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ESTADO DEL ARTE.

El tema en estudio trata de la problemática de la educación como derecho humano. En este


contexto, lo primero que se encuentra como marco normativo internacional sobre la materia son
los acuerdos realizados en la Conferencia Mundial sobre la Educación para todos, por la UNICEF, y
otras organizaciones internacionales preocupadas por el avance mundial de los esfuerzos para
erradicar el analfabetismo (Tailandia, 1990). Un decenio después de dicho cónclave las mismas
organizaciones se volvieron a reunir, esta vez en Dakar, (Dakar, 2000) para evaluar los resultados
por cumplir con los acuerdos aprobados diez años atrás. El balance no fue esperanzador. Pese a
ello se persistió en el propósito y los objetivos trazados en la reunión inicial de tantos esfuerzos.

De modo que desde 1990 existe en el planeta una propuesta internacional que reconoce a la
educación como un derecho humano, es decir, que debe de llegar a todos los seres humanos sin
excepción. El carácter de universal que tienen los Derechos Humanos llegó a tocar sensibilidades
de quienes mantienen y promueven las desigualdades sociales, debido a que la educación viene a
ser una poderosa arma que libera el conocimiento y el pensamiento del hombre al dotarle de
herramientas para su progreso y logro personal y social. La equidad se constituye, partir de este
momento, como una realidad posible y deja de pertenecer a un simple propósito.

La educación tiene varios niveles, conforme a los grupos etarios conocidos, que son agrupados en
conjuntos, siendo el más conocido y difundido el de nivel básico o primario o escolar para los niños
y adolescentes de cada país. En cambio, existen escasos estudios situacionales de la educación
para los jóvenes y adultos, en especial en la región de Latinoamérica y en el Perú.

En el Informe elaborado por Caruso, Di Pierro, Ruiz y Camilo (2008), se propuso como estudio de
piso para trabajar las condiciones de la educación en los jóvenes y adultos de la región
sudamericana con base de cifras, instituciones y realidades equiparables en tiempos semejantes
en cada país de la región. Como objetivos del trabajo se buscó el conocer a los elementos que
forman parte de la etapa actual de la educación en los jóvenes y adultos durante los seis primeros
años del milenio, desarrollar la connotación empírica y de fuentes documentales, de corte
cuantitativo y cualitativo con un análisis de corte proyectivo del estado de la situación de la
educación en la población juvenil y adulta en cada país que participó del estudio. Es de resaltar los
ejes temáticos que contiene este trabajo, en primer lugar, los procesos, concepciones y formas de
construcción del derecho a la educación de manera general y de modo específica a los jóvenes y
adultos; en segundo lugar, la educación para el mundo del trabajo y la generación de ingresos; en
tercer lugar, consiste en la diversidad y generación de nuevas identidades que cruzan los
programas con distintos niveles de institucionalización; y en cuarto lugar, las líneas de educación
de educadores y formación de formadores que existen en el sistema formal y en los diversos
ámbitos de la sociedad civil. En el trabajo que se comenta también existen otros dos ejes
transversales que nos revela la esencia del drama latinoamericano en materia de la educación que
afecta a la educación como derecho humano, uno es el de enfrentamiento a la pobreza y el otro es
el de medio ambiente y el desarrollo sustentable. Una constatación muy importante que aporta el
estudio colectivo es que la evidencia para rastrear el derecho a la educación tiene en el marco
jurídico de un país como una buena herramienta para la medición de sus avances siempre que se
encuentre vinculado con la accesibilidad, la exigibilidad y el cumplimiento del presupuesto
asignado, aplicando ejes transversales como los citados.
En el citado trabajo de investigación se plantea de manera directa sobre qué es lo que pasa en
América Latina sobre la educación de los jóvenes y de los adultos. Ante la interrogante el punto de
partida empieza en la constatación que en todos los países de la región existe normativa ya sea en
el orden constitucional y en la legislación nacional, pero con la precisión que se trata de un
principio legal que funciona como garantía de un derecho que puede ser reclamado, sin embargo,
esta situación no quiere decir que de manera indubitable que el derecho a la educación se
encuentra implementado efectivamente. Pero, en lo concerniente a la educación de los jóvenes y
de los adultos no existe una mención precisa sobre el respecto. En ciertos países latinoamericanos
se oculta la información sobre el nulo desarrollo y progreso que registran con información sobre la
Educación para Todos, incorporando las cifras de la educación básica en la población infantil con
los niveles de atención de la población juvenil y adulta, olvidando que existen necesidades
educativas que son más complicadas que el rezago escolar.

Las autoras llegan como conclusión parcial que el derecho a la educación es un enunciado, que las
políticas y programas no lo concretan, de modo que el cumplimiento de este derecho no se
encuentra asegurado, los datos de México y Haití, confirman el enunciado, experiencias que
también demuestran la falta de escuelas y maestros especializados para la población juvenil y
adulto a pesar que el contar con docentes preparados para esta población es parte del
cumplimiento del derecho a la educación.

Otra constatación importante que apuntan las autoras del trabajo en comento, es que no se
encuentran registros de garantías claras para aprender a lo largo de toda la vida, (a excepción de
Cuba), en cambio, en otros países se encuentran acciones educativas realizadas por organizaciones
civiles pero que no llegan a cubrir con las expectativas para una situación de ejercicio del derecho
a la educación. También se encuentra que los jóvenes han logrado encontrar mayores espacios
entre la educación para la población adulta en especial para quienes tiene rezago educativo.

En el caso del marco jurídico, para las autoras, en nuestros países no asegura la educación
accesible, permanente y pertinente a todos y todas, llegando a verificarse condiciones negativas
que evitan la concreción del derecho a la educación como la falta de algunas temáticas,
financiamientos escasos y no específicos, por lo tanto, pertenecientes a una exigibilidad menor en
los presupuestos nacionales, con escasez en escuelas, profesores, ofertas, no exigibilidad, con
bajos salarios para los docentes, campo poco valorado y poco atractivo y baja especialización. Y
establece como una pista de investigación a desarrollar para un próximo trabajo el tema de la
exigibilidad jurídica del derecho a la educación.

En suma, para nuestras autoras existe una amplia gama de temas asociadas entre sí, como es el
caso de la educación ciudadana o de la educación para la paz y los derechos humanos, pero sin
lograr identificar las diversas formas de relaciones entre ellas y de instrumentos adecuados para
cada uno, a pesar que hace más de una década se realizaron planteamientos de participación y de
responsabilidad ciudadana en el ámbito municipal y local como espacios adecuados para la
democratización de la sociedad. De modo que se constata que el discurso oficial no viene a
expresar los cursos de acción y de contenidos del sistema educativo específicos para estas líneas.
En cambio, se llega a verificar que en la sociedad civil estos mismos ejes tienen mayor frecuencia
de trabajo, de manera especial, se encuentra la temática sobre la ciudadanía como derecho y
como responsabilidad que en las experiencias de los movimientos sociales que ejecutan
programas educativos y en las ONG en algunos países.

En el Perú, Brasil y Nicaragua la consagración del derecho a la educación es interpretada a partir


de la declaración universal de los derechos humanos, es decir, se conceptualiza a la educación
dentro del marco de los derechos universales, indivisibles, interdependientes y destinados a
garantizar la dignidad humana. Por lo que la educación tiene la categoría de ser un derecho
exigible en los sistemas de justicia nacionales e internacionales, en la medida en que está inscrito
en leyes y otras normas jurídicas, que tienen asegurada su concreción como deber del Estado,
gracias a las políticas públicas.

Puede señalarse que en principio los reportes muestran que el derecho a la

educación se configura como principio legal en todos los países estudiados, a nivel

constitucional o por la vía de leyes de educación u otras normativas específicas. No

es frecuente, en cambio, que se explicite el derecho a la educación de los jóvenes y

adultos; no obstante, dado que se trata de un derecho universal, está implícito en

la medida en que no se los excluye explícitamente

Ahora bien, más allá de la incorporación del derecho a la educación en los instrumentos legales de
cada país, podemos afirmar que existe en general una distinción

entre la formalidad de los derechos y su concreción a nivel real. Por lo tanto, para

evaluar los avances en la consolidación del derecho a la educación debe tomarse en

cuenta en qué medida la universalidad, a nivel formal, de este derecho, se traduce

en acciones y normativas para su efectivización. Para ello deben considerarse una

serie de dimensiones que se recogen en los informes nacionales.

En el panorama latinoamericano se relevan por lo menos dos condiciones orientadas a fortalecer


la construcción del derecho a la educación a nivel real: la gratuidad y la

obligatoriedad, que se analizan a continuación. Ambas condiciones tienen carácter reglamentario,


son de aplicación masiva y responden a políticas públicas nacionales.

Caruso, Di Pierro, Ruiz y Camilo (2008), “Situación presente de la educación de personas jóvenes y
adultas en América Latina y el Caribe”, Informe Regional, CEAAL Y CENTRO DE COOPERACIÓN
REGIONAL PARA LA EDUCACIÓN DE ADULTOS EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, México.

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