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Ponencia: “La utilización de CMSP en Colombia: ¿una política equivocada?

Antoine Perret, docente & investigador Universidad Externado de Colombia.

Introducción

La utilización de agentes privados para hacer la guerra ha sido una constante en la


historia de la humanidad, y particularmente en el mundo occidental durante la Edad
Media. Con la construcción de los Estados, a partir del siglo XVIII hubo una disminución
considerable de esta práctica que volvió a surgir en el siglo XX con el fin de la Guerra
Fría. A partir de ese momento, el recurso de agentes privados militares por parte de los
Estados cobró gran importancia dentro de las relaciones internacionales, llegando a su
auge con la invasión por parte de los Estados Unidos a Irak en el 2003.

En Colombia, la utilización de las Compañías Militares y/o de Seguridad Privadas 1


(CMSP) se formalizó con la implementación del Plan Colombia 2 en 1999, con el objetivo
de combatir el narcotráfico. A partir del año 2002, tras la autorización del uso de recursos
del Plan Colombia para la lucha contrainsurgente, las CMSP entraron de forma
contundente como un actor adicional al conflicto colombiano. En 2006, más de veinte
empresas privadas se encargaban de proveer servicios militares en el marco del plan
mencionado, por una suma de más de 300 millones de dólares.

Este fenómeno ocasiona un cuestionamiento sobre las actividades de estas empresas en


Colombia: ¿Hasta qué punto están involucradas en el conflicto? ¿Cuáles son sus efectos

1
La diferenciación entre compañías militares y compañías de seguridad se puede hacer solo caso
por caso, estudiando las actividades de las diferentes compañías. Por esta razón y por facilitar la
referencia que, a lo largo de este estudio, se hará a las empresas de seguridades o militares, se
utilizará el término Compañías Militares o de Seguridad Privada (CMSP). Se entiende por CMSP
una empresa privada comercial y legalmente establecida, que ofrece servicios que involucran el
uso ‘potencial’ de la fuerza. Este uso se hace de manera sistemática y por medios militares, de
forma diversa como el “entrenamiento militar, […] ayuda logística, procuramiento de equipo y
colección de inteligencia. Es un potencial porque la presencia de una [CMSP] puede disuadir a
agresores de considerar el uso de fuerza como un medio para lograr sus objetivos.” en Ortiz, C.,
“Embryonic Multinational Corporations and Private Military Companies in the Expansion of the
Early-Modern Overseas Charter System”, presentado en la conferencia annual ISA: The North-
South Divide and International Studies, San Diego: University of Sussex, 2006.
2
Se entiende por “Plan Colombia” el paquete de cooperación entre Estados Unidos y Colombia
que empieza en 1999 y que sigue vigente hoy en día. Se utilizara el término “Plan Colombia” sin
importar los cambios de nombres debido a los cambios de administración.
en el desarrollo del conflicto? Y, ¿Cuáles son sus posibles efectos sobre la legitimidad del
Estado colombiano? El objetivo de este artículo es analizar el papel de las CMSP en el
actual conflicto colombiano, buscando respuestas a las preguntas anteriores.

El contexto mundial de la privatización de la seguridad

El final de la Guerra Fría tuvo un impacto monumental sobre las estrategias de seguridad
de los Estados occidentales. El comunismo dejó de ser la principal amenaza y a partir de
los años noventa, las preocupaciones de los Estados se enfocaron hacia temas
transnacionales y más difusos como el narcotráfico, el terrorismo o las violaciones de
derechos humanos.

Este nuevo contexto de la seguridad mundial, que adicionalmente se enmarca en un


contexto de globalización donde el modelo predominante es el libre mercado y la
privatización de la mayoría de los servicios estatales3, es propicio para la búsqueda de
nuevas soluciones a los problemas que preocupan a los Estados. De esta forma, inicia un
cambio en el mercado de la seguridad que se manifiesta tanto del lado de la demanda,
como del lado de la oferta.

En primer lugar, las “nuevas amenazas” 4 a las que deben enfrentarse los Estados y el
contexto post-Guerra Fría, hacen crecer una demanda de seguridad alternativa a la que
pueden brindar los Estados con su ejércitos tradicionales. En efecto, frente a amenazas
como el terrorismo, las fuerzas armadas son generalmente lentas y poco funcionales.

En segundo lugar, miles de soldados quedaron desempleados por las reducciones de


efectivos al final de la Guerra Fría. Se calcula que los efectivos acumulados de las fuerzas
militares estadounidenses, soviéticas/rusas, francesas y británicas, pasan de 5,23 a 1,24
millones de hombres entre 1987 y 1994.5 A ellos se añaden los soldados de Sudáfrica y

3
A tal punto, que figuras de la economía como Milton Friedman aconsejan a todos los Estados de
“privatizar, privatizar y privatizar” en Fukuyama, F., La Construcción del Estad, Barcelona: Edición
B, 2004, p. 38.
4
Se habla de “nuevas amenazas” para definir las amenazas citadas anteriormente como el
narcotráfico o el terrorismo. Es importante aclarar que estas amenazas no son nuevas, sino que
vuelven al primer plano tras la caída de la URSS.
5
Chapleau, P., & Misser, F., “Le Retour des Mercenaires”, en Politique Internationale, La Revue,
hiver 2001-2002 (94), p. 218.
de Chile porque “entre 1990 y 1994, en Sudáfrica terminó la era del apartheid y miles de
los soldados blancos más rudos del mundo empezaron a buscar nuevos horizontes, junto
6
con centenares de militares chilenos curtidos bajo la dictadura de Augusto Pinochet.”

Dentro de este contexto, las CMSP se presentan en muchos casos como una solución
ideal. Por un lado, responden a una nueva demanda de seguridad y por otro, se perfilan
como una posibilidad para los ex -militares de encontrar una salida a su problema de
desempleo. Es así, como los Estados Unidos empiezan a utilizar las CMSP porque ven en
ellas una posibilidad de optimizar sus fuerzas militares en los terrenos de acción donde
defienden sus intereses. Igualmente, las CMSP representan una ventaja para la política
de “cero muertos” aplicada por los Estados Unidos durante los años noventa, y cuyo
origen se encuentra en la voluntad del pueblo estadounidense de no ver morir a sus
soldados. Las imágenes que llegaron a la opinión pública de los soldados muriendo en
Somalia, llevaron a este país a no querer involucrarse más de manera directa en
conflictos lejanos.7

Por lo tanto, para Estados Unidos como para otras potencias mundiales recurrir a las
CMSP con el objetivo de cumplir tareas militares en otras partes del mundo, se transformó
en una opción viable que permitió llenar el vacío dejado por la salida de sus fuerzas
armadas en varios países en desarrollo.8

El apogeo de este fenómeno fue la invasión por parte de Estados Unidos a Irak en 2003.
En efecto, en 2007 se contaban unos 180 mil contratistas superando el número de
soldados de la coalición.9 Hasta la actualidad, el negocio representa unos cien millones de
dólares al año, y se espera el doble para 2010.10 Un ejemplo de este rápido crecimiento
se refleja en empresas como Triple Canopy, la cual fue creada en 2003 por tres personas,

6
O’Donnell, G., Los Nuevos “Perros de la Guerra”, en Este Mundo, Contenido, 1 de mayo 2006.
7
Spicer en Singer, P. W., Corporate Warriors, The Rise of the Privatized Military Industry, Ithaca
and London: Cornell University Press, 2003, p. 50.
8
Holmqvist, C., “Private Security Companies The Case for Regulation”, SIPRI Policy Paper No. 9,
2005, p. 3.
9
Miller, C., “Private contractors outnumber U.S: troops in Iraq”, en Los Angeles Times, 4 de Julio
de 2007.
10
Hamel, I., "La Suisse veut imposer un code aux mercenaires", en Swissinfo, en
http://www.swissinfo.org, 18 septiembre de 2006, consultado el 30 noviembre 2006.
y tres años después se encontraba en la lista de las cien empresas más grandes de la
región de Washington.11

El negocio es tan lucrativo que las CMSP empezaron a ofrecer toda la gama posible de
servicios que anteriormente eran prestados por las fuerzas militares, como por ejemplo:
protección de edificios, escolta de personas, protección de caravanas humanitarias o
militares, entrenamiento de policías y/o militares, asesoría en asuntos de seguridad, de
organización o de logística, logística de centros de refugiados, cárceles y hospitales.12 A
esta lista se puede añadir, en el caso colombiano, la fumigación de los cultivos de coca y
la búsqueda y rescate de personas secuestradas.

La privatización de la guerra en Colombia

Las primeras CMSP que hacen su aparición en Colombia durante los años noventa,
trabajan en el marco de la cooperación entre Estados Unidos y Colombia para lucha
contra la drogas. DynCorp es la principal proveedora de servicios antinarcóticos, y trabaja
en Colombia “con la Dirección Antinarcóticos y la unidad aérea de la Policía Nacional de
Colombia. Además presta apoyo a la Brigada Aérea del Ejército Nacional.”13

La ampliación de la cooperación con Estados Unidos a finales de los años noventa,


aumenta la entrada de CMSP en el territorio colombiano. El momento en el que se inicia
una verdadera privatización de algunos asuntos militares, se da en el marco del Plan
Colombia. En 2002 se estima que unos 150 millones de dólares fueron pagados a las
CMSP, “es decir, casi el 50 por ciento de los 370 millones que E. U. dedicó a Colombia
durante el año 2002 para financiar operaciones militares y policiales.”14

En ese mismo año, con el final de las negociaciones entre el gobierno colombiano y las
FARC, y el contexto mundial de lucha contra el terrorismo, los fondos otorgados para la
lucha contra las drogas pudieron ser utilizados también para la lucha contra la guerrilla. La

11
Eudes, Y., "La guerre en privé", en Le Monde, 5 avril 2007.
12
Conseil fédéral suisse, Rapport du Conseil fédéral sur les entreprises de sécurité et les
entreprises militaires privées. Berna, 2005, en http://www.admin.ch, consultada el 1 de octubre
2007.
13
“Mercenarios”, en Semana, 08/13/2001 - nº1002.
14
Gómez Maseri, S., “El Cincuenta Por Ciento Del Dinero Norteamericano Para El Plan Colombia”,
en El Tiempo, 20 de junio de 2003.
consecuencia directa para los contratistas, fue que la asesoría que daban contra el
narcotráfico se transformo en un entrenamiento de lucha contrainsurgente.15

Con el Plan Colombia y su transformación, se oficializa la participación de Estado Unidos


en el conflicto colombiano. La utilización de las CMSP se vuelve una forma de disminuir la
visibilidad de esta participación16, ya que una participación directa de Estados Unidos en
Colombia no encontraría apoyo de ninguno de los dos lados.17

Para el gobierno de Estados Unidos el uso de las CMSP simplifica el desarrollo de su


política exterior, porque las leyes actuales del Congreso estadounidense estipulan que no
es necesario notificar los contratos de las CMSP menores a 50 millones de dólares. Así
las cosas, no existe un control riguroso sobre estos contratos. Además como lo dice el
antiguo embajador de Estados Unidos en Colombia Myles Frechette, “es muy práctico
tener elementos que no son de las fuerzas armadas de los Estados Unidos. Si alguien se
muere o le pasa algo, se puede decir que no es un miembro de las fuerzas armadas. A
nadie le gusta ver militares estadounidense muertos.”18 Teniendo esto en cuenta, es
posible afirmar que a través de esta estrategia, el gobierno de los Estados Unidos evita el
costo político que podría traer su participación directa en el conflicto colombiano.

La utilización de este nuevo tipo de actor aumentó con los años. En 2006 se contaban
alrededor de 25 CMSP trabajando en el marco del Plan Colombia, por cuenta de
Departamento de Estado y del Departamento de Defensa de los Estados Unidos19, por un
total aproximado de 309,6 millones de dólares.20

15
Feickert, A. (2005). U.S. Military Operations in the Global War on Terrorism: Afghanistan, Africa,
the Philippines, and Colombia. Congressional Research Service. Washington: The Library of
Congress.
16
Miami Herald, 22 de Febrero de 2001 en http://www.ciponline.org/colombia/contractors.htm,
consultada el 25 de octubre de 2007.
17
Vauters, J., & Smith, M. L., “A Question of Escalation - From Counternarcotics to
Counterterrorism: Analysing US Strategy in Colombia”, en Small Wars and Insurgencies, 17 (2),
2006, pp. 63–196.
18
Stokes, D., “The Weaknesses of U.S. Human Rights Monitoring in Colombia” Colombia Journal
On Line, 8 de Septiembre de 2003, en http://www.colombiajournal.org/, consultada el 25 de
septiembre 2007. Traducción del autor.
19
The United States Department of State. (2007). Report to Congress On Certain Counternarcotics
Activities in Colombia. Washington.
20
Calculo hecho por Center for International Policy‘s Colombia Program en
http://www.ciponline.org/colombia/contractors.htm, consultada el 25 de septiembre 2007.
Las actividades de las CMSP en Colombia

Para analizar las actividades de las CMSP en Colombia, puede ser interesante seguir la
tipología propuesta por Singer21 donde se clasifican estas empresas según su
involucramiento en el conflicto. Las tres categorías, que se catalogan desde las menos
hasta las más implicadas en el conflicto son las siguientes: las Military Support Firm, las
Military Consultant Firms y las Military Provider Firms:

En el caso colombiano de la misma forma que en el resto del mundo, la categoría que
representa el mercado más grande son las Military Support Firms, de cuya labor existen
varios ejemplos. La Virginia Electronic Systems, Inc. (VES) y la Air Park Sales and
Service, Inc. (APSS), quienes tenían que entregar e instalar equipos de comunicaciones
para aviones de la Armada colombiana en 2002.22 Así mismo, la compañía Lockheed
Martin es la principal proveedora de servicios de logística militar en Colombia.23 Por otro
lado, se encuentran las compañías Oakley Networks, encargada de la vigilancia por
internet y Telford Aviation, cuya labor es apoyar la logística para el manejo de aviones de
reconocimiento. Finalmente, las CMSP ITT y ARINC se encargan del manejo de algunos
radares, y la Chenega Federal Systems provee el mantenimiento diario de bases de datos
de inteligencia.24

Generalmente esta categoría sale de los estudios sobre la privatización de la seguridad,


porque las empresas no se involucran tanto en los conflictos. No obstante, es importante
destacar el rol clave que dichas CMSP tienen en el desarrollo de los conflictos, ya que “la
parte militar es muy pequeña comparada a la logística, y para un país representa mucho
más, porque todas estas empresas de logística que no se involucran directamente en el
conflicto manejan la “llave” del país.”25

21
En su libro Singer, P. W. (2003), Op. Cit.
22
El Tiempo, 20 junio 2003.
23
Entrevista personal nº1, empleado de la embajada de Estados Unidos en Bogotá, mayo 2007.
24
Report to Congress On Certain Counternarcotics Activities in Colombia preparado por the United
States Department of State
25
Entrevista personal nº2, empleado CMSP, agosto 2007.
Adicionalmente, después del Intelligence Authorization Act de noviembre 200326, los
servicios de inteligencia proveídos a través de la financiación del Plan Colombia pueden
ser usados no solamente para la lucha contra el narcotráfico, sino también para la lucha
contra el terrorismo.27 Esto significa que actualmente, las actividades de inteligencia son
no solamente fundamentales para el manejo de la lucha antinarcóticos sino también para
el buen manejo del conflicto en Colombia.

El caso colombiano es muy relevante dado que una gran parte de su inteligencia militar
depende de Estados Unidos como lo confirma de manera anecdótica el Ministro de la
Defensa, Juan Manuel Santos Calderón, afirmando que en temas de inteligencia
“dependemos de lo que nos da Estados Unidos; sin Estados Unidos nos quedamos
miopes.”28

Esta dependencia podría volverse problemática, en la medida en que estas CMSP tienen
el manejo de gran parte de la información de inteligencia militar de Colombia.
Adicionalmente, los contratos de estas empresas son firmados directamente con el
Gobierno de Estados Unidos más no con el colombiano, lo cual implica que Estados
Unidos tiene la posibilidad de obtener y manejar información que no tiene Colombia sobre
su territorio. Singer habla del riesgo de depender de CMSP en temas de inteligencia
utilizando el termino económico “ex-post holdup”, lo que significa en este caso: poner la
integralidad de los planes estratégicos en las manos de un actor privado.29

En la segunda categoría, las Military Consultant Firms se encuentran CMSP que ofrecen
servicios de asesoría en estrategia, operación y organización. El ejemplo más conocido es
la compañía Military Professional Resources Incorporated (MPRI), fundada en 1987 en
Estados Unidos. En el 2007, esta empresa contaba con más de 3 mil empleados en el
mundo, ofreciendo principalmente servicios de entrenamiento militar y policial, así como

26
En su sección 313 “use of funds for counterdrug and counterterrorism activities for Colombia” el
acto autoriza el uso de los recursos de inteligencia utilizado por la lucha contra el narcotráfico a ser
también disponibles para luchar contra los grupos terroristas como las FARC, el ELN y las AUC
con el objetivo de proteger la salud y la vida humana en circunstancias de emergencias, incluyendo
en las operaciones de rescates. Senate of the United States of America, (2004), FY2004
Intelligence Authorization Act, Report 108-163.
27
Veillette, C., “Andean Counterdrug Initiative (ACI) and Related Funding Programs: FY2005
Assistance”, Washington: Congressional Research Service & The Library of Congress, 2005.
28
Santos Calderon, Juan Manuel, Conferencia pública, Hotel Tequendama 23 de agosto 2007.
29
Singer, P. W. (2003). Op cit. pp. 148.149.
soluciones para la defensa y los desafíos de la seguridad nacional.30 Según la
caracterización de Singer, estas CMSP por lo general demuestran superioridad técnica en
comparación con los actores presentes en el terreno donde llegan, lo cual las hace
interesantes.

Sin embargo, el trabajo que desempeñó MPRI a partir de 2000, con el objetivo de ayudar
a reestructurar las Fuerzas Armadas Colombianas en la lucha anti-drogas, 31 y por otro
lado, trabajar con los militares y la policía nacional para formarlos en temas de
operaciones psicológicas, inteligencia, logística,32 demuestra que lo anterior no es
siempre cierto.

El objetivo inicial del contrato de esta CMSP, era la lucha contra el narcotráfico. No
obstante, a lo largo del desarrollo de sus actividades, MPRI desbordó de su mandato
inicial hacia el apoyo en la lucha contrainsurgente. El problema que surgió con esta
CMSP, fue que sus expertos no conocían el contexto colombiano, no entendían la cultura
y no hablaban español.33

El contrato terminó el año siguiente. Ed Soyster, portavoz de MPRI, dijo que el Pentágono
no había renovado el contrato de 4,3 millones de dólares porque los objetivos habían sido
cumplidos.34 Bagley, concluye sobre el caso del contrato de MPRI: “la verdad subyacente
es que esta subcontratación de la guerra permite que no exista responsabilidad frente a
los millones de dólares que el gobierno de los Estados Unidos está gastando,
aparentemente para ayudar a Colombia. […] A menudo nuestros millones no ayudan

30
Un ejemplo de su actividad es el contrato que tuvo con el gobierno de Croacia en 1995 para
formar y entrenar las fuerzas nacionales. La situación del país era crítica, los serbios controlaban el
30 % del territorio, pero MPRI logró reorganizar las tropas y retomó, sin grandes problemas, el
control del 20 % del territorio. Sin embargo, existen muchas sospechas de que MPRI sobrepasó su
contrato y participo más directamente en el conflicto de lo que allí estab estipulado. En Avant, D.
D., The Market for Force, The consequence of privatizing security, New York: Cambrigde University
Press, 2005, pp. 103-105.
31
“La guerra privatizada”, en Semana, 11/10/2002, nº 1071.
32
Adams, D., & De La Garza, P., “Military aid . . . from the private sector”, en St. Petersburg Times,
3 de diciembre de 2000.
33
Adams, D., & De La Garza, P., “Contract's end hints of Colombia trouble”, en St. Petersburg
Times, 13 de mayo de 2001.
34
Adams, D., & De La Garza, P. (13 de May de 2001). Op cit.
tanto.”35 Peor aún, el Congreso de Estados Unidos nunca recibió retroalimentación sobre
la misión de MPRI.36

Otro ejemplo de CMSP de la segunda categoría es ARINC, Inc. que tuvo un contrato en
2006 mayor a los 20 millones de dólares, financiado con los fondos del Plan Colombia. El
objetivo de este contrato era desarrollar actividades de entrenamiento del personal,
mantenimiento y ayuda logística para el programa Colombian Air Bridge Denial.37

Existe también, desde 2007, un contrato entre una empresa israelí y el Ministerio de
Defensa colombiano para “mejorar la inteligencia y los procesos de comando y control.” 38
Son un grupo de ex oficiales de Israel los que en ocasiones asesoraban al gobierno de
Israel. Está compuesto por un general, dos coroneles y un oficial de bajo rango
acompañados de traductores. “Son una especie de sicoanalistas. Nos hacen las
preguntas que son y nos ayudan a ver todos los problemas que tenemos y que no
vemos”, afirmó Sergio Jaramillo, viceministro de Defensa a Semana.39 El contrato que
tiene un valor estimado superior a los 10 millones de dólares40 parece dar sus frutos.
Últimamente varias operaciones militares basadas sobre un gran trabajo de inteligencia
dieron resultados consecuentes. Un ejemplo de ello, es el ataque letal que dio el ejército
colombiano contra el campamento donde estaba el “Negro Acacio”, un jefe de la guerrilla
de la FARC.41 Así mismo, están los ataques contra “Martín Caballero” otro jefe de las
FARC42, “Raul Reyes”, el número dos de la organización 43 o de forma aún más relevante
la llamada “Operación Jaque” donde se liberó a 15 secuestrados detenidos por las
FARC.44

35
Idem. Traducción del autor.
36
Singer, P. W. (2003). Op cit. p 207.
37
The United States Department of State, Report to Congress On Certain Counternarcotics
Activities in Colombia. Washington, 2007.
38
“De Tel Aviv a Tolemaida”, en Semana, 08/04/2007, nº1318.
39
Ídem.
40
Ídem.
41
Ver los detalle de la operación en: “Jefe guerrillero “Negro Acacio” fue muerto por el Ejercito en
combate”, en El Tiempo, 3 de septiembre 2007.
42
“Golpe contra “Martin Caballero” es comparable con el de Tomás Medina “Negro Acacio””, en El
Tiempo, 25 de octubre 2007.
43
Salazar, H., “El golpe más fuerte contra las FARC”, BBC mundo, 1 de marzo de 2008 en
http://www.bbcmundo.com/ consultada el 1 de marzo de 2008.
44
“El gran golpe”, en Semana, nº1366.
La tercera categoría de CMSP son las compañías que ofrecen servicios de operaciones
militares y participan directamente en los combates. De acuerdo con Vauters y Smith, en
la historia reciente de Colombia tres CMSP, Northrop Grumman, Airscan y DynCorp, han
desarrollado actividades que tienen las características de las Military Provider Firms.45

En 1997 Airscan fue contratada por la petrolera estadounidense Occidental Oil, en


colaboración con la empresa colombiana Ecopetrol46 para la seguridad de un oleoducto
en la región de Arauca. El contrato consistía en proveer vigilancia de alta tecnología para
monitorear los movimientos de la guerrilla, con el objetivo de proveer información al
Ejército colombiano para atacarla.47 Hasta 2001, se efectuaron unos sesenta bombardeos
contra la guerrilla del Ejército Nacional de Liberación (ELN) con el apoyo de Airscan.48 El
trabajo de esta empresa llevó en diciembre 1998, un helicóptero de las Fuerzas Aéreas
Colombianas a bombardear el pueblo de Santo Domingo ubicado a unos 50 kilómetros de
las instalaciones de la empresa. 17 civiles murieron entre ellos 7 niños, y otros 25
quedaron heridos de los cuales se encontraban 15 niños49, pero ningún guerrillero.50

Aunque se comprobó la responsabilidad de los pilotos estadounidenses 51, ellos “se hallan
libres de cargos en algún lugar del mundo, mientras [que] la tripulación del helicóptero
militar colombiano […] podría afrontar condenas de hasta 15 años de prisión.”52

El caso demuestra la implicación de la CMSP en las operaciones de las fuerzas militares


colombianas y según testimonios de los militares colombianos, este caso no era
excepcional: “cuando había una confrontación entre los militares y las guerrillas, los
contratistas [de AirScan] siempre estaban.”53

45
Vauters, J., & Smith, M. L., Op. Cit, p. 178.
46
“La papa caliente”, en Semana, 12/18/2003, nº1081.
47
Washington Office on Latin America, Colombia Monitor, “Protecting the Pipeline: The U.S. Military
Mission Expands”, WOLA, 2003.
48
Tamayo, J. O., “Colombia: Private Firms Take on U.S. Military Role in Drug War”, en Miami
Herald, 22 de mayo de 2001.
49
Miller, T. C., “A Colombian Village Caught in a Cross-Fire”, en Los Angeles Times, 17 de marzo
de 2002.
50
Penhaul, K., “Making a Deal with the Devil”, en U.S. News & World Report (US), 16 de abril de
2001, pp. 28-29.
51
Miller, T. C., “Colombia: Videotape Shows Americans' Role in Village Bombing”, en Los Angeles
Times, 16 de Marzo de 2003.
52
“La papa caliente”, en Semana, Op. Cit.
53
Miller, T. C. (2002), Op cit. Traducción del autor.
Las actividades desarrolladas por Northrop Grumman, que fue contratada por 30
millones54 de dólares como una subsidiaria de la compañía California Microwave Systems
Inc., eran parecidas a las de AirScan. El trabajo consistía en sobrevolar la selva
colombiana con aviones equipados de cámara infrarroja ultra sofisticada, con el objetivo
de hacer reconocimiento sobre actividades ilegales ligadas a la droga o a movimientos de
guerrilla.55 En el año 2003, varios ataques por parte de las FARC contra estos aviones
resultaron fatales para algunos de los pilotos estadounidenses de la CMSP. En ese
mismo año, un primer accidente mató un contratista, un segundo llevó al secuestro de tres
contratistas,56 y un tercer accidente dejó dos contratistas muertos.57 Estos
acontecimientos demuestran que Northrop Grumman está trabajando en contacto directo
con los actores del conflicto. Sin embargo, esta empresa renunció a finales del año 2003 y
fue reemplazada por otra CMSP recién creada.58

La tercera empresa claramente involucrada en el conflicto es la DynCorp, que tiene


actualmente el contrato más importante del Departamento de Estado de Estados Unidos
en Colombia.59 Su contrato incluye tareas como la participación en la fumigación de los
cultivos de coca, entrenamiento, transporte aéreo, mantenimiento de aviones,
reconocimiento y búsqueda y rescate de secuestrados.60

Se menciona la presencia de DynCorp en Colombia por primera vez en 198861 para la


realización de algunos trabajos de lucha contra las drogas. A partir de 1994, esta CMSP
ejecuta un contrato con el Departamento de Estado de Estados Unidos, y sus relaciones
directas se desarrollan con la Narcotics Affairs Section (NAS) en la embajada de Estados

54
Vargas, A. I., “Colombia: Una amenaza conveniente”, en Semana (1034), 26 de Febrero de
2002.
55
Forero, J., “Private U.S. Operatives on Risky Missions in Colombia”, The New York Times, 14 de
Febrero de 2004.
56
Los tres contratistas secuestrados fueron liberados el 2 de julio 2008. Ver más información en
“Los tres gringos libres”, en Semana, nº1366.
57
Northrop Grumman, (2003), “Northrop Grumman 2003 Annual report”, Los Angeles.
58
Ídem.
59
Entrevista personal nº1, Op. Cit.
60
DynCorp-State Department Contract, (2001) en http://www.corpwatch.org/, consultada el 15 de
septiembre de 2007.
61
Freedom of Information Act (FOIA) y publicado por Jeremy Bigwood en http://jeremybigwood.net/
consultada el 18 de septiembre 2007.
Unidos en Bogotá, que es “la oficina que canaliza los recursos aprobados por el Congreso
de Estados Unidos para combatir el narcotráfico.”62

Sin embargo, la embajada de Estados Unidos no hace un seguimiento real de las


actividades de la DynCorp en Colombia. La CMSP se encarga de la contratación de los
empleados y de proveer todo el material necesario, mientras que el gobierno de Estados
Unidos se interesa únicamente en los resultados. Por esta razón, DynCorp puede
subcontratar una parte de su mandato a otra CMSP, Eagle Aviation Services and
Technology (EAST), creada durante los años ochenta para proveer servicios de transporte
aéreo clandestino al gobierno de Estados unidos en zonas de operaciones militares
sensibles. Un ejemplo de las actividades de esta empresa es el caso de la entrega de
armas a los contras nicaragüenses.63

Tanto las ambigüedades del contrato como las libertades que tiene DynCorp para el
manejo de sus actividades, permiten que esta se involucre directamente en los combates,
a pesar de que el congreso de los Estados Unidos lo prohíbe.64 Pueden darse varios
momentos en los que los empleados de DynCorp son susceptibles de participar a los
combates. El primero de ellos está relacionado con la defensa propia. Brian Sheridan,
oficial del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, resume este tipo de
momentos explicando que a pesar de que no es conveniente que ciudadanos
estadounidenses se vean involucrados en los combates dado que “el personal militar
estadounidense se encuentra en todas partes del mundo, [por lo tanto] si alguien abre el
fuego sobre [un mercenario], este puede responder.”65

El segundo ejemplo donde DynCorp tiene un rol ofensivo es cuando se realizan las
fumigaciones de los cultivos de coca. Las avionetas que se encargan de expandir el
glifosato están siempre acompañadas por dos o tres helicópteros de combate para su
protección.66 Los aviones que fumigan son objeto de numerosos ataques: entre 2001 y

62
“Mercenarios”, en Semana, Op. Cit.
63
Gómez, I., Paez, A., Reyes, L., Rodrigues, F., Smyth, F., Peterson, L., y otros, “Colombia:
Outsourcing War. Washington”, International Consortium of Investigative Journalists, 2001.
64
Singer, P. W. (2003). Op cit. p 208.
65
Sømme Hammer, A., “The Control of Private Security Companies, Master Thesis in Peace and
Conflict Studies”, University of Oslo, no publicado, Oslo, 2006.
66
United States Government Accountability Office, “Drug Control, Report to the Honorable Charles
E. Grassley, Chairman, Caucus on International Narcotics Control”, U.S.Senate, GAO, Washington,
2004, p. 9.
2002 hubo en promedio unos 10 ataques al mes, pero las cifras van creciendo y llegan a
un tope en enero 2003, donde se cuentan unos 73 ataques para después volver a
67
disminuir y llegar a un promedio de unos 26 ataques al mes. No obstante, es importante
tener en cuenta que la cantidad de vuelos de fumigación también aumentó: en 2003 se
llevaron a cabo 11,300 horas de vuelo, cuando en 2002 y en 2001 se realizaron 9,400 y
5,450 horas respectivamente.68 Estas cifras son interesantes para evidenciar la cercanía
de la DynCorp con el conflicto. Por esta razón, la empresa utiliza helicópteros “que llevan
a bordo una tripulación mixta de [contratistas] y personal de la Policía Nacional”69, el cual
va armado para abrir fuego en contra de los agresores.

El tercer tipo de situación bajo la cual la DynCorp sería susceptible de participar en


combates, es a través de su equipo Search and Rescue o SAR, el cual se encarga de
buscar y rescatar secuestrados. Se estima que en 2001 el equipo del SAR, una especie
de Fuerza Delta privada, “[participó] en unas 15 misiones de rescate […]. “Son expertos
en combate. La mayoría de ellos son pilotos de guerra. Participaron en Vietnam, Golfo
Pérsico, en El Salvador y Guatemala”.”70 Un acontecimiento ocurrido en la municipalidad
de Curillo,71 donde al parecer los contratistas contaban con armamento pesado72, puede
llevar a pensar, según la propuesta de Singer, que la empresa juega un papel ofensivo.73

Los intereses para contratar estas empresas son compartidos por Colombia y Estados
Unidos. A este último, como ya se mencionó, le permite participar en el conflicto y
defender sus intereses de forma relativamente discreta. Para Colombia el argumento
técnico es más valido. En efecto, aparte de la experiencia de Military Professional
Resources Incorporated (MPRI) el aporte de las CMSP parece ser positivo en términos de
capacidad militar. Sin embargo, esta cooperación militar resulta ser una “privatización de
la guerra”; “privatización” porque en numerosos casos las CMSP se encargan de las
operaciones y “de la guerra” porque la lucha antinarcóticos se militarizó volviendo las

67
Ibíd., p. 1.
68
Ibíd., p. 9.
69
“Mercenarios”, en Semana, Op. Cit.
70
“Mercenarios”, en Semana, Op. Cit.
71
Isacson, A., “Colombia’s human security crisis”, Washington: Human Security in Latin America,
Disarment Forum, 2002.
72
Tamayo, J. O., “Colombian Guerrillas Fire on US Rescuers”, en The Miami Herald, 22 de Febrero
de 2001.
73
Singer, (2003). Op. Cit. p. 208.
operaciones realizadas por las CMSP como operaciones de guerra.74 Esta privatización
tiene diversos efectos sobre el conflicto y riesgos para el Estado.

Los peligros y las consecuencias del uso de las CMSP

La contratación de un actor externo como las CMSP, cuya motivación principal es el lucro
y no el interés del Estado, puede llevar a un escalamiento del conflicto.75 Aunque los
Estados y las CMSP tienen una relación de simbiosis y que los dos se necesitan entre
ellos para lograr sus fines76, las CMSP son un actor que goza de cierta autonomía y tiene
sus propios intereses. En ese sentido no son solamente un arma de los Estados.77 El
impacto de la presencia de las CMSP en un conflicto puede tener un efecto contrario al
buscado. En efecto, en un conflicto “la aumentación del número de agentes que
proporcionan seguridad crea el riesgo de incoherencia política y resultados
78
problemáticos.” En el caso colombiano donde existe una gran cantidad de actores, es
posible dudar de los alcances positivos de las CMSP como un actor parcialmente
autónomo.

Asimismo, actores externos como las CMSP pueden, como lo señala Singer, “radicalizar
las partes “duras”, tanto del lado militar colombiano como del lado de los rebeldes. Estas
operaciones privatizadas también amenazan con extender la guerra, en intensidad y
alcance geográfico.”79

Además de producir un posible escalamiento del conflicto, la utilización de CMSP tiende a


militarizar las actividades policiales. Un ejemplo de ellos es la contratación de la DynCorp

74
Balié, C., “Les entreprises militaires privées en Colombie, agents discrets de la politique
étrangère de Etats-Unis”, en J.-J. Roche, Insécurités publiques, sécurité privée? Essais sur les
nouveaux mercenaires, Paris: Economia, 2005, p. 292-310.
75
Vauters, J., & Smith, M. L., “A Question of Escalation - From Counternarcotics to
Counterterrorism: Analysing US Strategy in Colombia”, en Small Wars and Insurgencies, 17 (2),
2006, p. 63–196.
76
Nossal, K. R., “Roland Goes Corporate: Mercenaries and Transnational Security Corporattions in
Post-Cold War Era”, en Civil Wars, 1, 1998, p. 16.
77
Spearin, C., “Accountable to Whom? An Assessment of International Private Security Companies
in South America”, en Civil Wars , 6 (1), 2005, p. 21.
78
Ibíd., p. 5. Traducción del autor.
79
Singer, P. W., 2003, Op. Cit., p. 209. Traducción del autor.
para desempeñar labores de lucha contra el narcotráfico, las cuales eran en su mayoría
funciones de la policía. La consecuencia de la privatización de estas actividades fue una
militarización, porque la DynCorp trabaja con ex militares y con métodos militares.

Existen los mismos efectos en el caso de la CMSP DSL, que tenía un contrato con British
Petroleum para entrenar a la policía local en la lucha contrainsurgente.80 Para este fin
DSL empleaba ex soldados profesionales de las fuerzas especiales británicas (SAS).
Algún tiempo después de estas operaciones, este grupo de policías entrenados fue
acusado de violaciones de derechos humanos.81 A pesar de que es difícil concluir la
responsabilidad directa de esta CMSP en las violaciones de derechos humanos, si es
posible afirmar que la formación de la policía con ex militares de fuerzas especiales no es
apropiada, en tanto debe existir una distinción entre la formación policial y la militar. El
ethos de la policía, basado sobre un uso mínimo de la violencia, se distingue
tradicionalmente del ethos militar que está basado en la idea del uso de toda la fuerza
necesaria.82

El resultado de la militarización de las funciones de policía y de la policía directamente,


tiende a aumentar la militarización de la sociedad. Blair llama a este fenómeno la
ritualización de la violencia, que en el caso de Colombia tiene raíces más profundas y
anteriores a este fenómeno. “El reforzamiento de estas mentalidades guerreras tiene al
menos dos efectos: 1) la dificultad o la franca imposibilidad de encontrar salidas políticas y
no militares al conflicto colombiano actual al privilegiar –por parte de múltiples actores- la
lógica de guerra; y 2) la reproducción, con todas sus secuelas, de referentes mentales
que se gestan en una sociedad que, al parecer, no encuentra más espacio que la
guerra.”83

Un otro problema que puede tener consecuencias graves, es que las CMSP benefician de
una “zona gris” en el derecho tanto interno como internacional. De forma generalizada, los
empleados de las CMSP que estuvieron involucrados en violaciones de derechos

80
Vallette, J., & Chatterjee, P., “Guarding the Oil Underworld in Iraq”, CorpWatch, 5 de septiembre
de 2003, en http://www.corpwatch.org/ consultado el 20 de agosto 2007.
81
Olsson, C., “Vrai procès et faux débats : perspectives critiques sur les argumentaires de
légitimation des entreprises de coercition para-privées”, en Cultures & Conflits, n°52, 2003, p. 32.
82
Moskos, C., “UN Peacemakers : the Constabulary Ethic and Military Professionalism”, en Armed
Forces and Society, 1 (4), 1975, pp. 388-401.
83
Blair Trujillo, E. (1999). Conflicto armado y militares en Colombia; cultos, simbolos e imaginarios.
Bogotá: Universidad de Antioquia & Centro de Investigación y Educación Popular – Cinep, p. 153.
humanos y tráficos varios, quedaron libres de inquietudes.84 El caso del bombardeo del
pueblo de Santo Domingo es ilustrativo: aunque se comprobó la responsabilidad de los
pilotos estadounidenses trabajando para la CMSP AirScan, ellos nunca fueron llamados
por la justicia85 mientras que los militares colombianos presentes durante la operación si
tuvieron que rendir indagatoria. Pero los casos son varios, por ejemplo un soldado
estadounidense activo y un contratista trabajando en la base de Tolemaida violaron una
niña de doce años en agosto 200786, el caso está en las manos de la justicia pero es muy
probable que no se pueda hacer mucho. Ocurrió un caso similar en 2004 donde
contratistas de la misma base gravaron una película pornográfica con niñas menores de
edad87, y la justicia no pudo cumplir su trabajo.

Existe la misma impunidad en el caso de los empleados de la DynCorp que fueron


involucrados en un caso de tráfico de heroína en 200188, lo que provoco la reacción de la
congresista estadounidense Schakowsky: “Los reportes de que empleados de DynCorp
están implicados en narcotráfico, precisamente el delito que a ellos se les paga para
evitar, sólo fortalece mi convicción de que esta es la política errada.”89

Estos casos relevan un problema mayor: no existe un control real sobre las CMSP por
parte de la justicia, ni colombiana, ni estadounidense. La impunidad de la cual benefician
los empleados de las CMSP en Colombia aumenta la falta de credibilidad de la justicia

84
Por ejemplo los contratistas de la DynCorp en Bosnia, fueron culpables de varias violaciones de
mujeres y de usar una niña de doce años como esclava sexual (Capps, R. “Outside the Law”,
Salon.com http://archive.salon.com/news/feature/2002/06/26/bosnia/index.html, 2002, consultado el
23 agosto 2007). El empleado que denunció el escándalo fue el único en ser despedido (Spearin,
C., “American Hegemony Incorporated: The Importance and Implications of Military Contractors in
Iraq”, en Contemporary Security Policy, 24 (3), 2003, p, 39) y la DynCorp siguió teniendo contratos
similares al que tuvo en Bosnia (Singer, P. W., “War, Profits and the Vacuum of Law: Privatized
Military Firms and International Law”, en Columbia Journal of Transnational Law, 42 (2), 2004, p.
538). Se puede también mencionar el caso de las torturas en la cárcel de Abu Ghraib, Irak, donde
el informe interno indica que 4 contratistas estuvieron involucrados, según Isenberg no fueron 4
sino 37 (Isenberg, D., “A government in search of cover: PMCs in Iraq”, paper prepared for Market
Forces: Regulating Private Military Companies. New York: Institute for International Law and
Justice, New York University School Of Law, 2006), pero no fueron llamados por la justicia (Kwok,
J.,“Armed Entrepreneurs, Private military companies in Iraq”, en Harvard International Review,
spring 2006, p. 34).
85
Miller, T. C., 2003, Op. cit.
86
Investigan a dos militares de E.U. por violación de niña de 12 años en Comando Aéreo de
Melgar, El Tiempo, Octubre 7 de 2007.
87
Murcia, D., Corporación colectivo de Abogados. Entrevista personal, mayo 2007.
88
“Mercenarios”, en Semana, Op Cit.
89
Ídem.
colombiana en temas militares, ya debilitada por varios problemas ligados a las
violaciones de derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas.90 Sin embargo a
partir de 1998 empieza una reestructuración de la institución donde se profesionaliza la
mayoría de los militares91 y se busca, en parte, mejorar la situación de derechos
humanos.92

Al problema de violaciones de derechos humanos por parte de los militares se añaden las
disfunciones de la justicia, la cual en varias ocasiones tuvo conclusiones poco
satisfactorias, como en el caso San José de Apartadó o de las masacres de Mapiripán93 y
de Jamundi.94 La gravedad de los hechos se empeora con la falta de justicia, lo que
puede tener repercusiones graves en el manejo de los asuntos militares e estatales. En
Colombia existe una falta de transparencia sobre los asuntos militares95 que impide un
control democrático y ciudadano del funcionamiento de esta institución.

En este contexto, la impunidad de la que benefician los empleados de las CMSP perjudica
aún más la justicia colombiana, y va en contra de los objetivos prioritarios declarados por
el Ministerio de Defensa.96 Pero a diferencia de los casos de los militares colombianos en
los que se puede esperar que la justicia rectifique las faltas pasadas, los casos de los

90
Los militares colombianos fueron acusados en varias ocasiones de colaborar con los
paramilitares y de violar los derechos humanos. Existen numerosos artículos o informes sobre esta
relación. Ver por ejemplo los informes: “Los Lazos que Unen: Colombia y las relaciones militares-
paramilitares”, Human Rights Watch, 2000, New York en http://www.hrw.org; “La "Sexta División"
Relaciones militares-paramilitares y la política estadounidense en Colombia”, Human Rights Watch,
2001, New York, en http://www.hrw.org; o los artículos: Michael Evans, “La verdad sobre la Triple
A”, Semana, 06/30/2007 – nº 1313; Restrepo E., Juan Diego, “Apoyo militar a las AUC, vieja
denuncia sin oídos”, Semana, 05/15/2007.
91
Leal Buitrago, F., La Inseguridad de la Seguridad, Colombia 1958-2005, Bogotá, Planeta, 2006,
p. 204.
92
Sin embargo los casos de abusos y violaciones de derechos humanos de las fuerzas militares
contra la población siguen siendo muy elevados, por ejemplo según la Organización Nacional
Indígena de Colombia (ONIC) el Estado es el principal causante de violaciones a los derechos de
los indígenas (Paredes, 2007), el centro de investigación Cinep estima que entre julio de 2006 y
junio de 2007 murieron 169 personas en ejecuciones extrajudiciales bajo la responsabilidad de la
fuerza pública. En “Fuera de combate”, Semana, 10/20/2007.
93
“En su peor momento”, Semana, 06/11/2006
94
“Comandante de Pelotón Lince declaró en juicio por muerte de 10 policías e informante en
Jamundí”, El Tiempo, 22 de octubre 2007.
95
Abad Faciolince, H. “La injusticia penal militar”, Semana , 08 de 12 de 2006.
96
Política Integral de DDHH y DIH, Ministerio de Defensa, disponible en
http://www.mindefensa.gov.co/, consultada el 17 de mayo 2008.
contratistas parecen realmente complicados porque aún no existe una reglamentación de
las actividades que desarrollan.

Esta carencia de la justicia frente a los contratistas lleva a preguntarse quién responde
sobre las actividades de las CMSP. Según la revista Semana, DynCorp “es una rueda
suelta que ninguna entidad del Estado controla. Sus relaciones son directamente con la
Narcotics Affairs Section (NAS), la oficina que canaliza los recursos aprobados por el
Congreso de Estados Unidos para combatir el narcotráfico en el país.”97 De parte de la
instituciones colombiana, no existe ningún tipo de control sobre las actividades de las
CMSP contratadas a través el Plan Colombia, “ni la Aeronáutica Civil, el Ministerio de
Defensa o la Policía Nacional reconocen tener conocimiento de cuántos contratistas
extranjeros operan en el país, y menos saben de sus actividades.”98

A pesar de que se puede aceptar la pérdida de soberanía que implica la falta de control
de parte del Estado colombiano y la entrega de sus asuntos a una entidad exterior como
el NAS, surgen dos problemas preocupantes: el primero de ellos es que no se dio ningún
tipo de debate democrático sobre la contratación de agentes privados en Colombia. 99 La
cooperación con Estados Unidos y el Plan Colombia fueron debatidos, pero no la
contratación de CMSP. El intento por parte de organizaciones como el Colectivo de
Abogados José Alvear Restrepo, de llevar a cabo acciones judiciales para conocer el
estatuto de estas CMSP en Colombia, no dio sus frutos, ya que ninguna de las acciones
fue recibida.100

El segundo problema es que el supuesto control debe venir de parte de NAS. No


obstante, la embajada de Estados Unidos de Bogotá afirma que no se hace seguimiento
alguno del asunto, ya que lo que interesa son los resultados. Esto no significa que no
haya ninguna vigilancia; de hecho es muy probable que los militares estadounidenses
presentes en Colombia hagan un seguimiento de las actividades de las CMSP, pero la
posición de la embajada da elementos para pensar que no existe control civil sobre estas
actividades.

97
“Mercenarios, Semana, 08/13/2001 nº 1002.
98
Castillo, F. “Colombia: Los negocios en la guerra”, Rebellión , en http://www.rebelion.org/, 23 de
Enero de 2003, consultado el 15 de agosto 2007.
99
Balié, C., Op. Cit.
100
Murcia, D., Op. Cit.
¿Una política equivocada?

Es importante analizar los riesgos y problemas que surgen con la utilización de las CMSP
en Colombia, a la luz de los objetivos del Plan Colombia y de manera más general de la
cooperación entre Estados Unidos y Colombia. En Estados Unidos la razón de ser de esta
cooperación es “combatir el tráfico ilícito de narcóticos.”101 En Colombia si el componente
anti narcotráfico es claro, el fortalecimiento de la policía y del ejército es también un
elemento fundamental para justificar el Plan Colombia,102 y de forma global el lado del
fortalecimiento de las fuerzas públicas colombianas es exitoso.103

El Plan Colombia sirvió para reconstruir la legitimidad del Estado colombiano, 104 pero el
problema de las violaciones de derechos humanos y de la justicia militar sigue siendo
importante y perjudica gravemente el Estado colombiano. En este contexto, es legítimo
preguntarse si la utilización de las CMSP sin que exista un control por parte del Estado
colombiano no va en contra de los objetivos del Plan Colombia. En otras palabras, en un
contexto donde se busca fortalecer un Estado para que pueda ganar el monopolio de la
fuerza y que sus órganos policiales y judiciales sean suficientemente fuertes para poder
luchar contra el narcotráfico, añadir un actor como las CMSP que debilita aún más el
monopolio de la fuerza del Estado y que además no está bajo el control de ningún órgano
de este Estado, ni de su justicia, tiende a tener el efecto contrario del buscado.

La solución que podría parecer la más adecuada por parte del Estado colombiano, sería
no aceptar la estancia de las CMSP en su territorio. La prohibición avanzaría en el camino
del monopolio de la fuerza. Pero la prohibición no permitiría acceder a las ventajas que
pueden ofrecer las CMSP. En ese sentido es interesante trabajar, como le releva Spearin,
con “el motivo de mejorar la responsabilidad de las [CMSP], [por eso] se debe mirar no
solamente las medidas diseñadas para asegurarse de que las [CMSP] estén controladas
correctamente, pero también las actividades y el ímpetu de los que contratan las [CMSP]
con su políticas.”105

101
Plan Colombia: Plan para la Paz, la Prosperidad y el Fortalecimiento del Estado, textos
disponibles en http://usembassy.state.gov/
102
El Plan Colombia, Semana, 07/24/2000, nº 947
103
Francisco, G., “El éxito del Plan Colombia”, Semana, 03 de marzo de 2003.
104
Rocha García, R., “¿Sirve el Plan Colombia?”, Semana, 23 de diciembre de 2002.
105
Spearin, C., “Accountable to Whom? An Assessment of International Private Security
Companies in South America”, Op. cit. p. 17. Traducción del autor.
La respuesta probablemente más adecuada es la regulación en varios niveles: nacional,
regional e internacional. Al nivel internacional dos trabajos están en camino, por un lado
el Departamento Federal de Asuntos Exteriores de Suiza (DFAE) y el Comité
Internacional de la Cruz Roja (CICR) están preparando la “Iniciativa Suiza” que debería
ser presentada a finales del año 2008. En esta propuesta se reafirman las obligaciones de
estas empresas frente al derecho internacional humanitario y se propone un código de
buena conducta.106 Sin embargo, la iniciativa suiza no está contemplando la posibilidad de
una regulación específica de estas empresas. Esta labor está siendo realizada por el
Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre el Uso de Mercenarios como medio de violar
los derechos humanos y obstaculizar el ejercicio de la libre determinación de los pueblos;
se esperan los primeros resultados de este trabajo durante el año 2009.107

En el caso colombiano, una regulación internacional aunque necesaria para el fenómeno


en su globalidad, sería probablemente insuficiente. El hecho de que sean los Estados
Unidos que contratan la mayoría de las CMSP presentes en Colombia, implica que una
regulación internacional no aseguraría al Estado colombiano un control eficiente sobre las
CMSP que actúan en su territorio. Un control estatal sobre las CMSP en el caso
colombiano es necesario para que existan mecanismos de responsabilidad. Una
regulación nacional efectiva permitiría no solamente aumentar la transparencia de la
actuación de las CMSP, lo que podría ser un ejemplo al nivel internacional, pero también
es necesaria para que el Estado colombiano avance en su lucha para ganar el monopolio
de la fuerza y su lucha contra la impunidad.

106
Ver más información en la pagina del DFAE, Swiss initiative:
http://www.eda.admin.ch/eda/en/home/topics/intla/humlaw/pse/psechi.html
107
Entrevista personal con Amada Benavides de Perez, miembro del Grupo de Trabajo de
Naciones Unidas sobre el Uso de Mercenarios como medio de violar los derechos humanos y
obstaculizar el ejercicio de la libre determinación de los pueblos, Bogotá, julio 2008.

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