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Coleecién © Clisicos del Pensamiento Director Antonio Truyol y Serra agpthen Francis Hutcheson 4230 Una investigacién sobre el origen de nuestra idea de belleza Estudio preliminar, traduecisn y notas de JORGE V. ARREGUL teins PREFACIO No hay parte de la filosoffa més importante que un conocimignto exacto de In naturalcza humana y de sus Giversan eapacidades y disposiciones. Nuestas Gltimes ivestigeeiones han versado en gran media sabe nest ‘Nendimiento y los varios metodos de obtener la verdad ‘QUnuuenor geseraimente qu [a importancia de cualquier wera no Aitvancis fy eficaia para hacer & {hombres felicesy proporionares el mayor y mAs di {fo placer y Ta sabiducia signiiea solamente une capaci- SEP dp persegur este fin Gon fos mejores mesos, Debe se, etonecs seguramente de la mayor imporancia tener con Stpelones dstintas de este fin mismo, y también de los seedy nocesaros para obtenerlo, de modo que podamos {Tacubre cuales son fos mayores y mas duraderosplaceres ¢ffo eamploemos naestta razdn —despucs de togos estos Jeabajos por mejorrla-~ en files empetos. Pues en ver- Ua ot temerse gue la mayor parte de nuesebsestudos ‘Exulte sin eve tnvesigactn de muy escasa old para Tonolbs porque parsce que difeiment iene una tendencia {faint de la de conducimos al conocimiento especulativo {fismo, ¥no se aos dice exactamente cdo tal conosimien- a to 0 verdad nos resulta placentero. 4 FRANCIS HUTCHESON Esta consideraci6n Hlev6 al autor de estas paginas a canprender una investgacin de ls divesos placer que la haturaleza hamana puede experimenta Generalmente, ao fncontrumos bajo esta ribrica en nuestros eserios ilos6fcos smodemos nada que vaya mis ald de una escuela division de fos placeresen sensible y racionles y algunos argumentos suns y vulgates para probar que [os itimos son ms valio~ Sos que los primeros. Nuestros placeres sensibes son sobrevo- Iados y se expicans6lo mediante algunos ejemplos de gusos, lores, sonidos o similares, qu fos hombres que poseen cert reflexign consideransaisfacioneswiviales Nuestros plexes facionales han tenido en gfan med un tratamiento del mis tno tipo. Raramente se nos ensefa otra nocién de placer racio- nal distina de la que experimentamos al reflesionae sobre ruse posesin deo pretensisn alos objtos que pueden ser ‘casion de placer. Llamamas tales abjetos provectosos, peo. el proves oel interes no pueden ser coneebidos distintamen- te hasta que no sepames qué son esos pacers qué Tos objtos provechosos soo apts para exiary qué semidoso capacida- ‘es de percepcisn tenemos de tales objets. Paderos ver qui zis la aad para suponer que fal investgacion tiene més imporancia en Moral para probar fo que lamas fa reli dad de Ia vrtud, o que ésta es la mds segura felicidad del agen- te, que lo que a primer vista poeta smaginase Al reflesionar Sobre nuestos sents extemos, vemos cla ramen que nuestra peeepciones de plaero dolor no depen den directamente de nuesta voluntad. Los objetos no nos agtadan segin nosotros dessemos que lo haga la presencia de algunos objetos nos agrada necesriamente,y la presencia de oiros nos desagrada también necesartamen. Yel nico modo en que podernos procuraros placer o,evitarns dolor ‘mediante muestra voluntal es procure et prime tipo de objetos Y evita el segundo, Pr la misma constitveicn de nuestra nat Taleza uno es hecho oeasén de delete y el oto de desagrado, Lea misma observacién se mantendta en todos fos demis placeres y dolores, porque hay muchos ts tipos de obje- tos que fos agradan a desagradan de modo tan nécesario «com lo hacen os objetos materiales cuando opersn sobre 3 i ELORIGEN DE NUESTRA IDEA DE BELLEZA 5 Jos srganos de nuestios sentidas. Dificitmente hay algiin objeto sobre el que nuestras mentes se empleen que no sea constituido como la ocasién necesaria de algin placer 0 dolor. De este modo, nos descubrimas a nosotros mismos siendo agradados por una forma regular, una obra de arqui- tectura o de pintuta, una composicién de notas, um teorema, tuna acci6n, un afecto o un cardcter. ¥ somos conscientes de ue este placer nace necesariamente de Ta contemplacign de Ta idea que ests entonces presente en nuestras mentes con todas sus citcunstancias, aunque algunas de estas ideas no contengan en s{ mismas nada de lo que lamamnos percep- ciones sensibles y, en aquellas que lo contienen, el placer surja de una uniformidad, orden, disposicidn de las partes o iitacidn, y no de las ideas simples de color, sonido 0 modo de la extensién, consideradas separadamente. BE autor ha decidido lamar sentidos a estas determinacio- nes. a ser agradados por , distinguiéndolos de las eapacidades {que comnimente recben tal denominaciéin al lamar a nuestra capacidad de percibir la belleza, la regularidad, el orden y la armonta sentido interno y denomina sentido moral a fa deter- minacidn a ? los afectos, acciones o caracteres de los agentes racionales que llamamos virtuosos, ‘Su principal propdsito es mostrar que la naturaleza huma- nna no fue dejada tan desvalida respecto de la virtud como para formar por si misma las observaciones concernientes a provecho o pernicidad de las acciones y, de acuerdo con ello, regular su conducta. La debilidad de nuestra razén y fas dis. traceiones que surgen de In condicién enfermiza y las necesi- ddades de nuestra naturaleza son tan grandes que muy pocos hombres hubieran sido capaces de establecer las largas dediuc- ciones de la razén que pueden mostrar que algunas acciones son en su totalidad provechosas para el agente y sus contarias Pemiciosas, El Autor de la naturaleza nos ha equipado para la 4 , enn 34 ici, 2 Saprobars-en a3" 4s ediciga 6 FRANCIS HUTCHESON conducta virtuosa de un modo mucho mejor que el imaginado fJor nuestos moralistas, con unas instrucciones cas an réDi TRS poderowas Como las que fenemnos par la preservacin de as pecGuerpos, Hla hecho de la vrtwd una forma deliciosa? ‘ara exeitamos a perseguira y nos ha dado fuerte sentimien- Mos que son las fuentes de cada acci6n wirtwosa>. Fe gentdo moral de la belleza en las acciones y afectos puede parecer extao a primera vista, Algunos de nuestros aaeitas ae han molestado por su causa a proposito de Shaf- TRebury por cuanto que estén acostumbrados a deducir toda Sprobacion o rechazo de la consideracisn racional del * [En el primer Tratado, el autor ha ido demasiado lejos 9 dovely firme eli 1 SBh end fc sits que son a antes do cote vinwoua ha hecho dels vid up forma deltos de ea pos TINSEL terse desu cos y slesrcemos afl tint poneeuciin>, ens 3°9 aio, ‘jer prvado>, sna 4 econ 6 Be dese quiet que ln mayor pate de Tas ares ngeions et colcaadaprs apa liginas capac atrls bastante eres a eee ae comments Maman acon camo de Jr sedos enero, ole Se edilon : ELORIGEN DE NUESTRA IDEA DE BELLEZA 7 quis en algunos casos al suponer un acuerdo del género Thumano en el sentido de la belleza mayor que el que quizais tonfirmé la experiencia, pero toda su preocupacidn es mos~ ‘tar que hay algin sentido de la belleza natural los hom- pres de modo que encontramos un acuerdo de los hombres eh sus gustos por las formas tan completd como et sus sen fulos extermos, que todos ereen naturales, y dé modo que el placer el dolor, el delete Ia aversin estin navuralmente aidos a sus percepciones, Si el lector esti convencido de ules detertninaciones de la mente para ser agradada por 18s formas, proporciones, parecidas y teoremas, no serd cues tidn dificil apreliender ico sentido superior natural a los hombres que les determina a ser complacidos por las accio~ hes, caracteres y sentimientos. Este es el sentido moral que ‘constituye el tema del segundo Tratado. Las ocasiones propias de la percepeién mediante los, sentidos extermios OcurTen para nosotros tan pronto como iegamos al mundo, y quiza por eso consideramos con faci- lidad tales sentidos naturales, pero no consideramos ast generalmente los objetos de los sentidos superiores de 1a Eolieza y la virtud, Transcurre probablemente algin tempo antes de que los nifos rellexionen, 0 al menos nos haga Saber que feflexionan, sobre la proporeion y Ta semejanza, Sobre los semimientos, caracteres ¥ temperamentos, o He~ fiuemos a conocer las acciones externas que son evidencas Se ales reflexiones. Y por esto imaginamos que su sentido dd la belleza y sus sentimientos morales sobre Ins acciones hhan de debetse enteramente a fa insirucci6n y la educaciéa mientras que es tan facil concebir de qué modo un carieter ‘un temperamento constituyen por nacuraleza —tan pronto Como son observados-— la ocasion necesaria de placer, o.un Gbjeto de aprobacion, como un sabor © un sonido, “ESi cl autor no desconfiara de su obra como de algo de 7 caungus estos objetos se presenten a naestm observasion anes = YY los wuosrenie 38

*, Cualesquiera que sean las faltas que el ingenio pueda {Hotacio, Saas eosin, v.20. Lor dos parfor son ssid a parc dé 1s 2 ediién por tor siguiente: cla primers publican de ees pias fe an Dien eb {ee autor oapera no Slender nadie presespado porta memoria dst falleido Lord Vaconde Molesworth st ace saber sw Tectores qu es | persona able menctoads en el Pref ea primera ees que #1 {ue fuer poblieads we debi aso apron, Fue de cde quien € ator ‘too is perspiacesabjeciones que lector puede enconar en lp Ss . EL ont IN DENUESTRA IDEA DEBELLEZA 9 encontrar en el trabajo del autor, éste espera que nadie encon- trard nada contravio a la religi6n o a las buenas costumbres y {quedari complacido si da al mundo instruido una oeasion de examinar mds detenidamente estos temas que son, supone, de Jmportancia muy considerable. El mayor fundamento de st ‘er Trad (Seccisn Vat 2, smo pata), ems de muchas otras ‘bservaciones en las freuenies conversciones con las que Te hon, tment ls que ext Teatado mejord mucho respect de To que stat bozo que se habia presenta. El aor conser el in adc Seotda de sot singlaer smabiades yl placer y lor gue exper ‘ent mediante sv conversa, ytd le Gusta expres su ager {eoverds por denen mais creat care sepa” ‘Ser iplicado en este ito puede no reuar hoor par yn perso sa cones p us gonerosisim senimietos devia religion Sarna eos con la mis vil elocuencia pero terfa una injuatiia feat a ‘mundo qu el stor osltar sur deudis Hl Rudo St Edward Syag. nosso porrevan ens piginascuaso ncesithan ico de wea spent fev Sin, sno turn por suger diversas comecclones arteras en exe {genta den moralidad. El sutor se confirms en se mpm de ue ets fetsamicns evan corrector al denser que exe exalt bis ste Ezddo en este modo de pensar y considera sempre amistad como a ‘Eas cons mar prvectonuyy paceters des da Recomendar al munde Tos eseritos de Lord Shaftesbury resulta un iment absoutaente neces, Sern estinados mies ques alguna reflex entre tos hombres, Renisonte evade agradecer suse ubora Sstenido de mezeiar com ales nobles reaiciones algunos preucos oe fia reid conta el eistiansino, una fligtn gue os proporion fa ‘den mis verdader de [a vitud J nos tecomienda st ame Dion y 3b {nero homano como el resumed de Iota verdader elgion jCus0et Indignacin hier povorsdo sexe noble ingenien desea tn dis Tut enjunto de ames, que ao gustan eda mde que fos mde bo Y srddorplaceres,bareando en sus escrito ear insinutciogs tonne Eran, prs que pueden sr mens reftenados ch ss ves, cuando 1 ec sus ments bas on incapaces de Busta Tos moles sentimientos ‘evieudy honor que bala tn seailonmente >, Eat 20 4 eign se afade un parafo que e enc sprimido| nla 42y ua dics anf primera edcin de eta bra habia gus {rores eh unn odor de foe sfmplstomadoe deste leis de I ue {Tauor no reed tener un perfecto cocinent tarps ahora: ura que esta clin eat sbsolutamente ie de eres Espa qu 1s Studion de ln verdadrat dimensiones de [vida pusdaneiedes 8 ‘eas sore fa vcd la Feliad toleablement exacts qe low gra deserted perdonen algunos paces eres et tos ejemplo tomas ‘dss ares, de fos que no depen a argument del aston 10. Francis HUTCHESON confianza en que sus opiniones son sustancialmente exactas ts este: que, asi como ha tomado los primeros atisbos de ellas de algunos de los mayores escritores de 1a antigiedad, asi cuanto mis conversa con ellos, mis descubre que sus ejem- pos concuerdan con sus sentimientos iy Way 4 ei se fe ago siguene pao: Lo cam bios lindane sans eles se defen parciment « agunoe a a Seon muy apne cot unos psp Cte cat We ob El nlorse conven de que ngunes exesionet 80 {em un sra mou, exper gun argurenin fo se a a cunt Pip ravamy ha enone OU PAT ile thors etn deo paps manos enol apace She se apranc slo en seein I el Segundo To, a tear ve cncena et Ta Sein {dt away? sobre le Ei in a at ma ote Eas edi nine senate sgaos atios para conrarestt ee i or ws nes se ban ens igs aa clsdces goes ua power relent apasecen coma Sort eslaban onradies saga sore SECCION I SOBRE ALGUNAS CAPACIDADES DE PERCEPCION DISTINTAS DE LO QUE GENERALMENTE SE ENTIENDE POR SENSACION Para hacer comprender las siguientes observaciones puc~ de ser nevesario poner como premisa algunas definiciones y ae cewvaciones que son o bien wniversalmente aceptadas 0 Pak" Yaticientemente probadas por muchos escritores antic lguos y modemos SOBTe sivesitas pe 1 Yarmalas sone Eeeiones y las acciones de la mente que s |. Las ideas que son suscitadas en la mente por la presen cia de objetos externos y su accién sobre nuestros CuerpOs S© fiaaan sensaciones. Deseubrimos que la mente en tales casos fs pasiva y no tiene poder pars impedirdieetamente Ia per fepeidn 0 idea o para variasla en Su fecepciGn en tanto Que Ghunfengamos nuestros cuerpos en un estado adecuado part fi estimulacin por parte de los objetos extemos. 2. Cuando dos pereepciones son completamente diferentes entre sfo concuerdan s6to en la idea general de sensaci6a, I Fhumos a las eapacidades de recibir tales diferentes percepeio hes sentidos diferentes. De este modo, ta vista y et oido 12 Frances wurcHeson significan las diferentes capacidades de recibie las ideas de colores y sonidos. Y aunque los colores tienen grandes dite rencias entte sf, como también los sonidos, sin embargo hay lun mayor acuerdo entre los colores mas opuestos que entre ‘cualquier color y un sonido, De aqui que lamemos a todos los ccolotes percepciones del mismo sentido. Todos los diversos, sents parecen tener sus Srganos especiicos, salvo la afect vida, que en algsin grado est dfusa en todo el cuerpo, 3. La mente tiene eapacidad de componer ideas que fueron secibidas separadamente, de comparar sus objetos por medio de las ideas y de observar sus relaciones y proporciones, de ‘aumentar y disminuir sus ideas sega le plazca 0 en una cierta proporcién y grado, y de considerar separadamente cada una de las ideas simples que pudieron quiads habeste impresiona- ddo de modo conjunto en la sensacién, Se Hama cominmente a esta ttima operacisn abstraccién. 4. Las ideas de las " estén compuestas de varias ideas simples impresas conjuntamente cuando se pre sentaron a nuesttos sentides. Definimos las sustancias sola ‘mente mediante la enumeracién de estas ideas sensibles, y tales definiciones pueden hacer surgir una idea suficiente- mente clara de la sustancia en la mente de alguien que nunca la percibid inmediatamente, con tal que haya recibido separa damente por medio de sus sentidos todas las ideas simples que concurren en la composicién de la idea compleja de la sustancia definida. Pero, si no ha recibido alguna de estas ‘eas 0 carece de los sentidos necesarios para su percepcin, ninguna definicién puede suscitar en él ninguna idea del sen lido en que es deficiente. 5, Muchas de nuestrs percepciones seisibles son placen- ‘eras y muchas otras dolorosas de modo inmediato y sin'nin- "0 caustacias cores en a 4 isn, 1 Apartiede In 2" edn Hicheson vari el orden ete los arta EL ORIGEN DE NUESTRA IDEA DE BELLEZA 13 sin conocimiento de la causa del placer 0 dolor, 0 de cémo to excitan los objetos o de cuiles son sus ocasiones, o sin ver a qué Futuro provecho o perjuicio puede tender el uso de tales objetos. ¥ tampoco variaria el més exacto conocimiento de estas costs el placer 0 dolor de la percepeisn, aunque pueda proporcionar un placer racional distinto del sensible o pueda suscitar un gozo especifica a partir de la anticipacién de un provecho ulterior del objeto © una aversion a partir de la apre hensid del mal, 6. De aqui se sigue que, cuando Ia instruccién, la educa cién 0 un prejuicio de cualquier género hacen surgi un deseo 0 aversion hacia un objeto, tl deseo 0 aversién debe tener como fundamento una opinién sobre alguna perfec- cidn o deficiencia en aquellas cualidades perceptibles para las que tenemos los sentidos adecuados, De este modo, si fa belleza es deseada por alguien que carece del sentido de Ia vista, su deseo debe ser suscitado por alguna regularidad de Ia figura, o dulzura de la voz 0 suavidad o blandura percibi das, o por otras cualidades que pueden percibirse por otros sentidos, sin relacién con las ideas de color. 7. Las !2 suscitadas en distintas personas por el mismo objeto son probablemente " cuando no estin de acuerdo en st aprobacin 0 rechazo, y en la misma persona, cuando su gusto difiee en una ocasiOn de otra. Esto Se verd claro al reflexionar sobre aquellos objetos por los que ahora sentimos aversién y que antes nos eran agradables, Y ‘escubriremos generalmente que bay alguna asociacién acci- ental de una idea desagradable que siempre concurre con el objeto, como en aquellos vinos a los que los hombres adquie- ren aversin después de haberios tomado en una preparacién, temética. En este caso somos conscientes de que la idea es alterada respecto de 1o que era cuando el vino resultaba agra able por la asociacion de las ideas de rechazo y enfermedad cies simpes>, on la28,3y 4? edn, yr ierenes de alguna mater>, ena", 3"y Stet. 14 eeaNets wurcHeson dol estémago, Un cambio similar dela idea puede ser insensi= blemente provocado por el cambio de nuestros cuerpos con et ‘paso de los nfios", ue puede ocasionar una indiferencia hacia fas comidas a las que éramos aficionados en nuestra ninez!3 “!6 si por algo en la naturalezs 0 por una opinion de nuestra region o auestros familiares, el gus- {fo por los colores chillones puede ser considerado como una ruestra de frivolidad, o de alguna otra mala cualidad de la mente, o si algin color © moda es comdinmente usado por los histicos © por hombres de desagradable profesién, empleo 0 remperamento, esta ideas adicionales pueden concurrircons- tanemente con las del color 0 la moda y eausar un dispusto ‘onstante hacia ellos en quienes les asocian tales ideas adicio- rales, aunque el color o la forma no sean en modo alguno en sf ‘mismos desagradables, y realmente agraden a otros que no les fasocian tales ideas, Peso no parece haber ningsist fundamento para ereer que la diversidad de las mentes humana sea tan ‘3 puede acer qu algunos jos dejen de scar a ides esa ‘rable us exciton on ust per wo de ello. Muchas de esas Frcopions simples so desaradbleslsmente po una eesva ens Unde ta cualiad Asuna lar ler es aradable yuna uz muy ere tlloros; la amarguea madera puede ser placeneray un mayor grado \lsgradbie Un cambio en tuetor Snot cena neces ‘reno un cambio en la iensad dela percep, also a veces oso edu pers astute cota ano cali Sele le goss ane rahbsra to clle> en a3 4, "Fate eaicion ete plato queda sl ies na enconireros in {set expla adver de lou gun sobre at eas mds comple de ‘dts Gncyendo michos) ens que consideraros aa vez mich ide ‘ede dereaassensdos, como algotas perepeions de as lama ia Tigaies primary agus secundaria com ls expica el Se Locke Pocsjemplo, en lr difereses gusto sobre autectra, janine vst fos Be foe dos peers dremos algo on a secion VE En cua Los Seuidos, generdimente podemos explicar La diversidad de los gusts Thoda una asocaciin de leas, Dee modo fe ln2 odin afi: <9 cuando nos aostunbramos 9 un EL ORIGEN DE NUESTRA IDEA DE MELLEZA 15 grande como para que la misma idea o percepeidn proporcione placer 4 uno y dolor a oto, 0 a la misma persona en diferentes Cessiones, porno decir gue parece una contain qu 8, El dnico placer sensorial que nuestros fildsofos parecen considerar e5 el que acompafa Tas ideas simples de la sensa- ‘Gdn. Pero hay placeres mucho mayor en las ideas complejas, de los objetos que reciben los nombres de bello, regular © fmonioso. Ast, todo el mundo reconoce que se deleta més en, luna bella cara © una pintura exacta, que en la vision de cual- (quer color aislado, aunque sea tan fuerte y vive como sea posible, y que se complace més con la visi6n de un sol nacien- fe entre nubes asentadas cuyos bordes colores, de un hemiste~ fio estrellado, de un bello paisaje o de un edificio regular que fon un claro cielo azul, un uniforme mar, una amplia y abierta Ianura no diversificads por bosques, colina, aguas 0 xificios. E incluso estas altimas apariencias no son suficientemente simples. Del mismo modo, el placer de una bella composicidn, @s incomparablemente mayor en musica que el de una tnica hota por dulce, redonda © completa que sea. 9, Obsérvese que en las piginas siguientes ta palabra belleza significa la idea suscitada en nosotros y sentido de Ia belleza nuestra capacidad de recibir tal ides. Armonia ddenota también nuestras ideas placenteras susctadas por la composicién de los sonidos y un buen ofdo (como se dice generalmente) una capacidad de percibir tal placer. En las Secciones siguientes se realiza un intento de descubrir cual es la ocasién inmediata de estas ideas placenteras 0 qué ‘eualidad real en los objetos las excita ordinariamente, 10, No tiene ninguna conseeuencia el que llamemos a estas ideas de belleza y armonia percepciones de los sentidos exter nos de Ia vista y el oido o no. Yo més bien prefero lamar a huestra capacidad de percibir tales ideas un sentido interno, Gee sing> 16 Feawcrs muTCHESON aunue sea solo por la conveniencia de distingirlas de las ots sensagiones de la vista el odo que los hombres pueden tener si ninguna percepcin de ki belleza y la armonta, Es claro por experiencia que muchos hombres poseen los sentidos de la vis- ta y el ofdo, en su significado comin, en buenas condiciones: «que perciben todas las ideas simples separadamente y obtienen sus placere; que las distinguen unas de otras, como un color de ‘uo, ya sea distito © ya sea una tonalicad ms fuerte 0 mas ébil dent del mismo color; que pueden decir en notas asta das cuales In mas alta 0 fa ms baja, La mais agua o la mds gra ve, cuando se encuentran separadas que pueden discern en las Figuras la longtud, la anchura y la profundidad y en eada Linea, la superficie y el dngulo; y que pueden ser capaces de oft y sen- ‘ir agran disincia como cualquier oro hombre; y, sin embare0, ‘5 encuentran quizis placer en las composiciones musicales, en 4a pintura, arquitectura 0 paisajes naturales, o uno muy débil en eomparacién con el que otros experimentan en los misinvs objetos. Esta mayor capacidad de recibir tales ideas placenteras se llama habitualmente genio © gusto delicado, Parece que Fecontocemos universalmente en msica algo semejante como tun sentido distinto del extemo det odo y To llamamos buen ‘ido. Y podriamos reconocer probablemente una distincién similar en otras !? si tuvigramos tambign nombres slstints para referimos a estas capacidades de percepeidn. 112°, Quizés aparezca después otra razén para amar a esta capacidad de percibir las ideas de belleza un sentido interno porque, en otros asumntos en los que muestros senti- A paid a 2 edison se fe: ‘inguno de los engan esas capaidaos ms sublines de percep la Imaas sau semidosIternor, 0 al meno. 8 HE algae tos poet hae ea on grado cho mens nosaor> ELORIGEN DE NUESTRA IDEA DE BELLEZA 17 dos extemos no estin muy involucradss, discemimos un tipo de belleza muy similar en muchos aspectos a la obser- vada en los objetos sensibles y acompafiada por un placer Similar, Ta esta belleza percibida en los teoremas o verda- es universales, en las eausas generales y en algunos aba teantes prineipios dela accién. 12, Comic agen uo gv eres poor suponer qu es apes cm ga poet es xsd Con lawson algo de estos ojeton de Ballers natal Chests embelra sso slo cons descripeis, dela con: Thc tay sida que supenemos ues ade un spd Selina dean voso nfo sue memos Dot Bs. Esta tama clase de hoes puede tne una mayor perfec ‘Sin ena conocimiento derivado de Ia semsacign externa, pueden dei ot as erence expen de Tos toes, Festa, miners o metals; conocen la forma de cada ho, tn teary sa de eps a ae ei {hes ighrae por el posta, sin emg, el poeta te tm pteopeig de ogo mucin mis placenta, yn 380 peta, tno cuatgir hombre de bun gusto. Nests sen dor extemos pueden enseRaro0s mediante las mediciones thas as prporeones de argues hasta ta dina tna pulgaa asec de todos Tos maseuos en el cuerpo umeno, 9 una buena memoria puede relent ests sas. Seber hay txavn alg lesa necesa no so pare hacer una ob sms ensuquletua, pista 0 esculua, fino inl pare pm a uci scepable sobre esas obras para expeimentar els alto placer al contemplr ee pen puesto que hay flesfeencas en as eps 2 ni fick putle queda ast: Conse primero gue es pro able ue scr pus teeta sapcidad plea de senacin xterm he Totes dafotane dea rod qe pereibn cada color. ten 0 super ema esau ys borg, cafes de capil decom Soe dcr nomen ks rpc, des pe an {iscsi eage no experetr plce delete aeompatanto 2 ‘aes pcpcones Es pes ese afm algo Spare et placer, om ‘lets quta Clo apr de ts dferemtes gusts dels hombres soe Ta 18 FRANCIS HUTCHESON cidades de percepeidn donde los llamados comiinmente senti- {dos exiemos son los mismos, y puesto que el mis exacto onoeimiento de lo que los sentidos extemnos descubren a ‘menudo no proporciona el placer de la belleza o armonia que alguien dotado de buen gusto experimentari iamediatamente sit tanto conocimiento, podemos con justicia utilizar otro ‘nombre para estas percepciones mis altas y deletables de la belleza y armonfa, y Hamar a la capacidad de recibir tales Impresiones un sentido interno, La diferencia ent las perce tiones pareve suficiente para justificar el uso de un nombre distinto™, 1B. Esta capacidad superior de percepcisn es con just cia lamada wn sentido a causa de su afinidad con los otros sentidos en que el placer no surge de un eonocimiento de los principios, proporciones, causas 0 de Ia utilidad del Dbjeto, sino que se suscita en nosotros inmediatamente con la idea de belleza. Y un conocimienta mds exacto no aumenta el placer de la belleza, aunque puede” sobreaidir tun placer racional distinto nacido de la previsién del interés 6 del aunento del conocimient, 14. ¥, ademés, las ideas de belleza y armonfa, como ‘mente placenteras para nosotos. Ni una decisién nuestra ni tuna previsién del provecho o perjuicio pueden variar la belleza 0 deformidad de un objeto, porque, como en las sensaciones externas, ninguna previsién del interés convier belle dels fra donde no pesos ie denen ninguna ea ode [ab cuales primase de is ecuasaSiitu, poporein, eaogi id de projec son bjs del etnmien deen Cea set EWnocdos atts de que conszaos In eau ates eat paces Poy el placer quedo et comma necsurtanente co sr pereegeion Y utde ser expermentado cuando ls proporin no es coppci, 0 m0 5 iene yu wo expenetane can tn propocin ce shecrada TEX puede la 2 eden afade expectant cuando se nos dice en us acepn oapies lpi, Ven el acu > 1° a EL ORIGEN DE NUESTRA IDEA DE BELLEZA 19 te aun objeto en agradable ni la del perjuicio —distinto del dolor inmedito en ta percepicién— to toma desayradable al sentido. Asf, la promesa del mundo entero como recompen- sao I amenaza con el mayor de los males no pueden hacemos aprobar un objeto deforme o desaprobar uno bello, Mediante premios amenazas puede obtenerse el disimulo fo que en Ia conducta externa nos abstengamos de perseguir la belleza y persigamos lo deforme, pero nuestros seati- mientos de las formas y nuestras percepeiones seguirin invariablemente siendo las misma, 15, De aqui que resulte patente que algunos objeros son inmedittamente las ocasiones de este placer dela bellezs, que —teremos sentidos adecuados para percibirlo y que tal placer es dstinto del gozo que suscita en nosotros el amor de si mismo alprever el interés, Més atin, ;no vemos a menudo que la con= veniencia y la utilidad son descuidadas para obtener la belleza sin ninguna otra perspectiva de provecho en la forma bella dis- tinto del que sugieren las ideas placenteras de belleza? Esto nos muestra que, aunque podemos perseguir los objetos bellos por armor de nosotros mismos, con la finalidad de abener los placeres de la belleza, como en arquitectura, jardineria y micas ors cuestiones sin embargo debe haber in sentido de sentido sin el cual tales objetos no nos serian provechosos ni ‘excitarfan en nosotros el placer que los convierte en pravecho- s0s. Nuestro sentido de la belleza de los objetos, por la que 30s se constituyen como bienes para nosotros, ¢s muy distin to de nuestro deseo de ellos cuando esti as{ consttuidos, Nuestro deseo de belleza puede ser contrapesado por las ecompensas y amenazas, pero no nuestro sentido de ella {Incluso cuando el miedo a fa muerte 0 el amor la vida pueden hacemos elegir y desear una bebida amarga o abaronar aque- los alimentos que ef sentido del gusto nos recomendarfa como sno ninguna prevstn del wroveho miedo a mal e convert fa bebida en agradable al sentido o el alimento tbsagmble a, sino son as ants deal pevision, Exacta ‘mente lo mismo Sucede en el sentido de la belleza y la armo- 20. Feavets MUTCHESON ria. Que fa persecucién de tales objetos sea frecuentemente abandonada a causa de la previsin del provecho, la aversion Al trabajo 0 cualquier otro motivo nacido 2® no prueba que no tengamos seotide de la belleza, sino solo que nuestro deseo de ella puede ser eontrapesado por un ‘deseo mis fuerte, 2 16. Si no tuvigeamos tal sentido de la belleza y la armo- fafa, las casas, jardines, vestidos o equipage podrian reco- menclirsenos como convenientes, provechoses, calidos 0 ficiles pero nunca como bellos 25, ¥, sin embargo, nada es mis seguro que el que todos estos objetos se nos recomiendan bajo diferentes razones en muchas ocasiones™. ¥ ninguna costumbre, edacacién o ejemplo pueden nunca proporcio- rnaenos percepeiones distintas de las de los sentidas cuyo uso tenfamos previamente © recomendarnos los objetos bajo otra concepcién distinta de la que les resulta grata’, Pero de la influencia de la costumbre, la educacién y el ejemplo Sobre el sentido de fa belleza trataremos mas adelante". 17, La belleza 2” es original 0 comparativa, 0, si se prefiere absoluta o relativa, Notese sol ‘mente que por belleza absoluta u original no se entiende una 2 cnt nla 319 4b 2 epee $y oan 2 Sinn ta ciion 2 SPT tin ws veda quel que més anon scant a st te age oe, ans. Soden coe ca de x rinse ame nos an pcan ie ate cant tas lpia em vehara Secs not ame ee Seat inh onieasee i ELORIGEN DE RVESTRA IDEA DF artuez4 21 cua au supe ue exe ov el bo deal modo Sia. Porque «tellers, como los demas nombres den eas sensbles, denota roplamente la percepcion de alguna mente ‘ats ton, wcaliene>, aloe 0 amargoo Genta las cen Seciones ments par as que quedo hay sersjana en tos jbjtos que sutcitan fale ideas en novoton, ung haa mente imaginamos que hay algo en el objeto exacamente igual a restr percepcidn, Las ideas de blles y anton, Steno siscitadss por Ta poreepcién de algunas cuadades pi tas teiendo rclct6n con a figura el temp, pueden {ener reslmente mayor semejanca con Tos objeto qe Is se. seciones que parecen set no lato una imagen de Ys objeto fuanto ua moditeacion de la mente que los preibe Sit Embargo st no hublera una mente con un seni dea beleza para coniemplar los objets, no veo como pean lamase Balls: Entendemos, por ant, por sbelceaasolatay sto tellez qu perciimnos en fos Obs sin comparaién alguna con ol realidad distin dela que et objeto facta ua ina. tid 0 imagen, tal como la belera que es periba en las hrs dela atualea, ls forms artifeales iguas y tore, tas Beleza comarativa 0 elatva es la que poreibes ea fos objetos que son consideradoscomtnente como imitaio, reso semefaneas de ora cont. A estos dos tipoe de balla se dedican ls tes scciones siguientes Est divisin de aller et toad de os eens anaes et pacer en cuanto noes mao de sett ds qe de Ton ables ‘ismos porque la majerfa de los ejmplos de bella lava ten a bien elles absolta acho de fos empl de fellezn als teen ‘ambi beers elativa dade un punto de vista wot, Dero poems con ‘dear diame eta ds fuentes de plat, unformidad eel tj fomismo y su puccido aun oa SECCION VI SOBRE LA UNIVERSALIDAD DEL SENTIDO DE LA BELLEZA ENTRE LOS HOMBRES. 1. Antes insinusbamos* que toda belleza tiene relacién con alguna capacidad perceptiva y, en consecuencia, pues- {fo que no conocemos 1a variedad de sentidos que puede haber entre los animales, no hay ninguna forma de la natu- raleza tespecto de la que podamos decir que no tiene belle- 2a porque pudiera agradar a alguna capacidad perceptiva, Pero nuestra investigacién se limita a los hombres y antes de que examinemos Ia universalidad de este sentido de la belleza, o el acuerdo de los hombres al aprobar la uniformi: dad, pede ser conveniente considerar si, del mismo modo en que los demas sentidos que nos causan placer nos cau- san también dotor, el sentida de la belleza nos convierte algunos objetos en desagradables y en acasién de dolor. Es fobvio que muchos objetos no causan placer a nuestro senti- do, que muchos estén desprovistos de belleza. Pero enton- ces lo hay ninguna forma que parezca necesariamente desagradable de suyo, cuando no tememos por su causa * Vease supra, seco atcelo 17, y seca Vaca (6s 66 FRaveis HurcHESON ningtin otto mal y no la comparames con algo mejor del mnisino género, Muchos objetos son naturalmente desagra- tables y repugnantes a nuestros sentidos externos en la mis- ima forma en que otras son placenteros y agradables, como Tos olores, los sabores y alunos sonidos aislados; pero para nuestto sentido de la belleza ninguna composicidn de obje tos que no cause ideas simples desagradables parece positi ‘vamiente repugnante o dolorosa de suyo, si es que no hemos Observado ninguna otea cosa mejor dei mismo género. La clormidad es s6lo Ia ausencia de belleza 0 ta deficiencia fn La belleza esperada en alguna especie. De este modo, la mala masica complace a los nisticos que nunca han ofdo hada mejor, y el ofdo mis fino no se ofende con los sonidos de los instrumentos, si no son demasiado aburridos, cuando rho se esperaba ninguna armonia. Y sin embargo, por el con- frario, cuando ésta se esperaba, molesta una disonancia mucho mis pequefa en la ejecucion, Un burdo montén de piedras no reptigna en modo alguno a quien molestarfa 1a frregularidad en arquitectura, donde se esperaba belleza. Y, Si hubiera hubido una especie de la forma que ahora Hama- mos fea 0 deforme y nunca hubigramos visto 0 esperado lina belleza mayor, no habsfamos experimentado ningtin tiszusto por si causa, aunque la complacencia en tal forma rho hubieta sido tan grande como en las que ahora admira- mos. Nuestro sentido de belleza parece proyectado para Causamos un placer positivo, pero no un dolor © disgusto positivo, distinto del que nace de la decepeién. 2, Hay efectivamente muchas caras que, « primera vista, pparecen aptas para provocar disgusto, pero generalmente se Aebe no a una positiva deformidad que disgustara de suyo positivamente, sino o bien a una carencia de belleza esperada bien, en mucho mayor medida, a que contienen-algunas indicaciones naturales de malas disposictones morales, que todos nosotros adquirimos la capacidad de deseubrit en sem- Dantes, aspectos y gastos, Que esto no se ocasions por ningu- 1a forma positivamente fepugnante se ver’ claro’ por lo Siguiente. $i ras mucho trato estamos seguros de encontrar ay ELORIGEN DE NUESTRA IDEA DF BELLEZA 67 dulzura de temperamento, humanidad y alegria, aunque la {forma corporal siga siendo la misma, ya no nos éausaré dis [eusto o repugnancia mienteas que Si fuera naturalmente ddesagradable, 0 la ocasién de un dolor o un positive disgusto, continuaria caussindanasto, incluso aunque la aversion que pudigramos sentir respecto de ella fuera contrapesada por ‘leas consideraciones. Hay horrores suscitados por algunos ‘bjetos que son s6lo el efecto del miedo por nosotros mismos © de la compasisn hacia otros cuando o bien ta razdn o bien alguna alocada asociacin de ideas nos hacen captar peligro, y {que no son efectos de la forma de suyo. Porque deseubrimos {que ta mayor parte de estos objetos que al principio suscitan horror pueden llegar a ser ocasiones de placer cuando la expe riencia 0 la rizén ha quitado ef miedo, como con las bestias salvajes, un mar tempestuoso, un escarpado precipicio o un ‘oscuro valle umbroso. 3. Veremos” después que las asociaciones de ideas con- vierten en placenteras y deleitables a objeros que natural mente no eran aptos para proporcionar tales placeres y ‘que, del mismo modo, una casual conjunciOn de ideas pue- de provocar disgusto cuando no hay nada desagradable en la forma de suyo, Y ésta es la ocasi6n de muchas fantisticas versiones a figuras de algunos animaley y a algunas otras Formas, Ast, los cerdos, las serpientes de todo tipo y algu- nos insectos que son realmente bastante bellos, son mirados con aversion por mucha gente que ha adquirido algunas ideas accidentales asociadas a ellos. Y no cabe dar wn trata ‘mienta distinto de los disgustos de este tipo. —4-Pero,en cuanto al acuerdo universal del género hums no en el sentido de Ia belleza en la uniformidad en la varie~ dad, debemos consultar a la experiencia. Y asi como Ceoncedemos que todos los hombres poseen raz6n, puesto que todas los hombres son capaces de comprender los argumen: tos simples, aungue s6lo unos pocos sean capaces de demos: ve desputes atclos 1), [2 13 de et 68 FRANCIS MUTCHESON traciones complejas, asf en este caso debe ser suficiente para probar este sentido universal de la belleza el que todos tos Trombres se complacen més en fos casos ms simples con fa luniformidad que con su contvario, incluso cuando nga provecho prevista se espere de ello, y asimismo el que todos los hombres, segtin aumente su capacidad para recibir y ‘comparar ideas més complejas, aumenten también su delete fen fa uniformidad y se complazcan en sus géneros mas com- pplejas, tanto en la original como en ta relativa. ‘Consideremos ahora si alguna vez ha babido una perso- na desprovista de este sentido en los casos mas simples. SE hhan hecho pocos ensayas en los casos mas simples de ‘armonta porque, tan pronto como encontramos un oido que hno es eapaz de saborear las composiciones eomplejas como ‘Son nuestras melodias, no le dedicamos mas esfuerzo. Pero, fen el caso de las figuras, .acaso algsin hombre cligié alguna ‘ez un trapecio 9 wna curva irregular para la iconografia de Su casa sin necesidad 0 algin motivo importante de conve: hiiencia? ;O hacer fas paredes opuestas no paralelas o de distinta altura? ;Hlan sido alguna ver elegidos los trapecios, Jos poligonos irregulares o las curvas como formas de puer- tas y ventanas, aunque esas figuras podian haber respondido también a sw uso y podian a menudo haber ahorrado una tran cantidad de tiempo, trabajo y gastos a los trabajadores {que se emplean ahora en preparar las piedras y maderas para las formas regulares? Ene todas las fantasticas modas fn el vestido, no ha habido nunca ninguna desprovista de tuniformidad, aungue solo sea en fa similitud entre Tas dos tmitades de un mismo vestido y en alguna aptitud general para la forma hurwana, La pintura de los pictoss tenta siem- pre belleza telativa, por semejanza con otros objetos, que a frenudo eran originalmente bellos, por mucha justicia que hhaya en aplicar *l la censura de Horacio a las descripciones impertinentes en poesfa: Sed nom erat his ‘Lr picos eran ym pueblo de saci en pa YoranaTamdos PR Radda oni 3 ect ELORIGEN DE NUESTRA IDEA DE BELLEZA 69 Jocus*, Pero siunca hubo nadie tan extravagante como para pretender que le gustaran las figuras tal como quedan Ihechas por et vertido casual de colores liguidos. ,A quién agradé alguna vez la desigualdad de alturas en las ventanas de una misma hilerao su forma diferente? £0 las desiguales phiemas, brazas, ojos o mejillas de una amante? Sin embar- 0, hay que reconocer que e! interés puede a mienuda con trapesar nuestro sentido de la belleza taneo en estas ‘cuestiones como en otras y que las cualidades superiores pueden hacernos pasar por alto tales imperfecciones. 5. Mas atin, puede quizds parecer que la regularidad y Ja uniformidad estan tan abundantemente difundidas por et universo y que nosotros estamos tan prontamente determi- nados a buscarlas como fundamento de a belleza en las obras de arte que dificilmente hay algo que haya sido tamado alguna ver por hello en lo que no haya realmente algo de esta uniformidad y regularidad. & menudo nos equivocamos efectivamente al pretender que se realiza la ‘mayor belleza posible allf donde no hay més que una muy imperfecta, pero lo que nos complace sigue siendo todavia un cierto grado de belleza, aunque pueda haber grados mayores de ella que no observamos. Y nuestro sentido actiia con completa regularidad cuando somos agradados, ‘aunque un falso prejuicio nos impida perseguir objetos que nos ageadartan més. Un godo se equivoca, por ejemplo, ‘iando a causa de sw edueacién piensa que la arquitectura ide su pals es la mis perfecta y una asociacidn de algunas de sus ideas hostiles puede hacerle sentir aversi6n hacia los edificios romanos y Ilevarle a intentar demolertos, como hicieron algunos de nuestros reformadores con los edificios papistas, siendo incapaces de separar las ideas de culto supersticioso de las formas de los edificios en que se practi- ceaba. Y, sin embargo, es la belleza real, fundada en Ia uni- ‘ormidad en la vaciedad, la que complace al godo, Porque > Horacio, De arte poetic, v.19. 70 FRANCIS HUTCHESON los pilares goticos son uniformes unos con ots, no s6lo en su seceidn, que tiene forma de rombo, sino también en su Shue y su ormamentacidn, Sus arcos no son curvas unifor: thes, pero siguen siendo segmentos de curvas similares y vaseatmente iguales en las mismasfilas. Los mismos edifi- Eros indios tienen cierto tipo de uniformidad, y muchas de jis naviones orientales, aungue difiesen en muchas cosas de hnovoltos, tienen sin embargo una gran regularidad y belleza tn wus costumbres, como los romanos en las suyas. Nues- five biombos indios que maravillosamente abastecen a las Toulares imaginaciones de nuestras damas con las ideas de Getormidad, en as que la naturaleza es muy tacaria y esea- Si, careeen realmente de toda belleza surgida de la propor- Gin de las partes y de la conformidad con fa naturateza y. Sin embargo, no pueden set despojados de toda belleza y liniformidad en las partes aisladas. Y esta diversificacién UUct cuerpo humano en varias eontorsiones puede proporcio- tharos sign placer extravagance a causa de 1a variedad, puesto que se conserva todavia alguna uniformidad con 1 Forma humana, 6, Hay un tipo de belleza que quizas pudiera haberse mengionado antes pero que no es improcedente recoger gu’ porque su gusto o sabor es universal en todas las fnaciones, tanto por parte de los jvenes como de los ancia- hos, que es la belleza de ta historia, Todos sabemos qué Rburrido estudio es repasar una coleccion de Gazettes que Guentan todas 05 mismes acontecimientos que el istoria~ Gor El placer superior de la historia debe, entonces, nacer, Como ef de la poesfa, de las costumbres, como cuando Jans un earieter bien dibujado en el que encontramos las "Stns sectetas de una gran diversidad de acciones aparen~ fomente inconsistentes, un interés de estado hecho mani- fiesto 0 un ingenioso plan exactamente desplegado cuya ‘jecacign determina michas diferentes y opuestas acciones thando puedan variar las circunstancias. Pues bien, esto feduce le totaidad a al menos una unidad de intenci6n. Y ato puede observarse en las mismas fdbulas que entretie- BG 0 preterencias de los sentidos LORIGEN DE NUESTRA IDEA DE BELLEZA TL nen a 165 niio8, pues de otro modo no podriamos hacer que les gustaran, 7. Se asentiré probablemente a lo que se lleva dicho si se recuerda siempre en nuestra investigacién sobre la uni- ‘versalidad del sentido de la belleza que puede haber belleza real alli donde no se realiza la méxima posible y que hay fnfinitas formas diferentes que pueden tener tostas cierta tunidad y que, sin embargo, son diferentes entre sf, De tal modo que los hombres pueden tener diferentes gustos sobre In belleza y, sin embargo, la uaiformidad ser el fundamento universal de nuestra consideracign de una forma cualquiera Como bella. Y descubriremos que esto se cumple en la rquitectura, La jardineria el dibujo, el equipage y el mabi- -igtio de Tas cass, incluso entre las naciones mis inculta, fen las que la uniformidad sigue causando placer sin otro provecho ulterior que el placer de su contemplaci6n. 8, Merece nuestra consideracién en este tema emo, en casos similares, formulamos juicios muy distintos sobre Sentidos interes y Jos externos. Nada es mis comin en {uienes se han zafado, siguiendo al Sr, Locke, de las infun- adas doctrinas de las ideas innatas, que mantener que todo huestro gusto por la belleza y el arden proviene o del int rrés, ode la costumbre o de fa educacidn, por Ia tinica razon te la variedad de gustos en ef mundo. Y, partiendo de esto, cconcluyen que fodas nuestros gustos no surgen de ninguna capacidad natural de percepcion o sentido. Y, sin embargo, folios ellos admiten que nuestros sentidos externos son naturales y que los placeres o dolores de sus sensaciones, taungue puedan aumentarse 0 disminuirse por la costumbre Ola educacidn y contrapesarse por ef interés, son, sin ‘embargo, realmente anteriores a la costumbre, el hdbito, la educacién o ta previsidn del interés. Pues bien, es cierto Que hay af menos una variedad de gustos sobre sus objetos tan grande como sobre fos objetos de la belleza. Ms atin, tes mucho mis dificil y quizas imposible conduct los gustos temnos an fundamento 72 Francis HUTCHESON general o encontnar una regia para lo agradable 0 desazra able. Y, sin embargo, todas aceptamos que son capacidla- des naturales de percepcién. 9, La razén de este juicio diferonte no puede ser sino el enemas nombres distinios para los sentidos externos y ino, 0 muy pocos, para los internos, y por es0 somos Ccondlucidos, como en miichos ottos casos, a considerar a los primeros como, de alguna manera, mis fj, reales y nature tes que los seguridos. El sentido de la armonta tiene nombre, buen ofda, y generalmente somos llevados a teconocerlo como una capacidad natural de percepcién, o un sentido de flgiin modo distinto del ofdo, Pues bien, es Seguro que existe tuna percepeidin de la belleza en la presencia de objetos regu lares de modo tan necesario como existe la de la armonia en a audicin de ciertos sonidos. 10, Pero advignase aqui de una vez por todas que wn sen tido interno no presupone en mayor medida una idea innata 0 tun principio de comocimiento que uno externa. Ambos son ccapacidades naturales de percepcidn 0 determinaciones de la mente para recibir necesariamente ciestas ideas a partir de la presencia de objetos. El sentido interno es wna capacidad ipasiva de recibir ideas de belleza a partir de todos tos objetos fn los que hay uniformidad en la variedad. Y wo parece que hay més dificultad en esta cuestién que en ef que la mente esté siempre determinada a recibir la idea de dulce cuando pparticulas de determinada forma penetran en tos poros-de-ta— lengua o en que tengamos la idea de sonido a partir de algu: nas vibraciones rdpidas del are. Lo uno parece tener tan poca Felacisn con su idea como lo otro. ¥ la misma capacidad pue- te con igual facilidad constitu a To slkimo en ocasidn de las ideas que a lo primero. 11. La asociacign de ideas a ta que antes sé ha alvido* es una causa grande de fa aparente dversidad de gusts en * Veins arta arcu’ de esta sec, ELORIGEN DE NUESTRA IDES DE BELLEZA 73, el sentido de la belleza del mismo modo que en tos sentidos Gatemnos ya menido, hace que los hombres sientan aver- Sion por sbjetas de belleza, ¥ gusto por otros carentes de bla, pero bajo diferentes covicepciones que las de belleza 0 Gefoomidad. ¥ puede no resultar impropio aducit aquy algu- pos ejemplos de tales asociaciones. La belleza de los drbo- Tos, au fresca sombra y Su aptitud para sustraer de la Doservacion fan hecho de las arboledas y bosques el retico habitual de quienes aman la soledad, especialmente los reli Mrosos, tos meditabundos, Tos melancolicos y los enamora- fos. FY no descubrimos que hemos asociado de tal manera {as ideas de estas disposiciones de a mente a tales objetos ‘Riemos, que concurten siempre en nosotros con ellos? La Sttucia de! Tos sacerdotes paganos puede convert tales Iugares oscuros en el escenario de las fieticias apariciones de'sus deidades, y de agut que les asociemos ideas de algo vino, Conocermos el mismo efecto en las ideas de nuestras iplesias a partir de si uso perpetuo y exclusivo para ejerci- Bos religiosos. La pélida luz en los edificios géticos ha experimentado la misma asociacidn de una idea muy extra Faw ella que nuestro poeta muestra en su epteto: Una débil lu veligiosa Se sabe de manera similar qv, eh muchas oeasiones, (oda a tunes de acione, gars ves, per Lae a ae hn oouveo jaa agua ere son oe mnte efectos pw pasignguedan taf ee cantar de las hard con ta cea edi esto oe neo eas to Gari toda ot om door, dees Y vero, de andes ro aes qu de so pod haber erate ent lets, Pro cts aproveco- resuind peter ejoa dels tes de tlle, stendo Has conpletarente frets BP en (TA. FRANCIS HUTCHESON 12, Hay también para diversas personas otro encanto de it imiisica, distinto de la armonia, que es acasionsdo porque us ‘Gu sentimientos agradables, Todos tos sentimientos may fuer~ focalteran obviamente la voz humana. Pues bien, cuando dpuestro ofdo capta alguna semejanza entre el aire de una meto- ‘i antada 0 toeada con un instrumento, 0 bien en st Comps, clave o cualquier otra circunstanca, y el sonido de la vor humana afectada por un sentimiento, seremos afectados por sl de un modo muy sensible y experimentaremos melanco- Tha alegea,seriedad o seflexividad por una clase de simpatéa © tontagio. La miama conexién puede observarse entre el aire be tira mictoday la letra —que expresa cualquier pasiGn— con la {Gut se ha ajustado la melodia de tal manera que armbas concu- ‘Firin para nosotros juntas, aunque s6lo una de ellas afecte a fhuceiros sentilos, Pues bien, con tal cantidad de ideas agra Dies § desagradables que pueden asociarse con tas formas de ow cuerpos 0 las melodias, siendo los hombres de tan diferen- tes uinposiciones 9 estando inelinados a tal variedad de senti- nicntes, noes asombroso que muchas veces no concuerdes en wis quatos por las objetos, incluso aunque six sentido de ta pelle y armonia sea perfectamente uniforme, porque rauchas bras deus pueden agradar o desagradar seein las personas, los Temporamentos y las circunstancias pasadas. Subemos qué lsgradable puede resultar un parae silvestre 2 una persona que haya pasado los felices dias de st juventud en él, ¥ qué desa- [gradables pueden serle lugares muy bello si fueron el eseena- Eo de su miseria, ¥ esto puede ayudamos en muchos cas08 & {dae cuenta de la diversidad de los gusios sin negar Ia uniformi- tdad de nuestro sentido de la beleza, 15. La grandeur y ta novedad son dos ideas diferentes de 1a de belleza que muchas veces nos recomiendan obje- tos, La razén de esto es extrafi al presente tem: Vase Spectator, n# 412. SECCION VII SOBRE EL PODER DE LA COSTUMBRE, LA EDUCACION Y EL EJEMPLO EN LO QUE ATANE A NUESTROS SENTIDOS INTERNOS 1, Sucle mantenerse en este asunto con tanta frecuencia {que la costumbre, la educacisn y el ejemplo son la ocasién de nuestro gusto por los objetos bellos y de nuestra aproba- tidn o deleite en sentido moral en una cierta conducts en Ia vida, que es necesario examinar las tres de modo particular para hacer patente que hay wna capacidad natural de per- Bepeidn, o sentido de la belleza en los objetos, antecedente {toda costumbre, educacion o ejemplo, 2. La costumbre, como distinta de las otras dos, opera del siguiente modo. En’ cuanto a las acciones, proporciona sélo tuna disposici6n a la mente o al cuerpo para realizar con mis facilidad aquellas acciones que han sido frecuentemente repetidas, pero nunca nos lleva a aprehenderlas bajo un punto Ge vista distinto de aguel bajo cl que fuimos capaces de apre~ henderlas la primera vez, ni nos proporciona una nueva ccapacidad de percepeisn de ellas. Somos naturalmente capa- 28 de los sentimientos de miedo y terror ante cuslquier pre sencia poderosa, y de este modo la costumbre puede asociar os

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