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IV Domingo.

San Lucas 4, 21-30.


TEMA: OPOSICIÓN Y COMBATE
EN LA VIDA DEL CRISTIANO –
DIMENSIÓN PROFÉTICA
DOMINGO IV TIEMPO ORDINARIO:
1ra- Jeremías 1, 4-5. 17-19: Llamada y misión
profética.
Salmo 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17 R. Mi boca
contará tu salvación, Señor.
2da- I Corintios 12, 31 - 13, 13: El amor será lo
eterno.
Evangelio: san Lucas 4, 21-30: Combate y misión
profética del cristiano, amor y salvación…
SEGUIREMOS EL ESQUEMA DE LA
LECTIO – HOMILÍA
1- ¿QUÉ DICE EL TEXTO? EXÉGESIS
2- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO? HERMENEUTICA
3- ¿CUÁL ES SU CONEXIÓN CON LA LITURGIA
EUCARÍSTICA? CATEQUESIS MISTAGÓGICA.
1- ¿QUÉ DICE EL TEXTO?
EXÉGESIS
EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS Capítulo 4, 21-30
En aquel tiempo, Jesús comenzó a decir en la sinagoga:
«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de
las palabras de gracia que salían de su boca.
Y decían:
«¿No es este el hijo de José?».
Pero Jesús les dijo:
«Sin duda me diréis aquel refrán: “Médico, cúrate a ti
mismo”, haz también aquí, en tu pueblo, lo que hemos
oído que has hecho en Cafarnaún».
Y añadió:
«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su
pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas
en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y
seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin
embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una
viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos
había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo,
ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y,
levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta
un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su
pueblo, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.
2- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO?
HERMENEUTICA
Tras la lectura, el evangelista señala cada movimiento creando en el
relato un sentido de gran incertidumbre y de intensa atención: «Todos los
que estaban en la sinagoga tenían sus ojos clavados en él» (v 20).
También en Jesús ha cambiado algo desde que vivía en Nazaret entre los
suyos. Tras el bautismo en el Jordán, mientras oraba, había resonado la
voz del Padre desde el cielo: «Tú eres mi Hijo el amado, en ti me
complazco» (Lc 3,22). Jesús, plenamente consciente de ser el portador de
la salvación, proclama que hoy se cumple la palabra de la Escritura que
acaba de leer. Jesús la cumple en su persona: Dios salva en él. La reacción
de los oyentes pasa desde la admiración por su discurso carismático al
escepticismo: «¿No es éste el hijo de José?» (v 22). La segunda parte del
relato (w 22-30) registra el repentino cambio de la asamblea sin dar
ninguna explicación. Probablemente, Lucas concentra en este único
episodio el rechazo y el escepticismo que acompañan a la vida de Jesús,
el cual se encamina -según sus mismas solemnes palabras (cf. v 24)- a
revivir la misma suerte de los profetas.
Los vv 25-27 subrayan el tema de la salvación universal, tan apreciado por
Lucas, preludio de la misión de la Iglesia entre los gentiles. Las palabras
de Jesús provocan la indignación de los habitantes de Nazaret: tocados en
su exasperado nacionalismo, rechazan violentamente al Mesías que
decepciona sus expectativas de milagros y no se presenta como liberador
del país del yugo romano y como restaurador del Reino davídico sobre las
naciones. En este punto es inútil interrogarse sobre la ubicación exacta
del «precipicio» del que se habla en el v. 29: en realidad se trata del
abismo de nuestro rechazo. Pero Jesús se va de allí, porque «es
impensable que un profeta pueda morir fuera de Jerusalén» (Lc 13,33).
3- ¿CUÁL ES SU CONEXIÓN
CON LA LITURGIA
EUCARÍSTICA?
CATEQUESIS MISTAGÓGICA.
EL SACROSANTO MISTERIO DE LA EUCARISTÍA
• Misterio pascual
47. Nuestro Salvador, en la Última Cena, la noche que le traicionaban, instituyó
el Sacrificio Eucarístico de su Cuerpo y Sangre, con lo cual iba a perpetuar por los
siglos, hasta su vuelta, el Sacrificio de la Cruz y a confiar a su Esposa, la Iglesia, el
Memorial de su Muerte y Resurrección: sacramento de piedad, signo de unidad,
vínculo de caridad, banquete pascual, en el cual se come a Cristo, el alma se
llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria venidera.
• Participación activa de los fieles
48. Por tanto, la Iglesia, con solícito cuidado, procura que los cristianos no
asistan a este misterio de fe como extraños y mudos espectadores, sino que
comprendiéndolo bien a través de los ritos y oraciones, participen conscientes,
piadosa y activamente en la acción sagrada, sean instruidos con la palabra de
Dios, se fortalezcan en la mesa del Cuerpo del Señor, den gracias a Dios,
aprendan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer la hostia inmaculada no sólo por
manos del sacerdote, sino juntamente con él, se perfeccionen día a día por
Cristo mediador en la unión con Dios y entre sí, para que, finalmente, Dios sea
todo en todos.
CONCLUSIÓN: ECCLESIA DE EUCHARISTIA
La vía que la Iglesia recorre en estos primeros años del tercer milenio es también la de un
renovado compromiso ecuménico. Los últimos decenios del segundo milenio, culminados
en el Gran Jubileo, nos han llevado en esa dirección, llamando a todos los bautizados a
corresponder a la oración de Jesús « ut unum sint » (Jn 17, 11). Es un camino largo,
plagado de obstáculos que superan la capacidad humana; pero tenemos la Eucaristía y,
ante ella, podemos sentir en lo profundo del corazón, como dirigidas a nosotros, las
mismas palabras que oyó el profeta Elías: « Levántate y come, porque el camino es
demasiado largo para ti » (1 Re 19, 7). El tesoro eucarístico que el Señor ha puesto a
nuestra disposición nos alienta hacia la meta de compartirlo plenamente con todos los
hermanos con quienes nos une el mismo Bautismo. Sin embargo, para no desperdiciar
dicho tesoro se han de respetar las exigencias que se derivan de ser Sacramento de
comunión en la fe y en la sucesión apostólica.
Al dar a la Eucaristía todo el relieve que merece, y poniendo todo esmero en no
infravalorar ninguna de sus dimensiones o exigencias, somos realmente conscientes de la
magnitud de este don. A ello nos invita una tradición incesante que, desde los primeros
siglos, ha sido testigo de una comunidad cristiana celosa en custodiar este « tesoro ».
Impulsada por el amor, la Iglesia se preocupa de transmitir a las siguientes generaciones
cristianas, sin perder ni un solo detalle, la fe y la doctrina sobre el Misterio eucarístico.
No hay peligro de exagerar en la consideración de este Misterio, porque « en este
Sacramento se resume todo el misterio de nuestra salvación ».(104)
bibliografía
• Lectio divina cm, Perú. 3 domingo del tiempo ordinario. P. Chuno CM. 2022.
• Lectio Divina https://www.deiverbum.org/lc-04_21-30/ Nadie es profeta en su tierra
• Jesús tiene un programa: Lucas 4,16-30 (Homilía, 31. 08. 2020) P. Fidel Oñoro, cjm.
https://www.youtube.com/watch?v=FQe9Cp0OPwY
• Lectio Divina Dominicos. Fray Martín Gelabert Ballester. Convento de San Vicente Ferrer
(Valencia) https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
• Libertad de espíritu para la evangelización https://www.mercaba.org/LECTIO/Lc_04_16-30.htm
Lc 4,16-30
• Roma, en San Pedro, 4 de diciembre de 1963. Yo, PABLO, Obispo de la Iglesia
Católica https://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-
ii_const_19631204_sacrosanctum-concilium_sp.html
• CARTA ENCÍCLICA ECCLESIA DE EUCHARISTIA DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II 17 DE ABRIL
DE 2003 https://www.vatican.va/holy_father/special_features/encyclicals/documents/hf_jp-
ii_enc_20030417_ecclesia_eucharistia_sp.html

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