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La objeción de la Corte Europea de Justicia a la cláusula arbitral, en el caso


Achmea, se sustenta en una competencia exclusiva que tiene como objetivo
asegurar la interpretación uniforme del derecho comunitario entre los países
miembros. ¿Considera que se trata de un cuestionamiento radical a la
autonomía del arbitraje, que podría ser argüida por cualquier Estado respecto
de su derecho interno o tiene amplia justificación en un proceso de integración?

RESPUESTA:
Antes de responder a la pregunta se tiene que tener en claro los siguientes
puntos:
“Aun cuando el Tribunal de Justicia considere que una controversia como la existente entre
Achmea y la República Eslovaca en el asunto principal no es una controversia relativa a la
interpretación o aplicación de los Tratados, mencionada en el artículo 344 TFUE, quedaría
todavía por examinar si el artículo 8 del TBI Países Bajos/Checoslovaquia tiene el efecto de
menoscabar el orden de competencias establecido por los Tratados y la autonomía del sistema
jurídico de la Unión”.

Ósea, lo que nos quiere mencionar en este párrafo; es que, si se puede aplicar
el artículo 8 del TBI. Dentro de las competencias establecidas por los tratados y
la autonomía del sistema jurídico de la Unión.
Ahora sí, respondiendo a la pregunta; no es una autonomía radical del arbitraje,
sino que éste va a influir en las decisiones que la Corte Europea tome.
Además, éste se encuentra establecido en un derecho interno. Según lo
mencionado en:
1. Las controversias sometidas a arbitraje en virtud del TIB se refieren a la interpretación y
aplicación del Derecho de la Unión Europea
El TJUE estudia, en primer lugar, la cuestionada compatibilidad de la cláusula de sumisión a
arbitraje del artículo 8 TBI con el artículo 344 TFUE, que establece el compromiso de los Estados
miembros a no someter las controversias relativas a la interpretación o aplicación de los Tratados a
un procedimiento de solución distinto de los previstos en los mismos.
Con el fin de dar respuesta a esta cuestión, el Alto tribunal recuerda que un acuerdo internacional no
puede vulnerar el orden competencial fijado por los Tratados ni, por lo tanto, la autonomía del
sistema jurídico de la Unión, cuya observancia garantiza el TJUE. Y ello ha de aplicarse a este caso
concreto, dado que, desde la adhesión de la República Eslovaca a la Unión Europea en 2004, el TBI
constituye un Tratado entre Estados miembros; de ahí que, en caso de conflicto, prevalezca el
ordenamiento jurídico de la Unión.

Lo que nos quiere decir este extracto es que la sentencia que se emita en este
caso será solo de aplicación para este caso en concreto; es decir, que no va a
servir para otros casos que tengan la misma problemática.
Los Estados miembros se comprometen a realizar, entre otras y sin dilación, las siguientes
actuaciones:
- Informar a los tribunales que estén conociendo de procedimientos arbitrales Inversor Estado intra-
UE –con origen en un tratado Bilateral o Multilateral de Inversión- de las consecuencias legales del
asunto Achmea.
- En colaboración con el Estado demandado, el Estado miembro de procedencia del inversor
demandante deberá adoptar todas las medidas necesarias para informar al tribunal arbitral de estas
consecuencias. De modo similar, los Estados demandados solicitarán a los tribunales estatales que
han de decidir sobre el laudo arbitral - incluyendo aquellos radicados en terceros Estados- la
anulación o la no ejecución con fundamento en la inexistencia de un consentimiento válido al
arbitraje.
- Dar por finalizados todos los Tratados Bilaterales de Inversión concluidos entre Estados miembros.

Estos tres puntos, tienen relevancia con lo mencionado anteriormente; es decir,


que solo será para este caso en concreto y se va a solicitar la anulación de los
otros casos con el fin de no iniciar ningún procedimiento arbitral.

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