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MATERIA:
ANATOMÍA FORENSE
ENSEÑANZA
INVESTIGACIÓN SOBRE “EL ABORTO”
NOMBRE:
MARÍA FERNANDA VELÁZQUEZ MAGAÑA
GRADO:
5º CUATRIMESTRE
LICENCIATURA EN:
CIENCIAS CRIMINOLÓGICAS ADVERSARIALES
Ahora bien, la criminología tiene como uno de sus ámbitos de estudio el porqué de
la comisión de delitos, además de considerar estudios como el por qué dichas
conductas son consideradas delictivas, lo cual corresponde ya a otro ámbito y
dimensión del estudio de la criminología, entre otros. Esa es la vital importancia
que tiene la criminología en el campo penal, y es justamente lo que se pretende
hacer en este trabajo, realizar un estudio de esta figura a la luz del pensamiento
social, de manera que podamos determinar un resultado que devenga en la
confirmación o rechazo de la regulación actual de esta figura, aborto, en nuestra
legislación.
Hay que considerar que existen varias teorías respecto al comienzo de la vida
humana, entre ellas la teoría de la fecundación (que afirma que desde el momento
en que el espermatozoide ingresa al óvulo existe un nuevo ser humano, con todos
los atributos de la persona, resultando indiferente que el mismo se encuentre en el
seno de una mujer o en una placa de laboratorio. Los sostenedores de esta teoría
afirman que desde el momento de la fecundación cuando los dos gametos se
unen se encuentra reunida toda la información genética necesaria para expresar
todas las cualidades innatas del individuo), la teoría de la anidación (que señala
que el comienzo de la vida humana se origina con la implantación en el útero del
óvulo fecundado, lo cual se produce recién a los 14 días de la concepción. El
fundamento de esta teoría radica en la posibilidad de que un grupo de células se
escinda y continúe un desarrollo independiente dando lugar a un nuevo embrión
que transcurrido el lapso de 14 días ya no existe dicha posibilidad afirmando a
partir de éste momento la individualidad, sin individualización no hay
personalización), la teoría de formación del genotipo (la cual indica que una vez
concluida la fusión entre los pronúcleos de los gametos, proceso que tiene lugar
alrededor de veinticuatro horas de haber sido penetrado el óvulo por el
espermatozoide, surge una nueva vida. Para quienes sostienen esta postura, el
embrión de más de veinticuatro horas es una persona en potencia y tal
potencialidad deriva su inviolabilidad), y la teoría del inicio de la actividad cerebral
a la cual ya hicimos referencia (cabe destacar que en nuestro ordenamiento
jurídico está estipulado que la vida termina y por ende la persona deja de ser tal,
cuando cesa la actividad cerebral, y por ende para ser coherentes con el sistema
resulta atractivo para esta teoría decir que si con el cesamiento de la actividad
cerebral se pone fin a la vida humana, entonces con el inicio de esta apenas
podremos hablar de vida humana y no antes).
Hay que mencionar también que podemos condecir estas teorías con los sistemas
a los que hace referencia Peña Cabrera, es decir, el sistema de plazos y el de
indicaciones. El primero hace referencia a que la interrupción del embarazo no
resulta criminalizada cuando es realizado dentro de un tiempo determinado,
habiéndose fijado que dicho plazo se ciñe a las doce semanas de embarazo (lo
cual se condice con la teoría del inicio de la formación de la actividad cerebral),
entendiéndose como riesgoso para la vida y salud de la gestante un aborto con
posterioridad a las doce semanas. Se da mayor relevancia a la autonomía de la
voluntad y al libre desarrollo de la personalidad de la gestante, además de al
derecho a la dignidad humana, como sucedería en el caso de aborto por motivos
de concepción producto de una violación. Y el segundo, el sistema de
indicaciones, que hace referencia a que el aborto será despenalizado para casos
concretos en los cuales exista un verdadero conflicto de bienes jurídicos. La
distinción con el sistema de plazos radica en que en este sistema preponderan los
intereses correspondientes a la vida en formación más que los de la gestante, y es
justamente por eso que se limita la exoneración de pena a casos concretos en los
cuales concurra una razón determinante para poder considerar la tutela de los
derechos de la gestante como la dignidad humana y el libre desarrollo de la
personalidad, por encima de los bienes jurídicos que tutelan al feto. Tal como
menciona Peña Cabrera, las indicaciones en concreto serian: cuando la
continuidad del embarazo coloca en grave riesgo la vida o salud de la gestante,
cuando el embarazo es producto de una violación (desde un plano ético,
sentimental, llevado a la dignidad humana), o cuando se advierte que el niño
nacerá con graves taras físicas y/o psíquicas, que supondrían una vida no plena ni
digna, humanitaria y constitucionalmente hablando, tanto para él como para su
familia. Dicho sea de paso, este es el sistema al que más se apega nuestra
legislación.
Se están haciendo mal las cosas, por ende tal como mencionamos líneas arriba,
producto de la adopción de las medidas actuales, es que se han generado serios
problemas como son la concurrencia a prácticas abortivas clandestinas (lo cual es
cada vez más frecuente en nuestro país, estamos dando pie a la comisión del
delito), mortalidad femenina por la concurrencia a dichas prácticas (se han
registrado datos que muestran que las muertes por abortos mal practicados son
comparables a las muertes por feminicidio, es allí que podemos ver la magnitud de
este problema, y la necesidad de adoptar nuevas decisiones por parte de la
política criminal), trastornos y graves daños psicológicos en mujeres que paren a
niños producto de violaciones, o con graves taras físicas, lo cual es ocasionado
por la no despenalización del aborto denominado sentimental, y en el otro caso, el
aborto eugenésico (casos en los cuales es evidente que la dignidad humana tanto
de la madre, en el caso de un embarazo por violación, como la de la criatura que
está por nacer y la madre en conjunto, en el caso de un embarazo que suponga el
nacimiento de un bebe con graves taras físicas, deberá primar sobre otros bienes
jurídicos, y de igual manera el derecho al libre desarrollo de la personalidad, el
derecho a la salud y a la vida digna. Todos estos derechos constitucionalmente
validos son aplicables a estas cuestiones, sin embargo, habrá que despojarnos un
poco de las reglas morales y religiosas para ver el problema desde un ángulo más
objetivo, jurídico y justo). Y por último el problema más común que es el de traer al
mundo a niños no deseados, los cuales evidentemente son producto de
embarazos no deseados, que si bien dichas criaturas no tienen la culpa de nada,
siempre existen motivos por los cuales una mujer no desea traer un niño al
mundo, por tal motivo la autonomía de la voluntad se considera en las teorías que
propugnan un plazo para abortar, el cual no será reprimible penalmente, primero
porque la vida o salud de la gestante no correrá riesgo dentro de este periodo de
tiempo, y segundo, porque el feto no se considera aun como vida humana
dependiente, capaz de ser titular de protección penal, y esto porque su desarrollo
es muy prematuro aun, no existe actividad cerebral, no hay rasgos humanos,
algunos científicos señalan que el feto aun no siente nada, todo esto hasta los tres
primeros meses de gestación.
b) Son universales, pues se trata de derechos de los cuales son titulares todos
quienes sean personas humanas, sin excepción;
c) Son igualitarios, lo que quiere decir que todos los seres humanos poseen un
título igual a tales derechos, puesto que todos tienen, en idéntica medida, el
único requisito que es necesario para tenerlos: ser persona humana.
d) Son prioritarios o absolutos. Esto quiere decir que los derechos humanos son
exigencias morales fuertes y esa fuerza descansa en que son la concreción de
bienes de particular relevancia para los seres humanos. Más específicamente,
cuando se sostiene que los derechos humanos son derechos absolutos lo que
queremos decir es, precisamente, que se trata de requerimientos morales que,
al entrar en conflicto con otros requerimientos morales, los desplazan y anulan,
quedando ellos como la exigencia moral que hay que satisfacer en todo caso".
En este sentido se afirma que los derechos humanos tienen un carácter 'prima
facie', en principio no pueden ser vulnerados y sólo pueden verse limitados por
los derechos de otras personas. "Lo importante, para una teoría ética basada
en los derechos humanos es determinar las razones por las que podríamos, en
esos supuestos, sacrificar los derechos; especificar las circunstancias que nos
permitan acabar con los bienes más importantes de la persona".
e) Son individualizados y no agregativos. Esto es, ningún ente que no sea un ser
humano individualmente considerado detenta tales derechos, por lo tanto, ni la
mayoría, ni el Estado, ni el bien común o cualquier otra denominación similar,
tienen derechos concurrentes que puedan justificar moralmente su violación o
excepción y podemos incluir aquí, ni valores de tipo religioso o metafísico como
el "sagrado valor de la vida humana".
Si bien hay autores que sostienen que, además, los derechos humanos son
inalienables o irrenunciables, la mayoría de los teóricos políticos rechaza este
concepto por su carácter paternalista y, en cierto modo, autoritario, pues
sostener la irrenunciabilidad de un derecho lo transformaría, por definición, en
un 'derecho-deber', lo que es un contrasentido que no se justifica moralmente.
Por lo mismo, esta tesis –que cae en la contradicción derivada de suponer que
los derechos humanos son irrenunciables hasta por sus propios titulares–
puede superarse siguiendo a Laporta, quien distingue entre la 'titularidad' de
los derechos y su 'ejercicio'. En general, la titularidad de los derechos humanos
sería inalienable, pero su ejercicio puede ser voluntariamente limitado por el
propio titular.
En conclusión, considerar "en serio" los derechos humanos de las mujeres exigen
aceptar que se trata de derechos que sólo pueden ser limitados con el fin de
proteger otros derechos humanos individualmente detentados por otra persona, de
modo que resulta forzoso descartar como ilegítimos los fundamentos que distintas
legislaciones y tribunales han esgrimido para justificar la penalización del aborto:
la protección del "valor abstracto de la vida humana". En cambio, la única manera
legítima –acorde con el concepto y características de los derechos humanos que
se ha apuntado– de limitar los derechos de las mujeres requiere partir de los
siguientes supuestos: primero, se precisa analizar si el feto posee las
características que usualmente atribuimos a las personas, únicas titulares de
derechos. Segundo, de no ser posible lo anterior, debemos analizar si es factible
que, a partir de cierto momento de su desarrollo, el feto desarrolle particularidades
que ameriten que le atribuyamos derechos.
Es que el aborto no será considerado delito hasta tanto así no se legisle. Será el
derecho quien otorgue tal cualidad a la conducta en análisis.
La pregunta que deben hacerse quienes se encuentren a cargo de delinear las
políticas públicas criminales es, ¿es el aborto una conducta que deba ser
considerada delito? Por las consideraciones brindadas en la primera parte del
presente, entiendo que NO.
En primer término, a una conducta para nada deseada, aun momento traumático,
se le corresponde una durísima sanción penal. Más allá de la discusión acerca del
fin de la pena, lo cierto es que, en el caso en concreto, la víctima de un aborto no
es una persona por nacer, o para aquellos que así lo consideren, no es solamente
una persona por nacer: la ex futura madre también es víctima. Cualquiera que
pueda entender el sufrimiento, tras la ponderación de derechos fundamentales de
ella, de su cuerpo, y del (ya nunca) posible futuro bebé, sabrá que así es, y su
represión es una interpretación endogámicamente dogmática de la normativa
vigente, mas no la comprensión de los principios emanados de las Normas
Fundamentales, cuales son la Constitución Nacional y los Tratados
Internacionales de Derechos Humanos.
Como toda planificación política, los resultados deseados por las iniciativas serán
aquellos que darán veredicto acerca del acierto o del error en cuanto a su mérito o
conveniencia. Y si la conveniencia es la minimización de la cantidad de abortos,
claramente la prohibición no es el camino adecuado.
Si aun de forma clandestina hay mujeres que se animan a llevar a cabo un aborto,
ello nos hace saber que la existencia de una norma legal y la posibilidad de ser
detenidas no resultará el menor obstáculo para que lleven adelante las prácticas.
LEGALIZAR.
Una de las ventajas que puede traer la legalización del aborto en nuestro país, es
reducir la sobrepoblación, que muchas jóvenes y mujeres adultas ya no asistan a
lugares clandestinos donde no corra peligro su vida y también se eleve el nivel de
educación en México ya que este será uno de los obstáculos que ya no permiten
que culminen sus estudios y lo dejen a medias.
Sus desventajas es que nuestro país (México), hablando de manera jurídica ya no será pacifista,
porque se recuerda que tiene tratados internacionales y un pacto que es el de San José de Costa
Rica en la que su principal derecho humano es la vida, en donde se menciona que todo ser
humano tiene ese derecho y que se protege desde que esta en el vientre de la madre, cambiaría
muchas cosas de manera política y siento que sería algo muy controversial.
Para mi en lo personal estoy a favor, siempre y cuando la mujer haya sido violada
porque es algo que no se esperaba y no está en sus planes. En cambio, en una
mujer que ya tiene conocimiento de las consecuencias que puede traer al tener
relaciones sexuales estoy en contra, porque puede afrontar la situación como una
persona responsable de sus actos y que tal vez si se legalice que no sea de
manera gratuita porque esto ya sería darle todo a la mano, por lo menos que
tenga un costo al realizarse esta práctica.
BIBLIOGRAFÍA