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de PRL:
SILVICULTURA
Y JARDINERÍA
“CON PREVENCIÓN,
GÁNATE LA VIDA”
“El Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo colabora en esta publicación en el marco
del IV Plan Director de Prevención de Riesgos Laborales de la Comunidad de Madrid 2013-2016 y
no se hace responsable de los contenidos de la misma ni las valoraciones e interpretaciones de sus
autores. La obra recoge exclusivamente la opinión de su autor como manifestación de su derecho de
libertad de expresión”.
La utilización en este escrito del masculino plural cuando nos refiramos a mujeres y hombres
en el trabajo como colectivo no tiene intención discriminatoria alguna, sino la aplicación de la
ley lingüística de la economía expresiva, para facilitar la lectura con el menor esfuerzo posible,
refiriéndonos explícitamente a trabajadoras y trabajadores cuando la comparación entre sexos sea
relevante en el contexto. (Secretaría de Salud Laboral y Desarrollo Territorial de UGT-Madrid)
Edita: UGT-Madrid
1. INTRODUCCIÓN .............................................................................. 9
Ante esta situación laboral en la que nos encontramos actualmente, la norma que
debe proteger la salud de los trabajador@s no es otra que la Ley 31/1995 de Pre-
vención de Riesgos Laborales, que se aprobó hace ya 20 años y aún nos encontra-
mos con unos niveles de siniestralidad inaceptables en la Comunidad de Madrid,
porque para UGT-Madrid un solo accidente es inaceptable.
La protección del trabajador frente a los riesgos laborales exige una actuación en
la empresa que va más allá del mero cumplimiento formal de una serie de deberes
y obligaciones empresariales, y más allá de la simple corrección a posteriori de
situaciones de riesgo ya manifestadas. La aplicación de la ley persigue no sólo la
ordenación de las obligaciones y responsabilidades, sino fomentar una auténtica
cultura de la prevención.
Los accidentes laborales tienen un gran coste, no solo económico por pérdida de
jornadas de trabajo, reducción del salario o pérdida de productividad, sino que
también tiene un elevado coste sanitario y la propia pérdida de la salud de los
afectados, así como un enorme coste social que se refleja directamente en los
familiares de los accidentados, pérdida de valores, etc.
Superar esta situación implica a todos: al empresario, que debe cumplir con la
legislación vigente integrando de manera efectiva la prevención en su gestión y no
únicamente como un trámite para evitar sanciones y a los trabajador@s que deben
exigir a los empresarios todas las medidas preventivas necesarias para conseguir
un trabajo totalmente seguro, incluyendo no sólo los equipos de protección indivi-
dual o herramientas y maquinaria en buen estado, sino también la formación, la
vigilancia adecuada de su salud, el nombramiento de los delegados de prevención,
la participación de los trabajador@s, la creación y funcionamiento de los Comités
de Seguridad y Salud.
Pero también hay que conseguir que toda la sociedad sea consciente de la existen-
cia de esta lacra que hay que erradicar con todos los medios de que se disponga,
porque son muchos los trabajadores y las trabajadoras que han sufrido accidentes
graves o incluso mortales, en el desarrollo de su actividad laboral o en el de otras
actividades relacionadas con ella.
Los atrapamientos, las caídas, los golpes, choques, los accidentes con vehículos,
etc., son las causas más comunes de accidentes que sufren los trabajador@s de
la Comunidad de Madrid y son todas ellas fácilmente evitables si en la evaluación
de riesgos previa, se han identificado y se han puesto las medidas preventivas ne-
cesarias para que no se produzcan estos siniestros.
Las cifras nos dicen que la gestión de la prevención de riesgos laborales se optimi-
za notablemente en las empresas donde existe una estabilidad laboral, en empre-
sas en las que hay una continuidad del personal y en las que no existe precariedad
en los contratos. Así mismo, donde existe representación sindical hay prevención.
Un tipo de riesgos que cada vez tiene una mayor presencia en el ámbito laboral,
son los riesgos derivados de una mala organización en el trabajo, que generan en-
fermedades psicosociales largas y que pueden suponer una muy grave pérdida de
salud de los afectados, por ello, es necesario exigir la evaluación de estos riesgos
y la implantación de medidas preventivas que eviten el daño antes de que éste
aparezca.
Por otra parte, las enfermedades musculoesqueléticas, las hipoacusias, las en-
fermedades derivadas por contacto con virus, los cánceres laborales y otras en-
fermedades de origen laboral, también se pueden evitar y merecen una especial
Los principales factores de riesgo a los que están expuestos estos trabajador@s de-
rivan del trabajo a la intemperie y las condiciones climáticas, la utilización de deter-
minadas maquinarias y herramientas (desbrozadoras, motosierras, azadas, rastrillos,
podadoras, sopladoras, etc.) el contacto con la tierra, plantas y vegetales, en ocasio-
nes trabajos aislados, realización de sobreesfuerzos, entre otros. Estas condiciones
de trabajo, junto con la cada vez mayor temporalidad en las contrataciones de los
trabajador@s, la realización de trabajos rutinarios, la falta de promoción en el puesto
de trabajo, etc., provoca que sean sectores susceptibles de sufrir daños muy impor-
tantes en su salud.
Tal como establece la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales (en adelante
LPRL), las empresas tienen el deber de proteger a los trabajador@s a su cargo, por
lo que deben adoptar una serie de medidas preventivas y de protección para este fin.
A. Evitar los riesgos. Siempre que sea posible se deberán evitar los riesgos
del puesto de trabajo, siendo más sencillo cuando se realiza en la fase de
diseño de los puestos de trabajo.
1
CLa Real Academia Española aglutina el término “silvicultura”, aunque muchas publicaciones hacen
referencia a este sector como “selvicultura”.
Teniendo en cuenta estos principios, las empresas deberán realizar su gestión pre-
ventiva, por lo que, aunque a lo largo de este Cuadernillo Informativo trataremos
distintos factores de riesgos en estos sectores y las medidas preventivas a llevar a
cabo, será la empresa (a través de lo que establezca el servicio de prevención) la
encargada de adoptar las medidas preventivas y de protección necesarias en función
de los riesgos inherentes a los puestos de trabajo de los trabajador@s a su cargo.
Los principales factores de riesgo asociados al riesgo mecánico por el uso de máqui-
nas consisten en:
• Atrapamientos y vuelcos
• Aplastamientos
• Golpes o impactos
• Cortes y amputaciones
• Lesiones oculares
• Etc.
Igualmente, el uso de herramientas manuales conlleva una serie de riesgos para los
trabajador@s que las usan, que principalmente consisten en:
• Etc.
A estos factores de riesgo relacionados principalmente con los riesgos mecánicos, hay
que añadir otra serie de riesgos, como son riesgos ergonómicos derivados de sobrees-
fuerzos, posturas forzadas, etc; por contacto eléctrico y térmico; riesgos derivados de
la exposición al ruido y vibraciones; etc., así como por la combinación de varios facto-
res de riesgos que interrelacionan entre sí, y de los que hablaremos en los siguientes
apartados de este Cuadernillo Informativo.
Este RD establece una serie de requisitos mínimos que deben reunir los equipos de
trabajo puestos a disposición de los trabajador@s, que podemos resumir en:
¬ Por otro lado, para los equipos de trabajo anteriores al 1 de enero de 1995, hay
que llevar a cabo un proceso de adaptación, que se regirán por lo establecido en
los anexos I y II del RD 1215/1997, para lo que se debe:
2. Evaluar los riesgos derivados de esos equipos, analizando los peligros que de
ellos se deriven así como las posibles deficiencias e incumplimientos sobre lo
establecido en la norma.
3. Planificar las acciones que se van a llevar a cabo, estableciendo las prioridades
de actuación, los plazos necesarios para llevarlas a cabo, los responsables en
implantar estas acciones, si se van a realizar con medios propios y/o ajenos,
etc.
4. Llevar a cabo las acciones oportunas, de cara a establecer las medidas técnicas
y correctoras necesarias que eliminen o eviten los posibles riesgos derivados del
uso de esos equipos. Así mismo, se llevarán a cabo las medidas organizativas
necesarias para la utilización del equipo, estableciendo procedimientos, inspec-
ciones y métodos de trabajo seguros, según lo establecido en el manual de ins-
trucciones del equipo, la formación e información necesaria a los trabajador@s
expuestos a los riesgos laborales derivados del equipo, la vigilancia de la salud,
etc.
Entendemos por herramientas de mano todos aquellos útiles simples cuyo funciona-
miento actúa única y exclusivamente por el esfuerzo físico del hombre, incluyendo las
que se sostienen con las manos y son accionadas por energía eléctrica, por medios
neumáticos, por combustión, etc.
¬ Almacenamiento inadecuado.
¬ Etc.
De manera general las medidas preventivas a adoptar durante el trabajo con herra-
mientas manuales son:
• Deben cumplir con los requisitos mínimos de seguridad exigidos por la normativa
(RD 1215/1997).
• Elegir las herramientas adecuadas en función del tipo de trabajo que se vaya a
realizar.
¬ Formar e informar debidamente a los trabajador@s sobre los riesgos a los que
están expuestos, las medidas preventivas que se van a adoptar, las normas de
utilización de los productos, etc.
Dentro de los contaminantes químicos más frecuentes utilizados por los trabajador@s
de estos sectores nos encontramos con los plaguicidas, combustibles y aceites.
¬ Formar sobre los primeros auxilios en caso sufrir un accidente de trabajo deriva-
do de la exposición a un contaminante químico.
Una de las tareas fundamentales que derivan del trabajo de jardinero y silvicultor
consiste en el empleo de plaguicidas para el tratamiento fitosanitario de plantas y
vegetales de cara a la eliminación de plagas. El empleo de estos productos químicos
peligrosos supone a menudo para los trabajador@s riesgos graves para su salud, sien-
do causa de numerosos accidentes en el sector debido a su alta toxicidad.
Es preciso conocer las principales vías de entrada de los plaguicidas dentro del orga-
nismo para poder establecer una adecuada protección del trabajador. Estas vías son:
Teniendo en cuenta lo anterior, para evitar los riesgos derivados del uso de estos
plaguicidas durante los tratamientos fitosanitarios y los posibles accidentes en los
que pueda desencadenar, las empresas deberán adoptar las medidas preventivas pre-
cisas. Siendo necesario que se establezcan procedimientos de trabajo adecuados,
donde se precisen las medidas preventivas y de protección adecuadas, tanto para
los trabajador@s cuyas tareas consistan en el uso de estos productos, así como de
aquéllos otros que sin ser parte de sus funciones habituales se puedan ver afectados
de manera indirecta.
¬ Solo podrán aplicar los tratamientos fitosanitarios los trabajador@s que dispon-
gan del carnet de aplicador y que tengan el certificado de aptitud de la última
revisión médica anual.
En la evaluación de riesgos se deberá reflejar los puestos de trabajo que realizan este tipo
de tareas y por lo tanto, están expuestos a estos factores de riesgo. Tras la detección de los
riesgos en la evaluación, es obligatorio realizar la consiguiente planificación de las medi-
das preventivas y de protección que se van a llevar a cabo de cara a combatir los posibles
daños en la salud de los trabajador@s que deriven en un trastorno musculoesquelético.
De manera general se deberán adoptar una serie de medidas preventivas ante este
tipo de riesgo ergonómico, como son:
n Alargar los ciclos de trabajo y diversificar las tareas del puesto para evitar traba-
jos con movimientos repetitivos.
n Formar e informar a los trabajador@s sobre los riesgos que se derivan de la ex-
posición a posturas forzadas y/o estáticas, de la manipulación manual de cargas
y de realizar movimientos repetitivos, así como sobre las medidas preventivas
adoptadas.
Cuando a la carga de trabajo física hay que añadir la presión psicológica que conlleva
el trabajo, nos encontramos con que los trabajador@s están sometidos a situaciones
de estrés, carga mental, etc., pudiendo llegar a producir depresión u otra serie de
conflictos que, en muchas ocasiones traspasan del ámbito laboral al doméstico.
Los principales factores de riesgo psicosocial con los que nos podemos encontrar son:
¬ Estrés: debido a altas demandas de trabajo sin tener los recursos necesarios
para hacer frente a dichas demandas por parte del trabajador. Cuando estas si-
tuaciones de estrés son muy intensas o se prolongan en el tiempo pueden llegar
a ocasionar daños en la salud de quién las padece, desembocando en situaciones
de ansiedad, pérdida de concentración, dificultad para relajarse, pérdida de au-
toestima, úlceras, hipertensión, arritmias, depresión, etc., afectando también a
la unidad articular, dado que provoca contracturas musculares.
¬ Repetitividad y monotonía: cuando las fases del trabajo y las funciones a desem-
peñar por el trabajador se repiten en el tiempo, sin posibilidad de alternar tareas
distintas. Al igual que ocurre con la autonomía del trabajador, se ha establecido
la existencia de una relación directa entre el trabajo monótono y repetitivo y la
insatisfacción laboral de trabajador. Para que un trabajo sea interesante debe ser
variado y debe tener una cierta multiplicidad de tareas y de atribuciones.
¬ Carga mental: se produce cuando las exigencias cognitivas del trabajador para
realizar su trabajo no se adaptan a su capacidad de respuesta y se realiza un uso
excesivo en tiempo y/o intensidad de funciones cognitivas. La carga mental se
puede dar en dos situaciones diferentes, cuando hay una sobrecarga de trabajo
(el volumen de trabajo, la complejidad de la tarea y el tiempo disponible para
realizarlas están por encima de la capacidad del trabajador para responder a la
Al igual que ocurre con el resto de riesgos laborales a los que pueden estar expuestos
los trabajador@s de estos sectores (riesgos mecánicos, ergonómicos, físicos, etc.)
es necesario que la empresa evalúe, también, los riesgos psicosociales, detectan-
do los posibles factores de riesgo psicosocial a los que puedan estar expuestos los
trabajador@s, y a raíz de ahí, establecer las medidas organizativas necesarias para
bien eliminar el riesgo, o bien, controlar los riesgos minimizando las consecuencias
que puedan tener en la salud de los trabajador@s, teniendo en cuenta para ello lo
establecido en el Art. 15 de la LPRL, sobre los “Principios de la Acción Preventiva”,
y fundamentalmente que la interrelación entre diversos factores de riesgos (físicos-
psicosociales; mecánicos-psicosociales, etc.) produce un efecto sinérgico a la hora
de producirse un accidente de trabajo y en consecuencia, un daño en la salud del
trabajador.
Por otro lado, la exposición a vibraciones puede resultar perjudicial para la salud, sien-
do en muchos casos desconocido estos efectos perjudiciales por los trabajador@s. Sin
embargo, la exposición a este factor de riesgo no solamente es molesto para el traba-
jador, sino que cuando es constante puede provocar problemas y dolores de espalda,
trastornos vasculares, síndrome de túnel carpiano, etc. El uso de equipos de trabajo
(vehículos y equipos portátiles con vibración, como motosierras, desbrozadotas, etc.)
en estos sectores está muy generalizado.
Al igual que ocurre con la exposición al ruido, la empresa deberá adoptar medidas
encaminadas a proteger a los trabajador@s de la exposición a vibraciones, que irán
encaminadas a:
t La eliminación o reducción de la exposición.
t La mecanización de las tareas con exposición a vibraciones en lugar de realizar-
las manualmente.
t La limitación del tiempo de exposición.
t La adquisición de equipos de trabajo con sistemas antivibratorios, o bien la ins-
talación de empuñaduras antivibratorios en los equipos manuales para aquéllos
que ya se hayan adquirido.
t Al igual que ocurre con el ruido, realizar una correcta vigilancia de la salud apli-
cando los protocolos sanitarios específicos.
t Formar e informar a los trabajador@s sobre la exposición a este factor de riesgo,
las medidas preventivas y de protección a adoptar y las consecuencias que puede
conllevar para su salud.
t Cuando a través de otro tipo de medidas técnicas u organizativas no sea posible
la total protección del trabajador, se complementarán con los equipos de protec-
ción individual necesarios.
Son muchos los trabajos que los trabajador@s de estos sectores deben realizar a la
intemperie, como son el desbrozado, desmalezado, el apeo, siembra, labores de lim-
pieza, etc.
Si bien es cierto que no todos los trabajador@s contamos con las mismas capaci-
dades a la hora de adaptarnos a las diversas condiciones climáticas con las que nos
podamos encontrar en nuestro puesto de trabajo, hay que destacar que, en mayor o
menor medida los trabajador@s que prestan su trabajo a la intemperie y en condi-
ciones climatológicas adversas sufren en su salud, a corto o largo plazo, los efectos
que de estos factores de riesgo se derivan. Por lo que a la hora de adoptar medidas
preventivas, la empresa deberá atender con especial incidencia, a las condiciones in-
dividuales de cada trabajador que padece estas condiciones climatológicas adversas,
así como sobre la capacidad del individuo de poder aclimatarse.
Como ya hemos visto, en estos sectores existe una permanente exposición a las con-
diciones climáticas del lugar donde se realizan las tareas y de la estación del año en
la que se realice dicho trabajo, por lo que la exposición al frío, el calor, la lluvia, el
viento y la nieve, se convierten en importantes factores de riesgo a tener en cuenta en
la evaluación de los riesgos a los que pueda estar expuesto el trabajador.
Los daños que se pueden derivar en la salud del trabajador debido a estas condiciones
climáticas son:
¬ Insolaciones
¬ Etc.
• Establecer pausas que permitan la recuperación térmica del trabajador, tanto del
frío como del calor, y siempre que sea posible en un lugar cerrado y conveniente-
mente climatizado.
• Evitar el trabajo en las horas de temperaturas extremas (tanto por frío como por
calor).
• Rotar los puestos y tareas en los que la exposición a temperaturas adversar sea
mayor, limitando así el tiempo de exposición del trabajador.
• Reponer los líquidos que pueda perder el organismo debido a carga térmica, ingi-
riendo bebidas de manera pausada pero abundante.
• Dar formación sobre los primeros auxilios a llevar a cabo en caso de accidentes
laborales debidos a estas condiciones climatológicas.
El cuerpo humano necesita, para trabajar con normalidad, que la temperatura interior
se mantenga en torno a los 37ºC. A partir de los 38ºC ya se pueden producir daños
a la salud del trabajador, pudiendo llegar a producir la muerte a partir de los 40,5ºC.
Los trabajador@s del sector de jardinería y silvicultura, como ya hemos visto, desarro-
llan su trabajo principalmente a la intemperie, por lo que el estrés térmico por calor
es un factor de riesgo laboral a tener muy en cuenta a la hora de adoptar medidas
preventivas que protejan a este colectivo de trabajador@s.
En trabajos al aire libre, el estrés térmico y sus consecuencias pueden ser especial-
mente peligrosos ya que, al tratarse de una situación peligrosa que fundamentalmen-
te se da en los días más calurosos de verano, no suele haber programas de prevención
de riesgos como en el caso de los trabajos donde el estrés por calor es un problema
a lo largo de todo el año.
Existen otra serie de factores de riesgo, que interrelacionando con el riesgo de ex-
posición a estrés térmico por calor, intervienen en la probabilidad de que se generen
daños en la salud de los trabajador@s, y sobre las que es necesario intervenir para
reducir dicha probabilidad:
Dado que una de las principales característica del trabajo de jardinería y silvicultura
es el trabajo a la intemperie, es complicado actuar sobre las condiciones ambientales
(eliminando el factor de riesgo). Por lo que se hace necesario que los empresarios
desarrollen medidas de tipo organizativo para reducir al mínimo los riesgos y con-
secuencias derivadas de su exposición. Estas medidas consisten principalmente en:
Para trabajos de tipo moderado, los riesgos debidos al estrés térmico por calor
pueden ser importantes. En un día cubierto y con una humedad relativa del
30%, cuando la temperatura alcanza los 33ºC, cada aumento de la humedad
relativa del 10%, produce un riesgo comparable a un aumento de la tempera-
tura entre 2ºC y 3ºC. Si además el día está completamente despejado, el riesgo
sería comparable al producido por un aumento de la temperatura de unos 7ºC,
mientras que si está parcialmente cubierto, sería como el producido por un
incremento de 3ºC.
t Planificar las tareas de mayor esfuerzo físico, las más pesadas, los trabajos es-
pecialmente peligrosos y el trabajo en solitario, de manera que se realicen en los
momentos de menor calor de la jornada.
t En zonas donde el verano es muy caluroso, modificar los horarios de trabajo du-
rante el verano para que, cuando el proceso de trabajo lo permita, no se trabaje
durante las horas de más calor del día.
Las olas de calor son situaciones meteorológicas que duran varios días y se caracte-
rizan por temperaturas inusualmente altas durante el día y durante la noche. Como
consecuencia, se incrementan en gran medida la magnitud de los riesgos para la sa-
lud de los trabajador@s debidos al estrés térmico por calor. Por tanto es necesario:
t Seguir las medidas preventivas citadas y los consejos de las autoridades sanitarias.
t Reponer el agua y las sales perdidas al sudar, para lo cual debe beberse agua
sin esperar a tener sed y tomar un poco más de sal en las comidas (en caso de
sufrir hipertensión debe consultarse al médico cuánta sal tomar).
Tal como hemos comentado al principio de este apartado, la exposición del trabajador
a estrés térmico puede desembocar en diversos daños en su salud, bien por sufrir un
accidente de trabajo, por el agravamiento de patologías previas del trabajador, o por-
que desencadenan alguna de las “enfermedades relacionadas con el calor”.
Por otro lado, la toma de ciertos medicamentos (tanto prescritos por el médico como
los que no necesitan receta médica), incrementa el riesgo de sufrir daños en la salud,
siendo muy importante preguntar al facultativo médico sobre las medidas a adoptar
cuando existe exposición al calor, ya que algunos medicamentos actúan alterando la
termorregulación natural del cuerpo (antihistamínicos, antidepresivos, tranquilizan-
tes, etc.) o pueden facilitar la deshidratación (por ejemplo los diuréticos).
En el cuadro siguiente podemos ver las enfermedades relacionadas con el calor, con
las causas que las originan, los síntomas que producen, los primeros auxilios que
deben aplicarse ante las mismas y medidas para prevenirlas.
(*) En algunas publicaciones, al golpe de calor se le llama indebidamente “insolación”. Las insolaciones
son el resultado de las exposiciones excesivas a los rayos del sol, y pueden abarcar desde molestias, en
el mejor de los casos, hasta enfermedades más o menos graves, incluido el golpe de calor.
Fuente: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo
Para ello, en la evaluación de riesgos laborales se deberá establecer cuales son los
EPI´s necesarios y adecuados para cada trabajador, en función de las tareas que des-
empeñe y de los riesgos a los que estén expuestos. De manera general, cuando se
establezca la necesidad de utilizar estos equipos de protección individual, se deberá
tener en cuenta:
t Que el EPI se utiliza como último recurso, cuando no sea posible reducir los ries-
gos con medios técnicos, de organización, etc.
t Estos equipos, como su nombre indica, deberán ser de uso individual y no com-
partido, y se deberán sustituir siempre que estén dañados o deteriorados.
t La ropa debería ser de un color que contraste con el entorno laboral, para que los
trabajador@s sean perfectamente visibles.
t Se deberá formar a los trabajador@s sobre las características del EPI que vaya a
utilizar, el tipo de protección que ofrecen, sus posibilidades, limitaciones, uso y
mantenimiento. Estas instrucciones se deberán dar por escrito.
t Se deberá disponer de una cantidad suficiente de EPI´s con objeto de que se ase-
gure la completa seguridad de los trabajador@s en caso de tener que sustituir
dichos equipos por rotura, deterioro, etc.
Teniendo en cuenta que, como ya hemos visto a lo largo del Cuadernillo Informativo,
estos trabajador@s pueden sufrir riesgos de intoxicación por productos químicos,
mordeduras o picaduras de animales, golpes de calor, etc. , en caso de ser necesario
esta formación se deberá ampliar con los servicios médicos del trabajo.
¬ Facilitar una relación de los centros de emergencias más cercanos (teléfono, di-
rección, ruta más rápida, etc.) al lugar de trabajo de cara a un posible traslado
del trabajador herido.
¬ Dotar en la zona de trabajo de una radio o teléfono móvil para poderse poner
en contacto con los servicios de salvamento cuando se produzca un accidente,
así como periódicamente revisar que el funcionamiento de estos sistemas de
comunicación son correctos.
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