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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPEROMENTAL
POLITECNICA
DE LAS FUERZA ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA
UNEFA
NUCLERO CARACAS
01S-1610-D1 HSCT

CORRIENTES FILOSOFICAS
SOCIALES

PROFESOR: ESTUDIANTE:
CARDONE RUSSO M.A CARLOS J RODRIGUEZ M
C.I:29939348
Pensamiento social clásico griego: Platón y Aristóteles

Platón: Platón fue el autor del primer ensayo de teoría política


que conocemos. Hay que tener en cuenta que
la democracia ateniense, por su peculiar estructura, se
prestaba a muchas manipulaciones. Platón dirige sus ideas
políticas contra las doctrinas relativistas de los sofistas,
pretendiendo ofrecer un modelo inmune al paso del tiempo y
a las diferencias culturales porque, según Platón, responde al
orden eterno e inmutable de las Ideas. En uno de sus últimos
diálogos, las Leyes, Platón se muestra muy desilusionado por
sus fracasos políticos en Sicilia y propone una ciudad
imposible: encerrada en sí misma y autosuficiente,
sin comercio exterior, dominada por una aristocracia agraria
(sin industria), bajo un estrecho sistema de vigilancia mutua,
donde todo -hasta los juegos de los niños– está rígidamente
legislado para impedir la más mínima variación.

Toda la obra de Platón tiene una clara finalidad política. La


idea política de Platón se desarrolla en intima conexión con
su ética. La vida griega era esencialmente una vida comunal,
vivida en el seno de la Ciudad-estado (polis) aparte de la
Ciudad. La idea de que el hombre es un animal social por
naturaleza, es decir, de que la Sociedad organizada es una
institución "natural" es común a Platón y Aristóteles.

Los principios de la justicia son los mismos para


el individuo que para el Estado. Ahora bien, es evidente que
ningún gobierno de los de la realidad encarna el principio
ideal de la Justicia; pero lo que le interesaba a Platón no era
ver lo que son los Estados empíricos, sino lo que el Estado
debería ser, y así, en el diálogo República se propone
descubrir el Estado Ideal, a cuyo modelo todo Estado real
debería adecuarse en la medida de lo posible.
.

Aristóteles: Fue un polímita: filósofo, lógico y científico de la


Antigua Grecia cuyas ideas han ejercido una enorme
influencia sobre la historia intelectual de Occidente por más
de dos milenios.

Aristóteles escribió cerca de 200 tratados (de los cuales sólo


nos han llegado 31) sobre una enorme variedad de temas,
incluyendo lógica, metafísica, filosofía de la ciencia, ética,
filosofía política, estética, retórica, física, astronomía y
biología. Aristóteles transformó muchas, si no todas, las áreas
del conocimiento que tocó. Es reconocido como el padre
fundador de la lógica y de la biología, pues si bien existen
reflexiones y escritos previos sobre ambas materias, es en el
trabajo de Aristóteles donde se encuentran las primeras
investigaciones sistemáticas al respecto.

Entre muchas otras contribuciones, Aristóteles formuló la


teoría de la generación espontánea, el principio de no
contradicción, las nociones de categoría, sustancia, acto,
potencia y primer motor inmóvil. Algunas de sus ideas, que
fueron novedosas para la filosofía de su tiempo, hoy forman
parte del sentido común de muchas personas.

Aristóteles fue discípulo de Platón y de otros pensadores


(como Eudoro) durante los veinte años que estuvo en la
Academia de Atenas.6 Fue maestro de Alejandro Magno en
el Reino de Macedonia.6 En la última etapa de su vida fundó
el Liceo en Atenas, donde enseñó hasta un año antes de
su muerte.

En su juventud, Aristóteles fue discípulo de Platón en la


Academia de Atenas. Aristóteles construyó un sistema
filosófico propio. Previo a ello, sometió a crítica la teoría de
las Ideas de su maestro. Para intentar solventar las
diferencias entre Heráclito y Parménides, Platón había
propuesto la existencia de dos dimensiones en la realidad: el
Mundo sensible y el Mundo inteligible. Para Aristóteles, el
mundo no tiene compartimentos.

Es necesario destacar, que ambos filósofos establecieron un


modelo ideal de gobierno que no representa en espíritu
marcadas diferencias; la fundamental, que Platón establece
una sofocracia o sistema de filósofos- reyes que deben ser
educados desde chicos con miras a la vida política y a una
educación especializada. Aristóteles brinda la misma visión
sobre la educación, pero destacando que no deben ser
filósofos- reyes (ya sea reyes tiranos devenidos sabios o
sabios devenidos reyes) y argumenta que el poder debe estar
en manos de ciudadanos- filósofos, que como dijimos
anteriormente, no representa, en esencia grandes diferencias.
Por otra parte, la importancia que Aristóteles le confiere a
la ley, y sobre todo a la ley racional, difiere en parte de lo que
plantea su maestro, sobre todo si consideramos que es el
creador de la lógica tal cual la concebimos hoy en día; y que
en oposición a las ideas de su maestro difiere del uso de la
interrogación continua como único método para obtener la
verdad. Aunque en esto también hayamos una similitud, si
consideramos que la lógica aristotélica no deja de ser una
dialéctica un poco más elaborada de la que plantea Platón.

Corrientes sociales de los siglos XVII AL XX


POSITIVISMO

La primera de estas teorías, y la que da origen a la Sociología


como ciencia, fue el Positivismo. Éste nace en un momento
histórico en que las disciplinas científicas comienzan a
entronizarse como ciencias de la verdad. Todos los procesos
naturales eran sometidos a la observación y la
experimentación. El cientificismo se extiende hasta la
reflexión en torno a las actuaciones humanas. Desde el punto
de vista político y económico, el ambiente europeo está
marcado por los principios del Liberalismo.

Augusto Comte, pensó que la sociedad era un fenómeno


científico, que se podía estudiar como un todo y de su estudio
surgirán principios generales a toda sociedad. Estos
principios serán lo suficientemente válidos como para
conformar en los seres humanos una acción social, que
conduzca a la fraternidad y solidaridad entre ellos, pues
formarán acciones y creencias comunes. A esta ciencia
capaz de crear esa reforma llamó Sociología.

El Positivismo aportó a la búsqueda humana la comprensión


de que el ser es capaz de encontrar respuestas lógicas al
mundo físico que le rodea, así como a todo lo que atañe a
sus acciones y se convirtió en un enemigo ideológico de los
principios religiosos, fundamentalmente del Cristianismo,
considerados ideas erradas, porque apartaban al ser humano
de la realidad. El conocimiento verdadero es sólo el que se
origina de la experiencia.

De esta manera, busca en la ciencia la única vía capaz de


aportar el conocimiento y, a través de ella, se domina y
comprende a la naturaleza y a la sociedad misma, ambas
instancias partes del mundo real. Sólo lo visible puede
verificarse, cuantificarse y transformarse. Por lo tanto, el
conocimiento sólo se origina de la experiencia y a través de él
es posible construir una sociedad, que provea a sus
integrantes bienestar y progreso. Como los hechos son la
realidad científica, esta doctrina hizo de la disciplina histórica
uno de sus pilares fundamentales.
FUNCIONALISMO

El Funcionalismo, de origen inglés, es una corriente


sociológica del siglo XX y se origina en estudios del campo
antropológico. Tuvo gran influencia en los Estados Unidos.
Sus principales exponentes fueron, en Europa, Bronislaw
Malinowski (Polonia. 1874-1942), Radcliffe-Brown (Inglaterra.
1881-1955), Evans Pritchard (Inglaterra. 1902-1973); en
Estados Unidos, Talcot Parson (1902-1979) y Robert Merton
(1910-2003).

En esta corriente se sostiene que la cultura conforma un todo


inseparable y tiene su origen en los hechos sociales; es decir,
es un hecho social, lo que significa que la sociedad actúa
como un organismo vivo, con una serie de funciones que se
complementan entre sí, pero que forman un cuerpo, un todo
armónico. Por lo tanto, es una ideología de carácter holístico.
De esta manera, la sociedad es concebida como un
organismo biológico, donde cada una de sus partes cumple
una función y se le percibe como un sistema, donde cada de
sus partes cumple un papel o rol bien determinado.

MARXISMO

Esta corriente surge con el alemán Carlos Marx (1818-1883)


y el prusiano Federico Engels (1820-1895), como respuesta a
los socialistas utópicos, quienes, según Carlos Marx, habían
interpretado la realidad social, pero no poseían ninguna
propuesta para transformarla. Sienta las bases de su análisis
en el estudio de las organizaciones humanas y la manera
cómo se han organizado para la sobrevivencia; por lo tanto, el
eje central de estudio son las relaciones económicas, las
relaciones que surgen producto de la manera cómo se
organizan para la producción material.

Erróneamente se ha visto al Marxismo como una ideología


que propugna la violencia, a causa de una mala interpretación
del llamado que hacen Engels y Marx a la transformación
social, a través de procesos revolucionarios como único
medio posible para acabar con la dominación del sistema
capitalista.

Rafael Pla León (2003) nos explica que generalmente se ha


confundido Marxismo con Comunismo, pero la diferencia es
distinguible en el hecho de que las relaciones que se le
establecen comprenden la esfera de un movimiento real.
Pero, el Marxismo es un fenómeno intelectual, una reflexión
que surge a partir de una interpretación de la realidad. Como
filosofía, intentó explicar la sociedad capitalista de su tiempo.
En tal sentido, Pla nos enfatiza que: ”Es cierto que el
Marxismo tendría una estrecha relación con el movimiento
obrero, o con los partidos comunistas formados en su seno;
pero, esto no es motivo para no saber distinguir que son
cosas diferentes y que su identificación obedece a
circunstancias muy concretas y específicas”.

La confusión se presenta porque tanto Marx como Engels


fueron activistas del movimiento obrero, al punto de ser
impulsadores de la creación del Movimiento Obrero
Internacional, en la Primera Internacional Comunista. El
Comunismo es la acción que se desprende de la práctica
social comunitaria, sustentada en los estudios de Marx sobre
la manera de organización comunitaria de sociedades en la
génesis de la sociedad humana, a lo que llamó “Comunismo
primitivo”, como prueba histórica de que los seres humanos
pueden convivir de manera solidaria y en condiciones de
igualdad social. Para estos autores, el gran conflicto de la
humanidad fue el surgimiento de la desigualdad social,
cuando la sociedad comienza a dividirse en clases. Surgen,
entonces, clases sociales que dominan y clases sociales
dominadas.
Estas clases sociales, según la teoría de Marx, en algún
momento de su desarrollo histórico, entran en contradicciones
y surgen, así, las luchas, unas para liberarse y otras para
perpetuar la dominación.

ESTRUCTURALISMO

Es una corriente de pleno auge del siglo XX. Se desarrolla a


partir de los años sesenta y vino a ser una respuesta al
Marxismo y al Funcionalismo. Tiene su origen en los análisis
lingüistas del belga Ferdinand de Saussure (1857-1913), el
cual explicó el funcionamiento lingüístico, a través de la
manera cómo se organizan los elementos de una lengua; es
decir, desde la estructura gramatical, de eso que nosotros
llamamos gramática.

Los estudios de Saussure inspiraron al antropólogo belga


Levi-Strauss (nacido en Bruselas en 1908). El estudio de la
estructura de la lengua sirvió a Lévi-Strauss para explicar a la
sociedad humana desde las estructuras sociales y no desde
las acciones individuales; es decir, para este autor, la acción
colectiva obedece a patrones sociales, a unidades que
constituyen el todo, pero que deben ser desglosadas para su
estudio. Estas unidades forman una red que es el tejido
social. Todo hecho humano entraña una estructura y para
comprenderla hay que entender el hecho y su cadena.

Bien, como podemos percibir, cada una de estas corrientes


ha aportado un aspecto fundamental para el conocimiento de
la sociedad humana, no sólo desde el punto de vista de su
evolución, sino también para la comprensión de su
funcionamiento y conformación. He aquí la importancia de
este breve recorrido por estas corrientes del análisis
sociológico.

TEORÍA KEYNESIANA

John Maynard Keynes fue un conocido economista británico,


nacido en Cambridge, el año de 1883. Su teoría económica
cuestionó y prácticamente echa por tierra, principios
fundamentales de la teoría económica clásica. La teoría
clásica económica sostenía que, de manera natural en las
leyes del mercado y en algún momento de su despliegue,
llega a igualarse la oferta y la demanda. A mayor demanda, la
oferta baja sus precios en el mercado e incrementa el acceso
al campo de trabajo y decrece el desempleo. El papel que
debía cumplir el Estado era sólo de resguardo y apoyo al
sector económico.

A partir de 1929, se desencadena una profunda crisis


económica a nivel mundial, que puso en peligro la economía
mundial, la cual se sustentaba en el “patrón oro”, originada
por la caída de la bolsa de valores de Nueva York. Esta crisis
originó un considerable contingente de desempleados y
develó la vulnerabilidad de esta premisa sustentada por los
economistas clásicos

Keynes, al analizar esta crisis comprende, primero, la


necesidad de sustentar la economía mundial en un patrón
diferente al oro. Hasta entonces, la mayoría de los
economistas y de los responsables de las políticas
económicas habían aceptado los altibajos de los ciclos
económicos como inevitables y fueron precisamente estas
ideas lo que les impidió hacer frente a la depresión de los
años 30. Sin embargo, Keynes, con una nueva teoría, analiza
la causa de los ciclos económicos en los que se alternan
períodos de elevado desempleo y elevada inflación,
sugiriendo, además, a los gobiernos cómo podían controlar
los peores excesos de los ciclos económicos.
Keynes expuso un doble argumento. En primer lugar, afirmó
que en las economías de mercado Es posible que el
desempleo sea elevado y que se sub-utilice la capacidad.
Además, afirmó que la política fiscal y monetaria puede influir
en la producción y reducir así el desempleo y acortar las
recesiones económicas.

Estas proposiciones provocaron grandes controversias; pero,


después de la Segunda Guerra Mundial, la economía
keynesiana acabó dominando la macroeconomía y la política
económica de los gobiernos. Durante la década de los años
sesenta del siglo XX, casi todos los análisis de la política
macroeconómica se basaron en la visión keynesiana del
mundo.

En la actualidad, pocos economistas creen que la política de


los gobiernos puedan eliminar los ciclos económicos, como
prometía la teoría de Keynes, ya que ni la economía ni la
política han sido las mismas desde la publicación de su
teoría.

Teoría de keynesiana: Una de las falacias económicas más


dañinas y que más se ha extendido es la creencia de que el
consumo es la clave para una economía saludable.
Escuchamos esta idea todo el tiempo en los medios
populares y en conversaciones casuales, especialmente
durante recesiones económicas. La gente dice cosas como:
“Bueno, si todos empiezan a comprar cosas de nuevo, la
economía crecerá” o “Si tan solo pudiéramos poner más
dinero en manos de los consumidores, saldríamos de esta
recesión”. Esta creencia en el poder del consumismo también
ha guiado mucho de la política económica en los últimos
años, con esta ola interminable de paquetes de estímulos. 

Esta creencia es una herencia del equívoco pensamiento


Keynesiano. El origen de la riqueza es la producción y no el
consumo. Si queremos una economía saludable, tenemos
que crear las condiciones bajo las cuáles los productores
puedan continuar con el proceso de creación de riqueza para
que otros consuman, y bajo las cuales los hogares y las
empresas puedan tener el ahorro necesario para financiar
esa producción. 

Es tentador afirmar que en realidad sólo es un problema de


“el huevo y la gallina”; después de todo, ¿qué tan bueno es
producir algo si no hay nadie para consumirlo? El camino
fuera de este círculo es reconocer que sólo tenemos el poder
de consumir si hemos producido y vendido algo para adquirir
los medios con los cuales poder consumir. Al comenzar el
análisis en función del consumo se asume que uno ya cuenta
con los medios para consumir. Contrario a ese análisis, la
riqueza se crea mediante formas de producción que
reorganizan los recursos de tal modo que la gente valora más
esa opción que cualquier otra. Estas acciones se financian
con ahorros que provienen de abstenerse de consumir. 
El poner más recursos en manos de los consumidores a
través de paquetes de estímulos gubernamentales fracasa
precisamente porque la riqueza que es transferida en última
instancia proviene de los productores. Esto es obvio cuando
el gasto se financia con impuestos, pero también ocurre
cuando se financia a través de déficit e inflación. Con el
gasto, a través del déficit, la riqueza viene de la compra de
los bonos gubernamentales por parte de los productores. Con
inflación, proviene proporcionalmente de los propietarios de
dólares (obtenidos a través de la producción) cuyo poder de
compra se ve debilitado por la excesiva oferta de dinero. En
ninguno de los casos el gobierno crea riqueza. Tampoco lo
hace el consumo. La nueva capacidad de consumo aún se
origina en las anteriores formas de producción. Si queremos
estímulos reales, debemos liberalizar la producción creando
un ambiente más amigable para producir y no penalizar el
ahorro que la financia.

Teoría neoliberal:  Es una teoría política y económica que


tiende a reducir al mínimo la intervención del Estado.
También ha sido definido como una forma de liberalismo que
apoya la libertad económica y el libre mercado, cuyos pilares
básicos incluyen la privatización y la desregulación. En su
sentido más usual, se refiere a una serie de teorías y
propuestas económicas que comenzaron a tomar auge en
la década de 1970, cuestionando
al keynesianismo dominante hasta entonces, para volverse
en los años siguientes predominantes en el mundo
occidental.
El economista Ha-Joon Chang señala como características
principales del neoliberalismo el libre comercio, un Estado
mínimo pero con un Banco central regulador de
la moneda autónomo, las privatizaciones, la reducción
del gasto público, la desregulación financiera, la reducción de
impuestos a las personas más ricas con el fin de impulsar una
economía de la oferta, bajo la teoría de la filtración
descendente, también conocida como teoría del derrame, así
como los planes de ajuste estructural y el apoyo al proceso
de globalización.
Vulgarmente y académicamente se usó para referirse a
variadas realidades y políticas que surgieron tras la Segunda
Guerra Mundial y en particular varias décadas después de
terminado dicho conflicto, en un mundo occidental con
políticas económicas keynesianas muy difundidas y políticas
industriales avanzadas, donde sobrevino el triunfo de
movimientos neoliberales, de los cuales los más influyentes
fueron los gobiernos de Margaret Thatcher en Reino
Unido (1979-1990) y en Estados Unidos el de Ronald
Reagan (1981-1989).

El socialismo. Tendencia en el siglo XXI


El socialismo del siglo XXI ha sido el término usado para
definir la ideología de gobiernos y movimientos políticos
progresistas que hoy se encuentran gobernando una buena
parte de América Latina. Los sectores políticos y
“académicos” de la derecha se empeñan en descalificar el
término, extrañarse frente a él, pedir explicaciones exactas
como si se tratara de la receta de un pastel. Desde el otro
lado se contesta (contestamos) que se trata de un proyecto
en construcción, que es un planteamiento de la izquierda
renovada, la búsqueda de un camino para la salir de una
realidad de gran desigualdad. Pero más allá de esas primeras
reacciones, ¿qué decir del socialismo del siglo XXI? Me
propongo recoger características trabajadas por distintos
sectores y autores (me niego a creer que se trate de la
ideología creada por una sola genialidad y menos todavía que
ésa sea Hans Dieterich; aclaro entonces que estas
reflexiones en particular no están inspiradas en ninguna de
sus tesis). En primer lugar, es necesario hacer una distinción
entre estas tesis y las planteadas por la derecha y por
aquellos sectores que creen que las ideologías son obsoletas
y que ha llegado el momento del pragmatismo puro. El
socialismo del siglo XXI, que yo prefiero llamar nueva
izquierda, se denomina así también por la necesidad de
tomar distancias con el socialismo del siglo XIX o con los
planteamientos de la izquierda en los siglos anteriores.

NUEVO ORDEN MUNDIAL

La globalización

No existe en la actualidad área del conocimiento que no esté


vinculada, directa o indirectamente, al tema de la
globalización. Este fenómeno ha permeado prácticamente
todos los campos de la actividad humana: economía, cultura,
política, ecología, adquiriendo así un carácter
pluridimensional.

Según Romero y Vera (2009) el impresionante avance de las


fuerzas productivas a escala mundial durante el siglo XX,
especialmente en la segunda mitad, profundizó la división
internacional del trabajo, modificando el contenido de
conceptos como ventajas comparativas y dando origen a
otros como ventajas competitivas, determinadas por factores
relacionados con la economía del conocimiento, la cual está
determinada por el uso de los saberes en la toma de
decisiones en materia de producción, consumo e inversión,
así como en la producción y reproducción del propio
conocimiento.
Esta economía del conocimiento “se sustenta
fundamentalmente en el uso de las ideas, más que en las
habilidades físicas; en la aplicación de la tecnología, más que
en la transformación de materias primas, o la explotación de
mano de obra barata. Es una economía donde el
conocimiento es creado, adquirido, transmitido y usado más
eficientemente por individuos, empresas, organizaciones y
comunidades, con el fin de promover el desarrollo económico
y social. Este proceso ha sido dinamizado por las nuevas
tecnologías, en especial las tecnologías de la información y
comunicación.

En este contexto aparece el concepto globalización, el cual


empieza a emplearse de manera permanente en los ámbitos
académicos y políticos desde de la década de los ochenta del
siglo XX. A partir de entonces, la globalización ha venido
siendo enfocada desde diferentes posiciones, dependiendo
del campo de acción del conocimiento y de los intereses en
juego.

No obstante, existen rasgos comunes a todas las


interpretaciones, en el sentido de ver en la globalización una
etapa avanzada de la división internacional del trabajo,
caracterizada por una mayor interacción e interdependencia
de los factores y actores que intervienen en el proceso del
desarrollo mundial. Estos factores y actores son de índole
económica, social, política, ambiental, cultural, geográfica,
religiosa, entre otros, e involucran relaciones entre Estados,
regiones, pueblos, empresas, partidos.

El capitalismo mundial había dejado atrás la etapa de la libre


competencia y había entrado en su fase monopolista, soporte
económico del imperialismo. Esta situación contribuyó a la
expansión global de la economía, a través,
fundamentalmente, de la internacionalización del capital.
Dimensión económica

El proceso de globalización se efectúa a través de los flujos


comerciales de capital, información y conocimiento, que
circulan alrededor del mundo y que involucran, en mayor o
menor medida, a la mayoría de los países.

Sin embargo, este proceso es profundamente asimétrico y


favorece a un pequeño grupo de naciones altamente
desarrolladas, quienes controlan la economía mundial,
mientras la mayoría de países debe conformarse con el papel
de actores pasivos y altamente vulnerables a los cambios
internacionales, influenciados por las políticas aplicadas por
los centros de poder económico, político, cultural y militar.

Dimensión política

De otro lado, pese al innegable avance del comercio


internacional y de los flujos financieros, la mayor parte de la
actividad se realiza al interior de los países, o dentro de mega
bloques económicos, como la Unión Europea o el Tratado de
Libre Comercio de América del Norte.

El avance de la globalización ha sido obstaculizado también


por grandes conflictos bélicos (primera y segunda guerras
mundiales), así como por las crisis económicas de carácter
hemisférico. Igualmente, las políticas proteccionistas y
discriminatorias, practicadas por las naciones opulentas,
impiden que la mayoría de los países participe activamente
en los intercambios comerciales y financieros; es decir, no
logran globalizarse, y si lo hacen es solamente a través de las
transnacionales residentes en sus economías de enclave.

El soporte material de la globalización es la profundización de


la división internacional del trabajo, donde el predominio
corresponde a un puñado de países altamente desarrollados.
Los avances de los países más atrasados están
determinados por la presencia del capital extranjero en sus
economías, el cual ha ido perfeccionando un esquema de
inserción apendicular, donde las decisiones estratégicas son
tomadas desde afuera por las empresas transnacionales y
sus países de origen. En estas condiciones, cualquier
posibilidad de desarrollo independiente es cada vez más
difícil.

Dimensión social

La globalización afecta el índice de desarrollo humano. De


acuerdo con el PNUD, el índice del desarrollo humano
“provee una medida compuesta de tres dimensiones del
desarrollo humano: vivir una vida larga y saludable (medida
por la esperanza de vida); tener educación (medida por la
tasa de alfabetización de adultos y de matriculación en la
enseñanza primaria, secundaria y terciaria); y gozar de un
nivel de vida digno (medido por el ingreso según la paridad
del poder adquisitivo).

El índice no es en modo alguno una medida integral del


desarrollo humano. Por ejemplo, no incluye indicadores
importantes tales como respeto por los derechos humanos, la
democracia y la igualdad, aunque sí provee una amplia
perspectiva para ver del progreso humano y la compleja
relación entre el ingreso y el bienestar. Además la evolución
del IDH a lo largo de los años no ha sido igual para todos los
países y no necesariamente los más desarrollados
económica y tecnológicamente son los que muestran los
mejores resultados.

Resumiendo, se puede afirmar que ha habido un importante


avance en materia de desarrollo humano. Sin embargo,
persiste una situación precaria para el grupo de países de DH
e ingreso bajos, que incluye un importante porcentaje de la
población mundial, situándola al margen de los beneficios de
la globalización.

Dimensión cultural
El proceso de globalización omnipresente, ambivalente,
evasivo e inasible también imprime su sello en el ámbito de la
cultura. La globalización tal como se presenta a comienzos
del siglo XXI implica considerar una diversidad de cuestiones
diferentes, pero que se entrecruzan y en algunos casos
retroactúan unas sobre otras, tales como la identidad cultural
y la interculturalidad que comprende a su vez lo multicultural,
lo pluricultural, lo poli cultural, lo ecocultural, lo Cross cultural.
Si se engloba en alguna medida todo lo anterior se hará
presente la problemática de la transnacionalización de la
cultura (término que algunos utilizan para hablar del proceso
de globalización de la cultura). Habría que aludir también si
se pretendiese hacer un análisis más exhaustivo a las
diferentes formas y niveles en que se expresa la cultura y las
formas en que incide en ellas el proceso de globalización: en
la cultura de élite y en la cultura de masas, la cultura popular
y la cultura del pueblo; en las culturas hegemónicas en el
interior de cada país y en las culturas subalternas. Dentro de
ese contexto, habría que estudiar la contracultura o las
formas de cultura alternativas.

La democracia como sistema político global


Las democracias no pueden considerarse resultados de una
decisión democrática (como pretenden, en el fondo, las
teorías del pacto social). La sociedad que se constituye como
democracia debe estar ya constituida anteriormente como
sociedad; y en su origen, una sociedad humana estaría más
cerca de la tiranía o de la aristocracia que de la democracia
(tampoco una sociedad primitiva puede considerarse teísta,
sin que por ello pueda ser llamada atea). Obviamente, esto
no significa que la democracia, no por no ser originaria, tenga
menos dignidad porque, si así fuera, el salvaje sería más
digno siempre que el hombre civilizado. Pero tampoco por
ello puede ser considerada la democracia, como la situación
a través de la cual la humanidad ha alcanzado su realización
suprema, el “fin de la historia”. Quienes proclaman: “todos los
demócratas condenamos este atentado terrorista”, parece
que quieren sugerir que la razón formal desde la cual se
condenan esos atentados terroristas es la de “demócratas”.
¿Acaso un aristócrata no condenaría también el terrorismo?
¿Acaso no se condenan los actos terroristas en las
sociedades organizadas como “dictaduras del proletariado”?
Damos por supuesto que la democracia es un sistema político
con múltiples variantes “realmente existentes”. Pero la
democracia es también un “sistema de ideologías”, es decir,
de ideas confusas, por no decir erróneas, que figuran como
contenidos de una falsa conciencia, vinculada a los intereses
de determinados grupos o clases sociales, en tanto se
enfrentan mutuamente de un modo más o menos explícito.
Vamos a presentar dos consideraciones previas que sirvan
de referencia de lo que entendemos por “realidad” en el
momento de hablar de las democracias como nombre de
realidades existentes en el mundo político efectivo.
Sustentabilidad del desarrollo y biodiversidad
La biodiversidad sustenta la prosperidad económica. Más de
la mitad del PIB mundial, el equivalente a aproximadamente
US$ 44 billones, es moderada o altamente dependiente de la
naturaleza. Más de 70% de la población que vive en pobreza
depende, al menos en parte, de los recursos naturales para
generar ingresos, ya sea a través de la agricultura, la pesca,
la silvicultura u otras actividades basadas en la naturaleza.

La naturaleza es una fuente esencial de muchas sustancias


utilizadas en la medicina moderna. Las plantas, los animales
y los microbios permiten a los investigadores
médicos comprender la fisiología humana y tratar
enfermedades. 4.000 millones de personas dependen
directamente de medicamentos naturales y alrededor de 70%
de los medicamentos contra el cáncer son productos
naturales o sintéticos inspirados en la naturaleza.

Los ecosistemas regulan el clima de la Tierra al capturar y


almacenar gases de efecto invernadero. De hecho, los
ecosistemas en buen estado pueden proporcionar 37% de la
mitigación que necesitamos para limitar el aumento de la
temperatura global. Cuando dañamos ecosistemas, como
turberas, manglares y bosques tropicales, estos liberan
carbono en lugar de almacenarlo.

Los ecosistemas biodiversos pueden ayudar a mitigar el


impacto de desastres naturales como inundaciones,
tormentas, tsunamis, avalanchas, deslizamientos de tierra y
sequías. También pueden proteger contra la propagación de
enfermedades: en aquellos lugares donde la biodiversidad
nativa es alta, la tasa de infección por enfermedades
zoonóticas como la COVID-19 es menor.

Problema energético
El mundo se encuentra en una difícil situación energética: por
una parte, existe cada vez mayor demanda de energía y, por
otra, las actuales fuentes tienen en su mayoría recursos
limitados y su uso representa repercusiones ambientales
indeseables. El crecimiento demográfico y económico en el
mundo trae consigo que consumamos más energía, y las
formas tradicionales en que la generamos, en su mayoría a
través de los combustibles fósiles, nos da como resultado
importantes efectos (globalmente negativos) sobre el
bienestar humano.

Los recursos naturales de nuestro planeta se usan a un ritmo


acelerado, y si no se toman medidas al respecto, las
condiciones de vida de los que vengan después que nosotros
serán mucho peor a las que tenemos hoy en día.

El principio de sostenibilidad es: satisfacer las necesidades


de las generaciones presentes, sin comprometer las
posibilidades de las del futuro para atender sus propias
necesidades; esto se dijo hace unos años en Principio 3º de
la Declaración de Río, del Informe Brundtland, Comisión
Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones
Unidas, de la Asamblea de las Naciones Unidas.

Desde la llamada Revolución Industrial hasta nuestros días,


los procesos industriales se desarrollan quemando
combustibles fósiles (petróleo, gas y sus derivados, como la
gasolina y el diésel) y aprovechando de manera desmedida
los recursos naturales de nuestro planeta. Estas actividades
están cambiando la composición de la atmósfera terrestre,
emitiendo más gases y compuestos de efecto invernadero
que pueden permanecer en la atmósfera hasta por más de 50
años. Si bien en la actualidad más de la mitad del CO2 emitido
tarda un siglo para eliminarse de la atmósfera, una parte del
CO2 (cerca del 20 por ciento) se mantiene en la atmósfera
durante muchos milenios.

El petróleo como factor de conflictos mundiales

Carlos Ellis es trabajador de la industria petrolera con


maestrías en relaciones internacionales y políticas, públicas y
expresas que estos conversatorios deben ser considerados
como una importante herramienta en el proceso de
resistencia y contención, en contra de los mecanismos de
guerra que se aplican contra Venezuela.
 

Ellis dijo estos mecanismos de guerra, en estos momentos,


está en una fase, “pero no debemos negar, que lo que
buscan es una guerra bélica”, precisó.
 

“El petróleo es un factor fundamental en la generación de


conflictos en el mundo; la dinámica global se impulsa a través
de los hidrocarburos, sea esta, empresarial, industrial, de
desarrollo tecnológico, científico o militar”.
 

Explicó que el factor petróleo fue el que permitió la derrota de


Alemania y el triunfo de las potencias occidentales en la
Segunda Guerra Mundial.
 

En una amplia exposición, Ellis graficó las situaciones de


guerra que han ocurrido en las últimas décadas, motivadas
fundamentalmente por el petróleo. De esa manera comentó
sobre las invasiones realizadas por Estados Unidos y sus
aliados europeos a Afganistán, Irak, Libia, Siria, Sudan, entre
otros, países y sociedades que han sido devastadas
completamente.
 

Los mecanismos de guerra no convencional contra


Venezuela se deben fundamentalmente al petróleo, dijo Ellis;
aunque, “hay otros factores que inciden en la agresión
internacional sobre nuestro país, las potencias ponen los ojos
sobre el país porque Venezuela posee las reservas petroleras
más grandes del planeta, hecho suficiente para considerar
que el petróleo es un factor importante”, argumentó.
 

“Factores como la ubicación geográfica, la biodiversidad, la


política exterior, la relación con países de la misma región, el
fundamento histórico de lo que ha sido Venezuela, lo que
significó la gesta independentista, complementan el inventario
de causas que inciden en estos esquemas de hostilidad
agregados”.
 

“El que Venezuela tenga una posición estratégica en el


mundo, es un hecho importante, no solo para los Estados
Unidos, que ejerce sus principios hegemónicos en el
continente, sino también para Rusia y China”, expuso.
 

Sobre el proyecto de que el país impulse una criptomoneda,


Ellis señaló que dentro de los mecanismos de
reordenamiento geopolítico global, el mundo está diciendo
¡basta al papel impreso! por ello Venezuela está presentando
un proyecto innovador que es la creación del petro como una
moneda de intercambio; “de allí que vamos a las monedas
virtuales, electrónicas”.

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