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Explica el proceso de elaboración y aprobación de la

Constitución de 1978, y sus características esenciales

El 15 de junio de 1977 se celebraron las primeras elecciones democráticas en


España desde febrero de 1936. Los resultados dieron la victoria a la opción de centro-
derecha, representada por la UCD; quedando en segundo lugar el PSOE, y dejaban
como minorías significativas, pero a mucha distancia, al PCE y a ALIANZA
POPULAR. Los nacionalistas de centro catalanes y vascos y el PSP de Tierno Calvan
quedaron como partidos muy minoritarios. La normativa electoral, basada en el sistema
proporcional llamado LEY D'HONT, favorecía la formación de gobiernos estables, y
en este caso, permitió a UCD conseguir la minoría mayoritaria suficiente para formar
gobierno en solitario.
EL 13 DE JULIO se constituyeron las nuevas Cortes, y pese a que no habían
sido expresamente convocadas con carácter constituyente, ya desde sus primeros pasos
quedó de manifiesto la voluntad de proceder a elaborar una CONSTITUCIÓN. Para
ello se formó una Comisión Constitucional, de 36 miembros, y de ella salió una
Ponencia Constitucional de 7 diputados representantes de los principales grupos
parlamentarios (UCD, AP, PSOE, PCE y Pacte Democràtic per Catalunya). El
PNV quedará fuera de la ponencia, lo que hará que no vote la constitución,
considerándola “una imposición centralista española”.
El proceso de elaboración de la constitución del 78 fue lento y tortuoso, debido
a las profundas diferencias ideológicas de los grupos políticos, pero el convencimiento
de que no se podían cometer los mismos errores del pasado, llevó al llamado “consenso
constitucional”. Tras año y medio de discusiones, el proyecto de constitución fue
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aprobado por ambas cámaras el 31 de octubre de 1978, con 551 votos de 598 posibles.
Un mes después, el 6 de diciembre de 1978, los españoles respaldaban masivamente
la nueva Constitución, con un 87'8 % de votos a favor y un 7'8 % en contra, con
un elevado porcentaje de abstención en Euskadi. La abstención fue de un 32,9%.
La vigente Constitución española es un texto caracterizado por la voluntad de
diseñar un marco válido para todas las corrientes políticas y sociales, que permitía
superar los dos bandos enfrentados en la Guerra Civil, buscando que gobernase quien
gobernase, se sintiese cómodo dentro del marco constitucional, permitiendo con ello,
una vida larga al régimen democrático.
En su TÍTULO PRELIMINAR sienta las bases de lo que es el estado, definido
como "SOCIAL Y DEMOCRÁTICO DE DERECHO", considerando, por tanto,
como sus pilares esenciales, la igualdad, el pluralismo político, la libertad y la justicia.
Establece como forma de Estado, una MONARQUÍA PARLAMENTARIA en la que
los poderes de la Corona son meramente formales. El JEFE DEL ESTADO es el
monarca, al que se atribuye un papel moderador; jefe también de las fuerzas
armadas, y con otras atribuciones como sancionar las leyes, nombrar al Presidente
del gobierno y a sus ministros y a los Presidentes de las comunidades Autónomas.
En la realidad, sus poderes son muy limitados y todas sus actuaciones están supeditadas
al gobierno de la nación.
Se proclama la SOBERANÍA NACIONAL y se organiza un Estado con clara
DIVISIÓN DE PODERES. EL PODER LEGISLATIVO formado por dos cámaras;
congreso y Senado, de elección popular directa, aunque en el Senado, las Comunidades
Autónomas nombran a algunos de los senadores de forma directa. La elección de los
miembros de las Cortes se realizará cada cuatro años, por sufragio universal de todos
los mayores de 18 años. EL PODER EJECUTIVO será detentado por el Gobierno,
dirigido por un presidente del Gobierno, cuyo nombramiento corresponde al
Congreso de Diputados, a través de la votación de investidura. Se establece también el
control parlamentario sobre la acción del ejecutivo. EL PODER JUDICIAL, por su
parte, corresponde a jueces y tribunales independientes, y se establece un TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL como máximo órgano garante de los derechos constitucionales.
La DECLARACIÓN DE DERECHOS Y DEBERES FUNDAMENTALES,
consagrada el TÍTULO I, es detallada y una de las más completas de las constituciones
actuales, e incluye la mayoría de edad a los 18 años, la libertad religiosa y la abolición

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de la pena de muerte en tiempos de paz. Reconoce derechos individuales del liberalismo
clásico, junto con derechos colectivos y sociales.
Así mismo, garantiza la propiedad privada, siempre que cumpla un fin social, y
define el marco económico como "economía social de mercado". Esto implica el
reconocimiento de los principios que deben regir la política social y económica del
Estado, como el mantenimiento del pleno empleo, prestaciones sociales, protección de
la salud, del medio ambiente, del patrimonio artístico etc. Establece la obligación de dar
apoyo económico a la tercera edad, y la necesaria defensa de los derechos de los
consumidores. Todos estos aspectos suponen el desarrollo del principio de “Estado
Social”.
Pero la principal novedad se refiere a la organización territorial del Estado,
configurado como un Estado formado por «nacionalidades y regiones», mediante la
libre constitución de COMUNIDADES AUTÓNOMAS. Se trata de un modelo
original, puesto que rompe con la estructura de Estado unitario del franquismo, pero no
implanta el sistema federal. La constitución consagra “la indisoluble unidad de la
nación española”, pero establece la división en Comunidades Autónomas, dotadas de
ESTATUTOS DE AUTONOMÍA que deberán ser aprobados por las Cortes. La
Constitución fija las competencias que corresponden al Estado y a las distintas
comunidades, dividiendo a éstas en Comunidades históricas (Cataluña, País Vasco y
Galicia), a las que otorga un mayor grado de competencias, y las demás, que en
principio tendrán menos competencias.
Cada Comunidad Autónoma dispondrá de poder ejecutivo y legislativo propio,
pudiendo legislar sobre aspectos determinados, más o menos dependiendo de si es una
Comunidad histórica o no.
EN CONCLUSIÓN, podemos afirmar que la constitución de 1978 logró el
principal objetivo que se plantearon sus redactores, superar el enfrentamiento
guerracivilista de la sociedad española y favorecer el desarrollo de un sistema
parlamentario y democrático, mediante el acuerdo y el consenso, no sólo en el tema
político, sino también en el económico, como demostraron los “ Acuerdos de la
Moncloa”.

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