Incorporada a la UNAM “Licenciatura en Fisioterapia”
BIOLOGÍA MOLECULAR, CELULAR Y TISULAR
LIC. ESTHER VIRIDIANA FUENTES AVALOS
RESUMEN
TAREA Movimientos de Sustancias a través de la Membrana Celular
Lorenzo Gómez Joanna Surisaday
1010
Coatzacoalcos, Ver. 11 de agosto del 2020.
Movimientos de Sustancias a través de la Membrana Celular
Resumen
Toda comunicación entre la célula y medio extracelular debe estar mediada por la
estructura de la membrana plasmática, pues todo el contenido celular está completamente rodeado por la membrana plasmática. Esta membrana tiene una doble función, pues mientras que debe mantener los materiales disueltos en el interior, a su vez debe de permitir una correcta vialidad de materiales dentro y fuera de la célula. Para permitir el desplazamiento de nutrientes, iones, productos de desecho y otros compuestos, desde y hacia la célula existen 2 formas básicas de movimientos de sustancias a través de la membrana: Pasiva por difusión o activa por un proceso de transporte acoplado con energía. Ambos tipos de movimientos producen un flujo neto de un ion o compuesto particular. Se conocen varios otros métodos de desplazamiento de sustancias a través de la membrana: Difusión simple por la bicapa lipídica; difusión simple por un conducto acuoso recubierto por proteína; difusión facilitada por un transportador proteínico, y transporte activo. Deben cumplirse dos condiciones para que un no electrólito pueda difundir en forma pasiva a través de la membrana plasmática. La sustancia debe estar presente en mayor concentración en un lado de la membrana que en el otro y la membrana debe ser permeable a la sustancia. mientras mayor sea la solubilidad en lípidos, es más rápida la penetración. Otro factor que determina la velocidad de penetración de un compuesto a través de la membrana es su tamaño. la molécula más pequeña tiende a penetrar la bicapa lipídica de una membrana con más rapidez que la más grande las membranas son muy permeables a pequeñas moléculas inorgánicas. En cambio, las moléculas polares más grandes, como los azúcares, aminoácidos e intermediarios fosforilados, tienen poca penetrabilidad de la membrana. Como resultado, la bicapa lipídica de la membrana plasmática establece una barrera efectiva que impide que estos metabolitos esenciales difundan fuera de la célula. Algunas de estas moléculas (p. ej., azúcares y aminoácidos) deben entrar a las células desde mecanismos especiales para mediar su penetración a través de la membrana plasmática. Las moléculas de agua se mueven con mucha mayor rapidez a través de una membrana celular que los iones disueltos o los solutos orgánicos polares pequeños, que en realidad no penetran. La bicapa lipídica que constituye el centro de las membranas biológicas es muy impermeable a sustancias con carga, incluidos iones pequeños como Na+, K+, Ca2+ y Cl−. No obstante, el movimiento rápido (conductancia) de estos iones a través de la membrana tiene una función crucial en muchas actividades celulares, incluida la formación y propagación de un impulso nervioso, secreción de sustancias al espacio extracelular, contracción muscular, regulación del volumen celular y la abertura de estomas en las hojas de las plantas. Ahora, los biólogos ya identificaron una sorprendente variedad de conductos iónicos, cada uno formado por proteínas integrales de membrana que rodean un poro acuoso central. Como ocurre con la difusión pasiva de otros tipos de solutos a través de las membranas, la difusión de iones por un conducto siempre es a favor de la corriente, o sea de un estado de mayor energía a uno de menor energía. Se dice que estos conductos tienen una compuerta. Se distinguen tres categorías principales de conductos iónicos: Conductos activados por voltaje, cuyo estado de conformación depende de la diferencia en la carga iónica a ambos lados de la membrana. Conductos activados por ligando, cuyo estado de conformación depende de la unión de una molécula específica (ligando), que casi nunca es el soluto que pasa por el conducto. Conductos mecanoactivados, cuyo estado de conformación depende de fuerzas mecánicas (p. ej., estiramiento) que se aplican a la membrana. En 1998, Roderick MacKinnon et al. en Rockefeller University presentaron la primera imagen de resolución atómica de una proteína de conducto iónico, en este caso un conducto iónico bacteriano para K+ llamado KcsA. El conducto KcsA consiste en cuatro subunidades Se observa que cada subunidad de esta figura contiene dos hélices que cruzan la membrana (M1 y M2) y una región de poro (P) en el extremo extracelular del conducto. Los estudios indican que no existe una barrera energética para que un ion se mueva de un sitio de unión al siguiente, lo que explica el flujo tan rápido de iones a través de la membrana. Las subunidades del conducto Kv eucariota contienen seis hélices relacionadas con la membrana llamadas S1-S6, cuya representación bidimensional está en la figura 4-41. Estas seis hélices pueden agruparse en dos dominios con funciones diferentes: Un dominio poro, que tiene la misma estructura básica que el conducto bacteriano completo ilustrado en la figura 4-39 y que contiene el filtro de selectividad que permite el paso exclusivo de iones K+. Un dominio sensor de voltaje consistente en las hélices S1-S4 que percibe el voltaje a través de la membrana plasmática (como se explica más adelante). Se considera que la presencia de fosfolípidos con carga negativa es importante para mantener la estructura nativa de la proteína de membrana y promover su función como conducto activado por voltaje. El filtro de selectividad y por tanto, el presunto mecanismo para selección de iones K+, es idéntico en las proteínas procariota KcsA y eucariota Kv. En condiciones de reposo, el potencial negativo a través de la membrana mantiene la compuerta cerrada. Un cambio en el potencial hacia un valor más positivo ejerce una fuerza eléctrica sobre la hélice S4. Se cree que esta fuerza hace que la hélice S4 transmembrana se mueva de tal forma que sus residuos con carga positiva cambian de una posición en la que están expuestos al citoplasma hacia una nueva posición en la que están expuestos al exterior de la célula. El movimiento de la hélice S4 como respuesta a la despolarización de la membrana que inicia una serie de cambios en la conformación dentro de la proteína que abre la compuerta en el extremo citoplásmico del conducto. Una vez abierto, más de 10 millones de iones potasio pueden pasar por el conducto cada segundo, que es casi la velocidad que se alcanzaría por difusión libre en solución. Parece que la función del conducto iónico está bajo el control de un conjunto diverso y complejo de agentes reguladores. Difusión facilitada. Las sustancias siempre se difunden a través de una membrana de una región de mayor concentración de un lado a otra con menor concentración al otro lado, pero no siempre se difunden a través de la bicapa lipídica o por un conducto, la sustancia se une primero en forma selectiva con una proteína que abarca toda la membrana llamada transportador activo, que facilita el proceso de difusión. Como operan en forma pasiva, o sea sin acoplarse con un sistema liberador de energía, los transportadores facilitados pueden mediar el desplazamiento de solutos por igual en ambas direcciones. La dirección del flujo neto depende de la concentración relativa de la sustancia a ambos lados de la membrana. La difusión facilitada, como se llama este proceso, tiene muchas similitudes con una reacción catalizada por una enzima. Como las enzimas, los transportadores facilitadores son específicos para las moléculas que transportan, la mayor parte de los transportadores facilitadores sólo pueden mover cientos a miles de moléculas de soluto a través de la membrana. Otra característica importante de estos transportadores es que su actividad puede regularse como en las enzimas y los conductos iónicos. Transporte activo. La vida no puede existir en condiciones de equilibrio. En ninguna parte resulta más evidente que en el desequilibrio iónico a través de la membrana plasmática. La capacidad de una célula para generar estos gradientes de concentración tan elevados debe generarse por transporte activo. Por consiguiente, el desplazamiento endergónico de iones u otros solutos a través de la membrana contra un gradiente de concentración está acoplado con un proceso exergónico, como la hidrólisis de ATP, la absorbancia de luz, el transporte de electrones o el flujo de otras sustancias en favor de su gradiente. Acoplamiento de transporte activo e hidrólisis del ATP. A diferencia del desplazamiento mediado por un sistema de difusión facilitada que transporta la sustancia por igual en cualquier sentido, el transporte activo produce movimiento de iones sólo en un sentido. Por cada ATP que se hidroliza, se bombean tres iones sodio fuera y se bombean dos iones potasio hacia el interior. Debido a esta proporción de bombeo, la Na+/K+-ATP-asa es electrogénica, lo que significa que contribuye en forma directa a la separación de cargas a través de la membrana. Cotransporte: acoplamiento del transporte activo con los gradientes iónicos existentes. El establecimiento de gradientes de concentración, como los de Na+, K+ y H+, proporciona un medio por el cual puede almacenarse energía libre en una célula. La célula utiliza la energía potencial almacenada en los gradientes iónicos de varias formas para realizar un trabajo, incluido el transporte de otros solutos. El movimiento de la glucosa a través de la membrana plasmática apical de las células epiteliales contra un gradiente de concentración ocurre por cotransporte con los iones sodio. La tendencia de los iones sodio a difundir de regreso a través de la membrana plasmática apical en favor de su gradiente de concentración es “conducida” por las células epiteliales para impulsar el cotransporte de moléculas de glucosa al interior de la célula contra un gradiente de concentración. Una vez dentro, las moléculas de glucosa se difunden por la célula y se mueven a través de la membrana basal por difusión facilitada. El transporte activo secundario de la glucosa hacia las células epiteliales del intestino y el transporte de sacarosa hacia una célula vegetal son ejemplos de simporte, en el que las dos especies transportadas, se desplazan en la misma dirección. Se han aislado muchas proteínas de transporte secundario que implican un antiporte, en el que las dos especies transportadas se desplazan en sentidos contrarios. Las proteínas que median el antiporte casi siempre se llaman intercambiadores. En conclusión, para que funcione el movimiento de sustancias a través de la Membrana Celular existen diversas maneras y algunas veces hasta trabajan en conjunto para lograrlo, y así tener un sistema organizado y funcional. Bibliografía Karp, G. (2011). Biología Celular y Molecular (sexta ed.). México: McGRAW-HILL INTERAMERICANA EDITORES. Recuperado el 08 de Agosto de 2020