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DIOSES, DEMONIOS Y BRUjOS DE LA COMUNIDAD INDÍGENA CHAM1

paldo desarrolla una buena parte de su tra-


Dioses, demonios bajo como investigador.

y brujos de la Tal vez la misma razón metodológica, con-


duce a que el trabajo caiga en algunas impreci-
comunidad siones. Así ocurre cuando caracteriza al jaibaná
como la «autoridad natural.. .. en el cual con-
indígena Chamí fían la dirección acertada del grupo", cosa que
no es la regla, ni entre los embera en general ni
entre los chamí en particular, aunque pueden
VíCTOR ZULUAGA GóMEZ presentarse ciertos casos en los que autoridad
PEREIRA, RISARALDA CuLTURAL, COLECCIÓN DE y jaibaná lleguen a coincidir.
ESCRITORES DE RISARALDA, No. 6, 1991
También cuando atribuye el pelo blanco de
1 historiador Víctor Zuluaga incursiona

E
Domitila a su avanzada edad, explicando que
con este libro por los senderos de la la falta de canas de los demás chamíes viene
etnografía de los chamí, pero su trans- de su escaso promedio de vida, Cl_!ando se sabe
currir es tan breve como lo es, según nos cuen- que la verdadera causa se encuentra en el
ta, la duración de sus visitas de investigación fenotipo mongoloide. Incluso, en el caso de
a los miembros de esa comunidad. Domitila, su pelo blanco no era canoso, sino
el resultado de un proceso de despigmentación
Este problema metodológico explica el por que le afectaba también la piel.
qué, después de haber producido textos tan va-
liosos como la uHistoria de la comunidad in- Pese a estas dificultades, el libro contiene
dígena chamí", el libro actual resulta escaso y elementos de importancia, resultados de la fa-
pobre. miliaridad del autor por muchos años con los
pobladores del Chamí y de la confianza que
Pero, sobre todo, ambiguo, pues al tiem- les suscita por la incidencia de su trabajo de
po que hace suyo una gama de conceptos car- investigación histórica, en especial en los ar-
gados de prejuicios etnocéntricos hacia los chivos, en la tarea de fundamentar sus recupe-
embera, tales como calificar sus saberes de raciones territoriales.
ulogros obtenidos por la actividad empírica",
el trabajo de los jaibanás como «hechice- Se destacan entre ellos los relatos que re-
rías", «maleficiOS» y upactos con el demo- coge de boca de varios indígenas, principal-
nio» y a estos mismos como «brujos", a los mente de Mario Restrepo, el jaibaná y anti-
seres de su mundo espiritual como «dioses" guo cacique. Son estos: uEl gurre que cagaba
y a sus mitos como «leyendas indígenas", oro y plata", uLa culebra Jepá", u Juan Oso",
etc., nos muestra su desconcierto y su pro- uEl jaibaná mellizo,, uJinopotabar", u El ori-
pia lucha por entender la cosmovisión de los gen del agua y de las hormigas,, y unos muy
indígenas, por comprender que para ellos no breves relatos de animales: «Tío gallo" y
hay personajes ni hechos completamente uTío conejo".
buenos ni completamente malos, que los
seres que él denomina udiosesn se piensan De casi todos ellos existen versiones que
llenos de imperfecciones y debilidades, a di- algunos investigadores recogieron de boca de
ferencia del dios cristiano. De una manera otros indígenas de la región o en otros
especial, nos habla de su esfuerzo por respe- asentamientos embera del país y Panamá.
tar a los chamí y a su cultura, hacia quienes Zuluaga coloca frente a frente algunas de ellas,
siente una profunda simpatía y en cuyo res- pero después no avanza en el proceso de con-

ISSN O120-7296 199


Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RESEÑAS

frontar sus semejanzas y diferencias, lo cual largo relato de «Las luchas entre Karagabí y¡
habría sido de gran importancia. Tutriaca (sic)" que publicara el tambiém
antropólogo Luis Fernando Vélez Vélez, quiem
Igualmente interesantes son las informacio- lo construyó a partir de narraciones que dierom
nes acerca de la relación de muchos años que a conocer hace mucho tiempo los misionerms
se dio entre los charní y los misioneros, así Severino de Santa Teresa y María de Betania. Dd
corno sobre las contradicciones entre estos úl- primero de ellos, Zuluaga incluye otros textos;:
timos, aprovechadas por las monjas de laMa- "La historia del pecado original» y «Las luchats
dre Laura para azuzar a los indios contra los entre los catíos y los cunas", en especial aque-
sacerdotes españoles, corno lo relata Mario. llas que tiene que ver con Séver, el hijo d e
También los criterios y opiniones de éste so- Caragabí, de quien plantea, a manera de hipótte-
bre la religión y la acción misionera misma son sis, que pudo haber sido el primer jaibaná.
de gran valía para una historia de las misiones
en la zona, todavía por escribir. Corno si lo anterior no fuera suficiente, ur.1a
tercera parte del libro (80 páginas) está confo>r-
El autor confiere la mayor importancia en rnada por una lista de 355 plantas, de la cmall
su obra al tema relativo al jaibaná, aunque no son autores Edgardo Cayón Armella y Silv·io>
lo desarrolla de un modo general, sino a partir Aristizábal, transcrita sin modificaciones, aruo--
de sus entrevistas con Mario, cuya actividad taciones ni comentarios propios, de la pub.Ji--
de "cantar jai" no presenció nunca. Es de la- cación original en la revista Cespedecia de lai
mentar que el trabajo se haya realizado por el Universidad del Valle.
método de entrevistas adelantadas mediante
preguntas y respuestas, generalmente muy bre- La obra de Zuluaga carece de bibliografía ,
ves, lo cual no permite profundizar en los dis- de modo que es imposible ubicar la referen.ci;a
tintos aspectos que se tocan, ni en las diferen- de algunos de los títulos que se rnencionatn Y
cias que aparecen respecto de otros trabajos de los cuales se tornan transcripciones o ci tats
sobre el jaibaná, como el de Mauricio Pardo y extensas¡ tampoco saber si el autor se funda~.­
el mío propio¡ por ejemplo, en lo tocante con mentó en otras obras ya publicadas como refe-
los llamados «animales míticos·•. rencias sobre los temas que trata.

Hasta aquí el material que aporta el autor Un mérito apreciable de este trabajo se en-
con base en su trabajo de campo y que consti- cuentra en el estilo con que está escrito, o
tuye la mitad de la publicación. Pero, ¿y la otra sólo en primera persona, sino también en for-
mitad? La respuesta nos permite conocer cómo ma de un relato ameno, ágil, que se deta leer
se fabrica un libro de 240 páginas pese a contar con facilidad por toda clase de público. Circuns-
sólo con material propio relativamente breve. tancia poco común en las obras etnográficas,
lo que suele hacer de ellas, en muchas ocasio-
Víctor Zuluaga transcribe en toda su exten- nes, verdaderos ladrillos.
sión, sin ningún comentario ni análisis, varios
de los relatos que publicaron los antropólogos Luis Guillermo Vasc Uribe
Milcíades Chávez y Gerardo Reichel-Dolmatoff Profesor Titular
en los años 40, contados por los chamí que habi- Departamento de Antro?ología
taban en Riofrío, Valle del Cauca¡ así corno el Universidad Nacional de Colombia

Carátula: pectoral tairona M.O. 16.791. Foto Rudolf Schrirnpff.


Contra tapa: colgante Urabá M.O. 32.744. Foto Gérard Pestarque.
Guardas: Salón Dorado. Foto Rudolf Schrimpff.

200 BOLETíN MuSEO DEL ÜRO 1\o. ,14, 1992

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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