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Síntomas
Los síntomas de la porfiria pueden variar ampliamente en cuanto a su
gravedad, por tipo y entre las personas. Algunas personas con las mutaciones
genéticas que causan la porfiria nunca tienen ningún síntoma.
Porfiria aguda
Las porfirias agudas incluyen formas de la enfermedad que típicamente causan
síntomas del sistema nervioso, que aparecen rápidamente y pueden ser
severos. Los síntomas pueden durar de días a semanas y generalmente
mejoran lentamente después del ataque. La porfiria aguda intermitente es la
forma común de la porfiria aguda.
Los signos y síntomas de la porfiria aguda pueden incluir lo siguiente:
Dolor abdominal intenso
Dolor en el pecho, las piernas o la espalda
Estreñimiento o diarrea
Náuseas y vómitos
Dolor muscular, hormigueo, entumecimiento, debilidad o parálisis
Orina de color rojo o marrón
Cambios mentales, como ansiedad, confusión, alucinaciones,
desorientación o paranoia
Problemas respiratorios
Problemas para orinar
Latidos cardíacos rápidos o irregulares que se pueden sentir
(palpitaciones)
Presión arterial alta
Convulsiones
Porfirias cutáneas
Las porfirias cutáneas incluyen formas de la enfermedad que causan síntomas
en la piel como resultado de la sensibilidad a la luz solar, pero estas formas no
suelen afectar al sistema nervioso. La porfiria cutánea tarda es el tipo más
común de todas las porfirias.
Como consecuencia de la exposición solar, puedes experimentar lo siguiente:
Sensibilidad al sol y a veces a la luz artificial, lo que causa dolor urente
Hinchazón (edema) y enrojecimiento (eritema) en la piel repentinos y
dolorosos
Ampollas en la piel expuesta, normalmente en las manos, brazos y cara
Piel delgada y frágil con cambios en el color de la piel (pigmento)
Picazón
Crecimiento excesivo de vello en las zonas afectadas
Orina de color rojo o marrón
Factores de riesgo
Además de los riesgos genéticos, los factores ambientales pueden
desencadenar la aparición de signos y síntomas de la porfiria. Cuando te
expones a los desencadenantes, la demanda del cuerpo por la producción de
hemoglobina aumenta. Esto abruma la enzima deficiente y pone en marcha un
proceso que provoca la acumulación de porfirinas.
Algunos ejemplos de los desencadenantes son:
Exposición a la luz del sol
Ciertos medicamentos, entre ellos, los hormonales
Drogas recreativas
Dieta o ayuno
Tabaquismo
Estrés físico, como infecciones u otras enfermedades
Estrés emocional
Consumo de alcohol
Hormonas menstruales: en las mujeres, es poco frecuente que los
ataques de porfiria aguda se presenten antes de la pubertad y después de
la menopausia
Fisiopatologia
Las porfirias se producen como resultado de una deficiencia en alguna de las
últimas 7 enzimas de la vía de síntesis del hemo o por la
actividad aumentada de la forma eritroide de la primera enzima de la vía, la
ALA sintetasa-2 (ALAS 2). (La deficiencia de ALAS 2 causa anemia
sideroblástica en lugar de porfiria). Cada enzima está codificada por un solo
gen; cualquiera de las numerosas mutaciones posibles pueden alterar los
niveles o la actividad de la enzima codificada por ese gen. En presencia de una
deficiencia o un defecto en una enzima de la vía de síntesis del hemo, su
sustrato y otros precursores del hemo modificados en condiciones normales
por esa enzima pueden acumularse en la médula ósea, el hígado, la piel u otros
tejidos y producir efectos tóxicos. Pueden hallarse concentraciones sanguíneas
excesivas de estos precursores, que también pueden excretarse a través de la
orina, la bilis o las heces.
Aunque las porfirias se definen con mayor precisión de acuerdo con la enzima
deficiente, la clasificación basada en el sitio principal de hiperproducción de
los precursores del hemo (hepatocitos o eritrocitos) o en las manifestaciones
clínicas principales (agudas o cutáneas) a menudo resulta útil.
Las porfirias agudas se manifiestan con crisis intermitentes caracterizadas por
síntomas abdominales, mentales y neurológicos. Estas crisis son
desencadenadas típicamente por fármacos, la actividad hormonal cíclica en
mujeres jóvenes, y otros factores exógenos. Las porfirias cutáneas tienden a
causar síntomas continuos o intermitentes relacionados con fotosensibilidad
cutánea. Algunas porfirias agudas (corpoporfiria hereditaria, porfiria
variegata) también pueden producir manifestaciones cutáneas. A causa de la
penetrancia variable de las porfirias heterocigóticas, la prevalencia de la
enfermedad con manifestaciones clínicas es menor que la prevalencia genética
(véase tabla Características principales de las dos porfirias más frecuentes ).
Durante la fase sintomática de todas las porfirias, salvo en la protoporfiria
eritropoyética y la porfiria por deficiencia de ALAD, puede observarse una
anomalia de coloración de la orina (rojo o marrón rojizo). Esta anomalia de
coloración se debe a la oxidación de los porfirinógenos, el precursor de
porfirinas porfobilinógeno (PBG) o ambos. A veces, el cambio de color se
evidencia después de minutos a horas de exposición de la orina al aire o la luz
para permitir la oxidación no enzimática de las porfirinas. En las porfirias
agudas, excepto en la porfiria por deficiencia de ALAD, alrededor de 1 cada 3
individuos heterocigóticos (con mayor frecuencia mujeres que hombres)
también presenta un aumento en la excreción urinaria de PBG (con cambio de
la coloración de la orina) durante la fase latente.