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rdo.(
2006).Losconte
nidosdelapolí
ti
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cult
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l.EnLapolí
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ural:Te
mas ,
problemasyoport
u-
nidade
s.(Pp.111-
133).México:CONACULTA,Edua rdo
NivónBolán.
La P.Olítica
cultural
Temas, problemas
y oportunidad es
Coedición: Consejo Nacional para la Cultu ra y las Artes 1 Fondo Regional para la Cultura y las Artes de la Zona Centro
Colección Intersecciones
Coordinadores: José Antonio Mac Gregor C.
Ad rián Marcelli E.
Der<ehos reservados conforme a la ley. Este libro no puede ser fowcopiado ni reproducido total o parcialmente, por ningún medio
o mérodo mecánico, electrónico o cibernético, sin la auroriz.ación por escriro del autor. Los anexos y formaros podrán ser tomados
como base para los propios proyecros, dando el crédim correspondieme a la fuente en caso de publicaciones, talleres y cursos.
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SECRETARIA DE
CULTURA liJ
INSTITUTO
TLAXCALTECA DE LA CULTURA
Dirección General de Vinculación Cuttural
ü..CONACULTA
~la CULTURA en tus manos
Sumario
Presentación 11
Introducción 13
P ENSAR LAS POLfTICAS CULTURALES 13
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LA POLÍTICA CULTURAL, TEMAS, PROBLEMAS Y OPORTUNIDADES
ANEXO 1 135
CoNFERENCIA I NTERGUBERNAMENTAL SOBRE Los AsPECTos
ANEXO 11 147
CoNFERENCIA MuNDIAL SOBRE LA S P o LfTI CAS CuLTURALES
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EDUARDO NIVÓN BOLÁN
Bibliografia 171
9
Los contenidos de
la política
cultural
A
esta altura del texto la pregunta sobre si el Estado debe intervenir o no
en el sector cultural parece superflua. Desde las primeras reuniones in-
ternacionales sobre el tema se hizo alusión a la Declaración Universal de
los Derechos Humanos que en su artículo 27 establece el derecho a tomar parte
libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar
en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten, así como a la pro-
tección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las
producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora. Por otra parte, en
el artículo 22, se determina que toda persona como miembro de la sociedad debe
obtener -por el esfuerzo nacional y la cooperación internacional- la satisfacción
de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al
libre desarrollo de su personalidad. Sin embargo, vale la pena recopilar argumentos
en torno a este tema y explorar otras dimensiones.
LA POLÍTICA CULTURAL, TEMAS , PROBLEMAS Y OPORTUNIDADES
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Prácticamente, desde los años inmedi atos a la formulación de la Declaración Un iversa l de Derechos Hu-
manos, la ONU se propuso desa rrollar in st rumentos para aplica r y garantizar el cumplimiento de los mismos.
La diferencia entre los derechos políticos y civiles y los económicos , sociales y culturales es que los primeros
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EDUARDO NIVÓN BOLÁN
so n co nsiderados obj eco d e v inc ulac ió n jurídi ca, e n ta mo que los o tros requi e ren pa ra su c umplimi ento, com o
di ce el a rtic ul o 22 d e la pro pi a D eclaració n U ni ve rsa l, prog ra m as que d e pe nd e n d e las co ndi ciones d e cada
país. Los dos pac cos m e n cio n ados se co mple m e nta n co n m ed id as que ga ra ntiza n su c u m plimie nto , au nque la
calidad d e esrás últim as tam bi é n es d ife re nte e n uno y otro caso . Para su rat ificac ió n , a mbos ord e na mientos
requirie ro n d e la adh es ió n d e la mirad d e los mi e mbros d e la O rga ni zac ió n , lo que tuvo lu ga r e n 1976.
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E n 19 17 la Co nstituc ió n m ex ica n a imrod uj o el con cepco d e c ultura e n su rexco, sie nd o ta l vez un a de las
prime ras del mundo e n h ace rl o . E l a rt íc ul o 3°, in ciso b, se ñ a ló que " la edu cac ió n será n acio n a l e n c ua nto -sin
host ilid ad ni exclusivi smos- ate nd erá a ... . la co nti nuid ad y ac recentamiemo d e nuest ra c ultura".
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E l filósofo J ürgen H a ber m as (2003) ve el or ige n d e los d e rec hos c ulturales e n la noc ió n d e tolerancia apli-
cad a a la libe rtad re li g iosa.
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E n el mism o tex to o rig in a l d e nu es tra co nstitu ció n , se co nsag ró e n el a rtículo 7° el d e rech o a la libertad
L A POLÍTIC A CULTURAL, TEMAS , PROBLEMAS Y OPORTUNIDADES
de "escribir y publica r escritos sobre cualqui er mater ia". Por o tra parte , el artícul o 28°, q ue estableció que
en Méx ico no habrá mo nopo lios, exce ptuó entre otros casos " los privilegios que por determinado tiempo se
co ncedan a los autores y arti stas pa ra la reprod ucció n de sus obras ... "
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EDUARDO NIVÓN BOLÁN
llevar las creaciones más reconocidas por la sociedad al mayor número de perso-
nas. Suponen también inversiones ingentes y modalidades diversas, desde grandes
equipamientos culturales hasta pequeñas acciones distribuidas por todo d tejido
de las ciudades o de los países. A su vez han requerido de personal preparado tanto
para la adecuada ejecución de sus funciones como para integrarlos a los objetivos de
desarrollo cultural. A través de diversas oleadas de acción cultural, México generó
un importante conjunto de servicios culturales que se expresan en museos, biblio-
tecas , medios de comunicación, edición de libros, compañías artísticas, casas de
cultura y muchos otros equipamientos, lo que ha conducido también a la creación
de un amplio ejército de trabajadores dedicados a estas tareas.
Las últimas décadas del siglo XX dieron lugar a una nueva expresión de los dere-
chos culturales, que atienden a las características de los diversos grupos humanos,
que aspiran a un desarrollo cultural autónomo, pero en contacto fructífero con
otras agrupaciones sociales. El derecho a la "cultura propia" como lo llamaron los
antropólogos Guillermo Bonfil y Rodolfo Stavenhagen marca el tercer estadio de
desarrollo de los derechos culturales a los que los Estados deben responder. Si en
la primera vertiente del derecho cultural los individuos eran los sujetos privilegia-
dos, cuando se habla de la cultura propia se hace referencia a una comunidad o a
un grupo de personas unidos por fuertes lazos de identidad. Varios factores han
contribuido al desarrollo de esta perspectiva, siendo el más importante la propia
movilización de las minorías , especialmente las de carácter étnico o racial cuyas
raíces históricas son muy profundas. Asimismo han influido las demandas por el
reconocimiento de las "nuens identidades" surgidas a partir de los cambios de
adscripción religiosa, las agrupaciones de jóvenes en torno a diversas expresiones
estéticas o la expresión de las diversas preferencias sexuales.
Otro factor que también ha contribuido a la consideración del derecho a la
cultura propia es el mismo debate internacional. La UNESCO ha sido un actor
relevante en el reconocimiento de la identidad como un factor de enriquecimiento
social y de apoyo al desarrollo. Especialmente importante es el informe con motivo
del Decenio Mundial de Cultura y Desarrollo convocado por la ONU a solicitud
de la UNESCO, el cual consagró la expresión "nuestra diversidad creativa" para
significar la realidad y el compromiso de futuro de la pluralidad de culturas. Por
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LA POLÍTI CA CULTURAL , TEMAS, PROBLEMAS Y OPORTUNIDADES
arra aparte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha estado vigilante del
tema de los derechos de los pueblos indígenas ante la proliferación de los conflictos
uscitados por los desniveles de cultura y de poder, que se expresan en el contacto
de los Estados nacionales o los grupos dominantes con las minorías indígenas.
Así, en la Convención 169 de la OIT, adoptada en 1989, se llama a los Estados a
respetar las tierras y territorios indígenas, y se proclama el derecho de los indígenas
a controlar sus recursos naturales. Finalmente, la Organización de las Naciones
Unidad tiene en su agenda de discusión la Declaración sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas, misma que no ha sido aprobada por no haber podido acordar
una noción de lo que significa la "libre determinación de los pueblos indígenas".
Como se puede observar, los derechos culturales han tenido una evolución pa-
recida a los derechos humanos. Ambos conjuntos de derechos han transitado del
enfoque que privilegió la libertad individual, que en el caso de la cultura consistió
en garantizar el ejercicio creativo y la protección al producto de artistas e intelec-
tuales, a los derechos que enfatizan el logro de la igualdad mediante el acceso a
los bienes y servicios culturales. La última etapa ha puesto énfasis en garantizar
los derechos comunitarios o de solidaridad con las diversas culturas impulsando
su defensa, autonomía y desarrollo.
a. La acción normativa
La acción pública se puede ejercer en diversas fases o momentos de la producción
cultural, pero su campo privilegiado y exclusivo es la reglamentación o legislación
cultural. Como se puede comprender, en este terreno, el Estado no invierte ni
produce bienes culturales, pero crea las condiciones para que esto ocurra. El ca-
rácter universal y obligatorio de la ley es siempre motivo de debate, sin embargo,
en el campo de la cultura, caracterizado por su espontaneidad y diversidad, lo es
más: ¿qué lugar tienen los intereses regionales en la normatividad nacional? ¿Se
debe garantizar la libertad de expresión aunque su ejercicio dé lugar a expresiones
contrarias a la democracia, los derechos de las minorías o la historia nacional? ¿La
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El primer decreto mex icano sobre el depós iro legal de libros es de 1822 . Antes de esa fecha, el gobierno
espa ñol había estipul ado en 17 11 la mi sma obli gació n. Ver: http ://ww w.cddh cu. go b.m x/ bibliot/a potec/a n-
tecede. htm
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LA POLÍTICA CULTURAL, TEMAS, PROBLEMAS Y OPORTUNIDADES
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EDUARDO NIVÓN BOLÁN
b. La intervención indirecta
A lo largo de este texto se ha defendido el necesario compromiso del Estado
en el campo de la cultura; ahora bien, cómo y en qué campos debe intervenir.
Este segundo aspecto es resultado de las condiciones del sector cultural y de la
propia demanda social. Por ejemplo existen campos culturales con el suficiente
dinamismo en los que no es conveniente que el Estado haga acto de presencia.
Otros sectores, en cambio, requieren acciones precisas para su desarrollo, las cuales
pueden ser directas o indirectas a través de medidas de promoción o de fomento,
pero no de la provisión directa de los bienes o servicios culturales. En este caso,
la administración pública realiza un ejercicio de interpretación de los intereses
sociales para reconocer áreas prioritarias o con desventajas frente a otras, a fin de
incentivar la acción de los particulares en esos campos. Las lenguas minoritarias
pueden ser uno de estos campos de actuación. Dada la amenaza de pérdida que
se cierne sobre ellas, el Estado puede y debe apoyar a escritores indígenas o a
creadores de programas radiofónicos o de video, e incluso a algunas industrias
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L A PO LÍTIC A CULTUR A L , TEMA S, PROBLEMA S Y OPOR T U N IDADES
cul turales -como las radiodi fuso ras loca les- que se comprometan a difundir las
obras producid as .
La estrategia más comúnmente usad a para intervenir de manera indi recta en
la cultura so n las exenciones fi sca les y los apoyos indirectos, a veces pa rciales, por
medio de becas, premios y subsidi os.
La intervención indirecta en materi a de cultura suele ser motivo de debate.
E n ocasiones se h a considerado que constituye un a intromisión en el campo
de la iniciativa y creatividad individu al, que las afecta inhibi éndolas pa ra el
futu ro. D esde otro punto de vista se pie nsa que es te tipo de acciones no siempre
favo recen a los sec tores más neces itados de apoyo y termin a n en manos de los
mejor capacitados y dispuestos en el campo cultural. Por ejemplo, se da con
mucha frecuencia el caso de que los benefi cia ri os de las convocato ri as a becas y
apoyos a proyec tos culturales sea n los a rtistas res identes en las grandes ciudades,
qui enes ta mbién cuentan co n un mayo r nivel de for mación y más co ntactos con
la administración pública. Sin emba rgo, las obj ec iones que se pueda n hacer en
contra de las medidas de fome nto o estímulo deben conducir a la corrección de
los problem as y a la búsqued a de nuevos meca nismos de operación, más que a su
rechazo o desaparición .
El sentido más releva nte de la intervención indirecta en materia de cultura
es que, a través de ese tipo de acciones, el Es tado cumple co n un a función re-
dist ributiva de la riqueza de la sociedad , es decir una transferencia de recursos
públicos a sectores en co ndicio nes desventajosas. Es ta tra nsferencia no tiene un
sentido mera mente técnico , debe se r as umida como un a expresión de integración
solidaria de un a nación, región o loca lidad ; y por ello, los programas de fom ento
deben coincidir en la promoción de los valores co munitarios, pu es la nación o
la comunidad so n su ori gen y su sentido fin al. Los instrumentos indirectos de
intervención cultural son una ma nera de garant izar la iguald ad y el pluralismo
en un contexto en que los secto res desfavorecidos podrían tender al aislamiento
y la ma rgin alidad . Por es ta razón, son m uy releva ntes para ll egar a sectores muy
alejados de los principales centros artísticos y culturales, ex tendiendo la acción
del Es tado a regiones y grup os sociales poco identifi cados con las ex pres iones
más comunes de la cultura.
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POLÍTIC A CULT URAL , TEMA S, PROBL EM AS Y OPORTU NIDA DE S
mano de los in strum entos apuntados anterior mente (no rmatividad , intervención
indirecta e intervenció n direc ta) , emplea ndo criteri os territo riales específi cos.
En este sentido, se suele inclui r a l co njunto de acti vid ades de descent ra lización
que algunos Es tados ha n impulsado pa ra ga ra nti za r el mejor acceso a la cultura
y el m áx imo aprovecha miento de la infraes tru ctu ra cultural. Va ri os documen to
intern acion ales integra n a las polít icas de desce ntra li zación como parte del esfuerzo
de fo rtalecer la democrac ia cultural; no obsta nte lo cual es impo rta nte reconocer
que la sola voluntad desce ntrali zado ra es insuficie nte pa ra ga rant iza r su éxito. La
desce ntrali zació n só lo puede se r efec ti va si va aco mp a ñada de ot ras co ndicione
entre las que des taca n cuatro prin cipales : crecimi ento y compl ementa riedad de
los rec ursos loca les y centrales; co ntratación o fo rm ac ió n de perso na l capacitado ·
institucionalizació n del aparato cultura l local y desa rro llo de un a no rm atividad
adecuad a. ~a lentitud o rapidez co n q ue se rea lice el es fu erzo descentralizador
dependerá del desa rro ll o adecuado de estos fac tores. D e es te modo, para que la
descentrali zació n conduzca a un a efectiva reo rdenació n del terr ito rio, los recursos
públicos y hum a nos deben alca nza r un a cierta m adurez . Con ello se log rará que
mejo res condi cio nes de producció n, circul ació n y co nsumo de la cultura estén
dispo nibles para poblaciones alejadas o m a rginadas.
En la República M ex icana el panora m a de la in stitucio nali zació n cultural en
los es tados y de sus o rdenamientos lega les es el sig ui ente:
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Secretaría de Cultura
Distrito Federal Ley Orgán ica de La Administración Pública del 5 X X
DF (2001}
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l OLÍ TICA CU LTURAL, TEMAS , PROBLEMA S Y OPORTUNIDA DE S
Fuenre: Págin as de go biern o d e las e nrid ad es fed erari vas u o rga ni smos responsab les de cultura
rev isada en 2006.
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LA POLÍTICA CULTURAL, TEMAS, PROBLEMAS Y OPORTUNIDADES
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LA POLÍT ICA CULTURAL , TEMAS, PROBLEMAS Y OPORTUNIDADES
Si haces esto, el
gobierno delega
Fondos regionales
esto
Promoción de acuerdos
de cooperación regional Instituciones tripartitas o
Si no puedes hacer
ORGANIZACIÓN DEL bipartitas
esto, el gobierno
TERRITORIO interviene
Si ofreces X el
Cooperación
gobierno retribuye Cooperación internacional.
internacional
con Y
Fue nte: Modificación perso na l del elaborado por: Bonet , Lluís, Xavier Fina, In és Ri viere y Mark
D . Schuster (1993). Est ru ctura de la interve nc ió gove rnam ental en cultura. Una a n1di si co mparada,
Barce lona, Centre d 'Es tudis d e Planificació, Xerox.
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EDUA RD O NI V Ó N BOLÁ N
se puede estudiar en cada sector cultural determin ado (li teratura, teatro, cine, música,
etc.) y en cualquiera de los niveles de gobierno (nacional, regional, mun icipal).
El sigu iente ejemplo, elaborado a pa rt ir de la inst itucio nalidad cu ltu ra l española,
permite notar la confluencia de los diversos modos de actuación públi ca en la cultura
con las diversas fases del proceso cul tural. Nótese el a lto grado de co mplejidad que
adquieren las políticas cul tura les de acuerdo co n las co nsideracio nes real izadas.
Producción Reglas de operación del Sistema Reserva de tiempo de exhibición cinematog ráfica
Nacional de Creadores de Arte (SNCA) Programas de apoyo a la creación del FONCA
del Fondo Nacional para la Cultura y Exenciones fis cales a autores y organismos.
las Artes Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías,
Ley Federal de Cin ematografía Dirección General de Publicaciones
PACMYC
Conservación Ley Federa l de Monumentos y Zonas Salvagua rda de zo nas arqu eo lóg icas
Arqu eo lógicas, Artísticos e Históricos Programas y fo nd os para la co nservació n y
Ley Orgá ni ca del INAH protecció n de las zo na s de monumentos
Ley que crea al INB AL Prevención del co ntrabando y t ráfico ilíci to de
Firm a de co nven ios inte rn aciona les bienes cu lt urales
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LA POLÍTICA CULTURAL, TEMAS, PROBLEMAS Y OPORTUNIDADES
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L A POLÍTICA CULTURAL , TEMAS , PROBLEMAS Y OPORTUNIDADES
de los grupos étnicos . El segundo efecto fue menos inmediato, pero igualmente
importante, y consistió en que muchos otros sectores asumieron que se podían
proponer objetivos sectoriales distintos a la política cultural de corte nacionalista.
De este modo las presiones por transformar las políticas culturales se sumaron a
un proceso general de democratización de la sociedad, que tardó bastante tiempo
en consolidarse, pero que, en contrapartida, logró interiorizarse en muy variados
sectores sociales. Incluso ahora en que aún no podemos dar por concluido el pro-
ceso de transición a la democracia, las políticas culturales intervienen de manera
importante en la construcción de acuerdos que posibilitan el encuentro de fuerzas
de distinto signo para trabajar en la búsqueda de objetivos compartidos.
No obstante, hay multitud de contra ejemplos que no nos permiten ser muy
optimistas acerca de las bondades de la maquinaria planificadora de la cultura,
y que consisten en la facilidad con que intereses clientelares y de cooptación po-
lítica se mezclan con los objetivos de la cultura. Igualmente la presteza con que
la industria cultural ha logrado integrarse a la lógica de la planificación cultural
nos muestra que no siempre esta forma de definición de las políticas culturales
garantiza la supremacía de los objetivos sociales en la acción cultural pública. Con
todo, no es posible descartar las ventajas de haber colocado objetivos sociales en
la base de la formulación de la acción cultural.
Al cuestionar la planificación, no deseo volver a la etapa en que los intereses sub-
jetivos definían la política cultural, sólo quiero poner de relieve que la planificación
no puede ser un ejercicio formal , libre de valores. Debemos evitar que las políticas
culturales sean pensadas como parte de la ciega maquinaria de la modernización.
México con frecuencia se presenta ante sí mismo de este modo. Las críticas que se
han escuchado muchas veces acerca de que en México no hay una política cultural,
del poco significado de los planes elaborados, de que sus resultados son magros o de
que no hay signos apreciables que muestren su utilidad o pertinencia, cuestionan
no sólo al sector cultural mismo, sino al desarrollo político en su conjunto, como
diciendo que si la modernidad política no ha llegado tampoco puede esperarse que
funcionen los planes que se formulen en materia cultural. No es que se niegue la
importancia de los planes culturales, sino que estos parecen dar la espalda a los
valores y afectos de la sociedad.
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El problema parece residir en que la clave para que las políticas culturales
promuevan un nuevo sentido de la acción pública en la cultura no son los planes
culturales ni los cálculos por parte de los administradores culturales. Una vuelta
a los valores de la cultura como instrumento de la vida en común es la clave de la
evaluación e incluso de la proposición de metas y objetivos.
El segundo problema que puede surgir es que los valores son relativos. En efecto,
a menos que creamos en la existencia de valores universales e inmutables, los valores
que mencioné antes -derechos culturales, ética de la cooperación cultural y privi-
legio de valores de diversidad, sostenibilidad ambiental, participación, memoria,
autonomía, solidaridad- son también resultado del proceso de la discusión de la
sociedad en un momento determinado. Hasta el momento, instituciones interna-
cionales como la UNESCO, el Consejo de Europa, el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo, o bien organismos no gubernamentales como Amnistía
Internacional o Transparencia han tenido un papel de notable protagonismo en
la elaboración de estos criterios. Sin ir más lejos, la adopción del criterio de que la
diversidad cultural es, más que un dato, un principio de riqueza social a partir del
cual se debe desarrollar la política cultural, sólo se ha generalizado en la última
década a partir del informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo, y
así podemos pasar lista a todos los valores propuestos.
No hay fácil salida al dilema de si hay valores absolutos o relativos, pero poco
ayuda pensar que los valores de la convivencia social son precarios. Por el contrario,
debemos convencernos que hay que de construir una utopía, una sociedad en la
que convivan la diversidad y la globalización. ¡Queremos la paz!, podemos decir
como sentido último de las políticas culturales, una paz que remueva el sentido
de odio y de irresponsabilidad que nos impide hacer de nuestras naciones espacios
habitables. ¿Qué pasa si no somos capaces de lograrlo? ¿A dónde van México y
América Latina, que es el espacio con el que compartimos problemas y utopías?
¿Hay espacio aún para la esperanza?
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