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PARA AYUDAR A LOS QUE DESEAN CONSAGRARSE

Muchos hermanos y hermanas en la iglesia quieren consagrarse por completo a


Dios, pero no pueden. José y su esposa Matilde por un tiempo no siguieron fielmente
al Señor, ni asistían con regularidad a la iglesia. Pero después de enfrentar algunas
contrariedades en su mismo hogar, ambos decidieron consagrar sus vidas por
completo al Señor y servirle con todo compromiso.

De la misma manera, muchos creyentes en el Señor, también están tratando de


consagrar sus vidas a Dios para servirle mejor y ser útil en algún servicio. Si estás en
el ejercicio de liderazgo en la iglesia, debes ayudarles con estas sugerencias:

A. LA CONSAGRACION ES UN ACTO DE ENTREGA A DIOS

¿En qué se caracteriza este acto de entrega a Dios?

1. Es una entrega total: Cuerpo, Alma y Espíritu.

“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma
y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”. (I
Tesalonicenses 4:23)

2. Es una entrega incondicional.

“Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad
presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así
ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia”.
(Romanos 6:19)

3. Es una entrega completa a su servicio.

“Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra,
santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra”. (II Timoteo 2:21)

B. LA CONSAGRACION A DIOS INCLUYE TODO

¿qué partes de una persona incluye la consagración a Dios?

1. Su Ser entero.

“Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo
y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. (I Corintios 6:20)

2. Su familia.
“...Pero yo y mi casa serviremos a Jehová”. (Josué 24:15)

3. Sus bienes materiales.

“Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán
llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto”. (Proverbios
3:9-10)

C. REQUISITOS PARA CONSAGRARSE A DIOS

ċCuáles son los requisitos para consagrarse a Dios?

1. Debe renunciar todo pecado.

“Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos


en este siglo sobria, justa y piadosamente”. (Tito 2:12)

2. Debe crucificar su yo pecaminoso.

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo
que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se
entregó a si mismo por mí”. (Gálatas 2:20)

3. Debe entregar todo su ser a Dios, sin reserva alguna.

“Así, que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”.
(Romanos 12:1)

4. Debe reconocer y aceptar a Cristo como el Señor de su vida.

“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que
Dios le levanto de lo muertos, serás salvo”. (Romanos 10:9)

5. Debe estar dispuesto a vivir en obediencia diaria al señor Jesús.

“¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, ¿y no hacéis lo que yo digo?”. (Lucas 6:46)

“Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de
vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal”.
(Romanos 16:19)

D. LAS CARACTERÍSTICAS DEL CRISTIANO CONSAGRADO A DIOS

¿Cuáles son las características del creyente que se ha consagrado a Dios?

1. Aborrece el pecado.
“Aborreced el mal, y amad el bien, y estableced la justicia en juicio...” (Amós 4:15)

2. Vive para agradar a Dios.

“Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en
toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios”. (Colosenses 1:10)

3. Ama a Dios, más que todas las cosas.

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente”. (Mateo 22:37)

4. Anda ocupado en el servicio del Señor.

“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra
del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. (I
Corintios 15:58)

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