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Universidad Industrial de Santander

Facultad de Ciencias Humanas


Escuela de Filosofía
Cine, Arte y Filosofía
Anslhey Roxeth Mora Ardila - 2190687

Elogio a la contradicción.
Sobre principios y constantes de la moral en Platón y Woody Allen

Platón es, quizá, el primer justiciero moral. Apología a Sócrates, su primera obra

⸻que, a su vez, podríamos considerar el primer texto filosófico en la historia⸻,

además de un testimonio u oda al maestro es, a grandes rasgos, un tratado moral. Allí Platón

nos narra, a través de la voz del propio Sócrates, el conocido juicio en el que fue condenado a

muerte su maestro. Al tiempo en que ⸻como en todos los diálogos, recordemos que

Platón inmiscuye lo filosófico en el texto literario⸻ va dejando entrever a sus lectores

ciertas máximas o principios filosóficos que, en edad madura, desarrollará y fundamentará, ya

no mediante la vida de su maestro, Sócrates, sino mediante el recuerdo y el diálogo de

múltiples personajes.

Teniendo en cuenta esto, podríamos decir que en la Apología las máximas o principios

que Platón nos deja entrever a nosotros, sus lectores, son la verdad y la justicia. Lo cual se

pone de manifiesto con afirmaciones como “pongáis atención solamente a si digo cosas justas

o no” (Platón, 1985, p. 148), en las que Sócrates parecer decirles a sus oyentes1 que todo

discurso debe ser medido por un principio de justicia y, por tanto, de verdad, incluido el de él

mismo. Ahora bien, esta verdad y esta justicia como principio y condición de condiciones no

1
Los juicios de los ciudadanos atenienses en la Antigua Grecia tenían lugar de forma pública y al aire
libre ante la Heliea, máximo tribunal ateniense. Aunque existían otros tribunales que, según el delito y el
rango social del acusado, tenían diferentes espacios y estructuras. En este caso, como Sócrates era
ciudadano, fue juzgado públicamente ante la Heliea. De manera que cuando Sócrates se dirige a sus
oyentes se dirige a Atenas entera.
solo es atribuible al florecimiento de la filosofía, sino también a la práctica de una vida digna

de ser vivida.

Sin embargo, desde entonces han sido muchos los que han propuesto ciertos principios

o estructuras morales a través de la filosofía, aunque también es cierto que las ideas de Platón

al respecto están consolidadas. Como retaguardia, al menos. Tampoco han sido pocos los que,

así como Platón, han inmiscuido discusiones propias de la filosofía en el campo del arte. En

Crimes and misdemeanors (1989) de Woody Allen, por ejemplo, el problema de la moral,

aunque encauzado con la religión y su idea de castigo, tiene algunos vestigios de la Apología,

tanto en la forma como en el contenido:

En la forma en la medida en que ciertas figuras centrales de la Apología, aunque de

manera insinuante, se encuentras presentes: el maestro filósofo (el profesor Levy), la

acusación (el asesinato de Dolores), los acusadores (el recuerdo de la familia del padre de

Judah), el acusado (Judah), y, lo más importante, la necesidad de generar un discurso en torno

a la propia situación (los soliloquios de Judah, discusiones en la cena familiar del recuerdo de

Judah, y otros discursivos más figurativos que trataremos adelante). Y, en el contenido, en la

medida en que el acontecimiento que origina la película corresponde al cuestionamiento de la

vida de Judah (así como la Apología es el cuestionamiento al modo de ser en el mundo de

Sócrates). Es decir que el objeto de la película ⸻así como el de la Apología⸻ es

propiciar, desarrollar y discutir el modo o la manera de vivir de determinadas personas, esto

es, la moral.

En ese sentido, ¿qué significa que Platón haya escogido como principios de toda

estructura moral la verdad y la justicia? Y, atendiendo a nuestro ejemplo anterior, ¿qué nuevas
interpretaciones o cuestionanimientos, gracias a la cercanía en forma y contenido de Crimes

and misdemeanors a la primera obra de Platón, podría regalarnos Woody Allen?

Recordemos que, a grandes rasgos, Sócrates fue acusado de tres cosas: de meterse en

“lo que no debe al investigar las cosas subterráneas y celestes, al hacer más fuerte el

argumento más débil y al enseñar estas mismas cosas a otros” (Platón, 1985, p. 151), de

corromper a los jóvenes y de no creer en “los dioses en los que la ciudad cree, sino en otras

divinidades nuevas” (Platón, 1985, p. 159), es decir, de impiedad. Y que, a pesar de derrotar

retóricamente a sus acusadoras y humillarlos, incluso, como hizo con Meleto, Sócrates no fue

absuelto. Al contrario, fue condenado. Pero, lejos de ser esta condena una sorpresa, para

Sócrates, como para los expertos en retórica, era lo esperado: Sócrates en su defensa había

despotricado a más no poder de la mala conducta de los ciudadanos ilustres atenienses,

incluidos los mismos jueces2; de manera que, si estos lo hubiesen absuelto, se habrían

condenado a sí mismos, caerían en contradicción, y, por tanto, perderían todo criterio.

Hecho este resumen ⸻a muy grosso modo, valga decir⸻, en el que intentamos

resaltar los hechos más importantes para el sentido de las preguntas que rigen este texto,

vemos que en la actitud final de Sócrates hacia los jueces, que termina por condicionar su

condena a muerte, se encuentra el sentido de la Apología, y, por tanto, el sentido que de ahí en

adelante toma forma en lo que podríamos decir es la estructura moral de Platón, esta es: “la

necesidad moral para el hombre de defender sus condiciones más que su vida” (Íñigo Lledó,

1985, p. 143), procurando no crear “una imagen contrahecha de sí mismo” (Íñigo Lledó,

1985, p. 143). Dicho de otra manera, la necesidad moral que inaugura la imagen de Sócrates

2
Bien conocidos son los múltiples momentos en la Apología en los que Sócrates se dirige de manera
irónica y ofensiva a contra los jueces. Uno de los más conocidos es cuando, tras conocer los resultados de
la votación de los ciudadanos, Sócrates afirma que como hombre humilde y benefactor de la polis solo
merece “ser alimentado en el Pritaneo con más razón que si alguno de vosotros en las Olimpiadas ha
alcanzado la victoria en las carreras de caballos, de bigas o de cuadrigas” (Platón, 1985, p. 178).
promovida por Platón es la de cultivar una vida y un pensamiento alrededor de los principios

de la verdad y de la no contradicción. O, en palabras de Foucault: parrhesia3.

En Crimes and misdemeanors, sin embargo, este principio moral platónico entra crisis.

El gran maestro de la trama, el profesor Levy ⸻que, como se mencionó anteriormente,

guarda relación en cuanto forma a Sócrates⸻, comete una herejía a los ojos de Platón:

intelectualmente predica y persuade la afirmación de la vida, pero, en la práctica, se suicida.

Contrario a Sócrates, este no se guía por la necesidad moral de defender hasta la muerte sus

ideas, cuidándose de no caer en contradicción. Levy, como todos en la película, se deja

arrastrar por ella. De ahí que, en Allen, por oposición a Platón, el maestro no termine

elevándose como un dios o ser superior merecedor de toda defensa y alabanza. Al maestro

sucumbir a la contradicción, se derrumban también todos los principios rectores que, en

últimas, son la columna vertebral de toda moral. Woody nos muestra a su maestro como un

ser mundano y terrenal, en igualdad a todos. No lo muestra, como pretende Platón con

Sócrates ⸻y más tarde consigo mismo⸻, como un filósofo o rey digno de pedestal o

república.

Pero no todo acaba ahí. No solo el profesor Levy, el objeto de admiración de Cliff y

Halley, termina contrariándose a sí mismo. En Crimes and misdemeanors, la figura del

maestro no es la única que se iguala en condiciones a todos los sujetos. El rompimiento de

toda relación idéntica ⸻y, por tanto, totalizante⸻; esa grieta que abre la oposición y

que no es otra que la contradicción, también se hace potencialmente universal. En Crimes and

misdemeanors la contradicción aparece como el modo de ser constante de todos: Judah

3
Para profundizar en este concepto, recomiendo ver Foucault, M. (1987) El concepto de parresia. En
Hermenéutica del sujeto. La Piqueta. E, igualmente, Homar, X. (2020, 9 de octubre). La 'parresía' o “el
discurso valiente”. De Michel Foucault a Judith Butler. https://www.elsaltodiario.com/el-rumor-de-las-
multitudes/la-parresia-o-discurso-valiente.-de-michel-foucault-a-judith-butler
contradice sus votos matrimoniales teniendo un affaire, luego contradice su educación

religiosa y moral ideando el asesinato de su amante. De la misma manera, Halley termina

comprometiéndose con Lester a pesar de haberlo rechazado y burlado varias veces. Así como

el amante de la hermana de Cliff, que aparentaba ser un hombre decente y serio, termina

siendo un pervertido. Cada personaje de Woody Allen en esta película, pese a enunciarse

desde historias y lugares distintos, comparten la condición moral de contradecirse a sí

mismos. Incluso Cliff, que pretende vendérsenos como el artista que precisamente viene a

denunciar esta constante, termina pareciéndose mucho a Lester y Judah. En el primer caso,

por narciso. Y, en el segundo, por el affaire.

En relación con la Apología de Platón, Woody Allen pone en cuestión los principios

morales del bien y la verdad, los cuales funcionan en íntima relación con el principio lógico

de no contradicción. Subvierte un poco la parresía de Sócrates. Subvirtiendo, con ello, la

enseñanza moral que legó el maestro a lo largo de la filosofía platónica, y, por tanto, de la

gran tradición de la filosofía occidental, es decir, la enseñanza moral nuestra.

Y, en ese sentido, podríamos decir que frente al término apología escogido por Platón

para defender lógicamente la enseñanza de vida que le dejó su maestro, Woody Allen nos

propone en su película de 1989 un elogio a lo que, al parecer, es la enseñanza del suyo: al

final de la vida de lo único que podremos tener certeza, debido a que ha sido una constante a

lo largo de la misma, es de la contradicción. Algo muy curioso si tenemos en cuenta la íntima

relación que tiene el elogio, no con la lógica, sino con la muerte (tema que, por lo demás, está

muy presente en todas las películas de Woody Allen desde Annie Hall4).
4
Es imposible no pensar en aquella linda, triste y chistosísima ⸻sí, todas estas emociones al mismo
tiempo, revueltas⸻ escena de Annie Hall en la que Alvy (interpretado por el propio Woody Allen) y
Annie (Diane Keaton) están en una librería y, de la nada, él le confiesa a ella (que hasta el momento es
solo su interés amatorio): “I’m obsessed with dead. […]. I have a very pessimistic view of life. You
should know this about me if we’re gonna out. I feel that life is divided up into the horrible and the
miserable. […] The horrible would be like the terminal cases: blind people and cripples. I dont know how
Elogio viene del latín elogium, que significa “inscripción sobre una tumba”

(Etimologías de chile, s.f.) y que hace referencia a una práctica medieval de grabar frases

sobre lápidas que buscaban aludir o hacer una interpretación general de los muertos ⸻algo

así como las conclusiones que dentro de la academia hacemos al final de los textos⸻.

Dicho de otra manera: elogio tiene mucho que ver con lo que, en última instancia, podemos

decir sobre alguien o algo. Elogiar es grabar en la memoria la constante que rigió toda una

vida de determinada persona o cosa. Y, Woody, con Crimes and misdemeanors, parece

habernos grabado en nuestras lápidas futuras la contradicción.

En últimas, eso es lo que en su lenguaje cinematográfico parece decirnos a través de

todos los personajes de Crimes and Misdemeanors: todos, en cuanto humanos, es decir, en

cuanto no ser sujetos meramente lógicos y racionales, sino también sensibles y pasibles,

estamos atravesados por contradicciones. Insinuándonos, de paso, que la tarea del artista no es

educar esas contradicciones y cultivar las buenas maneras, como quería Platón con el arte de

su época (Schuhl, 1978); sino presentarlas, en completa libertad e independencia, pero

siempre con algo de humor e ironía. Si no, ¿qué es lo que significa que Cliff haya subvertido

el documental de Lester, quien se pretendía un ejemplo a seguir, grabando con su cámara

todas sus malas maneras, sus desvaríos? Mas aún, ¿qué otra cosa, además que la certeza de

que todos somos unos desvariados y mal acostumbrados, podría significar el hecho de las

semejanzas de Cliff y Lester? Y, sobre todo, el hecho de que, a nivel micro, estas grabaciones

de constantes y certezas contradictorias de Lester tomen forma en Cliff, el realizador

audiovisual, de un documental montado y editado de manera burlona e irónica; y, a nivel

macro, el hecho de que todos los personajes, incluido el mismo artista, comparta con Lester,

they get throught life. And the miserable is everyone else. So, yo should be thankful that you’re
miserable” (Allen, 1977, 36:55).
aunque variablemente, esta constante y certeza; sumado al hecho de que Woody lo haya

querido así para una película de humor negro; estos acontecimientos, decíamos, ¿no nos están

tratando de decir que en vez de conducir nuestras vidas a ser unos justicieros de la moral,

como Platón, todos deberíamos tratar la misma, conscientes de nuestras propias

contradicciones y sea cual sea el caso, con chispas de humor e ironía?

Poner el punto final de este texto, sin recordar la pregunta que el papá de Judah le hace

a quien al parecer es su hermano cuando este último dice, después de haber sido espectador

por largo tiempo de la discusión moral que se había desatado en la cena familiar, que estaba

de acuerdo con la tía May cuando esta afirmó que las estructuras morales eran absurdas. El

papá de Judah lo interpela: “¿cómo puedes decir eso? Vienes a cada fiesta judía y rezas en

hebreo” (Allen, 1989, 1:08:57), como denunciando en su cara su propia contradicción. A lo

que el tío, risueño y sin nombre, responde: “Yeah, I’m going througt the emotions. It’s like

any ritual. It’s a habit”5.

Ese aceptar dejarse llevar de vez en cuando por las emociones, sin que eso signifique

el sacrificio del criterio intelectual ⸻que, en el caso del tío sin nombre sería el parecerle

absurdo las estructuras morales⸻, debería ser nuestra actitud ante la certeza de que la

contradicción es la única constante en nuestras vidas. De lo contrario, terminaríamos como la

tía May: intelectual, demasiado intelectual; pero sola, pasivo-agresiva y triste. O, en el peor de

los casos, igual de dependientes a la biblia, miedosos y fastidiosos que el papá de Judah.

5
Aquí cito en el idioma original y no la traducción al español que he venido citando hasta el momento,
porque me parece que “hago lo mismo que todos” como traducción a “I’m going trought de emotions” no
recoge la fuerza de esta parte del diálogo que Allen quiso atribuirle al personaje en cuestión.
Referencias

Allen, W. (Director). (1977). Annie Hall [Dos extraños amantes] [Película]. Jack Rollins &

Charles H. Joffe Productions. https://ok.ru/video/1036058102424

Allen, W. (Director). (1989). Crimes and Misdemeanors [Crímenes y Pecados] [Película]. Jack

Rollins & Charles H. Joffe Productions. https://ok.ru/video/308113246779

Etimologías de Chile. (s.f.) Elogio. http://etimologias.dechile.net/?elogio

Platón. (1985). Apología a Sócrates. En Diálogos I: Apología, Critón, Eutifrón, Ion, Lisis,

Carménides, Hipias menor, Hipias mayor, Laques, Protágoras. (Calonge Ruiz, J.; Íñigo

Llegó, E.; García Gual, C. Trad.). GREDOS.

Schuhl, P. M. (1978). Platón y el arte de su tiempo (Prieto, E.J. Trad.). Paidós.

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