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Como Se Decidió en Primera Instancia
Como Se Decidió en Primera Instancia
La sala con apoyo en los peritos estima que es a partir de la segunda consulta
cuando en realidad se incurre en la falla del servicio por parte de la UIS y que, sin
necesidad de contar con títulos de medicina, basta comparar la indicación que
contiene la historia clínica el 19 de septiembre para entender que en la siguiente
consulta el médico tratante ha debido exigir el resultado del cuadro hemático que se
había ordenado en horas de la mañana. Esta segunda consulta no aparece reseñada
en la historia clínica, pero la UIS no ha negado este hecho, luego debe concluirse que
realmente tuvo ocurrencia, pues así lo admite el mismo Dr. MENDEZ, por ello se
declarará responsable a la Universidad.
El 23 de septiembre aparece una nueva anotación en la historia clínica de la UIS,
donde consta que al paciente ya lo vieron tres médicos y que recibió medicamentos,
que está en malas condiciones e ictérico y que no hay uniformidad de diagnóstico,
pero se advierte que los exámenes paraclínicos no cuadran para hepatitis viral. Se
piensa en proceso obstructivo y se solicita ecografía, para esta consulta la Sala
estima que ya la situación del paciente se había tornado más difícil de diagnosticar,
pues aun cuando seguía ictérico, los exámenes de laboratorio no evidenciaban un
virus, por eso se solicitó un examen ecográfico, pero el resultado descartó obstrucción
de vías biliares y volvió a presumirse una posible hepatitis.
La Sala además de encontrar que hubo error inexcusable por parte de los médicos
que atendieron al paciente, en la segunda y tercera consulta, en el servicio Médico de
la UIS, estima que también hubo fallas en el Hospital Universitario Ramón González
Valencia, en efecto, independientemente de la dificultad que se presentaba para
un diagnóstico pronto y acertado, lo cierto es que en dicho centro no se
desplegaron toda la diligencia y el cuidado que ameritaban las dolencias del
joven DURAN GOMEZ.
La Sala considera que ante las dudas y la incertidumbre que ofrecían los síntomas del
paciente, ha debido ser tratado por un gastroenterólogo, que es el médico
especializado en vías digestivas, Sin embargo, el médico especialista sólo hace
aparición cuando el paciente llega a la Clínica privada, frente a la situación descrita la
Sala estima que aun cuando ni los exámenes ni la valoración del gastroenterólogo
habrían podido evitar el desenlace de las sepsis ya generalizada, sí habrían sido
eximentes de responsabilidad para el Hospital Ramón González Valencia. Ello,
porque la actividad de la medicina y en general de las ciencias de la salud, no son de
resultado sino de medio. Dicho en otras palabras, la regularidad, eficiencia y buena
marcha de los hospitales no puede medirse por los resultados concretos en cada
caso; pero sí por los medios empleados.
Consecuentemente, se expedirá fallo imponiendo condena tanto a la Universida, como
al Hospital, pero sus responsabilidades serán disminuidas en proporción a la culpa de
la víctima, siendo así que mediante sentencia del 2 de febrero de 1996, el Tribunal
Administrativo de Santander declaró responsables a la Universidad Industrial de
Santander y al Hospital Universitario Ramón González Valencia de los perjuicios
ocasionados a los demandantes con la muerte de JAVIER DURÁN GÓMEZ, y los
condenó a pagar, por concepto de daños materiales y morales, las sumas de