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IMPERIALISMO ECOLOGICO

El progreso imperialista y lo que le debe al mundo


LUIS DAVID GUTIÉRREZ VELÁSQUEZ

No cabe duda que cada acción tiene una reacción y en el afán de la humanidad por la riqueza y el
control se vienen descuidando factores que, por encima de la explotación económica
indiscriminada, están atentando con toda la biodiversidad y nuestro mismo estilo de vida y que a
futuro puede llegar a ser nefasto para nuestra propia existencia como especie. Se deberían tomar
medidas que frenen el deterioro ambiental y aseguren un sostenimiento ecológico pleno, es muy
importante asegurarse que todos los países y especialmente aquellos del primer mundo que a fin
de cuentas son quienes más contribuyen con la huella de carbono, cumplan con protocolos y
tratados de reducción en los índices de contaminación.

Es bien conocido que para que exista un desarrollo y crecimiento económico es necesario el
consumo de recursos, recursos que se extraen de la tierra. Como lo indica el texto “imperialismo
ecológico”, una actividad simple como la agricultura y que, explotada al extremo, con el paso del
tiempo terminó agotando los nutrientes (recursos) que el suelo necesita para sustentar labranza y
la comunidad se vio obligada a buscar soluciones; tener que importar lo que sus tierras ya no
tenían y en ese mismo control imperialista dañar y afectar el lugar de donde se extraen los
preciados recursos.

La evidencia del tiempo muestra que el pueblo grande invade al pequeño, lo saquea y anexa lo
que queda para su beneficio sin pararse a pensar en las consecuencias que le causa este ultimo y
así se ha venido dando durante mucho tiempo, con la diferencia de cada vez se va refinando más y
más la técnica al punto que ya no deben obligar, sino que la victima se siente obligado a
contribuirles.

Para mí era lógico pensar, que la explotación y comercialización de un recurso le atraería


beneficios al lugar de donde se explota, pero por el contrario y como ejemplo del mismo texto ya
citado “imperialismo Ecológico “. La explotación del guano en Perú consumido principalmente por
ingleses y gringos, fuera de traerle prosperidad al Perú lo hizo verse envuelto en miseria e incluso
guerras con sus mismos hermanos latinos.

En la búsqueda de una producción muy rentable y a bajo costo, la nación desarrollada crea tácticas
de explotación y saqueo que les beneficie a él y sus asociados, que al mismo tiempo sean
duraderas, seguras y que, en paralelo a su producción, más importante: que su explotación sea
muy baja, incluso en ceros. Entre estas tácticas las “deudas externas” que no son más que
mecanismos bien elaborados que enredan y en cada tirón para salir amarra más, similar a una
telaraña y que a la final a duras penas termina beneficiando mucho más a quien impone la deuda y
a unos muy pocos de los endeudados.

Con el paso del tiempo y la evolución tecnológica se ha visto un crecimiento exponencial en esta
problemática de explotación, aunque cada vez se haga de manera más disimulada y se recurra a
excusas para cometer susodichos fines. Lo cierto es que hoy en día el problema crece más y más
por culpa del uso excesivo de combustibles fósiles, tales como carbón, gas, petróleos usados en
gran parte del funcionamiento del sector industrial y del transporte en general y que, al ser
quemados para producir energía, generan gases tóxicos y nocivos para nuestra salud e incluso el
equilibrio del medio ambiente. El tema crece cada vez que lo recursos son controlados y
mayormente consumidos por una pequeña parte de la población y que esta a su vez se niega a
buscar una solución o de paso niega la existencia de una problemática, haciéndose el de la vista
gorda y volteando a ver en que lugar esta mejor para ir a recoger capital y mejor aún, a costas del
mismo huésped, igual que una garrapata extrayendo sangre.

Valiéndose de la necesidad y/o debilidad de los demás los grandes imperios se han ido
construyendo una riqueza y forjándose un puesto jerárquico que les hace sentirse poderosos, para
imponer, sacar ventaja y seguir creciendo para poder seguir explotando a otros hasta secarlos
como la garrapata.

Para que se pueda asegurar una real equidad no solo monetaria sino también ecológica, entre el
primer mundo y los demás habitantes del planeta, es necesaria la búsqueda de contramedidas que
sean capaces de disuadir y también de detener acciones hostiles por parte De ese 25% de la
población mundial pero que consume 75% de los recursos globales según el texto “imperialismo
ecológico”. Una posible opción sería el impuesto monetario sobre la emisión de desechos tóxicos
al medio ambiente, que buscaría una reducción significativa en tema de contaminación y a su vez
también permita a los países pobres salir de sus deudas externas y así tener mayor oportunidad de
desarrollo económico-cultural. La medida respaldada por ese 75% de la población del tercer
mundo debe contar con sanciones económicas y de exportaciones a aquellos estados que se
niegan a contribuir y persistan con el deterioro del medio ambiente, con la finalidad de un bien
universal, el preservar nuestra existencia y la de los demás seres vivos. No es justo que al codicia y
avaricia de unos pocos nos terminen por condenar sin remedio a todos.

Es necesaria una acción inmediata y compromiso por parte de la humanidad.

REFERENCIAS :
*IMPERIALISMO ECOLÓGICO: LA MALDICIÓN DEL CAPITALISMO*
JOHN BELLAMY FOSTER Y BRETT CLARK

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