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FACULTAD DE MEDICINA
Tesis de Doctorado
Año 2008
A Neva y Carlos (in memoriam) que hicieron de mí todo lo que soy y que, desde mi
corazón, observan los frutos de su gigantesco esfuerzo y enorme amor. Los amo.
Mi eterno agradecimiento a:
Mis amigos de toda la vida (Luis, M arcelo, Nacho, César, Andrés, Fernando, Ezequiel) que me alegran
la vida mucho más de lo que ellos, probablemente, se imaginan. A lo largo de ya muchos años (¡34!) me han
ayudado y me ayudan a vivir. Y permiten que yo haga lo propio por ellos. Mis hermanos del alma.
Patricia Tagliaferro (Patri), excelente profesional e, infinitamente, mejor amiga. Fuente de toda tranquilidad
y paciencia para con este médico inexperto en las lides de la mesada. Amiga ahora a la distancia, baltimorense
y “newjerseyense” perdida para la Argentina y ganada para Nigeria, fuente subversiva de innúmera bibliografía
hurtada hábil y legalmente al Imperio. Siempre una voz mesurada, tranquilizadora, equilibrada.
Javier Ramos (Javi), excelente investigador y gran compañero; ¡pobre hombre! me ha enseñado con infinita
paciencia todo lo que se debe saber en un laboratorio (poco he aprendido, vano esfuerzo el tuyo); más
importante que todo, consejero y amigo, no sólo él, sino su propia tesis me ha servido de enorme ayuda en la
confección de esta, la mía; benavidense por adopción y colegial renegado (sabiamente). Flamante padre, la
vida tiene otras caras. ¡Sí, ya vamos a hacer la stand-up comedy!
M aite Duhalde Vega (M ai) y Alejandro Ferrari (Ale), con quienes tanto hemos trabajado y nos hemos
divertido, con quienes nos hemos hartado de tomar mate, reírnos, cortar cerebros y hacer “inmunos”. A Maite
le debo la toma de algunas de las muy buenas fotos de este trabajo.
Javier Lujilde, chubutense conspirador devenido esquelense aspira-cenizas, hacker, cracker, aprendiz de brujo
y anestesiólogo, excelente médico que conserva intacta su consciencia, comedor de paredes celulares,
excelente compañero y mejor amigo. ¡Zonzo...!
Laura Caltana, que, además de colaborar y ayudarme, es una lúcida mujer, que siempre está alerta a todo y
le pone un toque de frescor al laboratorio.
Paula Fontanet, estudiante de biología, inteligente mujer y mejor cocinera de tortas de chocolate, simpática
y divertida, disgráfica escritora de correos electrónicos, que me ha ayudado con infinitas mediciones (mientras
miraba videos de lo más aburridos); espero que no le hayan quedado daños cerebrales persistentes.
Paula Aronne, nuestra biológa marplatense, que ha realizado y realiza un intensivo curso de deformación
científica bajo mis certeros consejos (¡Dios se apiade de ti, hija mía!), y que tanto me ha ayudado con los
experimentos y mediciones, inmunos y cesáreas. Una gran amiga, lamentablemente iniciada en los misterios
dolorosos y fecundos de la vida.
Alicia Rossi, sufrida rosarina en la gran urbe, luchadora incansable contra vientos y mareas, el ejemplo vivo
de lo que es una buena persona. También ella vió videos hasta el cansancio (¡más aún!); espero que no le hayan
quedado daños cerebrales por los infinitos videos.
Trinidad Saez, nuestro misterio en forma de biológa. Sin embargo, yo te conozco, je...
Tamara Guadagnoli, el ejemplo vivo de la persona feliz si las hay, (ya) futura esposa, bióloga, sahumerista
y descontaminadora de los malos espíritus que se cuelan en nuestro laboratorio.
Emérita (jeje) Jorge Vilela de Banchieri, M eri, nuestra queridísima Meri (y ahora, ¡la nonna!), excelente
técnica de microscopía electrónica y, casi, casi, una mamá más. Gracias, Meri. ¡No te imaginás cuánto te debo!
¡Ojalá hubiera en el mundo más mujeres como vos!
Dorita Tello y Gladys M oreira, que han cuidado de todas mis ratas con esmero y profesionalismo y han
tolerado todos mis pedidos con buen humor y solicitud, y siempre me han ayudado, incluso más allá de lo que
les correspondía.
Pablo Corazza, quien con cuidado y habilidad ha revelado todos y cada uno de los negativos y los positivos
de las fotografías de microscopía electrónica.
Todo el personal técnico y no docente, presente y pasado, de la Cátedra y el Instituto (Antonia Aloisio,
Patricia Altieri, Carolina Barraza, Nilda Buscaglia, Alejandro Butti, M aría Ester Céceres, Rita
iii
Corvalán, Susana Cuneo, M argarita López, M ariana López Ravasio, Silvia M auro, Norma Olives†,
Daniel Otero, Pablo Oviedo, Ángel Pablo Henríquez, Carmen Ramos, Valentina Sorzoni, Christian
Tello, Silvia Trejo) sin quienes, simplemente, ninguno de nosotros podría trabajar y yo no hubiera podido
llegar a esto.
La Lic. M aría Teresa Di Vietro y todo el personal a su cargo en la Biblioteca Central “M ontes de Oca”
de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (entre todos ellos, especialmente Patricia
Carrizo, M aría Rosa Saracino, Carina Zabala, Sebastián Aranega, Diego Palermo, Alejandro Delgado),
que han atendido con profesionalismo y excelente predisposición a todos mis pedidos (muchos de ellos,
extensos y/o extraños) en mis numerosas consultas y búsquedas bibliográficas; fieles guardianes del
invalorable y desconocido tesoro bibliográfico de nuestra querida Facultad.
Mis muchos y muy buenos compañeros del Hospital Neuropsiquiátrico de M ujeres “Dr. Braulio A.
M oyano” (el antiguo y más romántico Hospital Nacional de Alienadas) a quienes debo tanto, pero tanto, en
muchos sentidos (profesional y personal): Fabián M olina (¡papá!); Cristina Olivieri, Laura Belfiore, Elisa
Cortese, Luis M azzarella, Alberto Andrieu, Cecilia Gasque Justo, Adrián Fantini y Florencia Esteban.
Álvaro Beccio. Irene Romero, Viviana Pezoa, Norma Noto , y Hugo Alcalá. Carlos Paz, M ariano Outes,
Guillermo Núñez, Susana Vallejo, Cristina Jorrat, Patricia Presas, M artina Polach, Lucía Seré,
Carolina Singer y M atías M artínez. Rosalía Pereyra (¡mamá!), M aría Zapana, Luis Cubillas, Lorena
Albamonte, M ónica Rodríguez, M ónica Ibarra, Dionisio Barros y Gabriela Valentino. M irta Ricci.
Pablo Berretoni. A Dante, gracias por toda la compañía silenciosa pero eficaz; hasta el último momento.
Norberto M uzzoppappa, excelente psicólogo, colega y amigo gracias a quién, en parte, pude continuar con
esta tesis (y no sólo eso).
El Dr. Juan Carlos Goldar quien (no lo sabe, por supuesto) me ha servido (y sirve) de guía e inspiración
silenciosa en el arduo e ingrato camino por la diferencia entre CIENCIA y deporte tecnológico, entre
investigación científica y CIENCIA. Sin quererlo, contribuyó en gran medida a que me diera cuenta y
confirmara que la claridad mental, los conocimientos y la sabiduría no se alcanzan acumulando títulos y
honores, diplomas y distinciones, publicaciones y conferencias, o corriendo tras innúmeros cursos. Sino por
el simple expediente de sentarse tranquilo a leer, a observar, a registrar, a reflexionar y pensar.
Independientemente para con la opinión de los numerosos “iluminados” que pululan por doquier.
Fabián Loidl, por su amistad, simplemente. Aún quedan espíritus decimonónicos en nuestro mundo.
Juan José López, otro espíritu del XIX, que siempre ha estado ahí para brindarme un consejo.
M aría Jimena Ricatti, mi gran amiga (¡gracias por todo! y yo sé por qué), a quien me une no sólo el amor
sino también el espanto. Gracias.
* * *
Finalmente (last, but not least), a la Prof. Dra. Alicia Brusco, mi directora de tesis, que me dió la gigantezca
oportunidad de hacer lo que toda la vida quise: CIENCIA. Y que casi estoicamente soportó mi lentitud en el
trabajo, mis desvaríos y desvíos, mi minuciosidad y preciosismo permitiéndome, a la vez, innovar, crear y
experimentar con inusual libertad y confianza hacia mí (algo que es muy poco frecuente hoy en día). A ella,
mi enorme y eterna gratitud. Gracias, Alicia, por aguantarme. Espero que haya valido la pena tanta
“malasangre”.
iv
“Conviene que la gente sepa que nuestros placeres, gozos, risas y juegos no proceden de otro
lugar sino de ahí [del cerebro], y lo mismo las penas y amarguras, sinsabores y llantos. Y por
él precisamente, razonamos e intuimos, y vemos y oímos y distinguimos lo feo, lo bello, lo
bueno, lo malo, lo agradable y lo desagradable, distinguiendo unas cosas de acuerdo con la
norma acostumbrada, y percibiendo otras de acuerdo con la conveniencia; y por eso al
distinguir los placeres y los desagrados según los momentos oportunos no nos gusta (siempre)
las mismas cosas.
“También por su causa enloquecemos y deliramos, y se nos presentan espantos y terrores, unos
de noche y otros por el día, e insomnios e inoportunos desvaríos, preocupaciones inmotivadas y
estados de ignorancia de las circunstancias reales y extrañezas. Y todas esas cosas las
padecemos a partir del cerebro, cuando este no está sano,...”
Hipócrates (siglo V a.C.; Sobre la enfermedad sagrada, Corpus Hippocraticum)
“La Psicología, a pesar de numerosos esfuerzos e intentos, no ha podido ser llevada finalmente
al rango de una ciencia exacta porque sus conceptos básicos fueron edificados forzada e
independientemente de los conocimientos cerebrales. La ingenua presuposición de que sin
conocer un órgano como el cerebro puede desarrollarse su fisiología ha convertido a esta en un
campo de acción para las más extrañas ocurrencias de las cuales poco queda como valedero.
“También la Psiquiatría, por falta de claros conceptos sobre el órgano de la Psiquis, ha sufrido
sensiblemente y no ha podido remontarse al mismo plano que el resto de las disciplinas
médicas” [...] “Todavía en los últimos tiempos autores de difundidos textos psiquiátricos se
ufanan en el desprecio a la anatomía cerebral considerándola casi como un requisito para
entender la psicopatología y como prueba de una madura experiencia psiquiátrica. Yo espero
que este orgullo de los ignorantes próximamente llegue a su fin.”
Paul Emil Flechsig (1896; Gehirn und Seele) 2
1
Citado en Outes y Estevez, 1987.
2
Citado en Outes y González, 1988.
v
Los resultados del presente trabajo han sido parcial y previamente publicados en:
vi
Índice
“Hasta el viaje más largo comienza por el primer paso.”
Proverbio chino.
Agradecimientos. iii
Lista de abreviaturas. xiii
Resumen. 1
I. Introducción: 6
1. Un caso clínico ilustrativo (a modo de prólogo). 7
2. El alcoholismo materno-fetal (AMF) (el morbo): 11
I.2.1. Los trastornos del espectro del alcoholismo fetal (FASD). 14
I.2.1.1. El síndrome alcohólico fetal (FAS). 19
I.2.1.2. Los efectos del alcoholismo fetal (FAE): 22
I.2.1.2.1. Los trastornos congénitos relacionados con el alcohol
(ARBD). 23
I.2.1.2.2. Los trastornos del neurodesarrollo relacionados con el
alcohol (ARND). 23
3. El etanol (el agente etiológico): 26
I.3.1. Farmacocinética. 27
I.3.2. Farmacocinética del etanol en la mujer. Características particulares. 32
I.3.3. Farmacocinética materno-fetal y en el recién nacido. 33
I.3.4. Farmacodinamia. 35
I.3.5. Correlación entre el nivel de alcoholemia y las manifestaciones
cognitivo-conductuales en la intoxicación aguda. 36
4. Desarrollo normal del sistema nervioso central (el período de acción de
la noxa). 38
I.4.1. La inducción de la placa neural y la neurulación. 40
I.4.2. Formación de las vesículas encefálicas. 41
I.4.3. Desarrollo de las vesículas telencefálicas y corticogénesis. 43
I.4.3.1. Formación del neuroepitelio. 43
I.4.3.2. Cinética proliferativa de las células neuroepiteliales. 44
I.4.3.3. Ritmo proliferativo de las zonas ventricular y subventricu-
lar del neuroepitelio. 46
I.4.3.4. La glía radial. 49
I.4.3.5. Evolución posterior del neuroepitelio en las vesículas telence-
fálicas. 52
5. Las relaciones neurogliales (el mecanismo etiopatogénico): 55
I.5.1. La serotonina: 55
I.5.1.1. Síntesis, almacenamiento, liberación y degradación. 56
I.5.1.2. El sistema serotoninérgico. 58
I.5.1.3. Los receptores 5-HT1A. 62
I.5.1.4. Funciones de la serotonina en el SNC adulto y en el desarrollo. 64
I.5.2. Los astrocitos: 67
I.5.2.1. Morfología y funciones. 68
I.5.2.2. La proteína S100B. 73
I.5.3. El citoesqueleto neuronal y astrocitario: 77
viii
I.5.3.1. Los filamentos intermedios (FI). 77
I.5.3.2. La proteína asociada a microtúbulos de tipo 2 (MAP-2). 81
I.5.4. El óxido nítrico y el sistema nitrérgico. 83
II. Hipótesis y Objetivos. 87
1. Consideraciones generales acerca del alcoholismo materno-fetal, el sis-
tema serotoninérgico, los astrocitos y la proteína S100B y el sistema ni-
trérgico. 88
2. Hipótesis. 91
3. Objetivos: 93
II.3.1. Generales. 93
II.3.2. Específicos. 95
III. Materiales y Métodos: 97
1. Materiales. 98
2. Métodos: 99
III.2.1. Método utilizado de administración de etanol. 99
III.2.2. Metodología general del tratamiento de los animales: 101
III.2.2.1. Origen, alojamiento. 101
III.2.2.2. Apareamiento, diagnóstico de preñez y cría. 102
III.2.2.3. Alimentación apareada. 103
III.2.2.4. Bebida. 104
III.2.3. Protocolos experimentales: 105
III.2.3.1. Exposición prenatal al etanol, sin prevención del daño. 105
III.2.3.2. Exposición prenatal al etanol, con prevención del daño
por administración de buspirona. 106
III.2.3.3. Exposición al etanol durante la adolescencia con abstinencia
posterior. 108
III.2.3.4. Exposición al etanol durante la adultez. 109
III.2.4. Evaluación conductual de la intoxicación y la abstinencia. 110
III.2.5. Determinación de la alcoholemia. 111
III.2.6. Estudios de microscopía: 112
III.2.6.1. Fijación de los animales y procesamiento de los cerebros. 112
III.2.6.2. Selección de los cortes de tejido. Áreas cerebrales evaluadas. 113
III.2.6.3. Microscopía óptica: 114
III.2.6.3.1. Coloración de Nissl. 114
III.2.6.3.2. Inmunocitoquímica (ICQ). 115
III.2.6.3.3. Análisis de imágenes digitales asistido por computadora.
Morfometría. 117
III.2.6.4. Microscopía electrónica. 119
III.2.7. Estudios conductuales. 120
3. Análisis estadístico de los datos. 121
IV. Resultados: 123
1. Protocolo de exposición prenatal al etanol sin prevención del daño: 124
IV.1.1. Resultados generales del tratamiento: 124
IV.1.1.1. Consumo de alimento. 124
IV.1.1.2. Consumo de bebida. 125
IV.1.1.3. Consumo de etanol. 127
IV.1.1.4. Ingreso calórico total . 128
IV.1.1.5. Evolución ponderal de las hembras. 130
IV.1.1.6. Número de crías, relación machos/hembra, peso de las crías
ix
al nacer y su evolución ponderal hasta P21. 133
IV.1.1.7. Alcoholemia en madres y crías. 134
IV.1.2. Observación de los cortes de los cerebros de crías P21 teñidos
con la coloración de Nissl. 136
IV.1.3. Experimentos de inmunocitoquímica en P21: 141
IV.1.3.1. Triptófano hidroxilasa (TPH). 141
IV.1.3.2. Serotonina (5-HT). 143
IV.1.3.3. Transportador de serotonina (5-HTT). 144
IV.1.3.4. Proteína gliofibrilar ácida (GFAP). 146
IV.1.3.5. Proteína S100B (S100B). 148
IV.1.3.6. Neurofilamentos de 200 kDa (Nf-200). 151
IV.1.3.7. Óxido nítrico sintetasa neuronal (nNOS). 154
IV.1.4. Microscopía electrónica del cerebro de las crías en P5 y P21. 157
2. Protocolo de exposición prenatal al etanol con prevención del daño por ad-
ministración de buspirona: 161
IV.2.1. Resultados generales del tratamiento: 161
IV.2.1.1. Consumo de alimento. 161
IV.2.1.2. Consumo de bebida. 162
IV.2.1.3. Consumo de etanol. 163
IV.2.1.4. Ingreso calórico total. 165
IV.2.1.5. Evolución ponderal de las hembras. 166
IV.2.1.6. Número de crías, relación machos/hembra, peso de las crías
al nacer y su evolución ponderal hasta P88. 169
IV.2.1.7. Alcoholemia en madres y crías. 171
IV.2.2. Experimentos de inmunocitoquímica: 171
IV.2.2.1. Serotonina (5-HT). 171
IV.2.2.2. Proteína gliofibrilar ácida (GFAP). 174
IV.2.2.3. Proteína S100B (S100B). 178
IV.2.2.4. Proteína asociada a microtúbulos tipo 2 (MAP-2). 180
IV.2.3. Experimentos conductuales en P90. 185
3. Protocolo de exposición al etanol durante la adolescencia con abstinencia
posterior. 186
IV.3.1. Resultados generales del tratamiento (consumo de alimento y lí-
quido, alcoholemias y peso de las ratas). 186
IV.3.2. Experimentos de inmunocitoquímica: 189
IV.3.2.1. Serotonina (5-HT). 189
IV.3.2.2. Proteína gliofibrilar ácida (GFAP). 191
IV.3.2.3. Proteína S100B (S100B). 194
IV.3.2.4. Neurofilamentos de 200 kDa (Nf-200). 196
IV.3.2.5. Proteína asociada a microtúbulos tipo 2 (MAP-2). 199
IV.3.2.6. Óxido nítrico sintetasa neuronal (nNOS). 202
IV.3.2.7. Descripción de los cambios morfológicos observados en el
citoesqueleto neuronal. 206
4. Procolo de exposición al etanol durante la adultez: 208
IV.4.1. Resultados generales del tratamiento. 208
IV.4.2. Experimentos de inmunocitoquímica: 208
IV.4.2.1. Transportador de serotonina (5-HTT). 208
IV.4.2.2. Proteína gliofibrilar ácida (GFAP). 210
IV.4.2.3. Proteína S100B (S100B). 212
x
IV.4.2.4. Neurofilamentos de 200 kDa (Nf-200). 214
IV.4.2.5. Proteína asociada a microtúbulos tipo 2 (MAP-2). 216
V. Discusión: 220
1. Parámetros generales de los tratamientos en los distintos protocolos: 221
V.1.1. Consumo de alimento, bebida y calorías. 221
V.1.2. Consumo de etanol y alcoholemias. 226
V.1.3. Variaciones de peso. 231
V.1.4. Efectos generales de la exposición prenatal al etanol sobre la des-
cendencia. 233
2. Las neuronas “oscuras” o la Zellschrumpfung: 236
V.2.1. Hallazgos en la corteza frontal con el Nissl. 236
V.2.2. Hallazgos en el cuerpo estriado y en la corteza frontal con la mi-
croscopía electrónica. 252
3. La exposición prenatal al etanol. 256
4. La prevención del daño con buspirona. 265
5. Los adolescentes: 271
V.5.1. El problema de definir y delimitar la adolescencia en humanos y
en ratas. 271
V.5.2. Cambios nerviosos y conductuales normales durante la adoles-
cencia. 272
V.5.3. Cambios morfológicos prolongados tras la exposición durante
la adolescencia y la abstinencia. 273
6. Los adultos. 284
7. Comparación de los hallazgos entre las distintas edades. 286
VI. Conclusiones y comentarios finales. 289
1. Conclusiones. 290
2. Comentarios finales. 292
VII. Anexos: 296
1. Anexo I. Síndrome alcohólico fetal y trastornos asociados. Criterios diag-
nósticos: 297
VII.1.1. Elementos diagnósticos de Jaqueline Rouquette. 297
VII.1.2. Criterios diagnósticos del Institute of Medicine (IoM). 297
VII.1.3. Propuesta de revisión de los criterios diagnósticos del Institute of
Medicine (IoM) para los FASD. 299
VII.1.4. Criterios diagnósticos para el Centro para el Control de Enferme-
dades (CDC) para los FASD. 302
VII.1.5. Código diagnóstico de 4-Dígitos. 303
VII.1.6. Lineamientos canadienses para el diagnóstico del FAS, FAS par-
cial y los ARND. 304
2. Anexo II. Manifestaciones fenotípicas físicas en el síndrome alcohólico
fetal. 307
3. Anexo III. Receptores serotoninérgicos. 308
4. Anexo IV. Estructura de ciertas proteínas relevantes al presente trabajo: 310
VII.4.1. Estructura de la proteína S100B. 310
VII.4.2. Estructura del receptor para los productos finales de la glucosila-
ción avanzada (RAGE). 312
VII.4.3. Estructura de los filamentos intermedios (FI). 313
VII.4.4. Estrucutra de la proteína asociada a microtúbulos de tipo 2
(MAP-2). 315
xi
5. Anexo V. Métodos experimentales de exposición de animales al etanol.
Ventajas y desventajas de cada uno: 318
VII.5.1. Administración en el agua de bebida. 320
VII.5.2. Administración por inyección intraperitoneal. 321
VII.5.3. Administración intragástrica. 322
VII.5.4. Administración inhalatoria. 324
VII.5.5. Administración por dieta líquida. 324
6. Anexo VI.Tablas de datos de los parámetros nutricionales evaluados en los
protocolos de exposición prenatal al etanol (EPE). 327
7. Anexo VII. Tablas de datos de los parámetros morfométricos evaluados en
los experimentos de inmunocitoquímica. 329
VIII. Bibliografía. 334
xii
Lista de Abreviaturas:
xiii
Resumen
“Sé breve en tus razonamientos, que ninguno hay gustoso si es largo.”
M iguel de Cervantes Saavedra.
2
Resumen
radial que poseen receptores para la serotonina -5-HT- y, ante cuyo estímulo, liberan a la
proteína S-100B, una proteína con actividad promotora de la estabilización del
citoesqueleto neuronal y astrocitario, la extensión de neuritas y el establecimiento de
circuitos sinápticos); y el sistema nitrérgico (un particular sistema neurotransmisor
relacionado con el serotoninérgico y los astrocitos).
La mayoría de los estudios experimentales que han lidiado con el AMF han intentado
reproducir los grados mayores de afectación por consumo prenatal de EtOH. En ese tipo
de estudios se han encontrado alteraciones fehacientes en muchos de los elementos
mencionados. Sin embargo, son escasos los trabajos que intentan reproducir in vivo grados
de afectación menores o mínimos (que son, probablemente, mucho más numerosos que los
casos de afectación catastrófica). Es lo que se ha intentado en este trabajo: realizar un
modelo animal de ARND, caracterizarlo y estudiarlo bajo diferentes aspectos con foco en
las relaciones neuro-gliales en las que el sistema serotoninérgico es el centro.
Así, en distintos períodos del desarrollo vital, en sendos protocolos experimentales en
animales de utilización habitual en el laboratorio (ratas Wistar), se expuso a estos al EtOH
6,6% v/v en el agua de bebida y se evaluó el daño provocado en distintos parámetros. Los
períodos vitales estudiados fueron los siguientes:
I) durante el desarrollo prenatal por medio de un modelo de AMF en el que se intoxicó
a las hembras 6 semanas antes de la preñez, y
A) durante la gestación y la lactancia, para exponer a las crías durante el desarrollo
intra- y extrauterino (por vía transplacentaria y por la leche materna; protocolo de
exposición prenatal al EtOH sin prevención del daño); y
B) solo durante la gestación para exponer a las crías durante el desarrollo intrauterino
al tiempo que se administró a las madres una droga (buspirona) durante la parte
final de la gestación, concomitantemente con el EtOH, con la finalidad de evaluar
la posibilidad de prevención del daño provocado por el EtOH (protocolo de
exposición prenatal al EtOH con prevención del daño);
II) durante la adolescencia, en el que a un subgrupo de animales se le permitió
recuperarse del daño por el simple expediente de una abstinencia prolongada
bebiendo agua (protocolo de expsoción al EtOH durante la adolescencia con
abstinencia posterior); y
3
Resumen
4
Resumen
5
Introducción
“Hoy es el alcohol etílico la única sustancia sedativa ydependígena que, por hallarse
institucionalizada, nuestra sociedad maneja y absorbe con toda libertad. Es la droga del
establishment, la droga de nuestro sistema sociopolítico. Esta es precisamente su singularidad
psicofarmacológica. No ocurre nada parejo con ninguna otra sustancia psicotropa.”
Francisco Alonso-Fernández 1
1
Alonso-Fernández, 1992; pág. 44.
2
Historia clínica Nº 81.595 del Hospital Neuropsiquiátrico “Braulio A. Moyano” de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires. Atendí a Ángela (no solo yo) durante mi residencia en psiquiatría (1996-2000), realizada en
“el Moyano”.
7
Introducción
y microzoopsias; episodios de recuerdos escénicos; sentía que le tocaban el brazo y que se lo movían;
también, que la apretaban del cuello o una mano en el estómago que se abría y se cerraba, le clavaban algo
en el pecho; desrealización; intenso miedo a morirse; aspecto pueril. El cuadro fue controlado con el uso de
antipsicóticos y antiepilépticos. Diagnóstico presuntivo: HEBEFRENIA DEPRESIVA.
Segunda internación en el Hospital Moyano (19/08/97 al 05/09/97; 17 días de estadía): en esta ocasión
se presentó inhibida; rígida; signos de la rueda dentada y de la almohada psíquica; mirada perpleja;
hipomímica; piel seborreica; flexibilidad cérea y catalepsia; tensión arterial: 110/80 mm Hg; frecuencia
cardíaca: 134/min.; temperatura axilar: 37,5ºC. Sin negativismo ni alucinaciones; estaba triste pero no sabía
por qué; tenía ideas de matarse que reconocía como no impuestas, sino como propias, pero en las que no podía
dejar de pensar, al tiempo que no se explicaba el por qué y sin tener un plan para llevarlo a cabo; las voces
le decían “tenés que matarte” o “matáte”. Se diagnostica: SÍNDROM E CATATÓNICO, presuntivamente
SÍNDROM E NEUROLÉPTICO M ALIGNO. Se realizaron dos sesiones de tratamiento electroconvulsivo
(TEC; días 29/08 y 01/09); luego del primero, desaparecieron totalmente las voces ; con el segundo,
recuperación del cuadro. Diagnóstico de base: PSICOSIS EPILÉPTICA.
Luego del alta, realizó controles mensuales. Excelente evolución: comenzó a trabajar como recepcionista
en una academia de peluquería en la que luego aprendió el oficio. Cuidaba a sus hijos y tenía una buena
relación con su marido. Presentó en la cara un cloasma como efecto secundario a las fenotiazinas que recibía.
En 1999 se mudó a Uruguay pero continuó realizando controles en Buenos Aires. Internada en un hospital
general, en su país natal, entre el 14/06 y el 14/07/99; en el baño de su casa, había sufrido una CCGT-C que,
por broncoaspiración, produjo como complicación una neumonía aspirativa colapsante, insuficiencia
respiratoria aguda y shock; ingresó a terapia intensiva con una severa insuficiencia respiratoria por edema
pulmonar; sufrió un paro cardiorrespiratorio en bradiasístole por hipoxemia extrema, revertido con medidas
farmacológicas.
Tercera internación en el Hospital Moyano (08/11 al 23/11/99; 11 días); 32 años de edad; viajó sola
desde Uruguay para un control de rutina, se constataron ideas obsesivas de matar a sus hijos con un cuchillo
sumado a gran angustia; nueva internación y, luego, alta con mejoría.
Antecedentes heredofamiliares: su padre es alcohólico, la maltrataba de niña y con un cuchillo en la mano,
la amenazaba con matarla; la madre, también alcohólica, bebió alcohol durante la gestación de Ángela, varios
intentos de suicidio, ejercía la prostitución frente a ella y permitía que sus clientes abusaran de su hija
obligándola a prostituírse; una sobrina padece epilepsia y debilidad mental a causa de una hipoxia cerebral
perinatal; un tío materno padece epilepsia desde la infancia. Tabaquista moderada; niega en todo momento
el consumo de alcohol o cualquier otra droga de abuso (dato confirmado por el esposo). El cuadro de
presentación inicial en la primera internación recordaba al del delirium tremens, motivo por el cual se indagó
con especial énfasis en los antecedentes de consumo de alcohol por parte de la paciente.
Exámenes complementarios de diagnóstico: un EEG (02/05/97) reveló una “discreta desorganización
cortical difusa moderada y generalizada”. Una RM N de cerebro (26/05/97) informó “acortamiento con
reducción moderada de volumen de ambos hipocampos a predominio derecho, sin alteraciones de la señal
8
Introducción
hipocámpica, resto normal”; sin embargo, aunque no se lo informa, es visible, en la cara medial del cerebro,
en posición posterior a la cisura perpendicular interna, comprometiendo todo el lóbulo occipital derecho, una
polimicrogiria focal; se observa también una hipoplasia de la zona posterior del tronco del cuerpo calloso
inmediatamente por delante de su rodete (Fig. 1). Un segundo EEG y mapeo cerebral (10/11/99) informaron
“normalidad eléctrica cortical”. Una segunda RM N (12/11/99), de baja calidad técnica, que impedía apreciar
la polimicrogiria, informaba “normalidad estructural en el cerebro”.
Figura 1. R esonancia m agnétic a nuclear d e cerebro de la paciente Á ngela J.S .M . en la que se observa, en un corte sagita l (A ) la
dism inución localizada del grosor del cuerpo calloso en la región posterior de su cuerpo, inm ediatam ente por delante del rodete,
en la zona correspondiente al cruce de fibras interhem isféricas que conectan a las áreas auditivas (A en a’) y tém poroparietales
(T/P en a’; otras referencias: F: fibras frontales; M : fibras m otoras; S s: fibras som atosensitivas; V : fibras visuales). E n A tam bién
se o bse rva la polim icrogiria del lóbulo occipital en posición p osterior a la cisura p erp end icular interna y q ue im p id e d isting uir con
c la ridad a la cisura calcarina (m ag nificado en a). En un corte coronal (B ) se ob serva la dism inución d el volum en d e am b os
hipoca m pos a pred om inio del derech o (*) pero sin inten sifica ción de la señ al. E n A ’ y B ’, im á g e n e s c o m p a ra bles de u n su jeto
norm al a m odo de c ontrol co m parativo . R eferencias en a’ (m odifica do de P au l et al, 20 07 ): fibras interh em isférica s frontales (F ),
m otoras (M ), so m ato senso riales (S s), au ditivas (A ), tém poroparietales (T/P ) y visuales (V ).
Analicemos el caso clínico. ¿El morbo?. Neuropsiquiátrico (¿qué duda cabe?). ¿El agente etiológico
determinante? El alcohol. ¿El período de acción de la noxa? La gestación de Ángela. ¿El mecanismo
etiopatogénico? Un trastorno del normal desarrollo cerebral. ¿Agentes etiológicos concurrentes? Las
especiales condiciones socio-ambientales en las que Ángela creció, maduró y se desarrolló.
9
Introducción
enfermedades como la que afectó a Ángela. Para ello, en la Introducción, reseñaré lo hasta
repasaré los hitos fundamentales del desarrollo normal en general, y de la corteza cerebral
que fueran gestados bajo la influencia del alcohol, cuando ya no es posible observar
directamente los procesos del desarrollo que fueran alterados por la droga sino solo sus
y cómo ambos, por medio de una proteína astrocitaria secretada bajo estímulo de la
de Hipótesis y Objetivos, tras considerar lo conocido hasta hoy sobre los efectos del
alcohol en estos sistemas a lo largo del desarrollo (desde el prenatal hasta la adultez),
expondré las hipótesis que originaron este trabajo y los objetivos que me propuse cumplir
con él. En la sección de Materiales y Métodos detallaré qué, cómo y con qué realicé los
experimentos para poner a prueba las hipótesis por medio de cuatro protocolos
experimentales distintos (en un anexo detallo las consideraciones que me llevaron a elegir
10
Introducción
hallazgos que obtuve por métodos morfológicos con la microscopía óptica y electrónica,
consideraciones más generales y mediatas, para finalizar en las Conclusiones con lo que
de enseñanzas o reflexiones se pueda obtener de todo esto. Para finalizar la presente tesis
cuya descripción en el cuerpo principal del texto haría muy engorrosa su lectura (pero que
experimentos), como así también todos los datos numéricos de las mediciones que
Hoy en día resulta una obviedad decir que al alcoholismo, al abuso y la dependencia del
EtOH se los considera como uno delos trastornos más comunes relacionados con
sustancias. Y el que mayor cantidad de muertes produce.3 Pero no por ser un tema remanido
3
A pesar de que otras drogas tengan mayor “prensa” a este respecto, incluso entre los médicos.
11
Introducción
“alterar la consciencia”. Sin embargo, según las épocas y los pueblos que se consideren, su
ha sido) compartido con muchas otras drogas como purificante espiritual. Pero su
utilización no se agota con esto ya que también es la droga más versátil en cuanto a
amplio espectro (por ejemplo, durante la Edad Media). Pero, en cuanto a alterar la
consciencia es, probablemente, la droga más antigua usada a tal fin y, geográficamente, la
femenino son muchísimo menos numerosos que los estudios referidos al masculino.
Posiblemente esto se deba a que también es mucho menor la frecuencia con que beben las
mujeres. Más aún, los estudios dedicados al consumo de EtOH por parte de las
Pero sucede que las mujeres beben alcohol. E incluso, lamentablemente, cuando se
embarazan.
Parecería que desde la antigüedad distintos pueblos han tenido algún tipo de sospecha
vaga, imprecisa, acerca de lo que le sucedía a los hijos de las mujeres alcohólicas y que no
12
Introducción
era bueno que estas bebieran durante el embarazo (Abel, 1997, 1999, 2001a, 2001b). Pero
los primeros estudios científicos serios que informaron acerca de los efectos deletéreos del
consumo de EtOH por parte de las embarazadas sobre sus hijos se remontan a la Europa de
debidos al consumo de EtOH por parte del padre o de la madre y los médicos se referían
a estos hijos como a los “hijos de alcohólicos”, indiscriminadamente. Hacia mediados del
siglo XIX, en Francia, dos famosos neuropsiquiatras (Bénédict Augustin Morel y Jacques
producida en la especie por el alcoholismo de los padres. Magnan fue quien inició estudios
EtOH por la embarazada con los daños en sus hijos, lo realizó William C. Sullivan, un
El cuadro completo, con todas las características de lo que hoy se conoce en el ámbito
médico como Síndrome Alcohólico Fetal (FAS, por las siglas en inglés de Fetal Alcohol
Syndrome) fue descripto por primera vez por una pediatra francesa, Jacqueline Rouquette,
en 1957 en su tesis doctoral (Rouquette, 1957). Las observaciones que dieron lugar a su
trabajo las realizó mientras trabajaba en París para el Centro de Higiene Infantil de la
4
Cfr. el Anexo III (Métodos experimentales de exposición de animales al etanol. Ventajas y desventajas de
cada uno).
5
El artículo de Sullivan es realmente brillante y digno de ser leído, incluso hoy, como un excelente ejemplo
de epidemiología retrospectiva.
13
Introducción
Fundación Paul Parquet.6 No obstante ello, la mayoría de los investigadores que trabajan
sobre el alcoholismo materno-fetal (AMF), sean clínicos o básicos, cuando citan en sus
trabajos alguna referencia histórica a la “primera descripción del FAS” se empecina en citar
(1973). Algunos pocos citan a Clarren y Smith (1978) y los menos, aunque en número cada
Andando el tiempo, los investigadores estadounidenses han agrupado ahora a todas las
del Espectro del Alcoholismo Fetal (FASD, por las siglas en inglés de Fetal Alcohol
Spectrum Disorders).8
En principio, habrá de tenerse en cuenta algo que no por básico deja de ser importante.
Hay muchos factores que inciden en la manifestación final (en el feto o en el recién nacido)
de las alteraciones originadas por el AMF. Algunos de estos factores, que pueden
6
La Fundación Paul Parquet es una fundación privada cuyo Centro de Higiene Infantil, aún hoy, trabaja como
anexo de los servicios pediátricos de la Asistencia Pública de París (la Ayuda Social a la Infancia). Los datos
históricos y administrativos de la Fundación se pueden consultar en Internet en la página web de la misma
Fundación (http://www.fondation-paul-parquet.com/article.php3?id_article=27).
7
Paul Lemoine, otro pediatra francés, era Jefe del Servicio de Pediatría en el Centro Hospitalario
Universitario de Nantes. Como jefe de servicio era el responsable de la sala de lactantes depositaria de la
Asistencia Pública (Lemoine, 2003), la misma organización gubernamental con la que estaba relacionada la
Fundación de París en la que trabajaba Jacqueline Rouquette una década antes.
8
Afortunadamente, las trágicas épocas en que la humanidad padecía enfermedades ya finalizaron; ahora los
humanos sólo presentamos trastornos.
14
Introducción
considerarse verdaderos factores de riesgo, dado que muchos de ellos se relacionan con el
alcoholismo materno, son los que se enumeran a continuación (Jacobson y Jacobson, 1999;
9
No los consideraré con detalle en este lugar.
10
La palabra “trago estándar” en la literatura anglosajona sobre el FAS se define como: 12 onzas fluídas de
cerveza, ó 5 de vino ó 1,5 de bebidas destiladas de una graduación alcohólica de 80º (Maier y W est, 2001).
En el sistema métrico decimal, una onza fluida equivale, a 29,57 ml; por lo tanto, un trago de cerveza son (12
× 29,57 =) 354,84 ml (aproximadamente el contenido de una lata común); un trago de vino equivale a 147,87
ml (algo así como medio vaso); y uno de bebida destilada a 44,35 ml.
En consecuencia, 5 tragos (cuyo consumo en una sola ocasión definen al patrón de ingesta aguda (“en
parranda” o “binge-like”) equivalen a 60 onzas fluidas (= 60 × 29,57 = 1.774,2 ml) de cerveza o 25 onzas
15
Introducción
todo un espectro: desde la normalidad fenotípica casi total hasta el más severo conjunto de
las manisfestaciones del AMF que amenazan (o se cobran) la vida y la salud de los hijos.
Sin embargo, con fines prácticos, los distintos grados de afectación se agrupan, por fuerza
fluidas de vino (es decir, 25 × 29,57 ml = 739,25 ml, casi una botella común de vino de ¾ litro) o 7,5 onzas
de destiladas (7,5 × 29,57 = 221,77 ml). M ás abajo se verá, sin embargo, que no todas las cervezas (ni los
vinos, ni las bebidas destiladas) tienen el mismo contenido alcohólico, por lo que las “onzas fluidas” varían
en contenido alcohólico según el tipo de bebida que se considere. Por lo tanto, el cálculo del EtOH consumido
en determinada ocasión en función de las onzas fluidas no es de lo más seguro ni, mucho menos, exacto.
16
Introducción
estima que sólo el 4-15% de los niños habidos de ellas estarán afectados por el FAS
completo (George et al., 2007; Gray y Henderson, 2006). Para comprender en alguna
categoría al resto de ellos, que caen en algún lugar del actual espectro, se había adoptado
en un principio la designación de Efectos del Alcoholismo Fetal (FAE, por sus siglas en
inglés -Fetal Alcohol Effects-). Esta denominación se tomó de los estudios realizados en
animales expuestos prenatalmente al EtOH (AAP, 2006). Más tarde se cayó en la cuenta
de que estos FAE también se presentaban en los hijos habidos de madres que habían bebido
alcohol en forma moderada a leve. Así fue como surgió el concepto de lo que hoy se
según los distintos países del mundo. Dentro de un mismo país, estas cifras pueden variar
mucho de una región a otra y, dentro incluso de una misma región, también puede variar
Así, por ejemplo, en los Estados Unidos de América (EUA) la incidencia general se ha
estimado en 0,5-3 por cada 1000 nacidos vivos (Chudley et al, 2005; Gray y Henderson,
estimado entre 0,515-190 (¡!) por cada 1000 nacidos vivos (Chudley et al., 2005). En el
Reino Unido, ha sido estimada en 0,21 (BMA, 2007). La prevalencia mundial del FAS
se ha estimado en alrededor de 0,5-2,0 cada 1000 nacidos vivos, si bien que para el cálculo
de estos valores, los de EUA han contribuido en gran medida por lo que es probable que
11
Se considera aquí como incidencia a la cantidad de casos nuevos en una determinada población o grupo
etario en un año. La prevalencia, por otro lado, es la cantidad de los casos totales (nuevos y ya existentes)
en un momento determinado, en una población determinada.
17
Introducción
Independientemente del FAS completo, los otros elementos agrupados en los FASD
constituyen mayoría, son mucho más frecuentes que el FAS y pueden ser relativamente
comunes. Así, la prevalencia mundial de los FASD se ha estimado en 9-10 por cada
1000 nacidos vivos (es decir, alrededor del 1%) (Basford et al., 2004; Gray y Henderson,
2006; May y Gossage, 2001). Téngase en cuenta, a modo de comparación (por nombrar
Excluidos los casos de FAS puro, completo, el resto de los trastornos agrupados en los
FASD está parcialmente constituido por hijos de madres alcohólicas que presentan
de los niños afectados por los FASD presentan solamente daños o disfunciones debidas a
alteraciones del desarrollo cerebral, es decir, alguno de todos aquellos efectos del AMF
importancia del FAS y de los FASD como “enormes problemas” de salud pública.13
Sin embargo, los ARND, por su alta prevalencia y por el hecho de que pueden ser
12
Cfr. Anexo II: M anifestaciones fenotípicas físicas en el Síndrome Alcohólico Fetal.
13
Téngase presente, sin embargo, que en estos fuertes debates no dejan de estar implicados variados intereses
económicos y académicos que en más de una ocasión ponen en riesgo y condicionan la imparcialidad y
rigurosidad científica de los datos que se publican.
18
Introducción
importancia desde el punto de vista de la salud pública dentro del conjunto de todos los
global del AMF, a los llamados FASD. Estos FASD engloban, por un lado, a los casos
puros de FAS y por el otro a lo que antes se denominaba FAE y que hoy se desglosa en
ARBD y ARND.
Pasemos entonces ahora a considerar con algún detalle cómo se realiza el diagnóstico
FAS reposa en una tríada de elementos semiológicos que constituyen el conjunto nuclear
Todo ello, y como condicio sine qua non, en el contexto de una madre fuertemente
19
Introducción
Los niños nacen con bajo peso si lo hacen a término o con bajo peso para la edad
gestacional si son prematuros (cosa que, por otro lado, es frecuente). La talla también suele
niños afectados de otras causas de bajo peso al nacer. Siempre continúan siendo pequeños,
que reciban la mejor de las alimentaciones posibles. Son, desde el principio, simplemente
hipotróficos y/o hipoplásicos globales. Hay quien los ha llamado “niños miniatura”.
las alas de la naríz son pequeñas; los ojos son pequeños (microftalmia) y están muy cerca
entre sí, las hendiduras palpebrales son más cortas que lo normal y el párpado superior
frecuentemente está en ptosis; a veces puede haber un pligue epicanto o epicanto invertido
característicamente fino, delgado, recto y está como “arremangado” hacia dentro mostrando
muy poco el bermellón (a veces puede haber labio leporino con o sin paladar hendido); el
philtrum supralabial está notablemente aplanado o es, incluso, inexistente por lo que la
zona facial superior a la boca toma un aspecto un aspecto como de planchado; los dientes
pueden ser pequeños, hipoplásicos y de esmalte defectuoso; las orejas pueden tener una
implantación baja y sus conchas estar malformadas; suelen tener un notable hirsutismo al
nacer, más marcado en la piel perifacial. Sin embargo, todas estas características faciales,
que hablan a las claras de defectos en el desarrollo del mesodermo facial, van suavizándose
20
Introducción
nacidos con FAS, cuando son adultos, sólo por el aspecto facial. El retraso madurativo del
Con respecto a las alteraciones del neurodesarrollo, más abajo los trato en detalle.
Sin embargo, a pesar de que el diagnóstico clínico es relativamente sencillo para el ojo
avezado y para el que tiene un razonable grado de sospecha, entre las alambicadas proezas
diagnósticas de los tiempos que corren, para complicar las cosas, han proliferado los
sistemas diagnósticos para los FASD. En EUA y Canadá, los de uso más extendido son:14
Entre los diagnósticos diferenciales que por fuerza se han de descartar, se encuentran los siguientes
síndromes y enfermedades, por su aspecto similar en algunas de las características fenotípicas faciales
(Bertrand et al., 2004; Stratton et al, 1996):
14
Cfr. en el Anexo I (Síndrome Alcohólico Fetal [FAS] y trastornos asociados. Criterios diagnósticos) el
detalle de estos sistemas diagnósticos.
21
Introducción
Los siguientes síndromes, por otro lado, deben ser globalmente diferenciados del FAS (Bertrand et al.,
2004; Stratton et al, 1996):
Finalmente, otras enfermedades pueden confundirse no por su fenotipo (en el que no se parecen realmente)
sino por el aspecto cognitivo y conductual semejantes (Stratton et al, 1996):
sastre” como una manera de engloblar , en los trabajos de investigación básica sobre el
efectos provocados en la descendencia por el EtOH consumido por la madre, sean estos
En cierto modo, la presencia de algún tipo de FAE implica un tipo de daño menor al
máximo que es capaz de provocar el AMF. Los FAE engloban, entonces, a los ARBD y a
los ARND.
22
Introducción
En esta categoría se agrupan los efectos “puramente” físicos inducidos por el EtOH, las
frecuencia y sistema orgánico) que pueden estar presentes y que, en sí solas (excluyendo
las pre- y postnatales y las craneofaciales de la tabla y las del neurodesarrollo), dan lugar
a, y definen, los ARBD. No abundaré en esta categoría; no vienen al caso en este trabajo,
pero téngase en cuenta que puede determinar gran parte de la morbimortalidad que afecta
síntomas cuyo origen depende o representa, si se quiere, un daño morfológico y/o funcional
del SNC.
afectado, pasando por las más groseras y las más sutiles manifestaciones conductuales y
cognitivas observables por simple inspección o por delicados tests, hasta alteraciones sólo
15
Como se ve, el dualismo cartesiano aún tiene efectos ciertos en la ciencia del siglo XXI.
23
Introducción
desarrollo del cuerpo calloso desde las hipoplasias localizadas hasta la agenesia total;
displasias corticales, desde las que pueden ponerse en evidencia con estudios de imágenes
banda hasta las que sólo pueden observarse por medio del uso del microscopio.
Sin embargo, más o menos afectado anatómicamente el cerebro, siempre será posible
observar alteraciones cognitivas o conductuales en los afectados por el FAS y por los
ARND. Así, por ejemplo, se ha dicho que el AMF es la principal causa teratogénica de
retraso mental (RM) (Bregman et al., 1995). El RM puede ser desde leve a profundo. Aún
más, el AMF puede provocar distintos tipos de trastornos cognitivos que no llegan a
1990; Famy et al., 1998; Jacobson, 1997; Jacobson y Jacobson, 1999; Kelly et al., 2000;
del desarrollo; del trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH);
24
Introducción
evitativo) que por sí sólos son causa suficiente de un significativo sufrimiento para el
individuo que la padece y de la sociedad que lo aloja pero a la vez, además, causa
de sustancias (incluído el mismo alcohol además de, obviamente, otras drogas de uso ilegal
sexual; trastornos psicóticos y/o afectivos mayores (Baer et al., 2003; Famy et al., 1998;
Párrafo aparte merecería la consideración in extenso acerca de que la EPE es una causa
importante de epilepsias de distinto tipo.16 Por sí solas, aún si se prescindiera del resto de
las alteraciones del SNC, las epilepsias son también generadoras de gran morbi-mortalidad
para quienes las padecen. Por otro lado, y sin llegar a las epilepsias, se han documentado
alteraciones eléctricas corticales en los hijos de madres alcohólicas que se ponen fácilmente
voltaje de las ondas ", lentificación eléctrica generalizada o localizada del trazado EEG)
Vistos ya los efectos, consideremos ahora la causa eficiente de los FASD: el etanol.
16
Este punto en particular es bien conocido por los neuropsiquiatras ya desde los siglos XVIII y XIX. Cfr.
Magnan, 1871; Morel, 1857, 1860; Sullivan, 1899.
25
Introducción
peso molecular (PM) de 46,0634 daltons. Fig ura 2. El etanol en representación trid im ensional con sus
nu bles electrón icas.
Sidra 2-5
intervención humana. Por tal motivo, Cerveza 3-10
Vinos de mesa 8-13
el EtOH se produce en forma Vinos generosos o de licor 14-24
Vermuth 14-24
relativamente simple y a bajo costo
DESTILADAS o AGUARDIENTES
(Heath, 1974). Se lo encuentra en
Pisco 35-50
Brandy o Cognac 36-42
una gran cantidad de productos Ginebra 40-50
Ron de Jamaica 40-75
formando parte de bebidas, Whisky 45-53
Vodka 45-60
perfumes, solventes, productos Ron 45-70
Ron de Martinica 65
medicinales y cosméticos.
ARTIFICIALES o LICORES
17
Excepto en los lugares en los que se indica, la mayor parte de la información de esta sección se basa en
datos tomados de las siguientes fuentes bibliográficas: Alonso-Fernández, 1992; Bruch Igartúa, 1993; Curci,
1993; Hobbs et al., 1996; Lehninger, 1986; Mayes, 1992; y Rall, 1991.
26
Introducción
bebidas destiladas las que generalmente contienen la mayor concentración de EtOH (Tabla
1).
I.3.1. Farmacocinética:
El EtOH se puede absorber por varias vías. La vía enteral es, por lejos, la de más
frecuente uso. Pero otras vías de absorción se observan con frecuencia e importancia
variables.18
Una vez ingerido, la absorción del EtOH se lleva a cabo en un 20% en el estómago y el
unos 30-53 mg/dl. Igual cantidad de EtOH consumida en forma de cerveza (esto es, unos
694 ml de una cerveza de 5º, unas dos latas comunes) produce alcoholemias de 41-49 y 23-
18
Por ejemplo, la vía inhalatoria (de importancia en las exposiciones profesionales), la vía transdérmica
(como en el caso de la tan difundida costumbre en ciertos ámbitos socioculturales, en los que “para que el
bebé esté más tranquilito y se pueda dormir”, las madres les ponen a sus hijos lactantes un algodón o un paño
embebido en alcohol entre el pañal y la piel del abdomen), la vía rectal (de interés médico-toxicológico) y
la vía parenteral intravenosa (utilizada en el tratamiento de las intoxicaciones por metanol y etilenglicol –
etilterapia –) o las vías de inflitración local (como en el tratamiento de ciertas neuralgias por medio de la
llamada neurólisis alcohólica).
27
Introducción
el volumen de distribución del EtOH es, aproximadamente, de 0,7 l/kg para los hombres
y de 0,6 l/kg para las mujeres (la diferencia se debe a los distintos porcentajes de grasa
corporal total).
El EtOH desaparece del plasma, con una cinética de orden cero, entre las 8 a 10 horas
mg/kg/h.19 Los alcohólicos crónicos, en tanto tengan una función hepática conservada,
de una persona que tiene daño hepático puede permanecer elevada más allá de las 24 horas
(ADH; E.C.: 1.1.1.1) y aldehído deshidrogenasa (ALDH; E.C.: 1.2.1.8). La ADH20 oxida
19
La velocidad de oxidación en los ratones es de unos 550 mg/kg/h y en las ratas de 300 mg/kg/h (Livy et al.,
2003). Es decir, ambas especies de roedores metabolizan el EtOH de 3 a 5 veces más rápido de lo que lo
hacemos los humanos.
20
La ADH, además de en el hígado, se expresa también en la mucosa gástrica (Livy et al., 2003). Este hecho
explica algunas diferencias farmacocinéticas como, por ejemplo, las mayores alcoholemias en mujeres que
en hombres (aquellas expresan la enzima gástrica en menor cantidad que estos) o en algunas etnias orientales
como, por ejemplo, en los japoneses quienes, en conjunto, expresan menores niveles de ADH gástrica que
los occidentales y por ello son más propensos a presentar el cuadro clínico de la denominada embriaguez
28
Introducción
su unión a la coenzima A para formar acetil-CoA. La acetil-CoA puede ser luego utilizada
grasos (contribuyendo así con la aparición de la esteatosis hepática – hígado graso – en los
Aproximadamente el 10 al 30% del EtOH se oxida por medio del denominado sistema
29
Introducción
hepatocitos. Este sistema enzimático es inducible por la acción crónica del mismo EtOH
Existe un gran polimorfismo en los genes que codifican a las enzimas ADH, ALDH y
CYP2E1.24 Se postula que este polimorfismo podría ser responsable de las diferencias de
capacidad metabolizadora que se observan entre los sexos, diferentes individuos y grupos
relaciona con la ADH gástrica, responsable de un efecto metabolizador de primer paso, más
pueda ejercer sus efectos sobre los órganos blanco (el hígado, incluido).
23
MEOS, por las siglas en inglés de microsomal ethanol oxydizing system, así denominado por sus
descubridores, Charles Lieber y Leonore DeCarli, en la década de 1960.
24
Para una revisión de los tipos de isoenzimas de la ADH y ALDH, cfr. Sanchis Fortea et al., 1999.
25
Es irrelevante analizar aquí los distintos tipos de isoenzimas de cada uno de los sistemas mencionados, pero
téngase presente que los mismos pueden estar involucrados en la producción de distintos tipos de daños en
los tejidos blanco.
30
Introducción
presente en los peroxisomas, que oxida al EtOH utilizando peróxido de hidrógeno. Este
sistema parecería ejercer su acción sólo ante concentraciones elevadas de la droga y ser de
metabolizadores del EtOH, es una molécula muy reactiva, responsable de gran parte de los
El 2-10% del EtOH que escapa a la oxidación se elimina, sin modificar, por vía renal y
Desde el punto de vista energético, el EtOH es una molécula con una capacidad de
liberación de energía de 7,07 kCal/g (es decir, 29,58 kJ). Estas calorías se derivan, como
que, por un mecasnismo indirecto, entran a las mitocondrias, organelas en las que, por
energía del EtOH a partir de las moléculas de acetil-CoA que ingresan al ciclo de los ácidos
tricarboxílicos en el que se generan más equivalentes reductores que siguen la misma vía.
26
Como máximo, la concentración en la orina puede alcanzar un 130 % de la plasmática. Por otro lado, en
el aire espirado se encuentra una concentración de EtOH que corresponde al 0,05 % de la plasmática.
31
Introducción
De todas maneras, suele decirse que las calorías aportadas por el EtOH son “calorías
calorías generadas por la oxidación del EtOH carecen de acción termogénica.27 Más
a formar parte de moléculas estructurales de las células o los tejidos28, algo que, se verá, es
El daño hepático se desarrolla más rápidamente en las mujeres que en los hombres
alcohólicos. Ante iguales niveles de consumo de EtOH, las mujeres (alcohólicas o no)
Más arriba hemos visto que el volumen de distribución para el EtOH, en la mujer, es de
0,6 l/kg y que la diferencia es debida a los distintos porcentajes de grasa corporal total en
exento de agua –) y además, en general, a un menor peso corporal que los hombres.
Una de las consecuencias muy importantes a tener en cuenta en el AMF (en relación al
27
De hecho, la sensación transitoria de calor que se experimenta tras beber una bebida alcohólica es debida
a una vasodilatación de los territorios vasculares periféricos por efecto del acetaldehído. Pero por este medio,
en realidad, se pierde calor por convección, radiación y conducción y el EtOH como tal es así, más bien, un
agente inductor de hipotermia.
28
Esto ha hecho que el gran fisiólogo francés y premio Nobel de Medicina en 1913, Charles Robert Richet
(1850-1935) dijera del EtOH que es en realidad un “antialimento” en su obra Les aliments et l’alimentation
normale de l’homme.
32
Introducción
polimorfismo de las enzimas metabolizadoras del EtOH que se mencionara ut supra) es que
la ADH gástrica (clase IV o F-ADH) tiene, normalmente, una actividad 70-80% menor en
la mujer no alcohólica que en el hombre no alcohólico. Más aún, en las mujeres, el abuso
crónico del EtOH reduce la actividad de la ADH gástrica entre un 11-20% por sobre el
basal ya de por sí menor con respecto al hombre.29 Así, las diferencias entre los sexos en
el efecto de primer paso hacen que, en las mujeres alcohólicas – a diferencia de los hombres
alcohólicos – sean iguales el área bajo la curva tras dosis iguales de EtOH/kg de peso
corporal administradas por vía oral o intravenosa; es decir que, para estas mujeres, beber
EtOH es prácticamente lo mismo que administrárselo por vía intravenosa (el alcoholismo
biodisponibilidad del EtOH, en la mujer, es mucho mayor que en el hombre y los daños
Si una embarazada consume bebidas alcohólicas, el 100% del EtOH que cosuma puede
fácilmente las membranas biológicas. Por ello, ambos individuos, madre y concepto, en el
29
En el hombre alcohólico crónico la reducción de la actividad de la ADH gástrica se verifica entre el 37-46%
(Frezza et al., 1990).
33
Introducción
abuso para las cuales la concentración plasmática fetal suele ser menor que la materna. Es
muy importante tener en cuenta que, para el feto, la vía de eliminación de drogas más
placenta también permite el paso libre del acetaldehído (con potencialidad tóxica) y puede,
Si una mujer que amamanta consume bebidas alcohólicas, sólo el 2% del EtOH total que
ingiera pasará al lactante por medio de su leche. No obstante, en tanto la mujer tenga
Esto se debe a que, en virtud del libre pasaje del EtOH a través de las membranas, la
que se encuentre en el lactante será muy baja por efecto de la dilución del EtOH ingerido
con la leche en el agua corporal total del lactante (Heil y Subramanian, 1998). Sin embargo,
esto no implica que los bajos niveles de EtOH ingeridos a través de la leche que mama
carezcan de efectos biológicos dado que, en los recién nacidos, la vida media de
eliminación del EtOH es mayor que en los fetos ya que carecen de la placenta, importante
esto tiene importantes consecuencias conductuales a corto y largo plazo) la leche materna
que contiene EtOH ve modificados sus caracteres organolépticos (olor y sabor) (Mennella,
34
Introducción
capaz de detectar estos cambios, igual que lo es el feto bañado por un líquido amniótico con
I.3.4. Farmacodinamia:
insertarse, intercalarse entre sus lípidos. De esta manera altera las propiedades de las
membranas con las que entra en contacto (altera su grado de fluidez, principalmente) y, en
virtud de las alteraciones metabólicas que induce, altera la composición fosfolipídica de las
membranas.
Por otro lado, se postula que el EtOH tiene también un mecanismo de acción específico
En el cerebro, por un lado, el EtOH actúa como un agonista de los receptores GABAA
modo, actúa de manera similar a como lo hacen los barbitúricos y las benzodiazepinas,
drogas que comparten con el EtOH su capacidad sedativa y depresora del SNC y con las
Por otro lado, el EtOH actúa como un antagonista de los receptores glutamatérgicos
NMDA y, de este modo, disminuye la conductancia para los iones divalentes (el Ca2+ y el
Mg2+) a través de este canal iónico. Disminuye así la excitabilidad neuronal, pero induce,
a largo plazo, una regulación en más (o hacia arriba, up-regulation) de los receptores
35
Introducción
abstinencias agudas tras un consumo crónico. Se sospecha que, en los alcohólicos crónicos,
aquellos que intentan abandonar su adicción, sin lograrlo finalmente. Esta misma
cerebro de los fetos de madres crónica y fuertemente alcohólicas que, a lo largo del
La dosis letal 50 (DL50) del EtOH es de 5-8 g/kg para los humanos adultos y de 3 g/kg
para los niños. En las intoxicaciones agudas fatales, la alcoholemia promedio que se ha
detectado es de unos 400 mg/dl (4 g/l). Sin embargo, un alcohólico crónico puede tolerar
niveles de hasta 500 mg/dl sin manifestar grandes alteraciones conductuales. Esta mayor
30
Por ello, se ha especulado con que, para el cerebro fetal, el daño por el AM F sería incluso mayor en madres
que beben fuertmente y se abstienen en forma repetitiva que en aquellas que lo hacen en forma sostenida.
36
Introducción
metabólicos que van sucediéndose con el tiempo y que le permiten al bebedor modificar
En las ratas, la DL50 también varía según la vía de administración y la edad. Así, en ratas
jóvenes (3-4 meses de edad) la DL50 es de 10,6 g/kg por vía oral y de 6,71 g/kg por vía
intraperitoneal, en tanto que para las ratas viejas (10-12 meses de edad) estos valores son
de 7,06 y 5,10 g/kg, respectivamente (Wiberg et al., 1970). En la rata adulta, la DL50 por
vía intravenosa es de 1,44 g/kg. Por otro lado, la DL50 por vía oral es de 3,45 y 6,3 g/kg para
Tabla 2. Relación de los distintos niveles de alcoholemia con las manifestaciones cognitivo-conductuales
observables en el ser humano agudamente intoxicado:
Alcoholem ia
M anifestaciones cognitivo-conductuales
mg/dl* g/l mM *
* Para interconvertir valores de concentración de mg/dl a mM debe multiplicarse o dividirse por un factor de 0,21709.
Es claro, entonces, que distintas especies animales tienen diferente sensibilidad al EtOH
y que dentro de una misma especie, la sensibilidad varía de acuerdo con la edad del animal
37
Introducción
I.4. Desarrollo normal del sistema nervioso central (el período de acción de la noxa):
extremadamente sutiles y cada uno de ellos puede ser el blanco potencial de alteraciones
causadas por factores físicos, químicos y/o biológicos. Estas alteraciones serán, a su vez,
En el adulto, el cerebro está compuesto por unas 10 11 neuronas (cien mil millones) 32 (Hubel, 1981;
Kandel, 1991; Kandel et al., 1991). Sólo en la corteza cerebral, la región cerebral que suponemos
evolutivamente más avanzada, se estima que las neuronas suman alrededor de 9 × 10 9 (nueve mil millones)
(Angevine, 1995). Cada neurona, por su parte, es capaz de formar, en promedio, alrededor de 10.000 sinapsis
por lo que puede suponerse que el número total de sinapsis en el sistema nervioso central es de unos 10 14 (cien
billones) en promedio (Hubel, 1981; Kandel et al., 1991). Es comprensible entonces que se pueda producir
alguna alteración en la formación de tan descomunal estructura.33
31
Todas estas son consideraciones que han de tenerse en cuenta a la hora de diseñar experimentos que
mimeticen las condiciones ambientales observadas en la realidad de los humanos (Cfr Anexo IV: Métodos
experimentales de exposición animal al etanol. Ventajas y Desventajas de cada uno).
32
Más o menos un factor de 10 (10 10-10 12 = diez mil millones a un billón).
33
De hecho, parece casi realmente milagroso que, por lejos las más de las veces, este proceso se lleve a cabo
con una relativa normalidad en cada uno de los seres humanos que nacen todos los días y que no sean
muchísimo más frecuentes las malformaciones con un correlato funcional apreciable.
38
Introducción
genéticos y epigenéticos.
de cualquier región del SNC, se pueden identificar siete u ocho fases generales (Cowan,
34
De más está aclarar que varios de los estadíos o fases enumerados no son estrictamente secuenciales sino
que, varios de ellos, se solapan entre sí. Así, por ejemplo, mientras los Nb migran, otras células proliferan y
aún otras sufren apoptosis.
39
Introducción
35
En el proceso de inducción intervienen múltiples sustancias solubles y de superficie celular que
intercomunican a tejidos y estructuras adyacentes (que no viene al caso detallar aquí) y que son las
responsables de que tal inducción se lleve a cabo correctamente. Entre otras estructuras debe mencionarse,
ineludiblemente, a la notocorda y al mesodermo precordal.
40
Introducción
luego a cada una de las principales regiones del SNC (Fig. 3E,G). La corteza cerebral (CC),
la placa neural que dará origen a todo el telencéfalo (Rubenstein et al., 1998).
Las células del neuroectodermo que forman la placa, a diferencia de lo que sucede en
el ectodermo general (que dará origen a los derivados tegumentarios -piel y faneras-), se
original, plana, en un estructura tubular, el tubo neural, en principio abierto pero que va
tubo epitelial cerrado (el tubo neural) es el proceso que recibe el nombre de neurulación
(Fig. 3) (Alberts et al., 1994; Jessell y Schacher, 1991; Martin y Jessell, 1991).
41
Introducción
vesícula rombencefálica hará lo propio dando origen a otras dos vesículas (metencéfalo y
tempranamente en el desarrollo quedan conformadas las principales regiones del SNC que
Componentes de los
Divisiones macroscópicas mayores del estadíos embrionarios de Cavidad
Sistema Nervioso adulto* central
5 vesículas 3 vesículas
Corteza Cerebral
HEMISFERIOS Ventrículos
Telencéfalo
CEREBRALES Cerebro Anterior laterales
Ganglios Basales
o Prosencéfalo
Conducto del
MÉDULA ESPINAL
epéndimo
GANGLIOS CRANEALES
NERVIOS CRANEALES
NERVIOS ESPINALES
GANGLIOS AUTÓNOMOS
MÉDULA SUPRARRENAL
* Para la división del SNC humano adulto sigo la esquematización neuroanatómica tal como consta en Carpenter (1985).
42
Introducción
neural, hasta el final del embarazo y aún después del parto, probablemente durante toda la
vida postnatal.
citoplasma y prolongaciones
Fig ura 5. Etapas d el d esarrollo d el neuroep itelio en la reg ión
citoplasmáticas que alcanzan tanto la d orsal d e las vesículas telencefálicas. V er exp licación y
referencias en el texto. M odificado de S idm an y R akic, 1973.
externa – MLE –, como se la denomina en el tubo neural) como la superficie apical que
43
Introducción
reviste la cavidad (donde forman la membrana limitante interna – MLI –) (Fig. 5A). Sin
denomina zona marginal (ZM) o preplaca (PP). Por otro lado, la zona interna del
neuroepitelio, cercana a la MLI, donde se acumulan los núcleos de las cNEp, se denomina
zona ventricular (ZV). Así, en un principio, el tubo neural está formado por un epitelio en
que los Nb postmitóticos de reciente formación comienzan a migrar (vide infra) comienza
a observarse una tercera zona, la zona intermedia (ZI), migratoria, que separa a las dos
anteriores (Fig. 5C); una vez que arriban a su lugar de residencia final por debajo de la PP
se acumulan en una zona progresivamente más gruesa, la placa cortical (PC), que
neuroepitelio está compuesto por cinco zonas claramente diferenciables desde el punto de
vista histológico que, de dentro afuera, son: ZV, ZSV, ZI, PC, ZM o PP (Sidman y Rakic,
1973).
que generan, como células hijas, a dos nuevas cNEp que permanecen en el ciclo celular
36
Alrededor de los días E11-E12 para los roedores, y en la 5ª semana gestacional humana (E29-E35).
44
Introducción
simétricas, también
llamadas proliferativas,
lo tanto, incrementar el
Posteriormente, la mayoría Figura 6. N eurog énesis tem p rana en la vesícula telencefálica d orsal d e los m am íferos
(región de la futu ra corteza cerebral). La referencia tem poral corresponde al desarrollo
del cerebro d el ratón. V er d escrip c ión y referencias en el texto. M od ificad o d e
G uillem ot, 2005.
de las cNEp que entran en
mitosis se dividen de manera asimétrica, es decir que, tras la citocinesis, una de la células
hija continúa siendo una cNEp y la otra se diferencia a uno de dos tipos celulares posibles:
a) un Nb postmitótico que sale del ciclo celular (se dice que entra en G0) y comienza a
migrar tangencialmente hacia la ZM/PP, o b) una célula progenitora basal. Estas divisiones
a diferentes tipos de células hijas una de las cuales se diferencia a Nb (Fig. 6A) (Guillemot,
2005).
intracelular que inducen la expresión de marcadores gliales en las cNEp por lo que estas
simétricamente para originar otras dos cGR y asimétricamente para originar una nueva cGR
y un neuroblasto postmitótico (que luego migra radialmente hacia la PC) o a una célula
progenitora basal que se interna algo en el espesor de la pared del tubo neural en dirección
45
Introducción
a la ZM, y se localiza en una zona de reciente formación, la ZSV (Fig. 6B) (Guillemot,
neuroepitelio:
neurotransmisor (Dobyns et al., 1996; Guillemot, 2005; Marín y Rubenstein, 2001; Sidman
y Rakic, 1973). Esto es, se originan primero las neuronas que constituirán la principal
46
Introducción
(Guillemot, 2005) (Fig. 7). Luego de abandonar el ciclo celular, los Nb migran hacia la ZM,
según hemos visto. Así, se generan ondas de desplazamiento u ondas migratorias que
precisas (su residencia final). Las ondas de desplazamiento, originadas por los picos
dorsales del tubo neural37 en las que cada lámina en el adulto se corresponde con una
láminas. Pero el modo de ordenación es tal que, tras una oleada de Nb, la próxima oleada
(y cada una de las sucesivas posteriores) se sitúa sobre (y no debajo de) los Nb de la oleada
anterior. Cada Nb de una oleada detiene su migración cuando hace contacto con las células
1973).39
muchos más Nb y que dura considerablemente más tiempo que la primera onda; es la
neurogénesis secundaria (Dobyns et al., 1996; Sidman y Rakic, 1973). En estos picos
37
Como la CC, tubérculos cuadrigéminos, cerebelo, astas grises dorsales de la médula espinal.
38
Esto difiere con lo que sucede en las regiones ventrales del tubo neural en las cuales se forman estructuras
no laminadas (a excepción del tálamo y del cuerpo geniculado externo) (Hatten, 1999). Esta es otra
consecuencia de la temprana especificación regional que se produce con el establecimiento del eje
dorsoventral en la placa neural.
39
La futura capa I de la CC es la ZM/PP.
47
Introducción
dispuesto a sus células hijas en la ZSV luego de la citocinesis (las células progenitoras
basales, ya mencionadas) (Fig. 6B). Estas últimas, en la ZSV, proliferan aún más y generan
Nb que, luego de migrar mayormente en forma tangencial hasta su residencia final, darán
origen a las microneuronas que utilizan GABA como neurotransmisor; esto es, a aquellas
que constituirán las pequeñas interneuronas inhibitorias de circuito local (Cowan, 1980;
Hatten, 1999).40 Estas microneuronas se originan a partir de Nb que han migrado desde la
transitoria llamada eminencia gangliónica lateral (EGL) (Fig. 7) (Guillemot, 2005; Hatten,
1999).41 Más tarde aún durante la neurogénesis secundaria, en forma generalmente más
nacimiento (esto último es especialmente cierto para los roedores), se producen los picos
diferenciación, darán origen a los distintos tipos de células de la macroglía central42 (Fig.
8).
40
Con esto, se ve nuevamente confirmada la validez general del clásico postulado de la ley biogénetica
fundamental que acuñara en 1874 el zoólogo alemán Ernst Haeckel (1834-1919) y que reza “la ontogenia
recapitula la filogenia”. Filogenéticamente, han aparecido primero las macroneuronas (neuronas sensitivas
y motoras, principalmente excitatorias) y más tarde las microneuronas (interneuronas, principalmente
inhibitorias).
41
La EGL también es el origen de Nb que migran hacia áreas ventrales, hacia el adyacente núcleo caudado,
al putamen, al complejo nuclear amigdalino y al tálamo (en el diencéfalo) por vía de la cápsula interna
(Hatten, 1999).
42
Células de la macroglía central son todas aquellas que, exceptuando a los microgliocitos, residen en el SNC,
como, por ejemplo, los astrocitos protoplasmáticos subependimarios, velamentosos, candelabro subpiales,
plumosas de Fañanas; astrocitos fibrosos y ependimarios; células cometa, de Bergmann y de Müller;
oligodendrocitos perineuronales e interfasciculares, etcétera.
48
Introducción
forma constante e
patrones o secuencias
específicas, ordenadas y
de picos de proliferación y
ondas de migración de
Las consecuencias de la
Figura 8. R esum en esq uem ático d e la neurog énesis a p artir d e la diferenciación
acci ón de un agente de las células neuroepiteliales. A bajo, línea tem p oral según sucede en el
desarrollo de la CC de la rata. M odificado de H ib, 1986 y S auvageot y Stiles, 2002.
estos procesos dependerá del momento en que éste actúe y pueden explicar muchas de las
Hemos visto que las cGR se forman a partir de cNEp que, tras dividirse asimétricamente,
49
Introducción
apical y basal. Más tarde también son generadas a partir de glioblastos que emiten
(Hatten, 1999; Supèr et al., 1998). La masa citoplasmática mayor de la cGR, en la que se
Las cGR le proveen a los Nb el andamiaje a través del cual migrar. Ese andamiaje es
inducido y mantenido por los mismos Nb y por ciertas neuronas de la corteza en desarrollo
de migración radial, las cGR sirven para preservar externamente la representación del
protomapa ventricular que existe en el neuroepitelio desde los estadíos de placa neural y
Nb partan de un lugar
lugares equivalentes en la
50
Introducción
Por otro lado, estas células también proveen la estructura que le permite a los Nb
corticales disponerse en una organización columnar (Sidman y Rakic, 1973; Supèr et al.,
1998) ya que los Nb migran uno tras otro, separados por cierta distancia, adheridas a las
prolongaciones externas de las cGR (Fig. 9) (Hatten, 1999; Sidman y Rakic, 1973).43
43
Nótese que, con esto, hemos visto ya cuáles son los dos mecanismos del desarrollo que permiten la
estructuración básica de la citoarquictetura neocortical adulta normal. Esto es, la organización laminar en
virtud de las ondas proliferativas y migratorias de los Nb y la organización columnar en virtud de la migración
radiada que posibilitan las cGR.
51
Introducción
10) (Rakic, 2003b; Sidman y Rakic, 1973; Supèr et al., 1998). El cambio de fenotipo se
A medida que los Nb de las sucesivas oleadas migran y engrosan progresivamente la PC,
Algo después comienzan a arribar axones desde los núcleos talámicos (las aferencias
44
Por las siglas en inglés de glial fibrilar acidic protein (proteína gliofibrilar ácida).
45
Las cC-R son un tipo especial de neuronas, quizás de las primeras en migrar a la ZM/PP y diferenciarse a
partir de los Nb generados en las primeras divisiones asimétricas de las cNEp. De maduración precoz, se
establecen tempranamente en la PP y , posteriormente, una vez que la PP sea escindida por la PC, residirán
por fuera de esta última, en la ZM (futura capa I o molecular de la neocorteza madura). Las cC-R tienen
capital importancia en el desarrollo y organización de la CC madura (tanto arqui, como palio y neocorteza).
Son, en la corticogénesis, las primeras en diferenciarse, madurar y recibir contactos sinápticos (Marín-Padilla,
1998; Supèr et al., 1998; Zecevic y Verney, 1995).
52
Introducción
momento del nacimiento: la subplaca (SP) (Allendoerfer y Shatz, 1994; Zecevic y Verney,
sinápticos sobre todo con las neuronas de la futura capa IV (granular interna) y empieza de
este modo a determinarse la regionalización en áreas corticales según qué áreas reciben
axones desde cuál núcleo talámico específico (O’Leary et al., 1994; Rakic, 1988). Poco
tiempo después comienzan a establecerse, desde cada área cortical, las conexiones
cada vez más y comienzan a aparecer los surcos que separan a las incipientes
46
Las eferencias intrahemisféricas hacia áreas corticales en los que el nivel de procesamiento de la
información es de nivel creciente salen principalmente desde las capas II-III (supragranulares), y desde las
capas V-VI (infragranulares) si se dirigen hacia áreas de menor nivel. Las aferencias intrahemisféricas
correspondientes llegan a la capa IV si provienen de áreas de menor nivel, y a las capas I y VI si provienen
desde áreas de mayor nivel (Amaral, 2000; Carpenter, 1985).
47
Las eferencias interhemisféricas salen desde las capas II-III (principalmente) y V-VI (en menor grado). Las
aferencias interhemisféricas llegan a las capas III profunda (principalmente), II, IV y VI (Amaral, 2000;
Carpenter, 1985; Zilles, 1990).
53
Introducción
* * *
En vista de que el desarrollo del cerebro es tan complejo y la mayoría de los sucesos que
resume muchos de los procesos hasta aquí analizados y que hará más comprensible el
proceso global. Quizás pueda resultar arduo tener que repasar con cierto detalle el
desarrollo del SNC con la finalidad de comprender lo que sucede en el cerebro de un feto
sometido a AMF. Pero no hay otra forma de hacerlo si se quieren comprender cabalmente
Figura 11. E volución tem poral de algun os p arám etros d el desarrollo cerebral hum ano qu e suceden sim ultanea y/o consecutiva-
m ente. M odificado de R ice y B arone, 2000.
54
Introducción
evolutiva compartida, según hemos visto. A diferencia de lo que hasta hace unas décadas
se consideraba establecido acerca de la glía, hoy se comienza a ver que no son meras
“células de sostén”. Más aún, se está comenzando a considerar que con sus contrapartes,
interrelacionada. Uno de los modos en que las neuronas y las células de la glía, los
serotonina. Entiéndase bien que este es sólo uno de esos modos y no es, bajo ningún
I.5.1. La serotonina:
El neurotransmisor básico del SNC, predominante por la cantidad de neuronas y las vías
muchas veces, actúan más como verdaderos sistemas de neuromodulación de aquél que
55
Introducción
La serotonina o 3-($-aminoetil)-5-hidroxi-
48
Ya las plantas utilizan y sintetizan serotonina y otros derivados del triptofano, como la auxina. El anillo
indólico, que comparte la serotonina con el triptofano y con la melatonina, tiene la capacidad de absorber luz.
Incluso todavía en los mamíferos, la serotonina y la melatonina están relacionadas con la regulación del ciclo
sueño-vigilia y los ritmos biológicos basados en la transducción de señales lumínicas (Azmitia, 2001; Parent,
1981).
56
Introducción
aminoácidos aromáticos (ADCC, EC: 4.1.1.28) que utiliza piridoxal fosfato (la forma
(5-HT) (Fig. 12). Todos estos eventos biosintéticos ocurren en las terminales presinápticas,
Tras la liberación sináptica, y una vez ejercido su efecto transmisor sobre alguno de los
es un mecanismo económico de finalización Fig ura 13. Estructura del transp ortador d e 5-H T (5-H T T ) con
sus 12 dom inios transm em b ran a y los bucles intra y
extracelulares. M odificado de R udn ick, 2006.
49
En virtud de su ubicación en neuronas serotoninérgicas, se utiliza a los anticuerpos dirigidos contra la TPH
como “marcadores” específicos de este tipo celular.
50
SBP, por las siglas en inglés de la serotonin binding protein. Existen de ella tres formas de distinto PM :
45, 56 y 68 kDa (Tamir et al, 1994).
51
Péptido intestinal vasoactivo, por sus siglas en inglés (vasoactive intestinal peptide).
57
Introducción
transportador de 5-HT (5-HTT o SERT; Fig. 13) es una proteína con 12 dominios
la 5-HT hacia el interior de la presinapsis (para una revisión, véase Rudnick, 2006).52 La
(ALDH; la misma enzima que, hemos visto, cumple el segundo paso degradativo del
El sistema serotoninérgico está compuesto por el conjunto de las neuronas que sintetizan
y utilizan este neurotransmisor, los axones que estas proyectan a distancia y los receptores
52
Dado que el 5-HTT se encuentra en las presinapsis serotoninérgicas, los anticuerpos dirigidos contra esta
molécula se utilizan como “marcadores” específicos de tales neuronas, útiles aún en ausencia de la misma 5-
HT dentro de la presinapsis (como podría ocurrir en casos de depleción, parcial o total, aguda o crónica, del
neurotransmisor).
58
Introducción
Tabla 4. Núcleos del tronco encefálico humano en los que se localizan neuronas
serotoninérgicas (listado en orden rostrocaudal; Törk y Hornung, 1990).
* En la colum na de la derecha se listan los n úcleos equivalentes para la rata; en este anim al, según
D ahlström y Fuxe (1964), los núcleos B1-B 3 son de localización bulbar; B 4-B 6 son protuberanciales y B7-
B 9, m esencefálicos. E n tanto, en el hom bre, los n úcleos listados I-IV son principalm ente m esencefálicos;
V -V II, protuberanciales y V III-XI, bulbares.
Las neuronas de este sistema se encuentran, todas, en el tronco del encéfalo. En el ser
53
Así como cada área de la CC recibe aferencias específicas desde determinado núcleo talámico
exclusivamente, cada una de ellas recibe también aferencias inespecíficas (inespecíficas, porque también otras
áreas las reciben). Entre estos sistemas neuronales de proyección cortical difusa se encuentran: los núcleos
talámicos intralaminares; las neuronas que conforman la formación reticular del tronco del encéfalo; y los
núcleos del prosencéfalo basal y del tronco encefálico que utilizan neurotransmisores específicos como: la
acetilcolina (núcleos basal de Meynert, septal medial y de la banda diagonal de Broca), la dopamina
(sustancia negra y área tegmental ventral), la noradrenalina (locus coeruleus y otros núcleos) y los núcleos
serotoninérgicos del rafe (vide infra) (Martin, 1998).
59
Introducción
humano, se hallan agrupadas en dos grandes conjuntos nucleares: uno rostral y otro caudal,
compuestos cada uno de ellos por varios nucleos neuronales, la mayoría de los cuales se
localizan en la región del rafe. Pero, valga la aclaración, así como no todos los núcleos
serotoninérgicos se localizan en el rafe, de la misma manera, no todos los núcleos del rafe
Por ello, hasta cierto punto, es una simplificación (simplificación útil, en todo caso) hablar
se corresponden con los núcleos I-VII (grupo Figura 14. Localización d e los núcleos serotoninérg icos d e
los g rup os rostral y caud al en el tronco encefálico hum ano
(arriba) y de la rata (abajo), co n la d istribución pred om inan te
rostral) y VIII-XI (grupo caudal) en el ser de sus fibras de inervación h acia áreas rostrales y caudales
del S N C . M odificado a partir de Frazer y H ensler, 1994.
60
Introducción
humano o con los núcleos B5-B9 (grupo rostral) y B1-B4 (grupo caudal) en la rata (Fig.
14).
Desde el grupo rostral salen axones que inervan, principalmente, el prosencéfalo. Estas
fibras ascienden por el gran haz prosencefálico medial (hpm o medial forebrain bundle –
(Jacobs y Fornal, 1995; Törk y Hornung, 1990). De igual modo, por el fascículo
longitudinal medial (flm, otro haz filogenéticamente antiguo) descienden las fibras desde
el grupo caudal hacia los distintos niveles de la médula espinal. Ambos grupos contribuyen
la amígdala y el núcleo accumbens. En tanto, Figura 15. D istribu ción de la ine rvación prosenc efálica de los
d o s p rin c ip a le s n ú cleo s se ro to n in é rg ic o s d e l ra fe
m esencefalico. N D R : núcleo d orsal del rafe; N M R : núcleo
el NMR inerva, entre otras, a las cortezas del m edial del rafe; S G P A : su sta ncia gris periacueducta l; TC I:
tu bérb ulos cuadrig ém inos inferio res; lm : lem nisco m edial.
M odificado a partir de Frazer y H ensler, 1994.
y la formación del hipocampo (Hipp) (Fig. 15). Entre los dos contribuyen a inervar el
61
Introducción
Una vez liberada de la presinapsis, la acción que ejerza la 5-HT sobre sus células blanco
dependerá de los receptores que éstas expresen. Al momento actual se postula la existencia
HT1A, en particular (Fig. 17, abajo), es especialmente interesante desde el punto de vista de
las relaciones neurogliales por varios motivos (Azmitia, 2001a, 2001b): i) se expresan
54
Cfr. Anexo III (Receptores serotoninérgicos).
62
Introducción
i n t r a c e l u l ar es ; v) se e x pr e san
cumplan un rol importante durante la neuro- y/o corticogénesis; vi) tienen una alta afinidad
(Kd = 1 × 10-9 M) por su ligando (5-HT) lo que los hace especialmente a propósito para ser
neurotransmisor; vii) los astrocitos también expresan este tipo de receptor, por lo que se
erigen como un importante y directo nexo entre la función de las neuronas y los astrocitos;
el sistema); ix) en condiciones clínicas, algunas de esas drogas tienen una probada utilidad
63
Introducción
cerebrales. Tan es así que se ha dicho que “la serotonina es un enigma. Está implicada en
de los impulsos y agresividad; trastornos sexuales, alimentarios y del sueño; trastornos por
64
Introducción
manías y depresiones unipolares); los distintos tipos de esquizofrenias; y, por último, en una
semana gestacional empiezan a diferenciarse las primeras de sus neuronas en el rafe del
mesencéfalo humano (Azmitia, 2001a; Sundstrom et al., 1993); en la rata, en los días E11-
E12 las neuronas de los grupos mesencefálicos B7-B9 y en E13-E14 las de los núcleos del
grupo caudal (Lauder, 1990). El grupo rostral (entre los que están el NDR y el NMR)
comienza a enviar fibras hacia el prosencéfalo por medio del hpm en cuanto las células se
hacen en el día E17. Su llegada coincide con el período pico de proliferación, migración y
diferenciación de las ZG. Estos axones se localizan en principio en aquellas capas en las que
distintas capas corticales desarrollan luego un patrón de inervación que sigue una secuencia
vez que estas han finalizado su migración. Los axones serotoninérgicos que arriban a la PC
y van inervando las sucesivas capas parecerían interactuar y coincidir en el tiempo, a la vez,
con los axones de las aferencias específicas tálamocorticales que arriban a la PC desde la
55
Prueba cabal de su amplia implicancia en tan dispares trastornos es la existencia de drogas en uso
terapéutico con acción sobre el sistema serotoninérgico, a su vez tan dispares como el naratriptán (un
antimigrañoso, agonista de los receptores 5-HT 1B/1D), la clozapina (un antipsicótico atípico, antagonista
combinado 5-HT 2A/1C y dopaminérgicos D 4/2), el ondansentrón (un antiemético, antagonista 5-HT 3) o la
buspirona (un ansiolítico no benzodiazepínico, agonista parcial de los receptores 5-HT 1A).
65
Introducción
patrón de inervación serotoninérgica que podrían tener relación con un importante rol de la
5-HT en el desarrollo de las sinapsis intracorticales (D’Amato et al., 1987; Dori et al.,
1996). El patrón adulto de inervación cortical, en la rata, se alcanza recién hacia el final de
la tercera semana postnatal (-P21) (Dori et al., 1996). De todas formas, la inervación
considerados tanto en el patrón espacial de extensión de las fibras como en el tipo y lugar
de 5-HT en el soma de las mismas neuronas pero también se expresa transitoriamente en las
cNEp del telencéfalo dorsal incluso antes de que lleguen las fibras serotoninérgicas desde
aún contactos sinápticos y, más aún, en los conos de crecimiento de los axones
serotoninérgicos. Los niveles de expresión del 5-HTT varían también a lo largo del
desarrollo pre- y postnatal tanto en los núcleos del rafe cuanto en las áreas de inervación
distal. Estos hechos han llevado a pensar que la 5-HT pueda actuar durante el desarrollo, en
muchos casos no como un neurotransmisor clásico sino más como un factor difusible, cuasi-
hormonal, con un mecanismo de transmisión volumétrica (Galineau et al., 2004; Zhou et al.,
2000).
El receptor 5-HT1A, pasible de ser activado aún por bajos niveles de 5-HT en virtud de
su alta afinidad de unión (vide supra), se expresa en niveles máximos durante el desarrollo
entre las semanas gestacionales 16ª-22ª en tanto que en la rata aparece en E12 en los núcleos
66
Introducción
del rafe, tiene un pico de expresión en E15 y disminuye posteriormente hacia el fin de la
gestación para alcanzar los niveles menores del adulto, solo postnatalmente (Azmitia,
2001a; Bar-Peled et al., 1991; Daval et al., 1987). Es muy interesante el hecho, además, de
que este receptor se expresa en altos niveles en zonas donde residen células madre
Como se puede apreciar, son varias las razones que han llevado ya desde hace tiempo a
enunciar la hipótesis de que la 5-HT sería una señal importante para guiar e influir en el
desarrollo de todo el SNC, tanto de neuronas corticales cuanto de neuronas que utilizan
“Las células de neuroglia ó aracniformes (por parecerse á una araña) llamadas también
corpúsculos de Deiters -en honor de su descubridor- forman el armazon y soporte de la trama
nerviosa de los centros. Este armazón separa por una parte las expansiones dendríticas y fibrillas
nerviosas que no deben mantener contactos funcionales, y por otra, protege y sostiene los
57
capilares sanguíneos.”
Los astrocitos son un tipo de células de la neuroglía (el otro componente celular del
tejido nervioso). Junto con los oligodendrocitos, las cGR y las células ependimarias,
56
Excepto donde se aclara puntualmente, los datos de esta sección se han tomado de la revisión de Magistretti
y Ransom (2002).
57
Esto decía el genial aragonés en 1899 acerca de la neuroglía (Ramón y Cajal, 1899; t. I, pág. 174.). En lo
esencial, poco más se puede agregar hoy en día acerca de estos tipos celulares del tejido nervioso.
67
Introducción
aproximada de 10 por cada neurona (hay autores que elevan la cifra hasta 50:1). Tan
numerosos son que constituyen, por sí solos, del 25 al 50% del volumen cerebral total. Por
68
Introducción
siempre de cromatina laxa y sin nucléolos Fig u ra 19. R epresentación esq uem ática d e los d om inios
territoriales ana tom ofuncionales de los astrocitos en
relación a los va so s sa nguíneo s. M odifica do de N ed erg aa rd
visibles (Ham y Cormack, 1986; Jones y et al., 2003 (realizad o a pa rtir de un a reco nstruc ción en ba se
a tinciones de IC Q para la G FA P ).
Cowan, 1986).
Los astrocitos tienen numerosas funciones. Algunas de ellas son58: i) por medio de las
prologaciones citoplasmáticas, llenan todo el espacio que se halla entre las neuronas y sus
prolongaciones y que no es ocupado por otras células de la glía (tal como dijera Cajal); de
hecho, emiten lengüetas en todas direcciones y así envuelven o recubren virtualmente todas
las sinapsis, aislándolas del resto del tejido nervioso; ii) las prolongaciones de cada astrocito
(Fig. 19) (Nedergaard et al., 2003); iii) son células altamente polarizadas que se encuentran
en una situación especialmente a propósito para actuar de mediadores entre las neuronas
y los elementos no neuronales del SNC: el epéndimo, la piamadre y los vasos sanguíneos;
con estos últimos toman contacto por medio de unas expansiones terminales especiales (los
58
Sólo menciono las más importantes o las mejor establecidas por no prolongar la exposición
innecesariamente. Para una reciente revisión global, cfr. Verkhratsky y Butt (2007).
69
Introducción
pies chupadores o pies terminales59) que llegan a cubrir entre el 95 al 100% de la superficie
externa de los vasos y forman parte importante de la BHE; conforman así una compleja
trama o red gliovascular (Nedergaard et al., 2003); iv) en los pies chupadores expresan
regular el acceso de las sustancias al SNC (por ejemplo, el transportador de glucosa del tipo
GluT1); v) son el único tipo celular del tejido nervioso que almacena glucosa en forma de
glucógeno; vi) los astrocitos maduros (y solo ellos) poseen en el citoesqueleto un tipo
en los astrocitos fibrosos que en los protoplasmáticos; vii) se unen y acoplan entre sí por
medio de uniones en hendidura (o nexus) a través de los que, se sabe, viajan señales
metabólicamente a estas células (son conocidas las denominadas ondas de calcio); viii) en
significación fisiológica aún oscura, que no les permiten generar potenciales de acción u
otros tipos de respuestas eléctricas regenerativas (que sí se ven en las neuronas), aunque sí
citoplasma por medio de canales específicos y, ante esta señal, degradan glucógeno para
proveer de glucosa a las neuronas vecinas; x) por los pies chupadores expulsan el exceso de
K+ hacia los vasos sanguíneos vecinos donde éste ión induce una vasodilatación que
actividad neuronal aumentada (Kandel, 1991); xi) por medio de otros mediadores (tanto
59
También llamados procesos pediculares, pies perivasculares o aparato chupador de Cajal.
70
Introducción
extra- como intracelulares, como el óxido nítrico, glutamato, factor natriurético atrial, Ca2+,
proveen a las neuronas (como en el caso del glutamato, por ejemplo) o contribuyendo a
sistemas de recaptación de baja afinidad pero de alta capacidad (es el sistema de captación
vecindad (es decir, presentan plasticidad astrocitaria ante la plasticidad sináptica o neural)
modifican su morfología y actividad metabólica ante estímulos nocivos físicos y/o químicos
e intervienen en las respuestas inflamatorias del SNC (sufren hipertrofia e hiperplasia en una
serie de cambios morfofuncionales que ha llevado a que se los designe como astrocitos
reactivos) (Ridet et al., 1997); de hecho, son células inmunocompetentes que expresan
presentación de antígenos a ciertas células del sistema inmune (Dong y Benveniste, 2001);
71
Introducción
morfofuncionalmente a sus tipos celulares precursores (las cGR) ante estímulos adecuados
(Leavitt et al., 1999) e, incluso, algunos subtipos de astrocitos adultos pueden actuar como
verdaderas células madre (Barres, 1999; Steindler y Laywell, 2003); xvii) durante la
neurogénesis que se observa en la ZSV del III ventrículo en los mamíferos adultos, los
astrocitos migran junto a los Nb hacia el bulbo olfatorio, formándoles una especie de
“cápsula” tubular migratoria que envuelve y guía a los Nb en su largo trayecto, en un tipo
según que se trate de machos o hembras (dismorfismo sexual astrocitario) (McCarthy et al.,
ser el tipo de células “de pegamento”, “conectivas” o “de relleno” o “soporte” que
intervienen muy activamente en (casi) todos los procesos que se observan en el SNC en
desarrollo y adulto.
60
Los otros dos mecanismos conocidos de migración de N b se dan durante el desarrollo prenatal (ya he
hablado de ellos): la migración radial (con eje en el andamiaje de las cGR) y la migración tangencial (con
eje principalmente en los axones en desarrollo que transitan por la ZI).
72
Introducción
Una función muy importante de los astrocitos, que no he mencionado hasta ahora, es la
Los astrocitos secretan S100B al medio extracelular de manera constitutiva. Pero también
pueden ser estimulados a ello por distintas moléculas. Entre éstas se encuentran el
íntimos por los que los astrocitos secretan la S100B aunque se sospecha que es por un
menos en una línea celular de origen astrocitario, la secreción depende de una elevación de
2001).
extracelulares (Tabla 5). Dentro de las células regula la función de proteínas efectoras y,
dado que su función depende de la unión de átomos de Ca2+, la S100B funciona como una
proteína censora de Ca2+ aunque algunas de sus acciones son independientes del catión
(Tabla 6).
61
Cfr. las excelentes revisiones de Donato (1999, 2003) sobre la familia de proteínas S-100 (que he seguido
para escribir esta subsección, excepto donde específicamente lo aclaro).
62
Como el GDNF (por las siglas en inglés del glial cell line-derived neurotrophic factor), el BDNF (brain
derived neurotrophic factor), el CNTF (cilliary neurotrophic factor), las neurotrofinas 3 y 4 (NT-3y NT-4)
o el NGF (por las del factor de crecimiento nerviso en inglés, nerve growth factor).
63
Cfr. el Anexo IV (Estructura de ciertas proteínas relevantes al presente trabajo) en el que se detalla su
estructura molecular.
73
Introducción
Entre las muchas funciones que cumple la S100B se cuentan, como particularmente
relevantes a los fines de este trabajo, su participación como factor promotor de la extensión
del serotoninérgico mismo) hacia fenotipos maduros; su acción como factor promotor de
bajas concentraciones (en el rango de las altas pM a bajas nM). Por el contrario, cuando se
En los mismos astrocitos, por otro lado, la S100B interactúa con la GFAP e induce su
además de ser capaz de inducir la proliferación mitótica de estas células (por tanto, es
La S100B juega así un papel especial, central, de interrelación entre las neuronas
Pero más allá de las funciones que cumple por medio de la unión directa a diversas
proteínas blanco, una vez liberada al medio extracelular, también puede unirse, en la
avanzada (RAGE, por las siglas en inglés de receptor for advance glycosylation end-
74
Introducción
intracelulares extracelulares
products).64
otras proteínas de su familia (S100A1, S100A6, S100A12 y S100P) (Donato, 2003; Leclerc
64
Cfr. el Anexo IV (Estructura de ciertas proteínas relevantes al presente trabajo) en el que se detalla la
estructura íntima de esta receptor.
75
Introducción
et al., 2007) pero se une de manera diferencial y específica entre los dominios V y C1
(Dattilo et al., 2007; Leclerc et al., 2007).65 La estimulación de los RAGE se sigue de la
FUNCIONES CALCIO-DEPENDIENTES
FUNCIONES CALCIO-INDEPENDIENTES
65
La S100A6 y la S100A12, por ejemplo, se unen en los dominios C 1 y C 2 (Leclerc et al., 2007).
76
Introducción
durante el desarrollo fetal en las cGR (Gómez et al., 1990; Brusco et al., 1995). Hemos visto
del SNC.
Hemos visto que la proteína S100B interactúa con varias proteínas del citoesqueleto y
El citoesqueleto en las células eucariotas está compuesto por tres elementos principales:
los microtúbulos (MT; formados por 13 protofilamentos de "- y $-tubulina que determinan
66
Cfr. el Anexo IV (Estructura de ciertas proteínas relevantes al presente trabajo) en el que se detalla la
estructura de los filamentos intermedios.
77
Introducción
presente exclusivamente en las células eucariotas (Karp, 2006). A diferencia de los MTs y
los MFs, que están filogenéticamente más conservados, los FI varían notablemente en su
secuencia aminoacídica (estructura primaria). Están compuestos por proteínas que, por su
alto grado de resistencia a las fuerzas tensionales, le confieren a la célula protección contra
las tensiones mecánicas asociadas con el estiramiento. De hecho, son los elementos más
tipos de FI, cada uno de ellos con perfiles particulares de expresión celular y tisular y
Además, de las proteínas que forman la estructura principal de los FI, existen distintos
tipos de proteínas accesorias que estabilizan su extructura, los refuerzan y unen a otros FI
por medio de uniones cruzadas entre haces de filamentos para formar así una red resistente.
En las neuronas, las principales proteínas de FI expresadas son las de los neurofilamentos
(Nf). Los Nf se ensamblan a partir de la reunión de tres proteínas que pertenecen a la clase
los livianos (Nf-L o Nf-68), los medianos (Nf-M o Nf-160) y los pesados (Nf-H o Nf-200)
Nf-68 sobre la que se depositan luego, en menor proporción, los Nf-160 y Nf-200. In vivo,
estequiométrica de 7:3:2 (para los Nf-68, -160 y -200, respectivamente). En cambio, en las
78
Introducción
al., 1987; Hoffman y Cleveland, 1988) en tanto que los Nf-200 son característicos de las
Desmina 53 Miocitos
III
Citoplasma 50
Proteína gliofibrilar ácida (GFAP) Astrocitos
Neurofilamentos:
- livianos (Nf-L o Nf-68) 68
- medianos (Nf-M o Nf-160) 160
IV Neuronas
- pesados (Nf-H o Nf-200) 200
"-Internexina 66
Las subunidades de Nf-160 y Nf-200 poseen brazos laterales que se proyectan hacia fuera
del Nf desde las colas globulares del extremo carboxi-terminal. En los axones, estos brazos
laterales están fosforilados y los niveles de fosforilación son particularmente altos en los de
los Nf-200 (Ackerley et al., 2003; Huh et al., 2002). Una de las funciones postuladas para
los brazos laterales es que mantendrían un espaciado apropiado entre los Nf paralelos del
79
Introducción
axón (Karp, 2006). La fosforilación de esta región de los Nf-160 y -200 juega también un
cruzados entre los Nf y de estos con los NTs y, de esta manera, enlentecer el transporte
neuronal. Por medio de estos procesos se controlaría el diámetro del axón y se estabilizaría
200 incrementa mucho la tasa y extensión de la proteólisis de los Nf (Huh et al., 2002).
una neurona ha extendido una neurita y establecido un contacto y, por ello, ha dejado de
crecer el axón en longitud, se incorporan los Nf al axón, le brindan soporte mecánico y este
puentes laterales que parecen determinar el espaciado entre los Nf adyacentes. Así, los Nf
son los principales determinantes del diámetro axonal. A su vez, el diámetro axonal es uno
La enorme importancia que poseen los Nf en la estructura neuronal está dada por el
67
Una enzima importante, con capacidad fosforilatoria de los brazos laterales de los Nf-160 y y Nf-200, es
la PKC. El acceso de la PKC a los FI para fosforilarlos se puede ver inhibido por la unión previa a estos de
la S100B (cfr. ut supra Tabla 5: Funciones intra- y extracelulares de la S100B, establecidas al momento
actual).
80
Introducción
hecho, entre otras cosas, de que las alteración de la estructura de los Nf puede alterar el
transporte axonal lento, puede afectar la velocidad de conducción de ese axon o llevar a la
neurodegeneración (Huh et al., 2002). Por ello, una buena forma de evaluar la “salud” de
los astrocitos mismos. Nótese también que la vimentina es la principal proteína de los FI de
Además de las proteínas que forman a los NTs, los FIs y los MFs existe todo un gran
grupo de proteínas que se unen, principalmente, a los MTs (son, por ello, proteínas unidas
a los MTs). Así, por ejemplo, existen proteínas asociadas a los centrosomas, proteínas
motoras (como las kinesinas y las dineínas) y proteínas estructurales unidas a los MTs.
Entre estas últimas se cuentan las proteínas de ruptura (por ejemplo, la catanina-p60 y la
espastina), los factores catástrofe (por ejemplo, la stathmina), la doblecortina, y todo un gran
grupo de proteínas promotoras del ensamblaje de los MTs o, como se las denomina más
68
La mayor parte de los datos de esta subsección los he tomado de la excelente revisión de Sánchez et al.
(2000).
81
Introducción
frecuentemente, proteínas asociadas a MTs (MAPs, por las siglas en inglés de microtubule
associated proteins). Todos los miembros de las MAPs se unen a los MTs y, al hacerlo,
otros tejidos. Dentro del SNC, las MAP-2 de alto PM (HMWMAP-2) se expresan
postsinápticas; pueden estar presentes en el axón pero sólo en pequeñas cantidades, a punto
cambio, tienen una distribución más generalizada dentro de los distintos compartimientos
celulares de las neuronas y se las puede encontrar también en las células de la glía (aunque
en menor proporción).
el desarrollo, por lo que se supone que cada variante puede tener funciones temporalmente
diferentes.70
Se postula que la MAP-2 cumple, entre otras, con las siguientes funciones: i) está
69
Cfr. Anexo IV (Estructura de ciertas proteínas relevantes al presente trabajo) donde se detalla la estructura
de la MAP-2.
70
Así, por ejemplo, la MAP-2A se expresa mayormente en el cerebro adulto; la M AP-2B está presente a lo
largo de todo el desarrollo del SNC pero sus niveles disminuyen en el período postnatal temprano en la rata;
la MAP-2C se expresa en estadíos tempranos del desarrollo y luego en el adulto pero selectivamente en las
dendritas y somas; la M AP-2D se expresa en el cerebro de la rata sólo a partir de P5 (si bien que su ARNm
está presente desde antes, durante todo el desarrollo).
82
Introducción
en la maduras; ii) interactúa con los MTs y, al hacerlo, incrementa su rigidez, los estabiliza
microtubulares (no se sabe bien aún por cuál mecanismo, si por la unión cruzada de los MTs
por medio de la dimerización de la MAP-2 y/o por la rigidez inducida en los MTs); iv)
interactuar con los MFs de actina-F, aparentemente por medio de los mismos dominios por
los que se une a los MTs (TBD), especialmente en las espinas dendríticas durante la
sinaptogénesis; vi) puede unirse a los Nf, quizás por medio de un dominio particular,
distinto del TBD; vii) los cambios en sus niveles acompañan a las modificaciones
sinápticas y, por lo tanto, a las modificaciones en los circuitos sinápticos; viii) sus ciclos
El óxido nítrico (NO; monóxido de nitrógeno) es un gas, una molécula difusible que
Snyder, 1994). Su síntesis se lleva a cabo a partir del aminoácido L-arginina en presencia
71
Es precisamente este mecanismo, la fosforilación/desfosforilación, el principal medio de control molecular
de su dinámica. Cfr. Anexo IV (Estructura de ciertas proteínas relevantes al presente trabajo) en donde se
detallan los modos de transducción de las cambiantes señales extracelulares en cambios estructurales del
citoesqueleto.
83
Introducción
enzimáticos (Fig. 20). La enzima que realiza la reacción biosintética es la óxido nítrico
sintetasa (NOS; E.C.: 1.14.13.39), una metaloenzima que posee un grupo prostético hemo
ii) la isoforma inducible o tipo II (iNOS) expresada por los macrófagos y los microgliocitos
tras la inducción de su transcripción del cromosoma 17; y iii) la isoforma endotelial o tipo
Al NO se lo ha implicado en funciones
Dawson y Dawson, 1996; Liberatore et al., 1999; Lu et al., 1999; Roskams et al., 1994).
Las neuronas nitrérgicas están relacionadas con las serotoninérgicas tanto desde un punto
de vista morfológico (Johnson y Ma, 1993; Ramos et al., 2002; Tagliaferro et al., 2001;
Wang et al., 1995; Wotherspoon et al., 1994; Xu y Hökfelt, 1997) como funcional (Kaehler
84
Introducción
et al., 1999; Karolewicz et al., 2000; Sugimoto et al., 1999; Wegener et al., 2000) y por este
motivo se las considerará también en este trabajo. Un número importante de las neuronas
mayoritariamente al cuerpo estriado (Xu y Hökfelt, 1997). Por otro lado, en el Strt, muchas
y neuropéptido Y); el Strt es una de las regiones anatómicas en las que existe una mayor
anfetaminas sustituidas) podría estar en parte mediada por el NO (Tagliaferro et al., 2003;
Torres y Rivier, 1994; Zheng y Laverty, 1998). El NO puede alterar la actividad de distintas
la 5-HT (Kuhn y Arthur, 1997; Kuhn y Geddes, 1999). Por otro lado, los niveles de
expresión de la nNOS y la iNOS pueden verse alterados tras la depleción de los niveles
cerebrales de 5-HT (Ramos et al., 2002; Tagliaferro et al., 2001, 2003). Tras la isquemia
cerebral focal se han observado alteraciones de las neuronas que expresan a la nNOS (Zhang
et al., 1994); se han observado también neuronas nitrérgicas citomegálicas en el Strt tras la
asfixia perinatal (Loidl et al., 1997) y alteraciones del sistema nitrérgico en las enfermedades
(Hu et al., 1996; Hu y Van Eldik, 1999). El NO, si está presente en el medio en altas
concentraciones por efecto de la S100B, puede inducir muerte celular apoptótica tanto en
85
Introducción
neuronas (Hu et al, 1997; Hu y Van Eldik, 1999) como en astrocitos (Hu y Van Eldik,
1996).
Como se ve, hay una relación de dos vías entre el sistema nitrérgico y el serotoninérgico
en el que cada uno puede verse alterado a consecuencias de la alteración concomitante del
otro.
* * *
un lado y, por otro lado, entre el sistema nitrérgico y los astrocitos y el serotoninérgico y los
Por lo tanto, es probable que ante injurias de distintos tipos estos elementos
en este trabajo, en el caso de que se administre EtOH a un animal en distintas etapas del
desarrollo de su SNC.
86
Hipótesis
y Objetivos
“Las preguntas superficiales siempre encuentran una respuesta. Las preguntas profundas
generan nuevas preguntas.”
Refrán del Budismo Zen.
“Sabio no es aquel que da las respuestas correctas, es el que hace las preguntas correctas.”
Claude Lévi-Strauss (1908- )
presente trabajo se sabía, a grandes rasgos, lo siguiente acerca del efecto del AMF sobre el
desarrollo pre- y postnatal del cerebro en general, y sobre los sistemas serotoninérgico y
Existe mucha evidencia que indica que durante la EPE el sistema serotoninérgico es uno
1985; Sari et al., 2001). Sobre el sistema serotoninérgico varios son los efectos que se han
demostrado de la EPE; entre muchos otros, los siguientes: i) la inducción de una notable
neuronas serotoninérgicas (Zhou et al., 2001); iii) la disminución del número de las
desarrollo (Tajjudin y Druse, 1999); iv) la reducción de los niveles de los receptores 5-HT1A
88
Hipótesis y Objetivos
en el tronco del encéfalo y en distintas regiones de la CC, el Hipp y el septum lateral (Kim
regiones corticales (Druse y Paul, 1989; Druse et al., 1991); vi) la alteración de la expresión
de la proteína S-100B y de otros factores neurotróficos (Sari et al., 2001; Tajjudin y Druse,
1989, 1999). También se han registrado alteraciones en las cGR, en los astrocitos, y en el
cambio de fenotipo normal de unas a otros (Fletcher y Shain, 1993; Goodlett et al., 1993;
(y, lo que es muy importante, incluso contradictorios) sobre el desarrollo del cerebro
dependiendo del/los período/s durante el/los que actúe, dependiendo también del patrón del
los niveles de alcoholemia alcanzados (Ahluwalia et al., 2000; Bonthius y West, 1988).
mente que se conocen desde hace ya mucho tiempo.1 En animales adultos (humanos o no),
al igual que durante el desarrollo, el EtOH también puede provocar efectos neurotóxicos
al., 1995); ii) provocar o no la pérdida de neuronas en los NDR y NMR (dependiendo de
Wernicke-Korsakoff) (Baker et al., 1996a, 1996b; Berggren et al., 2002; Halliday et al,
1993); iii) disminuir los niveles cerebrales de 5-HT (Lovinger, 1999); iv) alterar el patrón
de descarga eléctrica de las neuronas del NDR (Pistis et al., 1997); v) disminuir la
1
Cfr., por ejemplo, Korsakoff, 1890; Magnan, 1871; Marchiafava y Bignami, 1903; W ernicke, 1881.
89
Hipótesis y Objetivos
distribución y la densidad del 5-HTT en la corteza anterior del cíngulo (áreas 24, 25, 32 y
A pesar de la existencia de una gran cantidad de datos sobre los efectos que tiene el
adolescentes casi no existen datos concernientes a este respecto y no los hay desde el punto
de vista mofológico. Tampoco hay datos sobre el EtOH y el sistema nitrérgico y los
citoesqueletos neuronal y astroglial. Sin embargo, en los adolescentes, tanto sean seres
relación con lo que se ve en los adultos. Los adolescentes se acomodan más fácil y
rápidamente a la presencia del EtOH en su medio interno (Doremus et al., 2003; Spear,
2000). Las ratas adolescentes muestran menos signos de ansiedad ante la abstinencia aguda
en la prueba del laberinto elevado en cruz (Doremus et al., 2003), en la prueba de campo
2004). Además, tienen una resistencia relativa al compromiso motor y a los efectos
sedativos del EtOH (el inicio de la sedación suele ser más lento y de menor magnitud) pero
parecen ser más sensibles que los adultos a las alteraciones en el aprendizaje y en la
(Markwiese et al., 1998; Spear, 2000; White y Swartzwelder, 2004). La exposición crónica
de las ratas adolescentes al EtOH induce alteraciones a largo plazo en sus funciones
90
Hipótesis y Objetivos
vulnerables a los efectos del EtOH solo en las ratas adolescentes y no en las adultas (Brown
y Tapert, 2004; Crews et al., 2000). También en las ratas, la exposición a niveles
inducir cambios persistentes a largo plazo en los efectos de nuevas dosis agudas de EtOH
sobre la actividad eléctrica cortical registrada con el EEG; dado que estos cambios no se
ven en condiciones basales se ha especulado con que los cambios neuroadaptativos que
(Slawecki, 2002).
II.2. Hipótesis:
provocado por distintos tóxicos en todas las edades de la vida aunque con distinto grado de
sensibilidad según la edad particular que se considere. Es harto y de antiguo sabido que el
EtOH en altas dosis es capaz de provocar daños severos y evidentes en los animales adultos
y más aún en los adolescentes, infantes y, mucho más aún, en los que se encuentran en su
por períodos prolongados (administración crónica), incluso a bajas dosis, será capaz de
provocar distintos tipos de daños. Es probable que esto sea así en los distintos momentos
91
Hipótesis y Objetivos
vitales del desarrollo (pre- y postnatal) y, lógico es suponer, que el daño (si existiere) sea
mayor cuanto más inmaduro sea el organismo pero que, al mismo tiempo, la capacidad de
recuperación espontánea o de prevención de tal daño sea (a la inversa) menor cuanto más
Así pues, para el presente trabajo, y en relación con las relaciones neuro-gliales y el
I) el EtOH administrado por una vía fisiológica (la oral) a hembras preñadas induce
daños evidentes a las relaciones neurogliales que tienen como centro al sistema
serotoninérgico, incluso si el tóxico fuere administrado a bajas dosis incapaces de
por sí de inducir manifestaciones conductuales visibles en las madres y que
constituirían, parcialmente, un correlato experimental de los observado y descripto
en los seres humanos como Trastornos del Neurodesarrollo Relacionados con
Alcohol (ARND);
II) el bajo grado de exposición prenatal al EtOH es incapaz de inducir alteraciones
estructurales groseras (displasias corticales, entre ellas) aunque sí, acaso,
ultraestructurales y más aún en la expresión de distintas moléculas marcadoras de
las relaciones neuro-gliales; sin embargo, en virtud del bajo grado de exposición
es esperable que el daño sea, también, leve;
III) si se provocare un daño leve en las relaciones neuro-gliales por la exposición prenatal
de bajo grado al EtOH, es probable que, en virtud de la alta plasticidad de los
animales jóvenes, el daño sea reparado total o parcialmente durante el crecimiento
y desarrollo;
IV) si se provocare un daño prenatal en las relaciones neuro-gliales que tienen como
centro al sistema serotoninérgico, tal que no se recuperaren espontáneamente, es
probable que se lo pueda prevenir por métodos farmacológicos por medio de, por
92
Hipótesis y Objetivos
II.3. Objetivos:
Con la finalidad de confirmar o refutar las hipótesis anteriores se fijaron los siguientes
II.3.1. Generales:
Los objetivos generales que nos fijamos para el presente trabajo experimental son los
93
Hipótesis y Objetivos
94
Hipótesis y Objetivos
en los distintos grupos etarios provocados por la exposición crónica leve al EtOH.
II.3.2. Específicos:
Los objetivos específicos fijados para el presente trabajo experimental son los que se
detallan a continuación:
95
Hipótesis y Objetivos
96
Materiales
y Métodos
“Quien trabaja sin método, trabaja en vano.”
Proverbio monástico .
III.1. Materiales:
El EtOH que se administró a los animales era de grado analítico (Merck KgaA;
Darmstadt, Germany).
anticuerpos primarios:
98
Materiales y Métodos
i) anticuerpo de cabra anti-conejo conjugado con biotina (Sigma; lote 078H9161) para
los casos en los que se utilizaron anticuerpos primarios policlonales de conejo;
ii) anticuerpo de cabra anti-ratón conjugado con biotina (Sigma; lote 078H9060) para
los casos en los que se utilizaron anticuerpos primarios monoclonales de ratón.
65H0170), sulfato amónico de níquel (Carlo Erba Reagenti; Milano, Italia) y peróxido de
Para realizar los cortes ultrafinos para microscopía electrónica, el tejido fue incluído en
el medio de inclusión Durcupan (Fluka AG, Chemische Fabrik, Buchs SG, Switzerland).
III.2. Métodos:
99
Materiales y Métodos
En todos los protocolos que se detallan más abajo se utilizó el método de administración
1
Cfr. Anexo III (M étodos experimentales de exposición de animales al etanol. Ventajas y desventajas de
cada uno).
100
Materiales y Métodos
hembras de ratas noruegas de la cepa albina Wistar (Rattus norvegicus; Hsd: WI) de
Durante los períodos experimentales, todos los animales utilizados fueron mantenidos
en el mismo ambiente: ciclo luz-oscuridad de 12:12 hs (las luces se apagaban a las 18:00
hs), en una habitación bien ventilada, con temperatura y humedad controladas (20 ± 2ºC y
50-70%, respectivamente).
Cada día, entre las 09:00 y las 11:00 hs (según se detalla más abajo), se calculó el
2
El tratamiento de los animales se llevó a cabo de acuerdo con la Guía para el Uso y Cuidado de los Animales
de Laboratorio de los Institutos Nacionales de Salud de EUA y con los principios presentados en la Guía para
el Uso de Animales en Investigación en Neurociencias de la Society for Neuroscience (SfN).
101
Materiales y Métodos
estudio postnatal de las crías se alojó, en cada jaula, a un macho adulto cada 2 a 4 hembras.
tomado cada mañana entre las 07:00 y las 09:00 hs. La toma de la muestra se realizó
instilando y aspirando dos o tres veces, con una pipeta Pasteur, 0,5-1,0 ml de solución
Las hembras preñadas eran inmediatamente alojadas en forma individual en jaulas más
camas de viruta de madera, para permitirles la construcción del nido y evitar fuentes de
estrés por la convivencia con el macho u otras hembras. El día del parto (E21 o E22) se
determinó el sexo de cada cría nacida viva o muerta (proceso de sexado) y se registró su
peso al nacer para controlar su crecimiento y desarrollo. Las camadas se redujeron siempre
a un tamaño de 10-12 animales para asegurar la adecuada alimentación de las crías lactantes
por parte de la madre. La reducción de las camadas se hizo a expensas de las hembras. La
reducción se llevaba a cabo por decapitación previa anestesia inhalatoria con éter o con
dióxido de carbono.
El día del nacimiento se consideró como día postnatal cero (P0). Hasta el momento del
102
Materiales y Métodos
destete, en P21, se mantuvo juntas a las crías con su madre en la misma jaula,
permitiéndoles que mamaran e interactuaran libremente. A las crías que se estudiaron más
allá de la edad P21 se las separaba por sexo ese día y se las alojaba en jaulas grandes, en
grupos de 3 a 5.
A los animales se les ofreció alimento estándar para roedores de laboratorio (Alimentos
Pilar; SENASA Nº 02-014/A; Pilar, Buenos Aires, Argentina). Cada gramo de este
En todos los protocolos experimentales que se detallan más abajo se llevó a cabo un
modo de alimentación tal que asegurara que las diferencias experimentales observadas no
se debieran a diferencias nutricionales sino a los efectos del EtOH exclusivamente. Este
a los animales del/los grupo/s control se les ofreció cada día, durante todo el período
experimental, una cantidad de alimento (en gramos) equivalente a las calorías que
incorporaron los animales del/los grupo/s tratado el día anterior. Por lo tanto, los animales
tratados iniciaron, siempre, el período experimental un día antes que los animales control.
Para calcular las calorías consumidas por los animales tratados se tuvieron en cuenta las
calorías aportadas por el alimento (2,5 kCal/g) y las calorías derivadas de la solución de
EtOH (7,07 kCal/g de EtOH; * = 0,789 g/ml). Así, cada día se calculó por diferencia el
peso del alimento consumido por los animales tratados durante el día anterior y se
103
Materiales y Métodos
calcularon las calorías incorporadas a partir de este. También por diferencia se calculó el
en gramos y las calorías que aportaron. Sumadas las calorías del alimento y del EtOH se
alimento sólido a los animales control. Todos los cálculos se hicieron en base a la unidad
de peso corporal (el gramo, pero en beneficio de la claridad, en los resultados se informa
III.2.2.4. Bebida:
En todos los protocolos experimentales, para beber, a los animales del/los grupo/s
control se les ofreció agua. A los animales del/los grupo/s tratado se les ofreció siempre una
solución de EtOH 6,6% (v/v) en agua. A ambos grupos de animales se les permitió beber,
La solución de EtOH se preparaba cada día inmediatamente antes de ofrecer una ración
fresca. A fin de asegurar el consumo obligado del EtOH, a los animales que lo recibieron,
no se les permitió la posibilidad de elegir entre tomar agua o la solución de EtOH ya que
esta fue la única fuente de líquido con la que contaron. A los fines de asegurar la adaptación
gradual de los animales a la ingesta de EtOH, este fue incorporado al agua de bebida en
forma paulatina (en concentración de 1% el primer día, a 3,3% el segundo y tercer días y
recién a partir del cuarto día se incorporaba la concentración máxima de 6,6% (v/v) a usar
104
Materiales y Métodos
Se llevaron a cabo cuatro protocolos experimentales distintos a los fines de estudiar los
efectos que tienen las bajas alcoholemias sobre el sistema serotoninérgico y la astroglía en
En este primer protocolo experimental se utilizaron ratas hembra nulíparas que pesaban
221,9 ± 18,9 g (rango: 202,0-251,0 g; n = 10). A estas hembras se las dividió en dos grupos
cuyos pesos eran de 225,63 ± 16,2 g (rango: 202,0-238,5 g) para el grupo Control (n = 4)
y de 219,33 ± 21,5 g (202,5-251,0 g) para el grupo tratado (en adelante denominado grupo
EtOH; n = 6). Las medias de los pesos iniciales no diferían estadísticamente entre sí (P =
0,6342).
Las hembras EtOH fueron expuestas a la solución de EtOH durante las 6 semanas
previas al apareo3, durante las tres semanas de la gestación y en el período postparto hasta
el destete de sus crías 21 días más tarde. En total, el período de exposición materna crónica
al EtOH (EMCE) se prolongó durante 12 semanas (Cuadro 1), en tanto que sus crías
3
Para permitir que se produjeran los cambios metabólicos propios del alcoholismo crónico. Cfr. sección I.3.1.
(Farmacocinética) en la Introducción y Anexo V (Métodos experimentales de exposición de animales al
etanol. Ventajas y desventajas).
105
Materiales y Métodos
III.2.3.2. Exposición prenatal al etanol, con prevención del daño por administración
de buspirona:
En este protocolo experimental también se utilizaron ratas hembra nulíparas que pasaron
por un período de exposición al EtOH de 6 semanas previas al apareo. Los dos grupos
iniciales (Control y EtOH), a medida que las hembras eran preñadas, fueron subdivididos
106
Materiales y Métodos
buspirona). Al inicio del período gestacional las hembras de los cuatro grupos de este
Se preparó una solución de buspirona a una concentración 7,11 mM (3,0 mg/ml p/v) en
solución salina. Esta solución fue esterilizada por filtrado a través de filtros de nylon
descartables, con poros de 0,45 :m de diámetro (Advantec MFS, Inc.; modelo DISMIC
25NSO45AS; Dublin, CA, EUA). Desde el día E13 hasta el día E20, diariamente entre las
11:00 y las 12:00 hs, a las hembras CB y EB se les administró la buspirona en una dosis de
4,5 mg/kg/d (10,66 mmol/kg/d), por vía subcutánea. A los restantes subgrupos (CS y ES)
se les administró volúmenes equivalentes de solución salina, también por vía subcutánea.
El volumen inyectado en cada ocasión estuvo en el orden de los 0,4-0,6 ml, dependiendo
administración de EtOH en el agua de bebida. Así, las hembras fueron expuestas durante
9 semanas a la acción del tóxico y sus crías sólo durante el período gestacional,
transplacentariamente.
Para los estudios de microscopía óptica (ICQ con distintos marcadores) se utilizaron
crías macho de edades P5, P21, P35, P60 y P90. Para los estudios conductuales se
utilizaron crías macho y hembra de edad P90 de una segunda tanda experimental ad hoc
(Cuadro 2).
107
Materiales y Métodos
Período de EMCE
Período de administración de
BUSPIRONA 4,5 mg/kg/d via sc (E13-E20)
P5 P 21 P 35 P 60 P 90
C uadro 2. C rono gram a del tratam iento del protocolo de E P E con prevención d el daño p or la adm inistración d e buspirona.
tardía) que pesaban 194,1 ± 28,11 g (201,3 ± 23,4 g las asignadas al grupo Control, n = 10,
con un rango de 167,0-235,0 g y 186,9 ± 32,05 g las asignadas al grupo EtOH, n = 10, con
(P = 0,2662).
Durante 6 semanas (42 días) los machos bebieron agua o la solución de EtOH.
Inmediatamente tras la finalización del período de exposición al EtOH, 5 machos del grupo
Control y otros 5 del grupo EtOH fueron fijados y sus cerebros procesados para realizar
los estudios de microscopía óptica (ICQ con distintos marcadores) en tanto que a los otros
semanas (70 días; Cuadro 3). Durante este período de recuperación los machos de ambos
108
Materiales y Métodos
permite la recuperación o no del daño provocado por la intoxicación leve y crónica. Una
vez finalizada la recuperación, los cerebros de los machos recuperados (ya adultos) de
ambos grupos fueron procesados de igual manera que sus homólogos a los que no se les
C uad ro 3. C ronogram a de tratam ien to del p rotoco lo de e xp osición al etanol duran te la adolesce ncia con ab stinen cia p osterior.
Para este protocolo experimental se utilizaron 10 ratas macho adultas con pesos
al grupo EtOH. Como es habitual, el grupo Control bebió agua y el grupo EtOH bebió la
solución de EtOH durante 6 semanas, al cabo de las cuales sus cerebros fueron procesados
para realizar los estudios de microscopía óptica correspondientes (ICQ con distintos
marcadores).
109
Materiales y Métodos
de intoxicación de las ratas expuestas, macho y hembra (preñadas o no), adultas o crías, por
medio de dos escalas conductuales (Nixon y Crews, 2004; Slawecki, 2002). Las
La escala de Slawecki (modificada a partir de Freund, 1969) consta de los siguientes parámetros
conductuales y su correspondiente puntuación:
- sin efectos conductuales visibles: 0
- notablemente calmo, con hipotonía durante la manipulación: 1
- ataxia leve con marcha rápida: 2
- compromiso de la marcha, el animal cae hacia un lado: 3
- gran hipotonía, inmóvil en el suelo: 4
La escala de Nixon y Crews (tomada a su vez de Penland et al., 2001) que permite evaluar grados mayores
de intoxicación, consta de los siguientes parámetros conductuales y su correspondiente puntuación:
- normal: 0
- hipoactivo: 1
- ataxia: 2
- ataxia + arrastre del abdomen por el piso y/o lentificación del reflejo de enderezamiento: 3
- pérdida del reflejo de enderezamiento: 4
- pérdida del reflejo corneal: 5
evaluaron los signos de abstinencia aguda por medio de una escala de abstinencia tomada
110
Materiales y Métodos
mediciones:
Las muestras se tomaron en tubos heparinizados, tipo Eppendorf de 0,5 o de 2,0 ml. La
111
Materiales y Métodos
reflejo corneal.
Tras realizar una toracotomía, a cada animal se lo perfundió a través del ventrículo
izquierdo del corazón, inicialmente con 30-60 ml de una solución salina fría conteniendo
0,05% (p/v) de NaNO2 (nitrito de sodio; como vasodilatador) más 1% (v/v) de heparina
5000 UI/ml (como anticoagulante) y posteriormente con 300 ml de una solución fijadora
(período de postfijación). Luego, se lavó cada cerebro tres veces en solución amortiguadora
de fosfato 0,1 M, pH 7,4 con sacarosa 5% (p/v) y se lo dejó en esta solución lavadora
durante 18 hs a 4ºC.
Los cortes de los cerebros (espesor de 40–50 :m) se realizaron con un vibrátomo Oxford
112
Materiales y Métodos
Vibratome Series 1000. Se realizaron cortes coronales del mesencéfalo y sagitales del
en crioviales de 2,0 ml, a –20ºC, crioprotegidos en una solución de sacarosa 25% (p/v)
flotación libre en solución amortiguadora de fosfato 0,1 M, pH 7,4 con sacarosa 5% (p/v),
bajo control visual con una lupa estereoscópica Wild Heerbrugg M5.
mesencefálicos se evaluaron los dos principales Figura 21. N úcleos serotoninérgicos del rafe en el
m esencéfalo d e la rata (fotocom p osición d e
im á g e n e s; in m u n o m a rcación para TP H ). S e
observan los núcleo s dorsal (N D R ), m ed ial (N M R ) y
núcleos serotoninérgico del rafe del grupo cefálico, ventral (N V R ). S e evaluaron los dos prim eros. A S : el
acueducto de S ilvio.
4
Bregma: -6,96 a -8,16 mm; interaural: 2,04-0,84 mm.
5
Lateral: 1,90-3,20 mm.
113
Materiales y Métodos
i) el stratum radiatum del área CA1 de la formación del hipocampo (CA1 Hipp),
F igu ra 22. Á reas estudiadas en los cortes p arasagitales d el p rosencéfalo. C xF: corteza frontal; Strt: cuerp o
estriado; C A 1 H ipp: stratum radiatum del á rea C A 1 d el hip ocam p o.
6
La razón de estudiar estos núcleos se basa en las estructuras prosencefálicas inervadas por cada uno de ellos.
Cfr. ut supra, la sección I.5.1.2. (El sistema serotoninérgico) de la Introducción.
114
Materiales y Métodos
las áreas prosencefálicas que habrían de ser estudiadas en los experimentos de ICQ, y
principalmente la de la CxF.
A los cortes seleccionados y montados sobre portaobjetos gelatinados se los coloreó con
una gota de una solución de azul de toluidina 0,1%, durante 20 a 30 segundos para obtener
una tinción suave. Inmediatamente se los lavó suavemente con agua destilada y, en caso de
que la coloración fuera demasiado oscura, se lo aclaró con alcohol 96º. Se los dejó desecar
En cada uno de los experimentos de ICQ realizados en cada protocolo experimental con
los cortes de cerebro de las ratas macho de distintas edades postnatales, el procedimiento
se los trató con H2O2 al 0,5% (v/v) en metanol durante 30 minutos y se los rehidrató
115
Materiales y Métodos
agua destilada y en una solución amortiguadora de fosfato salino 0,1 M, pH 7,4 (PBS). Se
incubaron los cortes durante 1 hora en una solución “bloqueadora” de suero normal de
cabra 3% (v/v) más Triton X-100 0,5% (v/v) en PBS para bloquear los sitios inmunógenos
de unión inespecíficos y para permeabilizar los tejidos. Tras dos lavados con PBS más
Triton X-100 0,025% (v/v) (PBS-X), se los incubó durante 48 hs a 4ºC con anticuerpos
primarios dirigidos contra los distinos marcadores a explorar en cada caso particular,
Luego de la incubación por 48 hs con los anticuerpos primarios y tras 5 lavados en PBS-
un anticuerpo de cabra anti-conejo conjugado con biotina en los casos en los que el
marcador de interés era la 5-HT o la GFAP, y en los restantes casos (TPH, 5-HTT, S100B,
con biotina.
Tras nuevos lavados en PBS-X, los cortes se incubaron otros 90 minutos con el
veces en una solución amortiguadora de acetato 0,1 M, pH 6,0. Tras ello, los cortes se
116
Materiales y Métodos
diaminobenzidina 0,035% (p/v) más sulfato amónico de níquel 2,5% (p/v) en solución
agregando a la solución H2O2 0,1% (v/v). Siguiendo al paso de la reacción enzimática, los
destilada.
desecación al aire7 y se los cubrió con cubreobjetos utilizando medio de montaje Permount
positivo y negativo apropiado para el procedimiento de ICQ per se; por ejemplo, se
7
Raramente se observó retracción de los tejidos por la desecación al aire y cuando así sucedió, los cortes en
cuestión se descartaron.
117
Materiales y Métodos
anatómica de interés.
Las imágenes del tejido se obtuvieron por medio de un microscopio óptico Zeiss
Axiophot equipado con una cámara de video conectada en línea con un analizador de
cada píxel se le asignó una resolución de 256 niveles distintos de gris (8 bits). Tras una
(Tagliaferro et al., 1997; Ramos et al., 2000), los valores de DOR se obtuvieron tras la
transformación de cada valor medio de gris usando la siguiente fórmula: DOR = log
(256/gris medio). Para evaluar la DOR del citoplasma de cada célula individual,
independientemente del fondo local del tejido en que tal célula se hallaba, se obtuvo un
parámetro del fondo del tejido de cada corte (fuera de las estructuras inmunomarcadas) y
se lo sustrajo de cada valor de DOR celular antes de procesar estadísticamente los valores
118
Materiales y Métodos
Para los astrocitos GFAP-ir, se evaluó el área celular. A este parámetro se lo midió
determinando en forma interactiva los límites de cada célula particular y teniendo en cuenta
que toda la imagen de cada célula estuviera dentro de los límites del campo que se
evaluaba.
Para evaluar las fibras 5-HTT-ir, Nf-200-ir y MAP-2-ir se relacionó el área total de las
fibras inmunomarcadas en cada campo con el área total del campo microscópico
sagitales de los cerebros de las crías P5 y P21 del protocolo de exposición prenatal al EtOH
sin prevención del daño. A los cortes seleccionados se los transfirió a una solución
amortiguadora de fosfato 0,1 M pH 7,4. Luego se los postfijó durante 30 minutos con
acetato de uranilo 5% y se los incluyó en Durcupan. De los tacos con el tejido incluído se
se los tiñó con citrato de plomo según el método estándar de Reynolds (Reynolds, 1967).
119
Materiales y Métodos
Para los estudios conductuales se utilizaron animales de una segunda tanda de animales
críados ad hoc del protocolo de EPE con prevención del daño por administración de
paredes de 39 cm de alto. Tanto las paredes como el piso eran de madera enchapada negra,
8
En toda esta tarea de postfijación, inclusión, corte, montaje y observación conté con la muy experta e
inestimable colaboración de la Sra. Emérita Jorge Vilela de Banchieri (nuestra muy querida Meri) técnica del
CONICET experta en microscopía electrónica. ¡Gracias, Meri!
120
Materiales y Métodos
abierto, con la cabeza mirando inicialmente hacia el ángulo formado por la convergencia
de las dos paredes adyacentes. A partir del momento mismo en que se los dejó libres en el
campo, y por 5 minutos, se contabilizó el número de veces que cada animal cruzaba el
tiempo en el cuadro central) como medida del estado de ansiedad. Así, se evaluó y comparó
el comportamiento de todas las crías macho de los cuatro gupos experimentales (CS, CB,
estuvieron compuestos por 6-10 cortes de tejido cerebral de cada animal de cada grupo
experimental. Se midieron 5-10 campos de cada área cerebral en cada corte de cada animal.
Las diferencias entre los animales, en cada uno de los grupos experimentales, tanto
Tanto para los experimentos de ICQ (estudios de morfometría) como para los estudios
Las diferencias entre las medias de los grupos experimentales en cada protocolo se
121
Materiales y Métodos
correspondiera en cada caso particular: i) test t de Student de dos colas, ii) análisis de la
varianza de una vía (ANOVA) seguido por un test de comparaciones múltiples de Student-
P < 0,05.
Control (valor control = 100%) en la mayoría de los casos. En todos los gráficos de barras,
122
Resultados
“Miserables son aquéllos a quienes mueve a obrar el resultado de sus actos.”
Krishna, 8 vo avatar de Vishnú (en el “Bhagavad-Gita”)
de ambos grupos recibieron, cada día, una cantidad distinta de alimento. Las hembras del
grupo Control consumieron, cada día, una cantidad de alimento calóricamente equivalente
al consumido en alimento y EtOH, el día previo, por las hembras del grupo EtOH.
Como es lógico suponer, las hembras del grupo Control comieron cada día, durante el
período pregestacional, significativamente más alimento (por kg de peso corporal) que las
hembras del grupo EtOH (73,71 ±17,26 versus 60,56 ±12,39 g/kg/d; P < 0,0001; Fig. 24;
Anexo VI, Tabla 1). Lo mismo sucedió considerado desde el punto de vista de cada hembra
individual: las del grupo Control comieron significativamente más alimento cada día que
las del grupo EtOH (18,14 ± 4,18 versus 13,92 ± 2,63 g/animal/d; P < 0,0001). Durante este
período del tratamiento, el consumo de alimento de las hembras EtOH representó (en
promedio) un 82,15% del consumo de las hembras Control. Es decir, recibieron 17,85%
menos alimento.
Durante el período de tratamiento gestacional, las hembras del grupo Control comieron
124
Resultados
64,28 ± 6,0 g/kg/d ó 19,59 ± 2,36 g/animal/d, en tanto que las hembras EtOH consumieron
59,9 ± 6,31 g/kg/d ó 16,48 ± 2,08 g/animal/d. En ambos casos, las diferencias son
estadísticamente significativas (P = 0,023 y < 0,0001, respectivamente; Fig. 24; Anexo VI,
Tabla 1). En términos de consumo de calorías derivadas del alimento por unidad de peso,
durante la gestación, las hembras EtOH ingirieron sólo 6,82% menos que las Control, ya
que ingieron un 93,15% de las calorías ingeridas por las hembras Control.
Figura 24. C onsum o de alim ento por parte de las hem bras durante los período s de tratam iento pregestacional y gestacional del
pro to co lo de EP Esin prevención del daño (en g/k g/d y k C al/k g/d ). Los núm eros en la p arte sup erior d entro d e las b arras d el g rup o
E tO H indica n el porcentaje de lo co nsu m ido en relación al grupo C ontrol (ba se 10 0). * P < 0,05. *** P < 0,0001 . Test t d e Stud ent
de do s co las.
pregestacional tanto si se lo considera Figura 25. C onsu m o de beb ida por parte de las hem bras d uran te
los períodos pregestacional y gestacional del protocolo de E P E
sin p reve n c ió n del dañ o (en m l/kg/d). Los n úm ero s en la p arte
desde el punto de vista de los animales superior dentro d e las barras del grupo E tO H corresponden al
po rcen taje d e lo c o n su m ido en relación al grup o C on trol (ba se
10 0). N S : no sign ifica tivo . *** P < 0,0001 . Test t d e Stud ent d e d os
co las.
125
Resultados
individuales como si se lo hace desde el consumo por unidad de peso corporal (35,99 ±
9,21 versus 24,51 ± 4,77 ml/animal/d, ó 146,9 ± 42,08 versus 106,3 ± 21,56 ml/kg/d; P <
0,0001 en ambos casos; Fig. 25; Anexo VI, Tabla 1). Así, las hembras EtOH bebieron
aproximadamente un 27,64% menos de líquido (por unidad de peso corporal) que las
hembras del grupo Control. A pesar de ello, no se observaron signos físicos ni conductuales
de deshidratación.
comparativamente más líquido que durante el período anterior, tanto si se lo considera por
animal individual como por unidad de peso corporal. De este modo su nivel de consumo
de líquido se acercó al de las hembras Control (38,55 ± 8,02 versus 32,7 ± 4,77
Durante la gestación, las hembras EtOH bebieron así sólo 6,34% menos líquido que las
Control. Entre ambos grupos, el consumo de líquido por unidad de peso (ml/kg/d) no fue
estadísticamente diferente durante toda la preñez (Fig. 25 y 26; Anexo VI, Tabla 1).
Figura 26. E vo lución del co nsu m o de b eb ida p or las hem bras d e los grupos C ontrol y E tO H duran te los p eríod os d e tratam ien to
pregestacional y gestacional en el protocolo de E P E sin prevención del daño. Los m om entos im portantes del tratam iento están
señ alad os p or flech as.
126
Resultados
establecer la cantidad de EtOH que se le ofrece, consumen y/o administra a los animales
de laboratorio.
consumieron, en el agua de bebida, una media de 5,474 ± 1,11 g/kg/d (rango: 3,805-8,065).
El EtOH consumido les aportó unas 39,3 ± 7,96 kCal/kg/d (rango: 27,32-57,90) (Fig. 27).
consumo de EtOH. Así, las hembras preñadas del grupo EtOH consumieron 6,092 ± 0,534
g/kg/d de EtOH (rango: 5,323-7,126). La amplitud del consumo, como se aprecia, fue
pregestacional (Fig. 27; Anexo VI, Tabla 1). Para las hembras EtOH el consumo de bebida,
y con ella de EtOH, fue 11,29% mayor durante la gestación que en el período previo. En
cambio, las hembras Control bebieron 14,02% menos de agua durante la gestación que
Figura 27. C onsum o de etanol de las hem bras del grupo E tO H durante los período s de tratam iento pregestacional y gestacional
d el protocolo de E P E sin prevención d el daño (en g/kg/d y kCal/kg/d). Los valores en la parte superior dentro de las barras
co rresp ondien tes al períod o de tratam ien to gestacional indican el porcenta je d e variación co n resp ec to al tratam ien to
preg estacional (ba se 10 0). N S : no sign ifica tivo . * P < 0,05. Test t de S tuden t de d os colas.
127
Resultados
Por último, hemos de recordar que el agua de bebida consumida por las hembras EtOH
también les aportó calorías que serán tenidas en cuenta en el apartado siguiente al momento
las derivadas del alimento, el ingreso calórico total para las hembras EtOH fue, en este
significativa con respecto a las calorías ingresadas por las Control (P = 0,4559). Es decir,
calórico. El EtOH ingerido representó para las hembras que lo recibieron el 20,61% del
Si consideramos a cada una de las hembras individualmente, hemos visto que las 4
128
Resultados
hembras Control recibieron un total de 45,33 ± 10,45 kCal/d cada una, todas derivadas del
alimento consumido, en tanto que las 6 hembras del grupo EtOH consumieron 34,8 ± 6,59
kCal/d cada una. Estas calorías, sumadas a las 9,058 ± 1,764 kCal/d derivadas del EtOH
Durante la gestación las hembras Control y EtOH ingirieron una cantidad de calorías
derivadas del alimento que fue significativamente diferente (160,7 ± 15,01 versus 149,7 ±
15,79 kCal/kg/d; P = 0,0226; Fig. 28; Anexo VI, Tabla 1). Cuando, para el grupo EtOH,
se consideran también las calorías derivadas del EtOH del agua de bebida (43,74 ± 3,83
kCal/kg/d) se aprecia que, sumadas a las calorías ingeridas a partir del alimento, finalmente,
las hembras EtOH ingirieron significativamente más calorías que las hembras Control
(160,7 ± 15,01 versus 193,5 ± 18,74 kCal/kg/d; P < 0,0001; Fig. 28; Anexo VI, Tabla 1).
El EtOH ingerido durante la gestación representó para las hembras que lo recibieron el
F igu ra 29 . E v olución del consum o de calorías totales (d erivadas d el alim ento y d el etanol) p ara las hem b ras d e los g rup os C ontrol
y E tO H du ra nte los períodos de tratam iento pregestacional y g estacional d el p rotocolo d e EP E sin p revención d el d año.
129
Resultados
22,6% del VCT diario. Así, las hembras EtOH ingirieron 20,41% más de calorías por kg
de peso corporal, por día, que las del grupo Control. Esas calorías extra ingeridas por las
hembras EtOH provinieron casi enteramente del EtOH consumido, ya que las derivadas del
(es decir, tras 43 días de “aclimatación metabólica” al consumo de EtOH) el peso de las
hembras Control era 276,5 ± 18,8 g (rango: 249,5-289,0 g) y el de las hembras EtOH,
245,67 ± 25,5 (rango: 225,5-285,5 g). Las diferencias de peso fueron, estadísticamente, no
EtOH mostró una leve tendencia a ser menor que la de las Control (Fig.30 y 31 -curva-;
Anexo VI, Tabla 1). Así, la ganancia de peso entre el inicio y la finalización de esas 6
semanas fue significativa para las hembras Control (P = 0,0064), que aumentaron un 22,5%
sobre el peso inicial, pero no lo fue para las del grupo EtOH (P = 0,0824; Fig. 30), que
de ambos grupos, Control y EtOH, pesaron una media de 273,9 ± 17,1 y 245,7 ± 26,2 g,
130
Resultados
ambos grupos (Fig. 31). Al finalizar la gestación (E21) pesaban 376,8 ± 25,1 y 351,4 ±39,4
la preñez, entonces, las hembras de los grupos Control y EtOH aumentaron 37,5% y 43,0%
de su peso corporal inicial, respectivamente (Fig. 30 y 31; Anexo VI, Tabla 1).
Tras el parto, durante el período de lactancia, mientras las madres Control mantuvieron
sus crías tenían 18 días de vida postnatal (Control: 290,4 ± 30,8 g; EtOH: 281,4 ± 24,4 g;
F igu ra 30 . P eso de las hem bras en los distintos m om entos d el tratam iento, en el p rotocolo d e EP E sin p revención d el d año. Los
núm e ro s p o r so b re las líneas de punto s horizonta les en las barras correspondiente s a los m om ento s pregesta cional final y
gesta cio n al final indican el porcentaje de aum ento d e p eso d esd e el m om ento anterior, tom and o a este com o b ase 100. N S: no
significativo. **: P < 0,01. Test t de S tuden t de d os colas.
131
F igu ra 31 . E volución del peso de las hem bras durante los p eríod os d e tratam iento p regestacional, g estacional y p ostp arto en el p ro to co lo d e E P E s in p re ve nc ió n d el d añ o .
Resultados
de exposición al EtOH todas las hembras fueron alojadas en grupos de 3- 4 por jaula, con
un macho, para el apareo. En un plazo de 1-10 días todas las hembras fueron preñadas.1
La duración de la gestación no varió entre las hembras del grupo Control y las del grupo
EtOH. Esa duración fue de 22 días para todas las hembras de ambos grupos de
tratamiento.
El tamaño de las camadas que parieron las hembras Control y EtOH y la relación
los pesos de las crías al nacer y su ganancia de peso hasta el día P21.
El peso al nacer de las crías Control (n = 46) fue de 5,9 ± 0,37 g y el de las crías EtOH
El tamaño de las camadas fue de 11,5 ± 4,43 crías para las hembras Control y 13,17 ±
2,92 crías para las hembras EtOH (P = 0,4884; Fig. 32). No se obsevaron diferencias
significativas.
La relación machos/hembra fue de 1,15/1,0 para las crías Control y de 1,02/1,0 para las
1
Excepto una del grupo EtOH que demoró 27 días (esta última hembra no se diferenció en nada,
posteriormente, de las restantes en cuanto a ganancia de peso, número de crías paridas, relación
machos/hembra o peso al nacer de las mismas).
133
Resultados
incluídas).
La evolución del peso de estas crías fue en todo paralela para ambos grupos de
reptación y de la marcha, etc.). El peso de las crías a la edad de P21 fue de 39,48 ± 4,31 g
para las crías Control y de 40,96 ± 6,64 g para las EtOH (P = 0,3411), una diferencia
Figura 32. P eso de las crías al nacer, cantidad de crías por cam ada y peso de las crías en edad P 21 nacidas de las hem bras del
protoco lo d e E P E sin p reve nción d el dañ o. N S : n o significa tivo . Test t de S tuden t de d os colas.
Evaluadas por medio de dos escalas conductuales de intoxicación2, las hembras EtOH
no mostraron signos de intoxicación (ni sus crías cuando, por su edad, pudieron ser
y postparto. En todos los casos puntuaron con valor cero en ambas escalas. Tampoco
mostraron signos de abstinencia aguda las hembras al día P21 (momento del destete y de
2
La escala de Slawecki (2002) (modificada a partir de Freund [1969]) y la de Nixon y Crews (2004). Véase
el punto III.4. (Evaluación conductual de la intoxicación y la abstinencia) en Materiales y Métodos, ut supra.
134
Resultados
la fijación de las crías) cuando se las evaluó con una escala conductual ad hoc.3 Las crías
no pudieron ser evaluadas para abstinencia porque al día del destete inmediateamente se
Tanto en las madres a lo largo de la gestación como en las crías al momento del parto,
la alcoholemia medida para el grupo EtOH fue de 19,0 ± 4,87 mg/dl (rango: 15-25 mg/dl
= 3,25-5,42 mM). Como era previsible, en los animales Control no se hallaron niveles de
alcoholemia detectables.
Figura 33. E volución postn ata l del peso de las crías m acho, nacidas de m adres C ontrol y E tO H , desde P 0 a P 21, en el pro to colo
de E P E sin p reven ción de l da ño . N ótese el pa ralelism o e n e l ascen so d el pe so d e am bo s grup os.
3
La escala de Penland et al. (2001) modificada a partir de Majchrowicz (1975). Véase el punto III.4.
(Evaluación conductual de la intoxicación y la abstinencia) en Materiales y Métodos, ut supra.
135
Resultados
IV.1.2. Observación de los cortes de los cerebros de crías P21 teñidos con la
coloración de Nissl:
Se observaron sistemáticamente los cortes de cerebro de los animales de edad P21 del
grupo Control y EtOH teñidos con azul de toluidina. No pudieron constatarse variaciones
del tamaño o grosor de las distintas áreas prosencefálicas estudiadas ni, en general,
No obstante ello, en algunos animales (pero no en todos) de distintas camadas (es decir,
plancha 170 del atlas de Paxinos [Paxinos y Watson, 2007]; Fig. 34A,B), histológicamente
En esta área cortical, las neuronas piramidales anormales se ubicaban unas debajo de las
abarcaba una extensión máxima de unas 15-20 columnas y mínima de 3-5, afectando toda
orientada hacia la pía y base menor orientada hacia la sustancia blanca subyacente. En
sentido perpendicular a la pía, estas pirámides anormales se disponían entre las capas II
136
Figura 34. C oloración de N issl. La figura m u estra el aspecto de la citoarquitectura de la C xF de las crías P 21 del protocolo de E P E
sin pre ve nc ión del daño, según se la observó con la coloración d e N issl. La p lancha 170 (A ) d el atlas d el cerebro d e la rata de
P axinos y W atson (2007) correspondiente a la zona de la C xF en la que se observaron las m a yores alteraciones m o rfológicas. E n
B se o bserva el po lo fron tal y la zo na trap ezo ida l recu ad rad a en rojo co rres p o n d e a la fo to m ostrad a en C . E n e sta últim a se
m u estra n, som breadas en rojo, las zonas m ostrada s a m ayor aum ento en C 1-5 y F. D escrip ciones adicionales véanse en el texto.
B arras de escala = 675 :m en B ; 250 :m en C ; 50 :m en C 1 (válida para C 1-5,D -I).
137
Resultados
parte de la VI (capa de células fusiformes) (Fig. 34B,C). Cuando se la hallaba, esta región
medida que se pasaba de un corte al otro de la serie, la extensión lateral de la zona afectada
de la sustancia gris cortical. Es decir, lo más llamativo de estas células, desde el punto de
vista espacial, era su confinamiento a una zona determinada que podría describirse como
correctamente dentro de la columna (salvo muy escasas excepciones en las que alguna
célula parece haber estado “desorientada” en su eje con respecto a las vecinas normalmente
situadas; véase la neurona marcada por la doble flecha negra en la Fig. 34C4).
en las que se hubo perdido la separación habitual entre los grumos de la sustancia de Nissl.
La hipercromasia era siempre llamativa si bien que la forma del citoplasma podía variar
a lo largo de un espectro en el que las neuronas presentaban desde una forma casi normal
(Fig. 34E) hasta aquellas en las que el citoplasma estaba tan retraído que no representaba
más que la escasa y oscura envoltura de un núcleo también anormal (Fig. 34H,I). Entre
estos dos tipos polares se hallaban los estadíos intermedios (Fig. 34F-H). En muchas de
138
Resultados
un aspecto adelgazado, avejentado, o rugoso, haciendo recordar a veces (para ser gráficos)
(flechas negras en la Fig. 34C1-4,D) como así también, en ocasiones, de la porción inicial
dirección, un ángulo habitualmente obtuso pero, rara vez, lo eran de ángulo muy agudo (ver
de la forma y tinción del citoplasma. Así, se encontraron núcleos con forma desde casi
normal (pero siempre al menos algo angostado; Fig. 34E) hasta aquellos muy estrechados
que seguían el perfil también ondulado del citoplasma que los rodeaba (Fig. 34C1-3,E-I).
del microscopio óptico. Sin embargo, y a pesar de estar los núcleos y los citoplasmas tan
alterados, fue llamativo constatar que la cromatina nuclear era siempre laxa y sin signos de
picnosis. Aún más llamativo: el núcleolo se encontró presente en forma casi constante,
Otro hallazgo, por cierto muy llamativo para cerebros de ratas de edad P21, fue el de una
139
Resultados
perfectamente alineadas (marcadas con sendas flechas amarillas en la Fig. 34C5) como si
Por último, que las neuronas anormales se dispusieran en columnas dentro de un área
circunscripta, no significa que todas las columnas de esa región estuvieran integradas por
neuronas anormales. De hecho, sólo algunas de las 15-20 columnas de la región anormal
encontraban una o más columnas con neuronas en todo normales. Tampoco es cierto que
todas las neuronas dispuestas en una misma columna afectada fueran anormales. De este
modo, en una misma columna podían hallarse una, dos y hasta tres o más neuronas
anormales contiguas seguidas más arriba o abajo por células completamente normales. Sin
embargo, cuando se observaba a las columnas a bajo aumento (Fig. 34C) eran fácilmente
identificables las anormales y las normales. A este respecto, han de tenerse presentes las
grosor (50 :m) de los cortes utilizados (que no permite decidir con certeza si dos neuronas
140
Resultados
por ICQ en las neuronas del NDR y del NMR en cortes transversales de niveles
neuronas de soma típicamente estrellado, multipolares, con imágenes negativas del núcleo
En el NDR de las crías de edad P21 sometidas a EPE, los valores de DOR de las
neuronas TPH-ir fueron casi 5 veces mayores que las de las crías Control (Figs. 35A,B; Fig.
En las neuronas del NMR el valor de la DOR fue 4 veces mayor que en el de las Control
teñido en los animales del grupo EtOH y el trayecto de las principales prolongaciones
citoplasmáticas se pudo observar por mayor longitud y con mayor claridad que en las
neuronas de los animales del grupo Control (Figs. 35B y D). En muchas neuronas de las
zigzagueante (Fig. 35D) y se observaron incluso, contra el fondo del tejido, perfiles aislados
141
Figura 35. N eu ron as TP H -ir en el N D R (A ,B ) y en el N M R (C ,D ) de las crías P 21 del protocolo de E P E sin prevención del daño. E n
la fila superior, anim ales Co ntrol. E n la fila inferior, anim ales E tO H . V éase la descripción en el texto. Las flechas en B y D señalan
prolong aciones celulares en sacacorcho. B arra de escala en A = 50 :m (válida p ara A -D ).
142
Resultados
No se observó ningún cambio significativo en los valores de la DOR en las neuronas del
NDR (Figs. 37A,B; Fig. 38; Anexo VII, Tabla 1). El aspecto de estas neuronas estrelladas
multipolares era similar en los cortes de las crías pertenecientes a ambos grupos. En este
Figura 37. N eu ron as 5-H T-ir en el N D R (A ,B ) y en el N M R (C ,D ) de las crías P 21 del protocolo de E P E sin prevención del daño. E n
la fila superior, anim ales Co ntrol. E n la fila inferior, anim ales E tO H . V éase la d escripción en el texto. B arra d e escala en A = 20 :m
(válida p ara A -D ).
143
Resultados
En las neuronas 5-HT-ir del NMR de las crías EtOH, el valor de la DOR aumentó casi
Nuevamente, no se detectaron
En las tres áreas prosencefálicas estudiadas, la expresión del 5-HTT-ir se observó como
delgadas fibras arrosariadas con una ramificación densa y muy intrincada. La medición
semicuantitativa permitió evaluar la densidad de las fibras por unidad de área de tejido
En el stratum radiatum del CA1 Hipp de las crías EtOH se observó un incremento
significativo del área relativa ocupada por estas fibras que fue 1,5 veces mayor que en las
crías Control (Figs. 39A,B; Fig. 40; Anexo VII, Tabla 1).4
Figura 39 (en la próxim a página). Fibras 5-H TT-ir en el H ipp (A ,B ), el S trt (C ,D ) y la C xF (E ,F) de las crías P 21 del protocolo de E P E
sin prevención del daño. La fila superior corresponde a los anim ales C ontrol y la fila inferio r a los anim ales E tO H . V éase la
descripción en el texto. B arras de escala = 20 :m en A (válida para A ,B ) y 50 :m en C (válida p ara C -F).
144
145
Resultados
estriatal en la que se
inervación serotoninérgica. En el Strt de Figura 40. Á rea relativa de tejido cerebral cubierto po r las fibras
5-H TT-ir en áreas prosencefálicas de las crías de edad P 21 en el
pro toco lo de E P E sin p reve nción del dañ o. * P < 0,05. *** P <
las crías EtOH hubo un aumento 0,00 01 . Test t de S tuden t de d os colas.
significativo del área relativa de las fibras que alcanzó a ser 1,3 veces mayor que en el Strt
de las Control (Figs. 39C,D; Fig. 40; Anexo VII, Tabla 1).
En la CxF de los animales EtOH también se observó un aumento significativo del área
relativa ocupada por las fibras 5-HTT-ir que alcanzó un valor 1,5 veces mayor que el de los
áreas prosencefálicas, de las crías EtOH con respecto a las de las crías Control.
En el CA1 Hipp de las crías P21 sometidas a EPE los astrocitos presentaron un cuerpo
tortuoso en comparación con los de los animales Control. En estos últimos animales las
Figura 41 (en la p róxim a p ág ina ). A stroc itos G FA P -ir en el H ip p (A ,B ), el Strt (C ,D ) y la C xF (E,F) d e las crías P21 del p rotocolo d e
E P E sin prevención del daño. La fila superio r corresponde a los anim ales C ontrol y la fila inferio r a los anim ales E tO H . V éase la
descripción en el texto. B arras de escala = 100 :m en A (válida para A ,B ) y 50 :m en C (válida p ara C -F).
146
147
Resultados
que el área celular astrocitaria aumentó significativamente en los animales EtOH, aumento
que alcanzó 2,5 veces el valor de los Controles (Figs. 41A,B; Fig. 42; Anexo VII, Tabla 1).
En el Strt de las crías EtOH se observó un pequeño aumento, no significativo, del área
celular de los astrocitos (Figs. 41C,D; Fig. 42; Anexo VII, Tabla 1). No se observaron
variaciones morfológicas.
En la CxF, como en el CA1 Hipp, los astrocitos de los animales sometidos a EPE se
comparó con los de los Control. El área celular fue 1,7 veces mayor en los animales EtOH
Tanto en los animales Control como en los EtOH se observó la S100B-ir de ubicación
148
Resultados
En el stratum radiatum del CA1 Hipp de los animales sometidos a EPE hubo un
aumento significativo del valor de la DOR del citoplasma astrocitario que alcanzó 1,2 veces
el valor del de los animales Control (Figs. 43A,B; Fig. 44; Anexo VII, Tabla 1).
1,4 veces con respecto al valor de los Control (Figs. 43C,D; Fig. 44; Anexo VII, Tabla 1).
Control, en la CxF de los animales EtOH ( Figs. 43E,F; Fig. 44; Anexo VII, Tabla 1).
variaciones morfológicas en los animales EtOH con respecto a los Control en ninguna de
las áreas. Solamente, se pudo observar un aumento de la longitud durante el cual se pudo
Figura 43 (en la próxim a p ág ina). A stroc itos S -100B -ir en el H ipp (A ,B ), el S trt (C ,D ) y la C xF (E ,F) d e las crías P 21 del pro to colo
de E P E sin p reven ción de l da ño . La fila supe rior correspon de a los an im ales C on trol y la fila inferior a los an im ales E tO H . E n B se
o bse rva un vaso sanguíneo (v) al que llega una prolong ación d e un astrocito q ue term ina en p ie chup ad or. V éase la descrip ción
am pliada en el texto. B arras de escala = 20 :m en A (válida para A -D ) y 50 :m en E (válida p ara E ,F).
149
150
Resultados
En el CA1 Hipp se observó una importante alteración del patrón de expresión de los Nf-
200 dado que el área relativa de tejido cubierta por estos aumentó 1,27 veces su valor en
los animales sometidos a EPE con respecto al valor de los animales Control (Figs. 45A,B;
Fig. 46; Anexo VII, Tabla 1). En unos y otros animales se observó la inmunomarcación
predominante de las dendritas de las neuronas piramidales del Hipp que discurren por el
stratum radiatum, como así también la de algunos somas aislados en el stratum piramydale.
los Nf-200-ir. Este aumento nuevamente alcanzó un valor 1,27 veces mayor que el de los
animales Control (Figs. 45C,D; Fig. 46; Anexo VII, Tabla 1).7
Figura 45 (en la p róxim a p ág ina). Fibras N f-200-ir en el H ipp (A ,B ), el S trt (C ,D ) y la C xF (E ,F) de las crías P 21 del protocolo de E P E
sin pre ve nc ión del daño. La fila superior corresp on d e a los anim ales C ontrol y la fila inferior a los anim ales EtO H . En F
(fotocom posición d e dos cam pos distintos), en la m itad izquierda se observa un vaso sanguíneo (vs) alrededor del cual se dispone,
c on to rn eá nd olo parcialm ente, la dendrita apical de una neurona p iram id al. V éase la descrip ción am p liada en el texto. B arras d e
escala = 100 :m en A (válida para A ,B ) y 50 :m en C (válida p ara C -F).
151
152
Resultados
Nf-200-ir de las ratas sometidas a EPE. Hubo un cambio muy pequeño, no significativo,
del área relativa en los animales EtOH que alcanzó sólo a 1,05 veces el valor de los
animales Control (Figs. 45E,F; Fig. 46; Anexo VII, Tabla 1).
teniendo en cuenta que el grosor de los cortes fue de 50 :m y que probablemente incluyera
el grosor total de las prolongaciones, podría ser descripto como una estructura (símil-
sacacorcho(, nombre con el que otros autores han descripto previamente esta imagen
(“corkscrew-like”; cf. Onizuka et al., 1996 y Muramatsu et al., 1997). Esta alteración
morfológica cualitativa se observó tanto en las dendritas de las células piramidales del Hipp
(no mostrado), como en los axones que transcurren por los estriosomas en el Strt y en las
dendritas apicales de la neuronas piramidales de la CxF (Fig. 45D y 45F). No todos los
animales ni todas las neuronas o fibras presentaron esta alteración y, cuando estaba
presente, la ondulación no era siempre, ni en todas las fibras, igualmente cerrada o angulada
propias del Strt). En la CxF, por ejemplo, Figura 46. Á rea relativa de tejido cerebral cubierto po r las fibras
N f-20 0-ir en áreas prosencefálicas de crías de edad P 21 en el
protoco lo de E P E sin p reve nción del dañ o. * P < 0,05. *** P <
0,00 01 . Test t de S tuden t de d os colas.
153
Resultados
esta alteración morfológica tampoco estuvo presente en toda su extensión sino que pareció
estar presente en “parches” o en “islotes”; es decir, había zonas que la presentaban y otras
que no, de igual modo que otras regiones corticales no evaluadas en este estudio (como la
general, menos afectadas que las piramidales, pero lo estuvieron. Cuando estaban afectadas,
las neuronas estrelladas mostraban un zigzagueo corto pero notorio, de escasa longitud de
haber sido más afectadas las de más largas dendritas apicales y grandes somas de la capa
V (piramidal interna).
neuronas nNOS-ir que pudiera ser confiablemente evaluada, por lo que no se muestran
citoplasma de las neuronas nNOS-ir que fue 2,77 veces mayor con respecto al valor de la
DOR de los animales Control (Figs. 47A,B; Fig. 48; Anexo VII, Tabla 1).
significativo en el valor de la DOR que alcanzó 2,47 veces el de los animales Control (Figs.
En ambas áreas de los animales EtOH, las neuronas nNOS-ir presentaron largas
154
Resultados
Fig. 47. N eu ron as nN O S -ir en el S trt (A ,B ) y en la C xF (C ,D ) de las crías P 21 del pro to colo de E P E sin prevención del daño. La fila
su perio r c orresponde a los anim ales C ontrol y la fila inferior a los a ni m ales EtO H . B es una fotocom p osición d e d os cam p os
distintos. B arra de escala en A = 20 :m (válida p ara A -D ).
del tejido pudieron haber pertenecido a otras neuronas cuyos somas estaban en otros cortes
citoplasmática. Los núcleos celulares mostraron una tinción negativa en los animales
Control (la nNOS una enzima de localización citoplasmática), pero en los animales EtOH
el aumento de la DOR fue tal que, en algunos casos, el núcleo quedó total o parcialmente
155
Resultados
neurona).
Figura 48. D ensidad óptic a relativa de las neuro nas nN O S -ir
en áreas prose n cefálicas de las crías de edad P 21 en el
Para un resúmen de los resultados protoco lo de E P E sin preve nción del dañ o. *** P < 0,0001.
Test t de S tuden t de d os colas.
M arcador M ESENCÉFALO
NDR NM R
TPH
8 8
5-HT
z 8
PROS ENCÉFALO
5-HTT
8 8 8
GFAP
8 z 8
S100B
8 8 8
Nf-200
8 8 z
nNOS n/d *
8 8
* n/d: no detectado.
156
Resultados
crías recién nacidas (P5) y a la edad de P21, la misma edad en que se realizaron los estudios
como transversales, mostraban aspecto normal en algunas zonas, pero en otras se eran
que seguían una trayecto claramente sinuoso en el plano de corte, tanto como en planos
de corte); ello indicando que el axón se desplazaba ligeramente hacia arriba o abajo del
sentido lo que, muy plausiblemente, se corresponda con las imágenes “en sacacorcho”
observadas en los axones de los estriosomas vistos en los experimentos de ICQ con
inmunomarcación para Nf-200 (Cfr. Fig. 49 de MET y Fig. 45D de ICQ). El neuropilo en
Figura 49 (en la p róxim a p ág ina). Fotom icrografías de m icroscop ía electrónica d e transm isión en el S trt de las crías P5 y P21 del
pro to co lo de EP E sin prevención del daño.
S e o bse rva n m itocond rias m orfológicam ente anorm ales en A -C (m itocond ria acod ad a en A ; una larg a m itocond ria, en el interior
de una dend rita, con form a groseram ente sem ejante a un signo de interrogación –?– en cuya cavidad parecen disponerse otras
dos pequeñas m itocond rias; m itocond ria co n una expansión bulbosa en C ; en D , en el interior de una dend rita, se observan tres
larg as m itoco ndrias, una d e las cu ales – la de la izquierd a – parec e b ifurcarse junto co n la d en drita q ue la contien e).
E n E se observa un axón de trayecto sinuoso – cam b ia de dirección, alternad am ente, al m enos 4 veces en un corto tram o – q ue
en tres o ca sion es – en am bos extrem os y e n la zona m ed ia d e la im ag en – d ism inuye su secc ión de co rte, indica ndo claram en te
que se aleja del plano del corte que se m uestra. Las m itocond rias tienden a ubicarse en la perifieria. E n F-H se m uestran im ágenes
de un axón norm al (F ) y dos segm ento s contig uos del axón m ostrado en E (la orienta ción no se ha respeta do en H sino que se lo
dispuso de m odo tal que su puediera apreciar aproxim adam ente en paralelo los filam entos del citoesqueleto en las tres im ágenes
qu e se m u e stra n in ve rtida s, en ne ga tivo p ara perm itir ob servarlo c on m ás clarida d). E l citoesq ue leto en el axó n n orm al (F) se
a pre cia m á s ordenado que en G y H en los que, por ejem p lo en G , se ob servan zonas en p arches en las q ue falta el citoesq ueleto.
S e o bse rva ron neuronas con núcleos de conto rn os claram ente irregulares, con pro fundas escota duras (I), lobulados (J ) y m ulti-
indenta dos (K ) e n los que, sin em barg o, se aprecian los nucléolos (K ) rodeados por u na cro m atin a laxa de aspecto norm al.
M ag nifica ciones prim arias: 4400 × (I); 50 00 × (E ); 70 00 × (B ,D ,J,K ); 20 00 0× (A ,C ); 31 50 0× (F,G ,H ).
157
158
Resultados
apreciables.
En la CxF (Fig. 50)9de las crías EtOH tampoco se encontraron alteraciones en los
inalterado (Fig. 50K) si bien que, en ocasiones se observó (igual que en el Strt) esacaso
el núcleo, y con escaso edema perineuronal (Fig. 50L) que se corresponderían con las
la CxF, en los cortes de vibrátomo teñidos con azul de toluidina (cfr. ut supra Fig. 34). Se
(no en todas), principalmente en las largas dendritas de las neuronas piramidales. En estas
compatible con un trayecto “en sacacorcho” que se corresponde con el hallado en los
Figura 50 (en la p róxim a p ág ina). Fotom icrografías de m icroscop ía electrónica d e transm isión en la C xF de las crías P5 y P21 del
pro to co lo de EP E sin prevención del daño.
S e o bse rva n m itocond rias de gran long itud (m egam itcondrias) y ubicación preferentem ente periférica dentro de las dendritas
ap ica les de n eu ronas piram idales (flec has neg ras, en A ), algunas d e las cu ales se ac odan y cam bian de dirección den tro y fuera
de l plano de co rte (flech a inferior en A ; C ). E n B se observan do s gruesas de nd ritas (d); la de la d erecha recibe un a sina psis (s)
so bre un a e spina dendrítica (*); en la dendrita de la izq uierd a se ob serva una m egam itocond ria d e ub icación p eriférica. En D , un
gru po de , a l m enos, 8 m itocondrias ubicadas en el c itop lasm a q ue ocup a una g ran ind entación nuclear en una neurona; d os d e
e sa s m ito co ndrias, una de ellas en form a de clava o m aza (m ) p arecen estar d ivid iénd ose p or fisión b inaria. En E, d entro d e una
den drita, se o bservan dos m itoco ndrias, una de ellas de dirección ca m bian te (prese nta 3 ac odad uras de an gulo obtuso ) y la o tra
c la ra m e nte bifurcada en Y; m ás arriba, otra m itocon d ria en form a de U ab ierta. En F, una m itocond ria larg a y sinuosa, acod ad a
en 3 oportunidades (u na de ellas saliendo del plano de corte). E n G se observa una larg a dendrita (d ) a p ic a l sinuosa, cuyo eje
c am bia de dirección en dos oportunidades; en su interior, una m itoco nd ria (m ) b ifurcad a en Y d e b razos cerrados, uno de los
c ua le s (e l izquierdo) parece salir del plano del corte ap enas orig inad o d el tronco com ún.
Lo s n ú cle os de m uchas d e las neuronas presentaron (igual que en el S trt) indentaciones m últiples (H ) o ún icas y profund as (J)
m ie ntra s o tras neuronas m ostraron núcleos con escotaduras d ob les enfrentadas q ue p rácticam ente lo b ilob ulaban d ejand o un
puente de nucleoplasm a relativam ente delgado entre las dos m asas nucleares m ayores. E n H : g, aparato de G olgi; reg: retíc ulo
en doplasm ático gran ular.
E n K y L s e observan dos neuronas piram idales. La neurona d e la izq uierd a (K ) es una célula de ap ariencia en tod o norm al, con
abund ante citoplasm a en el que se observa toda la variedad norm al de organelas, la em ergencia d e d endritas apical (da) y basal
(db), e l n ú cle o central, elipsoidal, con la crom atina laxa y d os nucléolos visib les (nu). A su lado, un capilar norm al (vs). La neurona
de la d erecha (L) se ub icab a en cercan ías de la preced en te, en la m ism a g rilla estud iad a, y se observa ad elga zad a, co n e scaso
citoplasm a retraído sobre el núcleo, a u n q u e d e a p a riencia norm al en su interior, retraído del resto del tejido por edem a
perineuronal (pu ntas de flec ha blan ca ); el núcleo an gostado y con la cro m atina levelm en te m ás co nden sada que lo norm al pero
co n un nucléo lo claram en te prese nte (nu). Inm ed iatam en te a la izq uierd a de la neu rona afectad a se observa u na larga d en drita
en cu yo interior hay una m eg am itoco ndria (m ).
M ag nifica ciones prim arias: 3150 × (A ,K ,L); 44 00 × (H ,I,J); 50 00× (G ); 20 00 0× (B -F).
159
160
Resultados
experimentos de ICQ realizados con anticuerpos anti-Nf-200 (Cfr. Fig. 50 de MET y Fig.
45D,F de ICQ). Estas dendritas sinuosas muchas veces contenían largas mitocondrias en
contenidas en el citoplasma que llenaba las indentaciones nucleares, etc. (Fig. 50). Igual
ultraestructurales.
IV.2. Protocolo de exposición prenatal al etanol con prevención del daño por
administración de buspirona:
Las hembras de los cuatro grupos experimentales del presente protocolo: control-salina
161
Resultados
aumento de peso, consumo de alimento y bebida e ingreso calórico fue en todo similar.
Dado que en esta serie de experimentos las hembras se diferenciaron entre sí por su
pertenencia a distintos grupos recién a partir del ingreso al período gestacional, se presentan
cantidades equivalentes de alimento, medido en g/kg/d (Anexo VI, Tabla 2). Sólo el grupo
gestación (Fig. 51), pero estas hembras pesaron, desde el inicio, siempre menos que las
Figura 51. C onsum o de alim ento (en g/kg/d y kC al/kg/d) durante el período de tratam iento gestacional
de las hem bras de los cuatro grupos e xp erim entales d el p rotocolo d e EP E con p revención d el d año p or
ad m inistración de b usp irona. ** P < 0,01. A N O V A de dos vías + post-test de D unnett.
El consumo diario de líquido durante toda la gestación fue equivalente en todos los
lo bebido por las hembras CS cuando a cada uno de ellos se lo comparó con este grupo
162
Resultados
(ANOVA seguido de posttest de Dunnett). Sin embargo, si se comparan todos los grupos
cada animal individual (ver valores en la Tabla 2, Anexo VI), las únicas diferencias
significativas se hallaron entre lo consumido por las hembras CB con respecto a las que
recibieron EtOH, es decir, las de los grupos ES y EB, cuando se realizaron comparaciones
múltiples (ANOVA seguido por el test de Student-Newman-Keuls; Fig. 52). Sin embargo,
compara únicamente con la bebida por el grupo control (CS; es decir, ANOVA seguido por
Figura 52. C onsum o de bebida (en m l/k g/d y m l/anim al/d ) p or p arte de las hem b ras d e cad a uno de los
cuatro grupos experim entales durante el p eríod o de tratam iento g estacional en el p rotocolo d e EP E con
preve nción del dañ o por la a dm inistración de b uspirona. * P < 0,05. A N O V A d e d os vías + p ost-test d e
S tuden t-N ew m an -K eu ls de co m pa racion es m últiples.
El consumo de EtOH fue paralelo al del líquido. Durante la gestación las hembras del
163
Resultados
grupo ES consumieron una media de 5,85 ± 0,69 g/kg/d de EtOH, con un rango de 4,53-
7,11 g/kg/d. Las del grupo EB consumieron una media algo superior de 6,51 ± 0,71g/kg/d
(P = 0,0031) con un rango de 5,63-8,49 g/kg/d (Figs. 53 y 54; Anexo VI, Tabla 2). Las
hembras del grupo EB ingirieron 11,3% más de EtOH diariamente que las hembras ES.
Figura 53. C antidad de E tO H consum ido (en g/kg/d y kC al/kg/d) por las hem b ras de los grupos E S y E B
durante el período de tratam ien to gestacional en el p rotocolo d e EP E con p revención d el d año p or
ad m inistra c ió n d e b usp irona. Los n úm ero s en blan co por sobre la línea punteada e n la b arra
co rresp ondien te al grupo E B indica el porcentaje d e consum o co n resp ec to al del grupo E S (base 1 00 ).
** P < 0,01. Test t de S tuden t de d os colas.
Figura 54. E vo lución del co nsu m o de E tO H (en g/kg/d) de las hem bras de los grupos E S y E B duran te el período de tratam ien to
gestacional en el protocolo de E P E con prevención d el daño p or adm inistración d e buspirona.
164
Resultados
representaron 20,16% y 24,55%, respectivamente, del valor calórico total diario ingerido
Si se tiene en cuenta ahora la totalidad de las calorías ingresadas diariamente por las
hembras gestantes (provenientes del alimento y del EtOH) se observa que, comparadas con
mostrado). Si se comparan todos los grupos experimentales entre sí (Fig 57; ANOVA
dentro de un mismo grupo (CS y CB por un lado, y ES y EB por otro) no difirieron entre
sí en su consumo calórico. Pero, al mismo tiempo, cada uno de los dos grupos que
165
Resultados
recibieron EtOH (ES y EB) ingirieron significativamente más calorías que cada uno de los
grupos que bebieron agua (CS y CB) independientemente de que hubieran o no recibido
buspirona entre los días E13-E20 (Figs. 55 y 56; Anexo VI, Tabla 2).
F igu ra 56 . Evolución del consum o calórico total (alim ento + b eb id a) d urante el tratam iento g estacional d e las hem b ras d e cad a
grupo experim etal en el protocolo de E P E con prevención d el daño por adm inistración d e buspirona.
Como puede verse en las Figs. 57 y 58 y en el Anexo VI, Tabla 2 la evolución del peso
de las hembras de los cuatro grupos fue paralela y en todo comparable a lo largo de la
166
Resultados
nada la evolución del peso de las hembras que la recibieron (Fig. 52). Las hembras del
grupo EB, con respecto a las del grupo CS eran las de menor peso hacia el final de la
gestación, pero la diferencia de peso fue exactamente la misma que existía al inicio de la
misma (48 g). Las hembras de cada grupo aumentaron porcentajes similares de su peso
A pesar de que las hembras de los grupos expuestos dejaron de recibir EtOH al momento
del parto (P0), se siguió su evolución ponderal durante toda la lactancia y, hacia el
momento del destete de sus crías (P21) tampoco se observaron diferencias significativas
Figura 57. Peso de las hem bras en distintos m om entos d el tratam iento, en el p rotocolo d e EP E con
preve nción del dañ o por ad m inistra c ió n de b usp irona. Los n úm ero s so bre las b arras al m om en to
gestacional final indican los porcentaje s d e aum ento d e p eso p or sob re aq uellos al inicio d e la gestación
(base 100). Independientem ente del g rup o de tratam iento a q ue p ertenecieran las hem b ras, los
porcentajes d e a um en to de p eso so n de la m ism a m ag nitud. Test t de S tuden t de d os colas.
167
Figura 58. E volución del peso de las hem b ras durante el período de tratam iento gestacional y durante el postparto, discrim inado por grupo de tratam iento (C S , C B , E S y E B ) en el protocolo de E P E
c on pre vención del daño por la adm inistración de b usp irona. Las flechas neg ras en la parte inferior d el g ráfico, en el p eríod o ge sta cio n al, in d ic an lo s d ía s (E 1 3 -E 2 0 ) e n lo s q u e se in ye ctó la bu sp iro n a
a dosis 4,5 m g/kg/d a las hem bras de los gru pos C B y E B o un volum en equivalente de solución salina a las de los gru pos C S y E S . La adm inistración de buspirona no m odificó la evolución de la ganancia
gesta cio nal de peso.
Resultados
El tamaño de las camadas que parieron las hembras y la relación machos/hembra fue
estadísticamente equivalente para los cuatro grupos y también lo fue el peso de las crías al
nacer y la ganancia de peso de esas crías hasta el día P88 (Figs. 59 y 60; Anexo VI, Tabla
2).
El peso de las crías al nacer fue estadísticamente equivalente para los cuatro grupos de
si se lo discrimina por sexo (Fig. 59; Anexo VI, Tabla 2). La relación de peso entre los
machos y las hembras dentro de una misma camada también fue equivalente para los cuatro
F igu ra 59 . G ráficos relativos a las crías de las hem b ras d el p rotocolo d e EP E con p revención d el d año p or adm inistración d e
buspiro na. A N O V A + post-test d e D unnett. E n ninguno de los gráficos se observaro n diferencias significativas.
169
Resultados
El tamaño de las camadas tampoco difirió estadísticamente para los cuatro grupos y
estuvo dentro de los parámetros considerados como normales (Fig. 59; Anexo VI, Tabla
2).
machos que hembras en cada camada) excepto para las crías de las hembras pertenecientes
al grupo ES en las que la relación se invirtió (Fig. 59; Anexo VI, Tabla 2).
La evolución del peso de las crías de los cuatro grupos fue paralela desde el nacimiento
y hasta la edad de P88, último momento en que fueron evaluadas antes de la realización de
Figura 60. E volución d el peso postnatal de las crías m acho, discrim inadas por grupo de tratam iento, desde P0 hasta P 88,
en el protocolo de E P E con prevenvión d el daño p or adm inistración d e buspirona.
170
Resultados
Al igual que en el protocolo anterior, las hembras fueron evaluadas por medio de escalas
A pesar de que, al momento del parto, se hubo realizado una suspensión brusca de la
signos de abstinencia cuando fueron evaluadas por medio de las escala de abstinencia para
protocolo experimental previo, es decir, bajas y en el orden de los 15-25 mg/dl (3,25-5,42
mM).
A lo largo del desarrollo postnatal de las crías CS se observó que la DOR del citoplasma
de las neuronas 5-HT-ir en los NDR y NMR siguió un patrón similar de variación desde P5
y P21 hasta P90, con un claro pico de expresión hacia P35, de mayor magnitud y pendiente
de ascenso y descenso para el correspondiente al NMR. Luego del pico de P35 se observó,
en ambos núcleos, una disminución hacia P60 y un posterior nuevo aumento hacia P90
171
Resultados
se diferenciaron de los niveles del grupo CS, en tanto que hacia P90 cayeron por debajo del
hembras EtOH (grupo EB) indujo que el perfil de la curva entre P5 y P90 fuera en todo
172
Resultados
similar a la de CS, incluyendo el pico de expresión en P35 (Fig. 61). Es llamativo que en
los animales EB, las curvas de la DOR, aunque se acercaron al perfil mostrado por las crías
CS y se alejaron a la vez de las del grupo ES, mostraron algunas desviaciones llamativas
de las curvas de los animales CS: por ejemplo, en el NDR, en P21 y en P90 los niveles
fueron mayor y menor, respectivamente, a los de los grupos CS y ES que, salvo por el pico
de P35, mostraron un perfil similar. En el NMR el nivel de la DOR en P5, si bien no fue
estadísticamente diferente a los de CS y ES, mostró una clara tendencia a ser mayor.
Por último, en los animales cuyas madres recibieron buspirona durante el embarazo a
la vez que bebían agua (grupo CB) se observaron varios hechos llamativos: i) en el NDR,
a la edad P21 y P60, los niveles de DOR no fueron diferentes a los de los animales CS, pero
en P35 fueron mucho mayores que en CS y mostraron un pico exacerbado (Figs. 61 y 62)
en tanto que hacia P90 su nivel, si bien no significativamente diferente al de los animales
CS, sí mostró una tendencia a la disminución, acercándose al nivel que mostraron las crías
EB, en vez de aumentar nuevamente desde P60 como lo hicieron las del grupo CS; ii) en
el NMR, los niveles de la DOR en las crías P5 fueron significativamente mayores que en
el grupo CS (a semejanza de los de las crías EB, aunque en estas no hubo diferencias
estadísticamente significativas), en tanto que en las otras edades (P21, P35, P60 y P90) sus
Figura 62. N eu ron as 5-H T-ir del N D R a la edad P 35 del protocolo de E P E con prevención d el daño p or adm inistración d e buspirona.
L o s gru po s d e tratam iento son CS (A ), C B (B ), ES (C ), y EB (D ). V éase la exp licación d etallada en el texto. B arra de escala en A
= 20 :m (válida p ara A -D ).
173
Resultados
En el CA1 Hipp de las crías de edades P5, P21, P35 y P60 se observó un aumento
consistente y sostenido del área celular de los astrocitos GFAP-ir incluso en la edad adulta
(P60). La curva del área celular de los astrocitos en esta área de los animales CS mostró un
pequeño pico coincidente con la edad P21 y una posterior disminución paulatina en P60
y P90 (Figs. 63 y 65; Anexo VII, Tabla 2). En los animales ES, el área celular estuvo
significativamente aumentada, con respecto a CS, en todas las edades y el pico se localizó
en P35. Para los animales EB, es decir, aquellos a cuyas madres se les administró buspirona
juntamente con el EtOH en el agua de bebida, se observó que el área celular astrocitaria
disminuyó en todas las edades evaluadas y no difirió estadísticamente de los valores de los
animales CS en P5 y P21, aunque sí en P60 y P90. Por otro lado, el pico del área celular
astrocitaria, igual que en CS, volvió a observarse en P21 aunque posteriormente, en vez de
bajar, volvió a subir en P60 a partir de P35 (Figs. 63 y 65; Anexo VII, Tabla 2). Por último,
en los animales CB, los niveles del área celular de los astrocitos en el CA1 Hipp no
variaron estadísticamente con respecto a los niveles observados en los animales CS pero
el perfil temporal fue diferente en tanto que el pico de aumento se observó en P35 con una
leve disminución posterior hacia P60 (Figs. 63 y 65; Anexo VII, Tabla 2).
En la CxF, se evaluó el área celular de los astrocitos en tres edades postnatales: P21, P35
y P60. La curva de los animales CS mostró un pequeño valle a la edad P35 con un fuerte
aumento posterior hacia P60 coincidente con el inicio de la adultez. En los animales ES los
174
Figura 63. A stroc itos G FA P-ir en el H ipp de las crías de ed ad es P 5, P 21 , P 35 y P 60 de los g rupos d e tratam ien to
C S , C B , E S y E B del pro to colo de E P E con prevención del daño por adm inistración de buspiro n a . V é ase la
explicación d etallada en el texto. E l recuadro en P 60 E B m uestra un astrocito con el citoesqueleto alterado de tal
m odo que una de sus prolong aciones exhibe un p erfil en sacacorcho. B arra de escala en P 5 C S = 50 :m (válida p ara
todas las edades y tratam ientos) y 20 :m en el recuadro.
175
Figura 64. A stroc itos G FA P -ir en la C xF de las crías de edades P 21, P 35 y P 60 d e los g rupo s de tratam iento C S , C B , E S y EB del
pro to co lo de EP E con prevención del daño por adm inistración d e b usp irona. V éase la exp licación d etallada en el texto. B arra de
escala en P 21 C S = 50 :m (válida p ara todas las ed ad es y tratam ien tos).
176
Resultados
aumentados fuerte y
significativamente
en P21 y en P35 y
particularidad de que el
P35 se observó un pico en Figura 65. Á rea celular de los astrocito s G FA P -ir en el stratum radiatum del área C A 1
de l hipoc am po (C A 1 H ipp) y en la co rteza fron tal (C xF), a d istintas ed ad es postna tales,
en las crías som etid as a EPE con p revención d e l d año p or adm inistración d e
lugar de un valle (Figs. 64 y buspiro n a . C S : control-salina; C B : control-buspiro na; E S : eta nol-salina; E B : eta nol-
buspirona. Ed ad es evaluad as: P5, P21, P35 y P60 en C A 1 H ip p y P21, P35 y P60 en C xF.
Se grafic an los valores absolutos d el área celular en :m 2. ** P < 0,01. A N O V A d e d os
vías + po st-test D unnett, p ara cada ed ad .
65; Anexo VII, Tabla 2).
En los animales EB se restituyó por completo el perfil normal del área astrocitaria
observado en las crías CS si bien que el nivel en P21 fue significativamente menor para este
grupo de tratamiento. Por último, en los animales del grupo CB se observó una curva de
perfil idéntico al observado en los animales del grupo CS aunque con una disminución
177
Resultados
sometidas a EPE con prevención del daño por administración de buspirona a las madres
Las curvas de los valores obtenidos de la DOR del citoplasma de los astrocitos S-100B-
ir mostraron un perfil en U amplia, a concavidad superior, similar para todos los grupos de
tratamiento y con valores mínimos en P35 para el grupo CS. Los valores del grupo ES
buspirona al grupo de madres que bebieron EtOH (grupo EB) hizo que los valores de la
excepto para la edad P60 en la que los niveles fueron mayores en EB que en CS, pero sin
llegar a ser tan altos como los de ES. Los valores correspondientes a las distintas edades
del grupo CB no difirieron de aquellos del grupo CS; en P60 se noto un aumento no
significativo por sobre los valores de CS que tendieron a acercarse a los valores del grupo
en virtud de las cuales las prolongaciones de algunos de ellos, en los grupos sometidos a
178
Figura 66. A stroc itos S-100B-ir en el H ipp de las crías de e dad es P 5, P 21 , P 35 y P 60 de los gru pos de tratam ien to
C S , C B , E S y EB del protocolo de E P E con prevención del daño por adm inistración de buspirona. Las flechas en
P 3 5 ES, P35 EB y P60 EB señalan prolongaciones citop lasm áticas en sacacorcho. V éase la exp licación d etallada
en el texto. B arra de escala en P 5 C S = 20 :m (válida p ara todas las ed ad es y tratam ien tos).
179
Resultados
Figura 67. D ensidad óp tica relativa de los astrocitos S 10 0B -ir, a distintas edades postnatales, en el
stratum radiatum del área C A 1 del hipocam p o (C A 1 H ip p ) d e las crías p ostnatales som etid as a EPE con
prevención del daño por adm inistración de buspirona. C S : control-salina; C B : control-buspiro n a; E S :
etanol-salina; E B : etanol-buspirona. E dades evaluadas: P 5, P 21 , P 35 y P 60. S e grafican los valores
ab so lutos en unidad es de D O R . * P < 0,05; ** P < 0,01. A N O V A de d os vías + post-test de D unnett p ara
cad a u na de las ed ad es.
En el CA1 Hipp los niveles del área relativa de tejido cerebral ocupado por las fibras
MAP-2-ir aumentó con una pendiente suave desde P5 hasta P90, con un leve incremento
adolescencia. Hacia P90 el aumento final del área relativa fue de 129,32% con respecto a
P5 (Figs 68 y 70; Anexo VII, Tabla 2). En los animales del grupo ES la curva de valores
del área relativa de las fibras MAP-2-ir en relación con la edad evaluada se ubicó en valores
sostenidamente menores que los del grupo CS, con una leve pero perceptible disminución
180
Resultados
entre P5 y P21, un cambio relativamente abrupto de la pendiente (con aumento) entre P21
y P35 y un nuevo estancamiento entre esta última edad y la siguiente, P60, en la que el
valor, incluso, disminuyó con respecto a la anterior; entre P60 y P90, nuevamente, un
total que se observara en CS sino que, por el contrario, el aumento entre estas dos edades
fue de solamente 117,9% (Anexo VII, Tabla 2). Es decir, en los animales ES los valores del
área relativa de las fibras MAP-2-ir partieron de niveles más bajos en P5 y no llegaron,
siquiera, a tener un nivel de aumento comparable con el del grupo CS. En aquellos animales
EB), los valores se acercaron a los del grupo CS en todas las edades, con dos excepciones:
y P90, por lo que el perfil de la curva presentó un valle en P21 que alteró la armonía del
cambio de los valores que se observara en el grupo CS entre las sucesivas edades. Por
último, en los animales del grupo CB (cuyas madres bebieron agua en todo momento y
recibieron buspirona) la curva de aumento del área relativa de las fibras MAP-2-ir, si bien
en todas las edades fue estadísticamente similar en valores a la del grupo CS, no presentó
el aumento armónico que mostró esta última aunque, globalmente, entre P5 y P90
aumentara un 139,42%.
En la CxF, se observó que el área relativa de tejido nervioso ocupado por las fibras
MAP-2-ir, en el cerebro de las crías del grupo CS, presentó una disminución transitoria en
la edad P35 a partir de los valores previos de P21 para volver a aumentar hacia P90,
quedando este fenómeno, en la curva temporal, representado por un valle. Igual perfil
181
Figura 68. Fibras M A P-2-ir en el H ipp de las crías de edades P 5, P 21, P 35 y P 60 de los grupos de tratam iento C S ,
C B , ES y EB del protocolo de EP E con prevención d el d año p or adm inistración d e b usp irona. V éase la exp licación
detallada en el texto. B arra de escala P 5 C S = 50 :m en (válida p ara todas las ed ad es y tratam ien tos).
182
Resultados
Figura 69. Fibras M A P -2-ir en la C xF de las crías de edades P21, P 35 y P 60 de los grupo s de tratam iento C S , C B , E S y EB del
pro to co lo de EP E con prevención del daño por adm inistración d e b usp irona. V éase la exp licación d etallada en el texto. B arra de
escala P 21 C S = 50 :m en (válida p ara todas las ed ad es y tratam ien tos).
183
Resultados
presentó la curva correspondiente a la CxF de las crías del grupo ES, pero a niveles mucho
más bajos (aproximadamente la mitad). Las crías sometidas a EPE y cuyas madres
recibieran buspirona entre los días E13 a E20 de la gestación (grupo EB) mostraron un
Por último, lo mismo sucedió para las crías de madres del grupo CB (Figs. 69 y 70;
Figura 70. Á rea relativa de te jido cerebral ocupado por las fibras M A P -2-ir en el stratum
radiatum del área C A 1 d el hipoca m po (C A 1 H ipp ) y en la c orteza frontal (C xF ) a
distintas edades de las crías postnatales som etid as a EPE con p revención d el d año p or
la adm inistración de buspiro na. C S : control-salina; C B : control-buspiro na; E S : eta nol-
salina; E B : etanol-buspirona. E dades evaluadas: P 5, P 21, P 35, P 60 y P 90 para el C A 1
H ipp y P21, P35 y P60 para la C x F. Se p resentan los valores absolutos en unid ad es d e
área relativa. * P < 0,05. ** P < 0,01. A N O VA de d os vías + post-test de D unnett, para
cada edad.
184
Resultados
hoc, del protocolo de EPE con prevención del daño por administración de buspirona, se
realizaron estudios conductuales cuando estas alcanzaron la edad P90. Estos estudios se
llevaron a cabo con la finalidad preliminar de evaluar si las alteraciones morfológicas que
se habían observado en los cerebros de los animales tratados de igual manera presentaban
(n = 10) cruces de cuadros; los del grupo CB Fig u ra 71. Evaluaciones cond uctuales en ratas m acho d e
edad P90 som etid as a EPE con p revención d el d año p or
adm inistración de buspiro na. A rriba, resulta dos de la
evaluación de la conducta m oto ra y abajo, resulta dos de la
realizaron 42,33 ± 11,04 (n = 15); los del evalua c ión de la conducta de ansiedad, am bos, ante la
exp osición a un am b iente novedoso (p rueb a d el cam p o
abierto). T iem po de evaluación: 5 m inuto s. C S : control-
grupo ES 63,0 ± 18,86 (n = 10) y los del salina; C B : control-buspiro na; E S : eta nol-salina; E B : eta nol-
bu spiron a. S e rep resen tan los valores ab solutos ( 0 ± E S ). *
P < 0,05. ** P < 0,01. A N O V A de dos vías + post-test d e
S tuden t-N ew m an -K eu ls de co m pa racion es m últiples.
185
Resultados
grupo EB 59,0 ± 15,37 (n = 15) cruces de cuadros. La evaluación de los resultados por
medio del ANOVA de dos vías seguido del post-test de Dunnett mostró que, desde el punto
del grupo control (CS), pero sí se encontraron diferencias significativas entre los grupos CB
Con respecto al tiempo de permanencia en el cuadro central como medida del grado de
ansiedad, los resultados de las mediciones para cada grupo experimental fueron: grupo CS:
11,62 ± 5,407 segundos (n = 10); CB: 6,145 ± 4,54 segundos (n = 15); ES: 17,38 ± 18,19
segundos (n = 15); y EB: 11,82 ± 9,12 segundos (n = 15). Realizado el ANOVA de dos vías
seguido por el post-test de Dunnett, se encontró, también aquí, que ninguno de los grupos
control (CS). Cuando, en cambio, se realizaron múltiples comparaciones entre todos los
apreciar que el único resultado significativamente diferente era el que comprendía al par
186
Resultados
No hubo diferencias de peso entre los cuatro grupos experimentales antes y después de
Durante el período de exposición las ratas del grupo EtOH, cada día, comieron alimento
en una cantidad equivalente a 143,5 ± 13,9 kCal/kg/d (rango: 124,1-170,0). Por otro lado,
bebieron una media de 134,4 ± 32,33 ml/kg/d (rango: 86,81-178,0) de la solución de EtOH
6,6% v/v. Este consumo significó la ingestión de 6,997 ± 1,68 g/kg/d (rango: 4,52-9,27) de
EtOH. De este EtOH, las ratas macho adolescentes obtuvieron 49,47 ± 11,9 kCal/kg/día
(rango: 31,96-65,53). Este ingreso calórico constituyó a su vez un 25,42 ± 4,637% (rango:
18,46-33,12%) para un del VCT diario de 192,9 ± 19,78 kCakl/kg/d (rango: 157,4-230,9).
Al igual que en los protocolos experimentales anteriores, las ratas macho del grupo ido
que las ratas Control, pero a pesar de ello no desarrollaron un estado de deshidratación
detectable.
Las alcoholemias, determinadas en los animales del grupo EtOH, según lo esperado,
fueron bajas y comprendidas en los valores previamente hallados: 19,0 ± 5,2 mg/dl (rango:
16-25 mg/dl = 3,47-5,42 mM). En los animales Control, también según lo esperado, las
alcoholemias fueron indetectables a pesar de haberse realizado para mantener las mismas
Al comienzo del período de 42 días de exposición al EtOH, todas las ratas tenían una
edad comprendida entre P45 y P50 (adolescencia tardía) y pesaban 194,1 ± 28,11 g (201,3
± 23,4 g las asignadas al grupo control, n = 10, con un rango de 167,0-235,0 g y 186,9 ±
0,2662). Para el final de este período los animales tenían una edad de P87 a P92 (adultas),
187
Resultados
estadísticamente significativas entre los pesos de estos dos grupos (P = 0,6787) (Fig. 72).
Hacia la finalización del período de recuperación de 70 días los machos tenían una edad
n = 5). Nuevamente, no hubo diferencias significativas entre los valores de ambos grupos
a partir de su peso inicial. Y, con respecto al peso al inicio de todo el período experimental
(exposición más recuperación) los machos Control y EtOH aumentaron 200,44% y 211,4%,
respectivamente.
Figura 72. Peso de los m achos adolesc entes d e los g rup os C ontrol y EtO H al inicio y al final d el p eríod o
de exposición al EtO H y de los m achos ya adultos d e los g rup os C ontrol/R y EtO H /R , tras el p eríod o de
abstinencia. Lo s nú m eros den tro d e las barras en el m om en to de p ost-exp osición y de po st-recuperación
corresponden a los porcentajes de aum ento de peso con respecto al p eríod o anterior, es decir, al
m om ento inicial y al m om ento de po st-ex p o sición, respectivam ente. Los núm eros situados sobre las
barras de los grupo s C o n trol/R y EtO H /R , en el m om ento de po st-recuperación, corresponden al
au m en to de p eso total en relación al m om en to inicial del tratam ien to. Test t de S tuden t de d os colas.
luego de que la administración del EtOH fuera finalizada abruptamente. Nuevamente, los
188
Resultados
signos de intoxicación, tanto como los de abstinencia, se evaluaron por medio de las escalas
La 5-HT-ir se evaluó, por medio del valor de la DOR, en las neuronas del NDR y del
oscureció el núcleo de cada una de las neuronas en la mayoría de los casos, y también
En el NDR de los animales del grupo EtOH se observó una disminución significativa
de la 5-HT-ir; el valor de la DOR llegó solo a 0,71 veces del valor de los animales Control
(P < 0,0001; Figs. 73A,B y 74; Anexo VII, Tabla 3). En el mismo núcleo de los animales
del grupo EtOH/R se observó una recuperación del valor de la DOR; este fue 0,97 veces
(P = 0,7609; Figs. 73A,C y 74; Anexo VII, Tabla 3). En las neuronas de los animales del
grupo EtOH el perfil nuclear siempre fue evidente dado que la inmunotinción, al estar
disminuida, no lo oscureció como sí fue el caso en los animales de los grupos EtOH/R,
189
Resultados
F ig u ra 73. N eu ron as 5-H T-ir en el N D R (A -C ) y en el N M R (D -F) d e los m achos del pro to colo de exposición al E tO H durante la
adolescencia con abstinencia posterior. La colum na de la izquierda (A ,D ) c orresponde a los anim ales Co ntrol; la colum na del
m ed io (B ,E ) a los an im ales E tO H ; y la co lum na de la derech a (C -F) a los anim ales E tO H /R .V éa se la d escripción en el texto . B arra
de escala en F = 50 :m (válida p ara A -F).
190
Resultados
animales Control-EtOH ( P = 0,324; Figs. 73D,E y 74; Anexo VII, Tabla 3) ni en el par de
grupos Control/R-EtOH/R (P = 0,9136; Figs. 73D,F y 74; Anexo VII, Tabla 3).
Figura 74. D ensidad óp tica relativa de las neuronas 5-H T -ir d e lo s núcleos dorsal y m edial del rafe m esencefálico en ratas
adolescente s tras el perío do de into xicación y de recuperación en el pro to colo de exposición al eta nol durante la adolescencia
co n ab stinen cia p osterior. *** P < 0,0001 . Test t de S tuden t de do s colas.
En los animales del grupo EtOH, en las tres áreas prosencefálicas evaluadas, los
tortuosos y ramificados y una inmunotinción más intensa comparada con la de los animales
del grupo Control. El análisis morfométrico reveló que el área celular aumentó
En el CA1 Hipp el incremento fue de 1,62 veces con respecto al de los animales Control
(P < 0,0001; Figs. 75A,B y 76; Anexo VII, Tabla 3). En el Strt el aumento alcanzó 1,68
191
Fig. 75. A stroc itos G FA P -ir en el H ipp (A -C ), el Strt (D -F), y la C xF (G -I) d e los m achos d el p rotocolo d e exp osición
al E tO H durante la adolescencia con abstinencia posterior. La colum na de la izquierda (A ,C ,D ) corresponde a
los anim ales C ontrol; la colum na del m edio (B ,E,H ) a los anim ales EtO H ; y la colum na d e la derecha (C ,F,I) a los
anim ales E tO H /R . V éase la descripción en el texto. B arra de escala = 100 :m en A y G (válida para A -C y G -I) y
50 :m en D (válida p ara D -F).
192
Resultados
veces el valor del grupo Control (P < 0,0001; Figs. 75D,E y 76; Anexo VII, Tabla 3). En
la CxF el incremento del área celular alcanzó 1,73 veces el valor del Control (P < 0,0001;
Tras 70 días de abstinencia, los astrocitos del cerebro de los animales del grupo EtOH/R
tendieron a recuperar su morfología normal en las tres áreas a pesar de que el valor medio
de sus áreas celulares aún persistió aumentado con respecto a sus controles (pero disminuyó
Así, los astrocitos del CA1 Hipp mostraron un incremento del área celular que alcanzó
un valor 1,24 veces el de sus respectivos controles (P < 0,0001; Figs. 75A,C y 76; Anexo
VII, Tabla 3) pero, al mismo tiempo, este valor representó 0,77 veces el valor del grupo
EtOH.
En el Strt, el valor del área celular alcanzó 1,11 veces el de los Control/R (P < 0,0001;
Figs. 75D,F y 76; Anexo VII, Tabla 3) pero fue 0,66 veces el valor del grupo EtOH.
Finalmente, en la CxF, el valor del área celular fue 1,26 veces mayor que en el
respectivo control (P < 0,0001; Figs. 75G,I y 76; Anexo VII, Tabla 3) y 0,73 veces el valor
Figura 76. Á rea celular de los astrocitos G FA P -ir en áreas prosencefálicas de las ratas adolescentes
tras el perío do de into xic a c ión y de recuperación en el pro to colo de exposición al eta nol durante la
ad olesce ncia con ab stinen cia p osterior. * P < 0,01. *** P < 0,0001 . Test t de S tuden t de d os colas.
193
Resultados
las proyecciones citoplasmáticas primarias (Fig. 77). En los animales adolescentes del
grupo EtOH, en las tres áreas, los astrocitos mostraron una disminución de la S100B-ir.
Esta disminución fue visualmente evidente en el hecho de que los astrocitos dejaban ver
En el CA1 Hipp de los animales del grupo EtOH hubo una disminución del valor de la
DOR que alcanzó 0,51 veces el valor del grupo Control (P < 0,0001; Figs 77A,B y 78;
En el Strt, estos animales mostraron una disminución que llegó a 0,41 veces el valor del
grupo Control (P < 0,0001; Figs 77D,E y 78; Anexo VII, Tabla 3).
En la CxF, la DOR llegó a valores que representaron 0,64 veces el valor del grupo
Control (P < 0,0001; Figs 77G,H y 78; Anexo VII, Tabla 3).
Tras el período de abstinencia, la DOR en los animales EtOH/R se recuperó a los valores
medidos en los animales del grupo Control/R. Así, en el CA1 Hipp, los astrocitos de los
animales del grupo EtOH/R mostraron valores de DOR que alcanzaron 1,13 veces el de los
animales del grupo Control/R (P = 0,1333; Figs 77A,C y 78; Anexo VII, Tabla 3); al
mismo tiempo, este valor fue 2,2 veces mayor que el del grupo EtOH.
En el Strt, los valores de la DOR llegaron a 0,86 veces el valor de los animales del grupo
Control/R (P = 0,0428; Figs. 77D,F y 78; Anexo VII, Tabla 3). De este modo, el valor de
194
Fig. 77. A strocitos S -1 0 0 B -ir en el H ipp (A -C ), el Strt (D -F), y la C x F (G -I) d e los m achos d el p rotocolo d e
exposición al E tO H d urante la adolescencia con abstinencia posterior. La colum n a de la izquierda (A ,C ,D )
corresponde a los anim ales C ontrol; la colum na de l m edio (B ,E ,H ) a los anim ales E tO H ; y la colum na de la
derecha (C ,F,I) a los anim ales E tO H /R . V éase la descripción en el texto. B arra de escala en I = 20 :m (válida p ara
A -I).
195
Resultados
la DOR del grupo EtOH/R representó un cambio en más de 2,1 veces con respecto al del
grupo EtOH.
En la CxF, el valor de la DOR de los astrocitos alcanzó 1,22 veces del valor de los
animales del grupo Control/R (P = 0,0908; Figs. 77G,H y 78; Anexo VII, Tabla 3), lo que
representó un cambio en más de 1,9 veces con respecto al valor del grupo EtOH.
F igu ra 78 . D e nsidad óptica relativa de los astrocitos S100B -ir en áreas p rosencefálicas d e las ratas adolescentes tras el p eríod o
de into xicación cró nica y tras la recuperación en el pro to colo de into xicación con eta nol durante la adolescencia y abstin encia
posterior. N S : no sign ifica tivo . *** P < 0,0001 . Test t de S tuden t de do s colas.
correspondiente al cuerpo celular de las neuronas, al axón y a los procesos dendríticos, dado
El análisis morfométrico de los cortes de cerebro de los animales del grupo EtOH mostró
196
Resultados
relativa de tejido cubierta por estas fibras disminuyó en el CA1 Hipp, en el Strt y la CxF.
En el CA1 Hipp la disminución alcanzó un valor que fue 0,18 veces el valor de los
animales Control (P < 0,0001; Figs. 79A,B y 80; Anexo VII, Tabla 3). En el Strt el área
relativa alcanzó 0,50 veces el valor del Control (P < 0,0001; Figs. 79D,E y 80; Anexo VII,
Tabla 3). En la CxF el área relativa en los animales EtOH llegó a ser 0,36 veces con
respecto al valor de los animales Control (P < 0,0001; Figs. 79G,H y 80; Anexo VII, Tabla
3).
Tras 70 días de abstinencia, bebiendo solamente agua, los machos del grupo EtOH/R
CA1 Hipp, hubo una tendencia a la recuperación ya que el valor del área relativa llegó a ser
0,66 veces el valor de sus respectivos animales Control/R (P = 0,0004; Figs. 79A,C y 80x;
Anexo VII, Tabla 3). A pesar de que este valor aún estuvo por debajo del de los animales
Control/R, fue 3,67 veces mayor que el de los animales del grupo EtOH. En el Strt, tras la
abstinencia, hubo un incremento leve pero no significativo del área relativa ocupada por los
Nf-200-ir que llegó a ser de 1,19 veces con respecto al de los animales Control/R (P =
0,1709; Figs. 79D,F y 80; Anexo VII, Tabla 3). Este cambio, con respecto al valor de los
animales del grupo EtOH, representó un incremento de 2,38 veces. En la CxF, por último,
el valor en los animales del grupo EtOH/R alcanzó a ser 1,33 veces el de los animales
Control/R (P = 0,0024; Figs. 79G,I y 80; Anexo VII, Tabla 3). El valor alcanzado por los
animales del grupo EtOH/R representó así un cambio en más de 3,65 veces con respecto
197
Fig. 79. Fibras N f-2 0 0 -ir en el H ipp (A -C ), el Strt (D -F), y la C x F (G -I) d e los m achos d el p rotocolo d e
e xp osición al E tO H d urante la adolescencia con abstinencia posterior. La colum n a de la izquierd a
(A ,D ,G ) corresponde a los anim ales C ontrol; la colum na del m e d io (B ,E ,H ) a los anim ales E tO H ; y la
colum na de la derecha (C ,F,I) a los anim ales E tO H /R. V éase la descrip ción en el te xto . B arra de escala
= 100 :m en B y H (válida para A -C y G -I) y 50 :m en E (válida p ara D -F).
198
Resultados
ondulante, “en sacacorcho”, en las fibras Nf-200-ir en algunas de las áreas estudiadas (Fig.
79H). Esta característica morfológica anormal se encontró en algunos de los animales que
de vista semicuantitativo (Fig. 79C,F) (ver más abajo una descripción ampliada).
Figura 80. Á rea relativa de tejido cerebral cubierto po r las fibras Nf-200-ir en áreas prosencefálicas de las ratas adolescentes tras
el períod o de intoxicación y de recuperación, en el protoco lod de into xicación duran te la adolesce ncia con ab stinen cia p osterior.
N S : no sign ifica tivo . ** P < 0,01. *** P < 0,0001 . Test t de S tuden t de do s colas.
filamentoso o fibroso que corresponden, en este caso, a las dendritas, dado que la
199
Resultados
El análisis morfometrico reveló que, en el CA1 Hipp de las ratas del grupo EtOH, hubo
una disminución del área relativa cubierta por los procesos MAP-2-ir que llegó a ser 0,51
veces el de los animales Control (P < 0,0001; Figs 81,C y 82; Anexo VII, Tabla 3). En el
Strt hubo una importante disminución; el valor llegó a ser 0,31 veces el valor de los
animales Control (P < 0,0001; Figs 81D,F y 82; Anexo VII, Tabla 3). En la CxF, la
disminución representó un valor de 0,41 veces el valor de los animales Control (P <
semanas (EtOH/R) hubo una reversión de la disminución de los valores de área relativa
ocupada por las fibras MAP-2-ir en el CA1 Hipp. Así, estas fibras ocuparon un área relativa
que llegó a 0,92 veces el valor de sus respectivos animales control (Control/R). Esta
diferencia no fue estadísticamente significativa (P = 0,2414; Figs 81A,C y 82; Anexo VII,
Tabla 3) pero, con respecto al valor de los animales del grupo EtOH representó un cambio
en más de 1,8 veces. Algo similar fue lo que se observó en el Strt; el área relativa llegó a
ser 1,23 veces del valor de los animales del grupo Control/R; la diferencia entre ellos
tampoco fue estadísticamente significativa (P = 0,2291; Figs 81D,F y 82; Anexo VII, Tabla
3) pero el cambio con respecto a los animales del grupo EtOH fue mucho mayor que el del
Hipp: 3,96 veces. Finalmente, en la CxF no se observó tal recuperación de este parámetro
morfométrico. En los animales EtOH/R este valor alcanzó a ser sólo 0,58 veces el valor de
los animales del grupo Control/R, y la diferencia fue extremadamente significativa desde
un punto de vista estadístico (P = 0,0001; Figs 81G,I y 82; Anexo VII, Tabla 3). Este valor
fue solamente 1,42 veces mayor que el de los animales del grupo expuesto y sin recuperar
200
Fig. 81. Fibras M A P -2-ir en el H ipp (A -C ), el Strt (D -F), y la C x F (G -I) d e los m achos d el p rotocolo d e exp osición
al E tO H durante la ad olescencia co n abstinencia p osterior. La colum na de la izquierda (A ,D ,G ) corresponde a
lo s anim ales C ontrol; la colum na del m edio (B ,E,H ) a los anim ales EtO H ; y la colum na d e la derecha (C ,F,I) a los
anim ales EtO H /R . V éase la d escripción en el texto. B arra de escala = 100 :m en B e I (válida p ara A -C y G -I) y
50 :m en E (válida p ara D -F).
201
Resultados
Figura 82. Á rea relativa de tejido cerebral cubierta por las fibras M A P -2-ir en áreas prosencefálicas de las
ra tas adolescentes tras la intoxicación crónica y la recup eración p osterior en el p rotocolo d e intoxicación
co n etanol duran te la adolesce ncia y co n recuperación posterior. N S : no sign ifica tivo. ** P < 0,01. *** P <
0,0001 . Test t de S tuden t de d os colas.
Desde un punto de vista descriptivo puramente morfológico, las fibras MAP-2-ir, si bien
EtOH/R, no lo hicieron desde un aspecto cualitativo. Las dendritas apicales de las neuronas
piramidales mostraron un claro perfil ondulado (Fig. 81I; ver más abajo una descripción
ampliada).
claramente neuronas de soma estrellado y algunas fusiformes, más o menos agrupadas, con
202
Resultados
animales del grupo EtOH/R se observó una marcación mucho menos intensa, de modo tal
que el perfil nuclear fue evidente en cada neurona. Las prolongaciones citoplasmáticas
también estaban teñidas pero más tenuemente y por mucha menos longitud (Fig. 83C,F).
situadas en el Strt no mostró cambios con respecto a las de los animales Control (P =
0,2852; Figs 83A,B y 84; Anexo VII, Tabla 3). En la CxF, tampoco se observaron cambios
significativos en los valores de la DOR (P = 0,4878; Figs 83D,E y 84; Anexo VII, Tabla
3).
En los animales del grupo EtOH/R, las neuronas nNOS-ir del Strt mostraron una
disminución significativa en sus valores de DOR que llegó a ser 0,53 veces el valor de los
animales Control/R (P = 0,0339; Figs 83A,C y 84; Anexo VII, Tabla 3). En la CxF, la
disminución, también estadísticamente significativa, alcanzó valores que fueron 0,63 veces
el valor de los animales del grupo Control/R (P = 0,0024; Figs 83D,F y 84; Anexo VII,
Tabla 3).
desde el punto de vista estadístico, tal que pudiera ser evaluado en forma confiable. Por lo
203
Resultados
F ig . 8 3 . N e u ron as n N O S -ir en el S trt (A -C ), y la C xF (D -F) d e los m achos del pro to colo de exposición al E tO H durante la
adolescencia con abstinencia posterior. La colum na de la izquierda (A ,D ) c orresponde a los anim ales Co ntrol; la colum na del
m ed io (B ,E ) a los anim ales E tO H ; y la colum na d e la d erech a (C ,F) a los anim ales E tO H /R . V éa se la d escripción en el texto . B arra
de escala en F = 50 :m (válida p ara A -F).
204
Resultados
Figura 84. D ensidad óptic a relativa de las neuro nas nN O S -ir d el S trt y la C xF de las rata s adolescente s tras la into xicación y la
re cu p eración posterior en el protocolo de adm inistración de etanol durante la adolescencia con abstinencia posterior. N S : n o
sign ifica tivo . ** P < 0,01. *** P < 0,0001 . Test t de S tuden t de d os co las.
Tabla 9. Resumen de los resultados morfométricos de los experimentos de ICQ realizados en cortes de
cerebros de ratas adolescentes expuestas al EtOH y tras la abstinencia (con respecto a sus respectivos
controles).
M arcador M ESENCÉFALO
NDR NM R
5-HT 9 z z z
PROS ENCÉFALO
GFAP 88 8 88 8 88 8
S100B 9 z 9 z 9 z
Nf-200 99 9 9 z 9 8
MAP-2 9 z 9 z 9 9
nNOS n/d* n/d* z 9 z 9
* n/d: no detectado.
205
Resultados
neuronal:
Los animales del grupo EtOH, en los cortes prosencefálicos inmunomarcados tanto para
Nf-200 como para MAP-2 (marcadores del citoesqueleto neuronal), mostraron fibras
el CA1 Hipp, el Strt y la CxF, zigzagueando como si ellas mismas hubieran estado ebrias
constantemente en todas las áreas de todos los animales pero sí se lo observó en forma
general, a veces en algunos animales o en algunas áreas, en las tres áreas evaluadas del
prosencéfalo. Lo mismo es válido para los animales del grupo EtOH/R. Por ejemplo, en la
CxF, comparadas con las neuronas piramidales normales (Fig. 85A), las de los animales del
grupo EtOH presentaron dendritas de perfil ondulado que podría ser descripto como una
estructura (símil-sacacorcho(. El tronco primario de las dendritas apicales parece haber sido
pertenecientes a los grupos tanto EtOH como EtOH/R (Fig. 85B,C,E). Sin embargo, esta
dismorfología también se observó en las dendritas basales y, con menor frecuencia, en las
ramas secundarias de las dendritas apicales (Fig. 85C). También se observó esta alteración
estructural del citoesqueleto en las neuronas estrelladas corticales pero con mucha menor
frecuencia, incluso cuando las dendritas apicales de las neuronas corticales inmediatamente
206
F ig. 85. A lte raciones cualita tivas del cito esqueleto neuro nal. Las foto m icro grafías m uestran neuro nas corticales N F-200-ir
ilu stra tiva s de la C xF de los m achos del protocolo d e exp osición al EtO H d urante la ad olescencia con ab stinencia p osterior, d e
a nim a le s C o ntrol (A ), EtO H (B ), y EtO H /R (C -E). En e l H ip p y en el Strt d e los anim ales tanto EtO H com o EtO H /R se han ob servado
im ágenes com parables con la M A P -2-ir (véase, por ejem plo, las Figs. 79C ,F y 8 1C ). E n las neuronas corticales de los anim ales
C ontrol (A ) se pudieron observar las dendritas apicales (da) y basales (db) com o así tam bién el inicio del axón con su cono axónico
(ax) y las dendritas secundarias (ds), todo s ellos con un perfil liso y regular. E n los anim ales E tO H (B ), tanto las dendritas apicales
(da) com o las basales (db) exhibieron u na apariencia estructural sem ejante a un sacacorcho o a un tirabuzón, m ás evidente en
las dendritas apicales y m enos en las basales; en la m ayoría de las dendritas secundarias (ds) esta alteración n o se hizo evidente.
E n los anim ales E tO H /R (C -E ), se pudiero n ob servar d endritas apicales (d a), b asales (d b) y apicales secundarias (d s) c on la
a pa rie nc ia en sacacorcho en las neuronas corticales p ero no en la m ayoría de las neuronas estrelladas q ue, en cam b io, m ostraron
una silueta lisa y reg ular (nE en D ) a p esar de que las den dritas apica les de n eu ronas piram idales vecinas estab an claram en te
afectadas (flechas en D ). B arras de escala = 50 µ m en A -E .
207
Resultados
protocolos anteriores. Valga aclarar que los machos del grupo EtOH consumieron menos
líquido (en general) que los del grupo Control; que la evolución del peso de ambos grupos
bebida fue similar a la de los machos adolescentes del protocolo anterior como así también
lo fue el porcentaje del VCT que constituyeron las calorías derivadas del mismo; y, por
último, que las alcoholemias halladas también estuvieron dentro del rango de las halladas
también a lo largo de las fibras que interconectan los botones en pasaje por lo que la
Figura 86 (en la próxim a págin a). Fibras 5 -H T T -ir en el H ip p (A,B ), el Strt (C ,D ) y la C x F (E,F) d e los m achos d el p rotocolo d e
exposición al E tO H d urante la adultez. La fila superior corresponde a los anim a les C ontrol y la fila inferior a los anim a les E tO H .
V éa se la d escripción detallad a e n el texto . B arra d e e scala = 50 µ m en A (válida p ara A -F).
208
209
Resultados
Las fibras 5-HTT-ir se observaron claramente en cada corte analizado de los animales
Control y EtOH, pero en estos últimos se observó una importante reducción del área
relativa por unidad de tejido en las tres áreas prosencefálicas estudiadas (Fig. 86A-F).
análisis estadístico. Así, la disminución del área ocupada por las fibras 5-HTT-ir en el CA1
Hipp de los animales EtOH fue significativa y de una magnitud equivalente a 0,74 veces
el valor de los animales Control, no expuestos (Figs 86A,B y 87; Anexo VII, Tabla 4). En
Tabla 4). La morfología de las fibras en sí Figura 87. Á rea relativa de tejido cerebral cubierta por las fibras
5-H TT-ir en áreas prosencefálicas de las ratas adultas expuestas
crónica m en te al etanol. *** P < 0,0001 . Test t d e Stud ent d e d os
mismas no se vió alterada. colas.
En los animales Control, los astrocitos GFAP-ir mostraron su clásica apariencia con
En las ratas adultas expuestas al EtOH 6,6% en el agua de bebida durante 6 semanas, se
Figura 88 (en la p róxim a p ág ina). A stroc itos G FA P -ir en el H ip p (A ,B ), el Strt (C ,D ) y la C xF (E,F) d e los m achos d el p rotocolo d e
exposición al E tO H d urante la adultez. La fila superior corresponde a los anim a les C ontrol y la fila inferior a los anim a les E tO H .
V éa se la d escripción detallad a e n el texto . B arra d e e scala = 50 µ m en A (válida p ara A -F).
210
211
Resultados
88C,D y 89; Anexo VII, Tabla 4). Por último, en la CxF, el área celular astrocitaria fue 1,46
veces mayor en los animales EtOH que en los Control (Figs 88E,F y 89; Anexo VII, Tabla
Figura 90 (en la próxim a p ág ina). A stroc itos S -100B -ir en el H ip p (A ,B ), el Strt (C ,D ) y la C xF (E,F) d e los m achos d el p rotocolo d e
exposición al E tO H d urante la adultez. La fila superior corresponde a los anim a les C ontrol y la fila inferior a los anim a les E tO H .
V éa se la d escripción detallad a en el texto . La im ag en en C es una fotoco m posición. B arra de esca la = 50 µ m en B (válida p ara A -F).
212
213
Resultados
se estudiaron. En el CA1 Hipp el aumento de la DOR alcanzó valores que fueron 1,56
veces mayores que en los animales Control (Figs 90A,B y 91; Anexo VII, Tabla 4). En el
Los Nf-200 son filamentos intermedios que expresan las neuronas tanto en el soma como
significativas del área relativa de tejido nervioso ocupado por estas fibras Nf-200-ir.13
Figura 92 (en la p róxim a p ág ina). Fibr as N f-200-ir e n el H ip p (A,B ), el Strt (C ,D ) y la C x F (E,F) d e los m achos d el p rotocolo d e
exposición al E tO H durante la adultez. La fila superior corresponde a los anim a les C ontrol y la fila inferior a los anim a les E tO H .
V éa se la d escripción detallad a e n el texto . La im ag en en F es una fotoco m posición. B arra de e scala en A = 10 0 µ m (válida p ara
A ,B ), 50 µ m (válida p ara C ,D , E ), 20 µ m (valida p ara F).
214
215
Resultados
suprayacente. En esta área, el valor del área relativa en los animales EtOH fue 0,50 veces
Nf-200-ir fue 0,85 veces el valor medio Figura 93. Á rea relativa de te jido cerebral cubierto por fib ras N f-
20 0 -ir en áreas prosence fálica s d e ratas ad ultas cró nica m en te
exp uestas al etanol. * P < 0,05. ** P < 0,01. *** P < 0,0001 . Test t
de S tuden t de d os colas.
medido en los animales Control (Figs
92E,F y 93; Anexo VII, Tabla 4). En esta última área, si bien la disminución fue
En los cortes de cerebro de los machos adultos sometidos a alcoholización crónica con
una solución de EtOH 6,6% v/v en el agua de bebida que se estudiaron en este protocolo,
no se pudo medir confiablemente el área relativa de las fibras MAP-2-ir en el Strt (Fig.
94C,D).14 Esto se debe a que la organización estructural de las dendritas de las neuronas
Figura 94 (en la p róxim a p ág ina). Fibras M A P -2 -ir en el H ip p (A,B ), el Strt (C ,D ) y la C x F (E,F) d e los m achos d el p rotocolo d e
exposición al E tO H durante la adultez. La fila superior corresponde a los anim a les C ontrol y la fila inferior a los anim a les E tO H .
Vé a se la de scripción detallada en el texto. En el Strt (C ,D ) p rácticam ente no se ob serva m arca q ue hub iera pod id o ser m edid a
por m orfom etría. B arra de escala e n A = 50 µ m (válida para A -F).
216
217
Resultados
que se localizan en esta área no se disponen tan ordenadamente como en las otras dos áreas
evaluadas.
En estas últimas áreas, CA1 Hipp y CxF, donde sí se la pudo medir confiablemente, la
CA1 Hipp contiene a las dendritas apicales de las neuronas piramidales del
predominantemente dendrítica,
análisis de imágenes y el estadístico de los Figura 95. Á rea relativa de tejido cerebral cubierta por fibras
M A P -2-ir en áreas prosencefálicas de ratas adultas expuestas
crónica m en te al etanol. *** P < 0,0001 . n/d: no detectado. Test t
de S tuden t de d os colas.
datos numéricos obtenidos demostró que el
valor medio medido en los animales EtOH fue 0,64 veces el valor medido en los animales
Control (Figs 94A,B y 95; Anexo VII, Tabla 4). En la CxF el valor medio del área relativa
fue, también, 0,64 veces el valor de los machos Control (Figs 94E,F y 95; Anexo VII, Tabla
10 se puede observar un resumen de los datos morfométricos obtenidos en las tres áreas
218
Resultados
5-HTT
9 9 9
GFAP
8 8 8
S100B
8 8 8
Nf-200
9 9 9
MAP-2 n/d*
9 9
* n/d: no detectado.
219
Discusión
“Il apparaît donc clairement que la responsabilité de la mère alcoolique sur l’ avenir de ses
enfants est écrasante, tant au point de vue physique que psycho-affectif.”1
Jacqueline Rouquette
“En realidad, la disposición de una neurona adulta representa el término de una serie de
movimientos, de impulsos interiores y exteriores, que obraron durante la época embrionaria y
juvenil (...) La razón de la forma está, pues, por entero en la función actual ó pasada.”2
Santiago Ramón Cajal
estudio experimental en el que se administre EtOH. En los seres humanos algunos de los
alimento (en calidad y cantidad) y menos a los efectos de la ingesta del EtOH per se. Por
ello, para deslindar los efectos propios del EtOH de los debidos a la alimentación, es
menester asegurarse de que los animales en experimentación, a la vez que intoxicados por
el EtOH, estén adecuadamente alimentados. Sólo así podrá asegurarse que los efectos
AMF este deslinde es crítico ya que simples alteraciones nutricionales pueden provocar
En los dos protocolos de EPE (sin y con prevención del daño), durante el período de
intoxicación pregestacional, las hembras de los grupos que recibieron EtOH en el agua de
1
“Por consiguiente, parece claro que la responsabilidad de la madre alcohólica sobre el porvenir de sus niños
es abrumadora, tanto desde el punto de vista físico como psico-afectivo.” Rouquette, 1957; pág. 54.
2
Ramón Cajal S, 1899; pág. viii.
221
Discusión
menos calorías de él derivadas que las de los grupos control (Control y CS y CB) (Fig. 24;
Anexo VI, Tabla 1). Esto era de esperarse dado que el método de alimentación al que
fueron sometidas fue apareado en cuanto al VCT diario que recibían. Pero el VCT por
ambos grupos fue el mismo (Figs. 28 y 29; Anexo VI, Tabla1). También era esperable que
los animales que bebían la solución de EtOH, por su natural aversión al tóxico, bebieran
menos líquido que los animales control (Fig. 25; Anexo VI, Tabla 1) y eso fue lo que
sucedió. A pesar de que las hembras de los grupos EtOH, ES y EB bebieron diariamente
un 27,64% menos de líquido que las hembras de los grupos Control, CS y CB, no se
ambos protocolos estuvo dentro de los límites del consumo considerado normal (20-50
Tabla 1, el VCT diario recibido por ambos grupos de animales (controles y tratados) fue
estadísticamente equivalente.
alimentación no fue igual desde el punto de vista del VCT diario recibido por ambos grupos
de animales sino desde el punto de vista de las kCal recibidas a partir de los componentes
plásticos de la dieta, es decir, del alimento. Estas kCal plásticas fueron las que aseguraron
la igualdad de nutrición de las hembras, hecho de la máxima importancia para los fetos en
Anexo VI, Tabla 1). Si se analiza en detalle la Tabla 1 del Anexo VI se observa que lo
los animales del grupo EtOH no variaron prácticamente su consumo entre el período de
222
Discusión
ó 60,56 ± 12,39 versus 59,9 ± 6,31 g/kg/d; una variación en menos de alrededor de 1,1%).
Por otro lado, los animales del grupo Control lo disminuyeron (espontáneamente) en forma
más notoria (184,3 ± 43,14 versus 160,7 ± 15,01 kCal/kg/d ó 73,71 ±17,26 versus 64,28
las hembras gestantes de todos los animales aumentan su ingesta de alimento. Sin embargo,
grupo sino desde el punto de vista del consumo de cada animal individual dentro de cada
grupo. Así, en realidad, los animales de ambos grupos aumentaron su ingesta de alimento
mayor en los animales individuales del grupo EtOH que en los del Control. Parecería que
las hembras gestantes del grupo EtOH hubieran percibido de alguna manera sus mayores
el efecto anorexígeno propio del EtOH) en mayor medida de lo que lo hicieron las hembras
del grupo Control. Así, individualmente consideradas, las hembras del grupo Control
versus 19,59 ± 2,361 g/animal/d ó 45,33 ± 10,45 versus 48,97 ± 5,9 kCal/animal/d) en tanto
que las del grupo EtOH lo hicieron en casi un 18,4% (13,92 ± 2,635 versus 16,48 ± 2,08
g/animal/d ó 34,8 ± 6,59 versus 41,2 ± 5,2 kCal/animal/d). En esta explicación de las
variaciones de los niveles de consumo de alimento entre un período y otro del tratamiento,
de uno y otro grupos de animales, debe también tenerse presente el efecto debido a la
223
Discusión
diferente cantidad de animales en uno y otro grupo (n = 4 y 6 para los grupos Control y
EtOH). Esto hace que, consideradas por unidad de peso corporal, las hembras de ambos
desprende de lo que se observa en la Fig. 24) cuando lo que realmente sucedió es que,
Algo en todo similar es lo que se puede decir con respecto al consumo líquido, para
ambos grupos de tratamiento (cfr. Figs. 25 y 26 y Anexo VI, Tabla 1); parecería que las
hembras Control hubieran bebido menos líquido durante la gestación que antes de ella si
se considera el consumo por unidad de peso corporal, cuando lo que en realidad sucedió (lo
mismos es válido para las hembras EtOH) es que aumentaron el consumo de líquido (como
sería lógico esperar) si se las considera, ahora, desde el punto de vista individual de cada
hembra.
Nuevamente, considérese la Tabla 1 del Anexo VI. Se aprecia que durante la gestación,
si bien el VCT fue significativamente mayor en los animales EtOH que en los Control
cuando lo relacionamos a la unidad de peso corporal, ese aumento no lo fue tanto cuando
consumo de alimento según surge de considerar las Figs. 51 y 56. El hecho de que las
hembras del grupo EB consumieran significativamente menos alimento que las del grupo
CS puede ser atribuido con mayor seguridad a sus diferencias de peso al inicio de la
3
Y son las hembras individuales las que, finalmente, paren a las crías y no su unidad de peso corporal.
224
Discusión
gestación que a un efecto de la buspirona per se. Los mismo puede decirse acerca de los
se lo refiere al grupo control (CS; ANOVA + post-test de Dunnett; figura no mostrada), las
grupo CB han bebido algo más que las de los grupos ES y EB pero, sabemos, los animales
que recibieron EtOH bebieron espontáneamente menos que las que no y, por otro lado, no
hubo diferencias entre el consumo de CB con respecto a CS. Más aún, no hubo diferencias
significativas entre el consumo de líquido de los animales que, habiendo tomado EtOH,
recibieron o no buspirona (ES y EB). De todo ello es legítimo suponer que en este
general, o de EtOH en particular, y ello a pesar de que existen trabajos que relacionan la
administración de buspirona con una merma en el consumo de EtOH por parte tanto de
humanos alcohólicos (Fawcett et al., 2000; Lovinger, 1999) como de ratas expuestas al
Por último, sobre el ingreso de calorías diariamente durante la gestación (Figs. 55 y 56;
Anexo VI, Tabla 2), de los resultados obtenidos y ya expuestos, tampoco se puede decir que
hay nada llamativo que se pueda agregar a lo expuesto en las respectivas secciones de los
resultados más allá de que todos los parámetros que aquí se consideran no se alteraron con
225
Discusión
con el alimento, la bebida y las calorías de ellos derivados. Ahora bien, ¿qué sucedió con
pregestacional y gestacional en los protocolos de EPE (sin y con prevención del daño)?
porcentaje del VCT diario que representó exclusivamente el EtOH entre uno y otro
unidad de peso corporal o individualmente de cada animal; cfr. la Fig. 53 con la 52).
Tal como era de esperar, los animales que más EtOH consumieron diariamente fueron
los machos adultos y adolescentes. Estos animales exhibieron no sólo el mayor consumo
sino también el rango de consumo más amplio y el mayor nivel máximo. En comparación,
las hembras bebieron menos EtOH que los machos, estuvieran preñadas o no. Las hembras,
226
Discusión
bebida. Por último, a pesar de lo que se observa en el cuadro (véanse más arriba las
aclaraciones pertinentes) las hembras de los grupos ES y EB del protocolo de EPE con
Los consumos observados en nuestros protocolos están en relación con los niveles de
consumo que han observado otros investigadores utilizando igual método de exposición al
525-1279 ml de whisky (de 40º). Ahora bien, este trabajo ha versado, principalmente, sobre
los efectos del AMF, por lo que, extrapolados ahora estos niveles al consumo que
4
Cfr. el Anexo V (Métodos experimentales de exposición de animales al etanol. Ventajas y desventajas de
cada uno) y especialmente lo dicho en los puntos VII.5.1. (Administración en el agua de bebida) y VII.5.5
(Administración por dieta líquida).
227
Discusión
whisky. Siempre diariamente durante todo el embarazo. Nadie diría, en presencia de una
tal hipotética mujer, que estos niveles de consumo sean bajos. Y posiblemente no
determinarían alcoholemias bajas en las mujeres. Sin embargo, en nuestras ratas, las
alcoholemias a las que dan lugar estos niveles de consumo sí son bajas. Recuérdese
entonces aquí que las ratas tienen una velocidad de metabolización del EtOH que es de 2-3
veces mayor que la que poseemos los humanos (300 versus 100-150 mg/kg/h).5
metabolización, le administramos a nuestra hipotética mujer 2-3 veces menos EtOH en cada
uno de los tipos de bebidas. Las cifras anteriores se convertirían en alrededor de 1000-3654
a lo largo de todo un día, quizás sí podría decir ahora, más de una mujer alcohólica, que
estos son niveles de consumo bajo. Más adelante analizaremos lo que, en las ratas crías de
madres alcohólicas producen estos bajos niveles de alcoholemia. Un daño desde ningún
Hablemos ahora entonces de las alcoholemias medidas en las ratas de los distintos
protocolos. ¿Por qué decimos que son bajos niveles de alcoholemia? Porque las
unidades más frecuentemente usadas en el ámbito legal, 0,15-0,25 g/l) caen dentro de lo
la práctica, notable para un observador externo y, muy posiblemente, tampoco por el mismo
5
Cfr. sección I.3.1 (Farmacocinética) en la Introducción.
6
Cfr. la Tabla 2 (Relación de los distintos niveles de alcoholemia con las manifestaciones cognitivo-
conductuales observables en el ser humano agudamente intoxicado) en la subsección I.3.5. de la
Introducción.
228
Discusión
sujeto alcoholizado. Seamos aún más gráficos: en los términos de la hoy vigente Ley de
podrían haber conducido automóviles (de haber podido, sabido y querido) ya que la
alcoholemia máxima permitida para ello es de 500 mg/l (= 50 mg/dl). En más de una
ocasión podrían, incluso, haber conducido motocicletas (límite máximo: 200 mg/l). Más
aún, hemos visto que nuestras ratas hembras o machos; adultas, adolescentes o infantes;
cuando fueron evaluadas con las escalas de Nixon y Crews (2004) y Slawecki (2002). En
ambas escalas, siempre puntuaron nivel 0 (cero).7 Igual sucedió al retirar bruscamente el
EtOH cuando se las evaluó en busca de signos de abstinencia con la escala de Penland et
al. (2001).
Todos los motivos anteriores de consuno son los que permiten afirmar taxativamente que
las alcoholemias fueron bajas más allá aún de las propias mediciones realizadas en el
alcoholemias, y mantenidas por mayor tiempo, mayor daño cerebral (Pierce y West, 1986).
Del mismo modo, el nivel de alcoholemia que se alcance, en comparación con la dosis total
más preciso del daño tisular inducido. Estos factores se deben, nuevamente, a las
7
Cfr. subsección III.2.4. (Evaluación conductual de la intoxicación y la abstinencia) en la sección de
Materiales y Métodos.
229
Discusión
et al., 2003).
mantengan por sobre los 200 mg/dl durante más de 8 horas al día en ratas de edad P7
(Ikonomidou et al., 2000). Prenatalmente, por otro lado, con alcoholemias de niveles algo
menores (171 mg/dl; pero siempre altas en comparación con las obtenidas en nuestro
las regiones corticales, un retraso y a la vez extensión del período de generación de los Nb
con el mismo momento de origen; quizás más importante aún, se alteró la distribución
intracortical de las neuronas generadas en un día particular, esto es, su localización resultó
alterada (Miller, 1986). Más abajo se verá que algo similar se encontró en nuestros
experimentos.
En ratones adultos se ha visto que bajos niveles de alcoholemia (15-21 mg/dl) son ya
hipocampo, alteraciones que son reversibles por el simple ejercicio físico (Crews et al.,
mg/dl y 44,3-142,7 mg/dl) son capaces de provocar disrafias del tubo neural (alteraciones
del cierre) tanto en la placa del piso como en la placa del techo (Zhou et al., 2003).
Por lo tanto, se ve claramente que las alcoholemias bajas si bien no inducen en los
230
Discusión
provocar las alteraciones morfológicas macro y microscópicas del desarrollo del SNC
La medición seriada del peso corporal de los animales sometidos, a cualquier edad, a la
exposición crónica al EtOH es uno de los principales parámetros que permiten evaluar el
de buena salud global. Es fácil imaginar que este parámetro general de salud será de más
frecuente alteración en aquellos animales que ven fácilmente alterada su evolución ponderal
ante muchas noxas. Es lo que, día a día, hacen los pediatras al evaluar el peso de los recién
Por otro lado, hemos visto que, ya con Rouquette (1957), uno de los tres elementos
semiológicos del FAS en cualquier sistema diagnóstico de los FASD es la evolución del
peso pre- y postnatalmente.8 Por ello es que en este trabajo se dedico especial cuidado a su
medición evolutiva, día a día desde antes de la gestación hasta 90 días luego del parto (154
días, o más).
exposición pregestacional fue paralelo para ambos grupos de tratamiento (Figs. 30 y 31;
8
Cfr. Anexo I (Síndrome Alcohólico Fetal (FAS) y trastornos asociados. Criterios diagnósticos).
231
Discusión
Anexo VI, Tabla 1). Sin embargo, el aumento de peso fue mayor, y significativo, para las
hembras Control; para las hembras expuestas al EtOH, en tanto, si bien al finalizar este
período no difirieron estadísticamente del peso de las Control, mostraron un aumento que,
a diferencia del de las Control, no fue significativo con respecto al peso de inicio (Fig. 30;
Anexo VI, Tabla 1). Este hecho está indicando que, por efecto del consumo obligado de
EtOH, las hembras de este grupo mostraron un leve efecto anorexígeno. Sin embargo,
durante la gestación las hembras de ambos grupos mostraron un aumento de peso armónico
y en todo paralelo (Fig. 30, y 31 especialmente; Anexo VI, Tabla 1) hecho que habla a las
claras de la salud general de esas preñeces. Tras el parto y la lógica brusca disminución del
peso por la eliminación del feto, las membranas ovulares y los líquidos correspondientes,
las hembras del grupo EtOH retomaron el aumento de peso con una pendiente levemente
mayor que las del grupo Control, acercándose al peso de estas hacia el final de la lactancia
(Figs. 30 y 31) incluso a pesar de que estaban dando de mamar a sus crías. Nuevamente,
En el protocolo de EPE con prevención del daño, se puede apreciar que la evolución del
peso gestacional de las hembras de los 4 grupos de tratamiento fue en todo paralelo (Fig.
57, de mejor apreciación en la curva de la Fig. 58; Anexo VI, Tabla 2). Se observa también
que ni la evolución del peso ni los pesos finales se vieron alterados por la administración
de buspirona o solución salina por vía sc a las hembras de este protocolo entre los días E13-
E20. Nuevamente, luego del brusco descenso de peso postparto, los cuatro grupos de
hembras que amamantaron a sus crías (esta vez, y a diferencia del protocolo anterior) sin
recibir EtOH, aumentaron de peso también de manera armónica y comparable entre sí (Fig.
58).
232
Discusión
animales control (Control y Control/R) y los tratados (EtOH y EtOH/R). A este respecto
días. Las camadas habidas de los distintos grupos de tratamiento en uno y otro protocolos
fueron de tamaños estadísticamente equivalentes (Fig. 32 y 59; Anexo VI, Tablas 1 y2). El
peso al nacer de estas crías (parámetro importantísimo de salud fetal) tampoco difirió
estadísticamente aunque se observó una leve tendencia a ser menor el de las crías de las
madres del grupo EB en el protocolo de EPE con prevención del daño (algo más notable
en las crías hembras; Fig. 59 y Anexo VI, Tabla 2). Si bien estadísticamente las diferencias
de peso no fueron significativas, nótese que el peso al nacer de las crías machos y hembras,
en este protocolo, presenta el mismo perfíl, con una leve disminución no significativa
233
Discusión
(reitero a riesgo de resultar repetitivo en demasía) paras los/las hijos/as de los grupos que
finalidad de determinar si esta aparente tendencia en la disminución del peso de las crías
La cantidad de machos nacidos por cada hembra nacida parece haber sido levemente
menor para las madres sometidas a EPE. Este es un efecto que ya se ha observado en
humanos: los fetos masculinos son más sensibles que los femeninos a los efectos
intrauterinos del EtOH y terminan en aborto más frecuentemente lo que podría causar una
menor tasa de natalidad de varones entre los hijos de madres alcohólicas (Spohr y
Steinhausen, 1996). Ahora bien, en el EPE sin prevención del daño, aunque
con prevención del daño por administración de buspirona, aunque las diferencias fueron
(Fig. 59 y Anexo VI, Tabla 2). Al igual que en el caso del peso, es necesario aumentar la
fuerza estadística se incrementa. Mientras tanto, cabe preguntarse: ¿tendrá algún/os efecto/s
la buspirona sobre el sexo de las crías nacidas tras la EPE? ¿Prevendrá la buspirona el
Tras nacer, el peso postnatal de las crías en ambos protocolos de EPE fue aumentando
234
Discusión
temporal desde P0 hasta P21 en el protocolo de EPE sin prevención del daño (Fig. 33) y
desde P0 hasta P88 en el de prevención del daño con buspirona (Fig. 60). Es importante
destacar, en este último caso que, a pesar de las diferencias de tratamiento prenatales, la
ponderal postnatal incluso hasta bien entrada la adultez de las crías. Otro hecho más que
Se sabe que el consumo de EtOH por parte de madres que están en período de
crías lactantes (Heil y Subramanian, 1988; Little et al., 1989; Mennella, 2001; Mennellay
Beaucham, 1991). Sin embargo, en el protocolo de EPE sin prevención del daño no hubo
diferencias en la ganancia de peso durante el período postnatal en el que las crías recibieron
EtOH a través de la leche materna hasta el momento del destete y fijación (P21),
comparado con el de las crías Control (Fig. 33). De este modo, la ingesta por vía oral, en
la leche materna, de bajas concentraciones de EtOH9 no indujo ningún daño físico mayor.
En fin que, de todo lo dicho, sumado a que en ningún caso se observó la presencia de
9
Cfr. subsección I.3.3. (Farmacocinética materno-fetal y en el recién nacido).
235
Discusión
propósito para escudriñar las células del tejido nervioso (colorea al 100% de las células
ello se prefirió, por sobre otras técnicas más modernas pero menos rendidoras, “al sencillo
que se encontraron en la CxF de las crías macho de edad P21 sometidas a EPE sin
Buscando lo que estas alteradas neuronas piramidales pudieran significar me topé con
literatura reciente que les adscribe un origen, en general, artefactual. Serían originadas por
la mala manipulación de los cerebros tras ser fijados, por una fijación defectuosa o
retrasada (extenso tiempo de autólisis postmortem). Así, en dos trabajos recientes, Bernard
Jortner (Jortner, 2005, 2006) se alinea entre los que taxativamente afirman que las neuronas
“oscuras” (como las llama este investigador) son simples artefactos de técnica. Entre sus
referencias cita 5 veces a Jan Cammermeryer –a quien sigue en sus ideas– y previene sobre
entonces, para nuestros hallazgos, si esto fuera así). Muestra una muy ilustrativa fotografía
10
Cfr. Outes, 1981, pág. 43.
11
Cfr. Ramón Cajal, 1899; tomo I, pág. 118.
236
Discusión
decapitación; eran animales de edad P16 y mayores. Sin embargo, en animales más jóvenes
(de P0-P12 días de edad) a esas neuronas oscuras, no las observó nunca. El autor concuerda
con Cammermeyer y otros en que las células oscuras son un artefacto evitable. Pero sus
artefacto dependa del estado madurativo de la neurona en cuestión. Luego veremos que
esto puede estar relacionado con el citoesqueleto, los Nfs más específicamente, y en
particular con la forma como cada uno de los tipos de proteínas que conforman a los Nf (68,
160 y 200) se van agregando a estos según va madurando la neurona. Pero vayamos ahora
Este neuropatólogo belga mudado a los EUA, en una serie de artículos muy citados, pero
neuronas oscuras son simples artefactos de técnica. En este artículo, una revisión, hace gala
de erudición citando 165 referencias bibliográficas entre las cuales a muchos grandes de la
12
Recordemos al pasar que Jortner es profesor de patología en el Colegio Regional de Medicina Veterinaria
de Virginia-Maryland, en EUA (¡!). Y no menciona para nada a Gallyas (véase más abajo), en sus trabajos.
Parecería no haberlo leído.
13
El artículo lleva el sugestivo título “La importancia de evitar las neuronas «oscuras» en neuropatología
experimental” (Cammermeyer, 1961). Se comprenderá mi desazón al leer su título.
237
Discusión
en nuestro trabajo) con un oligodendrocito “hinchado” (¡!) y como tal lo señala en su figura
1C (Fig. 96). A pesar de que muestra excelentes fotografías (como la de su figura 2C)
tampoco él explica por qué estas células artefactuales se ubican, extraña y llamativamente,
en columnas, exactamente del mismo modo en que las hemos visto nosotros (Fig. 96).15 En
14
Usó fijadores en soluciones tan ácidas como pH 1,5-4,5 que alteran la carga de las proteínas citosólicas,
según sabemos hoy pero que bien podría fácilmente haber intuido entonces.
15
Es muy posible que Cammermeyer haya desconocido, al momento de escribir su trabajo, aquel en el que
Mountcastle describió la organización columnar de las neuronas en la corteza somatosensorial del gato
(Mountcastle, 1957).
16
Sinonimia recopilada por Cammermeyer (Cammermeyer, 1961) (entre paréntesis el autor y año de la
primera descripción): célula oscura o cromófila (Koneff, 1886, 1887); células cromófilas, osmiófilas o
argirófilas (Kotlarewsky, 1887); célula picnomorfa (Nissl, 1895); célula retraída y oscura (Ramón y Cajal,
1909); célula cortical contraída, célula retraída del ganglio sensorial (Ramón y Cajal, 1913); célula contraída
o retraída, contracción o retracción simple, célula ganglionar esclerótica (Spielmeyer, 1922); célula
hipercromática (Miskolczy, 1925); célula especial del lóbulo del cíngulo y del lóbulo de la ínsula (von
Economo, 1925, 1926); célula homogenea retraída (Gildea y Cobb, 1930, 1931); célula pescado (Stern,
1936); célula de Purkinje tipo II (Hydén, 1943); cromofilia, hipercromasia, cromofilia extrema, cromofilia
de actividad incialmente aumentada, cromofilia de actividad disminuida (Einarson, 1945, 1946); células
ganglionares multiangulares sensibles a la formalina (Bacsich y W iburn, 1953); célula siderófila (Hägqvist,
1958); reacción axonal primaria (Grünthal y W alther-Büel, 1960).
238
Discusión
alteración.
alteraciones nucleares visibles al óptico, las han constatado también, en nuestro medio: i)
Tagliaferro et al. (2006), han descripto, con técnicas de ICQ para la MAP-2, cambios
estructurales similares en las dendritas apicales (que transcurren por el stratum radiatum)
de las neuronas piramidales del área CA1 del Hipp en experimentos de exposición crónica
de ratas Wistar a un agonista de los receptores cannabinoides (el WIN-55,212-2) (Fig. 97);
ii) Ramos et al. (2000), tras la exposición crónica de ratas Wistar a una droga (la p-
239
Discusión
la TPH, han mostrado también alteraciones estructurales del citoesqueleto (con ICQ para
actividad de NADPH-diaforasa e
alteraciones, M.G. tenía un cuerpo calloso Figu ra 98. M icrosco pía óp tica de las capas III y V de la co rteza
órbitofrontal anterior del cerebro de M .G . A rriba, grupo neuronal
anorm al con d isp osición en islote; tod as las neuronas con
d en dritas ap icales en sacaco rch o. E n m e dio , n eu ro n a s
adelgazado notoriamente en su porción ano rm ales en la capa V de la m ism a región , algu na s no rm ales y
otras con la m ism a alteración. A bajo, nótese la dendrita apical en
sacacorcho (p unta de flecha neg ra) en una neurona q ue
posterior)18 (Fig. 98); v) más atrás en el co nserva u n núcleo de a sp ec to aún norm al co n nucléo lo eviden te
sim ilar a los nuestros. E sta neuro na, seguram ente , era to davía
vital al m om ento de m orir M .G . M odificado de B enítez et al., 1996.
17
M.G., alias “La Iguana”, un psicópata grave, antisocial, ladrón y asesino. Murió al intentar escapar de una
persecución policial.
18
Exactamente igual que el cuerpo calloso de Ángela (cfr. en la subsección I.1. la Fig. 1A).
240
Discusión
tiempo, Jacinto Carlos Orlando (Orlando, 1952), en su tesis doctoral apadrinada por Braulio
Moyano, mostró con el Nissl, neuronas piramidales con esclerosis y atrofia celular en las
claramente retraídas y con dendritas en sacacorcho (Fig. 99); vii) cinco años antes, Braulio
A. Moyano en su tesis doctoral (Moyano, 1933), apadrinada por su maestro, Ch. Jakob,
dementes (Fig. 99). Moyano, en su descripción de la atrofia de Pick, hace explícito que
a esta alteración).19 Dice Moyano:20 “Las células presentan los grados sucesivos de la atrofia
flexuosas, el núcleo opaco, la sustancia cromática (del citoplasma) forma una masa
compacta, amorfa” (las itálicas son mías). En otro lugar (Moyano, 1954), tras mostrar la
caracteriza por la retracción y oscurecimiento de la célula, los senderos claros que dejaban
19
Una de las descripciones que, entre otras, tildara de inexacta Cammermeyer en 1961.
20
Moyano, 1933; pp. 41-42.
241
Discusión
21
Moyano, 1954; t. II, pág. 23. Veremos luego, en la explicación que da Gallyas en 1992 y 2004 a estos
fenómenos, que afirma lo mismo que decían ya Moyano y Spielmeyer 60 a 80 años antes.
242
Discusión
en cerdos (Papadopoulos et al., 1999); vii) un modelo de dolor neuropático crónico por
constricción nerviosa periférica (Mayer et al., 1999); viii) un modelo de injuria neuronal
leve (por nado forzado) o severa (por inyección local de ácido iboténico en el hipocampo)
ácido kaínico en la amígdala de ratas (Hajnal et al., 1997); x) en modelos de lesión por
distintos tipos de descargas eléctricas (Islam et al., 1994; Zsombok et al., 2005); xi) en un
más prominente en las capas II-IV de las CxF y entorrinal (Yang et al., 2005) y en otro
piramidales de las capas III y V de la CxF de ratas viejas normales (20 meses edad) que
algunas dendritas apicales tenían una estructura claramente en sacacorcho (Schroeder et al.,
2003).22
quien muestra, bajo el título de degeneración fibrilar de Alzheimer (¡¿?!), dos neuronas al
alambre” (Bleuler, 1967). No podía ser de otra forma, y también don Santiago Ramón y
antecedente más remoto, a quién el mismo Cajal cita, es un trabajo de 1898 del belga Jean
22
Cfr. su Fig. 3Db.
23
Eugen Bleuler (1857-1940), el psiquiatra suizo a quien se debe la denominación actual de las
esquizofrenias.
243
Discusión
haber realizado experiencias en amebas, leucocitos, Figura 100. E stado m oniliform e de las
neuronas. A rrib a, en la corteza cerebral d e
p erros “m orfinizados” (m od ificad o d e
heliozoarios, Actinospaerium, y otros organismos D em oor, 1896) y abajo, neuronas olfatorias
d e ranas som etid as a la acción de la
co ca ína (m odifica do de D em oor, 18 98 ).
perros, ranas (Fig. 100) y ratones sometidos a intoxicación con cocaína, alcohol, hidrato de
Más allá de que las teorías explicativas que ensaya han sido dejadas de lado hoy en día
mecanismo de producción del sueño o del pensamiento) debe reconocérsele a Demoor que
intuyó que este estado de la neurona (también llamado estado perlado de Renaut o
24
Como siempre, y con muchas otras cosas, debo mi eterno agradecimiento a mi gran amiga Patricia
Tagliaferro quien pudo conseguir para mí (¡en archivo .pdf!) el artículo original de Demoor en la National
Library of Medicine de EUA, por intermedio de la National Institute of Health Library.
244
Discusión
Véanse más arriba, la Fig. 34 de esta tesis y Figura 101. C o rre sponde a la figura 30 de la
N europ atolog ía de Sp ielm eyer. V éase la descripción
en el texto.
confróntesela con la de Spielmeyer. Huelgan las
palabras.
específicas para este tipo de neuronas (también llamadas oscuras o argirófilas por distintos
autores). Algunos de estos colorantes son: i) el fluoro-jade C (Schmued et al., 2005) y ii)
et al., 2000). Además de estos dos últimos métodos, existen también otras técnicas
tintoriales histológicas (todas ellas, impregnaciones argénticas) para poner en evidencia este
tipo de neuronas: el método de la argirofilia III (Gallyas et al., 1990) y la técnica amino-
25
En la página 231 de su trabajo hay dos frases premonitorias: i) “En la neurona, el estado moniliforme es
una reacción de contracción” (¡!); y ii) “El estudio en profundidad de la fisiología de las espinas o apéndices
piriformes dará probablemente la solución al problema” (¡!). ¡Más de 100 años después seguimos debatiendo
los mismos problemas!. Paradojas de la historia, a pesar de las excelentes descripciones de Demoor, Ernesto
Lugaro (psiquiatra italiano e introductor del término plasticidad en referencia al tejido nervioso) por no
encontrar en sus propios experimentos los mismos hallazgos que Demoor, había tildado a este de cometer
errores en su técnica experimental, ya en 1896 (Demoor, 1898).
245
Discusión
una explicación acerca del origen de la morfología de estas neuronas que, a mi modo de
de lo que Gallyas postula a fin de evitarme Fi g ura 102. G ráfico q ue intenta exp licar los p rincip ios
energéticos im plicados en la teoría de la tran sición de fase
gel-a-gel de la co m pactación u ltraestructural holocelular d e
G allyas. V er en el texto los d etalles d el p roceso. M od ificad o
disquisiciones más largas. de G allyas, 1992.
“La teoría de la transición de fase gel-a-gel postula que numerosos sitios de unión no
covalente de las proteínas en el “citoplasma acuoso” están involucrados no en mantener su
conformación, tal como se la observa in vitro, sino en acompañar mutuamente la conformación
in vivo de cada una, uniendo iones potasio y adsorbiendo moléculas de agua en múltiples capas
ordenadas. La estructura en gel resultante, que es continua en toda la célula y se ancla a los
elementos ultraestrucuturales “visibles” [las organelas], almacena energía en forma de uniones
no covalentes. Si esta energía libre almacenada se libera en cualquier punto intracelular por
acción de algún tipo de energía de activación exógena, tal energía servirá como energía de
activación para los puntos vecinos (principio del dominó) [Fig. 102]. Si se asume como cierta
la existencia de tal estructura citoplasmática en gel, la compactación ultraestructural de toda
la célula que se ve en las neuronas consiste de dos estadíos, que son los siguientes: una fuerza
física o un proceso patometabólico transmite la energía de activación solamente a un punto en
cada dominio somatodendrítico (estadío inicial) y su ultraestructura deviene compactada en el
próximo estadío. Subsecuentemente, en este punto inicial, el cambio conformacional de las
moléculas proteínicas se acompaña por la liberación de moléculas de agua e iones potasio, y
se propaga por toda la estructura del gel gracias a la liberación de energía libre no covalente
almacenada (fase de propagación). En otros términos, se propaga por todo el gel citoplasmático
246
Discusión
Nótese que el proceso de propagación que postula Gallyas ya había sido intuido u
observado 100 años antes (Demoor) y que es en las espinas dendríticas donde la MAP-2,
molécula crítica del citoesqueleto y que regula el estado de polimerización de los MTs, se
halla libre y en estrechísima relación molecular con los eventos sinápticos (potenciación
él interpreta como habiendo absorbido parte del agua extruída de la neurona afectada por
el proceso descripto (es más que factible si se recuerdan las funciones del astrocito como
tampón de potasio extracelular y sus conexiones con los vasos sanguíneos por medio de sus
pies chupadores). Cammermeyer, por otro lado, en su trabajo de 1961, muestra excelentes
26
Cfr. I.5.3.2. (La proteína asociada a los microtúbulos de tipo 2) y la subsección VII.4.4. (Estrucutra de
la proteína asociada a microtúbulos de tipo 2 (MAP-2)) del Anexo IV (Estructura de ciertas proteínas
relevantes al presente trabajo) en esta tesis, y, especialmente, la excelente revisión de Sánchez et al., 2000.
247
Discusión
9B,D,F) con claros y amplios espacios perineuronales del mismo tipo de los que se
observan en la Fig. 50L de este trabajo, marcado por cabezas de flecha blancas. En los
cortes al Nissl, si se observa en detalle a las neuronas más retraídas de la Fig. 34G,H,I, se
puede detectar un delgado halo claro perineuronal refringente, compatible con un delgado
Más allá del factor “etiológico” que potencialmente determine el inicio de este proceso
de retracción, una vez que ha comenzado, según Gallyas, el cambio se propaga por toda la
aspecto morfológico observado, en sí mismo, no sería más que la traducción visible del
daño a una vía final común. Vía final común que, en virtud de varios elementos que
veremos más adelante, es factible que sea es el citoesqueleto y, como afirma Gallyas en su
Otro aspecto importante a destacar en esta subsección con respecto a los hallazgos en
los cortes al Nissl en las ratas machos de edad P21 sometidas a EPE, es la presencia (entre
las mismas neuronas afectadas por la Zellschrumpfung) de una célula que tiene todo el
célula se encontró en la CxF de animales en los que, según hemos visto (Fig. 8 abajo, Fig.
27
Es posible que este espacio perineuronal no se observe tan claramente en los cortes al Nissl de la Fig. 34
porque son, recuérdese, cortes gruesos de vibrátomo, de 50 :m de espesor, que fueron cortados con la
finalidad principal de realizar experimentos de ICQ. Si estos espacios perineuronales estuvieron presentes
alrededor de las neuronas retraídas quizás se hubieran puesto mejor en evidencia con cortes más finos,
incluidos en parafina y realizados con micrótomo.
248
Discusión
animal que habría sido destetado de no haber sido fijado. Pero ténganse en cuenta a este
respecto, varios trabajos previos de otros investigadores que indican que el EtOH, actuando
durante el desarrollo, induce un retraso (delay) general en todos los procesos madurativos
(Miller, 1986, Vallés et al., 1996, 1997). No sería descabellado especular aquí con que el
han detenido su migración sin alcanzar a diferenciarse a neuronas.29 De cualquier modo que
hubiera sido, para desentrañar este misterio sería necesario emprender nuevos
experimentos.
Ahora bien, cómo explicar, siquiera tentativamente, las alteraciones observadas en las
Hemos visto que en la mayoría de los trabajos sobre las neuronas “oscuras”,
adultos y, con menor frecuencia, en las capas II-VI (es decir, todo el grosor del derivado de
la original PC). En el trabajo de Benítez et al. (1996) vimos que las neuronas alteradas se
disponían en las capas III y V de la corteza órbitofrontal anterior pero también en islotes
28
No podemos saber, en rigor de verdad, sólo por su aspecto morfológico, si estaba migrando o no; quizás
estaba detenido en su migración. Pero, migrando o no, lo cierto es que es un Nb bipolar. Cfr. las Fig. 34C 5
con la Fig. 9 izquierda. Por otro lado, no pude encontrar ni una célula similar en los animales Control, a pesar
de haber inspeccionado los cortes muy exhaustivamente.
29
Especulemos. Si ese Nb hubiera estado destinado a dar origen a una macroneurona, es evidente que no ha
terminado de migrar radialmente, ya que estas se detienen tras hacer contacto con las cC-R en la ZM/PP. Si,
por otro lado, hubiera estado destinada a dar origen a una microneurona (originada en la eminencia
gangliónica lateral y arribada a la PC tras migrar tangencialmente por la ZI), se detuvo en su migración radial
final y en su diferenciación antes de haber originado una pirámide pequeña o una célula estrellada.
249
Discusión
¿Existe algún factor unificador que pueda explicar estas distintas presentaciones
lesionales? En tren de especulación se podría decir que si una hipotética noxa actúa durante
de actuación de la noxa se vieran afectados en una región particular, la imagen que uno
esperaría ver en el adulto (en caso de que las celulas migraran finalmente y no murieran por
apoptosis o necrosis) sería la de neuronas dispuestas con una organización laminar (en una
o varias capas) ya que, en principio, habrían migrado todas durante el período de acción del
la del particular momento durante el cual se desarrolló tal área (los conocidos períodos
embriología).31
30
Sumado esto a la alteración del cuerpo calloso del cerebro de M.G., en todo igual al visto en Ángela (Fig.
1), y que se sabe que puede ser originado por el AMF (Bookstein et al., 2001, 2007; Miller et al., 1999; Paul
et al., 2007), he llegado a preguntarme: M .G. ¿habrá sido hijo de una madre alcohólica? Imposible saberlo
ya.
31
Una noxa, actuando en un determinado momento, puede afectar el desarrollo de determinada área cortical
y no de otras. Por ejemplo, podrá afectar, potencialmente, el área 11 de Brodmann (órbitofrontal); así podría
explicarse lo visto en el caso M.G. de Benítez et al. (1996). O podrá afectar potencialmente las áreas 17, 18
y 19 (occipitopolares); así podría explicarse también la polimicrogiria del lóbulo occipital que se ha
observado en la RM N de Ángela (Fig. 1). Más aún: en virtud de que cada área cortical finaliza su maduración
a distintas edades postnatales, diferentes de la de las otras áreas (recuérdense las áreas mielogenéticas
primordiales, intermediarias y terminales de Flechsig –1896– y la finalización de su mielinización a distintas
edades postnatales), una misma noxa de actuación prenatal podrá manifestarse en su acción en distintos
momentos de la vida del sujeto que la sufrió. Y, según el área afectada, se manifestará en la forma de distintos
cuadros clínicos, a semejanza de lo que ocurre con un epiléptico cuyo foco epileptógeno está en la amígdala
o en el occipital. Misma noxa, mismo mecanismo de daño, distintas manifestaciones neuropsiquiátricas.
250
Discusión
la hipótesis de la unidad radial de Rakic (Rakic, 1988, 2003a) que postula, no sólo que los
Nb postmitóticos migran siguiendo el andamiaje que les proveen las cGR, sino también que
los Nb que migran por una misma fibra radial tienen un orgien clonal (es decir, son
adelante en el desarrollo–) (cfr. Fig. 6), y que estos Nb se disponen finalmente en la misma
columna cortical, es factible especular con que la clara disposición columnar lesional
observada en nuestras ratas podría estar indicando que el EtOH, de algún modo, lesionó
leve pero certeramente a un grupo particular de cNEp o cGR (una leve lesión clonal de
células madre). Así, éstas se habrán multiplicado repetidas veces por mitosis, habrán dado
capas corticales dentro de las mismas columnas. Posteriormente, tras diferenciarse los Nb
a neuronas maduras, tras extender neuritas para establecer circuitos y contactos sinápticos
a la vez que expresaban nuevas proteínas de Nfs para consolidar su citoesqueleto y la forma
¿En qué momento y cuál pudo haber sido el factor determinante de la aparición de la
mismas neuronas afectadas o, quizás también, interno a ellas y determinado por alteraciones
en la estructura de los mismos Nfs. O el mismísimo EtOH. Pero, cualquiera que fuera el
origen, podemos ciertamente suponer que el factor desencadenante habrá sido leve ya que
las neuronas inmediatamente vecinas, de aspecto normal, evidentemente, han tolerado sin
32
Alguna que otra con su eje alterado; cfr. Fig.34C 4 la neurona marcada con flecha doble. Nada es perfecto,
se ve.
251
Discusión
Las neuronas alteradas que descubrimos en la CxF de las crías P21 sometidas a EPE
poseían prolongaciones celulares, axón y dendritas. Es factible pensar entonces que han
recibido conexiones sinápticas de otras neuronas y las habrán hecho, a su vez con otras
la existencia de ciertos circuitos neuronales anómalos como, por ejemplo, aquellos que
tras años de convulsiones, intentan reparar el daño (Mathern et al., 1997). Entre los ARND
Estas mismas neuronas, aún sin generar “tormentas eléctricas” en el cerebro podrían
determinadas áreas corticales que subyacen a tales rendimientos. Así, estas neuronas
pueden estar en parte, en la base de las enfermedades neuropsiquiátricas a que puede dar
electrónica:
La totalidad de los hallazgos obtenidos con el MET son plenamente concordantes con
compatibles con el proceso de muerte por apoptosis a pesar de las claras alteraciones
252
Discusión
compatibles estas imágenes con las alteraciones nucleares que se ven en otro proceso,
2000).33 Podría haberse pensado válidamente en ella, dado que la paraptosis es frecuente
2000). Nada de esto se vió en las neuronas que contenían a los núcleos morfológicamente
Más comunes en el Strt, menos en la CxF, es normal la presencia, en estas dos áreas
espinas (medium-sized type I aspiny neurons, del Strt). Con citoplasma pálido,
sometidas a EPE, sin embargo, la presencia de neuronas que poseían este tipo de núcleos,
muchos de ellos muy indentados, era frecuente y se correspondieron con las imágenes
Fig.50H,I,J con la Fig. 34C-I). No se los observó en los cortes de los animales Control.
Los axones y las dendritas llamativamente sinuosas tanto en el Strt como en la CxF no
33
Debo el conocimiento de este tipo de muerte celular a Laura Caltana que me alertó sobre su existencia y
acerca del hecho de que algunas imágenes nucleares de nuestras fotomicrografías al electrónico tenían
semejanza con las de la paraptosis. ¡Gracias, Lau!
34
En el Strt de la rata en proporción de un escaso 4-5% del total de las neuronas en tanto que en los primates
puede alcanzar el 23% (Graveland y DiFiglia, 1985).
253
Discusión
se hallaban universalmente en todos los cortes, ni siquiera en todo el corte cuando había
una región afectada sino que, por el contrario las alteraciones parecían disponerse en
los experimentos de ICQ con los marcadores citoesqueléticos (Nf-200 y MAP-2). Más aún,
las imágenes de MET permiten entrever el desorden del citoesqueleto (cfr. Fig. 49F –axón
Las alteraciones de las mitocondrias constituyen (casi) todo un capítulo aparte. Hemos
acodadas y de formas bizarras e incluso bifurcadas en horquilla bidente (Fig. 49A-D, Fig.
50E,G).
Normalmente, las mitocondrias son, de por sí, organelas pleomorfas y, en forma aislada
estas formas mitocondriales como también se las puede observar en varias condiciones
Entonces, ¿en qué se diferencian las mitocondrias por nosotros halladas en los animales
35
Con MET de alto voltaje, con la cual se pueden alcanzar muy grandes amplificaciones, con réplicas de
criofractura incluso, sería posible obtener mayor resolución y dilucidar con mayor fineza la alteración
ultraestructural en el citoesqueleto. Para ello serán necesarios nuevos experimentos.
254
Discusión
áreas e incidencias de corte, no fue posible hallar estos tipos de morfología mitocondrial
Más aún, existen numerosos antecedentes acerca de las alteraciones que el EtOH induce
que las mitocondrias produzcan más especies reactivas del oxígeno que lo normal, que se
NADH y NADPH debida a la metabolización del EtOH y los efectos tóxicos del
acetaldehído),36 que esas especies reactivas del oxígeno y otros radicales libres induzcan
oxidativo directo a muchas proteínas, entre ellas las numerosas que poseen las mismas
anterior, el daño oxidativo alcanza también al ADN de la mitocondria (Cahill et al., 2002).
2001).
núcleo de los miocardiocitos en gran cantidad (¡!) (Bakeeva et al., 2001). En los
36
El acetaldehído, por sí solo, es capaz de provocar daño mitocondrial ultraestructural y funcional (Lane y
Lieber, 1966; Lieber, 2000).
255
Discusión
(Flax y Tisdale, 1963; Koch et al., 1977). Estas alteraciones se observan incluso en sujetos
humanos alcoholistas aún sin enfermedad hepática (Koch y Gamboni, 1977) o alimentados
con dietas nutricionalmente adecuada (Lane y Lieber, 1966) y pueden ser parcialmente
Resumiendo los hallazgos de la MET, es posible aseverar que, aún habiendo sido
llamativos, los cambios encontrados en las neuronas (sus núcleos, axones, dendritas o
se relacione con el hecho de que las alcoholemias alcanzadas no fueron altas en ningún
momento durante la gestación. Así, el daño, según lo visto, fue leve. Pero existió. Y fue
duradero en el tiempo.
SNC. La depleción de 5-HT así como la EPE en altas concentraciones pueden retrasar su
desarrollo. Por lo tanto, es posible que algunos de los efectos del EtOH durante el
256
Discusión
postnatalmente a través de la leche de sus madres durante toda la lactancia hasta el día del
destete natural (P21).De este modo, el desarrollo completo del SNC de las crías de rata se
cumplió bajo la influencia del EtOH. Esta exposición incluyó al equivalente al tercer
trimestre de la gestación humana, durante el que se lleva a cabo parte del período
Para evaluar los efectos de este tipo de exposición de bajo nivel sobre el sistema
5-HT.
La expresión de la TPH estuvó muy aumentada (4 a 5 veces) en los dos núcleos fuentes
que en el NMR el aumento fue evidente si bien que no tan importante comparado con el
257
Discusión
Por otro lado, el aumento de la 5-HT-ir también puede haberse debido al aumento en la
cualquier caso, y a diferencia de lo que han hallado otros autores con niveles de exposición
alcohólica más altos (Baker et al., 1996a, 1996b; Berggren et al, 2002; Halliday et al.,
1993), los bajos niveles de exposición a que fueron sometidos estos animales no alteraron
NMR.38
El 5-HTT se utiliza como marcador de las fibras serotoninérgicas y como tal es útil
incluso si existe una notoria disminución, o incluso depleción, del neurotransmisor dentro
de neuronas y fibras serotoninérgicas (algo que, en base a los antecedentes, era razonable
las tres áreas prosencefálicas inervadas por el NDR y por el NMR (Hipp, Strt y CxF). A
fines de valorar en ellas los posibles cambios en el nivel de inervación, se midió el área
relativa de tejido cerebral cubierta por las fibras 5-HTT-ir y se encontró que hubo un
aumento significativo de este parámetro en las tres áreas, siendo este aumento más
importante en el Hipp y en la CxF y algo menos en el Strt. A pesar de ello, los animales
EtOH de P21 no mostraron alteraciones morfológicas en las fibras (hubo, así, un cambio
cuantitativo pero no cualitativo). Este aumento del área relativa de las fibras
37
Téngase presente que los anticuerpos utilizados en ICQ reconocen porciones inmunogénicas de la molécula
pero nada dicen acerca de la funcionalidad que tenía in vivo la proteína reconocida.
38
Aunque sí se observaron algunas prolongaciones en sacacorcho (cfr. Fig. 35B,D).
258
Discusión
teratogénica. Recordemos además, que recién hacia el final de la tercera semana de vida
serotoninérgica distal en la CC (Dori et al., 1996) por lo que sería esperable que el patrón
de inervación por nosotros observado aquí sea el que persista más allá en el tiempo y hacia
la adultez.
experimentos, se puso en evidencia un aumento del área celular de los astrocitos en las tres
intensidad: no fue significativo en el Strt en tanto que en la CxF fue importante y más aún
en el Hipp (un órgano cerebral clásicamente muy sensible a todo tipo de noxas). Así, es
existencia de una reacción astroglial. Esta reacción astroglial es una respuesta bien
caracterizada en este tipo celular ante diferentes tipos de daños al SNC (Brusco et al., 1997;
Eng y Ghirnikar, 1994; Mathewson y Berry, 1985; Ridet et al, 1997; Tagliaferro et al.,
1997, 2002). Informes previos de otros laboratorios acerca de la expresión de la GFAP tras
la EPE mostraron tanto aumentos (Fletcher y Shain, 1993; Goodlet et al., 1993; Miller y
Robertson, 1993) como disminución de los niveles (Vallés et al., 1996, 1997) de la misma
proteína o de su ARNm. Esta discrepancia puede haberse debido a las diferencias existentes
259
Discusión
en los paradigmas experimentales utilizados por los diferentes autores, al período del
desarrollo durante el cual se llevaron a cabo los estudios y a los distintos niveles de
exposición al EtOH.
claramente aumentó si bien que no en todas las áreas estudiadas, sugiriendo esto que existió
una respuesta regionalmente diferente a los efectos del EtOH. Sin embargo, téngase
presente que la expresión del gen de la S-100B es controlada en paralelo con la expresión
este aumento está involucrado en la respuesta astrocitaria in vivo (Reeves et al., 1994).
neuritas de, entre otras, las neuronas serotoninérgicas. La S-100B funciona como un factor
de extensión de neuritas al interactuar con diferentes proteínas del citoesqueleto como los
reacción astroglial, la hipertrofia) (Azmitia, 2001b; Donato, 2003; Reeves et al., 1994). En
experimentos, estuvo incrementada en el Hipp, Strt y CxF al igual que lo estuvo el área
260
Discusión
relativa de las fibras 5-HTT-ir. Se sabe que un efecto causado por la S-100B es,
precisamente, el aumento de la extensión de las fibras 5-HTT-ir. Hemos visto que la 5-HT-
Coincidiendo parcialmente con ello, las dos áreas prosencefálicas inervadas por el NMR
(el Hipp y la CxF) fueron las áreas en las que el 5-HTT-ir mostró un incremento más grande
en su área relativa (gemado de las fibras) mientras que en el área con la inervación recibida
desde el NDR mostró un incremento menor. Sin embargo, estos cambios no fueron
completamente paralelos con respecto a los observados en la S-100B-ir dado que esta
estuvo (sólo levemente) más aumentada en el Strt que en las otras dos áreas. Anque los
hechos parecerían apuntar a una tal cadena de pensamiento, siendo rigurosos, el incremento
también conjuntamente con) una disminución de su liberación. Quizás otros factores (como
por ejemplo otros factores neurotróficos aquí no evaluados), aparte de la 5-HT y la S-100B,
100B desde los astrocitos la cual, a su vez, estimuló la gemación de las fibras 5-HTT-ir.
Vengamos a considerar ahora al citoesqueleto neuronal. Sabemos que los Nfs son el
camino al blanco sináptico a la vez que para el modelado de la forma neuronal (Hoffman
et al., 1987). Los Nf-200 se expresan exclusivamente en las neuronas y junto con los Nf-
160 están fosforilados en niveles inusualmente altos. La fosforilación puede ser regulada
261
Discusión
experimentos utilizamos anticuerpos primarios dirigidos contra los Nf-200 como medio
para evaluar a los Nfs maduros en neuronas maduras, debido a que en estas células,
recuérdese, esta proteína es el tipo determinante de la madurez de los Nfs. De tal modo
pudimos determinar que el área relativa de los Nf-200 estaba incrementada tanto en el Hipp
como en el Strt. Por el contario, no se observaron variaciones en la CxF pero en esta región
(igual que en los axones de los estriosomas del Strt) muchas neuronas piramidales
mostraron una dendrita apical ondulante, en sacacorcho o tirabuzón (Fig. 45 D,F). Este tipo
Por otro lado, el aumento de los niveles de los Nf-200-ir junto con los de la S-100B-ir,
también que se está ante la presencia de un proceso de maduración acelerado tal como el
vienen los informes previos de otros laboratorios que también han mostrado signos de
como así también cambios morfológicos en las dendritas (en todo similares a los hallados
de la expresión de los Nf-200 y de otros componentes del citoesqueleto tal como lo que
262
Discusión
2002; Segieth et al., 2001; Tagliaferro et al., 2001, 2003). En nuestros experimentos, en el
Hipp se detectaron muy bajos niveles de nNOS-ir (que no permitireron su evaluación) pero
en vista de nuestros resultados, estamos tentados a especular con el hecho de que en ambas
áreas evaluadas con aumento de la nNOS-ir también hubo un aumento muy importante en
la S-100B-ir. Tal como sucedió en el caso del aumento de los niveles de la TPH-ir, no
podemos excluir aquí la posibilidad de que el aumento de la nNOS-ir haya sido debido a
un aumento de la expresión de la enzima así como también a una muy disminuída tasa de
mucho tiempo atrás, se ha especulado con que el nivel de la nNOS podría cumplir un rol
protector contra la toxicidad y la microcefalia inducida por el EtOH en el cerebro del ratón
con ello, nosotros tampoco observamos ningún caso de microcefalia en las crías de nuestras
pérdida neuronal inducidas por el EtOH en los ratones en desarrollo (Bonthius et al., 2002).
El EtOH inhibe la función de los receptores glutamatérgicos NMDA que contienen las
subunidades NR2C y/o NR2D (Allgaier, 2002). Los receptores NMDA inducen la
263
Discusión
la arginina. De este modo, en nuestros experimentos in vivo, es posible que los bajos
niveles crónicos de EtOH, al inhibir a los receptores NMDA, indujeran una sobreexpresión
inactiva a la TPH por vía de la oxidación de residuos sulfhidrilos críticos del sitio activo
de la enzima (Kuhn y Arthur, 1997; Kuhn y Geddes, 1999), es razonable especular con que
los muy incrementados niveles de la TPH-ir que hemos hallado fueran una sobreexpresión
5-HT. Esto podría explicar también el incremento relativamente menor del nivel de la 5-
HT-ir per se dado que la mayoría de la TPH-ir pudo haber estado, catalíticamente, inactiva.
el efecto tóxico directo del EtOH), y así, los niveles aumentados de los Nf-200-ir.
Por lo tanto, una forma de interpretar lo sucedido en este modelo de EPE, crónica y de
bajo nivel, es que el EtOH puede haber actuado como un factor acelerador del desarrollo
contrariamente a lo observado en otros modelos en los cuales los niveles altos de EtOH
interpretar los hechos, quizás más consistente con lo que hemos anotado con respecto a los
por el EtOH son de algún tipo neurodegenerativo activo ya durante el mismo desarrollo del
264
Discusión
sobre los cuales posee una acción agonista parcial (con Fig ura 103. La buspirona en representación
d e fó rm u la e xtendida y en m o d e lo
tridim en sion al de esferas.
D2). Administrada por vía oral, se absorbe completamente pero como es objeto de un gran
efecto de primer paso hepático, su fracción biodisponible es de sólo 0,03 pero en nuestros
estudios la administramos por vía sc a las hembras preñadas por lo que su biodisponibilidad
desalquilación oxidativa a otro metabolito que es sólo 20% menos activo que la droga
madre. Su vida media en plasma es de 2-11 hs. Administrada conjuntamente con el EtOH,
desempeño de tareas cognitivas (Baldessarini, 1996). Existen reportes que indican que la
2000; Lovinger, 1999) como en ratas expuestas al EtOH (Hedlund y Wahlström, 1996;
39
Nombre químico: monoclorhidrato de 8-[4-[4-(2-pirimidinil)-1-piperazinil]butil]-8-azaspiro [4,5] decano-
7,9-diona
265
Discusión
experimentos.40
liberación al medio de la S-100B podría prevenir los efectos la EPE en virtud de su acción
maduro y diferenciado de las neuronas. Esta es la justificación racional sobre la que asienta
particular, como droga neuroprotectora en el AMF (Druse et al., 2005; Eriksen y Druse,
En el protocolo de EPE con prevención del daño se han replicado varios de los hallazgos
La DOR de la 5-HT-ir en el citoplasma de las neuronas de los núcleos del rafe, en los
animales control (CS) (Fig. 61) siguió una curva bifásica con un aumento de la DOR desde
P5 con un pico en P35, una posterior disminución en P60 y un nuevo aumento hacia P90.
El pico de la DOR en el NDR fue menos pronunciado que en el NMR. Estos perfiles
40
Cfr. más arriba, la subsección V.1.1. (Consumo de alimento, bebida y calorías) en esta misma sección de
Discusión.
41
Así, por ejemplo, véase en la Fig. 65, el aumento de la GFAP-ir en el Hipp y en la CxF de las crías ES de
edad P21 tal como sucedió en las crías de igual edad en el protocolo anterior. También el aumento de la S-
100-ir en el Hipp (igual edad y grupo de tratamiento) en la Fig. 67. Sucedió lo mismo con el nivel de 5-HT-ir
medido en los animales ES a la edad P21 en el NDR con respecto a lo visto en el protocolo anterior aunque
en el que nos ocupa ahora no se observó el aumento que sí en aquél.
266
Discusión
et al., 1987; Dinopoulos et al., 1997; Dori et al., 1996, 1998; Galineau et al., 2004; Tanaka
et al., 2006) y, más específicamente, en relación a los niveles en el rafe de la TPH (Rind et
al., 2000) y de la 5-HT mismas (Herregodts et al., 1990). El pico de la DOR en el NMR fue
de mayor intensidad que en el NDR (Fig. 61, línea oscura correspondiente al grupo CS).
El EtOH administrado prenatalmente (grupo ES) abolió el pico de P35 en ambos núcleos
Algo similar sucedió, y quizás más llamativamente, en el Hipp y la CxF con la GFAP
los perfiles normales del grupo CS (Fig. 63-65). Nuevamente, pero ahora con respecto a la
y utilizado como medio para evaluar la “salud” de los circuitos sinápticos subyacentes a los
vista cognitivo (el Hipp y la CxF) los perfiles temporales normales (grupo CS) de expresión
pequeño valle en P35, entre P21 y P60 en la CxF). ¿A qué pudo haberse debido esta
diferencia entre los perfiles de las dos áreas en animales normales? Posiblemente, a la
y se desarrolla y, en la CxF es posible que estos cambios se hayan relacionado con los
cambios madurativos que se sabe ocurren en esta región entre el inicio (P35) y la
267
Discusión
los niveles de expresión de la MAP-2 en ambas áreas (Fig. 68-70, grupo ES). En todas las
–P90–) y, así, es lógico suponer que disminuyeron los niveles de los circuitos sinápticos en
éstas áreas y, por tanto, su rendimiento funcional cognitivo (algo que se correlaciona bien
con lo observado en humanso afectos de ARND). La buspirona, previno también este daño
(Fig. 71, arriba). Las ratas que fueron sometidas a EPE (grupo ES), en comparación con los
correlacionarse con lo observado en los humanos afectados de ARND que suelen padecer,
exploración, las crías P90 del grupo ES mostraron una tendencia no significativa a
permanecer más tiempo en el cuadro central del dispositivo, lo cual se podría interpretar
42
Evidentemente, es necesario realizar nuevos experimentos con la finalidad de caracterizar en detalle estos
cambios normales.
268
Discusión
como un grado de ansiedad menor en relación a los sujetos normales (grupo CS).43 El
nos encontramos con los efectos de la EPE en animales ya adultos por lo que no es posible
La secuencia explicativa posible de los eventos observados puede haber sido la que
sigue: en presencia del EtOH que tiende a provocar una reacción astroglial (con aumento
de los astrocitos induciría la liberación de la S-100B por parte de estos (la DOR de la S-
Ahora bien, extrapolando entre especies y teniendo en cuenta los riesgos que ello
43
La tendencia natural de la rata es a no permanecer en lugares abiertos e iluminados; son animales, en
general, temerosos a los que no les gusta la exposición que pudiera ponerlos en peligro, por lo que prefieren,
en este paradigma, permanecer cerca de las paredes del dispositivo.
44
D e hecho, muchos humanos psicóticos o adictos a drogas de abuso como la cocaína, utilizan
espontáneamente el EtOH como droga ansiolítica para contrarrestar, estos los efectos de la droga y aquellos
los de su psicosis. O simplemente también los adolescentes normales que lo utilizan con igual finalidad antes
de encarar situaciones ansiógenas, como por ejemplo, hoy en día en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
ir a bailar y enfrentarse a personas del sexo opuesto (Avaca, 2006; Sousa Dias, 2008).
269
Discusión
siempre implica en ciencia, y habida cuenta de que la buspirona se halla en uso clínico
humano y es una droga relativamente segura ¿sería también seguro el uso de la buspirona
A pesar de que los datos aquí mostrados y los informados previamente por otros
investigadores (Druse et al., 2005; Eriksen y Druse, 2001; Eriksen et al., 2002; Kim y
Druse, 1996) hacen presuponer que sí podría hacerse, no creo que se debiera antes de
realizar investigaciones más exhaustivas que diluciden ciertos hallazgos que provocan
cierto alerta acerca de la buspirona. Por ejemplo, si bien esta droga en nuestros
experimentos y en los de otros investigadores parece haber sido eficaz como sustancias
desvió de la normalidad (grupo CS) ciertos parámetros.45 Habrá de tenerse en cuenta aquí
que la buspirona estaría actuando en este caso como droga con una función “plastica”,
a los receptores 5-HT1A dendrosomáticos de las neuronas de los núcleos del rafe, estaría
partir de estas células y, por lo tanto, disminuyendo la liberación de 5-HT. Por ello, los
45
Cfr. en la Fig. 61, en el grupo CB, el pico exagerado de la DOR de la 5-HT-ir en P35 y su disminución casi
significativa en P90, ambos en el NDR, o el aumento significativo del mismo parámetro en P5 en el NM R;
también la alteración del perfil normal de la curva CB, con corrimiento del pico de P35 a P60, en el Hipp en
la Fig. 65 –GFAP-ir–. Cfr. también, en la Fig. 71 –conducta– la disminución de la actividad exploratoria y
el aumento de la ansiedad en las crías P90 del grupo CB.
270
Discusión
como el período que va de los 10 a los 20 años de edad (10-14 años: adolescencia
temprana; 14-17 años: adolescencia media; y 17-20 años: adolescencia tardía (WHO, 1986).
Sin embargo, sus límites parecen variar algo arbitrariamente según los tiempos y las
de cierta disputa. Existen dos criterios temporales para definirla: uno de ellos la define
como el período que va aproximadamente desde P30 hasta P42 (concepto estrecho) (Spear,
2000). El otro, entre P28 y P55 (un concepto amplio que toma en cuenta los últimos
cambios de la adolescencia, especialmente aquellos que se ven en las ratas macho (Ojeda
y Urbanski, 1994).
Así, decidimos evaluar ratas macho en edades de P45-P50 (adolescencia tardía en las
271
Discusión
Tanto los seres humanos como las ratas experimentan muchos cambios conductuales
incrementan mucho sus interacciones sociales, pasan mucho más tiempo en compañía de
sus pares (incluso más que los adultos entre sí), buscan constantemente experimentar
menudo comienzan a beber alcohol o a consumir otras drogas (Spear, 2000; Dahl, 2004).
Entre los 13 y los 15 años de edad se describe un pico de ansiedad en los humanos que
seguramente contribuye (junto a otros factores de riesgo) al frecuente inicio del consumo
Mientras todas estas conductas comienzan con la pubertad misma, en forma más lenta
oponérseles sensatamente (Dahl, 2004). Hay un desfasaje conductual evidente entre lo que
a iniciar el consumo de alcohol o de otras drogas (Dahl, 2004; Spear, 2000). Muchas áreas
mesolímbicas prosencefálicas (Lewis, 1997; Spear, 2000). Estas áreas (como la corteza
órbitofrontal) son la base de las funciones cerebrales más elevadas y típicamente humanas,
tales como los sentimientos sociales y los rendimientos éticos (Goldar, 1975; Goldar y
272
Discusión
conductuales y cognitivos, tanto en los humanos como en las ratas. Muchos de estos
difieren entre uno y otro sexo y que pueden explicar la vulnerabilidad aparentemente más
alta que tienen los cerebros femeninos comparados con los masculinos (Bethea et al., 2002;
Juraska y Markham, 2004; Lewis, 1997; White y Swartzwelder, 2004).46 Los sistemas
del cerebro adolescente (tal como en otros períodos del desarrollo cerebral), también
conductuales subsecuentes que el individuo hubiera podido alcanzar de no haber sido así.
y la abstinencia:
A pesar de que existen abundantes datos acerca de los efectos del EtOH sobre el sistema
serotoninérgico del feto y de los adultos casi no existen datos relativos a este sistema
46
Teniendo en cuenta este hecho, sería interesante diseñar experimentos adicionales con la finalidad de
comparar los hallazgos en machos del presente trabajo con los que podrían tener lugar en los cerebros
femeninos y determinar si uno u otro sexo es más vulnerable o resistente que el otro a los efectos del EtOH
bajos las condiciones experementales que he utilizado aquí.
273
Discusión
exposición baja, las ratas macho adolescentes mostraron un descenso significativo de los
niveles de expresión de la 5-HT-ir (medida como DOR; Figs. 73 y 74) en las neuronas del
NDR pero no en las del NMR. No se observó disminución del número de neuronas
Estos resultados también son consistentes con estudios previos que han demostrado que el
NDR es más sensible que otros núcleos del rafe a los estímulos tóxicos (Gartside et al.,
1997; Tagliaferro et al., 1997). Tras el período de abstinencia, las neuronas del NDR
controles, sugieriendo esto que el daño inducido por el EtOH en baja dosis, no fue tan
relacionadas, recuérdese que el NDR envía axones para inervar el Strt, el NMR las envía
A pesar de esta correlación anatómica, en nuestro estudio parece no haber existido una
cambios en el NMR) con las alteraciones observadas en sus respectivas áreas blanco de
paralelo con la GFAP-ir, la S-100B-ir, la MAP-2-ir y los Nf-200-ir en una de sus áreas de
inervación (el Strt), la 5-HT-ir del NMR no siguió los cambios observados en el Hipp
sugieriendo este hecho que otros factores, más allá de los estudiados aquí, pueden haber
274
Discusión
(Figs. 75 y 76). Tras la abstinencia, cuando los animales eran ya adultos, los astrocitos
que tendió, aunque no alcanzó, a los valores control. Esta reducción, de recuperación podría
decirse, fue de magnitud comparable en las tres áreas (77% en el Hipp, 66% en el Strt y
73% en la CxF). Este hallazgo sugiere que, a pesar de que la exposición fue de bajo nivel,
el daño inducido por el EtOH durante la adolescencia tardía fue lo suficientemente intenso
como para inducir efectos residuales a largo plazo en los astrocitos, efectos que fueron
lo visto en los protocolos de EPE (Figs. 77 y 78). Sin embargo, en ratones adultos knock-
de la GFAP a semejanza de lo que hemos visto en este protocolo (Chang et al., 2005). Tal
como se ha hipotetizado ya (Chang et a., 2005) la reactividad glial que observamos puede
haberse debido en parte al efecto tóxico directo del EtOH y no haber estado tanto en
relación con la S-100B y puede reflejar también, de hecho, la disminución intraglial de esta
proteína dado que, se sabe, la S-100B inhibe la polimerización dela GFAP (Bianchi et al.,
todos claramente (si bien que a distintos niveles) en el Hipp, Strt y CxF (Figs. 79-82).
Teniendo en mente las acciones postuladas de la S-100B sobre las proteínas del
275
Discusión
el Hipp y la CxF de ratas macho adultas luego de 6 semanas de intoxicación alcohólica leve
en el protocolo de exposición al EtOH en la adultez (ver más adelante). Hasta donde sé, no
existen estudios previos que informen la alteración de la MAP-2-ir y de los Nf-200-ir tras
respaldan, informes previos que demuestran que las ratas adolescentes expuestas al EtOH
recuperación fue de similar magnitud en las tres áreas prosencefálicas sugiriendo que (como
áreas. Tal recuperación estuvo en paralelo con la de la GFAP-ir a pesar del hecho que el
área celular no se recuperó totalmente (efecto “residual”). Pero no fue esta la situación en
Hipp y en el Strt (tras un aumento de 1,8 y casi 4 veces, respectivamente). Este resultado
276
Discusión
está de acuerdo con hallazgos previos de Putzke et al. (1998), quienes encontraron una
recuperación de sus niveles tras la abstinencia al EtOH. También de acuerdo con los
también con otros factores (tal como ciertos factores neurotróficos que se sabe están
en la CxF, no hubo una tal recuparación en la MAP-2-ir de esta área. De hecho, en la CxF
hubo una recuperación de aumento de 1,42 veces sobre el nivel postexposición que no
alcanzó los niveles pre-exposición. Esto puede estar indicando que, a pesar de la mayor
capacidad plástica y de recuperación del cerebro adolescente, la CxF, como área cortical
filogenéticamente más moderna que es, es también más lábil a las injurias que otras áreas
de la MAP-2 frontal tras una larga abstinencia, indica que hubo menos dendritas
adolescencia. Esto implica que los animales abstinentes, comparados con los controles,
pueden haber tenido menos habilidades cognitivas correspondientes, algo que se ha visto
más que frecuentemente en los humanos adultos alcohólicos crónicos de gran nivel de
consumo que no recuperan completamente sus rendimientos cognitivos incluso tras una
bajo nivel, pero crónica, provocó cambios estructurales tales al cerebro de los animales que
277
Discusión
conducturales adicionales.
Después del período de abstinencia, los Nf-200-ir no alcanzaron los valores control en
el Hipp a pesar de haber incrementado sus valores post-abstinencia en 3,67 veces desde la
excedieron los valores control en un 33% en lo que parece haber sido un fenómeno de
rebote. Estos resultados nuevamente sugieren que hay, probablemente, otros factores
100B per se. También harían falta nuevos experimentos al efecto para aclarar
En cuanto a las notables alteraciones cualitativas del citoesqueleto neuronal (Fig. 85),
es válido considerar aquí lo mismo que se dijo en relación a las neuronas “oscuras” o la
de que, una vez más, la alteración morfológica persistió en el citoesqueleto de las neuronas
incluso mucho tiempo después de que cesara la noxa (cfr. Fig. 85). Por ellom, es válido
suponer, que aún lastimadas, estas neuronas seguían estando vivas y siendo funcionales (a
favor de ello habla también la conservación del nucléolo visto en los cortes al Nissl).
Quizás su patrón de conectividades y, por lo tanto, los circuitos neuronales en los que
entrarían a formar parte, también estarían alterados. Precisamente, algo similar se observa
47
Cfr. subsección V.2. (Las neuronas “oscuras” o la Zellschrumpfung).
278
Discusión
fenómenos que intentan ser neurorregenerativos, se alteran las vías sinápticas a punto de
partida de neuronas alteradas que vuelven a formar, también, circuitos alterados (Mathern
et al., 1997).
condiciones normales y experimentales (Kaehler et al., 1999; Ramos et al., 2000, 2002b;
Segieth et al., 2001; Tagliaferro et al., 2001, 2003). El NO modula los cambios de la
liberación de 5-HT tanto basales como los evocados por el receptor NMDA (Segieth et al.,
y Vizi, 2001; Wegener et al., 2000). Algunos astrocitos (no todos) de los que expresan la
por otros investigadores (Dizon et al., 2004), nosotros hemos visto más arriba que la EPE
e in vitro, con respecto a los efectos de la exposición aguda o crónica al EtOH sobre la
formación del NO (Chandler et al., 1997; Rossetti y Crespi, 2004; Seo y Rivier, 2003). En
un trabajo, la exposición crónica reguló diferencialmente los niveles del ARNm de la nNOS
aumentaron en el Strt) (Naasila et al., 2003). Gerlach et al. (2001) encontraron aumentos
alteraciones en las neuronas que expresaban la nNOS-ir en el Strt o la CxF de los animales
adolescentes tras la exposición (Figs. 83 y 84). No obstante ello, tras la abstinencia, la DOR
279
Discusión
de esas neuronas disminuyó en ambas áreas (los valores fueron 0,53 y 0,63 veces del valor
actividad enzimática de la nNOS en los animales EtOH ni en los EtOH/R pero el hecho de
que su expresión estuviera reducida tras la abstinencia sugiere que puede haber tenido lugar
relevante recordar aquí que el EtOH es un antagonista de los receptores NMDA (Allgaier,
dependiente, que a su vez activa a la nNOS. Tras la supresión del EtOH y durante la
abstinencia, es razonable especular entonces con que existió algún grado de regulación en
(a niveles que pueden haber sido dañosos) la reducción de la expresión de la nNOS pudo
haber sido un mecanismo adaptativo tendiente a minimizar el daño. Por otro lado, dado que
al., 2000) la reducción de sus niveles pueden haber incrementado los niveles de liberación
de la 5-HT y, con esto, puede haber tenido lugar un mayor mecanismo neurotrófico y
Finalmente, deberíamos considerar una serie de mecanismos que pueden haber ocurrido
en los machos de adolescencia tardía/adultez joven como para determinar los fenómenos
de recuperación que se han observado. Uno de ellos puede haber sido que la recuperación
de los niveles de la 5-HT, actuando sobre los receptores 5-HT1A, pudo haber atenuado el
sobre las neuronas que lo expresan, al inhibir la apoptosis (Adayev et al., 2003) e,
280
Discusión
visto previamente en otras condiciones experimentales (Kim et al., 1997; Tajuddin and
Druse, 1999; Ramos et al., 2004). Independientemente de ello, deberíamos recordar que el
EtOH es un conocido neurotóxico que causa daño a las células madre neurales tanto durante
el desarrollo como en los animales adultos (Crews et al., 2003, 2004; Herrera et al., 2003).
Más aún, en un reciente artículo de Nixon and Crews (2004) los autores mostraron que la
proliferación celular una semana después de la última dosis de EtOH. Aquí debo enfatizar
fuertemente consistente con los efectos post-alcoholización mostrados por Nixon and
Crews (2004). Sería interesante desde el punto de vista clínico, de las salud pública y social,
drogas con probada actividad neuroprotectora para la neurogénesis (Herrea et al., 2003).
* * *
1996). Durante la adolescencia es cuando mucha gente experimenta con el EtOH por
primera vez en sus vidas. La edad de más alta prevalencia en el consumo de EtOH es desde
281
Discusión
media a adultez temprana (Schuckit, 1995; Spear, 2000; WHO, 1986). Se ha dicho que
cuanto antes comienza una persona a beber alcohol, es más probable que más tarde se haga
dependiente de él. Más aún, el inicio temprano del consumo de EtOH es uno de los factores
alcohol (Spear, 2000; Barr et al., 2004). Todavía más: se ha asociado la edad en que por
primera vez comienza a beberse en forma regular y el alcoholismo familiar con los rasgos
morales, económicos y sociales para la calidad de vida de la gente y para la salud social.
Se han llevado a cabo pocos estudios básicos acerca de los posibles beneficios de
manterner una abstinencia prolongada tras un, también prolongado, periódo de intoxicación
alcohólica incluso aunque este período fuera solamente del tipo denominado de bajo
neurocognitivas.48
Tal como lo han destacado estudios previos, nosotros encontramos que diferentes
regiones cerebrales en la rata macho difieren en su vulnerabilidad a los efectos del EtOH
et al., 2000).
inquietudes acerca del consumo adolescente de EtOH: i) “sigue siendo incierto hasta qué
48
Piénsese, solamente, que hay adolescentes y adultos jóvenes que, tras haber bebido crónicamente en su
adolescencia o juventud pueden, más tarde en la vida, incluso, llegar a ser presidentes de una nación, con todo
lo que ello implica.
282
Discusión
[temporal] se requiere para que los rendimientos y la integridad cerebrales reasuman los
integridad cerebral y de las funciones cognitivas pueden ser más completas en los jóvenes,
cuyos cerebros son más plásticos, o si la recuperación es menos probable porque la injuria
“sigue siendo poco claro si el cerebro adolescente es, en última instancia, más vulnerable
a esta toxina [el EtOH] o si serán más resistentes y capaces de recuperarse que los adultos.”
Creo que hemos dado respuesta parcial a estas relevantes preguntas con un modelo de
estudio, que es posible alguna capacidad de recuperación en el SNC de las ratas macho en
algunas de ellas (por ejemplo, la CxF). A pesar del hecho de que no comparamos la
de recuperación del cerebro macho adolescente permitiéndoles pasar por un largo período
completamente del daño provocado por el consumo crónico de EtOH a bajo nivel en todas
hubo, incluso, fenómenos de rebote que, no por ello, pueden ser llamados normales.
283
Discusión
crónica leve los consideraremos principalmente en cuanto contrasten con los anteriores.
La casi la totalidad de las células cerebrales están en proximidad con una fibra
cualquier alteración producida sobre él, se refleje sino en todo, en parte del SNC.
prosencefálicas estudiadas con este protocolo (5-HTT-ir; Fig. 87 y 88) bien pueden
explicar parcialmente el por qué del surgimiento de los déficits mnésiscos (Hipp), motores
(Hipp), cognitivos (Strt y Cxf), anímicos e ideativos (CxF) observados en los alcohólicos
crónicos tras mucho beber. Lo que se encontró aquí concuerda plenamente con la conocida
acción neurotóxica del EtOH. La reducción observada fue leve49 pero también fue leve la
49
Recuérdese que en otros sistemas (como en la sustancia nigra, por ejemplo) para que aparezcan signos y
síntomas (de enfermedad de Parkinson, en ese caso) es necesario que desaparezcan antes alrededor el 80-90%
de las neuronas dopaminérgicas. Aquí, la inervación se redujo alrededor de “sólo” un 30%.
284
Discusión
S-100B-ir en los astrocitos, fue la expresión de los Nf-200-ir en las neuronas de las mismas
áreas. Así, allí donde más aumentó la S-100B-ir, más disminuyeron los Nf-200-ir: en el
Hipp. Y, viceversa, allí donde menos aumentó la S-100B-ir (en la CxF), menos
disminuyeron los Nf-200-ir. Sin embargo, en esta última área, aunque la disminución fue
menor que en las otras dos, nuevamente, encontramos alteraciones cualitativas del
MAP-2-ir, nuestro marcador de “salud” dendrítica, mostró que en el Hipp, tanto como en
con los adolescentes tras 6 semanas de intoxicación, la S-100B, por ejemplo, no disminuyó
en los adultos sino que, por el contrario, aumentó. Nuevos experimentos, al estilo de los
realizados con los animales adolescentes, podrían ser útiles para indicar porqué difieren
285
Discusión
Por último, ¿qué sucedió con cada marcador en cada edad considerada en los distintos
¿qué pasó con este marcador en los adultos? Disminuyó consistentemente en las tres áreas
prosencefálicas.
¿Qué sucedió con la GFAP-ir, con el área celular de los astrocitos y con su estado de
reactividad ante el estímulo tóxico del EtOH a una concentración del 6,6%? En todas las
edades, en todos los protocolos, en todas las áreas prosencefálicas, la GFAP-ir aumentó.50
Los astrocitos estuvieron hipertrofiados. El daño fue evidente. ¿Se recuperaban del daño?
En los protocolos de EPE (tamto a la edad P21 en el de sin prevención del daño como a
cualqueir edad en el de EPE con prevención del daño), espontáneamente, no. Tampoco en
los adolescentes, aunque tendió a hacerlo. No lo sabemos en los adultos. Sin embargo, con
los astrocitos en casi todas las edades postnatales y áreas (sí en el Hipp en P5 y P21 –Figs.
63 y 65– y en la CxF en P35 y P60 –Figs. 64 y 65–; no lo previno en el Hipp en P35 y P60).
50
Las excepciones a lo dicho se observaron en el Strt en las crías P21 del protocolo de EPE sin prevención
del daño (Figs. 41 y 42) y en la CxF de las crías P60 del grupo ES en el protocolo de EPE con prevención del
daño (Figs. 64 y 65).
286
Discusión
¿Qué sucedió con los Nf-200-ir? En el protocolo de EPE sin prevención del daño, en
P21, estaban aumentados en el Hipp y el Strt mas no en la CxF. En los adolescentes, tras
rebote en la CxF. En los adultos, tras 6 semanas de intoxicación, igual que lo que sucedió
postnatalmente disminuída en todas las edades tanto en el Hipp como en la CxF. Esto
implica que ha habido un daño a los circuitos sinápticos y que no se han recuperado
espontáneamente (ES) tras la exposición. Sí pudo prevenirse esta disminución postnatal con
crónica, en las tres áreas y, tras la abstinencia prolongada, se recuperaron sus niveles en el
Hipp y el Strt mas no en la CxF (un área cognitiva crítica). En los adultos, tras 6 semanas
no pudimos determinar qué le sucedió en el Strt ni sabemos que habría pasado en estos
edad que se exponga al EtOH a los animales, el daño a las dendritas es cierto, llamativo,
poder prevenirse el daño, en general, más allá de ciertas alteraciones que se observan. En
287
Discusión
¿Qué sucedió con la nNOS? Se vió muy aumentada su expresión en el Strt y la CxF de
las crías P21 sometidas a EPE. En los adolescentes, disminuyó sólo tras la abstinencia tras
288
Conclusiones
y Comentarios Finales
“La particular función [del cerebro] es acá la transmisión de los hechos existenciales a través
del flujo cerebral y la consecutiva construcción del Yo con tal grado de claridad que podamos
contraponer los propios límites de nuestros procesos internos individuales con el siempre
configurado mundo exterior.”
Theodor Meynert (1867)1
V.1. Conclusiones:
1. El modelo experimental de AMF en ratas puesto a punto en este trabajo por medio de
la EPE en el agua de bebida, en bajas dosis, en forma crónica, resultó ser un modelo
1
Meynert (1867), citado en Outes y Eurnekian, 1992. La cita original corresponde al inicio del primer artículo
de una serie en la que el genio de Viena describe la histoarquitectura de la corteza cerebral humana. Esta serie
de artículos se publicó como: M eynert T. Der Bau der Grosshirnrinde und seine örtlichen Verschiedenheiten
nebst einen patologisch-anatomischen Korolarium. Vierteljahrsschrift für Psychatire (1867); 1: 77-93, 198-
217, 381-403 y Vierteljahrsschrift für Psychatire (1868); 2: 88-113.
2
Nietzsche, 1951; pp 86-87.
3
Flechsig, 1896; pág. 41.
290
Conclusiones y Comentarios Finales
6. La administración conjunta con el EtOH de una droga agonista de los receptores 5-HT1A,
hipótesis V).
hipótesis VI).
291
Conclusiones y Comentarios Finales
astroglía y al sistema nitrérgico, la EPE predispone al uso y abuso de EtOH y otras drogas
predisponen aún más al uso de drogas. También hemos visto que el consumo de EtOH
En 2006, dos renombrados y sagaces investigadores de EUA (Miller y Spear , 2006), con
una dilatada experiencia en investigación básica en el AMF, han emitido una hipótesis en
(Fig. 104).
evolucionan progresivamente a la
292
Conclusiones y Comentarios Finales
degeneración y describió varios casos de hijos de padres alcohólicos. Sin el fondo moral
y religioso de Morel, las ideas de otro psiquiatra francés, Jacques Joseph Valentin Magnan
especies por selección natural de Charles Darwin, surgió, con ciertos coletazos de la
criminal nato. Bien sabemos lo que sucedió con parte de estas teorías en manos de los
nazionalsocialistas alemanes de las décadas de 1930 y 1940, fogoneadas por las ideas del
Morel y Magnan. Pero, desde 1957 (Clarren y Smith, 1978; Jones et al., 1973; Lemoine et
al., 1968; Rouquette, 1957), el FAS y los FASD han venido a ser cada vez más reconocidos
como uno de los efectos de la EPE; ahora sabemos que el consumo de EtOH durante el
4
De esta cita de M orel, quítese la palabra “hereditariamente” (su concepto de herencia era distinto al nuestro)
y se obtendrá la hipótesis del generador de alcoholismo de Miller y Spear.
5
Cfr. el Anexo V (Métodos experimentales de exposición de animales al etanol. Ventajas y desventajas de
cada uno).
293
Conclusiones y Comentarios Finales
La falta de cultura científica de Miller y Spear los ha llevado a postular una idea
novedosa con 150 años de antigüedad, al modo como Mountcastle (1957) describió las
columnas corticales de Meynert casi 90 años después de que el genio de Viena la observara
en 1867-1868 (Outes y Eurnekian, 1992). Del mismo modo, Clarren, Jones y Smith
describieron el FAS por primera vez, 5 años después de que lo hiciera, por “primera vez”,
vez, Jacqueline Rouquette, una oscura y olvidada pediatra francesa. Pero ni Morel, ni
“maltrato físico infantil” en la figura de sus hijos nonatos, al someterlos a una gestación en
presencia de EtOH (Armstrong, 2003; Goloden, 2005). En ambos países se publican largos
folletos que instruyen a los miembros de las Policías acerca del FAS y su relación con, por
ejemplo, los “sin techo” (¡!) (Laporte et al., 2002; Stade et al., 2004).
responsabilidades éticas y morales para con nuestros colegas actuales y pasados, para con
6
Mejor dicho, lo hizo describir un año antes, en 1967, en la tesis doctoral de un discípulo suyo, Jean-Pierre
Borteyru, que llevaba por sugestivo título “La toxicomanie alcoolique parentale et ses répercussions sur la
desendance” (Borteyru, 1967). La tesis de Rouquette, en 1957, se tituló “Influence de la toxicomanie
alcoolique parental sur le développement physique & psychique des jeunes enfants” (Rouquette, 1957).
294
Conclusiones y Comentarios Finales
* * *
Nuestro cerebro no es otra cosa que un instrumento, una herramienta de que nos
servimos los animales que lo poseemos para perseverar en la existencia, y propagarla. Esta
herramienta genera regularidades a partir del mundo sensible, crea regularidades allí donde
no las hay; iguala lo desigual. Y crea conceptos y les asigna un valor. Y se sirve de estos
conceptos para predecir el mundo en el que vivimos y permitirnos tener así la oportunidad
Si la herramienta ha sido mal forjada mal podrá cumplir, cabalmente, con las funciones
tarado por el alcohol no será, muy lamentablemente, una existencia plena. Muy
posiblemente sufrirá y hará sufrir a otros por efecto de la intemperancia (la de sus
progenitores y la suya propia, eventualmente). Todo aquello que podamos hacer quienes
emprender para evitar, minimizar, recuperar o eliminar el daño provocado por el alcohol
también de su familia, de sus amigos, de sus parejas y compañeros de trabajo, de sus hijos
295
Anexos
Anexo I
- Prematuridad.
- Bajo peso y talla al nacer / Bajo peso para la edad gestacional (“niño miniatura”).
- Escaso progreso pondoestatural postnatal.
- Retraso psicomotor paralelo al insuficiente desarrollo físico.
- Microcefalia.
- Facies características (cráneo “abollado” con redes venosas visibles, raíz nasal aplanada, narinas
redondeadas y anchas, labio superior pequeño y “como arremangado”, angioma plano de la frente
persistente más allá de los primeros meses; orejas de implantacón baja y/o en anteversión) (Fig. 105).
- Anorexia.
- “Niño nervioso”: gestos bruscos, sacádicos, temblorosos; atención frágil, fácilmente fatigable.
- Malformaciones asociadas: estrabismo, labio leporino y paladar hendido, pie varo equino, criptorquidia,
hidrocefalia, cardiopatías congénitas, varios tipos de anomalías dactilares.
- Padres negligentes en el cuidado de su desarrollo tanto físico como psicoafectivo.
- Alcoholismo de los padres pero, especialmente, de la madre.
1
Confeccionados a partir de Rouquette, 1957.
2
Tomado de Stratton et al., 1996.
3
La exposición materna al EtOH se define como un patrón de ingesta alcohólica excesiva caracterizada por
una ingesta regular sustancial, o por una alta ingesta episódica. La evidencia de este patrón de ingesta debe
incluir a los signos de dependencia al alcohol.
297
i. bajo peso al nacer para la edad gestacional,
ii. falta de progreso ponderal postnatal no debido a la nutrición,
iii. bajo peso en relación a la talla.
D Evidencia de anomalías del neurodesarrollo del SNC, tal como en, al menos, uno de los siguientes:
i. bajo perímetro craneal al nacer,
ii. anomalías cerebrales estructurales (por ej., agenesia parcial o total del cuerpo calloso, o hipoplasia
cerebelosa);
iii. signos neurológicos severos o leves (apropiados para la edad) tales como compromiso de las
habilidades motoras finas, hipo o acusia neurosensorial, pobre marcha en tándem [poor tandem
gait], mala coordinación visuo-manual.
Categoría 4. Defectos Congénitos Relacionados con el Alcohol (ARBD, por la sigla en inglés de Alcohol-
related birth defects):
Lista de defectos congénitos, incluyendo malformaciones y displasias:
298
Cardíacos CIA CIV
Transposición de los grandes vasos Tetralogía de Fallot
Esqueléticos Uñas hipoplásicas Clinodactilia
Meñiques cortos Pectus excavatum y carinatum
Sinostosis radiocubital Síndrome de Klippel-Feil
Contracturas en flexión Hemivértebras
Camptodactilia Escoliosis
Renales Aplasia, displasia o hipoplasia renal Duplicación ureteral
Riñón en herradura Hidronefrosis
Oculares Estrabismo Trastornos de la refracción debido a microftalmia
Auditivos Hipo- o acusia de conducción Hipo- o acusia sensorial
Otros Virtualmente cada malformación ha sido descripta en algún paciente con FAS. Sigue siendo
incierta la especificidad etiológica del alcohol para la mayoría de esas anomalías.
Categoría 5. Trastornos del Neurodesarrollo Relacionados con el Alcohol (ARND, por la sigla en inglés
de Alcohol-related neurodevelopmental disorders):
A Evidencia de anomalías del neurodesarrollo del SNC, tal como en, al menos, uno de los siguientes:
i. bajo perímetro craneal al nacer,
ii. anomalías cerebrales estructurales (por ej., agenesia parcial o total del cuerpo calloso, o hipoplasia
cerebelosa);
iii. signos neurológicos severos o leves (apropiados para la edad) tales como compromiso de las
habilidades motoras finas, hipo o acusia neurosensorial, pobre marcha en tándem [poor tandem
gait], mala coordinación visuo-manual.
y/o
B Evidencia de un patrón complejo de anomalías cognitivas o conductuales inconsistentes con el nivel
de desarrollo alcanzado y no explicado por la carga genética o las condiciones ambientales tales como
dificultades en el aprendizaje; déficits en el desempeño escolar; bajo control de los impulsos;
problemas en la percepción social; déficits del lenguaje; baja capacidad de abstracción y
metacognición; déficits específicos en las habilidades aritméticas; o problemas de memoria, atención
o juicio.
I: FAS con Exposición M aterna al Alcohol Confirmada (todas las características, A-D, son necesarias para
realizar el diagnóstico de esta categoría):
4
Tomado de Hoyme et al., 2005.
299
A Exposición materna al alcohol confirmada.
B Evidencia de un patrón característico de anomalías faciales menores, incluyendo dos o más de las
siguientes (Fig. 105):
i. hendiduras palpebrales cortas ( # al percentilo 10),
ii. borde bermellón fino del labio superior (puntaje 4 ó 5 con la guía de labio/philtrum),
iii. philtrum aplanado (puntaje 4 ó 5 con la guía de labio/philtrum).
C Evidencia de retraso del crecimiento pre- y/o postnatal:
i. altura o peso # al percentilo 10, si es posible corregido para las normas de raza.
D Evidencia de crecimiento cerebral deficiente o de morfogénesis anormal, incluyendo uno o más de los
siguientes:
i. anomalías cerebrales estructurales,
ii. perímetro cefálico # al percentilo 10.
III. FAS Parcial con Exposición M aterna al Alcohol Confirmada (todas las características, A-C, son
necesarias para realizar el diagnóstico de esta categoría):
A Exposición materna al alcohol confirmada.
B Evidencia de un patrón característico de anomalías faciales menores, incluyendo dos o más de las
siguientes:
i. hendiduras palpebrales cortas ( # al percentilo 10),
ii. borde bermellón fino del labio superior (puntaje 4 ó 5 con la guía de labio/philtrum),
iii. philtrum aplanado (puntaje 4 ó 5 con la guía de labio/philtrum).
C Otras características, una de las siguientes:
i. Evidencia de retraso del crecimiento pre- y/o postnatal:
a. altura o peso # al percentilo 10, si es posible corregido para las normas de raza.
ii. Evidencia de crecimiento cerebral deficiente o de morfogénesis anormal, incluyendo uno o más
de los siguientes:
a. anomalías cerebrales estructurales,
b. perímetro cefálico # al percentilo 10.
iii. Evidencia de un patrón complejo de anomalías cognitivas o conductuales inconsistentes con el
nivel de desarrollo alcanzado y que no pueda explicarse por la carga genética, el ambiente familiar
o las condiciones ambientales solamente
a. Este patrón incluye un compromiso marcado en el rendimiento en tareas complejas (tareas de
resolución de problemas complejos, planeamiento, juicio, abstracción, metacognición, y
aritméticas); déficits de alto nivel en el lenguaje receptivo y expresivo; y conducta alterada
(dificultad en las maneras personales, labilidad emocional, disfunción motora, bajo rendimiento
académico, y deficientes interacciones sociales).
300
III. FAS Parcial Sin Confirmación de la Exposición M aterna al Alcohol:
IIIB y IC, como arriba.
V. Defectos Congénitos Relacionados con el Alcohol (ARBD; todas las características, A-C, son necesarias
para realizar el diagnóstico de esta categoría):
A Exposición materna al alcohol confirmada.
B Evidencia de un patrón característico de anomalías faciales menores, incluyendo dos o más de las
siguientes:
ii. hendiduras palpebrales cortas ( # al percentilo 10),
iii. borde bermellón fino del labio superior (puntaje 4 ó 5 con la guía de labio/philtrum),
iv. philtrum aplanado (puntaje 4 ó 5 con la guía de labio/philtrum).
C Defectos congénitos estructurales en una o más de las categorías sigueintes, incluyendo
malformaciones y displasias (si el paciente presenta solamente anomalías menores, deben estar
presentes dos o más): cardíacos: CIA, CIV, transposición de los grandes vasos; esqueléticos:
sinostosis radiocubital, defectos de la segmentación vertebral, contractura de las grandes
articulaciones, escoliosis; renales: aplasia, displasia o hipoplasia renal, riñón en herradura, duplicación
ureteral; oculares: estrabismo, ptosis, anomalías vasculares retinianas, hipoplasia del nervio óptico;
auditivos: hipo- o acusia de conducción, hipo- o acusia sensorial; anomalías menores: uñas
hipoplásicas, meñiques cortos, clinodactilia de los meñiques, pectus carinatum o excavatum,
camptodactilia, pliegues palmares “en palo de hockey”, trastornos refractivos oculares, orejas “en vías
de ferrocarril”.
VI. Trastornos del Neurodesarrollo Relacionados con el Alcohol (ARND, para realizar el diagnóstico se
requieren tanto A como B):
A Exposición materna al alcohol confirmada.
B Al menos uno de los siguientes:
i. Evidencia de crecimiento cerebral deficiente o de morfogénesis anormal, incluyendo uno o más
de los siguientes:
a. anomalías cerebrales estructurales,
b. Perímetro cefálico # al percentilo 10.
ii. Evidencia de un patrón complejo de anomalías cognitivas o conductuales inconsistentes con el
nivel de desarrollo alcanzado y que no pueda explicarse por la carga genética, el ambiente familiar
o las condiciones ambientales solamente
a. Este patrón incluye un compromiso marcado en el rendimiento en tareas complejas (tareas de
resolución de problemas complejos, planeamiento, juicio, abstracción, metacognición, y
aritméticas); déficits de alto nivel en el lenguaje receptivo y expresivo; y conducta alterada
(dificultad en las maneras personales, labilidad emocional, disfunción motora, bajo rendimiento
académico, y deficientes interacciones sociales).
NOTA: las siguientes consideraciones vales para los criterios diagnósticos propuestos. En cada una de las categorías se asume que la
evaluación genética y médica ha excluído una fenocopia, incluyendo a otros síndromes genéticos y de malformaciones. La exposición
301
materna al EtOH se define como un patrón de ingesta alcohólica excesiva caracterizada por una ingesta regular sustancial, o por una
alta ingesta episódica. La evidencia de este patrón puede incluir frecuentes episodios de intoxicación, el desarrollo de tolerancia o
abstinencia, problemas sociales y/o legales relacionados con la bebida, el involucramiento en conductas físicamente riesgosas mientras
se está bajo los efectos de la bebida, o problemas médicos relacionados con el alcohol tales como hepatopatías. La confirmación puede
ser por entrevista materna o a partir de fuentes colaterales confiables.
Los ARBD y ARND se refieren a condiciones clínicas en las que debe existir una historia de exposición materna al alcohol, y en
las que la investigación clínica o en animales deben correlacionarse la ingesta materna de alcohol con el desenlace observado. Los
ARBD comprende a niños con anomalías estructurales mayores y/o menores que exhiben un crecimiento físico y un desarrollo
intelectual normales. Los ARND comprenden a un patrón específico de conducta y desarrollo alterados en niños con crecimiento y
desarrollo estructural normales.
Dismorfia facial:
Basado en normas raciales, el individuo exhibe las tres siguientes características faciales (Fig. 105):
• philtrum liso (puntaje 4 ó 5 de la Guía Labio-Philtrum de la Universidad de W ashington),
• borde bermellón delgado (puntaje 4 ó 5 de la Guía Labio-Philtrum de la Universidad de W ashington),
• hendiduras palpebrales cortas ( # al percentilo 10).
Problemas de crecimiento:
Altura o peso pre- o postnatal, o ambos, # al percentilo 10, confirmados, documentados en cualquier punto
temporal (ajustado por edad, sexo, edad gestacional y raza o etnia).
5
Tomado de Bertrand et al., 2004.
302
a déficits o discrepancias cognitivas o del desarrollo,
b déficits del funcionamiento ejecutivo,
c retraso en el funcionamiento motor,
d problemas en la atención o hiperactividad,
e habilidades sociales,
f otros tales como problemas sensoriales, problemas en el lenguaje pragmático, déficits de
memoria, etc.
Este sistema diagnóstico utiliza una escala Likert de 4 grados (donde 1 corresponde a
ausencia y 4 a expresión extrema) para cada uno de las cuatro principales características
diagnósticas:
1) el déficit de crecimiento (ninguna, leve, moderado y significativa);
2) el fenotipo facial del FAS (ausente, leve, moderado y severo) (Fig. 105);
3) el daño o la disfunción del SNC (improbable, posible, probable y definitivo); y
4) la exposición gestacional al EtOH (sin riesgo, desconocido, algún riesgo, alto riesgo).
En la codifición, según el orden previo invariable,cada una de las categorías ocupan sólo
uno y siempre el mismo lugar en el código de 4 dígitos. Así, en esta escala existen,
finalmente, 44 = 256 códigos posibles de 4 dígitos cada uno (desde el 1111 al 4444). Cada
uno de estos 256 códigos se agrupan, y caen, dentro de una de 22 categorías diagnósticas
diferentes (denominadas con letras, de la A a V). Las categorías E-J, K-P, y Q-V sólo
6
Tomado de Astley y Clarren, 2000.
303
difieren por la exposición al alcohol por lo que, esencialmente, hay solamente 9 categorías
diagnósticas únicas en contraste con las 5 categorías del criterio utilizado por los CDC. Para
mayores detalles de este sistema algo engorroso se remite al lector al trabajo original
(Astley y Clarren, 2000). Solo a modo de ejemplo se presenta la grilla siguiente:
3 2 4 4
Esta grilla se utiliza para registrar el Código Diagnóstico de 4-Dígitos siguiendo los lineamientos
presentados por Astley y Clarren (2000). Un código de 3 ó 4 en la columna Crecimiento o Cara se denomina
como “hallazgo físico centinela” (cuadros gris oscuro). Un código de 2 en la columna Cerebro es un
“trastorno neuroconductual” (cuadro rayado horizontal); un código de 3 ó 4 es “encefalopatía estática”
(cuadros negros). Un código de 3 ó 4 en la columna de Alcohol es “expuesto al alcohol” (cuadros rayado
vertical) y un código 2 es “exposición al alcohol desconocida” (cuadro gris claro). Por lo tanto, el código
ejemplificado (3244) recibiría el nombre de “hallazgos centinela físicos, encefalopatía estática, expuesto al
alcohol).
VII.1.6. Lineamientos canadienses para el diagnóstico del FAS, FAS parcial y los
ARND:7
Los criterios para el diagnóstico del síndrome alcohólico fetal, tras haber excluído otros diagnósticos, son:
A. Evidencia de un compromiso pre- o postnatal del crecimiento, tal como en al menos 1 de los siguientes:
a. Peso o talla al nacer # percentilo 10 para la edad gestacional.
b. Peso o talla # percentilo 10 para la edad.
c. Relación peso/talla desproporcionadamente baja ( # percentilo 10).
B. Presentación simultánea de al menos 3 de las siguientes anomalías faciales a cualquier edad (Fig. 105):
a. Hendidura palpebral corta (2 o más desvíos estándar bajo la media).
b. Philtrum liso o aplanado (puntaje 4 ó 5 en la guía labio-philtrum).
c. Labio superior delgado (puntaje 4 ó 5 en la guía labio-philtrum).
7
Tomado de Chudley et al., 2005.
304
C. Evidencia de compromiso en 3 ó más de los siguientes dominios del sistema nervioso central: signos
neurológicos leves o severos; estructura cerebral; cognición; comunicación; logros académicos; memoria;
funcionamiento ejecutivo y razonamiento abstracto; déficit de atención/hiperactividad; conducta
adaptativa, habilidades sociales, comunicación social.
D. Exposición materna al alcohol confirmada (o no confirmada).
Los criterios diagnósticos para el síndrome alcohólico fetal parcial, tras haber excluído otros diagnósticos,
son:
A. Presentación simultánea de 2 de las siguientes anomalías faciales a cualquier edad:
a. Hendidura palpebral corta (2 o más desvíos estándar bajo la media).
b. Philtrum liso o aplanado (puntaje 4 ó 5 en la guía labio-philtrum).
c. Labio superior delgado (puntaje 4 ó 5 en la guía labio-philtrum).
B. Evidencia de compromiso en 3 ó más de los siguientes dominios del sistema nervioso central: signos
neurológicos leves o severos; estructura cerebral; cognición; comunicación; logros académicos; memoria;
funcionamiento ejecutivo y razonamiento abstracto; déficit de atención/hiperactividad; conducta
adaptativa, habilidades sociales, comunicación social.
C. Exposición materna al alcohol confirmada.
Los criterios diagnósticos para los trastornos del neurodesarrollo relacionados con el alcohol, tras haber
excluído otros diagnósticos, son:
A. Evidencia de compromiso en 3 ó más de los siguientes dominios del sistema nervioso central: signos
neurológicos leves o severos; estructura cerebral; cognición; comunicación; logros académicos; memoria;
funcionamiento ejecutivo y razonamiento abstracto; déficit de atención/hiperactividad; conducta
adaptativa, habilidades sociales, comunicación social.
B. Exposición materna al alcohol confirmada.
El término trastornos congénitos relacionados con el alcohol (ARBD) no debería usarse como un término
diagnóstico paraguas para el espectro de los efectos del alcohol. Los ARBD constituyen una lista de anomalías
congénitas que incluyen malformaciones y displasias y debería usárselo con precaución.
305
Figura 105 . A specto d el fen otipo facial de pe rson as afectadas el A M F y qu e presen tan FA S . A : ne on ato d e 1 d ìa d e ed ad ; nó tese
el m arcado hirsutism o, el labio superio r d elgado, la ausencia del philtrum y la nariz de raíz aplanada, casi en silla en m onta r visible
en el perfil (to m ado de Jones y S m ith , 1973). B : niños de 3 años y 9 m eses de edad y de 2 años y 6 m eses (tom ado de Jones et a l.,
1973). C : pacientes de 17 y de 2,5 años de edad, respectivam ente; nótese cóm o, a p esar de haber llegado a la adolescencia, el
pa cien te d e la izqu ierda aú n presen ta las características faciales típicas d el FA S , algo qu e, sin em ba rgo , pu ed e ir pe rdiénd ose
c on el tie m po y la m aduración (tom ado de C larren y Sm ith, 1978). D : fotom icrog rafías d e m icroscop ía electrónica d e b arrid o d e
fe to s de ra ta norm al (a la izquierda) y afectada por e l FA S (en m ed io) a la m ism a ed ad g estacional, y asp ecto d e un recién nacid o
claram ente m icrocéfalo; nótese, en los fetos de rata, cuán evidente son la m icrocefalia, la m icroftalm ía, y los defectos del
desarrollo fac ial, eviden tes so bre todo en el lab io su perior (m odifica do de S ullik, 20 05 ). E : Fran ço is (34 a ños) y Joseph (22 añ os),
do s h ijo s “de padres alcohólicos”, am bos débiles m entales, p osib lem ente el p rim er registro g ráfico d e p acientes afectados p or
e l F A S , se gú n una litografía del Tratado de M orel (1857). F: K .M ., niña d e 6 años d e edad afectada d e FA S, uno de los p rim eros
ca so s d ocu m en tad os en nuestro p aís (R eich m an et al., 19 79 ).
306
Anexo II
8
En base a datos tomados de Clarren y Smith, 1978; Adams y Victor, 1993; Schuckit, 1995; Stratton et al.,
1995.
307
Anexo III
Receptores serotoninérgicos.
Los receptores que tienen a la 5-HT como ligando específico, según las últimas
clasificaciones al uso, se agrupan en cuatro subfamilias de receptores metabotrópicos (7
dominios transmembrana, ligados a proteína G) y una subfamilia constituida por un único
receptor ionotrópico (ligado a un canal iónico) cuyo integrante es el receptor 5-HT3. Se
agrega a estos, un receptor huérfano, no agrupado y atípico, de localización enteral (el
5-HT1P). Se conocen otros dos receptores (5-ht5A y 5-HT5B) que pueden constituir una
familia pero de los que aún se desconoce el mecanismo de acción (ver Tabla 1) (Aghajanian
y Sanders-Bush, 2002).
Los receptores metabotrópicos (Fig. 17) comprenden a los agrupados como subfamilia
5-HT1 (acoplados negativamente a la adenilato ciclasa y que incluyen a los subtipos 5-
HT1A, 5-HT1D"a, 5-HT1D$ß, 5-ht1E y 5-ht1F); la subfamilia 5-HT2 (estimulan a la fosfolipasa
C y la vía de los fosfoinosítidos, e incluye a los subtipos 5-HT2A, 5-HT2B y 5-HT2C), y una
tercera subfamilia 5-HT4, 5-ht6 y 5-HT7, que incluye a esos tres tipos de receptores (todos
acoplados positivamente a la adenilato ciclasa).
Los receptores serotoninérgicos están codificados en distintos genes y pueden sufrir
distintos tipos de modificaciones post-transcripcionales que aumentan potencialmente su
variedad y posibilidades de regulación. Los receptores de esta gran familia presentan
patrones diferenciales de expresión, tanto periférico como central. Para la mayoría de ellos
se han desarrollado también drogas agonistas y antagonistas, con mayor o menor
especificidad, útiles a la hora de realizar estudios farmacológicos y de uso clínico en
humanos.
308
Tabla 12. Receptores serotoninérgicos:
5-ht 1E ? ? Inhibe A C
5-H T 5B 2q11-13 ? ?
* En algunos casos se utilizan letras en m inúscula debido a que las funciones m ediadas por tales receptores aún no se conocen en tejidos
intactos.
§
A C : adenilato ciclasa; P LP C : fosfolipasa C .
309
Anexo IV
9
También denominada, en ocasiones, con la sigla NEF por neurite extension factor (factor de extensión de
neuritas, en inglés).
10
Helix-loop-helix, en inglés.
11
A la proteína monomérica (y al gen que la codifica) se los denomina, generalmente, S100 $; en tanto que
al dímero conformado se lo denomina S100B o S100b.
310
el extremo amino-terminal del monómero,
liga Ca2+ con una afinidad aproximadamente
100 veces menor (Kd . 200-500 :M) que el
bulce L2 situado hacia el otro extremo (Kd .
10-50 :M) (Santamaria-Kisiel et al., 2006). Si
bien las principales funciones de la S100B
están relacionadas a su capacidad ligadora de
dos átomos de Ca2+ por monómero, puede
ligar también iones Zn2+ con afinidades
nanomolares (Kd = 94 ± 17 nM) en un sitio
distinto a aquel en el que se une el Ca2+; la
Figura 107. R epresenta ción de un m odelo de cinta s de la
unión de un átomo de Zn2+ incrementa p roteína S-100B hum ana en la que los seg m entos
helicoidales se m uestran con núm ero s ro m anos para uno (I-
IV ) y otro m o nóm ero (I’-IV ’). M odificado de Ferguson y S haw ,
notablemente la afinidad de la proteína por los 2002.
311
promotora de la extensión de neuritas (como las capacidades neurotrófica y mitogénica
glial, en general) depende críticamente de que la S100B dimérica se encuentre en estado
oxidado en los grupos sulfhidrilo de los residuos Cys $68 y Cys $84, ya que la forma
reducida es inactiva en relación a tales funciones (Scotto et al., 1998).
Los niveles de expresión de la S100B dependen de varios factores ambientales. Su
expresión está bajo un fuerte control regulatorio transcripcional y se postula que, en los
seres humanos, la expresión puede estar reprimida constitutivamente en todos los tipos
celulares por elementos regulatorios represores. De este modo, sólo la presencia de factores
inductores que contrarreste los efectos de los represores sería capaz de favorecer la
expresión del gen. Esto permitiría una muy fina y óptima regulación de los niveles de
expresión de la proteína.
312
El RAGE está conformado por una cadena de 394 aminoácidos con 3 dominios
globulares extracelulares de 332 aminoácidos (un dominio V y dos dominios C -C1 y C2-)
con estructuras secundarias predominantes de hoja $ plegada en los que reside la capacidad
de unión a sus ligandos; un corto segmento helicoidal intramembranoso de 19 aminoácidos
hidrofóbicos y una pequeña secuencia intracelular fuertemente ácida de 43 aminoácidos que
es crítica para su capacidad de transducción intracelular de señales (Huttunen et al., 1999;
Neeper et al., 1992) (Fig. 109). El gen del RAGE, en el ser humano, está localizado en el
brazo corto del cromosoma 6 (6p21.3), en la región codificante de las moléculas del
complejo mayor de histocompatibilidad de tipo III (CMH III) (Sugaya et al., 1994).
313
asocian entre sí por medio de enlaces covalentes para formar un tetrámero. Esta asociación
no es simétrica o paralela sino que es escalonada e intercalada, o antiparalela, ya que las
cabezas y las colas globulares de los dos dímeros se asocian en forma despareja; es decir,
las cabezas amino-terminales de un dímero con las colas carboxi-terminales del otro en un
mismo extremo. Así, los dímeros, que tenían una polaridad estructural (por presentar una
cabeza y una cola), se asocian en tetrámeros que carecen de tal polaridad (Fig. 111).
Dado que el tetrámero no es polar, el
FI resultante, ensamblado a partir de la
reunión de estos también carece de tal
propiedad (Karp, 2006).12 Por último,
ocho tetrámeros se unirán luego entre
sí, en forma términoterminal y
laterolateral por medio de enlaces no
covalentes, para formar el FI cordiforme
(Alberts et al., 2006; Karp, 2006) (Fig.
112).
El agregado o la resección de grupos
fosfato (fosforilación y desfosforilación
de las subunidades) controla el
F igura 11 2. E nsam blaje de los filam en tos interm ed ios desd e la
ensamblaje y desensamblaje de casi form ación d e octám eros a partir d e d os tetrám eros y la com p osición
final del FI co rdiform e (arriba). E n m ed io, im ag en al m icro sc o p io
todos los tipos de FI (Karp, 2006). e lectrónico de un neurofilam e nto en el que se aprecian los bra zo s
laterales exten d i énd ose desd e el eje central. A b ajo, im agen d e
m icroscop ía electrónica d e un p reparado d e axón obtenid o p or
Estos cambios controlados del nivel de críofractura en el que se ap recia el entram ado citoesquelético
form ado p or los neurotúb ulos (sólo se ven d os, flechas) y los
neurofilam entos, unid os entre sí p or los b razos laterales (cab ezas d e
grupos fosfatos hace que los FI sean un flecha). M : m itocond rias. M odificado de A lberts et al., 2006 y Lee y
C leveland, 1996.
componente del citoesqueleto
fácilmente regulable por las especiales condiciones cambiantes de una célula. Son, por ello,
estructuras particularmente dinámicas.
Los dominios centrales en "-hélice tienen una secuencia aminoacídica semejante en los
diferentes tipos de proteínas de FI lo que determina que, cuando se asocian en haces entre
sí, formen filamentos con un diámetro y una estructura interna similar independientemente
del tipo de FI. Sin embargo, las cabezas y las colas globulares, por el contrario, varían
considerablemente en tamaño y secuencia aminoacídica y, al estar expuestas en la
12
Recuérdese que los otros componentes del citoesqueleto (los microtúbulos y los microfilamentos), a
diferencia de los FI, sí presentan polaridad.
314
superficie, permiten que los FI interactúen entre sí y con otros componentes del citoplasma
(Alberts et al., 2006).
13
La mayor parte de los datos de esta subsección los he tomado de la excelente revisión de Sánchez et al.
(2000).
14
La MAP-2 se une por medio de sus TBD a la región carboxi-terminal ácida de los dímeros de tubulina, al
igual que las proteínas motoras (dineína y kinesina) por lo que puede interferir con la unión de éstas a los MTs
y, por ello, con el proceso de transporte de organelas mediado por proteínas motoras.
315
primario. Todas las MAP-2 son moléculas no compactas, flexibles que parecen carecer de
una estructura secundaria definida. La región carboxi-terminal de la MAP-2, incluyendo
a los TBD y PRD, se une estrechamente a los MTs en tanto que el resto de la molécula
(denominado dominio de proyección, y que comprende el extremo amino-terminal) se
proyecta fuera de la superficie del MT formando una especie de extensión en forma de
brazo (Fig. 113).
La M AP-2 es regulada en sus funciones por medio de la acción de importantes modificaciones post-
traduccionales de la molécula. M ás allá de algunos mecanismos regulatorios que parecen ser de menor
importancia (como por ejemplo los mediados por el fosfatidilinositol, la glucosilación y la ADP-ribosilación),
los principales mecanismos regulatorios de esta proteína se hacen efectivos por medio de su fosforilación y
desfosforilación en residuos específicos de serina y treonina ubicados en distintos lugares de la cadena
aminoacídica. Así, la M AP-2 es sustrato de numerosas quinasas y fosfatasas.
Entre las proteín-quinasas, se ecuentran: i) la proteín-quinasa AM Pc-dependiente (PKA), para la cual
la M AP-2 posee una secuencia de unión específica donde se une la subunidad RII de la enzima (Fig. xx); la
fosforilación de la MAP-2 por la PKA disminuye su unión a la tubulina y a la actina, aumenta la tasa constante
de disociación de los polímeros MTS, reduce la actividad de nucleación de los MTs inducida por la MAP-2
e inhibe la proteólisis de la MAP-2 mediada por calpaína; ii) la proteín-quinasa II Ca 2+-calmodulina-
dependiente (CAM KII), una enzima muy abundante en las espinas dendríticas y en las densidades
postsinápticas (que puede estar involucrada en los procesos de almacenamiento de los trazos de memoria);
su acción fosforilatoria sobre la MAP-2 inhibe la acción promotora del ensamblaje de los M Ts y de
entrecruzado de los MFs que posee la MAP-2; iii) la proteín-quinasa Ca 2+/fosfolípidos-dependiente (PKC),
cuya acción fosforilatoria sobre los residuos del TBD y otros lugares de la MAP-2 reduce su capacidad de
inducir la polimerización de tubulina y también inhibe su interacción con la actina de los MFs; iv) las proteín-
quinasas dirigidas por prolina (PDPKs), un grupo de quinasas con actividad fosforilatoria sobre residuos
de Ser/Thr-Pro capaces de modificar el perfil tridimensional de toda la proteína lo cual, a su vez, puede
modificar su capacidad para interactuar con otras proteínas, su cinética desfosforilatoria, su localización
subcelular o su degradación; entre este grupo de quinasas se encuentran: las quinasas reguladas por señales
extracelulares (ERK),15 las quinasas ciclina-dependientes (CDK), y la glucógeno sintetasa quinasa 3
(GSK3). Las ERKs están asociadas a los MTs; su acción fosforilatoria sobre la región carboxi-terminal de
la MAP-2 puede reducir significativamente su capacidad para inducir la polimerización de la tubulina aunque
la mayoría de los sitios de fosforilación de la MAP-2 por las ERKs están en la región amino-terminal; las
ERKs pueden participar así en la regulación del crecimiento de las neuritas, en la transmisión sináptica y en
la memoria a largo plazo. De las CDKs, la CDK5 es particularmente abundante en las neuronas en las que
pueden jugar un rol importate en la migración neuronal y en la extensión y el crecimiento de las neuritas; las
CDKs se asocian a los MTs y la acción fosforilatoria de las CDKs sobre la funcionalidad de la MAP-2 puede
ser similar a la que ejercen las ERKs. La acción fosforilatoria de la GSK3 sobre la MAP-2 puede modificar
la estabilidad de los MTs (hacia la desestabilización) y controlar el desarrollo neuronal.16
Entre las fosfatasas que la desfosforilan se encuentran las serina/treonina proteín-fosfatasas como la PP1,
PP2A, PP2B (calcineurina, una fosfatasa Ca 2+-dependiente) y la PP2C. La estimulación de los receptores
glutamatérgicos NMDA aumenta la desfosforilación de la MAP-2 presumiblemente por acción de las
fosfatasas PP2B y PP1.
15
Las ERKs (por las siglas en inglés de extracellular signal-regulated kinases) también reciben la
denominación MAPK/ERK por las siglas en inglés de mitogen-activated protein kinases (MAPK) dado que
varias de las señales extracelulares que las activan son mitógenas y conserva así la misma sigla original que
tenían cuando se las denominaba microtubule-associated protein 2-kinases (MAPK).
16
Es curioso que el litio, una droga que se utiliza en clínica neuropsiquiátrica como estabilizador del ánimo
y antirrecurrencial en la enfermedad maníaco-depresiva, es un inhibidor de la GSK3.
316
microtubular en respuesta a las cambiantes señales extracelulares. Estos cambios de la
dinámica microtubular son cruciales para la morfogénesis y el establecimiento de la
polaridad neuronal. Los altos niveles de fosforilación de la MAP-2 disminuyen su
asociación a los MTs pero también sucede lo mismo con los altos niveles de
desfosforilación. Por ello, se cree que es posible que, más que los niveles totales de
fosforilación de la MAP-2, la ubicación de esos grupos fosfato en la molécula de la MAP-2
sean los determinantes de los niveles de unión intermolecular. Los niveles de fosforilación
de la MAP-2 también determinan su susceptibilidad a la degradación y ello tiene relevancia
para el nivel de ensamblaje de los Mts.
317
Anexo V
Un sistema “E” sirve como modelo de otro sistema “R” si el estudio del sistema E
permite conocer íntimamente lo que sucede en R independientemente de cualquier
conexión causal que pueda existir entre E y R. Para que un modelo sea eficiente como tal,
el sistema E debe ser más simple que el sistema R (Tabakoff y Hoffman, 2000).
En las ciencias biomédicas, los modelos experimentales (E) que se llevan a cabo in vivo
permiten reproducir en forma controlada, utilizando animales de laboratorio, uno o varios
aspectos de la realidad (R) observada en los seres humanos con la finalidad última de
comprender sus mecanismos íntimos y/o intervenir en ellos. Por lo tanto, de la correcta
elección del modelo experimental que se utilice dependerá el conocimiento óptimo que se
pueda extraer de él. Huelga aclarar que ese conocimiento, en relación con la realidad, será,
siempre, parcial.
Uno de los primeros investigadores que inició estudios experimentales de alcoholismo utilizando animales
fue Jacques Joseph Valentin M agnan (1835-1916), un célebre neuropsiquiatra francés, quien alcoholizó
perros, cobayos, gatos, y conejos para estudiar los efectos diferenciales del alcohol y una bebida en boga por
entonces: el ajenjo (Amory, 1868; Magnan, 1871, 1874). M agnan, tras comprobar, en perros, que el consumo
de alimentos embebidos en cantidades prefijadas de EtOH era rechazado por los animales tras un período de
consumo inicial, comenzó a administrarles el tóxico intragástricamente a través de sondas orogástricas o de
gastrostomías. Los estudios con animales de laboratorio alcoholizados durante la preñez con el fin de estudiar
a la descendencia comenzaron en 1912 cuando L. B. Nice inició estudios con roedores y en 1913 Charles R.
Stockard utilizando un método de alcoholización de coballos por vía inhalatoria encontró malformaciones
en las crías, bajo peso al nacer, retardo del crecimiento postnatal, alta mortalidad infantil y baja fertilidad en
sus estudios a lo largo de cuatro generaciones. Cole y Davis en 1914 y MacDowell y Vicari en 1917 hallaron
lo mismo en ratones blancos, conejos y ratas. En 1914, Stockard, nuevamente, exponiendo, esta vez, huevos
de gallina a los vapores del alcohol, obtuvo pollitos cíclopes y varios con microcefalia, aplasia o hipotrofia
de segmentos corporales e hipodinamia circulatoria vascular (W arner y Rosett, 1975).
17
Cfr. ut supra, en la Introducción, la nota al pie Nº 18 en la sección I.3.1. (Farmacocinética) y la sección
I.3.5. (Correlación entre el nivel de alcoholemia y las manifestaciones cognitivo-conductuales en la
intoxicación aguda).
318
camada así como la longevidad de los individuos varían de especie en especie); ii) la vía
de administración por la que se ha de suministrar el EtOH puede mimetizar o no la vía de
consumo habitual en los humanos al tiempo que determinar muy diferentes niveles finales
de alcoholemia (vías subcutánea, intravenosa, oral, intragástrica, intraperitoneal,
intrarrectal, inhalatoria); iii) la necesidad o no de provocar mayores o menores cambios
metabólicos y, particularmente, distintos grados de daño hepático semejantes a los
observados en el ser humano (esteatosis hepática, hepatitis alcohólica, cirrosis alcohólica),
grados cuya consecución experimental se correlaciona parcialmente con la longevidad del
animal y el tiempo de exposición al tóxico y la suplementación calóricoproteica o no que
determinarán la normal nutrición o diferentes grados de malnutrición; iv) la facilidad de
implementación de la vía de administración18; v) el costo de mantenimiento y la facilidad
de manipulación de los animales de la especie elegida19; vi) la necesidad de conseguir
niveles de alcoholemia bajos o altos, permanentes o transitorios, en función de los
requisitos experimentales que se hubieren de perseguir; vii) la posibilidad de permitir o no
al animal de experimentación la capacidad de elegir libremente la ingesta de EtOH; viii)
el tipo de estudio experimental que se ha de llevar a cabo (metabólicos, bioquímicos,
morfológicos, conductuales, reproductivos, bioeléctricos, sociales, de intoxicación aguda
o crónica, de dependencia, tolerancia o abstinencia, etc.); ix) el sexo y grupo etario de los
animales que se han de utilizar para mimetizar aspectos humanos (machos y/o hembras
neonatas, infantes, adolescentes, adultas o ancianas); x) la apetencia relativa por el
consumo voluntario de EtOH que presenta cada especie.20
Por todos estos, y otros, factores interrelacionados y variables es que se han generado,
a lo largo de la historia, distintos modelos experimentales para estudiar diferentes aspectos
del alcoholismo humano.
18
Administrar EtOH en el agua de bebida que consumen diariamente los animales es más fácil, por ejemplo,
que administrarla intragástricamente por medio de una gastrostomía, que requiere la realización de un
procedimiento quirúrgico y cuidados postquirúrgicos de los animales.
19
Previsiblemente, la crianza, mantenimiento y manipulación de, digamos, primates, roedores o células en
cultivo, difieren notablemente.
20
Los animales de cepas salvajes, en su mayoría, y a diferencia de los seres humanos, son espontáneamente
reacios a ingerir bebidas alcohólicas y, si se les ofrece la opción, prefieren beber líquidos que no lo contengan;
más aún, dependiendo de la concetración de EtOH que contenga la bebida que se les ofrezca, pueden
disminuir la cantidad diaria total de líquido ingerido o, incluso, llegar a cesar la ingesta líquida, deshidratarse
y morir. Para vencer estas dificultades se han desarrollado, por cría endogámica, varias cepas de ratas y
ratones con preferencia para beber alcohol, incluso por sobre el agua u otras bebidas.
319
VII.5.1. Administración en el agua de bebida:
320
posible reproducir, en general, el gran consumo, agudo y brusco, que se observa en las
“borracheras” rápidas21, habituales en los grandes bebedores de fines de semana. Otra
desventaja del modelo es que las alcoholemias varían a lo largo del día en función del
patrón temporal de consumo habitual de los animales (la presencia o ausencia de alimento
en el estómago, por ejemplo, es uno de los factores que más fácilmente altera los
parámetros farmacocinéticos del EtOH); esto, si bien se asemeja a lo que sucede en
humanos, impone una dificultad en el control experimental. Finalmente, en función del
corto período de vida de los roedores de laboratorio (2-3 años para las ratas), de las bajas
alcoholemias obtenidas con este método y de que no es posible lograr en general que los
roedores ingieran más del 30% del VCT como derivado del EtOH en soluciones al 15%
(v/v) (Lieber y DeCarli, 1967; Scheig et al., 1966), no es posible provocar en ratas, con este
método, lesiones hepáticas más allás de la hepatitis alcohólica; es decir, nunca se llega a
producir cirrosis (Lieber y DeCarli, 1967).22
21
Algo que en la literatura anglófona se denomina binge consumption (consumo de juerga o parranda).
22
Este fue el principal factor por el que estos dos autores desarrollaron su hoy famosa y muy comercializada
dieta líquida ya que ambos persiguían la consecución de lesiones del tipo de la cirrosis hepática en animales
de laboratorio para estudiar un modelo de esta enfermedad humana (Lieber y DeCarli, 2001).
23
Cf. ut supra sección I.2.4. (Correlación entre el nivel de alcoholemia y las manifestaciones cognitivo-
conductuales en la intoxicación aguda) en la Introducción.
321
métodos, como la administración intragástrica.24
En cuanto a las desventajas, también las hay en este método y algunas tan importantes
como las ventajas que aporta. La principal de ellas es la irritación que provoca el EtOH en
contacto con el mesotelio peritoneal. En ocasiones, pueden observarse animales que
intentan aliviarse de la irritación “rascándose” el abdomen. Por cierto que la irritación
podría evitarse disminuyendo la concentración de la solución inyectada pero, en este caso,
el volumen a inyectar para alcanzar igual dosis aumenta tanto que, en la práctica, no se lo
puede administrar sin comprometer, por ejemplo, la excursión ventilatoria de los pulmones
por abovedamiento de la cúpula diafragmática. Por ese motivo, la mayoría de los
investigadores que utilizan este método de administración prefieren inyectar soluciones de
EtOH al 20% (v/v) en solución salina. Una mayor concentración resultaría en un menor
volumen pero conllevaría el incremento de la probabilidad de irritación del peritoneo, y
viceversa. La irritación peritoneal puede provocar, tras repetidas inyecciones y en forma
relativamente rápida, la formación de bridas, sinequias y otras adherencias que pueden
constreñir vísceras abdominales huecas y, en el caso de los estudios gestacionales
precisamente, de los cuernos uterinos y comprometer así el desarrollo fetal. Puede incluso
formarse un plastrón que imposibilita totalmente la realización de cirugías en el abdomen,
en caso de que el experimento lo requiriese. Por último, como la implementación de este
método implica manipular, inmovilizar e inyectar periódicamente a los animales, más allá
del factor agregado de la irritación peritoneal, este método es uno de los que más estrés
genera en los animales de experimentación.
24
Sin embargo, comparando ambas especies independientemente de la vía de admnistración, los perfiles de
alcoholemia en los ratones son más severos que los que se ven en las ratas, probablemente debido a sus
diferencias farmacocinéticas en la velocidad de metabolización del EtOH (Livy et al., 2003).
322
de la cual se coloca una sonda en el interior del estómago, directamente desde el exterior
y a través de la pared abdominal. Así, se inyectan por ella soluciones de EtOH directamente
en el estómago. La administración intragástrica produce alcoholemias pico menores que las
de la administración ip posiblemente por la presencia en la mucosa gástrica de la enzima
ADH que determina un efecto metabolizador de primer paso (Livy et al., 2003)25. La
administración intragástrica se puede utilizar, además, en los modelos de la denominada
cría artificial (artificial rearing) en la que se realiza una gastrostomía en crías de ratas
neonatales; por medio de la gastrostomía se las alimenta con fórmulas lácteas especiales
para roedores a las que se agrega EtOH. Con este método, según la dosis de EtOH
administrada, se pueden alcanzar altas alcoholemias (300-350 mg/dl) sostenidas en el
tiempo, capaces de inducir microcefalia (Goodlett et al., 1990).
A semejanza de la administración ip, con la intragástrica se puede regular muy
precisamente la dosis con la ventaja adicional de que es más “fisiológica” que aquella dado
que el alcohol ingresa al organismo por el estómago. Se puede además infundir la solución
en forma discontínua (como en la ip) o en forma contínua por gastroclisis y mantener así
niveles altos y sostenidos de alcoholemias. A semejanza de la ingesta por vía oral y a
diferencia de la inyección ip, existe en este método un efecto de primer paso por
metabolización prehepática en la mucosa gástrica.
Las desventajas de este método están a la vista: el procedimiento es altamente estresante
para el animal, tanto sea que se lo sonde por la boca como (y aún más) si se lo opera para
realizarle la gastrostomía (en este último caso se suman los cuidados y las complicaciones
postquirúrgicas). Operativamente, es más complicado y requiere, por parte del operador,
mayor entrenamiento y habilidad manual que en la administración en el agua de bebida o
por vía ip. A pesar de ser este método más “fisiológico” que la vía ip no lo es tanto como
la vía oral ya que el EtOH no pasa por la boca y no tiene contacto, en principio, con la
mucosa yugal, gingival y lingual y se descuidan así muchos de los efectos conductuales
originados por estímulos gustativos, olfativos y cenestésicos.
Una variación de este método, muy utilizado en estudios conductuales llevados a cabo
en animales postnatales tempranos expuestos prenatalmente al tóxico, acerca del
condicionamiento gustativo y olfativo del EtOH, consiste en colocar la sonda directamente
en la boca de animal atravesando para ello, con la sonda, la piel y estructuras subyacentes
25
Cf. ut supra la sección I.2.1. Farmacocinética en la Introducción.
323
de la mucosa yugal (Dominguez et al., 1998). Al inyectarse la solución de EtOH, como los
animales no saben escupir, tragan el líquido muy a su pesar. Sin embargo, este método no
se utiliza primariamente para administrar el EtOH sino para generar efectos locales sobre
la mucosa orofaringolingual que generan importantes correlatos conductuales.
Algunos de los motivos explícitos que llevaron a Lieber y DeCarli a desarrollar una dieta
líquida nutricionalmente completa y adecuada y en la cual se pudiera adicionar EtOH,
fueron: i) superar la aversión natural de los roedores de laboratorio a beber EtOH; ii) lograr
producir altas alcoholemias sostenidas en el tiempo capaces de producir daño hepático
324
(Lieber, 2000); iii) conseguir, en animales de laboratorio más longevos que los roedores,
que el consumo de EtOH represente hasta el 50% del VCT de la dieta diaria ya que ese
porcentaje es aquel al que puede llegar un humano alcohólico crónico; y iv) reproducir en
esos animales más longevos las alteraciones patológicas observadas en el hígado de
humanos alcohólicos crónicos, principalmente la cirrosis (algo imposible de obtener con
la administración en el agua de bebida ya que lo máximo que se puede lograr es la
esteatosis hepática) (Lieber y DeCarli, 1967, 1994; Lieber et al., 1975).
Entre las ventajas de la dieta líquida Lieber-DeCarli, se cuenta el hecho de que se
pueden obtener consumos diarios de EtOH que son 2-3 veces mayores (12-18 g/kg/d) que
los que se logran con la administración en el agua de bebida, pero por una vía de
administración “fisiológica”. Con estos niveles de consumo no son infrecuentes las
alcoholemias de 100-150 mg/dl. Con esta dieta, los roedores consumen calorías derivadas
del EtOH en relación nunca mayor al 36% del VCT en tanto que en los babuinos se puede
lograr que consuman hasta el 50% (Lieber y DeCarli, 1994). La cantidad de ácidos grasos
en la dieta líquida con EtOH tiene un notable efecto sobre la cantidad de los mismos que
se acumulan en el hígado (Lieber y DeCarli, 1994). El ajuste de los nutrientes en la dieta
es mucho más flexible que en otros métodos por tratarse el alimento de una solución. La
composición relativa de los nutrientes y el porcentaje de EtOH varían según la especie que
se utilice (Lieber y DeCarli, 1994), se pueden adicionar o disminuir los niveles relativos de
lípidos, glúcidos o proteínas, variar los niveles de vitaminas y/u oligoelementos, etc.
También se pueden agregar saborizantes que hagan al líquido de sabor más agradable
(palatable) para el animal y que estimulen así su consumo y contribuyan a vencer la
aversión al EtOH. Con esta dieta, en babuinos26 se puede producir hígado graso en 6-12
meses de exposición contínua (Lieber y DeCarli, 1976, 1994).
Sin embargo, este método de administración también tiene sus desventajas. Es mucho
más costoso que otros métodos. La preparación de la dieta es más engorrosa ya que hay que
prepararla cada día y a veces cada 12 horas; esto se debe a que, al ser un líquido nutritivo
y no poder ser refrigerado mientras se le ofrece a los animales, su tasa de contaminación
microbiana es muy alta y fácilmente se hecha a perder. Su implementación requiere mucho
más cuidado y atención por parte del experimentador. Si no se utilizan los dispositivos
adecuados, por su viscosidad y eventual contaminación, la misma dieta puede taponar el
26
Los babuinos, también llamados papiones, son un tipo de primates cercopitecos del género Papio de los
que hay varias especies; viven unos 30-45 años.
325
tubo dispensador y quedar el animal sin alimento y sin bebida. Si bien la vía de
administración es la oral, no es tan “fisiológica” en comparación con la realidad de los
humanos ya que, en tanto estos consumen alimentos sólidos por un lado y el EtOH en
bebidas alcohólicas por el otro, los animales expuestos a la dieta líquida no pueden desligar
el consumo de líquido del de nutrientes y se ven forzados a consumir uno y otros
conjuntamente. Cuando se introduce el EtOH en la dieta líquida, el consumo total de
nutrientes disminuye lo que obliga a realizar un adecuado apareamiento de las dietas (algo
que, por otro lado, es conveniente realizar con todos los métodos de administración del
EtOH).
* * *
Así bien, hemos visto que existen diferentes métodos de administración del EtOH. Cada
uno de ellos tiene sus propias ventajas y desventajas y la elección que se haga de ellos
dependerá de los objetivos que se han de alcanzar y de los recursos con que se cuenta.
De más está decir que también existen diferentes modelos de exposición al EtOH que
intentan mimetizar diferentes aspectos del consumo humano: el alcoholismo en sí -modelos
de preferencia, de restitución, de autoadministración crónica con fases repetidas de
deprivación, modelo del punto de no retorno- (Spanagel, 2000); el alcoholismo crónico o
agudo tipo borrachera (binge) tanto en animales neonatales, adolescentes o adultos como
prenatalmente (Rifas et al., 1997); los efectos motivacionales positivos y negativos en los
modelos de autoadministración -bebida en la jaula de alojamiento o de condicionamiento
operante- y en los modelos de condicionamiento -de lugar o de sabor- (Cunningham et al.,
2000); el modelado del ansia por el consumo (craving) de EtOH -de utilización en
humanos- (Litt y Cooney, 1999); modelado de la abstinencia postconsumo (Becker, 2000);
y muchos otros. También existen modelos de co-administración de EtOH junto con una o
más drogas, como la cocaína (Wilson et al., 2001) o la nicotina (Balogh et al., 2002;
Penland et al., 2001) por nombrar sólo los más comunes.
Los modelos animales de diversos aspectos del consumo humano son, así, muy
numerosos, y casi cada autor posee uno.
En conclusión, la elección de uno u otro método de administración y uno u otro modelo
de alcoholismo dependerá, en última instancia, de lo que se esté buscando con él y de los
recursos de que se disponga.
326
Anexo VI
Tablas de datos de los parámetros nutricionales evaluados en
los protocolos de exposición prenatal al etanol (EPE).27
Tabla 1. Valores de los parámetros nutricionales evaluados durante los períodos de tratamiento
pregestacional y gestacional en el protocolo experimental de EPE sin prevención del daño:
PREGESTACIONAL GESTACIONAL
(t = 43 días) (t = 22 días)
Inicial (g) 225,63 ± 16,22 219,33 ± 21,57 NS 273,9 ± 17,13 245,70 ± 26,18 NS
Final (g) 276,50 ± 18,87 245.67 ± 25,54 NS 376,8 ± 25,12 351,40 ± 39,45 NS
P E S O D E LO S
A N IM ALE S
D iferencia inicia/final (g) +50,87 26.34 - +102,9 105.7 -
g/anim al/d 18,14 ± 4,178 13,92 ± 2,635 *** 19,59 ± 2,361 16,48 ± 2,080 ***
kC al/anim al/d 45,33 ± 10,45 34,8 ± 6,59 *** 48,97 ± 5,902 41,20 ± 5,20 ***
CONSUMO
D E A LIM E N T O
g/kg/d 73,71 ± 17,26 60,56 ± 12,39 *** 64,28 ± 6,00 59,90 ± 6,31 *
kC al/kg/d 184,3 ± 43,14 151,4 ± 30,98 *** 160,70 ± 15,01 149,70 ± 15,79 *
m l/anim al/d 35,99 ± 9,211 24,51 ± 4,775 *** 38,55 ± 8,022 32,70 ± 4,774 **
CONSUMO
m l/kg/d 146,9 ± 42,08 106,3 ± 21,56 *** 126,30 ± 22,67 118,30 ± 10,37 NS
D E B E BID A
†
D iferencia porcentual 138,19% 72,36 % - 106,76% 93,66% -
CONSUMO
m l/kg/d 7,017 ± 1,423 - 7,81 ± 0,6842 -
DE ETANOL
INGRESO kCal/animal/d 45,33 ± 10,45 43,86 ± 7,56 NS 48,97 ± 5,902 53,29 ± 6,764 *
CALÓRICO
TOTAL kCal/kg/d 184,3 ± 43,14 190,7 ± 35,74 NS 160,70 ± 15,01 193,50 ± 18,74 ***
¶
: Base 100 = peso inicial del m ism o grupo.
†
: Base 100 = grupo opuesto.
‡
: V C T : valor calórico total.
27
Todos los datos se informan en valores de 0 ± DE. Referencias: NS: no significativo; *:P < 0.05; **: P <
0,01; ***: P < 0,0001.
327
Tabla 2. Valores de los parámetros nutricionales evaluados durante el tratamiento gestacional en el
protocolo experimental de EPE con prevención del daño por administración de buspirona:
Inicial (g) 279,0 ± 8,48 268,8 ± 26,52 260,2 ± 32,27 231,0 ± 3,54
Final (g) 376,5 ± 30,41 377,0 ± 31,11 375,2 ± 44,66 327,6 ± 14,2
P E S O D E LO S
A N IM A LE S
D iferencia inicia/final (g) + 97,5 + 108,2 + 115,0 + 96,6
§
D iferencia porcentual 134,94% 140,25% 144,19% 141,81%
g/anim al/d 20,5 ± 2,72 18,68 ± 2,36 17,95 ± 2,14 14,84 ± 2,54
CONSUMO
g/kg/d 66,46 ± 6,89 62,45 ± 6,79 61,75 ± 6,28 57,11 ± 8,58
D E A LIM E N T O
m l/anim al/d 37,21 ± 5,25 39,89 ± 12,09 32,87 ± 5,88 32,53 ± 4,93
CONSUMO
m l/kg/d 120,8 ± 14,05 132,7 ± 36,97 112,3 ± 13,21 121,0 ± 13,6
D E B E BID A
CONSUMO
m l/kg/d 7,41 ± 0,87 8,25 ± 0,9
DE ETANOL
†
P orcentaje del VC T 20,16 % 24,55 %
IN G R E S O
C ALÓ R IC O kC al/kg/d 166,1 ± 17,22 156,1 ± 16,97 195,7 ± 19,19 188,8 ± 24,67
T OT A L
P eso global (g) 5,95 ± 0,37 5,858 ± 0,38 5,923 ± 0,0,39 5,677 ± 0,60
P eso de los % (g) 6,045 ± 0,44 5,969 ± 0,41 6,053 ± 0,27 5,821 ± 0,62
P eso de las & (g) 5,833 ± 0,25 5,746 ± 0,33 5,824 ± 0,47 5,506 ± 0,53
C R ÍA S
al N A C E R
R elación de peso % / &‡ 103,63 % 103,88 % 103,93 % 105,72 %
C antidad por cam ada 10,0 ± 7,07 13,0 ± 0,0 14,67 ± 2,08 11,67 ± 3,215
R elación % / & 1,22 / 1,0 1,0 / 1,0 0,76 / 1,0 1,18 / 1,0
C R ÍA S adultas P eso en P 88 371,1 ± 5,0 401,6 ± 5,0 386,7 ± 19,2 371,9 ± 26,3
§
: Base 100 = peso inicial del m ism o grupo.
¶
: B ase 100 = grupo C S .
†
: VCT: valor calórico total.
‡
: B ase 100 = peso de las hem bras.
328
Anexo VII
Tablas de datos de los parámetros morfométricos evaluados en
los experimentos de inmunocitoquímica.28
Tabla 1. Parámetros morfológicos evaluados en los experimentos de ICQ realizados en cortes de cerebros de
ratas de edad P21 sometidos a EPE sin prevención del daño.
Grupos de tratamiento
Áreas py
Control EtOH
evaluadas diferencia*
TP H
5-H T
5-H TT
GFAP
S -100b
N f-200
nN O S
28
Todos los datos se informan en valores de 0 ± DE (n), donde n corresponde, según el caso, al número de
experimentos realizados, los campos microscópicos o el número de células evaluadas. Referencias: NS: no
significativo; S: significativo; MS: muy significativo; ES: extremadamente significativo; n/d: no detectado
329
Grupos de tratamiento
Áreas py
Control EtOH
evaluadas diferencia*
330
Tabla 2. Parámetros morfológicos evaluados en los experimentos de ICQ realizados en cortes de cerebros de ratas
de distintas edades postnatales, sometidas a EPE con prevención del daño por administración de buspirona.
5-H T
N D R P21 0,7268 ± 0,2937 (181) 0,7211 ± 0,2314 (66) 0,7109 ± 0,2539 (99) 0,944 ± 0,4725 (110)
N D R P35 0,8339 ± 0,3726 (180) 1,3090 ± 0,6048 (69) 0,6984 ± 0,2906 (124) 0,736 ± 0,3261 (114)
N D R P60 0,5771 ± 0,2625 (14) 0,6601 ± 0,2471 (65) 0,5992 ± 0,2673 (87) 0,6379 ± 0,3306 (24)
N D R P90 0,7802 ± 0,3739 (36) 0,5814 ± 0,1420 (17) 0,7975 ± 0,3245 (24) 0,4895 ± 0,2130 (26)
N M R P5 0,4560 ± 0,5279 (3) 0,7237 ± 0,0363 (76) 0,3654 ± 0,0901 (12) 0,6536 ± 0,2571 (72)
N M R P21 0,6856 ± 0,2844 (52) 0,5809 ± 0,2901 (26) 0,6351 ± 0,2584 (38) 0,6355 ± 0,2856 (49)
N M R P35 1,0240 ± 0,2857 (48) 0,9628 ± 0,2786 (42) 0,6455 ± 0,2488 (47) 0,9064 ± 0,2574 (46)
N M R P60 0,4895 ± 0,2354 (11) 0,5106 ± 0,2943 (33) 0,5401 ± 0,2745 (54) 0,5980 ± 0,6249 (34)
N M R P90 0,5798 ± 0,3048 (45) 0,7010 ± 0,3393 (50) 3,6929 ± 0,3584 (35) 0,5372 ± 0,2924 (28)
GFAP
C A 1 Hipp P 5 59,45 ± 4,011 (6) 53,15 ± 7,989 (7) 87,02 ± 10,98 (11) 58,01 ± 10,43 (10)
C A 1 Hipp P 21 71,30 ± 11,22 (11) 62,61 ± 9,732 (6) 100,5 ± 19,86 (10) 82,4 ± 10,16 (10)
C A 1 Hipp P 35 62,55 ± 11,55 (18) 67,22 ± 8,186 (16) 109,8 ± 8,592 (9) 74,31 ± 9,23 (6)
C A 1 Hipp P 60 56,76 ± 13,68 (7) 65,39 ± 11,67 (18) 99,61 ± 18,72 (9) 82,87 ± 9,487 (12)
C xF P21 92,75 ± 41,71 (14) 87,54 ± 34,95 (15) 157,8 ± 34,25 (19) 56,12 ± 22,43 (27)
C xF P35 83,15 ± 26,16 (25) 58,98 ± 21,2 (15) 262,1 ± 51,49 (20) 83,54 ± 34,53 (25)
C xF P60 249,3 ± 21,13 (16) 224,35 ± 23,0 (15) 208,6 ± 41,05 (19) 230,5 ± 37,18 (23)
S -100b
C A 1 Hipp P 5 1,230169 ± 0,1254 (12) 1,261706 ± 0,1060 (6) 1,449768 ± 0,1503 (7) 1,251831 ± 0,0956 (6)
C A 1 Hipp P 21 0,852514 ± 0,0786 (13) 0,785282 ± 0,1074 (13) 0,981884 ± 0,2434 (9) 0,719301 ± 0,0678 (9)
C A 1 Hipp P 35 0,776545 ± 0,0575 (12) 0,763052 ± 0,0840 (8) 1,004473 ± 0,1522 (15) 0,731432 ± 0,0673 (14)
C A 1 Hipp P 60 0,920032 ± 0,1342 (4) 1,092655 ± 0,2492 (10) 1,61512 ± 0,3505 (8) 1,217059 ± 0,1855 (9)
M AP -2
C A 1 Hipp P 5 0,183113 ± 0,0405 (9) 0,159163 ± 0,0346 (11) 0,103971 ± 0,0206 (21) 0,252530 ± 0,0526 (16)
C A 1 Hipp P 21 0,184044 ± 0,0331 (19) 0,192216 ± 0,0339 (16) 0,100505 ± 0,0212 (17) 0,172612 ± 0,0286 (15)
C A 1 Hipp P 35 0,191751 ± 0,0423 (19) 0,204010 ± 0,0462 (17) 0,122540 ± 0,0254 (14) 0,225270 ± 0,0360 (10)
C A 1 Hipp P 60 0,210631 ± 0,0470 (13) 0,187820 ± 0,0291 (13) 0,116075 ± 0,0258 (19) 0,246323 ± 0,0383 (14)
C A 1 Hipp P 90 0,236805 ± 0,0342 (13) 0,221908 ± 0,0410 (19) 0,122592 ± 0,0243 (19) 0,223821 ± 0,0289 (19)
C xF P21 0,169508 ± 0,0068 (7) 0,160404 ± 0,0413 (25) 0,097298 ± 0,0269 (37) 0,184044 ± 0,0267 (10)
C xF P35 0,143283 ± 0,0289 (23) 0,158749 ± 0,0315 (35) 0,066469 ± 0,0172 (26) 0,167646 ± 0,0361 (21)
C xF P60 0,167543 ± 0,0395 (28) 0,1854922 ± 0,0592 (13) 0,074279 ± 0,0260 (22) 0,156473 ± 0,0122 (18)
331
Tabla 3. Parámetros morfológicos evaluados en los experimentos de ICQ realizados en cortes de cerebros
de ratas adolescentes expuestas al EtOH y tras la abstinencia.
Grupos de tratamiento
Área
evaluada
Control EtOH Control/R EtOH/R
5-H T
NDR 1,334 ± 0,63 (59) 0,944 ± 0,21 (55) 1,116 ± 0,33 (23) 1,087 ± 0,33 (26)
NMR 0,940 ± 0,23 (25) 1,006 ± 0,26 (32) 1,146 ± 0,34 (15) 1,136 ± 0,28 (36)
G FAP
C A 1 Hipp 61,76 ± 17,12 (49) 100,0 ± 29,40 (28) 62,89 ± 15,16 (47) 78,35 ± 18,33 (84)
S trt 49,96 ± 14,63 (43) 83,99 ± 21,13 (36) 48,99 ± 15,88 (27) 54,64 ± 13,23 (44)
C xF 49,26 ± 16,53 (51) 85,44 ± 22,68 (43) 46,20 ± 12,17 (36) 58,27 ± 18,69 (59)
S -100b
C A 1 Hipp 2,686 ± 1,65 (71) 1,377 ± 0,39 (66) 1,479 ± 0,46 (31) 1,672 ± 0,61 (52)
S trt 2,846 ± 1,65 (45) 1,175 ± 0,27 (61) 1,412 ± 0,41 (27) 1,223 ± 0,33 (38)
C xF 2,624 ± 1,74 (66) 1,687 ± 0,66 (54) 2,785 ± 1,78 (42) 3,399 ± 1,64 (49)
N f-200
C A 1 Hipp 0,0364 ± 0,0114 (30) 0,00659 ± 0,0028 (25) 0,03825 ± 0,0158 (41) 0,02539 ± 0,0121 (30)
S trt 0,04024 ± 0,0177 (57) 0,02021 ± 0,0126 (38) 0,05816 ± 0,026 (39) 0,06968 ± 0,046 (44)
C xF 0,04244 ± 0,0152 (62) 0,01552 ± 0,0079 (48) 0,04993 ± 0,0163 (38) 0,06663 ± 0,0266 (50)
M AP -2
C A 1 Hipp 0,155 ± 0,0256 (20) 0,0793 ± 0,015 (14) 0,1947 ± 0,0249 (10) 0,1798 ± 0,031 (11)
S trt 0,0156 ± 0,008 (22) 0,0049 ± 0,0018 (22) 0,0079 ± 0,0031 (11) 0,0096 ± 0,0041 (16)
C xF 0,0518 ± 0,019 (20) 0,0211 ± 0,0092 (20) 0,0593 ± 0,0129 (10) 0,0343 ± 0,0134 (15)
nN O S
S trt 1,403 ± 0,29 (27) 1,609 ± 0,94 (23) 2,412 ± 1,61 (17) 1,269 ± 0,61 (11)
C xF 1,63 ± 0,5 (28) 1,741 ± 0,62 (22) 1,593 ± 0,52 (16) 1,01 ± 0,28 (11)
332
Tabla 4. Parámetros morfológicos evaluados en los experimentos de ICQ realizados en cortes de cerebros
de ratas expuestas al EtOH durante la adultez.
Grupos de tratamiento
py
Área
Control EtOH diferencia*
evaluadas
5-H TT
GFAP
S -100b
N f-200
M AP -2
333
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“Por tanto,¿qué es la verdad? Una multitud en movimiento de metáforas, metonimias,
antropomorfismos; en una palabra, un conjunto de relaciones humanas que, elevadas,
traspuestas y adornadas poética y retóricamente, tras largo uso el pueblo considera firmes,
canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son,
metáforas ya utilizadas que han perdido su fuerza sensible, monedas que han perdido su
imagen y que ahora entran en consideración como metal, no como tales monedas.”
Friedrich Nietzsche (1873) 1
1
Nietzsche, 1951; pág. 91.