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Lengua Señas
Lengua Señas
Universidad de la Habana.
RESUMEN:
El presente artículo hace una breve reseña del lenguaje de señas utilizado por las personas
sordas. Sus características dentro de los esquemas comunicativos, así como se lleva a cabo
un análisis de la lengua de signos.
Se arriban a algunas conclusiones alrededor de los gestos como elementos no verbales de
la comunicación del sordo.
Finalmente se sugieren algunas ideas factibles de llevar a cabo por la Asociación Nacional
de Sordos de Cuba que pudieran contribuír a una mayor formación cultural y al desarrollo
armónico de éstas personas.
ABSTRACT:
In the present paper we make a brief review of the sign language used by people, it’s
characteristics in the communication shames and how to analyze it.
We also arrive to some conclusions that have to do with gestures and mimic as no - verbal
components of communication of the deaf.
Finally we suggest some feasible ideas used by the Cuban National Association for the deaf
(ANSOC) that can contribute to better the cultural instruction and armonic development of
these people.
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Las Disacapacidades Auditivas, y en nuestro caso la Sordera, ocurren generalmente en personas en las cuales
están íntegras las premisas del desarrollo, pero en que el defecto patógeno primario, la sordera, genera
alteraciones inmediatamente derivadas de ella: defectos secundarios, la falta de comunicación, lo cual a su vez
activa las particularidades de la actividad cognoscitiva y de la formación de la personalidad de estos sujetos,
teniendo siempre presente el medio en el cual se desarrollan.
Actúa entonces la Compensación del defecto, que no es mas que un complejo mecanismo
que sirve de base a la reestructuración de las funciones del organismo, alteradas o
perdidas.
En consecuencia, los sordos constituyen, sin duda, una comunidad hablante peculiar, con
rasgos propios, dentro de la comunidad general de hablantes del español de Cuba.
Al presente, y por la escolarización cada vez mayor de éstas personas, así como por los
programas de estimulación temprana o más específicamente, por la Intervención Temprana,
a través de Círculos Infantiles o vinculados a los Centros de Diagnóstico y Orientación o a
las llamadas Vías No Formales en nuestro país, sus necesidades comunicativas se amplían,
y también los medios de que disponen para satisfacerlas: lengua oral, lectura labio-facial,
sistema dactilológico, lengua de señas, sistema bilingüe, etc.
Al analizar las posibilidades lingüísticas de los sordos, es preciso tomar en cuenta la tipología de los
esquemas comunicativos en los que intervienen, lo cual podemos reflejar en el siguiente esquema:
lengua oral
directa
lectura labio-facial
comunicación
sordo-oyente
lengua de señas
indirecta (con intérprete)
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Lengua de señas
(fundamentalmente)
comunicación
sordo-sordo directa
sistema dactilológico.
otros
En el primer esquema, el oyente solo produce y recibe la lengua oral, mientras que el sordo, con un esfuerzo
extraordinario de su parte, puede producir la lengua oral, pero recibe, para poder decodificar el mensaje, a
través del medio visual que es la lectura labio-facial, en éste caso con las innumerables interferencias de la
intensidad de la articulación, rapidez y otros factores (iluminación, brillo, hábitos de taparse la boca
inconscientemente al hablar, etc).
En el segundo esquema ambos interlocutores comparten las distintas formas, pero con
diferentes usos: el sistema dactilológico, trabajoso y lento, se emplea para los nombres
propios, las palabras técnicas y muchas abstractas que no pueden ser expresadas por el
lenguaje de signos; la articulación sin sonido cuyo correlato es la lectura labio-facial se
emplea, en ocasiones, para vocablos que no cuentan con un signo en este lenguaje; las
restantes situaciones se expresan comunmente entre los sordos con la última forma de
lenguaje.
Esta práctica se emplea en grandes auditorios, donde la lectura labio-facial puede hacerse
imposible, o en comunicaciones estrechas donde se requiere precisión, o, por supuesto,
cuando el sordo no posee otras habilidades de lengua.
Esto hace que, aún en medios oralistas, se utilice al intérprete en conferencias, donde
acompaña a la mímica y al gesto su constelación de ayudas (dactilología, articulación sin
sonido) para dar paso a lo que denominamos lengua de señas.
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Al oyente también le resulta útil la vía indirecta ocasionalmente, pues la comunicación oral
del sordo suele ser deficiente y presentar determinadas características que la hacen peculiar
y dificil de entender. Sobre ésta base se han llevado a cabo por nosotros diferentes
investigaciones que resultan interesantes con relación a éste punto.
Además de:
En lo fónico:
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Tales insuficiencias de articulación, que son compensadas parcialmente por la enseñanza,
se deben a la ausencia de mecanismos de auto regulación motivada por la sordera.
El lenguaje de signos, por su parte, es una lengua propiamente dicha, por cuanto constituye
un sistema de signos que se utiliza para evocar los objetos de la realidad. Es decir, sus
unidades lo son de contenido y expresión, y se organizan según un sistema de relaciones o
interdependencias. Ejemplo:
Si el mismo signo básico se ejecuta sobre el pecho, con una mano, y teniendo también valor
significativo la expresión de la cara, resulta:
Son evidentes, sin embargo, otros rasgos de insuficiencia de esta lengua frente a la oral,
tales como la ausencia de relatores y determinantes, la no modificación flexional, la falta de
matices temporales, modales y aspectuales en el verbo, la escacez de vocablos abstractos,
así como en general cierta pobreza léxica; aunque en este último punto está por determinar
el monto de léxico básico de esta lengua y su correspondencia con la media de la lengua
oral en nuestro país, al menos. Al mismo tiempo que resulta necesario apuntar que es una
lengua muy joven y en pleno desarrollo.
Debemos decir, por otra parte, que en nuestra investigación hemos encontrado
representaciones abstractas en número no depreciable.
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El rasgo de la síntesis de esta lengua puede ejemplificarse así:
Una expresión de la lengua oral como “ese hombre es celoso” utilizaría solamente en esta
lengua un señalamiento (deíctico) y el signo celoso ya mencionado.
Homonimia y polisemia:
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Sinonimia:
hablar, mano orientada hacia delante uniendo
varias veces el extremo del pulgar con los
de los restantes dedos.
Metáfora:
esposo, dedos índice y pulgar de ambas manos
entrelazados como los anillos de una
cadena.
Hay muchas palabras cuya estructuración gestual incluye la dactilología antigua. Por
ejemplo: algunos meses del año o dias de la semana.
En resumen que los gestos, como elementos no verbales de la comunicación del sordo no
constituyen un medio paralingüistico, sino lingüistico propiamente. Podemos clasificarlos
del siguiente modo:
Gestos descriptivos: que no son exclusivos de esta lengua, aunque aquí tienen papel
preponderante y no auxiliar; disponen de un correlato en una acción real que se trata de
reproducir en sus rasgos mas evidentes:
Por ejemplo: leer, las dos manos remedando un libro, luego una se queda
fija y de la otra se extienden los dedos índice y del medio, que recorren
la mano fija de arriba abajo como el recorrido de los ojos.
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Por otra parte, es importante tener en cuenta que el mecanismo interno del lenguaje de
signos, al considerar el empleo de la dactilología antigua como componente sustitutivo,
para aquellas expresiones que carecen de un correlato propiamente gestual, incluye el
proceso de análisis, síntesis, generalización y abstracción que reclama la doble articulación
de la lengua.
Asi mismo, el sordo genera mecanismos de síntesis, tales como la codificación de los
nombres propios, que sustituye por ciertos rasgos relevantes de la apariencia externa del
sujeto. Así una persona se “nombra” por un lunar de vello en el brazo, otra por su delgadez
y sus espejuelos, etc. De este modo el lenguaje de signos no es solo medio de cultura en la
medida en que aporta datos de la cosmovisión y la psicología del sordo útiles para la
planificación de su tratamiento y educación, sino también porque puede contribuir
directamente a la comunicación, a la adquisición de conocimientos y especialmente para la
apropiación de la lengua oral; es decir, como sustrato lingüístico externo para el desarrollo
de la lengua oral.
Hay vocablos que pueden enseñarse con apoyos externos, pero es extremadamente difícil
ilustrar otros como libertad, paz, moral, de que dispone la lengua de signos.
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CONCLUSIONES.
Se trata, entonces, de utilizar del mejor modo, y colocar en el lugar que le corresponde a la
lengua de señas.
Por otra parte, sería de utilidad la elaboración de un manual de signos básicos y marcas
para representar convencionalmente la orientación de las palmas, el movimiento de la
mano dominante, etc.
A este respecto, hemos venido realizando una investigación con sordos adultos para la
conformación de un léxico básico de la lengua de signos, sobre la base del cuestionario
básico del PILEI, y que de incrementarse en cuanto a informantes y esferas léxicas, así
como vincularse en los posibles aspectos a la investigación de la norma culta en Cuba.
Se estimulan al presente, amplios programas culturales para sordos, que incluyen concursos
literarios, programas de televisión, encuentros de teatro, pantomima y danza, y que podrían
ampliarse en el futuro inmediato a otras formas tales como cursos de formación de
habilidades, programas de visitas a centros culturales, cines-debates, etc. Muchas de estas
formas de participación cultural encuentran su modo de realización en el empleo de la
lengua de señas.
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El sordo medio es un individuo normal, con una capacidad intelectual semejante a la de
cualquier oyente, por lo que la sociedad está en el deber y en la posibilidad de procurarle
una vida mas plena, de conocimiento y disfrute de los avances acumulados por la cultura
universal.
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BIBLIOGRAFIA:
5. García. Ma. Teresa (1995): El Lenguaje Mímico – Gestual de los Sordos en Cuba: Un
enfoque Psicológico, en Revista Cubana de psicología, Vol.12, No.1-2, La Habana, Cuba.
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