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La palabra cerámica viene del griego “Kéramos” (como indicábamos anteriormente)


arcilla o sustancia quemada. Se trata  del  arte de fabricar objetos de todo tipo,
recipientes, vasijas, estatuillas, etc. con arcillas tratadas con calor, que se transforman en
terracotas, loza o porcelana, dependiendo del material, tratamiento y temperatura a los
que son sometidos. Casi todas las culturas desarrollaron el arte de la cerámica desde la
prehistoria. Sus usos y las formas han sido de lo más variados, desde vasijas, de uso
cotidiano en el Neolítico, estatuaria en Grecia y Roma, revestimientos en todo tipo de
ambientes con los musulmanes (como los “Arrimadillos” de la Alhambra de Granada) u
objetos de ornamentación y uso personal como, pequeñas estatuas, tabaqueras,
especieros, etc. En el siglo VXIII y  sobre todo desde el siglo XIX el gran uso que se
hace de  la cerámica es para el sector de la construcción, ladrillos, tejas, azulejos  y todo
tipo de complementos.

     De gran ayuda para la arqueología, gracias a ella ha podido datar numerosísimos
yacimientos incluso algunos tipos de cerámica han dado el nombre a culturas
prehistóricas como la cerámica “Cardial” o la de “El Algar” de la Edad de Bronce.

       Vamos a hacer un pequeño recorrido por la historia, desde la aparición de los
primeros restos de objetos de arcilla hasta nuestros días y el uso que han dado de ella las
diferentes culturas.

      Paleolítico.  Las Venus Paleolíticas, pequeñas estatuillas (de 4 a 20 centímetros) en


barro, hueso o piedra muy abundantes, datadas en el Paleolítico Superior con  unos
20.000 años de antigüedad. Son figuras antropomorfas de mujer, sin rostro, apenas pies
y con formas exageradas. Se han encontrado tanto en Europa como en Asia y se  cree
son divinidades utilizadas en antiguos ritos de fertilidad. Cuando hallaron las primeras,
pensaron  que se trataría  de un  ideal de belleza de aquella remota época y se las
bautizó con el nombre de “Venus”.  La más famosa (aunque es de piedra caliza) es la
llamada “Venus de Willendorf” de Austria.  Otra es la Venus de Dolni Vestonice, de
terracota datada con una antigüedad de 29.000 años, es posiblemente una de  las piezas
de cerámica más antiguas que existen, encontradas en el yacimiento arqueológico de la
ciudad Checa de Dolni. En el mismo yacimiento se encontraron figurillas de barro de
osos, mamuts, caballos, zorros, etc. seguramente utilizados en rituales mágicos para
favorecer las cacerías.

Las Venus Paleolíticas – Willendorf – Dolni Vestinice


       Neolítico.  Los primeros restos arqueológicos de cerámica encontrados, datan de la
época Neolítica sobre el año 6.600 a.C. Se trataba de unas piezas muy rudimentarias
amasadas a mano y que imitaban a la cestería. Se utilizaba la técnica denominada “de
pellizco” que dejaba las huellas en el barro a modo de primeras decoraciones, más tarde
se incluyeron las primeras formas geométricas simples, mediante incisiones con palos o
huesos.

Vaso campaniforme y Tambor Neolíticos

 Edad de los Metales.  Aparecen cuencos y ollas campaniformes u ovoides ya más


elaborados, con unas incipientes decoraciones a base de incisiones también con ramas o
huesos. Pronto comienzan a colorearse con tierras de distintos tonos y se perfecciona la
decoración con elementos geométricos o vegetales y rudimentarias aves formando un
friso alrededor de la pieza.
Vasos campaniformes con decoración geométrica

La cerámica en el Continente Africano

    Piezas repartidas por todo el continente con una antigüedad de unos 12.000 años,
(aparece en el Neolítico), objetos para uso doméstico de cerámica figurativa y
ceremonial para distintos ritos, guerra, caza, pesca, matrimonio, etc.

      Las arcillas eran sacadas de charcas y cenagales y se mezclaban con distintos
materiales, de origen vegetal o mineral, que les daba más consistencia. Para la
fabricación utilizaban el método de “colombín” con tiras de barro enrolladas. Otra de las
fuentes de barro más popular era la procedente de los abundantes termiteros. Se trata de
una arcilla especialmente fina y enriquecida con aditivos, por la acción de las termitas.

     En zonas como el Sudán o Senegal, añadían a la mezcla, como materia orgánica, los
excrementos de sus animales, lo que producía tras la cocción, pequeños huecos
repartidos por toda la pieza.

      El esmaltado en África queda limitado a la zona de la Cultura Árabe, en el resto es


muy común como sustituto, usar el bruñido de las piezas, que da un acabado liso y
brillante. Otras piezas eran teñidas de negro con el hollín de sus hogares o decorados
con líneas geométricas, de éste mismo material.

      Dependiendo de cada zona, las técnicas varían, así como los elementos añadidos a
las arcillas, grasa animal, pulpa vegetal, pigmentos colorantes, manteca de cacahuete,
grafito, mica, etc. por supuesto la decoración también varía. En general las piezas
destinadas para uso doméstico tenían poca decoración, las destinadas a los rituales,
diseños muy elaborados escarificados: incisiones geométricas, dibujos de rostros y
cuerpos, animales y diversos motivos y  formas.

     Mención especial merece el arte cerámico de una antigua y perdida civilización de la
zona de Nigeria: la Cultura Nok, desarrollada entre los años 500 a.C. y desaparecida
misteriosamente a finales del primer milenio de nuestra era. Han llegado hasta nuestros
días restos de su arte que denota una gran perfección y un alto dominio de la técnica,
tanto de modelado como de cocción. Piezas antropomórficas de gran tamaño y especial
belleza, con complicados y sofisticados peinados, rasgos faciales marcados y una
expresión con carácter. Como la gran mayoría de las figuras africanas, las procedentes
de la Cultura Nok presentan unas cabezas muy desproporcionadas.

Figuras de terracota de la Cultura Nok

      Hay un gran número de piezas cerámicas que representan temas variados, líderes,
antepasados, estelas funerarias, amuletos, etc. (temas típicos de Egipto). Las figuras en
distintas posturas, son representadas con todo tipo de accesorios y detalles como
collares, brazaletes, coronas, joyas. De pie, sentados, a caballo, etc. las más antiguas
están datadas entre los años 500 a 300 a.C.

Egipto

      Se tiene constancia de piezas cerámicas en la Dinastía IV y V años 2600 – 2350 a.C.
En los monumentos funerarios  además de las pertenencias personales del difunto, se
enterraban también sus copas, jarras, platos, etc. ya esmaltaban la cerámica con colores
verdes y azules. Dibujaban en la cerámica, con óxido de cobalto, sus escarabajos
sagrados. A veces mezclaban varios tipos de tierras o añadían fragmentos cerámicos
machacados.
Fayenza. Vidriado azul con el que recubrían las estatuillas

     Ushebtis. “Los que responden” pequeñas estatuillas destinadas a acompañar a los


difuntos en sus tumbas. De terracota o “fayenza” (material cerámico con acabado vítreo
en el exterior) y otros múltiples materiales como madera, piedra y los más valiosos de
lapislázuli, representaban escenas de la vida cotidiana como agricultores, formaciones
militares, incluso se hacían pequeñas maquetas de casas con sus habitantes dentro,
realizando todo tipo se tareas.
Usheptis de Fayenza

Agricultores y formación de guerreros Nubios

Posible fragmento de Nefertiti – Nadadora de terracota de la Dinastía XVIII ,

La Diosa Isis con su hijo Horus, en material cerámico y Vasos Canopos


Utensilios cerámicos de todo tipo 

Mesopotamia

       Los pueblos de las cuencas del Tigris y el Eúfrates no solo utilizaban las arcillas
para sus vasijas y utensilios domésticos sino también para fabricar ladrillos con los que
construían sus palacios, templos y demás edificios. (Palacio de Khorsabad, decorado 
con más de 2.000 metros cuadrados de bajorrelieves). Al tratarse de una zona con gran
escasez de árboles y roca, utilizaban para sus construcciones adobes o ladrillos de
cerámica vidriada (adobes para muros y paramentos que luego recubrían con placas
cerámicas de color). Los ladrillos al exterior se decoraban con una pasta silícea
coloreada que producía un esmalte vítreo. Hay datos que demuestran que ya conocían el
uso del torno.
Estatuillas de terracota de los Sumerios

Friso de los Arqueros del Palacio de Darío en Susa.

       Hoy en el museo de Berlín. Los Persas tomaron de los antiguos Asirios las técnicas
cerámicas y decoraron sus palacios con grandes zócalos de ladrillos esmaltados y en
relieve, con escenas  que ya no son de guerra o cacerías como antes, sino de ceremonias,
animales antropomorfos o como en este caso un desfile de guardianes arqueros. 
También realizaron numerosas decoraciones con temas  mitológicos de una cierta
influencia griega.

Grifo, Esfinge con el rostro de Darío y Friso de los Arqueros, Palacio de Susa

La Puerta de Istar 

        Es una de las ocho puertas de la muralla de Babilonia, que daba acceso al templo
de Marduk. Tiene más de 14 metros de altura y 10 metros de ancho y fue mandada
construir por Nabucodonosor en el año 575 a.C. Está toda recubierta de ladrillos
cerámicos vidriados en color azul (alto contenido en lapislázuli), contrastaba y llamaba
poderosamente la atención con respecto a las demás y con la muralla,  que eran de
ladrillos dorados o rojos. La puerta está decorada con animales fantásticos en relieve,
toros, leones, seres mitológicos y dos esfinges (hoy en el museo de Berlín). El  interior
del arco y la parte inferior de la puerta están decorados con franjas de grandes flores
similares a margaritas. También en origen parece ser que había, a los lados de la
entrada, dos esfinges, hoy desaparecidas.

Puerta de Istar de Babilonia

 
Bajorrelieves cerámicos de la Puerta de Istar

Grecia

      Zona destacada por su gran desarrollo desde sus orígenes más remotos, sobre todo
en Corinto y Rodas, con la producción de una cerámica arcaica que llegó a su máximo
esplendor en el siglo V  a.C. en la zona Ática.

      Los griegos fueron grandes ceramistas, que aprendieron sus secretos de
civilizaciones más antiguas como la Egipcia, Canaán o Mesopotamia. Sus bellos dibujos
narraban historias de la época y su estética fue copiada por los romanos y bizantinos que
la propagaron hasta el extremo oriente y de ahí a Europa y España a través del norte de
África.

      Se aplicaba en las piezas una pasta negra y con un punzón serigrafiaban el dibujo,
dejando al descubierto el rojo de la arcilla original. Tuvieron una amplísima  producción
de ánforas, kráteras  y todo tipo de vasijas para almacenamiento, destinadas  al
transporte de mercancías, vino, aceite, agua, pescado, cereales, etc.

       En la cerámica griega tenemos detallada e ilustrada toda la mitología en las


llamadas “figuras negras y figuras rojas” de sus recipientes cerámicos.

Gigantomaquia – Ánfora de figuras rojas 400-390 a.C. Louvre

Figuras rojas sobre ánforas, platos y kráteras – Dionisos y Ariadna, siglo V a.C.
Odiseo y las Sirenas, siglo V a.C. y el Carro de Apolo, 435 a.C. Londres.
Ánfora Griega decorada con animales marinos

     Etruscos y Romanos. Las técnicas griegas pasan a los Etruscos y más tarde a Roma
y Bizancio. Los romanos, prácticos como es habitual en ellos, copiaron la técnica y
formas griegas pero no se preocuparon ni de mejorarlas ni de su decoración. Las
conquistas del Imperio contribuyeron a la expansión de un tipo llamado “Sigillata” con
todo un repertorio de piezas de mesa, entre ellas la más llamativa y popular: el ánfora
alargada, de cuello alto, dos asas y terminada en punta.
 Ánfora romana 

El Sarcófago de los Esposos

     Fabricados en terracota, del siglo VI a.C. Es una urna funeraria que representa a una
pareja de casados, reclinados y en un supuesto banquete del más allá. Fueron
encontrados en la ciudad de Caere y denotan una clara influencia griega. “Sonrisa
Arcaica”, largos cabellos trenzados (a la manera de los Kuroi), aunque las piernas están
modeladas algo aplastadas, en relación con el cuerpo de alto relieve, al estilo etrusco.
El Sarcófago de los Esposos

Los Caballos de Tarquinia

      Pertenecían al frontón del templo principal de la antigua ciudad etrusca de Tarquinia


en el siglo IV a.C. Son de clara influencia griega, en terracota policromada y
representarían al mítico caballo alado “Pegaso”, aunque algunos estudiosos del tema
afirman que las alas de los caballos son un mero elemento decorativo.

Los Caballos de Tarquinia


Mundo Islámico

       Recogen la tradición Sirio-Persa en un primer momento y puede considerarse como


producción propia la realizada a partir del siglo VIII, época en el que  aplican un
esmalte blanco de dióxido de carbono, lo que dota a las piezas de un curioso brillo
metálico. Se consigue mezclando cinabrio, sulfato de cobre, óxido de hierro, azufre y
plata y como disolvente vinagre. Se cocía a bajas temperaturas y fueron piezas que
sustituyeron a las más lujosas de oro y plata  (prohibidas en su momento). Otra variedad
cerámica típica de los musulmanes son la piezas de esmalte, que se consiguen
mezclando sulfuro de plomo, dióxido de estaño, sílice y arena. Se decoraban con
dibujos geométricos en azul cobalto.

La bóveda celeste. Decoración geométrica en cerámica muy común el los Mihrabs


de las mezquitas

      La decoración musulmana es muy rica y variada pero básicamente geométrica, por
su prohibición de representar figuras humanas. Los dos colores predominantes son el
marrón violáceo, de óxido de manganeso y el verde de óxido de cobre. Como
complemento a la decoración hacían incisiones o perforaciones.

Mezquita de Isfahan, Irán. Cubierta de cerámica vidriada


      La industria cerámica floreció considerablemente durante el Califato de Córdoba y
es aquí donde se inicia la técnica de la “cuerda seca”, conseguida a base de utilizar
pequeños cordoncillos impregnados en grasa y colocados formando líneas en las piezas
que luego, durante la cocción, desaparecerán dejando en su lugar una serie de surcos.
Además las cuerdas evitaban que  durante el procedimiento de cocción se mezclaran  los
colores.

      Los centros cerámicos más importantes de esta época en España se concentraban en:
Toledo, Córdoba, Medina Azzahara y más tarde con los Nazaríes, en Almería, Málaga,
Manises y Granada y en el siglo XIV en Paterna y Teruel.

China

     Los primeros restos, con una técnica destacada, de cerámica en china datan de los
años 600 – 900 a.C. Se trata de pequeñas figuras hechas con una pasta porosa, cubiertas
de barniz de color verde y azul turquesa. Se cree que fueron los chinos los que crearon
técnicas más sofisticadas y fueron los primeros en utilizar hornos para el secado de las
piezas. Ese conocimiento se extendería luego por Corea y Japón y de Oriente a
Occidente. En su recorrido irá  cambiando las técnicas, debido sobre todo a la variedad
de tipos de arcilla de los diferentes países.

      Pero el aspecto propio e inconfundible de la cerámica china se da en la Dinastía


Song, para llegar a su máximo desarrollo en la Dinastía Qin, hacia el año 250 a.C.
cuando se unificó toda China y Qin Shi Huang se convirtió en el primer emperador.
Durante su reinado se inició la construcción la Gran Muralla China y los famosos
guerreros de terracota Xi-An, descubiertos en las proximidades de esta pequeña ciudad
en el año 1974, durante unas obras realizadas para el abastecimiento de las aguas.
Presentan un verdadero ejército en formación, con más de 8.000 estatuas a tamaño
natural y con los rostros y posturas personalizadas, con armaduras, armas, arcos, lanzas,
espadas,  caballos, carros, etc. realizadas para glorificar al nuevo emperador y como
guardianes del más allá en su tumba. Desde 1987 el conjunto ha sido considerado
Patrimonio de la Humanidad. La tumba fue saqueada en numerosas ocasiones y las
armas robadas.
Los Guerreros de Xi-An
Cuadriga Imperial de los Guerreros de Xi-An

Guerreros de Terracota de Xi-An

      Con la Dinastía Yuan se unen el Medio y Lejano Oriente y la cerámica alcanza un
avance espectacular y una técnica difícil, no ya de superar, sino de imitar. Se decora con
azul turquesa, dragones, aves, crisantemos, nubes, montañas, árboles, (raramente la
figura humana).

   Cuando la porcelana china conoce uno de los periodos más representativos y


conocidos, es  durante la “Dinastía Ming” (1368 – 1644). Tras la caída de la Dinastía
Yuan, se paralizó el comercio y el país se sumió en una profunda crisis que afectó a
todos los sectores. Casi todos lo hornos cerámicos fueron destruidos y el nuevo
emperador, un monje budista llamado Chu Yan Chang, se propuso recuperar la
economía del país y como meta especial, la organización y puesta en marcha de nuevo
de la industria cerámica, creando un símbolo de poder a través de la propaganda que
proporciona el arte. Escogió como soporte para ese arte el material más duro e
imperecedero conocido: la porcelana. Se llegó a construir una verdadera ciudad-alfar en
Jingdezhen, fabricando piezas tanto para la corte como para el mercado en general.
Pronto comenzaría la demanda de su porcelana en el extranjero, Tailandia, Estambul,
etc. A partir de la segunda mitad del siglo XVI, la porcelana hacía sombra al producto
estrella de china: la seda. La  Ruta de la Seda dejó de ser tal para convertirse en “La ruta
de la Porcelana”. El emperador llevó la capital a Pekín y para proteger las rutas
comerciales de los mongoles, reforzó y amplió La Gran Muralla, haciéndola mucho más
resistente con ladrillos cerámicos (antes de adobe) y haciéndola custodiar por un millón
de guerreros.
Jarrones de la Dinastía Ming

Jarrones Ming en su variedad policromada sobre fondo amarillo

       En el siglo XVII será  Marco Polo, a través de la  Ruta de la Seda, el encargado de
traer a Europa las porcelanas de China. Causaron admiración por su belleza, textura y
resistencia. Durante mucho tiempo se desconoció el secreto del caolín y hubo muchos
intentos de imitarlo  utilizando “pastas tiernas” sin demasiado éxito. A España las traen
los portugueses a través del puerto de Sevilla (habían establecido una colonia en Macao
y centraron su actividad en el comercio marítimo).

      Una vez descubierta la técnica del caolín, se fabricaron todo tipo de porcelanas,
figuras, vasijas y ornamentos con el carácter Barroco típico de la época. Este siglo fue
bautizado como “El Siglo de la Porcelana”. En Alemania se funda la fábrica de Meissen
y al mismo tiempo en Francia la de Vincennes y Sèvres.
Jarrones de Sêvres

      Una de las principales fábricas de cerámica europeas es la de Sèvres, fundada en el


año 1740 con el apoyo de Luis XV y Madame Pompadour y creada para competir en
producción con Meissen y Chantilly. Ya en 1745 tiene gran fama y prestigio sobre todo
por sus “flores de porcelana china” realizadas en “Biscuit” blanco (una sola cocción),
inspiradas en los jardines de las escenas galantes. En 1768 se descubrió en suelo francés
un yacimiento de caolín, cerca de la ciudad de Limoges, primordial ara la fabricación de
la porcelana china  en su faceta de “pasta dura” y desde entonces, la porcelana de Sèvres
no tuvo rival inundando todos los mercados, con un pequeño bache durante la
Revolución  Francesa,  pero  también  con una nueva moda: la del “Canon Estilístico del

Imperio Napoleónico” (El arte de nuevo a cargo de la propaganda política), con un


estilo Neoclásico-Egipcio para la exaltación del Emperador. Todas las piezas tenían  la
efigie de Napoleón.

      En el siglo XIX Francia toma un estilo ecléctico (modelos barrocos de Versalles,
clásicos, temas históricos, etc.) y nuevas técnicas que le permitían dominar el color y
realizar así sus obras pictóricas. Hoy día Sèvres sigue con su producción al alza, usando 
técnicas tradicionales con diseños contemporáneos. Ha sido nombrada “Ciudad de la
Cerámica”.
      En España, Carlos de Borbón, cuando fue nombrado Rey de España en 1759,
(Carlos III) fundó una fábrica en el Palacio del Buen Retiro de Madrid (trataremos el
tema más ampliamente al hablar de la historia de Talavera de la Reina).

      En Inglaterra a finales del siglo XVIII consiguieron fabricar una cerámica más
porosa, blanca, ligera y sobre todo más barata que en el resto de Europa, con lo que
conquistaron rápidamente los mercados y trajeron  la consiguiente crisis a los alfares y
la decadencia de la Porcelana en demás los países.

La cerámica en la América precolombina

      Le cerámica en un fenómeno universal, prueba de ello son los numerosos restos
encontrados en cada uno de los rincones del planeta.

      La cerámica precolombina tiene unos 7.500 años de historia como mínimo pero, 
con la invasión europea de las Américas, todo vestigio de civilización quedó arrasado y
fue  gracias a la durabilidad y resistencia de la cerámica por lo que se pudo rescatar
parte de esa historia perdida.

Ecuador, estatuilla Kimbaya – Cerámica d Nazca – Copán, Honduras

      La cerámica era utilizada para fabricar vasijas, útiles de cocina y todo tipo de
recipientes, así como objetos funerarios, máscaras, esculturas e instrumentos musicales.
Los restos más antiguos fueron encontrados en la cuenca del Amazonas (7.500 años).
Generalmente se trataba de pueblos de pescadores y recolectores de fruta. También en
América del Sur han aparecido restos con una antigüedad de 4.000 a 6.000 años, en
Panamá, Colombia, Costa Rica, Guatemala, etc. etc.
Dios Jaguar y Vasija de Perú

Figuras cerámica cefalomórficas – Museo de América de Madrid

Una curiosa aplicación de la cerámica (Los Hombres de Barro)

      Los Asaro, una tribu de las Tierras Altas de Papua Nueva Guinea, de pequeña
estatura y carácter pacifico, realizan cada año una de las ceremonias más curiosas y
típicas de esta  zona, en recuerdo de una importante estratagema que protagonizaron sus
antepasados.

      Permanentemente acosados por tribus vecinas, un líder de los Asaro ideó una
estrategia brillante: Todos habían tenido contacto en el pasado con una terrible tribu de
“hombres blancos” a los que tomaban por espíritus malignos. Con arcilla blanca,
extraída de un lugar sagrado indicado por sus antepasados, se pintaron el cuerpo y con
el mismo material construyeron unas  horribles máscaras con las que ocultaron sus
rostros y con las que  salieron  al encuentro de sus enemigos. Los hombres de barro, con
el color de la muerte, presentados frente a ellos en absoluto silencio, lograron victoria
tras victoria.

Los Asaro Hombres de Barro

  El método de guerra Papua es con gran alboroto, gritos y escándalo, estas apariciones
silenciosas provocaban la huida despavorida de sus rivales, ya que los tomaban por los
“espíritus blancos malignos”  y  abandonaban sus  poblados, que luego eran saqueados
por los “Hombres de Barro”.

Viene de:  La Cerámica de Talavera de la Reina

Continúa en: Principales técnicas de la cerámica

Mariano Roda Elpincelconlienzo.com

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