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Responsabilidad Civil

Accidente de tránsito: imprudencia de la víctima

Si se ha determinado en las instancias de mérito la imprudencia concurrente de la víctima


en el accidente de tránsito, resulta de aplicación lo dispuesto en el artículo 1973º del C.C.

Casación 583-95

PIURA

Lima, once de setiembre de


mil novecientos noventiséis.-

La Sala Civil de la Corte Suprema en la causa vista en audiencia pública el cuatro de setiembre de
mil novecientos noventiséis, emite la siguiente sentencia:

MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto por don Armando
Capristán Prado, mediante escrito de fojas trescientos veintiuno, contra la sentencia expedida por
la Sala Civil de la Corte Superior de Piura, de fojas ciento noventiséis, que revocando la de Primera
Instancia y reformándola declara fundada en parte la demanda y que los demandados deben pagar
a la Empresa Turismo del Norte Sociedad de Responsabilidad Limitada, la suma de treinta mil
nuevos soles, en los seguidos sobre indemnización de daños y perjuicios.

FUNDAMENTO DEL RECURSO: El recurrente fundamenta su recurso en lo dispuesto por el inciso


primero del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, sustentado en la aplicación
indebida del artículo mil novecientos sesentinueve del Código Civil y que la debida aplicación de
este artículo debió ser concordado con el artículo mil novecientos sesentitrés del mismo Código.

CONSIDERANDO:

PRIMERO.- Que, el recurso de casación fue concedido, al declararse fundada la queja interpuesta
por el recurrente, según resolución de veintiuno de abril de mil novecientos noventicinco de fojas
trescientos noventiocho, habiéndose declarado procedente por resolución de veintidós de
noviembre del mismo año, por la causal invocada;

SEGUNDO.- Que, la sentencia de vista reconoce que el factor predominante del accidente
consistió en que el chofer del remolque de propiedad de don Armando Capristán Prado, en forma
negligente e irresponsable, sin respetar la señal resultadora «ceda el paso» en que tiene
preferencia los vehículos que circulan por la carretera Panamericana de Norte a Sur, ingresó al
cruce sin respetar la preferencia que tenía el ómnibus y que el factor contributivo radicó en que el
conductor del ómnibus conducía a una velocidad mayor que la razonable y se encontraba distraído;

TERCERO.- Que, con estos antecedentes es necesario definir si resulta de aplicación únicamente
el artículo mil novecientos sesentinueve del Código Civil, o debe concordarse con el artículo mil
novecientos setentitrés de dicho Código;

CUARTO.- Que, el artículo mil novecientos setentitrés del Código Civil referido a la reducción de la
indemnización por imprudencia concurrente, es aplicable cuando existen factores contributivos al
evento;

QUINTO.- Que, habiéndose establecido en este caso que si bien el principal responsable es el
chofer del remolque de propiedad del demandado, también ha contribuido al accidente el chofer del
ómnibus del demandante, por lo que el artículo mil novecientos sesentinueve del Código
Sustantivo, no debió aplicarse en forma excluyente, sino en concordancia con el artículo mil
novecientos setentitrés del mismo Código, lo que determina que la indemnización debe reducirse
en forma prudencial;

SEXTO.- Que, por las razones expuestas la casación resulta sólo fundada en parte, por lo que de
conformidad con el inciso primero del artículo trescientos noventiséis del Código Procesal Civil, se
resuelve:

DECLARAR FUNDADO en parte el recurso de casación de fojas trescientos veintiuno y en


consecuencia SE CASA la sentencia pronunciada por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de Piura, de fojas ciento noventiséis, su fecha siete de diciembre de mil novecientos noventicuatro,
declarándose NULA y declararon FUNDADA EN PARTE la demanda y en consecuencia que don
Armando Capristán Prado y don Elmer Ríos Quesquén abonen solidariamente por concepto de
indemnización a la Empresa demandante la suma de veinte mil nuevos soles; en los seguidos por
Empresa Turismo del Norte Sociedad de Responsabilidad Limitada con don Armando Capristán
Prado y otro, sobre indemnización de daños y perjuicios; DISPUSIERON; que la presente
resolución se publique en el Diario Oficial «El Peruano', bajo responsabilidad; y los devolvieron.-

SS.
RONCALLA
ROMAN
REYES
ECHEVARRIA
BERNAL.

María Julia Pisconti D.


Secretaria.

Actuación dentro de la ley

La estricta aplicación de la ley para corregir una situación irregular, no puede obligar a
abonar daños y perjuicios por una responsabilidad en que no se ha incurrido.

Expediente 620-95

Callao

Lima, diecinueve de marzo de mil novecientos noventiséis.

VISTOS; y CONSIDERANDO: que el actor demanda a la Empresa Nacional de Puertos Sociedad


Anónima, para que le pague la suma de doscientos ochenta mil dólares o su equivalente en
moneda nacional a la fecha del pago, en concepto de indemnización por daños y perjuicios, pues
sostiene que éstos se han producido al expedirse por la demandada la Resolución de Gerencia
número seiscientos veintiuno-noventicinco ENAPU Sociedad Anónima/GG, que declara nula su
incorporación al régimen pensionario de la ley veinte mil quinientos treinta, privándolo así de su
derecho a un régimen de seguridad social, toda vez que por su incorporación al régimen
pensionario de la ley veinte mil quinientos treinta perdió su derecho al régimen pensionario de la
ley diecinueve mil novecientos noventa, quedando así fuera de todo sistema pensionario, pues
ahora no tiene derecho al Fondo de Pensiones ni al Sistema del Fondo de Pensiones que
administra el Instituto Peruano de Seguridad Social; que la incorporación al régimen de la ley veinte
mil quinientos treinta se produjo a solicitud del propio demandante, quien la formula a sabiendas de
que no le correspondía su incorporación al régimen cerrado de dicha norma, toda vez que obstaba
su ingreso el artículo catorce de la misma, que establece que no son acumulables los servicios
prestados al Sector Público, bajo el régimen laboral de la actividad pública, con los servicios
prestados al mismo Sector, bajo el régimen de la actividad privada; que justamente en el caso del
demandante se presentaba esta situación, puesto que si bien ingresó al servicio del Estado el seis
de junio de mil novecientos sesenticuatro, en la ex-Autoridad Portuaria, hoy la demandada, bajo el
régimen pensionario de la ley once mil trescientos setentisiete, después, a partir del primero de
Enero de mil novecientos setenta pasó a laborar al servicio de la demandada, bajo el régimen
laboral de la actividad privada; que estando prestando servicio para la actividad privada, el
demandante solicitó su incorporación al régimen de la ley veinte mil quinientos treinta, y se accede
a su solicitud mediante la Resolución de Gerencia General número mil ciento setentidos /
ochentiseis-Enapu Sociedad Anónima; que con posterioridad a dicha incorporación y en
acatamiento de lo dispuesto por el Decreto Legislativo setecientos sesentitrés, que señala que es
nula de pleno derecho toda incorporación o reincorporación al régimen de la ley veinte mil
quinientos treinta que se haya efectuado con violación de lo dispuesto en el artículo catorce de la
misma, como en el caso del demandante, se expidió la Resolución de Gerencia General número
seiscientos veintiuno-noventidos-RNAPUSA/GG que declara nula la incorporación del demandante
al régimen de la ley veinte mil quinientos treinta; que dicha resolución se ha expedido en estricta
aplicación de la ley y para corregir una situación irregular generada por el propio demandante y,
por consiguiente, no puede obligarse a que la demandada abone daños y perjuicios por una
responsabilidad en que no ha incurrido: declararon HABER NULIDAD en la sentencia de vista de
fojas doscientos treintidós, su fecha quince de mayo de mil novecientos noventicinco, que
confirmando en un extremo y revocando en otro, la apelada de fojas doscientos tres a doscientos
seis, su fecha veintiocho de febrero del mismo año, declara fundada la demanda, y fija la suma de
cuarenta mil dólares la indemnización solicitada, con lo demás que; reformando la primera y
revocando la segunda, declararon INFUNDADA la demanda, sin costas; en los seguidos por Jorge
Biaggi Rodríguez con Empresa Nacional de Puertos Sociedad Anónima; sobre indemnización; y los
devolvieron.

S.S.
ROMAN
REYES
VASQUEZ
ECHEVARRIA
URRUTIA

Bien riesgoso: responsabilidad objetiva

Si bien un vehículo automotor es un bien peligroso por su naturaleza, cuando el acto atribuido
como dañoso se produce en perjuicio de otro vehículo, tiene que evaluarse la culpa o dolo como
componente imprescindible de la responsabilidad, porque no se da uno de los elementos
constitutivos de la responsabilidad objetiva, cual es, la desproporción entre el causante del daño y
la víctima.

Expediente 514-98

Sala Nº 3

Lima, once de junio de mil novecientos noventiocho.

VISTOS: Interviniendo como Vocal ponente el señor Alvarez Guillén; por sus fundamentos;
CONSIDERANDO: además: Primero.- Que, el atestado policial adherido de fojas treinta a
treintiséis es muy poco detallado y explicativo respecto a las circunstancias del hecho considerado
dañoso, salvo su conclusión sobre la negligencia del chofer demandante al conducir el vehículo
con los faros en luz alta y no abrirse a su derecha, no habiéndose actuado ninguna otra prueba
convincente sobre la responsabilidad de los demandados en la ocurrencia, habida cuenta que se
trata de una imputación de responsabilidad extracontractual subjetiva que requiere de la culpa
como elemento constitutivo del hecho; Segundo.- Que, si bien es cierto un vehículo automotor es
un bien peligroso por naturaleza, cuando el acto atribuido como dañoso se produce en perjuicio de
otro vehículo, también peligroso por sí, tiene que evaluarse la culpa o dolo como componente
imprescindible de la responsabilidad, en razón además porque no se da uno de los elementos
constitutivos de la responsabilidad objetiva, cual es la desproporción entre el causante del daño y
la víctima; por lo que CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas cuatrocientos diez a
cuatrocientos trece, de fecha diez de noviembre de mil novecientos noventisiete, que declara
infundada la demanda de fojas ciento sesentiséis a ciento ochentiocho, sin condena de costos ni
costas; y los devolvieron; en los seguidos por Mario Bernardo Pachas Patiño y otro con Edgar
Rubén Zavala Arellano y otros sobre indemnización.

SS. CARRION LUGO / FERREYROS PAREDES / ALVAREZ GUILLEN

Cabalgando de paso por el daño patrimonial (C) (*)

CHAPARRO FLORES, ANA

(*) Esta jurisprudencia fue publicada en el Tomo N° 8 de Diálogo con la Jurisprudencia

La autora cuestiona el criterio jurisprudencial que concluye el proceso ordenando se cancele un


determinado monto indemnizatorio sin haberse acreditado adecuadamente el valor del daño
causado; especificamente, cuestiona la actitud del juzgador quien rechaza el pedido de
exhumación de los restos del caballo siendo de vital importancia precisar su identidad pues se le
atribuye un altísimo valor correspondiente a su calidad especial, esto es ser: "un pura sangre,
campeón de paso peruano".

Lima, tres de Junio de mil novecientos ochentisiete.

VISTOS; a fojas cuatro don Nazario Villafuerte Guardia, interpone demanda, variada a fojas siete
contra la empresa de la Sal S.A. para que le abone en vía de indemnización, la suma de tres mil
quinientos seis millones de soles oro por los dailos y perjuicios que le ha causado con la muerte del
caballo reproductor de paso peruano llamado "Trapiche" y los danos al camión Nº Wo. tres mil
quinientos noventiséis. Funda la demanda en que el día once de mayo de novecientos
ochenticinco, a la altura del kilómetro ciento siete de la carretera Panamericana Norte, se produjo
un choque entre el camión de su propiedad y la camioneta de la demandada, Nº PS - mil
seiscientos treintiuno, debido a la velocidad temeraria con que ese vehículo era conducido por su
chofer,

Nina Fernández, que invadió el sendero contrario donde transitaba el camión, ocasionando los
danos consistentes en la muerte del caballo "Trapiche", que entre otros era conducido en el
camión, avaluado en doscientos mil dó1ares americanos y los danos producidos al camión, los que
fueron objeto de revisión técnica, danos que detalla, cuya paralización le priva de un ingreso diario
de seiscientos mil soles; hace extensiva la acción al pago de costas; Corrido traslado de la
demanda, la Empresa de la Sal, absolvió el tramite a fojas veintinueve negando los fundamentos
de la demanda y contradiciéndola. Recibida la causa a prueba, actuada la ofrecida y citadas las
partes para sentencia, ha llegado la oportunidad de expedir la que corresponde; Y
CONSIDERANDO: Que, de la lectura del parte policial de fojas treintidós, se desprende que a la
altura del kilómetro ciento ocho de la Carretera Panamericana

Norte, se produjo el choque a que se refiere la demanda; que a consecuencia de este choque
falleció el chofer de la Empresa de la Sal S.A. quedando heridos otros pasajeros y que el camión
conducía cuatro caballos de propiedad del demandante; que según el contenido del atestado
policial que en copias no tachadas corren a fojas ochentiocho y siguientes, el accidente se debió a
la excesiva velocidad con que era conducida por su chofer la camioneta de la Empresa de la Sal, la
que invadió el sendero de circulación opuesto al que le correspondía, impactando violentamente al
camión de propiedad del demandante que conducía entre otros caballos el caballo "Trapiche"; que
la muerte del caballo "Trapiche" se halla acreditada con el certificado policial de fojas treintiséis y
sufrió el camión numero Wo - tres mil quinientos noventiséis de propiedad del demandante
aparecen indicados en el Peritaje Técnico de Constatación de danos que contiene el certificado de
fojas cuarenta; que la factura de fojas ciento quince demuestra que la reparación de esos danos
ascienden a dieciocho mil veinte intis, factura que no ha sido objeto de tacha alguna; que las
declaraciones de los testigos actuadas a fojas setenticuatro y ciento diez concuerdan con las
pruebas antes glosadas; que la confesión prestada por la representante de la Empresa de la Sal
S.A., actuada a fojas setentidós conforme al pliego de fojas setentiuno, no enerva el mérito de las
pruebas antes citadas; Que no habiendo la demandada interpuesto reconvención, carece de objeto
examinar la pericia actuada a fojas ciento diecinueve; Por estos fundamentos, estando a lo
dispuesto por el articulo mil novecientos sesentinueve del Código Civil: FALLO: Declarando
fundada en parte la demandada de fojas cuatro, variada a fojas siete; en consecuencia que la
Empresa de la Sal S.A. pague a don Nazario Villafuerte Guardia, por toda indemnización; la suma
de quinientos mil intis sin costas.

Exp. Nº 2326-87

Lima, treinta de mayo de mil novecientos ochentiocho

VISTOS; interviniendo como Vocal ponente el señor Ruelas Terrazas; con la instrumental
presentada en esta instancia; por sus fundamentos; y CONSIDERANDO, además: que los daños y
perjuicios deben fijarse con criterio prudencial y equitativo, y atendiendo a la forma y circunstancias
en que se produjo el evento: CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas ciento treintinueve, su
fecha nueve de junio de mil novecientos ochentisiete; que declara fundada en parte la demanda de
fojas cuatro y siete; y que la Empresa de la Sal S.A. pague a don Nazario Vlllafuerte Guardia una
indemnización por los daños y perjuicios ocasionados; la REVOCARON en cuanto al monto, el que
fijaron en un millón de intis; sin costas.

Lima, ocho de Febrero de mil novecientos noventinueve.

VISTOS; por los fundamentos de la sentencia de primera instancia; y CONSIDERANDO: que el


monto de la indemnización debe fijarse en forma equitativa y prudencial teniendo en cuenta la
gravedad del evento y las circunstancias de su producción: declararon HABER NULIDAD en la
resolución de vista de fojas ciento sesentiséis, su fecha treinta de mayo de mil novecientos
ochentiocho, que revocando la apelada de fojas ciento treintinueve, fechada el tres de junio de mil
novecientos ochentisiete, fija en un millón de intis el monto de la indemnización; reformando la de
vista confirmaron la de primera instancia que fijó en quinientos mil intis la suma a pagarse por el
referido concepto; sin costas; en los seguidos por don Nazario Villafuerte Guardia con Empresa de
la Sal Sociedad Anónima ESAL, sobre indemnización; Intervinieron el doctor Urrello Alvarez de
conformidad con el articulo ciento veintitrés de la Ley orgánica del Poder Judicial; y los devolvieron.

COMENTARIO

Introducción

Una noche de otoño de mil novecientos ochentisiete, Julian Donayre Aparcana conducía una
camioneta de EMSAL Empresa de la Sal, desde Las Salinas de Huacho con destino a Lima,
acompañado de dos empleados de la empresa. En sentido contrario Carlos Nina Fernandez
manejaba un camión transportando cuatro caballos de propiedad de Nazario Villafuerte Guardia.

A la altura del kilómetro 107 de la Carretera Panamericana Norte, ambos vehículos colisionaron
fuertemente, hecho que entre otros aspectos, fue originado por el exceso de velocidad en que
conducía el señor Donayre, produciendo inmediatamente su muerte así como daños a ambos
vehículos y la muerte de un caballo. De las investigaciones policiales se desprende que el chofer
de EMSAL resultó ser el único responsable del accidente por su conducta imprudente y temeraria,
sumándose a factores climatológicos y geográficos de la zona.
En virtud a lo sucedido, don Nazario Villafuerte interpone una acción civil contra EMSAL por
indemnización de daños y perjuicios, argumentando que el caballo que murió en el accidente de
transito era Trapiche, un caballo campeón de paso peruano valuado en S/. 2,800,000,000 ($
200,000), que era transportado a Pacasmayo con fines de reproducción. Asimismo, señala como
otros daños la reparación del camión equivalente a S/. 100,000OOO,OOO, y como lucro cesante la
suma de S/. 606,000,000 haciendo un total de S/. 3,506,000,000 mas intereses.

Por su parte, EMSAL señala que esta fue la mas perjudicada con la muerte del señor Donayre,
siendo además que el camión del señor Villafuerte no sufrió daño alguno. Mas aun señala que
Trapiche no era el caballo transportado aquel día en el camión. Con la Finalidad de probar sus
argumentos EMSAL solicitó se realice la exhumación de los restos del caballo, lo cual no fue
aceptado por el juzgador de aquel entonces, en virtud a que nuestra legislación procesal civil no
contemplaba tal situación como un medio de prueba.

Durante el proceso, no se probó fehacientemente la presencia de Trapiche en el accidente antes


narrado, lo que trajo como consecuencia un vacío respecto al monto que EMSAL debía de
indemnizar al señor Villafuerte. Asi lo reflejan las sentencias vertidas en el proceso que
responsabilizan exclusivamente al chofer de EMSAL, pero discrepando respecto al monto
indemnizatorio que la demandada debía pagar por los danos ocasionados.

Al respecto, en primera instancia el monto indemnizatorio se fija en I/. 500,000. La sentencia de


vista duplica este monto fundamentándose en los criterios de prudencia y equidad; y, finalmente la
Corte Suprema, bajo los mismos criterios que la anterior coincide plenamente con la de primera
instancia.

A continuación procuraremos esbozar acerca de los posibles fundamentos doctrinarios sobre los
cuales versa el caso de Responsabilidad Extracontractual narrado, poniendo mayor énfasis en
cuanto se refiere al daño patrimonial.

I. LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL

1. DEFINICION

La responsabilidad, supone necesariamente un conflicto entre dos o mas personas, en el cual una
de ellas es responsable de reparar el daño a otra (víctima) quien podrá recurrir al órgano
jurisdiccional para exigir una reparación, esto significa que el perjuicio no es padecido por quien
sufrió el daño; por lo que resulta suficiente la existencia de víctima y daño para que estar ante un
supuesto de responsabilidad.

Al respecto, se ha establecido que la responsabilidad civil supone el deber que pesa sobre una
persona de reparar el daño injusto ocasionado a otro... la expresión responsabilidad puede ir
referida a los actos ilícitos y a los actos ilícitos(1) ; sin embargo, resulta importante determinar su
origen para establecer si nos encontramos ante un supuesto de responsabilidad extracontractual,
donde los sujetos no están vinculados especialmente por ninguna relación particular, salvo el
principio de no causar daño a otro.

Cuando se vulnera el principio general de derecho "neminem laedere" (no se puede causar un
daño a otro), estamos ante responsabilidad extracontractual, donde la única finalidad es la
reparación: entendida esta como el traslado del peso económico del daño de la víctima de la esfera
jurídica del agraviado a la esfera jurídica del agraviante.

Cuando se ha causado un daño, existe relación de causalidad entre la conducta del agente y el
daño; el agente obró por acción u omisión a titulo de dolo o culpa; como hemos podido observar
aquí predomina elemento subjetivo, por lo tanto se requiere la culpa o el dolo para que exista
reparación. Esta es denominada Responsabilidad Subjetiva. Por su parte, en la teoría objetiva,
basta probar el daño, nexo de causalidad para considerarse responsable, se prescinde de la culpa
o dolo por parte del agente.

2. ELEMENTOS

Aquellas circunstancias o condiciones de existencia normalmente necesarias y suficientes para


configurar el nacimiento en un determinado caso, de la obligación de reparar (base de la
responsabilidad civil). Al respecto, encontramos en doctrina diversas tendencias como son la
tendencia restrictiva que señala como elementos el hecho ilícito y la culpa; la tendencia extensiva,
que considera el hecho humano, ilicitud, culpa, daño, nexo causal, y la intermedia, donde
encontramos al daño, culpa y nexo causal.

Sin embargo, sobre este punto la mayoría de tratadistas coinciden en considerar como elementos:
el daño, antijuricidad, culpabilidad, nexo de causalidad e imputabilidad, los cuales analizaremos a
continuación.

2.1 Antijuricidad

Lo ilícito es aquello contrario a derecho. En la antijuricidad, también denominada por algunos


autores del derecho moderno hecho ilícito, existe una primera posición que asimila los términos
licito y legal, afirmando que es licito todo lo que no esta prohibido expresamente por la ley, e ilícito
lo que ella prohibe. otra posición, bajo una concepción mas amplia, entiende por ilícito lo que
excede el simple y limitado desacuerdo con la ley positiva. Sin embargo, hay hechos que la ley no
prohibe pero que son ilícitos. Como bien señalan algunos autores, la antijuricidad significa un juicio
de menosprecio hacia el ordenamiento jurídico por parte de una determinada conducta. Ha de
diferenciarse del concepto de culpa, que igualmente representa un juicio de valor el cual
necesariamente presupone una acción antijurídica, pero que versa acerca de si esa acción es
personalmente reprochable a su autor(2)

No basta que un acto no este prohibido expresamente por la ley, para afirmar su carácter de licito.
La ley no señala un criterio exacto de ilicitud, pero fija las siguientes Obligaciones: abstenerse de
toda violencia tanto a las cosas como a las personas, abstenerse de todo fraude (acto irregular y
doloso destinado a perjudicar a otra persona); abstenerse de todo acto que exija cierta fuerza o
habilidad que no es poseída en el grado requerido; y, ejercer una vigilancia suficiente sobre las
cosas peligrosas que se poseen, o personas que están bajo su guarda.

Bajo un aspecto formal, la injusticia es sinónimo de ilegalidad, entonces un daño es injusto cuando
es producto de la violación de una norma jurídica imperativa o prohibitiva. En el ámbito material, el
derecho no se agota en la ilegalidad entonces se integra el orden jurídico (otras fuentes de
derecho: buenas costumbres, moral, social, principios generales de Derecho). Desde el aspecto
objetivo, no se mira al agente sino a la víctima entonces hay daño injusto aunque existe
involuntariedad en el obrar o falta culpabilidad. Por lo tanto, decir que un acto es antijurídico es
igual que decir que es ilícito. Al respecto, los ilícitos propiamente dichos son aquellos actos cuya
ilicitud se configura porque el hecho en si mismo es contrario a la ley y causa daño a otro(3).

Entonces, podemos decir que la antijuricidad es sinónimo de ilicitud, donde acto ilícito es la
infracción a la ley que causa un daño a otro y que obliga a la reparación a quien resulte
responsable en virtud de imputación o atribución legal del perjuicio(4). Y en cuanto a la licitud, en
virtud de lo expuesto en el caso bajo análisis, se ha ocasionado un daño al realizar una actividad
licita: "conducir un vehículo".

2.2 Culpabilidad

La culpa en sentido amplio como elemento de la responsabilidad civil comprende los conceptos de
dolo y culpa (en sentido estricto y negligencia).
Se requiere que el sujeto sea capaz para que pueda incurrir en culpa.

En el campo de la responsabilidad extracontractual, cuando hablamos de culpa, nos estaremos


refiriendo a toda culpa, sin excepción alguna; la carga de la prueba le corresponde al autor del
daño, quien deberá probar la ausencia de culpa (dolo o culpa).

A continuación, revisaremos brevemente las modalidades de culpa:

* Culpa in concreto: (culpa subjetiva) análisis psicológico de la conducta del agente. Debe
comprender el entorno cultural y social que causó el daño, por lo tanto cada caso particular podrá
variar el concepto de culpa.

* Culpa in abstracto: abstraer el concepto de lo que es la culpa aplicable a todos los supuestos,
análisis jurídico - psicológico, estandares de conducta.

* Culpa in abstracto mas inversión de la carga de la prueba: es la que se utiliza en nuestro


ordenamiento jurídico. Producido el daño, el agraviado debe probar el dai;o y el nexo de
causalidad; el demandado debe demostrar la ausencia de dolo o culpa para quedar liberado.

* Teoría del riesgo creado: la persona que tiene un bien que le causa un beneficio pero existe un
riesgo por el uso de ese bien. Ejemplo el automóvil.

* Teoría de la distribución del riesgo: la sociedad asume el riesgo teniendo dos criterios: que se
debe distribuir el daño entre los que mas tienen, y distribuirlo entre todos en general sin interesar el
aspecto económico.

En cuanto al riesgo, decimos que es aquella contingencia o proximidad de un daño, y que el


automóvil genera una inseguridad material en las personas.

Como bien, nos referimos al automóvil, será un bien riesgoso. Un bien puede ser riesgoso por su
actividad o por su función, cuando se dice que una cosa crea un riesgo de dañosidad no se esta
afirmando que esta cosa fuera de todo uso - guardada en una garage o depositada en una
cochera- sea peligrosa, tal afirmación se presenta como absurda y vacía de todo sentido 1ógico. La
noción de cosa riesgosa implica una serie de connotaciones o si se prefiere, es relativa en la
medida en que se atiende a la cosa y sus circunstancias(5).

Al respecto nuestro Código Civil contiene la responsabilidad subjetiva en el articulo 1969, del cual
se desprende como requisitos del daño, la relación de causalidad (conducta del agente y el
resultado dañino, la víctima y el dolo - culpa), y en el artículo 1970 encontramos la teoría del riesgo
creado, es decir la teoría objetiva só1o aplicable a los casos del riesgo creado. El primero, utilizado
como fundamento legal en el caso bajo comentario, atribuyéndose al chofer de la empresa
demandada la culpa del accidente de transito.

Al respecto, hablamos de responsabilidad subjetiva cuando nos encontramos frente a hipótesis en


la que la obligación de resarcir se funda en el actuar voluntario del sujeto, que ha obrado con culpa
(lato sensu es decir dolo o culpa). Deben aquí presentarse todos los requisitos que la doctrina
clásica exige para que haya responsabilidad a saber: lº) obrar humano voluntario, 2º) antijuricidad
del obrar, 3º) resultado dañoso y 4º) vinculo de causalidad entre la consecuencia dañosa y el obrar
humano. Con respecto al obrar humano, aclaramos que debe darse el doble requerimiento de
imputabilidad y culpabilidad. La responsabilidad objetiva en cambio, se vincula cada hipótesis en
las cuales se prescinde de la culpabilidad e, incluso de la voluntariedad del obrar humano(6).

Las excepciones que nuestra legislación civil señala son tres; caso fortuito o fuerza mayor, hecho
determinante de terceros imprudencia de quien padece el daño, de los que mas adelante nos
encargaremos.
Producido un supuesto de responsabilidad extracontractual, sino estamos ante un supuesto de
creación del riesgo (bien o actividad) hay que demostrar la existencia de un daño, relación causal y
decir si es por dolo o culpa, no hay que probarlo, el demandado debe demostrar el descargo del
dolo o culpa (que obró diligentemente), y el mayor hecho determinante de un tercero. El
demandado debe demostrar caso fortuito, fuerza mayor, hecho determinante por un tercero o
imprudencia de quien padece el daño.

Por caso fortuito el Código Civil no hace distingo alguno, señalando que son fuerzas
extraordinarias, imprevisibles e irresistibles. En doctrina se entiende por caso fortuito (acto de Dios)
el hecho natural que impide el cumplimiento de la obligación (responsabilidad contractual) o que
genera un daño (responsabilidad extracontractual). No es una simple ausencia de culpa, sino que
una nueva causa interviene e interrumpe el nexo causal entre el presente autor del daño y el daño
mismo.

En el caso de imprudencia de la víctima, es el acto positivo por el cual normalmente debe preverse
que pueda tener consecuencias ilícitas (culpa por exceso), siendo la negligencia, la omisión de
precauciones requeridas para la salvaguarda del deber que incumbe al agente.

Sólo existirá la obligación de indemnizar el daño que constituye una consecuencia del hecho que
obliga a la indemnización. Dicho de otro modo es indispensable un nexo causal(7).

El dolo, es la comisión de un hecho ilícito intencional -intención de causar daño- que da origen a
reparación. Sus elementos son la conciencia del acto que se realiza y sus resultados, y la voluntad
de cumplir dicho acto y de perseguir con el mismo las consecuencias dañosas.

En la responsabilidad extracontractual, intención de causar un daño, a diferencia de la


responsabilidad contractual donde el daño tiene una connotación diferente, prevalece obtener un
beneficio y no causar un daño.

Por ultimo, la negligencia alude a que los hechos ilícitos pueden ser cometidos por omisión de
actitudes impuestas por un deber... culpa no intencional que consiste en no cumplir un acto que
habría debido cumplirse(8).

2.3 Nexo de causalidad

El daño debe ser consecuencia de una conducta antijurídica. Hay causa cuando una cosa ocurre
después de otra, de modo tal que sin la primera no se habría suscitado la segunda, como
establece el principio de causalidad, todo efecto tiene una causa.

Parafraseando a Mosset Iturraspe la relación causal es el nexo entre la acción humana y el


resultado acaecido... El derecho deberá extraer una de las condiciones (acción humana) para
demostrar si entre ella y el resultado existe una relación que justifique la imputación de esta al
sujeto actuante. La relación o nexo de causalidad es un elemento de la responsabilidad civil. Entre
el hecho dañoso que es una acción humana antijurídica y el daño su resultado debe siempre
mediar una relación de causal adecuada... vinculo que resulta indispensable para atribuir resultado
al accionar de un sujeto, lo cual nos brindara la autoría(9).

Entendiendo el vinculo de causalidad entre la culpa y el daño, ¿cuándo decir que un hecho es la
causa de un daño? Puede haber culpa sin nexo de causalidad y viceversa, pero la averiguación de
la culpa tiene por único resultado determinar si existe o no responsabilidad: cuando el acto es no
culposo, no puede exigirse responsabilidad; el nexo causal pretende determinar si existe la
responsabilidad cuando el daño no sea resultado de la culpa no ha lugar a reparación(10).

Teorías de la Causalidad:
Teoría de la universalidad: por la cual todos los hechos constituyen causa del daño, en menor o
mayor grado. Esta se aplicó hasta el ano l 95O, teniendo como aspecto negativo que nunca se
podía determinar la verdadera causa.

Equivalencia de causas o condiciones: son causas todos los hechos que están alrededor del daño,
todas las con causas preexistentes tienen el mismo valor, por lo tanto busca la "causa sine qua
non" (hechos cuya consecuencia no hubiera producido el daño). Esto trajo como consecuencia que
todos constituyan causa por igual al hecho dañoso.

Causa Próxima: busca determinar cual es la causa que esta mas próxima al daño, relación del
hecho del responsable y el daño.

Causa Adecuada: de todo el conjunto de condiciones el o los hechos que llevan "normalmente" a
ese resultado, aquello que es idóneo para causar ese daño. (1985 CC).

Hay dos conceptos que suelen confundirse: causalidad y culpabilidad, sin embargo es preciso
señalar que la causalidad es el aspecto objetivo mientras que la culpabilidad es el aspecto
subjetivo. En algunos países ante el choque las responsabilidades se neutralizan entre si, entonces
se analiza el caso conforme a las reglas de la culpa. Solo si aparece culpa irrefutable de una de las
conductas se justificaría la acción o cuando los daños de uno son considerablemente mayores que
los del otro.

En el presente caso, podríamos decir que el nexo de causalidad coincide con la conducta
imprudente del chofer de la demandada en virtud a lo que se puede apreciar de los argumentos de
ambas partes, no pudiendo atribuírsele caso fortuito ni fuerza mayor, por cuanto las condiciones
climatológicas eran características de la zona, y sobre todo por la velocidad en que conducía el
chofer del demandada.

Por su parte otros opinan que, es ilógico que el riesgo desaparezca y se vuelva a la culpa; la
existencia de dos riesgos no produce sino un doble riesgo pero no la eliminación del carácter
riesgoso intrínseco de los bienes o actividades.

2.4 Imputabilidad

Cuando nos referimos a imputabilidad nos preguntamos ¿para ser imputable hay que ser capaz?.
Y de ser así ¿tener capacidad de goce o de ejercicio?. Basta que el agente haya obrado con
discernimiento.

En responsabilidad extracontractual la regla de oro esta contenida en el art. 197S del CC. por la
cual no interesa si el que causa el daño es capaz, sino si actuó con discernimiento.

Posibilidad de atribuirle a alguien un hecho para que su situación jurídica varíe.

Subjetiva: se refiere al dolo o a la culpa (1969), basta referirse las consecuencias determinar las
condiciones mínimas para atribuirle un hecho a una persona a fin que soporte las consecuencias
jurídicas.

Objetiva: se refiere a la creación del riesgo, no se refiere a aspectos internos del agente, sino a
hechos concretos (1970).

II. EL Daño

Tradicionalmente se define el daño como disminución del patrimonio, sin embargo como veremos
mas adelante, ello resulta ser una definición incompleta.
Como requisitos del daño tenemos que este debe tener un interés jurídicamente protegido, sea por
leyes o principios: debe ser real (posible), cierto (que tenga que producirse efectivamente):
presente o futuro; en el caso de la responsabilidad extracontractual no se habla de daño directo o
indirecto, sino de las consecuencias de la acción u omisión. Ello tiene concordancia con la
denominada reparación integral, donde lo que se pretende es que se indemnice todo daño, de esta
nos ocuparemos mas adelante.

En el daño cierto debe haber certidumbre en cuanto a su existencia misma, sea presente o futura,
aunque no pueda ser determinable su monto en el momento de dictarse sentencia, entonces
diremos que cabe una indemnización. Por su parte, el daño incierto no es resarcible cuando no se
tenga ninguna seguridad de que el hecho dañoso vaya a existir en alguna medida, siendo só1o una
mera posibilidad. La certeza del daño futuro, no es sino la constatación de que el evento dañoso
impide al damnificado conservar para si y en el futuro, la satisfacción de un interés patrimonial de
que gozaba y que era de prever hubiera continuado satisfaciendo de no ocurrir aquel(11) "

El daño actual o presente es aquel que emana de un hecho ya acontecido, y que ha producido
todas sus consecuencias al momento de reclamar la indemnización.

En los danos futuros se presentan dos situaciones: el daño propiamente dicho, que es el que ha
ocurrido pero no las consecuencias dañosas naturales y ordinarias de estos se han iniciado al
momento de establecerse la demanda respectiva, aun cuando su existencia sea cierta. Todo daño
futuro es lucro cesante pero no viceversa. El otro supuesto es el daño eventual; que equivale al
daño no cierto; esta fundado en conjeturas o suposiciones, por lo que no es considerado como
daño para efectos de la responsabilidad extracontractual, donde al momento de reclamarse la
indemnización no se ha producido el hecho dañoso, só1o existiendo la amenaza.

El daño en sentido amplio se satisface simplemente con la ofensa o lesión de un derecho o de un


interés jurídico.... la obligación de reparar existe aunque la ilicitud no haya menoscabado los bienes
económicos de la persona perjudicada(12). En sentido especifico, daño es el menoscabo de
valores económicos o patrimoniales en ciertas condiciones (derecho material) o la lesión de bienes
extrapatrimoniales (daño moral).

Según el diccionario de la Real Academia Española el daño es la perdida, disminución o


menoscabo sufrido por un sujeto de derecho.

Al respecto, existen dos tesis, una primera que incluye en el concepto del daño a la antijuricidad y
la segunda con un simple hecho. En la primera, la noción de daño integra dos elementos con un
elemento de hecho; el perjuicio y un elemento de carácter jurídico, el atentado o la lesión de un
derecho. La segunda tesis, funda su posición en que no existe ningún fundamento para negar la
reparación a una persona que ha sido privada de una ventaja que gozaba so pretexto de que dicha
ventaja constituye un derecho, es decir "el daño como un simple hecho".

Danos causados por conductas licitas son aquellas que aparecen relacionadas con una conducta
permitida por el ordenamiento jurídico y respecto de norma responde en algunos casos con la
obligación de compensar(13).

1. CLASES

Cuando nos referimos a la clasificación del daño debemos considerar en primer termino el daño
patrimonial, moral, y a la persona.

El daño patrimonial o material se manifiesta en dos formas: daño emergente y lucro cesante.
Respecto al primero es la perdida, detrimento patrimonial efectivamente sufrido "damnum
emergens"; mientras que la segunda es la ganancia dejada de percibir o ganancia frustrada
"lucrum cessans", en ambos casos, puede alcanzar a la víctima en su patrimonio: excavaciones
practicadas para secar la fuente del vecino; en su persona física: accidente de locomoción culpa
cometida por un medico(14).

Hablando del lucro cesante y del daño emergente: Tanto en uno como en otro caso, hay un
empobrecimiento, una disminución patrimonial provocada como consecuencia del evento
dañoso(15), sin embargo lo que debe tomarse en cuenta es el interés que el bien dañado o
destruido satisfacía en la esfera patrimonial del damnificado que se reitera puede o no coincidir con
el valor objetivo del bien mismo(16).

El daño moral puede afectar bien en su honor, en su reputación, en su "patrimonio moral"(17) ; en


cambio en el daño a la persona este es un daño a la integridad física, en doctrina.

En este proceso, los daños demandados son exclusivamente materiales o patrimoniales, dentro de
los cuales encontramos las dos formas de daño emergente y lucro cesante. Dentro de los primeros
tenemos el caballo y el camión como tales, y dentro del segundo tenemos el lucro cesante de
ambos.

Al respecto, nos reservamos nuestra opinión para la parte final del presente.

Sin embargo, de haber resultado culpable el demandante hubiéramos estado ante un daño a la
persona, respecto a la muerte del chofer de la demandada, en el sentido de haberse atentado
contra su integridad física.

Hay un aspecto que es muy importante que merece ser tratado, nos estamos refiriendo a la perdida
de chance.

Esta es una situación donde hay un comportamiento antijurídico que ha interferido en el curso
normal de los acontecimientos, donde no puede saberse si el afectado habría obtenido cierta
ganancia o evitado cierta perdida. En doctrina se señala que cuando esta posibilidad de ganancia o
evitar la perdida es lo suficientemente fundada, esta frustración debe ser indemnizada, entonces la
frustración es propiamente de la chance.

Los requisitos de la perdida de chance son que el damnificado ha sido privado de participar en una
disputa, cotejo, sorteo, etc. De resultado incierto, por lo que para determinar su certeza tendría que
haber participado: y que la certeza se refiere a que estuvo impedido de participar. Para los efectos
del presente caso, a manera de ejemplo, estaríamos ante un supuesto de perdida de chance, si el
caballo Trapiche hubiera estado inscrito en un campeonato de caballos de paso próximo al
accidente, quedando su propietario con la interrogante de si hubiera ganado el mencionado
concurso o no. Esto no significa que no tengamos en cuenta el valor del caballo que muriera como
consecuencia del accidente como daño material, para efectos de la indemnización, tema que
trataremos a continuación.

2. INDEMNIZACION - VALORIZACION

La indemnización se dirige a evitar un justificado enriquecimiento, un beneficio del autor del daño...
resarcimiento se basa en el criterio de la función sancionatoria.(18) No todo resarcimiento del valor
constituye indemnización, esto tiene un relieve muy especial cuando por la perdida de un objeto se
ha de prestar resarcimiento(19).

Es importante señalar que la obligación de resarcir o resarcitoria es una deuda de valor, por cuanto
estando al principio de reparación integral, la indemnización tiende a restablecer el equilibrio
patrimonial que se ha roto en razón del perjuicio ocasionado, monto o quántum que se realiza en
dinero. Aquí surge una interrogante: la liquidación de este quántum ¿en qué momento debe
efectuarse?. Precisamente sobre este aspecto trataremos en esta parte del trabajo.
El texto que a continuación citamos será materia de comentario inmediatamente después,
conjuntamente con la temática del presente subcapítulo:

L'indemnization de la victime est, elle aussi, une fonction fondamentale de la responsabilitee; on ne


peut en douter, le probleme d'une indemnisation adequate, sinon exacte, est complique par
quelques-uns des problemes les plus difficiles et les plus obscures du droit moderne: le probleme
de la causalite et celui de la conjonction des dommages-interetes et des indemnites venant d'
autres sources(20).

Debemos precisar que el quantum es aquella suma de dinero, la medida de valor a reparar, por la
que uebe responder a una estimación de valores al momento de efectuar la liquidación.

Al respecto, cabe preguntamos en que momento debe efectuarse la liquidación, es decir el


momento en el cual debemos valuar el daño resarcible; es en el tiempo de la sentencia, puesto que
en virtud a la reparación integral, deben efectuarse y considerarse todos los reajustes necesarios
como dice Borell "lo 1ógico seria que la determinación del valor de la indemnización, fuera al
momento de cumplirse la sentencia ya que es en este momento en el que la reparación tiene
lugar(21).

La indemnización de la víctima es una función fundamental de la responsabilidad, el problema


suele ser la valoración de la medida del daño, denominada estimatio. Esta es efectuada por el Juez
de conformidad a una declaración de certeza sobre el valor comprometido. Así como hay
diversidad de danos, su valoración no puede ser igual, puesto que hay danos que se valoraran
para el futuro, por lo que su estimación se hará en un momento anterior a su producción.

Finalmente, podemos concluir señalando que la reparación persigue tres objetivos: a) componer el
daño o perjuicio que alguien ha sufrido en lo material o patrimonial; b) desagraviar o satisfacer al
ofendido; c) evitar un daño o perjuicio(22), siendo ello así, lo que se busca es restablecer algo a su
status anterior al hecho producido, dejando un vacío en el supuesto de que esto resulte imposible,
por lo que se deber procurar su aproximación.

CONCLUSION

De acuerdo a las pruebas actuadas en el proceso y a los fundamentos de la sentencia de primera


instancia, consideramos que no se ha probado fehacientemente la presencia del caballo Trapiche
en el camión el día del accidente, lo que nos lleva a sostener que el monto indemnizatorio fijado
por el Juez no estuvo de acuerdo a la realidad del caso. Es cierto que ello se debe en gran medida
a la desidia por parte de los juzgadores en pedir pruebas de oficio, que aunque no se encontraban
contempladas literalmente en nuestra legislación procesal derogada, nos referimos a la
exhumación de los restos del caballo, a nuestro parecer eran indispensable para comprobar si se
trataba o no de Trapiche. Ello trajo como consecuencia que en las tres instancias se sostuviera que
dentro de los danos sufridos por el demandante se considerara indefectiblemente a este "valioso"
caballo, pues se trataba nada más ni nada menos que de un pura sangre campeón de paso
peruano.

Al respecto, es importante señalar que pese a haberse demostrado la existencia de


responsabilidad por parte del chofer de la demandada, de acuerdo a los requisitos y elementos
expuestos en el presente trabajo, nuestra mayor discrepancia, en concordancia a lo expuesto
líneas arriba, versa sobre el quántum indemnizatorio, por cuanto se incluye un daño no probado y
probablemente no sufrido, lo que en buena cuenta resulta ser un enriquecimiento indebido por
parte del demandante.

En cuanto a la normatividad vigente contenida en nuestro Código Civil, a diferencia de lo que


sucede en otras legislaciones como la argentina, la regulación de la responsabilidad
extracontractual es muy general considerando aspectos tan cotidianos como son los accidentes de
tránsito (que tampoco estén regulados en normas especiales), tampoco profundiza los supuestos
de responsabilidad de los dependientes.

Finalmente, lo que acabamos de exponer complementa su fundamento, valga la redundancia, en


los escuetos fundamentos de las sentencias de vista y de la Corte Suprema, limitándose a los
criterios de prudencia y equidad sin entrar en detalles, y reformando solamente en cuanto al monto,
lo que una vez más comprueba la duda e inseguridad de pronunciarse respecto de los danos
realmente ocasionados.

Contribución a causar el daño. Corresponsabilidad (*)

(*) Esta Jurisprudencia se publicó en el Tomo N° 3 de Diálogo con la Jurisprudencia

Cuando el hecho de la víctima ha contribuido a causar el daño,o cuando también es responsable


del daño aquel que incita o ayuda a causarlo, corresponde al juez determinar el grado de
responsabilidad de acuerdo a las circunstancias.

Expediente 609-88

Corte Superior de Lima

Lima, primero de junio de mil


novecientos ochentiocho.-

VISTOS; interviniendo como Vocal ponente el señor Buendía Gutiérrez; y, CONSIDERANDO: que
conforme al artículo mil ciento cuarentiúno del Código Civil de mil novecientos treintiséis, aplicable
al caso por la época que sucedieron los hechos y el artículo mil novecientos setentiocho del Código
Civil vigente, establecen que cuando el hecho de la víctima ha contribuido a causar el daño, o
cuando también es responsable del daño aquél que incita o ayuda a causarlo, corresponde al
Juez determinarlo con

arreglo a las circunstancias; que el demandante ha sostenido relaciones sexuales con la esposa de
su hermano durante varios años, pese a ser él su sostén y benefactor, demostrando ingratitud y
conducta vil, se llega a la convicción que nada hubiese ocurrido de no mediar esa conducta; que
doña Claudina Dina Santos de De la Cruz ha sido sancionada a una pena privativa de la libertad y
también al pago de una suma simbólica por reparación civil a favor del denunciante, como se
aprecia de la sentencia de fojas ciento diecisiete dictada en su contra en la Querella por delito de
Calumnia que le

siguió don José Severiano de la Cruz: REVOCARON la sentencia apelada de fojas ciento
treinticuatro y siguiente, su fecha veintinueve de octubre último, que declara fundada en parte la
demanda de fojas treinticuatro y ordena que doña Claudina Dina Santos de De la Cruz pague a
don José Severiano Cruz Ramírez por toda indemnización la suma de seis mil intis, más intereses
legales; DECLARARON infundada la indicada demanda; la CONFIRMARON en lo demás que
contiene; sin costas; y los devolvieron.-

RUELAS TERRAZAS - LETURIA ROMERO - BUENDIA GUTIERREZ

EXP. Nº 1758-88 LIMA Corte Suprema de la República

Lima, seis de noviembre de mil novecientos noventa.-

VISTOS; con el acompañado; por sus fundamentos: declararon NO HABER NULIDAD en la


resolución de vista de fojas ciento cincuentidós, su fecha primero de junio de mil novecientos
ochentiocho, que confirmando en un extremo y revocando en otro la apelada de fojas ciento
treinticuatro, fechada el veintinueve de octubre de mil novecientos ochentisiete, declara infundada
la demanda; con lo demás que contiene; condenaron en las costas del recurso a la parte que lo
interpuso; en los seguidos por José Severiano Cruz Ramírez con Claudina Santos de De la Cruz,
sobre indemnización.- Interviniendo el doctor Gallegos Guevara de conformidad con el artículo
ciento veintitrés de la Ley Orgánica del Poder Judicial; y los devolvieron.-

ALVAREZ, RONDON, ROSAS, VALLEJO, GUEVARA

Daño moral (A)

El daño moral es el daño no patrimonial, pertenece más al campo de la efectividad que al campo
económico y produce una pérdida económica y afectación espiritual; no debe confundirse con el
carácter patrimonial de la obligación. Basta que se configure el menoscabo para ser factible de
indemnización; el dejar sin efecto el evento dañoso no enerva la obligación de reparar.

Casación 1070-95

AREQUIPA

Lima, trece de julio de


mil novecientos noventiocho.

La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia, en la causa vista en audiencia pública
el diez de julio del año en curso, emite la siguiente sentencia; con el acompañado:

1. MATERIA DEL RECURSO:


Se trata del Recurso de Casación interpuesto por don Zacarías René Linares Bustamante, contra
la sentencia de vista de fojas trescientos siete, su fecha treintiuno de agosto de mil novecientos
noventicinco, que revocando la apelada de fojas doscientos cuarenta, su fecha dieciséis de
diciembre de mil novecientos noventicuatro, declara infundada la demanda en todos sus extremos;
confirmándola en lo demás que contiene.

2. FUNDAMENTOS DEL RECURSO:


La Corte mediante resolución de fecha primero de diciembre de mil novecientos noventisiete ha
estimado procedente el recurso por la causal relativa a la interpretación errónea de los Artículos mil
trescientos veintiuno y mil trescientos veintidós, ya que el primero establece que queda sujeto a la
indemnización de daños y perjuicios quien no ejecuta sus obligaciones por dolo, culpa inexcusable
o culpa leve, habiéndose acreditado en autos que la demandada después de dos años de haber
concedido al accionante el derecho pensionario establecido por el Decreto Ley número veinte mil
quinientos treinta no puede de manera unilateral dejar sin efecto sus propias resoluciones, y con tal
actitud ha incurrido en negligencia inexcusable que le ha causado los daños y perjuicios que son
materia de la pretensión indemnizatoria y el segundo señala que el daño moral si es susceptible de
ser cuantificado económicamente, lo que ha sido corroborado por abundante jurisprudencia de la
Corte Suprema.

3. CONSIDERANDO:
Primero.- Que, en relación al agravio referido a la interpretación errónea del Artículo mil trescientos
veintiuno del Código Civil(1), dicho cargo no guarda conexión lógica con lo resuelto en la sentencia
recurrida, ya que el Colegiado, haciendo suyos los argumentos del a quo ha establecido que el
hecho de habérsele privado de seguir aportando al Sistema Nacional de Pensiones para poder
conseguir una pensión de cesantía y el habérsele privado de percibir remuneraciones
gratificaciones y bonificaciones que perciben los funcionarios de su nivel, constituyen supuestos
daños o perjuicios inexistentes, porque la no percepción de ellos, con motivo del retiro voluntario
del accionante, es una consecuencia lógica de haberse puesto fin al vínculo laboral que lo
relacionaba con la emplazada, sea cual fuere el régimen pensionario al que se acogió;
consecuentemente, aquí no se trata de la interpretación errónea de la acotada norma, sino en todo
caso de la normatividad laboral o de seguridad social, además de que la materia probatoria
relacionada con la existencia o no de los mencionados daños no son objeto de la causal alegada.
Segundo.- Que, en cuanto a la denuncia referida a la interpretación errónea del Artículo mil
trescientos veintidós(2), esta Corte ha establecido en múltiples ejecutorias que el acto por el que
una empresa, a partir de un ofrecimiento de parte de ella, incorpora a sus trabajadores a
determinado régimen pensionario del que luego los debe excluir, constituye un acto culposo
generador de una obligación de resarcimiento del daño que ocasionó, pues la empresa tenía la
obligación de asesorarse adecuadamente sobre las consecuencias de dicha incorporación antes
de inducir a sus trabajadores optar por dicho régimen.
Tercero.- Que, si bien es cierto que en doctrina se discute la reparación económica del daño
extrapatrimonial, aparece del texto de los artículos mil trescientos veintidós, mil novecientos
ochenticuatro y mil novecientos ochenticinco del Código Civil vigente(3), que el legislador optó por
dicha solución, decisión a la que debe atenerse el Juzgador conforme a los Artículos siete del
Título Preliminar del Código Procesal Civil(4), y siete del Título Preliminar del Código Civil.(5)
Cuarto.- Que, atendiendo a los nuevos lineamientos del derecho de daños, nuestro Código Civil ha
recogido una postura novedosa en su Artículo mil trescientos veintidós, en el que se estipula el
resarcimiento del daño moral cuando éste se hubiere irrogado en la inejecución de las
obligaciones.
Quinto.- Que, si bien no existe un concepto unívoco del daño moral, es menester considerar que
este es el daño no patrimonial inferido en derechos de la personalidad o en valores que pertenecen
más al campo de la efectividad que al de la realidad económica; en cuanto a sus efectos, es
susceptible de producir una pérdida pecuniaria y una afectación espiritual.
Sexto.- Que, esta noción debe adecuarse a la triple función que la doctrina contemporánea atribuye
al Sistema de Responsabilidad Civil, consistente en la función de reparación, de disuasión o
llamada también preventiva y la sancionatoria o punitiva; en este sentido, la reparación del daño
moral debe abarcar el proveniente del incumplimiento de cualquier obligación que se puede valorar
en función de la gravedad objetiva del menoscabo causado.
Sétimo.- Que siguiendo este criterio, el daño moral si es cuantificable patrimonialmente, aun
cuando su valuación sea difícil, desde que el interés del acreedor puede ser patrimonial o no,
cuestión que no debe confundirse con el carácter patrimonial de la obligación; el perjuicio que
experimenta el acreedor no es siempre de naturaleza patrimonial, aunque con menor frecuencia el
retardo o el incumplimiento pueden afectar otro género de derechos todavía más valiosos como es
el daño moral, que en opinión del jurista argentino Ramón Daniel Pizarro, constituye "aquella
modificación disvaliosa en la subjetividad del damnificado, que se traduce en un modo de estar
diferente y perjudicial al que tenía antes del hecho" (la Ley número mil novecientos ochentinueve-E
Sección Doctrina, Bs. As. mil novecientos ochentiséis página ochocientos treintidós).
Octavo.- Que, como es sabido la reparación en especie es la más idónea cuando se trata del daño
a una entidad patrimonial, sin embargo, pese a su capacidad reparativa origina problemas
prácticos cuando se trata de una entidad subjetiva como el daño moral, no obstante, de no poder
valorizarse en dinero este daño es necesario recurrir por criterios de equidad, al resarcimiento del
daño con el pago de un monto dinerario o en su defecto a través de otras vías reparatorias que las
circunstancias particulares del caso aconsejen al juzgador.
Noveno.- Que, en consecuencia, la sentencia recurrida ha estimado equivocadamente que el daño
moral expresado en términos económicos deje de ser tal; por lo que el criterio de juez sentenciante
se basa correctamente al condenar a la demandada por daño moral, en un quantum indemnizatorio
que se mide siempre, atendiendo a las pruebas que le han procurado convicción, por el daño en sí
mismo tomando en cuenta los parámetros que se evidencien por la gravedad objetiva del
menoscabo causado.
Décimo.- Que, el dolor, la pena, la angustia, la inseguridad, etc., son sólo elementos que permiten
aquilatar la entidad objetiva del daño moral padecido, el que se produce en un solo acto o en varios
pero que una vez presentados en el contexto fáctico ya son susceptibles de indemnizarse; por lo
que la interpretación errónea del numeral subexamine ha llevado a error al juzgador de concebir
que la resolución suprema que inaplica y mantiene el derecho pensionario latente de la recurrente
enerva el menoscabo moral que habría sufrido ésta.
Décimo Primero.- Que, atendiendo al daño moral sufrido por el accionante resulta pertinente fijar la
indemnización por dicho concepto de manera prudencial.

4. SENTENCIA:
Estando a las conclusiones a las que se arriba y de conformidad con el punto número uno del
Artículo trescientos noventiséis del Código Procesal Civil, declararon FUNDADO el Recurso de
Casación interpuesto por don Zacarías René Linares Bustamante y, en consecuencia, CASAR la
sentencia de vista de fojas trescientos siete, su fecha treintiuno de agosto de mil novecientos
noventicinco, y actuando como instancia de mérito CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas
doscientos cuarenta, su fecha dieciséis de diciembre de mil novecientos noventicuatro, que declara
fundada la demanda interpuesta por don Zacarías René Linares Bustamante, en el extremo que
solicita el pago de una indemnización por daño moral; la REVOCARON en el extremo que fija dicho
concepto en la suma de cinco mil nuevos soles; REFORMANDOLA la fijaron en ocho mil nuevos
soles; INTEGRANDOLA declararon INFUNDADA la demanda en todos los extremos referidos a la
indemnización por daños y perjuicios, y la CONFIRMARON en lo demás que contiene;
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo
responsabilidad. en los seguidos con la empresa Cementos Yura, Sociedad Anónima, sobre cobro
de daños y perjuicios; y los devolvieron.

SS. PANTOJA; IBERICO; ORTIZ; SANCHEZ PALACIOS

EL VOTO DEL S. CASTILLO LA ROSA SANCHEZ; es como sigue: CONSIDERANDO: 1º) Que el
Artículo mil trescientos veintiuno del Código Civil sienta las bases o requisitos para la
indemnización por los daños producidos en la inejecución de las obligaciones, daños que pueden
ser materiales (emergente o lucro cesante) o morales; 2º) Que esa base fáctica necesaria surge
cuando el inejecutante, ha actuado con dolo o culpa, debiendo entenderse como dolo cuando
deliberadamente no se ejecuta la obligación, conforme lo establece el Artículo mil trescientos
dieciocho del Código Civil; 3º) Que en el caso de autos la inejecución de la obligación la materializó
la demandada en forma deliberada al haber acordado el Directorio de la Empresa Cemento Yura
Sociedad Anónima separarlo al demandante, del régimen pensionario de la Ley número veinte mil
quinientos treinta el veintinueve de diciembre de mil novecientos noventicuatro; 4º) Que la
obligación dejada de ejecutar desde esa fecha, es el que había surgido en el acuerdo colectivo del
treinta de abril de mil novecientos noventa, como consecuencia de las decisiones del Directorio
indicado, del veintisiete de junio de mil novecientos ochentinueve y doce de enero de mil
novecientos noventa conforme al cual se le incorporó al actor con el carácter permanente al
régimen de la ley indicada, acorde con las disposiciones legales que regían entonces y porque se
otorgó el incentivo de esa incorporación si renunciaban al cargo como medio de racionalizar el
personal de la empresa, eliminando a los servidores excedentes siendo del caso anotar que desde
más de un año antes del acuerdo colectivo indicado, ya la empresa lo había incorporado a ese
régimen por acuerdo de Directorio, conforme surge de la copia de las boletas de pago del sueldo
presentadas en que se descuenta de su haber el aporte al fondo pensionario de la Ley número
veinte mil quinientos treinta y resolución particular expresa a su favor del veintisiete de junio de mil
novecientos ochentiocho; 5º) Que conforme a la Resolución Gerencial del tres de mayo de mil
novecientos noventa (fojas dos) cuando renunció se le reconocen veintiocho años seis meses de
servicios y al pago de una pensión nivelable de acuerdo con la Ley número veintitrés mil
cuatrocientos noventicinco, que se dejó sin efecto unilateralmente; 6º) Que la demanda se refiere al
lucro cesante, lo que habría dejado de percibir de acuerdo con el régimen pensionar lo que le
corresponde, lo que debe apreciarse equitativamente sólo en lo que le significaría como aumento
de pensión; 7º) Que la doctrina ha establecido que el daño moral debe ser indemnizado, para lo
que recurre a este razonamiento: Que si bien, dado el carácter psicológico y sentimental de ese
daño no puede ser compensado con pagos económicos, sin embargo el pago indemnizatorio en
dinero por ese concepto, significa un lenitivo a la depresión o sufrimiento, criterio éste que recoge
el Artículo mil trescientos veintidós del Código Civil, empero en este juicio no está debidamente
demostrado ese daño que debe exceder a la contrariedad y mortificación que es invívita cuando se
ve insatisfecho el derecho del acreedor, a consecuencia de la inejecución de la obligación de su
deudor; por estos fundamentos y habiéndose interpretado erróneamente los Artículos mil
trescientos veintiuno y mil trescientos veintidós del Código Civil, sobre los hechos constatados en
la sentencia recurrida de fojas trescientos siete; MI VOTO es porque SE CASE esta sentencia de
vista, se revoque la sentencia apelada de fojas doscientos cuarenta en cuanto declare
exclusivamente la indemnización por daño moral, REFORMANDOLA ésta, se declare fundada en
parte la demanda y que Cementos Yura Sociedad Anónima pague como indemnización al actor por
el daño inferido con la inejecución de sus obligaciones, la suma de quince mil soles.

Lima, tres de agosto de mil novecientos noventiocho.

S. CASTILLO L.R.S.

Denuncia calumniosa (A)

Para pretender una indemnización por responsabilidad civil derivada de denuncia calumniosa, es
indispensable la existencia del dolo civil o negligencia inexcusable en caso de ausencia de
razonabilidad en la denuncia.

Expediente 2837-88 La Libertad.

EJECUTORIA SUPREMA

Lima, veintiséis de junio de mil novecientos noventiuno.

VISTOS; con los acompañados; y CONSIDERANDO: que, la demanda de fojas catorce


sustanciada en la vía de menor cuantía, se sustenta en una pretensión jurídica basada en lo
dispuesto por el artículo mil novecientos ochentidos del Código Civil en vigencia(1), cuando el
agente dañoso ha formulado denuncia ante autoridad competente atribuyéndole la comisión del
hecho punible a sabiendas de su falsedad o sin motivo razonable para ello; que en consecuencia,
el dolo civil en la denuncia, o la negligencia inexcusable en el caso de la ausencia de razonabilidad
en la misma, son elementos necesarios para la constitución de la responsabilidad civil
extracontractual demandada en la presente causa; que, como aparece de fojas veintiuno del
acompañado principal penal que se tiene a la vista, el cinco de setiembre de mil novecientos
ochenticinco el demandado procedió a denunciar a los demandantes ante la autoridad competente
imputándoles la comisión de delito contra el patrimonio en la modalidad estafa, siendo
recepcionada la denuncia por el Fiscal Provincial en lo Penal correspondiente, quien la formaliza
ante el Juzgado de Instrucción correspondiente, procediéndose a dictar a fojas veinticuatro el
correspondiente auto apertorio de instrucción; que, si bien es cierto que dicha causa penal quedó
extinguida por el medio de defensa deducido por los entonces inculpados, hoy demandantes, ello
no determina que la denuncia penal adoleciese de falsedad ni mucho menos que no hubiera
razonabilidad en la misma, desde que fue acogida por el titular de la acción penal y el juez
instructor correspondiente, elementos que enervan la ausencia de razonabilidad en la imputación
criminal que da lugar a la presente acción indemnizatoria, por lo que estando la presente causa
fuera del supuesto de hecho del artículo mil novecientos ochentidos del Código Civil en el que se
sustenta, la misma resulta infundada a tenor de lo previsto en el artículo trescientos treintiocho del
Código de Procedimientos Civiles; declararon HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas
doscientos treintisiete, su fecha veinticinco de julio de mil novecientos ochentiocho, en la parte
materia de recurso, que confirmando la apelada de fojas noventicuatro, fechada el diez de
noviembre de mil novecientos ochentisiete, declara fundada en parte la demanda interpuesta a
fojas catorce; reformando la resolución recurrida y revocando la de primera instancia; declararon
INFUNDADA la demanda; sin costas; en los seguidos por don Luis Alberto Quiroz Castillo y otra
contra el Banco Central Hipotecario del Perú, Sucursal de Trujillo, sobre indemnización de daños y
perjuicios; y los devolvieron. - S.S. - MENDEZ O. - MARTOS B.

SILVA V. - PANTOLA R. - BACA -


Se publicó conforme a ley.

BERNARDO DEL AGUILA PAZ


Secretario General de la Corte Suprema

Determinación del monto indemnizatorio

La fijación del monto indemnizatorio no puede limitarse a la suma de dinero solicitada


nominalmente en la demanda, pues aquella puede resultar irrisoria por factores diversos como la
devaluación monetaria. La indemnización, por tanto, debe fijarse en función de parámetros que
permitan mantener actualizado el valor del dinero.

Expediente 1898-91

Lima, veintiséis de diciembre de


mil novecientos noventiuno.-

VISTOS; interviniendo como vocal ponente el señor Aréstegui Canales; por sus fundamentos y
CONSIDERANDO: que estando acreditado el daño que le ha causado al demandante, los daños y
perjuicios irrogados deben ser resarcidos prudencialmente; que la fijación del monto indemnizatorio
no puede limitarse al señalamiento de la suma de dinero que aparece fijada nominalmente en la
demanda de fojas tres, variada a fojas quince y que por el transcurso del tiempo y la devaluación
monetaria ha devenido diminuta, pues resulta ofensivo al sentimiento de Justicia, que por un hecho
de esa naturaleza, derivado de la culpa del demandado se ordene el pago de ciento cincuenta intis
millón, monto que no cubre adecuadamente el valor del daño material producido al inmueble, por lo
que actualizarlo de oficio no constituye un pronunciamiento ultra petita que produzca la nulidad de
la sentencia; que el sentimiento de Justicia que fluye del aforismo jurídico "Suum cuique Tribuere"
(dar a cada cual lo que es suyo) resulta defraudado evidentemente, con la grave consecuencia de
crear insatisfacción en el agraviado, frustracción y pérdida de confianza en la Justicia por parte de
la Nación, todo lo cual alienta la explicación y justificación de la violencia que afecta al Perú y que
es necesario evitar; que la doctrina y Jurisprudencia de otros países que han sido afectados igual
que el nuestro por problemas inflacionarios, han resuelto estos reclamos desde la perspectiva de
entender que estas pretensiones constituyen "obligaciones de valor", las que se explican de la
siguiente manera: "Cuando la inflación se agudiza, el dinero pierde sus funciones económicas más
importantes, deja de ser el signo universal del valor para convertirse en una ridícula caricatura... la
aplicabilidad del principio nominalista no puede ser invocada en el ámbito de las obligaciones de
valor que ya en ellas el dinero no debe considerarse como el objeto propio de los valores, por lo
que no podrá mantenerse la identidad formal de tales valores cuando la moneda haya sufrido
alteraciones en su poder adquisitivo... corresponde propiciar el reajuste en el cumplimiento de las
deudas contractual y extracontractual, la expropiación, las prestaciones alimentarias y de previsión
y las situaciones jurídicas similares en que medie obligación de restituir... (Enrique Carlos Banchio,
Obligaciones de Valor, Edición Lerner, mil novecientos sesenticinco-Buenos Aires); que si no
aceptáramos el distingo entre deudas de valor y deudas de dinero (pues lo cierto es que la Doctrina
no la admite pacíficamente) necesariamente tendríamos que concluir con el profesor Argentino
Alberto Spota que "...debemos desprendernos de este distingo. Si dejamos de lado todo ello y
afrontamos directamente el problema desde el punto de vista de la Justicia, de la equidad, yo creo,
entonces, que llegamos a la solución que más satisface las exigencias de la conciencia jurídica en
esta materia"; que además, para fijar el monto indemnizatorio actualizado debe evaluarse el valor
reclamado por el demandante al momento de interponerse la demanda, comparándolo con algún
parámetro de actualización, por lo que para el caso tomamos como parámetro de referencia el
valor de una moneda que mantiene valor de cambio constante como lo es el dólar americano; que
la suma indemnizatoria a señalar debe cubrir necesariamente el daño ocasionado en su totalidad,
en el afán no sólo de emitir un fallo justo, sino de hacer reflexionar al demandado para que actúe
con más cuidado, respetando el derecho ajeno y tome conciencia de que todos debemos actuar
diligentemente en nuestra conducta diaria, cumpliendo con el precepto del Derecho que Justiniano
nos enseña "Alterum non Laedere" (no causar daño a nadie); CONFIRMARON la sentencia de
fojas setentidos, su fecha tres de junio del año en curso, en la parte que declara fundada la
demanda de fojas tres, ampliada a fojas quince y en consecuencia que don Julio Berrospi Figueroa
abone al actor por toda indemnización una suma de dinero; la REVOCARON en cuanto el monto,
el que fijaron en trescientos cincuenta nuevos soles; la CONFIRMARON en lo demás que contiene;
y los devolvieron.

ZEGARRA CHAVEZ
ROMERO DIAZ
ARESTEGUI CANALES
DNWCH.

Determinación del monto indemnizatorio: no puede reducirse el monto indemnizatorio invocándose


causal de exoneración (A) (*)

(*) Esta Jurisprudencia se publicó en el Tomo N° 18 de Diálogo con la Jurisprudencia

El supuesto de exención de responsabilidad contemplado en el artículo 1972 del Código Civil, no


puede ser aplicado para reducir el quantumindemnizatorio, pues éste se determinará atendiendo a
lo que dispone el artículo 1985 del mismo cuerpo civil, el cual contiene los aspectos que debe
tenerse en cuenta para establecer el monto de la indemnización por responsabilidad
extracontractual.

Casación 2003-98

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

Demandante : María Antonieta Wong Cuadra de Sulem


Demandado : El Pacífico Peruano-Suiza Compañía de Seguros y Reaseguros y otro.
Asunto : Indemnización
Fecha : 25 de febrero de 1999

La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, en la causa vista en


audiencia pública en la fecha del año en curso, emite la siguiente sentencia:

1. MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por doña María Antonieta Wong Cuadra de Sulem
contra la resolución de vista fojas quinientos nueve, su fecha diez de junio de mil novecientos
noventiocho, expedida por la Sala de Procesos Abreviados y de Conocimiento de la Corte Superior
de Justicia de Lima, que confirma la apelada de fojas cuatrocientos, su fecha cinco de diciembre de
mil novecientos noventisiete, en cuanto declara fundada en parte la demanda de indemnización; y
la revoca en el extremo que dispone que Expreso Internacional Ormeño Sociedad Anónima y El
Pacífico Peruano Suiza Compañía de Seguros y Reaseguros, paguen la indemnización en forma
solidaria por un monto de quinientos mil nuevos soles, más intereses legales; reformándola en
dicho extremo dispusieron que las comandadas paguen la suma de ocho mil dólares, conforme a la
Póliza de Seguros número cero cero quinientos dos y que Expreso Internacional Ormeño Sociedad
Anónima, pague además como exclusivo responsable la suma de cuarenta mil nuevos soles más
intereses legales, desde la ocurrencia del hecho; con los demás que contiene.

2. FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

La Sala Suprema mediante resolución del veintiuno de setiembre de mil novecientos noventiocho,
ha estimado procedente el Recurso de Casación por la causal de aplicación indebida(1) del
Artículo mil novecientos setentidós del Código Civil(2), por cuanto los supuestos contenidos en
dicha norma sirven sólo para exonerar la responsabilidad indemnizatoria, por ende tal dispositivo
no resulta aplicable para sustentar jurídicamente la reducción o disminución el
quantumindemnizatorio, además que dicha norma no contempla dentro de sus supuestos la
realidad económica del país ni el peligro de trastornar el desarrollo y existencia de la empresa
privada, por lo que el Colegiado debió ceñirse únicamente a aplicar lo previsto en los Artículos mil
novecientos setenta(3) y mil novecientos ochenticinco(4) del Código Civil.

3. CONSIDERANDO:

Primero.- Que, la recurrente acusa la aplicación indebida del Artículo mil, novecientos setentidós
del Código Civil, por cuanto la de vista ha aplicado dicha norma para revocar el extremo que fija el
monto de la indemnización dispuesta por la sentencia de primera instancia; que los supuestos
contenidos en dicha norma sirven sólo para exonerar la responsabilidad indemnizatoria, por ende,
tal dispositivo no resulta aplicable para sustentar jurídicamente la reducción o disminución del
quantumindemnizatorio, además dicha norma no contempla dentro de sus supuestos la realidad
económica del país ni el peligro de trastornar el desarrollo y existencia de la empresa privada, por
tanto el Colegiado debió ceñirse únicamente a aplicar lo previsto en los Artículos mil novecientos
setenta y mil novecientos ochenticinco del Código Civil.

Segundo.- Que, la sentencia de vista en su primer considerando establece que "la responsabilidad
extracontractual objetiva(5) se imputa por el uso de un bien riesgoso, como evidentemente es un
vehículo automotor, y más un ómnibus conduciendo pasajeros, siendo posible enervarla usando
los presupuestos previstos en el Artículo mil novecientos setentidós del Código Civil"; que de su
segundo considerando, se advierte que ha aplicado contrariamente el supuesto de exención de
responsabilidad referido al hecho determinante de un tercero, al señalar que tal aspecto debe servir
para establecer "el quantum de la indemnización", razón por la cual revoca el extremo de la
sentencia apelada que fija el monto indemnizatorio.

Tercero.- Que, el Artículo mil novecientos setentidós del Código Civil, cuya indebida aplicación se
acusa, establece que en los casos del Artículo mil novecientos setenta, el autor no está obligado a
la reparación cuando el daño fue consecuencia de caso fortuito o de la imprudencia de quien
padece el daño, siendo que el Artículo mil novecientos setenta establece la responsabilidad por
daño mediante bien o actividad riesgosa o peligrosa(6).

Cuarto.- Que, la indemnización debe estimarse considerando los conceptos previstos en el Artículo
mil novecientosochenticinco del Código Civil, que determinaquéaspectos comprende la
indemnización(7), no resultando aplicable el Artículo mil novecientos setentidós del Código
Sustantivo, para efecto de sustentar la determinación del quantumde la indemnización, como lo
hace equivocadamente la resolución recurrida.

Quinto.- Que, en consecuencia, al expedirse la resolución impugnada se ha incurrido en la causal


de aplicación indebida del Artículo mil novecientos setentidós del Código Civil.

4. SENTENCIA:

Estando a las consideraciones que anteceden, la Sala Civil de la Corte Suprema; declara
FUNDADO el Recurso de Casación interpuesto por doña María Antonieta Wong Cuadra de Sulem;
en consecuencia CASARON la resolución de vista de fojas quinientos nueve, su fecha diez de junio
de mil novecientos noventiocho; y, actuando como sede de instancia, CONFIRMARON la apelada
de fojas cuatrocientos, su fecha cinco de diciembre de mil novecientos noventisiete que declara
fundada en parte la demanda, en consecuencia, que las demandadas Expreso Internacional
Ormeño Sociedad Anónima y El Pacífico Peruano Suiza Compañía de Seguros y Reaseguros
paguen solidariamente a la demandante por todo concepto indemnizatorio la suma ascendente a
quinientos mil nuevos soles, más intereses legales devengados desde la fecha en que se produjo
el daño, con costas y costos; en los seguidos con la Empresa de Transportes Expreso
Internacional Ormeño Sociedad Anónima, y otro, sobre indemnización;

ORDENARON se publique la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo


responsabilidad; y los devolvieron.

SS. PANTOJA; IBERICO; RONCALLA; OVIEDO de A.; CELIS.

Ejercicio regular de un derecho (A)

La denuncia por hechos que hagan presumible la comisión de un delito importa el ejercicio regular
de un derecho, aunque se absuelva al inculpado, a no ser que la denuncia se haga a sabiendas
que la imputación es falsa o hay ausencia de motivos razonables.

Expediente 594-95

CUSCO

Lima, trece de marzo de mil


novecientos noventiséis.-

VISTOS; con los acompañados; por sus fundamentos pertinentes; de conformidad con lo
dictaminado por el Señor Fiscal; y CONSIDERANDO: que, sólo trae el recurso la parte demandada
como es de verse de fojas trescientos sesentiocho; que, la demanda de indemnización de daños y
perjuicios y daño moral se sustenta en tres supuestos: la denuncia penal por delito de peculado, la
negativa del demandado a reponer al actor en su cargo y la hostilidad en su centro laboral; que, la
denuncia por hechos que hagan presumible la comisión de un delito importa el ejercicio regular de
un derecho a tenor de lo dispuesto por el artículo mil novecientos setentiuno del Código Civil,
aunque se absuelva al inculpado, a no ser que la denuncia se haga a sabiendas que la imputación
es falsa o hay ausencia de motivos razonables; que, en autos ha quedado acreditado que el siete
de julio de mil novecientos ochentiocho se produjo la sustracción de dos millones cuatrocientos
setenta mil novecientos sesenticinco intis con cuatro céntimos, de la Oficina de Custodia y
Provisión de Fondos Públicos de la entidad demandada y que se hallaban a cargo del actor, hecho
que fue puesto en conocimiento de la autoridad competente para la individualización del agente
autor del ilícito penal; que, no se ha probado en autos la existencia de actos del demandado
susceptibles de adecuarse a los supuestos establecidos en el artículo mil novecientos ochentidos
del Código Civil(1) ; que, en cuanto a la reposición materia del proceso laboral que se tiene a la
vista, por las circunstancias y por la forma en que acontecieron los hechos, no se halla
comprendido en las disposiciones relativas a los actos ilícitos del derecho común sino a las
provenientes de la relación laboral de despido, y que concluyó con su reposición en virtud de la
resolución Judicial recaída en dicho proceso; por estas razones: declararon HABER NULIDAD en
la sentencia de vista de fojas trescientos sesenticinco, su fecha ocho de mayo de mil novecientos
noventicinco en cuanto revocando la apelada de fojas doscientos treintisiete de fecha doce de
diciembre de mil novecientos noventicuatro, manda que la demandada pague al demandante la
suma de cinco mil nuevos soles por concepto de indemnización; reformando la primera y
revocando la segunda en este extremo, declararon IMPROCEDENTE la demanda; declararon NO
HABER NULIDAD en lo demás que contiene y es materia de alzada; en los seguidos por don
César Augusto Pacheco Sarco con el Banco de la Nación y otro, sobre indemnización de daños y
perjuicio; y los devolvieron.-

SS. ROMAN; REYES; VASQUEZ


ECHEVARRIA; URRUTIA
Ejercicio regular de un derecho: improcedencia

No procede la indemnización de daños y perjuicios contra quien ha denunciado a una persona


atribuyéndole la comisión de un hecho punible, salvo que se proceda a sabiendas que la
imputación es falsa o no haya motivo razonable; en caso contrario se trata del ejercicio regular de
un derecho.

Expediente 664-95

ICA

Lima, quince de marzo de mil novecientos noventiséis.

VISTOS; con el acompañado; y CONSIDERANDO: que conforme se establece en el artículo mil


novecientos ochentidós del Código Civil, sólo corresponde exigir indemnización de daños y
perjuicios contra quien a sabiendas de la falsedad de la imputación o de la ausencia de motivo
razonable, denuncia ante autoridad competente a alguna persona, atribuyéndole la comisión de un
hecho punible; que en el caso de autos, no concurren los presupuestos enunciados en el artículo
antes citado, por cuanto en definitiva la Corte Suprema de la República, por resolución de fojas
ochocientos treinticuatro del acompañado ha declarado prescrita la acción penal materia de la
denuncia, por lo tanto no existe pronunciamiento respecto de la comisión del delito ni a la
culpabilidad de los denunciados; que a mayor abundamiento, de las sentencias pronunciadas, a
fojas setecientos treintiséis del expediente penal acompañado ha quedado establecido que ha
existido el delito, así como se ha individualizado a los responsables, que precisamente por
impugnación de ellos, es que fue de conocimiento de la Corte Suprema; que siendo así, resulta de
aplicación al caso de autos lo dispuesto en el inciso primero del artículo mil novecientos setentiuno
del Código Civil; declararon HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas ciento noventa, su
fecha cinco de junio de mil novecientos noventicinco, que revocando la apelada de fojas ciento
sesenticinco, su fecha veintinueve de marzo del mismo año, declara fundada la demanda de fojas
quince; REFORMANDO la primera y REVOCANDO la segunda, declararon INFUNDADA dicha
demanda; sin costas; en los seguidos por Ascanio Ramos Sotelo con Gustavo Angeles Desme
sobre indemnización y los devolvieron.

SS.
ROMAN
REYES
VASQUEZ
ECHEVARRIA
URRUTIA

Fijación del monto por responsabilidad extracontractual

La fijación del monto por responsabilidad extracontractual debe limitarse, cuando el hecho culposo
se debió a la actividad indebida de la víctima.

Expediente 573-97

Sala Nº 1

Resolución Nº 5

Lima treinta de octubre de mil novencientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como Vocal ponente la señora Hidalgo Morán por sus fundamentos; con el
expediente penal que se tiene a la vista; y CONSIDERANDO además: Primero.- Que de los autos
pedidos se desprende que la demandante no se constituyó en parte civil en el proceso penal
seguido por delito culposo contra la vida, el cuerpo y la salud; Segundo.- Que de la prueba actuada
en los presentes autos, cuanto de la que fluye de los pedidos, queda claro que el factor
predominante en la ocurrencia del evento ha sido la actividad indebida desplegada por el occiso,
por lo que obviamente la fijación del monto por responsabilidad extracontractual debe limitarse
porque la participación de los demandados en el fatal evento fue provocado por la víctima;
Tercero.- Que, sin embargo, tampoco puede negarse que la conducción de un vehículo automotor
importa un riesgo que debe ser evitado por todos los medios; quedando sujeto en caso de
intervenir en un evento como el objeto de análisis a responder por las consecuencias de su acción
culposa; Cuarto.- Que no se acredita que los demandados hubieran cubierto los efectos del
accidente, por lo que corresponde elevar el monto fijado; por tales fundamentos: CONFIRMARON
la sentencia apelada de fojas noventa, su fecha catorce de febrero de mil novecientos noventisiete,
que declara fundada en parte la demanda; la REVOCARON en cuanto fija el monto a abonar por
los demandados en la suma de Tres Mil Nuevos Soles; REFORMANDOLO lo fijaron en Cinco Mil
Nuevos Soles que deberán abonar en forma solidaria con descuento de lo que acrediten haber
abonado por concepto de reparación civil; la CONFIRMARON en lo demás que contiene; y los
devolvieron; en los seguidos por Fabiana Jesusa Antúnez de Cusinga con Eduardo Manuel
Suasnabar Ruiz y otra, sobre Indemnización.

S.S.
SAEZ PALOMINO
HIDALGO MORAN
CASTILLO VÁSQUEZ

Ilicitud del acto

La calificación respecto a la ilicitud de un acto es una cuestión de iure. Si bien es cierto, que la
determinación objetiva respecto a que si un hecho probado, es causa adecuada de otro hecho
probado, encierra una actividad lógica jurídica por la que se determina si éstas se encuentran
dentro del supuesto hipotético del artículo mil novecientos ochenticinco del Código Civil. No es
susceptible de recurrirse dicho agravio en casación cuando para ello se tuviera que volver a
merituar la prueba actuada en el proceso.

Casación 1076-95

LA LIBERTAD

Lima, veinticinco de octubre de


mil novecientos noventiséis.-

La Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, en la causa vista en audiencia pública el veintitrés de
octubre del año en curso, emite la siguiente sentencia; con los acompañados:

1.- MATERIA DEL RECURSO; Se trata del recurso de casación interpuesto por don Benito
Quiñones Soles y doña Elosa Kong García de Quiñones contra la sentencia de fojas ciento
setentinueve, su fecha treintiuno de octubre de mil novecientos noventicinco, que confirmando la
sentencia apelada de fojas ciento treintidós, su fecha cuatro de setiembre de mil novecientos
noventicinco, que declara infundada la demanda sobre indemnización por daños y perjuicios
interpuesta por los recurrentes contra el Banco de Crédito del Perú Sucursal Trujillo, con lo demás
que contiene.

2.- FUNDAMENTO DEL RECURSO: La Corte mediante resolución de fecha ocho de mayo del
presente, ha estimado procedente el recurso de casación por la causal invocada por los
recurrentes relativa a la aplicación indebida del inciso primero del artículo mil novecientos
sesentinueve del mismo cuerpo legal basado en la afirmación que el ejercicio de una acción
cambiaria haciendo abuso de un pagaré firmado en blanco no puede considerarse como el
ejercicio regular de un derecho, estimando que la ilicitud de un acto es una cuestión de iure
susceptible de ventilarse en casación.

3.- CONSIDERANDO:

PRIMERO: Que, la demanda obrante de fojas treinta a cuarentiuno, subsanada a fojas cuarentitrés
contiene una pretensión indemnizatoria derivada de haberse frustrado la compra de un tractor
derivado a su vez del hecho que el Banco de Crédito de Trujillo le había iniciado una acción de
pago de soles conducente al cobro de un pagaré llenado dolosamente.

SEGUNDO: Que, de la fundamentación de la apelada cuyos fundamentos son recogidos por la de


vista se puede concluir que se ha establecido como hechos acreditados y por lo tanto no
susceptibles de ser revisados en vía de casación los siguientes: a) que los demandantes
gestionaban un crédito con la empresa CARDAN para la compra de un Tractor; b) que esta última
empresa reconsidera otorgarle el Crédito solicitado por los actores; c) que el Banco de Crédito
Sucursal Trujillo inició una acción judicial de pago de soles que perseguía el cobro de un pagaré; d)
que dicha acción fue declarada improcedente; e) que en dicha acción si bien se solicitó la ejecución
de una medida cautelar sobre un terreno de propiedad de los demandantes que debía servir de
garantía en la compra del tractor, ésta nunca se llegó a ejecutar.

TERCERO: Sirven también de fundamento para la resolución impugnada el haberse considerado


en virtud a los hechos enumerados que no se ha demostrado que existe nexo causal entre el
hecho que se hubiera interpuesto una acción contra los demandantes y el hecho que se hubiera
reconsiderado el crédito a su favor; y que no se puede atribuir una conducta dolosa al Banco de
Crédito Sucursal Trujillo por que ni de la declaración de improcedencia de la acción ejecutiva ni de
la prueba actuada en el proceso fluye que hubiera habido tal conducta dolosa o culposa y que
dicha entidad actuó en el ejercicio regular de un derecho.

CUARTO: Que si bien es cierto la calificación respecto a la ilicitud de un acto dañoso, es decir
sobre si dicho acto se produce como producto del ejercicio regular de un derecho es en esencia
una cuestión de iure, para la determinación de la existencia de la responsabilidad civil
extracontractual deben concurrir además otros requisitos tales como la prueba de la existencia del
daño, de la acción u omisión que lo produce, y la existencia de una relación de causalidad entre el
hecho y el daño.

QUINTO: Que, la Corte Suprema en reiteradas ejecutorias se ha pronunciado respecto a que la


interposición de una demanda judicial constituye el ejercicio regular de un derecho, pues es en el
proceso respectivo en el que se va a determinar si la pretensión contenida en la demanda se ajusta
a derecho.

SEXTO: Que, la sentencia recaída en el proceso sobre pago de soles seguido entre las partes que
falla declarando la improcedencia de la acción ejecutiva no contiene por su naturaleza un
pronunciamiento de fondo sobre la existencia o no de la deuda puesta a cobro.

SETIMO: Que, de la sentencia recurrida fluye que en ella se ha considerado como un hecho
probado que en el proceso acompañado no se ejecutó la medida de embargo ordenada,
considerando que apunta a la inexistencia de un vínculo causal entre el perjuicio materia de
demanda y el hecho que supuestamente lo motiva.

OCTAVO: Que, si bien es cierto que la determinación objetiva respecto a que si un hecho probado
es causa adecuada de otro hecho probado encierra una actividad de lógica jurídica por la que se
determina si éstos se encuadran dentro del supuesto hipotético contenido en la norma del artículo
mil novecientos ochenticinco del Código Civil, no es suceptible de recurrirse de este agravio en vía
de casación cuando para ello se tuviera que recurrir a merituar la prueba actuada en el proceso
para llegar a una conclusión distinta a la arribada en la recurrida, pues nuestra legislación procesal
no recoge la violación indirecta de la ley por error en la apreciación de la prueba.

4.- SENTENCIA:

Estando a las conclusiones a las que se arriba y actuando como Organo Resolutivo, se declara
INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por don Benito Quiñones Soles y doña Eloisa
Kong García de Quiñones y, en consecuencia, NO CASA la sentencia de fojas ciento setentinueve,
su fecha treintiuno de octubre de mil novecientos noventicinco, que confirmando la sentencia
apelada de fojas ciento treintidós, su fecha cuatro de setiembre de mil novecientos noventicinco,
declara Infundada la demanda sobre indemnización por daños y perjuicios interpuesta por los
recurrentes contra el Banco de Crédito del Perú Sucursal Trujillo, con lo demás que contiene;
CONDENARON a los recurrentes al pago de la multa de dos Unidades de Referencia Procesal, y
de las costas y costos originados en la tramitación del recurso; DISPUSIERON la publicación de
esta resolución en el Diario Oficial «El Peruano», bajo responsabilidad; en los seguidos por don
Benito Quiñones Soles y otra con el Banco de Crédito del Perú-Sucursal Trujillo, sobre
indemnización; y los devolvieron.-

SS.
RONCALLA
REYES
VASQUEZ
ECHEVARRIA
BACIGALUPO

María Julia Pisconti D.


Secretaria.

Indemnización

No obstante no existir disposición leal que prohíba la actualización de una indemnización, no se


justifica que una cantidad, apenas seis meses de establecida, se actualice.

Expediente 2418-98

Sala Nº 3

Lima, veintitrés de junio de mil novecientos noventiocho.

AUTOS Y VISTOS: Interviniendo como Vocal ponente el señor Alvarez Guillén; por sus
fundamentos; ATENDIENDO: además: Primero.- Que, no obstante no existe disposición legal que
prohiba la actualización de una indemnización, debe tenerse en cuenta las circunstancias que
impulsan su petitorio y las que tienen que ver con la situación económica del país, esto para evitar
se prolonguen indeterminadamente los procesos; Segundo.- Que, en el caso de autos, la sentencia
de vista que fija la indemnización se expidió el treintiuno de diciembre de mil novecientos
noventisiete no justificándose que se actualice una cantidad apenas meses de ser establecida; por
lo que CONFIRMARON la resolución apelada de fojas treinticinco, de fecha dieciséis de abril de mil
novecientos noventiocho, que declara Improcedente la actualización que se solicita toda vez que la
sentencia emitida por el Superior Tribunal constituye cosa juzgada; debiendo procederse por
secretaría de conformidad con lo dispuesto por el artículo trescientos ochentitrés del Código
Procesal Civil, en los seguidos por Sergio Cardenal Montesinos con Oscar Eduardo Cáceres
Velásquez sobre indemnización.

SS. QUIROS AMAYO / FERREYROS PAREDES / ALVAREZ GUILLEN


Indemnización: actualización del monto

La moneda es una medida de valor que tiende a recomponer el patrimonio del acreedor,
colocándolo en la misma situación en que se encontraba al momento de la producción del daño;
por ello, si la moneda se deprecia, el monto debido debe ser corregido hasta el momento del pago
efectivo.

EXPEDIENTE 1236-90

LIMA

Lima, veinticuatro de marzo de mil novecientos noventitrés.-

VISTOS; con el acompañado; de conformidad en parte con el dictamen del Señor Fiscal; y
CONSIDERANDO: que, en general, el no extremar las precauciones que en cada caso concreto
requieran el uso de armas de fuego, será siempre imprudente, porque el natural peligro que implica
un artefacto de esta especie se convierte en peligro racional ilícito, cuando de manera imprecavida
es utilizado; que en casos como el de autos el Estado responde por los daños causados porque a
él le toca entre otras funciones tutelares, el resguardo de la vida y la salud de las personas; que el
hecho de haberse expresado los montos indemnizatorios en sumas determinadas de dinero, no les
hace perder su calidad de obligaciones de valor, puesto que el resarcimiento deriva de una relación
extracontractual, en la que el daño causado se encuentra en conexión con el acto ejecutado por el
responsable y en tal virtud la reparación es integral y plena; que en este tipo de obligaciones,
cuando es menester proceder a su apreciación pecuniaria, la moneda constituye sólo una medida
de valor que tiende a recomponer el patrimonio del acreedor colocándolo en la misma situación en
que se encontraba al tiempo del nacimiento de la obligación; que por ello, si la moneda se
deprecia, el monto debido tiene que ser corregido hasta el momento del pago efectivo: declararon
NO HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas trescientos veintiocho, su fecha diecinueve
de abril de mil novecientos noventa, en cuanto revocando la apelada de fojas doscientos
sesentisiete, su fecha quince de marzo de mil novecientos ochentiocho, declara FUNDADA la
demanda interpuesta a fojas quince; declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de vista en
la parte que fija la indemnización de quinientos mil intis que el demandado deberá pagar a cada
uno de los demandantes José Aquino Eradio Placencia León y Alipio Velásquez Pretell, y un millón
de intis a cada uno de los demandantes Rosalina Inga Manique, Silvana Reyes Falla y Teresa
Marina Pérez Inti; REFORMANDOLA en este extremo; FIJARON en la suma de nuevos soles que
representan setecientos diecisiete dólares americanos, al tipo de cambio, valor de venta del día del
pago, para cada uno de los dos primeros y en la suma de nuevos soles que representen mil
doscientos treinticuatro dólares americanos, al tipo de cambio, valor de venta el día del pago, para
cada uno de los tres últimos, más los intereses legales, en cada caso, desde la fecha en que se
produjo el daño; declararon NO HABER NULIDAD en lo demás que contiene y es materia del
recurso; en los seguidos por Felícita Silverio Vásquez y otros con el Supremo Gobierno sobre
indemnización por daños y perjuicios; y los devolvieron.-

SS. URRELLO; MENDOZA; ALMENARA; LANDA; RONCALLA

Indemnización: alcances (A)

La indemnización por responsabilidad extracontractual, comprende las consecuencias que deriven


de la acción u omisión generadora del daño, incluyendo el lucro cesante, y el monto indemnizatorio
devenga intereses legales desde la fecha en que se produjo el daño.

Expediente 865-89 JUNIN.

EJECUTORIA SUPREMA
Lima, treinta de setiembre de mil novecientos noventiuno.

VISTOS; con el acompañados por sus fundamentos y CONSIDERANDO: Que, la indemnización


por responsabilidad extracontractual comprende las consecuencias que deriven de la acción u
omisión generadora del daño, incluyendo el lucro cesante, el daño a la persona y el daño moral
cuando existe, como ocurre en el caso de autos, una relación de causalidad adecuada entre el
hecho y el daño producido, devengando el monto indemnizatorio intereses legales desde la fecha
en que se produjo el daño, al tenor de lo prescrito en el artículo mil novecientos ochenticinco del
Código Civil(1) ; declararon HABER NULIDAD en la sentencia de vistas de fojas doscientos
setentitrés, su fecha dos de marzo de mil novecientos ochentinueve, en cuanto confirmando la
apelada de fojas doscientos treintinueve, su fecha treinta de setiembre de mil novecientos
ochentiocho, declara fundadas en parte las demandas acumuladas de fojas once y ciento
setentiuno y ordena que los demandados Empresa de Transporte Unidos del Centro, Sociedad
Anónima, y don Pedro Alejandro Poma Salazar paguen la suma de un millón de intis a doña
Emercinda Camarena Castillo viuda de Yaringaño y quinientos mil intis a don Roberto Yaringaño
Camarena; reformando la primera y revocando la segunda en estos extremos: declararon
FUNDADAS las referidas demandas y fijaron en diez y cinco nuevos soles el monto de las
indemnizaciones que los nombrados demandados deberán pagar en forma solidaria a favor de
doña Emercinda Camarena Castillo viuda de Yaringaño Camarena y Roberto Yaringaño
Camarena, respectivamente, las que devengarán intereses legales a partir del once de setiembre
de mil novecientos ochenticinco, fecha en que se produjo el accidente; declararon NO HABER
NULIDAD en lo demás que contiene y es materia de recurso; interviniendo el doctor Roncalla de
conformidad con el artículo ciento veintitrés de la Ley Orgánica del Poder Judicial, y los devolvieron
en los seguidos por doña Emercinda Camarena Castillo viuda de Yaringaño con Empresa de
Transporte Unidos Del Centro Sociedad Anónima y otro, sobre indemnización. - S.S. - NUGENT -
BELTRAN - CASTILLO - URRELLO RONCALLA.- Se publicó conforme a ley.

SYLVIA ASTETE BENAVIDES Sub-Secretaria General de la Corte Suprema

Indemnización: criterios

La indemnización debe fijarse prudencialmente con criterio de equidad, de manera que el monto
indemnizatorio no constituya un enriquecimiento indebido del autor con el consiguiente perjuicio
económico a la parte demandada.

Expediente 47-1-97

Resolución Nº 5

Lima, treinta de mayo de mil novecientos nonventisiete.

VISTOS; interviniendo como Vocal ponente el señor Sáez Palomino; con los acompañados; por
sus fundamentos; y CONSIDERANDO: Primero.- Que consta en autos correspondencias entre
Julio Pacheco Torres en su condición de Gerente General de la Cooperativa de Producciones
Especiales Santo Domingo Limitada y Hoteles Helvéticos Sociedad Anónima, respecto a la
facturación sobrevalorada en los servicios prestados por la Cooperativa y el reconocimiento
expreso de ésta así como un formal compromiso de pago de la suma cobrada en demasía;
Segundo.- Que estas correspondencias, tienen fechas inmediatamente anteriores a la denuncia
penal de quince de noviembre de mil novecientos noventiuno, formulada por la Empresa Hotelera
ante la Fiscalía Provincial de Lima contra el citado Julio Pacheco Torres por los delitos de
apropiación ilícita y estafa, denuncia que efectúa en su condición de agraviada, no obstante que,
conforme al referido compromiso de pago la Cooperativa de Servicios venía realizando pagos en
un monto que de los ciento setentidós mil siete soles oro, reclamados por la accionante, quedaba
un saldo de cuarentidós mil setecientos ochentiún soles oro al once de noviembre de mil
novecientos noventiuno, como se aprecia en el documento de fojas cincuentiséis y cincuentisiete,
de lo que se infiere que Hoteles Helvéticos Sociedad Anónima actuó indebidamente al formular tal
denuncia; Tercero.- Que la indemnización debe fijarse prudencialmente con criterio de equidad de
manera que el monto indemnizatorio no constituya un enriquecimiento indebido del autor y
consiguiente perjuicio económico a la parte demandada; además de que en el caso de autos no se
ha cuantificado los daños sufridos: CONFIRMARON la sentencia de fojas trescientos cuarentiocho,
su fecha diecisiete de julio de mil novecientos noventiséis que declara Fundada en parte la acción
de fojas tres, y en consecuencia, ordena que la demanda debe abonar a favor del actor la suma de
cinco mil nuevos soles por concepto de indemnización de daños y perjuicios, más los intereses
legales; con lo demás que contiene; y los devolvieron. En los seguidos por Julio Alfonso Pacheco
Torres contra Hoteles Helvéticos Sociedad Anónima, sobre indemnización de daños y perjuicios.

S.S.
CARRION LUGO
SAEZ PALOMINO
MEDEL HERRADA

Indemnización: daño derivado de delito culposo (A)

Si la parte agraviada no se ha constituído en parte civil en el proceso penal, tiene expedito su


derecho de cobro de daños y perjuicios derivados de un delito culposo, en la vía civil. El monto de
la indemnización mandada abonar en la vía penal se deducirá de la suma fijada en el proceso civil
por cobro de daños y perjuicios derivados de un delito.

Expediente 429-84 Arequipa

Lima, primero de octubre de mil novecientos ochenticuatro.

VISTOS; con el acompañado; por los fundamentos de la sentencia apelada; y CONSIDERANDO:


que no habiéndose la agraviada constituido en el proceso penal como parte civil y tratándose de un
daño causado por hecho culposo, tiene expedito su derecho para exigir el pago del monto
indemnizatorio en la vía civil, conforme a lo dispuesto en el artículo mil ciento treintiséis del Código
Civil(1) ; que el monto indemnizatorio por un mismo daño causado, es único, por lo que procede se
deduzca de la suma mandada pagar la ya recibida, por la misma causa, en el proceso penal:
declararon HABER NULIDAD en la resolución de vista de fojas ciento seis, su fecha quince de
febrero del presente año, en la parte materia del recurso, que revocando la apelada de fojas
ochentisiete, fechada el cuatro de julio de mil novecientos ochentitrés, declara improcedente la
demanda; reformando la de vista, confirmando la de primera instancia, que declara fundada la
demanda y ordena el pago de la suma de seis millones de soles por concepto de daños y perjuicios
por parte de los demandados en forma solidaria a favor de los actores, con deducción de la suma
de seiscientos mil soles recibidos en el proceso penal; con costas; en los seguidos por don
Gerónimo Medina Mendoza y otra con don Carlos Alfaro Bacigalupo y otra sobre daños y
perjuicios; interviniendo el doctor Tarazona Espinoza, de conformidad con el artículo ciento
veintitrés de la Ley Orgánica del Poder Judicial; y los devolvieron.-

S.S. DOIG B., CHOCANO MARINA, ALFARO A., DELGADO V., TARAZONA E.

Indemnización: daño Moral

El daño moral no repercute directamente en el patrimonio, sino que lesiona bienes jurídicos como
la vida, la salud, la honra, los sentimientos, los afectos, es decir afecta bienes inmateriales cuya
reparación debe traducirse en una indemnización pecuniaria.
Debe ampararse la demanda sobre indemnización si no se ha dado cumplimiento al servicio
turístico exprofesamente contratado, generando con ello molestias que ha tenido que vivir el
accionante en un país extranjero al que precisamente había viajado para descansar y gozar de un
solaz esparcimiento.

Expediente 19-7-97

14º Juzgado Civil de Lima.

Resolución Nº cuatro.

Lima, ocho de abril de mil novecientos noventisiete.

VISTOS: Interviniendo como Vocal ponente el señor Medel Herrada: por sus fundamentos, y
CONSIDERANDO además: Primero.- Que la operatividad empleada por la codemandada respecto
al servicio turístico ofertado, no es el usual ni el más conveniente, dada la naturaleza de este tipo
de negocios, desde que se le encarga al propio receptor del servicio efectuar la cancelación de lo
contratado; Segundo.- Que la negativa de parte del hotel contratado para recibir el cheque y carta,
enviada por la co-demandada utilizando al propio cliente, ha significado que no se le dé el servicio
exprofesamente contratado y que el propio cliente se vea obligado para lograr hospedaje a abonar
una suma que no tenía por qué desembolsar y que de no haberla tenido en ese momento le habría
generado mayores problemas y angustias de las ya vivenciadas por irresponsabilidad de Global
Reps, molestias que ha debido vivir en un país extranjero al que precisamente había viajado para
descansar y gozar de un solaz esparcimiento; Tercero.- Que siendo ello así resulta incontrovertible
la existencia de daño moral, el que no repercute directamente en el patrimonio, sino, que lesiona
bienes jurídicos como la vida, la salud, la honra, los sentimientos, los afectos, es decir afecta
bienes inmateriales cuya reparación debe traducirse en una indemnización pecuniaria; Cuarto.-
Que a mayor abundamiento, la devolución por la codemandada de lo abonado en el hotel por la
demandante, nos lleva a concluir que efectivamente se dieron los presupuestos para imputar
responsabilidad a la codemandada Global Reps: CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas
ciento treinticinco a ciento cuarentiuno, su fecha treinta de setiembre de mil novecientos
noventiséis, que declara FUNDADA en parte la demanda respecto a Global Reps e INFUNDADA
en relación a Viajes Escorpio Empresa Individual de Responsabilidad Limitada, y ordena que
Global Reps al pago de mil novecientos dólares americanos o su equivalente en moneda nacional,
por concepto de daño moral; con lo demás que contiene; en los seguidos por Carmen Luz Marina
Quiroz Vallejos y otro contra Viajes Escorpio y otro sobre Indemnización; MANDARON remitir copia
de esta sentencia y de la sentencia de primera instancia a INDECOPI y, a la Dirección General de
Turismo, con el fin que estas instituciones ejerzan las atribuciones que por ley les corresponde; y
los devolvieron.-

SS.
AHON CASTAÑEDA
SAEZ PALOMINO; MEDEL HERRERA

Indemnización: denuncia policial

La denuncia policial que genera un proceso penal, no constituye ejercicio abusivo de un derecho
sino el ejercicio regular de éste, por lo tanto no genera responsabilidad extracontractual.

Expediente N-149-97

Sala Nº 1

Lima, treintiuno de julio de mil novecientos noventisiete.


VISTOS; interviniendo como Vocal ponente el señor Aguirre Salinas; con los acumulados y el
cuaderno de excepción que se agregaron; por sus fundamentos pertinentes; y CONSIDERANDO:
Primero.- Que, la parte accionante no ha apelado del extremo de la sentencia que desestima la
demanda interpuesta contra el demandado Hugo Munares Donayre, razón por la cual carece de
objeto resolver la apelación interpuesta por este último contra la resolución de fecha veintinueve de
agosto pasado obrante de fojas ciento sesenta a ciento sesentiuno, que desestima la excepción de
falta de legitimidad para obrar del demandado deducida por él mismo; Segundo.- Que, en cuanto al
fondo del asunto, debe tenerse en consideración que, con las copias de fojas seis a catorce se
acredita que la asociación codemandada formuló denuncia penal contra los actuales demandantes
por delito contra la fe pública, y que dio origen al proceso penal que culminó absolviéndolos;
Tercero.- Que, de la sentencia que en copia obra de fojas nueve a once, confirmada mediante
resolución copiada de fojas trece fluye que, el juez consideró que si bien en dichos autos existió
"abundante documentación aportada por la parte presuntamente perjudicada, su incertidumbre
genera la duda, la misma que de acuerdo al principio in dubio pro reo, es favorable a los
acusados"; Cuarto.- Que, por tanto la absolución de los actuales accionantes no fue por no
haberse demostrado fehacientemente la inocencia de éstos sino por falta de prueba contundente;
Quinto.- Que, en consecuencia la denuncia policial que generó el proceso penal no constituyó el
ejercicio abusivo de un derecho, sino por el contrario fue en ejercicio regular del derecho de la
asociación codemandada; por cuyas razones: REVOCARON la sentencia apelada de fecha seis de
febrero pasado obrante de fojas doscientos nueve a doscientos once, en el extremo que declara
fundada en parte las demandas y ordena que la asociación Pro-compra de terreno Los Topacios
pague a los accionantes la suma de dos mil dólares americanos por concepto indemnizatorio; con
lo demás que contiene y es materia de la alzada; REFORMADOLA DECLARARON INFUNDADA la
demanda en dicho extremo; sin costos ni costas; notificándose; y los devolvieron.

S.S.
CARRION LUGO
HIDALGO MORAN
AGUIRRE SALINAS

Indemnización: denuncia policial. Ejercicio irregular

Cuando el ejercicio del derecho a denunciar se hace irregular es indemnizable. Es irregular cuando
se hace a sabiendas de la falsedad de las imputaciones o cuando no existía motivo razonable para
denunciar.

Expediente 163-97

Sala Nº 1

Vigésimo Sexto Juzgado Civil de Lima

Lima, doce de junio de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como Vocal Ponente la señora Gastañaduí Ramírez; por sus fundamentos,
y, CONSIDERANDO además: Primero.- Que si bien existe impunidad frente a los daños
autorizados por ley, siendo una de las hipótesis para ello el ejercicio legítimo del derecho de
denunciar a quien creemos que ha causado un delito en nuestro perjuicio, siempre que ese
ejercicio sea ejercido regularmente; Segundo.- Que la denuncia es indemnizable cuando el
ejercicio del derecho a denunciar se hace irregular, el mismo que conforme a lo previsto en el
artículo mil novecientos ochentidós del Código Civil es irregular cuando se hace a sabiendas de la
falsedad de las imputaciones o cuando no existía motivo razonable para denunciar; Tercero.- Que
en el caso de autos habiendo existido otros procesos judiciales entre las partes originados del
contrato de mutuo que la demandante suscribiera con el esposo de la demandada en la que ésta
no interviniera acredita que los hechos expuestos por la demandada no eran falsos y que sus
motivos eran atendibles, aunque no ameritaran la existencia de un proceso penal en su contra. Por
tales fundamentos, CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas ciento ochenticuatro a ciento
ochentiséis su fecha treinta de diciembre último que declara infundada la demanda de fojas catorce
a veinte subsanada a fojas veinticuatro. Y los devolvieron en los seguidos por Irene Benites
Bayona con María Muratta Centeno sobre indemnización.

S.S.
SAEZ PALOMINO
BETANCOURT BOSSIO
GASTAÑADUI RAMIREZ

Indemnización: descargo del dolo o culpa

Tratándose de responsabilidad extracontractual, el descargo por falta de dolo o culpa corresponde


a su autor.
Si el daño causado no ha sido determinado con precisión, el monto indemnizatorio debe fijarse
prudencialmente.
La inhabilitación del abogado no puede perjudicar el derecho del justiciable, tanto más si ésta no
fue comunicada oportunamente a efecto que pudiera contar con los servicios de otro letrado.

Expediente 347-97

Sala Nº 4

Lima, dieciséis de julio de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como Vocal Ponente la doctora Aranda Rodríguez; por sus fundamentos
pertinentes y CONSIDERANDO: Primero.- Que conforme se aprecia de autos el codemandado don
Pablo Javier Echevarría Bardales no ha interpuesto recurso de apelación contra la sentencia
dictada en autos por lo que dicha sentencia ha quedado firme respecto al indicado codemandado;
Segundo.- Que con arreglo a lo dispuesto por el artículo mil novecientos sesentinueve del Código
Civil tratándose de responsabilidad extracontractual, el descargo por falta de dolo o culpa
corresponde a su autor, no habiendo el codemandado don Roberto Ernesto Echevarría Bardales
desvirtuado el proceder culposo que se le imputa; Tercero.- Que sin embargo el monto
indemnizatorio debe ser fijado con criterio prudencial toda vez que el daño causado no ha sido
determinado con precisión, teniéndose en cuenta además que de acuerdo al Certificado Médico
que en copia corre a fojas sesentinueve la incapacidad para el trabajo del demandante fue de
cincuenta días, no habiéndose probado que haya estado impedido de trabajar durante ocho meses
como afirma en su demanda de fojas setentitrés; Cuarto.- Que de otro lado la inhabilitación del
abogado del demandante según la constancia de fojas ciento cuatro no puede perjudicarle el
derecho de éste, tanto más si ésta no fue comunicada oportunamente a efecto que el justiciable
pudiera contar con los servicios de otro letrado, por lo que la nulidad deducida a fojas doscientos
cinco por el codemandado don Roberto Ernesto Echevarría Bardales deviene en infundada:
CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas ciento setenta a ciento setentitrés, su fecha
veintisiete de diciembre de mil novecientos noventiséis, que declara Fundada en parte la demanda
de fojas setentitrés a ochenta y ordena que Roberto Ernesto Echevarría Bardales y Pablo Javier
Echevarría Bardales paguen al demandante en forma solidaria por concepto de indemnización por
daños y perjuicios en su agravio una suma de dinero; REVOCARON la sentencia en cuanto al
monto mandado pagar el que fijaron en la suma de cuatro mil nuevos soles; con lo demás que
contiene; Hágase saber y devuélvase al Juzgado de origen.

S.S.
ERREYRA VILDOZOLA; ARANDA RODRIGUEZ; LAMA MORE
Indemnización de daños y perjuicios: inversión de la prueba - fallos opuestos (C) (*)

(*) Esta Jurisprudencia se publicó en el Tomo Nº 19 de Diálogo con la Jurisprudencia

Aza Riva, Arturo

El presente comentario está referido a dos Ejecutorias casatorias expedidas por la Sala Civil
Transitoria de la Corte Suprema de la República, que, no obstante recaer en causas que se
sustentan en hechos idénticos, han sido resueltas de manera contradictoria. Tres de los vocales de
la referida Sala intervinieron en ambas resoluciones, votando de manera distinta en cada una. El
comentario del autor se formula en ejercicio del derecho previsto por el inciso 20 del artículo 139 de
la Constitución Política, que franquea el análisis y crítica a las sentencias judiciales.

Casación 2722-98-Lima

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

Demandante : Banco Central de Reserva del Perú


Demandados : Ita del Rosario Amayo Martínez Jorge Víctor Battistini del Águila
Asunto : Restitución de dinero
Fecha : 19 de mayo de 1999 04 de octubre de 1999
CAS. 2722-98-Lima

Lima, diecinueve de mayo de mil novecientos noventinueve.-

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LAREPÚBLICA , vista


la causa número dos mil setecientos veintidós- noventiocho, en Audiencia Pública de la fecha y
producida la votación con arreglo a Ley emite la siguiente sentencia; MATERIA DEL RECURSO:
Se trata del recurso de casación interpuesto al Banco Central de Reserva del Perú mediante
escrito de fojas ochocientos diecinueve, contra la sentencia emitida por la Sala de Procesos
Abreviados y de Conocimiento de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas ochocientos
catorce, su fecha nueve de julio de mil novecientos noventiocho, que confirmando la apelada de
fojas setecientos dieciocho, su fecha diez de diciembre de mil novecientos noventisiete, declaró
infundada la demanda; FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Que, concedido el recurso de casación
a fojas ochocientos veintiocho, fue declarado procedente por resolución de fecha veintiséis de
noviembre de mil novecientos noventiocho; por los incisos segundo y tercero del artículo
trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil sustentada en: a) La inaplicación del artículo mil
novecientos sesentinueve del Código Civil; y b) La infracción de los artículos ciento noventiséis y
ciento noventisiete del Código Procesal Civil, basadas ambas articulaciones en que la carga de la
prueba le correspondía a la demanda, porque el descargo por falta de dolo o culpa corresponde a
su autor y se considera que el recurrente no ha probado el daño, cuando en los casos de
responsabilidad extracontractual la prueba se invierte; CONSIDERANDO: Primero: Que, para que
proceda la indemnización por daños y perjuicios, por la responsabilidad extracontractual que
establece el artículo mil novecientos sesentinueve del Código Civil se necesitan dos requisitos: a)
Que exista un daño y b) Que el autor del daño haya actuado con dolo o culpa; Segundo: Que,
dicho artículo también señala que el descargo por falta de dolo o culpa corresponde a su autor;
Tercero: Que, esto también supone que la prueba del daño corresponde a la supuesta víctima;
Cuarto: Que, en este caso, las sentencias inferiores han establecido que el demandante no ha
probado el daño, por lo que no puede haber lugar a una indemnización por daños y perjuicios,
siendo irrelevante si ha existido dolo o culpa de la presunta autora; Quinto: Que, por las razones
expuestas y no presentándose las causales de los incisos segundo y tercero del artículo
trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, declararon: INFUNDADO el recurso de casación
de fojas ochocientos diecinueve interpuesto por el Banco Central de Reserva del Perú, no casar la
sentencia de vista de fojas ochocientos catorce de fecha nueve de julio de mil novecientos
noventiocho, CONDENARON al recurrente al pago de las costas y costos originados en la
tramitación del recurso, así como a la multa de dos unidades de referencia procesal;
DISPUSIERON que la presente resolución se publique en el diario oficial "El Peruano", bajo
responsabilidad; en los seguidos por el Banco Central de Reserva del Perú con Ita del Rosario
Amayo Martínez sobre restitución de dinero y otro; y los devolvieron.-

EL VOTO SINGULAR DEL SEÑOR CASTILLO LA ROSA SÁNCHEZ ES COMO SIGUE


..................................................................................................................................

CONSIDERANDO: Primero: Que, la comisión de un delito lleva consigo necesariamente la


reparación civil porque es consustancial a la comisión de un ilícito penal, el daño sea material o
moral;Segundo: Que, la demandada Ita del Rosario Amayo Martínez fue condenada a la pena
privativa de libertad de un daño y al pago de la reparación civil de trescientos nuevos soles,
sentencia en la cual ella se conformó, como es de verse de las copias presentadas a fojas
setecientos veinticinco con posterioridad a la expedición de la sentencia del Juez Penal; Tercero:
Que, esta prueba no fue admitida ni denegada por la Corte Superior, menos aún el cuadro analítico
presentado por el Banco Central de Reserva del Perú como anexo de la demanda del que surge
que ella fue ascendida de analista a analista profesional con aumento de sueldo en virtud de los
títulos falsificados que presentó; Cuarto: Que, esta omisión del examen de pruebas y valoración de
las mismas evidentemente afectan el debido proceso por infracción de los artículos ciento
noventiséis y ciento noventisiete del Código Procesal Civil, en que funda la causal amparada por el
inciso tercero del artículo trescientos ochentiséis del Código Adjetivo; en consecuencia siendo
fundada esta causal del recurso de casación que trae consigo la nulidad de la sentencia de vista,
deviene en innecesario pronunciarse sobre la causal de inaplicación del artículo mil novecientos
sesentinueve del Código Civil; Quinto: Por estos fundamentos MI VOTO es porque se declare:
FUNDADO el recurso de casación por la casual de contravención de normas que garantizan el
derecho a un debido proceso; en consecuencia se declare NULA la sentencia de vista expedida
por la Sala Civil superior de Procesos Abreviados y de Conocimiento y se ORDENE expedir nueva
sentencia con arreglo a Ley; en los seguidos por el Banco Central de Reserva del Perú con Ita del
Rosario Amayo Martínez sobre restitución de dinero y otro.-

Casación 1332-98-Lima

Lima, cuatro de octubre de mil novecientos noventinueve.-

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LAREPÚBLICA: Vista


la causa número mil trescientos treintidós-noventiocho; en la Audiencia Pública del trece de octubre
de mil novecientos noventiocho, y producida la votación con arreglo a ley; emite la siguiente
sentencia: MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto por el Banco
Central de Reserva del Perú, por escrito de fojas cuatrocientos cincuentinueve, contra la resolución
de vista de fojas cuatrocientos cincuentisiete, su fecha veintiséis de marzo de mil novecientos
noventiocho emitida por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que
confirmando la sentencia apelada de fojas cuatrocientos trece, su fecha treinta de julio de mil
novecientos noventisiete, declara infundada la demanda de fojas diecinueve; FUNDAMENTOS
DELRECURSO : El recurrente invoca los incisos segundo y tercero del artículo trescientos
ochentiséis del Código Procesal Civil denunciando la inaplicación de una norma de derecho
material y la contravención de normas que garantizan el derecho a un debido proceso;
CONSIDERANDO: PRIMERO: que, el recurso de casación es concedido a fojas cuatrocientos
setenta y es declarado procedente por resolución del siete de julio de mil novecientos noventiocho,
sólo por la causal de inaplicación del artículo mil novecientos sesentinueve del Código Civil; al
fundamentar tal recurso el impugnante sostiene que las instancias inferiores han establecido que el
delito perpetrado por el demandado no da lugar a que el banco recurrente pueda exigir una
indemnización, a pesar de que en el fuero penal se le ha condenado por el delito contra la fe
pública falsificación de documentos lo que generó un daño indemnizable al Banco Central de
Reserva del Perú, por lo que es del caso analizar los fundamentos del recurso; SEGUNDO: que, la
demanda del Banco Central de Reserva del Perú contra el demandado Jorge Víctor Battistini del
Águila, está dirigida a obtener el pago de daños y perjuicios, manifestando que el demandado fue
contratado como empleado del banco recurrente, presentándose como bachiller y aduciendo tener
el título de licenciado en administración, documentos que sirvieron para que el banco acceda a su
contratación, los mismos que eran falsificados, habiendo percibido indebidamente ciento
ochenticinco mil quinientos sesenticinco nuevos soles;TERCERO: que, los mencionados hechos
dieron lugar al proceso penal correspondiente, dictándose la sentencia de fecha once de junio de
mil novecientos noventisiete, que condenó a Jorge Víctor Battistini del Águila por el delito contra la
fe pública - uso de documentos falsos en agravio del Banco Central de Reserva del Perú y otros, a
un año de pena privativa de la libertad suspendida en su ejecución por el mismo tiempo, así como
al pago de quinientos nuevos soles por concepto de reparación civil, sentencia que quedó firme por
Ejecutoria de la Corte Suprema; que la decisión judicial prueba que se causó daño al Banco
recurrente con el uso de los documentos falsificados que hicieron que fuera considerado como
empleado en el banco así como los puesto a que era promovido: CUARTO.- que, en el proceso
penal citado, el Banco Central de Reserva del Perú, no se constituyó en parte civil, por lo que de
acuerdo a reiterada jurisprudencia de los tribunales la parte agraviada puede reclamar la
indemnización en la vía civil, posición ésta que ha sido recogida, contrario sensu, por el artículo
ochentisiete del Código Procesal Penal, norma promulgada pero aún no vigente por disposición
legal; QUINTO.- que, el demandado prestó servicios efectivos al banco demandante por los cuales
fue remunerado de acuerdo a la política que en ese aspecto asumió la organización bancaria, por
tanto no procede el extremo del petitorio referente a la restitución de ciento ochenticinco mil
quinientos sesenticinco nuevos soles con sesentisiete centavos; en cambio, al haber sido
condenado el demandado por la comisión de un delito, tal decisión judicial origina inevitablemente
una sanción civil con el carácter indemnizatorio, cuyo monto debe fijarse prudencialmente; que por
lo señalado el denunciante ha acreditado la causal invocada y por tanto las instancias han debido
aplicar al caso lo dispuesto por el artículo mil novecientos sesentinueve del Código Civil; por lo
expuesto, de conformidad con lo previsto por el artículo trescientos noventiséis del Código Procesal
Civil: declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto por el Banco Central de Reserva
del Perú, a fojas cuatrocientos cincuentinueve; en consecuencia NULA la resolución de vista de
fojas cuatrocientos cincuentisiete, su fecha veintiséis de marzo de mil novecientos noventiocho; y
actuando como Sede de Instancia: REVOCARON la sentencia apelada de fojas cuatrocientos
trece, su fecha treinta de julio de mil novecientos noventisiete, que declara infundada la demanda
de fojas diecinueve; reformándola: la declararon fundada en parte; y, en consecuencia, ordenaron
que el demandado abone al banco demandante, por toda indemnización la suma de diez mil nuevo
soles; y CONFIRMARON en lo demás que contiene;MANDARON se publique la presente
resolución en el Diario Oficial "El Peruano"; en los seguidos por el Banco Central de Reserva del
Perú con Jorge Víctor Battistini del Águila, sobre pago por daños y perjuicios y otro; y los
devolvieron.-

LA SIMILITUD DE LOS HECHOS

Los procesos que han dado lugar a las ejecutorias materia del análisis y critica fueron
iniciados por el Banco Central de Reserva del Perú contra dos de sus trabajadores, quienes, a fin
de ser promovidos en sus respectivos puestos de trabajo, presentaron títulos que los acreditaban
como profesionales en Administración.

Concedidas las referidas promociones, el BCR, efectuó una investigación y detectó que
dichos títulos habían sido fraguados por los mencionados trabajadores, por lo que procedió a
despedirlos y a formular las denuncias penales.

Instaurado el proceso penal el BCR no se constituyó como parte civil en los procesos
penales que por la comisión de delito contra la fe pública se abrieron contra sus ex trabajadores y
decidió iniciar los procesos en la vía civil demandando la restitución de lo indebidamente percibido
a raíz del aumento salarial y el pago de una indemnización por el daño causado.

Ambas demandas fueron declaradas infundadas en primera instancia y las sentencias


confirmadas por la Sala Civil de Procesos Abreviados y de Conocimiento de la Corte Superior de
Lima. Para entonces, ambos demandados ya habían sido condenados en el fuero penal por la
comisión del delito contra la fe pública, siendo presentadas a los respectivos expedientes las
copias certificadas de las sentencias penales correspondientes.

Frente a la decisión de la referida Sala, el BCR, interpuso sendos Recursos de Casación,


los que fueron declarados procedentes en los extremos que fundamentaban que las sentencias de
vista habían inaplicado el artículo 1969 del Código Civil, según el cual, "Aquél que por dolo o culpa
causa un daño a otro, está obligado a indemnizarlo." En ambos recursos se indicó que habiendo el
BCR probado, con la presentación de las sentencias penales antes mencionadas, que ambos
demandados habían cometido delito en su agravio, el daño quedaba evidenciado y debía ser
indemnizado.

Lo contradictorio de las sentencias

Pese a la similitud de los fundamentos de hecho, la referida Sala de la Corte Suprema llegó
a conclusiones distintas en cada caso.

En efecto, tal como se ha indicado, en la una de las causas, la Sala declaró infundado el
recurso de casación, al considerar que el BCR "no ha probado el daño, por lo que no puede haber
lugar a una indemnización".

En cambio, en la otra causa, la Sala declaró fundado el recurso de casación y, reformando


la apelada, declaró fundada la demanda del BCR, ordenando al demandado a pagar, una
indemnización de S/. 10,000.00.

El Sentido que debe tener la jurisprudencia casatoria

Lo contradictorio de las sentencias es evidente, puesto que una considera que la prueba
del delito es suficiente para probar el daño y, por tanto, obligar a la indemnización, mientras que la
otra considera que la prueba de la comisión del delito no es suficiente y que el agraviado debe
además probar el daño. La contradicción así evidenciada ha podido evitarse con la debida
interpretación del art. 1969 del Código Civil.

El acotado art. 1969, que establece el principio general de la responsabilidad civil


extracontractual, invierte la carga de la prueba y hace recaer el onus probandi en el demandado,
quien debe demostrar que el daño se produjo sin su dolo o sin su culpa y demostrar la inexistencia
de nexo causal. Al demandante le es suficiente invocar el hecho dañoso y el nexo causal con la
conducta imputada al demandado, orientando su probanza en cuanto a la entidad del daño para los
efectos del quantum indemnizatorio, que debe comprender las consecuencias que se deriven del
acto u omisión generador del daño.

En los procesos que han dado lugar a las ejecutorias bajo crítica la conducta de los
demandados dio lugar a imputaciones de responsabilidad penal que concluyeron con sentencias
condenatorias. De este modo, el dolo con el que agraviaron al demandante quedó probado, como
quedó probado el nexo causal desde que el sujeto pasivo, de haberse constituido en parte civil,
hubiera obtenido la correspondiente reparación que como extremo debían contener las sentencias
condenatorias.

Lo que ocurrió en ambos procesos es que el agraviado se reservó el derecho de recurrir a


la vía civil y, en ésta, ofreció como prueba las sentencias condenatorias y, por su mérito, el dolo de
los demandados y el nexo causal entre su conducta y el daño quedaron demostrados.

La casación tiene por finalidad, como lo precisa el art. 384 del Código Procesal Civil, la
correcta aplicación e interpretación del derecho objetivo y la unificación de la jurisprudencia. El
cumplimiento de esta finalidad requiere de criterios jurisprudenciales uniformes, basados en la
interpretación, también uniforme, de los principios y normas que regulan materias como la de la
responsabilidad civil extracontractual. Por eso, una evidente contradicción como la que han puesto
de manifiesto las sentencias que motivan esta crítica es la negación de la función que debe cumplir
la jurisprudencia casatoria.

Indemnizacion: inejecución de obligación

Si el objeto debatido, deriva de una relación laboral de una empresa del propio Estado con un
particular, la acción de indemnización no está comprendida como un proceso laboral, porque no se
trata de un petitorio de derechos laborales no cumplidos sino de una indemnización por la
inejecución de una obligación por dolo, culpa inexcusable o culpa leve.

Expediente 1106-98

Sala Nº 3

Lima, veintiséis de mayo de mil novecientos noventiocho.

AUTOS Y VISTOS; Interviniendo como Vocal ponente el señor Alvarez Guillén; por sus
fundamentos, con la inconcurrencia de los señores abogados patrocinantes al acto de informe oral;
ATENDIENDO: Primero.- Además; que, esta Sala Civil Especializada ha emitido opinión respecto a
la vía procesal elegida por el a quo en la admisión de la demanda e, incluso, ha considerado que
esta última resolución tiene condición de inimpugnable, de manera que no cabe ya discutir
respecto a su legalidad o formalidad; Segundo.- Que, la resolución venida en grado se pronuncia
sobre la excepción de incompetencia deducida por la empresa pública emplazada y se apoya en la
ley veintiséis mil seiscientos treintiséis -Ley Procesal de Trabajo y en la Ley Orgánica del Poder
Judicial; Tercero.- Que, en la imprecisa y confusa demanda de fojas cincuentinueve a ochenticinco
parcialmente aclarada en el recurso de apelación solicita una indemnización por daños y perjuicios
por inejecución de la obligación de reposición por inaplicación de la ley veinticinco mil doscientos
sesentisiete de veintiuno de junio de mil novecientos noventa que atribuye calidad de acto simulado
y como fundamentos de hecho expone que, luego de la rescisión de su contrato de trabajo que lo
vinculaba a PESCA PERU autorizado por el Decreto Ley veintiún mil quinientos cincuentiocho y
comunicado oficial cero cinco guión setentiséis guión PE, se expidió la Ley veinticinco mil
doscientos sesentisiete, de veintiuno de junio de mil novecientos noventa, que dispuso la
reposición de trabajadores de empresas de propiedad del Estado despedidos en un lapso de
tiempo determinado, entre los que él se encontraba, siendo suscrita el acta de reposición el
veintiocho de setiembre de mil novecientos noventidós y efectivamente reincorporado el ocho de
octubre de ese año a una actividad distinta de la que fue separado y, agrega, con el propósito de
incluirlo en los efectos del Decreto Ley veinticinco mil setecientos quince, de once de setiembre de
mil novecientos noventidós, que declara a PESCA PERU en reestructuración orgánica y
reorganización administrativa y facultó la redución de personal por excedencia, originándose su
cese el treinta de noviembre de mil novecientos noventidós; Cuarto.- Que, siendo así el objeto
debatido se deriva de una vinculación contractual materializada en el supuesto incumplimiento de
una norma legal dictada por el Estado como acto de gobierno y que regula la relación laboral de
una empresa del propio Estado con un particular; Quinto.- Que, aun cuando se trata de un asunto
derivado de un conflicto jurídico con vínculo contractual disuelto, la acción de indemnización no
está comprendida entre las causas laborales que se previenen en los artículos cuarentidós y
cincuentiuno del Texto Unico concordado de la Ley Orgánica del Poder Judicial ni el artículo cuarto
de la Ley procesal de Trabajo aprobado por Ley veintiséis mil seiscientos treintiséis, no siéndole
competible la de pago de remuneraciones y beneficios económicos que prescribe el inciso segundo
de la última disposición citada en razón que no se trata de un petitorio de derechos laborales no
cumplidos sino la de una indemnización por daños y perjuicios por la materialización de un hecho
determinado resultado de la inejecución de una obligación por dolo, culpa inexcusable o culpa leve,
supuestos éstos que deberán ser probados en el transcurso del proceso; por lo que, estando a la
facultad dada al juzgador por el principio de aplicar la ley que corresponda aunque no lo haya sido
o lo haya invocado erróneamente y denotando la demanda la exteriorización de una pretensión de
indemnización por daños y perjuicios por inejecución de una obligación y siendo esta materia
estrictamente civil, salvo la que consagra el inciso segundo de la Ley veintiséis mil seiscientos
treintiséis
-ajeno al proceso- REVOCARON el auto apelado copiado a fojas ciento setenticinco a ciento
setentiséis, su fecha veintiséis de diciembre de mil novecientos noventisiete, que declara fundada
la excepción de Incompetencia formulada por la demandada Empresa Nacional Pesquera
Sociedad Anónima (PESCA PERU), con lo demás que contiene; REFORMANDOLO declararon
infundada la excepción de incompetencia; mandaron seguir con la tramitación del proceso con
arreglo a su estado; y los devolvieron, en los seguidos por Nemesio López Córdova con Empresa
Nacional Pesquera Sociedad Anónima (PESCA PERU) sobre indemnización.

SS. QUIROS AMAYO / FERREYROS PAREDES / ALVAREZ GUILLEN

Indemnización: monto de la indemnización (A)

En las obligaciones provenientes de la responsabilidad civil extracontractual, cuando se procede a


la apreciación pecuniaria de la indemnización para resarcir el daño causado, la moneda constituye
sólo una medida de valor que tiende a recomponer el patrimonio del acreedor colocándolo en la
misma situación en que se encontraba al tiempo del nacimiento de la obligación; por lo tanto, si la
moneda se deprecia, el monto demandado tiene que ser ajustado a valores constantes para lo cual
se aplicarán sobre el mismo índices correctivos monetarios hasta el momento del pago.

Expediente 476-94

LIMA

Lima, dos de marzo de mil novecientos noventicinco.-

VISTOS; con los acompañados: Por sus fundamentos pertinentes; y CONSIDERANDO: que la
Compañía de Seguros Generales La Real no ha impugnado la sentencia recurrida en la parte que
declara infundada la excepción de falta de personería deducida por ella a fojas veintitrés y en
cuanto la condena al pago de la indemnización reclamada hasta por el monto del seguro
contratado; que desde la fecha en que se produjo el accidente (once de setiembre de mil
novecientos ochentiseis), la suma reclamada en la demanda no es representativa del valor del
daño cuyo resarcimiento se reclama; que a tal efecto, debe tenerse en cuenta que como
consecuencia del accidente, la demandante adolece de secuelas de carácter irreversibles, estando
expuesta a permanentes infecciones urinarias y úlceras de cúbito tal como fluye de la historia
clínica de fojas ciento cinco; que, además, el drama humano derivado del accidente, se evidencia
al constatar que al momento de los hechos la actora contaba con veintiseis años y tenía una hija de
apenas siete años, a quien no ha podido atender adecuadamente por la incapacidad sufrida, todo
lo cual debe ser merituado al momento de resolver; que, por otro lado, el hecho de haberse
expresado la pretensión indemnizatoria en suma determinada de dinero, no le hace perder su
calidad de deuda de valor, en la medida que su objeto no es un número determinado de monedas
sino el resarcimiento de un daño que tiene su origen en una relación extracontractual, en la que el
mismo se encuentra en conexión con el acto ejecutado por el responsable, razón por la cual la
reparación debe ser integral y plena; que en este tipo de obligaciones, cuando es menester
proceder a su apreciación pecuniaria, la moneda constituye sólo una medida de valor que tiende a
recomponer el patrimonio del acreedor colocándole en la misma situación en que se encontraba al
tiempo del nacimiento de la obligación; que por ello, si la moneda se deprecia, el monto
demandado tiene que ser ajustado a valores constantes para lo cual se aplicarán sobre el mismo
índices correctivos monetarios hasta el momento del pago, constituyendo simplemente una
diferente expresión aritmética del mismo valor reclamado; que por ello la indemnización se fija en la
moneda actualmente en vigencia de nuevos soles y tomando en consideración los aspectos antes
señalados; que como se está actualizando la indemnización a los nuevos soles, no se puede
aplicar a los mismos las tasas de interés que regían para la moneda devaluada como los intis, que
circulaba en la época en que se produjo el evento dañoso, porque ello constituiría un verdadero
abuso del derecho; que como el artículo mil novecientos ochenticinco del Código Civilestablece
que el monto de la obligación devenga intereses legales desde la fecha en que se produjo el
daño(1) y el artículo mil doscientos cuarentinueve del acotado(2) prohíbe la capitalización de los
intereses salvo que se trate de cuentas mercantiles bancarias o similares, que no es el caso de la
responsabilidad extracontractual, es preciso señalar en la sentencia el interés legal que va a regir,
en cumplimiento del artículo mil novecientos ochenticinco antes citado; que encontrándose vigente
actualmente la tasa de interés legal en dieciocho punto cero dos por ciento anual y, siendo
actualizada la indemnización a esta fecha, en cumplimiento de la teoría de la valorización, se debe
fijar este tipo de interés legal; que el monto de la indemnización debe señalarse teniendo en
consideración también las posibilidades del obligado: declararon NO HABER NULIDAD en la
sentencia de vista de fojas trescientos cincuentinueve, su fecha diez de diciembre de mil
novecientos noventitres, en la parte que confirmando la apelada de fojas ciento dieciseis, su fecha
veintiocho de diciembre de mil novecientos ochentinueve, declara FUNDADA la demanda en
cuanto está dirigida contra don Guillermo Almendrades Heredia y la Compañía de Seguros
Generales La Real Sociedad Anónima, y condena a éste al pago de la indemnización reclamada
hasta por el monto del seguro contratado; declararon HABER NULIDAD en la propia resolución, en
cuanto revocando la apelada fija en doscientos mil nuevos soles el monto de la indemnización que
deberá pagar el demandado don Guillermo Almendrades Heredia y la otra por daño moral, importe
que deberá asumir la Compañía Aseguradora, hasta por el monto del seguro contratado, más los
intereses legales; reformando la primera y revocando la segunda en este punto: se FIJE por toda
indemnización la suma de CIEN MIL NUEVOS SOLES que deberán pagar don Guillermo
Almendrades Heredia y la Companía de Seguros Generales La Real Sociedad Anónima hasta por
el monto del seguro contratado, más el interés legal del dieciocho punto cero dos por ciento anual
desde la fecha en que se produjo el daño; declararon NO HABER NULIDAD en lo demás que
contiene; en los seguidos por Rosa María Parra del Busto con Guillermo Almendrades Heredia y
otros sobre indemnización.

SS. REYES, LOZADA, ECHEVARRIA, CARRION

VOTO SINGULAR

Por los fundamentos pertinentes de la resolución que antecede; y CONSIDERANDO: Que la


sentencia de vista manda a pagar intereses, en concordancia con el mandato del artículo mil
novecientos ochenticinco del Código Civil, el cual establece que el monto de la indemnización
devenga intereses desde la fecha que se produce el daño, condena que sin embargo es
incompatible con la naturaleza de la deuda de valor que se reconoce a la pretensión, en la medida
que el interés se le define como el fruto civil del dinero, el que es aplicable sólo sobre un capital no
pagado y no sobre un valor; que, condenar a dicho pago sería desnaturalizar la esencia de la
jurisprudencia generada en esta Corte, a través de la cual se administra justicia con equidad, pues
se propicia beneficios indebidos dado que la actualicación del débito presenta características
propias de una capitalización de intereses al aplicarse el factor de ajuste en términos efectivos,
situación que ocurre de igual manera al aplicarse los intereses sobre el monto de la indemnización,
contituyendo la adición de los mismos al monto actualizado de la deuda una manifiesta ilegalidad,
pues contendría una doble condena al causante del hecho; que, de otro lado, nada impide que los
intereses deben ser ordenados a pagar en ejecución de sentencia ante el posible incumplimiento
de la obligación líquida y exigible que contiene la sentencia, la que a partir de dicho momento tiene
el carácter de deuda dineraria y por tanto, existiría mora propiamente dicha; que, es deber de la
Administración de Justicia encontrar la solución efectiva de los conflictos intersubjetivos dentro del
marco de la ley y el Derecho, a la luz de la función preventiva que se reconoce a la responsabilidad
civil, que por las razones que anteceden modifico el criterio en que se sustenta mi voto en algunas
ejecutorias en que fijándose la indemnización en función de la desvalorización monetaria se manda
a pagar intereses legales desde la fecha en que se produjo el daño: MI VOTO es porque se declare
NO HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas trescientos cincuentinueve, su fecha diez
de diciembre de mil novecientos noventitrés, en la parte que confirmando la apelada de fojas ciento
dieciseis, de veintiocho de diciembre de mil novecientos ochentinueve, declara FUNDADA la
demanda en cuanto está dirigida contra don Guillermo Almendrades Heredia y la Compañía de
Seguros Generales La Real Sociedad Anónima y se declare HABER NULIDAD en el extremo que
revocando la apelada fija en doscientos mil nuevos soles el monto de la indemnización que deberá
pagar el demandado don Guillermo Almendrades Heredia y la otra por daño moral, importe por el
monto del seguro contratado, más los intereses legales; REFORMANDO la primera y
REVOCANDO la segunda en este punto: se FIJE por toda indemnización la suma de nuevos soles
que representen cien mil dólares americanos, al tipo de cambio, valor de venta del día del pago,
que deberá pagar el nombrado demandado don Guillermo Almendrades Heredia, a la que
contribuirá la Compañía de Seguros Generales La Real Sociedad Anónima, hasta por el monto del
seguro contratado, más el interés de la suma indemnizatoria, calculada desde el requerimiento del
pago, para el caso de que el demandado Almendrades Heredia no cumpliera con extinguir la
obligación al momento del referido requerimiento; y que NO HAY NULIDAD en lo demás que
contiene y es materia del grado.

S. RONCALLA VALDIVIA

SE PUBLICO CONFORME A LEY

DRA. MARIA JULIA PISCONTI D., Secretaria (E), Sala Civil, Corte Suprema de la República

Indemnización: monto indemnizatorio. Criterios (A)

Para determinar la indemnización por los daños y perjuicios emergentes de quien causó la muerte
de una persona, hay que tomar en consideración la naturaleza de los hechos, la magnitud y el
menoscabo producido, las posibilidades económicas del obligado, sus calidades personales, grado
de instrucción y demás elementos de orden cultural.

EXPEDIENTE 1052-94

PRIMERA SALA - AÑO: 94

Lima, treinta de Noviembre de mil novecientos noventicuatro.- VISTOS; causa en discordia,


interviniendo como Vocal ponente la doctora Bareda Mazuelos; con el acompañante; con los
presentados en esta Instancia, oído el informe oral correspondiente; por sus fundamentos en los
extremos pertinentes; y, CONSIDERANDO además; que la pretensión de la parte accionante está
dirigida a que el órgano jurisdiccional ordene que se le indemnice por los daños y perjuicios
emergentes, a partir de la conducta desarrollada por el sujeto activo, demandado Alejandro Aguirre
Salas quien causa el deceso del causante Apolinario Vega Arrose; que dicha conceptualización
fáctica se encuadra dentro del presupuesto normativo mil novecientos setenta del Código
sustantivo(1), al verificarse la responsabilidad objetiva del emplazado en mención en el acto
dañoso que originó con su accionar; que al respecto corresponde interponerle el pago de una suma
indemnizatoria considerando la naturaleza de los hechos, magnitud y el menoscabo producido al
único y universal heredero del causante, su hijo Freddy Vega Vitor; quien se dedicaba a un
comercio informal, como en proporción a las posibilidades económicas del obligado, atendiendo a
sus calidades personales, que a la fecha del evento tenía dieciocho años de edad con modesto
grado de instrucción, quinto año de secundaria, no está acreditado en forma indubitable y
fehacientemente que laboraba en algún tipo de oficio formal, no tiene bienes de fortuna, de
extracción andina, y residía en la ciudad de Lima en compañía de su señora abuela; que en ese
orden de ideas, haciendo efectivos los derechos sustanciales y que la finalidad abstracta y
concreta de todo proceso cual es lograr la paz social en justicia, resulta menester valorarlo el antes
glosado para los efectos de la indemnización a fijarse; que igualmente, que dentro del contexto
determinado antes fijado, no se ajusta la aparente responsabilidad extracontractual del co-
demandado Oscar Velarde Martínez al no inferirse la relación de causalidad entre la acción con
objeto riesgoso y peligroso y el efecto dañoso a cargo de este segundo emplazado, por los mismos
considerandos expuestos inicialmente; máxime, si este no participó en el evento delictivo:
CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas ciento setentidos a ciento setentitrés, su fecha
treinta de marzo de mil novecientos noventicuatro, que declara infundada la tacha de fojas ciento
once; y fundada en parte la demanda de fojas ochenticinco y ochentiséis; en consecuencia ordena
que se pague una suma dineraria indemnizatoria en favor del menor Freddy Vega Vitor, los que
serán depositados a su nombre en una entidad bancaria; declararon improcedente en el extremo
que peticiona indemnización a favor de la actora; y, la REVOCARON en el extremo que declara
fundada la demanda respecto al emplazado Oscar Velarde Martínez y ordena que los emplazados
cumplan con abonar en forma solidaria la suma ascendente a veinte mil nuevos soles por
indemnización; más intereses legales desde la fecha en que se produjo el evento; con costas; la
que REFORMANDOLA declararon infundada la demanda respecto al co-demandado Oscar
Velarde Martínez, y ordenaron que el emplazado don Alejandro Aguirre Salas pague por todo
concepto de indemnización de tres mil nuevos soles; sin costas; y los devolvieron. En los seguidos
por Maxiliana Vitor Porras con Alejandro Aguirre Salas y otro sobre Indemnización.

EL VOTO EN DISCORDIA DE LOS SEÑORES VILLAFUERTE BAYES Y ANCHANTE PEREZ, ES


COMO SIGUE:

Por sus fundamentos pertinentes: y CONSIDERANDO además: que en autos ha quedado


debidamente acreditado, que el propietario del arma (revólver) que ha producido la muerte del
agraviado, es el co-demandado Oscar Velarde Martínez; que, el infausto hecho, se ha producido
en la oficina de este último; que este co-emplazado, ha tenido cierta relación de dependencia con
el autor material del disparo; que, a todo esto, debe agregarse la negligencia inexcusable del
referido co-accionado Velarde Martínez cual es, de haber dejado un arma peligrosa, sin haber
tomado las debidas precauciones para que no sea manipulado por nadie, máxime cuando la
tenencia de un arma de fuego, siempre crea un riesgo; que para establecer el monto de la
indemnización, debe tomarse en cuenta el grado de participación que tuvo el occiso en la
producción del evento fatal. Así como la capacidad económica de los demandados; que en este
orden de ideas, el quántum indemnizatorio, debe fijarse con un criterio prudencial NUESTRO
VOTO es por que se CONFIRME la sentencia apelada de fojas ciento setentidos a ciento
setentitrés, su fecha treinta de Marzo del presente año, que declara fundada en parte la demanda
de fojas ochenticinco a ochentiséis, y ordena que los emplazados cumplan con abonar en forma
solidaria una suma pecunaria en favor del menor Freddy Vega Vitor, los que serán depositados a
su nombre en una entidad bancaria; con lo demás que contiene; y se REVOQUE en cuanto al
monto señalado, el que debe fijarse en DIEZ MIL NUEVOS SOLES; devolviéndose.-

Señores: VILLAFUERTE BAYES / ANCHANTE PEREZ.

Indemnización: naturaleza de la deuda y forma de actualizarla (C)

Las obligaciones que surgen de un hecho indemnizatorio deben entenderse como deudas de valor
y no dinerarias. Es procedente la actualización de oficio que se hace de su monto sin que ello
signifique una "ultra petita".

Comentario

Expediente 1898-91

SEXTA SALA CIVIL

LIMA

Lima, tres de junio de mil novecientos noventiuno.-

VISTOS: a fojas tres don Víctor Salustio Velásquez Sánchez interpone demanda en la vía
Ordinaria contra don Julio Berrospi Figueroa, a fin de que le indemnice con la suma de ochenta mil
intis por los daños y perjuicios que le ha irrogado al derrumbar una habitación que el recurrente
había construido y sólo faltaba tacharla, habiéndose apropiado de las puertas y ventanas, habiéndo
malogrado los adobes. Ampara su acción en los artículos mil novecientos sesentinueve y demás
que cita del Código Civil(1). A fojas quince el demandante amplía su demanda en cuanto al monto
de la indemnización, la misma que la varía a la cantidad de doscientos cuarenta mil intis. Corrido
traslado de la demanda, a fojas dieciocho la contesta el demandado, negando y contradiciendo la
acción en todos sus extremos, expresando que la construcción a que se refiere la demanda, estaba
levantada sobre terreno de propiedad del recurrente, con motivo de la compraventa que hizo a sus
anteriores propietarios, uno de los cuales resulta ser el demandante; que, después de haberle
pedido al demandante que retirara dicha construcción y al apersonarse al terreno se dio con la
sorpresa de que la construcción estaba derribada y que el demandante pretendía que le cancelara
el valor de la construcción en forma excesiva; que el recurrente no tiene responsabilidad alguna,
por lo que solicita se declare infundada la demanda, por el primer otrosí del referido escrito, el
demandado interpone reconvención para que el demandante le abone la suma de Un millón de
intis en concepto de indemnización por los daños y perjuicios que le ha irrogado dicho demandante
al no haber retirado oportunamente la edificación que construyera en terreno de propiedad del
recurrente, así como por la interposición de la presente causa. A fojas veinticinco el demandante
contesta la Reconvención pidiendo que se declare infundada. Por auto de fojas veinticinco vuelta
se recibe a prueba la presente causa; actuada la que aparece de autos y vencido el término
probatorio, se encuentra la causa en estado de sentencia; y, CONSIDERANDO : que los hechos
expuestos en la demanda de fojas tres, están aprobados con el mérito de la denuncia policial
contenida en el certificado de fojas cincuenticinco, no impugnada por el demandado, por la que se
aprecia que el día primero de junio de mil novecientos ochentiocho el demandado en compañía de
cuatro personas derrumbó las paredes del cuarto número tres del inmueble de la avenida Pío doce-
Maranga, que el recurrente había construido, habiendo desaparecido la puerta y tres ventanas de
fierro, que, estos hechos están corroborados con la denuncia policial hecha por el propio
demandado, con fecha veintidós de noviembre del referido año mil novecientos ochentiocho, tal
como se ve del certificado de fojas veintiocho, así como con la testimonial de fojas cuarentidós
veintitrés prestada por doña Gladys Margarita Briceño Chang, quien no ha sido objeto de tacha por
parte del demandado; que, el importe de la puerta y tres ventanas que han desaparecido está
probado con el recibo de fojas cuarentinueve, reconocido por su otorgante en la diligencia de fojas
sesentiuno; que, la Reconvención deducida a fojas dieciocho, primer otrosí: no ha sido probada en
forma alguna; por lo que deberá ser declarada infundada; que, para señalar el monto de la
indemnización demandada hay que tener en cuenta la devaluación del sigo monetario como
fenómeno nacional, a fin de que exista justa proporción entre el daño ocasionado y el monto
reparatorio, ya que la función jurisdiccional exige decidir una controversia con justicia antes que
con formalidades que antojadizan una decisión justa, por cuya razón ni es posible mantener el
monto solicitado en la demandada, sino señalar una cantidad prudencial; por estas razones y de
conformidad con lo dispuesto por los artículos mil novecientos sesentinueve y mil novecientos
ochenticinco del Código Civil; FALLO: declarando Infundada la Reconvención deducida en el
primer otrosí del escrito de fojas dieciocho; FUNDADA la demanda de fojas tres, ampliada a fojas
quince y, en consecuencia: que don Julio Berrospi Figueroa debe abonar al actor, por toda
indemnización, la cantidad de ciento cincuenta intis millón más los intereses legales de la fecha del
emplazamiento con la demanda, con costas.-

RESOLUCION DE 2A. INSTANCIA

Lima, veintiséis de diciembre de mil novecientos noventiuno.-

VISTOS; interviniendo como Vocal ponente el señor Aréstegui Canales; por sus fundamentos y
CONSIDERANDO: que estando acreditado el daño que le ha causado al demandante los daños y
perjuicios irrogados deben ser resarcidos prudencialmente; que la fijación del monto indemnizatorio
no puede limitarse al señalamiento de la suma de dinero que aparece fijada nominalmente en la
demanda de fojas tres, variada a fojas quince y que por el transcurso del tiempo y la devaluación
monetaria ha devenido diminuta, pues resulta ofensivo al sentimiento de Justicia, que por un hecho
de esa naturaleza, derivado de la culpa del demandado se ordene el pago de ciento cincuenta intis
millón, monto que no cubre adecuadamente el valor del daño material producido al inmueble, por lo
que actualizarlo de oficio no constituye un pronunciamiento ultra petita que produzca la nulidad de
la sentencia; que el sentimiento de Justicia que fluye del aformismo jurídico "Suum cuique
Tribuere" (dar a cada cual lo que es suyo) resulta defraudado evidentemente, con la grave
consecuencia de crear insatisfacción en el agraviado, frustración y pérdida de confianza en la
Justicia por parte de la Nación, todo lo cual alienta la explicación y justificación de la violencia que
afecta al Perú y que es necesario evitar; que la Doctrina y Jurisprudencia, de otros países que han
sido afectados igual que el nuestro por problemas inflacionarios, han resuelto estos reclamos
desde la perspectiva de entender que estas pretensiones constituyen "OBLIGACIONES DE
VALOR", las que se explican de la siguiente manera: "Cuando la inflación se agudiza, el dinero
pierde sus funciones económicas mas importantes, deja de ser el signo universal del valor para
convertirse en una ridícula caricatura... la aplicabilidad del principio nominalista no puede ser
invocada en el ámbito de las obligaciones de valor ya que en ellas el dinero no debe considerarse
como el objeto propio de la prestación comprometida, sino en su función de medida de los valores,
por lo que no podrá mantenerse la identidad formal de tales valores cuando la moneda haya sufrido
alteraciones en su poder adquisitivo... corresponde propiciar el reajuste en el cumplimiento de las
deudas de valor señalando expresamente que ese criterio de reajuste contractual y
extracontractual, la expropiación, las prestaciones alimentarias y de previsión y las situaciones
jurídicas similares en que medie obligación de restituir... (Enrique Carlos Banchio, Obligaciones de
Valor, Edición Lerner, mil novecientos sesenticinco- Buenos Aires); que si no aceptáramos el
distingo entre deudas de valor y deudas de dinero (pues lo cierto es que la Doctrina no la admite
pacíficamente) necesariamente tendríamos que concluir con el profesor Argentino Alberto Spota
que "... debemos desprendernos de éste distingo. Si dejamos de lado todo ello y afrontamos
directamente el problema desde el punto de vista de la Justicia, de la equidad, yo creo, entonces,
que llegamos a la solución que más satisface las exigencias de la conciencia jurídica en esta
materia"; que además, para fijar el monto indemnizatorio actualizado debe evaluarse el valor
reclamado por el demandante al momento de interponerse la demanda, comparándolo con algún
parámetro de actualización, por lo que para el caso tomamos como parámetro de referencia el
valor de una moneda que mantiene valor de cambio constante como lo es el dólar americano; que
la suma indemnizatoria ha señalar debe cubrir necesariamente el daño ocasionado en su totalidad,
en el afán no sólo de emitir un fallo justo, sino de hacer reflexionar al demandado para que actúe
con más cuidado, respetando el derecho ajeno y tome conciencia de que todos debemos actuar
diligentemente en nuestra conducta diaria, cumpliendo con el precepto del Derecho que Justiniano
nos enseña "Alterum non Laedere" no causar daño a nadie); CONFIRMARON la sentencia de fojas
setentidos, su fecha tres de junio del año en curso, en la parte que declara fundada la demanda de
fojas tres, ampliada a fojas quince y en consecuencia que don Julio Berrospi Figueroa abone al
actor por toda indemnización una suma de dinero; la REVOCARON en cuanto el monto, el que
fijaron EN TRESCIENTOS CINCUENTA NUEVOS SOLES; la CONFIRMARON en lo demás que
contiene; y los devolvieron.

ZEGARRA CHAVEZ.- ROMERO DIAZ.- ARRESTEGUI CANALES.

Indemnización: Notario

Si el notario diere fe de identidad de alguno de los comparecientes, inducido a error por la


actuación maliciosa de los mismos o de otras personas, no incurrirá en responsabilidad.

Expediente 1242-97

Sala Nº 4

Lima, tres de setiembre de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como vocal ponente el señor Martel Chang; por sus fundamentos
pertinentes y CONSIDERANDO: Primero.- Que, la pretensión de la nulidad de Escritura Pública ha
quedado plenamente confirmada con el silencio total de los co-demandados Rosa Mercedes
Velázquez Alfaro y Daniel Gonzales Tantaleán, quienes tampoco han impugnado la sentencia;
Segundo.- Que por la misma razón, la pretensión indemnizatoria respecto a los citados co-
demandados también debe ser confirmada; Tercero.- Que sin embargo, la pretensión
indemnizatoria en cuanto se refiere al notario codemandado Ricardo Ortiz de Zevallos debe ser
desestimada, debido a que en autos no se ha acreditado que dicho emplazado en el ejercicio de
sus funciones haya permitido en forma deliberada la intervención de persona distinta al
demandante en la Escritura objeto de nulidad; es más, para suscribir un documento como el
cuestionado en autos se requiere la presentación del documento de identidad, en base al cual se
suscribe el instrumento, y si ello es así, no se puede atribuir responsabilidad alguna al Notario por
la falsificación de firma de uno de los intervinientes; Cuarto.- Que, el artículo cincuenticinco del
Decreto Ley veintiséis mil dos, Ley del Notariado, establece que el notario dará fe de conocer a los
comparecientes o de habérseles identificado, y que si el notario diere fe de identidad de alguno de
los comparecientes, inducido a error por la actuación maliciosa de los mismos o de otras personas,
no incurrirá en responsabilidad; Por tales razones: CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas
doscientos cuarentidós a doscientos cuarenticinco, su fecha veintiocho de agosto de mil
novecientos noventiséis, en el extremo que declara la Nulidad de la Escritura Pública de
Compraventa de fecha veintidós de setiembre de mil novecientos noventitrés, otorgada por don
Oscar Scudere Ortiz a favor de doña Rosa Mercedes Velázquez Alfaro por ante el Notario Público
Doctor Ricardo Ortiz de Zevallos, así como Nula la Inscripción de dicha Escritura Pública en el
Asiento dos, fojas ciento ochentiuno, Tomo novecientos noventidós del Registro de la Propiedad
Inmueble de Lima; La REVOCARON en el extremo que el demandado Ricardo Ortiz de Zevallos
abone solidariamente al demandante por concepto de indemnización la suma de tres mil dólares
americanos; REFORMANDOLA DECLARARON Infundada la pretensión indemnizatoria en cuanto
al citado co-demandado; la CONFIRMARON en los demás que contiene; Hágase saber y
devuélvase.

S.S. MANSILLA NOVELLA; LAMA MORE; MARTEL CHANG

Indemnización: no acatamiento de señales de tránsito. Tipo de moneda

Tratándose de responsabilidad extracontractual objetiva, si el daño fue producido en razón del no


acatamiento de las señales de tránsito, corresponde fijar un monto indemnizatorio a favor del
agraviado.
No procede fijar el monto indemnizatorio en moneda extranjera si no hubo pacto entre las partes.

Expediente 256-7-97

Sala Nº 1

Juzgado de Origen 25 Juzgado Civil

Lima, treinta de junio de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como ponente la señora Hidalgo Morán, por sus propios fundamentos y
CONSIDERANDO además: Primero.- Que encontrándonos frente a una caso de responsabilidad
extracontractual objetiva, en la cual el daño causado, ha sido producido en razón del no
acatamiento por parte del conductor del vehículo UQ cinco mil trescientos noventidós de la señal
de PARE, corresponde fijar un monto indemnizatorio a favor del agraviado; Segundo.- Que el
argumento de los demandados consistente en señalar que la señal pintada en la calzada no existía
al momento del evento, no reviste vital importancia en los hechos, desde que al contestar su
demanda los propios demandados admiten que tal señal obedece a que el lugar del evento es una
zona transitada por niños, afirmación que otorga al juzgador convicción de que el conductor del
vehículo debió extremar las precauciones que el caso requería; Tercero.- Que sin embargo,
también resulta pertinente considerar que al conductor del vehículo colisionado también se le
atribuye responsabilidad en el evento considerándolo como un factor contributivo para la
consecución del accidente, razón por la cual no corresponde fijar el total del monto presupuestado
para la refacción del vehículo; Cuarto.- Que por último, cabe señalar que tratándose de
responsabilidad extracontractual no procede fijar el monto a resarcir en moneda extranjera, en
razón de falta de pacto para ello, acuerdo que de conformidad a lo dispuesto en el artículo mil
doscientos treinticinco y siguientes del Código Civil, daría lugar a su exigencia en moneda diversa
a la nacional; por tales fundamentos: CONFIRMARON la sentencia venida en grado de fojas
noventisiete, su fecha nueve de diciembre de mil novecientos noventiséis en cuanto falla
declarando FUNDADA en parte la demanda incoada y ordena que los demandados abonen
solidariamente a la demandada cierta suma de dinero; la REVOCARON en cuanto fija el monto a
abonar en la suma de tres mil seiscientos dólares americanos; extremo que REFORMÁNDOLO
fijaron en la suma de ocho mil nuevos soles; la CONFIRMARON en lo demás que contiene; y los
devolvieron.

S.S.

HIDALGO MORAN
BARRERA UTANO
BRAITWAITHE GONZALES

Indemnización: exoneración por fuerza mayor

Si por mandato supremo la empresa estatal de derecho privado no tenía más que cumplir la norma
ante la responsabilidad que podía generar a sus funcionarios, en el incumplimiento, se da la figura
de la fuerza mayor que exonera de responsabilidad al deudor.

Expediente 1412-97

Sala Nº 4

Lima, quince de setiembre de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como Vocal Ponente el Señor Ferreira Vildózola; con el cuaderno
acompañado; por sus fundamentos pertinentes; y CONSIDERANDO además: Primero.- Que no
obstante que el demandado ha fundamentado su pretensión de indemnización en disposiciones
relativas a responsabilidad contractual y extracontractual, debe entenderse que por los hechos
expuestos en la demanda, existe entre los colitigantes una vinculación referida al hecho de que el
actor siendo pensionista de la accionada se dejó sin efecto el mencionado derecho por expreso
mandato del Decreto Supremo cero cero ocho-noventiuno-JUS, por lo que para este caso es de
aplicación lo dispuesto en los artículos mil trescientos catorce, mil trescientos quince, mil
trescientos diecisiete y mil trescientos veintiuno del Código Civil; Segundo.- Que, el Decreto
Supremo en sus artículos sétimo y octavo dispone se declare sin efecto legal alguno las
incorporaciones al régimen de jubilaciones normado por el Decreto Ley número veinte mil
quinientos treinta, de aquellos servidores de Empresas Estatales o mixtas comprendidas en el
régimen laboral de la Ley número cuatro mil novecientos dieciséis o de instituciones públicas cuyo
personal está sujeto al mismo régimen laboral, dejando a salvo las producidas al amparo de las
Leyes números veinticinco mil ciento cuarentiséis, veinticinco mil doscientos diecinueve, así como
encarga a la Contraloría General, a la Corporación Nacional de Desarrollo -CONADE- y a los
órganos de control interno de cada entidad, determinar a los funcionarios responsables de la
expedición de las resoluciones a que se refiere el artículo anterior y supervisar la ejecución de las
medidas correctivas necesarias; Tercero.- Que, ante este mandato supremo, la empresa
demandada, empresa estatal de derecho privado no tenía más que cumplir la norma ante la
responsabilidad que podía generar a sus funcionarios responsables el incumplimiento, por lo que,
ante esto se da la figura de la fuerza mayor que exonera de responsabilidad al deudor; Cuarto.-
Que, en consecuencia, y no habiéndose probado que actuaron con dolo, culpa inexcusable o culpa
leve al privarle de su pensión al demandado, sino por causa de fuerza mayor, tal como se
desprende de las resoluciones de fojas veintinueve a treintiocho, no son pasibles de
responsabilidad; Quinto.- Que, de otro lado, habiéndose ordenado a fojas ciento noventicuatro la
incorporación de la Oficina de Normalización Previsional en este proceso, aceptando su
intervención por auto de fojas ciento noventinueve, debe anularse dichas resoluciones y excluir del
proceso a la mencionada institución, pues la materia que se ventila no es de derecho pensionario,
siendo de aplicación lo dispuesto en el artículo ciento siete del Código Procesal Civil;
CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas ciento sesentiséis, su fecha primero de octubre del
año próximo pasado, que declara infundada la demanda interpuesta por don Luis Duthurburu De
La Piedra; con lo demás que contiene; DISPUSIERON la extromisión de la Oficina de
Normalización Previsional del presente proceso, conforme a los considerados precedentes; y los
devolvieron.

S.S.
MANSILLA NOVELLA
FERREIRA VILDOZOLA
DÍAZ VALLEJOS

Indemnización: nexo causal. Lucro cesante

Debe ampararse la demanda por indemnización si existe un nexo causal entre el accionar doloso
de las demandas y el daño producido por éstas. El juez debe fijar el lucro cesante con criterio
prudencial.
Está expedita la pretensión indemnizatoria del demandante si no se ha constituido en parte civil en
el proceso penal.

Expediente 368-97

Sala Nº 4

Lima, dos de junio de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como Vocal Ponente, la Doctora Aranda Rodríguez; con el acompañado; por
sus fundamentos pertinentes y CONSIDERANDO además; Primero.- Que, ha quedado demostrado
en autos el nexo causal entre el hecho de las demandadas y el daño producido, de modo que
existe una relación de causa a efecto entre el accionar doloso de aquéllas y el resultado
ocasionado al haber impedido que el demandante pueda hacer efectivo el importe de las dos letras
de cambio con vencimientos al diecinueve y veinte de abril de mil novecientos noventiuno
respectivamente, por la suma de treintinueve mil doscientos treintidós dólares americanos con
sesenta centavos de dólar; Segundo.- Que, no obstante, con la suma correspondiente a las letras
de cambio mencionadas, el lucro cesante no se ha determinado con exactitud por lo que
corresponde al Juzgador fijarlo con criterio prudencial; Tercero.- Que, de otro lado, se aprecia del
expediente penal acompañado que el demandante no se ha constituido en parte civil, por lo que su
pretensión indemnizatoria está expedita; CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas ciento
trece a ciento diecinueve, su fecha treintiuno de diciembre de mil novecientos noventiséis, que
declara Improcedente la reconvención formulada por la demandada Susana Mercedes Haito
Jasaui, en su escrito de fojas setentiuno a setenticinco y Fundada en parte la demanda de fojas
cincuentidós a sesentidós y en consecuencia ordena que las demandadas, Georgina Jasaui
Jaguande Viuda de Haito y doña Susana Mercedes Haito Jasaui, paguen al demandante un monto
por concepto indemnizatorio, por todos los daños y perjuicios demandados, más los intereses
legales devengados desde la fecha en que ocasionaron los daños demandados, con costas y
costos; REVOCARON la sentencia en cuanto a la suma fijada, la misma que establecieron en
cuarenticinco mil dólares americanos; Hágase saber y devuélvase al Juzgado de origen.

S.S.
CASTILLO LA ROSA SANCHEZ
GONZALES CAMPOS
ARANDA RODRIGUEZ

Indemnización: procedencia en caso de sobreseimiento del proceso penal (A)

El apersonamiento como parte civil del demandante en el proceso penal y el sobreseimiento de


éste, no impide el resarcimiento de los daños y perjuicios irrogados, ya que el archivamiento del
proceso destinado a la investigación del delito no supone la extinción de la indemnización
proveniente de los daños causados.

Expediente 836-91

RESOLUCION No. Cuarenticinco

SENTENCIA DE 1a. INSTANCIA

Lima, treintiuno de enero de mil novecientos noventiuno.

VISTOS; aparece de autos: a fojas tres Alek Karsay Rizsany interpone demanda de indemnización
por daños y perjuicios contra Raúl Porturas Raborg. La demanda interpuesta contiene como
pretensión el pago de ciento cincuenta mil dólares por los daños y perjuicios, lucro cesante, daño
emergente y daño moral que el demandado le ha irrogado. Los fundamentos de hecho y de
derecho que el justiciable sustenta para solicitar tutela jurisdiccional son los siguientes: Que el
actor es un ciudadano húngaro, nacionalizado Peruano y de profesión Médico Cirujano. Que para
ejercer su profesión alquiló al demandado la oficina número doscientos cuatro con acceso por el
jirón Diez Canseco número ciento sesenta, Miraflores. Que siempre se encontró al día en el pago
de los arrendamientos y cuando el demandado no quiso recibirle los pagos procedió a consignarlos
judicialmente; sin embargo el ocho de julio de mil novecientos ochentisiete le demandó por pago de
alquileres ante el Décimo Juzgado en lo Civil, secretario señor Pedro Puente. Que en dicho
proceso el demandado promovió un incidente de embargo ordenando el Juzgado, por cuenta y
riesgo del solicitante, se trabe embargo en los bienes que se encontraban precisamente en el
consultorio Médico, secuestrándose los muebles e instrumentos con que ejercía su profesión, no
obstante que la ley lo prohibe expresamente. Que ante estos hechos formuló recurso de oposición
al embargo la que fue declarada fundada en Primera Instancia y confirmada en la Corte Superior,
ordenándose la entrega de mis bienes. No obstante no fue fácil recuperarlos, y luego de sucesivos
apercibimientos y apremios se le devolvieron después de doce meses y dieciocho días, tiempo en
que no pudo ejercer su profesión por habérsele privado el uso de sus instrumentos, causándosele
graves perjuicios para él y su familia. Que la magnitud de los daños morales y económicos y los
gastos que tuvo que efectuar justifican el monto demandado. Funda su demanda en los artículos
mil novecientos sesentinueve, mil novecientos ochentidos, mil novecientos ochenticuatro y mil
novecientos ochenticinco del Código Civil. El artículo seiscientos diecisiete inciso cinco del Código
de Procedimientos Civiles. Corrido traslado de la demanda y realizado el emplazamiento
debidamente, el demandado ejerce su derecho de defensa a fojas diez, negando las prentensiones
demandadas en la forma siguiente: Que los hechos expuestos por el demandante no son ciertos y
se falsea la verdad. Que si el Juzgado ordenó el embargo era porque legalmente es procedente y
con ésta misma legalidad se procedió en la diligencia. Que sólo se embargó una silla, un escritorio,
una cama reclinable y un recuadro para colocar radiografías, todos usados. Reconviene, al amparo
del artículo trescientos veintiséis del Código de Procedimientos Civiles para que el demandante le
pague la suma de trescientos mil dólares americanos por la irregularidad de la demanda
interpuesta. Corrido traslado de la reconvención fue absuelto por el actor a fojas catorce en los
términos que aparece de dicho escrito. Producido el contradictorio, tramitada la causa conforme a
su naturaleza y fijados los puntos controvertidos, ha llegado el caso de expedir sentencia. Y
CONSIDERANDO: PRIMERO: Que, según informa el demandante, se ha trabado embargo en
forma de depósito ilegalmente, en los bienes de su consultorio médico y en los instrumentos con
que ejercía su profesión, habiéndosele devuelto después de doce meses y dieciocho días, tiempo
en que no pudo ejercer su profesión de médico cirujano, lo que ha motivado que acuda al Organo
Jurisdiccional, para que en su calidad de tercero imparcial decida mediante sentencia la justicia de
derecho reclamado. SEGUNDO: Que el actor interpone demanda con los requisitos que exije la
ley, con plena capacidad procesal y de sus derechos civiles, aptitudes que también se encuentran
en el demandado. Asimismo la demanda ha sido planteada ante Juez competente. Por tanto,
existiendo una acción procesal válida al haberse cumplido válidamente con los supuestos
procesales y las condiciones de la acción, debe haber pronunciamiento sobre el fondo de la
materia controvertida. TERCERO: Que, respecto a los fundamentos de la pretensión demandada,
se establece en primer lugar con el incidente de embargo que se tiene a la vista, que a solicitud del
demandado se ordenó y se trabó embargo en forma de depósito, que en doctrina se le denomina
secuestro, sobre los bienes e instrumentos médicos de propiedad del demandado, el día siete de
setiembre de mil novecientos ochentisiete habiéndosele devuelto el veinticinco de octubre de mil
novecientos ochentiocho, es decir, un año y dieciocho días después. CUARTO: no obstante, la
ilegalidad de dicha medida, pues conforme al artículo seiscientos diecisiete inciso cinco del Código
de Procedimientos Civiles no son embargables los instrumentos y útiles necesarios para la
enseñanza o el ejercicio de la profesión, menos en forma de depósito, el demandado no sólo
mantuvo el embargo por el tiempo señalado en el considerando anterior sino con su actitud
permitió que desapareciera gran parte de los bienes que se encontraba en su consultorio médico.
QUINTO: en efecto, según la propia declaración del demandado efectuado a fojas ochentisiete
(declaración instructiva) del proceso que se tiene a la vista, terminada la diligencia de embargo se
cambió el sistema de la chapa que sirve de seguridad para la puerta del consultorio médico,
entregándose la llave al guardian Florián Victoria Sánchez; quien los tuvo en su poder hasta la
diligencia de lanzamiento como aparece de su declaración de fojas cincuentitrés del proceso
penal, impidiéndose de esta forma el ingreso del actor a su consultorio médico. SEXTO: Que
conforme a las declaraciones testimoniales de fojas ciento cincuenticinco, ciento cincuentiséis,
doscientos sesenticuatro, doscientos sesenticinco, doscientos sesentiseis, ochocientos
noventicinco cuatrocientos treinta y uno del Proceso Penal, en el consultorio médico existía
biblioteca, numerosos libros, revistas especializadas, cuadros, títulos profesionales y otros bienes
propios de la profesión del demandante, a que se refieren los documentos que obran de fojas
treintitrés a fojas sesenticuatro de fojas ciento sesentidos a ciento ochentiséis, de fojas ciento
noventicinco a fojas ciento cuarentinueve y de fojas trescientos quince a fojas doscientos cuarenta
del referido proceso penal; que no se encuentran considerados en el embargo pero que se
presume que quedaron en el consultorio, ya que en la diligencia de lanzamiento, la secretaria
María Milagros Ramírez Mayuri informa que el inmueble estaba vacío pero se encontró algunos
costales con botellas vacías, papeles y periódicos que fueron lanzados a la vía pública como
aparece del lanzamiento de fojas veinte y la declaración de dicha secretaria de fojas ciento
cincuentisiete del proceso penal que se tiene a la vista. SETIMO: que con estos hechos el
demandado ha provocado un menoscabo patrimonial y moral en el demandante y por lo tanto el
actor tiene derecho a una compensación por el desmedro en su patrimonio (daño emergente), por
la utilidad dejada de percibir a causa de la desaparición de los bienes e instrumentos con que el
demandante ejerce su profesión y el tiempo que permanecieron secuestrados los bienes
embargados (lucro cesante) y por el daño moral causado al actor como profesional médico por el
embargo ilegalmente trabado en sus bienes. OCTAVO: Que el apersonamiento como parte civil del
demandante en el proceso penal y el sobreseimiento de éste, no impide el resarcimiento de los
daños y perjuicios irrogados, ya que el archivamiento del proceso destinado a la investigación del
delito no supone la extinción de la indemnización proveniente de los daños causados. NOVENO:
Que la excepción de pleito pendiente formulado por el demandado a fojas ochentiséis debe
desestimarse ya que entre el presente proceso y el proceso penal que se tiene a la vista no existe
la triple identidad que exije el artículo trescientos trece del Código de Procedimientos Civiles(1),
asimismo la tacha deducida por el demandado a fojas cincuentiocho debe desestimarse por no
haberse acreditado sus fundamentos. Por último la reconvención formulada por el demandado a
fojas diez debe desetimarse ya que la demanda interpuesta por el actor es el ejercicio regular de
un derecho, DECIMO: Que, los documentos de fojas dieciocho a fojas veintiuno, constancia policial
de fojas cuarentiuno, contrato de fojas sesenticuatro corroboran estos fundamentos. La confesión
de ambas partes prestada a fojas cincuentaicuatro y setenticuatro así como la declaración
testimonial de fojas setentisiete no modifican las consideraciones antes expuestas. DECIMO
PRIMERO: Habiéndose demostrado los daños y perjuicios irrogados al actor los mismos que tienen
relación de causalidad con la actitud asumida por el demandado, debe ampararse la demanda,
fijándose el monto indemnizatorio en proporción a los daños causados. Por estas razones, de
conformidad con los artículos mil novecientos sesentinuve, mil novecientos ochentidos, mil
novecientos ochenticuatro y mil novecientos ochenticinco del Código Civil. FALLO: declarando
infundadas la tacha, excepción de pleito pendiente y la reconvención deducida por el demandado y
fundada la demanda de fojas tres en todos sus extremos; en consecuencia ordeno que el
demandado pague al demandante la suma de ciento cincuenta mil dólares, en concepto de
indemnización por los daños y perjuicios irrogados, más intereses y costas del juicio.-

SENTENCIA DE 2a. INSTANCIA.

CORTE SUPERIOR

PRIMERA SALA CIVIL

Lima, once de noviembre de mil novecientos noventidós.-

VISTOS; interviniendo como ponente el señor Chavez Rosales; causa en discordia por mayoría de
votos; con los acompañados; con las instrumentales presentadas ante esta Instancia; por sus
fundamentos pertinentes; y, CONSIDERANDO: que, las omisiones de carácter procesal que no
influyan en el sentido final de una resolución son posibles subsanarse por el Superior Jerárquico
conforme lo prescrito en el artículo mil ochentiséis del Código de Procedimientos Civiles(2) ; que,
por otro lado, en cuanto al considerando sexto de la sentencia apelada, es de advertirse que la
permanencia de bienes muebles a que se refiere y se individualiza no es materia de presunción
cuando éstos no han sido probados debidamente su existencia o inexistencia, siendo así no debe
ser fundamento expreso de motivación del fallo, asimismo, en el cuarto renglón del considerando
en referencia, se alude entre otros a una testimonial de fojas ochocientos noventicinco no
existiendo esta numeración, debe entenderse que se refiere al trescientos noventicinco del
acompañado mencionado; que, en cuanto, al acto jurídico procesal de fojas seis y treinticuatro del
incidente de embargo acompañado, el secuestro de los bienes efectuados en los del actor
corresponde a muebles y enseres necesarios para el ejercicio de la profesión, de éste, siendo
estos todos aquellos medios que procuren, permitan y sean útiles sin hacerse distingo alguno entre
aquellos si son de primer o segundo orden; que, el referido embargo fue solicitado por el
demandado, teniendo éste, pleno conocimiento que en el inmueble dado en arrendamiento al actor,
en el Jirón Diez Canseco número ciento sesenta del Distrito de Miraflores, Lima, no era para darle
finalidad de casa habitación, sino de consultorio médico, tal como aparece expresamente de la
instrumental certificada de fojas sesenticuatro a sesentiocho del principal, la misma que no fue
materia de observación alguna por el demandado, en efecto, se materializaba con aquella solicitud
y realización del embargo en referencia la acción dolosa del demandado conforme prescribe el
artículo mil novecientos sesentinueve del Código Civil(3) ; que, teniendo en cuenta el tiempo
transcurrido del secuestro de los bienes del actor y su limitación para el ejercicio de su profesión
por estos hechos, así como su trayectoria profesional y fecha de su incorporación al Colegio
Médico del Perú, conforme se acredita relativamente con las instrumentales presentadas ante esta
instancia y estando a la facultad de apreciar el mérito de las pruebas actuadas y presentadas y
fijadas el monto indemnizatorio en proporción al daño causado; REVOCARON la sentencia
apelada de fojas ciento treintinueve a ciento cuarentidos, de fecha treintiuno de enero del año
próximo pasado, en el extremo que ordena que el demandado Raúl Porturas Raboag pague al
demandado Elek Karsay Rizsany la suma de ciento cincuenta mil dólares americanos en concepto
de indemnización por los daños y perjuicios irrogados; la que FIJARON en la suma de sesenta mil
dólares americanos o su equivalente en moneda nacional al tipo de cambio del día y lugar de pago;
CONFIRMARON la propia sentencia en todo lo demás que contiene y es materia de la alzada; y los
devolvieron.-

BRAVO CARDENAS.- CHAVEZ ROSALES.- RODRIGUEZ RECARTE.


EL VOTO EN DISCORDIA DEL SEÑOR ORE CARRETERO ES COMO SIGUE: y,
CONSIDERANDO: que el demandado afirma en su demanda que se le embargó indebidamente,
por razón de fondo y forma, muebles e instrumental que le han impedido ejercer su profesión de
médico, causándole daño material y moral que estima en ciento cincuenta mil dólares americanos;
que por sentencia de esta Sala se ha declarado fundada la demanda, existiendo Discordia en
cuanto al monto de la reparación; que como se puede apreciar el expediente de cobro de
arrendamientos que dio origen a este problema y que tiene el número ochocientos cincuenticinco
-ochentisiete, la Segunda Sala Civil de la Corte Superior, con fecha dos de marzo de mil
novecientos ochentiocho, declaró fundada la demanda; es decir que se acreditó la falta de pago de
la merced conductiva, con lo cual se destruye la falta de pago de la merced conductiva, con lo cual
se destruye el argumento del actor de que el proceso no tuvo motivación; que del cuaderno de
embargo preventivo, que se tiene a la vista, derivado del juicio anterior, aparece que los bienes
materia de la medida de embargo fueron los que aparecen del acta de fojas seis y que son un
mueble tipo camilla crema con amarillo de carácter médico; un escritorio de metal, dos sillas de
metal crema con coderas; dos sillas tapizadas en negro de metal; una mesita rodante de médico;
una lámpara de pie plateada; un sillón de gerencia crema grande; una pantalla de radiografías
crema con blanco; una silla de metal color negro; un escritorio de madera, un banquito de pisar
pequeño; con lo cual se desvirtúa también el argumento de la demanda relativa al "instrumental";
que el único bien que podía calificarse como tal podría ser una pantalla para leer radiografías, pero
de ninguna manera sillas o escritorios; que además de lo anterior, se puede apreciar también del
proceso penal que se tiene a la vista, que la denuncia que iniciara este mismo demandante contra
su demandado don Raúl Porturas Raboarg, no prosperó, pues analizado el caso en el dictamen de
fojas seiscientos diez mereció el sobreseimiento de la causa por el Juez Instructor a fojas
seiscientos dieciocho, el veintiséis de junio de mil novecientos noventa, resolución que fue
confirmada por el Undécimo Tribunal Correccional de Lima a fojas seiscientos cincuenticuatro,
quedando esa causa ejecutoriada al haberse declarado a fojas seiscientos cincuentisiete
improcedente el recurso de nulidad interpuesto por el demandante don Elek Karsay Rizsany; que
en cuanto a la falta del ejercicio profesional del demandante por razones de embargo, el mismo se
encarga de desvirtuarlo cuando en el escrito de fojas ocho del cuaderno de embargo suscrito por
su propia persona, afirma, refiriéndose a sus muebles, el dos de octubre de mil novecientos
ochentisiete ... y menos trasladarlos al consultorio que ya tengo alquilado en lugar aparte..."; que
como consecuencia de todo lo anterior, el único argumento válido que queda a favor del actor, es
la del embargo trabado en forma de depósito en lugar de la modalidad de intervención como así lo
ratificó posteriormente el Juez y la Sala Civil a fojas treinta de éste cuaderno; que habiéndose
trabado ese embargo a cuenta y bajo responsabilidad de ese peticionante don Raúl Porturas, y
habiéndose mantenido esa modalidad de embargo durante doce meses y días, le cabe
responsabilidad, la que debe fijarse prudencial y estimativamente, toda vez que el demandante no
ha demostrado con sus libros de ingresos profesionales, declaraciones juradas u otro medio
probatorio, la disminución de sus ingresos, con motivo de los hechos analizados; por estas
consideraciones; MI VOTO es porque se fije en la suma de un mil dólares americanos la
indemnización demandada.-

ORE CARRETERO.-

FALLO DE LA CORTE SUPREMA

Lima, primero de octubre de mil novecientos noventitrés.-

VISTOS; con los acompañados, por sus fundamentos; y, CONSIDERANDO además: que el monto
de la indemnización debe fijarse teniendo en cuenta los hechos concurrentes en la producción del
daño, de los que se advirte entre otros el de haber sido privado el actor de un mueble tipo camilla,
un escritorio de metal, dos sillas de metal crema con coderas, dos sillas tapizadas de negro de
metal, una mesita rodante de médico, una lámpara de pie plateada, un sillón de gerencia crema
grande, una pantalla de radiografías, una silla de metal color negro, un esritorio de madera, un
banquito de pisar pequeño, según acta de fojas seis del incidente de embargo que se tiene a la
vista; así como también que la falta de estos muebles, tampoco podían haberle privado totalmente
de su ejercicio profesional: declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas
doscientos setentidós, su fecha once de noviembre de mil novecientos noventidós, en cuanto
confirmando la apelada de fojas ciento treintinueve, su fecha treintiuno de enero de mil novecientos
noventiuno, declara INFUNDADA la reconvención formulada por el demandado a fojas diez, y
FUNDADA en todos sus extremos la demanda de fojas tres; declararon HABER NULIDAD en la
misma resolución en el extremo que revocando la apelada, fija en sensenta mil dólares americanos
el monto de la indemnización que el demandado debe pagar al demandante; reformando la primera
y revocando la segunda en este punto: FIJARON la referida indemnización en una suma
equivalente en moneda nacional a siete mil dólares americanos; declararon NO HABER NULIDAD
en lo demás que contiene y es materia del grado; en los seguidos por Elek Karsay Rizsany con
Raúl Porturas Raborg sobre indemnización; y los devolvieron.-

Indemnización por daños y perjuicios

El contrato privado de compraventa no es suficiente para enervar la eficacia de la tarjeta de


propiedad del vehículo que causó el accidente de tránsito, por lo que el titular de la misma es
responsable, junto con el conductor, del pago de la indemnización por daños y perjuicios.

Expediente 422-96

ICA

Lima veinte de marzo de mil novecientos noventisiete.

VISTOS: con el acompañado; conociendo la Sala del presente proceso por haberse declarado
fundada la queja, según copia certificada obrante a fojas quinientos veintitrés; y CONSIDERANDO:
Que el contrato privado de compraventa que obra en copia legalizada a fojas ciento dieciséis no es
suficiente para enervar la eficacia de la tarjeta de propiedad del vehículo que corre a fojas
veintiséis del expediente penal que se tiene a la vista con el cual se causó la muerte del esposo de
la actora, de la que aparece que es de propiedad de la demandada Cecilia Bertha Solís de Muñoz;
que el propio emplazado Carlos Jorge Pérez Cordero en su instructiva de fojas treintinueve del
referido acompañado señala que el dominio de dicho automotor corresponde a la precitada
demandada; que aún más, en la sentencia consentida de fojas noventiuno expedida en el aludido
proceso penal se la ha considerado como tercero civilmente responsable y como tal obligada a
pagar solidariamente la reparación civil; que para el efecto de fijar el monto de la indemnización es
necesario tener en cuenta que el accidente de tránsito fue también causado por la imprudencia del
fallecido Pedro Raúl Espiro Cahua, como se tiene fehacientemente establecido en el atestado
policial inserto en el acompañado; y que al estar de lo previsto por la última parte del artículo mil
novecientos ochenticinco del Código Civil el precitado monto devenga intereses legales desde la
fecha en que se produjo el daño; declararon NOHABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas
cuatrocientos sesentiséis, su fecha diecinueve de febrero de mil novecientos noventiséis en el
extremo que confirmando la apelada de fojas cuatrocientos veintinueve, su fecha veintinueve de
noviembre de mil novecientos noventicinco, declara FUNDADA en parte la demanda de fojas
diecisiete, y ordena que los demandados Carlos Pérez Cordero y Cecilia Bertha Solís de Muñoz
paguen solidariamente a la demandante por concepto de indemnización por daños y perjuicios;
HABER NULIDAD en el extremo de la sentencia de vista que ordena que dichos demandados
cancelen solidariamente la suma de quince mil nuevos soles cantidad que la fijaron en cuatro mil
nuevos soles, más los intereses legales computables desde la fecha de la comisión del accidente o
daño; en los seguidos por doña Martha Alejandrina López Calderón con don Carlos Jorge Pérez
Cordero y otra, sobre indemnización por daños y perjuicios, y los devolvieron.

SS. IBERICO / RONCALLA / SEMINARIO / TINEO / ALMEYDA


Indemnización por negligencia de empleadora

Debe ampararse la pretensión de indemnización por daños y perjuicios que ha ocasionado la


enfermedad ocupacional producida por causa atribuible a la empresa demandada, mas no por
motivo de riesgo propio de la actividad minera que ha venido realizando como trabajador de dicha
empresa.
El órgano jurisdiccional debe evaluar el perjuicio producido y la relación de causalidad que el actor
invoca.

Expediente 677-97

Lima, veintiséis de agosto de mil novecientos noventisiete.

VISTOS: en discordia con el cuaderno de Excepción que se tiene a la vista; y CONSIDERANDO:


Primero.- Que el artículo trescientos sesentisiete del Código Procesal Civil establece el requisito de
admisibilidad por el cual la apelación interpuesta debe acompañar el recibo de pago de la tasa
correspondiente; sin embargo, de autos se advierte según Acta de Audiencia de fojas
cuarentinueve, que contra las resoluciones emitidas por el A-quo en dicho acto, que declara
infundadas las excepciones planteadas por la demandada, esta parte interpuso recurso de
apelación, la misma que fue concedida sin efecto suspensivo y con la calidad de diferida; no
obstante ello, el apelante no ha adjuntado el referido comprobante de pago, no cumpliéndose con
uno de los requisitos para el concesorio, por lo que el mismo deviene en nulo; Segundo.- Que
respecto a la prestación demandada resulta relevante que el Juzgador aplique el derecho que
corresponde al proceso aunque no haya sido invocado por el actor, en virtud del principio jurídico
procesal que recoge el artículo sétimo del Título Preliminar del Código Procesal Civil; Tercero.-
Que del texto de la demanda, y de los fundamentos de hecho que en ella se exponen, se aprecia el
sentido concreto y naturaleza de la pretensión jurídica del actor, consistente en el pago, por parte
de su empleadora, de una única indemnización por los daños y perjuicios que le ha ocasionado la
enfermedad ocupacional, detallada en el examen médico de fojas dos, producida por causa
atribuible directamente a la empresa demandada, mas no por motivo de riesgo propio de la
actividad minera que ha venido realizando como trabajador de dicha empresa; Cuarto.- Que
estando a la fecha de la interposición de la demanda, se advierte entonces la vigencia del Decreto
Ley número dieciocho mil ochocientos cuarentisiete que regula lo referente al seguro por
accidentes de trabajo y enfermedad profesional y de su reglamento, el Decreto Supremo número
cero cero dos - setentidós TR cuya primera Disposición General faculta a la víctima del riesgo,
producido por el acto intencional o por negligencia o culpa del empleador, para instaurar las
acciones pertinentes de derecho común a efecto de obtener la indemnización por los daños y
perjuicios invocados, siendo competente el órgano jurisdiccional civil para evaluar el perjuicio
producido, así como la relación de causalidad que el actor invoca; Por tales razones
DECLARARON Inadmisibles las apelaciones interpuestas en la audiencia de fojas cuarentinueve, y
NULO el concesorio emitido en el mismo acto; y Nula la sentencia de fojas sesenticuatro que
declara improcedente la demanda, debiendo el A-quo emitir nuevo fallo pronunciándose sobre el
fondo de la controversia, y devuélvase oportunamente.

S.S.
ARANDA RODRIGUEZ
HIDALGO MORAN
MARTEL CHANG

EL VOTO EN DISCORDIA DE LA SEÑORITA VOCAL BARRERA UTANO ES COMO SIGUE:


Primero.- Que, es materia de grado a) la resolución contenida en la Audiencia de Saneamiento y
conciliación de fojas cuarentinueve a cincuentitrés, que declara infundada la Excepción de
Incompetencia, deducida por la emplazada; b) la sentencia de fojas sesenticuatro a sesentiséis;
Segundo.- Que, en cuanto al primer extremo, se desprende del propio texto de la demanda, que el
actor está pretendiendo el pago de una indemnización por daño derivado de una enfermedad
profesional, contraída en el desempeño de su trabajo al servicio de la demandada; Tercero.- Que,
la competencia es uno de los presupuestos procesales básicos y requisito esencial para la
existencia de una relación jurídica procesal válida; Cuarto.- Que, la demanda, por su objetivo, es de
competencia de los Jueces de Trabajo, como lo señala el artículo cincuentiuno de la Ley Orgánica
del Poder Judicial. Por los fundamentos expuestos MI VOTO es porque se REVOQUE la resolución
contenida en la Audiencia de Saneamiento y Conciliación de fojas cuarentinueve a cincuentitrés, su
fecha veinticinco de noviembre de mil novecientos noventiséis, que declara Infundada la Excepción
de Incompetencia y REFORMANDOLA se declare fundada la Excepción de Incompetencia,
deducida por la emplazada en el cuaderno de su propósito; en consecuencia Nulo lo actuado y por
concluido el proceso dejando a salvo el derecho del demandante para que lo haga valer con
arreglo a ley.

CARMEN BARRERA UTANO

EL VOTO DIRIMENTE DEL SEÑOR MARTEL CHANG ES COMO SIGUE: Con el cuaderno de
excepción que se tiene a la vista; por los fundamentos del voto emitido por las señoras vocales
Aranda Rodríguez e Hidalgo Morán y, CONSIDERANDO además: Primero.- Que, la indemnización
por daños y perjuicios que solicitó el actor es por responsabilidad extracontractual conforme se lee
en el petitorio de la demanda; Segundo.- Que la responsabilidad extracontractual es una figura
jurídica regulada en el Código Civil; Tercero.- Que es en la resolución que pone fin a la Instancia
donde se establecerá si la pretensión del accionante es viable o no; Cuarto.- Que de otro, lado la
nulidad del concesorio de apelación trae como consecuencia que la resolución impugnada quede
firme, y siendo así, en el caso de autos al ser nulo el concesorio de apelación contra el auto que
declaró infundadas las Excepciones planteadas por la demandada, por no haberse pagado la tasa
judicial respectiva, es obvio que ha quedado firme la competencia del Juez Civil; MI VOTO es
porque se declaren Inadmisibles las apelaciones interpuestas en la Audiencia Unica de fojas
cuarentinueve y Nulo el concesorio emitido en el mismo acto; y Nula la sentencia de fojas
sesenticuatro que declara Improcedente la demanda, debiendo el A-quo emitir nuevo fallo
pronunciándose sobre el fondo de la controversia, y devuélvase oportunamente.

ROLANDO MARTEL CHANG

Indemnización: responsabilidad solidaria

Existe responsabilidad solidaria entre el chofer del vehículo y la propietaria del mismo. La
solidaridad no se presume, sólo se establece por ley.
El monto indemnizatorio debe establecerse en moneda de curso legal y separadamente atendiendo
al grado de participación de los demandados en la generación del hecho dañoso, así como la
situación particular del agraviado, su edad, su expectativa de vida, su condición laboral y
profesional.

Expediente 1166-97

Lima, veintidós de agosto de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como Vocal Ponente el señor Lama More; por sus fundamentos pertinentes,
y; CONSIDERANDO: Primero.- Que, conforme se verifica del croquis elaborado por la Policía
Nacional y que en copia certificada corre a fojas quinientos siete de autos, la carpa que instaló la
Super Intendencia Nacional de Administración Tributaria (SUNAT) (designada en el atestado
policial como unidad de tránsito número dos), donde se encontraba laborando el agraviado al
producirse el accidente, estaba ubicada en área de parqueo vehicular; en consecuencia dicha
codemandada infringió disposiciones legales sobre tránsito y seguridad vehicular, conforme se
precisa, en el literal B de las conclusiones del atestado policial, que, no desvirtuado corre en copia
certificada en autos de fojas cuatrocientos treintiséis a cuatrocientos cincuenta; Segundo.- Que,
efectivamente, la instalación indebida de la referida carpa, constituye el resultado de una actitud
negligente de la empleadora de la víctima (hijo de los demandantes), pues al disponer que éste
labore en un lugar inapropiado y expuesto al peligro, ha contribuido en la realización del hecho
dañoso, haciéndolo responsable también, de los daños y perjuicios ocasionados a su servidor;
quedando en consecuencia, obligado a asumir parte del monto indemnizatorio en favor de los
demandantes, atendiendo a la naturaleza culposa de su responsabilidad; Tercero.- Que, conforme
a lo expuesto, la imprudencia de la entidad demandada, ha contribuido en la producción del daño,
provocando la reducción de la indemnización a que están obligados los autores directos e
indirectos del hecho dañoso es decir el chofer del camión y el propietario de éste, en perjuicio de la
víctima, diferencia de costos de daño que deben ser internalizados por referida demandada, a
efectos de compensar a la víctima del daño, o a sus herederos, en forme equitativa y razonable;
Cuarto.- Que, existe responsabilidad solidaria sólo entre el chofer del vehículo (unidad de tránsito
número uno) y la propietaria del mismo, a tenor de lo dispuesto en el artículo 1981 del Código
acotado; sin embargo, no existe solidaridad entre éstos y la Superintendencia Nacional de
Administración Tributaria (SUNAT), pues a los primeros les alcanza la responsabilidad objetiva
prescrita en el artículo 1970 del acotado, por ser los autores de la acción generadora del daño
accionado por un bien riesgoso, lo que no le es aplicable a la última de las nombradas, conforme
se expone en el considerando que antecede; máxime si como lo dispone el artículo 1183 de la
norma glosada, la solidaridad no se presume y sólo se establece por ley; Quinto.- Que, conforme a
lo expuesto, el monto indemnizatorio debe establecerse separadamente, atendiendo al grado de
participación de los demandados en la generación del hecho dañoso conforme está expuesto
líneas arriba; Sexto.- Que, el monto de la indemnización debe regularse prudencialmente,
resultando insuficiente lo establecido por el A-quo, toda vez que debe tenerse en cuenta, además
la situación particular del agraviado, su edad, su expectiva de vida, su condición laboral y
profesional, para lo cual deben merituarse los documentos que en copia legalizada corre de fojas
diez a veintiuno de autos; por lo que corresponde incrementar el referido monto teniendo en cuenta
lo establecido en el artículo 1985 del acotado, debiendo quedar establecido éste en moneda de
curso legal y no en moneda extranjera por tratarse de una responsabilidad extracontractual:
CONFIRMARON la sentencia de fecha nueve de enero de mil novecientos noventisiete, corriente
de fojas setecientos cuarenta a setecientos cuarentisiete, en el extremo que declara fundada la
demanda y ordena que la Empresa Transportes Penta Sociedad Anónima y don Marco Antonio
Zapata Mena paguen en forma solidaria a los demandantes por concepto de indemnización;
REVOCARON la referida sentencia en el extremo que manda a pagar por el concepto antes
indicado la suma de treinticinco mil dólares americanos; REFORMANDOLA dispusieron que los
referidos demandados paguen solidariamente a los demandantes la suma de cien mil Nuevos
Soles, más intereses legales; REVOCARON la misma sentencia, en el extremo que declara
infundada la demanda contra la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (SUNAT);
REFORMANDOLA en ese extremo declararon FUNDADA la demanda, en consecuencia que la
SUNAT pague a los demandantes la suma de veinticinco mil Nuevos Soles por todo concepto
indemnizatorio, más intereses legales, devolviéndose oportunamente; Interviniendo el Señor Lama
More por licencia del Señor Martel Chang.

Indemnización: responsabilidad solidaria. Alcances

La responsabilidad solidaria se encuentra referida al autor indirecto del daño causado, es decir, a la
persona que tuvo bajo sus órdenes al autor directo del mismo.
Para los efectos de establecer el quantum indemnizatorio es preciso verificar la relación de
causalidad adecuada entre el hecho y el daño, así como la magnitud del mismo, las características
particulares y personales del afectado y las circunstancias del evento. El pago debe establecerse
en moneda de curso legal del país, a la que debe agregarse los intereses legales computados
desde la fecha de producido el daño.

Expediente 769-97

Lima, primero de julio de mil novecientos noventisiete.


VISTOS; interviniendo como Vocal ponente el señor Lama More; por sus fundamentos pertinentes;
y CONSIDERANDO: además: Primero.- Que, la responsabilidad solidaria que se precisa en el
artículo 1981 del Código Civil, se encuentra referida al autor indirecto del daño causado, es decir, a
la persona que tuvo bajo sus órdenes el autor directo del mismo; en el presente caso, con el
documento de fojas ochentitrés, reconocido en diligencia de fojas doscientos treintidós, la
testimonial prestada a fojas doscientos treintiuno con arreglo al interrogatorio de fojas doscientos
treinta y el oficio de fojas doscientos, se acredita la condición de autor indirecto de la demandada, y
como consecuencia de ello, su responsabilidad solidaria; Segundo.- Que para efectos de
establecer el quántum indemnizatorio es preciso verificar la relación de causalidad adecuada entre
el hecho y el daño producido, así como el daño a la persona, el daño moral y el lucro cesante; en el
caso sub-materia, el daño corporal producido al demandante proviene como consecuencia directa
del accidente de tránsito ocurrido el veintidós de enero de mil novecientos ochentiocho, conforme
se verifica del inciso "d" del numeral IV del Atestado Policial número 04-PGC-J, corriente de fojas
veinticuatro a veinticinco de autos, ocasionado por el camión de placa WP-tres mil seiscientos
cuatro, que como está indicado, se encontraba a cargo de la demandada; Tercero.- Que, el daño
ocasionado al demandante, tanto el corporal como el moral, así como el lucro cesante, debe ser
compensado por la demandada con una suma de dinero que sea establecida prudencialmente,
atendiendo a la magnitud del mismo, a las características particulares y personales del afectado, y
al momento y circunstancias del evento; Cuarto.- Que, en el presente caso, la suma establecida
por el a-quo en la sentencia recurrida resulta excesiva, y no guarda proporción con la prueba
documental que corre en autos; pues si bien los componentes de la indemnización precisada en el
considerando que antecede, no requiere ser acreditada en montos exactos, sin embargo debe
existir una relación prudente entre la prueba aportada sobre la magnitud del daño causado y la
suma de dinero que la compense: por lo que la referida sentencia debe revocarse, en cuanto al
monto, estableciéndose una suma adecuada; Quinto.- Que tratándose del pago de una suma de
dinero por concepto de indemnización por responsabilidad extracontractual, ésta debe establecerse
en moneda de curso legal en nuestro país, y no en moneda distinta, a la que debe agregarse los
intereses legales computados desde la fecha de producido el daño; Sexto.- Que, por otro lado el a-
quo debe cuidar la correcta foliación del expediente, y disponer que ésta sólo sea modificada con
su expreso consentimiento, lo que no ha sucedido en autos, por lo que se debe llamarse
severamente la atención al secretario de la causa por este hecho, y recomendar al juez mayor celo
en la forma como se trabaja el expediente: CONFIRMARON , en parte, la sentencia de fojas
quinientos cuarentiocho a quinientos cincuenticinco, su fecha veintiocho de octubre de mil
novecientos noventiséis, que declara INFUNDADA la Reconvención interpuesta en el primer otrosí
de su escrito de fojas catorce por la demandada Vera Gutiérrez Sociedad Anónima Contratistas
Generales infundada la excepción de prescripción deducida por la misma demandada en el primer
otrosí de su escrito de fojas ciento cuarenta, sin lugar la tacha formulada a fojas noventiséis contra
los testigos ofrecidos, sin lugar la tacha e impugnación deducida a fojas cien por la misma
demandada, igualmente sin lugar la oposición e impugnación deducida a fojas ciento cuarentiocho
por la misma emplazada, y FUNDADA en parte la demanda de fojas cuatro a ocho, interpuesta por
don Bruno Barbieri Gambini, y se ORDENA a la firma demandada Vera Gutiérrez Sociedad
Anónima Contratistas Generales, abone por concepto de los daños demandados y ocasionados
REVOCARON la referida sentencia, en cuanto al monto indemnizatorio; REFORMANDOLA en ese
extremo establecieron dicho monto en la suma de Veinte Mil Nuevos Soles, más intereses legales
computados desde la fecha en que se produjo el evento; con costas; LLAMARON LA ATENCION ,
por esta única vez, al Secretario de la causa, por la irregularidad precisada, RECOMENDARON
que el a-quo tenga mayor celo en la tramitación del expediente; hágase saber y devuélvase
oportunamente.

S.S.
DÍAZ VALLEJOS
LAMA MORE
MARTEL CHANG

Indemnización: responsabilidad solidaria


La acción indemnizatoria puede dirigirse contra el asegurador por el daño, quien responde
solidariamente con el responsable directo de éste.
No resulta atendible el argumento que la compañía aseguradora ha quedado liberada de
responsabilidad por el siniestro, al no haber la asegurada cumplido con reportar el accidente, pues,
no corresponde ventilarse dentro de este proceso, los incumplimientos contractuales que se
alegan.

Expediente 1416-98

Sala Nº 3

Lima, catorce de julio de mil novecientos noventiséis.

VISTOS: Oídos los informes orales; interviniendo como Ponente la doctora Valcárcel Saldaña; por
sus fundamentos; y, CONSIDERANDO , además, Primero.- Que, del Atestado Policial obrante de
fojas cuatro a fojas ocho, es de verse que el día doce de febrero de mil novecientos noventicuatro,
el ómnibus de placa de rodaje número UG guión ocho mil trescientos cuarentiocho, de propiedad
de la Cooperativa de Transportes Nuevo Perú Limitada, conducido por don Lucio Rodán Mace,
colisionó al automóvil de placa de rodaje número LQ quión nueve mil ochocientos noventidós, de
propiedad de don Andrés Rey Holder, ocasionando daños materiales a dicho automóvil y daños
personales al conductor y propietario del mismo, lesiones que se advierten de los documentos de
fojas diez; Segundo.- Que, acorde a lo preceptuado por el artículo 1970º del Código Civil, aquél
que mediante un bien riesgoso o peligroso, o por el ejercicio de una actividad riesgosa o peligrosa,
causa un daño a otro, está obligado a repararlo; respondiendo conforme a lo dispuesto por el
numeral 1981º, aquel que tenga bajo sus órdenes a otro, por el daño causado por éste, si el daño
se realizó en el ejercicio del cargo o en cumplimiento del servicio respectivo, quedando, ambos,
sujetos a responsabilidad solidaria; pudiendo, acorde a lo establecido por el artículo 1987º, dirigirse
la acción indemnizatoria, contra el asegurador, por el daño, quien responde solidariamente con el
responsable directo de éste; Tercero.- Que, siendo esto así, debe repararse el daño causado al
demandante; Cuarto.- Que, de otra parte, la argumentación de la Compañía La Positiva Seguros y
Reaseguros Sociedad Anónima, en cuanto a que ha quedado liberada de responsabilidad respecto
al siniestro, al no haber la asegurada cumplido con reportar el accidente, al ocurrir el mismo, no
resulta atendible, al no ventilarse, dentro de este proceso, los incumplimientos contractuales que se
alegan; Quinto.- Que, tratándose de un daño sujeto a régimen de seguro obligatorio;
CONFIRMARON la sentencia apelada corriente de fojas ciento cincuentisiete a fojas ciento
sesentidós, su fecha veintidós de enero de mil novecientos noventiocho, que declara fundada en
parte la demanda obrante de fojas quince a fojas veinticuatro, interpuesta el veinticuatro de octubre
de mil novecientos noventicinco, por don Andrés Augusto Rey Holder, consecuentemente, ordena
que la Cooperativa de Transportes Nuevo Perú Limitada y La Positiva Seguros y Reaseguros
Sociedad Anónima, paguen solidariamente al accionante, la cantidad de veinte mil nuevos soles,
por toda indemnización; con costas y costos; y, los devolvieron.

SS. CARRION LUGO / ALVAREZ GUILLEN / VALCARCEL SALDAÑA.

Indemnización: imprudencia. Abandono del puesto de trabajo

Si el demandado abandona imprudentemente el puesto de trabajo sin llevar consigo la llave del
cajón donde guardaba el dinero, el mismo que posteriormente fue robado, implica una
responsabilidad extracontractual culposa, pues no existe prueba que señale que hubiere actuado
con dolo.
Cuando la imprudencia sólo ha concurrido a la producción del daño, la indemnización será
reducida por el Juez según las circunstancias, teniendo en cuenta las condiciones personales del
demandado.
Expediente 1795-97

Sala Nº 3

Lima, diez de abril de mil novecientos noventiocho.

VISTOS; interviniendo como ponente el señor Ramos Lorenzo; por sus fundamentos pertinentes; y
CONSIDERANDO: Primero.- Que, notoriamente el caso de autos es uno de responsabilidad
extracontractual y no de responsabilidad contractual en la que todo aquel que por dolo o culpa
causa un daño a otro está obligado a indemnizarlo; Segundo.- Que no existe prueba alguna de que
el demandado hubiese actuado dolosamente en el hecho sub-materia, siendo su responsabilidad
de naturaleza culposa al haber abandonado imprudentemente su puesto de trabajo sin llevar
consigo la llave del cajón donde guardaba el dinero que posteriormente le fue robado; Tercero.-
Que en tal virtud le es de aplicación el artículo mil novecientos setentitrés del Código Civil,
conforme al cual cuando la imprudencia sólo ha concurrido a la producción del daño, la
indemnización será reducida por el juez según las circunstancias; Cuarto.- Que, en consecuencia
dicha indemnización debe fijarse equitativamente, teniendo en cuenta además las condiciones
personales del demandado; por tales consideraciones: REVOCARON la sentencia apelada de fojas
trescientos treinta uno, su fecha cinco de febrero del año en curso en cuanto declara fundada la
demanda de fojas noventa; REFORMÁNDOLA declararon fundada en parte dicha demanda, y en
consecuencia mandaron que el demandado Víctor Raúl Meza Julca pague al Banco de la Nación
por todo concepto indemnizatorio la suma de diez mil nuevos soles; CONFIRMARON la misma
sentencia contiene; y los devolvieron.

SS. QUIROS AMAYO / RAMOS LORENZO / PALACIOS TEJADA

EL VOTO SINGULAR DE LA SEÑORA PALACIOS TEJADA ES ADEMAS COMO SIGUE: Por los
fundamentos expuestos por el señor Ramos Lorenzo y además: Primero.- Que, conforme se ha
establecido en reiteradas ejecutorias supremas así como en la Casación Nº 1295 del nueve de julio
de mil novecientos noventisiete, publicada en el diario oficial "El Peruano" del cuatro de enero de
mil novecientos noventiocho, acción civil de indemnización es independiente de acción penal
contra el agente del delito y que procede la demanda de indemnización cuando la agraviada no se
constituye como parte civil en el proceso penal, no precluyendo la posibilidad de reclamo la referida
indemnización cuando el demandante constituido como parte civil en el proceso penal se desiste
de esta constitución antes de que se expida sentencia; Segundo.- Que, en el caso de autos con
fecha seis de setiembre de mil novecientos noventiséis el demandante se constituyó en parte civil
en el proceso seguido al demandado por el delito de peculado, modalidad culposa, conforme es de
verse del escrito que en copia certificada corre a fojas cuatrocientos uno y cuatrocientos dos;
Tercero.- Que, sin embargo, el demandante conforme es de verse de su escrito de fojas noventa a
noventitrés presentó su demanda el quince de agosto de mil novecientos noventiséis, es decir,
antes de la fecha en que se constituyera en parte civil en el proceso penal que se le siguiera al
demandado; Cuarto.- Que, siendo ello así al momento de interponerse la presente acción el Banco
demandante se encontraba legitimado para reclamar la indemnización correspondiente, máxime si
a la fecha se ha dictado el Auto de Sobreseimiento en la instrucción que se le siguiera en agravio
de la demandante, conforme se observa de la copia simple que obra a fojas cuatrocientos sesenta;
por estas consideraciones: MI VOTO es porque se revoque la sentencia apelada de fecha cinco de
febrero de mil novecientos noventisiete y REFORMÁNDOLA se declara fundada en parte y en
consecuencia que el demandado abone al Banco demandante la suma de diez mil nuevos soles.

EL VOTO EN DISCORDIA DE LA SEÑORA MAC RHAE THAYS ES COMO SIGUE: Primero.- Que
el apelante pretende cuestionar en esta instancia con la apelación a la sentencia, la falta de
personería de la demandante, hecho que debió ser evaluado en la etapa de saneamiento del
proceso; que conforme dispone el artículo 466º del Código Procesal Civil consentida o ejecutoriada
la resolución que declara la existencia de una relación procesal válida precluye toda petición
referida directa o indirectamente, a la validez de la relación citada; Segundo. - Que, el demandado
es responsable de la suma proporcionada por el Banco para su desempeño como recibidor-
pagador; habiendo admitido éste que actúo negligentemente al retirarse de su puesto de trabajo
dejando la chapa del cajón de su escritorio con el dinero; por tanto no actuó con la diligencia
ordinaria requerida; concluyéndose que actuó con culpa leve, conforme dispone el artículo 1320º
del Código Civil, correspondiendo el pago de la indemnización de acuerdo a lo señalado por el
artículo 1321º de la norma acotada; Tercero.- Que, la recurrida se sustenta al mérito de lo actuado
y de la ley, al amparar la pretensión demandada; por cuyas razones MI VOTO es porque se
confirme la sentencia de fojas trescientos treintiuno, su fecha cinco de febrero del año en curso que
declara fundada la demanda de fojas noventa al noventitrés con lo demás que contiene; en los
seguidos por Banco de la Nación con Víctor Julca Meza sobre indemnización; y los devolvieron.

Indemnización: imprudencia. Vehículo de uso riesgoso

El demandado por el solo hecho de conducir un vehículo de uso riesgoso, está obligado a reparar
el daño, de manera reducida, si se acredita que la actora concurrió imprudentemente en su
producción.
La indemnización debe fijarse en forma proporcional al factor predominante y contributivo del
hecho dañoso, en moneda nacional y teniendo en cuenta los gastos médicos y asistenciales
asumidos por los demandados.

Expediente 120-98

Sala Nº 3

Lima, ocho de mayo de mil novecientos noventiocho.

VISTOS: Interviniendo como Vocal ponente el señor Alvarez Guillén; por sus fundamentos, y
CONSIDERANDO: Además, Primero.- Que, se trata de una imputación de responsabilidad
extracontractual objetiva y por ello es aplicable al caso de autos la previsión legal prevista en el
artículo mil novecientos setenta del Código Civil; Segundo.- Que, al acreditarse la producción del
hecho con la investigación policial de fojas sesentiocho, también reconocida a través del proceso
por los emplazados, les correspondía en su descargo probar que el daño, igualmente admitido, fue
consecuencia de caso fortuito o fuerza mayor, de hecho determinante de tercero o de la
imprudencia de quien padece el daño; Tercero.- Que, el atestado policial informa que el suceso
ocurrió cuando la víctima descendió del vehículo causante del daño y trató de abordar uno distinto
y que resbaló siendo presionada la pierna con su llanta, lo que revela que hubo imprudencia de
quien lo padeció y que, el conductor y demandado, por el solo hecho de conducir un vehículo
naturalmente de uso riesgoso y con peso mucho mayor al del cuerpo humano, está obligado a
reparar el daño aunque reducido al acreditarse que la actora concurrió en su producción; Cuarto.-
Que, siendo así, la indemnización debe fijarse en forma proporcional al factor predominante y
contributivo del hecho dañoso, en moneda nacional y teniendo en cuenta los gastos médicos y
asistenciales asumidos por los demandados; por lo que: CONFIRMARON la sentencia de fojas
doscientos catorce a doscientos diecisiete, de fecha cuatro de noviembre de mil novecientos
noventisiete, en cuanto declara fundada en parte la demanda de fecha catorce de noviembre de mil
novecientos noventicinco; la REVOCARON en cuanto al monto y en cuanto a la moneda elegida,
reformándola en estas partes, señalaron por toda indemnización la suma de dieciocho mil nuevos
soles, más intereses legales desde la fecha de producción del daño, con costas y costos; y los
devolvieron, en los seguidos por María Canales Enciso contra Empresa de Transportes Santa
Clara Sociedad Anónima y otro sobre Indemnización.

SS. QUIROS AMAYO / ALVAREZ GUILLEN / BRAITHWAITE GONZALES

LOS CONSIDERANDOS DEL VOTO SINGULAR DEL SEÑOR QUIROS ES COMO SIGUE: Por los
fundamentos pertinentes de la ponencia del señor Alvarez Guillén; y, CONSIDERANDO: Primero.-
Que el presente caso se refiere a responsabilidad subjetiva contractual, por cuanto se ha
examinado si existe negligencia en la conducción del vehículo causante del accidente de tránsito
desprendiéndose de lo actuado que el conductor del vehículo no tomó las medidas suficientes para
evitar el accidente y por ello ha sido denunciado penalmente como es de verse de la fotocopia de
fojas noventinueve e inclusive del mismo texto de la manifestación policial del demandado de fojas
setentitrés, se desprende que este último reconoce que después que bajó el demandante del
vehículo, los pasajeros decían la voz de alarma por lo que al ir a constatar qué sucedía verificó que
la hoy demandante se hallaba en el suelo con el pie izquierdo debajo de la llanta trasera, hecho
que evidentemente le acarrea responsabilidad; en tal virtud es de aplicación el artículo mil
novecientos sesentinueve del Código Procesal Civil; Segundo.- Que, sin embargo, hay que tener
en cuenta la culpa concerniente de la víctima del daño, para disminuir el monto de la
indemnización, de conformidad con el artículo mil novecientos setentitrés del mismo texto.

Indemnización por enfermedad: plazo para interponer la demanda

Si del examen médico ocupacional se determina que el actor adolece de silicosis, el término
prescriptorio tiene que contarse desde que se diagnostica la enfermedad, no antes.

Expediente 510-98

Sala Nº 3

Lima, doce de junio de mil novecientos noventiocho.

AUTOS y VISTOS; Interviniendo como Vocal ponente el señor Quirós Amayo; y, ATENDIENDO:
Primero.- Que como se aprecia del certificado sobre examen médico ocupacional, de fecha diez de
diciembre de mil novecientos noventiséis, se ha determinado que el actor adolece de Silicosis en
segundo estadio de evolución con incapacidad del setenticinco por ciento para todo trabajo que
demande esfuerzo físico; Segundo.- Que la demanda se ha interpuesto el dos de abril de mil
novecientos noventisiete, según el cargo de fojas uno; Tercero.- Que siendo éstos los
presupuestos fácticos hay que concluir que la demanda se halla presentada oportunamente, por
cuanto el término prescriptorio tiene que contarse desde que se diagnostica la enfermedad no
antes y por consiguiente no es aplicable el inciso 4 del artículo 2001 del Código Civil; por estos
fundamentos de orden legal; REVOCARON la resolución apelada emitida en la audiencia de
saneamiento y conciliación obrante a fojas doscientas diecisiete a doscientas dieciocho, su fecha
diecinueve de diciembre último, que declara fundada la excepción de prescripción extintiva
deducida por la empresa demandada; REFORMÁNDOLA : declararon infundada la excepción de
prescripción extintiva propuesta y dispusieron que continúe el trámite de la causa según su estado;
en los seguidos por Miguel Grijalva Puntay contra Empresa Centromín Perú Sociedad Anónima
sobre indemnización; y los devolvieron.

SS. QUIROS AMAYO / ALVAREZ GUILLEN / BRAITHWAITE GONZALES

Indemnización: tipo de moneda

Fijar la indemnización en moneda nacional, cuando ella se ha solicitado en moneda extranjera,


carece de toda justificación, porque el demandado al contestar la demanda no hizo objeción alguna
al respecto.
No existe prohibición alguna para establecer las reparaciones en moneda extranjera, sino que del
texto del artículo 1235º y 1236º del Código Civil, fluye que ello es facultad del Juez, al fijar el valor
de cualquier pretensión dineraria, para que el monto de la obligación se mantenga reajustado al
valor constante.

Expediente 2479-97

Sala Nº 3
Lima, doce de marzo de mil novecientos noventiocho.

VISTOS; interviniendo como Vocal ponente el señor Alvarez Guillén; por sus fundamentos
pertinentes; y CONSIDERANDO además: Primero.- Que, la contribución que la actitud de la
demandante provocó en el suceso dañoso de dos de julio de mil novecientos noventiséis deriva en
la disminución de la indemnización conforme el artículo mil novecientos setentitrés del Código Civil,
pero no exime a quien originó ese resultado con su conducta culposa de pagarla; Segundo.- Que la
fijación de la indemnización en moneda nacional cuando ella se ha solicitado en moneda
extranjera, carece de toda justificación tanto porque el demandado al contestar la demanda no hizo
objeción alguna al respecto cuanto porque no existe norma legal que imponga al Juez la aplicación
de tal criterio; Tercero.- Que, es más, no solamente no existe prohibición alguna de establecer las
reparaciones en moneda extranjera sino que del propio texto de los artículos 1235 y 1236 del
Código Civil fluye que ello es facultad del Juez al fijar el valor de cualquier pretensión dineraria para
que el monto de la obligación se mantenga reajustada a valor constante; por lo que:
CONFIRMARON el auto apelado de fojas ciento tres, dictado en la audiencia de saneamiento
procesal y conciliación de fecha dieciséis de diciembre de mil novecientos noventiséis, que declara
infundada las tachas interpuestas por el demandado; CONFIRMARON la sentencia apelada
obrante a fojas ciento setentiséis a ciento setentinueve, su fecha veinticinco de julio de mil
novecientos noventisiete, rectificada a fojas ciento ochentidós, que declara fundada en parte la
demanda y, en consecuencia, ordena que el demandado Víctor Quiroz Liñán cumpla con pagar a la
actora por todo concepto indemnización la suma de cinco mil dólares, más intereses legales desde
la fecha en que se produjo el evento dañoso; costas y costos; y los devolvieron; en los seguidos
por Elena Pomero Cruzado con Víctor Quiroz Liñán sobre indemnización.

SS. ALVAREZ GUILLEN / HASEMBANK ARMAS / PALACIOS TEJADA

Indemnización: elementos concurrentes (inejecución de obligaciones, imputabilidad y daño)

Para que proceda la indemnización de daños y perjuicios se requiere la concurrencia de tres


elementos: la inejecución de la obligación, la imputabilidad del deudor y el daño.
Corresponde al acreedor demostrar la existencia de la obligación y al Juez apreciar la inejecución
de la misma o su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso. La carga de la prueba recae sobre el
afectado por el cumplimiento.

Expediente 3389-97

Sala Nº 3

Lima, veinte de marzo de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como Vocal Ponente la señora Gastañadui Ramírez, por sus fundamentos
pertinentes, y, CONSIDERANDO además: Primero.- Que para que proceda la indemnización de
daños y perjuicios se requiere la concurrencia de tres elementos, la inejecución de la obligación, la
imputabilidad del deudor y el daño; Segundo.- Que en el caso de autos si bien con el mérito de los
documentos obrante de fojas nueve a diecisiete se dio la buena pro a la empresa TECNOTRANS
Sociedad Anónima, que fue la que hizo la propuesta más alta, también lo es que la demandante no
ha acreditado que esa circunstancia le hubiere ocasionado un perjuicio real, carga de la prueba
que conforme a lo previsto en el artículo mil trescientos treintiuno del Código Civil recae sobre el
afectado por el incumplimiento; Tercero.- Que no basta presumir el daño, éste tiene que ser
acreditado, pues no sólo es necesario escoger la propuesta más barata, sino también merituar
otros factores como la conveniencia técnica de los camiones de propiedad de la empresa escogida,
sobre cuyo servicio no se ha hecho mención alguna, infiriéndose la satisfacción con el mismo;
Cuarto.- Que para determinar si ha existido responsabilidad de la parte demandada, hay que
establecer en primer lugar cuáles son las obligaciones nacidas del acuerdo de las partes que ha
sido incumplida, pues conforme a lo previsto en el artículo mil doscientos veintinueve del Código
Civil, corresponde al acreedor acreditar la existencia de la obligación y al Juez apreciar en cada
caso, la inejecución de la misma, o su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso, lo que en el caso
de autos ha ocurrido, por lo que la pretensión de la parte demandante no puede ser amparada. Por
tales fundamentos, CONFIRMARON : la sentencia apelada obrante de fojas doscientos nueve a
doscientos doce, su fecha treinta de setiembre último que falla declarando INFUNDADA la
demanda de fojas ciento veintiuno a ciento cuarenta, con lo demás que contiene. Y los devolvieron
en los seguidos por la Empresa Municipal Administradora de Peaje de Lima con Juan Pescio
Ramos.

SS. CARRION LUGO / TORRES CARRASCO / GASTAÑADUI RAMIREZ

Indemnización: cobro de horas extras indebidas

Debe ampararse la pretensión de indemnización al establecerse que el demandado ha cobrado


indebidamente sumas de dinero por horas extras no trabajadas efectivamente, pues, ello implica la
presencia de mala fe en la percepción de los referidos incrementos en sus haberes.
La restitución de los montos pagados al Instituto de Seguridad Social, al Sistema Nacional de
Pensiones y al Fondo Nacional de Vivienda, deben ser reclamados por la actora en la forma legal
correspondiente.

Expediente 82-98

Sala Nº 3

Lima, treinta de julio de mil novecientos noventiocho.

VISTOS: Interviniendo como ponente la señora Palacios Tejada; por sus fundamentos pertinentes,
y CONSIDERANDO: Primero.- Que, la empresa actora acude al órgano jurisdiccional a fin que el
demandado le restituya la suma de catorce mil seiscientos ochenticuatro nuevos soles con
treintidós céntimos, suma percibida indebidamente por éste, más los intereses devengados así
como cumpla con indemnizarla con la suma de cuarenticinco mil nuevos soles por los daños y
perjuicios ocasionados; Segundo.- Que, respecto a las pretensiones demandadas se debe
establecer si el demandado percibió la suma que se solicita se restituya en los años de mil
novecientos noventitrés y mil novecientos noventicuatro por conceptos no trabajados
efectivamente; Tercero.- Que, al respecto, la suma cuya restitución se pretende se la relaciona con
la declaración jurada prestada por don Oscar Salazar Casas, ex técnico de la actora, que en copia
simple corre de fojas cuatro a once, en la que éste reconoce que ingresó información no
sustentada al sistema mecanizado de planillas de la empresa, beneficiando indebidamente a
obreros de la entidad demandante, declaración que debe ser compulsada con los demás medios
probatorios; Cuarto.- Que, con los documentos denominados hojas de autorización de horas extras
que obran de fojas ciento veintiocho a doscientos cuarenticinco, se aprecia de varias de ellas que
el demandado tenía autorización por dicho concepto desde cero horas hasta las ocho horas (de
doce de la noche a ocho de la mañana), en otros desde ocho horas a las veinticuatro horas (de
ocho de la mañana a doce de la noche) y en otros desde las dieciséis horas a las veinticuatro
horas (de cuatro de la tarde a doce de la noche) lo que significa que indistintamente trabajaba
horas extras en jornadas de la noche a la mañana y de la mañana a la noche, sin distinción del
horario normal de trabajo; Quinto.- Que, como se observa de la hoja corriente a fojas ciento
cuarentitrés el demandado inició labor de horas extras el día treintiuno a las ocho horas hasta las
veinticuatro horas y los días primero, dos y tres de cero horas a ocho horas, lo que significa que
realizó labor ininterrumpida desde el treintiuno al primero, sin realizar su jornada normal de trabajo;
Sexto.- Que, con las hojas corrientes a fojas ciento treintidós a ciento treintitrés, ciento cuarentiséis,
ciento cuarentiocho, ciento cincuenticuatro se acredita de igual modo la incongruencia de realizar
jornadas de labor ininterrumpida e inclusive horas extras de más de dieciséis horas seguidas, lo
que crea convicción en este Colegiado de que el demandado ha percibido pagos por horas no
trabajadas; Sétimo.- Que, de lo expuesto precedentemente se concluye que las referidas
autorizaciones han repercutido indudablemente en los montos que aparecen en las boletas de
pagos que obran de fojas veintinueve a ciento veintiuno, conforme se desprende de los
documentos que corren de fojas veinticuatro a veintiocho, por lo que resulta amparable la demanda
a fin que se restituya lo indebidamente cobrado, en aplicación de lo dispuesto por el artículo 1267
del Código Civil; Octavo.- Que, sin embargo no resulta atendible la restitución de los montos
pagados al Instituto Peruano de Seguridad Social, al Sistema Nacional de Pensiones y al Fondo
Nacional de Vivienda, dado que estos pagos que ascienden a la suma de dos mil setenticinco
nuevos soles con noventinueve céntimos (y que deben ser descontados de la suma demandada
por pago indebido) se han efectuado a las referidas entidades y deben ser reclamadas por la
actora en la forma legal correspondiente; Noveno.- Que, en cuanto a la pretensión de
Indemnización de Daños y Perjuicios, también merece ser amparada, al haberse establecido que el
demandado ha cobrado indebidamente sumas de dinero por horas extras no trabajadas
efectivamente, pues ello implica la presencia de mala fe por el demandado en la percepción de los
referidos incrementos en sus haberes, resultando así aplicable al caso de autos el artículo 1276 del
Código Civil que establece que quien acepta un pago indebido, de mala fe, queda obligado a
restituir el íntegro del valor de la prestación, más la correspondiente indemnización de Daños y
Perjuicios, cuyo quantum debe ser fijado de manera prudencial; por estas consideraciones:
CONFIRMARON la sentencia de fojas trescientos cincuenticuatro a trescientos cincuentisiete, su
fecha diecinueve de agosto de mil novecientos noventisiete, en el extremo que declara
INFUNDADA la reconvención de fojas doscientos noventidós a doscientos noventisiete; la
REVOCARON en el extremo que declara infundada la demanda de fojas doscientos setentisiete a
doscientos ochentiséis; y REFORMÁNDOLA declararon FUNDADA en parte la misma, en
consecuencia que el demandado cumpla con pagar a la demandante por concepto de devolución
de lo indebidamente pagado, la suma de doce mil seiscientos ocho nuevos soles con treintitrés
céntimos más los intereses legales devengados desde la fecha de los pagos percibidos en forma
indebida; asimismo cumpla el demandado con pagar la suma de tres mil nuevos soles, por
concepto de indemnización de daños y perjuicios; sin costas ni costos, en los seguidos por Servicio
de Agua Potable y Alcantarillado de Lima - SEDAPAL - con Williams Tardío Guzmán sobre
Restitución de Dinero y otros; y los devolvieron.

SS. CARRION LUGO / CARBAJAL PORTOCARRERO / PALACIOS TEJADA

Indemnización: cónyuge inocente. Daño moral

El juez puede conceder una suma de dinero en concepto de reparación del daño moral, cuando los
hechos que han determinado el divorcio comprometen gravemente el legítimo interés personal del
cónyuge inocente.
La suma debe establecerse de acuerdo a las circunstancias personales del cónyuge obligado al
resarcimiento, como es el no contar con trabajo fijo.

Expediente 490-98

Sala Nº 2

Lima, veintiocho de abril de mil novecientos noventiocho.

VISTOS; con el acompañado; interviniendo como Vocal Ponente el señor Sáez Palomino; por sus
fundamentos pertinentes; y, CONSIDERANDO , además: Primero.- Que, es elevado en apelación
el extremo de la sentencia que dispone el pago de cuatro mil soles por parte del demandado, don
Eduardo Meza Chávez por concepto de Indemnización por daño moral a la actora doña Nancy
Gloria Vera Rodríguez; Segundo.- Que, en lo que respecta al extremo que declara la disolución del
vínculo matrimonial contraído entre las partes, éste no ha sido materia de apelación, por lo que se
procederá conforme a lo dispuesto en el artículo 359º del Código Civil; Tercero.- Que la causal
invocada de violencia física ha quedado demostrada con las denuncias policiales obrantes a fojas
siete y dieciséis; así como del expediente acompañado, signado con el número doscientos
veinticuatro guión noventiséis, seguido ante el Primer Juzgado de Paz de San Juan de Miraflores,
contra el recurrente, por faltas contra la persona -agresión- en agravio de la demandante; y, con las
testimoniales vertidas en la Audiencia de Pruebas, la misma que obra de fojas noventicuatro a
noventisiete; Cuarto.- Que, en cuanto al extremo de la reparación por daño moral a favor de doña
Nancy Gloria Vera Rodríguez, debe tenerse en cuenta lo estipulado en el artículo 351º del Código
precitado, es decir que si los hechos que han determinado el divorcio comprometen gravemente el
legítimo interés personal del cónyuge inocente, el juez podrá concederle una suma de dinero por
concepto de reparación del daño moral; Quinto.- Que, en efecto los hechos configurativos de la
causal demandada han afectado a la actora, pero si bien es cierto que se debe fijar una suma que
repara el daño causado, también lo es que ésta debe ser establecida de acuerdo a las
circunstancias personales del cónyuge obligado a dicho resarcimiento, pues se evidencia del
Informe Social efectuado, obrante de fojas ciento dos a ciento cuatro que éste no cuenta con un
trabajo fijo; fundamentos por los que; REVOCARON, el extremo apelado de la sentencia que
ordena que por concepto de daño moral el demandado debe pagar a la actora la suma de cuatro
mil soles; y, REFORMÁNDOLA; Fijaron dicho concepto en la suma de mil soles: APROBARON , el
extremo de la sentencia que declara disuelto el vínculo matrimonial contraído por don Eduardo
Meza Chávez y doña Nancy Gloria Vera Rodríguez, al seis de diciembre de mil novecientos
sesentinueve, ante la Municipalidad Distrital de Breña, Provincia y Departamento de Lima;
APROBARON , en lo demás que contiene; y, los devolvieron.

SS. SAEZ PALOMINO / TELLO GILARDI / ALVAREZ OLAZABAL

Indemnización: uso de bien riesgoso

Si bien importa una responsabilidad extracontractual objetiva, el uso de un bien peligroso, como es
la conducción de un vehículo automotor, también es que la indemnización puede reducirse si el
daño fue consecuencia de la imprudencia de quien la provocó, como sería el exceso de confianza
de parte del peatón, al ingresar a una intersección sin prever la maniobra intempestiva del chofer
del vehículo.

Expediente 1028-98

Sala Nº 3

Lima, diecisiete de junio de mil novecientos noventiocho.

VISTOS; interviniendo como Vocal ponente el señor Alvarez Guillén; por sus fundamentos
pertinentes; CONSIDERANDO: Primero.- Que, se trata de una pretensión de responsabilidad
extracontractual objetiva por el uso de un bien peligroso, como sin duda representa la conducción
de un vehículo automotor; Segundo.- Que, son eximentes de la reparación cuando el daño fue
consecuencia de -entre otros- la imprudencia de quien padece el daño, y si ésta sólo concurre en
su producción, la indemnización será reducida por el juez según las circunstancias, conforme los
artículos mil novecientos setentidós y mil novecientos setentitrés del Código Civil; Tercero.- Que,
en el caso de autos, el atestado policial de fojas ciento cincuentisiete concluye como factor
contributivo del hecho el exceso de confianza de parte del peatón al ingresar a una intersección sin
prever la maniobra intempestiva del chofer del vehículo; Cuarto.- Que, además, debe tenerse en
cuenta para fijar la indemnización los daños ocurridos en la integridad física del demandante, los
que se encuentran expuestos en el certificado médico de fojas quince, a saber: fractura en la
pelvis, fracturas en las dos piernas y lesiones en la piel, originando su internamiento en un hospital
nacional por nueve días, los gastos efectuados en su recuperación, lo que supone el lucro cesante
de una persona que laboraba como cobrador de un microbús y el daño moral que causa ese
incidente a la persona misma y a su familia; Quinto.- Que, siendo así, cabe concluir que los daños
ocurridos en la persona no son graves y que van a permitir su recuperación gradual, que los gastos
no son cuantiosos y que lo dejado de percibir por el tiempo que permaneció internado y por un
lapso prudente de convalecencia tampoco lo es; por lo que, aplicando el criterio de conciencia que
permite la ley: CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas ciento sesentinueve a ciento
setentiuno, de fecha catorce de noviembre de mil novecientos noventisiete, que declara Fundada
en parte la demanda de fojas veintiocho a treintitrés, subsanada a fojas treintisiete y en
consecuencia los demandados empresas de Transportes "TRASMAR" Sociedad Anónima y Romel
Luna Alarcón deben pagar en forma solidaria al demandante don Benjamín Dávila Burga con
indemnización una suma de dinero; REVOCARON , en cuanto al monto, Reformándola en esta
parte, señalaron por toda indemnización la suma de doce mil quinientos nuevos soles, más
intereses legales, con costas y costos del proceso; y los devolvieron; en los seguidos por Benjamín
Dávila Burga con Empresa de Transporte TRANSMAR Sociedad Anónima y otro sobre
Indemnización.

SS. CARRION LUGO / FERREYROS PAREDES / ALVAREZ GUILLEN

La responsabilidad civil por accidentes de tránsito y el Código Civil Peruano (C) (*)

TABOADA CORDOVA, LIZARDO

(*) Esta jurisprudencia fue publicada en el Tomo N° 6 de Diálogo con la Jurisprudencia

La responsabilidad civil por accidentes de tránsito debe ser regulada y establecida en base al
artículo 1970º del Código Civil, es decir, que se trata de un supuesto de responsabilidad civil
extracontractual objetiva fundamentada en el factor de atribución denominado "riesgo". En tal
supuesto, se hace abstracción de cualquier referencia a la culpabilidad, es decir, al aspecto
subjetivo del autor del daño causado a la víctima, pues basta con acreditar el daño causado, la
relación de causalidad y el factor de atribución en el sentido que deba tratarse de un bien o de una
actividad riesgosa o peligrosa.

Lima, diez de julio de mil novecientos ochentiséis

VISTOS; resulta de autos: A fojas dos doña Andrea Almendrades Curo viuda de Llartinhuay
interpone demanda ordinaria en contra de la Empresa Morales Moralitos y de don Crisóstomo
Gayona Rivera para que en forma solidaria le paguen la suma de Diez Millones de soles oro, por el
daño moral, material y económico causado a la demandante y a sus dos menores hijas llamadas
Gladys y Silvia Llartinhuay Almendrades, por fallecimiento de su esposo don Teófilo Llartinhuay
Casapaico ocurrido en un accidente de tránsito el treinta de junio de mil novecientos ochentidós,
siendo responsables la Empresa Morales Moralitos como propietario del Omnibus y don
Crisóstomo Gayona Rivera como chofer del mismo; manifiesta que el evento se produjo en
circunstancias que su esposo se dirigía a su centro de trabajo, cuando a la altura de la cuadra
cinco de la Avenida Canto Grande se produjo el choque entre el automóvil en que viajaba de placa
de rodaje número IL-tres mil quinientos noventicinco, marca Volkswagen de color blanco,
conducido por don Nicolás Bori Santa Cruz y el ómnibus de sin placa de rodaje marca Pegaso,
cuyo conductor se dio a la fuga, luego de una carrera temeraria colisionó por la parte posterior del
antes citado vehículo, haciéndolo chocar contra una pared refiere que a consecuencia de dicho
accidente resultaron heridos además de su esposo otras personas, quienes fueron conducidas al
Hospital del Rímac, falleciendo posteriormente su esposo don Teófilo Llartinhuay Casapaico, a
causa de un traumatismo encéfalo craneana el mismo día de los hechos. Cita como fundamento de
derecho lo dispuesto en el Artículo mil ciento treintiséis del Código Civil; admitida la demanda se
corrió traslado a los demandados; absuelto el trámite en rebeldía de los demandados, se recibió la
causa a prueba, por decreto de fojas nueve; actuadas las que aparecen de autos, habiéndose
pedido sentencia, es el caso de expedirla; y CONSIDERANDO: Que, la excepción de prescripción
deducida por la co-demandada Transportes Morales Sociedad Anónima a fojas ciento catorce
deviene infundada, por cuanto al interponerse la presente acción, nueve de mayo de mil
novecientos ochentitrés no había transcurrido el término de la prescripción alegada, computando
desde la fecha del deceso acaecido el treinta de junio de mil novecientos ochentidós; que, por otro
lado, según el atestado veintiséis cuarenta G.S.T. de fojas veintitrés a cuarentiocho y la partida de
defunción de fojas once del que fue Teófilo Llartinhuay se ha probado el accidente de tránsito
causado por el ómnibus de placa de rodaje cinco mil setecientos sesenta y el automóvil de placa
de rodaje serie IL-tres mil quinientos, a la altura de la sexta cuadra de la Avenida Canto Grande,
del distrito de San Juan de Lurigancho el treinta de junio de mil novecientos ochentidós y la
defunción a consecuencia de tal accidente del nombrado Teófilo Llartinhuay, del que se deduce
que el ómnibus de la Empresa circulaba por la Avenida Canto Grande, de Norte a Sur, por el lado
derecho de la calzada a una velocidad aproximada de cincuenta kilómetros por hora y por su parte
a la unidad número dos se hallaba también desplazándose en el mismo sentido por la misma vía
ocupando el lado derecho de la calzada; que cuando se encontraba ésta última momentáneamente
detenido es impactada por la unidad antes citada, haciéndola chocar contra una pared llegándose
a atropellar en el trayecto a un peatón, mientras que el vehículo uno sale desviado hacia el Sur-
Este, para quedar sobre el jardín separador central; que como consecuencia de dicho impacto los
ocupantes del vehículo número dos resultaron lesionados entre ellos de gravedad fue conducido al
Hospital del Rímac, donde dejó de existir; que del atestado fluye que el vehículo número uno de
propiedad de la Empresa demandada se hallaba desplazándose a una velocidad inapropiada,
hecho que le impidió controlarse y evitar el accidente; fluye también que dicho vehículo tenía fallas
mecánicas, por lo que existió negligencia de parte de su conductor y de la Empresa propietaria al
permitir su uso en circunstancias que no prestaba seguridad ni para sus pasajeros, conductor y
terceros; que siendo así procede amparar la demanda condenando a los demandantes reparar el
daño causado; que, de otro lado debe considerarse que la muerte originada por el accidente
referido ha traído como consecuencia el desamparo económico de la cónyuge accionante y sus
hijos, por tanto dichos daños son reparables a tener de los establecido en el Artículo mil
novecientos setenta del Nuevo Código Civil por haber contravenido el artículo cincuentinueve del
inciso d) Capítulo Sexto, Artículo ciento cuarentiuno, inciso a) Capítulo Sexto, Artículo ciento
cuarentiuno, inciso a) Capítulo dieciséis del Reglamento General de Tránsito; que la actora con la
partida de matrimonio de fojas Diez ha probado ser cónyuge del occiso y las partidas de fojas doce
y trece, acreditan que también han quedado agraviados por esa desaparición los hijos del occiso
Gladys y Silvia Llartinhuay Casapaico, como se acreditan con la declaratoria de herederos que en
copia certificada obra a fojas catorce; por estas consideraciones, de conformidad con la norma
citada y el Artículo doscientos noventiséis del Código de Procedimientos Civiles, FALLO:
Declarando infundada la excepción de prescripción deducida por la co-demandada Empresa
Morales Sociedad Anónima; y fundada en parte la demanda de fojas dos y su ampliación de fojas
ciento seis; y en consecuencia, ordenó que el representante legal de la Empresa demandada y don
Crisóstenes Rayona Rivera pague en forma solidaria a la demandante con la suma de Seis Mil
Intis, por todo concepto de indemnización causada por la muerte del cónyuge de la actora. Interese
y costas.-

NESTOR POMAREDA,
Juez del Tercer Juzgado en lo Civil de Lima

MARINO ESCOBAR,
Secretario Adscrito al Tercer Juzgado Civil

SEÑOR JUEZ DE PRIMERA INSTANCIA

LUIS SOSA MANRIQUE, en la representación de Transportes Morales S.A., en los seguidos con
Andrea Almendrades Curo, sobre indemnización respetuosamente digo: Que absolviendo el
traslado de la demandada que se me ha corrido, cumplo con exponer los siguiente:

a).- Que los fundamentos que esgrime la demandante no se ajustan a la realidad de los hechos,
pues su esposo como víctima también contribuyó a que se produjera el lamentable accidente.

b).- Que de acuerdo a las investigaciones policiales el chofer que manejaba el ómnibus de mi
representada hizo todo lo posible para evitar el accidente.
Por tanto:

Al Juzgado pido se sirva disponer conforme a ley.

OTROSI DIGO: Que de conformidad con lo prescrito en el Art. 312 del C.P.C. concordado con lo
prescrito en el Art. 1168 Inc. 6º del C.C., pues de acuerdo a lo expuesto en la demanda y a la fecha
en que se produjo el accidente han transcurrido más de dos años que señala el mencionado
dispositivo legal del C.C. derogado y que es de aplicación para el caso de autos. Pero, sin embargo
dicho plazo también se fija en el Inc. 4º del Art. 2001 del C.C. vigente.

Lima, 22 de mayo de 1985


TRANSPORTES MORALES S.A.

Exp. Nº 2472-86

Lima, veintidós de abril de


mil novecientos ochentisiete

VISTOS; con el acompañado, interviniendo como Vocal ponente el señor Castillo Castillo; por sus
fundamentos pertinentes; y, CONSIDERANDO: que a fojas ciento seis se varió la demanda,
reclamándose cien millones de soles por concepto indemnizatorio, en lugar de los diez millones
que se había pedido inicialmente; que el monto indemnizatorio debe fijarse con criterio prudencial,
teniéndose en cuenta que la causa del accidente de tránsito fue la excesiva velocidad del ómnibus
marca Pegaso, conducido por el co-demandado Crisóstomo Gayona Rivera, de propiedad de
Transportes Morales Sociedad Anónima, vehículo éste que tenía los frenos en mal estado como lo
reconoce el primero de la diligencia de fojas treinticuatro y treinticinco; que de lo actuado fluye
también que el conductor del automóvil en que viajaba el occiso también contribuyó con su culpa a
la realización del evento, al parar para recoger pasajeros en un lugar inapropiado, que con el
fallecimiento del esposo de la accionante, se ha causado un grave daño moral y material a esta y a
sus hijos: CONFIRMARON la sentencia de fojas ciento cincuenta, su fecha diez de julio de mil
novecientos ochentiseis en cuanto declara fundada en parte la demanda de fojas dos, variada a
fojas ciento seis; la REVOCARON en cuanto al monto indemnizatorio el que FIJARON en Treinta
Mil Intis; la CONFIRMARON en lo demás que contiene; y los devolvieron.-

CASTILLO CASTILLO
SALGUERO DE GUZMAN
MORALES LAVAUD

Exp. Nº 1459-87

LIMA

Lima, veintinueve de mayo de mil novecientos ochentinueve.-

VISTOS, con el acompañado, y CONSIDERANDO: Que el monto de la indemnización debe fijarse


teniendo en cuenta la gravedad del evento y las circunstancias de su producción: declararon
HABER NULIDAD en la resolución de vista de fojas ciento setentidós, su fecha veintidós de abril de
mil novecientos ochentisiete, en cuando revocando la apelada de fojas ciento cincuenta, fechada el
diez de Julio de mil novecientos ochentiseis, fija el monto indemnizatorio en treinta mil intis;
reformando la de vista y revocando la apelada en ese extremo: FIJARON en cincuenta mil intis el
monto de la indemnización en referencia: declararon NO HABER NULIDAD en lo demás que
contiene; en los seguidos con doña Andrea Almendrades Curo viuda de Llartinhuay con
Transportes Morales Sociedad Anónima y otro, sobre indemnización; Interviniendo el doctor Urrelo
Alvarez de conformidad con el artículo ciento veintitrés de la Ley Orgánica del Poder Judicial; y los
devolvieron.-
S.S.
VALLEJO
VEJARANO
ANGUERRY
BERNUY
ALVAREZ

COMENTARIO

1) La doctrina francesa antes de la entrada en vigencia de la ley francesa 85-677 sobre accidentes
de la circulación, consideró que la responsabilidad civil por accidentes de tránsito se encontraba
contenida en el código civil francés, pues se derivaba de la aplicación del artículo 1348 de dicho
código, el cual dispone expresamente que se responde no sólo por el daño que se causa por su
propio hecho, sino también por el hecho de las personas por las que se debe responder, o de las
cosas que se tienen bajo su guarda. Esto significa en consecuencia que ante la ausencia de una
legislación especial sobre la responsabilidad por accidentes de tránsito, como no podía ser de otra
manera, la doctrina francesa optó por considerar y derivar dicha responsabilidad civil del régimen
general de la responsabilidad civil contenido en el código civil francés, que estipula que no se
puede causar daño a otro y que contiene la regla antes enunciada sobre responsabilidad civil
indirecta.

Responsabilidad civil indirecta que es justamente aquella que nace no como consecuencia de
hecho propio del autor, sino de hecho ajeno, bien se trate del hecho de un tercero, ya se trate del
hecho de un incapaz o de un dependiente; o del hecho de una cosa, bien se trate del hecho
originado por la caída de un edificio, o como dice en términos genéricos el código civil francés de
los daños consecuencia de las cosas que se tienen bajo guarda. En otras palabras, mientras la
regla general es que se responde por hecho propio, esto es, cuando una persona causa un daño a
otra por su propia conducta, en casos excepcionales y preestablecidos expresa y específicamente
en la norma jurídica, se responde por hecho ajeno; entendiendo por hecho ajeno en sentido amplio
el hecho de un tercero, un incapaz que se encuentra bajo nuestra tutela, curatela o en relación de
patria potestad, o por el hecho de un tercero que se encuentra subordinado, es decir, sujeto a una
relación de dependencia fáctica o jurídica respecto del denominado autor indirecto, sin importar
necesariamente la existencia de una relación jurídica laboral, bastando con que en los hechos
concretos el denominado autor directo se encuentre sujeto a las órdenes o instrucciones del autor
indirecto. Un segundo grupo de supuestos de responsabilidad civil indirecta es aquel conformado
por la responsabilidad del autor indirecto por los hechos de los animales u originados por la
destrucción total o parcial de edificaciones. En estos casos se habla en términos genéricos de
responsabilidad indirecta por los hechos de las cosas.

Pues bien, estos casos de responsabilidad civil indirecta que se encuentran regulados en el código
civil francés en términos genéricos en el artículo 1348 antes mencionado y en nuestro código civil
actual en los artículos 1974, 1975, 1979, 1980 y 1981, han permitido a la doctrina francesa y a la
mayor parte de la doctrina sudamericana, en ausencia de legislación especial, derivar y considerar
a la responsabilidad civil por accidentes de tránsito como contenida en dicho régimen de
responsabilidad indirecta, específicamente en el supuesto de la responsabilidad del autor indirecto
por el hecho de las cosas que se tienen bajo el cuidado del mismo autor. Como se podrá observar,
el asunto resulta bastante sencillo en la legislación francesa, pues el código civil francés en su
artículo 1348 regula de manera amplia una responsabilidad civil indirecta por el hecho de las cosas
que se tienen bajo su guarda.

2) Esta solución de la primera etapa de la doctrina francesa, lamentablemente no resulta aplicable


en nuestro sistema jurídico, por cuanto los casos de responsabilidad indirecta en nuestro código
civil no se encuentran regulados con una norma genérica como el antes mencionado artículo del
código civil francés, sino en casos específicos que hacen referencia directa al hecho del incapaz, al
hecho del subordinado o dependiente, al hecho de los animales y por último al hecho de la caída
de un edificio; no existiendo en nuestro código civil, insistimos, la fórmula genérica sobre la
responsabilidad indirecta por las cosas que uno tenga bajo su cuidado. Sería absurdo señalar o
encuadrar la responsabilidad especial materia de estudio referida a accidentes de tránsito, en los
casos de daños causados por incapaces, dependientes, animales, o caídas de edificaciones.

En otras palabras, a diferencia de la primera doctrina francesa que entendía que la responsabilidad
que nos ocupa se encontraba implícitamente regulada en los supuestos legales de daño producido
por cosas inanimadas, en el sistema jurídico local sólo nos queda, en ausencia de legislación
especial, acudir a una de las dos reglas genéricas sobre la responsabilidad civil por hecho propio, y
descartar cualquier aplicación analógica de los casos específicos de responsabilidad por hechos
ajenos.

ESTO SIGNIFICA QUE TENDRIAMOS QUE ACUDIR NECESARIAMENTE AL ARTICULO 1969


QUE CONSAGRA EL SISTEMA SUBJETIVO DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR HECHO
PROPIO CUANDO EL DAÑO ES CONSECUENCIA DE UNA CONDUCTA DOLOSA O CULPOSA,
O AL ARTICULO 1970 QUE CONSAGRA EL SISTEMA GENERICO DE RESPONSABILIDAD
CIVIL POR HECHO PROPIO CUANDO EL MISMO ES CONSECUENCIA DE UNA ACTIVIDAD
RIESGOSA O PELIGROSA O DE LA UTILIZACION DE UN BIEN RIESGOSO O PELIGROSO.
ESTA SERIA LA UNICA SOLUCION POSIBLE EN NUESTRO ORDENAMIENTO JURIDICO,
DESCARTANDO DEFINITIVAMENTE LA APLICACION ANALOGICA DE CUALQUIER
RESPONSABILIDAD INDIRECTA, INSISTIMOS, QUE EN NUESTRO CODIGO CIVIL, A
DIFERENCIA DEL CODIGO CIVIL FRANCES, SE ENCUENTRA ESTABLECIDA
EXPRESAMENTE EN CASOS ESPECIFICAMENTE PREDETERMINADOS Y REGULADOS.

Los factores de atribución, son aquellos que determinan la existencia de una responsabilidad civil,
una vez que se han presentado, en un supuesto concreto de un daño causado a una víctima, los
requisitos típicos de la responsabilidad civil: la antijuricidad, el daño producido y la relación de
causalidad. En materia de responsabilidad contractual el factor de atribución es la CULPA,
mientras que en el campo extracontractual, de acuerdo al código actual son dos los factores de
atribución: la culpa y el riesgo creado. En el ámbito contractual la culpa se clasifica en tres grados:
la culpa leve, la culpa grave o inexcusable y el dolo, mientras que en el ámbito extracontractual se
considera a la culpa y también al riesgo creado. Estos dos diferentes factores de atribución se
encuentran consagrados independientemente en los artículos 1969 y 1970 respectivamente, y en
uno de los cuales tendríamos que incluir necesariamente la responsabilidad por accidentes de
tránsito, insistimos en ausencia de una legislación especial sobre la materia, según se ha
mencionado.

La diferencia entre ambos factores de atribución es evidente, y apunta principalmente a que en el


sistema subjetivo el autor de una conducta antijurídica que ha causado un daño, debe responder
únicamente si ha actuado con culpa, entiéndase dolo o culpa, es decir, no basta con acreditar y
demostrar judicialmente el daño causado, la conducta antijurídica y la relación de causalidad; debe
acreditarse también el aspecto subjetivo de la culpabilidad, a pesar que en el actual código civil el
mismo artículo 1969 ha establecido una inversión de la carga de la prueba que favorece a la
víctima al establecer una presunción de culpa. Por el contrario, en el sistema objetivo del riesgo
además de las condiciones antes señaladas, y totalmente necesarias para que se configure un
supuesto de responsabilidad civil, sólo se debe probar fehacientemente que la conducta que ha
causado el daño es una peligrosa o riesgosa, bien sea por implicar el ejercicio de una actividad
riesgosa o peligrosa, o por el uso de un bien riesgoso o peligroso, sin necesidad de acreditar
ninguna culpabilidad. No obstante lo cual, y esto es importante destacarlo y mencionarlo, para
efectos prácticos, el código civil peruano ha acercado mucho los resultados de la aplicación del
sistema subjetivo como del sistema objetivo, por el simple hecho de haber invertido la carga de la
prueba en materia de culpabilidad, según se ha explicado anteriormente.

EN OTRAS PALABRAS EN NUESTRO SISTEMA JURIDICO LA RESPONSABILIDAD CIVIL POR


ACCIDENTES DE TRANSITO, ANTE LA AUSENCIA DE UNA LEGISLACION ESPECIAL SOBRE
EL PARTICULAR, QUEDA UNICAMENTE POR ENTENDER QUE ES CONSECUENCIA DEL
SISTEMA SUBJETIVO O DEL SISTEMA OBJETIVO DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
EXTRACONTRACTUAL. NO SE PUEDE SUBSUMIR ESTA RESPONSABILIDAD ESPECIAL EN
ALGUNO DE LOS SUPUESTOS DE RESPONSABILIDA CIVIL INDIRECTA.

3) Ahora bien, ante esta eventualidad, nuestra posición es que resulta más conveniente considerar
la responsabilidad por accidentes de tránsito como uno de los tantos supuestos de la aplicación del
sistema objetivo, en el cual el factor de atribución no es la culpabilidad del autor del daño, siendo
insuficiente acreditar la relación de causalidad, sino por el contrario el riesgo adicional que implica
la utilización de un automotor en la vida de relación en la sociedad moderna. COMO SE PUEDE
OBSERVAR, ESTA OPCION POR EL SISTEMA OBJETIVO DE RESPONSABILIDAD CIVIL
EXTRACONTRACTUAL NO OBEDECE UNICAMENTE A QUE EN NUESTRO CRITERIO LOS
AUTOMOTORES SON BIENES QUE SIGNIFICAN UN RIESGO ADICIONAL PARA LOS DEMAS,
SINO FUNDAMENTALMENTE A QUE LA ELECCION DE ESTE SISTEMA DEJA DE LADO O
CONVIERTE EN INUTIL CUALQUIER POSIBILIDAD PARA EL AUTOR DE LA CONDUCTA DE
PROBAR SU NO CULPABILIDAD, ES DECIR DE LIBERARSE DE RESPONSABILIDAD
PROBANDO SU AUSENCIA DE CULPA. CON ESTA OPCION POR EL SISTEMA OBJETIVO
BASADO EN LA IDEA DEL RIESGO CREADO BASTARIA CON PROBAR EL DAÑO CAUSADO A
LA VICTIMA Y LA RELACION DE CAUSALIDAD, IMPLICANDO ESTO ULTIMO EL ESTABLECER
SI EXISTIO ALGUNA FRACTURA CAUSAL O CONCAUSA.

En nuestro concepto el hecho que el código civil actual haya aproximado los dos sistemas de
responsabilidad extracontractual en sus resultados prácticos con la inversión de la carga de la
prueba en el sistema subjetivo, no resuelve adecuadamente el problema pues el autor del daño en
dicho sistema siempre tendría la posibilidad de acreditar que actuó diligentemente, es decir, sin
culpa, en cuyo caso, no habría responsabilidad civil de ninguna clase por ausencia del
correspondiente factor de atribución. EN NUESTRO CRITERIO DADA LA CADA VEZ MAYOR
FRECUENCIA DE LOS TRAGICOS ACCIDENTES DE TRANSITO EN NUESTRA REALIDAD A
NIVEL NACIONAL Y LA UTILIZACION MASIVA DE LOS AUTOMOTORES, SE IMPONE LA
APLICACION DEL SISTEMA OBJETIVO DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
EXTRACONTRACTUAL PARA EL CASO ESPECIFICO DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL QUE
NOS OCUPA, PUES BASTARA CON DEMOSTRAR JUDICIALMENTE (O TAMBIEN
EXTRAJUDICIALMENTE EN LOS CASOS DE CONVENIOS INDEMNIZATORIOS) LA
EXISTENCIA DEL DAÑO EN CUALQUIERA O TODAS SUS MODALIDADES Y LA RELACION DE
CAUSALIDAD, PARA QUE EXISTA UNA RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
QUE PERMITA EN ALGUN MODO A LAS VICTIMAS DE LOS ACCIDENTES DE TRANSITO LA
REPARACION DE LOS DAÑOS ORIGINADOS. EL SISTEMA SUBJETIVO SERIA PERFECTO EN
UN SISTEMA SOCIAL DONDE LA VIDA FUERA RESPETADA CONSCIENTEMENTE POR
TODOS LOS MIEMBROS DE LA COMUNIDAD.

Tenemos la suerte y la gran ventaja que el sistema actual de responsabilidad civil extraconctractual
ha reconocido expresamente el sistema objetivo, a diferencia del código civil peruano de 1936, en
el cual el único sistema aplicable era el subjetivo. No debemos dar la posibilidad de aceptar que la
probanza de la debida diligencia libere al autor de un accidente de tránsito de una responsabilidad
civil por un daño producido como consecuencia de dicho accidente. EN NUESTRO CRITERIO,
DADA LA GRAVEDAD Y LA DOLOROSA FRECUENCIA DE LOS ACCIDENTES DE TRANSITO
EN NUESTRA REALIDAD, SE IMPONE LA APLICACION DEL SISTEMA OBJETIVO, EN EL CUAL
LA UNICA POSIBILIDAD DE LIBERARSE DE UNA RESPONSABILIDAD SERIA PROBANDO LA
AUSENCIA DE UNA RELACION CAUSAL POR PRESENCIA DE ALGUNA DE LAS HIPOTESIS
DE FRACTURAS CAUSALES; O PROBANDO EN TODO CASO LA PRESENCIA DE UNA
CONCAUSA, EN CUYO CASO EL EFECTO JURIDICO SERIA NO LA LIBERACION DEL AUTOR
DEL ACCIDENTE DE TRANSITO POR AUSENCIA DE RELACION DE CAUSALIDAD, SINO
UNICAMENTE LA REDUCCION DE LA INDEMNIZACION A SU CARGO, EN ESTRICTA
APLICACION DEL ARTICULO 1973º DEL CODIGO CIVIL ACTUAL. DE ESTA MANERA, LA
DIFUSION DE ESTE SISTEMA JURIDICO, CON LA GRAVEDAD DE SUS CONSECUENCIAS
PARA LOS AUTORES DE ACCIDENTES, SERVIRIA EN NUESTRO CONCEPTO COMO
ELEMENTO DISUASIVO Y PERMITIRIA CREAR CONCIENCIA SOBRE LA NECESIDAD DE
MANEJAR RESPONSABLEMENTE CUIDANDO LA VIDA PROPIA Y FUNDAMENTALMENTE LA
DE LOS DEMAS.

4) Ahora bien, el hecho que en nuestro criterio, sea necesario e imprescindible la existencia de una
legislación especial, pues consideramos que no basta con la aplicación del código civil, no significa
que rechacemos el sistema objetivo. Por el contrario, el sistema especial de responsabilidad civil
por accidentes de tránsito deberá contener necesariamente, en el sentido de estar construido sobre
la base del sistema objetivo de responsabilidad. EN OTRAS PALABRAS, EN NUESTRO
CONCEPTO LA LEGISLACION ESPECIAL SOBRE RESPONSABILIDAD CIVIL POR
ACCIDENTES DE TRANSITO DEBE CONSTRUIRSE EN FUNCION A UN SISTEMA OBJETIVO Y
NO SUBJETIVO. DEBE TRATARSE DE UN SISTEMA OBJETIVO ESPECIAL DE
RESPONSABILIDAD CIVIL POR ACCIDENTES DE TRANSITO.

No es novedad, que en la sociedad peruana actual, uno de los problemas sociales más dramáticos
es el de la violencia en la conducción de automotores, con los consiguientes accidentes de tránsito
en sus distintas y diferentes modalidades, con los consiguientes daños que se producen por este
concepto, tanto en el ámbito patrimonial como en el extrapatrimonial. En tal sentido, nos parece
que el sistema adecuado debe estar construido sobre la base de los sistemas objetivos, basados
en la idea del riesgo. Al señalar el factor del riesgo no estamos diciendo, ni pretendemos decir, que
manejar un vehículo es una actividad peligrosa o riesgosa, QUE DEBA EVITARSE O LIMITARSE,
sino simplemente que el conducir un vehículo implica un RIESGO ADICIONAL para todos los
miembros de una determinada colectividad, todos los cuales se benefician de las enormes ventajas
de la utilización de vehículos en las diferentes facetas de la vida diaria y distintas actividades
económicas y productivas.

NUESTRA OPINION ES QUE EL SISTEMA ESPECIAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR


ACCIDENTES DE LA CIRCULACION DEBE SER UNO COMPLETAMENTE OBJETIVO, QUE
IMPIDA PARA EL AUTOR LA POSIBILIDAD DE LIBERARSE ADUCIENDO Y PROBANDO SU
AUSENCIA DE CULPABILIDAD. DEBERA TRATARSE DE UN SISTEMA BASADO EN LA IDEA
DEL RIESGO. COMO RESULTA EVIDENTE DE ESTA CONCLUSION DEFINITIVA EN NUESTRO
CRITERIO SE IMPONE UN REGIMEN ESPECIAL, NO SIENDO SUFICIENTE CONTAR CON LA
APLICACION DE LOS REGIMENES GENERICOS CONTENIDOS EN EL CODIGO CIVIL
PERUANO. COMO CONSECUENCIA DE LA OBJETIVAD DEL REGIMEN ESPECIAL QUE
PROPONEMOS, AL AUTOR DEL ACCIDENTE DE TRANSITO SOLO LE QUEDARA LA
POSIBILIDAD DE LIBERARSE DE RESPONSABILIDAD CIVIL, ALEGANDO Y PROBANDO LA
AUSENCIA DE LA RELACION DE CAUSALIDAD, O INVOCANDO EN TODO CASO UNA
REDUCCION DE LA INDEMNIZACION POR HABERSE PRESENTADO UN SUPUESTO DE
CONCAUSA.

5) Pues bien, la sentencias cuyo comentario es objeto del presente trabajo, directamente la de
primera instancia e indirectamente la segunda y última instancia, señalan con total claridad que la
responsabilidad civil por accidentes de tránsito debe ser regulada y establecida en base al artículo
1970º del Código Civil, es decir, que se trata de un supuesto de responsabilidad civil
extracontractual objetiva fundamentada en el factor de atribución denominado "riesgo". Por ello la
gran discusión que se produce a nivel de las sentencias en las tres instancias es justamente si
existió algún supuesto de con causa o si se trató de un supuesto de responsabilidad civil
extracontractual por hecho propio del autor.

En tal sentido, la sentencia de primera instancia dispone expresamente en sus considerandos:


"QUE SIENDO ASI PROCEDE AMPARAR LA DEMANDA CONDENANDO A LOS DEMANDADOS
REPARAR EL DAÑO CAUSADO; QUE DE OTRO LADO DEBE CONSIDERARSE QUE LA
MUERTE ORIGINADA POR EL ACCIDENTE REFERIDO HA TRAIDO COMO CONSECUENCIA
EL DESAMPARO ECONOMICO DE LA CONYUGE ACCIONANTE Y SUS HIJOS, POR TANTO
DICHOS DAÑOS SON REPARABLES A TENOR DE LO ESTABLECIDO EN EL ARTICULO MIL
NOVECIENTOS SETENTA DEL NUEVO CODIGO CIVIL POR HABER CONTRAVENIDO EL
ARTICULO CINCUENTINUEVE DEL INCISO D) CAPITULO SEXTO, ARTICULO CIENTO
CUARENTIUNO, INCISO A) CAPITULO DIECISEIS DEL REGLAMENTO GENERAL DE
TRANSITO; "De esta manera, resulta claro como esta sentencia directamente señala que el
fundamento de la responsabilidad civil por accidentes de tránsito debe ampararse en el artículo
1970º del Código Civil que consagra expresamente el sistema objetivo de responsabilidad civil
extracontractual fundamentado en la noción de RIESGO. Lo cual se encuentra de acuerdo con el
criterio de un gran sector de la doctrina moderna en materia de responsabilidad civil por accidentes
de tránsito.

No obstante lo cual, debe también destacarse que la misma sentencia de primera instancia, a
pesar de optar claramente por el sistema objetivo de responsabilidad civil extracontractual, cuya
característica fundamental es justamente la de HACER ABSTRACCION DE CUALQUIER
REFERENCIA A LA CULPABILIDAD, ES DECIR, AL ASPECTO SUBJETIVO DEL AUTOR DEL
DAÑO CAUSADO A LA VICTIMA, PUES BASTA CON ACREDITAR EL DAÑO CAUSADO, LA
RELACION DE CAUSALIDAD Y EL FACTOR DE ATRIBUCION EN EL SENTIDO QUE DEBA
TRATARSE DE UN BIEN O DE UNA ACTIVIDAD RIESGOSA O PELIGROSA, incurre en una
lamentable contradicción cuando en los mismos considerandos hace referencia a la
CULPABILIDAD DEL AUTOR DEL DAÑO cuando señala: "QUE DEL ATESTADO FLUYE QUE EL
VEHICULO NUMERO UNO DE PROPIEDAD DE LA EMPRESA DEMANDADA SE HALLABA
DESPLAZANDOSE A UNA VELOCIDAD INAPROPIADA, HECHO QUE LE IMPIDIO
CONTROLARLO Y EVITAR EL ACCIDENTE; FLUYE TAMBIEN QUE DICHO VEHICULO TENIA
FALLAS MECANICAS, POR LO QUE EXISTIO NEGLIGENCIA DE PARTE DE SU CONDUCTOR
Y DE LA EMPRESA PROPIETARIA AL PERMITIR SU USO EN CIRCUNSTANCIAS QUE NO
PRESTABA SEGURIDAD NI PARA SUS PASAJEROS, CONDUCTOR Y TERCEROS;". Se trata
como es evidente de una contradicción evidente que no tiene ningún sustento, pues dentro del
sistema objetivo de responsabilidad civil extracontractual por riesgo NO ES NECESARIA
NINGUNA REFERENCIA A LA CULPABILIDAD DEL AUTOR DEL DAÑO, Y MENOS AUN
CALIFICAR SI HUBO NEGLIGENCIA O NO. LO QUE SI NOS PARECE ADECUADO ES LA
REFERENCIA AL MISMO HECHO CAUSADO DEL DAÑO CUANDO SE SEÑALA QUE HUBO
VELOCIDAD INAPROPIADA.

Por su parte, la sentencia de segunda instancia sólo se refiere al mismo hecho objetivo causante
del daño indemnizable cuando señala en su parte considerativa: "QUE EL MONTO
INDEMNIZATORIO DEBE FIJARSE CON CRITERIO PRUDENCIAL TENIENDOSE EN CUENTA
QUE LA CAUSA DEL ACCIDENTE DE TRANSITO FUE LA EXCESIVA VELOCIDAD DEL
OMNIBUS MARCA PEGASO, CONDUCIDO POR EL CO-DEMANDADO CRISOSTOMO GAYONA
RIVERA, DE PROPIEDAD DE TRANSPORTES MORALES SOCIEDAD ANONIMA, VEHICULO
ESTE QUE TENIA LOS FRENOS EN MAL ESTADO COMO LO RECONOCE EL PRIMERO EN LA
DILIGENCIA DE FOJAS..."

Como se podrá comprobar las sentencias que hemos comentado a pesar de la contradicción
conceptual de la primera instancia, tienen el valor de establecer que la responsabilidad civil
extracontractual por accidentes de tránsito debe regularse y ampararse en el artículo 1970º del
Código civil, es decir fundamentarse en un sistema objetivo de responsabilidad civil.

La responsabilidad por el hecho de los dependientes (C)(*)

(A propósito de la consideración de Faucett S.A. como "Tercero Civilmente Responsable" en el


proceso penal seguido contra Alfredo Zanatti)

MARTINEZ COCO, ELVIRA

(*) Esta Jurisprudencia fue publicada en el Tomo N° 4 de Diálogo con la Jurisprudencia

En el presente trabajo la autora concluye que la consideración de la empresa Faucett S.A. como
tercero civilmente responsable, habiendo Alfredo Zanatti cometido el delito "con ocasión de su
función" de Gerente General y no en ejercicio de ella, abre un peligroso camino jurisprudencial
respecto de lo que el Organo de Administración de Justicia entienda por daño realizado "en el
ejercicio del cargo" o en "cumplimiento del servicio respectivo".

Recurso de nulidad 1363-96

SENTENCIA DE LACORTE SUPREMA

SALA PENAL

LIMA

Lima, doce de julio de


mil novecientos noventiséis

VISTOS; de conformidad en parte con el dictamen del señor Fiscal Supremo en lo Penal; por sus
propios fundamentos; y CONSIDERANDO: que, se debe fijar el monto de la reparación civil a favor
del Estado en lo referente al delito contra la administración pública- corrupción de funcionarios-, el
mismo que deberá abonar el procesado Alfredo Augusto Zanatti Tavolara, siendo del caso integrar
este extremo en atención a la facultad conferida por el penúltimo parágrafo del artículo doscientos
noventiocho del Código de Procedimientos Penales, modificado por el Decreto Legislativo número
ciento veintiséis: declararon NO HABER NULIDAD en el auto de fojas once mil seiscientos siete, su
fecha seis de noviembre de mil novecientos noventicinco, en el extremo consultado que declara no
haber mérito para pasar a juicio oral contra Guillermo Gustavo Berckemeyer León, Serafín Otero
Mutin, Manuel Antonio Berckemeyer Luna, Juan Otero Villarán, Ste-phanos Jhon Philippides
Pease, Alejandro Tudela Garland, Jorge Renato Vásquez Costa, Bernardo Fernández Corvetto,
Jorge Alfredo Granda Bustamante, César Eduardo Zanatti Tavolara y Mario Carlos Zanatti Tavolara
por los delitos contra el patrimonio- estafa- y contra la fe pública en agravio del Estado; con lo
demás que al respecto contiene; declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia recurrida de
fojas trece mil novecientos noventicinco, su fecha primero de marzo de mil novecientos noventiséis,
que absuelve a Roberto Casanova Ruíz de la acusación fiscal por el delito contra el patrimonio-
estafa- y por el delito contra la fe pública- falsificación de documentos y falsedad ideológica- en
agravio del Estado; condena a Alfredo Augusto Zanatti Tavolara como autor del delito contra el
patrimonio-estafa, por el delito contra la fe pública- falsificación de documentos y falsedad
ideológica- y por el delito contra la administración pública- corrupción activa- en agravio del Estado,
a diez años de pena privativa de la libertad, la misma que con descuento de la carcelería que viene
sufriendo desde el cuatro de mayo de mil novecientos noventicinco, vencerá el tres de mayo del
año dos mil cinco; condena a José Jaime Bedoya Garreta como autor del delito contra el
patrimonio-estafa- y como cómplice del delito contra la fe pública- falsificación de documentos y
falsedad ideológica"- en agravio del Estado, a diez años de pena privativa de la libertad, la misma
que con descuento de la carcelería que viene sufriendo desde el dos de febrero de mil novecientos
noventiséis, vencerá el primero de febrero del año dos mil seis condena a María Emilia Fandiño de
Iraurgui de Bachmann como cómplice del delito contra el patrimonio- estafa- y por el delito contra la
fe pública- falsificación de documentos y falsedad ideológica- en agravio del Estado, a cuatro
años de pena privativa de la libertad suspendida en su ejecución por el período de tres años; fija en
veintiséis millones de nuevos soles, la suma que por concepto de reparación civil deberán abonar
los sentenciados y los terceros civilmente responsables Empresa Aeronaves del Perú y Compañía
de Aviación Faucett Sociedad Anónima en forma solidaria a favor del Estado; e INTEGRANDO la
propia resolución; FIJARON en quinientos mil nuevos soles, el monto que por concepto de
reparación civil deberá abonar el sentenciado Zanatti Tavolara a favor del Estado, con respecto al
delito de corrupción de funcionarios; asimismo, el pago de las reparaciones civiles deben ser
abonadas, sin perjuicio de restituirse lo estafado; declararon NO HABER NULIDAD en lo demás
que dicha sentencia contiene; y los devolvieron.-

SS. IBERICO MAS; ALMENARA BRYSON; VILLAFUERTE BAYES FERNANDEZ URDAY


VISTOS: de conformidad en parte con el dictamen del señor Fiscal Supremo en lo Penal; por sus
fundamentos pertinentes; y CONSIDERANDO: que, conforme a los artículos cuatrocientos y
cuatrocientos uno del Código de Procedimientos civiles, vigente en la época de los hechos, son
documentos públicos los que enumera en forma taxativa y que otorgados con las formalidades
legales producen fe respecto de la realidad del acto verificado ante el funcionario público que lo
extendió o autorizó, concepto que el vigente Código Procesal Civil mantiene en su artículo
doscientos treinticinco, precisando en el artículo doscientos treintiséis, que es privado el que no
tiene las características del documento público y que la legalización o certificación de un
documento privado no le convierte en público; que, el denominado Anexo número cinco "Registro
de Importaciones" era un formulario suscrito por el Banco que actuaba como intermediario
financiero, el mismo que hasta lo imprimía con su nombre comercial, y en el que anotaba los datos
referentes a la importación cuyo precio se debía pagar, que se contaba con Licencia Previa
otorgada por el Instituto de Comercio Exterior- ICE-, hoy extinguido, y la autorización del
Ministerio de Transportes, en este caso la Dirección General de Transporte Aéreo, y se ingresaba
al Banco Central de Reserva, el que registraba la importación, luego de lo cual el Banco
intermediario podía adquirir las divisas requeridas según dicha información, como lo estableció la
Circular número cero veinte- ochentinueve- EF- de fecha nueve de octubre de mil novecientos
ochentisiete emitida por el Banco Central de Reserva y como lo informa dicho Banco a fojas once
mil cuatrocientos cuarentitrés; que, en consecuencia, el referido Anexo número cinco no constituye
un documento público y es impropia la interpretación extensiva que se hace en la sentencia
recurrida, tanto más porque en materia penal es inaplicable la analogía, conforme al inciso noveno
del artículo ciento treintinueve de la Constitución Política del Estado, y siendo que todos los
documentos utilizados para obtener las divisas extranjeras al tipo de cambio MUC - Mercado Unico
de Cambio- son de carácter privado, -es procedente la aplicación del artículo cuatrocientos
veintisiete del Código Penal en lo relativo al documento privado; que, en cuanto a la reparación
civil, la recurrida la fija sin fundamentación y sin referencia al proceso, por lo que se presenta
como arbitraria y motiva su revisión; que, para fijar la reparación civil se debe tener presente que
en la época de los hechos imperaba un sistema de control de cambio de moneda extranjera, toda
la cual se debía vender al sistema bancario o depositarse en cuentas autorizadas, los exportadores
debían entregar al Banco Central de Reserva el íntegro de las divisas obtenidas, cada
requerimiento de moneda extranjera debía justificarse y se atendía a un tipo de cambio según se
había determinado por dicho Banco y todo incumplimiento se sancionaba con multa, sin perjuicio
de las acciones penales, como disponía el Decreto Ley número veintiún mil novecientos
cincuentitrés, ya derogado; que, se han practicado en autos dos pericias dispuestas por el
Juzgado, la de fojas dos mil cuatrocientos diecisiete, que exime de responsabilidad a los
procesados, y la de fojas diez mil ciento cinco que señala el monto del perjuicio en quince millones
tres mil ochocientos tres dólares moneda de los Estados Unidos de América, suma que
determinan, según el Anexo Número uno de fojas diez mil doscientos cincuenta, por la diferencia
del tipo de cambio entre el MUC- Mercado Unico de Cambio- y el Mercado Libre, el que
transforman moneda extranjera, en un cálculo valorista y de reajuste monetario; que, según ese
mismo cálculo, el Banco Central de Reserva recibió menos intis por los dólares que entregó por lo
que la diferencia debía establecerse en esa misma moneda, más como el inti es un signo
monetario que ha perdido su valor por efecto de los procesos inflacionario y devaluatorio sufridos,
resultaría una cifra diminuta que en modo alguno compensaría el perjuicio, por lo que el Juzgador
debe fijar la reparación de manera equitativa; que, también se debe tener en cuenta que por
Resolución consentida de fojas diez mil setecientos sesentisiete de fecha doce de julio de mil
novecientos noventicinco, se negó al Banco Central de Reserva la calidad de parte agraviada, por
la consideración de que recibió en moneda nacional las divisas que entregó, reiterando lo resuelto
a fojas seis mil novecientos cincuentidos, conforme a lo propuesto por la Fiscalía a fojas mil
treintitrés; y finalmente, que todas las divisas no fueron mal usadas y que la Compañía de Aviación
Faucett y Aeronaves del Perú recibieron repuestos de aviación, por un valor o de determinada
utilidad que no se ha cuidado de establecer en el proceso; que, la voluntad de las personas
jurídicas se forma en sus órganos de administración y en las Sociedades Anónimas, el de mayor
decisión es la Junta General de Accionistas, siendo el caso que en la Compañía de Aviación
Faucett y Aeronaves del Perú, en la época de los hechos, el procesado Alfredo Augusto Zanatti
Tavolara era el mayor accionista y su voluntad primaba confundiéndose con la de la persona
jurídica, colocando al Gerente y demás servidores de dichas Empresas en condición de
dependientes, situación ésta que permite eximir de responsabilidad a la procesada María Emilia
Fandiño de Iraurgui de Bachmann, pues era una dependiente y no se ha probado su actuar doloso,
siendo insuficiente que se desempeñara en el puesto de Gerente General de Aeronaves del Perú,
pues en materia penal no se admite la responsabilidad objetiva, siendo del caso absolverla de
conformidad con lo dispuesto por el artículo doscientos ochenticuatro del Código de
Procedimientos Penales; que, por la misma consideración, la responsabilidad recae en el
procesado Alfredo Augusto Zanatti Tavolara, accionista mayoritario de ambas Sociedades
Anónimas y su representante, cuya voluntad él determinaba y quien estructuró las distintas
operaciones destinadas a obtener las divisas; que, ambas Sociedades también deben responder
por el perjuicio causado, pues formalmente son las titulares de los beneficios generados por el
actuar ilícito de su gestor, más no pueden ser solidarias por el íntegro de la reparación, porque no
recibieron igual suma, correspondiéndole a Compañía de Aviación Faucett el sesentiséis punto
cincuentiuno por ciento y el resto a Aeronaves del Perú, por lo que deben participar en esa
proporción en la reparación civil, eso sí, solidariamente con los procesados Zanatti Tavolara y
Bedoya Garreta; que, con relación al delito de corrupción de funcionarios por el cual se procesa a
Alfredo Augusto Zanatti Tavolara, según auto ampliatorio de fojas diez mil setecientos treintinueve,
se advierte que con anterioridad se acogió a la Ley número veinticinco mil quinientos ochentidos,
por la información que proporcionó sobre un acuerdo económico con el entonces Presidente de la
República Alan García Pérez, pedido que se tramitó en cuaderno separado y en el que se expidió
la Resolución Superior de fojas quinientos doce de ese cuaderno, que declara improcedente el
pedido, por la consideración de que la información proporcionada no resulta suficiente, no obstante
lo cual, esa misma información constituye el fundamento de la condena pronunciada en la
sentencia recurrida, lo que es contradictorio e irrevisable por lo anotado; que, para los efectos de la
imposición de la pena a los acusados Zanatti Tavolara y Bedoya Garreta debe tenerse en cuenta
sus condiciones personales, así como la forma y circunstancias en que perpetraron los ilícitos,
conforme a lo preceptuado por el artículo cuarentiséis del Código Penal, por lo que es pertinente
modificarla proporcionalmente; y estando a la facultad conferida por el artículo trescientos del
Código de Procedimientos Penales; MI VOTO es porque se declare NO HABER NULIDAD en el
auto de fojas once mil seiscientos siete, su fecha seis de noviembre de mil novecientos
noventicinco, en el extremo consultado que declara no haber mérito para pasar a juicio oral contra
Guillermo Gustavo Berckemeyer León, Serafín Otero Mutin, Manuel Antonio Berckemeyer Luna,
Juan Otero Villarán, Stephanos Jhon Philippides Pease, Alejandro Tudela Garland, Jorge Renato
Vásquez Costa, Bernardo Fernández Corvetto, Jorge Alfredo Granda Bustamante, César Eduardo
Zanatti Tavolara y Mario Carlos Zanatti Tavolara por los delitos contra el patrimonio- estafa- y
contra la fe pública en agravio del Estado; con lo demás que al respecto contiene; se declare NO
HABER NULIDAD en la sentencia recurrida de fojas trece mil novecientos noventicinco, su fecha
primero de marzo de mil novecientos noventiséis, que absuelve a Roberto Casanova Ruíz de la
acusación fiscal por el delito contra el patrimonio- estafa- y por el delito contra la fe pública
falsificación de documentos y falsedad ideológica- en agravio del Estado; condena a Alfredo
Augusto Zanatti Tavolara como autor del delito contra el patrimonio- estafa-, por el delito contra la
fe pública- falsificación de documentos y falsedad ideológica- y por el delito contra la administración
pública- corrupción activa- en agravio del Estado; y condena a José Jaime Bedoya Garreta como
autor del delito contra el patrimonio- estafa- y cómplice del delito contra la fe pública- falsificación
de documentos y falsedad ideológica- en agravio del Estado; se declare HABER NULIDAD en la
propia sentencia en cuanto impone a Alfredo Augusto Zanatti Tavolara y José Jaime Bedoya
Garreta, diez años de pena privativa de la libertad; fija en veintiséis millones de nuevos soles, el
monto que por concepto de reparación civil deberán abonar en forma solidaria los sentenciados
Alfredo Augusto Zanatti Tavolara, José Jaime Bedoya Garreta, María Emilia Fandiño de Iraurgui de
Bachmann y los terceros civilmente responsables Empresa de Aeronaves del Perú y Compañía de
Aviación Faucett a favor del Estado; y condena a María Emilia Fandiño de Iraurgui de Bachmann
como cómplice del delito contra el patrimonio- estafa- y por el delito contra la fe pública-
falsificación de documentos y falsedad ideológica- en agravio del Estado; reformándola en estos
extremos: se IMPONGA a Alfredo Augusto Zanatti Tavolara y José Jaime Bedoya Garreta, seis
años de pena privativa de la libertad, la misma que con descuento de la carcelería que viene
sufriendo el sentenciado Zanatti Tavolara desde el cuatro de mayo de mil novecientos
noventicinco, vencerá el tres de mayo del año dos mil uno y para el sentenciado Bedoya Garreta,
con descuento de la carcelería que viene sufriendo desde el dos de febrero de mil novecientos
noventiséis, vencerá el primero de febrero del año dos mil dos; se FIJE en seis millones seiscientos
cincuentiún mil nuevos soles, el monto que por concepto de reparación civil deberá abonar los
sentenciados Alfredo Augusto Zanatti Tavolara, José Jaime Bedoya Garreta y el tercero civilmente
responsable Compañía de Aviación Faucett en forma solidaria a favor del Estado; y en tres
millones trescientos cuarentinueve mil nuevos soles, el monto que por concepto de reparación civil
deberán abonar en forma solidaria los sentenciados Alfredo Augusto Zanatti Tavolara, José Jaime
Bedoya Garreta y el tercero civilmente responsable Aeronaves del Perú a favor del Estado; y se
ABSUELVA a María Emilia Fandiño de Uraurgui de Bachmann de la acusación fiscal como
cómplice del delito contra el patrimonio- estafa- y por el delito contra la fe pública- falsificación de
documentos y falsedad ideológica- en agravio del Estado; se MANDE archivar definitivamente la
instrucción al respecto; y de conformidad con lo preceptuado por el Decreto Ley número veinte mil
quinientos setentinueve: se DISPONGA la anulación de sus antecedentes policiales y judiciales
generados como consecuencia de los citados ilícitos; se declare NO HABER NULIDAD en lo
demás que dicha sentencia contiene; y se devuelva.-

SS. SANCHEZ PALACIOS PAIVA; ROBINSON E. LOZADA RIVERA, Secretario (p) de la Sala
Penal Corte Suprema de Justicia de la República

SENTENCIA DE LACORTE SUPERIOR

PRIMERA SALA PENAL

Exp. Nº 838-93

Lima, 01 de marzo de 1996.

VISTA: en audiencia pública el proceso penal seguido contra ALFREDO AUGUSTO ZANATTI
TAVOLARA por el delito contra el patrimonio -Estafa-, por el delito contra la Fe Pública
-Falsificación de Documentos y Falsedad Ideológica- y por el delito contra la Administración Pública
- Corrupción Activa- en agravio del Estado; y contra JOSE JAIME BEDOYA GARRETA, MARIA
EMILIA FANDIÑO DE IRAURGUI DE BACHMANN y ROBERTO CASANOVA RUIZ, por la
comisión del delito contra el Patrimonio -Estafa- y por el delito contra la Fe Pública - Falsificación
de Documentos y Falsedad Ideológica- en agravio del Estado; RESULTA DE AUTOS: que estando
al mérito de la acusación Fiscal Superior escrita de fojas once mil trescientos treintinueve a once
mil trescientos cuarenticinco, este Colegiado dictó el correspondiente Auto Superior de
Enjuiciamiento en la que se declara la procedencia del juicio oral contra los mencionados
encausados y por los delitos que se indican, señalándose día y hora para la verificación del juicio
oral, el mismo que se ha llevado a cabo con las formalidades establecidas en nuestro
ordenamiento procesal vigente, conforme se verifica de las actas de su propósito, que se tienen a
la vista; que, oída la Re - quisitoria Oral del Señor Fiscal Superior Adjunto, así como los Alegatos
de la Parte Civil, del Abogado del Tercero Civilmente Responsable, así como los Alegatos de los
acusados, fueron presentadas sus respectivas conclusiones escritas, las mismas que obran en
pliegos por separado; que, planteadas, discutidas y votadas las cuestiones de hecho, por lo que ha
llegado la oportunidad procesal de dictar la correspondiente sentencia, y CONSIDERANDO: Que
se incrimina a los acusados Alfredo Augusto Zanatti Tavolara, José Jaime Bedoya Garreta, María
Emilia Fandiño de Bachmann y Roberto Casanova Ruíz la comisión de los delitos de estafa y
contra la fe pública, sustentado en los siguientes supuestos de hechos: que durante el período
comprendido entre los meses de octubre a diciembre de mil novecientos ochentinueve, las
empresas AERONAVES DEL PERU Sociedad Anónima y COMPAÑIA DE AVIACION FAUCETT
Sociedad Anónima, cuyo accionista mayoritario era Alfredo Zanatti Tavolara, acogiéndose a lo
dispuesto en las Resoluciones Cambiarias número cero veintiocho- ochentinueve - EF/noventa y
cero treinta -ochentinueve- EF/noventa de fecha nueve de octubre y trece de noviembre de mil
novecientos ochentinueve respectivamente, lograron acceder a los beneficios otorgados por el
Mercado Unico de Cambios mediante la venta de dólar subsidiado a fin de sufragar los pago a las
supuestas importaciones de dieciséis motores a reacción de ostensible antigüedad modelos JT
ocho D - quince, JT tres D - tres B, JT - tres D y JT ocho D- nueve A, así como un equipo completo
de silenciadores para avión y abundante material en partes y piezas para aeronaves, bienes que
fueron presuntamente vendidos por las empresas International Airlines Holding, Taiko Corporation,
Miami Field Service y Quiet Nacelle, las cuales estarían vinculadas directamente o por intercambio
de personal a su cargo a Alfredo Zanatti Tavolara; para lo cual Aeronaves del Perú y Faucett
presentaron catorce solicitudes ante la Dirección General de Transporte Aéreo del Ministerio de
Transportes y Comunicaciones, adjuntando diversas facturas y/o proformas de facturas con sus
respectivas declaraciones juradas, siendo que en las mencionadas facturas no se consignaba el
número de serie de los motores a adquirir así como tampoco ningún otro dato que permita
individualizar tales bienes, habiéndose advertido que en las solicitudes correspondientes a
Aeronaves del Perú se habría falsificado la firma de su Gerente General María Emilia Fandiño, no
obstante lo cual se llegó a obtener la autorización de las facturas presentadas, llegando a utilizarlas
en número de veinte ascendentes a un valor total de veinticinco millones doscientos setentidós mil
veintiún dólares americanos; documentación que sirvió de sustento para la obtención del Anexo
cinco emitido por el Banco Central de Reserva del Perú quien efectuó las liquidaciones de venta de
dólares al tipo de cambio MUC a través del intermediario financiero que en este caso resultó ser el
Banco de Crédito, dinero que fue depositado en la cuenta corriente número seiscientos veintisiete
mil quinientos sesentinueve - cero - setentinueve cuyo titular entro otros era María Emilia Fandiño y
la cuenta corriente número ciento ochenta mil ochenta - cero - ochentinueve, correspondiente a
Faucett desde donde se efectuaron los pagos hechos a las empresas proveedoras a través de
transferencias cablegráficas al Atlantic Security Bank además de haberse entregado
personalmente giros a Albino Condori Mamani, empleado de José Jaime Bedoya Garreta;
destacándose con especial énfasis la intervención de este último ya sea agilizando y acelerando
los trámites de obtención de los dólares MUC, ya en los actos ulteriores de uso irregular de dichos
fondos; que en lo atinente al procesado Casanova Ruíz se tiene que éste en su calidad de
Contador de Aeronaves del Perú habría autorizado la anotación en los asientos contables de dicha
empresa con simples fotocopias de las facturas y cotizaciones que sustentaban la adquisición de
los bienes antes detallados, además de haberse detectado adulteraciones en los asientos
contables por cuanto se habría adecuado las situaciones irregulares provenientes de la obtención
del dolar MUC; que asimismo se imputa a Alfredo Zanatti Tavolara la comisión del delito de
corrupción de funcionarios en consideración a que este procesado entregó la suma de doscientos
mil dólares como parte del pago ascendente al cinco por ciento del monto total de lo importado con
dólar subsidiado a favor del ex- Presidente de la República Alan García Pérez quien lo solicitó para
así permitir el acceso de las empresas aeronáuticas al sistema del dólar MUC; por lo que en base a
las denuncias interpuestas por la Procuraduría del Ministerio de Transportes obrante a fojas
doscientos uno y complementada a fojas tre mil cuarentiocho, el informe del Congreso de la
República a fojas mil quinientos noventa a mil quinientos noventinueve, y de los actuados judiciales
e instrumental probatorio recaudado se tiene: PRIMERO: que con fecha dieciséis de octubre, trece
y treinta de noviembre así como catorce de diciembre de mil novecientos ochentinueve, la
empresa nacional de aviación comercial FAUCETT presentó ante la Dirección General de
Transporte Aéreo del Ministerio de Transportes y Comunicaciones nueve solicitudes parala
aprobación de documentación comercial, las mismas que obran a fojas dos mil ciento cuarentisiete,
dos mil ciento cincuentiocho, dos mil ciento sesentiuno, dos mil ciento setentitrés, dos mil ciento
setentisiete, dos mil ciento ochentisiete, dos mil ciento ochentinueve, dos mil ciento noventa y dos
mil doscientos dos, con el objeto de ser autorizados para la compra de dólar subsidiado del
Mercado Unico de Cambios, por los montos establecidos en dichos documentos; solicitudes
suscritas por Bernardo Fernández Corvetto; Vice-Presidente Ejecutivo de Faucett y Alfredo Zanatti
Tavolara, Gerente General, las cuales fueron acompañadas de las respectivas declaraciones
juradas de uso exclusivo rubricadas por Alfredo Zana-tti Tavolara, Raúl Burneo Seminario (Gerente
General Adjunto) y Javier Corrochano (Gerencia Legal); siendo que como resultado de estos
trámites administrativos Faucett obtuvo la autorización de quince facturas y cotizaciones
(proformas de factura) que le facultaba para proseguir la tramitación ante el Banco Central de
Reserva para la compra de dieciséis millones ochocientos nueve mil setecientos trece dólares
americanos, por la adquisición de ocho motores y gran cantidad de material aeronáutico en piezas
y partes diversas. Asimismo con fecha veintisiete de octubre, treinta de noviembre, catorce y
diecinueve de diciembre de mil novecientos ochentinueve, la empresa Aeronaves del Perú
presentó ante la Dirección General de Transporte Aéreo cinco solicitudes suscritas por María
Emilia Fandiño conteniendo documentación comercial con idéntica finalidad que la Compañía
Faucett, solicitudes que fueron acompañadas por sus respectivas declaraciones juradas suscritas
por Adolfo Laynes Lozada (fojas dos mil ciento seis y dos mil ciento ocho) y María Emilia Fandiño
(fojas dos mil ciento veintiuno, dos mil ciento treintitrés y dos mil ciento treintiséis). Habiendo
obtenido Aeronaves del Perú autorización de cinco facturas y/o facturas proforma para la
adquisición de ocho motores, un juego completo de silenciadores para avión y abundante material
en piezas y partes por un monto total de ocho millones cuatrocientos sesentidós mil setecientos
trece dólares americanos; SEGUNDO: que la pericia grafotécnica obrante a fojas cinco mil
cuatrocientos uno efectuada en la documentación presentada por Aeronaves del Perú ante la
Dirección General de Transporte Aéreo arriba a la conclusión de falsificación de las firmas de la
procesada Fandiño, Gerente General de la citada empresa, en las cinco solicitudes y cinco
declaraciones juradas obrantes en autos, aun cuando la citada acusada a fojas cinco mil
setecientos cincuentisiete sostiene que sólo le falsificaron las solicitudes de fojas dos mil ciento
tres, dos mil ciento once, dos mil ciento veinte y dos mil ciento veintiuno, cuestión que la misma
acusada sostiene a fojas cinco mil ciento noventitrés y cinco mil ciento noventiocho al señalar que
no firmó, preparó ni envió las solicitudes antes señaladas, sin embargo no proporciona una
explicación precisa ni satisfactoria de quién o quiénes hayan sido las personas que fraguaron
dichos documentos, sosteniendo en los Debates orales de fecha veintiúno de noviembre de mil
novecientos noventicinco que Alfredo Zanatti es el llamado a dar una explicación de tales sucesos:
TERCERO: Que pese a los esfuerzos desplegados por el Juzgado Penal y este Colegiado, las
empresas Faucett y Aeronaves, así como tampoco el Ministerio de Transportes y Comunicaciones,
el Banco Central de Reserva ni el Banco de Crédito han presentado los originales de los
documentos mercantiles en referencia, aduciendo no tenerlos en su poder, según se consigna a
fojas mil trescientos veintiséis, mil trescientos cuarentidós, mil cuatrocientos setentiocho, mil
quinientos setentiséis, reiterando a fojas dos mil doscientos noventiséis; que, de la evaluación y
análisis de las facturas y facturas-proformas presentadas en fotocopia a lo largo del proceso penal
se tiene respecto a la factura mil cuatrocientos cincuentisiete ochentinueve emitida por la compañía
TAIKO Corporation y suscrita por Antonio Fuentes, que la misma fue registrada en el Anexo cinco
de fecha diecinueve de junio de mil novecientos ochentinueve que corre a fojas cuatrocientos
cincuentidos en base a la licencia previa de importación de fojas cuatrocientos cincuenticinco y el
Aviso de conformidad del catorce de junio de mil novecientos ochentinueve obrante a fojas
cuatrocientos cincuentitrés, cuyo embarque figura el siete de junio de mil novecientos
ochentinueve, habiendo efectuado la cobranza número quinientos cuarentiocho mil setecientos
noventicinco por el Banco de Crédito el diecinueve de junio de mil novecientos ochentinueve;
habiéndose registrado previamente la operación en el Banco Central de Reserva el dieciocho de
junio de mil novecientos ochentinueve; siendo que esta misma factura fue empleada en una doble
operación de compra de divisas a través de la cobranza efectuada por el mismo Banco de Crédito
de fecha dieciséis de noviembre de mil novecientos ochentinueve con idéntico número de
operación; advirtiéndose además del análisis material del documento rasgos de alteración en el
año de la factura y signos visibles de delineación de las letras del encabezado del contenido de la
misma; en lo concerniente a la factura número mil cutraocientos cincuentidós ochentinueve suscrita
por Viliam Furdik en representación de Taiko Corporation el cinco de mayo de mil novecientos
ochentinueve fue registrada en el Anexo cinco del veintidós de mayo de mil novecientos
ochentinueve (fojas cuatrocientos treintisiete) con licencia previa de importación de fojas
cuatrocientos treintinueve, aviso de conformidad del dieciocho de mayo de mil novecientos
ochentinueve de fojas cuatrocientos treintiocho, fecha de embarque diez de mayo de mil
novecientos ochentinueve, factura cuyo monto fue cobrado por el Banco de Crédito el veintidós de
mayo de mil novecientos ochentinueve, figurando registrado por el Banco Central de Reserva en la
misma fecha; al igual que con la factura anterior, ésta fue presentada ante la Dirección General de
Transporte Aéreo y cobrada por el Banco de Crédito con fecha dieciséis de noviembre de mil
novecientos ochentinueve, mediante la misma operación, es decir la cobranza quinientos
cuarentisiete mil quinientos setentisiete, siendo registrada por el Banco Central de Reserva el
quince de noviembre de mil novecientos ochentinueve a fojas cuatrocientos cuarentiuno, que con la
factura mil cuatrocientos sesenta / ochentinueve suscrita por Viliam Furdik sucede lo mismo que
con las anteriormente evaluadas, esto es, la misma factura fue utilizada dos veces por el Banco de
Crédito mediante cobranza número quinientos cuarentiocho mil setecientos noventiséis del
diecinueve de junio de mil novecientos ochentinueve y dieciséis de noviembre de mil novecientos
ochentinueve, conforme consta de fojas cuatrocientos cuarenticuatro y cuatrocientos cuarentisiete,
habiéndose reproducido en el Anexo cinco de fecha dos de noviembre de mil novecientos
ochentinueve los mismos documentos que sirvieron de sustento para el registro del Anexo cinco de
fecha diecinueve de junio de mil novecientos ochentinueve como son Licencia Previa de
importación y aviso de conformidad. En cuanto a la documentación comercial presentada por
Aeronaves del Perú para su autorización ante la Dirección General de Transporte Aéreo es
necesario poner especial énfasis en la factura mil doscientos cincuentinueve/ ochentinueve emitida
por Taiko Corporation con supuesta fecha catorce de noviembre de mil novecientos ochentinueve
que corre a fojas quinientos nueve y quinientos diez; siendo registrada en el Anexo cinco del veinte
de enero de mil novecientos ochentinueve conjuntamente con la licencia previa de importación
número ochentiocho cero siete cero dos diez veintiuno - cero cero cero uno (fojas quinientos siete)
y el aviso de conformidad a fojas quinientos dos de la empresa supervisora (SSI) la que mediante
inspección de fecha quince de noviembre de mil novecientos ochentiocho da cuenta de la
existencia de dos mil novecientos noventidós partes y piezas para motores de avión por un precio
total de un millón quinientos veintisiete mil setecientos trece dólares con cuarentiocho centavos de
dólar para ser embarcados el dieciséis de noviembre de mil novecientos ochentiocho con destino a
Lima, Perú. El Banco de Crédito mediante cobranza internacional número cincuenticuatro quince
sesentiséis de fecha veinte de enero de mil novecientos ochentinueve cobró a nombre de la
empresa proveedora el importe contenido en la factura, habiendo autorizado el Banco Central de
Reserva el pago de la referida cantidad conforme consta a fojas quinientos cinco, no obstante ello
Aeronaves presentó esta misma factura para repetir la Compra de divisas subsidiadas,
observándose en la misma visibles signos de alteración en la fecha de expedición, habiéndose
utilizado idéntico Anexo cinco con fecha siete de diciembre de mil novecientos ochentinueve (fojas
quinientos once) y registrando el mismo número de operación de cobranzas del Banco de Crédito,
esto es el número cincuenticuatro quince sesentiséis que figura con fecha de cobro siete de
diciembre de mil novecientos ochentinueve. CUARTO: que, asimismo debe relievarse las
marcadas diferencias y contradicciones de la información contenida en los partes mensuales de los
motores supuestamente adquiridos por Faucett y Aeronaves mediante los dólares MUC, con la
proporcionada por el Gerente de Mantenimiento de dichas empresas, Jorge Tsuboyama (fojas
quinientos noventiuno ampliada a fojas setecientos dieciocho) y los técnicos en aviación Pedro
Valle Vidal (fojas mil quinientos quince) y Pascual Sánchez Fernández (fojas mil quinientos
diecisiete) en lo relacionado a la procedencia, fecha de montaje, uso y desmontaje, estado y
propiedad de los referidos motores, por lo que debe arribarse a la conclusión de que si bien los
partes mensuales no acreditan fehacientemente la propiedad o la procedencia en ellos señalada,
en modo alguno debe desestimarse la información en ellos contenida, máxime si se toma en
cuenta que dichos documentos están suscritos por los antes mencionados, quienes asumen
deberes de garantía y presunción de verosimilitud por la información suministrada, no
constituyendo razón suficiente ni criterio valedero justificante de los probables o pretendidos
desaciertos y errores, los usos y costumbres aludidos por el testigo Tsuboyama a fojas
setecientos veinte, razón por la cual los datos contenidos en los partes mensuales serán
apreciados con la objetividad y sano criterio por parte de este Colegiado; QUINTO: que del cotejo
entre facturas y proformas de factura, a cuyo contenido literal declarativo se han asignado por
actos posteriores, los números de serie de los motores en referencia, con los partes mensuales y
actas de verificación se aprecia manifiestas contradicciones e incongruencias, así en cuanto a los
motores serie sesentiocho setentiséis ochenticinco y sesentiocho setenticuatro setentiuno,
vendidos supuestamente con fecha veinticuatro de octubre de mil novecientos ochentinueve
(factura dos mil quinientos uno/ochentinueve) e ingresados a Zona Franca el quince de noviembre
de mil novecientos ochentinueve, para ser remitidos presurosamente a Miami con fecha veinte de
noviembre de mil novecientos ochentinueve según consta del documento de embarque ciento
sesentiocho - ochentinueve, a fojas doce figuran ya instalados en la unidad OB- mil trescientos uno
desde febrero de mil novecientos ochentinueve, según parte mensual a fojas trece hasta el doce y
dieciocho de junio de mil novecientos noventa respectivamente, fecha en la que fueron retirados
según parte mensual a fojas quince. Respecto al motor con número de serie sesenticinco
cuarentinueve cero cinco vendido supuestamente con fecha veinticuatro de Octubre de mil
novecientos ochentinueve (factura dos mil quinientos dos - ochentinueve) e ingresado por Zona
Franca el veintiséis de enero de mil novecientos noventa, figura instalado en la unidad OB- mil
trescientos uno de Faucett desde el veinte de Octubre de mil novecientos ochentisiete según
parte mensual a fojas treintiocho, siendo retirado el doce de enero de mil novecientos noventa
(fojas treintinueve): sobre este número de serie a decir del acusado Zanatti Tavolara en su alegato
de defensa habría sido reemplazado por la serie sesentisiete cuarenticinco setentiocho, motor este
último no verificado en su existencia física; con respecto al motor de serie sesentiséis sesenta
cuarenticuatro supuestamente adquirido con factura dos mil quinientos dos - ochentinueve de fecha
veinticuatro de octubre de mil novecientos ochentinueve y con fecha de ingreso primero de marzo
de mil novecientos noventa, según parte mensual de febrero y marzo de mil novecientos noventa a
fojas cuarentiséis y cuarentisiete, figura instalado el catorce de febrero. Evidentes contradicciones
que se repiten con los restantes motores supuestamente adquiridos por Faucett y Aeronaves, en la
fechas aducidas en las facturas y proformas presentadas, motores varios de los cuales no figuran
desaduanados, esto es ingresados legalmente al país, tales como los motores con serie
seiscientos cuarenticinco mil seiscientos treinticinco, seiscientos sesentinueve mil doscientos
noventiocho, seiscientos sesentiocho mil quinientos noventicinco seiscientos setenticuatro mil
quinientos setentiocho y otros. De las piezas y partes supuestamente importadas con dólar MUC
por ambas empresas sólo ha quedado registrado el ingreso de accesorios de avión en calidad de
bultos a zona franca de fecha quince de mayo de mil novecientos ochentinueve a fojas
sesenticinco acompañado con guía aérea seiscientos veinticuatro - cero cero setentiocho nueve
ochentiuno del catorce del mes en referencia, a cargo de Aeronaves del Perú; así como el ingreso
por Zona Franca de partes y piezas de avión con fecha dieciocho de agosto de mil novecientos
ochentinueve de fojas ciento dos, con guía aérea seiscientos veinticuatro- cero cero ochentiuno
setenticinco cero cuatro, materiales que Aeronaves ingresa a su almacen con nota de ingreso de
fecha dieciocho de agosto de mil novecientos ochentinueve fojas ciento cuatro. Coligiéndose de
estos ingresos, manifiestamente anteriores a la fecha de vigencia del dólar MUC para material
aéreo, que no se ha registrado el ingreso de partes y piezas adquiridos con dólar MUC por parte de
Faucett y Aeronaves. Igualmente no se registra ingreso al país del juego de silenciadores
adquiridos por Aeronaves según factura mil cincuenta / ochentinueve del doce de octubre de mil
novecientos ochentinueve, constando a fojas noventisiete un ingreso de silenciadores de avión con
fecha deicisiete de agosto de mil novecientos ochentinueve, ingreso muy anterior al establecido
como fecha en la supuesta venta de la Quiet Nacelle, según factura mil cincuenta ochentinueve.
SEXTO: Que respecto a las actas de verificación realizadas tanto por personal del Ministerio de
Transportes, como por los peritos FAP y obrantes en el presente expediente, es necesario indicar
que si bien estas acreditan presencia física de lo sometido a verificación, las mismas por sí solas
no determinan la procedencia legal, circunscribiéndose a la certificación de existencia física.
SETIMO: Que asimismo debe merituarse las diversas comunicaciones cursadas por las empresas
proveedoras Taiko Corporation, International Airlines Holding y Quiet Nacelle al Banco de Crédito
del Perú disponiendo que los pagos mediante giros se entregasen a Albino Condori, pedidos que
estuvieron vigentes hasta el veintiséis de octubre de mil novecientos ochentinueve conforme
consta a fojas mil seiscientos ochenticuatro, mil seiscientos ochenticinco, mil seiscientos noventa,
mil seiscientos noventiuno, mil seiscientos noventiséis, mil setecientos, mil setecientos cuatro, mil
setecientos siete y mil setecientos nueve, siendo que con fecha quince de diciembre de mil
novecientos ochentinueve a fojas mil seiscientos setentitrés, y en otras retrotraídas a octubre de mil
novecientos ochentinueve la Taiko Corporation modificando sus anteriores comunicaciones señala
que las transferencias se remitan cablegráficamente a la cuenta mil setecientos cuarenticuatro -
dos del Atlantic Security Bank, efectuando similar pedido la International Airlines Holding
Corporation con fecha siete de diciembre de mil novecientos ochentinueve (fojas mil seiscientos
noventisiete), indicando al Banco de Crédito espere instrucciones para la remisión del giro y en
otras cartas con fecha octubre de mil novecientos ochentinueve da el número de cuenta mil
setecientos cincuentiuno- siete; asimismo la Quiet Nacelle a fojas mil setecientos diez con fecha
nueve de noviembre de mil novecientos ochentinueve variando su orden anterior señala que los
pagos en adelante se harán por transferencia cablegráfica a la cuenta número mil ciento
noventiuno- seis del Atlantic Security Bank; de lo que evidencia el tiempo de vigencia de las
órdenes dadas por las pretendidas proveedoras para la entrega de los giros a Albino Condori,
empleado bajo las órdenes de Jaime Bedoya, aseveración corroborada a fojas siete mil setecientos
setenta por Luisa Zegarra Alfaro -Jefa del Departamento de Moneda Extranjera de Faucett- quien
tras poner de manifiesto de las irregularidades en el recojo de los giros, señala que por disposición
de la Gerencia Financiera a cargo de Hugo Maradiegue se dispuso que los giros fueran recogidos
por tercera persona ajena a la empresa, refiriéndose a Albino Condori. OCTAVO: siendo del caso
merituar la información brindada por el Banco de Crédito en relación a las transferencias
cablegráficas antes mencionadas que corre en fotocopias legalizadas de fojas mil seiscientos
sesentidós a mil setecientos ocho, en donde detalla transferencias cablegráficas enviadas al
Atlantic Security Bank por las supuestas importaciones con dólar MUC, la misma que al ser
contrastada con la proporcionada por el Atlantic Security Bank por intermedio del Departamento de
Justicia de los Estados Unidos remitido vía Relaciones Exteriores ofrece serias contradicciones con
lo que obra en los Statement of Account (estados de cuenta) de la referida entidad bancaria, en los
que se registran ingresos mediante transferencias cablegráficas correspondientes a las supuestas
importaciones que debieron ser enviadas directamente por el Banco de Crédito, ingresadas
directamente por Aeronaves, Faucett y otras personas y/o entidades, junto a las enviadas por la
entidad bancaria nacional; como las obrantes a fojas ocho mil cincuenticinco de fecha dieciocho de
diciembre de mil novecientos ochentinueve donde figura registrada la operación WT treintidós
sesentidós, COLL doce noventicinco ochentinueve por un millón quinientos veintisiete mil
setecientos trece dólares con cuarentiocho centavos de dólar a la cuenta diecisiete cuarenticuatro -
dos; igualmente a fojas ocho mil trescientos sesentidós, ocho mil trescientos sesentisiete y ocho mil
trescientos sesentiocho se observan registradas las transacciones enviadas cablegráficamente por
Aeronaves: WT veinte sesentiocho Aeronaves Perú por dos millones doscientos treinta mil dólares
ingresada el catorce de noviembre de mil novecientos ochentinueve a la cuenta diecisiete
cincuentiuno siete, WT veintisiete ochentiseis CIA FAUCETT por cinco millones quinientos
cuarentitres mil quinientos dólares de fecha cuatro de diciembre de mil novecientos ochentinueve,
WT treintidós sesentiuno COOL, cero ciento cuarentiuno PL ochentinueve por dos millones
doscientos mil dólares; transferencias que debieron ser remitidas directamente a los proveedores
por el Banco de Crédito, según mandato imperativo legal. NOVENO: Que, la acusada María Emilia
Fandiño asumió el cargo de Gerente General de Aeronaves del Perú desde mil novecientos
ochentidós hasta mil novecientos noventiuno, alegando en su instructiva de fojas cinco mil ciento
ochenticuatro continuada a fojas cinco mil ciento ochenticinco, cinco mil ciento noventicuatro, cinco
mil doscientos seis y cinco mil doscientos diecinueve que debido a su escaso conocimiento
respecto al área técnica de la empresa, la misma era controlada por su co-acusado Zanatti
Tavolara en coordinación con el Gerente de Mantenimiento Jorge Tsuboyama, por lo cual solicitó
en Sesión de Directorio del diecisiete de julio de mil novecientos ochentiséis (fojas cinco mil
doscientos setentisiete) se otorgase poder a su co-acusado Alfredo Augusto Zanatti Tavolara, de
cuyo texto se advierte que fue nombrado Apoderado para la adquisición de material aeronáutico
diverso, debiendo anotarse que ello no la excluía de sus responsabilidades como Gerente General
y Representante Legal de Aeronaves, más aún cabe señalar respecto a dicho mandato que tal
circunstancia no fue precisada por los demás al rendir sus respectivas declaraciones instructivas
sino hasta la aseveración que en tal sentido efectúa la acusada Fandiño y para lo cual presenta en
copia el cargo de un oficio dirigido a la Dirección General de Transporte Aéreo (fojas cinco mil
setecientos noventicinco) sin embargo en la audiencia del treinta de enero último, mediante oficio
número cero doscientos veinticuatro -noventicinco-MTC/ quince. doce. tres se informa al Colegiado
que no existe original de dicho documento así como también en la Audiencia del diecinueve del
mismo mes y año los Registros Públicos informan que dicho Poder no ha sido inscrito: resultando
por ende el valor de dicho mandato írrito, señalando la acusada Fandiño, a fojas cinco mil ciento
ochenticuatro vuelta y cinco mil ciento noventicinco vuelta que Aeronaves del Perú recibió un
préstamo de tres millones seiscientos noventicinco mil trescientos treinta dólares del accionista
mayoritario Alfredo Zanatti Tavolara para acogerse al Sistema del dólar MUC, de lo que comunicó
al Directorio en Sesión de fecha dieciséis de noviembre de mil novecientos ochentinueve conforme
se advierte a fojas mil cuarentiocho, esto es cuando ya se habían dado inicio a los trámites para
acceder a dicho beneficio, señlando además a fojas cinco mil doscientos seis vuelta no haber
tenido ninguna participación en lo atinente a dichas gestiones, aseveración que resulta contradicha
por la declaración de Guillermo Berckemeyer León a fojas setecientos veinticuatro - setecientos
treintisiete quien sostuvo que cuando necesitaban repuestos, estos se adquirían a pedido de la
Gerente General Emilia Fandiño, lo cual no resulta descartado en la confrontación sostenida entre
ambos a fojas cinco mil trescientos cuarentitrés así como tampoco con la declaración de
Berckemeyer León en los debates orales del diecinueve de enero último: asimismo debe
merituarse lo sostenido por Adolfo Laynes Lozada a fojas mil seiscientos treintiocho al indicar que
María Fandiño le solicitó que firmase las Declaraciones Juradas que obran a fojas cuarentidós y
ciento nueve para ser remitidas a la Dirección General de Transporte Aéreo para la adquisición de
turbinas, versión que luego es variada en la confrontación de fojas cinco mil trescientos cincuenta
al señalar que la suscripción de tales documentos fue a solicitud de persona distinta a Emilia
Fandiño, lo cual debe ser tomado con las reservas del caso; siendo que la mencionada acusada
sostiene a fojas cinco mil doscientos ocho que su única participación en estos hechos se habría
limitado a dar instrucciones junto con la Gerencia Administrativa y el Presidente del Directorio al
Banco de Crédito para el pago de las facturas antes mencionadas con cargo a la Cuenta Corriente
número sesentidós setenticinco sesentinueve - cero - setentinueve como se aprecia de fojas cinco
mil doscientos cincuentiocho, cinco mil doscientos sesentiuno cinco mil doscientos sesenticuatro,
cinco mil doscientos sesenticinco y cuyo estado de cuenta corre a fojas cinco mil doscientos
cincuentidós, cinco mil doscientos cincuenticuatro a cinco mil doscientos cincuentisiete. DECIMO:
que en lo atinente al acusado Casanova Ruíz se tiene que éste se desempeñó como Sub-Gerente
de Contabilidad de Aeronaves del Perú desde mil novecientos noventa y en tal condición supervisó
el registro efectuado en relación a las adquisiciones con dólar MUC, siendo que para el registro de
tales operaciones se tomó como base las facturas en copia fotostática que le fueron remitidas por
la Gerencia General, situación que no estaba permitida como lo sostuvo a fojas tres mil cien,
habiéndosele alcanzado con posterioridad por dicha Gerencia las facturas en fotocopias
autenticada, precisando no haber tenido a la vista en ningún momento los originales de tales
facturas para efectuar los registros contables, más aún admite que los Libros de Contabilidad a su
cargo no se encontraban al día. No obstante ello, se ha presentado en autos la consulta efectuada
al Instituto de Asesoría Empresarial de fojas siete mil trescientos veintisiete, así como del Estudio
Caballero Bustamante de fojas siete mil trescientos veintinueve quienes coinciden en señalar no
ser de imperiosa obligación la existencia de facturas originales para su respectivo asiento contable,
lo cual deberá ser merituado en su oportunidad por el Colegiado: DECIMO PRIMERO: que
respecto al acusado José Jaime Bedoya Garreta quien al rendir su instructiva en el acto oral de
fecha dos y cinco de febrero del año en curso, sostuvo haber conocido a su co-acusado Alfredo
Augusto Zanatti Tavolara en mil novecientos ochenticuatro, habiendo tenido tratos comerciales con
éste de manera esporádica hasta mil novecientos ochentinueve en que en su condición de Broker
de las Empresas Taiko Corporation, Internacional Airlines Holding y Quiet Nacelle participó en la
venta de los bienes adquiridos al amparo del Mercado Unico de Cambios, negando haber sido
asesor personal ni legal del citado acusado pese a que Luis Bortesi Longhi, Gerente de
Planificación de Faucett, a fojas siete mil doscientos nueve vuelta refiere que Bedoya Garreta fue
asesor personal de Alfredo Zanatti Tavolara en los últimos cinco años, y en términos similares se
expresó Maradieque Obando, Gerente de Finanzas de Faucett, a fojas seis mil novecientos
cincuentiocho: aunado a lo expresado por el testigo Corrochano Patrón a fojas tres mil trescientos
veintiocho vuelta al sostener que Bedoya nunca estuvo en la planilla de Faucett porque realizaba
una gestión como Asesor Legal externo desde el año de mil novecientos ochentinueve a mil
novecientos noventiuno, todo lo cual explicaría la asidua concurrencia a las oficinas de dicha
empresa por parte de Bedoya Garreta como refiere Fernández Corvetto a fojas siete mil ciento
setentiuno. De otro lado en lo atinente a las empresas extranjeras que aparecen como supuestas
proveedoras del material aeronáutico adquirido por Faucett y Aeronaves el acusado Bedoya
Garreta sostiene ser solo Representante de Ventas de las mismas, pese a que figura como
Presidente y Director de la Internacional Airlines Holding de Panamá desde mil novecientos
ochentiséis, la cual tenía oficina de representación en los Estados Unidos para lo cual utilizaban la
dirección del acusado Bedoya Garreta sito en Brickell Avenue mil sesenta suite ciento cinco -
Miami, respecto a lo cual asevera Bedoya fue realizado sin su consentimiento por lo que renunció
de inmediato, no obstante ello continúa apareciendo en el Anual Report de mil novecientos
ochentinueve (fojas mil novecientos treinta) como Director de la mencionada empresa
conjuntamente con Viliam Furdik y Nancy Echegaray como Directores, además de haber
constituido otra empresa denominada Intenacional Airlines Holding Corp también con la persona de
Viliam Furdik como se aprecia del Anual Report de mil novecientos noventa -fojas mil novecientos
treintiuno-. Al respecto cabe relievar que Nancy Echegaray al declarar a fojas ocho mil seiscientos
setentiocho sostiene haber trabajado en la Empresa Helikrone FOODS, cuyo Presidente era
Bedoya Garreta a quien le solicitó explicaciones por usar su nombre en la Empresa International
Airlines Holding, llegándole a referir que eso era un problema de Alfredo Zanatti; versión que
estaría corroborada por Jerry Dale a fojas ocho mil novecientos treintitres al señalar que Nancy
Echegaray lo visitó porque Jaime Bedoya había completado informes corporativos anuales y había
puesto su nombre como funcionaria si su consentimiento; más aún debe tenerse en cuenta que
Nancy Echegaray de fojas ocho mil seiscientos noventicuatro a ocho mil seiscientos noventiocho
sostiene no haber firmado las facturas proforma números mil novecientos veintitrés / ochentinueve,
mil novecientos veintidós /ochentinueve, mil novecientos trece /ochentinueve, mil novecientos
dieciséis / ochentinueve y mil novecientos doce / ochentinueve, pertenecientes a Miami Field
Service así como tampoco los documentos de la misma empresa dando instrucciones para el pago
a la cuenta mil setecientos cincuentiuno-siete. Situación que resulta similar a lo ocurrido con Mario
Consiglieri, cuñado de Bedoya Garreta, quien aparecía suscribiendo como Vice-Presidente de
Quiet Nacelle una comunicación al Banco de Crédito que corre a fojas siete mil cuatrocientos
setenticinco, mediante la cual solicitaba que los pagos a efectuar por Aeronaves del Perú se
remitan por transferencia cablegráfica a la cuenta mil ciento noventiuno- seis en el Atlantic
Security Bank de Miami, la misma que ha sido negada por éste en declaración de fojas cinco mil
cuatrocientos setentiséis al declarar no haber ocupado dicho cargo ni estar vinculado a tal empresa
menos ser su firma la que aparece en el documento antes mencionado; hecho vespecto al cual
Bedoya Garreta aduce desconocer menos aún saber que su co-procesado Zanatti Tavolara fue
accionista de dicha empresa, como así lo sostiene Jerry Dale a fojas ocho mil novecientos quince.
Con respecto a la Empresa Taiko Corporation, Bedoya sostiene también ser Representante de
Ventas, agregando que las personas vinculadas a dicha empresa eran las mismas de Internacional
Airlines Holding la cual se ocupaba de motores de avión en tanto que la primera de la mencionadas
trabajaba lo atinente a partes de piezas de avión. Que con relación a la vinculación del acusado
Bedoya Garreta con las gestiones referentes al Mercado Unico de Cambios se tiene que su co-
acusado Zanatti Tavolara en la primera diligencia efectuada ante la Juez de la causa a fojas nueve
mil ochocientos veintitres vuelta en presencia de su Abogado y del Representante del Ministerio
Público sostuvo que Jaime Bedoya efectuó los trámites relacionados con la compra de dólares
MUC, versión que luego modificó sin poder brindar una explicación coherente al respecto; por su
parte Fernández Corvetto a fojas siete mil ciento setentiuno vuelta ha señalado que "por orden
expresa de la Gerencia General de Faucett, cualquier tramitación ante el Banco Central de
Reserva, tenía que efectuarse exclusivamente por Bedoya", asimismo ha sostenido Maradieque
Obando a fojas seis mil novecientos cincuentisiete y Bortesi Longhi a fojas siete mil doscientos
nueve y siete mil doscientos dieciocho vuelta: en tanto que el testigo Burneo Seminario a fojas
siete mil doscientos dieciocho vuelta señala que en el año de mil novecientos ochentiséis Zanatti
presentó a Bedoya Garreta como la persona que se iba a ocupar de realizar los trámites especiales
ante el Banco Central de Reserva; siendo enfático Corrochano Patrón a fojas mil setecientos
veintiocho vuelta al sostener que "el Abogado que hacía todas las gestiones referentes al dólar
MUC era Bedoya Garreta", al igual que Joe Lázaga al declarar a fojas ocho mil setecientos
noventidós; versiones todas estas que el acusado Bedoya niega aduciendo que inclusive
desconocía que las adquisiciones de material aeronáutico en que participaba como Broker estaban
relacionadas con el dólar MUC, no habiendo concurrido al Banco Central de Reserva para realizar
gestión alguna al respecto, lo cual no se condice con lo manifestado por Zanatti Tavolara a fojas
doce mil veintiocho al sostener que Bedoya le manifestó conocer a alquien en el Banco Central de
Reserva que los podía ayudar, aún cuando admite haber celebrado negocio con los funcionarios de
dicha Institución Alberto Rázuri Suárez y Ramón Abásalo Adrianzén por un monto aproximado de
cincuenta mil dólares con cada uno de ellos, motivo por el cual se expidieron los recibos que corren
a fojas siete mil trescientos sesenta a siete mil trescientos ochentidós, aseverando que esto era
totalmente ajeno a los trámites con dólares MUC. Que finalmente debe anotarse lo manifestado por
el testigo Albino Condori Mamani a fojas cinco mil trescientos treintinueve al sostener haber
retirado cheques del Banco de Crédito para las Empresas Taiko, International Airlines Holding y
Quiet Nacelle, las mismas que manejaba Bedoya Garreta para entregárselos personalmente,
agregando que era éste quien le comunicaba sobre los cheques que debía retirar; lo cual se
encuentra corroborado con los documentos que obran a fojas siete mil cuatrocientos sesenticinco a
cuatro mil setecientos sesentiocho, siete mil cuatrocientos setenta, siete mil cuatrocientos
setentidós, siete mil cuatrocientos setenticuatro y siete mil cuatrocientos setentiséis. Aunándose a
ello lo manifestado por Aranda Salvatierra, Tesorero de Faucett, al declarar a fojas siete mil
cincuenta que recibía instrucciones para que las órdenes de pago para las empresas Quiet
Nacelle, Taiko entre otras fueran entregadas directamente a Albino Condori. DECIMO
SEGUNDO: Que en lo que respecta al acusado Alfredo Zanatti Tavolara se tiene que éste asevera
la participación de todas las Gerencias de Faucett en la tramitación a efectuar para acogerse al
dólar MUC desde la obtención de la Licencia Previa de Importación en el Instituto de Comercio
Exterior -ICE-, luego la visación de las facturas ante la Dirección General de Transporte Aéreo y
finalmente la presentación de todos los documentos ante el Banco de Crédito para la obtención del
Anexo cinco; sin embargo ello no se condice con las declaraciones del Gerente de Finanzas a fojas
seis mil setecientos cincuentisiete al manifestar que los trámites se efectuaban por la Gerencia
General en la persona de Alfredo Zanatti Tavolara con la asistencia legal y personal de Bedoya
Garreta, así como con las demás declaraciones ya citadas al referirnos al acusado Bedoya
Garreta. Que, respecto a las empresas proveedoras de los motores, silenciadores así como partes
y piezas de avión, se ha sostenido por Zanatti Tavolara que las adquisiciones se efectuaron a las
Empresas International Airlines Holding, Taiko Corporation, Miami Field Services y Quiet
Nacelle todas ellas de Panamá, agregando que estas empresas son distintas a las que existen en
los Estados Unidos aunque con idéntica denominación: no obstante ello debe resaltarse que las
dos primeras citadas tenían la misma dirección sito en Brickell Avenue mil sesenta suiete ciento
cinco, Miami, como se advierte del Anual Report que corre a fojas mil novecientos veintinueve,
domicilio que también pertenecía a las Empresas International Construction Holding, International
Aircraft Holding y HK International INC, las cuales eran de propiedad de Zanatti Tavolara como
éste lo admite a fojas doce mil veintinueve vuelta. Que asimismo el citado acusado sostiene que
los originales de las facturas fueron acompañadas a las solicitudes presentadas inicialmente ante
la Dirección General de Transporte Aéreo para su correspondiente visación, sin embargo se tiene
que en el texto de la solicitud de fojas dos mil ciento cincuentiocho se señala "En tal virtud, a su
Despacho recurrimos solicitando dicha visación y acompañamos COPIA de la factura", texto que
también se advierte en las solicitudes a la Dirección General de Transporte Aéreo de fojas dos mil
ciento sesentiuno, dos mil ciento ochentisiete y dos mil ciento ochentinueve; lo que permite colegir
fácilmente que las Facturas no fueron presentadas en original necesariamente. Asimismo sostiene
que la cuenta número mil setecientos cuarentidós -dos pertenece a la Worlwide Financial Holding
en tanto que la cuenta mil setecientos cincuentiuno, -siete tiene como titular a la International
Aircraft, Empresa de la cual Zanatti Tavolara era Presidente como así lo admite a fojas doce mil
treintisiete vuelta; siendo que las empresas proveedoras International Airlines Holding, Taiko Corp
y Miami Field solicitaron al Banco de Crédito la remisión del dinero producto de la supuesta venta
de material aeronáutico que se dirigiera a las cuentas antes mencionadas pese a ser totalmente
ajenas a éstas. Que, con relación al delito de Corrupción de Funcionarios imputado el acusado
Alfredo Augusto Zanatti Tavolara, se tiene que tal imputación se centra en el hecho de haber
entregado al ex-Presidente Alan García Pérez la suma de doscientos mil dólares americanos,
como adelanto al equivalente del cinco por ciento del total de los dólares subsidiados otorgados en
favor de las Empresas Aeronaves del Perú y Faucett, lo que se corrobora además con el
documento de fojas nueve mil novecientos noventinueve, así como con el Dictamen Pericial de
Grafotécnia obrante a fojas diez mil dos al diez mil seis, y que concluye que la letra del documento
antes mencionado proviene del puño gráfico de Alan García Pérez; entrega de dinero que es
admitido por Alfredo Zanatti Tavolara, alegando que no se trata de un acto de Corrupción sino de
una extorsión por parte del ex-Presidente a efectos de gozar del beneficio del dólar subsidiado;
que, la conducta del acusado Alfredo Zanatti Tavolara se encuentra tipificada en este extremo en
tal sentido en la primera parte del artículo trescientos noventinueve del Código Penal vigente
relativo a la corrupción activa. DECIMO TERCERO: Que, con relación a la Excepción, de
Prescripción deducida por la defensa, se tiene que a la fecha de la comisión de los hechos, entre
los meses de octubre a diciembre de mil novecientos ochentinueve, se encontraba en vigencia la
Ley número veinticuatro mil seiscientos cincuentitres, de fecha veintisiete de marzo de mil
novecientos ochentisiete (modificatorio del artículo trescientos cincuentitres del Código Penal de
mil novecientos noventicuatro) y que establecía una pena no mayor de ocho años y multa de la
renta de sesenta a ciento ochenta días; que, al promulgarse el Código Penal de mil novecientos
noventiuno, mediante Decreto Legislativo número seiscientos treinticinco, la conducta del agente
para el caso de autos se encuadra dentro de la figura descrita en el artículo trescientos
noventinueve del Código Penal de mil novecientos noventiuno, estableciéndose una pena no
menor de tres ni mayor de cinco años (primer párrafo); siendo que en aplicación de lo más benigno
para el presente caso sería la señalada por el Código Penal sustantivo vigente, en virtud de lo
establecido por el inciso once del artículo ciento treintinueve de la Constitución Política vigente, así
como por el prescrito por el artículo Sexto del Código Penal en vigor; que a los cinco años
señalados anteriormente habría que agregarle la mitad del plazo ordinario de prescripción en virtud
de lo establecido por la parte in fine del artículo ochentitres del Código Penal, por lo que para que
opere la prescripción en el caso de autos con relación al delito de Corrupción de Funcionarios,
deben de transcurrir siete años y seis meses, plazo que desde la comisión de los hechos a la fecha
no ha transcurrido, siendo que prescribirían los mismos en todo caso en el mes de mayo de mil
novecientos noventisiete: DECIMO CUARTO: el delito de Estafa, como variedad específica de los
delitos contra el patrimonio, requiere ya sea según el artículo doscientos cuarenticuatro del Código
Penal de mil novecientos veinticuatro vigente en la época de comisión de los hechos ilícitos o en el
artículo ciento noventiocho del Código Penal actual la concurrencia de una serie de componentes
de naturaleza material y subjetiva, los mismos que le otorgan un matiz diferenciador en relación al
resto de tipos penales que lesionan o ponen en peligro el bien jurídico patrimonio; requiriéndose de
los autores y partícipes que con su acción u omisión adecuan su comportamiento a las exigencias
típicas el uso de medios fraudulentos para procurarse para sí o para otros provecho ilícito en
perjuicio de terceros; constituyendo el error el objetivo inicial y posibilitador del acceso ilícito a la
disposición patrimonial que como resultado del mismo efectúa el agraviado. Los componentes
subjetivos del tipo penal de estafa expresados en el dolo y otros elementos de naturaleza subjetiva,
necesariamente requieren del dolo directo, es decir de la voluntad, conocimiento e intención
encaminada a delinquir, máxime si se trata de autores directos o mediatos. En el caso especial
de estafa mediante mal uso de los dólares obtenidos a través del Mercado Unico de Cambio, el
dolo adquiere características de naturaleza interna trascendente, que se irá poniendo cada vez
más de manifiesto con mayor evidencia en la medida que el agente o agentes se acerquen a la
fase de disposición de los fondos ilícitamente obtenidos; con esta variedad singular del tipo penal
de estafa se requiere de los autores el agotamiento del iter criminis, es decir haber dispuesto y
aprovechado lo obtenido delictivamente, y de los partícipes la contribución de actos u omisiones
dolosas imprescindibles o secundarios, en consideración a la naturaleza accesoria y fragmentaria
de toda participación en el hecho ilícito de otro. En cuanto a la falsificación de documentos en
general, contemplada en el tipo penal trescientos sesenticuatro del Código Penal de mil
novecientos veinticuatro y cuatrocientos veintisiete del Código Penal actual vigente, como tipo de
carácter delictivo amplio, el mismo que establece dos modalidades extensivas de comportamientos
ejecutivos ilícitos, consistentes en a) hacer en todo o en parte un documento falso, sea éste público
o privado o adulterar uno verdadero, y b) hacer uso de documento falso o de uno falsificado;
mientras que en la primera variante se castiga el propósito de usar el documento con la
probabilidad de perjuicio para tercero, en la segunda modalidad se castiga ya el uso con posibilidad
de perjuicio; mientras que en la primera hipótesis se exige que la conducta ejecutiva pueda dar
origen a derecho u obligación, en la segunda se requiere que se haga un uso del documento como
legítimo. La imputación penal que obra sobre los acusados es de haber incurrido con sus
comportamientos comisivos por parte de Alfredo Zanatti y Jaime Bedoya y con sus omisiones
penalmente relevantes y acciones concomitantes complementarias y previas a la utilización del
dólar MUC por parte de la acusada María Fandiño y Roberto Casanova en los delitos de Estafa y
Falsificación en parte de documento público y uso de documento público falsificado como legítimo.
DECIMO QUINTO: En el presente proceso penal mas allá de la autenticidad formal de la
documentación comercial presentada, cuestión que se halla igualmente cuestionada, interesa
resaltar la falta de representatividad jurídico-comercial de las mismas al no dar fe de operaciones
reales de adquisición de motores y piezas con el empleo del dólar MUC, y ello en dos dimensiones
considerativas: primero, en cuanto doble utilización de facturas por operaciones ya canceladas y
cobradas con antelación y segundo en cuanto representativas de operaciones comerciales jamás
realizadas, y ello por el no ingreso de las mercaderías alegadas en las facturas y cotizaciones en
circunstancias normales de identificación e individualización y por el ingreso de mercadería en
partes, piezas y reductores de ruido con fechas notoriamente anteriores al período de vigencia
del dólar del Mercado

Unico de Cambios para dichos materiales aéreos, ingresos de bienes éstos cobrados por pagados
por la general mediante el sistema de valija de correspondencia remitida a las oficinas Miami, de
donde se efectuaban los pagos, que según testimonio del Tesorero de Faucett Rodolfo Aranda
Salvatierra (a fojas siete mil cincuentidós), se hallaban a cargo de Joe Lázaga, quien era
responsable igualmente de recabar y enviar las facturas comerciales a las oficinas de Faucett y
Aeronaves en Lima. Asimismo en el presente proceso penal no está en tela de juicio si tales o
cuales empresas extranjeras emitieron o no las facturas y cotizaciones en referencia, lo cual no
deja de tener su importancia, ya que lo que merece relevancia jurídico penal es si tales facturas y
cotizaciones tienen significancia jurídico comercial en lo que respecta a los dólares MUC, es decir
si son representativas de operaciones reales de adquisición de motores, partes y piezas con el uso
del dólar MUC. DECIMO SEXTO: la imputación penal de falsificación en parte de documento
público y uso del mismo como si fuera legítimo radica en las consideraciones jurídico penales que
parten de considerar documento público a todo aquel emanado en su origen por funcionario
público en el ejercicio de su cargo y observando los requisitos y formalidades de ley; en el que el
concepto funcionario público engloba la persona premunida de función pública y la institución que
le da sustento y legitima. El formulario anexo cinco, es una variedad de documento público,
conocido en la Doctrina Jurídica como documento de registro y de función receptiva, cuya
naturaleza y estructura material por expresa delegación legal se completa con el aporte del
particular que integra y cierra materialmente la constitución del mismo, para ser corroborado y
avalado en su valor de fe pública con los respectivos signos distintivos y sellos del funcionario
público que los recepciona. El hacer dicho documento en parte falso supone que existe una parte
del mismo que es verdadero, es decir auténtico; y en el formulario de registro llamado anexo cinco,
esta parte verdadera es la que concierne al impreso directamente o por encargo del Banco Central
de Reserva, siendo y consistiendo la función integradora del particular consistente en el registro
que éste hace de los datos solicitados, la parte, que en el presente caso penal ha sido falseada,
violando la presunción legal de veracidad depositada por el Estado en el particular; de lo que
resulta que la función de acreditación pública de los contenidos de verdad del anexo cinco quedan
falseada y por lo mismo falso en parte el documento. La intervención de Alfredo Zanatti como de
María Fandiño al respecto como Gerentes Generales tanto de Faucett y Aeronaves y por lo mismo
responsables de la documentación presentada tanto ante la Dirección General de Transporte
Aéreo, el Banco de Crédito y el Banco Central de Reserva, revisten caracteres de suficiente
relevancia a nivel de autor mediato y cómplice en la conformación integral del documento público
anexo cinco, es decir del delito de falsificación de documentos, con un evidente nivel de injusto
ostensiblemente superior en el primer acusado, por las circunstancias, forma, móviles y fines con
que actuó el acusado ZANATTI TAVOLARA en el uso del referido documento, agotando los
presupuestos típicos del delito con el ulterior provecho personal con la comisión en concurso del
delito de estafa y en los niveles de gran perjuicio ocasionado a la Sociedad, y al Estado;
responsabilidad que asimismo alcanza al acusado José Jaime Bedoya Garreta a nivel de
complicidad. DECIMO SEPTIMO: Las acciones desarrolladas por el acusado Alfredo Zanatti a lo
largo del proceso de adquisición y uso del dólar MUC consistentes en presentar ante la Dirección
General de Transporte Aéreo conjuntamente con María Fandiño documentación comercial entre
solicitudes con firma fraguada, facturas con contenido comercial y legal ya realizadas, y por lo
mismo no sujetas a las condiciones establecidas en la Circular cero veinte -ochentinueve EF
/noventa del Banco Central de Reserva, facturas con evidentes muestras de alteración material en
los signos distintivos como en el caso de la factura mil doscientos noventicinco /ochentinueve que
en original se ha presentado en el expediente; ordenar nuevos pagos en base a cotizaciones, sin
haberse recabado nunca las facturas comerciales de las pretendidas empresas proveedoras, el
hecho de haber hecho ingresar en número no precisado motores en calidad de bultos sin
especificaciones que permitieran individualizar sus características técnicas, números de serie, y
determinar su procedencia legal, derivando los fondos del dólar MUC a cuentas cifradas
controladas y aprovechadas personalmente, conjuntamente con José Jaime Bedoya Garreta,
burlando de esta manera las determinaciones legales imperativas que establecía el artículo sétimo
y veintiuno de la Resolución Cambiaria número cero cuarentiuno -ochentisiete- EF / noventa que
regulaba el tratamiento para la venta de moneda extranjera por parte del sistema financiero
nacional y el sentidomismo del Decreto Ley veintiun mil novecientos cincuentitres que buscó la
reactivación económica y el equilibrio financiero interno y externo de la economía nacional;
acciones que reunen suficientes en exceso las exigencias típicas del delito de Estafa en grado de
autoría. DECIMO OCTAVO: En cuanto al comportamiento del acusado José Jaime Bedoya Garreta
consistentes en dirigir por encargo de Alfredo Augusto Zanatti Tavolara el proceso de la tramitación
de las solicitudes de Aeronaves y Faucett ante la Dirección General de Transporte Aéreo y el
Banco Central de Reserva, para la procuración de los dólares MUC conforme lo manifestado
inicialmente por Alfredo Zanatti a fojas nueve mil ochocientos veintitrés, Javier Corrochano,
Gerente Legal de Faucett (a fojas mil setecientos veintiocho), por Bernardo Fernández Corvetto a
fojas mil cuatrocientos setenticinco, Luis Bortesi Longhi, Gerente de Planificación de Faucett, y
entre otros por lo manifestado a fojas cinco mil trescientos treintinueve por Albino Condori,
empleado bajo las órdenes directas de José Jaime Bedoya Garreta, quien tenía asignada la
función de recoger giros del Banco de Crédito, los mismos que entregaban a Bedoya, las
referencias testimoniales de Rodolfo Aranda Salvatierra, Tesorero de Faucett a fojas siete mil
cincuenta - siete mil cincuentidos, por Hugo Maradieque, Gerente de Finanzas de Faucett (a fojas
seis mil novecientos cincuentiséis a seis mil novecientos sesenticuatro); de Ricardo Chocano
Rivera, Jefe de la Sección Comercio Exterior del Banco Central de Reserva (a fojas siete mil ciento
catorce a siete mil ciento dieciséis) y de Luis Manuel Carrera Barreda (a fojas siete mil ciento
dieciocho) Jefe de la Sección Importaciones del Banco Central de Reserva, funcionarios del Banco
Central de Reserva que recibierón pases de cortesía directamente de Bedoya Garreta, quienes
reconocen haber dado información a Albino Condori sobre los dólares MUC, incluso que éste
solía acudir al Banco Central de Reserva a averiguar "si habían salido ya los anexos cinco", actos
del acusado Bedoya realizados con conocimiento de las circunstancias delictivas con que se
desarrollaba el proceso de procuramiento de los dólares MUC, máxime si éste en su calidad de
hombre de enlace entre las supuestas proveedoras y las Compañías Faucett y Aeronaves y
Director de International Airlines Holding Company estaba suficientemente enterado del proceso de
estafa organizado contra el Estado, imputaciones penales que alcanzan al acusado incluso
directamente por aprovechamiento personal de los dólares ilícitamente obtenidos en grado de
autor. DECIMO NOVENO: María Emilia Fandiño, cuyo comportamiento con relevancia penal radicó
en la complicidad en el delito de estafa con sus coacusados Alfredo Zanatti Tavolara y José Jaime
Bedoya Garreta y en la complicidad en la falsificación y uso de documento público en agravio del
Estado, comportamiento consistente en la serie de actos desplegados para facilitar la ejecución de
la defraudación con el ulterior uso de los dólares MUC, al haber ordenado los pagos al Banco
de Crédito con destino supuesto a los proveedoras internacionales, a sabiendas del engaño y del
error en que se indujo al Estado, dado su carácter y nivel gerencial en que se encontraba la
referida acusada, al haber asumida una conducta pasiva ante la falsificación alegada de su firma y
por la manifiesta omisión en actuar conforme a derecho, avalando con dicha omisión el desarrollo
del proceso delictivo, conducta alternativa conforme a derecho que le era exigible y fácticamente
posible, mas aún dado el cargo que ocupaba; no siendo causales eximentes de responsabilidad los
hechos alegados referentes al criterio de autoridad y rebasamiento con que habría actuado Alfredo
Zanatti, por cuanto el ordenamiento jurídico brinda los mecanismos socialmente adecuados para la
actuación en dichas circunstancias, que no fueron asumidos por la acusada. VIGESIMO: A criterio
de este Colegiado no reune caracteres de relevancia penal los actos imputados a Roberto
Casanova Ruíz, en su calidad de Contador de Aeronaves consistentes en haber registrado en los
asientos contables de la empresa Aeronaves facturas y cotizaciones en base a fotocopias, lo cual
si bien constituye infracción tributaria, ello no se subsume en ninguno de los presupuestos típico
penales. VIGESIMO PRIMERO: Que, luego de evaluados y compulsados los medios probatorios
incorporados al proceso, el Colegiado, en virtud del artículo doscientos ochenticinco del Código de
Procedimientos Penales tiene el deber jurídico de pronunciarse respecto de la Reparación Civil, así
como quienes están obligados a satisfacerla; que, en lo atinente al pago de la reparación civil se
debe tener presente lo dispuesto por el artículo noventicinco del Código Penal al dar nacimiento a
la obligación solidaria de la reparación civil entre los responsables del hecho punible y los Terceros
Civilmente obligados; que, el artículo tercero de la Ley nueve mil catorce establece bajo qué
circunstancias específicas, personas distintas al delincuente, pueden ser obligadas al pago de la
Reparación Civil, ya sean estas personas naturales o jurídicas, esto es cuando los autores del
hecho punible ejecutaban actividades explotadas o propulsadas por dichos terceros; que, del
concepto vertido vinculado a lo actuado se tiene que la entrega de los dólares provenientes del
Mercado Unico de Cambios los efectuaba el Estado a las Empresas Faucett y Aeronaves del Perú
por el ejercicio de la actividad propulsada y explotada del transporte aéreo nacional e internacional
mas no procuró o entregó a título personal los dólares MUC a cada uno de los procesados; que,
durante la secuela del proceso se citó como Tercero Civilmente Responsable, a las Empresas
Faucett y Aeronaves del Perú quienes de conformidad con el ordenamiento legal vigente han
defendido sus posiciones sin limitación alguna, habiendo inclusive Aeronaves del Perú, en lo que a
ella respecta, solicitado una diligencia de conciliación en la que propuso una fórmula de pago por
Reparación Civil, mientras que Faucett ha formulado oposición para ser considerado Tercero
Civilmente Responsable: que, el Decreto Ley veintiún mil novecientos cincuentitrés que instituyó el
Mercado Unico de Cambios lo hizo con el propósito de crear las condiciones necesarias para
propiciar el abastecimiento de moneda extranjera que demanda el desarrollo ordenado de la
economía nacional y no resarcir daños ocasionados; que, la persona natural o jurídica es
responsable por los daños que un miembro de la Directiva u otro representante nombrado
reglamentariamente, cauce a un tercero mediante un acto que oblige a indemnización de daños
realizados en ejecución de las funciones a él encomendadas; que, en consecuencia, tanto los
condenados como Faucett y Aeronaves del Perú, cada uno de ellos en sus respectivas posiciones
jurídicas, deben responder solidariamente ante el Estado, ente que se vió menoscabado en el logro
del desarrollo ordenado de la economía nacional; obligación que se ejecutará contra los terceros
civilmente responsables, luego de establecerse la disminución del

patrimonio de los condenados, con posterioridad al delito, mediante la interposición de las acciones
correspondientes, y de conformidad con el artículo sesenticuatro del Código Penal de mil
novecientos veinticuatro. VIGESIMO SEGUNDO: que, a fojas once mil setecientos veintiséis la
defensa de Alfredo Zanatti Tavolara por error material interpone tacha contra los peritos Víctor
Andrade y Enrique Mayaute, cuando en realidad el cuestionamiento está dirigida contra los peritos
Rodolfo Inga y Andrés Quispe como así se señala a fojas doce mil curentidós, medios que han sido
oralizados en el juzgamiento, sustentándose que los peritos han incurrido en manifiesta parcialidad
por haber convertido el dictamen pericial en una prueba valorativa, sino que además no han tenido
a la vista todo el expediente; para el efecto de resolver la tacha el Colegiado ordenó razón por
Secretaría en la cual se señala que el Secretario de la causa Rodríguez López sistemáticamente
rehusó proporcionar la información requerida, empero de la razón antes citada fluye que los
señores Peritos tachados han informado a la Secretaria de la Sala que han revisado y estudiado el
expediente hasta el tomo M -fojas ocho mil seiscientos cuarentitres-, concurriendo incluso a las
oficinas del Ministerio Público, la mencionada circunstancia desvirtúa uno de los fundamentos de la
tacha; respecto al argumento esgrimido en que la Pericia constituye una prueba valorativa, es
preciso señalar que éste no es un argumento idóneo y razonable para sustentar una tacha por
manifiesta parcialidad, situación que se presenta cuando por medios objetivos se llega a
establecer o probar que los Peritos por tener vinculación espiritual, afinidad de sangre, relación de
depen - dencia, situación de acreencia con alguno de los sujetos procesales; que, de otro lado en
la audiencia de fecha cuatro de diciembre del año próximo pasado la defensa del acusado Zanatti
Tavolara formula tacha contra las instrumentales presentadas por la Procuraduría, al respecto cabe
anotar que dichos documentos no han sido merituados por el Colegiado a los efectos de emitir la
presente resolución por lo que debe de desistimarse dicha alegación; VIGESIMO TERCERO: que,
por resolución de fojas once mil seiscientos siete su fecha seis de noviembre de mil novecientos
noventicinco, esta Sala ordenó el internamiento del acusado Zanatti Tavolara en el respectivo
Centro Penitenciario y no obstante los oficios cursados con dicha finalidad, los responsables de
ejecutarlo se han negado a hacerlo, incurriéndose en responsabilidad penal conforme a lo previsto
en el artículo cuarto de la Ley Orgánica del Poder Judicial en cuanto a que las decisiones judiciales
deben ser acatadas y cumplidas por la autoridad sin calificar sus fundamentos, restringir sus
efectos o interpretar sus alcances, conducta que encuadra dentro de los presupuestos de los
artículos trescientos sesentiocho y trescientos setentisiete del Código Penal que compete ser
puestas en conocimiento del Ministerio Público para que proceda conforme a sus atribuciones; que
de otro lado, se advierte una evidente negligencia por parte de la Juez de Primera Instancia al no
disponer los embargos en forma inmediata a la apertura de instrucción, lo que habría permitido la
transferencia de bienes de los acusados a terceras personas; asimismo la Juez de Primera
Instancia expidió en su último informe a fojas once mil ciento veintidós con conclusiones
diametralmente diferentes a las anteriores, basándose únicamente en el solo dicho del procesado
Alfredo Zanatti Tavolara para enervar la prueba ofrecida por el Estado, mereciendo la justa
impugnación por parte del Representante de esta última, significándose que el último de sus
informes recayó dentro de un brevísimo plazo ampliatorio que le concedió este Colegiado para la
actuación de determinadas pruebas, todo lo cual permite dudar de su imparcialidad, lo que debe
ser puesto en conocimiento de la Oficina de Control de la Magistratura del Poder Judicial para que
adopte las medidas correctivas del caso; que de lo actuado durante el proceso se advierte que el
Secretario de la causa Pablo Rodríguez López ha incurrido en deficiente foleación del expediente
lo que ha ocasionado serias dificultades del estudio del mismo tanto por los miembros del
Colegiado, del Ministerio Público y los Abogados de la Defensa, y del mismo modo haberse
negado a dar la información requerida, hechos cuya conducta será pasible a una sanción al infringir
su deberes establecidos en el Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial
(Decreto Supremo número cero diecisiete - noventitrés- JUS). VIGESIMO CUARTO: que para
realizar los hechos delictuosos enumerados en la presente sentencia, éstos sólo pudieron ser
ejecutados y por ende consumados contando con la colusión de los funcionarios y empleados
de la Dirección de Aeronáutica del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, del Banco Central
de Reserva del Perú y del Banco de Crédito, como el incumplimiento de exigir la documentación
original para otorgar las autorizaciones de venta de dólares MUC y ante la inusual celeridad en la
aprobación y registro de las solicitudes ante la Dirección General de Transporte Aéreo, hasta la
autorización del Anexo cinco en el Banco Central de Reserva, tal como se ha advertido, por
ejemplo, en la audiencia del veinte de Diciembre último con respecto a la factura mil doscientos
noventicinco - ochentinueve entre otros que, así tenemos, que las normas y procedimientos que
debían seguir las personas para adquirir motores, equipos, etcétera y las obligaciones de vigilancia
de los funcionarios del Ministerio de Transportes y Comunicaciones para evaluar los documentos
que debían presentar los solicitantes, vigilancia de los actos realizados por los dependientes de
Faucett y Aeronaves del Perú y/o terceros para obtener la autorización para la compra de motores
y otras partes de aviones estaba encomendada por el Decreto Ley veinte mil quinientos doce y
su Reglamento, Decreto Supremo cero diecisiete setenticinco -AF, así como la Resolución
Cambiaria cero cero tres setentisiete -EF/ noventa, concordado con la Resolución Ministerial
seiscientos dieciocho -noventa- TC/quince, doce, Anexo "B", y sin embargo de lo anterior los
indicados funcionarios no cumplieron con sus obligaciones; que, asimismo, los funcionarios y
empleados del Banco Central de Reserva del Perú no cumplieron con lo dispuesto en el Decreto
Ley veintiún mil novecientos cincuentitrés, que contiene las normas de control en el campo de la
moneda extranjera, así como lo dispuesto por la Resolución Cambiaria número cero cero tres
-setentisiete - EF / noventa, artículo quinto, en donde se precisa que deben presentarse los
originales de los documentos para vender los dólares MUC, exigencia que los dependientes de
Aeronaves y Faucett no efectuaron con hacerlo ni el Banco Central de Reserva con exigir su
cumplimiento: que, igualmente el Banco de Crédito del Perú que recibió los dólares MUC del Banco
Central de Reserva para remitirlos directamente a las Compañías vendedoras, no cumplió con
hacerlo así, por cuanto algunas cantidades se registran remitidas cablegráficamente a entidades
distintas a los vendedores y en otros casos entregadas a personas naturales; que, en
consecuencia, y no habiendo solicitado el Representante del Ministerio Público la apertura de
instrucción por los hechos delictuosos descritos, la Sala dispone, de conformidad con la última
parte del artículo doscientos sesenticinco del Código de Procedimientos Penales, formar cuaderno
aparte con las piezas pertinentes disponiendo su elevación en consulta, al Señor Fiscal Penal
Supremo. VIGESIMO QUINTO: Que en atención al inciso once del artículo ciento treintinueve de
la Constitución Política de la República Peruana, y al artículo sexto del Código Penal vigente, la
Ley penal aplicable al hecho punible con relación a los delitos de Estafa y contra la Fe Pública, es
la vigente en el momento de su comisión, máxime si ésta es más benigna en caso de conflicto de
leyes, fundamentos por los cuales y tomando en consideración que los artículos doscientos
cuarenticuatro y trescientos sesenticuatro del Código Penal de mil novecientos veinticuatro, son
más benignos que los artículos ciento noventiséis y cuatrocientos veintisiete del Código Penal
actual vigente, en sus extremos mínimos de penalidad, resulta aplicable a los supuestos de hecho
punible el Código Sustantivo de mil novecientos veinticuatro; que con relación al delito contra la
Administración Pública - Corrupción Activa- imputado al acusado Alfredo Augusto Zanatti Tavolara,
por serle más favorable resulta de aplicación lo dispuesto en la primera parte del artículo
trescientos noventinueve del Código Penal en vigor; que asimismo es de aplicación al caso de
autos los numerales trece, veintitrés, veinticinco, veintinueve, cuarenticinco, cuarentiséis,
noventidós, noventitrés y noventicinco del mismo cuerpo de leyes. Que, para los efectos de la
imposición de la pena se tiene en cuenta la forma y circunstancias de la comisión del delito, las
condiciones personales de los agentes infractores los mismos que carecen de antecedentes
penales y judiciales; por tales fundamentos la Primera Sala Penal de la Corte Superior de Justicia
de Lima, apreciando hechos y pruebas con el criterio de conciencia que la Ley autoriza y,
administrando justicia a nombre de la Nación: FALLA: DECLARANDO INFUNDADA la tacha
deducida por la Defensa del procesado Alfredo Augusto Zanatti Tavolara en la audiencia de fecha
cuatro de diciembre de mil novecientos noventicinco, con relación a las instrumentales presentadas
en la mencionada audiencia; INFUNDADA la Tacha interpuesta contra los Peritos Rodolfo Inga y
Andrés Quispe, también planteada por la Defensa del acusado Zanatti Tavolara; IMPROCEDENTE
la Excepción de Prescripción de la Acción Penal deducida por la Defensa del acusado Alfredo
Augusto Zanatti Tavolara respecto al delito de Corrupción de Funcionarios en agravio del Estado;
ABSOLVIENDO: a ROBERTO CASANOVA RUIZ de la acusación Fiscal formulada en su contra
por el delito contra el Patrimonio -Estafa- y por el delito contra la Fe Pública -Falsificación de
Documentos y Falsedad Ideológica- en agravio del Estado; CONDENANDO: a ALFREDO
AUGUSTO ZANATTI TAVOLARA como autor del delito contra el Patrimonio -Estafa- por el delito
contra la Fe Pública -Falsificación de Documentos y Falsedad Ideológica- y por el delito contra la
Administración Pública -Corrupción Activa- en agravio del Estado, a DIEZ AÑOS DE PENA
PRIVATIVA DE LA LIBERTAD, la misma que con la carcelería que viene sufriendo desde el cuatro
de mayo de mil novecientos noventicinco (fecha en que fue notificado con el mandato de
detención) vencerá el tres de mayo del año dos mil cinco; CONDENANDO: a JOSE JAIME
BEDOYA GARRETA, como autor del delito contra el Patrimonio -Estafa- y cómplice en la comisión
del delito contra la Fe Pública -Falsificación de Documentos y Falsedad Ideológica en agravio del
Estado, a DIEZ AÑOS DE PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD, la misma que con la carcelería
que viene sufriendo desde el dos de febrero de mil novecientos noventiséis (fecha en que fue
puesto a disposición de este Colegiado para su juzgamiento) vencerá el primero de febrero del año
dos mil seis; CONDENANDO: a MARIA EMILIA FANDIÑO DE IRAURGUI DE BACHMANN, como
cómplice del delito contra el Patrimonio -Estafa- y por el delito contra la Fe Pública -Falsificación de
Documentos y Falsedad Ideológica- en agravio del Estado, a CUATRO AÑOS DE PENA
PRIVATIVA DE LA LIBERTAD, suspendida condicionalmente por el período de TRES AÑOS, bajo
estricto cumplimiento de las siguientes reglas de conducta: a) No variar de domicilio sin previa
autorización del Juez de la causa, b) Concurrir cada treinta días al local del Juzgado a justificar su
domicilio y actividades lícitas y c) No ingerir bebidas alcohólicas: CONDENARON: asimismo a los
sentenciados Alfredo Augusto Zanatti Tavolara, José Jaime Bedoya Garreta y María Emilia
Fandiño de Iraurgui de Bachmann a NOVENTA DIAS MULTA de su Renta que cada uno deberán
de pagar a favor del Estado; FIJARON: en la suma de VEINTISEIS MILLONES DE NUEVOS
SOLES, por concepto de Reparación Civil que deberán de abonar los sentenciados referidos en
forma solidaria a favor del Estado, suma que deberá ser asumida también en forma solidaria con
los Terceros Civilmente responsables Empresas Aeronaves del Perú y Compañía de Aviación
Faucett Sociedad Anónima; CONCEDIERON: Recurso de Nulidad de Oficio en el extremo
Absolutorio del ciudadano Roberto Casanova Ruíz, debiendo de elevarse los autos a la Sala Penal
de la Corte Suprema de la República, de conformidad con el artículo veintidós del Decreto Ley
diecisiete mil quinientos treintisiete:IMPUSIERON: la medida disciplinaria de APERCIBIMIENTO al
Secretario Pablo Rodríguez López, Adscrito al Vigésimo Noveno Juzgado Penal de Lima,
anotándose esta medida en los libros correspondientes, con conocimiento de la Presidencia de la
Corte Superior de Justicia de Lima, debiéndosele notificar: DISPUSIERON: que ejecutoriada que
sea la presente sentencia se remitan copias certificadas a la Fiscalía Provincial en lo Penal de
Turno a fin de que investigue y procedan de acuerdo a sus atribuciones con relación a los
Funcionarios del Instituto Nacional Penitenciario responsables de no haber ejecutado el mandato
exigido por esta Sala para el internamiento del sentenciado Alfredo Augusto Zanatti Tavolara en el
Penal correspondiente, asimismo, REMITASE copias certificadas de las piezas pertinentes de la
presente causa a la Oficina de Control de la Magistratura a fin de que se investigue a la Señorita
Juez que conoció la presente causa por las irregularidades anotadas en la parte considerativa de la
presente sentencia: MANDARON: formar el cuaderno correspondiente con las piezas procesales
pertinentes del presente proceso de conformidad con lo dispuesto por la última parte del artículo
doscientos sesenticinco del Código de Procedimientos Penales, debiendo elevarse el mismo, en
consulta al Señor Fiscal Supremo en lo Penal con relación a los funcionarios del Banco Central de
Reserva, Dirección de Aeronáutica del Ministerio de Transportes y Comunicaciones y del Banco de
Crédito del Perú, y asimismo se remitan los Testimonios y Boletines de Condenas de los
sentenciados y se anulen los antecedentes Policiales y Judiciales del Absuelto, de conformidad con
el Decreto Ley veinte mil quinientos setentinueve; archivándose los autos en forma definitiva, con
aviso al Juez de la causa.

Entre líneas, cómplice y enmendado: complicidad; VALEN.-

BACA CABRERA, Presidente y D.D.


EGOAVIL ABAD, Vocal
BARANDIARAND DEMPWOLF, Vocal

COMENTARIO

I.INTRODUCCION.

En octubre, noviembre y diciembre de 1989, la Compañía de Aviación Faucett S.A. (en adelante
Faucett) presentó ante la Dirección General de Transporte Aéreo (DGTA), nueve solicitudes para
la aprobación de documentación comercial, con el objeto de ser autorizada para adquirir dólares
MUC(1).

Faucett obtuvo la autorización para tramitar ante el Banco Central de Reserva del Perú la compra
de US $ 16'809,713 dólares, los que servirían para importar el material aeronáutico requerido por la
empresa.

Años después, se inició un proceso penal contra Alfredo Zanatti y otros, por delito contra el
patrimonio y la fe pública, en el que se consideró a Faucett como tercero civilmente responsable.

La Primera Sala Penal de la Corte Superior de Justicia de Lima consideró a Faucett y a Empresas
Aeronaves del Perú como Terceros Civilmente Responsables ordenando el pago de una
reparación civil solidaria con los autores del delito de veintiséis millones de nuevos soles. La Sala
Penal de la Corte Suprema de Justicia declaró "no haber nulidad" de este aspecto de la sentencia.

El Dr. Sánchez Palacios Paiva consideró, en voto singular, que la reparación civil debía fijarse
equitativamente, en primer lugar, en función del daño efectivamente causado y, en segundo lugar,
que cada uno de los Terceros Civilmente Responsables debía responder solidariamente con los
causantes del daño, pero no por el íntegro de la reparación, sino en proporción a la suma
efectivamente recibida por cada una de las Compañías.

II.EL TERCERO CIVILMENTE RESPONSABLE.

El responsable civil es aquél que está obligado en un proceso penal al resarcimiento del daño por
el hecho del imputado. Esto quiere decir, que el tercero civilmente responsable, sin haber
participado en el hecho delictivo soporta las consecuencias económicas de éste. Así, expresa Oré
Guardia que: "El tercero civil responsable es el sujeto procesal contingente, distinto del imputado,
sobre el cual recae la pretensión de resarcimiento en forma solidaria con el condenado"(2).

El Código Penal nos remite a la legislación civil, de la que son aplicables las normas de la
responsabilidad extracontractual. Tenemos, entonces, que el artículo 101º del Código Penal
señala que: "La reparación civil se rige, además , por las disposiciones pertinentes del Código
Civil". Así, el juzgador debe tener en cuenta ambos cuerpos legales para aplicarlos
armoniosamente.

La responsabilidad a la que vamos a empezar a referirnos es una responsabilidad indirecta porque


el tercero que responde civilmente no ha cometido el hecho delictivo, sino que responde
económicamente por su dependiente respecto del cual él es su principal, patrono o empleador. Así
tenemos que García Rada señala que: "La responsabilidad es directa cuando coincide la persona
del autor del delito con la responsabilidad civil. Es frecuente que la misma persona tenga
responsabilidad penal y económica, la primera recae exclusivamente sobre la persona y la
segunda sobre el patrimonio. La responsabilidad es indirecta cuando la reparación civil recae
sobre persona ajena al hecho, que no ha tenido nada que hacer con el delito pero que por especial
vinculación -personal en el caso del padre, tutor o curador y empleador o patrimonial en el caso del
propietario del automóvil- es responsable por las consecuencias económicas del delito"(3).

Ahora bien, según lo establecido por el artículo 92º del Código Penal, el monto de "la reparación
civil se determina conjuntamente con la pena", y la obligación de pagar la reparación civil debe
fijarse tanto para el o los autores del delito como para el tercero civilmente responsable. Todo ello,
sin prescindencia de la fijación de las penas y medidas de seguridad.

Ciertamente, tanto la responsabilidad penal como la civil tienen una naturaleza jurídica diferente.
Así señalan los Bramont que: "La pena consiste en un padecimiento , la reparación civil se
resuelve en una prestación dirigida a reparar el daño"(4).

III.LEGISLACION APLICABLE AL TERCERO CIVILMENTE

RESPONSABLE.

En lo que respecta al Código Civil, las normas de responsabilidad civil aplicables, así como los
factores atributivos de responsabilidad dependerán de la existencia o no de una obligación previa
entre el autor del daño y la víctima. Así tenemos que, para el caso de un contrato de transporte en
el que en ejecución del contrato se le cause un daño al pasajero, la indemnización por daños y
perjuicios ocasionados, la extensión de la responsabilidad, los factores atributivos de
responsabilidad, etc., se fijarán de acuerdo con las normas de Inejecución de las Obligaciones del
Código Civil (artículos 1314 a 1350 inclusive).

Distinta será la solución si, en cambio, la obligación de reparar el daño se genera sin una relación
obligacional previa entre el autor del daño y la víctima, o cuando existe un tercero civilmente
responsable. En este caso, las normas que se deben aplicar son las de la Responsabilidad
Extracontractual del Código Civil (artículos 1969 a 1988 inclusive).

En cuanto al caso específico del Tercero Civilmente Responsable por una relación de dependencia
con el autor del delito, el artículo del Código Civil aplicable es el 1981. En él, se establece que:
"Aquél que tenga a otro bajo sus órdenes responde por el daño causado por este último, si ese
daño se realizó en el ejercicio del cargo o en cumplimiento del servicio respectivo. El autor directo
y el autor indirecto están sujetos a responsabilidad solidaria". En este mismo orden de ideas,
expresa Oré Guardia que: "En el campo del tercero civilmente responsable en el proceso penal
sólo es predicable la responsabilidad civil por el hecho ajeno, ya que en los casos de
responsabilidad directa o por el hecho propio, la persona no será sólo responsable civil sino que
también responderá penalmente, pues es sujeto activo del delito"(5).

IV. LA RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE OTRO.

Los fundamentos remotos de la responsabilidad civil y de la responsabilidad penal son comunes.


Por ello, se dice que "la reparación estaba teñida de venganza por parte de la víctima y de punición
respecto del culpable" (6).
Las responsabilidades por hechos ajenos se remontan "a las costumbres de los pueblos bárbaros
que invadieron Europa a la caída del Imperio Romano. Mazeaud explica que ese tipo de
responsabilidad `armoniza, en efecto, con la organización muy cerrada de los grupos sociales. Al
grupo, clan, tribu, familia, absorviendo la individualidad de sus miembros, se le considera
responsable por entero, al menos de los delitos penales cometidos por cualquiera de ellos: la
obligación de pagar el wergeld es una obligación que pesa solidariamente sobre la familia'"(7).

Sin embargo, el concepto moderno de la responsabilidad por hecho de otro es totalmente diferente.
De lo que se trata ahora, es de obligar a que determinadas personas utilizen la autoridad que
tienen respecto de otras para evitar que causen daños(8).

A laresponsabilidad civil por el hecho de otro se le ha conocido como responsabilidad refleja ,


responsabilidad vicaria , o responsabilidad indirecta porque la obligación de indemnizar "se
transfiere y puede ser demandada por la víctima a quienes, sin ser autores directos del hecho
productor del perjuicio, se hallan vinculados a éstos mediante relaciones legales"(9).

Se trata, por tanto, de una responsabilidad excepcional porque el principio general es el de


responder por los hechos propios, no por los ajenos. Es, por ello, que la responsabilidad por el
hecho de otro sólo se presenta "en los casos en que la ley autoriza al damnificado a reclamar a
quien, sin haber obrado el acto que causa daño, debe indemnizarlo, en atención a su particular
vinculación con el victimario"(10) .

El fundamento jurídico de la responsabilidad civil por el hecho de otro varía en función de


concebirla como una responsabilidad subjetiva o como una responsabilidad objetiva.

Cuando se la ha conceptualizado como una responsabilidad subjetiva, se ha afirmado su


fundamento en la culpa del responsable que faltó a su deber de "elegir bien" o de "vigilar" con
cuidado. Cabe notar que cuando se adopta esta posición no se le está haciendo responder al
obligado, en verdad, por un hecho ajeno, sino por su propio hecho culposo, ya sea de culpa al
elegir o de culpa al vigilar.

Frente a esta posición, se ha elaborado la teoría de la responsabilidad objetiva que prescinde


totalmente de la existencia o no de culpa en el responsable. Este responde, simplemente porque
la ley así lo señala.

Hemos visto que la regla es que cada cual responda por sus propios hechos, por lo tanto "la
técnica de extender" la responsabilidad a otro es excepcional. Por ello, como expresa Parellada
"de tal carácter se deriva que su interpretación no es extensiva y que la prueba de sus requisitos
recae sobre aquel que pretende valerse de ella"(11).

V . LA RESPONSABILIDAD POR LOS DEPENDIENTES.

La responsabilidad por el hecho de otro puede tener distintos orígenes: Responden los padres por
los actos que realicen sus hijos menores, los tutores por los de sus pupilos, los curadores por los
mayores sujetos a curatela, el dueño del vehículo cuyo chofer causa daños en el cumplimiento del
servicio encargado y, el patrono o principal por los daños cometidos por el dependiente bajo sus
órdenes y en cumplimiento de su función.

1.El Código Civil anterior y el actual

El Código Civil Peruano de 1936 señalaba en su artículo 1144 que: "Todo el que tenga a otro bajo
sus órdenes, responde por el daño que éste irrogue".

Puede observarse que el Código Civil de 1936 adoptó la tesis de la responsabilidad objetiva del
principal respecto de los hechos de su dependiente. Por ello, la doctrina peruana entendió, como
afirma Trazegnies Granda, al comentar el artículo 1144 del mencionado Código Civil que "el
principal responde inexorablemente: `no cabe que el patrón se excuse alegando que no tuvo culpa
en cuanto a la ejecución del acto realizado por su dependiente(...), la jurisprudencia -aunque con
algunas excepciones- entendió ese artículo en el sentido de que su aplicación no requería tampoco
culpa del servidor: todos los daños causados por un servidor, existiera o no culpa de éste, eran
responsabilidad objetiva del principal"(12).

El Código Civil Peruano de 1984 establece en su artículo 1981 que: "Aquel que tenga a otro bajo
sus órdenes responde por el daño causado por este último, si ese daño se realizó en el ejercicio
del cargo o en cumplimiento del servicio respectivo. El autor directo y el autor indirecto están
sujetos a responsabilidad solidaria".

En este artículo se habla del autor directo y el autor indirecto respecto de las dos personas
vinculadas al daño: el autor material o dependiente y el principal. Este planteamiento es
inadecuado. En realidad, como expresa Trazegnies "si bien el servidor (causante físico del daño)
es un verdadero autor, el patrón o principal no es necesariamente un autor: puede no ser autor de
nada, no ser autor de ningún daño, es meramente un responsable del daño cometido por su
dependiente. Por eso, quizá sea más propio llamarlo `responsable civil' -como lo hace la doctrina
francesa- debido a que es responsable sólo por efecto de una disposición de la ley civil y no por
sus hechos"(13).

2.¿Qué clase de responsabilidad está regulada en el artículo 1981 del Código Civil?

La regla general en materia de responsabilidad civil es que sobre la base del principio del
"naemenem laedere", quien realiza el daño está obligado a indemnizarlo. En el artículo 1981 del
Código Civil se regula una excepción a esta regla: la de la responsabilidad del principal por el
hecho de los dependientes.

3.¿La responsabilidad por los dependientes regulada en el artículo 1981 del Código Civil es una
responsabilidad subjetiva u objetiva?

Es decir, ¿el principal responde solamente cuando ha actuado culposamente o responde aún
cuando no haya tenido culpa alguna?.

En este campo específico como en todo el campo genérico de la responsabilidad civil se ha


evolucionado de una responsabilidad subjetiva a una responsabilidad objetiva.

Para la concepción de la responsabilidad subjetiva, el principal responde en razón de la culpa in


vigilando o in eligendo , o de ambas a la vez: "se le achaca una culpa propia consistente en la
omisión en la vigilancia o en la elección del causante del daño"(14).

En este orden de ideas, la responsabilidad subjetiva requiere de la existencia de una culpa "in
eligendo" o de una culpa "in vigilando". La culpa "in eligendo" supone la responsabilidad del
empleador por no haber elegido con cuidado a sus subordinados que han ocasionado daños con
su actuar negligente o imprudente. La culpa "in vigilando", en cambio, supone la obligación del
empleador que no ha vigilado suficientemente los actos de sus subordinados.

Como señala Lambert, este criterio de la responsabilidad por culpa ha evolucionado por el de una
responsabilidad objetiva. Así, expresa que: "En el siglo XIX, el eje de la responsabilidad civil era su
`sujeto ', el responsable: la institución estaba encerrada dentro de los estrechos límites de una
`responsabilidad subjetiva ' por la exigencia de una culpa (faute) debidamente probada ,
impregnada de imputabilidad. A fines de siglo, el fallo Teffaine de 1896, inició una evolución
considerable: el sujeto responsable es desplazado por el objeto de la responsabilidad: la
reparación de los daños causados a la víctima; esta responsabilidad objetiva no ha dejado de
extender su imperio y la objetivación de la responsabilidad civil es hoy una constante en todos los
países industrializados"(15) .
En verdad, el hecho de concebir a la responsabilidad del principal por el hecho del dependiente
como una responsabilidad por culpa torna a esta responsabilidad, como señala Trazegnies
Granda, en irrelevante ya que "aún cuando se aplique la inversión de la carga de la prueba, la
liberación del principal sería muy sencilla demostrando que no ha mediado falta de cuidado en la
elección del servidor ni en la vigilancia de su trabajo"(16).

La responsabilidad por el hecho de otro es una responsabilidad objetiva fundada en la autoridad.


Así sostiene Lambert que "la responsabilidad de los principales por el hecho de sus dependientes
es una responsabilidad causal que no reposa en la culpa: en efecto, el principal no puede
exonerarse estableciendo que no ha cometido culpa: son el honor y el riesgo de la autoridad que
garantizan la responsabilidad por los actos de aquellos por quienes debe responder"(17).

Como puede apreciarse la responsabilidad objetiva también se ha extendido a este campo. Por
ello, compartimos la opinión de Parellada, en el sentido que: "Hoy es mucho más comprensible que
-aún con prescindencia de toda idea de culpa- el patrono responda por el hecho de sus auxiliares o
dependientes, diluyendo la carga de los daños que se concentraron fatalmente en el patrimonio o
en las afecciones legítimas de la víctima sobre una organización de la comunidad, a través del
seguro, o simplemente, sobre el conjunto de consumidores, por medio del recurso económico de la
transferencia a los costos"(18).

Creemos que el Código Civil peruano de 1984 consagra en su artículo 1981 la responsabilidad
objetiva del principal, de tal modo que éste responderá por el hecho de su dependiente siendo
irrelevante su actuación culposa o dolosa. Más bien, este hecho lo excluiría de este artículo y
determinaría su responsabilidad por hecho propio a la luz de las normas generales de la
responsabilidad extracontractual.

La tesis de la responsabilidad objetiva consagrada en el artículo 1981 del actual Código Civil se
confirma, en palabras de Trazegnies Granda "por la relación del mencionado artículo, si se le
compara con la del artículo 1969. En este último, expresamente se limita la responsabilidad a los
daños cometidos con dolo o culpa; en cambio, el artículo 1981 prescribe que el que tiene a otro
bajo sus órdenes responde por los daños que éste cause, sin hacer mención alguna al dolo o a la
culpa"(19).

VI.PRESUPUESTOS PARA QUE OPERE LA RESPONSABILIDAD DEL TERCERO.

Cabe preguntarse en primer lugar, si una persona jurídica puede ser comprendida o no como
principal. Y la respuesta no puede ser otra que la afirmativa. El principal puede ser tanto una
persona individual como una persona jurídica. No influye para nada en la calificación de "principal"
el tipo de actividad a la que se dedique la persona, ni el hecho que la actividad sea permanente u
ocasional. Como señala Kemelmajer: "No hay razón para distinguir entre personas físicas y
jurídicas. Sobre todas pesa el deber de no dañar a otro, se tenga o no vínculos contractuales con
el dañado"(20).

Por tanto, cuando se trata de actos de los dependientes subordinados a las directivas de los
órganos de la persona jurídica no existe inconveniente para aplicar el artículo 1981 del C.C. que
contiene la responsabilidad indirecta del principal por aquellos que están bajo sus órdenes.

Ahora bien, el problema se presenta cuando son los propios órganos de la persona jurídica los que
han efectuado el daño. ¿Responde indirectamente la persona jurídica por los hechos de los
directores o administradores? Y en este caso la respuesta también es afirmativa. En efecto, como
explica Caseaux: "Si es posible que las personas jurídicas respondan por daños y perjuicios tiene
que serlo, necesariamente, por el hecho ajeno, o sea, por el de las personas físicas que concurren
a la realización de los fines de la entidad; porque ésta no puede, partiendo de su incapacidad de
hecho y de la distinción entre la persona jurídica y sus miembros, resolver ni ejecutar por sí misma
acto alguno"(21).
Sin embargo, es preciso aclarar que el principal no responde siempre por los hechos de sus
dependientes. Sólo lo hará cuando concurran los requisitos previstos en el artículo 1981 del
Código Civil que analizaremos a continuación.

1.La dependencia o encargo

El dependiente o encargado puede ser un empleado de elevada jerarquía o no. Como expresan
los Mazeaud, no importa "que el encargado tenga un rango social superior al principal y tampoco
se requiere que la dependencia sea económica. Los tratadistas están de acuerdo en que la
calificación de dependiente o encargado no exige como condición indispensable que se pague a
éste una retribución"(22). Basta, entonces que la persona se encuentre bajo las órdenes de otra.

La relación de dependencia se caracteriza "por la facultad que tiene el principal de dar órdenes y
de dirigir al subordinado en la gestión, trabajo, función u ocupación que le ha sido
encomendada"(23).

Adicionalmente, puede originarse en una situación de facto, en un pacto, en una convención o en


un contrato. Por ello, Josserand la ha calificado de "relación jurídica genérica" debido a su
amplitud y bastedad(24).

En verdad, como expresa Parellada, la dependencia a los efectos civiles no puede ser confundida
con la dependencia laboral. "La dependencia civil es un género con respecto a la laboral. De
modo tal, que siempre que existe dependencia laboral, se configura la civil, pero no es necesario
que se configure la laboral para que exista responsabilidad del principal por el hecho del
dependiente"(25).

La noción de dependencia civil es, por tanto, una noción flexible, como la califica el doctor Mosset
Iturraspe, "que se limita a la posibilidad fáctica o jurídica de dar órdenes o instrucciones acerca del
desempeño de la tarea encomendada en el interés del principal"(26). No es necesaria ni la
vigilancia efectiva, ni la onerosidad, ni el carácter permanente. En cambio, cuando se le encarga el
trabajo a alguien que debe actuar independientemente y causa un daño, la responsabilidad es por
acto propio(27).

2.El daño

Para el surgimiento de la responsabilidad civil por el hecho de otro es necesaria la existencia de un


daño, que en este caso debe haberlo sufrido un tercero y no el propio dependiente.

El interés afectado puede ser tanto de orden material como extrapatrimonial. Además, debe
tratarse de un daño cierto, real y efectivo, no puramente eventual o hipotético.

3.El hecho imputable al dependiente

Para que se configure la responsabilidad del principal se exige el daño realizado por el dependiente
en el ejercicio de la función que le ha sido encomendada, porque de no existir este hecho
desaparecería el fundamento de la responsabilidad del principal que no estaría obligado a reparar
daño alguno(28).

¿El Código Civil de 1984 exige culpa en el dependiente o el principal responde aún por el daño que
el dependiente ocasione sin su culpa?.

Creemos conjuntamente con Trazegnies Granda que: "el acto del dependiente debe ser de tal
naturaleza que se encuentre incurso en el régimen general de la responsabilidad extracontractual:
no hay obligación del principal de indemnizar si previamente no existe un daño indemnizable (...).
De esta manera, en principio, el daño debe haber sido cometido por dolo o culpa del servidor, de
conformidad con lo dispuesto en el régimen general de responsabilidad establecido en el artículo
1969 (...). Si el daño fue causado por el servidor mediante cosa o actividad riesgosa, es
indemnizable objetivamente; aplicando el principio vicario responde también el principal, aunque no
haya mediado culpa del servidor"(29).

4. La relación causal entre la conducta del dependiente y el daño sufrido por el tercero

Esta relación causal entre la conducta del dependiente y el daño que debe haber sufrido el tercero
viene dada claramente en el artículo 1981 del Código Civil cuando se dice que: "Aquel que tenga a
otro bajo sus órdenes responde por el daño causado por este último...".

La relación causal es indispensable y ella puede presentarse cuando se acredita el dolo o la culpa
con la que actuó el dependiente cuando estamos frente a un caso de responsabilidad por culpa, y
también puede existir tratándose de responsabilidad por riesgo. Así explica Parellada que: "La
exigencia de que el daño haya sido ocasionado por el dependiente no excluye la responsabilidad
por riesgo, pues ella no es una responsabilidad en la que se prescinda de la conducta del sujeto,
sino que la imputación a ese título determina un fraccionamiento particular de la realidad para
formular el juicio de atribución de la responsabilidad"(30).

5. Vinculación entre las tareas y el hecho del dependiente

Doctrinaria y legislativamente se han elaborado los siguientes supuestos, algunos de los cuales
pueden generar la responsabilidad civil indirecta del principal, sobre la base de la vinculación entre
las tareas y el hecho del dependiente.

A) Fuera del ejercicio de la función

La doctrina es pacífica al entender que la responsabilidad del principal no puede quedar


comprometida nunca por un hecho ilícito del dependiente que carezca de toda vinculación con el
ejercicio del cargo o el cumplimiento del servicio respectivo, aunque se haya realizado en el lugar
y/o durante el tiempo de realización de las tareas encargadas.

También es importante aclarar que la autoridad que ejerce el principal sobre el dependiente no es
continua y que, por lo tanto, el principal sólo puede responder por los hechos del dependiente
producidos cuando la dependencia es ejercida. Así señala Lambert que, "la autoridad de un
principal con respecto a sus dependientes es discontinua: ella no se ejerce sino en el marco de las
funciones para las cuales éstos son empleados. Fuera de ello, el dependiente recobra su total
autonomía, su plena libertad y, por ello, toda su responsabilidad personal; la jurisprudencia sobre el
abuso de función da testimonio de ello: como no ejerce su autoridad sobre el dependiente, el
principal es exonerado de toda responsabilidad por los daños causados a otro por el
dependiente"(31).

Así tenemos que, por los delitos cometidos por los dependientes fuera del trabajo, y aún por los
realizados en "itinere" el principal no debe responder. Al respecto señalaba Rey de Castro que
"son casos que no cumplen los requisitos exigidos, y que por lo mismo no arrastran la
responsabilidad del principal, los actos ilícitos cometidos por el encargado fuera de las horas de
trabajo y lejos del local donde trabajaba, siempre que no se originen en órdenes recibidas; o bien,
los actos que les estaban estrictamente prohibidos por ley o por el estatuto mismo del contrato de
trabajo"(32).

Una situación analizada por García Rada que encuadra perfectamente como "fuera del ejercicio de
la función", a pesar de realizarse el delito durante el tiempo de ejecución de la función encargada,
es la siguiente:

"El chofer conduciendo el carro de su principal y para cumplir con un encargo, se detiene en una
esquina y tiene un cambio de palabras con otro chofer o con un peatón. Se baja apresuradamente
y lo golpea duramente, ocasionándole lesiones graves. El chofer se encontraba en servicio de su
principal e iba a cumplir un encargo suyo, pero el acto de violencia no formaba parte de la comisión
a realizar, es acto personal no derivado del cumplimiento de la función. Al chofer le corresponde la
responsabilidad penal y la económica. Los actos violentos no integran su oficio de chofer y los
comete al margen de su ocupación, por lo cual su principal no tiene la condición de Tercero
Civil"(33).

En nuestro ordenamiento jurídico, no se configura, por tanto, la responsabilidad por el hecho de


otro cuando el dependiente realiza un delito fuera del ejercicio de su función.

B) El ejercicio propio de la función

Se presenta cuando "el acto ilícito se produce actuando el agente dentro de la esfera real de su
incumbencia o función"(34).

La doctrina es pacífica al considerar que en este caso responde necesariamente el principal por el
hecho de su dependiente.

Así expresa García Rada que: "Como regla general puede afirmarse que todo accidente causado
por el automóvil manejado por el chofer y realizando éste actos en provecho de su principal, el
principal responde por los daños que cause, puesto que el auto es conducido por la persona a
quien él había encargado y realizaba actos en su servicio. Es el clásico Tercero Civilmente
Responsable(35). En este mismo sentido ha resuelto nuestra jurisprudencia(36).

C) Abuso de la función

La mala ejecución de las función y el ejercicio aparente de la función son englobadas por la
doctrina en el denominador comúnde "abuso de la función".

La mala ejecución de la función se presenta cuando "el dependiente cumple el encargo o comisión
recibida, pero con menosprecio, olvido o violación, culposa o dolosa, de las instrucciones o
lineamientos a los que debía ajustar su cometido al realizar su función."(37)

El ejercicio aparente de las funciones se presenta "cuando el agente comete el hecho ilícito
actuando de manera manifiesta u ostensible dentro de la esfera de la incumbencia o función que le
atañe, o con los elementos propios de tal función; aunque tal situación no constituya más que una
mera apariencia, que no coincide con la realidad oculta, sea por haberse contrariado expresas
órdenes, u obrado en la emergencia sin instrucciones específicas sobre el respecto, o aún
valiéndose el subordinado de la función para su disfrute o provecho particular".(38)

Nuestra doctrina no ha considerado la hipótesis del ejercicio abusivo de la función como una
situación de vinculación entre las tareas y el hecho del dependiente. Así reflexiona García
Rada(39) sobre un caso que encuadra en esta situación: "El chofer utiliza el carro que se le
entrega para conducir cosas robadas. Son actos ilícitos cometidos fuera del desempeño de su
labor aunque para su comisión utilice el vehículo que se le ha confiado. El dueño del automóvil no
es Tercero Civil porque los hechos cometidos por su empleado no están comprendidos dentro de
su función".

D)Hipótesis de con "ocasión" de la función

Como acertadamente señala Trigo Represas: "Dentro de la `ocasión' únicamente podrían quedar
comprendidos aquellos actos ajenos o extraños a la función, pero que solamente pudieron ser
llevados a cabo por el dependiente en su condición de tal y por no mediar esas funciones; o sea,
los que no habrían podido realizarse de ninguna manera de no haber existido la función"(40).

Nuestra legislación, doctrina y jurisprudencia, han rechazado sistemáticamente la hipótesis de "con


ocasión de la función" como presupuesto de la responsabilidad civil por el hecho del otro.
El Código Civil peruano de 1936 señalaba en su artículo 1144 que: "Todo el que tenga a otro bajo
sus órdenes, responde por el daño que éste irrogue" sin diferenciar si ese daño se había cometido
en ejercicio de la propia función, en ejercicio abusivo o simplemente con ocasión de la función. Por
lo tanto, el Código Civil anterior admitía tanto una interpretación extensiva como una restrictiva de
la necesaria vinculación entre las tareas y el hecho del dependiente.

Esto dio lugar a que doctrinariamente entendiera León Barandiarán que su aplicación debía ser
restrictiva limitándose solamente al caso en que el daño se cometiera en el ejercicio propio de la
función: Así señala el mencionado autor que, "la necesidad de la taxativa se impone por motivo de
fácil constatación. Tanto más es necesario afirmarla, cuanto que a veces la jurisprudencia y la
doctrina francesa, interpretando liberalmente el artículo 1384, han admitido responsabilidades sin
cautela sobre el particular. Escribe Bibiloni: `Y así como en los contratos el hecho del obrero es
hecho del patrón, así, en los actos ilícitos es, otra vez, hecho de su principal. Pero, por eso mismo,
porque es hecho ejecutado por un encargo, porque es nacida la responsabilidad de esa
circunstancia y no de otra, es que el hecho realizado ha de ser hecho de la función. No hecho con
ocasión de la función: hecho de ella, de su ejercicio, de la traducción en hecho del encargo. No es
ejecución de la deferencia del que, atenta, cortésmente, pone su coche a la disposición de la niña
para conducirla al Colegio, el atentado que comete el cochero; no es función derivada del encargo,
la de reñir a puñaladas en el taller; no es función la de tomar el fusil del patrón y dispararlo sobre
una persona. La conciencia moral se subleva ante semejante alteración de la relación de
empleado y principal. No hay conexión alguna entre el antecedente y la consecuencia. Se da a un
patrón un reloj para que lo arregle. Lo hace torpemente el obrero a quien se entrega, y lo estropea.
Ese hecho es de la función. Se apodera de él: le fue entregado en ejercicio de la función: el
patrón responde. Toma el revólver y mata al dueño del reloj, ¿hay alguien que dude de que el
asesinato nada tiene que ver con el encargo de limpiar un reloj?'"(41).

La jurisprudencia del Código anterior también se ubicó en esta posición. Trazegnies Granda relata
el siguiente caso que configura uno de "con ocasión de la función" que fue desestimado por la
Corte Suprema: "La firma Organizaciones Miraflores S.A. tiene un grifo en el que vende gasolina y
realiza otros servicios automovilísticos. El grifero nocturno, a espaldas del propietario y contra sus
instrucciones, recibe automóviles para guardar durante la noche y para lavar en la mañana
siguiente. Una noche, a las tres y media de la madrugada, coge uno de los automóviles que ha
aceptado guardar y lo conduce por la ciudad. Es así como tiene un accidente automovilístico,
causando daños que son pagados a la víctima por El Pacífico Compañía de Seguros y
Reaseguros. Es por ello que este asegurador demanda el reembolso a la firma que era
empleadora de tal grifero. La Corte Suprema, en Ejecutoria de 16 de Setiembre de 1975, declara
que no hay responsabilidad del empleador porque, en tales actos, el grifero no estaba bajo las
órdenes de su patrón"(42).

Ahora bien, este planteamiento doctrinario y la posibilidad de jurisprudencialmente optar por una
aplicación extensiva o una restrictiva de la norma era posible a la luz del Código Civil anterior que
dejaba a la discrecionalidad del juzgador el señalamiento de este requisito, teniendo en cuenta que
nuestra jurisprudencia aplicando el Código Civil de 1936 -tal como se ha señalado en el fallo
anteriormente citado- negó la posibilidad que la "ocasión de la función" pudiera constituirse en
presupuesto de la responsabilidad por el hecho de otro.

El Código Civil actual, en cambio, tiene un planteamiento que en relación al tema no admite
discusión. En efecto, se señala claramente en el artículo 1981, que sólo responde el principal por
el daño que cause su dependiente, "si ese daño se realizó en el ejercicio del cargo o en
cumplimiento del servicio".

Esta norma, repite textualmente el artículo 11º de la propuesta del Dr.José León Barandiarán
efectuada ante la Comisión Revisora en marzo de 1984. Como ya sabemos, León Barandiarán era
partidario de la limitación de la responsabilidad al ejercicio propio de la función, por lo que en
nuestro ordenamiento jurídico no constituyen presupuestos de responsabilidad del principal ni los
"hechos abusivos del dependiente" ni los que realice "con ocasión de su función". Más aún, si se
tiene en cuenta, como ya hemos señalado anteriormente, que la técnica de extender la
responsabilidad a otro es excepcional, por lo que la interpretación de las normas legales que
regulan la responsabilidad civil por el hecho de otro debe ser restrictiva y nunca extensiva.

VII.¿PODIA FAUCETT SER CONSIDERADA COMO UN TERCERO CIVILMENTE


RESPONSABLE?

Para que Faucett fuera considerada como un tercero civilmente responsable era necesario que
concurriesen todos los requisitos o presupuestos contemplados por el artículo 1981 del Código
Civil.

Como sabemos, la responsabilidad civil por el hecho de otro presupone la existencia de un


principal o patrono, que va a ser considerado tercero en relación al daño que cause su dependiente
a alguien.

Sobre la base de la aplicación del supuesto lógico que "no se puede distinguir donde la ley no
distingue", debemos afirmar que, no existe inconveniente alguno para que una persona jurídica, al
igual que una persona natural pueda ser comprendida como principal porque sobre todas las
personas, sin exclusión de ninguna clase, pesa el deber de responder consagrado en el artículo
1981 del Código Civil.

Hemos visto que son cinco los presupuestos o requisitos que se necesitan para que opere la
responsabilidad civil del tercero:

1) La dependencia o encargo

2) El daño

3) El hecho imputable al dependiente

4) La relación causal entre la conducta del dependiente y el daño sufrido por el tercero.

5) La vinculación entre las tareas y el hecho del dependiente.

Respecto de la relación de dependencia ésta se presenta entre Zanatti y Faucett. Hemos visto que
las personas jurídicas responden por los hechos de las personas naturales que concurren a la
realización de los fines de la entidad. Entre ellos, por los hechos de los directores o
administradores.

De acuerdo con la Ley General de Sociedades, el Gerente General ejerce, en principio, la


representación general de la empresa y puede ser considerado como su administrador. El Sr.
Zanatti era el Gerente General de Faucett y la relación de dependencia civil quedó debidamente
configurada. Recordemos que la dependencia laboral es una especie que integra el género de la
dependencia civil.

El daño debe ser cierto y se presenta como el menoscabo a la satisfacción o al goce de aquellos
bienes jurídicos sobre los cuales la víctima posee una facultad de actuar.

En este caso, el daño se configura al no utilizarse los dólares MUC solicitados para la adquisición
de determinados bienes para un sector del Comercio (aviación comercial), cuyo desarrollo le
interesaba impulsar al Estado.

Si bien es cierto que los dólares MUC fueron adquiridos, su adquisición se produjo a un precio muy
bajo con una notable diferencia con el valor del dólar en el mercado libre. El daño económico se
configura, por tanto, con la diferencia de precio del dólar en el Mercado libre y el valor del dólar
MUC de esa época.

El hecho imputable al dependiente es otro requisito necesario. Debe acreditarse la comisión del
delito del dependiente para que el principal responda, ya que si el delito no le fuera imputable
directamente al dependiente, no podría en ningún caso responder indirectamente la empresa.

En este caso, quedó acreditada la comisión del delito por Zanatti por lo que, en principio, Faucett
hubiera tenido que responder como Tercero.

La relación causal entre la conducta del dependiente y el daño sufrido por el tercero se presenta en
el hecho de haber solicitado y obtenido la autorización para la adquisición de dólares MUC
otorgada por el Estado para la compra en el exterior de determinados bienes y en el hecho de no
haber utilizado los dólares obtenidos para adquirir los bienes mencionados en las solicitudes,
habiéndose beneficiado el dependiente indebidamente con un dólar adquirido a precio más bajo
(subsidiado) que el de su valor en el mercado libre de esa época.

En cuanto a la vinculación entre las tareas y el hecho del dependiente hemos afirmado que nuestro
ordenamiento jurídico sólo admite como hipótesis de vinculación entre las tareas y el hecho del
dependiente: la del ejercicio propio de la función, sin que el ejercicio abusivo de la función pueda
configurar presupuesto de responsabilidad del principal por el hecho de su dependiente. Y menos
aún, el caso en que el daño se produzca con ocasión de la función.

En la jurisprudencia que es materia del presente análisis, la actuación de Zanatti se configura como
una de "con ocasión de la función" de Gerente General y no de ejercicio de la función por lo que
Faucett no debió ser considerada como Tercero Civilmente Responsable.

En efecto, el delito fue cometido por Zanatti, Gerente General de Faucett con el apoyo de
empresas proveedoras vinculadas a él, en alguna de las cuales Jaime Bedoya, asesor personal de
Zanatti y ajeno laboralmente a Faucett figuraba como Presidente y Director. Este es el caso de la
International Airlines Holding de Panamá. Esto fue corroborado con las declaraciones de
Fernández Corvetto quien señaló que "por orden expresa de la Gerencia General de Faucett,
cualquier tramitación ante el BCR, tenía que efectuarse exclusivamente por Bedoya".

A su turno, todos los trámites fueron efectuados por la Gerencia General en la persona de Zanatti
con la asistencia legal y personal de Bedoya Garreta. Esto se desprende de las declaraciones del
Gerente de Finanzas de Faucett.

Adicionalmente, debe mencionarse que los pagos por las piezas de aeronaves supuestamente
adquiridas por Faucett y Aeronaves debían efectuarse mediante giros a favor de estas empresas.
Sin embargo, los giros fueron entregados a Albino Condori, empleado de Bedoya Garreta porque
las empresas proveedoras (Taiko Corporation, International Airlines Holding y Quiet Nacelle)
mediante comunicaciones al Banco de Crédito dispusieron que el pago se haga de esa manera.

Del mismo modo, las empresas proveedoras (International Airlines Holding, Taiko Corporation y
Miami Field) solicitaron al Banco de Crédito que las transferencias de dinero se realizaran a
diferentes cuentas del Atlantic Security Bank, cuyos titulares eran empresas totalmente ajenas a la
transacción, y en una de las cuales, incluso, figura Zanatti como Presidente.

No se efectuaron importaciones para Faucett, por lo que el delito no se cometió en ejercicio de la


función encomendada , sino que Zanatti cometió el delito con ocasión de su función , ya que el
mismo no lo hubiera podido efectuar de no haber sido Gerente General de la firma.

Su función de Gerente General,le permitió utilizar facturas de mercaderías ya ingresadas al país


para fraguar "nuevas importaciones" que nunca se realizaron.
Esto quedó acreditado en el proceso. En efecto, la factura Nº 1456/89 emitida por la Compañía
Taiko Corporation, y suscrita por Antonio Fuentes, había sido adulterada, ya que la importación de
los bienes descritos en ella se había llevado a cabo con anterioridad.

Igualmente, la evaluación del contenido de los Partes Mensuales que las aerolíneas tienen el deber
de presentar ante la Dirección General de Transporte Aéreo, demostró que la importación de las
piezas y partes de aeronaves que fueron suficientemente acreditadas, se efectuaron con
anterioridad al beneficio del dólar MUC otorgado por el Gobierno de esa época. Sobre la base de
este hecho, la sentencia de la Primera Sala Penal de la Corte Superior de Justicia de Lima dedujo
que dichas "importaciones nunca se efectuaron realmente".

VIII. NOTA CONCLUSIVA.

Lamentablemente, la Corte Suprema perdió una magnífica oportunidad de señalar


jurisprudencialmente el sentido que debe dársele al artículo 1981 del Código Civil, respecto de los
presupuestos necesarios para que se configure la responsabilidad del principal por el hecho del
dependiente que está bajo sus órdenes.

La consideración de Faucett como Tercero Civilmente Responsable habiendo Zanatti cometido el


delito "con ocasión de su función" de Gerente General y no en ejercicio de ella, abre un peligroso
camino jurisprudencial respecto de lo que la Corte entienda por daño realizado "en el ejercicio del
cargo" o en "cumplimiento del servicio respectivo". Creemos, sin duda, que la actual redacción del
artículo 1981 admite, respecto de la vinculación entre las tareas y el hecho del dependiente, sólo
una interpretación restrictiva; de tal manera que el principal solamente está obligado a reparar el
daño causado por su dependiente en "ejercicio de la función" o del encargo, no así el que realice
"abusando de la función" o "con ocasión de la función".

No cabe duda, sin embargo, que el camino futuro en armonía con la moderna tendencia de poner
el acento en la reparación adecuada del daño sufrido por la víctima y no en el responsable, debe
ser la extensión de los supuestos de responsabilidad objetiva. Incluyendo en una futura reforma
legislativa la necesidad de reparar los daños que puedan ocasionar el dependiente incluso con
ocasión de la función. El tránsito hacia esa reforma debe darse, obviamente, con un sistema legal
obligatorio de seguros. Optar por lo contrario, significaría condenar a la quiebra a muchas
empresas, ya que en un sistema de libre mercado el diluir la carga de los daños transfiriendo los
costos sobre los consumidores acarreará más tarde o más temprano el cierre de la empresa que
no podrá competir frente a sus similares que ofertarán a mejores precios sus bienes o servicios.

A la espera de un cambio legislativo que permita diluir adecuadamente la carga del daño,
depositamos nuestra confianza en un Poder Judicial, que creemos, sabrá rectificar este error y dar
prontamente una adecuada interpretación judicial a la luz de cada caso concreto en términos de
justicia y equidad.

Moneda de pago en la indemnización (A)

"No habiéndose pactado el tipo de moneda del pago de la reparación por responsabilidad
extracontractual, debe ordenarse el pago en moneda nacional".

Casación 294-97

PIURA
Lima, veinticinco de marzo de mil novecientos noventiocho.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA; con


los acompañados.- Vista la Causa número doscientos noventicuatro-noventisiete, en la Audiencia
Pública de la fecha; y, producida la votación con arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia:
MATERIA DEL RECURSO:
Se trata del Recurso de Casación interpuesto por Mar y Pesca Empresa Individual de
Responsabilidad Limitada, mediante escrito de fojas cuatrocientos cincuentidós, contra la sentencia
emitida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura a fojas cuatrocientos
cuarenticinco, su fecha veintidós de noviembre de mil novecientos noventiséis, que confirmando en
un extremo y revocando en el otro la apelada de fojas trescientos veintisiete, su fecha quince de
julio de mil novecientos noventiséis declaró fundada en parte la demanda; con lo demás que
contiene.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:


La casación se fundó en el inciso primero del Artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal
Civil, sustentada en la aplicación indebida del Artículo mil doscientos treintisiete del Código Civil,
porque tratándose de un proceso de responsabilidad extracontractual, no puede fijarse la
indemnización en moneda extranjera, porque no existe el pacto que señala este dispositivo y que la
indemnización debe regularse con criterio equitativo e imparcial.

CONSIDERANDO:
Primero.- que, el Recurso de Casación fue concedido a fojas cuatrocientos cincuenticuatro y fue
declarado procedente por resolución de fecha diecinueve de agosto de mil novecientos
noventisiete por la causal invocada;
Segundo.- que, el Artículo mil doscientos treintisiete del Código Civil dispone que pueden
concertarse obligaciones en moneda extranjera no prohibidas por leyes especiales;
Tercero.- que, para que ello sea factible tiene que existir un convenio, porque quien no acepta el
pago en moneda extranjera, debe realizarlo en moneda de curso legal en el país;
Cuarto.- que, los párrafos siguientes del Artículo mil doscientos treintisiete antes citado, referidos al
pago de una deuda en moneda extranjera, están necesariamente vinculados a que las partes
hayan convenido la obligación en moneda extranjera, porque quien debe en moneda nacional no
puede ser obligado a efectuar su cancelación en moneda extranjera, porque su pacto fue de pagal
en moneda nacional;
Quinto.- que, tratándose de la responsabilidad extracontractual, en que se reclama una
indemnización, que debe ser determinada por el Poder Judicial, resulta evidente que la moneda
aplicable es la nacional, porque no existe convenio o pacto para pagar la indemnización en
moneda extranjera;
Sexto.- que resulta así aplicado indebidamente el Artículo mil doscientos treintisiete del Código
Civil, por lo que la indemnización debe fijarse en moneda nacional;
Séptimo.- que, el Recurso de Casación no objeta la responsabilidad de la recurrente en el
accidente, sino que lo que impugna es que la indemnización se fije en moneda nacional y con
criterio equitativo e imparcial, por lo que aplicando los Artículos mil novecientos sesentinueve y mil
novecientos ochenticinco del Código Civil(1) ; de conformidad con el inciso primero del Artículo
trescientos, noventiséis del Código Procesal Civil, la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema, de
conformidad con el dictamen del Fiscal Supremo falla declarando FUNDADO en parte el Recurso
de Casación interpuesto por Mar y Pesca Empresa Individual de Responsabilidad Limitada a fojas
cuatrocientos cincuentidós; en consecuencia CASARON la sentencia expedida por la Segunda
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura de fojas cuatrocientos cuarenticinco, su fecha
veintidós de noviembre de mil novecientos noventiséis; y actuando en sede de instancia
CONFIRMARON la sentencia de primera instancia de fojas trescientos veintisiete, su fecha quince
de julio de mil novecientos noventiséis, en la parte que declaró fundada en parte la demanda de
fojas cincuentitrés interpuesta por doña Luisa Sánchez viuda de Chapilliquen contra don Aurelio
Maud Calderón Ludeña, Julio Quispetupa Díaz y Mar y Pesca Empresa Individual de
Responsabilidad Limitada, por Responsabilidad Extracontractual y que los emplazados deben
cancelar en forma solidaria a la actora el pago de una indemnización; y la REVOCARON en la
parte que fija el monto indemnizatorio en veinticinco mil dólares americanos o su equivalente en
moneda nacional, con deducción del monto señalado como reparación civil en el proceso penal, sin
intereses legales y REFORMANDOLA fijaron la indemnización en la suma de sesenticinco mil
nuevos soles, con deducción del monto de la reparación civil fijada en el proceso penal, con los
intereses legales correspondientes, con costas y costos, ORDENARON se publique la presente
resolución en el Diario Oficial El Peruano; en los seguidos por doña Luisa Sánchez viuda de
Chapilliquen con don Aurelio Maud Calderón Ludeña y otros; sobre Indemnización por
Responsabilidad Extracontractual; y los devolvieron.

SS URRELLO A.; ALMENARA B.; RONCALLA V.; VASQUEZ C.; ECHEVARRIA A.

Dictamen Nº 013-98-FSC-MP
Señor Presidente:

Viene para Opinión Fiscal, el Recurso de Casación interpuesto a fojas 452-453, por MAR Y PESCA
Empresa Individual de Responsabilidad Limitada, contra la Sentencia de Vista de fojas 445-446,
dictada el 22 de noviembre de 1996 por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Piura, que CONFIRMA la Sentencia apelada de fojas 327 a 333 expedida el 16 de julio de 1996,
por el Juzgado Mixto de Paita, que declara FUNDADA en parte la demanda de fojas 53 a 57,
interpuesta por doña LUISA SANCHEZ VIUDA DE CHAPILLIQUEN, contra la Empresa Pesquera
MAR Y PESCA E.I.R.L. y otros, sobre Indemnización, así como la Resolución número nueve
obrante a fojas 153-154, que impone MULTA de seis Unidades de Referencia Procesal a la
empresa MAR Y PESCA y en consecuencia se ordena que los emplazados cancelen en forma
solidaria a la actora, la suma de VEINTICINCO MIL DOLARES AMERICANOS o su equivalente en
moneda nacional al momento del pago, suma que incluye el monto fijado de diez mil nuevos soles
por concepto de reparación civil en el proceso penal correspondiente y la REVOCARON en el
extremo que desestima el pago de intereses legales, la que REFORMANDOLA declararon
FUNDADO el pago de intereses.
La recurrente sustenta el Recurso de Casación en la causal establecida en el inciso l) del Artículo
386º del Código Procesal Civil, esto es, la aplicación indebida del Artículo 1237º del Código Civil,
ya que sostiene al tratarse de un proceso de responsabilidad extracontractual, no puede fijarse la
indemnización en moneda extranjera, al no existir el pacto que señala dicho dispositivo y que la
indemnización debe regularse con criterio equitativo e imparcial.
Conforme establece el Artículo 1985º del Código Civil, la indemnización debe comprender tanto el
lucro cesante, como el daño a la persona y el daño moral, debiendo regularse en moneda nacional,
pero no en moneda extranjera; en acatamiento del Artículo 83º de la Constitución Política vigente y
porque proviniendo de responsabilidad extracontractual, no existe el pacto a que se refiere el
Artículo 1237º del Código Civil.
En efecto, en este caso se trata de una acción de responsabilidad extracontractual contemplada en
el Artículo 1969º del Código Sustantivo, en la que no procede señalar el monto indemnizatorio en
moneda distinta a la del curso legal en nuestro país, siendo así, de conformidad con el Artículo
396º del Código Procesal Civil, resulta FUNDADO el Recurso de Casación interpuesto a fojas 452-
453 al haberse aplicado indebidamente el Artículo 1237º del Código Civil, y en aplicación del inciso
1) del Artículo 396º del Código Procesal Civil, propongo que la Sala de su Presidencia, actuando
como órgano de resolución, señale como monto indemnizatorio, la suma de SESENTICINCO MIL
NUEVOS SOLES (S/ 65,000.00) que deberán pagar en forma solidaria los emplazados a favor de
la actora; suma que incluye a la fijada por concepto de reparación civil en el Expediente Penal
acompañado Nº 045-95.

Lima, 15 de enero de 1998


BLANCA NELIDA COLAN MAGUIÑO
Fiscal Suprema en lo Civil

Monto indemnizatorio: tipo de moneda (A) (*)

(*) Esta jurisprudencia se publicó en el Tomo N° 1 de Diálogo con la Jurisprudencia

En el presente caso se resuelve sobre el tipo de moneda en que debe establecerse el monto
indemnizatorio por daños y perjuicios, advirtiéndose que dicho monto debe señalarse en la moneda
de curso legal de nuestro país y no en moneda extranjera, que sólo está autorizada en los casos
de obligaciones contractuales, en las que media acuerdo de las partes, de conformidad con el
artículo 1237 del Código Civil.

Expediente 580-94

LIMA

Lima, quince de agosto de mil novecientos noventicuatro.

VISTOS; por los fundamentos pertinentes, de conformidad en parte con lo dictaminado por Señor
Fiscal, y CONSIDERANDO: que dada la naturaleza de la causa, no puede señalarse el monto de la
indemnización proveniente de una responsabilidad extracontractual en dólares americanos, sino en
la moneda de curso legal de nuestro país, estableciéndose ésta en forma prudencial: declararon
HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas ciento treintinueve, su fecha catorce de julio de
mil novecientos noventitres, en cuanto revocando la apelada de fojas ciento catorce su fecha cinco
de noviembre de mil novecientos noventidos, señala por concepto de indemnización la suma
quince mil dólares americanos; reformando la primera y revocando la segunda en este extremo;
FIJARON en quince mil nuevos soles dicho monto; declararon NO HABER NULIDAD en lo demás
que contiene; en los seguidos por Segundo Yarlaque Mori con el Supremo Gobierno y otros sobre
indemnización; y los devolvieron.-

EXPEDIENTE Nº 580-94

SALA CIVIL

DICTAMEN Nº 307-94-MP-FN-FSC

Señor Presidente:

Es materia del recurso de nulidad concedido vía recurso de queja, la resolución de vista de fs. 139
que confirma la sentencia apelada de fs. 114 a 115 que declara fundada la demanda de fs. 3,
variada a fs. 19, que fija una suma por toda indemnización que deberá abonar la Policía Nacional y
de Sanidad, más intereses legales al demandante don Segundo Yarlaqué Mori; la revocaron en el
extremo que señala la suma de un mil nuevos soles como indemnización el que reformándolo
señalaron el pago de quince mil dólares americanos como indemnización, con costas; en los
seguidos por don Segundo Yarlaqué Mori, con el director General de la Sanidad de las Fuerzas
Policiales, sobre indemnización por daños y perjuicios.

Al interponer a fs. 141 el demandante su recurso de nulidad, sólo refirió no estar conforme con la
sentencia de vista, sin precisar los fundamentos de su disconformidad, posteriormente a partir de
fs. 148, el Procurador Público a cargo de los asuntos de la Policía Nacional y Sanidad de la misma,
que viene actuando, ha solicitado la nulidad de dicha sentencia por haberse señalado, la suma a
pagar en dólares y no en moneda nacional, tal como ha sido demandado.

Tal manifestación importa un reconocimiento a lo resuelto en el fondo del asunto, en cuanto a la


responsabilidad extracontractual, por el hecho dañoso, producido por los médicos que intervinieron
quirúrgicamente al demandante, los cuales en efecto según el informe pericial de fs. 103 vta., no
tuvieron necesidad de ocasionar un acortamiento del fémur y de la tibia del demandante
consecuentemente teniendo éstos la condición de dependientes del demandado es de aplicación al
caso lo dispuesto por el art. 1981 del C.C.(1) que establece la responsabilidad objetiva.

Que con relación a la suma mandada pagar, es de advertir, que en efecto el demandante ha
solicitado como importe de la indemnización reclamada, una determinada cantidad en moneda
nacional, la cual no puede ser variada a moneda extranjera en este caso dólar, no sólo porque la
Unidad del Sistema monetario del Perú es el nuevo sol, sino autorizada en las obligaciones
contractuales, cuando media acuerdo de partes (art. 1237 del C.C.)(2), situación a la cual no se
asimila el caso de autos.

Por tanto, esta Fiscalía es de opinión que HAY NULIDAD en la recurrida, en la parte que señala en
dólares el monto de la indemnización, la que reformándose propongo que ésta sea establecida en
treintidos mil ochocientos cincuenta nuevos soles, NO HABIENDO NULIDAD en lo demás que
contiene.

Lima, 13 de Julio de 1994

Objeto de la responsabilidad extracontractual

La responsabilidad extracontractual conlleva a probar tanto la existencia de daños y perjuicios


alegados como la relación de causalidad entre el acto del demandado y el resultado dañoso
producido.
El monto de la indemnización debe regularse prudencialmente de acuerdo a la naturaleza y
gravedad de los daños y circunstancias en que se produjeron.

Expediente 3588-97

Sala Nº 3

Lima, veintitrés de marzo de mil novecientos noventiocho.

VISTOS; interviniendo como ponente la señorita Lucas Solís; y CONSIDERANDO:Primero.- Para


que proceda la demanda por responsabilidad extracontractual es necesario probar tanto la
existencia de los daños y perjuicios alegados como la relación de causalidad entre el acto del
demandado y el resultado dañoso producido; Segundo.- Que, el demandante imputa a los
demandados haberle ocasionado daños a su propiedad ubicada en la Av. Bolognesi 747 Barranco
al haberse posesionado del área de la "Punta de Dilatación" donde llenaron desmonte, lo que
rompió el equilibrio de las construcciones de la propiedad al extremo de causar rajaduras en la
pared y techo del inmueble, y que asimismo ocasionaron la rotura de cañería de propiedad de los
demandados que originó aniego lo que desmoronó los cimientos de la pared del demandante;
Tercero.- Que estando al presupuesto cuya copia obra a fojas ocho, los daños se produjeron en mil
novecientos noventitrés; Cuarto.- Que, asimismo de la carta de fojas cincuentiocho, de fecha trece
de mayo de mil novecientos noventitrés, se acredita que el demandado Policarpio Fuentes Delgado
sufrió el derrumbe de la pared de adobe ubicada en la parte del fondo del inmueble, como
consecuencia de un movimiento sísmico; Quinto.- Que, estando a la fecha en que se produjo el
daño debe considerarse el mérito de la instrumental de fojas diecisiete referida al Informe Municipal
Nº 074-93, emitido el nueve de junio de mil novecientos noventitrés, el cual no ha sido tachado, de
donde aparece la constatación de fisuras en la pared y techo de la demandante originados por el
desmonte que existe entre ambas paredes, así como el reforzamiento efectuado por la demandada
en su pared de adobe que colinda con la propiedad de la demandante clavando refuerzos de
madera incrementando el progreso de las fisuras; Sexto.- Que igualmente se constata la humedad
existente en la pared de adobe del primer piso a causa de la ascensión del agua capilar lo que
hace vulnerable al empuje del desmonte poniendo en peligro a los moradores de ambas viviendas;
Sétimo.- Que del punto precedente se colige que la existencia de desmonte entre ambas paredes,
así como los refuerzos de madera realizados por el demandado incrementaron las fisuras ya
existentes, encontrándose acreditado el daño ocasionado a la parte de la demandante, el que debe
indemnizarse, debiendo regularse el monto indemnizatorio prudencialmente de acuerdo a la
naturaleza y gravedad de los daños y circunstancias en que se produjeron; y estando a lo
dispuesto por el artículo 1985 del Código Civil CONFIRMARON la sentencia de fojas doscientos
treintisiete de fecha treinta de setiembre de mil novecientos noventisiete en cuanto declara fundada
en parte la demanda; la REVOCARON en el extremo que fija en dos mil nuevos soles el monto de
los daños materiales y en tres mil nuevos soles la indemnización concedida; REFORMANDOLA
fijaron por concepto de toda indemnización la suma de dos mil nuevos soles y la CONFIRMARON
en lo demás que contiene; en los seguidos por Zoila Vega Marchena con Policarpio Fuentes
Delgado y otra sobre indemnización; y los devolvieron.

SS. FERREYROS PAREDES / RAMOS LORENZO / LUCAS SOLIS

Prescripción: ineficacia de acto jurídico

Debe ampararse la excepción de prescripción si ha transcurrido más de dos años entre la fecha del
acto jurídico cuya ineficacia se solicita y la notificación de la demanda.
La inscripción registral es de carácter facultativo. No se computa el término de prescripción a partir
de la inscripción de la compraventa porque dicho acto consta en documento de fecha cierta.

Expediente N-79-97

Lima, primero de julio mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como Vocal ponente la doctora Barrera Utano; por sus propios
fundamentos; y CONSIDERANDO además: Primero.- Que, la excepción de prescripción se
fundamenta en que entre la fecha del acto jurídico cuya ineficacia se solicita y la notificación de la
demanda ha transcurrido más de dos años, siendo de aplicación lo dispuesto en el inciso cuarto del
artículo 2001 del Código Civil; Segundo.- Que, desde que se celebró la compraventa el veinticinco
de marzo de mil novecientos noventiuno hasta que se notificara la demanda incoada en forma
personal con fecha trece de mayo de mil novecientos noventitrés, ha operado la prescripción que
establece el dispositivo acotado; Tercero.- Que, estando a que la inscripción registral en nuestro
sistema es de carácter facultativo, no se computa el término de prescripción a partir de la
inscripción de la compraventa, desde que además dicho acto jurídico consta en documento de
fecha cierta; CONFIRMARON la sentencia apelada su fecha dos de setiembre de mil novecientos
noventiséis, que declara prescrita la acción incoada de fojas uno a fojas seis, y sin objeto
pronunciarse sobre el fondo de la cuestión controvertida, e improcedente la reconvención deducida
a fojas diecisiete; sin costas; en los seguidos por Purina Perú Sociedad Anónima con Mario
Cárdenas Pasco y otros, sobre Ineficacia; y los devolvieron.

Presupuestos de la indemnización: falsedad de la imputación o ausencia de motivo razonable.


Ejercicio regular de un derecho

Para que exista obligación de indemnizar en caso de denuncia calumniosa, el numeral 1982 del
C.C., exige que el autor de la denuncia haya procedido a sabiendas de la falsedad de la imputación
o de la ausencia de motivo razonable para atribuirle a otro la comisión de un hecho punible.
El ejercicio regular de un derecho, no produce responsabilidad.

Expediente 12-98

Sala Nº 3

Lima, siete de mayo de mil novecientos noventiocho.

VISTOS: con los acompañados; interviniendo como ponente el señor Ramos Lorenzo; y
CONSIDERANDO: Primero.- Que de lo actuado y de las copias certificadas presentadas ante esta
Sala por la demandada se comprueba que la denuncia por usurpación que formuló dicha
demandada contra el demandante y contra Aurelio Armas Ladeo ante el Ministerio Público fue
acogida y formalizada por la Fiscalía respectiva después de la necesaria evaluación de la prueba
entonces aportada; Segundo.- Que a su vez el Juzgado correspondiente luego del examen
necesario emitió el correspondiente auto apertorio de instrucción por considerar que concurrían las
exigencias del artículo setentisiete del Código Procesal Penal; Tercero.- Que inclusive el Tribunal
Superior mediante resolución de dieciséis de setiembre de mil novecientos noventidós ordenó la
ministración de posesión a favor de dicha denunciante, aun cuando mediante otro auto superior de
siete de marzo de mil novecientos noventisiete se confirmó la resolución que dejó sin efecto dicha
ministración de posesión en virtud de haberse declarado el sobreseimiento de la causa a favor de
los procesados; Cuarto.- Que en tal virtud es forzoso concluir que la demandada ha actuado en el
ejercicio regular de un derecho, lo que no produce responsabilidad según el artículo mil
novecientos setentiuno inciso primero del Código Civil; Quinto.- Que, a mayor abundamiento, para
que exista obligación de indemnizar en caso de denuncia calumniosa el numeral mil novecientos
ochentidós de la misma codificación sustantiva exige que el autor de la denuncia haya procedido a
sabiendas de la falsedad de la imputación o de la ausencia de motivo razonable para atribuirle a
otro la comisión de un hecho punible; Sexto.- Que de otro lado resulta equitativo exonerar de
costas y costos al demandante por no advertirse que haya litigado de mala fe: CONFIRMARON la
sentencia apelada de fojas cuatrocientos uno, su fecha treinta de setiembre último, en cuanto
declara improcedente la reconvención planteada por la demanda; la revocaron en la parte que
declara improcedente la demanda; reformándola en este extremo declararon infundada dicha
demanda; sin costas ni costos; en los seguidos por don Luis Alejandro Armas Rosales con doña
Lidia Andrea Mora Monzón sobre indemnización; y los devolvieron.

SS. FERREYROS PAREDES / VALCARCEL SALDAÑA / RAMOS LORENZO

Responsabilidad civil del notario: cuando por error da fe de la identidad de un compareciente (A) (*)

(*) Esta Jurisprudencia se publicó en el Tomo N° 14 de Diálogo con la Jurisprudencia

Si un notario da fe de la identidad de alguno de los comparecientes inducido a error por la


actuación maliciosa de los mismos o de otras personas, no incurrirá en responsabilidad y -por
tanto- no cabe exigirle una indemnización.

Expediente 1242-97

CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

Demandante : No se menciona.
Demandado : Ricardo Ortiz de Zevallos y otros.
Asunto : Nulidad de escritura pública.
Fecha : 3 de setiembre de 1997.

VISTOS; interponiendo como vocal ponente el señor Martel Chang; por sus fundamentos
pertinentes y CONSIDERANDO: Primero.- Que, la pretensión de la nulidad de Escritura Pública ha
quedado plenamente confirmada con el silencio total de los codemandados Rosa Mercedes
Velázquez Alfaro y Daniel Gonzales Tantaleán, quienes tampoco han impugnado la sentencia;
Segundo.- Que por la misma razón, la pretensión indemnizatoria respecto a los citados
codemandados también debe ser confirmada; Tercero.- Que sin embargo, la pretensión
indemnizatoria en cuanto se refiere al notario codemandado Ricardo Ortiz de Zevallos debe ser
desestimada, debido a que en autos no se ha acreditado que dicho emplazado en el ejercicio de
sus funciones haya permitido en forma deliberada la intervención de persona distinta al
demandante en la Escritura objeto de nulidad; es más, para suscribir un documento como el
cuestionado en autos se requiere la presentación del documento de identidad, en base al cual se
suscribe el instrumento y si ello es así, no se puede atribuir responsabilidad alguna al Notario por la
falsificación de firma de uno de los intervinientes(1) ; Cuarto.- Que, el artículo cincuenticinco del
Decreto Ley veintiséis mil dos, Ley del Notariado, establece que el notario dará fe de conocer a los
comparecientes o de habérseles identificado, y que si el notario diere fe de identidad de alguno de
los comparecientes, inducido a error por la actuación maliciosa de los mismos o de otras personas,
no incurrirá en responsabilidad(2) ; Por tales razones: CONFIRMARON la sentencia apelada de
fojas doscientos cuarentidós a doscientos cuarenticinco, su fecha veintiocho de agosto de mil
novecientos noventiséis, en el extremo que declara la Nulidad de la Escritura Pública de
Compraventa de fecha veintidós de setiembre de mil novecientos noventitrés, otorgada por don
Óscar Scudere Ortiz a favor de doña Rosa Mercedes Velázquez Alfaro por ante el Notario Público
Doctor Ricardo Ortiz de Zevallos, así como Nula la Inscripción de dicha Escritura Pública en el
Asiento dos, fojas ciento ochentiuno, Tomo novecientos noventidós del Registro de la Propiedad
Inmueble de Lima; la REVOCARON en el extremo que el demandado Ricardo Ortiz de Zevallos
abone solidariamente al demandante por concepto de indemnización la suma de tres mil dólares
americanos; REFORMÁNDOLA DECLARARON Infundada la pretensión indemnizatoria en cuanto
al citado codemandado; la CONFIRMARON en lo demás que contiene; Hágase saber y
devuélvase.

S.S. MANSILLA NOVELLA; LAMA MORE; MARTEL CHANG

Responsabilidad civil: suspensión de la prescripción (A) (*)

(*) Esta jurisprudencia fue publicada en el Tomo N° 9 de Diálogo con la Jurisprudencia

Producido un hecho dañoso de carácter delictivo, la víctima puede optar por exigir la
correspondiente indemnización alternativamente en la vía civil o en la vía penal, en este último
caso constituyéndose en parte civil. Por ello, el plazo de prescripción no se suspende o interrumpe
por el hecho que se abra instrucción contra el agente del delito, ni por el hecho que la víctima haya
sido menor de edad cuando ocurrió el acto delictual, pues pudo acceder a la administración de
justicia a través de sus representantes legales.

Casación 1405-96

AYACUCHO

Lima, veintiuno de noviembre de mil novecientos noventisiete.

La Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, en la causa vista en audiencia pública el veinte de
noviembre del año en curso, emite la siguiente sentencia; con los acompañados:

1. MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por don Hernán Avendaño Cuadros contra la
sentencia de fojas doscientos treintisiete, su fecha seis de agosto de mil novecientos noventiséis,
que revocando la apelada de fojas doscientos siete, su fecha ocho de mayo del mismo año,
declara IMPROCEDENTE la demanda interpuesta a fojas cinco por don Hernán Avendaño
Cuadros, en los seguidos con doña Georgina Patricia Vargas sobre indemnización de daños y
perjuicios.

2. FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

La Corte mediante resolución de fecha seis de febrero de mil novecientos noventisiete ha estimado
procedente el recurso por las causales de interpretación errónea del Artículo dos mil uno inciso
cuatro del Código Civil(1) por considerar que el cómputo prescriptorio debe hacerse desde que se
dicta el cúmplase lo ejecutoriado en el proceso penal y la inaplicación del inciso ocho del Artículo
mil novecientos noventicuatro(2) del mismo Código por haber tenido la imposibilidad de recurrir
ante tribunal peruano por ser menor de edad.

3. CONSIDERANDO:
Primero.- Que la acción civil por responsabilidad extracontractual es independiente de la acción
penal contra el agente del delito a través de la cual el estado persigue sancionar una conducta
antisocial.

Segundo.- Que producido el evento dañoso la víctima puede optar por reclamar, alternativamente,
tanto en la vía penal constituyéndose en parte civil, cuanto en la vía civil la indemnización que le
pudiera corresponder, conforme a los Artículos cincuenticuatro del Código Procesal Penal(3) y mil
novecientos sesentinueve del Código Civil(4).

Tercero.- Que en consecuencia el término prescriptorio no se suspende o interrumpe por el hecho


de que se abra instrucción contra el agente del delito.

Cuarto.- Que en el caso de menores de edad sólo se suspende la prescripción cuando éstos no
estén bajo la guarda de sus representantes legales, conforme al inciso uno del Artículo mil
novecientos noventicuatro del Código Civil,(5) disposición que debe ser concordada con el inciso
seis del Artículo cuatrocientos veintitrés del mismo Código(6).

4. SENTENCIA:

Estando a las conclusiones a las que se arriba se declara INFUNDADO el Recurso de Casación
interpuesto por don Hernán Avendaño Cuadros, en consecuencia, NO CASAR la sentencia de
fojas doscientos treintisiete, su fecha seis de agosto de mil novecientos noventiséis;
CONDENARON al recurrente al pago de la multa de una Unidad de Referencia Procesal, así como
al pago de las costas y costos originados en la tramitación del recurso, DISPUSIERON la
publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; y los
devolvieron.

SS. IBERICO; RONCALLA; CASTILLO;


MARULL; BELTRAN

Responsabilidad civil médica (C)(*)

FERNANDEZ CRUZ, GASTON

(*) Esta jurisprudencia se publicó en el Tomo N° 1 de Diálogo con la Jurisprudencia

Tomando como base las consideraciones que la Corte Suprema ha tenido para resolver en el
presente caso de responsabilidad civil médica, el autor nos propone interpretaciones restrictivas del
artículo 1762 del Código Civil y plantea críticas al articulado de este cuerpo normativo en lo
relacionado a la responsabilidad contractual. El análisis pone de relieve los alcances jurídicos de la
responsabilidad médica y las dificultades materiales para probarla.

Expediente 132-87-LIMA

RESOLUCION

Lima, veintidos de febrero de mil novecientos ochentiocho.-

VISTOS; por sus fundamentos; declararon NO HABER NULIDAD en la resolución de vista de fojas
ciento cincuentiuno, su fecha diecisiete de octubre de mil novecientos ochentiseis, que confirmando
en un extremo y revocando en otro la apelada de fojas ciento veintiocho, fechada el veinticuatro de
marzo del mismo año, declara fundada la demanda y ordena el pago de la suma de veinte mil Intis
por concepto de daños y perjuicios, con lo demás que contiene; condenaron en las costas del
recurso a la parte que lo interpuso; en los seguidos por don Eduardo Oswaldo Heredia Bonilla con
Nueva Clínica Villarán Sociedad Anónima y otro, sobre indemnización; y los devolvieron.-

Señores:

Se publicó conforme a ley

BERNARDO DEL AGUILA PAZ


Secretario General de la Corte Suprema de Justicia de la República.

Expediente 694-86

RESOLUCION

CUARTA SALA DE LA CORTESUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA

Lima, diecisiete de octubre de mil novecientos ochentiseis.-

VISTOS; Interviniendo como Vocal ponente el señor Ezquerra Cáceres; por sus fundamentos
pertinentes; y, CONSIDERANDO además: que aparece de autos, una pericia en la aplicación de la
anestesia raquídea que ocasionó parálisis en la persona del actor, perfectamente reconocido por el
demandado doctor Guido Diaz Vargas en el documento de fojas doce; que pese a que el
documento de fojas doce, obligó al referido anestesista a cubrir los gastos de rehabilitación, en
autos no aparece prueba alguna que haya cubierto esos gastos y por el contrario, este demandado
y su co-demandada la nueva Clínica Villarán Sociedad Anónima, se despreocuparon por la salud
del paciente, con muestras objetivas de indiferencia e inhumanidad y constituir una violación de los
deberes médicos configurados en el incumplimiento de los medios y diligencias adecuados en la
asistencia del paciente que fue objeto de una defectuosa intervención, causante de daños
culposamente ocasionados; que la responsabilidad de los demandados es de naturaleza
contractual, en cuanto al alcance de la reparación pecuniaria por el daño moral y económico sufrido
por el actor y especialmente por la invalidez provocada con imposibilidad para movilizar
voluntariamente muslos y piernas (historia clínica de fojas cuarentiocho); que el médico anestesista
debe responder por las consecuencias del acto profesional en el cual la impericia está por encima
del "riesgo quirúrgico" que no ha sido demostrado y por el contrario aparece un insólito proceder
que se trasluce en la culpa médica; que la clínica demandada, en su responsabilidad solidaria se
extiende a los hechos realizados por sus colaboradores, sean médicos o personal auxiliar, por el
principio de la responsabilidad indirecta aplicada en materia contractual, propia de clínicas,
hospitales o centros asistenciales, como así alega en su escrito de fojas ciento diecisiete; que la
prueba pericial ordenada a fojas catorce, no se ha actuado, empero, es suficiente apreciar la
Historia Clínica del paciente, la testimonial de fojas diecinueve, para ver en conjunto los daños
físicos y morales causados al demandante; que el monto de la reparación debe fijarse con equidad
y justicia, sobre la base de los datos que aparecen de la Historia Clínica, la edad, trabajo, estado
civil entre otros; que cuando la demanda expresa que el monto de la indemnización "es de menor
de quince millones de soles (quince mil intis)", debe interpretarse que está demandando por una
suma no menor de la mencionada cantidad: CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas ciento
veintiocho, su fecha veinticuatro de marzo del año en curso, en la parte que declara fundada la
demanda interpuesta a fojas dos-cinco, por don Eduardo Oswaldo Heredia Bonilla en sus extremos
a), b) y c) y ordena que los demandados deben abonar solidariamente al demandante la suma de
NOVECIENTOS NOVENTIOCHO INTIS, valor de la silla de ruedas y además deben pagar
también, por concepto de daños y perjuicios materia de los puntos a) y c) en forma solidaria, una
suma de dinero; la REVOCARON en cuanto al monto señalado, el que FIJARON en VEINTE MIL
INTIS, por concepto de daños y perjuicios; con costas; y los devolvieron.-

Señores:

SILVA VALLEJO; ESQUERRA CACERES; VASQUEZ CORTEZ


Se publicó conforme a ley

LILIANA HAYAKAWA RIOJAS, Secretaria

COMENTARIO

La despreocupación por la salud del paciente, con muestras objetivas de indiferencia e


inhumanidad, constituyen una violación de los deberes médicos configurados en el incumplimiento
de los medios y diligencia adecuados en la asistencia del paciente que fue objeto de una
defectuosa intervención quirúrgica, causante de daños culposamente ocasionados que configuran
la responsabilidad de los demandados de naturaleza contractual.

De esta manera, el médico anestesista debe responder por las consecuencias del acto profesional
en el cual la impericia está por encima del "riesgo quirúrgico" que no ha sido demostrado y, por el
contrario, aparece un insólito proceder que se trasluce en la culpa médica, debiendo también
responder la clínica demandada en mérito a su responsabilidad solidaria que se extiende a los
hechos realizados por sus colaboradores, sean médicos o personal auxiliar, por el principio de la
responsabilidad indirecta aplicada en materia contractual.

1. La resolución bajo comentario, se origina en una demanda interpuesta ante el Décimo Sexto
Juzgado Civil de Lima, con fecha 05 de marzo de 1984, por don Eduardo Oswaldo Heredia Bonilla,
quien en la vía ordinaria emplazaba a la Nueva Clínica Villarán S.A. y al médico anestesista, doctor
Guido Díaz Vargas, para que éstos cumplan con: a) asumir el íntegro de los gastos que irrogue el
tratamiento, atención médica y rehabilitación total del demandante en la Clínica Maison de Santé,
lugar donde se encontraba internado el emplazante como consecuencia de la intervención
practicada en la Nueva Clínica Villarán S.A. por el médico anestesista y co-demandado, doctor
Guido Díaz Vargas, el día 15 de octubre de 1983; b) restituir la suma de S/. 998,000.00
(Novecientos Noventiocho Mil con 00/100 Soles Oro) que representa el precio total de la silla de
ruedas que se vió obligado a adquirir el demandante para facilitar su rehabilitación y movilidad
durante la invalidez derivada de la intervención mencionada en el acápite a) precedente; y, c)
pagar una suma "de menor" de S/. 15'000,000.00 (Quince Millones con 00/100 Soles Oro), por
concepto de daño moral, perjuicio físico y lucro cesante, sobrevenidos por el daño cuya reparación
solicita.

2.- El damnificado demandante, era una persona adulta, cercana a su jubilación como empleado de
un Banco, quien en la etapa anterior a su intervención quirúrgica se había sometido en la propia
Clínica demandada a los análisis y radiografías de rigor en la evaluación del denominado "riesgo
quirúrgico", de donde se había recomendado el uso de "anestesia epidural" con monitor en la
operación, en razón del antecedente de dos conatos de infarto del paciente.

Al parecer, durante la intervención quirúrgica -la cual se desarrolló normalmente pues se trataba de
una operación a un pie del paciente- al inyectarle la anestesia a éste, se habría infiltrado el espacio
subdural y no el epidural, afectándose gravemente la médula, produciendo paraplejia.

3.- La resolución de la Corte Suprema de la República -como parece ser una infeliz costumbre aún
vigente- no contiene fundamentos propios en los que base su condena contra los demandados, lo
que en la actualidad, suponiendo la expedición de una resolución semejante, significaría una
violación grosera de la obligación contenida en el artículo 138º, inciso 5) de la Constitución Política
del Estado de 1993, máxime aún si se tiene en cuenta que existe también la obligatoriedad de
publicar las Ejecutorias Supremas expedidas por la Corte Suprema de la República, con arreglo a
lo dispuesto por el artículo 22º de la Ley Orgánica del Poder Judicial, cuando se trata de fijar
principios jurisprudenciales que han de ser de obligatorio cumplimiento en todas las instancias
judiciales.
Como resulta evidente, el texto en sí de la Ejecutoria Suprema no recoge argumento alguno que
permita discernir sobre las razones de su fallo, apoyándose enteramente en los fundamentos de la
resolución de vista, respecto de la cual no existe obligatoriedad de publicación, lo que nos ha
obligado a transcribir también, dentro del cuerpo de esta jurisprudencia comentada, el texto íntegro
de la resolución de vista pues ella contiene los "considerandos" (a los cuales ni siquiera alude con
dicho nombre la Ejecutoria Suprema) de la resolución de la Corte Suprema.

4.- La única referencia de "remisión" prevista en la Ejecutoria Suprema se encuentra al inicio de la


misma cuando señala "Vistos; por sus fundamentos; declararon No Haber Nulidad en la resolución
de vista...", de lo cual inferimos que los fundamentos de la resolución de vista han sido "recogidos"
por la resolución de la Corte Suprema. Así, aquélla parece indubitablemente estar ubicada en los
argumentos tradicionalmente aceptados en torno a que la responsabilidad civil médica tiene como
fundamento la "culpa médica", desde que la obligación del médico cirujano y, del médico en
general, es una comúnmente llamada, en la definición atribuída a DEMOGUE ("Traité des
Obligations", V, n. 1237, págs 538 y sgtes), "obligación de medios". Repárese como en uno de los
fundamentos de la resolución de vista se afirma que "... se despreocuparon por la salud del
paciente, con muestras objetivas de indiferencia e inhumanidad constituyendo una violación de los
deberes médicos configurados en el incumplimiento de los medios y diligencias adecuados en la
asistencia del paciente ...".

No cabe duda que la clasificación de las obligaciones, en función al tipo de cooperación debida, en
obligaciones de medios y de resultado, ha sido ampliamente difundida por la doctrina francesa e
italiana de mediados del presente siglo, compartida por autores tan calificados como JOSSERAND,
los hermanos MAZEAUD, TUNC, MESSINEO, CATTANEO, BONASSI BENUCCI, MENGONI,
BETTI, así como por la casi totalidad de la doctrina española (entre los que destacan DIEZ-
PICAZO, HERNANDEZ GIL, SANTOS BRIZ, JORDANO FRAGA y LA CRUZ BERDEJO, entre
otros) y argentina, en Latinoamérica.

BETTI, por ejemplo, diferenciaba la obligación en donde la prestación consistía en el desarrollo de


una conducta, en donde "se trata simplemente de desarrollar una actividad en interés del
acreedor", por lo que dicha actividad produce en sí misma un efecto útil al acreedor, por ejemplo, el
patrocinio de un abogado, no "debiéndose" el resultado de la actividad, sino únicamente una
conducta de cooperación; de la obligación en donde la prestación consistía en el resultado de un
obrar, en donde el objeto de la obligación se identifica en la realización de un resultado final. Se
trata entonces "de poner a disposición del acreedor el resultado útil de un obrar", por ejemplo, en el
contrato de obra: la obligación no se cumple sino cuando ha sido alcanzado el "opus" (resultado) y
puesto a disposición del acreedor ("Teoría General de las Obligaciones", Tomo I, pág 39). En
consecuencia, tal y como nos lo recuerda BIANCA ("Diritto Civile". Volume 4: L'obbligazione. Pág.
71), obligaciones de medios serían aquéllas en donde el deudor queda sujeto a desenvolver una
actividad prescindiendo de la consecución de una determinada finalidad; mientras que obligaciones
de resultado serían en cambio aquéllas en donde el deudor queda constreñido a realizar una
determinada finalidad, prescindiendo de una específica actividad instrumental. Típica obligación de
medios es, por ejemplo, aquella del médico, el cual está obligado a prestar la propia obra pero no a
curar al paciente y, en general, la del profesional (y así lo ha recogido, por ejemplo, la C. 18 de
mayo de 1988, n. 3463).

5.- La anterior afirmación de BIANCA es, sin embargo, importante de ser tenida en cuenta, pues en
la aseveración aquélla de que en la denominada obligación de medios, por ejemplo, el médico está
obligado a prestar "la propia obra", existe una crítica abierta a la concepción francesa que concibió
en la distinción de obligaciones de medios y de resultado una "división fundamental de la
obligación en dos opuestas categorías"; concepción, que no puede ser compartida.

En efecto, BIANCA nos recuerda (Ob. Cit. Vol. Cit. Págs. 73-74) que la contraposición entre las dos
diversas categorías ha sido efectuada con especial trascendencia sobre el plano de la
responsabilidad: En las obligaciones de medios, se aplicaría la regla de la responsabilidad por
culpa (el deudor no es responsable si se ha comportado diligentemente); mientras que en las
obligaciones de resultado se aplicaría en cambio la regla de la responsabilidad objetiva: la
diligencia empleada por el deudor es irrelevante, porque lo único debido es el resultado.

La tesis antes referida -extendida particularmente en Latinoamérica-, no es, sin embargo, exacta y
ha sido ya ampliamente revisada en la Italia contemporánea. Al respecto, enseña BIANCA que la
distinción ensayada por la doctrina francesa y mantenida aún por la jurisprudencia de ese país, ha
sido creada para explicar una "cierta repartición de la carga probatoria del incumplimiento y la
aplicación de una diversa medida de responsabilidad del deudor", por lo que es una categoría
efectista, pues -ontológicamente hablando- no puede existir una obligación en la cual no sea
debido un resultado (Dell'inadempimento delle Obbligazioni", págs. 32 y 33), opinión ampliamente
compartida por GIORGIANNI (Voz "Obbligazione". En: Nuovo Digesto Italiano, XI, 598), quien
afirma que "... un `comportamiento' del deudor está siempre `in obligatione" ..., mientras, de otro
lado, un `resultado" ... es siempre necesario, indicando la dirección de la prestación hacia la
satisfacción de un interés del acreedor".

6.- Si nos detenemos un instante en las afirmaciones antes transcritas, estamos seguros, que
repararemos en su aserto. Si la obligación es ante todo un vehículo de cooperación humana,
mediante el cual un sujeto que ha experimentado una necesidad, busca satisfacerla a través de la
cooperación de otro sujeto que tiene aquéllo que aquél no posee (FERNANDEZ CRUZ, "La
Obligación: Apuntes para un Dogmática Jurídica del Concepto". En: Revista Themis, No. 27-28,
pág. 42), resulta claro que un acreedor, para ser tal, siempre espera "algo" de su deudor. Ese
"algo", no es otra cosa que el bien o utilidad que le procura el deudor por medio de la prestación,
por lo que siempre existe un resultado en toda obligación. Por todo esto, podemos coincidir con
MICCIO ("I Diritti di Credito", Volume primo, pág. 182) en el sentido que el gran problema
conceptual de la doctrina y jurisprudencia francesa en torno a la diferenciación de obligaciones de
medios y de resultado como dos categorías contrapuestas radica en la confusión de lo que debe
ser entendido como conducta de prestación y conducta de protección a la obligación: Una cosa es
la conducta exigida al deudor como MODO DE CUMPLIMIENTO, en donde siempre deberá
finalizar en la consecución del resultado esperado por el acreedor, pues sólo se cumple el deber
(central) del deudor mediante la satisfacción del interés ajeno (del acreedor); y otra cosa es el
esfuerzo exigido al deudor para superar obstáculos al cumplimiento, que no es sino la conducta de
colaboración y de diligencia exigidos al deudor como deberes accesorios del deber central.

Lo que existe, entonces, no es un diferente tipo de prestación a realizar (de medios o de resultado),
sino, un diverso grado de colaboración exigido por el tipo de objeto o resultado involucrado en el
deber central. Así, en las mal llamadas obligaciones de medios, el grado de colaboración exigido,
gira en torno a la propia conducta del deudor: como el resultado esperado por el acreedor depende
del control que el propio deudor tenga de su conducta, se le exige un grado de diligencia tal, que
vigile el desenvolvimiento de su propia conducta. Por ejemplo, en la obligación quirúrgica, el
resultado debido es la operación exactamente ejecutada (BIANCA, "Dell'inadempimento ...", ob. cit.
Pág. 33), por lo que entonces, lo que el acreedor espera no es la cura de su enfermedad o defecto,
sino que el médico le mejore sus posibilidades de salvamento, lo que constituye siempre un
resultado, distinto al de la cura de la enfermedad, pero resultado al fin.

Así pues, como mejorarle al acreedor-paciente sus posibilidades de salvamento, depende


exclusivamente de cómo opere el médico cirujano, la diligencia exigida a dicho médico es que
vigile la forma en que opera (el desenvolvimiento de su propia conducta), de manera tal que, si
acaso el paciente muere luego de la operación, no significará ello el incumplimiento de la
obligación del médico-cirujano, sino que - se dice - creará una presunción de incumplimiento en el
sentido que la operación no fue exactamente ejecutada (por cuanto de haber sido exactamente
ejecutada, las posibilidades de salvamento del paciente hubieran aumentado y, normalmente, no
hubiera muerto). Sin embargo, el deudor médico (quien es además quien tiene el dominio de los
medios de prueba) podrá probar que operó "diligentemente"; esto es, que operó bien, vigilando el
desenvolvimiento de su conducta, brindándole al acreedor-paciente el resultado esperado: mejorar
sus posibilidades de salvación que, a la postre, no fueron suficientes para salvar al paciente,
resultado éste que nunca estuvo en obligación. Por ello, repárese bien que la denominada prueba
de la "ausencia de culpa", no es sino una prueba de diligencia que, en ciertos tipos de obligaciones
(aquéllas en donde el resultado esperado por el acreedor depende de la forma cómo cumpla el
deudor) representa una prueba del cumplimiento de la obligación (JORDANO FRAGA, "La
Responsabilidad Contractual", pág. 111).

En cambio, en las mal llamadas obligaciones de resultado, el grado de diligencia exigido al deudor
es mayor: éste, debe evitar todo obstáculo -inclusive externo o ajeno a su actividad- que le impida
cumplir, salvo que resulte vencido porque dicho obstáculo fue extraordinario, imprevisible e
irresistible.

7.- En palabras conclusivas en lo que a este punto atañe, debe tenerse siempre presente que en
toda obligación existe siempre un resultado, inclusive en las obligaciones médicas, lo que no debe
llevar al equívoco de pensar que en esta clase de obligaciones el resultado debido sea asegurar la
cura del paciente. Lo que debe resaltarse es el hecho que, en lo que atañe al problema del
incumplimiento y de la responsabilidad civil, interesa siempre el análisis de "la medida de la
diligencia como elemento calificante de la imposibilidad" (MICCIO. Ob. Cit. Pág 182): Hay
imposibilidad cuando no se puede obtener el resultado esperado, imposibilidad que puede deberse
a causa imputable o no imputable a las partes. Si, por ejemplo, en el caso del médico-cirujano, éste
no logra probar que "actuó diligentemente", en realidad lo que opera es una imposibilidad de la
prestación (no se alcanzó el resultado esperado por el acreedor-paciente de mejorar su posibilidad
de salvamento) por causa imputable al deudor y éste responde, no por la "culpa" del médico como
afirma toda la doctrina clásica y a la cual parece afiliarse la resolución bajo comentario cuando
afirma que el paciente "... fue objeto de una defectuosa intervención, causante de daños
culposamente ocasionados ..."; responde, en tanto y por cuanto la obligación por él asumida no fue
cumplida. Esto es que, en palabras de JORDANO FRAGA (Ob. Cit. Pág. 76) "se responde en tanto
la obligación pervive y pervive insatisfecha; se deja de responder cuando la obligación se extingue
por imposibilidad sobrevenida de la prestación no imputable al deudor". En el caso del médico-
cirujano, por ejemplo, no respondería:

a) Si prueba que operó "diligentemente". En este caso, estaría el deudor médico probando que
cumplió la obligación, pues, en palabras de BRECCIA ("Diligenza e Buona Fede", pág. 97 y sgtes.)
"se encuentran obligaciones en las cuales el resultado debido "coincide" con la ejecución de la
prestación ...", y aquí, el deudor-médico habría probado que "ejecutó la obligación" en los términos
convenidos brindándole al acreedor la utilidad deseada.

b) Si prueba que incumplió la obligación por causa a él no imputable, lo que significaría en este
caso aportar la prueba positiva del caso fortuito, fuerza mayor, hecho determinante de tercero o
hecho de la propia víctima. (Por ejemplo, que se produjo un terremoto que desprendió las luces del
quirófano que cayeron, aplastando al paciente). En este caso, la obligación se extingue.

En el acápite a) precedente, si no probara su actuar diligente, el deudor-médico responde en razón


a que la obligación se transforma en la de indemnizar daños y perjuicios. El fundamento de la
responsabilidad del médico en este caso es la obligación incumplida y no la culpa.

8.- Sin perjuicio de toda lo anteriormente dicho y, en defensa del razonamiento de los Magistrados
que expidieron la resolución de vista, cuando afirman que en el caso sub-materia "... aparece un
insólito proceder que se trasluce en la culpa médica ...", es necesario recordar que se encuentran
maniatados por un Código Civil manifiesta y excesivamente subjetivista, principalmente tratándose
de la responsabilidad profesional.

En efecto, recordemos aquí que nuestro Código civil, en materia de responsabilidad contractual,
recoge a la culpa como factor atributivo de responsabilidad y consagra, además, una teoría de
dudosa utilidad como es la de la "graduación de la culpa" (arts. 1318º, 1319º y 1320º C.C.),
estipulando asimismo en su artículo 1329º, una presunción general de responsabilidad del deudor
por culpa leve: "se presume que la inejecución de la obligación, o su cumplimiento parcial, tardío o
defectuoso, obedece a culpa leve del deudor".
Sin embargo, es el artículo 1762º del C.C., dentro de las disposiciones generales de la prestación
de servicios, el que regula la prestación de servicios profesionales, entre ellos, la prestación de
servicios médicos, en donde, bajo un claro matiz proteccionista "in extremis" de los servicios
profesionales se indica que "... si la prestación de servicios implica la solución de asuntos
profesionales o de problemas técnicos de especial dificultad, el prestador de servicios no responde
por los daños y perjuicios, sino en caso de dolo o culpa inexcusable". Concordados ambos
artículos citados, nos encontraríamos ante una primera aproximación al problema de la
responsabilidad profesional en general en donde, para los servicios contractuales profesionales no
se aplicaría la presunción de responsabilidad por culpa leve, sino que, en tal caso, resultaría de
aplicación el texto expreso del artículo 1330º del C.C.: "la prueba del dolo o de la culpa inexcusable
corresponde al perjudicado por la inejecución de la obligación, o por su cumplimiento parcial, tardío
o defectuoso". Esto es que, tratándose de prestaciones profesionales y médicas en particular,
corresponde al acreedor-paciente, víctima de un daño, probar la culpa inexcusable o el dolo del
médico, para acceder a una indemnización.

Este razonamiento no puede ser aceptado bajo ningún punto de vista ni ético, ni legal, pues
implicaría consagrar lo que bien ha llamado VAZQUEZ FERREYRA ("Prueba de la Culpa Médica".
Págs. 103 y sgtes.) "la prueba diabólica": "... una de las primeras dificultades con las que se
encuentra el paciente o sus herederos -en caso de muerte de aquél- es que todo lo referente a la
culpa del médico se relaciona con prácticas y conocimientos científicos a los que mayormente
resulta extraño y no tiene acceso sino por medio de la consulta y colaboración de otros
profesionales, los que generalmente se mostrarán renuentes en dictaminar en contra de los
intereses de un colega ...", mientras que "... otro de los problemas a los que se enfrentan los
reclamantes es que la mayoría de las pruebas están en manos del profesional y es éste quien las
ha confeccionado. Así por ejemplo historias clínicas, estudios bioquímicos, radiológicos,
neurológicos, análisis, etc. ...". ¿Cómo entonces prueba el paciente, víctima de un daño, la culpa
inexcusable o el dolo del médico?

9.- Creemos por eso que, los Tribunales peruanos y, específicamente la Corte Suprema de la
República, debería introducir una interpretación restrictiva del art. 1762º C.C., en donde no sea
válido interpretar la disyunción "o" presente en dicho precepto legal como separación de supuestos
de aplicación de la responsabilidad privilegiada contenida en dicho artículo. Esto es que, no
debiera "leerse" el artículo 1762º del C.C., en el sentido que el prestador de servicios responde de
los daños y perjuicios que causa, sólo en el caso que medie dolo o culpa inexcusable, cuando:

a.- La prestación de servicios implica la solución de asuntos profesionales; y cuando

b.- La prestación de servicios implica la solución de problemas técnicos de especial dificultad.

Sino que, por el contrario, debiera interpretarse restrictivamente dicho precepto, entendiéndose que
el prestador de servicios no responde por los daños y perjuicios, sino en caso de dolo o culpa
inexcusable cuando: la prestación de servicios implica la solución de asuntos profesionales o de
problemas técnicos, de especial dificultad.

Esto es que, la limitación de la responsabilidad profesional y especialmente médica, sólo será


posible de invocarse en casos en donde el estado actual del conocimiento científico no permita
afirmar nada cierto en torno a una enfermedad o acto médico, por no existir experiencia al
respecto. En todos los demás casos debiera:

a.- Aceptarse la responsabilidad médica por culpa leve, siendo de aplicación al respecto el artículo
1320º del C.C. Aún cuando entendamos que el fundamento de toda responsabilidad se encuentra
realmente en la propia obligación incumplida y no en la culpa, recoger a ésta como factor atributivo
de responsabilidad en los servicios médicos puede socialmente explicarse en la decisión legislativa
de incentivar una actividad, como la médica, siempre proclive a la investigación, experimentación y
descubrimiento de avances técnicos. Si, por ejemplo, afirmáramos una responsabilidad
enteramente objetiva del médico, por el resultado comprometido en la obligación, se correría el
riesgo de desincentivar el progreso de la actividad médica de investigación.

Además, afirmar la responsabilidad general del profesional, incluído el médico, por culpa leve,
sujeto a una presunción legal de culpa "iuris tantum", creemos puede significar positivamente el
hecho de legislar acorde con la finalidad "tuitiva" de la responsabilidad. Es lo que bien ha llamado
ATILIO ANIBAL ALTERINI "la presunción legal de culpa como regla de "favor victimae"
("Responsabilidad por Daños. Homenaje a Jorge Bustamante Alsina". Págs. 195 y sgtes.)

b.- Aceptarse la responsabilidad médica objetiva en los casos en donde el avance técnico científico
de la medicina ha logrado dominar una enfermedad o una técnica de curación. Aquí, sí será posible
que el médico-cirujano "garantice" la cura del paciente como resultado, como excepción. (Por
ejemplo, una operación de apendicitis o amigdalitis). Al respecto, nos indica FRANZONI ("Dei Fatti
Illeciti". Págs. 138-139) que "... la casuística demuestra cómo, en las diversas actividades
profesionales, la individualización de un problema de particular complejidad sigue reglas no
siempre homogéneas. Sobre todo en el ámbito de la profesión médico-quirúrgica se asiste a una
elevación del nivel de responsabilidad del profesional, particularmente a partir del elemento de la
impericia, lo mismo que para el caso de las profesiones técnicas (ingeniería, arquitectura), no en
cambio en la profesión forense. Generalmente, sin embargo, existe una progresiva reducción del
ámbito de operatividad de la culpa grave en el ámbito de la responsabilidad por el ejercicio de
actividades profesionales, debida principalmente a la elevación del grado de pericia exigido en el
desarrollo de la profesión. Se afirma, aunque indirectamente, que han aumentado los medios de
divulgación de los resultados científicos y, más en general, de la casuística, de modo que es de
cargo del profesional el deber de ponerse al día. Esto significa que el standard valorativo del
comportamiento del profesional está en constante elevación, con la consecuencia que de errores
respecto a los cuales en el pasado se podía responder sólo por dolo o culpa grave, hoy se
responde según las reglas comunes. Ello, prescindiendo de la negada naturaleza de obligaciones
de medios reconocida a la actividad profesional en general ...".

De la misma manera, resultan importantes las afirmaciones que, sobre la posibilidad de aplicar a
los servicios médicos la responsabilidad objetiva por riesgo realiza ZANA ("Responsabilitá Medica
e Tutela del Paziente". Pág. 82) quien señala que, "... en particular, el régimen normativo previsto
para las "actividades peligrosas" se puede entender aplicable en sectores de intervenciones
médicas en la cuales el nivel de riesgo para el paciente resulte -ante un juicio "ex ante" sobre la
base de los conocimientos técnicos y de la experiencia desarrollada sobre la materia- superior a las
probabilidades de éxito favorables que razonablemente puedan asignarse al tipo de tratamiento ...".

10.- La resolución bajo comentario es, sin embargo, trascendente cuando afirma que "... el médico
anestesista debe responder por las consecuencias del acto profesional en el cual la impericia está
por encima del "riesgo quirúrgico" que no ha sido demostrado ...".

Es trascendente, en principio, porque parece recoger el principio de que no es necesaria la prueba


precisa de la culpa del médico para afirmar su responsabilidad, sino que es suficiente que la misma
se deduzca indubitablemente del comportamiento del médico (al cual parece aludir la resolución de
vista cuando recoge expresiones tales como "... se despreocuparon por la salud del paciente, con
muestras objetivas de indiferencia e inhumanidad ..." o, "... por el contrario, aparece un insólito
proceder que se trasluce en la culpa médica ..."). Este avance doctrinario de la teoría subjetiva es
resaltado, por ejemplo, por VAZQUEZ FERREYRA (Ob. Cit. Pág. 107), quien afirma que "... de
esta manera se busca evitar que el rigor de la carga de la prueba derive en la impunidad civil del
profesional y la consiguiente desprotección de la víctima ...".

Sin embargo, creemos como ZANA (Ob. Cit. Pág. 67) que "... el método de valuación de la culpa
deberá ponerse en sintonía con los criterios informantes de las diversas metodologías de
intervención en el campo médico; así como los contenidos de la diligencia deberán ser definidos
teniendo en cuenta las potenciales propuestas de las modernas tecnologías y de los riesgos
conexos: puesto que la actividad médica, si no está en grado de garantizar al paciente resultados
ciertos, puede, sin embargo, asegurarle un amplio grado de probabilidad de éxito favorable, o,
cuando menos, una serie de precauciones dirigidas a evitar (o, cuando menos, a reducir dentro de
límites aceptables) los daños conexos ...".

11.- En lo que atañe a la presunta responsabilidad solidaria de la Clínica en la cual trabajaba el


médico anestesista, dice la resolución bajo comentario que "... su responsabilidad solidaria se
extiende a los hechos realizados por sus colaboradores, sean médicos o personal auxiliar, por el
principio de la responsabilidad indirecta aplicada en materia contractual, propia de clínicas,
hospitales o centros asistenciales ...".

Incurre, en este aspecto la resolución de vista, en un error de grandes proporciones, toda vez que,
con arreglo a lo dispuesto por el art. 1183º C.C., la solidaridad no se presume y sólo puede surgir
de la ley o del título de la obligación. La responsabilidad indirecta contenida en el art. 1325º C.C.,
no instituye responsabilidad solidaria alguna: en este supuesto, existiría relación contractual entre
la clínica (deudora) y el paciente (acreedor), respondiendo aquélla por los hechos dolosos o
culposos de quien se vale para el cumplimiento de su obligación (médico anestesista).

En el caso sobre el cual se pronunció la resolución bajo comentario, existió una solicitud de
internamiento dirigida por el paciente a la Clínica, obrante a fojas ciento dieciseis, que sirvió de
base al Juez de Primera Instancia para aplicar el art. 1144º del C.C. de 1936 (equivalente al actual
art. 1981º C.C.; esto es, responsabilidad extracontractual), por lo que, en principio, la
responsabilidad de la Clínica debió ser contractual, más no así la del médico anestesista que, por
ser un tercero del que se valió la Clínica para cumplir con la obligación médica a su cargo, debió
responder, a título personal, por la vía extracontractual.

Responsabilidad contractual

La prestación de un servicio médico específico, tiene su origen no en una responsabilidad


extracontractual sino en una relación de naturaleza obligacional. La vigencia del derecho de acción
se fija en 10 años por tratarse de una acción personal.

Expediente 175-7/97

Sala Nº 1

Resolución Nº cuatro

Lima, diez de abril de mil novecientos noventisiete.

AUTOS Y VISTOS; interviniendo como Vocal Ponente el Señor Betancour Bossio; y,


ATENDIENDO: A que de conformidad con el artículo 370, segunda parte, del Código Procesal
Civil, cuando la apelación es de un auto la competencia del superior sólo alcanza a éste y a su
tramitación; a que de la exposición de los hechos contenidos en la demanda de fojas diecinueve,
así como, de aquellos en que se fundan las contestaciones de los demandados de fojas
sesentinueve y noventa, se advierte objetivamente que la materia sometida a discusión judicial
tiene su origen, no en una responsabilidad extracontractual, sino en una relación vinculatoria de
naturaleza obligacional, no escrita pero verosímilmente acreditada, para la prestación de un
servicio médico específico a favor de una paciente cuya situación ocupacional es la de religiosa
misionera; a que, siendo así, los efectos del contrato deben examinarse con arreglo a las normas
sustantivas contenidas en el Título IX de la Sección Segunda del Libro VI del Código civil y, en lo
referido a la vigencia del derecho de acción, por el artículo 2001, acápite 1 del mismo cuerpo
normativo, que fija en 10 años el término de la prescripción extintiva para la acción personal; en
consecuencia: REVOCARON el auto apelado contenido en el acta de fojas ciento veintidós y
siguientes, su fecha dieciséis de diciembre de mil novecientos noventiséis que declara fundada la
excepción de prescripción propuesta por la parte demandada; REFORMANDOLA , declararon
INFUNDADA la excepción de prescripción formulada; DISPUSIERON la continuación del proceso
según su estado; y los devolvieron; en los seguidos por Marie Paul Ross Desrosiers con Clínica
Internacional S.A. y otros, sobre Indemnización.-

SS.
AHON CASTAÑEDA
BETANCOUR BOSSIO
MEDEL HERRADA

Responsabilidad contractual

La responsabilidad contractual es aquella que proviene de la inejecución de obligaciones, dado que


entre el demandante y demandado existe un vínculo contractual. La prueba del dolo o de la culpa
inexcusable, corresponde al perjudicado por la inejecución de la obligación o por su incumplimiento
parcial, tardío o defectuoso.

Expediente 152-7-97

Sala Nº 1

Resolución Nº 9

Lima, dieciocho de agosto de mil novecientos noventisiete.

VISTOS ; interviniendo como ponente la señora Hidalgo Morán; por sus fundamentos pertinentes;
y, CONSIDERANDO: Primero.- Que analizados los autos se tiene que el fundamento central
pretendido es el logro de un monto indemnizatorio de parte de la emplazada quien causó un grave
perjuicio económico y moral a decir de la demandante al dejar sin efecto una adjudicación con el
agravante de cancelarles inmotivadamente su credencial de proveedores, con comunicación al
Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), lo que les ha impedido el ejercicio de sus
actividades, ascendiendo el monto de su petitorio a la suma de ONCE MILLONES SEISCIENTOS
CUARENTITRES MIL CUATROCIENTOS OCHO NUEVOS SOLES; de los cuales DIEZ
MILLONES de nuevos soles corresponden a su pretensión resarcitoria por el daño moral
producido; Segundo.- Que pese a la fundamentación legal enunciada en la demanda, es obvio que
en el presente caso nos hallamos frente a un cobro indemnizatorio cuyo origen no es
extracontractual como lo señala el juez, sino proviene de una inejecución de obligaciones; dado
que entre demandante y demandado existía un vínculo contractual cuya ruptura ha dado lugar al
presente reclamo; Tercero.- Que en tal sentido resulta de aplicación al caso el artículo 1330 del
Código Civil que prescribe que la prueba del dolo o de la culpa inexcusable corresponde al
perjudicado por la inejecución de la obligación, o por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso;
Cuarto.- Que el contrato que vinculó a las partes, se halla regido además de las normas
sustantivas civiles, por aquellas del Reglamento Unico de Adquisiciones (RUA) y de la Ley de
Seguridad Social, dada la calidad de uno de los contratantes; y como tal, sujeto a los dictámenes
que efectúe el Consejo de Vigilancia que conforme al artículo 14 de la Ley 24786 "Ley General del
Instituto Peruano de Seguridad Social" constituye el órgano máximo de fiscalización del Instituto
Peruano de Seguridad Social; que a mayor abundamiento es pertinente señalar que conforme al
artículo 16 del cuerpo legal antes citado los procedimientos del Consejo de Vigilancia son de
obligatorio cumplimiento; Quinto.- Que en tal virtud se tiene, que el documento de fojas
cincuenticuatro acredita que la Gerencia Zonal Callao y Cono Norte a través de la Oficina de Apoyo
y Gestión, División de Logística y Servicios, comunicó a la demandante con fecha dos de febrero
de mil novecientos noventicuatro su unánime decisión de otorgarle la buena pro respecto de la
Adjudicación Directa 01-94-IPSS-GZCCN, y por el lapso de diez meses (febrero/noviembre);
Sexto.- Que luego de tal comunicación y sin su formalización, por oficio de fojas sesentiuno, de
fecha trece de abril de mil novecientos noventicuatro se acordó dejar sin efecto dicha adjudicación
directa en atención justamente a los informes emitidos por el Consejo de Vigilacia de la Institución
aseguradora; mandato que fluye del acta de fojas setentidós; que asimismo se inhabilitó al
demandante por el período de dos años como fluye del escrito de fojas sesentiocho; Sétimo.- Que
frente a estas resoluciones el demandante ejercitó a plenitud sus derechos impugnatorios en la vía
administrativa sin lograr su cometido, por lo que acudió a la vía judicial mediante un acción de
amparo cuya medida cautelar le fue denegada en la instancia superior y el principal fue objeto de
expreso desistimiento por el accionante, bajo el argumento de encontrarse en vías de solución de
sus problemas, tal como fluye de la instrumental de fojas ciento cincuentisiete; Octavo.- Que
efectivamente, aparece de la instrumental de fojas ciento quince que se adoptó el acuerdo número
4-40-CV-IPSS.94 por el cual se procedieron a revisar los informes 026 y 033-AFSO-CV-IPSS-94;
Noveno.- Que de las instrumentales presentadas por la demandada consistente en la parte
pertinente del Informe número 015-95-IPSS-IG-OCF fluye que el mismo arribó a las mismas
conclusiones ya anotadas, por lo dispuesto en el inciso e) del artículo 3.3.11 del Reglamento Unico
de Adquisiciones (RUA) en tanto se ha considerado que no se ha cumplido disposiciones legales;
Décimo.- Que por ende, no se puede concluir que la demandada deliberadamente y sin sustento
hubiera incurrido en dolo entendiéndose como tal la intención de no cumplir su obligación, ni
tampoco que hubiera actuado con negligencia grave en el cumplimiento de sus obligaciones; no
incurriendo por tanto en lo dispuesto por los Artículos 1318 y 1319 del Código Civil; Décimo
Primero.- Que, de otro lado, tampoco se ha probado en autos la producción del daño moral
reclamado que constituye un daño no patrimonial inferido por su naturaleza, en derechos de la
personalidad o en valores que pertenecen al campo de la afectividad; Décimo Segundo.- Que en
cuanto a la reconvención demandada, se tiene que los conceptos reclamados por incumplimiento
de obligaciones contractuales y pago indebido, tampoco han sido suficientemente probadas puesto
que el informe que así concluye es insuficiente a efecto de disponerlo, y en cuanto a la
indemnización reclamada, tampoco procede pues la demanda instaurada es la materialización del
derecho a la tutela jurisdiccional efectiva de la que nos hallamos premunidos los justiciables, y
como tal el ejercicio regular de un derecho por tales fundamentos y de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 200 del Código Procesal Civil; CONFIRMARON la sentencia de fojas
cuatrocientos treintitrés, su fecha cuatro de noviembre de mil novecientos noventiséis que declara
infundada la reconvención formulada por la entidad demandada en su escrito de fojas trescientos
sesentisiete a trescientos noventiuno; la REVOCARON en cuanto declara fundada en parte la
demanda de fojas ciento treintiuno a ciento cuarentitrés; REFORMANDOLA la declararon
INFUNDADA; con costas y costos; y los devolvieron; en los seguidos por Asesores en Desarrollo
de Sistemas Administrativos con Instituto Peruano de Seguridad Social, sobre indemnización por
daños y perjuicios.

S.S.
HIDALGO MORAN
AGUIRRE SALINAS
BRAITHWAITE GONZALES

Responsabilidad contractual: daños y perjuicios (A)

1) Sólo es válido el pago que se efectúe al acreedor o al designado por el juez, por la ley o por el
propio acreedor.
2) La transacción tiene por objeto evitar un pleito o finalizar el que está iniciado.

Expediente . 1080-94

LIMA

Lima, doce de junio de mil novecientos noventicinco.

VISTOS; con los acompañados; y CONSIDERANDO: que la demanda de fojas tres pretende el
pago de seis millones quinientos mil dólares americanos por el daño y perjuicio económico
emergente y lucro cesante y por los daños en el prestigio profesional y moral derivado de los
siguientes hechos según la actora: a) en el cumplimiento de sus obligaciones convenidas en el
contrato de prestación de servicios profesionales de ingeniería para la elaboración del proyecto
ejecutivo y supervisión de las obras del proyecto central hidroeléctrico Charcani V y de
administración de este contrato, celebrado el veinticinco de junio de mil novecientos ochentiuno,
ante el notario doctor Abraham Velarde Alvarez tripartitamente por: ElectroPerú (propietaria de la
obra), ELC Electroconsult S.P.A. (Consultora) y ELC Electroconsult Internacional Sociedad
Anónima (demandante, administradora y responsable técnico profesional financiera y económica
del contrato); b) por la resolución unilateral del contrato referido, sin causal técnica ni profesional
que amerite su decisión y c) en la transacción unilateral que celebró la demandada con ELC
Elecroconsult S.P.A. pretiriendo los derechos de la actora y consiguiendo transigir una deuda por la
mitad de su monto real, desacatando mandatos judiciales de embargo e impidiendo
maliciosamente el resarcimiento de las inversiones efectuadas por la actora en la ejecución del
contrato. Que para dilucidar el punto a) antes referido es necesario el análisis del contrato de
prestación de servicios profesionales de ingeniería, a que se refiere la demanda, que en copia
simple consta de fojas treintitrés a fojas cuarentinueve y en fotocopia legalizada notarialmente de
fojas trescientos sesentiocho a fojas cuatrocientos uno; que el contrato fue el resultado de un
concurso público internacional en que la buena pro correspondió a la firma ELC Electroconsult
S.P.A. y en el que no participó la demandante y donde se define al consultor, como el encargado
de elaborar el proyecto ejecutivo de las obras civiles y la supervisión de las obras que comprende
el proyecto central hidroeléctrico Charcani V y a ElectroPerú como la propietaria de la obra, y en el
acápite segundo punto octavo se define el contrato como "El conjunto de documentos que
constituyen el acuerdo contractual entre las partes a ser suscritos entre el propietario y el consultor
para prestar los servicios indicados en la cláusula sexta que garantizarán el buen y oportuno
funcionamiento de las obras", que por ello se ha tratado de un contrato bipartito entre ElectroPerú y
ELC Electroconsult S.P.A. y no tripartito como sostiene la actora, lo que se encuentra ratificado con
la suscripción de la escritura, por las dos partes intervinientes en el Convenio y no por la
demandante; que en el punto cuatro del contrato se señaló que la Consultora asumía la
responsabilidad total del mismo tal como se especificó en la oferta y que la administración estaría a
cargo de ELC Electroconsult Internacional, Sociedad Anónima, o sea la demandante, pero
aclarándose en el punto nueve punto cinco que dicha administración se efectuaría sin costo
adicional alguno para ElectroPerú; que, en consecuencia, habiéndose celebrado el convenio entre
la Propietaria y la consultora, quien asumía la responsabilidad total del contrato, la administración
que debía efectuar la demandante era por cuenta y costo de dicha consultora y no de Electroperú,
lo que no puede quedar desvirtuado por el acápite décimo tercero del contrato en que se convino
que los pagos al consultor por los servicios prestados se harán a cargo de los recursos financieros
del consultor, cuyo monto sería utilizado exclusivamente para el pago de las facturas que ELC
Electroconsult Internacional Sociedad Anónima, debía presentar a ElectroPerú bajo este concepto
y/o para el pago de otros servicios, encargos adicionales, facilidades relacionados con el Proyecto
Charcani V según acuerden las partes, porque este aspecto de la convención debe interpretarse
como la facultad que como administradora gozaba la actora, pero que le era otorgada por la
consultora, quien tenía derecho al pago; que la circunstancia de que ElectroPerú haya aceptado a
la demandante como administradora del contrato, tampoco varía lo anteriormente expuesto, porque
era sin costo adicional para ella y porque se encontraba especificado que la responsabilidad total
de la obra correspondía a la Consultora, con quien había celebrado el contrato. Que cuando se
produce el incumplimiento en los pagos del contrato por ElectroPerú, quien interpone la demanda
judicial para el pago de las facturas adeudadas e intereses es ELC Electroconsult S.P.A., o sea la
consultora, quien obtiene sentencia favorable ante el Poder Judicial, por ejecutoria de fojas
doscientos ochenticinco del expediente acompañado, por lo que no puede dudarse que la
acreedora en esta obligación era la Consultora, responsable del contrato y victoriosa y beneficiada
con la sentencia que ordenaba el pago en favor de ella, por lo que era aplicable el artículo mil
doscientos veinticuatro del Código Civil vigente(1), lo que determinaba que ElectroPerú sólo podía
hacer el pago al acreedor, que además era el designado por el Juez, es decir la consultora; que al
efectuarse dicho pago además en virtud de la transacción celebrada entre la consultora y la
propietaria de la obra, para la ejecución del mismo, la demandante no puede reclamar daños y
perjuicios, porque el abono se ha hecho al acreedor y a quien el Poder Judicial determinó que
había que pagar; que siendo dos las partes contratantes y no habiéndose celebrado el convenio
con la demandante, ella no puede reclamar daños y perjuicios derivados del cumplimiento o
incumplimiento de dicho convenio. Que el acápite b) de la demanda, tampoco puede prosperar,
porque si la Consultora con quien se celebró el contrato aceptó la resolución unilateral del mismo
por ElectroPerú y convino en ella y no ha formulado ningún reclamo sobre el particular, un tercero
como la demandante, no puede sustituir a las partes contratantes, que están de acuerdo en la
resolución del contrato y exigir daños y perjuicios por tal hecho y menos reclamar solamente a una
de ellas por el daño y perjuicio que se le originó por la resolución del contrato y más aún cuando no
acciona contra la parte por cuya cuenta y costo actuaba como administradora en el convenio. Que
en cuanto al punto c) de la demanda, la transacción que celebraron las partes contratantes fue
para la ejecución del fallo expedido en el juicio seguido por la Consultora contra la propietaria, es
decir entre las partes litigantes, en cuyo juicio no intervino la demandante y se refiere a los pagos
que tenía que hacer ElectroPerú a quien le venció en el juicio, lo que no puede originar el pago de
daños y perjuicios para este tercero y de acuerdo con el artículo mil trescientos dos del Código
Civil(2) la transacción tiene por objeto evitar un pleito o finalizar el que está iniciado, pero no puede
dar lugar a un nuevo conflicto judicial por un tercero, derivado de la propia transacción; que los
documentos presentados en segunda instancias, no alteran los considerandos y conclusiones que
anteceden: declararon HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas mil cuatrocientos
ochentiseis, su fecha veintisiete de junio de mil novecientos noventicuatro, que confirmando la
apelada, de fojas seiscientos treintidós, de primero de diciembre de mil novecientos noventitrés,
declara fundada la demanda y ordena que ElectroPerú pague a la demandante por concepto de
daño emergente la cantidad de dos millones setecientos cincuenticinco mil setecientos catorce
dólares con setenticinco centavos, más el costo de mantenimiento de la contra-garantía por
quinientos mil dólares americanos ante la Banca de la Svizzera Italiana y las Cartas Fianzas
Bancarias ante el Banco Popular del Perú por ciento noventa mil dólares americanos desde el
veinticinco de julio de mil novecientos ochentiseis hasta la fecha de pago, costos que se liquidarán
por peritos en ejecución de sentencia; por concepto de lucro cesante los intereses legales
correspondientes a las cantidades anotadas, la primera de dos millones setecientos cincuenticinco
mil setecientos catorce dólares con sesenticinco centavos, y por concepto de daño moral,
profesional y empresarial la suma de un millón de dólares, con lo demás que contiene;
REFORMANDO la primera y REVOCANDO la segunda; declararon INFUNDADA en todos sus
extremos la demanda de fojas tres; en los seguidos por ELC Electroconsult Internacional Sociedad
Anónima con la Empresa Pública de Electricidad del Perú "Electroperú" sobre pago de dólares; y
los devolvieron.-

SS. RONCALLA, ROMAN, REYES, VASQUEZ, ECHEVARRIA

Se publicó conforme a Ley,

Dra. MARIA JULIA PISCONTI D., Secretaria (E), Sala Civil, Corte Suprema de la República

Responsabilidad contractual: depósito, guardianía y varadero

La presente jurisprudencia sugiere que una vez vencido el plazo del contrato de depósito de
embarcaciones marítimas y en caso éstas no fueran retiradas del lugar por su propietario, no se
produce una prórroga del depósito sino una relación jurídica de guardianía. La determinación del
monto por este último concepto se debe establecer por peritos y teniendo en cuenta los usos del
lugar o de varaderos vecinos así como el valor y ubicación de los bienes.

Expediente 846-95

Arequipa

Lima, veinte de mayo de mil novecientos noventiséis.


VISTOS: con los acompañados: por sus fundamentos pertinentes: y CONSIDERANDO: que de
acuerdo con el acta de reconocimiento de obligación de diez de diciembre de mil novecientos
ochentidos celebrada entre las partes, cuya copia corre a fojas once, el depósito concluyó el
treintiuno de diciembre de dicho año, porque la demandada se comprometió a retirar todos los
activos fijos que no fueran utilizados por la demandante a más tardar el treintiuno de diciembre de
mil novecientos ochentidos; que al no ser retirados parte de dichos activos ya no existía depósito
respecto de las embarcaciones "Enso Luz" y chata "Coco"; que en cuanto a la embarcación
"Gloucester" que fue entregada a la demandante en noviembre de mil novecientos ochentitrés,
para su reparación, que no llegó a efectuarse, tampoco existe depósito porque no se encontraba
entre los activos fijos que quedaron en poder de la demandante, sino se dejó para reparación, que
en lo referente a las estadías, se le define como cada uno de los días que transcurren después del
plazo estipulado para la carga o descarga de un buque, lo que da derecho a una indemnización,
pero en este caso no se da esta figura jurídica, porque las dos primeras embarcaciones se
encontraban en el varadero de la demandante cuando lo adquirieron y la tercera fue dejada en
reparación, por lo que no se trata de plazos para la carga o descarga de buques, lo que determina
que no puede ampararse este extremo de la demanda; que en cambio los conceptos de guardianía
y de varadero sí son de cargo de la demandada, porque encontrándose las embarcaciones en el
varadero se ha tenido que prestar los servicios de guardianía y encontrándose las embarcaciones
varadas en el local de la actora tiene el derecho de exigir el pago; que para los efectos de la
guardianía y del varadero hay que tener en consideración que para las embarcaciones "Enso Luz"
y chata "Coco", los correspondientes derechos deben abonarse a partir del primero de enero de mil
novecientos ochentitrés, fecha en que terminó el depósito y para la "Gloucester" a partir del primero
de diciembre de mil novecientos ochentitrés, por haber sido entregada a reparación al final de
noviembre de mil novecientos noventitrés: que no existe en autos, ningún elemento de juicio que
permita establecer el monto de los derechos de guardianía y varadero a cobrarse y más aún
teniendo en cuenta que de acuerdo al acta de inspección ocular de fojas ciento setentinueve, se ha
comprobado que ninguna de estas embarcaciones impiden el normal desenvolvimiento del
varadero Atico y que los activos fijos que se encuentran en el mencionado varadero son una chata
de madera en estado de abandono e inservible, una embarcación de madera, la cual es sólo un
casco inservible y un remolcador inoperativo deshuesado o restos de abandono, por lo que los
montos a pagarse por estos conceptos deben regularse por el Juez en ejecución de sentencia, con
intervención de peritos, teniendo en cuenta los usos del lugar o de varaderos vecinos, el valor de
las embarcaciones de acuerdo a su estado constatado en la inspección ocular antes referida y que
ellas no impiden el normal desenvolvimiento del varadero: declararon HABER NULIDAD en la
sentencia de vista de fojas, trescientos noventiocho, su fecha veinticinco de julio de mil novecientos
noventicinco, en cuanto confirmando la de primera instancia de fojas doscientos dieciséis, su fecha
veintidós de setiembre de mil novecientos, noventidós, declara fundada en parte la demanda y
ampliación de fojas dos y cincuentisiete por cobro de derecho de estadía y en cuanto dispone que
el pago por este concepto se regule por el Juez en ejecución de sentencia, con intervención de
peritos y, REFORMANDOLA declararon INFUNDADO este extremo de la demanda y su
ampliación; declararon NO HABER NULIDAD en la propia resolución, en cuanto declara FUNDADA
la demanda en los extremos referidos a los derechos de guardianía y varadero y, en consecuencia
dispone que el monto a pagar por estos conceptos se regule por el Juez en ejecución de sentencia,
con intervención de peritos, teniendo en cuenta los usos del lugar o de varaderos vecinos y el valor
y la ubicación de los bienes, de acuerdo a los considerandos de este fallo, así como estos
derechos se consideren devengados para las embarcaciones "Ensoluz" y chata "Coco" a partir del
primero de enero de mil novecientos ochentitrés y para la embarcación "Gloucester", a partir del
primero de diciembre del mismo año; con lo demás que contiene; en los seguidos por Varadero
Atico Sociedad Anónima representada por Rafael Vizcarra Machicao con Empresa Pesca-Perú
Sociedad Anónima sobre pago soles; y los devovieron.

Responsabilidad contractual: procedencia de la indemnización


En la responsabilidad civil derivada de las obligaciones contractuales, para que exista daño
contractual resarcible no basta que se incumpla la obligación y que el incumplimiento sea
imputable al deudor, sino que dicho incumplimiento produzca perjuicio a quien lo alega.

Expediente 639-95

Lima, veinticinco de marzo de mil novecientos noventiséis.

VISTOS; con el acompañado; por sus fundamentos pertinentes; y CONSIDERANDO: que, en el


caso de autos se ha demandado el pago de una indemnización de daños y perjuicios por
responsabilidad extracontractual, originada por la inejecución de una obligación que difiere de la
responsabilidad extracontractual puntualizada en el artículo mil novecientos sesentinueve del
Código Civil cuyo monto indemnizatorio devenga un interés legal desde la fecha en que se produjo
el daño y que no es de aplicación en el caso de autos; que, para que haya daño contractual
resarcible no basta que se incumpla la obligación y que el incumplimiento sea imputable al deudor,
sino que el incumplimiento produzca perjuicio a quien lo alega, lo que no se ha probado en autos:
declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas trescientos veintiuno, su fecha
veinticuatro de mayo de mil novecientos noventicinco, que confirmando en un extremo y revocando
en otro la apelada de fojas doscientos sesenticinco, su fecha trece de enero del propio año declara
INFUNDADA la demanda en todas sus partes; sin costas; con lo demás que contiene y es materia
de grado; condenaron n las costas del recurso a la parte que lo interpuso; en los seguidos por
Instituto Superior Pedagógico No Estatal "Víctor Andrés Belaunde" con don Manuel Alcides Llanos
Escudero, sobre indemnización y otros conceptos; y los devolvieron.

SS. GIUSTI, ROMAN, VASQUEZ, ECHEVARRIA, SAPONARA

Responsabilidad contractual: requisitos del daño (A)

Para que haya daño contractual resarcible no basta que se incumpla la obligación y que el
incumplimiento sea imputable al deudor, sino que es necesario que dicho incumplimiento produzca
un perjuicio a quien lo alega y éste sea probado; salvo que se trate de obligaciones de dar sumar
de dinero.

Expediente 1026-95

LIMA

Lima, diecinueve de julio de mil novecientos noventiséis.

VISTOS; por sus fundamentos; y CONSIDERANDO además: que, conforme es de apreciarse del
otrosí del escrito de fojas cuarentiocho se demanda en vía reconvencional, el reembolso de ciento
treintiséis mil cuatrocientos veintiuno dólares con cuarenta céntimos, y la suma de un millón
catorce mil novecientos veinte soles con once centavos por concepto de daños y perjuicios por
incumplimiento, esto es, por responsabilidad contractual originada por la inejecución de una
obligación; que se refiere al artículo mil trescientos veintiuno del Código Civil(1) ; que sin embargo
para que haya daño contractual resarcible no basta que se incumpla la obligación y que el
incumplimiento sea imputable al deudor, sino que es necesario que el incumplimiento produzca un
perjuicio a quien lo alega, situación que no se ha probado en autos conforme lo dispone el artículo
mil trescientos veintiuno del Código Civil citado; que siendo esto así, no resulta amparar el extremo
de la reconvención sobre indemnización por daños y perjuicios ni el extremo relativo al reembolso;
que, por las razones expuestas y en aplicación del artículo trescientos treintisiete y su concordado
artículo trescientos treintiocho del Código de Procedimientos Civiles: declararon NO HABER
NULIDAD en la sentencia de vista de fojas quinientos noventa, su fecha diecinueve de setiembre
de mil novecientos noventicinco, en la parte materia del recurso que confirmando la apelada de
fojas quinientos cincuentidos, su fecha siete de diciembre de mil novecientos noventicuatro, declara
INFUNDADA reconvención formulada en el otrosí del escrito de fojas cuarentiocho e inserta a fojas
cincuentidos; sin costas: condenaron en las costas del recurso y multa de ley a la parte que lo
interpuso; en los seguidos por APIN Sociedad Anónima con Siderperú Sociedad Anónima, sobre
resolución de contrato; y los devolvieron.

S.S.
RONCALLA
ROMAN
REYES
VASQUEZ
ECHEVARRIA

Responsabilidad civil: negligencia en el objetivo trazado

Adquiere responsabilidad civil la parte negligente, que no ha efectuado las gestiones suficientes
para el logro del objetivo trazado por los contratantes.

Expediente 2984-97

Sala Nº 3

Lima, treinta de marzo de mil novecientos noventiocho.

VISTOS; interviniendo como ponente el señor Quirós Amayo; y CONSIDERANDOPrimero.- Que la


demandada se comprometió, a actuar a nombre de la demandante a gestionar y realizar todos los
actos necesarios, con la finalidad de obtener la financiación para la acreditación del Proyecto del
Complejo Comercial "Veintiocho de Julio", como se ve de la cláusula sétima del contrato corriente
en fotocopia de fojas seis a fojas nueve: Segundo.- Que en autos no existe prueba, salvo algunos
hechos aceptados en su declaración de parte por la actora a fojas ciento sesenticinco que la
demandada hubiera efectuado las gestiones suficientes para lograr el objetivo trazado por ambas
partes contratantes: Tercero.- Que en consecuencia, la demandada ha incurrido en negligencia, la
misma que acarrea responsabilidad civil de conformidad con los artículos mil trescientos diecinueve
y mil trescientos veintiuno del Código Civil; Cuarto.- Que en el presente caso, además se ha
resuelto el contrato de conformidad con el artículo mil cuatrocientos veintinueve del mismo texto,
como se verifica con el mérito de las cartas notariales de fojas veinticinco y fojas veintiséis, y en tal
virtud el deudor queda a cargo de la indemnización, la que debe graduarse prudencialmente con la
facultad del numeral mil trescientos treintidós del acotado; por estos fundamentos de orden legal;
REVOCARON la resolución apelada de fojas ciento setentiséis, su fecha veintiséis de agosto de
mil novecientos noventisiete; REFORMÁNDOLA: declararon FUNDADA en parte la demanda de
fojas setentisiete a noventiuno; en consecuencia, fijaron en cinco mil nuevos soles el monto de la
indemnización que abonará la demandada a la actora; y los devolvieron; en los seguidos por
Cooperativa de Servicios Especiales La Victoria Limitada con Sifuentes Ibarra Ingenieros Sociedad
de Responsabilidad Limitada, sobre indemnización.

SS. QUIROS AMAYO / ALVAREZ GUILLEN / PALACIOS TEJADA

Responsabilidad Contractual: Falta de probanza de la existencia de los daños y perjuicios y de la


imposibilidad de probar el monto del daño: inviabilidad de estimación prudencial del daño

«... No habiendo probado la existencia de los daños y perjuicios reclamados, ni que el


resarcimiento del daño no pudiera ser probado en su monto preciso, no cabe ni siquiera estimarlos
prudencial-
mente...»
EXPEDIENTE : 194 - 96.

Lima, treintiún de mayo de


mil novecientos noventiséis.-

VISTOS: Interviniendo como Vocal Ponente el Señor Quirós Amayo; por sus fundamentos
pertinentes; y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que si bien el artículo mil cuatrocientos veintiocho del
Código Civil, faculta solicitar una indemnización por daños y perjuicios, cuando alguno de los
contratantes falta al cumplimiento de su prestación, sin embargo, es necesario acreditarlos y en el
curso del proceso no hay ninguna prueba actuada por el actor que demuestre haberlos sufrido;
SEGUNDO: Que, en consecuencia, no habiendo probado la existencia de los daños y perjuicios
reclamados, ni que el resarcimiento del daño no pudiera ser probado en su monto preciso, no cabe
ni siquiera estimarlos prudencialmente, como ocurriría en la hipótesis contraria de acuerdo a la
regla del artículo mil trescientos treintidós del acotado; TERCERO: Que la prueba de los daños y
perjuicios y de su cuantía corresponde al perjudicado, cuando se produce la inejecución de la
obligación, o por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso, por aplicación de la norma del
artículo mil trescientos treintiuno del mismo texto; CUARTO: Que no cabe amparar el pago de uso
del bien, por cuanto, el demandante, ha recibido un dinero que lo ha usado sin abonar interés;
QUINTO: Que los documentos de fojas cincuentiocho a setentiuno, no se ha tomado en cuenta al
no haber sido admitidos por resolución de fojas setenticinco; CONFIRMARON la sentencia apelada
de fojas noventidós a noventiséis, su fecha veintisiete de noviembre de mil novecientos
noventicinco, en cuanto declara fundada en parte la demanda de fojas veinte, subsanada a fojas
veintisiete, y en consecuencia, resuelto el contrato de compromiso de compraventa celebrado entre
las partes el seis de julio de mil novecientos noventidós; y que el demandado restituya al
demandante el inmueble ubicado en la Avenida Canadá mil treinta-Urbanización Santa Catalina,
distrito de La Victoria; la REVOCARON en cuanto ordena que don Wilfredo Díaz Marín abone a
don Víctor La Rosa Manco por concepto de uso del bien y por indemnización la suma de ocho mil
dólares americanos, más intereses legales a partir de la interposición de la demanda; y que el
demandante devuelva al demandado la suma recibida a cuenta del precio previa deducción del
monto indemnizatorio; REFORMANDOLA, en estos puntos, declararon INFUNDADA la demanda
de daños y perjuicios y pago por uso del bien, en consecuencia, que el actor devuelva al
demandado la suma de trece mil dólares, con intereses a partir de la notificación de esta
resolución; sin costas ni costos; asimismo: REVOCARON la resolución apelada en el extremo que
declara infundada la reconvención interpuesta a fojas treintisiete; REFORMANDOLA, la declararon
FUNDADA en el punto que solicita la devolución de la suma de trece mil dólares americanos; la
CONFIRMARON en lo demás que contiene; y los devolvieron. En los seguidos por don Víctor La
Rosa Manco con don Wilfredo Díaz Marín sobre resolución de contrato.- Señores: QUIROS
AMAYO / UMPIRE NOGALES / MANSILLA NOVELLA.

Responsabilidad Contractual: Nulidad de sentencia por Determinación subjetiva del monto


indemnizatorio y no basada en prueba alguna

«... El Juez ha señalado el monto de la indemnización en forma subjetiva sin prueba alguna que
acredite el daño y su cuantía, obviando que en su calidad de director del proceso puede hacer uso
de la facultad que le confiere el Artículo ciento noventicuatro del Código Procesal Civil para actuar
pruebas de oficio cuando las ofrecidas por las partes son insuficientes para formar convicción.
Siendo esto así, y como la Sala Casatoria no puede valorar medios probatorios, menos ordenar la
actuación de los mismos la sentencia apelada no puede subsistir...»

CASACION Nro. : 692 - 99 / CALLAO.

Lima, veintitrés de julio de mil novecientos noventinueve.


LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA:
Vista la causa número seiscientos noventidós-noventinueve; en Audiencia Pública de la fecha; y
producida la votación con arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia:

MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por Diseños Especiales DIESA Sociedad Anónima,
mediante escrito de fojas trescientos setentiséis, contra la resolución de vista de fojas trescientos
cuarenta, su fecha veintiuno de setiembre de mil novecientos noventiocho, que revoca la apelada
de fojas doscientos ochentitrés, su fecha cuatro de mayo del año próximo pasado, que declara
fundadas las pretensiones de resolución de contratos e indemnización de daños y perjuicios
reformándola declara infundadas las pretensiones principales de resolución de contratos y la
accesoria de indemnización de daños y perjuicios, confirmándola en lo demás que contiene.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

La Corte mediante resolución del veinte de abril del presenta año ha estimado procedente el
recurso por la causal contenida en el inciso primero del Artículo trescientos ochentiséis del Código
Adjetivo, fijando como materia casatoria establecer cuál es la correcta interpretación de los
Artículos mil doscientos veinte y mil doscientos veintiuno del Código Civil.

CONSIDERANDO:

Primero.- Que, es menester precisar que la sentencia impugnada distingue en su motivación dos
pretensiones principales, la primera referida a la resolución del Contrato número cero veintinueve-
ochentinueve y la segunda a la resolución del Contrato número cero treinta-ochentinueve.

Segundo.- Que, en lo concerniente al primer contrato sostiene que si bien la demandada no


cumplió con el pago en la forma pactada en el «Acta de Entendimiento», pues entregó sumas
distintas en fechas distintas a las acordadas, la demandante las recibió sin hacer reserva alguna,
por lo que resulta aplicable el Artículo mil doscientos veintiuno, primer párrafo del Código Civil, el
cual contiene una consecuencia del principio de integridad del pago consagrado en el Artículo mil
doscientos veinte del mismo Código.

Tercero.- Que, la impugnada -sobre la base la interpretación del Artículo mil doscientos veintiuno
del Código Civil- sostiene que al existir consentimiento entre el acreedor y el deudor respecto al
pago parcial, dicho consentimiento consiste entonces en un contrato modificatorio del primero en
cuanto al pago o cumplimiento de la prestación.

Cuarto.- Que, de la interpretación antes anotada la Sala concluye que el pago parcial recibido por
la recurrente equivale a un pago total, con lo que se cumple el principio de integridad del pago y
que, en consecuencia, el Contrato número cero veintinueve-ochentinueve se extinguió y ya no se
puede solicitar resolución judicial del mismo.

Quinto.- Que, al respecto, el Artículo mil doscientos veintiuno del Código Civil consagra una regla
general aplicable al caso sub litis en el que sólo existe un acreedor y un deudor y es que el pago
tiene la condición de indivisible, aún cuando la prestación sea divisible. Como excepción la norma
propone los casos en que la Ley o el contrato autoricen pagos parciales o cuando la deuda tuviese
una parte líquida y otra ilíquida.

Sexto.- Que, en el primer párrafo del Artículo mil doscientos veintiuno del Código Civil contiene una
norma referida a la prohibición de compeler al acreedor a recibir parcialmente la prestación. En
este caso, no es punto controvertido sino más bien hecho establecido en la impugnada que el
recurrente -acreedor no ha sido compelido a aceptar los pagos parciales de la demandada, sino
que tal recepción fue voluntaria.
Sétimo.- Que, es precisamente sobre la base de tal elemento -la voluntad- que la Sala colige que
existió un nuevo contrato modificatorio del primero y que los pagos parciales equivalen a un pago
total que ha extinguido el Contrato número cero veintinueve-ochentinueve por lo que no cabe
reclamar judicialmente su resolución.

Octavo.- Que, sin embargo, tal interpretación resulta errada pues no fluye del texto del Artículo mil
doscientos veintiuno del Código Sustantivo y, por el contrario, violenta el sentido del Artículo mil
doscientos veinte del mismo Cuerpo Legal que fija como principio que el pago se entiende
efectuado sólo cuando se ha ejecutado íntegramente la prestación, lo cual no ha ocurrido en este
caso tal como ha sido establecido en el décimo sexto considerando de la impugnada.

Noveno.- Que, respecto al segundo contrato, la impugnada ha declarado infundada la pretensión


de resolución con base en que el mismo ha había sido resuelto extrajudicialmente por la
demandada, quien hizo uso de la cláusula resolutoria expresa, tal como consta de la carta notarial
de fojas cuarentinueve. Al respecto, para expedir el fallo en este extremo la sentencia de vista no
se apoya en los Artículos mil doscientos veinte ni mil doscientos veintiuno del Código Civil, razón
por la cual el recurso no puede ampararse en este extremo.

Décimo.- Que, por otro lado, el Juez ha señalado el monto de la indemnización en forma subjetiva
sin prueba alguna que acredite el daño y su cuantía, obviando que en su calidad de director del
proceso puede hacer uso de la facultad que le confiere el Artículo ciento noventicuatro del Código
Procesal Civil para actuar pruebas de oficio cuando las ofrecidas por las partes son insuficientes
para formar convicción. Siendo esto así, y como la Sala Casatoria no puede valorar medios
probatorios, menos ordenar la actuación de los mismos la sentencia apelada no puede subsistir:
declarando FUNDADO el Recurso de Casación interpuesto por Diseños Especiales Sociedad
Anónima DIESA fojas trescientos setentiséis; en consecuencia; NULA la resolución vista de fojas
trescientos cuarenta, su fecha veintiuno de setiembre de mil novecientos noventiocho;
INSUBSISTENTE la apelada de fojas doscientos ochentitrés, su fecha cuatro de mayo del mismo
año; DISPUSIERON que el Juez de la causa proceda con arreglo a Ley; ORDENARON se
publique la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano, en los seguidos por Diseños
Especiales Sociedad Anónima DIESA contra la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación
Comercial - CORPAC Sociedad Anónima sobre resolución de contrato, y los devolvieron.

SS. ORTIZ B.; SANCHEZ PALACIOS P.; ECHEVARRIA A.; CASTILLO


LA ROSA S.; ALVA S.

Responsabilidad Contractual: Obligación de pagar intereses por inejecución de obligaciones


derivadas de contrato de cuenta corriente: inexigibilidad de probar el daño al acreedor

«... La obligación de pagar intereses por inejecución de las obligaciones derivadas del contrato de
cuenta corriente tiene su amparo en los Artículos mil trescientos veintiuno y mil trescientos
veinticuatro del Código Sustantivo, estableciéndose en la última de las normas citadas que el
derecho a su cobro se ejercer (sic) sin necesidad que el acreedor pruebe haber sufrido dado
alguno. (...) Que, en ese sentido, carece de asidero la afirmación hecha por la recurrente en el
sentido que el (sic -léase al-) no haberse comprobado la existencia de daños, no es procedente el
pago de los intereses ordenado en la sentencia».

CASACION Nro. : 577 - 99 / LIMA.

Lima, cuatro de octubre de mil novecientos noventinueve.

La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, vista la causa número
quinientos setentisiete - noventinueve en audiencia pública de la fecha y producida la votación con
arreglo a ley, emite la siguiente sentencia:
1. MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por el Banco Wiese Limitado mediante escrito de
fojas quinientos treintiuno, contra la sentencia de vista de fojas quinientos veintitrés, su fecha diez
de diciembre de mil novecientos noventiocho, expedida por la Sala de Procesos Abreviados y de
Conocimiento de la Corte Superior de Justicia de Lima, que confirma en parte la sentencia apelada
de fojas trescientos noventisiete, su fecha quince de junio del mismo año, en cuanto declara
fundada en parte la demanda y ordena que el Banco Wiese Limitado restituya a la demandante la
suma de ochocientos veintinueve mil ciento setenta nuevos soles, más intereses legales, e
infundada la indemnización que se demanda condenando al pago de costas y costos; revocándola
en el extremo que fija el pago del citado interés desde el diecisiete de enero de mil novecientos
noventicinco, reformándola en dicha parte, fijaron que el cálculo se efectúe desde el ocho de
setiembre de mil novecientos noventitrés.

2. FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

Que concedido el Recurso de Casación a fojas quinientos cuarentitrés, fue declarado procedente
por resolución del cinco de mayo del año en curso por las causales previstas en los incisos primero
y segundo del Artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, sustentando en: a) la
aplicación indebida del Artículo quinientos setentiocho del Código de Comercio, señalando al
efecto que el ejercicio de los derechos previstos en dicha norma sólo es posible siempre que se
haya formalizado oportunamente el reclamo al que hace referencia el Artículo quinientos
ochentiuno del mismo Código; b) la inaplicación del Artículo quinientos ochentiuno del Código de
Comercio, por constituir una vía previa para la aplicación del Artículo quinientos setentiocho del
mismo Código; y, c) la interpretación errónea del Artículo mil doscientos cuarentidós del Código
Civil pues al no existir pacto de intereses moratorios ni compensatorios y al haberse comprobado la
no existencia de daños, no es procedente el pago de intereses ordenado por la sentencia materia
del presente recurso.

3. CONSIDERANDO:

Primero.- Que, la norma contenida en el derogado Artículo quinientos ochentiuno del Código de
Comercio establecía la obligación de los Bancos de remitir periódicamente a los clientes sus
estados de cuenta, estableciéndose asimismo, que ante el silencio del cliente se tenía por
reconocidas las cuentas en la forma presentada, y sus saldos deudores o acreedores serán
definitivos y exigibles como cantidad líquida a la fecha de la cuenta.

Segundo.- Que, sin embargo, el Artículo quinientos setentiocho del Código de Comercio dispone
que la acción para solicitar el arreglo de la cuenta corriente, el pago del saldo judicial o
extrajudicialmente declarado, o la rectificación por errores, omisiones, partidas extrañas o
indebidamente llevadas al débito o al crédito, o por duplicación de partidas, prescribe a los cinco
años de haberse pasado la cuenta o aceptado el saldo de ella.

Tercero.- Que, de concordar las normas antes mencionadas, resulta claro que la finalidad del
Artículo quinientos ochentiuno del acotado código era la de facilitar el manejo operativo de las
cuentas corrientes, lo que en ningún caso podía ser interpretado como una vía previa para el
ejercicio de la acción a que se refiere el Artículo quinientos setentiocho del mismo Código.

Cuarto.- Que, el propio texto del Artículo quinientos setentiocho excluye la interpretación que
pretende el recurrente, pues dicha norma facultad el ejercicio de la acción conducente al arreglo de
la cuenta corriente, lo que evidentemente incluye la restitución de los cargos indebidos, aún en el
caso que el saldo hubiera sido aceptado por el cliente.

Quinto.- Que, la denuncia por interpretación errónea del Artículo mil doscientos cuarentidós del
Código Civil tampoco puede prosperar, pues la obligación de pagar intereses por inejecución de las
obligaciones derivadas del contrato de cuenta corriente tiene su amparo en los Artículos mil
trescientos veintiuno y mil trescientos veinticuatro del Código Sustantivo, estableciéndose en la
última de las normas citadas que el derecho a su cobro se ejercer sin necesidad que el acreedor
pruebe haber sufrido dado alguno.

Sexto.- Que, en ese sentido, carece de asidero la afirmación hecha por la recurrente en el sentido
que el no haberse comprobado la existencia de daños, no es procedente el pago de los intereses
ordenado en la sentencia.

4. SENTENCIA:

Estando a las conclusiones precedentes y de conformidad con el Artículo trescientos noventisiete


del Código Procesal Civil: declararon INFUNDADO el Recurso de Casación interpuesto a fojas
quinientos treintiuno por Banco Wiese Limitado, representado por el abogado doctor Juan Monroy
Gálvez, en consecuencia NO CASAR la sentencia de vista de fojas quinientos veintitrés, su fecha
diez de diciembre de mil novecientos noventiocho; CONDENARON al recurrente al pago de una
multa de dos Unidades de Referencia Procesal, así como al pago de las costas y costos originados
en la tramitación del recurso; en los seguidos por la Asociación de Exportadores - ADEX sobre
restitución de dinero y otro concepto; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el
Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.

SS. PANTOJA; IBERICO; OVIEDO DE A.; CELIS; ALVA

Responsabilidad del cónyuge (A)

Tratándose de la responsabilidad extracontractual de uno de los cónyuges, éste responde sólo con
sus bienes propios y con la parte que le correspondiere de la sociedad de gananciales, no así con
el total de los bienes sociales ni con los propios de su consorte, pues la responsabilidad por actos
personales no puede afectar el patrimonio del cónyuge no responsable.

Casación 050-96-Cajamarca

CAJAMARCA

Lima, once de noviembre de mil novecientos noventiséis.

La Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, en la causa vista en Audiencia Pública el once del
presente mes y año, signada con el número cincuenta-noventiséis - Lima, emite la siguiente
sentencia:

1º).- MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por el demandado don Saturnino García Guevara,
contra la sentencia de vista de fojas setentinueve, su fecha primero de diciembre de mil
novecientos noventicinco, expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Cajamarca, que
confirmando la apelada de fojas cuarentinueve, su fecha cuatro de agosto del mismo año, declara
fundada la demanda de fojas ocho interpuesta por Bessy del Pilar Rodríguez Querzola; con lo
demás que contiene.

2º).- FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

Que, el recurrente sustenta su Recurso de Casación en el inciso segundo del artículo trescientos
ochentiséis del Código Procesal Civil, sosteniendo que se ha inaplicado los artículos trescientos
nueve y trescientos diecisiete del Código Civil, ya que está probado en autos que tanto la
demandante como su cónyuge se han beneficiado con el dinero ilícitamente obtenido por este
último.
3º).- CONSIDERANDO:

Primero.- Que, conforme aparece de fojas ochentinueve mediante Resolución de veintiséis de


diciembre de mil novecientos noventicinco, se concedió el Recurso de Casación, y por resolución
de seis de junio del presente año se declaró procedente por la causal de inaplicación de una norma
de derecho material prevista en el inciso segundo del artículo trescientos ochentiséis del Código
Procesal Civil.

Segundo.- Que, de acuerdo con la copia del acta de embargo de fojas siete, la medida precautoria
hecha efectiva sobre el inmueble ubicado entre los jirones Urrelo y Mario Urteaga números mil
noventa y mil noventiocho, se ha efectuado como un bien de propiedad de don Juan Alfredo Rosell
Paredes, en un cincuenta por ciento de dicho inmueble.

Tercero.- Que, según el escrito de contestación de la demanda de fojas dieciocho, el demandado


don Saturnino García Guevara aduce como fundamento legal el artículo trescientos ocho(1) del
Código Civil sustentándolo en que la adquisición del inmueble se ha hecho en provecho familiar
con el dinero fruto del delito del que fue víctima de parte del referido demandado.

Cuarto.- Que, al plantear el Recurso de Casación don Saturnino García Guevara a fojas
ochentisiete expresa como argumento de defensa la aplicación del artículo trescientos diecisiete
del Código Civil o en su defecto del numeral trescientos nueve del acotado Código Sustantivo, que,
el primer dispositivo se refiere a la responsabilidad por deudas de la sociedad, situación que no se
da en el caso de autos y, el segundo se contrae a la responsabilidad extracontractual de un
cónyuge, o sea derivado por acto ilícito; que, en este caso no sólo quedan libres de afectación los
bienes propios del otro consorte sino también la parte que le correspondería en los bienes de la
sociedad en caso de liquidación; Que, tal es el temperamento sostenido por comentaristas y
autores del proyecto del Código Civil vigente en esta materia, que corroborando la tesis de la
resolución impugnada, se ha establecido que tratándose de un acto absolutamente personal, no
tiene por que afectar el patrimonio del otro, ni perjudicarlo en la parte que eventualmente le
correspondería por concepto de gananciales.

Quinto.- Que, tratándose de un acto propio de un cónyuge, no puede afectar los derechos y
acciones que corresponden a la cónyuge en el inmueble embargado, ya que no se trata de
obligación que la sociedad conyugal debe responder.

Sexto.- Que, en consecuencia no resultan aplicables al caso las normas de derecho material
invocadas al amparo del inciso segundo del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal
Civil.

4º).- SENTENCIA:

Estando a las conclusiones que anteceden: declararon INFUNDADO el Recurso de Casación


interpuesto por don Saturnino García Guevara, y, en consecuencia, NOCASAR la sentencia de
fojas setentinueve, su fecha primero de diciembre de mil novecientos noventicinco, expedida por la
Sala Civil de la Corte Superior de Cajamarca, que confirmando la apelada de fojas cuarentinueve,
su fecha cuatro de agosto del mismo año declara fundada la demanda de fojas ocho interpuesta
por doña Bessy del Pilar Rodríguez Querzola; con lo demás que contiene; CONDENARON al
recurrente al pago de una multa de dos Unidades de Referencia Procesal y de las costas y costos
del proceso, originados por la tramitación del recurso.

5º).- ORDENARON:

La publicación de la presente sentencia en el Diario Oficial El Peruano, de conformidad con lo que


dispone la última parte del artículo cuatrocientos del Código Procesal Civil; en los seguidos por
doña Bessy Del Pilar Rodríguez Querzola de Rossell con don Saturnino García Guevara y otro
sobre Tercería de Propiedad; y los devolvieron.

SS. RONCALLA; ROMAN; REYES;


VASQUEZ; ECHEVARRIA

Responsabilidad del médico: monto indemnizatorio

Para establecer el monto indemnizatorio no es suficiente determinar la responsabilidad del médico,


sino además tener en cuenta las circunstancias que rodean el hecho causante del daño, los
naturales riesgos de la actividad profesional y la complejidad del caso.

Expediente 2618-88-LIMA

.., ocho de setiembre de mil novecientos ochentinueve.-

VISTOS; por los fundamentos de la recurrida; y CONSIDERANDO ADEMAS: que de autos aparece
que el demandado admitió su responsabilidad en el resultado de la operación quirúrgica que
practicó al demandante, procediendo a fijar de mutuo acuerdo un monto a abonarse y aún un
modo de ejecutar diferido hasta diciembre de mil novecientos ochenticuatro; que, esto aparece de
la carta notarial remitida por el demandante y que no ha sido desmentida en su contenido por el
demandado, habiendo quedado demostrado que le fue remitida y entregada por el texto de la
anotación del reverso (fojas sesentisiete y fojas sesentisiete vuelta); que, por otra parte, si bien el
informe o memorándum de fojas noventitres, contiene una opinión sobre la etiología de la parálisis
facial materia del debate de esta causa, según la cual "reiteran la certeza de que se debió a la
presencia de una lesión tumoral del mismo nervio que en la segunda intervención fue extirpado",
también es cierto que en dicha opinión no se ha establecido la edad de dicha tumoración y si ésta
se presentó después de la primera operación o estuvo ya presente antes de ella, lo que inclina a
concluir que si existió antes de la operación primera, la que produjo la parálisis facial, debió ser
objeto de cuidadoso trato antes de operar o en la propia operación; que resulta en consecuencia,
acreditada la responsabilidad del demandado doctor Rubén de Celis; que el monto demandado en
dólares, debe entenderse en el sentido de utilizar una referencia o patrón para defenderse de los
efectos de la devaluación monetaria y de la inflación que sufre el país; que, ese monto debe ser
prudencialmente fijado pues no solamente ha de tenerse en cuenta el daño ocasionado al paciente,
sino las circunstancias que rodean la intervención del profesional, los naturales riesgos a que está
sometida su actividad, la complejidad del caso y la presencia detectada de la tumoración aludida
en el memorándum glosado, pues aunque no excluye la responsabilidad establecida, constituye un
elemento de juicio para advertir que el daño no se ha producido solamente por actitud negligente
del médico' que, de este modo la reparación fijada por la Corte Superior debe ser prudencialmente
disminuida; que no existe prueba alguna que incline a considerar indispensable la rehabilitación del
demandante en un país extranjero: declararon NO HABER NULIDAD en la resolución de vista de
fojas doscientos treintisiete, su fecha veintisiete de junio de mil novecientos ochentiocho, en cuanto
confirmando la sentencia apelada de fojas ciento setentinueve, fechada el veintinueve de setiembre
de mil novecientos ochentiséis, declara fundada la demanda y en consecuencia que los
demandados deben asumir solidariamente los gastos que generen la rehabilitación del
demandante; declararon HABER NULIDAD en la propia resolución de vista en cuanto confirmando
la apelada ordena que el actor sea atendido para la recuperación de su salud en Estocolmo
Suecia; y en cuanto fija en veinte mil dólares americanos el monto indemnizatorio; reformando la
de vista y revocando la apelada en esos extremos MANDARON que el tratamiento sea efectuado
por los demandados en un Centro Especializado de esta ciudad, y FIJARON en quince mil dólares
el monto a pagarse por el citado concepto indemnizatorio; o su equivalente en moneda nacional a
tipo de cambio del día del pago; declararon NO HABER NULIDAD en lo demás que contiene; en
los seguidos por don Juan Garcés Molina con don Efrain Rubén Celis Calle y otro sobre
indemnización y otro concepto; y los devolvieron.-
SS.
SILVA VALLEJO
VASQUEZ VEJARANO
MONTOYA ANGUERRY
OSORIO BERNUY
VILCHEZ GUEVARA

Responsabilidad extracontractual: Criterios de determinación (A)

... la responsabilidad extracontractual se determina sobre la base de dos criterios claramente


diferenciados: el de la responsabilidad subjetiva y el de la responsabilidad por cosa riesgosa o
actividad peligrosa... En el primer caso, es necesario que se establezca el dolo o la culpa del autor
del daño. En el supuesto de la responsabilidad por riesgo, cuando se produce un daño como
consecuencia de la utilización de un instrumento o un quehacer riesgoso o peligroso, no es
necesario determinar la culpa o dolo del agente; los descargos son del caso fortuito, la fuerza
mayor, el hecho determinante de un tercero o la imprudencia de la víctima...

CAS. Nº 2902-99

LIMA

Lima, ocho de febrero del dos mil

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA, vista


la Causa número dos mil novecientos dos-noventinueve, con el acompañado, en Audiencia Pública
de la fecha y producida la votación con arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia:

MATERIA DEL RECURSO DE CASACIÓN:

Compañía Impresora Peruana Sociedad Anónima recurre en casación de la sentencia de vista de


fojas cuatrocientos setentiocho, del veinte de setiembre de mil novecientos noventinueve que
confirma la apelada de fojas cuatrocientos once del ocho de enero de mil novecientos
noventinueve, que declara fundada en parte la demanda de fojas cincuentiuno y ordena que los
demandados Juan Wilmer Lescano Arias y la Compañía Impresora Peruana Sociedad Anónima
paguen al demandado don Alberto Astete Odiaga en forma solidaria la suma de treinticinco mil
nuevos soles por concepto de indemnización, más intereses legales computados desde la fecha en
que se produjo el hecho dañoso, con lo demás que contiene.

FUNDAMIENTOS DEL RECURSO:

Por Resolución del seis de diciembre del año próximo pasado, se declaró la procedencia del
recurso por las causales de interpretación errónea del Artículo mil novecientos setenta y mil
novecientos ochentitrés del Código Civil, así como la inaplicación del Artículo mil ciento ochentitrés
del mismo Código, con la siguiente argumentación: a) Que la sentencia de vista interpreta el
Artículo mil novecientos setenta en el sentido que basta con aparecer en el Registro de Propiedad
Vehicular como propietario del vehículo para ser responsable de los riesgos que puedan derivarse
de éste, y examina el nexo de causalidad, no con el daño sino con la propiedad; que la obligación
de reparar el daño a que se refieren los Artículos mil novecientos sesentinueve y mil novecientos
setenta surgen necesariamente de una acción u omisión de aquel a quien se le imputa la
responsabilidad y no por el mero hecho de ser propietario, y que la interpretación correcta de la
norma implica la utilización del bien riesgoso o peligroso; b) Que hay interpretación errónea del
Artículo mil novecientos ochentitrés para imputarles una responsabilidad solidaria sin previamente
determinar el grado de su intervención en el hecho dañoso, sólo por aparecer en el Registro de la
Propiedad Vehicular como propietarios, cuando dicho artículo comprende la responsabilidad "in
eligiendum" y que la interpretación correcta es que dicho dispositivo es concerniente al caso que
varias personas actúen conjuntamente; y c) Que de acuerdo con el Artículo mil ciento ochentitrés la
solidaridad no se presume;

CONSIDERANDO:

Primero.- Que en el Código Civil Peruano, la responsabilidad extracontractual se determina sobre


la base de dos criterios claramente diferenciados: a) el de la responsabilidad subjetiva, (Artículo mil
novecientos sesentinueve), y, b) el de la responsabilidad por cosa riesgosa o actividad peligrosa
(Artículo mil novecientos setenta).

Segundo.- Que en primer caso es necesario que se establezca el dolo o la culpa del autor del
daño, estableciendo el Artículo pertinente la inversión de la prueba, como una excepción a la regla
general, de tal manera que cuando se causa un daño, el dolo o la culpa se presumen.

Tercero.- En el supuesto de la responsabilidad por riesgo, cuando se produce un daño como


consecuencia de la utilización de un instrumento o un quehacer riesgoso o peligroso, no es
necesario determinar la culpa o dolo del agente; los descargos son el caso fortuito, la fuerza mayor,
el hecho determinante de un tercero o la imprudencia de la víctima (Artículo mil novecientos
setentidós).

Cuarto.- Son especies dentro de este género, la responsabilidad por el daño causado por un
animal (responsabilidad noxal), por la ruina de un edificio, y la responsabilidad vicaria.

Quinto.- Que sin ambages, el transporte, y dentro de él la circulación automotriz es considerada


como una actividad riesgosa, y por eso, quien pone en circulación un vehículo automotor asume
responsabilidad objetiva por el daño que pueda causar.

Sexto.- Que una cosa se encuentra a nuestro servicio cuando podemos disponer de ella para
nuestro uso y nos servimos de ella cuando la usamos, sea cual fuere la finalidad de este uso.

Sétimo.- Que la propiedad de una cosa, como poder jurídico, conlleva la autoridad para gobernarla
y dirigirla; aún cuando en el hecho no se encuentre en poder de su propietario, o la tenga otra
persona por encargo.

Octavo.- Que la anterior conclusión es fundamental para determinar la responsabilidad por el daño
causado por las cosas de que nos servimos o que tenemos a nuestro cuidado, pues cuando el
Código establece la responsabilidad por los daños que se causen por las cosas, comprende tanto a
quien la tenga de hecho como al que la tengan jurídicamente o de derecho.

Noveno.- Por eso mismo, en los casos de responsabilidad noxal, del daño causado por animales,
la responsabilidad recae en su propietario, y en el caso del daño causado por edificios ruinosos, la
responsabilidad, igualmente, recae en el propietario, como establecen los Artículos mil novecientos
setentinueve y mil novecientos ochenta del Código Sustantivo.

Décimo.- Que no parece discutible el postulado de que es responsable quien, en el momento del
daño detentaba la propiedad del bien, o sea su dominio inmediato, y se encontraba, por tanto, en la
posibilidad física y moral de impedirle dañar. Por eso también el Artículo mil novecientos setenta,
no distingue entre el que legítimamente se sirve o cuida de la cosa, de aquel que ilegítimamente la
guarda, la usa o la aprovecha.

Décimo Primero.- Que el dominio de la cosa, dada su finalidad económica, confiere al propietario
su uso y goce, o sea, la posibilidad jurídica de servirse de ella, lo que, para el derecho, vale tanto
como usarla realmente; por otro lado, el dominio de la cosa comporta su guarda y su custodia de
modo que no cause daño, de donde resulta que el propietario, al mismo tiempo que se sirve de la
cosa que es suya, la tiene también a su cuidado, estando obligado por un principio de derecho a
realizar ese cuidado de tal modo que impida que la cosa dañe a alguien.
Décimo Segundo.- Que los hechos de un bien riesgoso, son consecuencia de la actividad de quien
los gobierna y domina, de tal manera que puede impedir que se produzcan, pues tales hechos
pueden ser, ordinariamente previstos y evitados.

Décimo Tercero.- Que en consecuencia, cuando la sentencia de vista establece la responsabilidad


del propietario del vehículo en aplicación de lo dispuesto en el Artículo mil novecientos setenta del
Código Civil(1), ha practicado una interpretación correcta de la norma.

Décimo Cuarto.- Que habiéndose establecido la responsabilidad del conductor y del propietario del
vehículo, estos son solidarios en el pago de la indemnización señalada, como dispone el Artículo
mil novecientos ochentitrés del Código sustantivo, en cuya redacción no se advierte el verbo
«actuar» a que alude el recurrente, por lo que se concluye que igualmente, la sentencia de vista ha
hecho una interpretación correcta de dicha norma; y dado que la ley establece la solidaridad, no se
ha dado la inaplicación de lo dispuesto en el Artículo mil ciento ochentitrés del mismo Código(2).
Por estos fundamentos, declararon INFUNDADO el Recurso de Casación interpuesto a fojas
cuatrocientos ochenticuatro contra la resolución de vista de fojas cuatrocientos setentiocho, su
fecha veinte de setiembre del año próximo pasado; CONDENARON al recurrente al pago de las
costas y costo originados en la tramitación del recurso, así como a la multa de dos Unidades de
Referencia Procesal; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El
Peruano; en los seguidos por don Alberto Astete Odiaga con Compañía Impresora Peruana
Sociedad Anónima y otro, sobre indemnización; con costas y costos; y los devolvieron.

SS. URRELLO A.; SÁNCHEZ PALACIOS P.;


ROMÁN S.; ECHEVARRÍA A.; DEZA P.

Responsabilidad extracontractual: Objeto de prueba

«... Para que proceda la demanda de indemnización por responsabilidad extracontractual, es


necesario probar (...) tanto la existencia de daños y perjuicios alegados como la relación de
causalidad entre el acto del demandado y el resultado dañoso producido...»

CASACION Nro. : 185 - T - 97 / ICA.

Lima, seis de noviembre de mil novecientos noventisiete.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA.-


vista la Causa número ciento ochenticinco - noventisiete, en la Audiencia Pública de la fecha; y
producida la votación con arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia; MATERIA DEL RECURSO:
Se trata del Recurso de Casación interpuesto por don Luis Gustavo Silva Laos, apoderado de don
Carlos Antonio Merino Ramos, mediante escrito de fojas doscientos setenticinco, contra la
resolución de vista de fojas doscientos sesenta, su fecha diecinueve de noviembre de mil
novecientos noventiséis; expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Ica; que confirmando la
apelada de fojas doscientos fechada el cinco de junio del mismo año, declara fundada en parte la
demanda de fojas veinticinco y ordena que los demandados abonen a la demandada en forma
solidaria la suma de ocho mil dólares americanos o su equivalente en moneda nacional; con lo
demás que contiene; FUNDAMENTOS DEL RECURSO.- El codemandado recurrente Carlos
Antonio Merino Ramos, citando el inciso primero del Articulo trescientos ochentiséis del Código
Procesal Civil; fundamenta su recurso manifestando que, al expedirse la resolución de vista se han
inaplicado indebidamente los Artículos mil novecientos sesentinueve y mil novecientos ochenticinco
del Código Civil, cuando la norma pertinente para el caso es el Artículo mil novecientos setentidós
del mismo Código, por la imprudencia temeraria de la víctima que contribuyó para que se produzca
el evento dañoso; CONSIDERANDO: Primero.- que, el ordenamiento jurídico peruano en materia
de responsabilidad extracontractual se proyecta bajo tres criterios de información: a) de la
responsabilidad subjetiva; b) de la responsabilidad por el empleo de cosas riesgosas o actividades
peligrosas; y c) de la responsabilidad objetiva; Segundo.- que, la ley se orienta por el canal objetivo
de la responsabilidad, sin abandonar la idea tradicional de la culpa en que se apoya el aspecto
subjetivo de la misma, lo que es fácil advertir de la simple lectura de la normatividad sustantiva
vigente; en otros términos, dicha normatividad coordina en prudentes proporciones los elementos
objetivo y subjetivo de la responsabilidad; Tercero.- que, para que proceda la demanda de
indemnización por responsabilidad extracontractual, es necesario probar como está demostrado en
autos, tanto la existencia de daños y perjuicios alegados como la relación de causalidad entre el
acto del demandado y el resultado dañoso producido; Cuarto.- que, el accidente automovilístico
tuvo lugar a las dos horas y treinta minutos del día dos de octubre de mil novecientos
noventicuatro, a inmediaciones de la avenida Idelfonso de la ciudad de Chincha Alta, zona urbana
con importante densidad poblacional, que imponía al conductor tomar las previsiones necesarias
para evitar percances como el ocurrido; Quinto.- que, en este orden de ideas, las diferencias se
resuelven, siguiendo la teoría del riesgo creado o responsabilidad objetiva, en virtud a que los
hechos sucedieron como consecuencia de haberse puesto en actividad un automotor y obviamente
en tal caso los resultados se miden objetivamente por el daño causado, independientemente de la
conducta de la víctima, que en todo caso sólo sirve para graduar equitativamente el monto
reparador; Sexto.- que, por las consideraciones precedentes, el Artículo mil novecientos setentidós
invocado por el recurrente en amparo de sus pretensiones, no tiene aplicación para el caso de
autos, sino en concordancia con lo que expresamente prescriben los Artículos mil novecientos
setenta y mil novecientos setentitrés del Código Civil de modo que siendo esto así necesariamente
tenemos que admitir que las normas contenidas en los numerales mil novecientos sesentinueve y
mil novecientos ochenticinco del citado Código, que sirve de sustento a las resoluciones inferiores,
han sido aplicadas correctamente, se entiende en armonía con lo dispuesto en el Artículo mil
novecientos ochentiuno del acotado Código Civil; Sétimo.- que, sin embargo, aun siendo
procedente la demanda, teniendo en cuenta que los daños irrogados deben indemnizarse con una
suma de dinero, ésta tiene que ser en moneda de curso nacional y no en dólares; Declararon
FUNDADO en parte el Recurso de Casación, de fojas doscientos setenticinco, interpuesto por Luis
Gustavo Silva Laos apoderado de don Carlos Antonio Merino Ramos; en el extremo que señala la
indemnización en moneda extranjera; y en consecuencia; REFORMANDO la resolución de vista de
fojas doscientos sesenta, su fecha diecinueve de noviembre de mil novecientos noventiséis; y,
REVOCANDO la apelada de fojas doscientos, fechada el cinco de junio del mismo año, en este
extremo; fijaron por dicho concepto la suma de veinte mil nuevos soles; con sus intereses legales;
ORDENARON se publique la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano, en los seguidos
por doña Martha Etelvina Mendoza Pacheco de Rivas y otra, con don Carlos Antonio León Merino
Ramos y otro, sobre indemnización; y, lo devolvieron.

SS. URRELLO A.; BUENDIA G.; ORTIZ B.; SANCHEZ PALACIOS P.;
ECHEVARRIA A.

Responsabilidad extracontractual: Improcedencia de la indemnización en caso de improbanza del


daño e irrelevancia de existencia de dolo o culpa

«... Las sentencias inferiores han establecido que el demandante no ha probado el daño, por lo que
no puede haber lugar a una indemnización por daños y perjuicios, siendo irrelevante si ha existido
dolo o culpa de la presunta autora».

CASACION Nro. : 2722 - 98 / LIMA.

Lima, diecinueve de mayo de mil novecientos noventinueve.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA, vista


la causa número dos mil setecientos veintidós - noventiocho, en Audiencia Pública de la fecha y
producida la votación con arreglo a ley; emite la siguiente sentencia:

MATERIA DEL RECURSO:


Se trata del Recurso de Casación interpuesto por el Banco Central de Reserva del Perú, mediante
escrito de fojas ochocientos diecinueve, contra la sentencia emitida por la Sala de Procesos
Abreviados y de Conocimiento de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas ochocientos
catorce, su fecha nueve de julio de mil novecientos noventiocho, que confirmando la apelada de
fojas setecientos dieciocho su fecha diez de diciembre de mil novecientos noventisiete, declaró
infundada la demanda.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

Que, concedido el Recurso de Casación a fojas ochocientos veintiocho, fue declarado procedente
por resolución de fecha veintiséis de noviembre de mil novecientos noventiocho; por los incisos
segundo y tercero del Artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil sustentada en: a)
La inaplicación del Artículo mil novecientos sesentinueve del Código Civil; y b) La infracción de los
Artículos ciento noventiséis y ciento noventisiete del Código Procesal Civil, basadas ambas
articulaciones en que la carga de la prueba le correspondía a la demandada, porque el descargo
por falta de dolo o culpa corresponde a su autor y se considera que el recurrente no ha probado el
daño, cuando en los casos de responsabilidad extracontractual la prueba se invierte.

CONSIDERANDO:

Primero.- Que, para que proceda la indemnización por daños y perjuicios, por la responsabilidad
extracontractual que establece el Artículo mil novecientos sesentinueve del Código Civil se
necesitan dos requisitos: a) Que exista un daño y b) Que el autor del daño haya actuado con dolo o
culpa.

Segundo.- Que, dicho artículo también señala que el descargo por falta de dolo o culpa
corresponde a su autor.

Tercero.- Que, eso también supone que la prueba del daño corresponde a la supuesta víctima.

Cuarto.- Que, en este caso, las sentencias inferiores han establecido que el demandante no ha
probado el daño, por lo que no puede haber lugar a una indemnización por daños y perjuicios,
siendo irrelevante si ha existido dolo o culpa de la presunta autora.

Quinto.- Que, por las razones expuestas y no presentándose las causales de los incisos segundo y
tercero del Artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, declararon: INFUNDADO el
Recurso de Casación de fojas ochocientos diecinueve interpuesto por el Banco Central de Reserva
del Perú, no casar la sentencia de vista de fojas ochocientos catorce de fecha nueve de julio de mil
novecientos noventiocho, CONDENARON al recurrente al pago de las costas y costos originados
en la tramitación del recurso, así como a la multa de dos Unidades de Referencia Procesal;
DISPUSIERON que la presente resolución se publique en el Diario Oficial El Peruano, bajo
responsabilidad; en los seguidos por el Banco Central de Reserva del Perú con Ita Del Rosario
Amayo Martínez sobre restitución de dinero y otro; y los devolvieron.

SS. URRELLO A.; ORTIZ B.; ECHEVARRIA A.; ZEGARRA Z.

EL VOTO SINGULAR DEL SEÑOR CASTILLO LA ROSA SANCHEZ ES COMO SIGUE:

CONSIDERANDO: Primero.- Que, la comisión de un delito lleva consigo necesariamente la


reparación civil porque es consustancial a la comisión de un ilícito penal, el daño sea material o
moral; Segundo.- Que, la demandada Ita del Rosario Amayo Martínez fue condenada a la pena
privativa de libertad de un año y al pago de la reparación civil de trescientos nuevos soles,
sentencia en la cual ella se conformó, como es de verse de las copias presentadas a fojas
setecientos veinticinco con posterioridad a la expedición de la sentencia del Juez Penal; Tercero.-
Que, esta prueba no fue admitida ni denegada por la Corte Superior, menos aún el cuadro analítico
presentado por el Banco Central de Reserva del Perú como anexo de la demanda del que surge
que ella fue ascendida de analista a «analista profesional» con aumento de sueldo en virtud de los
títulos falsificados que presentó; Cuarto.- Que, esta omisión del examen de pruebas y valoración
de las mismas evidentemente afectan el debido proceso por infracción de los Artículos ciento
noventiséis y ciento noventisiete del Código Procesal Civil, en que se funda la causal amparada por
el inciso tercero del Artículo trescientos ochentiséis del Código Adjetivo; en consecuencia siendo
fundada esta causal del Recurso de Casación que trae consigo la nulidad de la sentencia de vista,
deviene en innecesario pronunciarse sobre la causal de inaplicación del Artículo mil novecientos
sesentinueve del Código Civil; Quinto.- Por estos fundamentos MI VOTO es porque se declare:
FUNDADO el Recurso de Casación por la causal de contravención de normas que garantizan el
derecho a un debido proceso; en consecuencia se declare NULA la sentencia de vista expedida
por la Sala Civil Superior de Procesos Abreviados y de Conocimiento y se ORDENE expedir nueva
sentencia con arreglo a Ley; en los seguidos por el Banco Central de Reserva del Perú con Ita
Rosario Amayo Martínez sobre restitución de dinero y otro.

CASTILLO LA ROSA S.

Responsabilidad extracontractual: Pretensión indemnizatoria: exigibilidad de probanza por quien la


invoca

«... Si bien el artículo mil doscientos diecinueve inciso tercero del Código Civil establece, como
objeto de las obligaciones el autorizar al acreedor a obtener del deudor la Indemnización
correspondiente, esta pretensión debe ser probada por quien la invoca y no entenderse como una
consecuencia fatal e inevitable, tanto más, que el artículo mil trescientos treintiuno del acotado
cuerpo legal establece que la prueba de los daños y perjuicios y su cuantía también corresponde al
perjudicado por la inejecución...»

EXPEDIENTE : 485 - 95.

Lima, veinticuatro de agosto de


mil novecientos noventicinco.-

VISTOS: interviniendo como Vocal ponente el señor Braithwaite Gonzáles; por sus propios
fundamentos y CONSIDERANDO: Además: PRIMERO: que si bien el artículo mil doscientos
diecinueve inciso tercero del Código Civil establece, como objeto de las obligaciones el autorizar al
acreedor a obtener del deudor la Indemnización correspondiente, esta pretensión debe ser probada
por quien la invoca y no entenderse como una consecuencia fatal e inevitable, tanto más, que el
artículo mil trescientos treintiuno del acotado cuerpo legal establece que la prueba de los daños y
perjuicios y su cuantía también corresponde al perjudicado por la inejecución; SEGUNDO: que
siendo esto así al no haber actuado el demandante con tal propósito prueba idónea que persuada
al Juzgador la solvencia de las preces de su demanda debe ser desestimada en el extremo que
solicita el pago de una indemnización; CONFIRMARON: la sentencia apelada de fojas
sesentinueve a fojas setentidós, su fecha nueve de diciembre de mil novecientos noventicuatro;
que declara fundada la demanda de fojas once a fojas trece y declara resuelto el contrato de
compra venta celebrado el día cinco de noviembre de mil novecientos noventiuno por las partes y
consecuentemente que el demandado devuelva el predio ubicado en la avenida nueva Tomás
Marsano número mil quinientos cincuentitrés Departamento número trescientos cuatro block «D»,
el estacionamiento número veintinueve de dicho conjunto residencial, cuyas características corre
inscrita en la ficha número doscientos noventicuatro mil cuatrocientos sesentiséis del Registro de la
Propiedad Inmueble de los Registros Públicos de Lima; con lo demás que contiene y los
devolvieron.- Señores: MANSILLA NOVELLA / BRAITHWAITE GONZALES / VALCARCEL
SALDAÑA.

Responsabilidad objetiva
El uso de objetos o aparatos de riesgo como es un camión, trae consigo la responsabilidad del
pago de los daños que ese uso produzca a terceros.
No obstante que el chofer causante del accidente venía prestando servicios a la demandada y
existía un contrato para responder por los daños que ocasione la demandada, dicho pacto define
relaciones internas pero no puede determinar el derecho indemnizatorio de terceros, puesto que la
responsabilidad del riesgo es objetiva.

Expediente 446-97

Sala Nº 4

Lima, dieciséis de junio de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; intervinieron como Vocal Ponente el doctor Castillo la Rosa Sánchez, por sus
fundamentos, y CONSIDERANDO además: Primero.- Que, el uso de objetos o aparatos de riesgo
como es un camión, trae consigo la responsabilidad del pago de los daños que ese uso produzca a
terceros, así funciona la teoría del riesgo que recoge el artículo mil novecientos setenta del Código
Civil; Segundo.- Que, en el caso de autos el uso del camión perteneciente a la Municipalidad
Distrital de Miraflores durante el uso que le daban, embistió por la parte posterior a la camioneta de
la demandante, produciéndoles daños cuya indemnización se reclama; Tercero.- Que, a mayor
abundamiento, el chofer causante del accidente, codemandado Jorge Ruiz Frías, venía prestando
servicios a la Municipalidad indicada, haya sido o no proporcionado por la empresa Mecser y si
bien en la cláusula sexta del contrato de prestación de servicios celebrado entre la Municipalidad y
Mecser, obrante a fojas ciento cuarenticuatro, ésta responderá los daños frente a terceros, tal
pacto define relaciones internas entre ambas, pero no puede determinar el derecho indemnizatorio
de terceros, conforme a la responsabilidad del riesgo, que es objetiva, pero es del caso anotar
además que ese contrato se suscribió después de producido el accidente e incluso después de
planteada la demanda, debiendo tenerse además presente que entre la relación de los choferes de
la empresa prestadora de servicios, que corre a fojas ciento setenta no figura el expresado
codemandado; Cuarto.- Que, la parte demandante no ha interpuesto apelación respecto del monto
de la indemnización fijada por el juez; CONFIRMARON: la sentencia de fojas ciento cinco, su fecha
veinte de diciembre de mil novecientos noventiséis, que declara fundada la demanda y dispone que
la Municipalidad demandada abone la suma de cinco mil Nuevos Soles solidariamente con su
codemandado, más los intereses legales después cuando se produjo el evento dañoso, con lo
demás que contiene; y los devolvieron.

S.S.
CASTILLO LA ROSA SANCHEZ
GONZALES CAMPOS
BARRERA UTANO

Responsabilidad objetiva: nexo causal. Inversión de la prueba

En la responsabilidad objetiva no se requiere que medie una conducta dolosa o culposa por parte
del demandado. Basta que exista el nexo causal entre el desarrollo de la actividad peligrosa con el
daño causado al agraviado a consecuencia de dicha actividad. Al invertirse la carga de la prueba,
el autor debe probar que hubo ruptura del nexo causal para determinar su no obligación a reparar
el daño.

Expediente 3300-97

Sala Nº 3

Lima, cuatro de mayo de mil novecientos noventiocho.


VISTOS; interviniendo como Vocal ponente el señor Carbajal Portocarrero; y CONSIDERANDO:
Primero.- Que, con el informe técnico número mil ciento noventiséis UIAT- PNP emitido por la
cincuenta Comandancia de la PNP Unidad de Investigación de Accidentes de tránsito, que corre de
fojas diez a dieciocho, se acredita que con fecha veinticinco de noviembre de mil novecientos
noventicinco, don Alejandro Huamán Ramírez sufrió un accidente de tránsito, debido a la caída que
tuvo del vehículo de servicio público de placa de rodaje UG- ochentiséis treintisiete, de propiedad
de don Ruperto Bustinza Dueñas, conducido por don Mario Alonso Minaya Arenas, a consecuencia
de la cual falleciera debido a un traumatismo encéfalo craneano acreditándose pues que el
accidente se produjo como consecuencia del descenso que tuvo que hacer el fallecido del vehículo
antes referido; Segundo.- Que, el Código Civil vigente trata en su artículo mil novecientos setenta
de la responsabilidad objetiva, señalando expresamente que aquel que mediante un bien riesgoso
o peligroso, o por el ejercicio de una actividad riesgosa o peligrosa, causa un daño a otro está
obligado a repararlo; Tercero.- Que, como es de apreciarse en este caso no se requiere que para
que el daño se produzca medie una conducta dolosa o culposa por parte del demandado, bastando
para que se configure esta situación que exista un nexo causal entre el desarrollo de la actividad
riesgosa y peligrosa y el daño causado al agraviado a consecuencia de dicha actividad; Cuarto.-
Que, sólo cuando se rompe este nexo causal, tal como lo señala el artículo mil novecientos
setentidós del Código Civil, el autor no está obligado a la reparación, requiriéndose para ello que el
daño causado lo haya sido como consecuencia de caso fortuito, fuerza mayor, de hecho
determinante de tercero o de la imprudencia de quien padece el daño; Quinto.- Que tratándose de
la responsabilidad objetiva existe la presunción legal que quien usa el bien riesgoso o peligroso o
ejecuta la actividad riesgosa o peligrosa es el responsable del daño, invirtiéndose la carga de la
prueba, debiendo probar en este caso el autor que hubo ruptura del nexo causal lo que
determinaría su no obligación a reparar el daño producido; Sexto.- Que, en el caso de autos los
demandados no han acreditado de modo alguno ninguno de los supuestos establecidos por el
artículo mil novecientos setentidós del Código Civil, situación que hubiera determinado la ruptura
del nexo causal y como consecuencia de ellos eximidos de reparar el daño producido; por estos
fundamentos, REVOCARON la sentencia de fojas sesentiocho a setenta, su fecha veinticuatro de
setiembre de mil novecientos noventisiete, que falla declarando infundada la demandada de fojas
veintidós, veinticuatro sin costas ni costos, REFORMÁNDOLA: declararon FUNDADA en parte la
demanda de fojas veintidós a veinticuatro y en consecuencia ordenaron que don Ruperto Bustinza
Dueñas y don Mario Alonso Minaya Arenas, paguen en forma solidaria a María Angélica Huamán
Peña, la suma de quince mil nuevos soles; por concepto de indemnización más los intereses
legales correspondientes que se computarán desde el veinticinco de noviembre de mil novecientos
noventicinco, fecha en que se produjo el daño, y los devolvieron en los seguidos por María
Angélica Huamán Peña con Mario Alonso Minaya Arenas y otro sobre indemnización por
responsabilidad extracontractual.

SS. CARRION LUGO / CARBAJAL PORTOCARRERO / PALACIOS TEJADA

Responsabilidad por actividades riesgosas: daños generados por obras de construcción (A) (*)

(*) Esta Jurisprudencia se publicó en el Tomo N° 10 de Diálogo con la Jurisprudencia

Si como consecuencia de una construcción se produce daño en la propiedad de terceros, la


responsabilidad de la empresa constructora es objetiva en aplicación de la doctrina de la
responsabilidad por cosas riesgosas o actividades peligrosas.

Casación 2248-98-Lima

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA

Demandante : Asociación Benéfica Anglo Americana y otra


Demandado : Caja de Pensiones Militar Policial y otra
Asunto : Indemnización por daños y perjuicios
Fecha : 17 de marzo de 1999

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA, vista


la Causa número dos mil doscientos cuarentiocho-noventiocho, en Audiencia Pública de la fecha y
producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia:

MATERIA DEL RECURSO:

La Asociación Benéfica Anglo Americana recurre en casación de la sentencia de vista de fojas


novecientos ochentidós, pronunciada por la Sala de Procesos Abreviados y de conocimiento de la
Corte Superior de Justicia de Lima el veintidós de mayo de mil novecientos noventiocho, en cuanto
revoca la apelada de mil novecientos doce, de fecha treintiuno de octubre de mil novecientos
noventisiete, que declaró fundada en parte la demanda y ordenó que la Caja de Pensiones Militar
Policial pague una suma de dinero por concepto de indemnización; y reformándola en ese extremo
declara infundada la demanda en cuanto a dicha Caja; la revoca en cuanto fija la suma de
setecientos ochenta mil nuevos soles por concepto de indemnización, la que fijaron en ciento
veinte mil nuevos soles, más los intereses legales desde que se produjo el daño, más costos y
costas del proceso.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

Por resolución de esta Sala Suprema de fecha seis de octubre de mil novecientos noventiocho se
ha declarado procedente el recurso por las causales de: a) la aplicación indebida del Artículo mil
novecientos sesentinueve del Código Civil(1), por considerar que el siniestro se enmarca dentro de
un supuesto de responsabilidad civil objetiva(2) regulada por el Artículo mi novecientos setenta del
mismo Código(3), al ser la actividad de consecuente inaplicación del Artículo mil novecientos
setenta del Código Civil.

CONSIDERANDO:

Primero.- Que, en este caso, se ha establecido que la empresa demandada realizó una excavación
para la cimentación y construcción de los sótanos de un edificio de varios pisos, (motivos tercero y
cuarto de la sentencia de vista), habiéndose acreditado que por causa de ello se dañó la propiedad
de la actora que es contigua, estableciéndose la relación de causa a efecto (motivo décimo tercero
de la apelada, recogido por la de vista), y que hubo negligencia de la constructora demandada,
como se establece en el motivo décimo séptimo de la recurrida, razón por la cual se señala que es
inconducente aplicar el Artículo mil novecientos del Código Civil.

Segundo.- Que, la sentencia de vista fija la indemnización en atención a la valoración que hace de
la prueba actuada, estimando una proporcionalidad entre el daño causado y la suma de dinero
fijada.

Tercero.- Que, desde la vigencia de la Ley Aquilia(4), predominó la doctrina de la responsabilidad


subjetiva, no sólo en lo que respecta a la voluntariedad del acto, como elemento primario y
fundamento moral de la responsabilidad, sino también en cuanto que, para que un acto dé lugar a
la obligación de indemnizar, se requiere que el daño, que es su consecuencia, haya sido causado
intencionalmente, con el propósito de ocasionarlo, o que habiendo podido ser previsto, no lo fue
por culpa o negligencia del agente, como establece el Artículo mil novecientos sesentinueve del
Código Civil.

Cuarto.- Que los progresos materiales han traído como contrapartida el crecimiento de los riesgos
que deben sufrir las personas y sus bienes, dando lugar a la doctrina de la responsabilidad por
cosas riesgosas o actividades peligrosas, en cuyo caso no es necesario determinar la culpa o dolo
del agente, el que responde sólo por daños causados por cosas o actividades que se consideran
como tales, como se recoge en el Artículo mil novecientos setenta del Código Civil (ver
"Responsabilidad Extracontractual, comentario del maestro José León Barandiarán, Código Civil,
compilación de la doctora Delia Revoredo, Tomo sexto, página setecientos noventinueve, Lima, mil
novecientos ochenticinco).

Quinto.- Que, la teoría del riesgo, se funda en el principio latino "quit sentit commodum sentire
debet et incommodum":El que aprovecha los medios que han causado un daño y obtiene sus
ventajas, es de equidad que también sufra las consecuencias de tales daños. No será justo que
uno se llevará los beneficios y otro los daños.

Sexto.- Que, en ese sentido ya la jurisprudencia se ha pronunciado en el sentido de que las


máquinas de transporte se ubican en la categoría de bienes riesgosos, sean terrestres, aéreas o
marítimas, de tal manera que los conductores de esos vehículos y sus propietarios, deben reparar
el daño que causen.

Séptimo.- Que, en lo que se refiere a la actividad de la construcción civil, se advierte que se trata
de una actividad regulada por la autoridad municipal, como indica la Ley Orgánica de
Municipalidades en sus Artículos sesenticinco inciso once, setentitrés incisos dos y tres, ciento
treintiséis inciso siete, y el Reglamento Nacional de Construcciones, de tal manera que una
edificación debe ejecutarse con estricta sujeción al expediente técnico previamente aprobado.

Octavo.- Fernando de Trazegnies, comentando el tema Riesgo de Empresa, señala que "la
empresa constructora responde objetivamente por los daños que cause con un ladrillo que cae del
edificio en construcción sobre un transeúnte; y la empresa que se encuentra abriendo una
carretera responde objetivamente por los daños a las propiedades vecinas por el uso de explosivos
para atravesar el cerro" (La Responsabilidad Extracontractual Tomo Primero, página ciento
sesentiocho, Fondo Editorial de la Universidad Católica, mil novecientos ochentiocho).

Noveno.- Que, por lo tanto, hay que concluir, que si como consecuencia de la construcción por la
demandada del edificio indicado, se produjo un daño en la propiedad vecina de la actora, la
responsabilidad es objetiva.

Décimo.- Que, no hay lugar a casar la sentencia cuando su parte resolutiva se encuentra arreglada
a ley, como señala el Artículo trescientos noventisiete del Código Procesal Civil, correspondiendo
solamente la rectificación del fundamento; por estas consideraciones, declararon: INFUNDADO el
Recurso de Casación interpuesto a fojas novecientos noventiséis; en consecuencia: NO
CASARON la resolución de vista de fojas novecientos ochentidós, su fecha veintidós de mayo de
mil novecientos noventiocho; CONDENARON al recurrente al pago de las costas y costos
originados en la tramitación del recurso, así como a la multa de una Unidad de Procedencia
Procesal; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano;
en los seguidos por la Asociación Benéfica Anglo Americana y otra con la Caja de Pensiones
Militar Policial y otra, sobre indemnización; y los devolvieron.

SS. URRELLO A.; ORTIZ B.; SÁNCHEZ PALACIOS P.; CASTILLO LA ROSA S.; CERNA S.

Responsabilidad por riesgo (A)

La presente jurisprudencia, que establece que la actividad de conducir vehículos de motor es


siempre una actividad arriesgada que requiere de un especial cuidado y máxima atención por parte
de quien la realiza, sugiere que en caso de daños producidos por vehículos motorizados debe
aplicarse el principio objetivo de responsabilidad que sirve de fundamento a la responsabilidad por
riesgo.

Expediente 28-96

LIMA
Lima, diecinueve de agosto de mil novecientos noventiséis.

VISTOS; con los acompañados; por sus fundamentos; y CONSIDERANDO: que la actividad
siempre arriesgada de conducir vehículos de motor, requiere, en todo momento, por parte de quien
la realiza, un especial cuidado y máxima atención, a fin de ser dueño absoluto de los movimientos
del vehículo y de poder adoptar inmediatamente las medidas adecuadas que, cada obstáculo que
surja o incidencia que se presenta, requieran; que en autos se encuentra acreditado que el día de
los hechos el chofer del vehículo de la demandada, manejaba sin tomar las medidas de precaución
y seguridad al estado de la carretera, lo que no le permitió tener el dominio eficaz para adoptar la
determinación más adecuada, produciéndose de ese modo el accidente que ha dado lugar a este
proceso; que la indemnización ha sido fijada teniendo en cuenta, no sólo el daño material sino
también el moral, conforme lo establece el artículo mil novecientos ochenticinco del Código Civil(1)
: declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas setecientos cincuenta, su fecha
veinticinco de octubre de mil novecientos noventicinco, que confirmando en una parte y revocando
en otra la apelada de fojas seiscientos noventicuatro, su fecha diecinueve de diciembre de mil
novecientos noventicuatro, declara FUNDADA en parte la demanda de fojas tres y, en
consecuencia, fija en la suma de treinta mil nuevos soles la indemnización; con lo demás que
contiene; condenaron en las costas del recurso a la parte que lo interpuso; en los seguidos por
doña Laura Antonia Soria Cañas con la Empresa de Transportes Vilcapoma, Empresa Individual de
Responsabilidad Limitada, sobre indemnización.

SS.
ORTIZ
RONCALLA
ROMAN
REYES
ECHEVARRIA
María Julia Pisconti Secretaria.

Responsabilidad por riesgo: negligencia médica (A)

La responsabilidad por riesgo prevista en el artículo 1970º del Código Civil implica que ante la
producción de un daño no es necesario determinar la existencia de culpa o dolo en el agente,
presumiéndose una especie de culpa virtual por la utilización del bien o la actividad riesgosa. En tal
sentido, siendo la actividad médica una de riesgo le es aplicable tal tipo de responsabilidad por los
daños ocasionados al paciente, salvo que se acredite que el daño fue consecuencia de un hecho
fortuito.

Casación 1135-95

LIMA

Lima, treintiuno de octubre de mil novecientos noventiséis.

La Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, en la causa vista el treinta de octubre del año en
curso, emite la siguiente sentencia:

MATERIA DEL RECURSO: Se trata del Recurso de Casación interpuesto por la Sociedad
Francesa de Beneficencia, Centro Hospitalario Maisón de Santé, mediante escrito de fojas
setecientos veinticinco, contra la resolución de fojas cuatrocientos sesenta, su fecha nueve de
octubre de mil novecientos noventicinco, expedida por la Segunda Sala Especializada en lo Civil de
la Corte Superior de Justicia de Lima, que confirmando en un extremo y revocando en el otro la
apelada de fojas cuatrocientos ochentinueve, su fecha quince de febrero del año próximo pasado,
declara fundada en parte la demanda de indemnización, interpuesta por Jorge Alberto Soto
Villanueva a fojas ciento sesentiuno.
FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

La demandada sustenta su recurso en las causales contenidas en los incisos primero y segundo
del Artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, señalando que se ha aplicado
indebidamente e interpretado erróneamente la norma de derecho material contenida en los
Artículos mil novecientos setenta y mil novecientos ochentiuno del Código Civil,(1) y que se ha
inaplicado al caso de autos al Artículo mil novecientos setentidós del Código Sustantivo(2).

CONSIDERANDO:

Primero.- Que, concedido el Recurso de Casación a fojas setecientos treinticuatro, mediante


resolución de fecha veintiuno de noviembre de mil novecientos noventicinco, y habiéndose
declarado la procedencia del mismo por resolución de fecha veintidós de mayo del año en curso,
es necesario examinar los fundamentos del Recurso de Casación.

Segundo.- Que, el Recurso de Casación se ha declarado procedente por las causales


contempladas en los incisos primero y segundo del Artículo trescientos ochentiséis del Código
Procesal Civil, fundamentándolo en el hecho de que se ha aplicado indebidamente al caso de
autos el Artículo mil novecientos setenta del Código Civil, pues afirma que esta norma no le es
aplicable a la Clínica, ya que la responsabilidad objetiva que contiene alcanza a otros tipos de
bienes como son medios de transporte, asimismo refiere que se ha interpretado erróneamente la
norma contenida en el Artículo mil novecientos ochentiuno del Código Sustantivo, expresando que
se le exime de responsabilidad al subordinado y se le atribuye al principal; y agrega que la norma
aplicable al presente proceso es el Artículo mil novecientos setentidós del Código Sustantivo, pues
indica que el hecho ha sido un caso fortuito.

Tercero.- Que, el recurrente afirma que se ha aplicado indebidamente al caso de autos el Artículo
mil novecientos setenta del Código Civil, expresando que es necesario para su aplicación la
existencia del dolo o negligencia en el actuar, y agrega que el bien riesgoso a que se refiere este
artículo esta circunscrito a medios de transporte; sin embargo el mencionado artículo establece que
aquel que mediante un bien riesgoso o peligroso, o por el ejercicio de una actividad riesgosa o
peligrosa causa un daño a otro, está obligado a repararlo, estableciéndose así el supuesto de la
responsabilidad por riesgo, entendiéndose que ante la producción de un daño, no es necesario
determinar la culpa o dolo en el agente, pudiéndose afirmar que existe una especie de culpa virtual
por el hecho de la utilización de la actividad riesgosa; que, en el presente caso la operación
practicada por el médico es considerada como actividad riesgosa, por lo que se encuadra dentro
de los lineamientos del mencionado artículo por lo que se ha aplicado correctamente.

Cuarto.- Que, en relación a la interpretación errónea del Artículo mil novecientos ochentiuno del
Código Civil, afirma el recurrente que estriba en el hecho de que se le exime de responsabilidad al
médico y se le atribuye al principal; que, esta norma establece la responsabilidad indirecta del
empleador, cuando el daño ocasionado lo ha realizado personal a su cargo, como es el caso de
autos, por lo que esta norma está correctamente interpretada en el presente caso, tanto más, que
no existe recurso impugnatorio del actor respecto a la situación del codemandado.

Quinto.- Que, asimismo afirma que resulta de aplicación al caso de autos el Artículo mil
novecientos setentidós del Código Civil, expresando que la muerte del menor se produjo como
consecuencia de un caso fortuito; que, la citada norma establece que el autor no está obligado a la
reparación cuando el daño fue consecuencia de caso fortuito o fuerza mayor, de hecho
determinante de tercero o de la imprudencia de quien padece el daño; que en el presente caso no
se ha probado de modo alguno que el deceso del menor haya sido como consecuencia de un caso
fortuito, por cuanto la atención se confió a una Institución como la clínica demandada.

RESOLVIERON:
Estando a las conclusiones a las que se arriba, se declara INFUNDADO el Recurso de Casación
interpuesto por la Sociedad Francesa de Beneficencia, Centro Hospitalario Maisón de Santé y NO
CASAR la sentencia de fojas cuatrocientos sesenta, en los seguidos por Jorge Alberto Soto
Villanueva con la Sociedad Francesa de Beneficencia, Centro Hospitalario Maisón de Santé sobre
indemnización; DISPUSIERON la publicación de esta resolución en el Diario Oficial El Peruano,
bajo responsabilidad; y los devolvieron.

SS. RONCALLA; ROMAN; REYES; VASQUEZ; ECHEVARRIA

Responsabilidad vicaria y responsabilidad solidaria (A) (*)

(*) Esta jurisprudencia fue publicada en el Tomo N° 8 de Diálogo con la Jurisprudencia

Si bien se trata de un supuesto de responsabilidad objetiva en la que los intervinientes responderán


solidariamente, consideramos que el juzgador podría graduar el monto indemnizatorio de acuerdo
a la participación de cada uno de ellos, teniendo en cuenta que la solidaridad se deriva de distintos
supuestos fácticos: por un lado, la responsabilidad vicaria o del empleador y, por otro, la coautoría
al existir varios autores directos del daño.

Expediente 487-96

LIMA

Lima, veintiuno de abril de mil novecientos noventisiete.

VISTOS ; con el acompañado; por los fundamentos pertinentes de la resolución de vista; y


CONSIDERANDO: PRIMERO: Que, con la investigación policial consignada en el Atestado que en
copia certificada obra a fojas una y siguientes se arriba a la certeza de que el ómnibus de la
Empresa de Transporte Cinco Sociedad Anónima, manejado por el chofer demandado don
Humberto Narro Aliaga, discurría en la fecha de autos a excesiva velocidad: que tal aserto fluye de
los siguientes hechos constatados en la precitada investigación: a) como aparece de la inspección
ocular y del croquis copiados a fojas trece y veintisiete, respectivamente, el tramo de la carretera
en donde se produjo el accidente es recto y amplio, no habiéndose advertido huellas de frenada del
indicado vehículo, de suerte que de haber discurrido el referido ómnibus a una velocidad
razonable, pese al ilegal e imprudente estacionamiento de camión de propiedad del emplazado
Sabino Albites Huamán, habría eludido el violento impacto con el camión, sin invadir el carril
opuesto por donde en ese momento rodaba en sentido contrario el ómnibus de la Empresa
demandante; y b) por la circunstancia de haber sido desplazado totalmente el camión fuera de la
pista por el fuerte choque inferido por el ómnibus de la Empresa demandada, tan es así que como
consecuencia directa de tal colisión, falleció el ayudante Marino Galán Maguiña, que se hallaba en
la cabina del camión en mención; SEGUNDO : Que, consecuentemente, tal como ha resuelto la
sentencia apelada de fojas trescientos once, aclarada a fojas trescientos veintiuno, existe
responsabilidad en los tres demandados, los mismos que al estar de lo previsto por el artículo mil
novecientos ochentitrés(1) del Código Civil, deberán indemnizar solidariamente a la actora con una
sola cantidad de dinero, tal como contempla el artículo mil novecientos ochenticinco(2) del acotado
Código; y TERCERO : Que, indefectiblemente, el monto señalado como indemnización devenga
intereses legales desde el veintisiete de setiembre de mil novecientos noventa, fecha en que se
produjo el daño, como así lo preceptúa la última parte del numeral últimamente citado; declararon
NO HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas trescientos ochentitrés, su fecha diecinueve
de julio de mil novecientos noventiséis, en cuanto confirmando la apelada de fojas trescientos
veintiuno, declara fundada en parte la demanda de fojas sesenticinco; declararon HABER
NULIDAD en la recurrida en la parte que declara infundada la acción contra la empresa de
Transporte Cinco, Sociedad Anónima y contra don Humberto Narro Aliaga y ordena que la
indemnización por todo concepto debe pagar únicamente don Sabino Alvites Huamán;
REFORMANDOLA en estos puntos: confirmaron la de primera instancia que en vía de aclaración
por auto de fojas trescientos veintiuno, de fecha veinticuatro de enero de mil novecientos
noventiséis ordena que están obligados al pago de la indemnización, en forma solidaria, los
demandados Empresa de Transporte Cinco, Sociedad Anónima, Humberto Narro Aliaga y Sabino
Albites Huamán; declararon HABER NULIDAD en la de vista en cuanto revocando la apelada fija
en la cantidad de diez mil nuevos soles el monto de la indemnización por todo concepto:
REFORMANDO al primera y REVOCANDO la segunda en este extremo: señalaron el monto de la
indemnización en la suma de cincuenta mil nuevos soles; declararon NO HABER NULIDAD en la
recurrida en la parte que ordena el pago de intereses legales que se computarán a partir de la
fecha en que se produjo el daño; en los seguidos por Compañía Transportes Piura con Empresa de
Transportes Cinco Sociedad Anónima y otros, sobre indemnización por daños y perjuicios; y los
devolvieron.

SS.
IBERICO
RONCALLA
SEMINARIO
TINEO
ALMEYDA

Teoría del riesgo: Inoponibilidad del contrato de exoneración de responsabilidad (A)

El art. 1970 del Código Civil, que recoge la teoría del riesgo, prescribe que quien use un bien
riesgoso es responsable del daño causado a terceros.
Es inoponible, a terceros, el contrato por el cual se designa al agente encargado de reparar el daño
causado, máxime si se celebró con posterioridad a la producción del daño y a la interposición de la
demanda.

Expediente 446-97

Sala Nº 4

Lima, dieciséis de junio de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; intervinieron como Vocal Ponente el doctor Castillo la Rosa Sánchez, por sus
fundamentos, y CONSIDERANDO además: Primero.- Que, el uso de objetos o aparatos de riesgo
como es un camión, trae consigo la responsabilidad del pago de los daños que ese uso produzca a
terceros, así funciona la teoría del riesgo que recoge el artículo mil novecientos setenta del Código
Civil(1) ; Segundo.- Que, en el caso de autos el uso del camión perteneciente a la Municipalidad
Distrital de Miraflores durante el uso que le daban, embistió por la parte posterior a la camioneta de
la demandante, produciéndoles daños cuya indemnización se reclama; Tercero.- Que, a mayor
abundamiento, el chofer causante del accidente, codemandado Jorge Ruiz Frías, venía prestando
servicios a la Municipalidad indicada, haya sido o no proporcionado por la empresa Mecser y si
bien en la cláusula sexta del contrato de prestación de servicios celebrado entre la Municipalidad y
Mecser, obrante a fojas ciento cuarenticuatro, ésta responderá los daños frente a terceros, tal
pacto define relaciones internas entre ambas, pero no puede determinar el derecho indemnizatorio
de terceros, conforme a la responsabilidad del riesgo, que es objetiva, pero es del caso anotar
además que ese contrato se suscribió después de producido el accidente e incluso después de
planteada la demanda, debiendo tenerse además presente que entre la relación de los choferes de
la empresa prestadora de servicios, que corre a fojas ciento setenta no figura el expresado
codemandado; Cuarto.- Que, la parte demandante no ha interpuesto apelación respecto del monto
de la indemnización fijada por el juez; CONFIRMARON: la sentencia de fojas ciento cinco, su fecha
veinte de diciembre de mil novecientos noventiséis, que declara fundada la demanda y dispone que
la Municipalidad demandada abone la suma de cinco mil Nuevos Soles solidariamente con su
codemandado, más los intereses legales desde cuando se produjo el evento dañoso, con lo demás
que contiene; y los devolvieron.
SS. CASTILLO LA ROSA SANCHEZ; GONZALES CAMPOS; BARRERA UTANO

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