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LA LENGUA DE SEÑAS DE LOS SORDOS.

Dra. María Teresa García Eligio de la Puente.


Dra. Marlen Dominguez.

Universidad de la Habana.

RESUMEN:

El presente artículo hace una breve reseña del lenguaje de señas utilizado por las personas
sordas. Sus características dentro de los esquemas comunicativos, así como se lleva a cabo
un análisis de la lengua de signos.
Se arriban a algunas conclusiones alrededor de los gestos    como elementos no verbales de
la comunicación del sordo.
Finalmente se sugieren algunas ideas factibles de llevar a cabo por la Asociación Nacional
de Sordos de Cuba que pudieran contribuír a una mayor formación cultural y al desarrollo
armónico de éstas personas.

ABSTRACT:

In the present paper we make a brief review of the sign language used by people, it’s
characteristics in the communication shames and how to analyze it.
We also arrive to some conclusions that have to do with gestures and mimic as no - verbal
components of communication of the deaf.
Finally we suggest some feasible ideas used by the Cuban National Association for the deaf
(ANSOC) that can contribute to better the cultural instruction and armonic development of
these people.

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Las Disacapacidades Auditivas, y en nuestro caso la Sordera, ocurren generalmente en personas en las cuales
están íntegras las premisas del desarrollo, pero en que el defecto patógeno primario, la sordera, genera
alteraciones inmediatamente derivadas de ella: defectos secundarios, la falta de comunicación, lo cual a su vez
activa las particularidades de la actividad cognoscitiva y de la formación de la personalidad de estos sujetos,
teniendo siempre presente el medio en el cual se desarrollan.

Actúa entonces la Compensación del defecto, que no es mas que un complejo mecanismo
que sirve de base a la reestructuración de las funciones del organismo, alteradas o
perdidas.

En consecuencia, los sordos constituyen, sin duda, una comunidad hablante peculiar, con
rasgos propios, dentro de la comunidad general de hablantes del español de Cuba.

Al presente, y por la escolarización cada vez mayor de éstas personas, así como por los
programas de estimulación temprana o más específicamente, por la Intervención Temprana,
a través de Círculos Infantiles o vinculados a los Centros de Diagnóstico y Orientación o a
las llamadas Vías No Formales en nuestro país, sus necesidades comunicativas se amplían,
y también los medios de que disponen para satisfacerlas: lengua oral, lectura labio-facial,
sistema dactilológico, lengua de señas, sistema bilingüe, etc.

Al analizar las posibilidades lingüísticas de los sordos, es preciso tomar en cuenta la tipología de los
esquemas comunicativos en los que intervienen, lo cual podemos reflejar en el siguiente esquema:

lengua oral

directa

lectura labio-facial

comunicación
sordo-oyente

lengua de señas
indirecta (con intérprete)       

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Lengua de señas
(fundamentalmente)

comunicación
sordo-sordo directa

sistema dactilológico.

otros

En el primer esquema, el oyente solo produce    y recibe la lengua oral, mientras que el sordo, con un esfuerzo
extraordinario de su parte, puede producir la lengua oral, pero recibe, para poder decodificar el mensaje, a
través del medio visual que es la lectura labio-facial, en éste caso con las innumerables interferencias de la
intensidad de la articulación, rapidez y otros factores (iluminación, brillo, hábitos de taparse la boca
inconscientemente al hablar, etc).

En el segundo esquema ambos interlocutores comparten las distintas formas, pero con
diferentes usos: el sistema dactilológico, trabajoso y lento, se emplea para los nombres
propios, las palabras técnicas y muchas abstractas que no pueden ser expresadas por el
lenguaje de signos; la articulación sin sonido cuyo correlato es la lectura labio-facial se
emplea, en ocasiones, para vocablos que no cuentan con un signo en este lenguaje;    las
restantes situaciones se expresan comunmente entre los sordos con la última forma de
lenguaje.

Como se aprecia, el núcleo es mímico-gestual, y las insuficiencias de esta forma se


compensan con otras variantes en la comunicación entre sordos. Es por ello que hablamos
de variante diastrática.

Merece atención detenida el primer esquema de comunicación en su modalidad indirecta.


Se emplea sobre todo cuando se trata de lograr una comprensión lo más ajustada posible de
las intenciones y referencias de los hablantes. Sin embargo, la traslación de un mensaje de
la lengua oral a la de signos, por mucho cuidado que se ponga, además de comportarse
como una traducción y en este sentido podríamos considerar como bilíngües a los sordos
instruídos en la lengua oral, implica siempre un acto de selección inteligente por parte del
intérprete, por cuanto el lenguaje de signos tiene menor desarrollo que el oral, así como sus
peculiaridades y características propias, que por supuesto, no coinciden.

Esta práctica se emplea en grandes auditorios, donde la lectura labio-facial puede hacerse
imposible, o en comunicaciones estrechas donde se requiere precisión, o, por supuesto,
cuando el sordo no posee otras habilidades de lengua.

Esto hace que, aún en medios oralistas, se utilice al intérprete en conferencias, donde
acompaña a la mímica y al gesto su constelación de ayudas (dactilología, articulación sin
sonido) para dar paso a lo que denominamos lengua de señas.

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Al oyente también le resulta útil la vía indirecta ocasionalmente, pues la comunicación oral
del sordo suele ser deficiente y presentar determinadas características que la hacen peculiar
y dificil    de entender. Sobre ésta base se han llevado a cabo por nosotros diferentes
investigaciones que resultan interesantes con relación a éste punto.

Hemos apreciado las siguientes dificultades en nuestras investigaciones:

 Falta de concordancia entre sustantivo y adjetivo: flor, rosado.

 Falta de concordancia entre sujeto y verbo: dibujos, parece.

 Ausencia de artículo: toma conejo.

 Además de:

 Selección léxica inadecuada.


 Exclusión del plural.
 Exclusión de nexos.

 En lo fónico:

 Sustitución de nasales por oclusivas: burcelago por murcielago.

 Asimilación de consonantes interiores y de sílabas completas: oo por ojo;    pare por


parece.

 Cambio de timbre vocálico: teñosa por tiñosa.

 Sustitución de sonoras por sordas: parón por varón.

 Sustitución de r interior por l: alaclan por alacran.

 Opéntesis de vocales para romper grupos consonanticos:


inedeo por indio.

Debe tenerse en cuenta también la acentuación y la entonación.

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Tales insuficiencias de articulación, que son compensadas parcialmente por la enseñanza,
se deben a la ausencia de mecanismos de auto regulación motivada por la sordera.

El lenguaje de signos, por su parte, es una lengua propiamente dicha, por cuanto constituye
un sistema de signos que se utiliza para evocar los objetos de la realidad. Es decir, sus
unidades lo son de contenido y expresión, y se organizan según un sistema de relaciones o
interdependencias. Ejemplo:

Signo básico: índice y pulgar unidos o aproximados y    los


otros tres dedos verticales.

Signo lexema 1: signo básico en las dos manos moviéndose


alternativamente hacia delante, con cuidado.

Signo lexema 2: signo básico con una mano moviéndose de


arriba abajo y de abajo arriba, una vez, verdad.

Signo lexema 3: signo básico con una mano que se mueve de


arriba a abajo una sola vez, sincero.

Si el mismo signo básico se ejecuta sobre el pecho, con una mano, y teniendo también valor
significativo la expresión de la cara, resulta:

Signo lexema 4: movimiento más largo de arriba a abajo


del pecho, celoso.

Signo lexema 5: movimiento corto y largo de la mano hacia


afuera, envidia.

Signo lexema 6: movimiento de la parte superior del torax


hacia abajo y se cierra la mano, triste.

Nótese como hemos insistido en vocablos abstractos.

Son evidentes, sin embargo, otros rasgos de insuficiencia de esta lengua frente a la oral,
tales como la ausencia de relatores y determinantes, la no modificación flexional, la falta de
matices temporales, modales y aspectuales en el verbo, la escacez de vocablos abstractos,
así como en general cierta pobreza léxica; aunque en este último punto está por determinar
el monto de léxico básico de esta lengua y su correspondencia con la media de la lengua
oral en nuestro país, al menos. Al mismo tiempo que resulta necesario apuntar que es una
lengua muy joven y en pleno desarrollo.

Debemos decir, por otra parte, que en nuestra investigación hemos encontrado
representaciones abstractas en número no depreciable.

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El rasgo de la síntesis de esta lengua puede ejemplificarse así:

Una expresión de la lengua oral como “ese hombre es celoso” utilizaría solamente en esta
lengua un señalamiento (deíctico) y el signo celoso ya mencionado.

Si el sujeto no es persona del diálogo, si se marcaría su género, a través de nombres propios


o morfolexemas: hombre, mujer.

El lenguaje de signos es convencional, aunque presenta formas de valor icónico y


motivacionales en mayor o menor grado. Los signos y los gestos son aquí formas
voluntarias, concientes y significativas para la comunicación, aunque tambien deberá
estudiarse el comportamiento gestual no significativo del sordo, en relación con la
gestualidad típica del hablante cubano, que se relaciona con su cultura, idiosincracia, etc.

Como toda lengua, es mutable y sus formas son potencialmente incrementables.

Cuenta con formas homónimas, sinónimas y polisémicas, e incluso con posibilidades de


crecimiento por metáforas. Por ejemplo:

 Homonimia y polisemia:

complejo y problema, mano una


sobre otra sin tocarse, con las palmas
de frente, moviéndose en círculo a
semejanza de un remolino.

Escuela y estudiar, las dos manos


unidas por los meñiques semejando
un libro abierto.

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 Sinonimia:
hablar, mano orientada hacia delante uniendo
varias veces el extremo del pulgar con los
de los restantes dedos.

Conversar, las dos manos con la misma figura


anterior y además moviéndose de
alante para atrás.

 Metáfora:
esposo, dedos índice y pulgar de ambas manos
entrelazados como los anillos de una
cadena.

La expresión es sintética, concreta y en primera instancia afectiva y expresiva, lo cual no


excluye su función representativa.

Hay muchas palabras cuya estructuración gestual incluye la dactilología antigua. Por
ejemplo:    algunos meses del año o dias de la semana.

En Cuba se adoptó en el sistema de enseñanza la dactilología mas conocida mundialmente,


por las ventajas que representa: se realiza con una sola mano, con pocos movimientos, y en
un lugar determinado (a la altura del pecho) .

En resumen que los gestos, como elementos no verbales de la comunicación del sordo no
constituyen un medio paralingüistico, sino lingüistico propiamente. Podemos clasificarlos
del siguiente modo:

 Gestos signos propiamente dichos: ej. azul.

 Gestos descriptivos: que no son exclusivos de esta lengua, aunque aquí tienen papel
preponderante y no auxiliar; disponen de un correlato en una acción real que se trata de
reproducir en sus rasgos mas evidentes:
Por ejemplo: leer, las dos manos remedando un libro, luego una se queda
fija y de la otra se extienden los dedos índice y del medio, que recorren
la mano fija de arriba abajo como el recorrido de los ojos.

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Por otra parte, es importante tener en cuenta que el mecanismo interno del lenguaje de
signos, al considerar el empleo de la dactilología antigua como componente sustitutivo,
para aquellas expresiones que carecen de un correlato propiamente gestual, incluye el
proceso de análisis, síntesis, generalización y abstracción que reclama la doble articulación
de la lengua.

Asi mismo, el sordo genera mecanismos de síntesis, tales como la codificación de los
nombres propios, que sustituye por ciertos rasgos    relevantes de la apariencia externa del
sujeto. Así una persona se “nombra” por un lunar de vello en el brazo, otra por su delgadez
y sus espejuelos, etc. De este modo el lenguaje de signos no es solo medio de cultura en la
medida en que aporta datos de la cosmovisión y la psicología del sordo útiles para la
planificación de su tratamiento y educación, sino también porque puede contribuir
directamente a la comunicación, a la adquisición de conocimientos y especialmente para la
apropiación de la lengua oral; es decir, como sustrato lingüístico externo para el desarrollo
de la lengua oral.

El estudio detenido de las posibilidades y limitaciones de esta lengua sirve a la formación


de maestros de sordos como medio de enseñanza.

En ocaciones, cuando el niño llega a la escuela, tiene un código muy cerrado de


comunicación diastráctica. Ello motiva que cuando el maestro no logra hacerse entender, es
él quien se queda fuera de la comunicación (en el mas amplio sentido) con sus alumnos.

Hay vocablos que pueden enseñarse con apoyos externos, pero es extremadamente difícil
ilustrar otros como libertad, paz, moral, de que dispone la lengua de signos.

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CONCLUSIONES.

En resumen, no abogamos por la suplantación de otras formas de comunicación sin dudas


más idoneas, ni por el uso aislado de la lengua de señas, pero sí por la incorporación de ella
de modo sistemático a los niños de la escuela especial que lo necesiten como parte de su
enseñanza, así como por la libre expresión en general. Pensar que puede eliminarse esta
forma de lengua es a nuestro juicio, un postulado falso.

Se trata, entonces, de utilizar del mejor modo, y colocar en el lugar que le corresponde a la
lengua de señas.

Sería importante darle continuidad a la elaboración de    manuales para especialistas, de


diversos grados de complejidad según el objetivo, que recogieran el “vocabulario”
fundamental de esta lengua entre los sordos en Cuba.

Por otra parte, sería de utilidad la elaboración de un manual de    signos básicos y marcas
para representar    convencionalmente la orientación de las palmas, el movimiento de la
mano dominante, etc.

A este respecto, hemos venido realizando una investigación con sordos adultos para la
conformación de un léxico básico de la lengua de signos, sobre la base del cuestionario
básico del PILEI, y que de incrementarse en cuanto a informantes y esferas léxicas, así
como vincularse en los posibles aspectos a la investigación de la norma culta en Cuba.

Se está haciendo evidente, por demás, la necesidad de completar la formación de los


interpretes de Lengua de señas que comprenda, básicamente, elementos de lengua, de
psicología, de pedagogía y aspectos generales de cultura, entre otros, dada la importancia
de estos factores en el logro de una comunicación eficiente.

Se estimulan al presente, amplios programas culturales para sordos, que incluyen concursos
literarios, programas de televisión, encuentros de teatro, pantomima y danza, y que podrían
ampliarse en el futuro inmediato a otras formas tales como cursos de formación de
habilidades, programas de visitas a centros culturales, cines-debates, etc. Muchas de estas
formas de participación cultural encuentran su modo de realización en el empleo de la
lengua de señas.

La vinculación creciente de los adelantos tecnológicos y las investigaciones científicas al


plan de desarrollo cultural de la Asociación Nacional de Sordos de Cuba (ANSOC)
representará un salto en este trabajo si se acomete la producción de bibliografía adecuada,
creación de dispositivos de subtitulaje para televisores, programas de computación para el
autocontrol de la articulación, etc.

La educación y la enseñanza especiales, la determinación del desarrollo psíquico del


individuo, hábida cuenta de su condicionamiento social, el diagnóstico precoz y la atención
temprana, así como el estímulo a las diferentes formas de comunicación, son medios que
propician el desarrollo armónico del sordo y su formación cultural.

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El sordo medio es un individuo normal, con una capacidad intelectual semejante a la de
cualquier oyente, por lo que la sociedad está en el deber y en la posibilidad de procurarle
una vida mas plena, de conocimiento y disfrute de los avances acumulados por la cultura
universal.

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BIBLIOGRAFIA:

1.Andreiva, G. M. (1984):    Psicología social, I.M.U.M., Ed. Uneshtorgizadat, Moscú.

2.Azcoaga, J. (1971): Alteraciones del lenguaje en el niño. Ed. Biblioteca, Argentina.

3. Colectivo de Autores. (s/f): Probemas teóricos y metodológicos de la Educación


Especial, Ediciones Ligeras, MINED, La Habana, Cuba.

4. Dominguez, M. (s/f): El lenguaje Mimico-gestual de los sordos en Cuba: Apuntes


para un análisis, Ed. Ligeras, Universidad de la Habana, Cuba

5. García. Ma. Teresa (1995): El Lenguaje Mímico – Gestual de los Sordos en Cuba: Un
enfoque Psicológico, en Revista Cubana de psicología, Vol.12, No.1-2, La Habana, Cuba.

6. Magarotto, C. (1974): Hacia el lenguaje internacional del gesto, en Revista Correo,


Marzo 1974 (Año XXVII), pp. 20-21.

7. Mora Maestre, E. (1999): Aproximación al Estudio de la Audición y el lenguaje, Ed.


Ligeras, Universidad Autónoma de baja California, México.

       

       

  

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