Está en la página 1de 8

Jesus

Al llegar a la región de Cesárea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué


dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?». Ellos le
respondieron: «Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías
o alguno de los profetas». «Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?».

¿Quién es Jesús? ¿Quién es Jesús para ti?

Importante pregunta que cada uno de los que nos decimos cristianos deberíamos
de hacernos; más en estas épocas.

San Mateo nos narra en su evangelio lo siguiente: Al llegar a la región de Cesarea


de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué dice la gente sobre el Hijo del
hombre? ¿Quién dicen que es?». Ellos le respondieron: «Unos dicen que es Juan
el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas». «Y ustedes,
les preguntó, ¿quién dicen que soy?». Tomando la palabra, Simón Pedro
respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». Y Jesús le dijo: «Feliz de ti,
Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre,
sino mi Padre que está en el cielo. (Mt 16, 13-19).

Citado el pasaje anterior me permitiría de nuevo cuestionar quién es y qué


representa Jesús para el mundo, para nuestra sociedad actual… para ti; porque
vivimos en una época en la que todo se discute, pero sin argumentos y cuando los
hay, no se aceptan porque la verdad no siempre es agradable y/o digerible.

podemos ver que muchos escritores y sabios antiguos hablan de la existencia de


Jesús entre los que podemos mencionar a:

Flavio Josefo (37 – 100) quien describió a Jesús “como un hombre sabio, si era
lícito llamarlo hombre. Pues fue un hacedor de prodigios y maestro de los hombres
que recibían la verdad con placer. Atrajo a muchos judíos y gentiles; y Pilato, a
sugestión de nuestros principales hombres lo condenó a la cruz. Los que lo
seguían (no dejaron de hacerlo) y se les apareció al tercer día, según los profetas
divinos habían predicho ésta y otras diez mil cosas maravillosas concernientes a
él; y la casta de los cristianos, no se han extinguido hasta el momento.

Tácito (56 – 120) Describe en sus anales (115 – 117) a un tal Christus, de quien
deriva el nombre (de cristianos); que fue condenado a muerte durante el reinado
de Tiberio por el procurador Poncio Pilato.

Si gracias a estos autores (fuera del cristianismo) tenemos evidencia de la


existencia de ese Mesías prometido al pueblo judío ¿con qué seguridad se pone
en entre dicho?

El nacimiento de Jesucristo no sólo impacta la historia y la divide en antes y


después de Él, viene a revelarnos el plan de salvación y de cómo podemos
acceder a la vida futura y eterna; a la contemplación de la gloria de Dios y que
sólo acceden los que lo han seguido hasta el final, permaneciendo fieles, inclusive
poniendo de por medio su vida. De igual forma nos da vivo testimonio de que el
hombre no necesita tener abundantes recursos económicos y materiales en la
vida, puesto que Él mismo nació en una humilde cueva y fue recostado en un
pesebre, en la mayor de las incomodidades y sin lujos, como lo siguió haciendo en
su vida pública. Su ejemplo congruente de vida le da sentido a nuestra existencia
que a veces se muestra sombría y sin valor como lo menciona el Papa Francisco
en su carta apostólica Admirabile signum:

“Pensemos en cuántas veces la noche envuelve nuestras vidas. Pues bien,


incluso en esos instantes, Dios no nos deja solos, sino que se hace presente para
responder a las preguntas decisivas sobre el sentido de nuestra existencia:
¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿Por qué nací en este momento? ¿Por qué
amo? ¿Por qué sufro? ¿Por qué moriré? Para responder a estas preguntas, Dios
se hizo hombre. Su cercanía trae luz donde hay oscuridad e ilumina a cuantos
atraviesan las tinieblas del sufrimiento (cf. Lc 1,79)”.

¿Quién es Jesús?
Durante siglos antes de la concepción y nacimiento de Jesús, Dios había
prometido a través de los profetas que enviaría a un rey ungido para salvar a su
pueblo, Israel. Este rey vendría como un sirviente y misteriosamente salvaría a su
pueblo a través de su sufrimiento. Este rey sería glorificado de alguna manera, y al
hacerlo, traería redención, salvación y gloria no solo a Israel, sino a toda la raza
humana.

Y así sucedió de una manera que fue mucho más allá de las expectativas de
Israel. En otras palabras, Dios fue extremadamente generoso al cumplir sus
promesas. En el cumplimiento de los tiempos, este Rey predicho fue concebido en
el vientre de María, una virgen, por el poder del Espíritu Santo, y el nombre que se
le dio fue Jesús. En hebreo, este nombre es Yeshua (de donde obtenemos el
nombre moderno de "Joshua"), y literalmente significa "¡Dios salva!"

El título "Cristo" (en Hebreo: Mesías • en Griego: Christos) significa "El Ungido".
En el Antiguo Testamento, los sacerdotes, profetas y reyes fueron ungidos con un
frasco de aceite consagrado, y en varios casos, el Espíritu Santo descendió del
cielo para confirmar una cita tan sagrada (por ejemplo, con Saúl y David, reyes de
Israel) . Jesús experimentó esta cita en su bautismo en el Río Jordán, por manos
de Juan el Bautista, cuando el Espíritu Santo se precipita sobre él, cuando fue
bautizado.

La salvación que Jesús trajo, como el rey ungido sacerdotal y profético, fue mucho
mayor que los vencedores temporalmente políticos y militares de sus antecesores
Israelitas reales. De hecho, muchos de los contemporáneos de Jesús esperaban
que él acumulara un ejército, derrotara a sus opresores Romanos y llevara
soberanía política al pueblo de Israel. En cambio, Jesús conquistó al mayor
enemigo que todos enfrentamos: los poderes de las tinieblas (el mundo
demoníaco) y el control que el pecado tiene sobre nuestras vidas. Lo hizo de la
manera más increíble: ¡permitiendo que esos poderes aparentemente lo
destruyan!

Jesús sufrió la muerte más insoportable sobre el instrumento Romano de tortura y


muerte: la Cruz. Sin embargo, lo hizo de manera completamente voluntaria, sin
ninguna lucha por su parte. Dio su vida libremente como un regalo, para expiar los
pecados de Israel y del mundo entero.

C.S. Lewis

Estoy tratando de evitar que alguien diga lo realmente tonto que la gente suele
decir acerca de Él: "Estoy listo para aceptar a Jesús como un gran maestro moral,
pero no acepto su afirmación de ser Dios". Esa es la única cosa que no debemos
decir. Un hombre que era simplemente un hombre y dijo el tipo de cosas que
Jesús dijo no sería un gran maestro moral. Sería un lunático, al nivel del hombre
que dice que es un huevo escalfado, o de lo contrario sería el Diablo del Infierno.
Debes hacer tu elección. O este hombre era, y es, el Hijo de Dios, o bien un loco o
algo peor. Puedes callarlo como un tonto, puedes escupirlo y matarlo como un
demonio o puedes caer a sus pies y llamarlo Señor y Dios, pero no permitamos
ninguna tontería condescendiente sobre su gran maestro humano. No nos ha
dejado eso abierto. No tenía intención de hacerlo.

C.S. Lewis en el Mero Cristianismo

¿Quién es Jesús?
¿Quién es Jesús en realidad? Algunos dicen que fue un profeta; otros, que fue un
charlatán o un mito. Nosotros creemos que fue y es el Hijo del Dios
Todopoderoso. Descubra por qué.
¿Quién es Jesús?
Muchas personas creen en Jesús de Nazaret y saben lo que hizo durante el
primer siglo. Fue el Hijo de Dios y sufrió y murió por nuestros pecados. Pero
¿sabe lo que Cristo hizo antes de venir a la tierra? ¿Sabe lo que está haciendo
ahora y lo que hará en el futuro?

Todo lo que Cristo ha hecho, incluso su terrible sufrimiento y su muerte, no tendría


significado sin la promesa de regresar a la tierra para establecer el Reino de Dios.
Como dijo Pablo, “Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más
dignos de conmiseración de todos los hombres” (1 Corintios 15:19).

En la Biblia encontramos las respuestas a éstas y muchas otras preguntas. Las


Escrituras revelan que el universo entero fue creado por el Ser Divino que se
convirtió en Jesucristo; que Él es parte de la familia divina, pero no de una trinidad,
y es el futuro Rey de Reyes y Señor de Señores. Además, sabemos que Jesús
está muy activo en la actualidad, pues es nuestro Sumo Sacerdote.

Al entender la grandeza de Jesucristo, ¡podemos vislumbrar la magnitud de todo lo


que abarca su sacrificio y comprender el propósito de su muerte, entierro y
resurrección!

Lo invitamos a profundizar con nosotros en las Escrituras mientras estudiamos los


roles pasados, presentes y futuros del increíble personaje conocido como Jesús
de Nazaret.

¿Fue Jesucristo creado?


¿Se ha preguntado quién fue Jesucristo en realidad? ¿Fue un hombre o un ángel,
o alguna otra especie de ser creado? Sin duda, existe mucha incertidumbre en
cuanto a la naturaleza y origen de Cristo. Pero, ¿qué nos dice la Biblia al
respecto?
¿Fue Jesucristo creado?
“Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy”
(Juan 8:58).
Jesucristo nació como ser humano hace dos mil años.

Pero, ¿dónde estaba antes de este importante evento? ¿Había existido desde la
eternidad? ¿O fue Cristo creado por Dios el Padre? Y, si así fue, ¿cuándo fue
creado? ¿Antes de la creación del mundo y el universo? ¿O justo antes del
diluvio? ¿O fue creado en el momento de la encarnación (al nacer como ser
humano)? ¿Tiene la Biblia la respuesta? Si bien todas estas preguntas tienen que
ver con su origen, también están relacionadas con la naturaleza de Jesucristo, si
es o no un Ser divino.

Como veremos, la Biblia revela claramente que Cristo no fue creado; de hecho,
nos dice que ha sido Dios por toda la eternidad.

Y hay muchas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento que lo comprueban. A


continuación analizaremos varias de ellas prestando atención a cada detalle para
asegurarnos de comprender lo que intentan decirnos.

El Logos
Uno de los pasajes más importantes para entender la naturaleza y origen de Cristo
es Juan 1:1-3, donde vemos que Jesús existía desde antes de la creación, y
estaba con Dios el Padre desde el principio.

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era
en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo
que ha sido hecho, fue hecho”. Y, si hay alguna duda sobre quién era “el Verbo”,
el versículo 14 nos que “aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros”.
Según el Comentario exegético y explicativo de la Biblia de Jamieson, Fausset y
Brown, la palabra “con” utilizada dos veces en los versículos anteriores implica dos
cosas: que, por un lado, el Verbo tiene “existencia personal consciente distinta de
Dios”, pero además “[es] inseparable de él y asociado con él”.

Otro punto muy importante es que, como leemos en el versículo 3, nada fue hecho
sin Jesucristo. Entonces, ¿fue Cristo creado? No, pues, si hubiese sido creado,
¡tendría que haberse creado a Sí mismo! “Nada” significa justamente eso: nada.
En otras palabras, tanto el Padre como el Verbo —que luego llegó a ser Jesucristo
— han existido por toda la eternidad.

Además, la palabra griega traducida como “Verbo” en Juan 1:1-2 es logos. Y,


según el Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian
Literature [Diccionario griego-inglés del Nuevo Testamento y otras obras de
cristianismo antiguo] revisado y editado por Frederick William Danker, logos
significa: “comunicación que permite la expresión de ideas, palabra”.

Es decir, el término griego logos —bien conocido por los lectores del tiempo de
Juan— significa “palabra. Cuando el apóstol escribió estos pasajes, también era
comúnmente sabido que este concepto pertenecía a la terminología filosófica y
teológica antiguas. De hecho, Filón —un judío helénico de Alejandría que vivió en
los tiempo de Cristo— escribió bastante al respecto. Sin embargo, Juan utilizó la
palabra logos de una manera particular: ¡para referirse a un segundo Ser que
posee la naturaleza de Dios!

Otra importante fuente (Zondervan’s Pictorial Encyclopedia of the Bible


[Enciclopedia pictórica de la Biblia de Zondervan]) define logos como “palabra,
pensamiento, razón, habla, declaración, lógica, revelación, creencia, expresión de
ideas”. Y, dado que ninguna de estas definiciones hace referencia a un individuo,
algunos han llegado a pensar que “el Verbo” no era más que los pensamientos o
enunciados de Dios, los cuales luego se encarnaron en Jesucristo. Sin embargo,
la Biblia nos dice explícitamente que el Verbo estaba con Dios desde el principio.

Además, en Juan 1:4 leemos que “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los
hombres”. Esto demuestra que, claramente, el Verbo es mucho más que sólo
“pensamientos” o “enunciados”. El Verbo tenía vida. En síntesis, Juan utiliza una
palabra conocida (logos) en los primeros versículos de su evangelio para referirse
a un Ser que ha existido con el Padre desde el principio, antes de la creación del
mundo.

Por otro lado, la Biblia también nos dice que Jesucristo habla en representación
del Padre, pues expresa su manera de ser y pensar a través del poder del Espíritu
Santo (Juan 3:4; Hebreos 1:1-2). Así como la Biblia es la palabra de Dios escrita,
Cristo es la palabra de Dios personificada, un Ser independiente enviado para
predicar la palabra de Padre.
Entonces, los primeros versículos del libro de Juan tratan tres temas muy
importantes en relación a Jesucristo: su existencia, su relación con el Padre y su
identidad. Cristo existía con el Padre desde el principio y tenía una relación muy
cercana con Él. Además, se le identifica como el Verbo, otro nombre para referirse
al magnifico Ser que conocemos como Señor y Salvador.

La preexistencia de Cristo en las Escrituras


Ahora veamos algunos pasajes bíblicos donde se comprueba que Jesús existía
antes de la encarnación (cuando nació como ser humano):

Juan 17:5: “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que
tuve contigo antes que el mundo fuese”. Claramente, Cristo existía antes de que el
mundo fuese creado.
Juan 17:24: “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy,
también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque
me has amado desde antes de la fundación del mundo”. Aunque algunos
interpretarían este pasaje diciendo que el Padre amó a Cristo antes de que
existiese, tiene mucho más sentido decir que Cristo estaba con el Padre antes de
la fundación del mundo.
1 Corintios 10:4: “y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la
roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo”. Como su contexto lo
comprueba, este versículo se refiere a la salida de Israel de Egipto al desierto. Y,
en ese entonces, Jesucristo ya existía y estaba trabajando con el pueblo de Israel.
1 Corintios 10:9: “Ni tentemos [probemos] al Señor [Jesucristo], como también
algunos de ellos le tentaron [probaron], y perecieron por las serpientes”. Otra vez,
los israelitas no podrían haber probado a Cristo si Él no hubiese estado trabajando
con ellos.
Colosenses 1:16-17: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en
los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean
dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y
para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten”
(énfasis añadido). Es decir, todas las cosas fueron creadas por medio de Cristo.
Hebreos 1:10 “Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son
obra de tus manos”. Este pasaje cita Salmos 102:25, donde se confirma lo dicho
en Colosenses 1:16-17.
Miqueas 5:2: “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá,
de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio,
desde los días de la eternidad” (énfasis añadido). En esta profecía sobre
Jesucristo, se nos dice que Él ha existido eternamente.
El “Yo Soy”
Otro pasaje fundamental para comprobar que Jesucristo no fue creado es Juan
8:58, donde leemos: “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que
Abraham fuese, yo soy”. (Marcos 14:61-62 es otra Escritura donde se puede
observar la profundidad de este término.)

El pasaje anterior es una clara referencia al “Yo Soy” de Éxodo 3:14, Quien se dio
a conocer a Moisés. Este título significa “existir o ser” (Spiros Zodhiates, The
Complete Word Study Old Testament [Estudio filológico del Nuevo Testamento
completo]) y se refiere al Eterno o Aquél que existe por Sí mismo.

Además, este título y su significado guardan una estrecha relación con el nombre
YHWH —generalmente traducido como “Jehová” en el Antiguo Testamento— cuyo
significado es similar a lo descrito en Hebreos 13:8, “Jesucristo es el mismo ayer,
y hoy, y por los siglos”.

En Éxodo 3, el gran “Yo Soy” le asegura a Moisés (y por extensión a los israelitas)
que seguirá siendo quien ha sido por la eternidad en el pasado y quien será por la
eternidad en el futuro. Nunca ha cambiado y pueden confiar en Él siempre. ¡Y
Cristo se identifica con ese mismo nombre! En Juan 8:58, Jesucristo no está
diciendo que fue creado antes de Abraham; sólo está diciendo que ya existía
desde antes que Abraham existiese.

Jesucristo es un Ser divino


En el Nuevo Testamento encontramos varias Escrituras que describen a Cristo
como un Ser divino—como Dios. En 1 Timoteo 3:16, por ejemplo, Pablo escribe:
“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en
carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles,
creído en el mundo, recibido arriba en gloria”. La palabra griega traducida como
“Dios” en este pasaje es Theos —la más utilizada para referirse a Dios en el
Nuevo Testamento.

Tito 1:3 es otro ejemplo de esto, pues nos dice: “y a su debido tiempo manifestó su
palabra por medio de la predicación que me fue encomendada por mandato de
Dios nuestro Salvador” (énfasis añadido). Como vemos, aquí se describe a
nuestro Salvador como Dios (Theos).

Más adelante, el versículo 4 confirma que “nuestro Salvador” es Jesucristo


diciendo: “a Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de
Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador” (énfasis añadido).
Claramente, Dios el Padre y Jesucristo (nuestro Salvador) no son el mismo Ser.
¡Pero ambos poseen naturaleza divina!

Y Tito 2:9-10 lo reitera: “Exhorta a los siervos…para que en todo adornen la


doctrina de Dios nuestro Salvador”. Para rematar, en el versículo 13 leemos:
“aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro
gran Dios y Salvador Jesucristo” (énfasis añadido).

Luego, si aunamos esto a la profecía sobre Cristo de Mateo 1:23, donde se cita
Isaías 7:14, no cabe duda de que Jesucristo era y es un Ser divino: “He aquí, una
virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que
traducido es: Dios con nosotros” (énfasis añadido).

En otras palabras, Jesucristo es Dios. Y los Seres divinos son eternos por
definición. Como leemos en 1 Juan 1:2. “la vida fue manifestada, y la hemos visto,
y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se
nos manifestó”.

Estas son algunas de las Escrituras que comprueban el hecho de que Cristo no
fue creado, sino que ha existido por toda la eternidad. Le invitamos a leer otros
artículos en esta sección, donde encontrará más detalles sobre nuestro
maravilloso Dios y su Hijo divino, Jesús de Nazaret.

También podría gustarte