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ISSN 1696-7208
LA ANGUSTIA EXISTENCIAL EN
LOS DRAMAS DEL S. XIX
REVISTA I+E 1
CSIyCSIF Sector de Enseñanza de Sevilla - C/ San Juan Bosco 51 B 41008 Sevilla. Tlf. 954069012
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INTRODUCCIÓN
Este pesimismo que encierra EL MAL DEL SIGLO es una actitud que envuelve todas las
cosas y que podemos ver claramente en Larra y Espronceda. Es lo que Meléndez Valdés llamó
“fastidio universal”. El mal del siglo arrastra a muchos al suicidio porque es la desazón ante los
conflictos que conlleva la existencia. Es el miedo, la inseguridad de vivir en un mundo sin normas,
que conduce a la depresión, y en ocasiones, al alcohol y las drogas. El hombre romántico había
idealizado tanto la existencia que, al volver a la realidad, cae en la frustración. El ejemplo más claro
lo tenemos en el amor, un amor imposible que es para algunos una metáfora que expresa las ansias
de vida, unas ansias que terminan en fracaso.
LO MACABRO
El mal del siglo desembocará en lo MACABRO, unas veces será sólo mediante la
contemplación de ruinas, otras, las más violentas, a través del suicidio. La llamada estética del
terror, lo macabro, es signo de impotencia que siente el hombre, manifestando su rebeldía mediante
el sarcasmo. Es una protesta ante las frustraciones, pero no una búsqueda de consuelo en la muerte,
por ejemplo. Aquí, la noche, los horrores, las brujas, los aquelarres, los cadáveres, suponen una
plasmación del fracaso de las aspiraciones humanas, de ahí que el mal del siglo desemboque en esta
estética de lo macabro. El romántico, así, revaloriza lo grotesco, entendido como lo feo, incluso lo
absurdo.
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La muerte se presenta con muchas virtudes que el romántico desea, pues la muerte conoce las
angustias del hombre. La ofrece la tranquilidad, el reposo, el ensueño, el olvido, pretende apartarle
del ruido, del mundo, de la tormenta, del dolor, de las lágrimas, ¿quién podría resistirse ante esta
tentadora oferta?
Aparece también el suicidio femenino, Leonor se toma un veneno porque prefiere morir antes
que pertenecer a Nuño; es un hecho que la convierte en heroína, aunque tal vez el hecho de que
hiciese falsas promesas a Nuño, pues no pensaba cumplirlas, pueda alejarla de ello.
El romántico siente especial preferencia por vincular la muerte a la NOCHE, donde la luna y
las estrellas serán testigos de muchas cosas. Parece que no se encuentra mejor marco de misterio
para encuadrar a un personaje siniestro. La oscuridad de la noche proporciona el momento
adecuado para morir y para soñar con la muerte y las apariciones.
Los MISTERIOS serán otro factor que acentúe lo macabro. Estos misterios tienen su
antecedente en las tragedias neoclásicas, y en concreto en las refundiciones. El primer héroe
misterioso es don Álvaro, y probablemente influya en otras obras. El misterio de este personaje
forma parte de su propia naturaleza, y es la causa inmediata de sus desgracias. En El trovador
también puede verse un toque de misterio en torno al protagonista, Manrique, del que se llega a
conocer al final de la obra casi, que es el hermano de Nuño.
Los SONIDOS tendrán una función vagamente evocadora porque su función será hacer
misteriosa la realidad. Así, los toques de campanas sugieren sucesos importantes: muertes,
ejecuciones. En otros casos se recurre a la música o al griterío. A veces el trueno, el ruido de las
olas del mar, presagian la muerte. En las obras dramáticas estos sonidos causarán un gran efecto
cuando se lleven a escena.
TITANISMO
En ocasiones el hombre romántico hace un esfuerzo por dominar el mundo sin poderes
ultraterrenos, sino a partir de una fuerza interior. El TITANISMO es difícil separar del Satanismo.
Es una defensa del yo ante todo. Es gritar a los dioses que no queremos nada de ellos. Esto
constituye una vía de liberación de la sociedad que los oprime, por eso profanan instituciones, como
podemos ver en Don Juan Tenorio, que no siente ningún respeto hacia el matrimonio. Pero sin
duda, el ser titánico por excelencia aparece en El estudiante de Salamanca. Don Félix no es
simplemente un espíritu satánico porque no se busca un castigo o una salvación, el personaje de
Espronceda es un ser titánico que mantiene unos valores distintos a los de la sociedad del momento,
no cambia al final de la obra, no se salva, como hace don Juan, porque el pecado no existe en la
obra.
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BIBLIOGRAFÍA
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