El homosexual, ¿nace o se hace?
L. M!! Gonzalo
Universidad de Navarra.
Las noticias qu e aparecen en Jos medios de comu-
nicación sobre homosen1ales son cada vez más fre-
cuentes. Los motivos son va riados : manifestacio nes
multitudinarias y clamorosas ele gays y lesbianas exi-
giendo sus "derechos", e l reconocimiento de las pare-
jas de hecho, Ja posibilidad de matrimonios entre ho-
mosexuales, o el derecho a adoptar n iños, etc.
En ocasiones, tales noticias tienen su vertiente có-
mica, como la del homosexual q ue a l perder a su com-
paf1ero reclamaba una pensión ele viudedad . O la ame-
naza e.le llevar a los tribunales al presidente de la
conferencia episcopal porque se atrevió a calificar de
desviada Ja conduela homosexual.. .
En tocias estas reclamaciones es manifiesto que los
homosexuales piden q ue se reconozca su tendencia
como algo natural en ellos, en definitiva, que los ho-
mosexua les "nacen y no se hacen".
Es comprensible que, este deseo lo q uieran apoya r
con elatos sociológicos y biológicos.
Entre Jos sociológicos, aportan el hecho de que la
homosen1a liclad se ha dado en Lodos los tiempos y
en codos Jos países. Incluso Jo hn Bo.swell, gay que
mu rió ele SIDA en 1995, publicó un libro : "The ma-
rria ge of li keness: some sex unions in premode rn Eu-
rope ", e n e l qu e sostiene q ue la Iglesia antig ua llegó
a bendecir un io nes entre ho mosexua les. La interpre-
tació n partidista del térm ino "adelpbop oiresi.s", que
según la traducción literal, en consonancia con el
contexto, es "hacer he rmanos" los que antes eran
enemigos, Boswell lo trad uce por "ama nte" y le lleva
a concluir q ue eso e ra matrimo nio y la Iglesia lo le-
galizaba.
¿Hay base b iológica?
El primer argumento biológico esgrimido es que
existen centros hipo lalámicos que controlan la con-
ducta sexual, y que en los gay tienen una estructu ra fe-
menina.
Una de las primeras observaciones, sobre el d i-
morfis mo se}nJal hipota lámico, corresponde a Gorski
y su g ru po(l) , en 1978. Describieron un núcleo en el
52 REVISTA DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA OCTUBRE·DICIEMBRE1997
área preóptica, que denominaron núcleo sexual di-
múrfico, que en el ho mbre es ele un tamaño dobl e
que en la mujer.
Aúos m ás tarde, Le Vay (2,3) y su equipo describie-
ron 4 núcleos en el hipotálamo anterior que cknomi-
naron: núcleos intersticiales de l hipotálamo anterio r
1,2,3 y 4 (NTJ TA), q ue tienen que ve r con la conducta
sexual. Estudiando el NTHA3 (que es 2,5 veces más vo-
luminoso en el ho mbre que en la mujer) en 19 gays,
fallecidos a causa de SIDA, y en 16 hombres hetero-
sexuales (unos fallecidos con SIDA y o tros por causas
diferentes), observaron q ue el NTT TA3 era unas 2 veces
más voluminoso e n los heteroseJo..'u ales q ue en los ho-
mosexuales, es decir, en éstos tenía un tamaño seme-
jante a l de las mujeres.
Este dato dio lugar a artículos periodísticos sensa-
cio nalistas algunos con títulos como: "Le Vay y su gru-
po han encontrado el asiento cerebral ele la gayciclad".
Es natura l que la comunidad gay acogiera con en-
tusiasmo el artículo de Le Vay, pues apoyaba, con un
fundame nto biológico, la te nde ncia ho mosexua l y Le
Vay es un neurocientífico de reconocido prestigio (si
bien el área de sus trabajos no es el hipotálamo , pues
según él mismo admite, realizó esa investigación por
ho bby). Es explicable que Le Vay tomara pie en la ob-
servación ele GORSKl para extender el d imorfismo se-
xual hombre-muje r a hombre heteroseA.'1.ial - homose-
xual, pues según propia confesió n él es gay y d irigente
del movi mienlO Gay en California.
No obstante, el trabajo ele Le Vay ha sido criticado
por un buen número de auto res. Quizá uno de los más
conocidos es Swaab (4), neurocientífico ele Ansterdam,
que objeta, entre otras cosas: a) que T.e Vay sólo ha es-
tudiado el área del núcleo y no el número de neuro-
nas de dicho núcleo (INHA3) y .su cariometría, méto-
do más fiable q ue el simple volumen ele todo el
núcleo; tampoco ha realizado ningún método inm uno-
citoquímico ; b) que los valores o btenidos muestran
una gran dispersió n, ele tal forma que el volumen del
1NHA3 en a lg unos ho mosexuales es tan grande co mo
en Jos heterose>..'1.iales, y, viceversa: algunos heterose-
xuales se comportan, en cuanto a este núcleo, como
los ho mosexuales. Estas y o tras objeciones han lleva-
258
 do a Le vay a decir que su estudio es preliminar y que
no da pie para afirmaciones tan atrevidas corno algu-
nos han hecho .
¿Fundamento genético?
Los trabajos que han servicio ra ra afirmar que la
transexualidad se debe a un gen corresponden a Dean
Hamer y sus colaboradores (5). Este autor es un cono-
cido gay, que trabaja en la sección ele Genética del Ins-
tituco Nacional del Cancer e n USA. Hamer, en 1993,
afirmó que, en el cromosoma X (región Xg28 de su
brazo largo), está presente un gen responsable ele Ja
ga yciclacl.
Lo m ismo q ue sucedió con Le Vay, también el tra-
bajo de Hame r suscitó polémica. Así George Ebers ele
la Universidad Western ele Ontan io (Canadá), ha repli-
cado el estudio ele Hamer y no ha podido confirmar
sus resultados. Por o tra parte, el INH ha sospechado
que el trabajo de Hamer había sufrido alguna manipu-
lación y ha o rdenado q ue se investigue si realme nte se
ha dado tal manipulación (6). Por su parte, N. Rish y
col. (7), afirman que los resultados de Hamer debe n
ser interpretados con precaución, pues la selección de
los casos estudiados no se ajustan a los requisitos ge-
néticos.
Un apoyo a la base genética de la homose>..'1.1alidad
lo pretendieron aportar Michael Bailey y Richard Pi-
llard (8). Estud iaron, en gemelos homocigóticos y he-
terocigóticos, el tanto ror ciento de coincidencia de
ho mosexualidad. En los homocigóticos la coincidencia
se daba en el 50% de los casos y en los heterocigóci-
tos en el 20%. Dada la mayor proporción de coinciden-
cias entre gemelos con la misma constitución genética,
dedujeron q ue la homosexualidad tiene una base cro-
mosómica. Estos resultados tambié n se pueden inte r-
pretar de forma diferente. Si la constitución genética es
la misma en los hornocigóticos, el cambio e n el gen
"ele orientación sexual" debe darse en los dos gemelos
y no sucede esto en el 50% de los casos. Por otra pa r-
te, el hecho de que entre hermanos con disparidad
cromosómica se dé la homosexualidad en un 20% ele
los casos, mientras que en la población general es de
un 2% indica, lo mismo qu e en los homocigóticos, que
---------------~----i: BIBLIOGRAFJA :f-----.----
1.- Gorski, R.A, Gordon , J I 1, Shryne, 2.- Le Vay S. A cliferencc in Hypotha-
JE, Southam, AM. Evidence for a morp- lamic structure hctween heterosexual
hologica l sex difference within thc me- and homosexual men. Scicncc 253, ·1036-
dia l prcopric a rea of the rat hrain. Rrain 1037, 1991.
Res . 148, 333-346, 1978. 3.- Le Vay S. The sexual brain. MIT
259
el factor familiar y ambiental son los que juegan el má-
ximo papel. Opinión compartida por e l Psicólogo ho-
landés Gerarcl van den Aarweg (9).
Conclusiones
Del estado actual de nuestros conocimientos bioló-
gicos parece deducirse que los inte ntos ele buscar una
base biológica a la transexualidad no arortan datos
convincentes.
Por tanto, la pretensión de que la tendencia homo-
sexual sea debida a la naturaleza y, en co nsecuencia,
que se reconozcan a los gay y lesbianas los mismos
derechos q ue a los q ue prese ntan una orientación he-
terosexual no está justificada.
Pero aun en el caso de que en el futu ro llegara a de-
mostrarse la base biológica de la transexualiclacl, no re-
presentaría más que una tendencia que queda someti-
da a la voluntad. Si la sociedad , juzga que el
comportamiento ho mosexual atenta contra el matrimo-
nio, contra la estabilidad de la familia, contra la mora-
lidad de las costumbres, etc. , es natural que no se re-
conozca los pretendidos derechos de los ho mosexuales
al ma trimonio, a poder adoptar niños, etc.
En este sentido, se recordará que el Senado de USA
aprobó en Noviembre ele 1996 la "Ley de defensa del
matrimonio'', en la que sólo se reconoce como matri-
monio la unión ele un ho mbre con una mujer. También
aprobaron q ue se puede discrim ina r a los homosexua-
les a la hora de elegir rersonal para un trabajo.
Po r otra parte, el tribunal supremo norteamericano
(en la sentencia Bowes Vs. Hardwich, 1986) afirmó
que "no se ha demostrado ninguna conexión entre la
familia, e l matrimonio y la procreació n, por un lado,
y la actividad homosexual, por otro. Y más cercano a
nosotros, el tri bunal supremo csrañol en sentencia de
19 abril de 1991, afirmó que : "el transexual no ad-
quiere "ius nubencli" con persona del mismo sexo bio-
lógico". No ra rece, pues, q ue las manifestaciones
multitudinarias y clamorosas de gays y lesbianas va-
yan a cambiar su situación actual. Se les debe consi-
derar, como personas que son, dignos de todo respe-
to, pero no se les puede reconocer un derecho a la
homosexua 1id ad.
- - - - -- - - - - - -
Pres Cambridge, Massachusetts, 1993.
4.- Swaah, OF, Hofman l'vlA. Scll.'ual
diffcrentiation of human hypothalamus
in relation to the gender an sexua l oric n-
tation. TINS 18, 264-270, 1995.
REVISTA DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA OCTUBRE-DICIEMBRE 1997 53
 5.- Hamer D.H., 1Vlagnusson VL, Hu
N, l'artatucci A.M. A linkage between
DNA markers on the X chromosome and
male sexual oricntation. Scicncc, 261,
321-337, 1993.
6.- Marshal E. NlH 'S Gay gene study
questionecl . Scien ce, 268, 1840-41 , 1995.
7.- Rish, N, Squires-Whecler, Keals, J.
Malc sexual o rie ntation and gen etic evi-
d ence. Science, 262, 2063-2065, 1993.
8.- 13ayley, JM, Pillare!, RD. A genetic
stud y of malc sexual o ricntation. Arch.
Gral. Psycho l. 48, 1089-1094, 1991.
9.- Harweg G. van cien, Omosessual i-
ta & sp eranza. Ed Ares, i'vlilán, "1 995.

54 REVISTA DE M~DICINA DE LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA OCTUBRE·DICIEMBRE 1997 260