras la segunda una complicación indeseable, mal- res tradicionales que diferencia lo propiamente
sana, de ésta. Cuando se dice, por ejemplo, de lo adolescente de la mera juventud.6 Es interesante
conveniente para un adolescente de interesarse en que esta correlación pueda descuidarse, como en el
la política, se está uno refiriendo a la primera caso de los “descamisados” o “grasitas”, cuando se
opción, la de formación ideal. Si en cambio se trata pone el acento en su condición mestiza y de clase y
de introducir la política en una sola dirección deter- no en su pertenencia a una generación que emergía
minada a priori, como en el caso del “formar argen- cuando esa figura histórica se estableció.
tinos”, se incurre, a sabiendas o no, (y sin importar Por otra parte, a esto se suma que, por obra y
que uno atribuyera a una tal fraseología las mejores gracia de una omnipotencia estructural, –es decir,
intenciones) en un deseo de reapropiación de la solidaria de una necesidad de cubrirse y no ser
libertad que el niño tendría derecho de tener. Y aplastados por la nueva percepción del desamparo
cuando esto se hace por ambiciones de poder per- propia del momento que atraviesan– que los vuelve
petuado e irrestricto, el hedor apesta. seducibles por concepciones tipo “todo o nada”,
sumarias y simplificadoras, que parecen resolverlo
todo sin demasiadas vueltas. La atracción de lo fáli-
VI co retorna aquí, y complica con un pliegue la opo-
Espontáneamente nos deslizamos sin aviso previo sición bueno/malo: entre un malo fálico y un
en la posición del adolescente, que por supuesto bueno castrado se inclinará la balanza del deseo a
tiene muchas diferencias con la del niño, incluyen- favor del primero, que contiene en sí nuestra propia
do una espontánea atracción que muchas veces se violencia enmascarada o justificada ¡Cuántas veces
pone en marcha por la dimensión política de la nos encontramos con adolescentes que, por ejem-
existencia. En principio juzgaríamos al adolescente plo, de toda la música que hay en este mundo ape-
como mucho mejor posicionado para una función nas rescatan una de las derivaciones del rock, lo
crítica, acorde con el tiempo que está empezando a demás ni merecería existir! Trasladado este afán
atravesar. Y claro que eso parece seguro, dada su reductor al orden político podemos anticipar con
pasión incendiaria por demoler mitos e ideales qué facilidad se operaría de modo idéntico, despre-
adultos, en particular los que le son familiares. Si ciando toda una serie de matices para embarcarse
el niño ya mostraba una apreciable perspicacia para en la propuesta más esquemática y maniquea,
captar procesos no tan evidentes de los grandes que sobre todo si viene adornada con cuantiosos índi-
lo rodean, esta cualidad se agudiza todavía en esta ces de certeza omnipotente. El interrogarse, el
nueva etapa de la vida. dudar, el poner en cuestión, está demasiado cerca
Pero no son todas rosas: el adolescente ama la de la inseguridad angustiada que los chicos y las
inversión por sí misma, y con suma lasitud la cree chicas encubren a menudo como pueden. Y si se
suficiente. Tal su talón de Aquiles. Intervenciones logra hacerles creer, por añadidura, que de ellos
doctrinarias rígidas que sepan explotar esta pasión depende la salvación del mundo contemporáneo o
por la inversión pueden manipularlo sin tanta difi- al menos del lugar donde viven, la propuesta rea-
cultad como se esperaría. No es accidental que todo propiatoria puede ser irresistible. El adolescente
régimen autoritario o directamente totalitario se puede entonces dejarse confiscar su apertura

6. Me he extendido sobre este punto particular en mi libro Futuro porvenir, Noveduc, 2008. Este desarrollo permite desmarcarse de una atri-
bución de adolescencia a alguien por el simple dato de su edad, expediente del todo insuficiente para una manera psicoanalítica de pensar.

243
Ricardo Rodulfo Contextos

potencial por un sello significante de pertenencia puede servir de reparo y de resistencia a esa rápida
que no pocas veces conjura atracciones mal repri- asimilación, sobre todo si el chico aprende a entrar
midas; así nos puede sorprender que a una edad y salir de los efectos de institucionalización perma-
donde la indisciplina sería tan esencial para lo nentemente activos y al acecho. Evoco aquí un
exploratorio en ciernes, se manifieste una inclina- paciente de quince años experto en esos ires y veni-
ción por semas de orden militar, que convocan a los res: se peinaba como de una tribu mientras se vestía
chicos a marcar el paso para marchar en línea hacia al estilo de otra y cultivaba la jerga de una tercera,
el objetivo que se ha reapropiado de su autonomía desconcertando a muchos pares, que no sabían
de pensamiento potencial. dónde ubicarlo. Seguramente no le preocupaban
De ahí el cuidado con que habría que expedirse demasiado las “esencias”, y con este esquema tácti-
–cuidado que una lectura desde el derecho puede no co hubiera podido encarar exitosamente la cuestión
poder hacer en virtud de la ingenuidad que campea de la nacionalidad, jugando una nacionalidad no
en su concepción de sujeto– acerca de propuestas nacional.
como la de otorgar el voto a los dieciséis años. No Tocamos con esto un punto capital: en cual-
para enredarse en una inútil discusión en torno a si quier nivel que se lo plantee, la intervención rea-
el chico estaría o no intelectual y afectivamente en propiatoria se dirige contra el jugar, sea para direc-
condiciones de: el verdadero problema es desde tamente aplastarlo con una represión sañuda, sea
dónde, a qué velocidad y en qué momento surge la para infiltrarse metastásicamente en él y manipu-
iniciativa o irrumpe invasivamente más que surge, larlo acorde a los destinos que dicha reapropiación
en el marco de un halagar a la “juventud maravillo- persigue. Por eso es sintomático de todo proceso
sa”, haciéndola olvidar de que ya fue enviada al donde prepondere un deseo autoritario el poner fin
matadero más de una vez y en más de un sitio. No al tono lúdico, a enfatizar antes bien todo lo que
sería lo mismo, verbigracia, abrir un proceso de iría: “en serio”, investido de una dramática o melo-
larga transición que motive a esos mismos chicos a dramática solemnidad y grandilocuencia, ajena a la
debatir el asunto, procurando llegar, tomándose mínima pizca de sentido del humor. El discurso
tiempo, a esos vastos sectores indiferentes que autoritario –a diferencia del específicamente forja-
viven más bien evasivamente en todo cuanto huela do por lo que podemos llamar, con ciertas reservas,
a proyecto anticipatorio y toma de responsabilida- occidental– no contiene en sí margen para el
des por parte de su desear y de sus prácticas lúdicas. humor. Y ésta es toda una amputación para los
Si primero no tienen la chance de jugar a la política, procesos adolescentes, que tanto se benefician de la
jugar la política, los adolescentes no pueden sino irrisión, de socavar los grandes sentidos que conju-
entrar a ella ya reapropiados por formatos, metodo- ra todo establishment, de la parodia y de la sátira
logías e ideologemas adultos que se empeñan en irreverente. Propender con ellos a una actitud de
utilizarlos para su propio provecho y dominación. reverencia es mucho reapropiar. Sería defendible
De aquí se desprende la importancia decisiva de jue- sostener que nada más sagrado en el hombre, a la
gos políticos regionales, del tipo de las militancias edad que fuere, que su capacidad de juego prolon-
en el secundario, si éstas no funcionasen ya excesi- gada en la compleja experiencia cultural del
vamente reapropiadas por, valga el ejemplo, la par- humor. En lugar de eso, las prácticas autoritarias o
tidocracia de los adultos y diera lugar más bien a totalitarias de apropiación sólo conservan de él una
delimitaciones e identidades sin nombre o con un sádica ridiculización del enemigo –figura ésta que
vocabulario inédito desde el punto de vista del de la condensa diversos gradientes de desacuerdo o de
política formal y oficial. La formación de tribus diferenciación, sin perdonar ni siquiera el apoyo

244
Contextos Ricardo Rodulfo

crítico y matizado–, una forma de burla humillante dinero, a la ganancia y al dominio que ello permite.
y/o descalificatoria, precursora de la pedrada o de De estar así ejercitados podrían hasta llegar a des-
otras modalidades de la violencia física. Para volver confiar –y sobre todo– de la misma falicización de
sobre un caso testigo, qué importante es que un la juventud que se les viene encima desde los más
adolescente juegue con la pretendida “esencia” de diversos lados, políticos o meramente económicos,
argentinidad y la dé vuelta, del derecho y del revés, que hacen de la condición de niño o de adolescente
sin respeto ni sacralización, denunciando así, la o de joven una suerte de no se sabe qué privilegio
pretensión totalizadora de todo nacionalismo. inefable en el que deberían estar montados pero,
Totalizadora y totalmente metafísica. claro, para obedecer consignas que van desde el
Un tercer factor a no olvidar conduce a un hán- ímpetu consumidor hasta la militancia en procura
dicap que da el adolescente por su habitual, no sólo de un ser nacional o latinoamericano. Pero esa
desconocimiento, sino subestimación de la historia pasión fálica ya la conocemos como corrompedora
y de la compulsión de repetición que la atraviesa por excelencia: vuelve tonto y ridículo al más pin-
como uno, al menos, de sus ejes estructurantes, en tado a poco que se baje la guardia. Nadie está exen-
más o menos abierta pugna con el trabajo histórico to. Y menos que menos en el terreno de la política
de la diferencia. Esta no mera ignorancia, actitud o de la politización reapropiadora.
de negación de su importancia, lo hace particular- Al adolescente deberíamos intentar ayudarlo –y
mente expuesto a diversos procesos de reapropia- no es tarea sencilla– a que no le baste ni se confor-
ción que se disputan ponerle apellido al adolescen- me con invertir los tantos haciendo del bueno de
te: un apellido que puede ser “argentino” o “mon- ayer el malo de hoy y viceversa, sino –paso mucho
tonero” o “guevarista “ o “maoísta” o “hippie” o más grande y dificultoso– a desconstruir esa polari-
vaya a saber cual otro. Apellido en fin. O Nombre- dad, negarse o resistirse a clasificar las cosas de este
del Padre, si lo queremos deletrear en jerga de mundo en ese régimen pueril, tan pueril como en
Lacan. Un ejemplo muy a mano lo proporciona su apariencia indestructible. Por su radicalidad, no
no saber de la arraigada tradición adoctrinadora del deja de ser una meta que puede atraerlo, si le ayu-
peronismo, que hace perfectamente congruente y damos a descubrirla y prueba de eso es que cada
nada descolgada ni impertinente la reciente propo- tanto hay adolescentes que hacen esto por su cuen-
sición presidencial pro-aleccionamiento en el ta y riesgo. Pero no es una trayectoria común y
ámbito escolar. Nada hay de nuevo ni de qué asom- corriente ni menos todavía algo que se consiguiera
brarse al respecto, por poco que se esté mediana- automáticamente por la vía de una “maduración”
mente informado de la historia desde la primera que, en el mejor de los casos, apenas si nos puede
presidencia de Perón en adelante, con La razón de prometer cierta normalidad cargada con todas las
mi vida en posición de libro sagrado. convenciones del caso.
Una cosa es el juego del significante, bien En este sentido, la fetichización de la “rebeldía”
demarcado por Lacan; otra muy distinta, la posibi- adolescente que pregona, todo el mundo se vuelve
lidad y el derecho efectivo de que (un sujeto o un una trampa para cualquier auténtica posibilidad de
grupo) se juegue con el significante sin considera- rebeldía verdaderamente rebelde, lo que no se hace
ción por las puntuaciones fálicas que lo escanden: copiando los gestos de rebeldía que muestra la tele-
por este camino, un adolescente o un joven pueden visión ni tomando en serio los prejuicios familiares
desmenuzar no pocos cantos de amor a la patria o al respecto. Para empezar, la rebeldía tan cacareada
a la libertad que sólo para mentes ingenuas a fuerza suele acotarse al campo de la casa paterna y del
de reapropiadas pueden disimular el amor craso al colegio, conviviendo con un notable grado de some-

245
Ricardo Rodulfo Contextos

timiento a ciertos grupos y a ciertos pares y amigos. En el principio, era la reapropiación… Punto de
Por este amplio orificio se vierte sin mayores pro- arranque de consistencia sólida para el psicoanálisis
blemas una intervención dogmática y militarizado- de niños.
ra que toma posesión de lo que hubiera sido el pen-
samiento propio, al menos como proyecto en el Bibliografia
horizonte, como trabajo a realizar. Derrida, J. (1982). La farmacia de Platón. En: La diseminación.
Imposible que lo expuesto agote las múltiples Barcelona. Anthropos.
Lo Giúdice, Alicia. (2007) Psicoanálisis: identidad y transmisión.
vertientes por las que estamos desde nuestro prin-
Gobierno Vasco.
cipio tan sujetos a los procesos de reapropiación Nancy, Jean-Luc. (2002) El sentido del mundo. Buenos Aires. La
que incesantemente se disputan la primacía en el Marca.

campo social, otro “detalle” a tener en cuenta para Rodulfo, Marisa (2005) La clínica del niño y su interior. Buenos
Aires. Paidós.
no empujar a un chico a pasar de la sartén al fuego Rodulfo, R. (2004) El duelo del padre. En: El psicoanálisis de
haciéndole creer que el segundo lo liberaría de la nuevo. Buenos Aires. Eudeba.

primera. Seguramente las redes sociales del Cyber —————— (2009) Trabajos de la lectura, lecturas de la violen-
cia. Buenos Aires. Paidós
proveen ahora de nuevas oportunidades de desmar- —————— (1992) Estudios Clínicos. Buenos Aires. Paidós
cación, al menos hasta que a su turno la reapropia- —————— (2008) Futuro porvenir. Buenos Aires. Noveduc.
ción no las sitúe en su mira, si es que eso ya no está Vezzetti, Hugo. (2002) Pasado y presente. Buenos Aires. Siglo XXI.
ocurriendo. Volnovich, Juan Carlos. (2003) Crisis social y sus marcas en la
subjetividad. Argentina. Laborde Editor.

246
Las declinaciones del padre
Silvia Ons*

En el Seminario “La ética del psicoanálisis”1, dice de la declinación originada por la misma incerti-
Lacan: “El mito del asesinato del padre es, efectiva- dumbre estructural sobre la paternidad.
mente, el mito de una época para la cual Dios está Con la escritura Nombre-del-Padre, extraída de
muerto. Pero si Dios está muerto para nosotros lo la religión católica, Lacan se refirió tempranamente
está desde siempre, y esto precisamente nos dice a un término que toma el relevo de un padre que
Freud. Nunca fue padre sino en la mitología del hijo, desfallece, anticipando así lo que muy posterior-
es decir, la del mandamiento que ordena amarlo” mente elaboraría como suplencia. Si el cristianis-
El psicoanálisis se inscribe en el marco del mo es la religión del hijo, esta religión se levanta en
“Dios ha muerto“ nietzscheano, al punto tal que se el espacio donde Dios ha dejado a ese hijo al aban-
puede afirmar que Freud levanta la figura del padre donarlo. En el Nombre pues de ese padre que ha
allí donde la cultura indica su decadencia. Es que el desamparado, el padre, ya en su constitución,
creador del psicoanálisis se afanó por afirmar la llama a la nostalgia; su nombre es trazo de su
preeminencia del padre en la constitución de la rea- ausencia y, paradójicamente, el Nombre-del-padre
lidad psíquica. Sin embargo, tal preeminencia no pasa a ser un soporte del ateísmo. Entonces, ¿cómo
debe hacernos olvidar que, cuando Freud recuerda pensar en su declinación, cuando el mismo
que Pater semper incertus, dice con esto que el Nombre-del-padre habla ya de esa declinación?
padre es un nombre cuyo referente no está garanti- Sin embargo, la lógica de esta estructura no le
zado por una verdad de experiencia, sino por la fe impidió a Lacan referirse al padre contemporáneo
en la nominación. Al respecto, Lacan agrega que como diferente del padre de antaño. Abundan en
“Freud no vacila en articular que lo que implica la Lacan las referencias epocales relativas a la cues-
fe, es en esencia, el nombre”2. Ya entonces, la pala- tión del padre, ellas van desde la consabida declina-
bra que nombra al padre se levanta en el horizonte ción de la imago paterna en “La familia”3, al ocaso

* Psicoanalista. Escuela de la Orientación Lacaniana y Asociación Mundial de Psicoanálisis.


1. Lacan, J; El Seminario, Libro 7, “La ética del psicoanálisis”, Bs. As, Paidós, 1988, p.215.
2. Lacan, El seminario, “De un discurso que no sería del semblante”,19 de junio de 1971, inédito.
3. Lacan, J; La familia, Ed .Argonauta, Bs. As, 2003, p. p 92-4.

247
Silvia Ons Contextos

viril que explica las relaciones sexuales contempo- cante amo rector. Su transferencia con el “profesor”
ráneas al estilo pequeño Hans,4 la tragedia en la tri- va de la mano con su “desvirilización”, dice Lacan
logía de Claudel representativa del “nuevo padre” que, será el hijo quién –guiándolo hacia lo que
como padre humillado, hasta la degradación del debería hacer como padre– logrará que después del
“nombrar para”5 donde se verifica la decadencia de tratamiento sea un poco más “hombre”.
la nominación de estos tiempos. Entonces, la cues- El caso preanuncia aquello que fue común en
tión del padre está atravesada por determinaciones determinada época: el uso del psicoanálisis para
estructurales e históricas. En este sentido, no nos comprender ilimitadamente al niño, “compren-
adherimos a la idea de Tort6, quien considera que sión” que en muchos casos fue en desmedro de la
Lacan ha montado al padre como un universal a- autoridad paterna, y el niño –en ocasiones– ocu-
histórico. pando el lugar de su superyó. Porque la ley no está
Detengámonos en las referencias citadas. En hecha para ser comprendida: “Lo dicho primero
“La familia” Lacan alude al debilitamiento social de decreta, legisla, aforiza, es oráculo, confiere al otro
la imago paterna, afirma que tal debilitamiento real su oscura autoridad.”8 El psicoanálisis ha
está condicionado por los efectos extremos del pro- levantado la figura del padre, pero uno de sus efec-
greso social, a punto tal que se acentúa en las tos ha consistido en pasivizar al psicoanalizante, el
comunidades más alteradas por estos efectos, con- padre sí, pero el del psicoanalizante.
centración económica y catástrofes políticas: Lacan y Miller acuerdan con la tesis de Kojève9
“Es posible que el sublime azar del genio no acerca de la desvirilización del mundo. Miller afir-
explique por sí solo que haya sido en Viena –centro ma que la idea del declive viril, incluso su desapa-
entonces de un Estado que era el melting-pot de las rición del mundo contemporáneo, no es pensable
formas familiares más diversas, desde las más sin el declive del padre. Este eclipse es lo que resta
arcaicas hasta las más evolucionadas, desde los del lado izquierdo de la fórmula de la sexuación
últimos agrupamientos agnáticos de los campesi- masculina, si obliteramos la parte izquierda de la
nos eslavos hasta las formas más reducidas del fórmula, es decir, si eliminamos el “al menos uno”
hogar pequeño burgués y hasta las formas más que haga excepción. La fórmula nos dice que el
decadentes de la pareja inestable, pasando por los hombre en tanto todo se inscribe mediante la fun-
paternalismos feudales y mercantiles– el lugar en ción fálica, aunque no hay que olvidar que esta fun-
el que un hijo del patriarcado judío imaginó el psi- ción encuentra un límite en la existencia de una x
coanálisis”7. que niega la función y, ello no es otra cosa que la
Respecto a Juanito, Lacan no duda en pronosti- función del padre10.
car una posición pasiva, aunque heterosexual, vin- El decir del padre debe recortarse como dicho
culando dicha posición con la ausencia del padre diferente que toma el relevo de la ausencia de funda-
real. Vemos perfilarse en el progenitor una de las mento: lo dicho primero decreta, es oráculo, confiere
posibles figuras del padre psicoanalizado, represen- al otro real su oscura autoridad. Miller asevera que si
tado por ese amable vienés que, deslumbrado por el esta excepción es eliminada queda entonces el
saber psicoanalítico, es incapaz de portar el signifi- “todos lo mismo” de la democracia; Kojève se refiere

4. Lacan, J; El Seminario, Libro IV, “La relación de objeto”, Bs. As, Paidós, 1988, p. p 418-20.
5. Lacan, J; El Seminario, “Los no incautos yerran”, sesión del 19 de marzo de 1974, inédito.
6. Tort, M; El fin del dogma paterno, Bs As, Paidós, 2008
7. Lacan, J; op. cit, p. 93.
8. Lacan; J; Escritos II “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo”, Siglo veintiuno editores, Argentina, 1985, p.787.
9. Kojève, A; “F. Sagan:” El último mundo nuevo”, Descartes N° 14, Bs. As, 1995, p.24.
10. Lacan. J; El Seminario, Libro 20 “Aún”, Bs. As, Paidós, 1981, p. 97.

248
Contextos Silvia Ons

a la Revolución Francesa y a su producto, Napoleón rechaza. Se complace en la negación, surge del


como el “último hombre”. Es interesante tener en vacío y crea el vacío. Lo trágico nace, por el contra-
cuenta que ningún político del Estado nacional rio, de la sobreabundancia, (como profusión y ple-
moderno ha seguido a Rousseau hasta sus últimas nitud). El hombre ensimismado va a la desespera-
consecuencias, salvo el caso de los revolucionarios. ción a través de una pérdida indefinida de sustan-
Robespierre predicó una virtud tomada de cia. La desaparición de la tragedia contemporánea
Rousseau consistente en la convicción profunda de se liga así al incremento de la desesperación.
que el valor de una política debe ser medido por el
grado en el que se opone a todos los intereses par- Del Nombre-del-Padre
ticulares: “el acuerdo de todos los intereses se cons- a los Nombres del Padre
tituye por oposición al de cada uno”. Virtud pues, Si bien Lacan siempre articuló la metáfora del
la revolucionaria, que oblitera el “al menos uno” Nombre-del-Padre con el padre muerto, no dejó de
del lado izquierdo, o sea la necesariedad de que el concederle a esa metáfora un dominio ilimitado. Es
padre se recorte del “para todos” como excepción. que si nos remitimos a su primera formulación
Más si es la misma excepción la que funda el todo, advertimos que ella metaforiza en forma acabada y
queda acaso el “todos lo mismo” de la democracia completa todo el deseo, al punto de suprimir el
o, más bien, ¿no se ve ella misma amenazada en deseo de la madre y donar plena significación fálica
sus fundamentos? al Otro del lenguaje. El Nombre-del-Padre hace a la
No hay que olvidar que la trilogía de Claudel es constitución del universal del código y también
la de una tragedia posterior a la Revolución posibilita que la particularidad del sujeto se inscri-
Francesa y que Lacan retiene principalmente en esta ba en ese universal, las resonancias hegelianas son
temática la noción de “padre humillado” pero sin evidentes. Así, las formaciones del inconsciente
definir mejor sus rasgos. No se sabe bien quién lo como mensaje, se articulan con el lugar del código
representa en las piezas de Claudel: ¿el papá en El gracias a la función del padre. En la psicosis, el
rehén?, ¿Toussaint Turelure muerto por su hijo? A neologismo resta como particularidad ilegible, en la
pesar de sus extensos comentarios, Lacan no aísla medida en que ha sido forcluída esta función. En
rasgos del padre tan precisos como los que marca en este sentido, sí comparto la opinión de Tort cuando
los casos de Edipo o Hamlet. Como si la imagen de habla del poder concedido al padre en el psicoaná-
nuestro padre contemporáneo resultara borrosa y se lisis; sin embargo, considero que ello corresponde a
resumiese en la de un padre humillado. la primera enseñanza de Lacan.
Lacan nos habla de la desaparición del senti- Así, la metáfora del Nombre del Padre posibilita
miento trágico contemporáneo: “El Edipo, sin el alcance –también metafórico– de las formaciones
embargo, no podría conservar indefinidamente el del inconsciente. Claro que el olvido del nombre
estrellato en una forma de sociedad donde se pierde Signorelli pone un tope al poder ilimitado de la
cada vez más el sentido de la tragedia.”11 metáfora12, al respecto Lacan señala que en lugar de
Emmanuel Mounier, muerto en 1950, creador en la metáfora surgen en Freud vocablos sustitutos;
Francia de la corriente llamada “Personalismo”, Boltraffio y Botticelli son restos metonímicos. Así,
nos dice que la desesperación es un sentimiento a la inversa del chiste, en el punto en el que se
individualista. Los grupos se encolerizan o desa- espera un término metafórico frente a la realidad
lientan, pero no desesperan. La desesperación refle- de la muerte, que es el Amo, el Señor (Herr) abso-
ja en todos los sentidos el geto que aísla, niega o luto y al que, como al sol, no se lo puede mirar de

11. Lacan, J; Escritos II, op cit, “Subversión.....” p. 792.


12. Lacan, J; El Seminario, Libro 5, “ Las formaciones del inconsciente,” Bs .As, Paidós, 1999,p.p 40-46.

249
Silvia Ons Contextos

frente; este término falta, hay un agujero metafóri- La inquisición perseguirá a los seudo-cristianos en
co. La muerte, pues, perfora el poder ilimitado con- forma sangrienta. El marrano es un ser desdoblado;
cedido a la metáfora paternal. Existen, entonces, católico sin fe, y judío sin doctrina. Muchos de ellos con-
otras fallas de funcionamiento del Nombre-del- siguen su libertad en Holanda, y allí pueden construir su
Padre, además de la forclusión, punto que Lacan no “Nueva Jerusalén”. En Amsterdam, particularmente, se
profundiza en ese momento de su enseñanza. les permite practicar su religión sin conflictos.
Es interesante partir del propio cuestionamien- Vayamos a la época de Spinoza. El mundo del
to de Lacan hecho a su primera formulación del siglo XVII estaba, por lo general, encerrado en cate-
Nombre-del-Padre, este cuestionamiento no es gorías firmes y absolutas. El que había nacido en la
explícito ya que está hecho en las críticas dirigidas Iglesia católica, sabía que con la gracia vencía al
a Freud. Como sabemos, Lacan considera que el pecado y preparaba su salvación. El luterano se sen-
grupo analítico estaba constituido como una iglesia tía justificado por la fe, el calvinista creía en la pre-
de la cual él fue excomulgado, y que los analistas se destinación divina, y el judío hallaba en el fiel cum-
agrupasen de esa manera, era responsabilidad de plimiento de la ley, la seguridad de la justicia.
Freud como padre del psicoanálisis. No es anodino Todos ellos eran hombres bien ubicados con rela-
que la expulsión de Lacan de la IPA se produzca en ción a un significante amo rector. Para el marrano,
el punto de la interrupción del Seminario sobre los no había categorías, se hallaba entre varios mun-
nombres del padre. Miller13 considera que fue el pre- dos. En su espíritu, ciencia profana y religión, cato-
cio que debió pagar por haber tocado al padre como licismo y judaísmo, estaban desunidos.
Uno, pasaje quizás del monoteísmo a una suerte de Encontramos aquí algo que nos conduce al ser
paganismo imperdonable, Lacan allí se compara con del analista. Esta cuestión no está solo determina-
Spinoza. da por su análisis. Ciertos destinos parecen más
Si analizamos las razones por las cuales Spinoza propicios que otros para llevar esa marca. Podemos
fue objeto del Kherem, encontraremos el punto de tal decir que ella es la del exilio en relación al Otro.
identificación. Es importante tener en cuenta el ori- Veamos las ideas fundamentales de Spinoza por
gen de Spinoza, que era al mismo tiempo judío, por- las cuales fue objeto de la excomunión.
tugués (el portugués era su lengua materna) y holan- Nada se opone a la idea de que Dios sea un cuer-
dés, ya que había nacido en Amsterdam. Era marrano po, ya que en la Biblia no se habla de su naturaleza
y, tal como lo plantea Carl Gebhardt14, su destino está inmaterial. Los ángeles no son sustancias reales y
determinado por el hecho de que su nación, como su permanentes, sino simples fantasmas. El alma como
religión, no fueron para él una realidad, sino un pro- vida no es inmortal, y en las Escrituras no hay nada
blema. Portugal había impuesto a los judíos el bautis- que certifique que lo sea.
mo y entonces los ascendientes de Spinoza se hicieron Luego de estas declaraciones, y de la identifica-
católicos. A estos conversos por fuerza los llamaron ción de Dios con la naturaleza, será acusado de
despectivamente “cerdos”, “marranos”. Como Judíos, ateo y excomulgado.
perseguidos; y luego, como católicos, segregados. Tal naturalismo implicaba una ruptura con la
En sus antepasados está la marca de la expul- sinagoga. Dios reducido a un cuerpo, los ángeles
sión, con anterioridad a la excomunión, y en con- despojados de su permanencia y el alma de su
sonancia con ella. Rasgo no anodino, en la compa- inmortalidad; si Dios es la naturaleza, Dios queda
ración que Lacan establece entre Spinoza y el lugar descentralizado del lugar que tenía, sacrilegio que
del analista como desecho. ocasionará su execración.

13. Miller, J; Comentario del seminario inexistente, Ed. Manantial, Bs. As, 1992, pp. 16-21.
14. Gebhardt, Carl; Spinoza, trad. Oscar Cohan Bs. As., Losada, 1977.

250
Contextos Silvia Ons

En relación a la excomunión, dice Miller que es El Seminario 10 “La angustia” ha sido ubicado
como si Lacan hubiera sido castigado por tocar el por Lacan como uno de sus seminarios más logra-
Nombre-del-Padre; como si los herederos de Freud dos. Se puede decir que es el Seminario de mayor
lo hubieran excomulgado por haber querido tocar al elaboración en lo concerniente a la conceptualiza-
padre construido por Freud, o, incluso por haber ción del objeto “a”, y que ello ha tenido consecuen-
tocado a Freud como padre del psicoanálisis. De cias clínicas y políticas. No es indiferente que al
ahí su comparación con Spinoza, que debió ser año siguiente su autor haya sido expulsado de la
sacrificado a la cólera de los herederos del padre. IPA como un objeto, según sus palabras.
Sin embargo considero que Lacan objetó no solo La excomunión se localiza en un punto muy
a Freud, sino a su propia teoría relativa al Nombre- preciso de la enseñanza de Lacan, en el que trata de
del-Padre, cuya religiosidad o mejor espiritualidad, conducir al psicoanálisis más allá del falo, hacia el
supera a la de Freud. La metáfora del Nombre-del- objeto “a”. No es casual que cuando ubicaba al ana-
Padre suprime la temática del goce, elimina el deseo lista en el lugar del Otro no fuera excluido de la
de la madre y elide aquello que en la madre respon- IPA, ya que desde esta posición el analista entra en
de en ella como mujer. Es la angustia la que cuestio- el campo del discurso universal. Pensarlo en cam-
na esta teorización, por ello será conmovida a partir bio a partir del objeto “a”, equivale a transformarse
del Seminario “La angustia”. Si la respuesta al deseo en una pesadilla de la que hay que liberarse para
del Otro pudiese resolverse al nivel del “todo fálico” seguir soñando. En el Seminario interrumpido
garantizado por el padre, no habría angustia. Si la sobre “Los Nombres del Padre” había dicho: “la
angustia abre el surco de esa “x” relativa al deseo del transferencia es lo que no tiene nombre en el lugar
Otro, es porque ella hace patente lo que en el Otro del Otro”. De esta manera podemos decir que la
no tiene Nombre-del-Padre. IPA, excluyendo a Lacan de la lista de nombres,
A partir del Seminario 10 se consuma el aleja- excluye lo que hay del analista.
miento de Lacan respecto a Hegel y el acercamien- Del Nombre-del-Padre a los Nombres del Padre
to a Kierkegaard; creo que tal orientación se vincu- supone, como vimos, el tránsito por la angustia.
la con los reparos del propio Lacan respecto al No por azar en el Seminario siguiente Lacan dife-
poder del Nombre-del-Padre. Imposible no retro- renciará el Nombre-del-Padre del pecado del
traernos a los cuestionamientos que el filósofo padre16 ilustrando este último en la figura del
danés le dirigiera al gran filósofo alemán. La exis- padre de Kierkegaard. La mancha del progenitor
tencia –dice Kierkegaard– no depende de la esencia hizo a sus tortuosos desvelos, marcó su desen-
ya que no es su especificación; la esencia es ideal y cuentro amoroso y fue objeto de su cavilación toda
por ello definible y pensable. La existencia, en la vida. El pecado del padre es un lastre que, a dife-
cambio, no es ideal sino real y por ello indefinible rencia del Nombre-del-Padre, no asegura una exis-
y no pensable. La verdad es la subjetividad, en la tencia pacífica.
que como existencia subjetiva se destacan la
desesperación, la angustia, el temor, el temblor y el El padre real
pecado15. En definitiva, Kierkegaard se levanta con- El cuestionamiento del Nombre-del-Padre
tra Hegel indicando que hay algo que en la dialéc- como Uno, el camino a la pluralización de los
tica no puede suprimirse, la angustia objeta así la Nombres del Padre no eliminó nunca para Lacan
ilusión de un universal que pudiese reabsorber lo la importancia decisiva del padre real. Si es el sig-
singular. nificante el que introduce la castración, ello no

15. Kierkegaard, S; El concepto de la angustia, Ed. Orbis, Bs. As, 1984, p. 111.
16. Lacan, J; El Seminario, Libro 11, “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis”.trad. Diana Rabinovich,, Bs .As, Paidós,1993,
p. 42.

251
Silvia Ons Contextos

sorteará jamás la relevancia del agente al que al dar una representación a su función de excepción.
Lacan denomina padre real15. Los modelos en matemática permiten pensar la
Si analizamos las fórmulas de la sexuación, la relación entre un sistema formal y su exterior, pasa-
función paterna no coincide exactamente con lo je de la mera formalización a la demostración. El
que en la primer parte de la enseñanza había con- padre como modelo de la función guía hacia una
ceptualizado como Nombre-del-Padre. En efecto, si exterioridad que excede la esencia fálica.
este último fundaba la significación fálica en el La equivalencia entre el síntoma y el padre
Otro, el padre como excepción constituye al todo, resulta aquí evidente. Recordemos que Lacan afirma
pero con la condición de negarlo. Es que el padre que “el síntoma es el sexo al cual no pertenezco, es
debe recortarse del todo, del “todos iguales”; distin- decir, una mujer”, y que “por el síntoma que está
guirse, en fin, del resto, el padre no es un hermano; soportado el Otro sexo”. Así, el síntoma puede pen-
el padre del Seminario “Aún” 17 se perfila mucho sarse siguiendo el nombre que le da Freud al llamar-
más nítidamente del campo del Otro. lo “tierra extranjera interior”, como Uno y como
En el Seminario 22 Lacan considera que la fun- Otro, íntimo y éxtimo.
ción de excepción del padre no alcanza, ya que es Dice Graciela Brodsky que habría dos maneras
necesario que esa función devenga modelo ¿Qué que- de entender la declinación del padre y que ellas
rría decir “modelo”? “Un padre no tiene derecho al pueden entrar en correspondencia con distintos
respeto sino al amor, más que si el dicho amor, el momentos de la enseñanza de Lacan. En efecto,
dicho respeto, está père-versement orientado. Es decir, desde la primera versión del padre, que desarrolla-
hace de una mujer objeto a minúscula que causa su mos en este trabajo, la declinación se identifica con
deseo”18. El padre es modelo de la función del síntoma el desfallecimiento de la autoridad, mientras que la
en la medida en que hay en él una apertura al Otro última versión del padre nos lleva a pensar que ella
sexo. La garantía de la función paterna se vinculará entra en equivalencia con la degradación del amor.
con el deseo del padre, un padre mucho más activo Con acierto Brodsky ve los signos de ese declive a
que en la primer parte de su enseñanza, en la que que- nivel de la relación entre hombres y mujeres, y se
daba limitado a los avatares del deseo materno. El pronuncia por la segunda versión. “La declinación
padre aquí no funda sólo el “todo fálico”, sino que del Nombre-del-padre sería en este caso, no mere-
conduce a lo que hay más allá del él, esa mujer que cer ni amor ni respeto por no consentir a una mujer
como objeto “a” hace que se perfile una causa externa en tanto ella está fuera del goce fálico”20
a él: el padre medio dice la verdad porque ella, una El padre orienta hacia lo hétero y es, en este
mujer, es no toda como la misma verdad. sentido, modelo de la función del síntoma. El con-
Los modelos en la ciencia19 no designan el resor- trapunto con la primera conceptualización se
te de su práctica, sino un elemento asignable en la impone a las claras, de un padre dependiente del
coherencia demostrativa. El padre no es modelo deseo materno a un padre que conduce hacia lo que
como ideal, sino que es modelo porque ejemplifica en la madre es mujer.

15. Lacan J; El seminario, Libro 17,” El reverso del psicoanálisis”, Bs. As., Paidós, 1992, p.131.
17. Lacan, J; op. cit, pp. 96-97.
18. Lacan, J; op. cit, pp. 96-97.
19. Badiou, A; El concepto de modelo. Siglo Veintiuno Argentina Editores .Bs. As., 19 72.
20. Brodsky, G.,”Padre, no ves que…” Dispar 6. Psicoanálisis y filosofía. Bs. As. Grama ediciones, 2006, p. 53.

252
Violencia – Sociedad – Estado
Violencia ciudadana – Teoría y Praxis.
Entre el semejante y el otro anónimo y ajeno.
La Personalización de los vínculos como factor humanizante

Marcelo N. Viñar*

Antes, hace un par de generaciones, (unas pocas ritas, los carozos y la payana o payanca, fueron los
décadas atrás o un segundo en la historia), las cosas antecedentes del billar, del truco, y más tarde del
parecían diferentes. La calle, la vereda y la escuela baile, y el queco, que marcaban los ritos de pasaje
pública –vareliana–, es decir, obligatoria, gratuita y hacia la pubertad. La vereda era entonces un lugar
laica, eran núcleos de integración social y ciudada- de convocatoria, de exploración y de socialización,
na, que hoy evocamos con nostalgia y tomamos de descubrimiento del distinto, en el color de la piel
como hito inicial de nuestra reflexión. o de clase social. Hoy para explicar ese fenómeno
Yo puedo evocar fácilmente el rostro y el nom- se habla de quintiles o deciles extremos de riqueza
bre de pila (del negro Ríos y el petiso Carneiro) con y pobreza.
quienes hace más de seis décadas me trompeé, “me Hablo pues del Uruguay mesocrático o híper
agarré a las piñas”, se decía entonces, a la salida de integrado que mentaba la generación del 45.
las escuelas. Yo era un nene de mamá, ellos man- Hoy, ese mismo ámbito, la calle, no es más un
daderos de almacén, lo que les daba una diferencia lugar que convoca, sino un lugar hostil, temido,
de musculatura y entrenamiento, de las que mi peligroso o desértico. Por algo convoca a los “sabios”
cuerpo y mi dignidad padecieron las consecuencias. diversos, a este espacio de reflexión en la Biblioteca.
Pero resultaba un entrevero de clases sociales de Yo lo hago como médico psicoanalista y alguna
alta eficacia simbólica, de alto rendimiento educa- experiencia en el campo educativo. La pérdida de la
tivo. Por alguna alquimia inexplicable, la descarga vereda como espacio integrador de socialización es
de violencia abría los caminos de conciliación y un hecho relevante de la urbe moderna, no sólo en
convivencia. La vida compartida en el espacio esco- nuestro país, sino (como lo señala Ph. Aries1), en
lar, en la clase, en el recreo o a la salida y en los todo occidente. Denuncia una sociedad fragmenta-
interminables juegos callejeros: el fútbol, mejor da o segmentada que da el carácter propio a la urbe
dicho, ‘la goseadera’, o el trompo, la bolita, las figu- contemporánea, salvaje y anónima. Lo pongo de

* Psicoanalista (APU).
1. Ariés, Ph.: «La infancia en occidente».

253
Marcelo N. Viñar Contextos

relieve para argumentar que el proceso educativo, y zarnos, o de interrumpir la personalización carnal
de trasmisión de valores ciudadanos, no requiere de los vínculos. Son un hecho civilizatorio irrever-
siempre la presencia y la acción de los adultos, sino sible, alabados sean. Sólo pido que nos detengamos
que la interacción del propio grupo etáreo es decisi- un momento a considerar su incidencia en nuestra
vo. La influencia del grupo de pares es tan impor- vida cotidiana, en los vínculos y el diálogo domés-
tante como el mejor de los modelos adultocéntri- tico, cualquiera sea la recomendación salubrista de
cos. No es correcto asimilar inclusivamente la edu- promover o de frenar la utilización de estos medios.
cación a la relación asimétrica de adultos hacia En todo caso quiero poner de relieve y destacar el
niños o jóvenes. La socialización entre pares nunca hecho archisabido: su potencia como formadores
puede ser sobrevalorada; y si no se usa es por sor- de opinión, de ideología, de sensibilidad y hasta de
dera, o conveniencia, por el miedo de adultos y valores e ideales.
gerontes a perder un lugar privilegiado de modelos Los medios masivos de comunicación han tras-
o referentes. Relación entre pares, tan decisiva en la ladado a la escena pública hechos y situaciones que
etapa adolescente de todas las clases sociales. durante siglos permanecieron secretos o clandesti-
Ya me zumba en las orejas la crítica de amigos nizados en los sótanos y oscuros laberintos de la
y adversarios: de que soy un nostálgico sesentista y vida privada. La lacra societaria del incesto, la vio-
que los muchachos de hoy no son como los de lencia doméstica, el despotismo patriarcal. Y sin
antes. Más allá de la justeza y legitimidad del argu- duda, esta denuncia pública, facilitada por los
mento, yo aprendí, con José Pedro Barrán y otros mass-media, es un avance indiscutible.
autores, que quien quiera entender algo del presen- En contraparte ya estamos domados y acostum-
te y proponerse un proyecto para el porvenir, sólo brados, y lo que ayer era escándalo, hoy es nuestro
puede hacerlo si se construye un pasado como pla- pan cotidiano. Sin siquiera desplazarnos al Coliseo
taforma de razonamiento. Es sobre ese fondo de para tener acceso al pan y circo, en la captura hip-
memoria que podemos relevar continuidades y nótica de querer ver y saber más, de robos, rapiñas,
cambios, y diseñar un proyecto del presente. Y de violaciones, catástrofes, genocidios y hambrunas
ese pasado, lo que es a rescatar es la personaliza- del planeta entero, el televisor nos aporta su dosis
ción de los vínculos. Todos éramos alguien para cotidiana. Sin duda, el informativo es un espectá-
alguien. El otro, el prójimo no era un ser anónimo. culo educativo y ejemplarizante. Y aún, hemos
Lo queríamos o le teníamos inquina, por tal o cual inventado un eufemismo para justificarlo y sacrali-
argumento, justificado o delirante, pero la encarna- zarlo, que llamamos libertad de información.
dura de su persona era patente, como para mí lo Libertad de mercado, nos lo enseñaba el locutor de
eran el Negro Ríos o Carneiro, que me propinaron canal 4: “No olviden, decía, que un canal comercial
las palizas más grandes de mi vida. Por lo menos de televisión es como un almacén de ramos gene-
hasta la dictadura. rales, se vende aquello que la gente quiere com-
En el ínterin, mientras la urbe crecía, y se hacía prar”. Y mientras que aquí, en la Biblioteca, somos
más grande y anónima, irrumpieron en nuestra unas decenas de personas tratando de pensar un
vida doméstica dos omnipresentes artefactos: el tema inquietante, hay miles en el circo consumien-
televisor y la computadora, y como no hay dos sin do una función, mientras consume papas chips y
tres, hoy se añade la telefonía celular. No voy a coca–cola para colmar el entretenimiento.
cometer la tontería de una cruzada contra los Los dueños del quinto poder son los predicado-
medios y los artefactos electrónicos, y demonizar res y profetas del tercer milenio.2 Y esta mutación
sus efectos de aturdirnos, adormecernos y estupidi- de la revolución informática se nos vino encima en

2. Baudrillard, Jean: «El crimen perfecto» (el hombre comunicacional) Anagrama, Barcelona, 1996.

254
Contextos Marcelo N. Viñar

pocas décadas.3 Son productos tecnológicos de la carne que sólo sabe mamar y oler y oír, que apenas
segunda mitad del siglo XX. Con ellos, la urbe ve y no puede moverse ni hablar, aún en esa prema-
crece y se vuelve anónima, la plétora de imágenes turidad ya tiene un nombre y una historia que lo
provocantes y la velocidad de la información y de encuadra en su filiación y su linaje. Y desde ese
los transportes, nos hace virtualmente aptos para esbozo inicial va a construir su existencia y su des-
acceder a todos los consumos, por la razón o la tino, donde el entorno será decisivo para modelar
fuerza. La contemplación de la pantalla sustituye, sus perfiles y cualidades. La delincuencia no es
reemplaza los innumerables encuentros donde el entonces un “hecho de actualidad”, como dicen los
otro tiene presencia carnal, presencia atrayente o medios, sino una historia de exclusión y de opro-
rechazable, gestos y hasta olor. bio. Ese es el ruido mediático a esquivar si se quiere
pensar seriamente el problema.
Los estudios en Psicología Experimental de
“Sólo dios está solo”, decía el Nobel Elie Wiesel, Stanley Milgram5, y en Historia Contemporánea de
desde su experiencia en el campo nazi de extermi- Christopher Browning6, son elocuentes y significa-
nación. “El hombre no lo está, y jamás debe llegar tivos en el tema que analizamos.
a estarlo”4. Yo comento esta cita a mi manera: Solo Stanley Milgram reclutó, con buena remunera-
dios (si existe) puede estar solo, si el ser humano ción, a estudiantes universitarios para una expe-
llega a esa soledad desolada, su humanidad se des- riencia famosa que ha tenido muchos elogios y
morona o degrada. Son los parias y desolados de condenas. Se les dijo –engañándolos– que se estu-
Arendt, los hombres supernumerarios de Marx, los diaría los efectos de la electricidad sobre el cuerpo
hombres superfluos de Ogilvie, las Vidas Desperdi- humano, debían estimular y observar las reaccio-
ciadas de Zygmunt Bauman. Y las lógicas de pen- nes a los estímulos, previa explicación de una esca-
samiento, de legalidad, de moralidad de los desola- la de intensidad, que iban desde voltajes suaves e
dos no tienen por qué ser las mismas que la de los inocuos en un gradiente progresivo de intensidades
hombres corrientes integrados al sistema. que incluían lo intenso, lo peligroso y lo letal.
Desde nacer hasta morir, los hombres nos confi- En verdad, los observados no recibían descarga
guramos como seres humanos en el espejo del rostro eléctrica, eran actores que simulaban los efectos
de otros seres humanos. La condición humana sólo es acorde a las diferentes intensidades. Otros actores
pensable en relación con otros humanos. El mismo simulaban ser investigadores universitarios involu-
sujeto puede ser cálido y tierno, o un monstruo asesi- crados en el progreso de la ciencia que estimulaban
no, en respuesta a situaciones extremas diferentes. a aumentar la intensidad para enriquecer la inves-
Vuelvo a la vieja distinción Aristotélica de Bios, tigación. Los investigados eran en realidad quienes
en la que los humanos compartimos la peripecia de pulsaban la máquina, que mediante la sugestión, la
todos los seres vivientes, (nacer, crecer, reproducir- sujeción a la autoridad, cedieron en un 80% a llegar
se, enfermar y morir); y Zoon, el hombre político, a estímulos peligrosos o letales.
hablante, dotado de lenguaje articulado y simbóli-
co, y sujeto a los efectos de vivir en sociedad.
En la condición humana el nosotros precede al Christopher Browning, profesor de historia contem-
yo. Cuando el ser humano es aún un puñadito de poránea en Washington, revisó los archivos de

3. Castells, Manuel: “Comunicación y Poder ”; Alianza Editorial, 2009.


4. Wiesel, E.: “La cité des hommes”.
5. Stanley Milgram; “Obediencia a la autoridad”
6. Browning, Christopher; “Ordinary Men: Reserve Police Battalion 101 and the Final Solution in Poland”, New York: HarperCollins, 1992.

255
Marcelo N. Viñar Contextos

Nuremberg hasta localizar al Batallón 101, quinien- nando contra la tradición de la psiquiatría crimino-
tos hombres corrientes de Hamburgo que no fueron lógica de colocar todo el peso etiológico de la conduc-
al frente de batalla por algún defecto físico menor y ta antisocial a factores endógenos, intrapsíquicos,
se les asignó inicialmente las tareas de la guardia quizás genéticos, que nos invitan o conducen a la
civil en su ciudad de origen. Decidida la solución taxonomía lombrosiana en detrimento de lógicas
final fueron asignados a Polonia para iniciar artesa- psicosociales. Nos empujan a la construcción de la
nalmente el exterminio de judíos, antes de los gases figura del delincuente antisocial, a su maldad here-
letales y los campos de concentración que perfeccio- dada o constitutiva: el narcisismo maligno, la frial-
naron e industrializaron ‘la fábrica de la muerte’. dad ante el dolor del prójimo. Eso es demasiado sim-
Décadas después de los acontecimientos, ple para ser cierto. No hay hombre aislado sino
Browning se proponía investigar cómo gente hombre en situación. “La humanidad de los hom-
común había participado con sus acciones en tan bres (Hannah Arendt) sólo se define y hace relieve
abominable proyecto, la matanza cotidiana de sobre la tela de fondo de su pertenencia al mundo de
mujeres, niños y hombres jóvenes y viejos, que otros hombres. Esta tesis permite escapar o superar
cavaban su fosa antes de recibir un tiro en la nuca. la trampa de una mismidad identitaria autoreferida,
Es empobrecedor resumir una investigación que nos ha atrapado durante siglos. Una identidad
rigurosa y un libro de cientos de páginas en su mismidad que desata la ficción solipsista de una
empeño insaciable en buscar los factores determi- raíz, de un origen único, transparente y excelso”
nantes que explique su conducta abominable y que Lo que procuro poner de relieve es: ¿no ocurrirá
antes y después de la guerra parecía transitar una algo de este orden en las pandillas de rapiñeros, que
vida socialmente aceptable. Extensas entrevistas a llamamos antisociales o infanto-juveniles, en una
más de un centenar de individuos buscando rasgos sociedad fragmentada y azotada por soledades y
sociopáticos particulares o tratamientos de fanati- desigualdades intolerables?
zación. Su conclusión es contundente y la expresa En un gobierno que se propone como brújula una
el título de su libro: Hombres Ordinarios. Sólo el sociedad más solidaria y equitativa son consideracio-
mimetismo y la sugestión de una legalidad local nes que vale la pena tomar en cuenta y analizar.
abyecta los llevó a participar de crímenes horroro- Existen desde el INAU, desde el MIDES, desde el por-
sos por el miedo a ser rechazados por sus pares y tal Amarillo, y la humanización del sistema carcelario,
quedarse solos o desolados. loables esfuerzos de rehabilitación que vale la pena
Son ejemplos extremos para ilustrar las variantes tomar en cuenta y que no desestimo en absoluto.
comportamentales en sujetos corrientes que coloca- Esfuerzos de rehabilitación ante el mal instaurado –
dos en coyunturas sociales peculiares, trocan su que en Salud Pública nos enseñaron a llamar
humanidad habitual –con sus virtudes y bajezas– en Prevención Terciaria–, donde la historia de la medicina
conductas abyectas y aberrantes. No estoy preten- ha comprobado que, aunque sean éticamente necesa-
diendo una explicación monocasual para la conduc- rias, son las más onerosas y las menos fructíferas.
ta antisocial reductible a la sociogénesis, a la
influencia de factores sociales externos al individuo
y determinándolo. Toda explicación monocasual de Yo quisiera destinar los minutos que me quedan a
fenómenos complejos es condenable. Y todos sabe- esbozar la utopía o la quimera de una Prevención
mos de la diversidad humana, de la disparidad de Primaria, aquella que apunta a atacar la enferme-
reacciones y respuestas frente a los mismos estímu- dad antes de que se produzca, a apagar el fuego
los y condiciones socioambientales. Estoy reaccio- antes de que haya un incendio.

256
Contextos Marcelo N. Viñar

En una sociedad fragmentada por sus desigual- convocante para púberes y jóvenes, abreva en la sed
dades y la incomunicación entre sus segmentos, en insaciable de socialización. Si la familia y la escuela no
una cultura de la imagen y del espectáculo, el desa- logran cumplir su rol de soporte y protección, no sólo
fío mayor no es sólo atender, o asistir o encerrar a en las necesidades materiales sino también afectivas y
individuos, sino crear los dispositivos, las acciones emocionales, las tribus y las sectas llenarán esa vacan-
y los procedimientos, que apunten a que el desola- te. Dufour los llama: prótesis del otro mayúsculo de
do vuelva a ser un sujeto en relación. Esta es la referencia. Los meninos de las favelas brasileñas
tesis central de mi desarrollo. No más silencio o aman a los dealers del narcotráfico, no sólo por dinero
escándalo, sino proyectos a largo plazo. sino por su hambre de reconocimiento. Y el enemigo
Como lo sabemos, al menos desde Hegel7, para común es el Estado y las fuerzas de seguridad. No hay
acceder a nuestra condición de humanos, el hombre que ser muy sagaz para entender esta lógica.
debe ser alguien para alguien. Este ser alguien para El desafío es crear otros focos alternativos de
alguien (desde nuestra condición de ser seres hablan- atracción para reclutarlos. El gobierno progresista
tes, seres dotados de palabras y emociones) es una debe entrar en competencia con el crimen organiza-
condición de vida tan necesaria e imprescindible do, y tiene que ganar el partido. No sólo en el deporte
como comer o beber. Porque sin una palabra interior del espectáculo y mercantil, sino aquel que cada juga-
y compartida, desmoronamos nuestra condición de dor es protagonista imprescindible y no sólo especta-
humanos y nos volvemos bichos. Dice Arendt, “Todo dor. Daniel Vidart, desde la antropología podrá expli-
pensamiento es un diálogo entre yo y yo mismo, pero car mejor por qué en Grecia las olimpíadas creaban
este diálogo interior de dos en uno, no pierde el con- un armisticio en las guerras en curso. La función
tacto con el mundo de sus semejantes: estos están en catártica de una violencia que requiere ser descarga-
efecto representados en el yo con el cual yo llevo el da. Para mí, a los 13 años, ganarle a Salto desde
diálogo de mi pensamiento. Lo que vuelve la desola- Paysandú importaba más que la Copa libertadores.
ción tan intolerable es la pérdida del yo que sólo Yo estaba lejos de ser Forlán pero dentro de mí, la
puede ser confirmado en su identidad, por la presen- magnitud del compromiso era de esa magnitud pro-
cia confortante y digna de fe de mis iguales”8. tagónica. Todos necesitamos ser mundialmente
Toda la literatura del Campo de Concentración famosos, al menos durante 15’, dice A. Warhol, tal es
Nazi o Staliniano converge en esta conclusión. Tan la avidez de reconocimiento del ser humano.
fuerte es esta necesidad de socialización –de ser
humano en el espejo de otros humanos– que cuan-
do esta necesidad perentoria no se cumple y cuan- ¿Cómo repensar la educación media (liceo) y la insti-
do esa valencia queda vacante, fabricamos prótesis tución educativa para la actualidad? Venimos here-
más o menos oprobiosas para colmarla. dando (herencia maldita) un sistema liceal lleno de
La historia contemporánea del país, de la región, agujeros: el empobrecimiento material y la masifica-
quizás del planeta, nos provee este regalo del crimen ción durante la dictadura, cuando casi la mitad del
organizado, de la pandilla delictiva o sociopática, presupuesto nacional se destinaba a la lucha antisub-
donde la insensibilidad ante el dolor del otro suele ser versiva (44%, decía Quijano en Marcha, si la memo-
el reverso de una historia de oprobio y exclusión, de ria no me falla). Ha llevado un lustro, quizás llevará
vivir la insoportable realidad de no ser nadie para una o dos décadas revertir esa declinación abismal y
nadie. Las maras y las pandillas, al menos su poder restituir la dignidad salarial y locativa. Pero sobre

7. Hegel: “Sólo reconocido por otros, y en el límite por todos los otros, es que un ser humano es realmente humano para él mismo como
para los otros”
8 Arendt, Hannah: Le Systeme Totalitaire; Seuil 1972, colección Points ; p.227-229.

257
Marcelo N. Viñar Contextos

todo ha declinado el prestigio y la mística de la fun- olimpíadas y campeonatos deportivos, a nivel local,
ción docente ¿Cómo rescatarla? En el plano periodís- departamental y nacional.
tico y mediático se escucha más la lucha por los car- Crear en la competencia, el melting-pot de gru-
gos directivos y la reivindicación salarial que el deba- pos heterogéneos marcados por diferencias medie-
te sobre actualización de la currícula y de la metodo- vales en ingresos y oportunidades. Como vimos en
logía docente. No soy quién para evaluar la capacidad la gesta sudafricana de la celeste, sólo el delirio del
docente en las asignaturas específicas. Lo que si entusiasmo deportivo es capaz de competir con los
puedo decir desde mi trabajo de dos lustros como ase- umbrales de hedonismo que propicia el consumo
sor del CODICEN en Convivencia Saludable y de drogas. Volvamos a las olimpíadas estudiantiles.
Prevención de la Violencia, es que en los docentes (y
es una micro observación que no se puede generali- “Yo no sé muchas cosas, es verdad
zar) prevalece una actitud evitativa frente a los temas Digo tan sólo lo que he visto
de convivencia; es decir, sostienen que no les con- Y he visto: que la cuna del hombre la mecen
cierne la prevención. Me insumiría un tiempo que [con cuentos…
no dispongo, dar ejemplos diversos para apoyar mi Que los gritos de angustia del hombre los ahogan
aseveración, créanme que no deliro. A mí me ha deja- [con cuentos…
do asombrado, por no decir atónito y desconcertado. Que el llanto del hombre lo taponan
También la deserción del ciclo secundario está en [con cuentos…
progresión constante y es un síntoma alarmante. Que los huesos del hombre los entierran
Que un docente no entienda la premisa de que su [con cuentos…
alumno va a la escuela tanto para aprender como para Y que el miedo del hombre
divertirse y pelearse, que estas funciones no son ha inventado todos los cuentos.
opuestas sino tan complementarias como comer y Yo no sé muchas cosas de verdad.
beber, me desconcierta y espanta. Que el gesto de Pero me han dormido con todos los cuentos (…)
Artigas en la Batalla de las Piedras, Piedad para los Y sé todos los cuentos”
vencidos, debe ser sintónico con el rostro de mi seme- León Felipe,
jante de hoy. Incluir la dimensión afectiva y emocio- “Sé todos los cuentos”
nal en el proceso de enseñanza y aprendizaje es la
mejor vacuna disponible hoy para la prevención de la
inseguridad ciudadana. Esto es lo que pienso y afirmo.
La descreencia de un sector de jóvenes en que el Bibliografía
sistema educativo los prepare para tener un lugar Arendt, Hannah. Le systeme totalitaire. Seuil. 1972. Colecccion
en el mundo. Los desertores de la educación formal Points.
Aries, Philippe. La infancia en occidente. Madrid. Taurus. 1987
se vuelven merodeadores de la institución educati-
(v.o. 1960).
va que han abandonado. Por supuesto que el esce- Baudrillard, Jean. El crimen perfecto (El hombre comunicacio-
nario no es homogéneo y la contraparte luminosa nal). Barcelona. Anagrama. 1996.

también existe. Pero la fractura entre sistema Browning, Cristopher. Ordinary men: Reserve Police Battalion
101 and the final solution in Poland. New York. Harper Collins.
público y privado sigue en progresión y es un factor 1992.
promotor de la sociedad fragmentada e insolidaria. Castells, Manuel. Comunicación y Poder. Madrid. Alianza
Editorial.2009.
Mi utopía en materia de prevención primaria de
Stanley, Milgram. Obediencia a la Autoridad. Bilbao. Ed. Desclée
la inseguridad ciudadana es el desarrollo de escue- De Brouwer. 2002.
las precoces de tiempo completo y el retorno a las Wiesel, E. “La cité des hommes”. Paris. Le Monde. Octubre 1996.

258
Con memoria y con deseo
Bronislaw Malinowski

Vida o muerte
de la sexualidad genital infantil

Bronislaw Malinowski (1884-1942), antropólogo polaco, fundador de la antro-


pología funcionalista moderna, realizó un trabajo etnográfico en las islas
Trobriand (al noroeste de la Melanesia), desde 1914 a 1917. Interesado por la
vida sexual de los melanesios, abordó la obra freudiana para aplicar los con-
ceptos psicoanalíticos a la antropología; para realizar, a la luz de los datos
etnográficos, una revisión y crítica de la universalidad de la teoría del comple-
jo de Edipo.
Malinowski observó entre los trobriandeses la existencia de una estructu-
ra social de tipo matrilineal, en la que la descendencia, el parentesco y todas
las relaciones sociales sólo alcanzan reconocimiento legal a través de la madre.
Descubrió que la vida sexual de dicha comunidad se encontraba, desde la
infancia, liberada de la reprobación adulta. Los niños descubrían su sexuali-
dad jugando con pares en comunidades infantiles a partir de los cuatro o cinco
años, hecho que permitía un desarrollo ininterrumpido de la misma produ-
ciendo la ausencia de latencia y neurosis. Malinowski sostiene que la omisión
de represión sexual edípica genera como consecuencia la inexistencia de
homosexualidad, perversiones, tics nerviosos, acciones compulsivas, ideas
obsesivas; entre otras. Estableciendo una relación entre constitución familiar,
grados de represión sexual y patología.
A-niñados alude a parecer un niño, a la pérdida de lo niño. Educamos por
carriles que alejan a la niñez de su vida sexual, imponiendo un modelo de

261
Claudia Lara Con memoria y con deseo

comportamiento asexuado pero a la vez artificialmente seductor, impregnado


de una sexualidad adulta que el niño no logra metabolizar. La sexualidad
irrumpe en el lenguaje al haberle sido denegado el despliegue en la realidad.
La satisfacción de la sexualidad genital infantil se encuentra prohibida al ser
considerada naturalmente incestuosa. Freud ubica al incesto en el terreno de
la naturaleza y su prohibición en los orígenes de la cultura humana: “Con las
prohibiciones que originaron frustraciones, la cultura inició su desasimiento
del estado animal primordial (…) Los deseos pulsionales que padecen bajo su
peso son los del incesto, el canibalismo y el gusto de matar”.1
¿Sería del orden de lo natural que la primera elección de objeto sexual de
un niño sea incestuosa? “El psicoanálisis nos ha enseñado que la primera elec-
ción de objeto sexual en el varoncito es incestuosa, recae sobre los objetos
prohibidos, madre y hermana”2.
¿Podríamos pensar que la satisfacción de la sexualidad genital infantil con
pares, también sería considerada incestuosa? Teóricamente sostenemos que su
prohibición es necesaria para evitar el incesto o la fusión con el otro o para pro-
ducir el nacimiento del deseo. Sin embargo, las observaciones de campo realiza-
das por Malinowski evidencian una realidad sustancialmente diferente y nos
conducen a cuestionar prohibiciones que muchas veces al ser naturalizadas
corren el riesgo de transformarse en dogmas. Más allá de qué mujer resulta
prohibida (ya que este es un indicador de la supremacía masculina por sobre la
femenina) o quién representa la ley; lo que consideramos digno de mención es
el despliegue de una sexualidad genital infantil liberada del control adulto.

Claudia Lara

La vida sexual de los niños3


Bronislaw Malinowski

“Los trobriandeses son muy libres y sencillos en que nunca es muy estricta. La idea de una discipli-
sus relaciones sexuales. La iniciación sexual de na regular o de un sistema de coerción doméstica
estos indígenas comienza en una edad muy tierna. no existe. Cuando los padres elogian, riñen o piden
En las islas Trobriand los niños gozan de una liber- algo a sus hijos se dirigen a ellos como a iguales. Y
tad e independencia considerable. Tempranamente jamás se da a un niño una simple orden que impli-
son emancipados de la tutela de los padres, tutela que la seguridad de una obediencia natural”.

1. Freud, S., 1927, T. XXI: 10


2. Freud, S., 1913, T. XIII: 26
3. Malinowski, Bronislaw (1975): La vida sexual de los salvajes, Sevilla, Ed. Morata, pág. 87-94.

262
Con memoria y con deseo Bronislaw Malinowski

“La idea de un castigo coercitivo es ajena y curiosidad, de su madurez, de su temperamento o


repugnante para el indígena. Uno de los efectos de sensualidad, es lo que determina su mayor o menor
esta libertad consiste en la formación de pequeñas propensión a las distracciones sexuales”.
comunidades infantiles, grupos independientes que “La actitud de los mayores, y aún la de sus
engloban naturalmente a todos los niños desde la padres con respecto a estas diversiones infantiles,
edad de cuatro o cinco años, y en los que permane- es la de una completa indiferencia o complacencia;
cen hasta la pubertad. Atentos únicamente a su pla- las encuentran naturales y no ven ninguna razón
cer, pueden quedarse todo el día al lado de sus para intervenir o reñir a los niños. El acto sexual
padres o ir a reunirse, por tiempos más o menos infantil es considerado una diversión inocente. Es
largo, con sus compañeros de juegos en su pequeña su modo de jugar a tener relaciones amorosas. Se
república. Y esta comunidad dentro de la comuni- regalan cocos, un trocito de betel, unas cuantas
dad sólo obra conforme a las decisiones de sus perlas o frutas, después de lo cual se van, se escon-
miembros, encontrándose frecuentemente en una den y tienen relaciones amorosas. No obstante, se
actitud de oposición colectiva contra los mayores. considera inconveniente el que los niños lleven sus
Cuando los niños han decidió, por ejemplo, irse de juegos a la casa. Para hacerlo se retiran siempre al
excursión durante todo el día, los mayores son bosque. La edad en que una niña comienza a diver-
impotentes para impedírselos. Siendo todavía tirse de este modo coincide con la primera vez en
pequeños los niños comienzan a comprender y que viste la faldita de fibra, es decir, entre los cua-
aceptar las tradiciones y costumbres de la tribu, las tro y los cinco años. Pero es evidente que esto sólo
restricciones de carácter tabú, las disposiciones puede referirse a las prácticas incompletas y no al
imperativas de las leyes de la tribu, las costumbres acto real. Sitúo el comienzo de la verdadera vida
relativas a la propiedad.” sexual en la edad de seis a ocho años para las niñas
“La libertad e independencia de los niños se y de diez a doce para los niños. A partir de esta
extienden también al dominio sexual. Los niños se época la sexualidad toma una importancia cada vez
inician unos a otros en los misterios de la vida mayor para asumir, finalmente, un carácter más
sexual, de una manera directa y práctica, desde la tranquilo con arreglo a la edad madura. El placer
más tierna infancia. Mucho tiempo antes de ser sexual o, al menos sensual, constituye si no la
capaces de realizar el acto sexual, saben lo que es la base, al menos uno de los elementos de las distrac-
vida erótica. Se entregan a juegos y diversiones que ciones infantiles. En sus juegos imitan las activida-
les permiten satisfacer su curiosidad respecto al des económicas o ceremoniales de los adultos o
aspecto y función de los órganos genitales, y diría- realizan juegos de destrezas o atletismo, también
se que, incidentalmente, derivan de ello cierto pla- juegan a la construcción de casas y a la vida de
cer. La manipulación de los órganos genitales y familia. En un rincón de la selva construyen una
algunas menudas perversiones, tales como la esti- pequeña cabaña con palos y ramas y una pareja o
mulación oral de estos órganos, son las formas típi- varias se instalan allí, jugando al matrimonio, pre-
cas de estos divertimientos. Dícese que los niños y parando la comida y realizando el acto sexual. Los
niñas pequeños son iniciados frecuentemente por chiquillos buscan insectos o flores raras que ofre-
sus camaradas de más edad, que les permiten asis- cen a las niñas. O realizan expediciones a la playa,
tir a sus propios retozos eróticos. Como están llevan provisiones, cuecen y comen legumbres, los
libres de la autoridad de las personas mayores y no muchachos realizan juegos de lucha o copulan con
tienen que obedecer a ningún código moral, excep- las niñas. Frecuentemente se ven niñas que juegan
to el tabú de la tribu, únicamente el grado de su y se pasean en grupos independientes o grupos de

263
Bronislaw Malinowski Con memoria y con deseo

muchachos que juegan entre ellos. Es importante niñez a la adolescencia está indicado por cambios
insistir sobre la no intervención de los mayores en físicos y su falda de fibra se hará cada vez más sun-
la vida sexual de los niños”. tuosa y elegante. En esta época se produce una rup-
“Cuando un muchacho alcanza, a la edad de 12 tura parcial de la familia. Los hijos e hijas mayores,
o 14 años, el vigor físico que acompaña a la madu- van a vivir a una casa para célibes: son casas para
rez sexual y un desarrollo mental suficiente para solteros de ambos sexos. En ellas pueden vivir dos,
poder tomar parte en ciertas actividades económi- tres o cuatro parejas durante un período más o
cas de sus mayores, deja de ser considerado como menos largo en una comunidad casi conyugal. Los
un niño y asume categoría de adolescente. jóvenes comparten el lecho, pero nunca toman sus
Adquiere un estado legal diferente que comprende comidas juntos, siempre se unen a sus padres o
ciertos deberes y privilegios, la observación más parientes para tomar su comida. Este grupo de
estricta de los tabúes y una participación mayor en jóvenes hace una vida feliz, consagrada a las diver-
los asuntos de la tribu. En las niñas el paso de la siones y a la búsqueda del placer”.

264
Del mito y la prohibición del incesto
Noemí Chena y Silvia Tulián*

El objetivo de este trabajo es, por una parte, tratar te, otras para develar significados inéditos de los
de abordar el lugar del concepto de mito en la obra mismos a partir del aporte del psicoanálisis y final-
freudiana previo a las consideraciones en torno a mente como fuente argumentativa” (5). El empleo
su universalidad. Por otra, introducir algunas refle- del mito se transformó en herramienta para acce-
xiones sobre el complejo de Edipo aproximándonos der a otro tipo de conocimiento. Acompañó el salto
a la prohibición del incesto como uno de los tabú- epistemológico que constituyó el descubrimiento
es principales; retomamos para ello los aportes del del inconciente.
antropólogo Bronislaw Malinowski. Existen dos fuentes del mito: dentro del psi-
quismo, como representante de estructuras fun-
El mito dantes del mismo, construcciones que alivien las
Freud acudió al mito para explicar o dar cuenta vivencias de indefensión, consecuencia de la cons-
de aspectos de la vida anímica; un constructo que titución como sujetos, y por otro lado, como
le permitió teorizar buscando formas de inteligibi- estructura nutrida de temas análogos y cambiantes
lidad, mediante una gramática de símbolos, cues- propios de cada cultura. Sujeto y cultura resultan
tiones que hacen a la condición humana. de este modo anudados en la dimensión mítica.
Así, la presencia del mito en la obra freudiana El mito es representación e imagen, una narra-
presenta varias facetas. Formó parte de su búsque- tiva que encierra una significación oculta, un rela-
da relativa a la subjetividad en fuentes distintas a to que recubre lo insondable. Rosenthal formula la
las que marcaban el carácter científico en su época siguiente pregunta: “¿Son los mitos productos
y contexto. Recurrió al mito y a la tragedia como a colectivos, que responden a preguntas sobre los orí-
los saberes artísticos y literarios para construir sus genes y, desde el origen de la humanidad, los que
teorías y hacer sus hipótesis. estructuran las singularidades de cada individuo, o
Freud utilizó la mitología: “a veces para desen- son las fantasías inconscientes de las personalida-
trañar el sentido de las formaciones del inconcien- des las que inventan los mitos en los cuales apare-

* Psicoanalistas (APC).

265
N. Chena y S. Tulián Con memoria y con deseo

cen las verdades eternas que responden las pregun- empleo del mito de Edipo en La interpretación de
tas de los humanos acerca de sus orígenes?“ (10). los sueños; como recurso donde la ciencia no alcan-
En 1897, finalizando la escritura de La interpre- za, en Más allá del Principio de Placer y como hipó-
tación de los sueños, Freud escribe a Fliess: tesis conjetural del enlace sujeto y cultura en los
“¿Puedes imaginarte lo que son los mitos endopsí- orígenes de la humanidad, en Tótem y Tabú.
quicos?” El más reciente engendro de mi trabajo Citamos lo expresado por Freud en su artículo
mental. La oscura percepción interna del propio Más allá del Principio del Placer: “Es verdad que
aparato psíquico incita a ilusiones cognitivas que hallamos una hipótesis así en un sitio totalmente
naturalmente son proyectadas hacia afuera y, de diverso, pero ella es de naturaleza tan fantástica,
manera característica, al futuro y a un más allá. La por cierto, más un mito que una explicación cientí-
inmortalidad recompensa, todo el más allá son figu- fica, que no me atrevería a mencionarla, si no lle-
raciones de nuestro interior psíquico. ¿Chifladuras? nara justamente una condición cuyo cumplimiento
Psicomitología” (4, a). Freud aborda los mitos con anhelamos. Esa hipótesis deriva una pulsión de la
las mismas herramientas conceptuales que se acer- necesidad de restablecer un estado anterior” (4, e).
ca a otros productos humanos, en un continuum En Tótem y Tabú (4, d), arma una hipótesis
entre los registros individual y colectivo. conjetural sobre los orígenes, la fuerza de la expli-
Va más allá en su preocupación por construir su cación no la extrae de la constatación empírica que
teoría sobre el psiquismo. En Psicopatología de la hubiera satisfecho a los historiadores. Es en la for-
Vida Cotidiana expresa: “Creo, de hecho, que buena mulación del mito donde se funda el origen de la
parte de la concepción mitológica del mundo, que cultura. Es decir, un modo de explicar la subjetiva-
penetra hasta en las religiones más modernas, no es ción, el pasaje de la naturaleza a la cultura y una
otra cosa que psicología proyectada al mundo exte- forma de resolver la tensión con la historia. Se
rior. El oscuro discernimiento (una percepción remonta a los orígenes que no puede sino inventar
endopsíquica, por así decir) de factores psíquicos y y describe lo que habría sido la primera forma
constelaciones de lo inconciente se espeja en la social reglada. Plantea el tabú del incesto, el deseo
construcción de una realidad suprasensible que la incestuoso y la prohibición, el parricidio y el tótem.
ciencia debe volver a mudar en psicología de lo El Edipo en sus dos vertientes, como mito y
inconciente. Podría osarse resolver de esta manera como complejo, incluye factores de índole intrapsí-
los mitos del paraíso y del pecado original, de Dios, quico pero también antropológicos, culturales y
del bien y el mal, de la inmortalidad, y otros simila- sociales.
res: trasponer la metafísica a metapsicología“ (4, c). Se vincula a conceptos, tales como fantasías ori-
Desde esta perspectiva la mitopoyesis es inhe- ginarias, prohibición del incesto, diferencia de sexos
rente a la existencia humana. El mito abre una y de las generaciones y angustia de castración. Es una
entrada hacia una dimensión del pensamiento reve- creación destinada a resolver conflictos, utilizando
lando algo que de otra forma no podría ser captado. símbolos que los disfrazan y a la vez los revelan.
De allí que algunos autores plantean que la versión Sobre el complejo de Edipo se han dado posteriores
freudiana de Edipo es tautagórica, ya que presenta interpretaciones, ha sufrido críticas y recepciones, se
aquello que no puede decirse de otra forma. Sería lo ha entendido como estructura y contenidos, e
una “representación auxiliar”, un modo de presen- indudablemente que ocupa aspectos tales como el de
tar cuestiones que hacen al psiquismo. Así distin- la subjetivación emergente y el de las neurosis.
guimos en su obra al empleo del mito como ilustra- El concepto de complejo (Edipo y castración)
ción de construcciones teóricas, por ejemplo, el alude al conjunto de representaciones inconscien-

266
Con memoria y con deseo N. Chena y S. Tulián

tes, ordenadoras del psiquismo. Remite a una con- moral cristiana, y acentuada por las condiciones eco-
dición estructurante. También encontramos fun- nómicas modernas de la burguesía acomodada. Sin
ciones como elementos fundantes de subjetividad. embargo se supone la existencia de este complejo en
Es la instauración de un otro entre el niño y la toda sociedad primitiva o bárbara” (8, a).
madre, de modo que se establece la alternancia pre- Nos interrogamos acerca de qué implica el
sencia-ausencia, o sea, condiciones de estructura y complejo de Edipo. Cuando Freud retoma la trage-
función con sus contenidos de índole fantasmático. dia y la universaliza, ¿hará referencia a la figura del
Dice Piret: “La cuestión es si esos fantasmas evolu- padre genitor, a la del progenitor, al supuesto “padre
cionan con las transformaciones sociales e históri- de familia” o a las representaciones inconcientes
cas difiriendo entre las diversas culturas“ (9). que dan cuenta de deseos universales, tales como el
deseo de una sexualidad sin límites, el deseo de
La prohibición apropiación y el dominio posesivo de los objetos
¿Cuáles son los pilares del Edipo freudiano y su amorosos que llevan a desear la muerte del rival?
concepción de universalidad? ¿Cuáles serían las cuestiones fundamentales edípi-
Pensamos que un primer soporte es la noción cas a revisar en diferentes culturas?
de mito y su particularidad simbólica, observable Uno de los puntos centrales del Edipo freudia-
en la obra freudiana, tanto en la figura del tótem, no es el temor al incesto y la prohibición concomi-
por ejemplo, como en el solo hecho de tomar una tante del comercio sexual con los próximos sanguí-
obra, una tragedia, como su mejor descriptor. neos. Sobre esto también habría bastante para pen-
Quizás lo ponderable sea la presencia del tabú y sar. Para Lévi-Strauss, la prohibición del incesto
la prohibición. Entendemos a ésta también de ori- modifica el estado de naturaleza y por su efecto se
gen simbólico y posibilitadora de la constitución de crea un nuevo orden. Los procesos serían concomi-
tabiques que habilitan la inscripción representacio- tantes: porque se incluye una regla que limita, es
nal y dan origen a la configuración de diferencias. posible entonces percibir una diferencia. Se habili-
El antropólogo Malinowski cuestionó la universali- ta un circuito de otra cosa (aquello por fuera de la
dad del complejo de Edipo. Alineado en el funcio- norma) y en este caso da lugar a la constitución de
nalismo, su enfoque sobre el mito es distinto al lo familiar. La norma constituye lo nodal de la
freudiano. Lo conceptualiza como fenómeno cultu- prohibición del incesto y para Lévi-Strauss: “El
ral con el que se justifica y legitima la realidad carácter social y cultural de la regla, y por lo tanto
actual, resolviendo las dificultades de la vida coti- arbitrario, explica la gran diversidad que asume en
diana. Por tanto, su vinculación no es con la pro- las diferentes sociedades, como en el caso del tote-
blemática religiosa o filosófica del hombre, no hay mismo, donde es imposible encajarlo en una sola
una dimensión simbólica del mito, sino sólo una categoría, por las diferentes formas en que se mani-
función de reforzamiento del orden, de las costum- fiesta en cada parte del mundo” (2).
bres y, por lo tanto, de la cohesión social. Para este autor, lo más importante no sería la
Nuestra interrogación atañe, haciendo un sesgo prohibición del comercio sexual entre algunos
en la lectura de Malinowski, al lugar de este conglo- miembros, considerados parientes, (ya que dicha
merado en el psiquismo y su vinculación con los pos- prohibición varía), sino la prescripción misma y
tulados antropológicos del autor. Malinowski postu- sus efectos. Lo que parece significativo son las
la: “El complejo de Edipo corresponde esencialmente movilizaciones sociales a que da lugar, en tanto
a nuestra familia patrilineal aria, con una desarrolla- genera el establecimiento de alianzas entre diferen-
da patria potestad, sostenida por la ley romana y la tes grupos y con ello se promueve el intercambio de

267
N. Chena y S. Tulián Con memoria y con deseo

bienes y se establecen alianzas de cuidado mutuo y go, lo que resalta es la posibilidad de engendra-
protección. miento por las fuerzas de la naturaleza, no corres-
La prohibición del incesto tiene para Lévi- pondientes a un humano particular. Es decir que el
Strauss (2) un carácter ambiguo y equívoco ya que, mito supone y exalta la fertilidad femenina y la
por un lado, tiene un aspecto cultural y, por el otro, idea de concepción o la maternidad disociados del
un aspecto natural: “Más que una regla que impo- comercio sexual con un varón, lo que conlleva la
ne restricciones es una regla que obliga a entregar exclusión participativa del progenitor masculino en
una hermana, o una hija, a otra persona”. Al calidad de tal.
mismo tiempo que circulan las mujeres (y por esto Comenta Apud (3): “Malinowski, consciente de
mismo), se instituyen relaciones de alianza, de esta diferencia metodológica entre un método
reciprocidad que organizan la vida social. La cultu- sociológico y uno interpretativo-simbólico, expon-
ra viene a introducir un orden que propicia la con- drá sus razones unas páginas más adelante: “La
formación de grupos y los intercambios. Se trata de tesis, según la cuál en una sociedad matriarcal el
sustituir el azar por la organización; ésta es la mito encierra conflictos de naturaleza específica-
intervención de la cultura por excelencia, el carác- mente matrilineal, resultará mejor avalada si se
ter pre-social de la prohibición del incesto, lo es en basa solamente en argumentos incuestionables
dos sentidos (7): “En primer lugar por su universa- (…) No necesitamos basarnos tanto en reinterpre-
lidad, luego por el tipo de relaciones a las que impo- taciones indirectas o simbólicas de los hechos (…)
ne su norma”. Las situaciones que nosotros entendemos como
Malinowki (retomado en un excelente trabajo resultado directo del complejo matrilineal pueden,
por Apud (3), formula algunas frases relativas al por medio de un manipuleo artificial y simbólico,
concepto de “los mitos de creación”, que aluden a adaptarse a una perspectiva patriarcal”.
una espontaneidad procreativa de la madre ances- La creencia de la fertilidad y la maternidad des-
tral, desligando de toda responsabilidad a la partici- ligadas de la idea de comercio sexual con un varón
pación de un padre fecundador: “Lo que más nos parecen excluir al genitor de la responsabilidad
interesa en ellos es que los primeros grupos ances- directa sobre los niños y, al mismo tiempo, tam-
trales, cuya aparición menciona el mito, están com- bién facilita la permisividad de la vida sexual fuera
puestos siempre por una mujer, a veces acompaña- de la prohibición.
da por su hermano, a veces por el animal totémico, Cabe mencionar que entre las pautas culturales
pero nunca por su marido. Algunos mitos describen de los Trobiand estudiadas por Malinowski, la pro-
explícitamente el modo de propagación de la pri- visión de alimentos y (en parte) el cuidado de la
mera antepasada. Ella empieza la línea de sus des- prole, es responsabilidad del varón; no para con los
cendientes por una exposición imprudente a la llu- hijos propios, sino con los de las hermanas. La
via, o porque mientras descansaba recostada en una temática de la alimentación y ser proveedor de la
gruta es traspasada por el goteo de las estalactitas, o misma revelan notoria importancia en esta cultu-
porque al bañarse la muerde un pez. De este modo ra. El alimento, su posesión, la demostración de su
‘la abren’, y un niño-espíritu entra en su seno y adquisición y la capacidad de alimentación supo-
queda embarazada. Así, en lugar de la fuerza crea- nen un lugar preciado en la comunidad.
tiva de un padre, los mitos revelan los poderes pro- Las madres, fecundadas por las “fuerzas de la
creativos espontáneos de la madre ancestral”. naturaleza”, son sostenidas, entonces, económica y
La similitud simbólica entre estos elementos afectivamente por su hermano o un familiar de la
penetrantes y la virilidad son notorias. Sin embar- línea materna en caso de que no existiera aquél,

268
Con memoria y con deseo N. Chena y S. Tulián

quedando así la manutención y el cuidado a cargo la impronta cultural va tiñendo los mandatos, exi-
de la familia materna. gencias y aspiraciones de los diversos modos cultu-
¿Cuál sería el lugar del varón, pareja sexual rales. La existencia de la neurosis alude y conlleva
pero no proveedora ni sostenedora de la prole ni de la premisa de conflicto, de transacción y de susti-
la mujer? La libertad en el ejercicio sexual parece tución. Pero para que exista el conflicto debe habi-
ser el beneficio disociado de la responsabilidad eco- litarse la categoría de lo prohibido, es decir, algo de
nómica y moral ante la esposa y la propia prole, no la diferencia que cliva y marca espacios.
obstante, este hombre se hará cargo también de De cualquier modo, el “contenido” de lo prohi-
otra mujer (…) su hermana. bido, aún lo incestuoso, puede ser efecto de vicisi-
Los modos entonces en que se ejercitan los vín- tudes propias del devenir de los modos culturales.
culos de sangre, parecen adoptar particularidades Lo que parece ineludible y universal es la existen-
que se relacionan, no tanto con la consanguinidad cia de un tabú que preserva.
y el tabú del incesto, (que efectivamente está en la
base como articulador) sino con las pautas cultura-
les en la organización económica, la división del Bibliografía / Notas
trabajo, el cuidado de la prole y la manutención de 1. Antropología en www.altillo.com. UBA. Psicologia. Bajado
5/7/2012.
la misma.
2. Antropología-online.blogspot.com.ar. UBA. Psicología. Bajado
Lo que es universal es la existencia de reglas 15/7/12.
que ordenan y determinan lugares, prohibiciones y 3. Apud, Ismael. “Cultura, personalidad y psicoanálisis. Sobre el
debate entre la antropología y el psicoanálisis a la luz de los datos
tabúes según pautas propias de cada cultura. etnográficos”. http://letras-uruguay.espaciolatino.com/apud/cultura.
En tanto lo que prima como temor se vincula htm.
primordialmente a las pulsiones autoconservativas 4. Freud, Sigmund. Obras Completas. (1985). Ed. Amorrortu.
a. Fragmentos de la Correspondencia a Fliess. (1892-1899).Vol. 1.
y del yo, la sexualidad y lo amoroso parecen no ser
b. La Interpretación de los sueños. (1900). Vol.4 y 5.
un tema conflictivo. Las elecciones de pareja matri-
c. Psicopatología de la Vida Cotidiana. (1901.) Vol.6.
monial se relacionan básicamente con aspectos que d. Tótem y Tabú. (1913). Vol.13.
son de interés de la comunidad. e. Más Allá del Principio del Placer. (1920). Vol. 18.
En lo que atañe a la constitución del Súper Yo y f. Moisés y la Religión Monoteísta. (1939). Vol. 23.
a las identificaciones que contienen el producto de 5. Krasnogor, Rafael. El mito como fuente interpretativa. En
www.el sigma.com.site.
la conflictiva edípica, pensamos que hacen referen-
6. Lemlij M. (2011). “Notas y variaciones sobre temas freudianos”
cia, tanto a la internalización de ideales, normati- Ed. Sidea- Lima Perú...
vas y pautas propias de la conflictiva amor-odio 7. Lévi -Strauss. 1993-“Las estructuras elementales del parentes-
co”, Ed. Paidós. España.
hacia las figuras primordiales (o de quienes ocupa-
8. Malinowski, B.
ran ese lugar), como a los mandatos propios de las a. (1974) Sexo y represión en la sociedad primitiva. Ed. Nueva
culturas. Visión, Buenos Aires.
En nuestra época, el malestar no parece vincu- b. (1975) La vida sexual de los salvajes. Ediciones Morata.
c. (1995) Los argonautas del pacífico occidental. Ediciones
larse a la coerción por los ideales (excepto los del Península, Barcelona
mercado) ni por la culpa ante el padre. El imperati- 9. Piret, Bertrand. Del mito de Edipo al mito del declive del padre:
vo existe pero adoptando la coloratura propia de los una controversia actual en psicoanálisis. www.publicaciones en
línea. Asociación Palabra sin Frontera.
desarrollos tecnológicos, científicos, económicos de 10. Rosenthal et.al. (1995) Mitos. Interpretación psicoanalítica.
nuestro tiempo. Entendemos que del mismo modo Gepmal. Bs.As.

269
Leyendo
Leyendo

Pedirles a los psicoanalistas que nos cuenten qué están leyendo es una forma de adentrarse
en el vasto universo de lo publicado en psicoanálisis. Más cerca del intercambio entre
colegas que de la recomendación, esta sección dedicada a las lecturas guarda entre sus
páginas un doble propósito: escuchar a los psicoanalistas sobre sus lecturas y, así,
acompañar recorridos por librerías y bibliotecas.

Beatriz Gallo
Pertenezco a la categoría de
lectores que siempre tenemos
entre manos varios libros (y de
papel).
Ahora releo una biografía de
Marguerite Yourcenar escrita
por Michèle Goslar que lleva
por subtítulo: “Qué aburrido
hubiera sido ser feliz”.
Esta extraordinaria M Y, la
primera mujer admitida como
Miembro por la Academia
Francesa, la autora de
Memorias de Adriano y otras
novelas incomparables, tuvo Leo lentamente una comple- “La constante realimentación del
una vida apasionada y tristísi- ja obra de André Green: El pensamiento psicoanalítico en la
ma, signada por la muerte de su tiempo fragmentado. experiencia psicoanalítica de una
madre en su nacimiento. El psicoanálisis -dice Green- idea del tiempo que no sólo le
Otro libro que he leído en ha renunciado a la idea del pertenece a él, sino que además
los últimos meses es “La inven- tiempo como una sucesión es desconocida fuera de él. La lla-
ción de la soledad” de Paul ordenada según la tripartición mamos tiempo fragmentado.
Auster. pasado-presente-futuro. La Me he sorprendido inten-
Una mañana de 1979, Paul “fragmentación de tiempos” tando contarles algo acerca de
Auster se enteró de que su (esa mezcla de tiempos que per- estos libros en unas breves líne-
padre había muerto. Y comenzó manentemente surge del trabajo as. Quizá resultado de mi reco-
a escribir esta novela que, como analítico) es el resultado del tra- nocimiento a sus autores, que
él dice, fue el comienzo de todo. bajo inconsciente. me han permitido el placer de
(Imposible dejar de pensar en Persigue la idea a lo largo de compartir emociones y conoci-
Freud). la obra de Freud, definiéndola así: mientos intensos.

272
Leyendo

Leonardo Peskin ser humano. Para alegorizarlo se


Reseña sobre el debate de refiere a qué acontecería en ese
M. Foucault con N. Chomsky: sentido con un marciano, viendo
Obras esenciales de Michel como el terrícola es capaz de
Foucault, en especial sus deba- transformar unas pocas predis-
tes con otros filósofos e intelec- posiciones en la complejidad de
tuales, uno de ellos es con lo humano. Las críticas a este
Noam Chomsky. tipo de argumentos serían que
Voy a intentar destacar algún ese marciano probablemente lo
rasgo del mismo que conserva represente como sujeto a él
mucha actualidad, porque mues- mismo, el asunto es que no se
tra una contraposición típica percata de este orden de subjeti-
entre dos posiciones teóricas y vidad. En esto se refleja el modo
éticas muy opuestas. Creo que, en que está implicado en sus
además, no es casual que uno propios argumentos con su per-
represente el pensamiento norte- sona. En cambio pareciera que
americano y otro el europeo. Foucault, aunque defiende qui-
Como comentario comparativo, zás con demasiada obstinación
en la actualidad esta contraposi- el determinismo histórico y cul-
ción la encontramos en el tural del sujeto, es más cuidado-
campo de la psicología entre los so en el uso de las palabras y los
enfoques biologicistas, que invo- argumentos.
can como causa la genética y los Son muy vastos los temas
neurotransmisores, y los que que toma este “diálogo” como
proponen un sujeto, al modo del para que yo los comente en tan
que describe Foucault, más breve espacio, pero podría afir-
determinado por las circunstan- mar que entiendo que algunas
cias históricas y del inconscien- cuestiones no están tan polari-
te. Además de la propuesta de lo zadas como se delinea en este
innato como determinante del debate. Podríamos decir que
sujeto humano, Chomsky plan- cabría alguna posibilidad de puja por el poder, tal como lo
tea aspectos morales, quizás con reconocer que lo innato de la describiría el propio Foucault.
cierta ingenuidad, si se considera especie la predispone a respon- En definitiva es un debate his-
a la moral como un hecho cultu- der a la organización del len- tórico que motiva a muchos
ral imaginario. También plantea guaje donde se inscribe como comentadores y sirve de modelo
lo natural como algo obvio, sien- sujeto y ambas cuestiones no de discusión, quizás frustra,
do que lo natural sería cultural son excluyentes. Por lo tanto, porque al fin y al cabo no se
según las convenciones simbóli- quizás como acontece en logra un auténtico intercambio
cas de cada discurso. Inclusive muchos debates en el ámbito cediendo posiciones ambas par-
propone lo que diría un observa- “psi”, la toma de posición tes. Esta dificultad me llevó a
dor externo si viese la riqueza de demasiado categórica responde pensar en lo sabio de las series
códigos que es capaz de crear el a una estrategia política en la complementarias freudianas.

273
Leyendo

Marcelo Viñar (o ficciones teóricas) que apun- Eduardo Kopelman


• Errancias (Freud y Lacan tan a explicar la génesis del yo y
en los pagos de San José de del nosotros o si se quiere, del Cara a cara. Entrevistas
Mayo) - Trilce 2011: de mi sujeto singular y/o plural, que Profanas, Ed. SIDEA, 2011.
amigo Daniel Gil, médico, pero piensan el psicoanálisis y las
que viene al psicoanálisis desde ciencias sociales. Una vista Las entrevistas configuran en sí
una larga formación filosófica, panorámica de 200 preguntas mismas un género particular. La
recoge de la herencia freudiana de dos siglos de reflexión, con condición de profanas le augu-
y lacaniana algunos puntos cru- las virtudes y defectos que el ran un plus de interés para el
ciales del descubrimiento y/o compacto impone sobre todo lector. Y su lectura acerca al lec-
construcción del objeto del psi- porque dialectiza en vez de tor a una perspectiva muy dife-
coanálisis y los trabaja desde dicotomizar esa compleja rela- rente a la que está acostumbra-
una cultura y sensibilidad local, ción entre el sujeto de la intimi- do. Esto es, no es ni un ensayo
no eurocéntrica: dad (singular) y el de la cultura teórico, ni es un caso clínico, ni
• El informe Brodeck, una (plural). un texto sobre un tema previsi-
novela de Philippe Claudel: Un ble. En todo caso, es la posibili-
título inexpresivo para situar dad de aproximarse a una cierta
algún pueblo montañoso en un intimidad del personaje, en un
país limítrofe con Alemania, en contexto de frescura y esponta-
un tiempo equívoco que luego neidad. Tanto más cuando el
se especifica gradualmente en entrevistador es Moisés Lemlij,
los años posteriores al nazismo, y los entrevistados Ricardo
para construir una elocuente Etchegoyen, Andrés Rascovsky,
alegoría del odio básico y ances- Max Hernández y Marcelo
tral a la alteridad en su doble Viñar. Excelente libro, de lectu-
dimensión social (realista) y ra atrapante y cuya segunda
fantasmática. El carácter frag- parte ya está editada.
mentario y discontinuo de una
narrativa que descompone la
linealidad cronológica del rela- • El arte de reducir cabezas
to, crea un espacio intermedio de Dany R. Dufour (Ed. Paidós),
entre realismo y ficción que servidumbre del hombre libera-
impacta tanto o más que los do en la era del capitalismo
testimonios de la literatura con- total. Una rica semiología de
centracionaria. ciertos rasgos de los tiempos
• El erudito e inagotable T. que vivimos, en contraste con
Todorov que descubrimos en "El el sujeto crítico y neurótico pro-
descubrimiento de América o la pio de la modernidad. Más allá
cuestión del otro”, escribe en La de muchos acuerdos y algunas
vida en común (La vie commu- discrepancias, una exposición
ne), Edición Taurus 2008 - una lúcida y clara, que estimula a
apretada sinopsis de las teorías pensar.

274
Reglamento de Publicaciones

Reglamento de Publicaciones

Si bien Docta es fundamentalmente el medio de expresión de las ideas de los integrantes de la APC,
podrán publicarse trabajos de analistas pertenecientes a otras instituciones de IPA y de fuera de IPA,
en una proporción a determinar para cada número por el Comité Editor.

Los trabajos a publicar serán preferiblemente inéditos y redactados en castellano. A juicio del Comi-
té Editor podrán editarse trabajos publicados previamente pero considerados de especial interés, o
presentados en congresos, mesas redondas, etc., citando lugar y fecha donde fueron expuestos origi -
nariamente.

En caso de incluirse trabajos con viñetas clínicas, el autor tomará medidas para preservar absoluta-
mente la identidad de los pacientes, siendo exclusiva responsabilidad del autor el cumplimiento de
los procedimientos para lograr tal finalidad o bien obtener su consentimiento.

Las opiniones de los autores de los trabajos o de las personas entrevistadas son de su exclusiva res-
ponsabilidad. Su publicación no implica de modo alguno que el Comité Editor o el Comité de Lec -
tura compartan los conceptos vertidos.

Los trabajos se presentarán en archivos de Word. La extensión de las presentaciones no deberá


exceder las 15 páginas A4, for mato Times New Roman tamaño de fuente 12 con interlineado a
doble espacio.

En la primera página se incluirá el título del mismo y los nombres del autor o los autores. En pági-
na aparte, junto al título del trabajo, se adjuntará una breve descripción curricular de los autores y
datos de contacto (teléfono, fax, dirección electrónica). Se adjuntará también un resumen en caste -
llano de las principales ideas, redactado en tercera persona y de aproximadamente 150 palabras.

Se incluirán todos los datos de referencia de las publicaciones citadas, poniéndose especial cuidado
en aclarar cuando se trata de citas de otros autores, y en que las mismas sean fieles al texto origi-
nal. La bibliografía deberá consignarse al final utilizando el sistema internacional conocido como au -
tor (fecha), según el siguiente modelo:

Barthes, Roland (1993) Fragmentos de un discurso amoroso. México: Siglo XXI.


——————— (1995) El placer del texto y lección inaugural. México: Siglo XXI.
Paz, Octavio (1991) “La palabra edificante”. En: Los signos en rotación y otros ensayos. Madrid: Alianza,
págs. 34-58.

Si se trata de un artículo de revista o de publicaciones periódicas:

Gottdiener, M. y Joe R. Feagin (1988), “El cambio de paradigmas en la sociología urbana”. Sociológica, año
5, núm. 12, enero-abril, 1990, págs. 209-236.

275
Reglamento de Publicaciones

Si se trata de un artículo tomado de un sitio web:

Cousillas, Ana María (1996): Medios de comunicación y folklore.


www.naya.org.ar/articulos/identi03.htm

Cuando se incluya una referencia bibliográfica en el texto, se consignará solamente el au-


tor, la fecha y el número de página, según el siguiente modelo:

(Barthes, 1993:45)

Con respecto a las notas, deberán colocarse a pie de página, como Referencia con Núme-
ro corrido en superíndice, utilizando la función “insertar nota al pie” de Word.

Cuando se cita por segunda vez la misma obra, pero previamente se ha citado otra obra
(de otro autor), se consigna:

Juan Martínez, Op. Cit. p,. 21.

En el caso en que Juan Martínez haya sido citado inmediatamente antes, se cita:

Ibidem.

Las citas textuales deberán consignarse entre comillas en el cuerpo del texto, solamente
en el caso de que su extensión no exceda los 4 renglones. En el caso de que sean más lar-
gas deberán agregarse aparte, sin comillas, con espaciado interlineal sencillo, con fuente
de cuerpo 10, y con mayor margen de ambos lados.

Los trabajos serán enviados por correo electrónico, como archivo adjunto, a:
apc@apcweb.com.ar.

Los trabajos presentados serán objeto de una evaluación independiente, con característi -
cas de “doble ciego”, por al menos dos integrantes del Comité de Lectura de Docta, quie -
nes podrán hacer recomendaciones tendientes a su eventual publicación. La evaluación
se hará con criterios parametrizados y su aceptación, rechazo o solicitud de cambios o
ampliaciones constituyen la tarea del Comité de Lectura de Docta, quien remitirá sus su -
gerencias al Comité Editor.

El Comité Editor decidirá, en función de la evaluación del Comité de Lectura y la perti -


nencia del trabajo, la oportunidad de su eventual publicación, el número de la revista en
que se hará la misma y la sección en que finalmente será incluido.

Los originales de los trabajos presentados, publicados o no, no serán devueltos.

276
Este número 8 de
la revista Docta
(primavera 2012)
se terminó de imprimir
en Córdoba, Argentina,
en noviembre de 2012.
ISSN 1668-3188

F(r)icciones Dossier: Violencia y Psicoanálisis


Traumas infantiles y su influencia en la edad adulta, Televisión, socialización, subjetivación.
por David Rosenfeld El rol del “tercer padre”, por Dany-Robert Dufour
“Poner palabras a los dolores nos permite hacer Trabajo, privación, delito y experiencia urbana
con ellos otra cosa que sufrir”. Entrevista a en las periferias de Buenos Aires, por Gabriel Kessler
María Teresa Andruetto
Siete suspiros para Rafal, por Federico Racca
“Ensayo sobre el Sujeto y el Otro”. El estadio del espejo
Elogio de la violencia, por Dr. Carlos Lynch
como instancia constitutiva, por Silvia Tomás
Narrar la violencia, por Paola Isabel Roa
Los procesos imaginativos en el psicoanálisis
y Silvia Castrillon
con niños y adolescentes, por Analía Wald
Jóvenes, cultura y violencias, por Francisco Ferrándiz
El pasado de lo actual, por Dr. Raúl E. Levín
y Carles Feixa
La influencia de la sexualidad del adulto en la
VIOLENCIAS PSICOANALÍTICAS:
constitución psíquica del niño y sus avatares,
por Lic. María Cristina Hernando La transmisión, entre el aula y el diván,
por Dr. Carlos Maffi
De la agresividad ¿a la violencia? Clínica con niños,
por Dr. Saúl Ernesto Israilevich Las caras de la violencia en la clínica psicoanalítica,
por Dr. Moty Benyakar
Entre ficciones, una narrativa, por Dra. Victoria Cané
Construyendo subjetividad, por Julieta Paglini
Contextos
Palabras cruzadas Reapropiaciones (niñez y políticas de Estado
en Argentina), por Ricardo Rodulfo
Bion, epistemólogo, por Pierre-Henri Castel
Las declinaciones del padre, por Silvia Ons
Bion-Lacan: entablar un diálogo, por Carlos Barredo
Bion, epistemólogo, por Elizabeth Tabak de Bianchedi
Violencia – Sociedad – Estado. Violencia ciudadana –
Teoría y Praxis. Entre el semejante y el otro anónimo y
ajeno. La Personalización de los vínculos como factor
humanizante, por Marcelo N. Viñar

Con memoria y con deseo


Vida o muerte de la sexualidad genital infantil,
por Claudia Lara
La vida sexual de los niños,
por Bronislaw Malinowski
Del mito y la prohibición del incesto,
por Noemí Chena y Silvia Tulián

Leyendo
Beatriz Gallo, Leonardo Peskin, Marcelo Viñar y Eduardo

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