Está en la página 1de 7

(Acosta, 2009), menciona en su investigación que el maíz se originó en una parte

limitada de México y los tipos más desarrollados emigraron posteriormente hacia otros
sitios de América. Cristóbal Colón quien descubrió América lo vio por primera vez en la
isla de Cuba en octubre de 1492. El maíz surgió aproximadamente entre los años 8 000
y 600 a.c. en Mesoamérica, probablemente a lo largo del acantilado occidental de
México Central o del Sur, a 500 km de la Ciudad de México.

Taxonomía Según Sánchez (Sancez, 2014), la clasificación filogenética propuesta por


Arthur Cronquist, es la siguiente:

REINO: Plantae
DIVISIÓN: Magnoliophyta
CLASE: Liliopsida
SUBCLASE: Lilidae
ORDEN: Poales
FAMILIA: Gramineae o Poaceae
GÉNERO: Zea
ESPECIE: Zea mays L.

Variedades

Según (Yanez, y otros)Las esenciales variedades nativas de maíz que se cultivan en la


sierra ecuatoriana y las variedades mejoradas por el INIAP (Instituto Nacional de
Investigaciones Agropecuarias) son:

Variedades nativos en Ecuador

- Cuzco ecuatoriano
- Canguil ecuatoriano
- Racimo de uva - Chillos
- Huandango
- Morochón
- Patillo
- Chulpi
- Kcello
- Chazo

Sustratos

Un sustrato es todo material sólido diferente del suelo, este puede ser de origen natural,
síntesis o residual, mineral u orgánico, el cual puede ser colocado en diferentes
porciones. El sustrato puede influir o no el proceso de germinación y de nutrición
mineral de la planta (Maroto, 1990 pág. 20).

El mejor medio de cultivo depende de numerosos factores como son el tipo de material
vegetal con el que se trabaja (semillas, plantas, estacas, etc), especie vegetal,
condiciones climáticas, sistemas y programas de riego y fertilización, aspectos
económicos (Terès Terés, y otros, 1997).

Para obtener buenos resultados durante la germinación, el enraizamiento y el


crecimiento de las plantas, el medio de cultivo requiere las siguientes características:

Propiedades físicas

La elevada capacidad de retención de agua fácilmente disponible. Suficiente suministro


de aire Distribución del tamaño de las partículas que mantenga las condiciones
anteriores. Baja densidad aparente. Elevada porosidad. Estructura estable, que impida la
contracción (o hinchazón del medio) (Terès Terés, y otros, 1997).

Porosidad Es el volumen total del medio no ocupado por las partículas sólidas, y por
tanto, lo estará por aire o agua en una cierta proporción. Su valor óptimo no debería ser
inferior al 80-85%, aunque sustratos de menor porosidad pueden ser usados
ventajosamente en determinadas condiciones (Boutherin, 1994).
La porosidad debe ser abierta, pues la porosidad ocluida, al no estar en contacto con el
espacio abierto, no sufre intercambio de fluidos con él y por tanto no sirve como
almacén para la raíz. El menor peso del sustrato será el único efecto positivo. El espacio
o volumen útil de un sustrato corresponderá a la porosidad abierta. El grosor de los
poros condiciona la aireación y retención de agua del sustrato. Poros gruesos suponen
una menor relación superficie/volumen, por lo que el equilibrio, tensión
superficial/fuerzas gravitacionales se restablece cuando el poro queda solo parcialmente
lleno de agua, formando una película de espesor determinado (Buzeta, 1997).

El equilibrio aire/agua se representa gráficamente mediante las curvas de humectación.


Se parte de un volumen unitario saturado de agua y en el eje de ordenadas se representa
en porcentaje el volumen del material sólido más el volumen de porosidad útil. Se le
somete a presiones de succión crecientes expresadas en centímetros de columnas de
agua, que se van anotando en el eje de abscisas. A cada succión corresponderá una
extracción de agua cuyo volumen es reemplazado por el equivalente de aire. De modo
que a un valor de abscisas corresponde una ordenada de valor igual al volumen del
material sólido más el volumen del aire. El volumen restante hasta el 100% corresponde
al agua que aún retiene el sustrato (Parámetros a tener en cuenta en los sustratos, 1997).

Estructura

Puede ser granular como la de la mayoría de los sustratos minerales o bien fibrilares. La
primera no tiene forma estable, acoplándose fácilmente a la forma del contenedor,
mientras que la segunda, dependerá de las características de las fibras. Si son fijadas por
algún tipo de material de cementación, conservan formas rígidas y no se adaptan al
recipiente, pero tienen cierta facilidad de cambio de volumen y consistencia cuando
pasan de secas a mojadas (Terès Terés, y otros, 1997).

Granulometría

El tamaño de los gránulos o fibras, condiciona el comportamiento del sustrato, ya que


además de su densidad aparente varía su comportamiento hídrico a causa de su
porosidad externa, que aumenta de tamaño de poros conforme sea mayor la
granulometría.
Densidad

La densidad de un sustrato se puede definir bien a la del material sólido que lo compone
y entonces se habla de densidad real, o bien a la densidad calculada considerando el
espacio total ocupado por los componentes sólidos más el espacio poroso y se denomina
porosidad aparente (Buzeta, 1997).

La densidad real tiene un interés relativo. Su valor varía según la materia de que se trate
y suele oscilar entre 2,5-3 para la mayoría de los de origen mineral. La densidad
aparente indica indirectamente la porosidad del sustrato y su facilidad de transporte y
manejo. Los valores de densidad aparente se prefieren bajos (0,7 – 1) y que garanticen
una cierta consistencia de la estructura (Weichmann, 1987).

Baja o apreciable capacidad de intercambio catiónico, dependiendo de que la


fertirrigación se aplique permanentemente o de modo intermitente, respectivamente.
Suficiente nivel de nutrientes asimilables. Baja salinidad. Elevada capacidad tampón y
capacidad para mantener constante el pH. Mínima velocidad de descomposición.

Tierra negra Según (Padilla, 1999), indica que se realizó estudios de estos suelos en el
Ecuador, y los denominaron negro andino, aquellos que se encuentran de 3000 a 4000
m.s.n.m., en donde expresa, que estos suelos son francos con 100 % de retención de
agua, se localizan en vertientes de las cordilleras con pendientes de suaves a fuertes. En
la soil taxonomy (Soil Survey Staff, 1975), los suelos derivados de cenizas volcánicas
se clasifican como Andepts, un suborden de los Inceptisol, este fue un intento de definir
suelos que previamente fueron llamados Andosoles. Algunos científicos del suelo
consideraron que esta clasificación es inadecuada y propusieron el orden Andisoles para
suelos con materiales volcánicos elásticos. La propuesta del concepto central de un
Andisol fue la siguiente:
• Suelos desarrollados en materiales volcánicos elásticos.
• Complejo de cambio dominado por compuestos amorfos de Aluminio y Sílice.
• Densidad baja.
• Fijación de fósforo alta.
• Porcentaje de carbono alto.
• Retención alta de agua (depende de la textura)
• Inusual toxicidad de Aluminio.
• Límites líquidos altos, límites plásticos altos.

Cascarilla de arroz

La cascarilla de arroz se utiliza fundamentalmente con grava, ya que este es muy liviano
y su capacidad de retención de humedad es baja con un 40 % ya mezclado. La principal
función de esta mezcla es favorecer la oxigenación del sustrato. Si llegaras a utilizar
cascara de arroz es recomendable hacer un proceso de desinfección química con el fin
de eliminar partículas pequeñas, así como hongos, larvas de insectos u otro
microorganismo (2011). El tamaño de la partícula es ligeramente mayor a la del aserrín.
La cascarilla es incorporada con facilidad en un medio para mejorar su drenaje. Está
disponible a bajo costo en ciertas áreas y puede ser utilizado en sustitución o junto con
turba. La cascarilla de arroz es de peso ligero, uniforme en grado y calidad, más
resistente a la descomposición y posee menor efecto de reducción del nitrógeno por los
microbios del suelo. No introduce plagas, pero es recomendable la pasteurización del
sustrato. Porque contiene muchas semillas de malezas. Es un material rico en carbono.
La granza tiene altos contenidos de en potasio y sílice (2002).

Humus de lombriz

El humus de lombriz es un abono orgánico 100 % natural, que se obtiene de la


transformación de residuos orgánicos compostados, por medio de la Lombriz Roja de
California. Mejora la porosidad y la retención de humedad, aumenta la colonia
bacteriana y su sobredosis no genera problemas. Tiene las mejores cualidades
constituyéndose en un abono de excelente calidad debido a sus propiedades y
composición. La acción de las lombrices da al sustrato un valor agregado, permitiendo
valorarlo como un abono completo y eficaz mejorador de suelos. Tiene un aspecto
terroso, suave e inodoro, facilitando una mejor manipulación al aplicarlo, por su
estabilidad no da lugar a fermentación o putrefacción. Posee un alto contenido de macro
y oligoelementos ofreciendo una alimentación equilibrada para las plantas. Una de las
características principales es su gran contenido de microorganismos 18 (bacterias y
hongos benéficos) lo que permite elevar la actividad biológica de los suelos. La carga
bacteriana es de aproximadamente veinte mil millones por gramo de materia seca. En su
composición están presentes todos los nutrientes: nitrógeno, fósforo, potasio, calcio,
magnesio, sodio, manganeso, hierro, cobre, cinc, carbono, etc., en cantidad suficiente
para garantizar el perfecto desarrollo de las plantas, además de un alto contenido en
materia orgánica, que enriquece el terreno. (2011).

Características del Humus de Lombriz


Ph 6.8 - 7.2
Material orgánico 30 - 50
CaCO3 (%) 8.0 - 14.0
Cenizas (%) 27.9 - 67.7
Carbonato orgánico (%) 8.7 - 38.8
Nitrógeno total (%) 1.5 - 3.35
NH4/N Total (%) 20.4 - 26.1
NO3/N Total (%) 79.6 - 97.0
N-NO3(ppm) 2.18 - 1.693
CIC (meq/100g de humus) 150 - 300
Ácidos H/ Ácidos F 1.43 - 2.06
P Total (ppm) 700 - 2500
K Total (ppm) 4400 - 7700
Ca Total (ppm) 2.8 - 8.7
Mg Total (%) 0.2 - 0.5
Mn Total (ppm) 260 - 576
Cu Total (ppm) 85 - 490
Zn Total (ppm) 87 - 404
Capacidad de retención de 1600 cc / kilo seco
humedad
Actividad Fitohormonal 1mg/l de C.H.S.
Superficie Específica 700 a 800 m2/g
Relación C:N 9 - 13
Flora Microbiana 20 a 50000
millones /g s.s
Humedad 45 - 55 %

Fuente: (2011)

Acosta, R. 2009. El cultivo del maiz, su orien y clasificacion. . s.l. : Cuba, 2009.
2011. Bioagrotecsa. [En línea] 2011.
http://www.bioagrotecsa.com.ec/lombricultura/humus-delombriz.html.
Boutherin, Bron. 1994. Sustancias húmicas. En línea. Barcelona : Omega, 1994.
Buzeta, D. 1997. Suelos y sus propiedades. 1997.
Maroto, Borrego, Jose Vicente. 1990. Elementos de horticultura general. 2008.
Madrid : Mundi Prensa, 1990. pág. 20.
Maroto, J.V. 1990. Elementos de horticultura general. Madrid : Mundi Prensa, 1990.
Padilla, W. 1999. El suelo como medio para el crecimiento de las plantas. Quito :
Agrobiolab, 1999.
Parámetros a tener en cuenta en los sustratos. Llurba, M. 1997. 125, Diciembre de
1997, Horticultura.
2002. Producciòn de sustratos para viveros. [En línea] 2002.
http://www.croprotection.webs.upv.es/documentos/Compostaje/Sustratos-para-
Viveros.pdf.
Sancez, I. 2014. Aspectos botanicos y taxonomicos del maiz. 2014.
2011. Sustratos Agricolas. [En línea] 2011.
http://sustratos-agricolas.blogspot.com/2011/05/tipos-de-sustratos-
parahidroponia.html.
Terès Terés, ñ., Artetxe, A. y Beunza, A. 1997. Caracterización física de los sustratos de
cultivo. Revista Horticultura. 1997. pág. 38.
Weichmann, J. 1987. Fisiología hortalizas. New York : s.n., 1987.
Yanez, C, Zambrano, J y Caicedo, M. Guía de producción de maíz para pequenos
agricultores y agricultoras. Quito : INIAP. pág. 28.

También podría gustarte