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Los dulces sabores del Capitalismo

Un análisis a partir del texto “El Recurso de Tiresias” de Pablo Dávalos

El presente trabajo tiene la intensión de mostrar, criticar, diferenciar o aunar distintos sentires,
posiciones o discursividades a partir del texto El Recurso de Tiresias, una visión paralaje al
Neoliberalismo de Pablo Dávalos. Quiero anticipar que no es un trabajo extenso, muchas de
las realidades, investigaciones, conceptos o términos que se expondrán, serán abordados a la
manera de un esbozo, pues reconozco que todavía me falta abarcar y comprender las
complejidades que hoy tensionan el sistema-mundo. Por otro lado, este trabajo no tienen una
estructura académica (ni una rigurosidad académica) sino que es un afección que ha estado
rondando en mi cuerpo hace bastante tiempo: ¿Por que triunfa el Capitalismo? ¿Por que cada
vez más nos vamos hacía un declive inevitable? Quizás la respuesta sigue estando en la
frase-incisión mi cuerpo. Es decir, cuando decimos mi cuerpo, colocamos a esa materialidad
(la carne, los huesos, las viseras, los órganos, las venas) en otro lugar, nos ubicamos fuera de
ella, pero entonces ¿donde estamos nosotres?
El cuerpo eructa, suda, orina, caga, siente, se quiebra, se tajea, se equivoca... muere. Esa
materialidad, que denominamos cuerpo, no puede lograr la transcendencia o la inmortalidad,
y aunque trate de esquivar la muerte, su destino es la putrefacción (los gusanos brotando
desde la carne). Pero los que llamamos “las ideas” sí se mantienen en el tiempo. Las ideas
tienen la posibilidad de migrar hacía la transcendencia. Las ideas perduran, resuenan y se
enquistan como única posibilidad de saber o de conocer. Quizás en ultima instancia, siempre
tratamos de mantener la idea en un estado puro. La academia bien lo sabe, y el Estado
también. ¿Pero es nuevo todo esto?
La historia se repite, esto lo hemos escuchado y comprobado tantas veces que ha perdido su
potencia trágica. Incluso la frase no hemos aprendido nada la naturalizamos al punto de que
cualquier catástrofe social, pese a generar por algún tiempo indignación, al pasar los días,
meses o años, provoca distintos niveles de olvido, indolencia e indiferencia. Los asesinatos ya
no nos remueven, las luchas sociales terminan en acuerdos o pactos de silencio entre
dirigentes y altos personeros de la vieja política. Podríamos llamar a este fenómeno “crisis de
la representación”, “fin de los ciclos progresistas”, “sociedad del espectáculo”, “sociedad del
consumo”, “sociedad del cansancio”, “banalización cultural” o “crisis del capitalismo”, pero
el auge de la extrema derecha en distintos países de Latinoamericana y Europa, nos descoloca
y nos empuja a un panorama de expectación. ¿Por que más del 50% de la población en Brasil
voto por el derechista y militar Bolsonaro? ¿Por que las medidas de Trump logran disminuir
el desempleo en un 3,9%, lo que incluye un aumento de trabajadoras y trabajadores migrantes,
una subida de los salarios y todo esto pese a la guerra comercial con China? ¿Por que crecen y
se difunden con rapidez teorías conspirativas, como por ejemplo, que la ONU esta realizando
un plan globalista para destruir las bases de occidente por medio de la agenda LGTBI y la
migración mundial que afecta a los países desarrollados? ¿Por que la derecha más dura esta en
contra de instituciones como el BM o el FMI a las cuales considera propagadoras del nuevo
orden mundial? ¿Por que en Chile, el político de extrema derecha, José Antonio Kast obtiene
una gran popularidad en redes sociales? ¿Como se logran plegar grupos evangélicos, liberales
y fascistas en una misma marcha en contra la llamada “ideología de genero” y colmar la
Alameda? ¿Por que han surgido este último tiempo nuevos grupos neofascistas como
Movimiento Social Patriota, Acción Identitaria o Capitalismo Revolucionario?
Lo más llamativo es que todos estos movimientos políticos no son fascistas de corte hitleriano,
y aunque su fanatismo nacionalista se desborda por sus poros, ellas y ellos, tienen como
principio las ideas de Hayek, Von Mises, Mengen, Rand, Murray-Rothbard o Friedmann,
todos economistas y políticos del liberalismo clásico o neo-clásico, lo que implica otra lectura
sobre sus posiciones dentro de la lucha política. Porque pese a su intolerancia o repudio a los
grupos LGTBI o estar en contra del aborto, sus medidas económicas y sociales expresan, para
ellas y ellos, los principios de la verdadera libertad. La libertad del individuo. Y los datos de
tales juicio parecen estar a su favor cuando observamos países con mercados abiertos como
Suiza, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Singapur, Hong Kong, Luxemburgo, Irlanda o Nueva
Zelanda, en donde la calidad de vida de sus ciudadanas y ciudadanos es mucho más elevada
que en Cuba, Venezuela o Corea del Norte. Y cuando defienden el modelo neoliberal en Chile,
en base a datos y estadísticas, demuestran que este largo y angosto territorio es el mejor
posicionado en la región gracias a las ideas de los Chicago Boys1, pese a que se tuvo que
recurrir a una dictadura que torturo, asesino y he hizo desaparecer a miles de mujeres y
hombres.
Sin embargo, este desarrollo de las ideas de la libertad esta interrumpido, según estos grupos
de derecha-conservadora, por las oleadas de medidas de justicia social y distribución de la
riqueza que obstruyen el flujo incesante del libre-mercado. Las propuestas de salario mínimo,
educación, salud y vivienda gratuita, no + AFPs; es decir, darle al Estado, por tanto a los
gobiernos, más responsabilidades sociales, crea a la larga, menos libertades a las y los
ciudadanos para decidir por ellos mismo sus propios destinos. Hayek dirá “En el campo
social, la creencia errónea de que el ejercicio de cierto poder tendría consecuencias
benéficas tenderá a producir un nuevo poder para ejercer coerción sobre otros hombres a
nombre de cierta autoridad”2. Peor aún, al agrandar el Estado, al impulsar más leyes o formar
nuevos ministerios que regulen los intercambios entre privados, sean empresas o personas,
produce inevitablemente que un grupo de grandes monopolios controlen los precios de sus
mercancías para su propio beneficio, es decir se crea lo que se conoce como Corporativismo
de Estado o Capitalismo Crony, que es un falso capitalismo alejado de las ideas de Smith,
Ricardo o los marginalistas.
La historia se repite, una y otra vez, y aunque conozcamos las causas, aunque las visitemos y
arrinconemos para deconstruirlas y luchar de manera comunitaria, feminista, socialista,
anarquista o individualista frente al capital, finalmente no llegamos a puerto. Es como si
tuviéramos un chip instalado para fracasar. El capitalismo en casi 300 años abarcado todo el
globo terraqueo. El economista ecuatoriano Pablo Dávalos, asumiendo la posible derrota,
nuevamente hace ese viaje: el internarse en las raíces del capitalismo y revisar sus
fundamentos. En su investigación emplea enfoques, algunos utilizados y otros por descubrir,
para exponer el por qué el capitalismo, pese a los golpes y balas recibidas, aún se mantiene en
píe. Para esto emplea el método de paralaje, la cual le permite situarse en otras coordenadas
de alerta critica y así eludir la voraz boca absorbente del libre-mercado. Similar a las
coordenadas que entrega Tiresias a Edipo cuando es interrogado por éste. El rey de Tebas, el
descifrador de enigmas, al no poder eliminar la peste que azota a su pueblo, al no ser él la
solución como soberano, se ve forzado a llamar al ciego Tiresias, pero el sabio al ver al
aproblemado Edipo exclamará: “¡ay, ay! ¡qué triste es darse cuenta cuando no le trae cuenta
al que no se da cuenta. Yo lo sabía y lo había olvidado; no debía haber venido para acá!”
¿Que nos dice Tiresias? ¿Que nos expone la tragedia de Edipo?. Dávalos nos propone otra
vez darnos cuenta, pese a que sabemos que sabemos los puntos críticos del capitalismo. Es
por eso que necesitamos, a la manera brechtiana, un nuevo extrañamiento3, un nuevo lugar en
donde la incomodidad, en donde el desajuste fisure el armazón del libre-mercado.

1
Ver por ejemplo la calidad de la Educación chilena con respecto a sus pares latinoamricanos según la OCDE y
como en los últimos 30 años Chile a disminuido la pobreza a diferencia del resto de países de la región.
https://www.biobiochile.cl/noticias/2015/05/13/chile-tiene-la-mejor-educacion-de-america-latina-segun-ranking
-de-la-ocde.shtml o https://www.lanacion.com.ar/2180799-chile-es-mejor-pais-america-latina-capital
2
Friederih Von Hayek “La Pretensión del Conocimiento”: http://www.scbbs.net/craigs/Libib/pretcono.html
3
El distanciamiento o extrañamiento brechtiano, creado por el director alemán Bertolt Brecht, es un recurso
estético que se introduce en una escena teatral para develar los mecanismos de poder en las relaciones humanas
o evidenciar que lo que se observar no pertenece al ámbito de lo real, sino que es ficción, por tanto un
dispositivo para construir un relato o discurso.
Primera parte
Dávalos parte: “Existe una discusión sobre el rol político e histórico que tiene el discurso
económico dominante. De todas las ciencias sociales, la economía, y en especial una versión
de esta denominada ortodoxa o neoclásica, se ha convertido en la “ciencia del poder”. En
efecto, es el discurso que legitima, justifica y avala al orden existente. Presenta sus
contradicciones como eventos naturales y, bajo su propio esquema conceptual, desarma
cualquier posibilidad de un discurso crítico y alternativo.
Su marco teórico, categorial y epistemológico ha sido objeto de fuertes críticas de sectores
tan disímiles como los poskeynesianos o los marxistas, pero a pesar de esas críticas
permanece indemne; y no solo ello sino que por ahora es el marco teórico estándar que se
enseña en casi todas las facultades de economía del mundo.
Sus ideas, a pesar de lo anacrónicas e inconsistentes que puedan parecer, se han convertido
en la corriente dominante del pensamiento económico y no es posible comprender los
fenómenos económicos sin pasar por sus prescripciones teóricas. Entre los epítetos
asignados por sus críticos existen algunos que son verdaderas hipérboles como aquel que lo
califica como “economía zombi” (pag. 19)
Como se sabe, el capitalismo ha cerrado toda posibilidad que perfore su discurso. Todo es hoy
un acto capitalista y todo lo que sea una libertad de intercambios puede ser mencionada como
tal. Incluso, desde la perspectiva liberal, el capitalismo es inherente a todas las sociedades y
comunidades libres. Es como si desde los principios de los tiempos el capitalismo ha estado
presente en el desarrollo del planeta tierra. Desde que un ser vivo intercambio un objeto con
otro ser vivo para su propio beneficio, el capitalismo se plasmó en la faz del globo. Y esos
intercambios no necesitan y no deben tener un poder central. La naturaleza es libre en tanto
que deja hacer a sus unidades vivas lo que se les venga en gana, y el mercado, el lugar de lo
humano, demuestra que mientras más desregulado, y a la vez, aumente su defensa de los
títulos de propiedad, los individuos que lo componen prosperan, por tanto las sociedades
crecen. Es por esto que, el colectivismo, en palabras de Hayek, destruye o somete los
proyectos personales en pro de la idea de comunidad, por consiguiente, los sistemas
económicos basados en la colectividad de los medios de producción tienden a fracasar por
volverse totalitarios.
El libre-mercado sigue a flote porque los individuos (consumidores) se niegan a ser
controlados por leyes que regulen los intercambios desde el Estado o simplemente no quieren
que el Estado se meta en sus bolsillos. La mejor manera de prosperar es que cada una o uno se
preocupe de potenciar sus capacidades (respetando las del resto). Por eso, las “minorías
totalitarias”, recurren a la violencia para imponer su “supuesta igualdad” y le reclaman al
Estado controlar los servicios básicos4.
Mientras las izquierda se preguntan: ¿por qué no se agota el capitalismo? ¿por que, pese a que
año tras año se anuncia su muerte, sigue vivo y más fuerte? ¿por que, pese a todos los desastre
que ha generado el capitalismo a nivel global, las y los ciudadanos de distintos países votan
por políticos de ultra-derecha? ¿que nos dificulta para acelerar la lucha final? El capitalismo
tiene para muchos años más.

4
Esta critica se observa en diferentes idéologos de extrema derecha que reclaman que, tanto los movimientos
feministas como socialistas, ocupan la violencia para reclamarle al Estado mayor seguridad de los derechos
sociales. Esta critica se difunde ampliamente en redes sociales por politóloges, abogades, filosofes, o periodistes
como Agustín Laje y Nicolás Márquez en Argentina, Teresa Marinovic, Fernando Villegas y Axel Kaiser en Chile,
Gloria Álvarez en Guatemala, Vanesa Vallejos en Colombia o Fernando Díaz Villanueva en España. También por
youtubers como Emanuel Dannan, Un Hombre Blanco Hetero, Sebastián Izquierdo, Johannes Kaiser o el canal
Conociendo la Verdad.
Dos posiciones
Dávalos comienza su crítica con dos hipótesis
“Una primera hipótesis podría explicar que la fuerza de esta teoría, convertida ahora en la
ideología dominante de todos los procesos económicos, es exógena a su propio marco teórico
y vinculada a la disposición institucional del saber, en donde las principales revistas
indexadas en economía y finanzas, los bancos privados, las instituciones financieras
internacionales, las facultades de economía, los institutos privados de investigación
económica, los grandes medios de comunicación, entre otros marcos institucionales,
convergen hacia determinadas relaciones de poder que son las que determinan en última
instancia la validez de sus hipótesis y la pertinencia de su estructura lógica y teórica.
Si esta hipótesis es correcta entonces no es tanto el andamiaje lógico y teórico el que
posibilita la pertinencia de sus propuestas teóricas, sino que depende de una configuración
institucional que le es exógena y que le otorga las condiciones de posibilidad para la validez
de sus teorías.” (pags. 20-21)
A partir de esto, incluso, son los propios liberales-conservadores o libertarios (de derecha),
los que han dicho una y otra vez lo contaminado que esta el capitalismo gracias a
instituciones como los Estados-nación, la ONU5, incluso el propio FMI, que imponen sus
normas económicas y políticas, tanto a países como ciudadanos del mundo. Un claro ejemplo
es el discurso de la politóloga guatemalteca Gloria Álvarez, que en un vídeo en youtube
declara que “capitalismo duro y puro”6 nunca ha existido, pues ha sido secuestrado por ideas
comunistas. Los libertarios (de derecha), por su parte, como el argentino Javier Milei,
califican a los Bancos Centrales como entidades socialistas, y que son en definitiva, las que
provocan las inflaciones a través del control de la emisión de papel-moneda. De hecho, el
anarco-capitalista español Jesús Huerta de Soto declara que el último bastión del socialismo
son los Bancos Centrales, los cuales deben desaparecer, así como volver al patrón oro y al
encaje del 100 por ciento.
Dávalos continua “Se le critica al discurso económico ortodoxo el hecho que no pudo ni
advertir ni dar respuesta alguna a procesos tan importantes como la crisis financiera y
monetaria que ocurrió en los noventa, y la crisis provocada por las hipotecas sub prime que
empezó desde el año 2007 en EEUU y luego se propagó por el mundo. Se le reprocha el
hecho que no puede dar cuenta y tampoco puede proponer solución alguna a un fenómeno
provocado directamente por el crecimiento económico, como es el caso del calentamiento
global. Se le reprocha también por el hecho que mientras más crece una economía más
crecen sus desigualdades. Se le reconviene también que muchos fenómenos económicos que
se suscitan en las sociedades de la información, como los costos marginales cero, no tienen
posibilidad alguna de ser comprendidos ni asumidos desde su marco categorial. Se le acusa
de ayudar a construir un sistema económico injusto, violento y depredador.
Si no puede ni explicar, ni comprender, ni anticipar, ni dar solución alguna a los graves
problemas económicos del siglo XXI, ¿por qué se la sigue estudiando en las facultades de
economía de casi todos los países del mundo?, ¿por qué es tan hegemónica? ¿Por qué es la
estructura teórica de la política económica actual?
El discurso económico moderno es un conjunto de hipótesis teóricas que, en lo fundamental,
fueron creadas y pensadas en el siglo XIX y que ahora aparentemente serían anacrónicas

5
Es cosa de ver como la extrema derecha se opone al Pacto Migratorio. El punto es que el re-surgimiento de la
derecha ultra-nacionalista pone en tensión a la derecha neo-liberal. El ejemplo es el ataque que hace Sebastián
Piñera a José Antonio Kast en Diciembre del 2018:
https://www.latercera.com/politica/noticia/pinera-j-kast-ese-no-camino-chile-no-creo-los-extremos/455493/
6
Ver: https://www.youtube.com/watch?v=3axty1uqeWE
para comprender al mundo del siglo XXI, un siglo signado por fenómenos inéditos como las
redes sociales y la inteligencia artificial”. (pag. 21)
Quizás sea por el gran triunfo que logro el neoliberalismo en todo el sistema-mundo tras la
caída de la URSS. La caída de los socialismos reales mostraba que la economía planificada
eran imposible por su carácter totalitario7, pues niegan algo tan natural como la desigualdad y
la competencia. Esta afirmación aumenta con el auge económico vivido en Chile durante los
noventa, en donde la Concertación perfecciono las fallas del sistema de los Chicagos boys,
gracias a sus políticas que han amortiguado las crisis mundiales. Pero, este triunfo no
demuestra su permanencia ni menos su éxito. Chile es hoy un país depresivo, violento,
consumista y depredador de la naturaleza.
Dávalos dirá: “Los críticos de la economía ortodoxa han señalado con razón que muchos de
sus conceptos son tautológicos, porque sus premisas lógicas son las mismas que sus
conclusiones, quizá los ejemplos más pertinentes sean aquellos que explican la inflación por
la moneda, en donde la moneda explica las variaciones de los precios, y los precios explican
las variaciones de la moneda, o el caso del equilibrio general, en el cual hay equilibrio
cuando la oferta y la demanda están en equilibrio, o también aquel del crecimiento
económico.
Sin embargo, un análisis más detallado da cuenta que la explicación última de los principales
conceptos que conforman el corpus teórico de la economía moderna, son circulares en el
sentido que siempre terminan explicándose a sí mismos; es decir, la recurrencia a la
tautología no es una cuestión de circunstancia o de coincidencia de unos conceptos aislados
del corpus teórico de la economía, sino que expresa un proceso más profundo y más
complejo que define a casi todo el discurso económico moderno.
Si un discurso científico posee una serie de categorías que terminan refiriéndose a sí mismas
para explicar su pertinencia analítica, significa que está más cerca de la ideología que de la
ciencia. Empero, la estructura tautológica de esas categorías, como por ejemplo la inflación,
el crecimiento económico o el equilibrio general, entre otras, implica que esas categorías son
difíciles de refutar, porque tienden a ser autorreferenciales y dogmáticas. Así, la fortaleza
teórica de esas categorías supuestamente científicas se encontraría más en el sustrato
tautológico que las sostiene que en su fortaleza epistemológica.
Mas, la tautología quizá sea incongruente para la ciencia moderna, pero no para la filosofía
y, en especial, para la ontología. De hecho, todo el discurso ontológico está construido sobre
la tautología del Ser en cuanto Ser. La respuesta que demanda por el Ser siempre es
tautológica: el Ser es. En consecuencia, el hecho que varias categorías del discurso de la
economía moderna sean tautológicas da cuenta que en su estructura interna de alguna
manera existiría una apelación a la ontología y, por tanto, a la metafísica”. (pags. 21-22)
Esto nos acerca bastante al pensamiento kantiano y su perspectiva de la razón. Ya en la
introducción a la Critica de la razón pura, el filosofo alemán nos dice “la razón debe abordar
la naturaleza llevando en una mano los principios según los cuales sólo pueden considerarse
como leyes los fenómenos concordantes, y en la otra, el experimento que ella haya
proyectado a la luz de tales principios. Aunque debe hacerlo para ser instruida por la
naturaleza, no lo hará en calidad de discípulo que escucha todo lo que el maestro quiere,
sino como juez designado que obliga a los testigos a responder a las preguntas que él les
formula”. El pensamiento moderno, desde sus orígenes en el Renacimiento (donde surge el
humanismo y el Dios cristiano deja de ser el fundamento de las cosas), ha ido instalado a la
naturaleza como mera productora de materias primas, pues lo que transciende no es el mundo

7
Es potente la critica que hacen Machado y Zibechi en su texto “Cambiar el mundo desde arriba, los limites del
progresismo”, tanto a la revolución rusa como cubana por impedir las autonomías de los diferentes sectores
sociales y centralizar la economía en manos del Estado para que no se produzca la competencia capitalista entre
las diferentes organizaciones de base.
sensible (la naturaleza, la corporalidad) sino el ejercicio de la razón humana (el vestigio
dejado por Platón). El mundo interior del sujeto, lo que podríamos denominar la producción
subjetiva, es la expresión máxima de la libertad. Es a través de la conciencia de sí mismo en
donde el individuo logra desplegar su propio conocimiento del universo, porque ya no
depende de ningún dios. Es el hombre (no la mujer) el que describe, etiqueta, separa, organiza
y objetiviza los fenómenos físicos. La libertad del pensamiento humano, es la propiedad
privada por excelencia. El ser humano está fuera del ciclo vital de la naturaleza, pues ha
fundado sus propios principios. Por eso para Ayn Rand (famosa escritora liberal) es más bello
observar grandes edificios, que representan los logros de la humanidad, que ver las estrellas
en la noche. La modernidad es la matriz del capitalismo (o mejor dicho nacieron al unísono),
ambos formaron al ciudadano moderno, por consiguiente crearon el aparato Estado-moderno.
Por otro lado, los defensores del capitalismo nos muestran una y otra vez los grandes avances
tecnológicos surgidos desde la revolución industrial hasta nuestros días, que no solo han
mejorado nuestra calidad de vida, sino que gran parte de la humanidad tiene acceso a ellas
gracias a los bajos precios por la alta productividad. Desde finales del siglo XVIII la
humanidad ha alcanzado la prosperidad de manera exponencial. Y ese crecimiento económico,
ese desarrollo a destajo se ha logrado, según los liberales, respetando al individuo y sus
proyectos privados. El pilar fundamental de las sociedades occidentales es y será siempre el
individuo. Desde ahí nace la segunda hipótesis y por tanto la propuesta de Dávalos: La
economía dominante posee una dimensión ontológica, que pese a decir que es una ciencia,
siempre termina defendiendo sus termino pese a que estos puedan fallar en lo Real, “Si bien
es cierto que este discurso está protegido por una arquitectura institucional fuerte y en el
cual las universidades juegan un rol central, también es cierto que aquello que genera su
fortaleza, sus creencias, su adscripción con la fe del carbonero a sus propias prescripciones
epistemológicas, proviene del hecho que los economistas ortodoxos creen realmente en su
“ciencia” y en sus marcos categoriales, pero el núcleo oculto de esta creencia no proviene
precisamente de este marco categorial sino de una estructura que lo rebasa y lo sostiene y
que estaría definido por la ontología” (pag. 23). Y es aquí en donde Dávalos empieza a
construir su paralaje y toma el rol de Tiresias. “Existe una armazón ontológica en la
estructura más íntima de los conceptos del discurso económico moderno porque creen que de
verdad sus conceptos existen en la realidad, es decir, proyectan sus abstracciones teóricas
hacia la realidad de forma independiente de la estructura y la forma de esta realidad. Solo
desde un procedimiento que otorga dimensión ontológica a los conceptos teóricos puede
asumirse esa hipóstasis de la realidad” (pag. 24).
El capitalismo y sus defensores, o no saben que su sistema se está devorando al mundo o
después de tantos años de acumulación de riqueza les es imposible reconocer sus fallas, pues
provocaría, desde la lógica de elles, un desastre a los pilares que sostienen a occidente.
Dávalos continua “La ciencia económica moderna no “ve” la realidad porque ha construido
un instrumental teórico que no le permite mirar ni comprender su propio entorno; y cuando
mira hacia la realidad solamente constata en ella el cumplimiento a fortiori de sus
abstracciones, y estas aparecen más reales que la propia realidad.
Entre la realidad existente en cuanto tal y sus marcos teóricos y categoriales, media un
abismo ontológico. La economía moderna recurre a la ontología para crearse su propia
realidad porque se ha enajenado de su propia historia, pero no quiere reconocer el estatuto
ontológico de su marco categorial, y no lo puede hacer porque ese reconocimiento plantearía
al discurso económico moderno por fuera de la ciencia y muy cerca de la ideología y el
dogmatismo. Así, mientras más fuertes sean las críticas que se le hacen, con mayor ahínco se
aferra a sus propias verdades” (pags. 25-26).
¿Cuales serían esas verdades y que defienden? Bajar los impuestos es una de las mayores
luchas para los liberales. Impuesto es igual a robo legitimizado por el Estado. Es decir, los
políticos, burócratas, le quitan a las y los ciudadanos una parte de su ganancia adquirida por
su esfuerzo para beneficiar a una clase política parasitaria o para redistribuirla con programas
sociales que terminan fomentado la incapacidad de los individuos de crear y desarrollar sus
propios proyectos de vida. Por tanto, cuando un programa de gobierno, como el de Trump,
Bolsonaro o Kast, promete bajar impuesto para el desarrollo de la mediana y gran empresa, es
ineludible el crecimiento del empleo a corto plazo, pero ¿que tipo de empleo? ¿con que
seguridades? ¿con sueldos justo? En rigor no importan esas preguntas, no importan si bajan
los salarios. Lo imprescindible es que, al bajar los impuesto a las empresas, estas podrán
contratar más trabajadoras y trabajadores. “A los pequeños empresarios podemos prometerles
un mundo donde la empresa sea verdaderamente libre, despojado de privi-legios
monopólicos, carteles y subsidios ideados por el Estado y el Establishment. Y a ellos y a los
grandes empresarios que no forman parte del Establishment monopólico podemos
asegurar-les que su talento y sus energías individuales tendrán por fin todo el espacio
necesario para expandirse y proveer una tecno-logía mejorada y aumentos de productividad
para ellos y para todos nosotros” (Murray-Rothbard)8.
Ese desparpajo con el que los liberales, sean conservadores o libertarios (de derecha),
prometen el edén nos impulsa explorar desde donde nace o surge tal convencimiento, Dávalos
hace esta exploración.“Cabe entonces preguntarse: ¿qué se quiere decir con el hecho de que
esos conceptos son tautológicos? Y si se puede demostrar que efectivamente son conceptos
tautológicos ¿qué proceso indica este deslizamiento hacia la metafísica en el pensamiento
económico moderno? ¿Qué consecuencias sociales implica?
Los conceptos y las categorías circulares son muy difíciles de refutar. Implican
autorreferencialidad en donde la crítica tiene que necesariamente sustentarse en las mismas
premisas que pretende cuestionar. Por ello es tan difícil criticar un concepto como aquel del
crecimiento económico, por ejemplo.
Empero, esas construcciones teóricas tampoco necesitan de la crítica. En virtud que son
autorreferenciales y su proceso de razonamiento siempre es circular, pueden prescindir de
toda crítica. Es un discurso teórico que puede construirse a sí mismo sin necesidad de la
crítica y el debate. Es una estrategia de solipsismo que le ayuda a convertirse en mainstream
(corriente teórica dominante). Al no necesitar de la crítica solo acepta aquellas
contribuciones teóricas que puedan fortalecer sus posiciones discursivas” (pag. 27).
Quizás por ello nos cuesta tanto destruir el capitalismo. Porque sus conceptos parecieran ser
los únicos para aumentar el progreso social y derrotar la pobreza. Por ejemplo, al bajar los
impuestos se crea mayor empleo. Parece ser que lo único que genera riqueza es la
competencia entre individuos y empresa privadas. Por tanto, la división en clases sociales o
mejor dicho, la desigualdad social no es problema mientras la empresa privada tenga la
libertad de incrementar su productividad. Finalmente, el empresario es un sujeto que arriesga
su capital personal en pro de crear mercancías que beneficien al resto de la sociedad. Si la
producción total de la empresa no satisface las necesidades de la demanda, la empresa pierde
y con ello las y los trabajadores deben migrar en busca de otros empleos. Por eso es
importante crear un éxito de ventas en las mercancías producidas. ¿No ha sido así desde los
inicios del universo? ¿no ha sido así desde la temprana aparición de vida en el planeta tierra?
Las especies, por la competencia aparecen y desaparecen, siempre triunfan las mejores
adaptadas, lo mismo ocurre en el capitalismo, las mejores empresas triunfan, son las que
benefician a la humanidad con mercancías y empleos. Las peores o menos eficientes tienden
naturalmente desaparecer.

8
Murray-Rothbard, “Por una nueva Libertad, Manifiesto Libertario”:
http://www.mises.org.es/wp-content/uploads/2012/11/El-Manifiesto-Libertario.pdf
La Paralaje:

La o el paralaje (del griego παράλλαξις, cambio, diferencia) es la desviación angular de la


posición aparente de un objeto, dependiendo del punto de vista elegido. Como se muestra la
posición del objeto observado, varía con la posición del punto de vista, al proyectar contra un
fondo suficientemente distante. Desde el objeto observado parece estar a la derecha de la
estrella lejana, mientras que se ve a la izquierda de aquella es el ángulo de paralaje: ángulo
que abarca el segmento9 .
Desde este punto de vista, el observador, o en este caso quién analiza determinado sistema,
mira el objeto desde una ubicación que hace que el objeto de estudio muestre sus dimensiones
ocultas o diferentes. En ese sentido es similar al extrañamiento brechtiano. Ahora, no es solo
el objeto el que se modifica, sino también el observador. Es lo que Humberto Maturana habla
de la nueva ciencia en la investigación. Es decir, al observar, tanto observador como objeto se
alteran. Esto también lo describe Marx con la evolución histórica del ojo humano o Engels
con la transformación de la mano10.
Dávalos ancla su postura de paralaje con el concepto de Alteridad en vez de ocupar otras
disciplinas o herramientas “Si bien es cierto que hay otras posibilidades de tener una visión
de paralaje para observar de otra manera al discurso económico estándar, como por ejemplo
desde la teoría del decrecimiento, o el posdesarrollo, o las teorías del feminismo radical, o la
ecología política, sin embargo, el concepto de alteridad inherente a las Diferencias Radicales,
concede un ángulo de visión diferente en virtud que nos permite comprender la forma
civilizatoria por la cual se construye este discurso de la economía moderna y ello, a su vez,
nos posibilita apreciar de mejor manera la violencia que implica y reproduce” (pag. 29).
Esta posición o estrategia nos permite estar alerta debido a que existen diversas subjetividades
y racionalidades que surgen de múltiples procesos sociales, el punto es que, como ha ocurrido
a lo largo de las historias, los movimientos colonizadores y la homogenización de los
pensamientos son factores que destruyen la posibilidad de paralaje. “La alteridad nace
precisamente del encuentro de la pluralidad con la realidad. Por el contrario, la
homogeneidad se produce cuando se niega y se destruye esa diversidad que existe en el
mundo. El reconocimiento de la noción de alteridad implica que la realidad en su sentido
más extenso es múltiple, diversa, plural y compleja. Son esas categorías las que están
implicadas en la visión de paralaje desde la alteridad y son ellas las que nos permitirán una
mejor deconstrucción teórica del discurso de la economía estándar” (pag. 30).

9
Fuentes: Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Paralaje
10
“El ojo se vuelve humano, de la misma manera que su objeto se vuelve un objeto social, humano, que proviene
del hombre y desemboca en el hombre” K. Marx, “Líneas fundamentales de la critica de la economía política”.
La paralaje nos propone dialogar desde las diferencias o identificarnos como distintas y
distintos, pues sentimos y comprendemos que nuestras corporalidades, emocionalidades y
racionalidades surgen y se construyen por procesos históricos, y a medida que somos
conscientes de aquellas, como por ejemplo a través de experiencias revolucionarias, podemos
decir “un mundo donde quepan muchos mundos”. Por eso Dávalos se coloca desde la alerta,
su propuesta esta siempre en tensión, pues una desconcentración, por leve que sea, la absorbe
al universo de las mercancías, entonces su ataque pasa a ser moda. “No obstante, cuando se
aprecia la construcción del pensamiento económico moderno y, en específico, el discurso
económico ortodoxo, podemos advertir una deriva civilizatoria en ese discurso. Esa deriva
civilizatoria implica que es un discurso que no tiene una referencia histórica específica sino
que es más bien un discurso trascendente a sus propias condiciones que le originaron. Ello
significa que tiene una pretensión de estar más allá de su propio tiempo histórico y más allá
de sus propias premisas. Como discurso civilizatorio y trascendente tiene la intención de ser
válido en toda circunstancia, en todo momento, en toda situación y para todas las personas.
Es un discurso que homogeniza y borra toda diferencia. Su armazón epistemológico, por
tanto, está hecho para suprimir toda diferencia y ratificarse en su identidad.
Sus conceptos son universales y necesarios para cualquier circunstancia que tenga que ver
con el orden del oikos, es decir, la economía. De esta manera, y desde la visión de paralaje
propuesta, para este discurso económico estándar no hay alternativas, no hay diferencias, no
hay diversidades. (pags. 30-31).

Racionalidad, Ontología, Metafísica y Libre Mercado


Cuando citamos la frase de Kant, es porque nos permite entender hacía donde va a
desarrollarse el pensamiento moderno. Ya no anclado en un sentir, ya no desplegado en un
ser-siendo, sino más bien en un juez que determina como debe ser la realidad. Ya ni siquiera
es describirla o sorprenderse de su incapturabilidad (podríamos mencionar a lo sublime o lo
patético como categorías estéticas que forman una grieta en la representación moderna, pero
no la aniquilan11). Ya no es necesario acorralar el acontecimiento, sino fabricar nuestro propio
devenir o acontecer. La renuncia por el instante o de la alteración de los estados anímicos se
reemplazan por la necesidad de una representación que alivie la densidad de los conflictos
humanos. Como juez, como centralidad, la acción de condenar las alteridades o poner freno a
los movimientos que desajustan al mercado, es lo normativo.
“El argumento central que condensa esa pretensión normativa es aquel de la regulación
social. La economía es también el discurso de la regulación social. Si toda sociedad se
estructura y se define a sí misma a través de estructuras institucionales, simbólicas,
semióticas e ideológicas, la forma por la cual esas estructuras sociales se definen, mantienen
y proyectan a la sociedad y sus individuos implica algo que puede ser denominado como
regulación social. El concepto de regulación social apela a las instituciones y estas a la
historia de una sociedad determinada. Las instituciones son un sedimento histórico que se
condensa y se construye a través de múltiples y complejos arreglos, y permiten que una
sociedad concreta pueda protegerse a sí misma al mismo tiempo que proyectarse en el futuro.

11
El filosofo chileno Sergio Rojas nos propone, desde la experiencia de los sublime una alteración de la
representación moderna. En su texto “Lo sublime: La catástrofe de lo posible” menciona: “Con respecto a lo
sublime, la configuración da que sentir porque da que pensar en algo que no es “lo” configurado mismo, sino la
“cosa” que en esa configuración no ha podido presentarse y ha puesto en obra precisamente esa
impresentabilidad. Entonces, el sentimiento de o sublime puede ser considerado no sólo desde el punto de vista
de la finitud del sujeto allí sentida, sino también con respecto a la imposibilidad de encontrar en el mundo sensible
un “objeto” que corresponda a aquello que en el sujeto busca cumplimiento, como insuficiencia, pues, de la
naturaleza misma. De aquí que lo verdaderamente sublime sea la propia subjetividad en su destinación
suprasensible y no el objeto de la representación con ocasión de la cual ese sentimiento tiene lugar en el sujeto”
El discurso económico moderno tiene la pretensión de ser el centro de esa regulación social.
Esto implica que el orden del oikos que es un orden específico al interior de una sociedad, y
que hace referencia a la forma por la cual esta sociedad produce, distribuye y consume, en la
sociedad burguesa, se convierte en el centro desde el cual la sociedad capitalista se valora a
sí misma y se construye a sí misma y sus individuos. Por tanto, el discurso de la economía es
el discurso que legitima a la economía como el centro de toda regulación social. De esta
manera, todas las decisiones, sean sociales o individuales, deben atravesar por la
racionalidad del discurso de la economía.
El discurso de la economía, en consecuencia, tiene una capacidad performativa con respecto
a la realidad en cuanto realidad. Es un discurso que no tiene la intención de observar,
registrar, medir y comprender a los fenómenos económicos, sino que más bien crea su propia
realidad. De todos los discursos científicos que nacen desde la revolución coperniciana y la
conformación de la ciencia moderna en los siglos XVIII y XIX, la economía es quizá el único
discurso que tiene la intención no solo de comprender la realidad económica sino, además,
crearla.
Quizá el ejemplo de la microeconomía sea pertinente para aclararlo. La microeconomía es el
nombre dado a toda la reflexión de la economía no marxista desde fines del siglo XIX hasta
la llegada del pensamiento keynesiano a mediados del siglo XX. El núcleo teórico de esta
disciplina es la denominada revolución marginalista de fines del siglo XIX. Ahora bien, esta
revolución teórica denominada marginalista propone algo que para entonces era solamente
un invento de la teoría: el homo economicus. Esta hipótesis del homo economicus le permitía
a esta teoría comprender el funcionamiento de los mercados, la lógica del consumidor y la
estructura y vigencia de uno de los conceptos más importantes, aquel del equilibrio general.
Empero, cuando se propone la hipótesis del homo economicus, este no existía en la realidad.
En el siglo XIX se vivía aún la transición entre el orden antiguo y la emergencia y
constitución política de la burguesía como clase dominante universal y la modernidad
capitalista estaba en plena construcción. Pensar en el siglo XIX en términos de consumidores
era una exageración de la teoría y una construcción mental para justificar la existencia de un
concepto central para la teoría, en este caso, el concepto de equilibrio general”. (pags
32-33).
La noción de homo economicus empieza a instalarse en nuestra corporalidad y emocionalidad,
por tanto también configura nuestra subjetividad. Pareciera ser que homo economicus somos
todes. Es un largo disciplinamiento que parte desde las escuelas hasta la vida profesional. No
somos homo economicus puros, pues seguimos atravesados por la complejidad de ser
humanos, pero el egoísmo y el individualismo han calado en nuestros comportamientos a la
hora de organizarnos. El deseo de colectividad esta disociado, ocurre en la esfera del futuro
mientras en el presente nos lleva a la condición del día a día, por tanto nos disgregamos por
motivos de sustentabilidad económica.
¿Como maximizamos nuestras mercancías al consumirlas? ¿Como logramos nuestra propia
realización y, por chorreo, beneficiar a les otres? ¿cuan racionales debemos ser al consumir?.
Estas preguntas se ejecutan cuando debo velar por pagar el arriendo, el jardín infantil, la
comida, el agua, el magister, la ropa y un largo etc. Son el camino ineludible a la realización
del deseo personal.
Esta idea de realización del deseo individual busca demostrarse científicamente. Un ejemplo
es como la politóloga Gloria Álvarez, para defender el egoísmo como condición natural en el
capitalismo, mezcla las investigaciones de Richard Dawkins sobre el comportamiento de los
genes con el concepto de egoísmo-racional de Ayn Rand12. Lo mismo ocurre con las ideas de
Maturana y Varela con la autopoiesis, la cual derivo en coaching ontológicos o
transpersonales para superar traumas individuales, lo conlleva a una mejora de nuestra

12
Para ver la conferencia de Gloria Álvarez sobre el egoísmo: https://www.youtube.com/watch?v=yaFyO1Gavss
autonomía, y que por chorreo, modifican las relaciones familiares, pues el sujeto se ha
liberado de sus experiencias oscuras. Por estos motivos frases de autoayuda como “para
saber decir “yo te quiero” primero hay que saber decir “yo”13, funcionan para estimular que
la verdadera libertad, no es la de los actos altruista o empáticos, sino más bien buscar el
beneficio propio como verdadera condición humana. Es el Yo en su máxima posibilidad de ser
en el mundo. Los individuos que en sus acciones de consumo son egoístas-racionales, son los
que permiten potenciar a los mercados, y por ende, provocan el equilibrio general14. Por lo
mismo, la mano del Estado no puede entrometerse dictando leyes que regulen la vida y las
interacciones entre vendedores y consumidores. Pero Dávalos nos muestra que hay una
contradicción en esta idea, una contradicción que juega a favor de los liberales y su proyecto
de emancipación de las y los individuos a cualquier sistema totalitario.
“Para que el mercado pueda realizar la regulación social necesita una estructura
institucional que lo contenga y lo proyecte, caso contrario y por su misma estructura, el
mercado no tendría esa capacidad de regulación social y su rol sería el de ser un mecanismo
de intercambio. Ahora bien, esa estructura institucional que sostiene al mercado y lo
convierte en regulador social, es el Estado. Así, es imposible que el mercado pueda
convertirse en un regulador social sin el Estado. Mientras más se apela al mercado para la
regulación social más necesidad hay del Estado para proteger, estructurar y sostener al
mercado como regulador social. El neoliberalismo es, en el fondo, un discurso estatizante,
porque solo con un Estado fuerte puede existir un mercado aún más fuerte.
El discurso económico crea los marcos teóricos que sostienen las decisiones normativas que
hacen del mercado ese regulador social pero que tienen al Estado detrás como fundamento y
condición de posibilidad. Por ejemplo, las privatizaciones no podrían funcionar ni sostenerse
sin el apoyo específico del Estado.
De esta manera, el discurso liberal de la economía opone dos realidades que no tienen nada
que ver entre sí porque pertenecen a categorías teóricas distintas, pero que son
fundamentales para su estrategia normativa de crear la realidad en función de sus propias
prescripciones. Así, se opone el Estado moderno con el mercado capitalista. En rigor, no hay
comparación posible entre estas dos realidades que expresan procesos históricos
diferenciados. Ambos están en andariveles distintos y su convergencia es una cuestión
puramente estratégica e instrumental. Mas, para proyectar al mercado como un espacio de
regulación social se necesita transformar al Estado y convertirlo en el andamiaje
institucional fundamental para que pueda operar el mercado. La oposición mercado/Estado,
en realidad no existe, pero la economía opera como si existiese. De hecho, su existencia se
debe a la capacidad performativa de la economía como discurso de poder” (pag. 35).
Lo terrible para los liberales es un Estado que planifique o intervenga la economía. Ahí se
acaba la libertad y la creación de riqueza por parte de individuos que ponen sus capitales en
pro de sus proyectos para beneficiase a sí mismo y por resonancia a otres. Por consiguiente,
para los liberales el Estado debe ser mínimo (minarquismo). Esta idea de un Estado mínimo,
para los liberales, no implica que sea gracias al aparato Estado que se configura y se regula la
sociedad para que vaya acatando como natural las fuerzas del mercado. De hecho, el Estado
es el enemigo numero uno para los liberales. Cuando se producen grandes monopolios que
controlan los precios por fuera de la ley, no es responsabilidad del libre mercado, es culpa del

13
La frase es de Ayn Rand, defensora acérrima del capitalismo laissez-faire.
14
La Teoría de El Equilibrio General es un modelo de análisis creado por el marginalista francés León Walras a
finales del siglo XIX. Walras consideraba que los equilibrios en los mercados libres e interconectados se producen
cuando convergen en un mismo punto la curva de oferta y la curva de demanda. Por tanto, no se enfoca en un
área de la producción (Equilibrio Parcial), sino que incluye a las distintas áreas que elaboran un bien (por ejemplo,
el la producción del pan, esta el mercado de la harina, la mantequilla, los panaderos, el transporte, consumidores,
etc), generando una coordinación perfecta entre los agentes, lo que crea un equilibrio en los precios de las
mercancías que intervienen en dicha producción.
Estado, por eso la colusión es un problema político (entre empresarios y trabajadores
públicos), no económico. Dávalos sostiene que esa idea liberal es una aporía evidente pues en
la vida diaria la política y la economía van de la mano.
Sumado a lo último, esa aporía también se observa cuando vemos a distintos sitios webs
libertarios (de derecha) que endiosan a países con libertad económica pese a tener
monarquías15. Para los liberales, libertarios o anarco-capitalistas no hay problemas con las
monarquías cuando están representan la defensa de la propiedad privada y los mercados
abiertos a la inversión. Los casos de Singapur o Camboya, son un ejemplo.
“Para que el discurso económico moderno tenga una capacidad performativa sobre lo Real,
necesita que sus conceptos atraviesen la frontera de la epistemología y se sitúen en un
territorio más amplio. Como conceptos estrictamente epistemológicos, la economía estaría
condenada a describir lo que ve en el ámbito de los fenómenos económicos. Pero el discurso
económico estándar no describe lo que ve, porque está atravesado de la aporía entre el
deber-ser y el ser.
Por ejemplo, el equilibrio general no existe en la realidad y no puede existir, sobre todo en
un contexto de complejidad y en permanente mutación. Es un concepto que entra en
contradicción directa con la realidad que pretende describir. Pero la economía y su discurso
hacen como si el equilibrio general existiese y en su reflexión los economistas efectivamente
“ven” al equilibrio general y no dudan en describirlo en términos matemáticos y modelizan
la realidad sobre esta hipóstasis. Otro ejemplo es la inflación monetaria. Se mira y se
comprende a este fenómeno de una manera estrictamente económica cuando en realidad es
un fenómeno político” (pag. 37).
De esto Dávalos desprende que el discurso económico capitalista para poder actuar sobre la
realidad y transformarla, debe rebasar sus propios marcos categóricos y sus herramientas de
análisis. Su impulso para crear realidad debe ubicarse en la metafísica, como estructura fuera
de la historia, pero que al mismo tiempo la condiciona, pues es una fuerza a-temporal. Esta
forma de concebir la realidad y sus procesos está en Kant, y por correlación en Hayek, cuando
expone sobre las conductas humanas. Hay ideas del bien o la moral que las y los sujetos se
deben adscribirse y desde ahí maximizar su potencialidad. Dávalos manifiesta que esta
estrategia conduce a que los defensores del capitalismo no actúen como verdaderos científicos
que buscan resolver o analizar el mundo, sino más bien, pierden su carácter de científicos y,
como mencionamos antes, deben ser legisladores. La economía capitalista quiere crear la
realidad con sus propias reglas. Por eso, no es descaballado, desde las posturas libertarias (de
derecha), escuchar que comunidades originarias de distintos continentes, en donde se practica
un libre comercio sin la intervención de un poder autoritario, son la evidencia de que el libre
mercado, por tanto el capitalismo, es inherente al ser humano.
“No se puede cambiar la realidad y performarla de acuerdo con una idea previa si la
estructura teórica que justifica y legitima esa intervención sobre la realidad no lo permite.
Para que pueda permitírselo es necesario que los conceptos de ese discurso tengan un
sustrato ontológico, porque solo desde ahí esos conceptos adquieren la legitimidad suficiente
para desdeñar las particularidades de una sociedad cualquiera e intervenirla sin suscitar
ninguna preocupación ética.
Es necesario recordar que la ontología hace referencia al Ser en cuanto Ser de toda la
realidad existente. En la edad media europea, la ontología explicaba al Ser de lo existente
desde premisas especulativas y teológicas. Lo que existe en el mundo y lo que es en el mundo,
es una creación de la divinidad. La ontología se había subsumido a la teología y esta era la
condición de posibilidad de todo conocimiento en la edad media europea.
Con el nacimiento de la ciencia moderna, la ontología regresa a la metafísica, pero la
ciencia moderna es posmetafísica, en el sentido que toda explicación del mundo y de la

15
Para esto ver articulo: http://www.mises.org.es/2018/02/una-defensa-libertaria-de-la-monarquia/
realidad no necesitan ninguna hipoteca especulativa y teológica, sino que pueden y deben ser
comprendidos desde los contenidos de la ciencia moderna y su relación con una realidad que
no pertenece a ningún acto de creación ex ante. La ontología, en lo fundamental, regresa al
pensamiento moderno de la mano de la fenomenología. Gracias a la fenomenología, la
ontología puede incluso convertirse en un instrumento epistemológico para comprender
fenómenos de la realidad que no podían ser descritos de manera conveniente por la ciencia
moderna.
Todos los conceptos ontológicos hacen referencia a la estructura de la realidad y de lo
existente en cuanto existencia y en cuanto realidad. La ontología se pregunta por el Ser en el
mundo, y por la estructura fundamental de lo Real. Cuando se habla en términos ontológicos,
la realidad se convierte en lo Real, en lo que es en cuanto existencia. En consecuencia, los
conceptos ontológicos van más allá de los conceptos científicos porque su ámbito está más
allá de la ciencia, está en la definición del Ser en cuanto Ser. De alguna manera, son
conceptos metafísicos, porque rebasan, por así decirlo, el ámbito de los conceptos científicos.
Mientras que la ciencia se pregunta por la forma y estructura de lo existente, la ontología
pregunta por lo existente como existencia en sí misma” (pag. 38-39)
El punto aquí es que, al ser ontológico, el capitalismo zafa de cualquier critica. Dávalos
insiste, los conceptos, el discurso, los métodos económicos del capitalismo no quieren
arraigarse a un tiempo, sino imponer una realidad, pues es la expresión máxima de la libertad
y progreso individual, en donde las y los sujetos tienen el derecho de maximizar, como se les
antoje, de sus bienes o de los servicios que puedan contratar por medio de sus salarios. Y esa
libertad de maximización, para los liberales, a ocurrido en todas las épocas y en todos los
lugares. Dávalos dirá: La estructura ontológica del discurso económico es la expresión de la
necesidad del capitalismo de convertirse en el principio de todo lo existente.

Libertad. Pobreza
A medida que avanzamos, observamos que el proceso para instalar el discurso económico, no
solo va de la mano en traspasar las fronteras de la ciencia y llegar hacía la metafísica, sino,
como mencionamos, también debe desplegar una ética que concretice que es la libertad. Las
revoluciones burguesas de Inglaterra, Estados Unidos y Francia, cambiaron el antiguo orden y
fueron difundiendo y propagando su propia definición de libertad, llegando a influir y
determinar las posiciones políticas de las independencias latinoamericanas y seguir
imperando hasta nuestros días.
“El orden burgués que se inaugura en el siglo XVIII se define desde la noción política de
libertad que fundamenta toda su estructura política-social. Es la noción de libertad la que
sustenta la noción de ciudadano y de contrato social, y ambas nociones son fundamentales
para comprender al Estado moderno y su idea de soberanía. Empero, la misma burguesía es
plenamente consciente que el concepto de libertad puede rebasarla. La experiencia más
importante que tuvo la burguesía fue la Comuna de París de 1871. En esa coyuntura, la
burguesía comprendió que el concepto de libertad era demasiado peligroso para que los sans
coulottes puedan apropiarse de ella y construir un mundo diferente. Por ello acota la libertad
dentro del derecho moderno y, como lo demostró W. Benjamin, sujeta el derecho a la
violencia. La Comuna de París es la demostración de la violencia como aval del orden
burgués y la forma por la cual la revolución se convirtió en una amenaza” (pag. 42).
Para los liberales, la libertad se expresa en el mercado, y el mercado (capitalista) es un lugar
donde se compite. En esta contienda de todes contra todes, el logro personal, por medio del
trabajo medido en esfuerzo, finaliza con la realización de la autonomía-individual como
propiedad privada, desligada de lo comunitario. La libertad ocurre ya no en lo político como
espacio de construcción de una idea de sociedad, sino en la posibilidad de aumentar mis
beneficios sin la necesidad de que otres me dicten lo que es bueno para mi. Es la libertad
negativa. Y para que esta libertad acontezca y así elegir el camino correcto, son los precios de
las mercancías los que nos dan una referencia de cuanto podemos consumir dada nuestra renta
(salario) disponible. Cualquier persona puede participar del mercado, pero depende de ella si
tiene mayores alternativas de adquirir lo que desea. Eso implica que debemos ganarnos el
dinero. El ganarse el dinero por si solos favorece la autonomía-individual de las y los sujetos
inmersos en el mercado. Es la expresión de independencia. Y esa independencia se constituye
por medio de elecciones racionales. Cuando genero desequilibrios en la libertad de mercado,
por ejemplo creando colusiones que merman los intercambios libres, es la irracionalidad la
que opera en mí. Los defensores del “capitalismo duro y puro”, como Gloria Álvarez o Javier
Milei, culpan al Estado por ser el instrumento donde los políticos y empresarios corrompen
los principios del capitalismo, instalando el corporativismo, por tanto y finalmente, el
socialismo.
“La transformación de un concepto que fundamentaba el orden político en una noción que
resguarda la capacidad normativa del mercado, expresa la clausura del mundo y de la
historia que realiza la burguesía en el siglo XIX y que es concomitante a sus procesos de
emancipación política. La burguesía cierra la política pero abre la economía.
Si la burguesía apela a la construcción de un discurso que tiene una construcción formal de
ciencia moderna pero un sustrato ontológico y que, además, incorpora una dimensión de
ética social en su construcción, es porque quiere clausurar la historia y convertirse en un
sujeto histórico sin historia, porque la historia implica cambio y la burguesía ya no quiere
cambios que no sean administrados por ella. La experiencia de la Comuna de París fue
abrumadora para la burguesía. Esa experiencia le exigía clausurar de manera urgente la
política y trasladar hacia la economía aquello que antes le había pertenecido a la política.
De esta manera, los conceptos teóricos que nacen desde la economía política clásica del
siglo XIX se pliegan a esa nueva necesidad de la burguesía de declarar el fin de la historia y
de convertirse en la razón última de esa misma historia. Además de su estructura ontológica,
esos conceptos de la economía tienen una contextura ética que expresa una dimensión
fetichizada de la libertad humana. No se trata, en este caso, de la libertad política que
fundamenta relaciones humanas, sino de libertad económica en la cual es el mercado quien
debe ser libre de toda intervención social. Se produce una transferencia de la libertad
política hacia el mercado.
El mercado permite la convergencia de la libertad política porque la transforma en condición
de posibilidad de su capacidad de regulación social. La libertad de mercado no es libertad
humana, es mecanismo de procedimiento para el funcionamiento del sistema de precios y la
evacuación de la política en el interior de sus propios mecanismos. Es por ello que la política
no puede entrar en el mercado, porque si lo hace no solo que provocaría trastornos en el
delicado sistema de precios, sino porque además atentaría en contra de la ética social”. (pag.
44)
Esto se traduce en medidas que, para los liberales, conservadores y libertarios (de derecha),
generen una mayor flexibilización de los mercados, cualquier propuesta de regulación vulnera
la libertad individual de elección. Un ejemplo es el salario mínimo. Si se determina un precio
de un bien o servicio, en este caso la fuerza de trabajo, a través de una ley estatal, aumentaría
el desempleo debido a que los empresarios, sean grandes o pequeños, están obligados a cubrir
un coste que muchas veces no pueden cancelar debido a que no han generado una mayor
ganancia. ¿Que pasa si las y los trabajadores no cumple las expectativas de la empresa? ¿por
que se les debe pagar un sueldo mínimo, el cual no corresponde a su esfuerzo o capacidad?
¿por que no fijar mejor el salario por medio de un acuerdo entre empleador y empleado sin
mediación del Estado? Además, como mencionan los liberales, si el sueldo no le gusta a la
trabajadora o al trabajador, tiene la libertad de buscar donde mejor le paguen o también de
crear su propio negocio16. La libertad es el poder de elegir. Aunque equivoque mi camino,
ninguna institución deben interferir en mis decisiones. Así, las y los sujetos crecen autónomos

16
Para ver las ideas liberales sobre sueldo mínimo: https://www.youtube.com/watch?v=MGgLFPPR2ZI&t=2s
y se emancipan, no hay riesgos de destruir una sociedad cuando se forman ciudadanas y
ciudadano conscientes de sus decisiones y dispuestos a ser productivos. Entonces, el o la
resiliente, el o la que se levanta pese a todas las dificultades de la vida, es el ideal para el
mercado. ¿Cuantos programas de televisión nos muestran a mujeres o hombres que han
comenzado una vida llenas de sacrificios para lograr una situación económica privilegiada?
Este tipo de narrativa, desde una perspectiva teatral se conoce como “el melodrama
burgués17”.
Dávalos prosigue desentrañando los mecanismos de la economía capitalista, la cual no se
puede desligar de los procesos europeos, como por ejemplo la Ilustración. Y aquí hace una
crítica importante: la época de la modernidad, que siembra y cultiva el imperio de la razón
como única posibilidad construcción de mundo y de abarcar los territorios del planeta tierra,
llevando el progreso social hasta en los lugares más recónditos. Así como para la iglesia
católica el indígena debe ser evangelizado, para los defensores del capitalismo, los seres
humanos no alcanzamos la plena libertad si no estamos participando del mercado. El sistema
de trueque no permitió generar cambios justo o equitativos debido al creciente mercado
interconectado por las grandes civilizaciones y las nuevas tecnologías en servicios y bienes, el
oro y la plata fueron los primeros mediadores en la compra-venta de mercancías, luego el
dinero paso a ser el mediador por excelencia. ¿Y que permite el dinero? La acumulación de
riqueza ya no desde tener más cosas, sino de tener dinero. El dinero fue necesario de
implementar para crear las condiciones de progreso y libertad en los países de economías
atrasadas. El dinero paso a ser un nuevo dios. En el capitalismo el concepto de desarrollo
económico es fundamental. Dávalos lo describe como un proceso teleológico.
“Para comprender el cuadro general de esta intervención directa sobre la vida de las
personas se pueden proponer dos explicaciones provisionales, la primera es aquella de la
colonización de todas las relaciones económicas de los países y sociedades consideradas
como no desarrollados; y, la segunda, es la colonización de la subjetividad de esas personas
que viven en esas sociedades no desarrolladas. Estas explicaciones tratan de dar cuenta los
elementos más complejos así como las dinámicas más particulares que van a generarse en
este proceso. Pero esta colonización de la vida económica y de la vida subjetiva implica una
dinámica de luchas hegemónicas y resistencias contrahegemónicas.
Dentro de las resistencias contrahegemónicas, las visiones que se estructuran desde la
alteridad y las diferencias radicales, deben confrontar a una estructura del mundo puesta en
marcha desde las nociones de desarrollo y sustentadas en el discurso de la economía
moderna. El desarrollo económico ha sido concebido, efectivamente, como la empresa de
ingeniería social más vasta creada hasta el momento, pero sus consecuencias históricas y
sociales han sido devastadoras y ameritan una evaluación crítica”. (pag. 47).
Desde este punto se empieza abordar el problema de la pobreza. Hay que partir que, para los
liberales, conservadores o libertarios (de derecha), la pobreza tiene dos fuentes, una es la
incapacidad de ciertos individuos de crear riqueza por si solos y la otra son los programas
sociales del Estado, los que generan el asistencialismo, por consecuencia fabrican “gente
inútil”. Un ejemplo de esto último es la redistribución de la riqueza18. La incautación de
recursos por medio de impuestos a las grandes empresas para implementar lo que se conoce
como “justicia social” y entregar así servicio básicos a las clases bajas es, desde la mirada

17
El melodrama es en genero tanto literario como dramaturgico que a diferencia de la tragedia o el mismo
drama, sus personajes no tienen un proceso de anagnorisis (reconocimiento) y si un aumento del pathos (dolor).
Un ejemplo de esto son las teleseries, en donde sus personajes, peses a sus conflictos, jamás vivien procesos de
anagnorisis, por tanto se transforman en estereotipos sociales: la buena, el malo, la pobre, el rico, el
aprovechador, la madrastra. En sus intenciones no hay complejidad ni errores, sino pasividad ante el destino que
siempre va a beneficiar a los correctos.
18
Es interesante aquí ver como el anarco-capitalista Javier Milei explica porque la redistribución de la riqueza es
un robo del Estado hacía los individuos: https://www.youtube.com/watch?v=LUjcPDPdFIQ
liberal, el peor crimen a la propiedad privada. El rico no puede hacerce cargo, por ley, de la
desgracia del pobre. Dávalos desmenuza algunas políticas liberales que buscan disminuir la
pobreza en los países denominados del tercer mundo, por el intermedio de grandes
instituciones como el Banco Mundial. La relación entre esta institución y los países pobres,
siempre será una colonización, una imposición de medidas que traen un cierto progreso, a
través de liberar los mercados, bajar los aranceles a las importaciones, flexibilizar el trabajo,
lo que desemboca en una renuncia a las autonomías y saberes de los distintos pueblos que
habitan dicho Estado-nación. Además hay que agregar que para los liberales, la desigualdad
es natural a la existencia de la humanidad. Hayek dice que la desigualdad permite mayor
libertad, pues impulsa o motoriza el movimiento del mercado. La potencia de la desigualdad
como esencia del libre mercado, la credibilidad del crecimiento económico entran como un
habito social incuestionable, pues están supervisado por el imperativo de la razón, por una
techne que envuelve lo Real. La mejor expresión que manifiestan estas creencias es cuando
entre ciudadanas y ciudadanos, en vez de crear lazos solidarios para crecer socialmente,
expresamos que las y los pobres no merecen vivir debido a que son personas flojas que viven
de nuestros impuestos, las y los pobres son parásitos que producen delincuencia y la
delincuencia se debe eliminar incluso con la pena de muerte.
“Así por ejemplo, hay un consenso alrededor de la noción de crecimiento económico que
rebasa la estructura teórica y epistemológica de este concepto y se inscribe en un mundo
imaginario y simbólico que crea la idea que mañana será otro día y que finalmente todo se
arreglará. La noción de ahorro ejemplifica esa fetichización del tiempo. El ahorro significa
abstenerse del consumo presente para poder garantizar un consumo futuro. Pero ese
consumo futuro nunca llega. El futuro, cuando se fetichiza, no tiene nada que ver con la
flecha del tiempo, sino con una estructura ontológica y política de la realidad. El ahorro de
ahora es un muro de granito a las pretensiones de los trabajadores de mejorar sus ingresos y
su vida ahora, por un futuro incierto que nunca llegará.
Ahora bien, la cuestión que interesa aclarar es la siguiente: ¿dónde se encuentra el origen de
esta creencia?, ¿en el discurso que define y estructura la realidad en tanto realidad y que
ahora pertenece a la economía o quizá fuera de él?
La fuente de esta creencia es la estructura racional del mundo, es decir, y en última instancia,
la razón moderna en tanto que razón que define y estructura a la realidad del mundo”. (pag.
51)
Esto ha provocado el desgarramiento de centenares de comunidades. Fisuras que las medidas
económicas, por ejemplo de shock, no procuran sanar en el camino, sino que deben ser las
comunidades las cuales tienen que adecuarse, independiente si hay rasgaduras en su tejido
social. Las comunidades que busquen una alternativa fuera del capital vivirán condenadas a la
edad de piedra. Fuera del capitalismo hay mundos atrasados, mundos pobres, sumidos en
relaciones y creencias primitivas. En esos lugares no hay libertad sino salvajismo. Gracias a la
Era industrial creada por el capitalismo, la barbarie ha sido derrotada por el confort de la casa,
por la diversión transmitida desde el último tv-plasma. Es la subjetividad fetichizada la que, al
final del día, se impone a nuestras acciones cotidianas, incluso las más radicalizadas se
vuelven moda.
“La economía es un proceso social, histórico, por tanto temporal, contradictorio y conflictivo;
condicionado por estructuras particulares e históricamente determinadas que son las que han
sido la condición de posibilidad para su expansión y consolidación. El discurso económico,
de su parte, utiliza su estructura analítica para justificar y legitimar su dimensión
prescriptiva y normativa. Entre el desarrollo del capitalismo como sistema histórico concreto
y atravesado de relaciones de poder y el discurso de la economía, consta la estructura
racional del mundo como mediación entre ambos procesos. Si esto es así, entonces y en el
caso del discurso de la economía, la racionalidad que lo define no busca conocer y
comprender las dinámicas internas del capitalismo como sistema histórico determinado, sino
más bien disciplinar esos procesos históricos en el interior de coordenadas establecidas y
definidas en última instancia por relaciones de fuerza y dominación.
El discurso de la economía, como estructura racional, objetiva y lógica, que pretende
descubrir, describir y comprender el funcionamiento de la economía en el interior del sistema
capitalista, procede a partir de varias rupturas metodológicas que limitan su capacidad
teórica y, por tanto, sus propuestas normativas. Una de esas rupturas es la separación
ontológica entre el sujeto que conoce y el objeto que es conocido. Esta separación radical
produce una aporía en el sujeto que conoce, porque para conocerse a sí mismo de forma
objetiva, racional, lógica y coherente, es decir, científica, tiene que transformarse en objeto y
al transformarse en objeto se cosifica a sí mismo. Eso significa que el discurso económico,
como sujeto que conoce la estructura de la economía, para conocer esa estructura tiene que
convertir en objeto a la sociedad y a la historia desde las que nace la economía.
Esta cosificación de la sociedad como objeto de estudio es fundamental para convertirla no
solo en objeto de conocimiento sino también en objeto de intervención. A nivel metodológico
esto se ha realizado por los siguientes procesos:
(1)En el siglo XIX y en concordancia con la emancipación política de la burguesía, la
conformación del Estado-nación y la formación del mercado mundial desde
el imperialismo, la reflexión económica más importante la realiza David
Ricardo. Su enfoque metodológico considera a la economía como una ciencia
neutral en relación con su objeto de estudio y en donde debe limitarse a
comprender y describir las leyes que la rigen. La racionalidad es una
condición de posibilidad para comprender la realidad económica y, además,
ella es exterior a las condiciones específicas de las clases sociales en su
lucha por la distribución de la riqueza. El enfoque científico naturaliza la
estructura social y, al hacerlo, por decirlo de alguna manera, la petrifica en
sus condiciones sociales históricas y la transforma en cosa, en objeto. Así, la
economía en realidad está sometida a leyes naturales que son inexorables y
que escapan a la buena o mala voluntad de quienes las sufren, y estas leyes
deben ser comprendidas y expuestas de manera coherente dentro de un
marco lógico y racional. Es por eso que el discurso económico está lleno de
“leyes” científicas: la ley del valor, la ley de hierro de los salarios, la ley de
los rendimientos decrecientes al margen, etc.
(2)Con la denominada “revolución marginalista” que se produce a fines del siglo XIX,
la racionalidad de la ciencia es compartida por los agentes que actúan en la
economía. La racionalidad rodea y estructura la economía como discurso y
la praxis de los agentes económicos. Se trata de una racionalidad
disciplinaria que sujeta a las personas transformándolas en individuos en
una trama fija y determinada de comportamiento. La racionalidad es
utilizada, en esta dinámica, como una verdadera colonización de la
subjetividad de las personas.
En el caso de la economía la racionalidad se presenta entonces como un proceso
disciplinario que tiene como objetivo encerrar a los seres humanos y a la sociedad dentro de
aquello que Max Weber denominaba la “caja de acero” de la razón moderna (Weber, 1904).
Este encerramiento tenía por objetivo neutralizar las relaciones de dominación que emergen
desde la economía. Así, la razón moderna aseguraba la construcción de un orden histórico y
social como un orden perpetuo, y para aquello era necesario dominar y disciplinar a la
sociedad. Para la racionalidad económica que se expresa en la ciencia económica, ella no
era un hecho social e histórico, en realidad, se presentaba como un hecho natural y positivo.
La economía como discurso de poder podía así establecer el orden del oikos como natural,
positivo y perpetuo”. (Pag. 52, 53 y 54)

Adam Smith y David Ricardo


A diferencia de los marginalistas, dice Dávalos, Adam Smtih “no se preocupa que los
intereses de las personas sean racionales o no. Para Smith, lo importante eran las
consecuencias sociales que podían desprenderse de la actuación individual de las personas”
(pag. 55). Es importante mencionar a Smith y el cambio significativo o el giro que hace
entorno al enfoque con que se mira la economía, sobretodo al proceso de creación de riqueza,
la cual sustenta la conducta humana en la actualidad. En esta linea es interesante lo que dice
por ejemplo Axel Kaiser, director de la Fundación para el Progreso, con respecto a los
intercambios entre los individuos, ¿cual es el fin de esos intercambios? ¿beneficiar al otro o a
uno mi mismo? Estas preguntas llevan a una sola respuesta: todo objeto creado es un bien de
consumo y todo intercambio de bien de consumo crea lucro, por tanto, el lucro es natural a
cualquier intercambio, siempre ha existido, desde los principios de los tiempos19. Son los
individuos, y no la institución Estado, los que regulan de manera armonioso, esos
intercambios, y es en Smith en donde se manifiestan las directrices de esta nueva economía.
“En efecto, en Adam Smith, por ejemplo, la actitud de las personas que actuaban dentro del
mundo de manera egoísta formaban parte de una estructura social de forma independiente
que pueda ser valorado su egoísmo; su conducta estaba sometida a las restricciones morales
derivadas de la sociedad. Es necesario recordar que antes de escribir “La Riqueza de las
Naciones”, que es el texto fundador de la economía moderna, Smith había escrito la Teoría
de los Sentimientos Morales. Podemos, por tanto, encontrar en Adam Smith la expresión de
un debate sobre la emergencia de una individualidad que determina al orden social y que
forma parte del orden burgués que está por constituirse.
Se trata de un cambio radical de perspectiva, porque en el orden social existente a la época
en la que escribe Smith, la noción de individualidad no existe como centro de la regulación
social. La poderosa idea de Smith es que las decisiones individuales sin ninguna
preocupación moral por su sociedad pueden, a la larga, regular la sociedad a partir del
hecho de la creación de riquezas. La condición de individualidad era la contraparte de la
idea de riqueza social que nacía desde la producción capitalista. Adam Smith va a abrir el
continente de la producción a la historia; su teoría del valor tiene un alcance ontológico
porque la riqueza social finalmente pertenece al trabajo. Se intercambia, por último, trabajo
humano por trabajo humano. La producción capitalista crea riquezas pero también un nuevo
orden. Se trata, en definitiva, de la producción de la historia por la intermediación de las
riquezas” (pag. 55)
Dávalos prosigue con su análisis al aporte que hace Smith a la economía capitalista, nos
muestra el ejemplo de la fabrica de alfiler. Cuando Smith va a un pequeño taller y alfileres, y
ve como la división del trabajo, esta cadena de obreros, cada uno en una función especifica,
logran crear una enorme cantidad de mercancías que saldrán al mercado y beneficiaran a
cientos de consumidores, se evidencia la potencialidad del nuevo sistema. La coordinación
entre las labores hace que crezca de manera significativa las mercancías, al crecer el numero
de mercancías bajan los precios y por tanto están más accesibles a gran parte de la sociedad.
La gran mayoría de los analistas que defienden el libre mercando, muestran en sus estadística,
el crecimiento que ha vivido la humanidad entera desde el surgir de la revolución industrial y
como la pobreza cada año desaparece. Pero como advierte Dávalos
“En ese pequeño taller, Smith no se preocupaba por la racionalidad ni del patrón ni de los
obreros, él estaba atraído por la división del trabajo como núcleo fundamental de la
producción y, por tanto, de la riqueza social. Smith utiliza el marco del pequeño taller para
reducir al mínimo las restricciones de la tecnología y presentar de manera pura, por decirlo
así, la riqueza que nace desde el trabajo humano y desde la división del trabajo. En ese
pequeño taller que relata Adam Smith no hay tecnología, sino aquella mínima indispensable
que es necesaria para hacer alfileres.

19
Se invita al lector a ver la opinión de Axel Kaiser con respecto a la educación en el capitalismo:
https://www.youtube.com/watch?v=oqfYpegzLMM
Smith presenta la riqueza como el resultado de la división del trabajo, es decir, como
resultado de la producción. Ahora bien, la división del trabajo es, por definición, un proceso
social, no es un proceso individual. Así, la riqueza social nace desde un proceso social y, en
consecuencia, histórico. La producción de la riqueza social sirve para comprender y evaluar
al mundo en su pasado y en su presente. Para A. Smith, en una sociedad en la cual la
producción de la riqueza es realizada por la producción del trabajo, el miembro más pobre
de esa sociedad y que participa de esta riqueza es infinitamente más rico que cualquier
poderoso rey de una tribu en la que no exista la producción por la división del trabajo.
El trabajo es la expresión prometeica de la burguesía que siente que ha nacido para
conquistar el mundo, pero el trabajo siempre remite a la sociedad. No hay trabajo en
términos individuales. Siempre se trabaja para alguien y con alguien. La riqueza es abierta
por la producción gracias al trabajo. La potencia del trabajo se multiplica cuando entra en
contacto con la sociedad. La división del trabajo expresa justamente ese proceso en el cual la
producción de riqueza es un hecho evidentemente social e histórico y le pertenece a la
burguesía. Es la burguesía quien encuentra en el trabajo la explicación de la riqueza y en la
riqueza el deber-ser de toda sociedad. Es la burguesía la que convertirá al trabajo en un
ethos, y al ocio en un pathos. El pequeño taller de alfileres es la metáfora del sentido
prometeico que tiene la burguesía en su emancipación política” (pags. 57-58)

El “La Lechera” de Johannes Vermeer, aunque muchos años atrás de la época de Smith, ya se
vislumbra el carácter que va a tomar el trabajo individual como fundamento de la clase
burguesa. La lechera esta abstraída en su trabajo, su acción, depositar la leche de un recipiente
a otro es la que la configura como trabajadora. A diferencia de los reyes, la burguesía se
constituye en el trabajo. El trabajo trae beneficios, produce riqueza. La riqueza proporciona
felicidad. En definitiva es el interés propio el que moviliza el comercio y a la vez proporciona
las condiciones para estructurar la sociedad. Pero sin prudencia, el interés propio cae en la
locura o la desproporción. En consecuencia, somos egoístas por naturaleza. Dávalos dirá que
para Smith, el egoísmo20 es la posibilidad de establecer el orden social y a diferencia de los
marginalistas, Smith no se preocupa de la maximización de la utilidad (Friedman), sino que la
producción e intercambio hace la diferencia entre un país rico y uno pobre. Es ese espíritu de
producción e intercambio lo que mueve la mano invisible, metáfora que, nuevamente como
reitera Dávalos, está lejos del homo-economicus, pues para Smith, muchas veces el interés
propio no genera un beneficio social, por algo era muy enemigo de los monopolios.

20
Leonidas Montes, reconocido liberal, refiere a que Smith no habla de “egoísmo” sino d interés propio, lo cual
conduce a una moralidad social que no tendría el homo-economicus:
https://www.youtube.com/watch?v=TTY1AQEHwo0
Para Dávalos es importante como el proceso histórico del capitalismo va perdiendo su piel
histórica, va separando las hebras de los tejidos sociales, va aplanando la complejidad de lo
humano. El terreno comienza a erosionar con David Ricardo y la escasez.
“Si Adam Smith se había concentrado sobre el análisis de la producción y del trabajo, en
revancha, David Ricardo, el economista clásico más importante luego de Adam Smith, la
economía política debía responder a la distribución de las riquezas más bien que a su
producción. Desde el inicio de sus “Principios de economía política y tributación” publicado
por primera vez en el año de 1817, David Ricardo escribe en el prefacio de su libro:
“Cada una de esas clases tendrá, sin embargo, según su estado de
civilización, una parte muy diferente del producto total de la tierra bajo el nombre de
renta, beneficios del capital y de salarios, y esta parte dependerá, a cada época, de la
fertilidad de la tierra, del incremento del capital y de la población, del talento, de la
habilidad de los cultivadores, en fin, de los instrumentos empleados en la agricultura.
Determinar las leyes que regulan esta distribución es el principal problema en
economía política” (Ricardo, 1970, p. 9).
Ricardo va a situar a la economía política en el corazón de los conflictos y las disputas por el
acceso y control de la riqueza social. A partir de su propuesta teórica, la producción en
realidad se convierte en una cuestión puramente técnica. El aspecto clave de la economía es
la de establecer las leyes que determinan la distribución de la riqueza en una sociedad
dividida en clases sociales. A pesar que son leyes sociales su estructura epistémica las
convierte en leyes naturales” (pag. 59)
El mundo en Ricardo es un lugar sombrío, para el economista inglés, su principal
preocupación era la evolución a largo plazo del precio de la tierra y del nivel la renta del suelo.
Esto dado al aumento de la población, lo que genera escasez, por tanto lucha y en donde los
privilegiados serán los dueños del suelo, los terratenientes (Piketty). Dávalos nos muestra un
aspecto clave en esta idea de escasez en Ricardo
“En David Ricardo, la racionalidad de la economía no se encuentra en los agentes
económicos ni en las clases sociales, ella está en la teoría científica de la economía que debe
descubrir y describir las leyes de la distribución de la riqueza. Por tanto, es la ciencia en
tanto que ciencia quien debe descubrir, analizar y describir esas leyes, porque, además, se
trata de leyes naturales que no pueden ser alteradas por la voluntad humana. En Ricardo, la
economía se convierte en física social. Aquello que piensen, sientan o anhelen los seres
humanos es irrelevante.
Ricardo es positivista y racional porque su forma de comprender a la economía está inscrita
en el interior de la conformación y desarrollo de la ciencia moderna. Para la ciencia
moderna la racionalidad se encuentra en el sujeto que estudia al objeto. La ciencia moderna
enajena de toda racionalidad al objeto. La economía, para Ricardo, no es un mundo racional
y en equilibrio, en el cual los individuos pueden maximizar su utilidad, lejos de ello, para
Ricardo la economía está sometida a leyes naturales ante las cuales los individuos deben
someterse.
Si se intenta cualquier acción para cambiar esas leyes naturales que rigen a la sociedad esta
puede alterarse y puede provocarse un daño mayor. Observar y no actuar, esa es la posición
teórica de Ricardo, de ahí que haya sido un opositor radical a las Leyes de Pobres de la
Inglaterra victoriana.
Si en Adam Smith la producción era una cuestión social e histórica, en David Ricardo, la
sociedad es separada de la producción y de la distribución de las riquezas, por la ciencia. En
efecto, la economía como ciencia cumplirá un rol estratégico: separar de la definición de los
aspectos cruciales de la distribución de la riqueza a los actores claves: los trabajadores”
(pags. 60-61).
La escasez no es histórica es natural y la humanidad no puede hacer nada ante aquello. Lo
complejo es que pese a que el mundo este lleno de mercancías que cada año generan
toneladas de basura, siempre habrá escasez. Para los liberales, la escasez no solo ocurre a en
las sociedades humanas, en las organizaciones animales también actúan con este principio.
Todes luchamos por la comida. El mundo de Ricardo es un lugar hobbiano, son lobos
despedazando a lobos. La humanidad (europea), no puede controlar la distribución de la
riqueza porque ese orden pertenece a los procesos naturales. El ethos burgués se consolida al
instalar este principio en todas las economías existentes. Pero, ¿existe principio de escasez en
una economía Aymara, Mapuche o Nahualt?.

La revolución marginalista
“Se puede observar que en el siglo XIX el discurso económico se desliza desde un enfoque
social hacia una perspectiva positivista conforme la burguesía se construye como sujeto
histórico. Según esta perspectiva positivista, que tiene en el economista clásico David
Ricardo su mejor exponente, la economía debe ser una ciencia exacta porque está sometida a
regularidades que, además, pueden expresarse como leyes científicas. Esta transición se
produce a fines del siglo XIX, cuando se consolida la expansión de la burguesía a nivel
mundial y esta finalmente logra emanciparse políticamente.
Es el momento de la creación de los modernos Estados-nación, del mercado mundial, de los
patrones monetarios internacionales y el surgimiento del capital financiero, la expansión
imperialista y colonial, y el control político a los trabajadores, y la configuración
institucional de la ciencia moderna en las universidades estatales. Es este contexto histórico
y la necesidad de responder a la emergencia de los obreros como nuevos sujetos históricos
que reclaman su participación en la distribución de la riqueza social, lo que obliga a realizar
una “revolución coperniciana” en el discurso económico. La economía debe dar cuenta de
las nuevas necesidades históricas de la burguesía. Su armazón teórico entra en plena
contradicción con esas necesidades políticas de la burguesía.
En efecto, para fines del siglo XIX, el liberalismo económico había abierto puertas no
deseadas en el análisis de la riqueza y la producción, desde el marxismo y el anarquismo. El
marxismo había provocado un pliegue en la ley del valor trabajo y en toda la analítica que le
es correlativa, y demostraba al capitalismo como un sistema histórico sin ninguna ontología
política y atravesado de contradicciones históricas fundamentales, que implicaban su
destrucción y fin como sistema histórico. Por tanto, era esencial, para la burguesía, cerrar
toda condición de posibilidad a esos discursos críticos. Era imprescindible recuperar el
sentido de ontología política inherente al discurso de la economía burguesa. Gracias a esa
ontología política, la burguesía podía cerrar el horizonte de posibilidades sociales al nuevo
sujeto histórico: la clase obrera.
La revolución coperniciana que se produce en el discurso económico a fines del siglo XIX, es
la revolución marginalista. Si el marxismo produce un pliegue crítico en la ley del
valor-trabajo, la revolución marginalista cambia radicalmente el locus teórico de la ley del
valor. Desdeña el trabajo y lo convierte en empleo, en pura articulación estratégica de una
persona que vende su tiempo en función de la maximización de un ingreso esperado, en un
mercado de trabajo regulado por el salario real. La revolución marginalista demuestra que
la ley del valor es clave para recuperar la dimensión ontológica del discurso económico, por
eso, en su propuesta teórica, desaparece el concepto de trabajo y de trabajador. Desaparece,
por tanto, el concepto de clases sociales. Emerge, en su remplazo, el concepto de consumidor,
maximización, óptimo social y vaciamiento de mercado.
El mercado, que en Adam Smith era el regulador del interés social gracias a la convergencia
de los intereses particulares, para la revolución marginalista, se convierte en el demiurgo de
lo Real. El concepto de “equilibrio general” y su correlativo de “vaciamiento de mercado”,
que produce la revolución marginalista da cuenta de un estatuto de estabilidad y paz social
que no debe ser perturbado por los conflictos políticos.
El concepto de equilibrio general sanciona la separación ontológica que la burguesía
produce entre la política (el Estado) y la economía (el mercado), gracias a la revolución
marginalista. Esa separación es importante en su proceso de emancipación política, porque
gracias a ello la burguesía puede hacer política sin cambiar la estructura de la realidad, es
decir, sin alterar sus intereses, al tiempo que puede cerrar el espacio social a los
trabajadores. Es ahí, en la revolución marginalista, que se puede encontrar la cesura
ontológica entre mercado y Estado que caracterizará a posteriori al discurso del
neoliberalismo” (pags. 63-64)
Los marginalista tiene distintas vertientes, una de las que analiza Dávalos es la de León
Walras, quien propone la Teoría de Equilibrio General y en donde busca demostrar que la
economía no tiene ética ni moral, sino más bien buscas las leyes naturales que mueven a las y
los individuos a actuar para lograr su propio beneficio. Es decir, Walras despoja a las y los
individuos de sus complejidades corporales y emocionales y los instala, observando el
comportamiento de estos, en el egoísmo como principio rector del ser.

Valor Subjetivo. Utilidad Total y Marginal. Precios


Un hombre camina por el desierto con una bolsa de diamantes, esta moribundo, de pronto ve
a otro hombre con un vaso de agua. El hombre del saco de diamante está dispuesto a cambiar
todos sus diamantes por el vaso, el cual le salvará la vida. El intercambio se realiza. Un vaso
de agua se ha cambiado por una bolsa de diamantes. Lo asombroso de esta historia es que en
la ciudad, el agua es mucho más barata que un diamante. ¿A que se debe? ¿Por qué son tan
distinto el valor del agua y los diamantes en el desierto y en la ciudad? Podríamos decir que
por la ley oferta y demanda, en donde en la ciudades hay una mayor cantidad de agua que en
el desierto. El valor de las cosas lo dan las circunstancias en la que están sometidos los
consumidores, por tanto el valor es subjetivo.
Con este ejemplo, los marginalistas como Walras, Jevons, Mengen, von Wieser o von Mises
critican el postulado de Marx que el valor lo da el trabajo incorporado en el producto, lo cual
se traducía en las horas de trabajo incorporadas en él. Es decir, desde la perspectiva
marginalista, no importa si un productor estuvo 20 horas haciendo una mesa, el valor final no
lo da esas horas, o los costes de producción como pensaba Smith, sino el valor que le da el
individuo al objeto.
Por ejemplo, hay dos productoras de zapatillas. La mujer A hace tres pares en 10 horas y la
mujer B hace la misma cantidad en 3 horas. Resulta que hay 20 consumidores para los 6 pares,
pero todes les consumidores prefieren los pares de zapatillas elaboradas por B, lo que genera
que el valor de las zapatillas de B suban como la espuma, mientras los de A se devalúan.
¿Sirvieron esas 10 horas de trabajo para que las zapatillas se vendieran? Claramente no.
Podemos agregar que, suponiendo que A y B gastaron la misma cantidad de dinero en
materiales (costes de producción), el valor de A debiese ser mayor al de B dado que agrega
más horas de trabajo, pero resulta que el valor de B sube porque es más valorado por les
consumidores, contando que son 20 consumidores para 3 pares de zapatillas. Desde la mirada
marginalista, el valor de las mercancías no está dado ni por el trabajo (o la energía puesta en
el proceso de manufacturación) ni por los costes de producción. Es la subjetividad del
individuo la que da valor a las cosas.
Ahora, para los marginalistas, un consumidor siempre va a preferir tener 2 pares de zapatillas
a tener una, sea por las circunstancias que sean. Puede que viva en un clima inhóspito y
requiere de más de una unidad debido al desgaste de los materiales que componen el objeto;
incluso, en vez de dos necesita tres. También puede ocurrir que un consumidor requiera
comprar más pares de zapatillas para que su ropero luzca majestuoso. Cuando un bien
satisface al consumidor, éste tendera a querer volver a consumir del mismo producto. El
punto es que a medida que más zapatos consumo, cada zapato nuevo le reporta una menor
utilidad que el anterior. Por lo que la moda y el marketing siempre se encargan todos los años
de lanzar nuevos modelos, como es el caso de las camisetas de los equipos de fútbol, cada
temporada renuevan el diseño para que los fanáticos la compren... ¿Fetichismo?
Para entender este procedimiento, los marginalistas ocupan la utilidad total y la utilidad
marginal. Primero hay que mencionar que es la utilidad: Es la medida de satisfacción,
bienestar o beneficio que un sujeto da a un objeto al momento de consumirlo21. Lo importante
aquí es que, el sujeto que mide sus beneficios en el consumo es siempre un consumidor
racional22. Llevándolo a un ejemplo, desde la perspectiva de un consumidor racional, se busca
medir cuanta satisfacción le reportan, por ejemplo, 5 vasos de agua (cambiamos las zapatillas
por el agua porque la comida nos permite ejemplificar estos conceptos). Para esto, se utiliza,
de manera arbitraria, una escala de valor de 1 a 10 (las unidades de valor son arbitrarías,
puede ser de 50 a 1000). Supongamos que el primer vaso le reporta un 9 de satisfacción, el
siguiente 8 y los otros 7, 6 y 5 respectivamente. Es decir, a medida que consumía más vasos,
su satisfacción se reduce pues llega a un punto de saturación. Los últimos vasos que ingirió le
reportan poca utilidad, pues pese a que consume todos los vasos, decrece su satisfacción. A
eso se le denomina utilidad marginal. La utilidad total, es la suma de todas las unidades de
valor que me reporto los 5 vasos23. Esta medición nos permite entender la ley de oferta y
demanda, la cual nos establece que, cuando hay más oferta que demanda, los precios bajan y
cuando hay mayor demanda que oferta, los precios suben. Entonces, lo primero que hace un
consumidor racional, es saber que utilidad le reporta un bien o un servicio y como lo
maximiza al momento de consumirlo (es decir sacar la mayor utilidad). Para lograr esto se
guía por un limite dado, que es su salario. Este proceso esta íntimamente ligado a la escasez
de David Ricardo, en donde la libre competencia del mercado es la que va fijando los precios
de las mercancías. Así, por ejemplo, los valores de los pasajes de avión suben en temporadas
de verano, por la excesiva demanda, pese a que los salarios de la azafata, el piloto y el técnico
en mantención es el mismo que en temporadas invernales. La defensa por los proyectos y
decisiones individuales que hacen los liberales (sean conservadores o libertarios), nos lleva a
creer que el valor de los bienes y servicios es realmente subjetivo, pero la pregunta es ¿como
se construye ese consumidor? ¿como llega a darle valor a ciertas cosas? ¿por que las grandes
empresas invierten una enorme cantidad de dinero en publicidad para vender sus mercancías?
Ludwig Von Mises dirá sobre los precios: “El único método para lidiar con el problema de la
acción es entender que la acción busca provocar en última instancia una situación en la que
ya no hay acción, ya sea porque se ha eliminado toda incomodidad, o porque tratar de
disminuir aún más la incomodidad sentida está fuera de cuestión. Por tanto, la acción tiende
hacia un estado de reposo, de ausencia de acción. Así, la teoría de precios analiza el
intercambio interpersonal desde ese aspecto. La gente sigue intercambiando en el mercado
hasta que ya no es posible más intercambio, dado que ninguna parte espera una mejora
adicional de sus propias condiciones a partir de un nuevo acto de intercambio. Los
compradores potenciales consideran insatisfactorios los precios solicitados por los
vendedores potenciales, y viceversa”24. El precio final de un bien se produce por la
negociación de ambas partes, por lo mismo el Estado no debe definir los precios, pues coarta
la acción de negociación libre entre individuos, entre vendedores y compradores, entre
empresarios y trabajadoras/trabajadores. Pero la palabra final, para Von Mises, no describe la
realidad de los precios, pues cuando en una negociación por un bien ambas partes llegan a un
21
Para una definición completa: https://economipedia.com/definiciones/utilidad.html
22
Podríamos decir que este consumidor racional tiene una línea directa con el sujeto kantiano y su máxima
universal o el egoísta racional de Ayn Rand.
23
Para una definición completa ver: https://economipedia.com/definiciones/utilidad-total.html o
https://www.youtube.com/watch?v=nxpRQxpUV2M
24
Ludwig Von Mises, “El estado de reposo y la economía de rotación Uniforme”. Traducción: Dante Bayona
acuerdo, el precio nuevamente puede variar por factores que perturban el intercambio, por eso
llama al acuerdo momentáneo como estado simple de reposo. ¿Se puede afirmar entonces que
los precios son performativos? ¿que no necesitan de un poder central que los determine? ¿en
que sistema los precios pueden tener mayor libertad? Para Von Mises claramente es en el
capitalismo laissez faire en donde los precios son realmente libres, por eso expresa:“Por así
decirlo, la economía de mercado en su conjunto es como una gran bolsa de valores. En cada
instante se producen todas las transacciones que las partes están dispuestas a efectuar al
precio realizable”25. Para que ocurra este dinamismo de precios, el mercado tiene que ser
inquieto, aunque busque el reposo.

La búsqueda de la satisfacción esta ligada a la mediación del precio, son los precios los que
nos permiten elegir, los que nos indican tomar buenas decisiones, ser racionales y por
consiguiente libres, autónomos y emancipados del yugo de la colectividad. Son los precios los
que reafirman que la matriz de la sociedad es la individualidad. ¿Pero por que seguimos
necesitando a otras y otros individuos para hacer crecer nuestro propio camino? ¿Que nos
lleva a tejer enjambres sociales perdurables y complejos?

Neuronas Espejos y mimesis


¿Somos egoístas o empaticos por naturaleza? ¿Cuando realizamos acciones lo hacemos para
beneficiarnos a nosotres mismo o también para los otres? ¿Que es más importante, la
comunidad o el individuo? El debate entre comunidad e individuo, que la tragedia griega
coloco a los ojos de la polis, a sido durante los últimos siglo incorporado al debate entre las
izquierdas y derechas, las primeras apelando a la sociedad, y por tanto las relaciones sociales
de producción, como la matriz en la construcción de la historia, la cultura y las consciencias
individuales. La segunda, poniendo como principio rector de cualquier sociedad, al individuo
y sus propios proyecto que no deben ser controlados por instituciones que dicten sus deseos,
sino que deben velar por los derechos de propiedad de cada une de nosotres.
En el año 1996, en la Universidad de Parma, un grupo de científicos, guiados por el
neurobiólogo Giacomo Rizzolatti, estudiaban en macacos las neuronas que ayudaban al
control de la mano al momento de ocupar herramientas. Un día, se le entrego a un macaco un
martillo y unas nueces, mientras en su cabeza se le instalo un casco para rastrear y registrar
los movimientos neuronales. En una mesa que estaba a una distancia cercana al macaco, los
científicos tenían otro martillo y nueces, uno de los científicos tomo ambos y se puso a
romper las nueces para comer, en ese instante, el casco del macaco detecto movimientos en su
cerebro, eran las llamadas neuronas espejos, las cuales se activaban cuando el primate
observaba la acción del humano para alimentarse26.
Cuando observamos la acción de otre y esta nos remueve, este último proceso provoca que
nos identifiquemos con lo que le pasa al sujeto de la acción. Este sentir recibe el nombre de
empatía, que es “la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos”.
Gracias al descubrimiento de las neuronas espejos, se ha ido comprendiendo porque las y los
humanos hemos desarrollado el trabajo cooperativo y colaborativo para fortalecer nuestros
vínculos sociales, pues el apoyo mutuo nos permitió conservarnos como especie en los
medios más hostiles, y para que se hayan solidificados esos lazos, necesitábamos ser
empaticos. Las neuronas espejos también nos han permitido entender el por que nos sentimos
parte de una comunidad en particular y no con todos los grupos humanos. Aquí el rol que
cumple la estética en las culturas facilita la integración o transmisión de los conocimientos en
los grupos humanos. Cada habito o costumbre esta elaborada a partir de estéticas que logran
25
Idem.
26
Para una introducción a la función de las neuronas espejos y la empatía en las y los seres humanos, de forma
amena, ver el documental “Entre tú y yo, la empatía”: https://www.youtube.com/watch?v=yWzT5Ghgj_I
la identificación o asimilación por parte de las y los sujetos a las normas que rigen a las
comunidades. El cuerpo, en este proceso, cumple una función importante, pues al observar
acciones de otres (normas, costumbres o hábitos), vemos cuerpos comprometidos (o
sometidos) en el hacer, como en el docente y su empeño de enseñar a las y los estudiantes. La
acción se va enraizando en los fundamentos de la comunidad por medio de ritos o mitos27, se
transmite dada su eficacia y por consiguiente se institucionalizan. Como en el ejemplo del ojo
de Marx, tanto el cuerpo como la técnica van creando a lo humano. El cuerpo se va
desnaturalizando para entrar a la dimensión cultural.

Rito Hain de las y los Selknam. Es importante mencionar que los ritos son secuencias de acciones. Las acciones a las que es
sometido el neofito (el sujeto del rito de pasaje) le permiten su convertirse en un sujeto o sujeta productiva. Obtiene una
función dentro de la comunidad: cazador, cuidadora, chaman. Los ritos están envueltos de fuertes procedimientos estéticos,
como las pinturas corporales.

El rol de capucha en las comunidades zapatista genera una identificación y una coheción tanto territorial como comunitaria. La
capucha es un elemento estético que transmite rebeldía e insurgencia. La estética juega una importante labor en la
transmisión de valores dentro de las diversas sociedades del planeta.

27
Para un acercamiento a la función del rito y la performance en las culturas, ver Victor Turner y Richard
Schenner.
El papel que juega la imitación en las conductas culturas es fundamental para la mantención
de la identidad, sea grupal o individual, por eso Aristóteles decía que somos imitadores por
naturaleza. En su libro La Poética28, el filosofo griego hace una férrea defensa a las artes y su
potencialidad de cuestionar el orden político por medio de la representación escénica. La
tragedia griega es una secuencia de acciones, en este sentido, la tragedia no es la narrativa de
un sujeto psicológico, sino de acciones que van modificando al sujeto trágico. La tragedia es
mimesis de acciones esforzadas que provocan piedad o temor, pues, como hay cosa que no
podemos ver directamente, como ciertos animales repulsivos o los cadáveres, por eso es
necesario diferirlos en representaciones. A su vez, la tragedia no cuenta lo que sucede o lo
que sucedió, sino lo que podría suceder (Aristóteles), es por tanto, una perturbación que hace
tambalear lo establecido, porque toda norma es quebrantable dado que es finita. La tragedia,
entonces se ubica como espacio en donde la comunidad mira su posible futuro para
re-estructurar su presente. Platón critica esta potencia advirtiendo que la tragedia son
imitaciones de acciones desmedidas o irracionales, debido a su alejamiento de las esencias
eternas (de hecho en tres grados de distancia). Pero esta distancia es, para Aristóteles,
justamente el lugar del desajuste, de la perforación y si se quiere de la paralaje.
Richard Dawkins sobre la imitación dirá: “Un nuevo tipo de replicador ha surgido
recientemente en este mismo planeta. Lo tenemos frente a nuestro rostro. Se encuentra
todavía en su infancia, aún flotando en su caldo primario, pero ya está alcanzando un cambio
evolutivo a una velocidad y deja al antiguo gen jadeante y muy atrás. El nuevo caldo es el
caldo de la cultura humana. Necesitamos un nombre para el nuevo replicador, un suntantivo
que conlleve la idea de una unidad de transmisión cultural, o una unidad de imitación.
"Mimeme" se deriva de una apropiada raíz griega, pero deseo un monosílabo que suene algo
parecido a "gen". Espero que mis amigos clasicistas me perdonen si abrevio mimeme y lo
dejo en meme”
Las investigación en la imitación, hicieron que varios científicos comenzaran a estudiar la
importancia de la función de apego entre madres e hijes en las distintas especies. Se observa
en muchas animales, como arañas, cocodrilos, ranas, aves y mamíferos, que la primera
protección y educación para sobrevivir en el entorno es gracias al apego simbiótico entre una
madre y les cachorres. Michel Odent, obstetra francés, defiende este poderoso vinculo, por
medio de sus investigaciones sobre el parto respetuoso, dice que los primeros contactos del
recién nacido con su madre, liberan grandes cantidades de oxitocina y despiertan a las
neuronas espejos, la madre y su recién nacide llegan incluso al punto de realizar los mismos
movimientos de manera fuertemente instintiva, por eso, cuando la medicina interviene en el
parto de la mujer, deshumanizamos la génesis de la humanidad (Michel Odent).
La mimesis es entonces la posibilidad de construcción de lo comunitario, es el hilo que nos
aúna y constituye tanto como diferentes e iguales desde nuestras complejidades y turbulencias.
“Soy porque somos” dirá la filosofía Ubuntu o la del Ayni andino. Imitar, en este sentido es
trágico, pues consiste en sostener la delicada estructura de nuestras identidades, que son
finitas y más temprano que tarde, terminan siendo cadáveres. Imitar es entonces, hacer pulsar
la memoria, es revitalizar y reinventar la vida. Las neuronas espejos son entonces,
fundamentales para el ejercicio de ser-somos.
Ahora, este efecto de espejo en nuestro sentir, lo podemos observar cuando nos emocionamos
con ciertas escenas del cine o en el teatro. Una escena romántica, con cierta música y
adecuados textos remueven los sentimientos de las y los espectadores. Podemos colocarnos en
el lugar de las y los personajes. Tanto el cine como el teatro son dispositivos para generar un
efecto sobre el público, es la operación estética la que provoca o altera a las y los
observadores. ¿No sucede lo mismo con la publicidad de una mercancía en la televisión?

28
Es importante destacar que hasta acá, este análisis se sustenta desde una estructura ligada a Europa y los
diversos pensamientos que han surgidos en sus diferentes territorios e historias.
Valor de uso y valor de cambio. Fuerza de trabajo. Fetichismo de la mercancía.
El valor de uso de una pintura es que al ser observada podemos emocionarnos o reflexionar
entorno a la temática propuesta por el autor. El valor de uso de un kultrun es que al ser tocado
por la Machi en el Nguillatun, se abre una comunicación con la Wenu-mapu. El valor de uso
de un pan es satisfacer nuestra hambre o apetito. El valor de uso de una zapatilla es cubrir
nuestros pies o relucir bien para ciertas ocasiones. Claramente son más apreciadas o valoradas
unas zapatillas con un buen diseño estético que otras que no lo tengan, lo mismo ocurre con
una pintura o un kultrun. Cosa similar ocurre con el pan, uno valora más un pan sabroso que
otro que tenga un sabor insípido. ¿Quien o quienes elaboran un pan sabroso, un bello par de
zapatillas o una impresionante obra de arte? Los humanos por medio de su fuerza de trabajo o
flujo de energía vital (se pueden mencionar al Qi o al Newen como energías vitales de la
materialidad cuerpo). La fuerza de trabajo es la unión de las capacidades físicas, emocionales,
cognitivas e imaginativas de los seres humanos. La fuerza de trabajo es la que posibilita tanto
la elaboración de productos artístico, alimenticios o tecnológicos, a la vez que también
permite el consumo y valoración de estos.
El punto es, para enlazar la creación humana a la critica hacía el capitalismo: ¿Cuando estos
objetos, un pan, una pintura o unas zapatillas se vuelven mercancías? Cuando les agregamos
un valor de cambio, es decir, les impregnamos a estos objetos un precio en dinero. Pero esto
nos lleva a otra pregunta: ¿Por que una pintura vale más que un kilo de pan, si este último es
más necesario que el primero? ¿es la abundancia del segundo por sobre el primero? ¿los coste
de producción en el pan son más barato que en la pintura? ¿las personas aprecian más la
pintura que el pan?
Como hemos mencionado antes, desde las miradas clásica, marxista o marginalista, se puede
expresar que el valor de las mercancías es producto de las diferencias en los costes de
producción, el tiempo de trabajo socialmente dedicado a cada una o la demanda que existe
sobre la oferta, es decir, el valor que le dan los consumidores a las cosas. Esta pugna con
respecto a como se mide el valor de las cosas sigue tan vigente en los foros de discusión entre
economistas de izquierda y derechas. El punto es que el triunfo del capitalismo hasta el día de
hoy sigue siendo el disciplinamiento en el consumo y esto se logra por medio de hacernos
sentir que las mercancías tienen características que transcienden su materialidad.

Una publicidad de la cerveza Budweiser de los años 60’. La estética juega un rol fundamental para producir una
sensación de necesidad en las y los consumidores.

Tomando el ejemplo de por que una pintura vale mas que un kilo de pan en el mercado, las
instituciones museologicas han sobrevalorizado el valor de uso de una pintura, creando, a
través de la publicidad o la especulación en la venta de cuadros, una enorme demanda que
esta dispuesta a pagar exorbitantes sumas de dinero por un cuadro de Van Gogh (siendo que
murió pobre porque nadie compraba sus obras). ¿Por que Duchamp instalo un urinario como
obra de arte en el Louvre? ¿Que estaba criticando? ¿Como se logra subir tanto el valor de uso
de las cosas? Publicidad, lobby, especulación financiera, lucro, explotación de mano de obra y
recursos naturales, dinero, consumo y más consumo, por tanto más dinero. Todo objeto, para
pertenecer al universo capitalista debe ser transformado en mercancía, en valor de cambio,
tiene que ser evaluado en precios, por tanto en dinero. No hay que olvidar que los precios son
los indicadores para que las elecciones individuales tengan autonomía y racionalidad, por
tanto es necesario y fundamental dejarlos libres. No solo eso, la mercancía al entrar al
mercado debe pegar un salto a la incertidumbre, es decir, su destino tiene dos variables, el
perecer o el triunfar, pues quien determinara si es útil o no será el consumidor, porque, como
nos indican los marginalistas, el valor es subjetivo. Pero los precios invisibilizan las
relaciones de producción que elaboraron una mercancía.
Cuando las mercancías son lanzadas a la jungla del mercado, su función no es solo satisfacer
al consumidor a través de la maximización de la utilidad, sino además, y lo más importante,
crear ganancia para la empresa. Para que estas ganancias existan la sociedad tiene la
obligación de ser altamente consumista, dispuesta a endeudarse para adquirir una casa, un
auto o la polera de Messi. ¿Por que hay gente que llega a matar a otra por un par de zapatillas
o un celular? Porque hoy el celular ultimo modelo no es más que un fetiche. Gracias a la
publicidad o el marketing, el consumidor siente que el celular samsung galaxy es
indispensable para su vida, lo mismo pasa con las zapatillas Nike ultimo modelo. El
consumidor esta dispuesto a endeudarse o matar por la mercancía de ultima moda. Si el valor
de uso en los objetos creados por los seres humanos crea consumo, las trans-nacionales, las
grandes corporaciones e incluso los pequeños empresarios (pymes) estimulan el
sobreconsumo por medio de la competencia comercial para crear mayores ganancias a sus
arcas a través del valor de cambio. Finalmente todo se vuelve mercancía porque todo lo
creado por lo humano o la naturaleza debe ser valorado en dinero29.
La plenitud ya no esta en escoger un trabajo para fortalecer física, espiritual y socialmente a
las y los individuos de una sociedad, ya no esta para crear tecnologías para el bienestar común,
sino que se trabaja por dinero, para comprar cosas que son más valiosas que los humanos.
Entonces, el parir cuesta dinero, educar a un hijo cuesta dinero, hacer un obsequio a una
persona cuesta dinero, sanarse de una enfermedad cuesta dinero, tener sexo con preservativos
cuesta dinero, tomarse una cerveza cuesta dinero, salir de vacaciones cuesta dinero, para
comer se necesita dinero, las nuevas tecnologías que ayudan a la vida de los seres humanos
cuestan dinero. Todo cuesta porque las cosas son bienes de consumo y están regidas por la ley
de oferta y demanda que a su vez está determinada por la escasez. Y si competimos por las
cosas es porque cada individuo valora de manera distinta una pintura, un pan, un auto, unas
zapatillas o un celular y está dispuesto a gastar su dinero (salario) para adquirirlas. Por eso
Michel Odent dice que el parto a perdido su carácter natural cuando las clínicas están más
preocupadas de atender 20 partos por días a través de cesáreas, ya que es un método que
permite más rapidez de atención que el parto natural, el cual puede durar mínimo unas 20
horas. ¿Que excluye la cesárea? la conciencia del movimiento del útero por parte de la mujer
durante el proceso de parir, incluso la mujer puede llegar a tener orgasmos cuando expulsa a

29
Es interesante el termino “el salto mortal de la mercancía” que describe Marx al respecto. Para esto pone el
ejemplo de un trabajador que realiza 20 varas de telas en 8 horas y las cambia por 2 libras esterlinas para luego
comprar una biblia. En esas 20 varas están incorporadas 8 horas de trabajo social medio, ese valor-hora salta a
las 2 libras esterlinas y luego a la biblia. El punto es que para poder comprar esa biblia, el trabajador debe crear
tanto un valor de uso como valor de cambio en esas 20 varas para adquirir el dinero necesario para su deseada
biblia. Es decir, al elaborar las 20 varas ya esta haciendo precios, por tanto dinero. Pero al ser puesta a la venta,
debe cubrir las necesidades de la división social del trabajo, si las 20 varas no satisfacen a los posibles
compradores, lo más probable es porque producir varas sea inútil, por tanto el oficio de tejedor tiende a
desaparecer ¿cuantos oficios han dejado de existir en el capitalismo?. Para mayor profundidad de este ejemplo
ver: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=16802
su bebe por la vagina gracias a la fuerza que imprime el útero en sus movimientos. ¿Por que
han aumentado los partos por medio de cesáreas en el mundo? Mientras más partos se
atiendan por este método más dinero gana una clínica. La cesárea ya no es un ultimo recurso
para ayudar partos complicados, sino que paso a ser un método que permite a los dueños y
médicos de la clínica aumentar su capital. Por otro lado, la cesárea reduce el dolor en el
cuerpo de la madre al momento de parir, muchas prefieren este método antes que
experimentar los temblores del nacimiento.
Mario Perniola describe al mundo de las mercancías como el “sexappeal de lo inorgánico”,
toda obra de arte, todo producto tecnológico, toda acción humana se banaliza al transformar
sus valores de uso en valores de cambios (precios-dinero). El consumidor no puede jamás ver
las largas horas de trabajo y los bajos salarios pagados a trabajadores asiáticos que están
contenidas en sus zapatillas Nike compradas por medio de un crédito. Walter Benjamin dirá
que los objetos han perdido su aura en el sistema de producción capitalista. Guy Debord
describe al sistema capitalista como una sociedad del espectáculo, en donde somos
consumidores enajenados gracias a lo que nos ofrecen los medios de comunicación. Marx dirá
“el obrero es más pobre cuanta más riqueza produce, cuanto más crece su producción en
potencia y en volumen. El trabajador se convierte en una mercancía tanto más barata
cuantas más mercancías produce. La desvalorización del mundo humano crece en razón
directa de la valorización del mundo de las cosas. El trabajo no sólo produce mercancías; se
produce también así mismo y al obrero como mercancía, y justamente en la proporción en
que produce mercancías en general”. En resumen, la teoría de valor de Marx sostiene que
somos los seres humanos los que producimos objetos y les damos un valor al momento de
querer consumirlos por medio de nuestras capacidades física, emocionales e intelectuales. En
el sistema capitalista, el trabajo humano se cosifica pues ya no elabora objetos para la vida
sino para producir capital, el cual se traduce en dinero. El dinero ha aumentado su valor pues
es la mercancía para adquirir otras mercancías. A medida que todas las cosas se valoran en
dinero, el trabajo humano, es decir la vida misma, pierde su carácter de productor y
consumidor de objetos para su desarrollo y bienestar, finalmente no somos mas que otra
mercancía que debe ser medida por el dinero, pero ¿que es el dinero?
La función del dinero en el capitalismo, primero como intermediario y posteriormente
valorado como riqueza gracias a su acumulación, especulación e interés, es lo que hoy genera
deuda y sobreconsumo por gran parte de las sociedades. ¿Pero como nace el dinero? A
manera muy resumida30. Durante la edad media en Europa, todos los productos se
intercambiaban en oro y plata, esto debido a las propiedades de ambos. El peligro de portar
bolsas de oro para comprar en los mercados hizo que se introdujera en los siglos XIII y XIV,
un certificado que aseguraba que el comprador tenían su oro depositado en los bancos de las
diferentes ciudades. A la vez, los bancos facilitaban prestamos por medio de estos certificados,
los cuales eran pagados por el interés. Cuando el dinero era analizado tanto por Smith, Marx o
los marginalista, tenía un patrón que era el oro. Después de la segunda guerra mundial y con
la dolarización tras el tratado de Bretton Wood31, el patrón oro empieza a tambalear hasta la
crisis del petroleo de los años 70’, cuando Richard Nixon y Milton Friedman decretan su fin.
Desde entonces, el respaldo del papel moneda a nivel mundial es el dolar. No hay un respaldo
con un material tangible y de mayor duración como el oro lo que hace rentable el dinero, sino
que es el papel en si mismo que es valorado por las personas ya que representa dinero. Todes
vemos al dolar como el gran respaldo más que la propia moneda nacional. El papel-dinero,

30
Para una historia más detallada del dinero dejo el capitulo “La peculiar personalidad del dinero” de John
Kenneth Galbraith:
http://www.eco.unlpam.edu.ar/objetos/_area.academica/Andreu/Galbraith/Galbraith%20capitulo012.pdf
31
Para saber de forma lúdica el tratado de Bretton Wood y sus consecuencia ver:
https://www.youtube.com/watch?v=0BniKKcgiDg
como toda mercancía obtiene dimensiones metafísicas. Milton Friedman decía “nosotros no
le debemos nada a nadie porque somos nosotros los que imprimimos el dinero”.
Entonces, los empresarios y sus familiares políticos necesitan generar consumo para hacer
crecer su capital (dinero), por eso controlan el aparato Estado, ya que este siempre protege a
los grandes capitales. Así hacen leyes que impidan la formación de un pueblo consciente de
sus derechos, por eso reprimen toda acción de lucha anti-sisteémica, pues mientras más
ignorante es el trabajador más fácil será bajar los salarios y estimularlo a endeudarse, pues es
la única alternativa que le queda para pagar lo que tanto desea. El sistema capitalista estimula
la sobreproducción, sobreconsumo y la sobrevalorización del dinero. Eso es el capitalismo
que vivimos hoy, por eso se le denomina como “capitalismo salvaje” o “la época de la
barbarie”. Tanto empresario como trabajador son cosificados por el flujo incesante del dinero
¿y que conlleva a tener más y más dinero? Poder, influencias, control de los mercados,
control del Estado, control de la población, ser dueños del mundo. Para que unos sean ricos,
otros deben ser pobres, por tanto explotados. Entonces ¿de que libertad presume el
capitalismo? Los defensores del capitalismo se vanaglorian que la humanidad ha salido de la
pobreza gracias al libre-mercado, pero la deuda e interés crea esclavos del dinero.
El triunfo de capitalismo ha sido sacar o apartar los procesos y conflictos sociales del
consumo. Lo complejo es que la mayoría de la población dejo de creer en las
transformaciones. El consumo determina a las nuevas empresas que dominaran el mercado, y
en la cúspide de esta pirámide, existe una guerra entre ellas para mantener la fidelidad de sus
consumidores. Estas guerras no son las que obstruyen al mercado, sino de quienes
arbitrariamente tratan de controlar la espontaneidad de la oferta y la demanda, y en
consecuencia los precios.
Desde este punto, retomamos nuestro análisis de como los marginalista, en su defensa
acérrima a la propiedad privada, entiendase propiedad individual, fuerzan a determinar que el
valor de las cosas es subjetivo, instalando la consciencia de los seres humanos, fuera de las
relaciones de producción de una comunidad o sociedad históricamente establecida, por tanto
esta subjetividad no es más que fetiche, lo mismo ocurre con la realidad.
Dávalos citando un texto de Walras, nos dice que la subjetividad de los marginalista no tiene
espesura porque su única función es maximizar la utilidad, no tiene conflictos ni ética, es
a-histórica: “La economía política no es moral. Ella acepta al hombre tal cual es, con sus
pasiones y sus caprichos. Ella reconoce en él las necesidades que son más o menos morales,
y los deseos que incluso pueden ser criminales. La economía política juega aquí un rol
análogo al que juegan la Química y la Botánica, cuando ellas constatan, entre los minerales
y los vegetales, la existencia de ciertas sustancias venenosas, de las cuales ellas toman
precaución de su uso o de aprobar su empleo ” (pag. 66). Todo este discurso se ve fortalecido,
por ejemplo, con la idea de la ley del más fuerte en la naturaleza y a su vez nos devuelve al
pensamiento cartesiano de la consciencia, en donde la mutilación de la corporalidad permite
entender que en el pensar se produce la existencia (pues los sentidos nos traicionan). La
realidad la construye la subjetividad. La naturaleza debe obedecer las leyes de la consciencia.
Así, como Hamlet, que para descubrir al asesino de su padre debe montar una teatralidad, la
experiencia, que constantemente esta en fuga, se transforma en simulacro debido a la
dirección de arte del sujeto racionalista32. Esto conlleva a que todo proceso corporal, aquí
podemos anclarlo al concepto de fuerza de trabajo, no nos permite evaluar los
comportamientos de los consumidores. El valor-trabajo deja de ser operativo en el mundo
capitalista porque este contenía una relación dialéctica entre quienes crean productos útiles y
quienes los consumen, poniendo como eje el trabajo como medidor y articulador en tanto

32
Lo que pone en juego Shakespeare es que esta dirección sobre la experiencia es trágica, es fatalidad, por tanto
perdida y no triunfo. La racionalidad declina ante lo inconmesurable, ante las pasiones y lo irracional. La tragedia
shakesperiana es una tensión ante el nuevo sujeto social que surgía desde la fauces de la Edad Media: el burgués.
Otelo, el moro de Venecia es otro ejemplo.
precio (Dávalos). Pero el tiempo ocurre en la corporalidad, en la acción (recordemos que es la
tragedia griega). Es tiempo porque es flujo de experiencia. Acontece y es finita. La
Modernidad trata de encasillar o encuadrar la experiencia para su análisis, para ser observada
por el sujeto racional, lo mismo que el consumidor racional trata de maximizar la utilidad de
un servicio o un bien. A esto se refiere Marx cuando habla de trabajo abstracto. El trabajo
abstracto es el tiempo de trabajo estandarizado para producir un objeto. Por ejemplo el tiempo
estándar que ocupan los panaderos para hacer 20 kilos de pan es de 4 horas. El punto es que la
sociedad capitalista también estandariza el tiempo en que se producen las profesiones. Un
doctor tiene una carrera de siete años, un actor cuatro años, una secretaria dos años. Esta
estandarización de las profesiones permite su comercialización, mantenimiento y
reproducción. Finalmente dirá Marx, el trabajo socialmente necesario es incorporado a la
mercancía como parte de los costes de producción. Las innovaciones en los celulares son
gracias a sujetas y sujetos que antes de entrar a una empresa estudiaron tecnología y ciencia
una buena cantidad de años, lo que avala sus conocimientos para ser contratados a partir de la
demanda laboral. La o el trabajador al momento de crear produce al mismo tiempo el objeto y
el precio. Pero si comparamos otros rubros, ¿por que gana más un futbolista que un profesora?
Parece ser que a mayor demanda, más tiempo le dedicamos a ese objeto, a mayor admiración
de un Messi o un Arturo Vidal, más tiempo de nuestras vidas le dedicamos a consumir de la
imagen del ídolo y las empresas a cargos de los derechos de imágenes de esos futbolistas nos
proveerán constantemente noticias de sus vidas para satisfacernos y así alimentar sus bolsillos.
El fútbol genera más dinero que la Educación porque lo valoramos socialmente, no por la
naturaleza. Pero olvidamos algo, que el ídolo es eidolon33, es decir, deja de ser corporalidad a
travesada por las relacione sociales, dejo de ser corporalidad-en-conflicto.
“Walras y los marginalistas producen una cesura entre la utilidad y el valor y, de esta
manera, rompen con toda la elaboración teórica de la economía política clásica que,
aparentemente, había resuelto esa cesura, y lo hacen porque necesitan crear otra cesura,
esta vez aquella entre el valor-trabajo y el precio. Por ello, el elemento novedoso que
introducen Walras y los marginalistas en esa nueva cesura es un recurso de la naturaleza: la
escasez. La cesura se cierra con la escasez como operador analítico. Entre el valor de uso
(utilidad) y el valor de cambio (precio) media ahora, según Walras, la escasez como realidad
natural por fuera de toda forma social.
En efecto, Walras, escribe: « il suffit qu’un objet quelconque puisse contribuer, de manière
ou d’autre, à satisfaire un de nos besoins, ou à nous procurer quelque jouissance, pour que
cet objet nous soit utile, et que les économistes le déclarent tel » (es suficiente que un objeto
cualquiera pueda contribuir, de una manera u otra, a satisfacer una de nuestras
necesidades, a procurarnos cualquier satisfacción, para que ese objeto nos sea útil, y que
los economistas lo declaren como tal)» (Walras, 1990, p. 69) ; sin embargo, la utilidad por sí
sola « ne suffit pas pour produire la valeur » (no es suficiente para producir valor)» (Walras,
1990, p. 73); más bien es la escasez la que se convierte en criterio fundamental, porque: « ce
qui caractérise donc … la plupart des choses dont nous nous servons et que nous appelons
des biens ou des richesses, c’est qu’elles sont limitées, dans leur quantité d’abord, et puis
encore dans leur durée » (eso que nos caracteriza entonces … la mayor parte de las cosas
de las cuales nos servimos y que nosotros llamamos bienes o riquezas, es que ellas son
limitadas, en su cantidad y en su duración) (Walras, 1990, p. 77). Entonces, para Walras :
« toute valeur vient de la rareté. Tout objet qui a de la valeur, la doit uniquement à sa
limitation. » (todo valor proviene de la escasez. Todo objeto que tiene valor, se lo debe
únicamente a su limitación) (Walras, 1990, p. 79).
33
“En tanto simulacro, el eidolon se dirige hacía una sola mirada; él la capta, la fascina y le hace olvidar el
modelo al que sustituye al punto de tomar su lugar a la manera de un doble” Con estas palabras Jean-Pierre
Vernant define al eidolon como falso semblante, es el reemplazante de lo real. Pero no mantiene un continuo
con lo real, sino que busca ser lo real y por tanto apartar a lo real de los ojos del observante. Eidolon deviene
ídolo, a diferencia del eikon que se anuda a la estructura que representa, el eikon es icono. “Mito y Política”,
capitulo “imagen, Imaginario, Imaginación”.
Así, para Walras y los marginalistas, la sutura entre utilidad y valor (precio) está en un
proceso natural, no social, aquel de la escasez. Es desde la escasez que se origina el valor;
así este pertenece a una lógica natural, no social. La escasez es exógena a toda historia
humana y a toda voluntad individual porque no pertenece a la historia sino a la naturaleza.
Con este procedimiento, Walras exogeniza la ley del valor hacia circunstancias que dejan de
ser sociales y sobre las cuales nada puede hacer la sociedad.
Empero, la cesura se profundiza cuando la estructura de lo Real puede convertirse en útil y,
por tanto, susceptible de entrar en la órbita del valor. Entre lo Real y el valor, media la
subjetividad de los individuos. Cuando los individuos desean lo Real empieza a nacer el valor,
y para que el valor se manifieste en tanto valor, aparece una ley natural por fuera de esa
relación para sancionarlo y establecerlo, esa ley de la naturaleza es, por supuesto, la
escasez” (pags. 67-68).
Entonces, la subjetividad fetichizada que tanto nos hemos referido, existe gracias a que
entendemos el mundo de las mercancías por la escasez. El capitalismo es una maquinaria de
absorción y banalización de la vida. Al fomentar los intercambios libres entre individuos
egoísta y desligarse de lo político, cualquier resistencia o insurgencia es reconvertida en
mercancía. Al momento de intercambiar nuestras practicas anti-sistémicas por dinero o
adquirir dinero a través de ellas, caemos en la libertad del mercado. Incluso, podríamos decir
que nuestras praxis de autogestión, al ser sostenidas por el dinero, caminan por una delgada
cuerda para arrogarse al vacío de la competencia del libre mercado o desprenderse de aquel
destino. Toda actividad de autogestión, al sostenerse en dinero, independiente de no buscar
una excesiva ganancia, bordea la empresa capitalista. Incluso anarco-capitalista, cuando elude
los impuestos exigidos por el aparato Estado. ¿Es la solución volver al trueque? ¿Como
diseñar nuevos sistemas de intercambios?
Los precios, como dirá el marginalista Von Mises, son indicadores que nos permiten entrar al
campo de disputa, los precios indican y median entre el sujeto y el objeto, entre el deseo y lo
real (Dávalos). Así, la subjetividad, siguiendo su línea histórica iniciada desde Descartes,
culmina en un dispositivo plano que borra toda huella o marca corporal, dado que el cuerpo es
la materialidad que aún se resiste a ser mercancía. El libre mercado insistirá en anular las
fallas o los errores corporales sometiendo al cuerpo a la disciplina del consumo, formando así,
cuerpos-obesos, cuerpos-anorexicos, cuerpos-musculosos, pero nunca cuerpos que fallan,
cueros dispuestos a la fatalidad de la libertad, cuerpos que senti-piensan tanto colectiva como
individualmente (Le Breton). El homo-economicus o el egoísta-racional, son la culmine de
este sistema y es a través de la educación que nos ha insertado las conductas necesarias para
entramparnos hasta la fragmentación como sujetas y sujetos ahistóricos y consumistas. La
idea de escasez permite la entrada de la competencia entre individuos y esa lucha hasta la
muerte permite deducir que la desigualdad social siempre ha sido natural, no histórica, se
clausura así la lucha de clases, se impone el sueño burgués: las y los innovadores, las y los
emprendedores, las y los esforzados. El esfuerzo en el trabajo logra salir de la pobreza. “Para
Walras y los marginalistas, escasez no quiere decir carencia de algo, sino condición de
posibilidad de la realidad en el interior de una nueva forma de relacionar la subjetividad con
esta misma realidad” (pag. 70)
Reiteramos, la revolución marginalista, para Dávalos, es instalar a la escasez como única
condición del mundo y como es una condición, que esta afuera de la sociedad, es inevitable
que el individuo tenga comportamientos estratégicos, y no solo en el mercado, no solo en la
transacción de mercancías, sino también en los espacios de intimidad, de dialogo, de crisis,
pues estos, no pueden existir en el mundo globalizado por el capital sin mediar los precios y
por tanto el dinero. Si lo real no tiene utilidad no existe. Si la acción no reporta beneficios
debe ser excluida o declarada como un beneficio irracional. Dávalos hace mención que este
homo-economicus aún era un retazo de lo que será con el auge de Estados Unidos pos
segunda guerra y con la entrada a escena del neo-liberalismo. Por eso, el egoísta en Smith,
aún mantiene un lazo con la sociedad, pues ve la riqueza desde el trabajo, la producción, el
interés.
Dávalos profundiza la relación entre escasez y consumidor, mostrando como las y los
individuos vamos cosificando la realidad. Es importante aquí destacar su análisis con el
fetichismo de la mercancía en Marx que expusimos más arriba. Lo real no es más que objeto,
objeto marcado por un precio que indica como maximizarlo según el salario que se dispone.
Nestor Kohan dirá34, siguiendo a Marx, dirá que en el mundo capitalista parece que las cosas
tienen vida propia al incorporarles un precio, se nos olvida entonces que al momento de
producir un bien físico también estamos creando algo abstracto, el precio. El precio es
metafísico, así como la subjetividad moderna. El valor-trabajo va ligado al valor de uso, pero
en el capitalismo hay una conversión del trabajo a producir mercancías para adquirir dinero,
por tanto produce valores de cambio. Marx nos devela que los dioses siguen presentes en la
tierra, son las mercancías y los individuos-consumidores la fetichizan. Toda la reducción del
pueblo Mapuche a mero floklore turístico responde a la lógica de fetichización, es decir:
precios y finalmente dinero.
Vemos, como se expresa arriba, que la escasez también genera dispositivos de consumo. Sin
sobre-consumo no existe circulación de dinero. Pero como las y los trabajadores no les
alcanza para comprar otras mercancías con sus salarios, como el televisor o el auto, aparece el
préstamo como estrategia disciplinaria para el consumo, por tanto la deuda es un mecanismo
de control social35. Aquí Dávalos menciona un juego perverso cuando se promueve el ahorro
y la inversión para apaliar o salir de las deudas. “El hambre es la denominación que Townsed
y la ilustración liberal y victoriana del siglo XIX darán a la escasez. La administración
estratégica de la escasez es uno de los procedimientos fundamentales en la emancipación
política de la burguesía. Gracias a la escasez la burguesía puede mantener a raya cualquier
disputa sobre la distribución del ingreso. Si a la escasez se añade el mecanismo temporal de
ahorro e inversión, diseñado por David Ricardo, la burguesía tiene siempre el argumento
necesario para posponer cualquier reivindicación de los obreros. Si la inversión es un acto
ex post al ahorro y este a su vez nace de una necesidad de confrontar la escasez en el
presente, absteniéndose del consumo, entonces los obreros no podrán reclamar nunca
mejores condiciones de vida porque, al hacerlo, estarían alterando el delicado mecanismo
entre ahorro e inversión. Entre el concepto de escasez y el mecanismo ahorro-inversión, la
burguesía puede desplegar su dominio.
Por ello, el concepto de escasez no es un concepto natural, es un concepto social y político,
porque la burguesía, además, lo utilizará de forma política. Toda pertenencia al sistema pasa
necesariamente por el consumo y este, a su vez, por la escasez. Para integrar a la sociedad
hay que consumir. Para consumir hay que invertir, para invertir hay que ahorrar. Detrás de
todo el mecanismo consta la escasez como espada de Damocles para que todos y cada uno
acepten de grado o por fuerza su integración al sistema. Por ello se entiende que para los
marginalistas la escasez no tenga relación con la cantidad o disposición de una cosa, sino
como condición de existencia de lo Real en tanto que cosa” (pag. 75).
Por consiguiente, es importante para el mercado saber como se va comportar el cliente al
momento de adquirir una mercancía. Es indispensable, para las empresas, monitorear que y
cuanto consume al mes y su manera de contraer gastos y deudas. Aquí, la utilidad marginal o

34
Ver entrevista a Nestor Kohan: https://www.youtube.com/watch?v=f9jPejS90Tk&t=637s
35
Algo que comúnmente atacan los anarco-capitalistas a los Bancos Centrales es su sistema de Reserva
Fraccionaria. Para describir este sistema haremos el siguiente ejemplo. Si A deposita 100 en el Banco X, lo que
hará el banco es registrar esa entrada de dinero en la cuenta de A, a su vez, de esos 100 tomara 20 por concepto
de servicios de cuidado y los 80 se los prestara al cliente B con una tasa de interés de un 2%. Lo que hizo el Banco
X entonces es crear 200 a partir de 100. Para seguir creando dinero, debe generar consumo en prestamos y como
el dinero proviene de los Bancos Centrales, a mayor numero de clientes solicitando un crédito, el Banco X esta
“obligado” a pedir más dinero al Banco Central. Si quiebra el Banco X debido a que no se pudieron pagar los
prestamos, el Banco Central hace un rescate a través del dinero de los impuestos de las y los ciudadanos.
las preferencias relevadas36 permiten conocer dichos comportamientos. ¿Pero de donde
vienen estas herramientas de observación y análisis?. Dávalos coloca en su critica al principio
de utilidad de Bentham, en donde se expresa que la conducta humana esta regida por la
búsqueda del placer minimizando el dolor. “El utilitarismo de Bentham posibilita enmarcar
la acción estratégica ante la escasez a un nivel de comportamiento básico de todos los seres
humanos como seres biológicos que buscan preservar su vida de forma instintiva. La lógica
instrumental medios/fines se convierte así en comportamiento primario, básico, instintivo.
Ahora bien, desde esta perspectiva desarrollada por la revolución marginalista emergen dos
aspectos importantes que deben ser tomados en cuenta. De entrada, la consideración de la
racionalidad humana como una conducta o un comportamiento asociado a los instintos
básicos de sobrevivencia. Aunque esta definición pertenezca a la psicología, su alcance para
los objetivos de la revolución marginalista es importante porque puede ser ampliada para el
conjunto de seres humanos y permite asociar todo proceso de pensamiento humano como un
comportamiento predeterminado” (pag. 77)

Racionalidad y Libertad
Dávalos abre la pregunta ¿donde ocurre la libertad? El punto aquí es que las elecciones
individuales son absolutamente responsabilidad de los individuos. Si me va bien en un
negocio ¿por que el Estado me obliga con la fuerza de la ley a entregar mis ganancias para ser
redistribuidas a personas que no se esfuerza por crear su propio bienestar? ¿por que debo
limitar el fruto de mi trabajo por medio de la intervención estatal y su economía planificada?
¿por que debo aceptar que sea el Estado quien determine los precios de las mercancías y no
sea el sujeto el que valore por sí mismo lo que compra? El punto es que la libertad de
mercado, tiene una contradicción que la vimos con la utilidad marginal. Si el objetivo es
maximizar la utilidad hasta llegar a su limite de consumo ¿por que querer siempre más? Los
conceptos marginalistas lo que irán provocando a la larga será naturalizar el sobre-consumo.
Finalmente todes tenemos un grado hedonista mientras sigamos vivas y vivos en el
capitalismo.
“Los conceptos que se forman durante la revolución marginalista y que sirven de base para
crear el discurso económico moderno pretenden describir la conducta humana por fuera de
todo marco de referencia social e histórico, y asumirla como una condición universal y
necesaria para todos los seres humanos. Su concepto de comportamiento humano se
sostiene en una falsa premisa: la consideración de una subjetividad sin referentes sociales.
No obstante, esa noción tiene una fundamentación supuestamente ética respaldada en la
noción de libertad de elección (freedom to choice) del consumidor.
Esta noción de libertad de elección justifica desde una posición aparentemente ética la
propuesta hobbesiana de un mundo de todos contra todos, porque asume como dato la cesura
de la escasez sobre la estructura de lo Real. La libertad de elección sería un acto individual
ante la utilidad de lo Real, que expresaría la libertad humana en tanto que libertad. Gracias
a ese acto que se expresa en el mercado y en la soledad del individuo ante lo Real convertido
en cosa, la libertad puede desplegarse de forma individual. De esta manera, la libertad, que
era un concepto de ontología política durante la revolución francesa y le posibilitó a la
burguesía convertirse en sujeto histórico, ahora se convierte en una dimensión que nace
desde lo Real convertido en cosa, en donde el acto de adquirirla hipostasia la libertad como
acto político y la convierte en procedimiento puro.
Esta deriva del discurso económico traslada la noción de libertad desde la política a su
propio campo teórico de la economía y la despolitiza, en el sentido que fractura y separa de

36
La preferencia relevadas es una operación en la cual podemos conocer las conductas de consumo de un
individuo. Por ejemplo, si María prefiere A en vez de B, entonces lo más probable es que elija a C en vez de B y a
A en vez de C al ser su primera alternativa. Aquí son importante los estudios de marketing.
manera radical la noción de libertad como acto que solamente tiene relación y significado
entre seres humanos, y la instaura como un acto que relaciona a una persona con una cosa.
En efecto, se es libre en función social no en términos individuales. Se es libre con relación a
alguien, no a algo. La libertad individual solamente es posible en función de un entramado
histórico, social y político que le otorga sentido, contexto y dimensión. La libertad no es un
acto solipsista, es un acto fundamentalmente político, es decir social, y porque es un acto
esencialmente político es histórico. Considerar a la libertad como el acto que acerca una
racionalidad determinada a la utilidad de una cosa cualquiera es vaciar de toda referencia
social, política e histórica a una noción que permitió fundar la ontología política moderna”
(pags. 86-87).
Lo complejo es que la burguesía, en su ascenso, separa dos esferas para fundar su porvenir.
Por un lado la racionalidad económica, que esta fuera de las y los sujetos, que gracias a ella se
produce la regulación de las relaciones de producción, y por otro lado, la libertad humana, la
cual funda el ethos de la historia, por tanto el capitalismo deviene racional y ético (Dávalos).
“Si el mercado es ético y racional, es el espacio desde el cual pueden resolverse los
problemas del mundo de forma ética y racional. La política es expulsada de esta resolución
de los problemas humanos y se convierte en simple gestión y administración del sistema
político cuya capacidad de cambiar lo Real es nula. El centro de toda problemática humana
deja de pertenecer a la política. La revolución marginalista despolitiza a la política y le
permite crear a la burguesía un mundo político sin política. En ese mundo político sin
política, el Estado se instrumentaliza y pasa a convertirse en un problema para la sociedad.
Mientras menos Estado exista más libre es la sociedad y, por tanto, más ética y racional. Se
estructura así, uno de los ejes epistemológicos más importantes del programa político
expresado en la revolución marginalista: el Estado mínimo” (pag. 88)37.
Dávalos avanza en la relación racionalidad y libertad en el capitalismo. Se propone, desde una
visión de paralaje, mostrar la contradicción que existe entre ambas en el libre mercado. Esto
implica que si se demuestra tal contradicción, se derrumba el edificio del capitalismo, pues
queda en evidencia su ontología política. Para ello, nos lleva a la Teodicea de Leibniz.
El filosofo alemán se interroga sobre el bien y el mal. Si Dios es el bien ¿por que hay maldad?.
La respuesta es que, entre Dios (que es el bien) y la maldad (que la ejecutan las y los seres
humanos) está la libertad humana. Es decir, el mal es específicamente humano y Dios en su
bondad deja al humano libre para elegir. Acá se desprenden varias posiciones criticas a esta
idea, sobretodo desde la poesía y su elogia a la maldad como perforadora de las
representaciones de bien, la moral y las buenas costumbres.
La monstruosidad transgrede porque es cuerpo fallado38, pero esa falla llega a las mismas
actitudes del homo economicus al convertirse en un soberano aislado el cual satisface sus
placeres, incluso destruyendo a una otre, como lo hacen, por ejemplo, las y los sujetos
sadianos. La interrogante es ¿que tipo de sujetas y sujetos son destruidos en las novelas de
Sade? La respuesta: los amantes de la virtud, la razón y la pureza (las y los sujetos cartesianos
o kantianos). La virtud para Sade no esta la racionalidad sino en el exceso. En los excesos se
despliegan las libertades, los limites se desdibujan, son ambiguos, los cazadores son al mismo

37
Acá quiero hacer un alcance con la defensa que hace el liberal Axel Kaiser hacía las 11 familias más ricas de
Chile. Para él, la suma de las fortunas no alcanza para el mejoramiento anual de la educación, pero sus capitales,
cumplen la función de crear empleos ahí donde el político despilfarra los recursos públicos:
https://www.youtube.com/watch?v=UsI5hWViG8U
38
Mauricio Barría, filosofo y dramaturgo chileno, nos recuerda que Edipo debe a su nombre a la mal formación
de sus pies. Es Edipo el de los pies hinchados. Esta marca o miasma se debe a la transgresión que hizo su abuelo y
su padre a las leyes. Edipo a nacido maldito porque viene de una casta contaminada. Pero a su vez lo diferencia
de los demás. Su caminar es distinto. Cuando se ciega Edip ,hay un traspaso de los pies a los ojos. Es reflejo del
proceso humano en el conocimiento, primero debe aprender a caminar para levantarse y ver más allá.
tiempo presas, el crimen es una posibilidad para el beneficio, el verdadero placer ocurre en lo
irracional.
El punto en Leibniz, según Dávalos es, ¿hay libertad si hay constante competencia? ¿existe la
sana competencia? ¿no es irracional naturalizar la competencia como libertad? Para Hayek
somos naturalmente desiguales, es decir hay mejores y peores, tenemos una racionalidad
limitada y por tanto, nuestras normas éticas están en función del mercado. Estos son los
motores del progreso, por eso, para Hayek, el capitalismo a permitido que los humanos
estemos en constante evolución. Pero, ¿como elegir adecuadamente cuando estoy entramado
en relaciones desiguales? ¿como no atentar contra mi propia libertad cuando algo me ataca?
¿puedo actuar en contra de mi propio interés? Si la razón es estrategia y la libertad es elegir,
perfectamente puedo emplear métodos poco éticos que benefician mi libertad, pues lo
importante es maximizar la utilidad.
La libertad en el capitalismo nunca es perdida, como si lo es la libertad en el héroe trágico.
Cuando Edipo se da cuenta que no sabía sobre su pasado, se produce una fatalidad, la
individualidad que gana lo lleva a cegarse, pues alcanzo la máxima de los sabios, luego viene
el destierro. Cuando elegimos libremente siempre esta la posibilidad de errar, fallar o morir.
En la acción de libertad no hay certezas, es misterio. En cambio, para el homo economicus,
fallar es un acto irracional. Dávalos nos lleva a que miremos como las preferencias reveladas
son un limite metodológico para entender los comportamientos de los clientes. El capitalismo
restringe la acción humana pese a que dice ser el mayor estimulador de la libertad. Se puede
ser eficiente, pero no libre y se puede ser libre, pero no eficiente, los errores y contradicciones
son parte de la complejidad humana. En cambio, la libertad en el capitalismo es eficacia en el
consumo, nada más. Si no hay eficacia no hay libertad, porque no hay satisfacción. Por lo
mismo, cuando a un objeto se le instala un precio adquiere características metafísicas, el
precio nos determinara como debemos actuar ante el objeto, y así, tendremos un lugar seguro
en el mundo. Los casos típicos son la moda por los celulares, zapatillas y un largo etc.
Es por esto que es necesario ahondar en la maximización de la utilidad, comprender la
utilidad marginal y el valor subjetivo. La libertad, desde estos prismas, se banaliza. Toda
resistencia o insurgencia tiene el riesgo de banalizarse si perdemos la noción de fatalidad,
error, fisura o falla. Es por esto que recuperar el cuerpo se nos hace sumamente urgente, pues
ante la imposición de una racionalidad que busca la eficacia, las viseras, los intestinos o la
sangre rechinan su malestar, su incomodidad ante un mundo ilusorio. “Se puede advertir
finalmente que la convergencia entre libertad y racionalidad predeterminada se convierte en
una aporía, y las aporías significan imposibilidades lógicas de un discurso. En efecto, es
imposible reunir en una misma dinámica libertad y racionalidad como lo pretende el discurso
liberal de la economía y la revolución marginalista. El mercado, como regulador social y
como locus de la eficiencia expresada por la racionalidad y por la libertad de elección, por
tanto, no puede ser racional y ético al mismo tiempo. Si es racional no es ético. Para ser un
espacio de ética el mercado debe, en consecuencia, abandonar su pretendida racionalidad
predeterminada que lo establece como regulador social, y sin racionalidad, no existe ninguna
posibilidad que pueda sostenerse el criterio de maximización de la función utilidad ni otros
conceptos que le son correlativos como aquel del equilibrio general. Sin esos conceptos, toda
la armazón teórica de la economía liberal y de la economía que nace desde la revolución
marginalista, se derrumban y el mercado no puede asumir ninguna pretensión de regulación
social” (pag. 99).
Pero los liberales, sean conservadores o libertarios (de derecha), insisten que son la única
posibilidad de la verdadera libertad. Y lo demuestran con los datos, con la disminución de la
pobreza en los países desarrollados gracias a los mercados libres. Antes de la revolución
industrial, el mundo vivía en la pobreza. Con la llegada del capitalismo, hasta el más pobre es
más rico que el pobre del siglo XV. Es decir, por ejemplo, antes de la llegada de los
conquistadores a Abya Yala, todas sus comunidades jamás conocieron la prosperidad39.
“En efecto, el problema del liberalismo es que para poner en relación de una manera
coherente y lógica libertad y racionalidad, y rebasar las aporías de esta relación, deben
separarse del concepto de maximización de la utilidad y las preferencias reveladas del
consumidor creadas por la revolución marginalista. La aporía nace desde el momento en el
que se pretende establecer una relación de orden lógico, como la racionalidad, y una de
orden ético, como la libertad, con un dispositivo técnico, el discurso tecnocrático que nace
desde la revolución marginalista y que considera que el principio de utilidad es una conducta
predeterminada de los consumidores. Desde que la maximización de la utilidad del sistema
de objetos se convierte en un dispositivo teórico fundamental para el pensamiento económico
que nace desde la revolución marginalista, separarse de esta racionalidad técnica que
supuestamente explica la economía moderna, implica el derrumbe de toda la arquitectura
teórica construida sobre el concepto de equilibrio general y que define la economía que se
desarrollará a partir de la revolución marginalista. Sin la noción de equilibrio general, no
existe el discurso económico moderno. En consecuencia, la economía moderna no saldrá
jamás de sus aporías, y va a permanecer adherida a esas aporías porque de ellas depende su
sobrevivencia.
Pero el discurso económico está ahí. Su construcción se define día tras día como un discurso
articulado y complejo. Que a su interior existan aporías que harían imposible la vinculación
de dos dimensiones claves: aquella de la eficiencia de los consumidores y la libertad de
elección, no le inmuta ni le preocupa en absoluto. ¿Cómo es posible que un discurso
atravesado de aporías, es decir, imposibilidades lógicas, en su entramado más íntimo y
conceptual, pueda sobrevivir teóricamente sin crisis alguna? ¿Por qué los teóricos de la
economía consideran irrelevantes estas aporías? Se puede cuestionar y objetar a este
discurso pero su construcción hegemónica no descansa. Es el discurso dominante. Es la
verdad revelada de un mundo contradictorio que se expresa en la globalización capitalista”
(pag. 100).

Universalidad y religión
“La razón moderna, en tanto proyecto civilizatorio, nace en el occidente de Europa y en un
contexto histórico definido: la transición de la Edad Media a la modernidad capitalista; tiene,
por tanto, referencias geográficas, temporales e históricas que le son específicas. Sin
embargo, los rasgos de la razón moderna que nos interesan para comprender el proceso de
ontología política que asume el discurso de la economía liberal y, en específico, la economía
que se construye desde la revolución marginalista, son aquellos que definen a la razón
moderna como universal, necesaria y suficiente. La comprensión de este proceso puede
ayudarnos más tarde a entender el porqué W. Benjamin consideraba al capitalismo como una
religión” (pag. 102).
La trascendencia desde el auge del cristianismo hasta el aparecer del pensamiento moderno es
una ruptura con la experiencia como lugar del cuerpo, por tanto de la falla o la herida. Este
proceso de trascendencia occidental es lo que ira forjando la palabra libertad. Y esa libertad
en su radicalidad es el despliegue de la consciencia individual en el mundo. Por tanto, la
razón, desligada del cuerpo errático, se vuelve la única posibilidad de construcción de mundo.
Fuera de ella, esta la barbarie. Por consiguiente, la luz de la razón debe, necesariamente,
borrar la oscuridad, pues en las sombras solo hay incertidumbre. Es destacable la critica que

39
Para esto, ver el gráfico que expone Axel Kaiser en el minuto 10:44 en donde muestra como la humanidad
avanzo en lo económico desde finales del siglo XVIII hasta nuestros
días:https://www.youtube.com/watch?v=o9FlUkG2du4&t=644s
hace el japones Junichiro Tanizaki con respecto a la función de la luz en occidente y su
relación con la pulcritud, la virtud, el bien y la libertad. Para eso analiza la forma del baño en
occidente, todo blanco, para que las manchas o la suciedad sean fácilmente detectadas para su
erradicación, y por sobretodo evadir que el baño cumple una función corporal. En cambio, el
baño japones (del Japón de principios del siglo XX), al estar fuera de la casa, permite la
entrada de la vegetación, la exuberancia de la naturaleza, pues orinar o defecar es parte de la
armonía del mundo. Tanizaki se queja de que occidente a olvidado las sombras, el claroscuro.
La luz debe llegar a todas partes y salvar de la barbarie a los habitantes de la tierra. La luz es
universal y esta afuera de las relaciones sociales de producción. La luz trae progreso y eso es
inevitable. El desarrollo económico se asume como un proceso de racionalización del mundo
de la economía desde la razón económica cuyos fundamentos han sido establecidos,
precisamente, por la revolución marginalista. Lo mismo para el crecimiento económico. “El
desarrollo y el crecimiento aparecen universales porque responden a una racionalidad que
tiene esa pretensión. Fuera de esa racionalidad son construcciones discursivas que implican
relaciones de poder y dominación determinadas. El desarrollo y el crecimiento económico no
existen por fuera del marco teórico construido desde la revolución marginalista.
Sus fundamentos de base nacen desde esa racionalidad que emerge como proyecto
civilizatorio y ahora resulta casi imposible pensar en el hecho que el crecimiento económico,
en realidad, no existe, es apenas una construcción discursiva que tiene por fundamento a la
ontología política de la burguesía” (pag. 103)
Toda esta universalidad moderna ha terminado en colonialismo, autoritarismo, totalitarismo,
fascismo. Las soluciones posibles ante los sistemas opresivos son, para occidente, y por
añadidura el resto del mundo, el capitalismo o el socialismo. Para muchas y muchos de sus
defensores, jamás han existido de manera pura en la realidad, pero siguen siendo la solución
al salvajismo humano. El punto es que el gran derrotado en esta lucha por brindarle al mundo
el nuevo edén es el socialismo. El capitalismo, al ver y ser parte de la caída de su enemigo, se
legitima como única posibilidad de prosperidad. El capitalismo es una boca voraz que absorbe
hasta sus propios enemigos y también los fetichiza.
“Cuando un economista mira a la economía desde la universalidad considera que los
conceptos que nacen desde su propia analítica son válidos en cualquier circunstancia, en
todo momento y para cualquier sociedad. Son conceptos universales que convierten a la
diversidad de lo humano en una contingencia y a la alteridad de las diferencias radicales en
una particularidad que puede ser evacuada de todo análisis. Por ello, precisamente, no existe
una economía de la alteridad. Por ello, todos los manuales de historia del pensamiento
económico empiezan el relato de la economía desde los griegos clásicos. La mirada
universalizante convierte al capitalismo también en un sistema universal. Como sistema
universal está libre de toda contingencia y toda particularidad. Su esfera es aquella de la
necesidad, la universalidad y la trascendencia” (pag. 104).
Siguiendo el párrafo de Dávalos, el anarco-capitalista Murray-Rothbard dice en su texto
Historia del Pensamiento Económico “Las opiniones del gran filósofo Aristóteles son
especialmente importantes porque toda la estructura de su pensamiento tuvo una influencia
enorme e incluso dominante en el pensamiento económico y social de la Alta y Baja Edad
Media, que se consideraba a sí mismo aristotélico. Aunque Aristóteles sigue la tradición
griega de desdeñaba la búsqueda de dinero y era poco partidario del laissez-faire, expuso un
argumento mordaz a favor de la propiedad privada. Quizá influenciado por los argumentos
sobre la propiedad privada de Demócrito, Aristóteles realiza un ataque convincente al
comunismo de la clase dirigente propuesto por Platón. Denunciaba el objetivo de Platón de
la unidad perfecta del estado mediante el comunismo apuntando que esa unidad extrema va
contra la diversidad de la humanidad y contra las ventajas recíprocas que todos obtienen a
través del intercambio comercial”. ¿Es prudente mencionar al sistema platónico como
“comunista”? ¿Aristóteles planteaba la propiedad privada como la plantea la burguesía? ¿con
estas afirmaciones, podríamos decir que el sistema Ayni de las y los Aymaras es
anarco-capitalistas, pues no tiene un control central como el Estado? Dávalos nos menciona
que la modernidad, por tanto su co-relato capitalista, no puede ver al otre como otre sino que,
para integrarlo a su sistema, traduce su comportamiento bajo sus leyes universales, si no cuaja
en esas leyes, la o el otre es irracional. El proceso que viven las nuevas izquierdas es
desprenderse de esa racionalidad universal, buscando otras subjetividades, como por ejemplo,
la de los pueblos originarios o dentro de los feminismos, pero ya la derecha conservadora ve
este movimiento como la urgencia de la izquierda para renovar su relato40 por la necesidad
imperante de captar nuevas y nuevos militantes o votantes. “En ese universo de sombras en el
que permanecen varios pueblos del mundo y que está lejos de toda noción de desarrollo, hay
lógicas que nada tienen que ver con las preferencias reveladas del consumidor, con el
principio de la utilidad marginal del sistema de objetos, con el principio de transitividad de
la demanda; en esos sistemas sociales y económicos, hay complejidades en las cuales los
seres humanos que ahí habitan nada tienen que ver con el homo economicus” (pag. 106).
Dávalos nos va acercando cada vez más al terreno de las luchas ontológicas. ¿Que significa
esto? Son las disputas por como le damos sentido al mundo. Y es este un gran campo de
batalla que difícilmente no termine con un mundo mejor, sino más bien, en la perdida de gran
parte de los recursos naturales, por tanto, el colapso de la naturaleza.
Dávalos agrega las características que podemos identificar de estos procesos universalistas
que asfixian o ahogan las otredades.
 Las lógicas de la desaparición radical: el Otro en tanto Otro no debe existir,
debe ser eliminado en tanto Otro radical.
 La lógica del descubrimiento del Otro: es necesario revelar al Otro, sacarlo de
la oscuridad, iluminarlo (en el discurso de la economía sería: es necesario
“desarrollar” al Otro, modernizarlo)
 La lógica de la asimilación: el Otro debe ser reconducido
 La lógica de la indiferenciación: el Yo también es un Otro. El Otro es Lo
Mismo diferentemente.
 La lógica de la falla ontológica: el Otro aún no se constituye como Otro, está
en proceso, es necesario ayudarlo a construirse como Otro, es un menor, un
ser frágil, vulnerable.
 La lógica de la ausencia: el Otro nunca ha estado, nunca ha sido, nunca será.
Se define por su ausencia inasible.
 La lógica de la distancia imposible: el Otro nunca ha sido Otro en sí mismo.
 La lógica del desgarramiento ontológico: el Otro debe ser protegido de sí
mismo, porque no sabe ser-en-el-mundo.

El discurso moderno y capitalista es autosuficiente, no necesita de otres, sino que al contrario,


las y los otres necesitan al capitalismo para progresar. Hay que recordar la critica de los
liberales hacía cualquier movimiento de izquierda: “Los datos matan el relato”41.
“Los criterios de universalidad, necesidad y suficiencia de la racionalidad económica como
discurso que performa la realidad permiten situar a este discurso dentro de las coordenadas
de la ontología política, es decir, como discurso que fundamenta el ser político de una clase
social, en este caso la burguesía y convierte a su ontología en un ser-en-el-mundo y en
condición de posibilidad para toda racionalidad. Entonces, lo que está en juego en el
discurso económico moderno no es solo la interpretación de los fenómenos económicos del
capitalismo sino su creación.

40
Para esto ver los vídeos del conservador argentino Agustín Laje sobre “ideología de género” y “marxismo
cultural”: https://www.youtube.com/watch?v=09n8P4pL5b8 y https://www.youtube.com/watch?v=4VYcEQlt9IA
41
Para saber de donde proviene esta critica ver vídeo de la conferencia de Javier Milei:
https://www.youtube.com/watch?v=YQCb9sVx7Pg&t=625s
Es un discurso que conceptualiza la estructura de la realidad económica para luego
performarla, crearla y re-crearla desde sus propias prescripciones. Por ello, la construcción
epistémica de este discurso depende en última instancia de su estructura ontológica. Así, la
episteme de este discurso se pliega en el interior de la ontología política de la burguesía.
Para la burguesía el mundo como nuevo orden no solo debe ser nombrado y comprendido,
también tiene que ser creado” (pag. 111).
Es interesante como hoy el capitalismo vuelve hacía su ala más conservadora, y toda la nueva
oleada de los Trumps, Bolsonaros o Kast, proponen salir de las grandes instituciones que hoy
dirigen a los diferentes Estados-nación. Por ejemplo, la critica de los libertarios (de derecha)
hacía Macri y su negociación con el FMI, o el cuestionamiento hacía la ONU y su política de
multiculturalismo o de pro-LGTBI. Lo mismo ocurre, como mencionamos antes, con los
Bancos Centrales, que para los liberales de la Escuela Austriaca (Mengen, Von Mises o
Hayek), es consecuencia del marxismo y del keynesianismo42. Y por ello, la inflación es un
fenómeno producido por la Banca Central, ya que genera dinero de la nada y lo que es peor,
obliga a las personas a la deuda43. Pero a su vez, y como nos menciona Dávalos, las políticas
del FMI para solucionar la pobreza, impone, por ejemplo, duras medidas de privatización y
reducción de gasto público a cambio de prestamos a países en “vías de desarrollo”, pero que a
la larga (o a la brevedad) generan graves crisis44. Pese a toda esta recomposiciones del
capitalismo, sean ultra-liberales, nacionalistas, conservadoras o progresistas, quienes
finalmente ven las políticas económicas en sus reales consecuencias son la gran mayoría de la
población.
Dávalos añade, a esta problematica, la rama del monetarismo, cuyo principal expositor es
Milton Friedman. “para el cual la inflación es siempre y en todo momento un fenómeno
monetario. Para inscribir un fenómeno evidentemente complejo como es la moneda, o el
dinero, y en donde se intersectan varias dimensiones sociales que pueden ir desde lo
institucional hasta lo simbólico, es necesario cortar toda referencia de la moneda con
respecto a sus condiciones sociales e históricas específicas, e inscribirla en una trama de
relaciones económicas en la cual los conceptos que la explican y legitiman provienen,
precisamente, de esta matriz ontológica de universalidad, necesidad y suficiencia de la
economía moderna. Solo desde ahí puede realizarse la conexión entre moneda e inflación y,
aparentemente, superar la tautología que implica. Por ello, el monetarismo no dialoga con
sus críticos, porque no los necesita. La creencia que la inflación es siempre y en todo
momento un fenómeno monetario está anclada como un tópico incluso como creencia
popular” (pags. 112-113). Con respecto a la inflación, no hay que olvidar el proceso de la
Unidad Popular en Chile. Cuando los empresarios de diferentes sectores ocultaban los
productos para crear escasez y por tanto alza de precios y mercado negro.
Dávalos continua su critica hacia la revolución marginalista y sus consecuencias en la historia
reciente. Ahonda aún más en sus raíces. La razón moderna, al transformarse en universal e

42
Para esto leer este articulo de un sitio web de adherentes a la escuela austriaca:
https://www.mises.org.es/2015/03/la-banca-central-en-un-instrumento-de-dominacion-marxista/
43
Lo interesante es que hoy la Banca Central, en muchos países, es independiente del Estado y no responde a
políticas públicas, y esto desde el Consenso de Washington. En su artículo numero 2 el Banco Central de Chile
menciona: “El Banco, en el ejercicio de funciones y atribuciones, se regirá exclusivamente pr las normas de esta
ley orgánica y no le serán aplicables, para ningún efecto legal, las disposiciones generales o espaciales, que se
dicten para el sector público. Subsidiariamente y dentro de su competencia, se regirá por las normas del sector
privado”. Hay que recordar que para los liberales, el sector privado son los individuos, por tanto también sus
actividades o empresas. Fuente: “El modelo neoliberal y los 40 ladrones” De Luis Casado, revista POLITIKA, año
2014.
44
Bajo el mando de Michel Camdessus, el FMI provoco, con sus políticas económicas, las crisis de México (1994),
Tailandia (1997), Turquía (2001) y Argentina (2000 y 2001). Fuente: “El modelo neoliberal y los 40 ladrones” De
Luis Casado, revista POLITIKA, año 2014.
instalar a la consciencia individual como la creadora del mundo, se desliga del Dios católico o,
mejor dicho, le arrebata su lugar de soberano, pero, “si la forma más íntima del discurso
económico moderno nos deriva hacia el formato escolástico de la Edad Media europea, esto
nos indica que estaríamos ante la presencia de un fenómeno cuyas dimensiones son más
complejas y que amerita una explicación más amplia, porque el pensamiento moderno,
supuestamente, habría roto toda relación con la escolástica y con la teología y se reclamaba
como un pensamiento racional sin hipotecas teológicas y, además, posmetafísico” (pag. 114).
Esto nos lleva a que, pese a que la burguesía como clase fue revolucionaria, al darse cuenta
que su propuesta de libertad puede abrir nuevas revoluciones que cambien su propio sistema,
la burguesía, desde el ámbito político, cierra toda posibilidad de transformación social y
reubica la libertad ya no desde la esfera político-estatal, sino a la del mercado, siendo el
mercado lo trascendente, lo universal, la libertad del libre hacer y dejar hacer. Lo político,
como ocurre hasta nuestros días, es lo administrativo. Este proceso permite los surgimientos
de los Estado-nación, modelo que se expande como necesidad para administrar los nuevos
territorios. Deleuze y Guattari hace una potente critica a la modernidad con respecto al
surgimiento del Estado. Tomando la figura de Kant, el gran pensador de la modernidad, su
vida devino como docente de Estado45. Recordemos la figura de juez en Kant, el que dicta la
ley eterna por medio de su máxima universal. Pero para los liberales, sobretodo para la línea
marginalista, el Estado debe ser lo más pequeño posible, solo justicia y fuerzas armada. Salud,
educación y vivienda, por colocar algunos casos, son bienes de consumo, requieren de gastos,
pagar sueldos, materiales y un largo etc. ¿Quien cubre esos gastos cuando es el Estado el que
los controla? Las y los ciudadanos con sus impuestos. La critica liberal dice que, al estar la
salud, educación y vivienda dirigidas por el Estado, aumentan los cargos públicos y por
añadidura se crea una cúpula de poder que dirige a las y los ciudadanos, lo que provoca un
incremento del gasto público, que termina pagándolo la ciudadanía. Al estar en el ámbito
privado, estos sectores tienden a hacer más prolíferos, gracias a que no tienen un control
comandado por burócratas, y siendo la demanda la que evalúa, por medio del consumo, las
mejores y peores empresas, generando que estas últimas desaparezcan. Pero hay que recordar
que el libre mercado se desprendió de la política, sus intercambios, por tanto, no tienen ética y
que existan ricos y pobres es inevitable dado que la desigualdad es natural a las y los seres
humanos. “La economía no tiene los límites de la política moderna. La economía está abierta
al mundo y precisamente por eso puede crear al mercado mundial como espacio de
racionalidad y de poder del capitalismo. Los Estados-nación tienen fronteras, los mercados
no. La economía puede ser efectivamente universal, pragmáticamente necesaria y
políticamente suficiente. Es por ello que la libertad humana se transforma en libertad de
elección. Es por ello que será el mercado el locus de racionalidad y libertad desde el cual
construir la ontología política de la burguesía” (pag. 106).
Entonces todo llega a su fin. La historia se acaba pues la humanidad entera ha evolucionado
hacía un sistema en donde las mercancías abundan, los niveles de acceso a ellas ya no son
elevados o costosos, la productividad no esta teniendo limites gracias a la cada vez incesante
tecnología, países pequeños con los nórdicos alcanzan grandes niveles de vida gracias a sus
mercados abiertos. Todo es viento en popa y cuando el sistema cae, la responsabilidad es
política, de los burócratas que parasitan gracias a los impuestos y los votos de la ciudadanía46.
“La burguesía reclama un estatuto ya no solo ontológico, sino teológico. Una teología sin
dioses pero con creencias trascendentes. Una teología desacralizada pero no por eso libre de
toda trascendencia y liturgia” (pag. 114). Finalmente Dávalos dirá “ la modernidad nunca

45
Mil Mesetas, capitalismo y esquizofrenia. Capitulo: Maquina de guerra.
46
Es por esto que, un defensor de la Escuela Austriaca de Economía, como Axel Kaiser, observa que el
responsable de la crisis de las subprime del 2008 es del Estado y sus políticas de regulación:
https://www.youtube.com/watch?v=oqfYpegzLMM
expulsó a la teología. Su rol oculto para mover los hilos del pensamiento supuestamente
posmetafísico es evidente en el caso del pensamiento económico. La modernidad, de hecho,
escondió la teología y la utilizó a su servicio. El discurso que crea la realidad económica y
desde el cual la burguesía construye su ontología política, tiene un formato escolástico
porque desde ahí puede construir esa ontología política como proceso que no admite
discusión posible” (119).
Es curiosa la frase de Mirna Schidler para mencionar el libro del abogado y comentaristas del
diario El Mercurio, Carlos Peña, “Lo que el dinero sí puede comprar”, “un libro que la
centro-izquierda haría bien en leer, aunque cueste aceptarlo una inmensa mayoría de los
chilenos ama el consumo y esta más interesado en su propio devenir que en los sueños
colectivos”. Tiene mucho sentido esta frase en el Chile actual. Personas que son estratégicas a
la hora de relacionarse con otres, personas solitarias que buscan obtener una ganancia por
cada acción que hagan. Todo es costo y beneficio, sacrificio y utilidad. Von Mises nos dice
sobre la búsqueda de la ganancia en el consumo “Las ganancias, en un sentido amplio, son
los beneficios derivados de la acción; es el incremento en satisfacción — disminución del
malestar — que se logra; es la diferencia entre el valor superior asociado al resultado
obtenido y el valor inferior asociado a los sacrificios hechos para su logro; es, en otras
palabras, rendimiento menos costo. Obtener ganancias es invariablemente el objetivo
buscado por toda acción. Si una acción no logra los fines buscados, el rendimiento no excede
al costo o es menor a él. En el último caso, el resultado es una pérdida, una disminución en
la satisfacción. Las ganancias y las pérdidas en este sentido son fenómenos psíquicos y, como
tales, no están abiertos a la medición ni a un modo de expresión que pueda transmitir a otras
personas información precisa sobre su intensidad. Un hombre puede decir a un compañero
que a le conviene más que b; pero no puede comunicar a otro hombre, excepto en términos
vagos y poco claros, en cuánto excede la satisfacción derivada de a, a la derivada de b”47.

Pero ¿que pasa con las acciones que no buscan ganancia? acciones sin un propósito fijo, sin
un objetivo claro ¿que sucede cuando son los errores los que permiten el crecimiento, tanto
colectivo somo personal? En el capitalismo, la perdida o la fatalidad es irracionalidad, caos,
perdida del sentido de la individualidad

El mercado libera a las y los individuos, da rienda suelta a sus deseos íntimos, porque el
mercado en Chile esta sobre-poblado de mercancías y cada cual elige lo que mejor le parezca.
Y si no hay una corbata verde (utilizando el ejemplo de Friedman) pues habrá en algún lugar
del mundo alguien que las fabrique y gracias al mercado global el consumidor podrá
adquirirla según su posibilidad de renta. Entre el consumidor y la mercancía solo debe mediar
el precio, que son las señales de información para el consumo. Pero por ejemplo, Chile es uno
de los países con mayor tasa de obesidad infantil, ha aumentado el suicidio, somos los más
endeudados, los que trabajamos más hora, pero hay consumo y eso nos valida como el mejor
país de la región.
Cuando la o el sujeto solitario se aúna a otres se convierte en masa, pero a su vez busca
diferenciarse, el marketing hace ese doble juego, es una sensación de diferencia creando
homogeneidad. Dávalos nos vuelve a reiterar que estas conductas están dentro de un marco
metafísico, racional y universal. ¿Por que oponerse a ellos cuando trabajando racionalmente,
respetando la propiedad ajena, un mundo mejor es posible sin destruir el capitalismo?
Dávalos nos dice que el proceso del sujeto moderno es desde el pienso, luego existo de
Descartes a, yo consumo, luego soy. El espacio de poder esta en la economía, no en la política,
cuando las y los consumidores se les quita o se les prohíbe adquirir sus productos favoritos,
ahí recién empieza la catástrofe, al contrario, una marcha por la educación es perdida de
tiempo, pues no genera una maximización en la inmediatez. “El consumidor que consume, al
consumir también crea al mundo y su acto también tiene consecuencias ontológicas. Gracias

47
Von Mises, “Estado de Reposo y Economía de Rotación Uniforme”. Traducción Dante Bayona
al consumo se ratifica la cosificación de lo Real. Pero ese acto de consumo está atravesado
de condiciones políticas específicas que hacen referencia a la forma por la cual la burguesía
piensa y concibe al mundo. El consumo no solo es un acto de ontología, es también un acto
político. El consumo como ontología y como política, determinan a lo Real al interior de la
cosificación. El consumo es la ratificación del sujeto como sujeto social y su inscripción en la
sociedad sin perder su condición de aislamiento y soledad. Es la apuesta por superar el
miedo que genera la escasez. Es la adscripción a las formas que asume la realidad desde la
onto-teología política de la burguesía” (pag 128).
Reiteramos, la revolución marginalista pone el acento en la subjetividad como creadora de
riqueza, es esa subjetividad la que se debe dejar libre, pues es ella la que elige que compra y
que no. “La era de la economía moderna surgió con la publicación del trabajo seminal de
Carl Menger, Principios de Economía, en 1871.En ese pequeño libro, Menger estableció el
enfoque correcto para la investigación teórica en economía y elaboró algunas de sus
implicaciones inmediatas.En particular, Menger trató de identificar la leyes causales que
determinaban los precios que él observaba estaban siendo pagando todos los días en
mercados reales. Su objetivo declarado era formular una teoría de precios realista que
ofreciera una explicación integrada de la formación de los fenómenos de mercado válida
para todos los tiempos y lugares. Sus investigaciones lo llevaron al descubrimiento de que
todos los precios de mercado, los salarios, las rentas y tasas de interés podían en última
instan-cia ser rastreadas a las decisiones y acciones de los consumidores tratando de
satisfacer sus necesidades más importantes “economizando” recursos escasos o “bienes
económicos.” Así, para Menger,todos los precios, alquileres, salarios y tasas de interés
fueron el resultado de los juicios de valor de los consumidores individuales que eligieron
entre unidades concretas de los diferentes bienes de acuerdo con sus valores subjetivos o
“utilidades marginales” para usar el término acuñado por su alumno Friedrich Wieser. Con
esta idea nació la economía moderna”48. Pero esta subjetividad es plana, sin grietas, sin fallas,
sin errores. Es puro deseos banalizado49.

Complejidad, Mano Invisible, Keynes y Violencia


“Hemos visto que la racionalidad moderna está atravesada por aporías. Ella considera que
el sujeto del pensamiento es el individuo aislado y sumergido en el infinito de su propio
pensamiento. La racionalidad del mundo es, de esta manera, la racionalidad del individuo
cuya subjetividad está alejada de toda determinación social” (pag. 129). Para las y los
capitalistas, la sociedad es una red de individuos que se mueven guiados por sus propios
deseos, y en ese trayecto, se encuentran con otras y otros sujetos con los cuales pueden
compartir e intercambiar cosas o ideas, siempre mediadas por los precios y el dinero, los
cuales determinan en última instancia el proceso de producción de esa cosa o idea. Lo que ha
permitido el dinero, desde el discurso capitalista, es que las y los individuos se enriquezcan
por su propio esfuerzo sin cuartar el del otre. La libertad para expandirse necesita de la
creación, del intercambios y la satisfacción, necesita capitalismo. Desde plantas, animales y
las y los humanos, el universo entero se ha movido así desde el inicio del big-bang y el
capitalismo es el último eslabón de la evolución. Sin embargo, la universalidad del
capitalismo a devorado y borrado las particularidades de diferentes y complejas culturas. Una
de ella son las y los Bayakas, una comunidad de recolectores que si se mira a primera vista, se
podría etiquetarlos de pueblos retrasados tecnológicamente, pero la complejidad de sus cantos
polifónicos, de sus ritos y su sabiduría nos muestra una posibilidad de paralaje. Cada vez que
una comunidad recibe a otra, los encuentros se llenan de cantos y bailes que crecen debido a

48
Joseph Salerno, Introducción a la segunda edición de “Hombre, Economía y Estado. Poder & Merccado” de
Murray-Rothbard
49
Para ejemplificar esta subjetividad consumista ver el cortometraje de Steve Cutt:
https://www.youtube.com/watch?v=e9dZQelULDk
que se da libertad a la espontaneidad y a la improvisación de las y los miembros de las
comunidades, ello genera una polifonía que manifiesta su estructura social. ¿Se cumple en
esto la maxima capitalista de que la libertad de cada individuos busca beneficiarse a si mismo
a través de otres? El canto en las y los Bayakas es complejo porque va hilando a la comunidad.
Fortalece los lazos. Cohesiona. Comunidad y sujeto se aúna. Por tanto, la máxima individual
del homo-economicus queda fuera en los cantos polifónicos de las y los Bayakas. Algo similar
ocurre con las y los Xhosa y su ética Ubuntu, que se puede traducir como soy porque somos.
En los andes, el principio Ayni, que es la practica de la reciprocidad en los pueblos Aymaras,
también nos muestra la complejidades de la humanidad. El punto es que para una modernidad
tan avanzada en el campo tecnológico, todas estas culturas son más bien folkloricas y no
complejas, dado sus rudimentarios modos de producción. Pero lo que no puede resolver aún
la modernidad es ¿por que vivimos en sociedad pese a que es el individuo lo más importante?
“La paradoja es que, dentro del esquema de racionalidad económica, la sociedad como
historia no podría existir, por ello se asume que la sociedad con su orden y su complejidad,
en realidad, serían una producción inconsciente y espontánea de la acción humana. Es decir,
la hipótesis de la individualidad, para mantenerse, necesita reducir la complejidad de lo
social y presentar a la sociedad como consecuencia de esta individualidad. Por eso la
extraña manera de presentar a la sociedad, que tiene sobre todo el pensamiento liberal, como
una creación inconsciente de la acción humana individua” (pag. 131).
A lo dicho por Dávalos incluimos las etapas evolutivas del ser humano propuesta por el
liberal Hayek. Se nombran fuerzas misteriosas que empujan a los individuos a producir o
intercambiar de forma espontanea, son las fuerzas tendientes al progreso, la humanidad a
logrado alcanzar el capitalismo gracias a su progreso inconsciente. Y las justificaciones a
tales interpretaciones están sustentadas por investigaciones científicas como las de Richard
Dawkins y el Gen Egoísta, la Autopoiesis de Maturana y Varela o las investigaciones de Lynn
Margulis con la autoregulación de la tierra. Todas estas fuerzas, para la modernidad y el
libre-mercado, verifican su supremacía por sobre otres cosmovisiones. Dávalos menciona que
la mano invisible de Adam Smith se presenta como una fuerza exógena, como una creación
no querida, inconsciente, fuera de la sociedad, pero a su vez la empuja y la hace evolucionar.
“El ingreso anual de cualquier sociedad es siempre exactamente igual al valor de cambio del
producto anual total de su actividad, o más bien es precisamente lo mismo que ese valor de
cambio. En la medida en que todo individuo procura en lo posible invertir su capital en la
actividad nacional y orientar esa actividad para que su producción alcance el máximo valor,
todo individuo necesariamente trabaja para hacer que el ingreso anual de la sociedad sea el
máximo posible. Es verdad que por regla general él ni intenta promover el interés general ni
sabe en qué medida lo está promoviendo. Al preferir dedicarse a la actividad nacional más
que a la extranjera él solo persigue su propia seguridad; y al orientar esa actividad de
manera de producir un valor máximo él busca su propio beneficio, pero en este caso como en
otros una mano invisible lo conduce a promover un objetivo que no estaba en sus propósitos.
El que sea así no es necesariamente malo para la sociedad. Al perseguir su propio interés
frecuentemente fomentará el de la sociedad mucho más eficazmente que si de hecho intentase
fomentarlo” (Smith, 1991, pp. 42-43 - citado por Dávalos).
Así, bajo este misterio se pretende resolver y anticipar el futuro, las predicciones en la bolsa
de valores, el consumo de las y los individuos. Para eso están los modelos matemáticos, las
mediciones, los estudios de marketing, la escuela, la universidad. A diferencia de muchas
cosmovisiones, en el capitalismo los misterios deben ser resueltos, expuestos, capturados y
mercantilizados. Al ser capturados, se transforman en mercancías y desde su interior surge el
precio. Si el mercado no puede absorber una complejidad, menciona Dávalos, se le etiqueta
como externalidad, un ejemplo es el calentamiento global, como no puede internalizarse a
nivel de precios, el calentamiento global no existe. “Para internalizar las externalidades
sería necesario que previamente se realice un cambio fundamental a nivel epistémico:
abandonar la noción del individuo racional que maximiza su utilidad en función de
preferencias reveladas, y abandonar la noción que el equilibrio general del mercado expresa
un óptimo social y económico. Pero abandonar este marco teórico implica dejar sin sustento
el concepto de mercado como regulador social y atentar, de este modo, el proceso de
onto-teología política del orden burgués” (pag. 137).
Cuando aparecen posiciones que cuestionan el modelo capitalista, ya sea proponiendo nuevos
modelos, como el socialismo o evidenciando las fallas como el keynesianismo, los defensores
del capital tiende a ridiculizar estos modelos porque en la realidad han fallado. El ganar, el
triunfar demuestra la vigencia, es la ley del más fuerte. Si fallas en lo empírico toda tu
argumentación es un fiasco, por eso, para los marginalistas, el socialismo o el keynesianismo
son inviables. Un ejemplo de lo anterior es con respecto al desempleo. Los neoclasicos
afirman que el desempleo se debe a una sobre-oferta de fuerza de trabajo, lo que genera una
baja del salario real, por lo que las y los trabajadores debiesen aceptar el salario bajo en una
situación de crisis, ya que la auto-regulación del mercado les lleva a re-impulsar la economía
después de un periodo critico. Las y los trabajadores que no aceptan estas condiciones,
finalmente no comprenden las reglas del sistema y en definitiva son flojos. Keynes demostró
que el desempleo no es a consecuencia de personas flojas o de sindicatos que luchan por
mejores salarios (pero que arruinan a los trabajadores no sindicalizados según los
marginalistas), sino que efectivamente el desempleo es una falla estructural, el lo llama el
desempleo involuntario. Por lo que se hace necesaria la intervención del Estado para
re-impulsar la economía. Para Keynes, las y los sujetos preferimos tener una renta en dinero
en nuestra manos, es decir, demandamos dinero. El dinero a diferencia del bono, por ejemplo,
tiene liquidez, pues es una reserva de valor. Por consiguiente, se debe estimular la demanda
agregada, en otras palabras, se debe impulsar el consumo. Ahora, la economía keynesiana
también colapso después de sus maravillosos 30 años gloriosos, con la crisis del petroleo de
los 70’. Dávalos nos dice al respecto: “En el caso de Keynes, su marco teórico, en sus
dimensiones analíticas y normativas, si bien no alcanzan a definir un estatuto ontológico
para la burguesía industrializante, proponen uno de los conceptos más importantes para el
siglo XXI y que puede dar cuenta de las formas de acumulación por financiarización, ese
concepto es la moneda endógena. El problema del concepto de la moneda endógena es que
puede transformar los procesos de dominación política y construcción hegemónica que nacen
desde la onto-teología política de la burguesía y los patrones de acumulación por
financiarización que caracterizan a la globalización y al capitalismo tardío”50 (pag. 136).
Es importante, para perpetuar el capitalismo, defender el respeto irrestricto de la vida del
prójimo (frase de Javier Milei), si no se produce este principio, no hay liberalismo, sino que
corporativismo estatal, capitalismo crony, iliberalismo, mercantilismo. Entonces, para que la
humanidad viva el capitalismo puro y duro, como siempre nos dice Gloría Álvarez, debe
crearse un Estado de Derecho que sea el guardián de los individuos y sus proyectos, no de la
sociedad51, por esto, el Estado de Bienestar es un peligro para el individuo. Una de las
condiciones que debe tener este aparato Estado es que sea racional en el sentido moderno52. El

50
Esto es lo que Hayek criticaba de Keynes, finalmente son los gobiernos los que controlan la moneda, lo que
produce una élite política que domina, con sus palancas, a los consumidores. La deuda como motor, esclaviza a la
humanidad. Hoy esta posición se hace más patente con los anarco-capitalista y su intención del retorno del
patrón oro, el que permitiría saber cual es el dinero real en circulación. Es lo que dice el economista Juan Rallo
con respecto a Friedman y su idea monetaria. El oro fija y la reserva fraccionaria especula sin reservas de valor:
https://www.libertaddigital.com/opinion/ideas/por-que-llamaron-tantas-veces-socialista-a-milton-friedman-127
6234015.html
51
Dávalos nos recuerda la frase de Margaret Tatcher “no existe la sociedad, solo hay individuos”.
52
Es interesante la descripción que hacen Deleuze y Guattari con respecto al Estado moderno al compararlo con
el ajedrez y a su vez, el ajedrez con el Go chino. “El ajedrez es un juego de Estado, o de corte, el emperador de
China lo practicaba. Las piezas de ajedrez están codificadas, tienen una naturaleza interna o propiedades
intrínsecas, de las que derivan sus movimientos, sus posiciones, sus enfrentamientos. Están cualificadas, el
caballo siempre es un caballo, el alfil un alfil, el peón un peón. Cada una es como un sujeto de enunciado, dotado
de un poder relativo; y esos poderes relativos se combinan en un sujeto de enunciación, el propio jugador de
ajedrez o la forma de interioridad del juego. Los peones del go, por el contrario, son bolas, fichas, unidades
aritméticas, cuya única función es anónima, colectiva o de tercera persona: "El " avanza, puede ser un hombre,
Estado de Derecho es interioridad, privacidad. “El liberalismo, aduciendo las
correspondientes justificaciones, afirma que la propiedad privada es, en tal sentido, la
institución de mayor eficacia y fecundidad”53. Lo que esta afuera de la interioridad, es el
salvajismo, lo nómade, lo incontrolable, lo polifónico. Para que el Estado de Derecho
funcione debe capturar el exterior, el exterior debe transformarse en interior, en privacidad.
La polifonía, al ingresar al Estado se vuelve binaria. Es por estos motivos que, cuando un
liberal trata de entender, por ejemplo, el conflicto Mapuche, los títulos de propiedad son el
único aval para resguardar que las tierras usurpadas eran de ellas y ellos. Son los contratos, la
escritura, la firma lo que vale no la palabra. Dávalos nos propone el trabajo de Benjamin para
develar el vinculo entre violencia y derecho.
El mundo hobbesiano sigue anclado a la matriz del capitalismo, la idea de que el ser humano
es un lobo solitario, capaz de luchar contra otres humanos para su sobrevivencia individual
hace que las y los mismo individuos, para no desplegar la violencia, como pulsión emanada
del cuerpo, la racionalidad debe instalar su imperio por medio del Estado moderno. Dávalos
dirá, que es necesario quitar la violencia a las y los individuos y situarla dentro en los marcos
legales, por tanto racionales, que hace da el Estado. “Es decir que, en todos los dominios en
donde las personas individuales podrían conseguir sus propios fines empleando la violencia,
el orden jurídico tiende a establecer fines legales que solo la fuerza del derecho puede
realizar de esta manera” (Benjamin, 2012, p. 5854. La violencia al ser corporal es exterioridad,
es desborde, perdida de la centralidad, por tanto, es la interioridad la que la debe administrar.
La violencia, al estar en la interioridad del Estado racional-moderno, pasa a ser un medio para
salvaguardar el derecho y en consecuencia, defensora y conservadora del poder. Para hacer
perdurar ese poder, se debe llegar acuerdos por medio de contratos, pero ““una resolución de
conflicto totalmente desprovista de violencia no puede jamás llegar a convertirse en un
contrato jurídico. Este, en efecto, conduce finalmente a una violencia posible, tan
pacíficamente que él ha sido concluido por quienes lo suscriben ….el origen de cada contrato
reenvía a la violencia” (Benjamin, 2012, p. 77)55.
Dávalos nos ha propuesto la alteridad como uno de los puntos de punción para desmembrar a
la economía capitalista. Al ir quitando las capaz superficiales, tanto del discurso como de la
practica del capitalismo, vemos el entrelazamiento de la escolástica, la razón moderna y la
mirada de los marginalista. La alteridad nace, para Dávalos, del encuentro conflicto entre esta
convergencia hegemónica y sus resistencias. La cual ha denominado como “luchas
ontológicas”. Esto se traduce en conductas sociales como la eliminación de diferentes
territorios indígenas por parte de los Estados y las empresas. Es una estructura de poder
enquistada, naturalizada y ubicada como verdad. Y no solo la realizan las clases adineradas,
sino también, el contrato y toda su violencia está en nuestra cotidianidad. Los acuerdos pasan
por los contratos, por una violencia que parece que no lo es. La violencia esta en las tantas
veces que los programas neoliberales hicieron tabula rasa por distintos países de
latinoamerica en pro del desarrollo económico y social. “Walter Benjamin escribía sobre la
violencia divina y la violencia mítica, empero, en la presente reflexión hemos propuesto una
nueva violencia de tipo ontológico porque opera a partir de las luchas ontológicas que
tienden a la desaparición radical del Otro en tanto que Diferencia Radical. La violencia
ontológica es aquella que afirma el Ser-en-el-mundo sin ningún tipo de exterioridad posible.
Es la violencia que anula esta exterioridad porque ella considera que el Ser es lo que existe
sin límite alguno y a su interior cabe toda existencia posible. Mas, esto implica la anulación

una mujer, una pulga o un elefante. Los peones del go son los elementos de un agenciamiento maquínico no
subjetivado, sm propiedades intrínsecas, sino únicamente de situación”. Fuente: Mil Mesetas Capitalismo y
Esquizofrenia. Tratado de Nomadoligía: La maquina de guerra. Pagina 360.
53
Ludwig Von Mises. Liberalismo.
54
Texto de Walter Benjamin citado por Dávalos
55
Texto de Walter Benjamin citado por Dávalos
de la mayor parte de sociedades del mundo que de alguna manera expresan sus distancias y
desacuerdos con los procedimientos ontológicos de la razón moderna” (pag. 147).

La Escuela Austriaca de Economía. Hayek. La Sociedad de Monte-Peregrino.


Si hemos mencionado o citado a pensadores de derecha, como Axel Kaiser, Gloría Álvarez,
Agustín Laje y a los economistas Javier Miliei, Jesús Huerta de Soto o Juan Ramón Rallo, es
porque todes tienen como base teórica, la Escuela Austriaca de Economía. ¿Por que es
importante mencionar a esta escuela en particular? Porque desde aquí se elaboraron, sino las
más importantes, sí la linea que más ha aportado a los movimientos conservadores actuales y,
finalmente, matriz por donde surge el neoliberalismo, aunque para los fans de esta Escuela
dicha etiqueta no les agrada.
El fundador de la Escuela Austriaca56 fue Carl Mengen, uno de los iniciadores del la
corriente marginalista junto a Walras y Jevons. En varios artículos de Internet, tanto a favor
como en contra, se expone que los austriacos buscaron una línea histórica de su pensamiento,
llegando a la Escuela de Salamanca de los siglo XVI y XVII, en donde sus miembros ya
hablaban del valor-subjetivo para analizar el comportamiento de los consumidores en las
relaciones de intercambios. Los franceses Jean-Baptiste Say y Frédéric Bastiat también
coincidían con esta postura. Con Adam Smith hay una resquebrajadura con la idea del
valor-subjetivo y habilita a Marx a crear su teoría del valor-trabajo. Carl Mengen retoma este
trabajo casi olvidado de los escolásticos de Salamanca y culmina con su teoría de ley de
utilidad marginal. Posteriormente se suman pensadores como Von Mises, Böhm-Barwek o
Hayek. De manera breve podríamos mencionar que su enfoque es una metodología
individualista denominada praxeología. Esta última se preocupa por las conductas humanas
destinadas a la satisfacción, es decir, como y por que los seres humanos elaboramos ciertos
criterios universales para consumir bienes y servicios. Para entender mejor, a medida que las
y los seres humanos vivimos procesos de intercambios libres, vamos encontrando principios
inmutables para crear un orden que nos guíen de manera racional a un buen consumo, por
tanto, cualquier institución que quiere supervisar dichos intercambios, aniquila la
espontaneidad de las relaciones y va creando un anti-progreso, o como diría Hayek “un
camino a la servidumbre”. Los austriacos tienen fuertes diferencias con los neo-clásicos,
incluso los consideran de izquierda. Una de sus criticas son los modelos matemáticos que
utilizan los neo-clásicos para analizar los comportamientos humanos en economía. Los
austriacos no tienen modelos matemáticos, para ellos los humanos y sus decisiones son
impredecibles, el valor al ser subjetivo puede cambiar de forma radical los gustos sociales,
sobretodo en un libre-mercado tan movedizo.
Con el triunfo del keynesianismo después de la segunda guerra mundial, las ideas austriacas
pasan a un plano menor en el mapa de las visiones económicas, pero con la crisis del petroleo
de los años 70´y el auge de la Escuela de Chicago con Milton Friedman a la cabeza, más el
premio Nobel a uno de sus más destacados miembros, Friedich Von Hayek, en 1974, la
Escuela Austriaca renace. Pero con una postura critica hacía cualquier posición económica
que no este en acuerdo con sus principios, “Bueno, Friedman se crió en la tradición del
Bureau of Economic Research bajo la influencia de Mitchel,. Éste sostiene que, puesto que
nosotros hemos creado las instituciones, podemos cambiarlas como queramos. Esto es una
equivocación intelectual. Es un error. Es falso. En este sentido Milton es más constructivista
que yo”57

56
Para ver el pensamiento de la Escuela Austriaca de forma simple y divertida ver este vídeo:
https://www.youtube.com/watch?v=ISgVZQ4nIEM&t=521s
57
Texto extraído de una entrevista a Hayek en El Mercurio de 1981 y publicado en el articulo de Leonidas
Montes y Bruce Caldwell “Friedich Hayek y sus dos visitas a Chile”.
https://www.cepchile.cl/cep/site/artic/20160304/asocfile/20160304101209/rev137_BCaldwell-LMontes.pdf
Durante el texto, hemos observado y analizado como la modernidad se constituye como
matriz del capitalismo, y para eso, Dávalos cita pensadores de la talla de Leibniz o Hegel,
nosotres hemos puesto en estas líneas a Descartes y Kant y sus discursos con respecto a la
razón por sobre la corporalidad o sensibilidad como único instrumento para conocer y
determinar el mundo. Aunque Kant admitía que el conocimiento llega por los sentidos,
recordemos su famosa apología a la figura del juez, quien es finalmente y tras las pruebas
recorrespondientes el que dicta que es real y que es ilusorio. Pese a que lo decimos de manera
somera, dado que es más amplio y complejo, el positivismo influye enormemente en los
pensadores racionalistas, idealistas y liberales, esto a generado que la modernidad elabore la
historia como un proceso lineal ascendente, en donde el futuro se ve prospero gracias a los
esfuerzos de la razón por medio del método científico, el marxismo no esta ajeno a ello con su
tierra prometida.
Ahora, uno de los pensadores más influyentes dentro del mundo liberal o libertario (de
derecha) es sin duda Friedich Von Hayek. Aunque no podemos extendernos en su biografía y
la diversidad de texto que público, si es importante destacar que en varios pasajes de su
discurso, esta justamente en contra de muchos de los autores que son base del pensamiento
moderno. La clave para entender esto es que Hayek buscará siempre defender la
espontaniedad humana como motor de la economía del libre-mercado, a su vez, esta
espontaneidad ha creado, desde los tiempos tribales, patrones de conductas que se vuelve
leyes universales inmodificables debido a su enorme eficacia para la libertad. Hayek, por
ejemplo, esta en contra de los postulados de Hobbes sobre la idea de que el ser humano es un
lobo solitario,“el primitivo individualismo descrito por Hobbes no pasa de ser un mito”58 o
esta en desacuerdo con el utilitarismo de Bentham y el positivismo59. Jorge Vergara Estévez,
en su texto “Mercado y Sociedad, la utopía política de Friederich Hayek”, nos expone la
teoría evolucionista de Hayek. Estévez menciona que el economista austriaco no cree que los
seres humanos son individuos aislados y autónomos, sino que, el carácter y su naturaleza esta
determinada por la sociedad a través de lo que él llama “reflejos innatos”60. Pero a medida
que surge el intercambio y ciertos individuos de algunas tribus deciden emprender proyecto
comerciales independientes con otros sujetos de otras tribus, nace de manera espontanea el
libre-mercado, lo cual provoca un avance gigante en el conocimiento humano, ya que los
hombres (no las mujeres) tienen la libertad de crear e innovar sin la necesidad de responder al
colectivo61. Las ideas constructivista, para Hayek, son un falso liberalismo, pues proporcionan
una mutabilidad de las instituciones a partir de ideas planificadas o centralizadas. La critica de
Hayek a los racionalista, como Descarte o Comte, es que infieren que todo es cuestionable
hasta que no se demuestre que son verdaderas las afirmaciones, por ejemplo, de los deberes
morales62. La razón puede revisar y desarticular cualquier postura sobre las y los seres
humanos, es una verificación permanente, que incluso podríamos evidenciar que afecta a toda
la izquierda y su dispares posiciones en la acción política, lo que incide en la disgregación de
saberes y sentires muchas veces en oposición. Hayek, apela a que las instituciones son y
deben ser estables y respetadas, como por ejemplo el libre-mercado que guía los deseos
particulares de manera no irracional. Esto a su vez, permite la desigualdad (muy distinto a
diferencias), como pulsora de la libre-competencia y que de esta nacen los beneficios
58
Citado por Jorge Vergara Estevez en su libro “Mercado y Sociedad, la utopía política de Friedrich Hayek”
59
Leonidas Montes y Bruce Caldwell “Friederich Hayek y sus dos visitas a Chile”.
60
Jorge Vergara Estevez, “Mercado y Sociedad, la utopía política de Friedrich Hayek”.
61
Similar es el análisis del antropólogo David Le Breton en su libro “Antropología del Cuerpo y Modernidad”.
Decimos “similar” porque la gran diferencia radica en que el francés, el el primer capitulo plantea, como la
actividad comercial de los mercaderes en la Europa del Renacimiento, fue desarticulando la idea de comunidad,
aún vigente con un denso Cristianismo, y a su vez, fue formando una nueva percepción sobre el cuerpo, la cual se
desarraiga por completo de la naturaleza y se transforma en maquina.
62
Jorge Vergara Estevez, “Mercado y Sociedad, la utopía política de Friedrich Hayek”.
individuales, independiente que unos ganen y otros pierdan. Para Hayek la razón como central
de conocimiento no es más que control por parte de un grupo de intelectuales que buscan
imponer sus propios principios63. ¿Podríamos acercar las ideas de espontaneidad de Hayek al
concepto de Rizoma de Deleuze y Guattari o al de Dispersar el Poder de Zibechi? Claramente
no. Esto ya que Hayek manifiesta que los seres humanos no saben por que se deben respetar
las normas, esta idea si es muy similar a la mano invisible propuesta por Smith.
¿Por que es importante Hayek? Porque es el artífice de la Sociedad de Monte-Peregrino. ¿Que
es la Sociedad de Monte-Peregrino? A principios del siglo XX y tras la primera guerra
mundial y el crack del 29’, las ideas liberales, sobretodo de los marginalistas Walras, Pareto o
Marshall, entran en una profunda hecatombe de desprestigio dado que sus propuestas en
economía no eran capaces de resolver el desempleo y reinstaurar el equilibrio de los mercados.
Peor aún, los graves problemas en Europa pavimentaron el camino para la explosión de la
segunda guerra mundial, con las oleadas fascistas como nueva alternativa de sociedad. Por
último, las ideas socialistas y keynesianas ganaban terreno tanto en las organizaciones de las y
los trabajadores como también en los espacios académicos en economía.
Es en 1947 cuando Hayek reúne a unos pocos intelectuales, entre ellos Von Mises, Popper,
Polanyi, Stigler, Friedman, entre otros, para abordar los acontecimientos que afectaban
principalmente a Europa y como vigorizar las pocas fuerzas que le quedaban al liberalismo
después del apaleamiento desde los sectores marxistas y keynesianos.
Dávalos nos menciona la posición que adquiere Hayek en su lucha contra el Estado de
Bienestar y la Economía Planificada apostando al rol de los intelectuales liberales, a
semejanza de los Intelectuales Orgánicos de Gramsci o Los Militantes Orgánicos de Lenin, a
influir en el mundo académico para que dirijan a las masas desorientas ante las propuestas
colectivistas. En este camino hacía lucha por la libertad, los integrantes del Monte-Peregrino
intentan desprenderse de los que no funcionaban en el liberalismo clásico, buscan un nuevo
liberalismo y es el alemán Alfred Müller-Armand quien propone la “economía social de
mercado”. “En efecto, el concepto de “economía social de mercado” permitía renovar la
noción de mercado como regulador social tan cara a los liberales, que siempre vieron al
mercado como un espacio de libertad y realización personal, y que había sido estigmatizado
por los socialistas y los keynesianos. No solo eso, sino que al recuperar el concepto de libre
competencia podían adscribirlo a una dimensión de responsabilidad social y ponerlo, de esta
manera, a tono con las demandas de la época. Hayek, a pesar de las reticencias que le
provocaba el concepto de “social” para la economía, lo asumió completa e inmediatamente.
La conclusión de los liberales del Monte Peregrino era que si el mercado había entrado en
crisis no se debía a fallas internas sino que había sido la intervención del Estado quien había
roto el frágil equilibrio de mercado y, en consecuencia, lo había llevado a la crisis. Los
mercados, no solo que son eficientes en sí mismos sino que siempre han sido “sociales”. (pag.
155).
Vergara-Estévez nos cuenta que la Sociedad de Monte-Peregrino no tuvo mucha influencia en
las academias e institutos de economía en sus primeros 30 años. Incluso nos recuerda que
Hayek y los liberales fueron expulsados del Congreso de Defensa de la Cultura, que reunía a
conservadores y antimarxistas, pero que a partir de la crisis petrolera de 197064 y el fin del
63
Jorge Vergara Estevez, “Mercado y Sociedad, la utopía política de Friedrich Hayek”.

64
Hemos puesto en varias ocasiones en este texto, la crisis del petroleo de principios de los años 70’ como punto
neurálgico para la entrada del neo-liberalismo en el mundo. Wallerstein sostiene que es un punto critico en la
historia del Capitalismo. No solo por los conflictos de la OPEP, se suma además, el termino del tratado de Bretton
Wood, por tanto del patrón oro. Se agrega por otro lado, el Mayo del 68’, la instalación de las dictaduras
latinoamericanas, la confiscación de las ideas del Keynes al desprestigio de académicos y economistas, el inicio
del declive de la URSS y el fin de los socialismo reales. El informe de 1972 de Donella Meadows y los limites del
crecimiento, en donde se pone en jaque al sistema Capitalista y su idea de “crecimiento ilimitado”.
ciclo keynesiano, las idas de los Monte-Peregrino renacen. Sobretodo desde la Escuela de
Chicago con Milton Friedman a la cabeza.
Aunque la palabra Neoliberalismo tiene distintos orígenes, por ejemplo, la utilizo Von Mises,
se ocupo en el coloquio de liberal de 1938 organizado por Lippman, también la emplearon los
participantes del Monte-Peregrino Rüstow y Baudin, es en 1961 en donde aparece escrita
gracias a Edgar Narwoth para denominar a la Escuela de Freiburg, a la de München y a los
economistas agrupados en la revista Ordo65. Pero llama la atención y termina siendo curioso
que tanto a Hayek como a varios de sus seguidores, les molesta o les desagrada que les llamen
neoliberales. De hecho en una entrevista a El Mercurio, en su segunda visita a Chile,
Friederich Von Hayek dice: “El problema es que no somos neoliberales. Quienes así se
definen no son liberales, son socialistas. Somos liberales que tratamos de renovar, pero nos
adherimos a la vieja tradición, que se puede mejorar, pero no puede cambiarse en lo
fundamental. Lo contrario es caer en el constructivismo racionalista, en la idea que se puede
construir una estructura social concebida intelectualmente por los hombres, e impuesta de
acuerdo a un plan, sin tener consideración los procesos sociales evolutivos66. Finalmente es
en los años ochenta en donde se usa la palabra Neoliberalismo para nombrar a los miembros
de la Escuela de Chicago y a los del Monte-Peregrino.
El objetivo de todo este proceso culmina en la batalla de las ideas económicas dentro del seno
de las academias y los gobiernos, en donde triunfan las ideas de Friedman y se expande por
todo el mundo gracias a el surgimiento de los Think Tanks, las ideas de desarrollo económico
en la ONU, FMI, BM y otras organizaciones internacionales, sumando la importancia de los
triunfos de Reagan y Tatcher. A partir de los años ochenta, el sistema-mundo gira hacía el
modelo surgido desde la matriz marginalista. Los intelectuales, como Karl Popper, publican
varios textos, artículos o libros que demostraban que la economía planificada y los procesos
dialectos son imposible de aplicar ante una sociedad que valora el consumo y la libre
circulación de mercancías. Mientras la URSS se caía a pedazos, el último bastión que había
que demoler para los neoliberales eran las ideas keynesianas con respecto a la moneda y la
inflación. Dávalos, y a lo largo de este texto, considera que este punto cobra demasiada
relevancia, pues para los marginalista el dinero es exógeno a las relaciones sociales de
producción, es exógeno a los procesos políticos, es exógeno a las catástrofes
medio-ambientales. “A esta teoría que neutraliza la capacidad de la moneda para alterar la
escasez de recursos se la conoce con el nombre de “teoría cuantitativa de la moneda” y es
uno de los conceptos centrales en la episteme neoliberal. Para los neoliberales, esta teoría
cuantitativa de la moneda les permite asumir la inflación de precios como un fenómeno
estrictamente monetario y, con ello, oscurecen todos los conflictos políticos y redistributivos
que se suscitan alrededor de la inflación.
Si el dinero es exógeno a la economía, es decir, es un “velo” en donde la emisión monetaria
siempre produce inflación, tal como lo predican los neoliberales, entonces los equilibrios de
los flujos de dinero que no generen inflación tendrán que ser definidos en el interior del
mercado de dinero, en donde hay una oferta de fondos que se mueve de acuerdo con la
retribución que se realice a esos ahorradores por la vía de la tasa de interés.
Si esa retribución es conveniente, entonces se motiva a los ahorradores a que ahorren porque
esos recursos serán posteriormente utilizados para la inversión. Nace, en consecuencia, una
de las ideas fuertes de la economía liberal y que tiene la fuerza del dogma: la
relación ahorro/inversión. Si no hay ahorro no hay inversión. Si no hay inversión no hay
empleo. Si no hay inversión tampoco hay crecimiento económico, y esta inversión siempre
depende de los niveles de ahorro en el interior de una economía. El mecanismo que media
entre esas dos dinámicas del ahorro y la inversión es la tasa de interés, y el locus en el que se
producen y realizan es el mercado bancario y financiero.

65
Jorge Vergara Estevez, “Mercado y Sociedad, la utopía política de Friedrich Hayek”.
66
Leonidas Montes y Bruce Caldwell “Friedrich Hayek y sus dos visitas a Chile”.
En otras palabras, si se suscribe el concepto que la moneda siempre crea inflación, que es la
consecuencia natural de la teoría cuantitativa de la moneda, entonces tendremos que dejar
que el mercado monetario sea manejado exclusivamente por los bancos privados, porque
ellos lo manejarían como se lo hace con todo recurso escaso: utilizándolo de manera
eficiente para lograr su máximo rendimiento. Interferir en este mercado bancario podría
distorsionar el frágil equilibrio que sostiene el nivel de ahorro con las demandas de
inversión” (pag. 163).
Con la crisis de las subprimes del 2008 volvieron al tape las ideas keynesianas de poltiica
monetaria, Dávalos dirá con respecto a los aportes de Keynes en la economía “Si la noción
ahorro-inversión es una falacia, entonces el dinero debe formar parte de una política pública,
en la ocurrencia, la política monetaria, porque es desde esta política monetaria que debe
pensarse a la inversión, y no desde el ahorro. En consecuencia, el dinero debe abandonar
el locus del mercado bancario y financiero privado, y trasladarse hacia el Estado y la
política monetaria. El dinero debe tener una función social y, para ello, debe formar parte de
una política estatal no de un manejo privado.
En efecto, gracias a Keynes es posible definir una política monetaria por fuera de los
intereses de los bancos privados. Las consecuencias prácticas del pensamiento keynesiano
eran y son enormes. Significaban todo un desafío para los bancos privados quienes se habían
acostumbrado a manejar la tasa de interés, y las decisiones de arbitraje en el mercado
financiero como asuntos propios. Si el dinero de alguna manera configura las relaciones de
poder en el interior del capitalismo, entonces la propuesta keynesiana cambiaba
radicalmente las coordenadas de esas relaciones de poder. Al demostrar que el concepto
ahorro-inversión es una falacia, Keynes crea las condiciones de posibilidad para que la
sociedad recupere la moneda y articule una política monetaria por fuera de los intereses de
los bancos y los banqueros” (pag. 164)
Pero son estas políticas con respecto a la moneda las que han justificado la critica de los hoy
llamados nuevos liberales, desde las posiciones conservadoras, como los paleo-conservadores
o los anarco-capitalista, el control de los gobiernos sobre la emisión del papel-moneda crea
una clase política parasitaria, que busca mantenerse en el poder abriendo la llave de paso del
flujo de dinero en los momentos de re-elección. Que los gobiernos, que los partidos controlen
los bancos centrales los vuelve inevitablemente corruptos. Todo debe quedar en las manos de
los bancos privados. Pero recordemos que en Chile, el Banco Central, que emite los billetes,
es independiente de los gobiernos hace más de 25 años, por tanto, el ministerio de Hacienda
no tiene injerencia en la emisión de dinero. Pero la critica se traslada a la corrupción generada
en los gobiernos progresista de Lula, Chavez o los Kichnner. Dichos proyectos políticos, pese
a tener una ideas de izquierda no lograron acabar con el Capitalismo, sino que terminan
profundizándolo gracias al proceso de extractivismo y toda la desarticulación de los
movimientos sociales. “El saldo de los gobiernos progresistas en América Latina es negativo.
El saldo es Bolsonaro, el saldo es Macri, es una Venezuela destruida. El saldo es Daniel
Ortega, genocida, violador. Como dijo Chico de Oliveira en Brasil, fundador del Partido del
Trabajo de los Trabajadores, “el lulismo fue una regresión política”.Y cuando decimos esto
no hablamos de esos millones que salieron de la pobreza pero que ahora volvieron, no
hablamos de algunas cuestiones interesantes que se hicieron interesantes, como las cuotas
para las personas negras en las universidades brasileñas. Hablamos de que destruyeron la
potencia emancipatoria de los pueblos porque dispersaron a los movimientos sociales, se
llevaron a los dirigentes a los ministerios, se corrompieron”67.
¿Cual es entonces el futuro del neoliberalismo una vez que se a posesionado como unica
posibilidad de mundo? Dávalos expone: ¿Cuál es ahora el peligro más importante que han

67
Entrevista a Raúl Zibechi:
https://desinformemonos.org/saldo-negativo-los-gobiernos-progresistas-america-latina-la-llegada-amlo-la-presid
encia-mexico-una-revision-raul-zibechi/
identificado los “peregrinos” y que hace que sean más activos que antes? ¿cuál es el
proyecto político de la Sociedad del Monte Peregrino? ¿Qué o quienes están en su radar?
¿Hacia dónde apunta el sentido de su distopía?
Para comprender esa distopía del neoliberalismo del Monte Peregrino quizá sea necesario
un ejercicio de hermenéutica política que integre en una sola interpretación hechos
aparentemente aislados pero que configurarían, al parecer, los lineamientos de lo que sería
la hoja de ruta de los “peregrinos” hacia el futuro.
Propongo, en ese sentido, integrar tres acontecimientos importantes generados desde la
dinámica de los “peregrinos”, aunque aparentemente aislados y desconectados entre sí, pero
que pueden servir para comprender la dimensión de su propuesta distópica.
El primero de ellos hace referencia a una frase expresada por Margaret Thatcher cuando fue
Primera Ministra de Inglaterra y que descifra la intención de los neoliberales de vaciar la
política y provocar su virtual desaparición. Un segundo hecho está en la elección del
economista norteamericano Gary Becker como Presidente de la Sociedad del Monte
Peregrino en el año de 1990-1992. Gary Becker representa el punto más alto de las teorías
de la conducta del consumidor y del “capital humano”. Un tercer hecho es la entrega de
“premios Nobel de economía” a los neoinstitucionalistas como Douglass North, Oliver
Williamson, y Elinor Ostrom, entre otros.
Si estos hechos permiten esa interpretación política del proyecto actual de los neoliberales
del Monte Peregrino, puede asumirse que este tendría, al menos, tres vectores básicos: un
vector político que plantea, de forma paradójica pero real, el vaciamiento de la política; un
vector biopolítico-piscopolítico inscrito en sus prescripciones normativas sobre el “capital
humano”, la neuroeconomía y el marketing global, y una pretensión civilizatoria en la cual
las corporaciones y el capital financiero son el centro de gravedad del tejido institucional de
las sociedades y la construcción de la pax mercatoria como proyecto político imperial del
capital financiero-especulativo como nueva razón del mundo” (pags. 169-170).
Finalmente hemos devenido homo-economicus. Maximizar el bienestar individual se ha
vuelto una premisa en todos los ámbitos de la vida. Las sociedades, comunidades, pueblos y
organizaciones de lucha, pierden el rumbo al hacer ingresar sus producciones, tanto
materiales como ideas, a los interminables circuitos del mercado. La disgregación aumenta en
los movimientos sociales o anti-sistémicos. Instalar una política de educación gratuita, estatal
y de calidad, ya produce divisiones y tensiones debido a la relación con el Estado. Pero “El
vaciamiento de la política, por tanto, significa la conversión del discurso económico como
discurso de poder y la creación de condiciones de posibilidad para que la política se defina y
estructure de forma real desde el mercado y que el espacio de la política, en términos
liberales, sea intrascendente porque las decisiones políticas reales ya han sido asumidas y
adoptadas, precisamente, desde las lógicas del mercado. El Estado es Estado de
derecho porque transfiere capacidad política y soberanía política al mercado y, a su interior,
a las corporaciones y al capital financiero; por ello, aunque los “indignados” europeos se
manifiesten contra la crisis y sus élites políticas, paradójicamente defenderán a muerte
al Estado de derecho” (pag. 174).
Recordemos que el homo-economicus incluso afecta a varios sectores de la derecha más
recalcitrante, al demoler los principios nacionalistas o corromper la moral y las buenas
costumbres. Reiteramos, es por esto que los ascenso de los conservadores como Trump, Le
Pen, Kast, Bolsonaro Salvini y varios otros, que buscan proteger sus fronteras de los
descalabro en políticas globalistas de la ONU o el FMI68. Por eso Axel Kaiser critica a los
68
Por eso no es de extrañar comentarios como los de la diputada de RN Camila Flores en donde afirma que
países serios se han retirado de la ONU o que esta misma institución esta bajo el control de un marxismo
internacional:
https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2018/12/10/la-polemica-declaracion-de-camila-flores-que-genero-deb
ate-en-redes-sociales/
liberales-conservadores de ocupar los discursos populistas para despertar los sentimientos
nacionalista69. Y esto es un punto interesante, que una y otra vez se repite, tras los fracasos de
las políticas liberales, debido a los excesos para imponer mercados abiertos, re-surgen, como
ocurrió con el fascismo tras la crisis de los primeros años del siglo XX, nuevos grupos de
extrema derecha que instalan ideas conspirativas como son hoy el marxismo cultural o la
ideología de genero, los cuales, según estos ellos, son producto de la izquierda internacional,
incluyendo a grandes empresarios como George Soros, David Rockefeller o la familia
banquera de los Rothschild70. ¿No es parte de este delirio conspirativo una consecuencia de
este individuo consumista voraz? El nuevo auge de la extrema derecha es producto del
fracaso de la meritocracia, del pleno empleo, de los proyectos individuales convertidos en
pymes sustentables, de la clase media empoderada y con alto acceso acredito, de la libre y leal
competencia, del esfuerzo y el estudio como partes esenciales del emprendimiento personal,
de buscar el éxito pese a las dificultades. Cada vez que se cae a pedazos el capitalismo, no son
los tejidos de la solidaridad los que emergen, sino el excesivo individualismo, el nacionalismo
el homo-economicus en su versión fascista.
¿Y las izquierdas? Una vez que alcanzaron el poder, después de arduas marchas, protestas,
muertes, creación de nuevas organizaciones y partidos, terminan, como dice Zibechi,
corrompidas. Una vez más y como suele repetirse desde el surgimiento del capitalismo, la
historia se repite una y otra vez, pero ¿que hemos aprendido realmente?.
“En la teleología del mercado, de acuerdo con el proyecto político de los neoliberales, el
orden y la paz social mundial solo pueden garantizarse desde el reconocimiento explícito
desde el Estado-nación a las corporaciones transnacionales como sujetos de derecho
transnacional, con una capacidad de soberanía política que ni siquiera tienen esos
Estados-nación. Esa capacidad política transferida a las corporaciones puede dar cohesión y
coherencia al que se puede considerar el proyecto más importante de los neoliberales del
Monte Peregrino y su distopía final: la pax mercatoria.
La globalización es una expresión de esa pax mercatoria. Esta pax mercatoria es la
adscripción de los neoliberales al proyecto kantiano de la “paz perpetua”, y una referencia
histórica al imperio romano y su “pax romana”. La pax mercatoria es la regulación política
del sistema-mundo capitalista desde el mercado mundial y en donde las nociones de
regulación de la paz mundial y, por consiguiente, de la guerra, pasan por el filtro de las
corporaciones transnacionales convertidas en sujetos políticos.
La pax mercatoria es la clausura definitiva de la historia en el pliegue del neoliberalismo. Es
la distopía que cierra la sociedad entre la biopolítica y la psicopolítica. Para los neoliberales
del Monte Peregrino, nunca como ahora su proyecto político debe ser más pregnante y
prioritario. Nunca como ahora el neoliberalismo ha tomado un cariz tan vasto y civilizatorio;
y precisamente por ello, el neoliberalismo y su proyecto político se convierten en el peligro
más importante para toda convivencia humana pacífica y ecológicamente responsable” (pag.
188).

Conclusiones
Mauricio Barria expone en un texto de su autoría, “El privilegio de la visión sobre el resto de
los sentidos en la cultura griega es manifiesta. Lo demuestra, entre otras cosas, la manera de
concebir el saber como visión. La familia semántica que alude a esta noción, eîdos, eidotés,

69
Ver video en youtube: https://www.youtube.com/watch?v=U1m275usvFw
70
Las ideas conspirativas son de fuerte tendencia en redes sociales y su principal medio de propagación. Aunque
si se puede inferir de como estas familias empresariales si han controlado gran parte del comercio mundial, y por
tanto políticas en diversos países, asegurar que sus estrategias para expandir sus negocios son un plan de la
izquierda internacional es un disparate.
etc, proviene de la raíz de aoristo de hórao: ver, mirar auscultar. Y será esta misma familia
las que posteriormente nombrará la tarea excelsa de la filosofía: la teoría, la contemplación
del mundo. (De theáomai, ver mirar, contemplar, de donde también viene theatrízo, ofrecer a
la vista o como espectáculo, y théatron, lugar de espectáculo). Pero este privilegio
determinará también una manera de comprender la política, en la que espacio público será
equivalente a escena de exhibición. Exhibición del cuerpo desnudo y del habla —dirá
Richard Sennett— La política como poner ante la vista de todos los ciudadanos los asuntos
colectivos, dejar ver el poder y su ejercicio: exhibir la decisión. Bajo un paradigma de este
tipo, podemos entender por qué el teatro —el théatron se convertirá en la escena de todas las
escenas, en el núcleo urbano de las vida cívica y del orden político. El lugar en el que toma
presencia ante la mirada el asunto de la política”71
La mirada es en la historia de occidente la acción que ha de determinar en como
configuramos el mundo. Y la mirada se ha trasladado a la palabra, al texto, que es lo que nos
permite capturar los acontecimientos. La palabra a dominado la forma en como comunicamos
la historia. La palabra a su vez amarra a la imagen y finalmente nos arroga hacía la pantalla,
el espacio rectangular por donde entra a nuestros ojos el mundo y sus devenires. La
modernidad, de la cual todavía nos es imposible desprendernos, ha estandarizado la potencia
tanto de los ojos como de la palabra. La premisa por encontrar las verdades verdaderas, nos
ha arrastrado de despojarnos de las complejidades o de la fatalidad. Las decisiones que vemos
en los espacios rectangulares, como los diarios o la televisión, no son trágicas, sino decisiones
que debe maximizarse para lograr los beneficios apropiados. Las realidades se han vuelto
fetiche pues es la única manera en que podemos convivir en el mundo. Lo grave es la
migración descontrolada productos de grupos que quieren destruir occidente, pero no es grave
las condiciones de explotación a las que han sido sometidos los distintos países
tercermundista a lo largo de la historia. La pobreza en los países subdesarrollados es
responsabilidad de sus habitantes flojos que esperan que otro les soluciones sus problemas. La
modernidad y su derivado el capitalismo sintetizan la vida al nivel que podamos en pocas
palabras, en pocas imágenes comprender el mundo, pero no su complejidad y diversidad. La
mirada se ha vuelto un órgano de maximización de la utilidad. La mirada se ha vuelto
petrificadora.
Dávalos, en sus conclusiones, toma la figura de Medusa, la Gorgona de cabellos de serpientes
que convierte en piedra a las y los seres humanos que osen mirarla de frente. ¿Que oculta la
Gorgona detrás de sus ojos? Jean-Pierre Vernant dirá que Medusa es lo sagrado
absolutamente “prohibido” en su ambivalencia, lo sagrado perfectamente puro, tan separado
de la vida humana que parece como horrible y aterrorizante. Ante esto no queda más que
quedar fascinado, paralizado72. Ante esto, el único recurso posible para verla, es como hizo el
héroe Perseo, mirarla indirectamente a través de un espejo que proyecte su imagen. Dávalos
nos propone imaginar que la “ideología” cumple el rol de la mirada de Medusa y el espejo el
orden del saber moderno. Hay un juego de miradas y reflejos, entre los ojos de Medusa y el
reflejo en el espejo, el cual esta mediado por la petrificación. La ideología sería, como dice
Dávalos refiriéndose a Marx, una “falsa conciencia” que anula los saberes otres. No solo los
anula, sino que los convierte en piezas de museos que pertenecen a un pasado lejano y
distante. Para que ocurra esto, se necesita una clase dominante que dirija las miradas hacía la
fe que profesan, en este caso la libertad de los mercados abiertos y su flexibilización como
creadores de grandes riquezas. “La ideología, entonces, es esa mirada que nace y se
estructura a partir de ese proceso que hemos definido como la onto-teología política del
capital. Un proceso que crea lo Real y que inscribe la subjetividad humana en el interior de
lo Real cosificado. La ideología, como la mirada de la Hidra, petrifica. Congela a las
sociedades en su propia estática y consolida aquella visión tan funcional al proyecto de

71
Mauricio Barria “Cuerpo Real Cuerpo Ficticio en la Tragedia Antigua. Acerca del momento performático en la
tragedia antigua”: http://www.philosophia.cl/articulos/cuerpo_real_cuerpo_ficticio.pdf
72
Jean-Pierre Vernant “Entre mito y Política”
onto-teología del capital, y que convierte en procesos naturales a las relaciones sociales e
históricas de dominación. La conversión de los procesos sociales e históricos que, por
definición, siempre son cambiantes, contradictorios, antagónicos y en plena transformación,
en procesos terminados, definidos, estáticos y clausurados, equivale a la petrificación o, si se
quiere, a la congelación de esa misma sociedad y de su historia, hecha por la ideología.
La realidad se presenta como un orden trascendente y an-histórico. En ese sentido de orden,
la ideología pliega la subjetividad humana. Toda noción de cambio desaparece y el
capitalismo estaría ahí para durar para siempre y el discurso de la economía está ahí para,
supuestamente, demostrarlo de forma racional. La sola idea de transformación social e
histórica, en ese sentido, aparece como revulsiva e incongruente. El presente se ha
petrificado como si fuese una estatua de piedra, inamovible en su constatación de un tiempo
histórico que siempre le es exterior. Así, en la mirada ideológica, el sistema capitalista está
por fuera de la historia, por fuera del tiempo y por fuera de la sociedad. La mirada de la
Medusa de la ideología ha convertido a la historia y, en consecuencia, a la sociedad, en una
sombra de sí misma” (pag. 192).
A su vez, el reflejo del escudo es el simulacro que recibimos del capitalismo. El reflejo de que
todo esta bien mientras la bolsa y los mercados sigan funcionando libremente. Las
democracias representativas, los Estados-nación funcionan porque en sus interiores existen
individuos e individuas que eligen libremente sus mercancías, expresan libremente sus
opiniones y sentires en redes sociales o marchan de forma autorizada por las instituciones
gubernamentales para revindicar la gratuidad en la educación o el aborto. Pero cuando se
prohíbe expresiones a favor de la dictadura militar, se atenta contra la libertad de expresión
que tanto le ha costado al capitalismo (y quienes censuran son la izquierda internacional y sus
leyes mordaza73). El simulacro se ha vuelto verdadero, la imagen plana, limpia, higienizada,
sin las sombras ni los claroscuro, sin las heridas ni las fallas, se impone como mercancía
necesaria para creer que somos libres.
¿Y Tiresias? Jean-Francios Lyotard, en su texto “Re-escribiendo la modernidad” nos plantea
que la tragedia de Edipo es parecida a una novela policíaca. Edipo, el que resuelve los
acertijos, es incapaz de solucionar la peste que azota la ciudad que gobierna. Gracias a sus
informantes, descubre que el origen de aquel mal es que no se ha vengado el asesinato del
anterior rey, Layo. En su entusiasmo por averiguar quien fue el asesino, y pese a las
advertencias de Tiresias, Edipo va perdiendo la cordura, deja de ser el sujeto moderado y
brota desde su cuerpo la hybris, la desmesura. Cuando descubre que él fue quien mato al
anterior rey y que además ese rey fue su padre y que tomo a su mujer como esposa, que en
realidad es su madre, no le queda otra alternativa que cegarse, pues reconoce y comprende su
historia, pese a ser advertido por el Oráculo.
Tiresias, el sabio, al ver los sagrado directamente recibe el castigo de los dioses, la ceguera.
Edipo al descubrir su propia historia se ciega, no es que no quiera ver más, sino que al igual
que Tiresias, su sentir con lo real es de otra manera, es oído, piel, lengua, olfato, imaginación.
Se menciona que la tragedia de Edipo es la propulsora de la individualidad moderna, de la
consciencia de si mismo, es la catástrofe que separa al individuo de la comunidad. Pero lo que
ha petrificado el capitalismo es esa capacidad de ser conscientes. La consciencia en la
modernidad se interioriza a tal punto que lo real se vuelve fetiche. El presente es finito e
incapturable, el fetiche en cambio, tiene la posibilidad de ser eterno en una sociedad de
reproducción infinita de mercancías. Si para el mundo griego existían cosas que no se podían
ver directamente, como los cadáveres o ciertos seres repulsivos (Aristóteles), el teatro era la

73
Hoy la extrema derecha reclama su derecho a expresa sus sentires sin ser censurados. Es parte de la libertada
humana. Para la derecha, cuando diputadas y diputados de izquierda piden una ley que castigue los dichos que
ensalzan las torturas cometidas en dictadura o cuando los evengélicos tratan a las y los trans desde su sexo
biológico y no desde su genero-sentido, se convierten en totalitarios, que es para los liberales, el gran defecto del
socialismo.
posibilidad de ver la transgresión de forma diferida, pero un diferimiento que hace temblar el
presente y el futuro, un diferimiento que remueve las estructuras incuestionables del pasado,
un diferimiento incomodo, fatal e inquietante. La exposición del error como posibilidad de
derrumbe de todo sistema. Esta falla, como dirá Barría, ocurre en el cuerpo, es por tanto
consciencia de superficie, no es una consciencia interior. Una consciencia como cuerpo y el
cuerpo como lugar de la falla74 implican desgarrar los simulacros para evidenciar las
contradicciones. En ese sentido, Dávalos nos propone la paralaje, para mirar al capital sin ser
embaucadas y embaucados por sus dulces encantos. Dávalos, como la tragedia, nos advierte,
nos pone en alerta constante. En un sistema-mundo, en donde la muerte de un comunero se
vuelve tendencia en Twitter o Facebook, quizás el cegarnos es la posibilidad de escuchar y
vibrar con los sonidos y ruidos más profundos de la naturaleza, descubriendo nuestra propia
catástrofe, tanto colectiva como individual.

74
Mauricio Barria “Cuerpo Real Cuerpo Ficticio en la Tragedia Antigua. Acerca del momento performático en la
tragedia antigua”: http://www.philosophia.cl/articulos/cuerpo_real_cuerpo_ficticio.pdf

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