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Juguetes precinematográficos
Como sabemos, el interés por captar imágenes y por tratar de representar el movimiento
acompaña al hombre prácticamente desde las primeras pinturas rupestres. La aparición del cine es
una confluencia de factores, como veremos, que van desde los avances en el campo de la
fotografía, los trabajos en la teoría de la persistencia retiniana o la proyección en pantalla. Pero ya
antes del cine, una serie de aparatos o juguetes ópticos o precinematográficos, basados también
en la persistencia retiniana, intentan crear la ilusión del movimiento (ya en 1824, Jhon Paris utilizó
su taumátropo para demostrar este efecto en el real Colegio de Físicos)
Estos instrumentos utilizan una técnica comparable a las modernas películas de dibujos animados:
Se dibujan una serie de imágenes en las que cada una muestra una etapa de un movimiento.
Pasando estas imágenes en una sucesión tan rápida que el cerebro no tenga tiempo para
registrarlas como imágenes separadas, una a continuación de otra, se produce la sensación de
movimiento continuo.