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▪ El sol de los desterrados: Ovidio/Plutarco (Claudio Guillén)

▪ En - De
▪ Rotura - Inserción nuevos sistemas
▪ Crisis existencial - Regeneración
▪ Testimonio - Corpus múltiple
▪ Público - Internacionalización
▪ Canon nacional - Canon transnacional
▪ Desarraigo - Arraigo
▪ Regreso - Regreso

▪ Censura (y autocensura)
▪ 1936-1966 Ley de Prensa de 1938
▪ 1966-1977 Ley de Prensa e Imprenta

▪ Necesidad de una nueva historiografía.


▪ Autarquía, II Guerra Mundial: del fascismo al
nacionalcatolicismo
▪ Guerra Fría, préstamo USA (1950), UNESCO (1952)
▪ ONU (1955), Principios Fundamentales del Movimiento
(“democracia orgánica” 1958),
▪ XXV años de paz (1964), tecnocracia y desarrollismo
económico: desideologización (años sesenta)
▪ Resistencia antifranquista en el interior (“mala
conciencia”, PCE).
▪ Transición: “desencanto” y pervivencia franquismo
sociológico.
▪ Muerte (García Lorca), exilio (Machado), represión (Hernández).
▪ Literatura oficial: irracionalismo (“¡Viva la muerte! ¡Muera la inteligencia”), Dios (reserva
espiritual de Occidente), patria e imperio (“Una, Grande y Libre” / “Juventud Creadora: una
Poética, una Política, un Estado”.
▪ Tremendismo y otras vías narrativas hacia el realismo.
▪ Rehumanización: poesía existencial y tradición vanguardista.
▪ Teatro de evasión.

▪ “Inicio” literatura de posguerra: hacia un realismo


crítico.
▪ Narrativa: Camilo José Cela, La familia de Pascual
Duarte (1942), Carmen Laforet, Nada (1944). Miguel
Delibes La sombra del ciprés es alargada (1948);
Camilo José Cela, La colmena (1951).
▪ Poesía: Dámaso Alonso, Hijos de la ira (1944) y
Vicente Aleixandre, Sombra del paraíso (1944)
▪ Teatro. Antonio Buero Vallejo, Historia de una
escalera (1949), Alfonso Sastre, Escuadra hacia la
muerte (1953).
INSOMNIO

Madrid es una ciudad de más de un millón de muertos (según las últimas


estadísticas)
A veces en la noche yo me revuelco y me incorporo en
este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar
los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando
como un perro enfurecido, fluyendo como la leche
de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole
por qué se pudre lentamente mi alma.
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en
esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?,
¿temes que se te sequen los grandes rosales del día,
las tristes azucenas letales de tus noches?

Hijos de la ira. Diario íntimo (1944)


La novela social

 El reflejo de la realidad obviada en los mass-media oficiales lleva a la toma


conciencia del lector + influencias compromiso intelectual: denuncia de los abusos
del poder (Sartre, Camus).
 Josep Maria Castellet, La hora del lector (1957):
 Reivindicación modelos extranjeros: Sartre, Faulkner, Dos Passos, Moravia…
“[El objetivismo] consiste
esencialmente en narrar las
 Desaparición del autor-dios (omnisciente absoluto) vs. autor impasible (entrada historias novelescas en la misma
del lector en proceso interpretativo de la novela que obliga reflexionar y tomar imparcialidad con que lo haría
partido) una cámara cinematográfica,
 Influencia del cine neorrealista italiano y del “nouveau roman” que, siguiendo
esto es, reproduciendo fielmente,
sin añadir o intentar análisis
los modelos de la lost-generation norteamericana, propone una posición
alguno, lo que es pura
conductista: rechazo de la interioridad de los personajes. Novela objetivista. exteriorización de una conducta
 La denuncia está en la actitud compartida entre autor/lector, que comparten un humana en un espacio
momento histórico y una actitud política. determinado y en una situación
dada”.
▪ Rafael Sánchez Ferlosio, El Jarama (1955), Carmen Martín Gaite,
Entre visillos (1957), Luis Goytisolo, Las afueras (1958).
▪ Denuncia lacras sociales.
▪ Concienciación lector para lograr la transformación de la
realidad
A LA INMENSA MAYORÍA
EN EL PRINCIPIO POÉTICA
Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro Si he perdido la vida, el tiempo, todo Escribo
y un buen día bajó a la calle: entonces lo que tiré, como un anillo, al agua, hablando.
comprendió: y rompió todos sus versos. si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra. En castellano (1959)
Así es, así fue. Salió una noche Si he sufrido la sed, el hambre, todo
echando espuma por los ojos, ebrio lo que era mío y resultó ser nada,
de amor, huyendo sin saber adónde: si he segado las sombras en silencio,
adonde el aire no apestase a muerto. me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
Tiendas de paz, brizados pabellones, puro y terrible de mi patria,
eran sus brazos, como llama al viento; si abrí los labios hasta desgarrármelos,
olas de sangre contra el pecho, enormes me queda la palabra.
olas de odio, ved, por todo el cuerpo.
Pido la paz y la palabra (1955)
¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! ¡Ángeles atroces
en vuelo horizontal cruzan el cielo;
horribles peces de metal recorren
las espaldas del mar, de puerto a puerto.

Yo doy todos mis versos por un hombre


en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,
mi última voluntad. Bilbao, a once
de abril, cincuenta y uno.
Blas de Otero.
CARTILLA (POÉTICA)
La poesía tiene sus derechos. Ahora viene el pero. Pero yo no he venido a ver el cielo,
Lo sé. te advierto. Lo esencial
Soy el primero en sudar tinta La poesía tiene sus deberes. es la existencia; la conciencia
delante del papel. Igual que un colegial. de estar
Entre yo y ella hay un contrato en esta clase o en la otra.
La poesía crea las palabras. Es un deber elemental.
social.
Lo sé.
Esto es verdad y sigue siéndolo
Ah las palabras más maravillosas,
diciéndola al revés.
«rosa», «poema», «mar»,
La poesía exige ser sinceros. son m pura y otras letras:
Lo sé. o, a…
Le pido a Dios que me perdone
y a todo dios, excúsenme. Si hay un alma sincera, que se guarde
(en el almario) su cantar.
La poesía atañe a lo esencial ¿Cantos de vida y esperanza,
del ser. serán?
No lo repitan tantas veces,
repito que lo sé.

Que trata de España (1964)


LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, mancharse.
fieramente existiendo, ciegamente afirmado, Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
como un pulso que golpea las tinieblas, y canto respirando.
cuando se miran de frente Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
los vertiginosos ojos claros de la muerte, personales, me ensancho.
se dicen las verdades: (…)
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades. Me siento un ingeniero del verso y un obrero
Se dicen los poemas que trabaja con otros a España en sus aceros.
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados, Tal es mi poesía: poesía-herramienta
piden ser, piden ritmo, a la vez que latido de lo unánime y ciego.
piden ley para aquello que sienten excesivo. Tal es, arma cargada de futuro expansivo
(…) con que te apunto al pecho.
Poesía para el pobre, poesía necesaria No es una poesía gota a gota pensada.
como el pan de cada día, No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
como el aire que exigimos trece veces por minuto, Es algo como el aire que todos respiramos
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica. y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan Son palabras que todos repetimos sintiendo
decir que somos quien somos, como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Estamos tocando el fondo. Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales Gabriel Celaya, Cantos íberos (1955)
BELLEZA CRUEL de tantos hombres con el miedo al hombro,
Dadme un espeso corazón de barro, de tantos hombres con el hambre a cuestas,
dadme unos ojos de diamante enjuto, de tantas frentes con la piel quemada
boca de amianto, congeladas venas, por la escondida rabia de la sangre.
duras espaldas que acaricie el aire.
Quiero dormir a gusto cada noche. Porque es lo cierto que me asusta verme
Quiero cantar a estilo de jilguero. las manos limpias persiguiendo a tontas
mis mariposas de papel o versos.
Quiero vivir y amar sin que me pese Porque es lo cierto que empecé cantando
ese saber y oír y darme cuenta; para poner a salvo mis juguetes,
este mirar a diario de hito en hito pero ahora estoy aquí mordiendo el polvo,
todo el revés atroz de la medalla. y me confieso y pido a los que pasan
Quiero reír al sol sin que me asombre que me perdonen pronto tantas cosas.
que este existir de balde, sobreviva,
con tanta muerte suelta por las calles. Que me perdonen esta miel tan dulce
sobre los labios, y el silencio noble
Quiero cruzar alegre entre la gente
de mis almohadas, y mi Dios tan fácil Ángela Figuera
sin que me cause miedo la mirada
y este llorar con arte y preceptiva Aymerich, Belleza
de los que labran tierra golpe a golpe,
de los que roen tiempo palmo a palmo,
penas de quita y pon prefabricadas. cruel (1958)
de los que llenan pozos gota a gota.
Que me perdonen todos este lujo,
Porque es lo cierto que me da vergüenza, este tremendo lujo de ir hallando
que se me para el pulso y la sonrisa tanta belleza en tierra, mar y cielo,
cuando contemplo el rostro y el vestido tanta belleza devorada a solas,
. tanta belleza cruel, tanta belleza.
Años 60 y 70: disolución novela social y experimentalismo
 Primeros títulos del boom latinoamericano.  1958-1963: innovaciones temporales (ruptura con la
linealidad temporal) y ruptura del punto de vista.

 1963-1965: conciencia de crisis del realismo y


necesidad de renovación en coincidencia con
desarrollismo y pervivencia franquismo.
 1965-1970: acentuación de la crisis realismo y
conversión antiguos novelistas sociales al
García Hortelano, Barral, García Márquez,
experimentalismo.
Vargas Llosa y Castellet (Barcelona, 1970)
 Transformación de lo social: Ana
María Matute, Primera memoria
(1960), Luis Martín Santos, Tiempo
de silencio (1962), Juan Goytisolo,
Señas de identidad (1965); Juan
Marsé, Últimas tardes con Teresa
(1966); Juan Benet, Volverás a
Región (1967),
INTENTO FORMULAR MI EXPERIENCIA DE LA GUERRA -o por lo menos un lugar heroico,
un sitio con tenientes de brazo en cabestrillo
Fueron, posiblemente, que nos emocionaba visitar: la guerra
los años más felices de mi vida, quedaba allí al alcance de los niños
y no es extraño, puesto que a fin de cuentas A la vuelta, de paso por el puente Uñés,
no tenía los diez años. buscábamos la arena removida
donde estaban, sabíamos, los cinco fusilados.
Las víctimas más tristes de la guerra Luego la lluvia los desenterró,
los niños son, se dice. los llevó río abajo.
Pero también es cierto que es una bestia el niño: (…)
si le perdona la brutalidad Y los mismos discursos, los gritos, las canciones
de los mayores, él sabe aprovecharla, eran como promesas de otro tiempo mejor,
y vive más que nadie nos ofrecían
en ese mundo demasiado simple, un billete de vuelta al siglo diez y seis.
tan parecido al suyo. Qué niño no lo acepta?

Para empezar, la guerra Cuando por fin volvimos


fue conocer los páramos con viento, a Barcelona, me quedó unos meses
los sembrados de gleba pegajosa la nostalgia de aquello, pero me acostumbré.
y las tardes de azul, celestes y algo pálidas, Quien me conoce ahora
con los montes de nieve sonrosada a lo lejos. dirá que mi experiencia
Mi amor por los inviernos mesetarios nada tiene que ver con mis ideas,
es una consecuencia y es verdad. Mis ideas de la guerra cambiaron
de que hubiera en España casi un millón de muertos. después, mucho después
(...) de que hubiera empezado la postguerra.
Y Segovia parecía remota
como una gran ciudad, era ya casi el frente Jaime Gil de Biedma, Moralidades (1966)
CONTRA JAIME GIL DE BIEDMA

De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar Podría recordarte que ya no tienes gracia. A duras penas te llevaré a la cama,
de piso, Que tu estilo casual y que tu desenfado como quien va al infierno
Dejar atrás un sótano más negro resultan truculentos para dormir contigo.
que mi reputación –y ya es decir–, cuando se tienen más de treinta años, Muriendo a cada paso de impotencia,
poner visillos blancos y que tu encantadora sonrisa tropezando con muebles
y tomar criada, de muchacho soñoliento a tientas, cruzaremos el piso
renunciar a la vida de bohemio, -seguro de gustar- es un resto penoso, torpemente abrazados, vacilando
si vienes luego tú, pelmazo, un intento patético. de alcohol y de sollozos reprimidos.
embarazoso huésped, memo vestido Mientras que tú me miras con tus ojos Oh innoble servidumbre de amar seres
con mis trajes, de verdadero huérfano, y me lloras humanos,
zángano de colmena, inútil, cacaseno, y me prometes ya no hacerlo. y la más innoble
con tus manos lavadas, que es amarse a sí mismo!
a comer en mi plato y a ensuciar la casa? Si no fueses tan puta!
Y si yo no supiese, hace ya tiempo,
Te acompañan las barras de los bares que tú eres fuerte cuando yo soy débil
últimos de la noche, los chulos, las floristas, y que eres débil cuando me enfurezco...
las calles muertas de la madrugada De tus regresos guardo una impresión confusa
y los ascensores de luz amarilla de pánico, de pena y descontento,
cuando llegas, borracho, y la desesperanza
y te paras a verte en el espejo y la impaciencia y el resentimiento
la cara destruida, de volver a sufrir, otra vez más,
con ojos todavía violentos la humillación imperdonable
que no quieres cerrar. Y si te increpo, de la excesiva intimidad.
te ríes, me recuerdas el pasado
y dices que envejezco.

Poemas póstumos (1968)


Y si no está el amor petrificado
y el residuo del fuego no pudiera
hacerlo arder, correr desde sí mismo, como semen o lava,
EL POEMA
para arrasar el mundo, para entrar como un río
de vengativa luz por las puertas vedadas,
Si no creamos un objeto metálico
cuándo podremos poseer la tierra.
de dura luz,
de púas aceradas,
Si no creamos un objeto duro,
de crueles aristas,
resistente a la vista, odioso al tacto,
donde el que va a vendernos, a entregarnos, de pronto
incómodo al oficio del injusto,
reconozca o presencie metódica su muerte,
interpuesto entre el llanto y la palabra,
cuándo podremos poseer la tierra.
entre el brazo del ángel y el cuerpo de la víctima,
entre el hombre y su rostro,
Si no depositamos a mitad del vacío
entre el nombre del dios y su vacío,
un objeto incruento
entre el filo y la espada,
capaz de percutir en la noche terrible
entre la muerte y su naciente sombra,
como un pecho sin término,
cuándo podremos poseer la tierra,
si en el centro no está invulnerable el odio,
cuándo podremos poseer la tierra,
tentacular, enorme, no visible,
cuándo podremos poseer la tierra.
cuándo podremos poseer la tierra.
José Ángel Valente, El inocente, 1970.
Novela experimental

 1970-1974: experimentalismo moda editorial.


 Sin renuncia a la crítica social, al experimentalismo se sumará la
recuperación del lector y narratividad de la intriga: contar
historias mediante elementos más tradicionales del relato:
argumento, personajes, espacio y tiempo.
 Juan Goytisolo, Reivindicación del conde don Julián (1970),
Gonzalo Torrente Ballester, La saga/fuga de J.B. (1972), Manuel
Vázquez Montalbán, Yo maté a Kennedy (1972), Juan Marsé, Si te
dicen que caí (1973), Eduardo Mendoza, La verdad sobre el caso
Savolta (1975), Juan José Millás, Visión del ahogado (1977).
 La verdad sobre el caso Savolta (1975): novela histórica
(Barcelona1917-1919) y policiaca, combina experimentalidad y
linealidad narrativa
Los “novísimos” PUISQUE RÉALISME IL Y A
Puesto que el realismo existe
UNA SOLA NOTA MUSICAL PARA HÖLDERLIN
Baudelaire

Vuelve la vista atrás y busca esa evidencia


Si pierdo la memoria, qué pureza.
con que un objeto atrae a la palabra propia
En la azul crestería la tarde se demora,
y el uno al otro se revelan; en el mutuo contacto
retiene su oro en mallas lejanísimas,
experiencia y palabra cobran vida,
cuela la luz por un resquicio último, se extiende
no existen de por sí, sino una en otra;
y me delata
presentido el poema que aún no es
como un arco que tiembla sobre el aire encendido.
vuelve a clavarse firme en un punto preciso
¿Que esperaba el silencio? Príncipes de la tarde,
del tiempo; y el que entonces fuimos ofrece
¿qué palacios
en las manos de entonces, alzadas, esa palabra justa.
holló mi pie, que nubes o arrecifes, qué estrellado
No así; gravitan las palabras y su rotunda hipótesis
país?
ensambla su arquitectura; más allá es el desierto
Duró más que nosotros aquella rosa muerta.
donde la palabra alucina hasta crear su doble:
Qué dulce es al oído el rumor con que giran los
creemos haber vivido porque el poema existe;
planetas
lo que parece origen es una nada, un eco.
del agua.
Guillermo Carnero, Variaciones y figuras
Pere Gimferrer, Arde el mar (1966) sobre un tema de La Bruyére (1974)

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