Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ubicación
Investigaciones previas
Isla Hermosillo
Tiburón
A finales de los años cincuenta y principios de
El Gramal
El Aigame
los sesenta, William Wasley localizó varios si-
Isla San Esteban tios acerámicos; los informes de este trabajo se
Tastiota
encuentran en la oficina de registro de sitios
del Arizona State Museum de la University of
Arizona en Tucson y aparecen en el Catálogo
May
o de Sitios del Centro INAH Sonora (Braniff y Qui-
Río
jada, 1997). Ronald Ives (1963) recorrió el área
entre el estero Tastiota y la Bahía Adair, repor-
0 300 km tando la presencia de concheros con artefactos
Topolobampo asociados a una playa fósil compuesta princi-
palmente por el molusco de la especie Chione,
t Fig. 2. Sitios mencionados en el texto. mientras que en otra playa fósil constituida por
el molusco Turritella —tentativamente fecha-
de la Papaguería —el extremo noroeste de So- do en el Pleistoceno tardío—, no había presen-
nora—, recolectó varias puntas de proyectil Ar- cia de materiales culturales.
caicas, incluyendo algunas del tipo Pinto. Sin
embargo, notó que estos materiales Arcaicos apa- Durante los años setenta Thomas Bowen (1974,
recían solamente en zonas adyacentes a las 1976) registró muchos sitios sin cerámica a lo lar-
montañas y que virtualmente todos habían sido go de la costa central de Sonora; sin embargo,
encontrados en sitios con componentes cerámi- con excepción de un probable sitio de filiación
cos, lo que confundía su posición cronológica San Dieguito localizado en la desembocadu-
(Ezell, 1954: 15). Thomas Hinton (1955) reportó ra del río Concepción, concluyó que se trata-
tres puntas San Pedro como los únicos compo- ba de sitios pequeños de actividades limitadas
nentes Arcaicos observados durante su recorrido del pertenecientes a grupos comca’ac (seri) tardíos.
Valle de Altar, en el noroeste de Sonora. Frank Bowen (1976: 90) señaló la posibilidad de que
Holzkamper (1956) recolectó varias puntas de existieran contextos Arcaicos en la localidad de
proyectil en el estero Tastiota identificadas sub- El Tecomate en la Isla Tiburón; en un conchero
secuentemente por Rogers como tipos perte- de grandes dimensiones observó depósitos cul-
necientes a los periodos San Dieguito II y turales sin cerámica, dos metros por debajo del
Amargosa I (Hayden, 1956: 22). La cronología último horizonte cerámico y sugirió que unas
del complejo San Dieguito continúa siendo bas- estructuras ovales de piedras —conocidas como
tante ambigua; Malcom Rogers (1958) dató de círculos para dormir—, tenían una gran simili-
manera tentativa la fase San Dieguito II alrede- tud con elementos semejantes definidos en el
dor del 4,000 a.p. y la fase Amargosa I como pos- complejo San Dieguito-Malpais. Tierra aden-
terior al año 3,000 a.p. Por otro lado, Julian tro, a lo largo de la cuenca del río Concepción,
Hayden (1974, 1987) utilizando datos de la Bowen (1976) definió la Fase I de su cronolo-
Sierra de El Pinacate y de las excavaciones de gía como esencialmente análoga a la fase San
8
ARQUEOLOGÍA 29 enero-abril 2003
E448000
E449000
E450000
E451000
Cerro Boquillas
N3375000
s
uillas ulo
Río Boq ntíc
Área de los Canales Mo Yacimiento
entierros de esquisto
N3374000
Hornos alineados/
Trinche
Campos bordeados
ras
N3373000 La Playa
SON F: 10: 3
0 500 m
aluvial. Aunque la mayoría de los restos se ob- te. Esta larguísima historia ocupacional de La
servan en el aluvión —expuestos por la disec- Playa nos ha permitido utilizar la terminología
ción y erosión superficial extensiva—, el sitio de los periodos ambientales mayores y caracte-
continúa algunos kilómetros hacia el oeste y rizar un esquema cronológico para éstos, basa-
hacia el norte en el pie de monte de la Sierra do en la reciente revisión y sistematización de
Boquillas. la información paleoclimática elaborada por Ma-
bry (1998b, 1998c).
A primera vista, lo más sorprendente del sitio
La Playa es el pavimento de piedras fractura- Pleistoceno terminal (ca. 14,500-10,500
das por fuego, que se extiende indiscriminada- a.p.) y Holoceno temprano
mente por varios kilómetros. Este pavimento (10,500-7,500 a.p.)
de artefactos es resultado de la intensa erosión
fluvial laminar y en cárcavas de los aluviones,
El ambiente aluvial del río Boquillas ofreció un
erosión que constantemente desintegra los ele-
verdadero oasis durante el Pleistoceno tardío/
mentos térmicos para cocción, en los que se usa-
Holoceno temprano atrayendo un gran núme-
ron piedras incandescentes como fuentes de
ro de animales. Numerosos restos animales
calor (hornos). Además de miles de hornos, la
—mamut, bisonte, camello, caballo, antílope,
erosión ha exhumado cientos de entierros huma-
venado, jabalí y tortugas terrestres—, se obser-
nos (inhumaciones y cremaciones) y de perros,
van asociados a un paleosuelo del Pleistoceno,
y varias estaciones de lasqueo y de trabajo de
del que quedan algunos vestigios en el sector
concha, observándose en la superficie miles
oeste del sitio.
de artefactos de piedra pulida, piedra tallada,
concha, hueso y cerámica. En el sector este del
sitio se observan varios montículos con relleno Los materiales arqueológicos paleoindios inclu-
artificial. yen una punta de proyectil Clovis reportada por
Robles (1974) —actualmente resguardada en
Durante los últimos seis años el Proyecto Ar- una colección privada—, una punta estilo Clovis
queológico La Playa ha tenido como misión cuya base se fracturó antes de acanalarla y dos
prioritaria rescatar los elementos y artefactos percutores de asta fosilizados recolectados por
en inminente estado de destrucción, y respon- miembros del proyecto. Una punta de proyec-
der a las cuestiones básicas de cronología, estruc- til del tipo Tapering stem o Western stem (puntas
tura del sitio, subsistencia e interacción regional de pedúnculo estrecho) está en la colección del
e interregional. Aunque Johnson (1960, 1963) sitio depositada en el Arizona State Museum.
consideró que La Playa reflejaba una ocupación Es pertinente señalar que algunos tipos de pun-
Trincheras fechada aproximadamente entre los tas similares (e.g. Jay, Lake Mojave, Silver Lake,
años 700 y 1100 d.C., nuestras investigaciones San Dieguito) se encuentran dispersos en todo
han identificado fauna pleistocénica y cabe la el oeste de Estados Unidos, su fecha de elabo-
posibilidad de que exista un componente Clo- ración es alrededor de los años 10,700 y 7,000
vis, uno de la tradición Malpais-San Dieguito, a.p. (Lorentzen, 1998: 142).
una ocupación Arcaica y evidencias de que el si-
tio estuvo continuamente ocupado desde el En el sitio también se concentran artefactos
periodo del Arcaico tardío/Agricultura tempra- pertenecientes al componente Malpais/San
na (ca. 1,500/1,200 a.C. al 200 d.C.) hasta la pri- Dieguito I. Los artefactos se observan asocia-
mera mitad del siglo XX. Una gran parte de los dos a un paleopaisaje formado por depósitos de
artefactos y elementos pertenecen al periodo cantos y gravas remanentes de un canal flu-
de Agricultura temprana, incluyendo lo que vial invertido probablemente del Pleistoceno
probablemente es la población de entierros más terminal/Holoceno temprano. El complejo lítico
grande hasta ahora conocida en todo el Noroes- se caracteriza por presentar una gruesa forma-
11
SONORA PRECERÁMICA: DEL ARCAICO Y DEL SURGIMIENTO DE ALDEAS AGRÍCOLAS
ción de pátina y entre las herramientas obser- provocando condiciones ambientales adver-
vadas se encuentran grandes tajadores sobre sas. Aunque a la fecha se sigue debatiendo la
cantos (fig. 4), retocados unifacial y bifacialmen- severidad del clima que prevaleció durante el
te, herramientas con retoque unifacial (e.g. ras- periodo Altitermal (Betancourt, 1990; Martin,
padores de varios tipos, lascas con muescas para 1963; Van Devender, 1990), la ausencia de com-
descortezar y denticulados), buriles, perforado- ponentes arqueológicos fechados durante este
res y percutores, junto con un sinnúmero de periodo parece corroborar los modelos que plan-
desechos de talla que comprenden lascas de pre- tean la existencia de condiciones ambientales
paración de plataforma de núcleo y núcleos inhóspitas (Berry y Berry, 1986; Mabry, 1998c,
formales. Las materias primas mejor represen- 1998d).
tadas son el basalto y la diorita, seguidas en mu-
cho menor cantidad por riolita, latita y esquisto. Es posible que el sitio La Playa haya estado ocu-
pado, por lo menos de manera intermitente
durante el periodo Altitermal. Hemos excavado
El fechamiento del complejo Malpais/San Die-
un entierro de una mujer adulta con un pecu-
guito continúa siendo problemático, con edades
liar tratamiento funerario: se encontró exten-
estimadas que van desde aproximadamente
dida sobre su espalda con las piernas dobladas
37,000 a.p. (Hayden 1974, 1976) a 4,000 a.p.
y los brazos abiertos de tal forma que simulan
(Rogers, 1939, 1958). La asociación del com-
las alas de un pájaro en vuelo, cubierta por una
plejo lítico con el canal pleistocénico en La Pla-
tela fibrosa a manera de huipil y con dos con-
ya, sugiere que la deposición de los artefactos
chas marinas sobre su cuello, tiene deformación
líticos es posterior a los depósitos del Pleisto-
craneal y presenta rasgos genéticos similares a
ceno terminal. El barniz del desierto presente
las poblaciones prehispánicas del Suroeste de
en las herramientas líticas y las gravas posible-
Estados Unidos (Barnes, 1999). Obtuvimos una
mente indican una fecha anterior al Altitermal
fecha de radiocarbono de 5480 +/- 50 AP (B-
del Holoceno medio, aunque estudios recien-
169393, fecha directa de AMS en colágeno), ca-
tes sobre su formación señalan que existen di-
librada a 4,380-4,240 a.C.
ferentes agentes involucrados (Huckell 1998:
170).
Aunado a esto, 15 de las 183 puntas de proyec-
til de la colección de La Playa pertenecen al ti-
El Holoceno medio (7,500 - 4,500 a.p.) po Pinto/San José (fig. 5). Éstas son puntas grue-
sas, pequeñas, con una longitud de entre 2 y
4 cm, y con pedúnculo expandido de lados cón-
Antevs (1948, 1955) definió al Holoceno me- cavos; hombros estrechos y base convexa, el
dio como un periodo Altitermal en el que la cuerpo frecuentemente se presenta aserrado.
temperatura se elevó y las lluvias disminuyeron Se han encontrado distribuidas en todo el Su-
roeste de Estados Unidos, la Gran Cuenca y la
Meseta del Colorado (Lorentzen, 1998: 145;
Sliva, 1997: 50). La asignación cronológica de
las puntas Pinto y San José es bastante vaga y
generalmente con fechas variables entre 9,500
y 2,800 a.p. (Irwin-Williams, 1973; Ambler,
1996; Lorentzen, 1998, Wormington, 1957); sin
embargo, Berry y Berry (1986: 315) basándo-
0 10 cm se en un grupo de fechas procedentes de la re-
gión este de la Gran Cuenca y la Meseta del
t Fig. 4. Ejemplos de la industria lítica Malpais/
Colorado, razonablemente colocan a la tradición
San Dieguito. Pinto en el periodo Holoceno medio.
12
ARQUEOLOGÍA 29 enero-abril 2003
La utilización del valle del río Boquillas se in- Las puntas Gypsum miden entre 3.0 y 5.0 cm
crementó considerablemente en este periodo de longitud, presentan cuerpos triangulares con
y parece coincidir con el regreso a condiciones hombros anchos, pedúnculos cortos muy con-
climáticas más favorables que prevalecen hacia traídos en su base; estilos de punta de dardo de
el 3,500 antes de nuestra era. Trece por ciento pedúnculo corto y contraído, conocidas en el Su-
de las puntas de proyectil son tipos asociados a roeste de Estados Unidos como Gypsum Cave,
la primera parte del Holoceno tardío (antes del Agustín y Pelona, y Gatecliff Contracting Stem
periodo de Agricultura temprana), incluyendo en la Gran Cuenca. Aparecen desde el año 4,000
13
SONORA PRECERÁMICA: DEL ARCAICO Y DEL SURGIMIENTO DE ALDEAS AGRÍCOLAS
Aparentemente la ocupación
del valle del Boquillas siguió in-
crementándose durante el pe-
riodo de Agricultura temprana,
el cual comenzó alrededor del
año 1500 a.C. con dos fases: San
Pedro ca. 1,500/1,200 al 800 a.C.,
y Ciénega del 800 a.C. a ca. 200
a d.C. Las características más re-
presentativas de este periodo
son: la presencia de maíz, con-
juntos de casas en foso, canales
de riego, manufactura de orna-
mentos de concha y puntas de
proyectil conocidas como San
Pedro y Ciénega (Mabry, 2002).
Catorce de las 16 fechas de
b radiocarbono del sitio se ubican
dentro de este lapso; los datos
cronólogicos fueron obteni-
dos de entierros (colágeno), hor-
nos (carbón y semillas) y un
hoyo de poste en una superficie
de ocupación. Para este periodo,
la fecha de radiocarbono más
temprana es de 3250+/-40: se
trata de un entierro masculino
flexionado, recostado sobre su
espalda y cubierto de hematita;
c la fecha más tardía es de un gra-
no de maíz que se encontraba
dentro de un hoyo de poste con
cm una edad de radiocarbono de
t Fig. 6. Puntas Gypsum (a), Chiricahua (b), Cortaro (c). 1885+/-50 (tabla 1).
puntas de proyectil más comunes de este perio- obtenidas de algunos hornos excavados que for-
do son las estilo Ciénega con 45 ejemplares (24 man parte de los alineamientos, sugieren su
por ciento del total de puntas) (fig. 7); dos pun- asociación a la fase Ciénega (del 800 a.C. a ca.
tas del tipo Ciénega se encontraron asociadas a 200 d.C.). Además, las rocas fracturadas por el
entierros humanos: uno de ellos se encontró ex- fuego asociadas a los hornos se encuentran muy
tendido y tiene una fecha de radiocarbono de quebradas, lo que parece sugerir que el agua
2280+/-40 (B-169396 en colágeno), calibrada fue un elemento importante durante el proce-
a 400-350 a.C. samiento térmico y su ordenamiento lineal pue-
de reflejar su distribución a lo largo del canal.
Otros artefactos que pertenecen al periodo de
Agricultura temprana son charolas de piedra con Hornos
asas, protocharolas de piedra pulida, metates
En el sitio La Playa existe una gran variabilidad
planos y de cuenco, manos en cantos y percuto-
de elementos utilizados para cocinar. La única
res de diorita. Asimismo una gran variedad de
característica que tienen en común es que la
herramientas sobre lasca y núcleo, cruciformes
fuente de calor utilizada fueron las piedras in-
de piedra y ornamentos de concha, junto con de-
candescentes. Los 104 hornos excavados hasta
sechos de manufactura, pulidores de esquisto
la fecha, tienen un diámetro de entre 0.45 y
y todo tipo de punzones de hueso y astas utili-
4.02 m, y una profundidad que varía de 0.50 a
zadas en la producción de objetos de concha.
1.18 m (fig. 8). Aunque la mayoría son hornos
Los implementos que muy probablemente
en hoyo de perfil globular, algunos de los ele-
complementan el complejo del periodo de Agri-
mentos térmicos se presentan como montícu-
cultura temprana son unas piedras de molien-
los de piedras y cenizas en los que la cocción se
da alargadas y pesadas que miden entre 20 y
realizó en la superficie.
50 cm de largo, azuelas tabulares talladas y dis-
cos de piedra pulidos y tallados. El análisis del contenido de los hornos refleja
abundancia de restos de animales y plantas. En
Entre los elementos que acompañan el comple- nueve de los trece hornos analizados hasta la
jo de artefactos de este periodo se observan fecha, están presentes cúpulas y granos de maíz
numerosos hornos, varios cientos de entierros junto con semillas de mesquite, quenopodio y
humanos, entierros de perros, áreas de acti- amaranto (Sánchez, 1998). La abundancia de
vidad donde se produjeron ornamentos de maíz —determinada por partes por litro (ppl)
concha y se tallaron herramientas líticas, agru- (Gasser, 1987)—, es relativamente alta, con un
paciones de manos y cuchillos tabulares y un promedio de 5.2 ppl por cada elemento. Los
yacimiento de esquisto. quenopodios y amarantos también están bien
representados, con una abundancia promedio
En La Playa se observan campos de agricultu- de 4.08 ppl.
ra que cubren un área de 35 hectáreas. Estos
campos están relacionados con el periodo de Como punto de comparación, Gasser (1987:
Agricultura temprana y están constituidos por 311) reportó que la abundancia de maíz en ele-
canales orientados noreste-suroeste, bordes de mentos arqueológicos Hohokam —reconocidos
piedras delineando cuadrículas de 15 a 20 me- como agricultores intensivos—, tienen un pro-
tros y varios alineamientos continuos de hornos, medio de menos de 1.0, lo que sugiere que ele-
por una longitud de 50 a 150 metros, paralelos mentos arqueológicos con abundancias de 5.0
a los canales. Los elementos descritos se en- ppl de una sola especie, pueden usarse como
cuentran asociados con un paleosuelo sepulta- indicadores de la función primaria de un ele-
do, son evidentes en la fotografía aérea y hemos mento. En contraste, la ubicuidad del maíz,
comenzado a elaborar los mapas correspon- determinado por la presencia/ausencia de maíz
dientes en el campo. Las fechas de radiocarbono en elementos excavados, es un poco más baja
16
ARQUEOLOGÍA 29 enero-abril 2003
Piedras quebradas
Piedras quebradas por fuego
por fuego
E392 E393
Piedras quebradas
por fuego
W
W
Piedras quebradas
E396 por fuego
E388
t Fig. 8. Ejemplos de hornos en el sitio La Playa.
sectores del sitio. Hasta la fecha hemos exca-
vado 188 inhumaciones y 33 cremaciones. Es
de 63 por ciento. Esta cantidad es comparable muy probable que los entierros representen
al sitio Clearwater (Diehl y Waters, 1996), pero diversas etapas de ocupación del sitio ya que se
mucho más baja que el resto de los sitios del observan en diferentes situaciones estratigrá-
periodo de Agricultura temprana donde los es- ficas. Sin embargo, hemos determinado que por
tudios presentan una ubicuidad de maíz cuyo lo menos un conjunto de 165 entierros que se
rango varía de 83 al 100 por ciento (Sánchez, encuentran en el sector central del sitio (“área
1998). de los entierros” en fig. 3) con similares trata-
mientos mortuorios e iguales características
Los restos de fauna consisten principalmente paleopatológicas congénitas, pertenecen al pe-
en conejo/liebre, venado y tortuga. En un solo riodo de Agricultura temprana. En este sector
horno se recuperaron los restos de más de 20 co- del sitio hemos fechado varios hornos que per-
nejos: esto posiblemente sea un indicador de tenecen a este periodo; en general el conjunto
la práctica de cacería con redes comunales. Otro de artefactos tiene filiación con esta época. Esta
horno contiene los restos que probablemente muestra es la más grande de una sola población
pertenecieron a varios guajolotes. precerámica que se conoce hasta ahora en la re-
gión del Noroeste de México y el Suroeste de
Entierros Estados Unidos.
Varias centenas de entierros humanos se ob- Los entierros de La Playa están en su mayoría
servan expuestos en la superficie en diferentes flexionados (54% , n=81), aunque también hay
17
SONORA PRECERÁMICA: DEL ARCAICO Y DEL SURGIMIENTO DE ALDEAS AGRÍCOLAS
E414
1957, Mabry 1998a).
t Fig. 9. Ejemplos de tipos de entierros Una punta de esta
en el sitio La Playa. E361 misma fase muy fina y
18
ARQUEOLOGÍA 29 enero-abril 2003
puede determinar qué cantidad refleja el com- cepillos, denticulados y lascas con muescas, re-
plejo de Agricultura temprana. Sin embargo, la tocadas y utilizadas. También están presentes
gran cantidad de especies utilizadas parece es- cuchillos de agave tabulares, pero no podemos
tar asociada a los componentes precerámicos y determinar si pueden incluirse dentro del com-
algunos ejemplares de concha quemada están plejo de Agricultura temprana.
presentes en los hornos que datan de la fase
Ciénega. Al comparar la colección de conchas Aproximadamente 90 por ciento de la indus-
de La Playa con la de Cerro de Trincheras (ca. tria lítica de La Playa fue elaborada usando ma-
1,300-1,450 d.C.) ha quedado de manifiesto que terias primas locales: cuarzo, basalto, riolita, an-
existen diferencias considerables entre los dos desita y diorita. Los materiales de grano fino
conjuntos, con pocas especies en común y por- cripto-cristalinos representan solamente el 9
centajes drásticamente diferentes de ornamen- por ciento de la colección, aunque el 35 por
tos y especies representadas. Por ejemplo, Conus ciento de las puntas de proyectil son de sílex.
sp. es la especie dominante en el Cerro de Trin- Una estación de lasqueo compuesta de dos cla-
cheras, con una representatividad de 58.35 ses de sílex, contenía dos puntas Ciénega,
por ciento (Vargas, 1995) y sólo ocupa el 0.13 por reconstruíbles que se rompieron y fueron dese-
ciento del total de La Playa, donde la especie chadas durante la manufactura. La obsidiana
más abundante es Glycymeris gigantea represen- está presente en el sitio, aunque tiene una re-
tando un 68.3 por ciento de toda la concha re- presentatividad mínima de 0.01 por ciento. Aun-
cuperada. que en general el uso de materias primas en
puntas de proyectil del tipo Imperio, San Pe-
Desde 1936 Woodward describió al sitio La Pla- dro y Ciénega es bastante similar, en las puntas
ya como una “fábrica de brazaletes de concha”, Ciénega se observa una mayor utilización de ma-
debido a que diferentes tipos de pulidores, bu- terias primas foráneas ya que 49 por ciento de
riles, punzones de mitades longitudinales de las mismas están hechas en sílex, mientras que
metapodio de venado y picotas de asta de ve- sólo el 25 por ciento de las puntas Imperio y
nado se observan comúnmente asociadas con San Pedro son de este material. El cuarzo re-
áreas de trabajo de concha (fig. 11). Otras es- presenta una materia prima de mala calidad, sin
pecies de concha muy comunes son las nacara- embargo, junto con la diorita y el esquisto es la
das (8.4%), Modiolus (7.6%), Laevicardium elatum roca de más fácil acceso en la Sierra Boquillas;
(1.6%), los vermétidos (0.87%), Chione (0.70%), el 40 por ciento de las puntas Imperio y San
Olivella dama (0.30%) y Arene (0.26%). Pedro son de este cuarzo local.
metates planos y en cuenco, charolas de basal- en La Playa, sin descartar la posibilidad de que
to, morteros, protopaletas, manos de morteros, se trate de una cerámica intrusiva.
pulidores y una gran cantidad de percutores. La
materia prima utilizada para su manufactura Interacción regional e interregional
primordialmente es granodiorita seguida por
esquisto, riolita y varios basaltos. Sin embargo,
El recurso foráneo más significativo del sitio es
virtualmente todos los percutores están elabo-
la gran cantidad de concha marina procedente
rados en una diorita de grano grueso de color
del Golfo de California, localizado a 100 kiló-
verde oscuro.
metros hacia el oeste. No hemos podido deter-
minar si la concha fue adquirida directamente
En la cumbre de un cerro pequeño localizado
por los ocupantes del sitio viajando a la costa o
en el punto donde el río Boquillas emerge a la
por medio del intercambio con grupos costeros
planicie aluvial, se encuentra un yacimiento de
(ancestros de los comca´ac). De cualquier for-
esquisto. Los escarpes de roca presentan varias
ma, sitios del periodo Trincheras cercanos a
marcas e incisiones profundas y muchos frag-
Bahía Kino, como Playa Noriega o Gignac, con ce-
mentos tabulares fueron removidos usando pi-
rámica Trincheras Púrpura-sobre-rojo, sugieren
jas de cuarzo. Aunque es muy probable que el
una interacción significativa entre las poblacio-
uso del yacimiento continuó hasta el periodo
nes de la tradición Trincheras y los comca´ac
Trincheras, muchos implementos para pulir uti-
prehispánicos. Existen elementos suficientes
lizados en la producción de ornamentos de con-
para considerar que esta relación pudo haberse
cha son del esquisto local y son muy comunes
establecido desde el periodo precerámico.
en los componentes característicos del periodo
de Agricultura temprana.
El sitio La Playa obtuvo recursos minerales de
Cerámica varias regiones ubicadas a diferentes distancias.
La obsidiana de La Playa posiblemente provie-
Varios tiestos de un tipo cerámico previamente ne en su totalidad de la fuente de Antelope
desconocido se han encontrado asociados a com- Wells en la frontera de Nuevo México y Chihua-
ponentes de la fase Ciénega. El tipo La Playa hua, 350 km hacia el este (Steve Shackley, co-
Lisa es una cerámica elaborada por enrollado y municación personal 1999). Según los análisis
raspado, bien terminada, pulida y con desgra- realizados con espectómetro, la argilita roja de
sante de arena fina, bastante diferente a la ce- alta calidad que hemos observado en el sitio,
rámica de la tradición Trincheras. Un horno que proviene de la cuenca Tonto en Arizona, locali-
contenía cerámica La Playa Lisa registró una zada aproximadamente a 400 km hacia el norte
fecha de radiocarbono de 1940±55 (4 al 129 (James Gundersen, comunicación personal
d.C.). En un foso de almacenamiento en forma 1999).
de campana, todavía no fechado, se encontró
un tiesto de este tipo. La turquesa está presente tanto en forma de
ornamentos como de manera natural, pero no
La cerámica La Playa Lisa comprende aproxi- se ha determinado su procedencia. Tampoco se
madamente el 2.5 por ciento de la muestra re- conoce la procedencia de la materia prima crip-
colectada del sitio; sin embargo cabe señalar que to-cristalina (sílex y calcedonia), muy utilizada
ésta no es representativa, ya que nos hemos en- en la elaboración de puntas de proyectil. Se han
focado en el estudio de áreas reconocidas como observado dos o tres nódulos pequeños de sílex
pertenecientes al periodo de Agricultura tem- entre los cantos rodados en el canal del río
prana. Sí podemos decir que su presencia es Boquillas, esto sugiere la existencia de una
significativa y que aparece en diversos contex- fuente de sílex cercana, aunque todavía no lo-
tos, lo que sugiere que pudo haberse elaborado calizada.
21
SONORA PRECERÁMICA: DEL ARCAICO Y DEL SURGIMIENTO DE ALDEAS AGRÍCOLAS
Dada la correlación cronológica, estamos ten- regiones óptimas para el desarrollo de la agri-
tados a sugerir que el Altitermal fue el posible cultura de maíz. Curiosamente, la distribución
motivo de la separación inicial del grupo. Al des- de los complejos arqueológicos pertenecientes
poblarse la región del desierto de Sonora, algu- al periodo de Agricultura temprana o semejan-
nos grupos se refugiaron en la Gran Cuenca, tes a la fase San Pedro hasta ahora conocidos,
mientras que otros se desplazaron hacia el sur coinciden con la extensión territorial de los ha-
adentrándose en la Sierra Madre Occidental y/ blantes del tronco yutoazteca en el Noroeste
o en la planicie costera del sur de Sonora y Si- de México (Carpenter et al., 1996; Carpenter,
naloa. Miller (1983) identificó la región serra- Mabry y Sánchez, 2000).
na entre los ríos Mayo y Sinaloa como la cuna
de los protoyutoaztecas Sonorenses (PSYA), ba- La subsistencia de los habitantes de La Playa
sándose en la existencia de una gran diver- está relacionada con una estrategia económica
sidad de idiomas yutoaztecas en un espacio de tipo mixto de forrajeo y agricultura, con un
reducido. intenso cultivo de maíz combinado con una ex-
tensa utilización de plantas silvestres y anima-
Estos grupos PSYA seguramente fueron los pri- les. A este tipo de estrategia la hemos definido
meros norteños en adoptar la agricultura de como el Complejo de Agricultura Sonorense
maíz. Benz (1999: 32-33) postula que la fami- (Carpenter, Sánchez y Villalpando, 2002). In-
lia de maíz relevante en el norte de México, se dudablemente el maíz fue la fuente fundamen-
originó entre poblaciones pequeñas muy tem- tal de alimento almacenable para el invierno y
pranas, esparcidas desde el río Balsas hasta la los primeros meses de la primavera. Aunque no
región de Colima-Jalisco en el occidente de Mé- se puede negar la existencia de estrategias de
xico —donde se desarrolló la raza Reventa- intensificación agrícola junto con un patrón
dor—, y después hacia la planicie costera de de asentamiento radicalmente alterado en el
Nayarit donde surgió la raza Jala; posteriormen- sitio, es posible que la agricultura contribuyera
te se difundió hacia las costas de Sinaloa y So- sólo de manera moderada al porcentaje total de
nora donde al parecer se gestó el Chapalote. El calorías consumidas. Estas deducciones están
momento preciso de la difusión del maíz y su sustentadas por la baja incidencia de caries en
desarrollo evolutivo solamente puede ser deli- la población, la gran cantidad de plantas sil-
mitado usando las fechas más tempranas de vestres contenidas en los hornos y el estilo de
maíz para el centro de México y para el Suroes- piedras de molienda utilizadas para triturar se-
te de Estados Unidos. Así tenemos un lapso en- millas silvestres.
tre los años 3,600 y 2,000 a.C., lo que significa
que los grupos protoyutoaztecas sureños pro- La práctica de la agricultura de maíz, las es-
bablemente recibieron el maíz a finales del pe- pecies vegetales que representan todas las
riodo Altitermal o en el Holoceno temprano y estaciones del año, la identificación de una
estuvieron involucrados en el desarrollo de la localidad funeraria donde enterraban a sus
raza Chapalote. muertos, junto con las evidencias de una gran
diversidad de actividades, la gran cantidad de
Los lingüistas ubican la ramificación original del hornos para procesar alimentos, el conjunto
PSYA en los grupos históricos alrededor de los de herramientas líticas, manos y metates y la
años 2,500 y 1,500 a.C. (Hill, 1996, 2000, Miller, distribución y densidad de elementos arqueo-
1983). Hill (2000) ha demostrado que el maíz lógicos y artefactos, son indicativos de que du-
se dispersó entre los hablantes de protoyutoaz- rante el periodo de Agricultura temprana la po-
teca Sonorense. Lo cierto es que sospecha- blación de La Playa fue totalmente sedentaria.
mos que la diversificación de la rama Sureña
de los yutoaztecas está relacionada con la reo- La transición de la fase Ciénega a la tradición
cupación del desierto de Sonora y de otras Trincheras refleja la continuidad de ocupación
23
SONORA PRECERÁMICA: DEL ARCAICO Y DEL SURGIMIENTO DE ALDEAS AGRÍCOLAS
b i b l i o g r a f í a
• Ambler, J. Richard 40,000 Years of Biotic Change, Tucson,
1996. “Dust Devil Cave and Archaic University of Arizona Press,
Complexes of the Glen Canyon Area”, pp. 259-292.
en Glen Canyon Revisited, P. R. Geib (ed.),
Salt Lake City, University of Utah Press, • Bowen, Thomas
pp. 40-52 (Anthropological Papers, 1974. “Esquema de la historia de la
119). cultura Trincheras”, en B. Braniff
y R. S. Felger (eds.), Sonora: Antropología
• Antevs, Ernst del Desierto, México, INAH/SEP,
1948. “The Great Basin, with Amphasis pp. 347-363.
on Glacial and Postglacial Times:
1976. Seri Prehistory: The Archaeology
Climatic Changes and Pre-White Man”,
of the Central Coast of Sonora, Tucson,
University of Utah Bulletin, vol. 38,
University of Arizona Press
núm. 20, Salt Lake City, University
(Anthropological Papers of
of Utah Press, pp. 168-191.
The University of Arizona, 27).
1955. “Geologic Climatic Dating in the • Carpenter, John P., Guadalupe Sánchez
West”, American Antiquity, vol. 20, y Elisa Villalpando
núm. 4, pp. 317-355. 2002. “Of Maize and Migration: Mode
and Tempo in the Diffusion of Zea mays
• Barnes, Ethne in Northwest Mexico and the American
1999. “Lab Analysis, La Playa Burials”, Southwest”, en Sarah Schlanger,
México, Centro INAH Sonora, Boulder (ed.), Traditions, Transitions,
mecanoescrito. and Technologies: Themes in Southwestern
Archaeology, Colorado, University Press
2002. “Lab Analysis, La Playa Burials”, of Colorado, pp. 245-258.
México, Centro INAH Sonora,
mecanoescrito. 1996. “Of Language, Lithics and Lunch:
New Perspectives on the San Pedro
Phase from La Playa, Sonora, Mexico”,
• Benz, Bruce F.
ponencia presentada en Conference on
1999. “On the Origin, Evolution, and
Archaic Prehistory of the Southwest,
Dispersal of Maize”, en M. M. Blake
Albuquerque.
(ed.), Pacific Latin America in Prehistory:
The Evolution of Archaic and Formative • Carpenter, John P., Jonathan Mabry
Cultures, Pullman, Washington State y Guadalupe Sánchez
University Press, pp. 25-38. 2000. “Arqueología de los Yuto-Aztecas
Tempranos”, en J. L. Moctezuma
• Berry, C. F. y M. S. Berry Zamarrón y J. H. Hill (eds.), Avances y
1986. “Chronological and Conceptual Balances de Lenguas Yutoaztecas, Homenaje
Models of the Southwestern Archaic”, a Wick R. Miller, Hermosillo, Centro
en C. J. Condie y D. D. Fowler (eds.), INAH Sonora (edición especial de
Anthropology of the Desert West: Essays in Noroeste de México en CD ROM).
Honor of Jesse D. Jennings, Salt Lake City,
University of Utah Press, pp. 253-327 • Diehl, M. W. y J. A. Waters
(Anthropological Papers, 110). 1996. “Archaeobotanical and Osteofaunal
Assessments of Diet Composition and
• Betancourt, Julio Diversity”, en Archaeological Investigations
1990. “Late Quaternary Biogeography of the Early Agricultural Period Settlement at
of the Colorado Plateau”, en J. L. the Base of A-Mountain, Tucson, Arizona,
Betancourt, T. R. VanDevender y P. S. Tucson, Center for Desert Archaeology
Martin (eds.), Packrat Middens: The Last (Technical Report, 96-71).
25
SONORA PRECERÁMICA: DEL ARCAICO Y DEL SURGIMIENTO DE ALDEAS AGRÍCOLAS
1967. “An Archaeological Study of the 1987. “Early Man in the Far
Peralta Complex”, en Occasional Southwestern United States and
Publications in Anthropology, Archaeology Adjacent Sonora, Mexico”, ponencia
Series, núm. 1, Greeley, Colorado State presentada en International Union
University. for Pre- and Proto-Historic Sciences,
Commission for the Peopling of the
• Fowler, Catherine S. Americas, XI Congress, Mainz,
1983. “Some Lexical Clues to Uto- Alemania.
Aztecan Prehistory”, International Journal
of Linguistics, vol. 49, pp. 224-257. • Hesse, India y Jane Sliva
2002. “The Organization of Lithic
• Gasser, Robert Technology at an Early Agricultural
1987. “Macrofloral Analysis”, en J. C. Village: The View from Las Capas”,
Ravesloot (ed.), The Archaeology of the San ponencia presentada en la 67 reunión
Xavier Bridge Site (AS BB:13:14) Tucson anual de Society for American
Basin, Southern Arizona (Part 3),Tucson, Archaeology, Denver.
University of Arizona Press,
pp. 303-318 (Arizona State Museum • Hill, Jane H.
Archaeological Series, 171). 1996. “The Prehistoric Differentiation
26
ARQUEOLOGÍA 29 enero-abril 2003
1998b. “Frameworks for Arizona’s Early • MacNeish, Richard S., Antoinettte Nelken-
Prehistory”, en J. B. Mabry (ed.), Terner e Irmgard W. Johnson
Paleoindian and Archaic Sites of Arizona, 1967. The Prehistory of the Tehuacan Valley,
Tucson, Center for Desert Archaeology, Vol. 2. Nonceramic Artifacts, Austin,
pp. 1-18 (Technical Report, 97-7). University of Texas Press.
• Woodward, Arthur
1936. “A Shell Bracelet Manufactory”,
American Antiquity, vol. 2, núm. 2,
pp. 117-125.
• Wormington, H. Marie
1964. Ancient Man in North America,
Denver, Denver Museum of Natural
History.