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El hábito más
importante
Rafael Ducker
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¿Qué son los pequeños hábitos? Son
acciones repetidas con mucha frecuencia.
Son resultado de un entrenamiento voluntario
con el objetivo de que la calidad de vida
mejore. También pueden ser involuntarios,
pero es importante crearlos para que
obtengas resultados positivos.
Los llamamos pequeños hábitos porque son
una reducción de los hábitos mayores, a los
que se intenta llegar. Podemos usar este
ejemplo: si quiero conseguir el hábito de
correr 20 kilómetros, correr solo un kilómetro
sirve como un pequeño hábito asociado al
objetivo mayor.
Cada uno de estos pequeños hábitos es el
primer paso en el proceso de lograr cosas
mayores. Son el primer paso en un gran
camino. Si los objetivos son muy grandes, la
dificultad para conseguirlos también lo es.
Pero si los planteas en pequeños pasos,
podrás conseguirlos con mayor facilidad.
La mayor ventaja de los pequeños desafíos es
conseguir superarlos de forma sencilla, esto
proporciona un gran poder. Se trata de una
estrategia que consiste en establecer etapas
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reducidas que pueden ser superadas. Así, es
posible llegar más lejos de lo que pensamos.
La sensación de éxito inmediato nos
proporciona las ganas de seguir rumbo al
éxito final. Si tienes un único y grandioso éxito
como objetivo, tendrás más ganas de desistir
de todo. La sencillez de los pequeños éxitos
te ayuda a seguir.
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cansado o asustado. Sin embargo, hay cosas
que puedes hacer aunque el miedo a salir de
donde estás no te deja hacerlas.
Los grandes objetivos para cambiar de vida
están lejos de tu zona de confort. Puede que
sea adelgazar, escribir un libro o tocar un
instrumento musical. Ninguno de ellos se
hace solo, sin que salgas de dónde estás.
Las personas muchas veces no hacen lo que
necesitan por miedo a salir de esta zona.
Cumplir pequeños hábitos te permitirá hacer
lo necesario para llegar a un lugar
desconocido y positivo.
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Debes tener en cuenta, todo el tiempo, la
definición de hábito. Se trata de una acción
que las personas hacen de manera regular. Es
algo más sencillo e intuitivo hacerlo que no
hacerlo.
Hasta la neurociencia estudia los hábitos. El
estudio del cerebro ha demostrado que las
pequeñas acciones hacen funcionar
diferentes partes de este órgano. Es
necesario entrenarlo para poder cambiar
nuestra forma de actuar en la vida.
Si practicamos un hábito, el cerebro conecta
unas vías neuronales con otras, permitiendo
que una idea se transmita desde el cerebro a
todo el cuerpo.
Los hábitos, ideas y estímulos externos
activan las neuronas, como una descarga
eléctrica.
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El proceso de creación de nuevos hábitos
podemos compararlo con la historia de la
rana que se cocina en agua caliente: si la
pones en una olla con agua hirviendo, salta
fuera de la olla y escapa; pero si la pones en
una olla con agua fría y calientas el agua muy
lentamente, la rana permanece dentro de la
olla.
Esta famosa metáfora representa bien la
respuesta del cerebro humano ante un
cambio. Si el cambio es notorio, huye al darse
cuenta de que hay algo diferente. Pero si es
algo gradual, solo después de mucho tiempo
va a darse cuenta de que un nuevo hábito ha
aparecido.
Forzar la creación de un nuevo hábito de
manera radical puede no ser productivo para
ponerlo en práctica. La motivación puede
perderse en el medio del camino cuando no
se tiene en cuenta que debe crearse poco a
poco.
Existe una resistencia previa a realizar
cualquier acción nueva. Suele surgir el miedo
o la pereza.
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Actúa como en el ejemplo de la rana en la olla
con agua fría. Verás que, después de mucho
tiempo, los pequeños hábitos serán una
realidad en tu vida.
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Con la estrategia de los pequeños hábitos,
estarás basándote en la fuerza de voluntad.
Muchos libros de autoayuda buscan motivar a
los lectores. Sin embargo, lo más importante y
difícil de lograr es que la fuerza de voluntad
sea lo suficientemente grande como para
seguir adelante.
La fuerza de voluntad sí
funciona
Ya has descubierto la principal diferencia
entre la motivación y la fuerza de voluntad,
entendiendo que no son la misma cosa.
Ahora es necesario que tengas en cuenta que
solo la motivación no es suficiente para
desarrollar hábitos y obtener buenos
resultados.
Sucede lo contrario con la fuerza de voluntad:
si la usas junto a la estrategia de los
pequeños hábitos, tendrás éxito. Las dos
juntas te impulsarán a tener suficientes ganas
y voluntad para hacer lo necesario, aunque no
te guste.
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Los resultados favorables son la recompensa
al esfuerzo realizado, y estos hacen que la
fuerza de voluntad aumente.
La fuerza de voluntad es algo confiable,
diferente de la motivación, que cambia
constantemente. Además, esta última se ve
afectada por factores externos que las
personas no pueden controlar.
La fuerza de voluntad es la capacidad de
hacer una acción, aunque no se encuentre
placer en ella. Es como una obligación.
Y solo con las obligaciones se pueden
desarrollar los pequeños hábitos.
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Esta estrategia es la principal herramienta que
nos permite fortalecer los hábitos, en una
retroalimentación constante.
Los pequeños hábitos hacen que nuestra
fuerza de voluntad busque buenos resultados
de forma automática. Sin ella, no
conseguiremos nada, mientras que con ella
los hábitos aumentarán y podremos
conseguir cualquier cosa.
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A veces, empezamos a cambiar los hábitos de
manera grandiosa, hasta que las dificultades
aparecen y nos hacen desistir de nuestros
objetivos, y entonces el éxito se aleja de
nosotros.
Cuando desarrollamos pequeños hábitos que
deben cumplirse día a día, comprendemos
que esta es una manera más fácil de llegar
hasta el éxito. Los hábitos crecen en conjunto
y vamos teniendo más fuerzas para continuar
el camino hacia el éxito.
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● Crea un plan individual, detallando todo.
● Encuentra el motivo de cada pequeño
hábito.
● Crea un programa de recompensas.
● Crea un plan semanal.
● Escribe todo.
● Reduce tu estrategia al mínimo.
● Cumple con tu plan.
● Busca señales de nuevos hábitos.
Notas finales
Rafael Ducker nos enseña que existe una
especie de matrimonio entre los pequeños
hábitos y la fuerza de voluntad. Uno da
fuerzas al otro para ser efectivo.
También nos aclara las diferencias entre
motivación y fuerza de voluntad. La segunda
es mucho más importante y debe trabajarse
para poner los nuevos hábitos en práctica
diariamente. Es la que nos permite seguir
adelante aunque las tareas sean solo una
obligación y no nos gusten.
Poner nuevos hábitos en tu vida es un primer
paso en el camino hacia el éxito.
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Biografía del autor
Rafael Ducker
Es un escritor y empresario que se define como un
"experto en hábitos y crecimiento personal". Intenta
colaborar con la gente a través de sus
investigaciones realizadas en el campo de la
autoayuda. Entre sus obras puedes encontrar títulos
como "De perezoso a exitoso", "El hábito más
importante" y "Súper hábitos".
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