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Conferencia 2017-2018

Marta Asperilla Ruiz

CONFERENCIA: MEDICINA
BASADA EN LA EVIDENCIA
Conferencia de un epidemiólogo, con los mayores índices de publicación en España.

ATENCIÓN: COMPLETAR CON LAS DIAPOS QUE SUBIRÁN A MOODLE

La medicina basada en la evidencia tiene como objetivo intentar responder a las preguntas de
interés clínico; que da la casualidad que son las mismas que se preguntan los pacientes. Para
ello un paso muy importante es recurrir a la literatura médica, pudiendo leer así estudios previos
que contesten esas preguntas.

Si se le aplica un fármaco a una persona, éste puede funcionar o no, pero el problema es que no
se puede individualizar, se debe generalizar. Es decir, tú debes sacar fármacos para la población,
no para cada individuo. Para hacer esto se debe recurrir a la probabilidad y sus resultados son
lo que se utilizarán. Partiendo de la probabilidad se puede razonar qué le pasará a un individuo
a partir de los datos que se obtienen de los experimentos hechos sobre una muestra poblacional,
pero no al revés; no se puede saber qué le pasará a la mayoría de la población a partir de una
experiencia individual.

La medicina basada en la evidencia es, por tanto, la aplicación de experiencias hechas sobre
grupos de pacientes similares a un individuo particular.

¿Es necesaria la medicina basada en evidencias? Sí, porque:

- La experiencia del médico (el ojo clínico) no suele ser suficiente para una adecuada toma
de decisiones

- Hay gran variabilidad en la práctica clínica: entre pacientes, entre terapeutas, entre las
máquinas de medición…

- Algunas veces las decisiones clínicas no son las mejores posibles

Se crea entonces una “Regla de 5 Pasos” para intentar resolver cualquier problema de salud,
cuyos pasos son los siguientes:

1. Formularse una pregunta de interés clínico de la que se quiere obtener su respuesta.


Ejemplos: ¿Cuál es el pronóstico de una enfermedad? ¿Cuál es la eficiencia y la
seguridad? ¿Cuál es el objetivo de salud que se debe alcanzar?
Conferencia 2017-2018
Marta Asperilla Ruiz

2. Buscar sistemáticamente la evidencia disponible en la literatura. Para ello tenemos una


gran variedad de fuentes posibles:

a. Bases de datos formales: PubMed, revistas científicas o tesis doctorales, por


ejemplo.

b. Bases de datos informales: Por ejemplo, Google (ya sea el Scholar o no); no es
que sea una mala base de datos, es sólo que es informal. En estas bases de datos
informales se puede encontrar literatura gris (por ejemplo, meterse en la Clínica
Mayo para saber cuál es su protocolo en una determinada cirugía).

3. Evaluar la evidencia, centrándose en una serie de campos:

a. Validez. Evaluando si hay sesgos, factores de confusión, cuál es su probabilidad


de error… Se debe descartar la presencia de errores que pueden ser de dos
tipos:

i. Errores sistemáticos. Son aquellos que están presentes en todas las


mediciones y no son debidos al azar; como un error en la técnica, como
el calibrado de una máquina. Bajo las mismas condiciones, su valor y
signo permanecen constantes o varían de acuerdo a una ley definida.
En el ejemplo del calibrado, si la máquina mide y da datos más altos,
todos los pacientes aparecerán con datos más altos.

ii. Errores aleatorios. Son aquellos debidos al azar, como la variabilidad


biológica entre personas, debido al tiempo…

Hay que tener en mente una cosa, la mejor evidencia encontrada en un ensayo
clínico no es evidente, lo tienen que decir varios estudios. Es decir, debe haber
varios estudios y todos ellos tienen que tener consistencia entre ellos. Además,
para generalizar en ciencia hay repetir y repetir el estudio. Eso sí, con
variabilidad entre las muestras de cada estudio. Por ejemplo, para saber cómo
afecta un determinado fármaco un estudio tendría que centrarse en hombres,
otro en niños, otro en embarazadas, otro en ancianos…

b. Importancia. Hay que pensar en el riesgo de partida. Frase literal del


epidemiólogo: “Multiplicar por cien una mierda, sigue siendo una mierda”. Es el
mismo ejemplo que los dichos en clase, se puede demostrar la diferencia entre
tratar con el fármaco antiguo o tratar con el nuevo, pero si esa diferenciar es
bajar sólo 1 mmHg la presión arterial… Eso es una mierda.

c. Aplicabilidad. ¿Mi paciente se parece a los pacientes que estuvieron en ese


estudio? Además de las características biológicas del paciente hay que sumar su
posición socioeconómica, ocupación, ingresos… ¿Se puede permitir este
fármaco?

4. Poner en práctica los hallazgos del estudio, unido a los valores y las opiniones del
paciente, junto con la experiencia del médico (la casuística).
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Marta Asperilla Ruiz

5. Evaluar los resultados. Se salta de la eficacia a la efectividad, a lo que ocurre en la


práctica real. En un futuro cercano toda la información incluida como Big Data (toda la
información del paciente, la información del estudio, del fármaco…) podrá ser usada
para buscar peculiaridades de distintos grupos de personas para así obtener una
“terapia a la carta” para mi paciente, una medicina centrada en él y que se sepa que va
a ser efectiva. A esto se le llama medicina de precisión, y no se ha llegado aún a ella.

Y finalmente, seguir practicando e investigando.

“Y si poseyera toda la ciencia, pero no tuviera caridad,


nada sería”

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