YO ACOSO LABORALMENTE A CUALQUIER PERSONA DE MI TRABAJO,
CUANDO… 1. Le oculto información para desarrollar su trabajo, no le permito ascender, no le informo sobre los proyectos y formación que ofrece la institución, no le doy acceso a otras facilidades que los/las otras trabajadores/as de la misma condición sí tienen. 2. La/lo ignoro, le restrinjo o prohíbo sus posibilidades de comunicación con sus compañeras/os, superiores y/o usuarias/os, no puede comunicarse por teléfono, por correo electrónico o por medios presenciales, no le informo de las reuniones o de citas importantes dentro de la institución en las que puede estar presente. 3. Me inmiscuyo en lo que hace; vigilo sus quehaceres, reviso sus cosas, le controlo lo que hace o deja de hacer. Estoy pendiente para ver si falla; la/lo vigilo; le pregunto pidiéndole que me reporte lo que quiero saber, sólo porque la/lo veo inferior a mí. 4. No le doy trabajo para hacer o le doy trabajo por debajo de sus funciones, no le dejo tener iniciativa ni opinión propia en las tareas, la/lo fuerzo a hacer trabajos contra sus principios o que ponen en riesgo su salud. 5. Saboteo su trabajo escondiéndole información y documentos. Es que no me gusta que figure, que lo/la feliciten; que ande Todo/toda creída porque tiene su trabajo al día, como si fuera gran cosa. 6. La/lo acorralo con preguntas para que sus respuestas parezcan agresiones hacia mí. Me encanta victimizarme cuando por fin intenta enfrentarme. Siempre yo quedo bien ante el resto, víctima de la prepotencia e injusticia suya. 7. Difundo rumores sobre su persona, insinuaciones, le atribuyo faltas profesionales ante compañeros/as y superiores, “bromeo” sobre aspectos de su vida personal o profesional para que los/las demás también se rían. 8. No la/lo felicito por el trabajo, sino que se lo crítico y minusvaloro siempre; le humillo delante de sus compañeros/as en relación con su trabajo, atribuyo errores malintencionadamente que no ha cometido, dramatizo fallos que ha cometido y que no son graves o incluso buscan que él/ella misma cometa los fallos. 9. Le acorto los plazos, le asigno tareas en exceso o por encima de sus posibilidades y controlo con presión indebida su trabajo.
Clima Laboral en Pandemia
Seremi de Salud – Región de Coquimbo 10. Lo/la bajo de categoría, le asigno funciones que no le corresponden, le modifico tareas que tiene asignadas dentro de la organización de la institución o doy su trabajo a otros compañeros/as-subordinados/as sin que pueda hacer nada. 11. Le grito, le insulto, lo/la ridiculizo, siempre le llamo la atención de forma injustificada, le amenazo con cualquier represalia o sanción. 12. Manipulo, sí, manipulo las situaciones y a las personas para desquitar mis amarguras, y porque envidio, y porque nunca he sido reconocida/o como merezco. La gracia es elegir a mis víctimas.
Acosar u hostigar laboralmente a alguien de mi trabajo, más aún cuando hoy
vivimos en pandemia y nuestros niveles de estrés, ansiedad, angustia, cansancio, agobio, preocupaciones, sufrimiento, han aumentado… habla de lo insana de mi forma de ser. PERFIL DEL FUNCIONARIO O FUNCIONARIA QUE ACOSA LABORALMENTE Tiende a decir más mentiras y a modificar la verdad para acusar a la víctima de todos los males. Se trata de una persona que se encuentra muy cómoda en la mentira, y se caracteriza por una personalidad en la que proyecta una imagen falsa de sí misma. Es teatral, simula reacciones exageradas para manipular al resto y victimizarse frente a una reacción de la persona hostigada. Busca hacer quedar mal a la verdadera víctima. Se empodera creyendo siempre que lo logra, que tiene el control, pues la indiferencia de todos/as es su cómplice y la interpreta como validación y apoyo. Es Irritable; aunque aparente ser una persona amable y dócil, todo es fachada. En realidad, es fácilmente irritable; esconde una gran ira en su interior, por eso violentan hostigando. Falsa apariencia de seguridad, pero esconde una autoestima pobre y hostigar a otrxs compensa estas carencias. Insanamente se auto-valida escogiendo a quienes considera inferiores pero que, en realidad, envidia. Actúa encantadoramente para conseguir ser validado/a por quienes considera un par o superiores (jefaturas) Necesita controlar y es vengativa/o, proyecta en la persona escogida sentimientos negativos de sí que no tolera (no sabe trabajarlos) y “los pone” ahí para poder “destruirlos”. Acostumbra a hacer la vida imposible a quien se le cruce en el camino. Clima Laboral en Pandemia Seremi de Salud – Región de Coquimbo Es crítico/a, y ataca los puntos débiles de los demás. Estas críticas nunca son constructivas, sino dañinas y dirigidas a causar malestar, y le gusta hacerlo con público para validarse, pues cuenta culturalmente con que nadie le quiebre su “juego”. Se empodera; siente el control que tiene. Es incapaz de hacer autocrítica, pues proyecta sus fracasos y frustraciones a la base de su estado afectivo, en los demás (sobre todo a quienes ha escogido de víctimas para hostigar). Siente un gran placer al ver a su víctima humillada; disfruta del sufrimiento del otro, dándose a sí mismo/a explicaciones como “se lo merece”, “le pasa por meterse conmigo”, “le pasa por tonto/a”, “qué se cree”, etc. No siente culpa actuando así, pues desarrolló muy poca (o nada) capacidad de empatizar. Si suelta una víctima, es porque puso su atención en otra, pues siempre tiene que tener a alguien en quien volcar su frustración no trabajada a la base de su forma de ser. Suele volver de manera cíclica. Lógicamente, tiene una autoestima dañada, un gran complejo de inferioridad que es consecuencia de un autoconcepto muy deteriorado. Intenta aumentar su propio valor a través de los ataques hacia las víctimas; “comprobarse” a sí mismo/a que tiene poder al sentirse superior a ellos de esta forma. Tiene actitud seductora (no sexual) pues los rasgos de su forma de ser son de una personalidad narcisista -caracterizada por el encanto superficial- pues se relaciona con el fin de “conseguir cosas” de las personas (relaciones instrumentales; buscan ganancias secundarias). Envidia y es mediocre; tiene un gran deseo de notoriedad y de influir sobre los demás; es capaz de arrebatar lo que le produce frustración, como la buena opinión que tengan los demás acerca de su víctima o las buenas relaciones que tenga ésta con los demás, por lo que no duda en crear rumores negativos o intervenir creando información que la perjudique. Las personas acosadoras laborales presentan rasgos narcisistas. Es decir, sienten un excesivo sentido de grandiosidad, se creen especiales e intentan que su estatus sea reconocido. La conducta acosadora puede basarse en alguna psicopatología, como trastorno de la personalidad narcisista, trastorno de la personalidad disocial, trastorno de la personalidad psicopática, o trastorno de la personalidad paranoide, es decir, una forma de ser psicopatológica.