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La República 13 Abril 2015

REPORTAJE

Paternidad irresponsable
22,200 PADRES SON DEMANDADOS CADA AÑO POR PENSIÓN
ALIMENTICIA

Wanda Méndez
Santo Domingo

En un estrecho pasillo del Juzgado de Paz del ensanche La Fe, María Reyes esperaba ser
llamada por un alguacil para el inicio de la audiencia en la que una jueza conocería su caso.
El tribunal tenía en agenda ese día 22 demandas presentadas por madres solteras, que
acudieron allí con un mismo propósito: solicitar una pensión alimenticia.
Ante la negativa del padre de sus dos hijos, de tres y cinco años, de proveerle recursos
económicos para la crianza de los niños, María Reyes (nombre ficticio, caso real) lo
sometió a la justicia.
El tribunal le aprobó una pensión de 7,000 pesos mensuales para los dos niños, pero el
monto no satisfizo las expectativas de María, quien dice apelará la decisión.
Entiende que el monto no le alcanza para satisfacer las necesidades básicas de sus dos
hijos.
Ella es una vendedora de cosméticos, residente en Villa Juana. Percibe un salario de 10 mil
pesos mensuales y paga 5,500 de alquiler. Comenta que los niños no solo han sufrido por
la ausencia del padre, sino también porque ella no puede suplirle lo necesario.
Primero, ella participó en una vista pública (conciliación) celebrada por el fiscalizador, que
representa al ministerio público ante el tribunal, pero al no llegar acuerdo, porque el padre
solo le prometió 2,000 pesos al mes, lo sometió a la justicia.
Con el mismo objetivo que María, se trasladó a ese juzgado desde Pantoja la señora Sofía
Pérez (también nombre ficticio), para exigir una pensión al padre de sus tres hijos, de seis,
cuatro y dos años, aspirando a un monto de 6,000 pesos mensuales. Cuenta que su ex
pareja nunca ha querido cumplir con esa responsabilidad, y que solo recibe
apoyo de la madre de él.
“Él no me ayuda con nada, quien me ayuda es su mamá, pero no es su mamá
que tiene que ayudarme, es él”, reclama. Se dedica al oficio de arreglar uñas, además
de preparar bizcochos cuando algún cliente realiza un encargo.
Ese mismo día, pero en otra jurisdicción, la señora Evelyn López gestionaba un aumento
de la pensión de 3,000 pesos que recibe desde hace seis años. “Yo espero que me aumenten
aunque sea a 4,000 pesos”, dice.
Esperaba ser atendida por el fiscalizador para hacerle la petición. “Ahora vengo aquí a
pedir aumento de pensión, porque cuando yo le solicito para la escuela, para ropa en
diciembre, nunca tiene, ni nunca puede”, se queja Evelyn López, quien no teme revelar su
identidad.
Cree que el padre del niño puede darle una mayor cantidad porque es un oficial de la
PolicÏa Nacional. A esto se suma que el niño tiene problemas sicológicos. “El niño tiene que
estudiar, y lleva un tratamiento sicológico, y eso cuesta”, enfatiza.
Ahora está desempleada, hace poco la cancelaron de una banca de lotería. Vive en una
habitación de madera en Mendoza, Santo Domingo Este, por la que paga 2,000 pesos de
alquiler.
El testimonio de las tres mujeres muestran las consecuencias de la paternidad
irresponsable, que impulsa a las madres a ir a un tribunal para reclamar una pensión
alimenticia para poder mantener a sus hijos. Pero el término alimento no implica solo
comida. Consiste, según la ley 136- 03, en “los cuidados, servicios y productos
encaminados a la satisfacción de las necesidades básicas de niño, niña o adolescente,
indispensables para su sustento y desarrollo: alimentación, habitación, vestido, asistencia,
atención médica, medicinas, recreación, formación integral, educación académica”.
La mayoría de las madres que demandan pensión alimenticia son de escasos recursos
económicos, según expresó la procuradora de niños, niñas y adolescentes, Marisol Tobal.

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