Está en la página 1de 14

UNIVERSIDAD DE LA TERCERA EDAD

UTE
Recinto Santiago
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
Carrera de Derecho.

Asignatura:
Derecho Penal General I
DER-231

Tema:

Ausencia de Antijuridicidad

Participantes:
Eudy Belkis Francisco Rondón Mat. ST202000082
William Muñon Mat. ST.202000076
Melquisedec Sipion Cruceta Mat. St.202000081

Facilitador:

Licda. Luisa García

Santiago de los Caballeros, R.D.


Octubre 2021
ÍNDICE
Introducción…………………………………………………………………………. 3
Objetivos Generales…………………………………………………………............. 4
Objetivos Específicos…………………………………………………..……………. 4
Ausencia de Antijurisdicidad…………………………………………………….. 5
Legítima defensa………………………………………………………………….. 5
Fundamento…………………………………………………………………………… 6
Requisitos …………………………………………………………………………… 6
Agresión Ilegitima……………………………………………………………………. 6
Ilegalidad de la agresión……………………………………………………………. 8
Actualidad de la agresión…………………………………………………………. 9
El problema de la riña……………………………………………………………… 9
Defensa Necesaria…………………………………………………………………… 9
La falta de provocación suficiente …………………………………………………. 11
Conclusión…………………………………………………………………………….. 12
Recomendación………………………………………………………………………. 13
Bibliografía…………………………………………………………………………….. 14
INTRODUCCIÓN
En esta investigación realizada a partir del tema: "La Legítima Defensa",
planteamos la problemática que representa la aplicación de la legítima defensa en
los diferentes códigos penales que existieron y otros actualmente vigentes. Nadie
podrá determinar a ciencia cierta el momento en que se origina la legítima
defensa, pero de algo debemos estar seguros que es posterior al hombre, ya que
él es únicamente el sujeto activo o pasivo de la legítima defensa. Según Geib no
tiene historia, con lo que quiso decir que es tan antigua como el hombre mismo.
En nuestro país además de escasear la doctrina, la jurisprudencia es sumamente
tímida al pronunciarse sobre la legítima defensa y lo hace siempre de acuerdo con
la legislación francesa. Queremos demostrar que todos los bienes jurídicamente
protegidos son legítimamente defendibles. Es cierto, que la estreches que la ley y
la doctrina francesa y consecuentemente la ley y la doctrina dominicana, han
tratado este derecho, nos obligará hacer serios esfuerzos, pero en el transcurso
de este trabajo iremos aportando los elementos necesarios que demostrarán la
afirmación que antes hemos hechos.

En este trabajo realizado a partir de temas de la legítima defensa, utilizamos


el método bibliográfico para profundizar en la teoría de varios autores y lo
presentamos de manera formal con: Presentación, Título,
Índice, Introducción, Objetivos, Marco Teórico, Conclusión, Recomendaciones,
Referencia bibliográfica. Es por tanto que para hablar de la legítima defensa,
tenemos que enfocarnos en algunos factores históricos y ubicarnos en el contexto
geográfico atendiendo a las condiciones (política, social, económica y religiosa),
que sirvieron de partida para crear la figura jurídica de la legítima defensa.
OBJETIVO GENERAL:
Comprender y analizar lo que es Ausencia de Antijuridicidad.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
 Analizar lo que es Legítima defensa.
 Establecer los Fundamento
 Indagar que son Requisitos
 Determinar que es la Agresión Ilegitima
 Comprender que es Ilegalidad de la agresión
 Orientar que es la Actualidad de la agresión
 Identificar el problema de la riña
 Exponer que es la Defensa Necesaria
 Indicar la falta de provocación suficiente
Ausencia de Antijuridicidad
Las causas de justificación son situaciones reconocidas por el Derecho en las que
la ejecución de un hecho típico se encuentra permitido, es decir,
suponen normas permisivas que autorizan, bajo ciertos requisitos, la realización
de actos generalmente prohibidos.

Son situaciones concretas que excluyen la antijuridicidad de un determinado


comportamiento típico que, a priori, podría considerarse antijurídico. Por ello, se
afirma comúnmente que la teoría de la antijuridicidad se resuelve en una teoría de
las causas de justificación.

1- Legítima defensa
Según lo que establece Ley Nº 550/2014. Nuevo Código Penal de la REPÚBLICA
DOMINICANA (Capítulo V, Sección III, Y Capítulo VII Secciones II, III y IV
"Infracciones contra los niños, niñas y adolescentes") en suArtículo 19. Legítima
defensa. Se considera legítima defensa el acto dirigido a rechazar de modo
simultáneo, necesario y proporcional la agresión actual, inminente e injustificada
que está en curso de ejecutarse en contra de sí mismo o de otra persona.Otra
definición más concreta revela que la legítima defensa es contra ataque o
repulsión de una agresión actual, inminente e inmediata con el fin de proteger la
vida o bienes jurídicos propios o de terceros.

La legítima defensa es la reacción necesaria y proporcionada que se lleva a cabo


para alejar de si o de otro el peligro actual de una defensa injusta; esta no se
funda en la defensa general que el sujeto asume por no poderle tutelar el Estado,
sino en motivaciones que se invocan para todas las causas de justificación o para
un grupo de ellas.

Las excusas son hechos previstos y limitativamente enumerados en la ley, que


tienen por efecto, sea abolir complemente la pena, sea a determinar su rebaja del
mínimo fijado por la ley para la infracción en su estado simple.
a) Fundamento
Podría afirmarse que el fundamento de la legítima defensa se encuentra en
la protección de los bienes jurídicos del agredido y en la protección del derecho
frente a ataques injustos.

Fundamento de la excusa de la provocación: La irritabilidad que provoca un


acto injusto de la víctima dirigido contra el autor del delito.  

b) Requisitos
Derivado del art. 328, podemos decir, que para que exista una legítima defensa se
deben cumplir los siguientes requisitos:
 una agresión actual o inminente,
 que la agresión sea injusta,
 cierta simultaneidad entre la agresión y la defensa
 proporcionalidad entre los medios de defensa y la agresión.

 Agresión Ilegitima
La agresión será una acción humana y dolosa que ponga en peligro bienes
jurídicos personales, propios o de tercero.

La agresión será una acción humana dolosa que ponga en peligro bienes


jurídicos personales y/o propios.

Bien jurídico particular: Tales bienes jurídicos habrán de pertenecer a un


particular, de manera que no cabe la legítima defensa de bienes colectivos,
comunitarios o suprapersonales, debido a la inidoneidad o peligro que supone
facultar al particular para actuar en defensa de aquellos bienes. Parte de la
doctrina afirma que para distinguir los bienes jurídicos particulares, no habrá que
prestar atención exclusivamente a la titularidad de tales bienes, sino que dentro de
los bienes que pertenezcan al Estado, podrá distinguirse aquellos en los que actúa
como un particular, de manera que en esos casos sí que cabe la legítima defensa.
Según este planteamiento, podemos distinguir dos tipos de casos que pueden
darse con bienes de titularidad pública:
 Gamberros que están destrozando una farola, y un sujeto les amenaza
o incluso les agrede. La farola es propiedad pública, pero una propiedad
similar a la correspondiente de una empresa privada, pudiendo darse el
caso de que la farola pertenece a una empresa de carácter privado
cuya participación es mayoritariamente pública.
 Un sujeto va borracho por la calle alterando el orden público. En ese
momento, un viandante se acerca y le agrede. No cabe la legítima
defensa, pues el bien jurídico "orden público" es , y no tiene una
esencia similar al bien jurídico particular, sino que pertenece
exclusivamente al ámbito estatal.

Carácter de acción activa u omisiva: Es necesario que la agresión sea una


acción, y no un supuesto de "falta de acción" (agresión procedente de
movimientos inconscientes o involuntarios, como ataques epilépticos,
sonambulismo y demás). Por otro lado, cabe la acción propiamente dicha, así
como la comisión por omisión. No obstante, no es posible que la agresión proceda
de una omisión pura. Por supuesto, por acción nos referimos a la conducta
perteneciente exclusivamente a las personas físicas, y en ningún caso, a los
animales o personas jurídicas.

Carácter doloso de la acción: La acción habrá de ser dolosa, es decir, tendrá


que existir una voluntad y conocimiento de lesión de bienes jurídicos. Ello implica
que no cabe hablar de agresión en caso de imprudencia, con lo que no puede
considerarse legítima defensa la reacción contra una acción involuntaria.

Peligro real o agresión adecuada para producir daños: La acción tendrá que
suponer un peligro verdadero para el bien jurídico. No cabe hablar de legítima
defensa cuando tratemos la agresión procedente de tentativa inidónea, así como
los supuestos de tentativa idónea, pero cuyo ataque resulte inofensivo por estar
el bien jurídico totalmente protegido y fuera de peligro.

Carácter típico de la acción: La doctrina afirma que sólo constituyen agresiones


ilegítimas aquellas acciones tipificadas, es decir, exclusivamente aquellas
conductas recogidas en la legislación penal. No cabe por lo tanto cualquier acción
que dañe bienes jurídicos personales, sino que éstos tendrán que haber sido
protegidos penalmente con anterioridad a que se produjera la agresión.

Carácter antijurídico de la acción: La acción no sólo habrá de ser típica, sino


que para considerarse agresión ilegítima, aquella habrá de suponer una amenaza
al bien jurídico protegido proveniente de una conducta no amparada por el
Derecho. Dicho de otra manera, se trata una conducta que transgrede las normas
jurídicopenales.

Carácter actual de la acción: Consecuencia directa del concepto de "puesta en


peligro" del bien jurídico que supone la agresión ilegítima, se habla de la
necesidad de que tal agresión ilegítima sea actual, que esté causando peligro
provocando la necesidad de impedir o repeler tal agresión. Se considera agresión
actual cuando la actuación defensiva resulta inaplazable para salvar el bien
jurídico. No obstante, no es necesario que el ataque sea inminente salvo en los
casos en los que exista tal exigencia legal, normalmente vinculados a la agresión
de bienes patrimoniales.

 Ilegalidad de la agresión
 Actualidad de la agresión
La actualidad se refiere a que la agresión ha comenzado a producirse. No puede
reaccionar tarde. La inevitabilidad se refiere a que no hay otro recurso para evitar
la agresión. Ej., no existe legítima defensa cuando el agresor esta forzando la
puerta y el dueño de casa no llama a la policía, pudiendo hacerlo, porque hay al
menos un tiempo prudente para hacerlo.

 El problema de la riña

c) Defensa Necesaria
Según este requisito, la agresión ilegítima que se dirige a un bien jurídico ha de
suponer que sea necesaria la intervención que impida o repela el ataque. Así
pues, la defensa es una conducta típica o atípica, activa u omisiva cuyo fin es
defender un bien jurídico de una agresión típica y antijurídica.

Parte objetiva
Idoneidad: La defensa habrá de ser adecuada para repeler o impedir la agresión.
Por ello, no cabe considerar defensa a aquella conducta inidónea para evitar el
ataque contra un bien jurídico. (No cabe agresión sexual como defensa, al igual
que tampoco se considerará defensivo el homicidio con ensañamiento). Cabe
añadir que existe inidoneidad cualitativa (la acción empleada es inidónea) e
inidoneidad cuantitativa (la intensidad de la acción es inidónea).

Bien jurídico del agresor como objeto de la defensa: La defensa deberá dañar
bienes jurídicos del autor de la agresión ilegítima. De esta manera, los daños
recaerán única y exclusivamente sobre bienes jurídicos del agresor, y jamás sobre
bienes jurídicos de terceros, o bienes jurídicos colectivos y suprapersonales.
Particular como sujeto activo necesario en la defensa: La defensa habrá de
ser ejercida necesariamente por un particular, de manera que se excluye de la
figura aquello que no esté dentro de este ámbito. Hay que señalar qué individuos
en el ejercicio de un cargo, en cumplimiento del deber o en cumplimiento de
la obediencia debida, tienen unas restricciones mayores para la legítima defensa,
estando sometidos criterios tales como oportunidad o proporcionalidad.

No subsidiariedad: Como nota final, en la necesidad de defensa, cabe destacar


el principio de no subsidiariedad. Por ello, no puede ser motivo de exclusión de la
"necesidad de defensa" el que el sujeto tenga otras alternativas para defender el
bien jurídico aparte de la autodefensa. Así, pese a que exista la posibilidad de
huida, de acudir a las autoridades o de pedir auxilio a terceros, la necesidad de
defensa seguirá presente.

Parte subjetiva
El fin perseguido por el sujeto no tiene por qué ser la defensa. Aunque será
necesaria la presencia de una voluntad de defensa, vinculada a la consciencia que
exista de la situación defensiva. Así, una vez que el sujeto entre en conocimiento
de la situación de defensa, bastará con que haya voluntad defensiva, no siendo
necesario un ánimo defensivo.

No obstante, en el supuesto de que el sujeto no conozca la situación de defensa, y


actúe pensando que no existe causa de justificación posible, se incumplirá el
requisito subjetivo de la necesidad de defensa. (Ejemplo: Sujeto A y B, ambos con
arma de fuego, tienen una riña, y cuando el sujeto A se da la vuelta para
marcharse, se gira bruscamente a los pocos metros y dispara al sujeto B, siendo
en ese momento consciente de que el sujeto B iba a dispararle a él, con lo que ha
ejecutado una defensa legítima, salvo por el hecho de que desconocía la
existencia de la situación de defensa, con lo que no cabe causa de justificación).
d) La falta de provocación suficiente
Pese a la falta de acuerdo doctrinal y jurisprudencial sobre los puntos concretos de
este requisito inesencial, cabe destacar que el sujeto que actúa en legítima
defensa, lo hace enarbolando una defensa del Derecho (bien jurídico) que está
permitida por el propio Derecho. No cabe pues otro fin que no sea el proteger la
legalidad establecida, y en todo caso, no cabe que el sujeto provoque
deliberadamente al agresor, con el fin de que agreda y le permita actuar,
refugiándose después en la legítima defensa. Por ello, se construye un complejo
concepto de "provocación" y de "suficiencia" según los cuales, la provocación
suficiente supondría que por medios legítimos o ilegítimos se compele al agresor a
realizar la agresión de manera que su conducta pierde gran parte de la
antijuridicidad que tendría en caso de no existir provocación suficiente. La mayor
dificultad está en establecer el límite que diga dónde hay suficiencia de la
provocación, y dónde insuficiencia. Por otro lado, en caso de riña o pelea
mutuamente consentida, en la que los dos contendientes asumen resolver el
asunto de una manera interna, sin recurrir al Derecho, cabe decir que no cabe la
legítima defensa. Y no cabe precisamente porque los actores han renunciado a
resolver acorde a Derecho, no quedando igual de protegidos que si su motivación
hubiera sido la protección de un bien jurídico, o la intimidación de un agresor que
ponga tal bien en peligro. El ejemplo clásico será el duelo, donde dos personas
acuerdan resolver sus diferencias utilizando la violencia, y en este caso concreto,
utilizan armas de fuego. Uno mata al otro, pero no podrá beneficiarse de la
eximente completa de legítima defensa, sino que habrá de recibir la eximente
incompleta, reduciéndose en uno o dos grados su pena.

Jurisdiccion Competente
CONCLUSION
La reacción instantánea que como repuesta del agraviado a una agresión o hecho
que eminentemente pone la vida en peligro, es una repuesta reflexiva de todo ser
humano, y que muchas veces no da tiempo a pensar en cómo o con que se va a
defender, causa en la mayoría de los casos respuestas que no se ajustan a las
condiciones exicimentes de la Legitima Defensa. De ahí, se desprende la
circunstancia que el agraviado no pueda demostrar al tribunal que actúo apegado
a las condicionantes y excimientes. Se debe recordar que en nuestro nuevo
ordenamiento penal ya no existe la íntima convicción del juez, sino más bien, son
las pruebas las que hablan, condenan o absuelven. Entonces, analizando la
situación cabría preguntar si en el monto de ejercer ese sagrado derecho
inherente del ser humano como es la defensa de su vida este no pueda calcular la
proporcionalidad u otras condicionantes cuál sería su suerte en los tribunales.
Tanto la ilegitimidad de la agresión, que justifica la necesidad de defensa, el
carácter actual e inminente que requiere de una respuesta, así como, el acto
sumados a la proporcionalidad del medio empleado y del daño causado, son
elementos excimientes de la legítima defensa. Pero por todo lo expresado que
cabría cuestionar si la figura de la legitima defensa está bien trabajada o esgrimida
en nuestros códigos, y si muchas veces el que se defiende del agresor no va a
convertirse luego en una víctima del sistema de justicia, e irá injustamente a la
cárcel. En síntesis, en nuestra legislación esta figura no se encuentra establecida
de manera clara y completa, situación que origina la existencia de un vacío
jurídico, que sin duda los Tribunales han tenido que llenar vía doctrina y
jurisprudencia. Sin embargo, como es sabido, en nuestro sistema de justicia y
especialmente en materia penal, la primera y principal fuente del derecho debe ser
la ley, a fin de disminuir las posibilidades de injusticias, dejando en libertad a un
culpable o castigando a un inocente.
RECOMENDACIÓN:
Al final de la investigación, después de tratar los diferentes tópicos concernientes
a la Legitima defensa, los actuantes se sirven en hacer las recomendaciones
encontradas pertinentes, a juicio y criterio de los mismos por cuanto, no
necesariamente tienen que corresponderse con otros criterios.

En primer lugar, se ha de considerar, que cuando se produzcan los cambios al


Código Penal, La Legitima Defensa debe ser más ampliamente tratada como
figura jurídica, dejando los menos escollos posibles y menos espacio a
la interpretación y la jurisprudencia.
En segundo lugar, se considera que la proporcionalidad es un principio erróneo, ya
que, se es de opinión que quien es agredido debe defenderse a como de lugar sin
importar que medios utilice.

Tercero, la inminencia e ilegitimidad son condicionantes vagas y peligrosas, la


primera coloca a la victima en peligro, ya que, en espera de la inminencia el
amenazado puede perder la oportunidad de defenderse.

Cuarto, esta última va dirigida a los medios de prueba, ya que, al momento de


alegar defensa propia las pruebas puede resultar muy circunstánciales y de
poco valor, imaginemos un escenario donde solo estén la victima y el atacante es
la palabra de quien se vio obligado a defenderse y el hecho, recordemos que los
muertos no hablan.
Es por cuanto, que se es de opinión que el Código Procesal Penal, debería
contener una disposición especial para la apreciación de los medios de pruebas
cuando se trate de legítima defensa.
BIBLIOGRAFIA
 Acosta García, Juan Pablo. "La Legítima Defensa",2da. Edición, Editora
Olga, Santo Domingo, 1993, Pág. 127.
 Héctor Dotel Matos. "Introducción al Derecho Penal", 2da. Edición,
Editorial Tavarez, Sto. Dgo. Rep. Dom., 1998, Págs. 158-162.
 Jiménez de Asúa, Luis. "Lecciones de Derecho Penal", Volumen VII,
Primera Serie Biblioteca Clásicos del Derecho, Impresora Castillo Hnos.
S.A; México, D.F; 2000, Pág. 367.
 Ramos, Leoncio. "Notas de Derecho Penal Dominicano", 3ra. Edición,
Editorial Tiempo, , Sto. Dgo., 2001, Págs. 267-315
 Pérez Méndez, Artagñán. "Código Penal Dominicano Anotado", Tomo II,
Editora Dalis, Moca, Rep. Dominicana, 1971, Pág. 245.
 Castellanos Ruano, Gregory. “Extensión de la Legitima Defensa”.  El Nuevo
Diario.  Santo Domingo. Editora el Nuevo Diario. Junio 6 de 2011. Año 30.

 Pérez Méndez, Artagnan.  Código Penal Dominicano Anotado. Lib.III, Tit.II,


Cap. I, Art.328. pág. 356.
 Escuela Nacional de la Judicatura (2009) Legitima Defensa y
Provocación. Extraído: Agosto 24, 2011
desde http://www.enj.org/wiki/index.php5?
title=Legitima_Defensa_y_Provocación

También podría gustarte