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Busca aliados de status. Puede ser hábil obteniendo respaldo de sus superiores: Los
manipula, desprestigia a los mejores que él, se apropia de sus méritos…
Con sus compañeros recluta a los peores, ofrece alianzas a quienes le garantizan
impunidad y son aún más mediocres que él.
Con sus subalternos premia la lealtad y la mediocridad. Se libra de los capaces y honestos.
Demanda obediencia, temor y admiración.
Monopoliza la conversación. Ignora lo que dicen los demás, sus intereses, inquietudes y
puntos de vista. Es autorreferencial: Habla de sí mismo, de sus ideas, de lo que él quiere y
piensa. Una decena de personas expresa su opinión. El narcisista habla: Para él, acaba de
pronunciar la verdad innegable, que muestra la limitación de los demás. Infravalora las
intervenciones ajenas. El diálogo con un narcisista es una causa perdida. Da a los demás
lecciones de rectitud…
Explota y vampiriza. El narcisista no tiene empatía. Puede ver a los demás sobrecargados
mientras, sentado y sin contribuir en nada, demanda rapidez, y luego los critica por su
pobre desempeño.
Un perverso suele tener un largo historial de acoso. Mediante variados métodos, a lo largo de
su carrera, elimina de equipos, entornos y organizaciones a personas que amenazan su
supremacía.
MÉTODOS
En la superficie no se ve nada. Es el crimen perfecto. La del perverso es una violencia limpia,
sin pruebas, con la que, a lo largo de un período extenso de tiempo, extenúa a su víctima y le
causa un daño emocional. Las conductas abusivas que el perverso selecciona hábilmente le
permiten la posibilidad de negar y desmentir lo que es en realidad una conducta violenta
sistemática, y que lleva a cabo fatalmente: No suelta a su presa hasta provocar que estalle, que
renuncie, su suicidio laboral.
El perverso no realiza ningún acto que lo señale como atacante: No alza la voz, sino que
provoca al otro y lo desestabiliza:
Si está en una situación de poder, el perverso se sitúa en el lugar de la demanda. Agobia a
la víctima con tareas. Genera activamente trabajo innecesario para consumir su tiempo y
energías.
Hipercrítico. Se mantiene al acecho, controlando a la víctima y demandando un
desempeño sin mácula (mientras deja pasar errores indiscutibles a sus aliados).
Inflexible y terco en su demanda.
Se comporta con la víctima de modo arbitrario, impredecible e irracional.
Introduce regulaciones y obstáculos. Obstruye y boicotea sus proyectos. Cajonea sus
producciones.
Si puede, acomoda los horarios para perjudicar a la víctima.
Evita el contacto visual, se muestra frío y duro, y se muestra claramente falso cuando hay
público. Entonces puede mostrarse escandalizado ante la hostilidad inexplicable de su
víctima.
Niega todo
Provoca a la víctima activamente y si esta reacciona, se muestra condescendiente, o actúa
como si él fuese la víctima.
Rechaza el diálogo, niega a la víctima el derecho a ser oída. Cuando ella habla, se horroriza
ante su delirio: La víctima está inventando un supuesto complot en su contra: Claramente, está
loca y desequilibrada. El perverso se muestra preocupado, comprensivo y condescendiente.
Deja a los demás tomar partido por él y defenderlo.
Es competente
El narcisista se considera poseedor de valores y cualidades que no posee, y que niega en los
otros, defensivamente. Si aparece alguien portando realmente esos valores, lo confronta con
la realidad. El perverso necesita hacerlo desaparecer de su horizonte psicológico. Sus
capacidades lo desestabilizan psicológicamente.
La mera presencia de una persona capaz despierta en el narcisista una intensa ira.
Un motor narcisista por excelencia es la envidia. Los ofende la capacidad ajena, que amenaza
su ilusoria superioridad.
Carisma, sensibilidad, inteligencia y creatividad son cualidades que despiertan la
animadversión del narcisista.
Es líder informal
La empatía es una característica especialmente insoportable para un perverso.
Una persona que confraterniza y se atrae la simpatía de sus subordinados, que no despierta la
envidia de sus compañeros pero sí se convierte en referente por su capacidad o experiencia,
que no es ambiciosa y no se atrae la atención de sus superiores pero tiene mérito innegable, es
candidata a convertirse en target del perverso.
Es ética
Un narcisista se apropia del crédito del trabajo de otros. Explota. Roba ideas. Descalifica. La
aparición de alguien con notorio comportamiento ético despierta su temor a ser expuesto.
Cualquiera que pueda ver con lucidez su modo de obrar, que no compre su imagen falsa, es
una amenaza, podría desenmascararlo, sacar su verdad a la luz.
Como represalia
Si ha señalado, directa o indirectamente, falencias organizativas, éticas u organizacionales, si
ha sido testigo de incompetencia, de faltas o de irregularidades y amenaza la impunidad del
perverso, la futura víctima ha sellado si destino: Será castigada.
Tiene autoconfianza
Un narcisista es arrogante. Impone su criterio, y detesta que otros puedan juzgar por sí
mismos. Necesita aplastar la disidencia. Una persona que osa verbalizar su perspectiva es una
amenaza y un desafío a su pretendida superioridad. Una persona con perspectiva
independiente, con personalidad atípica, que molesta con sus observaciones, o que no se
somete al formateo, es interpretada como una amenaza por un narcisista.
Integrada y satisfecha
Satisfecha, con una vida familiar o de pareja saludable. Motivada. Estas características suelen
despertar la envidia del narcisista y su deseo de destruir lo que no puede tener.
Si algún miembro del equipo se inclina a manifestarse crítico con su conducta, el perverso lo
soborna, lo amenaza o lo marca como víctima.
ACTITUDES DE LA VÍCTIMA
Durante un largo período, la víctima no alcanza a comprender, y luego tarda en reaccionar.
A la víctima le lleva un tiempo comprender que algo ocurre, confusa, desorientada, aturdida.
La víctima vive en un estado de sitio mental, por lo que tiene que permanecer constantemente
a la defensiva, a la espera de nuevos ataques. Se agota y se estresa.
Se retrae. No se atreve a quejarse de una violencia subterránea, que no deja pruebas.
La víctima carece de pruebas creíbles. Si habla, no la escuchan. Todos parecen ignorar que algo
pasa: Gaslighting.
Frustrada, deprimida y enojada. En tensión y con ansiedad.
Se siente impotente ante la impunidad del perverso.
Acumula licencias por enfermedad, permisos, aumenta su ausentismo. La víctima desea
retirarse, ocultarse, descansar de los ataques. Irse a otro entorno más limpio.