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EL ADVIENTO NOS INVITA A DESPERTAR –

¡EL QUE PARPADEA, PIERDE!


ISAIAS 64:1-12 MARCOS 13:33-37
Durante la época en que las fiestas y los villancicos adormecen nuestros sentidos espirituales,
el mensaje de Adviento nos apremia a despertar, a estar alertas y vigilantes. Nuestra sociedad
está dormida espiritualmente. Aquí se presentan algunas ideas para despertarnos, a nuestras
familias y a nuestros vecinos para prepararnos a la época navideña.

¿Alguna vez has tenido uno de esos días en que desearías que Dios apareciera y con solo un
chasquido de sus dedos te hiciera un milagro? El pueblo de Israel experimentó días como estos
durante 500 años, sufriendo bajo la opresión de un tirano tras otro.  El Libro de Isaías expresa
estos sentimientos: “¡Ah sí rompieses los cielos y descendieses – ante tu faz los montes se
derretirían!” (Isaías 64:1)

El problema fue que Dios si contestó sus oraciones. Se presentó en Persona, obrando milagros
más allá de las expectativas de todos. Sin embargo, no pudieron reconocerlo. De hecho, lo
crucificaron.

DORMIDOS
¿Cómo pudo suceder esto? De acuerdo al análisis de Jesús, ellos se durmieron en el trabajo
(Marcos 13:33-37). Ciertamente se ocuparon de muchas actividades, incluyendo prácticas
piadosas. Sin embargo, el movimiento constante puede arrullarte hasta dormir, como un bebé
que da un paseo largo en automóvil.

Dormido quiere decir inconsciente, descuidado, letárgico. “No hay quien invoque tu nombre,
quien se despierte para asirse a ti“(Isaías 64:7). Las palabras bonitas no son suficientes.
Convertir a Dios en parte manejable de nuestras vidas no es suficiente. El exige ser adorado, lo
cual implica que Él debe estar al centro de nuestras vidas, ser prioridad principal de nuestra lista.
No es suficiente creer que El existe, debemos seguirle a Él y cumplir su voluntad para nuestras
vidas.
El prometió regresar. Pero esta vez no será de forma secreta. No usará ropa sencilla, sino una
vestimenta de juez. El adviento es principalmente una época para recordar que Él va a regresar y
que debemos estar mejor preparados para su segunda venida de lo que los israelitas estaban para
su primera venida.

ESTUPOR DE COMPRAS
¿Qué ha hecho nuestra sociedad con el Adviento? Lo ha reducido a unos días de compras antes
de la Navidad. Como si no estuviéramos ya lo suficientemente distraídos de las cosas de Dios,
ahora es tiempo de ahogar completamente esa pequeña y apacible voz con el “fa-la-la-la-la”  de
los villancicos navideños. Entre la locura de los centros comerciales y las fiestas de la oficina, es
fácil quedar anestesiado, adormecido a la verdadera razón de ser de la temporada.

Jesús, en el evangelio de San Marcos, aclara que las cosas no serán agradables si el viene y nos
encuentra espiritualmente dormidos. No es cuestión de simplemente estar ocupados, sino estar
ocupados en las cosas correctas, ocupados buscando a Dios y cumpliendo su voluntad.

PREPARÁNDOSE PARA LAS FESTIVIDADES


Los puritanos reconocieron las formas en que la alegría de las festividades distraía a la gente del
verdadero significado del nacimiento de Cristo. Su solución fue prohibir completamente la
festividad y las celebraciones relacionadas a ellas.

La iglesia no nos invita a prohibir si no usar este tiempo para mostrar la verdadera
razón de la navidad. En la preocupación por comprar regalos para todos nuestros seres
queridos, ¿nos acordamos que Él nos ha conferido un gran número de regalos espirituales (1
Cor. 1:3-9) diseñados para prepáranos para su venida? Están los Dones o regalos que Dios nos
ha otorgado, el tesoro de la oración y la espiritualidad, dones del Espíritu Santo.

¿No sería grandioso si la lista de Navidad de este año estuviera llena de regalos que ayudaran a
la gente a desempacar los regalos espirituales que Dios les ha concedido? ¿Y qué tal si nos
disciplinamos para anteponer cada visita al centro comercial con una visita a los necesitados,
hospitales, niños de la calle, nuestros enfermos?  Y talvez mientras preparamos las decoraciones
navideñas, podamos dedicar al menos la misma atención para revestirnos con las virtudes que le
agradan a Él, aún más que de finas ropas.

Durante esta primera semana de Adviento tomemos el tiempo y espacio necesarios para contemplar y
reflexionar en lo que realmente Dios desea de nosotros.

Debemos darnos cuenta de que esta es la temporada en que nuestros anhelos más profundos nos llevan
más cerca de Emmanuel, más cerca de Dios, quien conoce las esperanzas y miedos de todos los años y
responde a ellas con un amor sumamente generoso.

Este mensaje nos recuerda que siempre debemos estar alerta, despiertos y vigilantes en lugar
de dormidos, pretende ayudarnos a encontrar una forma más apropiada para prepararnos,
recordar y celebrar que Nuestro Rey regresara y librara de todo el mal que existe en este
mundo.

Esperando que Cristo rompa los cielos y venga, Esperando también que la historia de la primera venida
de Cristo en pobreza y humildad llene nuestra vida de tesoros celestiales de gozo y salvación.

Esperando también el día en que Cristo vuelva para librarnos completamente de este siglo malo. Es así
que realmente podremos decir, no en impaciencia ni en desesperación, sino con gozo y anticipación,
“¡Oh, sí desgarraras los cielos y descendieras!” “Ven pronto, Señor Jesús”, Amén.

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