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ESCUELA SUPERIOR POLITÉCNICA DE CHIMBORAZO

FACULTAD DE SALUD PÚBLICA

PROMOCIÓN DE LA SALUD

COMUNICACIÓN ORAL Y ESCRITA.

NOMBRE: María de los Ángeles Ortiz

CURSO: Primero “B”

FECHA: 01-06-2021

INVESTIGACIÓN FORMATIVA- ESTRATEGIAS PARA UNA COMUNICACIÓN

EFECTIVA ANTE LOS MEDIOS.

El portavoz ha de tener la destreza para hablar y escribir de manera eficaz, de forma que esté

apto para crear y emitir anuncios y pláticas convincentes que ayuden a lograr los objetivos de la

organización. Debe ser capaz de expresarse de manera directa y fácil de comprender, con un

lenguaje claro y en general asequible, aunque siempre ajustado a la audiencia precisa al que se

dirige y al canal a través del cual se comunica.

Para emitir credibilidad, el portavoz tiene que actuar con naturalidad y ser él mismo. Debe

decir siempre la verdad y mostrarse lo más sincero posible ante sus oyentes, debe ser sincero. El

portavoz ha de ofrecer facilidades para ubicarlo e interactuar con él, especialmente a los

periodistas que llegan a necesitar de sus declaraciones o explicaciones. Que un portavoz sea

accesible también implica que ofrezca a sus públicos comodidad en el trato.

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Presentarse abierto y atento amplía la posibilidad de que el público se cree una imagen

positiva del portavoz y de que este obtenga mayor empatía con ella. Como resultado, tendrá más

posibilidades de que sus mensajes lleguen positivamente a la audiencia. Desde el punto de vista

de los oyentes, siempre es más grato estar ante un interlocutor agradable e interesante que ante

otro que no llegue a serlo.

El portavoz debe dominar los temas precisos sobre los que va a tratar tan a fondo como lo

exija el público al que se tiene que dirigir. El conocimiento del tema le concederá confianza en sí

mismo y le ayudará a emitir una imagen de poder y fiabilidad.

La imagen física es fundamental y muchas de las veces es una de las pautas en la existencia

de un portavoz. Generalmente, se trata de dar una imagen que sea parejo con los valores y el

mensaje que desea transmitir la entidad, y de no alejar la atención la audiencia, que la forma de

equiparse no le hagan fijarse en detalles lejanos a la conferencia.

Es una peculiaridad que no se suele tener en mente, pero que asiste en gran escala a que la

audiencia se distinga con el portavoz y, por tanto, a que sea más factible crear la comunicación.

Se trata de manifestar de par a par al público y de no ignorar que aunque su cargo le produzca

reconocimiento el portavoz no es el personaje principal, sino un simple mediador para la

comunicación entre la entidad y sus audiencias.

Responsabilizarse y afrontar la actualidad de los hechos en tiempo real. Rechazar la realidad

es una equivocación, por lo que jamás se debe argumentar enunciando que no hay nada que

objetar, ni que no ha sucedido nada, ni con respuestas de tipo: “No tengo nada que hablar”.

2
Brindar siempre datos exactos y que hayan sido revisados antes de compartirlos. No contestar

nunca a especulaciones, solo hablar acerca de acontecimientos que hayan sido previamente

constatados y no hacer falsas deducciones ni dejar que las hagan.

No levantar falsos, porque solo funcionaría para quitar la confianza de la audiencia hacia el

portavoz. Tampoco hay que disminuir los resultados, hay que llegar a considerar la problemática

y poniendo en conocimiento los hechos tal como los entiende el público.

Evidenciar que está al tanto de lo acontecido y que tiene total capacidad de ponerse al frente

de la situación, alegando que están esforzándose para dar solución a la problemática y que

seguirán dando testimonio según vayan conociendo más datos verificados.

No inculpar de las diversas dificultades en el camino de la comunicación a nadie dentro de la

entidad, aunque se den a conocer sospechas del tema, tampoco apartar la atención asignando las

responsabilidades a terceras personas si no existe veracidad absoluta con respecto a la situación.

Dar mayor relevancia a los averíos de ámbito personal que a los sustanciales o también de

ámbitos económicos, mostrando así gran interés por todo lo que tiene que ver con los aspectos

humanos, respondiendo con una actitud de entendimiento hacia las diferentes muestras de

preocupación de la audiencia.

Emitir la menor cantidad de mensajes, pero a su vez relevantes, que sean rápidos, claros y

concisos, sin valerse de términos técnicos, teniendo así mensajes completamente uniformes pero

también a su vez coherentes, tanto para el interior como para el exterior, y no tienen que ser

atónitos ni siempre repetitivos, sino acondicionarse a la situación, al presente y al desarrollo de

las dificultades.

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REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA:

Markina, I. C. (2017). Formación de portavoces: cómo conseguir una comunicación efectiva ante

los medios y otros públicos. Barcelona, Spain: Editorial UOC. Recuperado de

https://elibro.net/es/ereader/espoch/58636?page=44-45-105-106.

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