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El decrecimiento
El decrecimiento es la teoría económica, científica, social, ambiental y
humana de pensamiento que preconiza la disminución del consumo y la
producción en aras del mantenimiento y el retraso del colapso ambiental del
planeta tierra.
Cuando Nicholas Georgescu-Roegen escribió su obra relacionada a la Ley de
la entropía y el proceso económico en 1971, no sabía que este trabajo iba a
tener más vigencia, precisamente en el siglo XXI cuando los indicadores del
calentamiento global y otros efectos negativos del medio ambiente se verían
de cerca, Georgescu-Roegen afirma que todos los recursos naturales se
degradan al explotarlos para satisfacer actividades económicas con objetivos
de enriquecer a un segmento de la humanidad.
Georgescu-Roegen de profesión matemático, estadístico y economista, nacido
en Constata, Rumania en 1906, murió en mayo de 1994 en Nashville,
Tennessee, Estados Unidos, estudió en grandes universidades, ganó premios y
becas académicas.
Surge el nombre del francés Serge Latouche, quien observa de manera puntual
las teorías de Georgescu-Roegen y se declara en contra del actual modelo
depredador económico capitalista. Con estos dos personajes de la historia
económica del planeta nace la piedra angular: “la Teoría del Decrecimiento”.
Señala que sí es posible la preservación del planeta y sus recursos naturales si
se baja el consumo y despilfarro de bienes y energía. La disminución,
permanente y continuada de la producción y el consumo desarrollará un
balance entre el humano depredador y la naturaleza.
El planeta se desestabiliza y se debilita si el consumo es mayor y más veloz
que la regeneración de los recursos naturales, esta deuda mortal podría
llevarnos erosión, sequías, deforestación, pérdida de la biodiversidad,
inundaciones, huracanes, miseria y muerte. Si producimos más basura que la
que el planeta puede depurar, nos quedamos sin nada. Parece que lo que nos
dijeron los científicos hace años y nadie les creyó hoy se hace realidad, el
cambio climático no es un tema ficcional es una realidad tangible, todos los
días vemos los desastres causados por un medio ambiente resentido
Aunque el llamado “desarrollo sustentable” predicado por industriales,
comerciantes y políticos es un atisbo de conciencia e inteligencia ambiental,
difiere del decrecimiento, no debemos olvidar que si todas las sociedades
consumieran igual que los países desarrollados ese proceso sería insostenible
para el planeta en muy pocos años.
“Se calcula que actualmente el 20 por ciento de la población del planeta
acapara el 85 por ciento de los recursos naturales”. (Habitad)
En términos generales la teoría del decrecimiento plantea los siguientes
puntos, el replanteamiento del egoísmo e individualización y trazar la
cooperación como medio de producción y consumo, adquisición de valores
sociales tendientes a cambiar el estilo consumista actual, imponer nuevas
reglas entre la producción y las relaciones sociales al disminuir de manera
inteligente, se reduce el tráfico interoceánico de grandes embarcaciones
contaminadores de los mares, redistribución de la riqueza, reducción del
consumo junto al cambio de paradigma social, comer poco, usar poco, gastar
menos, reciclar más, reutilizar, terminar con la inconsecuente “obsolescencia”
o programación para que productos dejen de funcionar y se adquiera otro. No
puede ser rico, o con mayor PIB un país que depreda y saquea el planeta, al
contrario, condena a la pobreza y miseria a sus habitantes. El planeta tiene
ciclos de recuperación, fallar en ese proceso significa que habrá resultados a
corto, mediano y largo plazo.
“Lo cierto es que todas las pruebas empíricas apuntan a lo contrario: cuanto
más crecimiento económico más destrucción ambiental y mayores
desigualdades sociales.”. (Economía solidaria)
“El crecimiento infinito es incompatible con un planeta finito. El desarrollo y
el crecimiento del consumo descansan siempre en una extracción cada vez
más destructiva de recursos naturales no renovables y de una tasa de
explotación de recursos renovables que excede la capacidad de regeneración
de la biosfera. Además, el crecimiento por el crecimiento se apoya en una
adicción al consumo que ya no tiene ningún vínculo con la satisfacción de las
necesidades «reales». Hay que dejar de crecer para que la humanidad
sobreviva, pero también para recuperar el buen uso de las cosas, renunciar a la
ideología del «siempre más» y volver a encontrar el sentido de los límites”.
(Latouche)
De igual manera, Hernan Daly, sostiene que entre más grande es la economía
a la escala del planeta tierra, tendrá que ser congruente con el comportamiento
“físico” de la tierra. “el desarrollo cualitativo, pero no el crecimiento
cuantitativo agregado”, lo dicho, el planeta no puede absorber el despilfarro
acelerado de lo que se ha llamado “crecimiento”, el balance entre la
producción, el consumo y la explotación de recursos naturales y observar el
punto estacionario, estos planes deben surgir de la madurez administrativa de
los estados modernos al entender que el “crecimiento económico se ha
convertido en crecimiento des económico”. El resultado de una falta de
planificación y observación del balance explotación, producción, consumo y
naturaleza hará más podres y menos ricos, dadas las circunstancias que reparar
los daños ambientales cuesta mucho más que tener una conciencia ambiental.
“La respuesta del Banco Mundial es que los ricos deben de crecer tan rápido
como sea posible para generar mercados para los países pobres y acumular
capital para invertir en ellos. Desde el punto de vista de la economía de estado
estacionario, la respuesta es que los ricos deben de reducir sus flujos de
materiales para liberar recursos y espacio ecológico para que lo utilicen los
pobres y concentrarse en el desarrollo y las mejoras técnicas y sociales que
puedan ser libremente compartidas con los países pobres” (Hernan Daly)