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Chapter Title: Las ecologías de saberes

Book Title: Boaventura de Sousa Santos


Book Subtitle: Construyendo las Epistemologías del Sur Para un pensamiento alternativo
de alternativas, Volumen I
Published by: CLACSO

Stable URL: https://www.jstor.org/stable/j.ctvt6rmq3.9

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Las ecologías de saberes*

D esde posiciones distintas, el pensamiento


abisal y el conocimiento como emancipa-
ción (que va de un punto de ignorancia llamado
central de la sociología de las ausencias es que
no existen la ignorancia ni el conocimiento en
general. Toda ignorancia lo es respecto de un
colonialismo a un punto de conocimiento lla- determinado tipo de conocimiento, y todo co-
mado solidaridad) y también la razón cosmo- nocimiento es la superación de una ignorancia
polita subalterna, convergen en la búsqueda particular. Aprender un determinado conoci-
de Epistemologías del Sur basadas en apren- miento puede implicar olvidar otros tipos de
der del Sur anti-imperial. Las Epistemologías saberes o, en realidad, ignorarlos. En otras pa-
del Sur se construyen con dos procedimientos labras, desde el punto de vista de la ecología
principales: las ecologías de saberes y la tra- de saberes, la ignorancia no es necesariamen-
ducción intercultural. En este texto me ocupo te ni una fase anterior ni un punto de partida.
de las ecologías de saberes. Puede ser perfectamente un punto de llegada,
La ecología de saberes se opone a la lógica resultado del olvido o el desaprendizaje que el
de la monocultura del conocimiento y del rigor proceso de aprender implica. Así pues, en cada
científico, e identifica otros saberes y criterios paso de la ecología de saberes es fundamental
de rigor y validez que operan de forma creíble preguntarse si lo que uno aprende es válido y si
en prácticas sociales que la razón metonímica lo que uno ya sabe se debe olvidar o desapren-
declara no existentes. En este sentido, la idea der, y por qué. La ignorancia es descalificada
cuando lo que uno aprende tiene mayor valor
* Extraído de Santos, B. de Sousa 2017 Justicia entre que lo que olvida. O, si no, la ignorancia equi-
saberes Epistemologías del Sur contra el Epistemici- vale a la docta ignorancia de Nicolás De Cusa.
dio. (Madrid: Morata) pp. 237-263.
La utopía del interconocimiento consiste en

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aprender conocimientos nuevos y menos fami- solo se basa en la idea de una distribución más
liares sin tener que olvidar necesariamente los equitativa del conocimiento científico. Más allá
antiguos ni los propios. Tal es la idea de pru- del hecho de que tal distribución es imposible
dencia que subyace en la ecología de saberes. en las condiciones del capitalismo global, el co-
Esta da por supuesto que todas las prácticas nocimiento científico tiene unos límites intrín-
racionales en que intervienen seres humanos, y secos en lo que se refiere a las intervenciones
seres humanos y naturaleza, conllevan más de que promueve en la práctica (Harding, 1996).
un tipo de saber y, por consiguiente, también En la ecología de saberes, buscar credibili-
más de un tipo de ignorancia. Desde este punto dad para los conocimientos no científicos no
de vista epistemológico, las sociedades capita- conlleva desacreditar el conocimiento científi-
listas modernas se caracterizan por favorecer co. Implica, más bien, utilizarlo en un contexto
las prácticas en las que prevalecen las formas más amplio de diálogo con otros conocimien-
de conocimiento científico. Esto significa que tos. En las condiciones actuales, dicho uso del
solo se considera descalificadora la ignorancia conocimiento científico es contrahegemónico.
de estas formas. Como consecuencia de este Se trata, por un lado, de explorar concepciones
estatus privilegiado que se otorga a las prácti- alternativas que estén en el interior del cono-
cas científicas, se favorece la intervención de cimiento científico y que se hayan hecho visi-
estas en la realidad humana y social. Cualquier bles a través de epistemologías pluralistas de
error o desastre que puedan provocar se acep- diversas prácticas científicas (en particular, las
tan socialmente y se consideran un coste in- epistemologías feministas) y, por otro lado, de
evitable que hay que superar o compensar con promover la interdependencia entre los sabe-
nuevas prácticas científicas. res científicos producidos por la modernidad
El conocimiento científico no está distribui- occidental y saberes distintos no científicos.
do de forma equitativa, por lo que sus inter- Este principio de la incompletitud de todos
venciones en la práctica tienden a servir a los los saberes es la condición previa de los diá-
grupos sociales que tienen mayor acceso a él. logos y debates epistemológicos entre diferen-
En última instancia, la injusticia social se basa tes conocimientos. Lo que cada conocimiento
en la injusticia cognitiva. Sin embargo, la lucha aporta a ese diálogo es cómo consigue que
por la justicia cognitiva nunca tendrá éxito si cierta práctica acabe con una determinada

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ignorancia. Confrontación y diálogo entre sa- son alternativas al conocimiento científico.


beres es confrontación y diálogo entre los di- La idea de alternativas presupone la idea de
ferentes procesos a través de los cuales las normalidad, y esta, la idea de norma, de modo
prácticas que sean diversamente ignorantes que, si no se especifica nada más, la designa-
se convierten en prácticas que sean también ción de algo como alternativo tiene una con-
diversamente conocedoras. Todos los cono- notación latente de condición subalterna. Si
cimientos tienen límites internos y externos. tomamos como ejemplo la biomedicina y la
Los internos se refieren a las restricciones que medicina tradicional africana, no tiene senti-
son consecuencia de lo que todavía no se sabe, do considerar que la segunda, que predomina
pero al final, por un determinado tipo de cono- con mucha diferencia en África, sea alternativa
cimiento, se puede saber. Los límites externos a la primera. Lo que importa es identificar los
se refieren a lo que no se sabe ni se puede saber contextos y las prácticas en que ambas ope-
mediante un determinado tipo de conocimien- ran, cómo conciben la salud y la enfermedad, y
to. Desde el punto de vista de la ecología de cómo superan la ignorancia (como enfermedad
saberes, los límites externos implican recono- no diagnosticada) mediante el conocimiento
cer intervenciones alternativas que solo son aplicado (como cura o como sanación).1
posibles con otros tipos de conocimiento. Una La ecología de saberes no implica aceptar el
de las características específicas del conoci- relativismo. Al contrario, desde el punto de vis-
miento hegemónico es que solo reconoce los ta de una pragmática de la emancipación social,
límites internos. El uso contrahegemónico de el relativismo, entendido como ausencia de cri-
la ciencia moderna constituye una exploración terios de jerarquía entre los conocimientos, es
paralela y simultánea de sus límites internos y una posición insostenible, porque hace impo-
externos. Por esta razón, el uso contrahegemó- sible cualquier relación entre el conocimiento
nico de la ciencia no se puede limitar solo a la y el significado de la transformación social. Si
ciencia. Solo tiene sentido dentro de la ecolo- todos los diferentes tipos de conocimiento son
gía de saberes.
Tal ecología de saberes permite superar la
1 Aún existen contextos y prácticas que expresan
monocultura del conocimiento científico, y
“terceros” conocimientos médicos generados por la
asentar la idea de que los saberes no científicos complementariedad entre los dos tipos de medicina.

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igualmente válidos como conocimiento, todo la idea que tenga de “otro mundo posible”; el
proyecto de transformación social es igual- debate así concebido tiene poco que ver con
mente válido, o igualmente no válido. El objeti- medios alternativos para alcanzar los mismos
vo de la ecología de saberes es crear un nuevo fines; se trata de hablar de fines alternativos.
tipo de relación, una relación pragmática, en- La ecología de saberes se centra en las re-
tre el conocimiento científico y otros tipos de laciones concretas entre los saberes y en las
conocimiento. Consiste en asegurar la “igual- jerarquías y fuerzas que se generan entre ellos.
dad de oportunidades” a los distintos tipos de En realidad, ninguna práctica concreta sería
conocimiento que intervienen en las cada vez posible sin tales jerarquías. Lo que la ecología
más amplias discusiones epistemológicas, con de saberes cuestiona son las jerarquías y fuer-
la idea de maximizar sus respectivas aportacio- zas abstractas que la historia, a través de ellos,
nes a la construcción de “otro mundo posible”, ha naturalizado.
es decir, una sociedad más justa y democráti- Las jerarquías concretas deben emerger de
ca, y también una sociedad más equilibrada en la validación de una determinada interven-
sus relaciones con la naturaleza. No se trata de ción en la práctica respecto a otras interven-
otorgar la misma validez a todos los tipos de ciones alternativas. Entre los diferentes tipos
conocimiento, sino de hacer posible un debate de intervención puede haber complementa-
pragmático entre criterios alternativos válidos riedades o contradicciones; en todo caso, el
sin descalificar de forma inmediata todo lo que debate entre ellos debe estar presidido tanto
no encaje en el canon epistemológico de la por juicios cognitivos como por juicios éti-
ciencia moderna. La igualdad de oportunidades cos y políticos. La objetividad que preside el
que hay que garantizar a los diferentes tipos de juicio cognitivo de una determinada práctica
conocimiento no se debe tomar en sentido lite- no choca necesariamente con la evaluación
ral, es decir, como una igualdad de oportunida- ético-política de dicha práctica.
des para conseguir unos objetivos predetermi- El impulso que mueve a la ecología de sa-
nados. Tal como aquí se entiende, la igualdad beres está en el hecho de que las luchas so-
de oportunidades implica que cada tipo de co- ciales, particularmente en el Sur global, hacen
nocimiento que participe en la conversación de visibles realidades sociales y culturales en las
la humanidad, como dijo John Dewey, aporte que la fe en la ciencia moderna es débil, y son

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más visibles los lazos entre la ciencia moder- si se abandona la concepción lineal del tiem-
na y los objetivos de la dominación colonial e po. Solo así será posible ir más allá de Hegel
imperial, al mismo tiempo que en las prácticas (1970), para quien ser miembro de la humani-
sociales de grandes sectores de la población dad histórica —es decir, ser griego y no bárba-
persisten otros tipos de conocimiento no cien- ro en el siglo V a.C., ciudadano romano y no
tífico y no occidental. Estas luchas no descar- griego en los primeros siglos de nuestra era,
tan necesariamente el conocimiento científico cristiano y no judío en la Edad Media, europeo
ni la cultura occidental hegemónica, sino que y no “salvaje” del Nuevo Mundo en el siglo XVI
los interrogan, generando así interpretaciones y, en el siglo XIX, europeo (incluido el europeo
posiblemente más ricas que las que ofrecen desplazado de Norteamérica) y no asiático,
las Epistemologías del Norte. A esto se refiere que está congelado en la historia, ni africano,
Roberto Retamar cuando dice que “no hay más que ni siquiera forma parte de la historia—. El
que un tipo de persona que conozca de veras, contexto cultural en que emerge la ecología
en su conjunto, la literatura europea: el colo- de saberes es ambiguo. Por un lado, la idea de
nial” (1989: 28). la diversidad sociocultural del mundo ha ido
En lo que sigue analizo con mayor detalle al- ganando aceptación en los movimientos socia-
gunas de las consideraciones anteriores. les en las tres últimas décadas, lo cual debería
favorecer el reconocimiento de la diversidad
La ecología de saberes y la pluralidad epistemológicas como una de
y la inagotable diversidad las dimensiones de esa pluralidad. Por otro
de la experiencia del mundo lado, si todas las epistemologías comparten
La ecología de saberes se asienta en la idea las premisas culturales de su tiempo, es posi-
de copresencia radical. Copresencia radical ble que una de las premisas más asentadas del
significa que las prácticas y los agentes de am- pensamiento abisal sea hoy la creencia en la
bos lados de la línea abisal son contemporá- ciencia como la única forma válida y exacta de
neos siempre y cuando haya más de un tipo conocimiento. Ortega y Gasset (1942) propone
de contemporaneidad. Copresencia radical una distinción radical entre creencias e ideas,
significa equiparar simultaneidad con contem- y las segundas significan ciencia o filosofía.
poraneidad, lo cual solo se puede conseguir La distinción se basa en el hecho de que las

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creencias forman parte integral de nuestra implica renunciar a cualquier epistemología


identidad y subjetividad, mientras que las ideas general. En todo el mundo, no solo hay formas
son externas a nosotros. El origen de nuestras muy diversas de conocimiento de la materia,
ideas está en las incertidumbres y permanecen la sociedad, la vida y el espíritu, sino también
asociadas a ellas mientras que, en cambio, el muchos y muy diversos conceptos de lo que
de las creencias está en la ausencia de duda. cuenta como conocimiento y los criterios que
En esencia, es una distinción entre ser y te- se puedan utilizar para validarlo. En este sen-
ner: somos lo que creemos, pero tenemos tido, lo que es válido para la teoría es válido
ideas. Una característica típica de nuestro también para la epistemología. En el período
tiempo es el hecho de que la ciencia moder- transicional en que estamos entrando, donde
na pertenece tanto al reino de las ideas como aún prevalecen las versiones de totalidad y la
al de las creencias. La creencia en la ciencia unidad del conocimiento, probablemente ne-
está muy por encima de cualquier cosa que cesitamos una postura epistemológica general
podamos conseguir con las ideas científicas. residual o negativa para avanzar: una epistemo-
Por lo tanto, la relativa pérdida de confianza logía general de la imposibilidad de una episte-
epistemológica en la ciencia que impregnó mología general.
toda la segunda mitad del siglo XX, estuvo Dos factores principales explican la emer-
acompañada del auge de la creencia popular gencia de la ecología de saberes. El primero
en la ciencia. La relación entre creencias e es la fuerte presencia política de pueblos y
ideas en lo que a la ciencia se refiere ha de- visiones del mundo del otro lado de la línea
jado de ser una relación entre dos entidades que juntos participan en la resistencia global
distintas, para convertirse en una relación al capitalismo, es decir, como importantes
entre dos formas de experimentar la ciencia. agentes de la globalización contrahegemóni-
Esta dualidad significa que el reconocimiento ca. El segundo factor es la confrontación in-
de la diversidad cultural del mundo no signi- édita entre concepciones radicalmente distin-
fica necesariamente reconocer la diversidad tas de sociedad alternativa, tan distintas que
epistemológica del mundo. no se pueden juntar en el marco de una única
En este contexto, la ecología de saberes es alternativa totalizadora. Basta con mencionar
básicamente una contraepistemología. Esto la lucha de los campesinos pobres de todo el

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mundo contra el acaparamiento de tierras y Todo esto invita a una reflexión más profun-
los monocultivos agroindustriales; o las lu- da sobre la diferencia entre la ciencia como
chas de los pueblos indígenas de toda Améri- conocimiento monopolista y la ciencia como
ca Latina contra megaproyectos como presas parte de la ecología de saberes.
y autopistas que cruzan los parques naciona-
les y los territorios en que viven, o contra la La ciencia moderna como parte
explotación minera a cielo abierto a una es- de la ecología de saberes
cala sin precedentes. Se enfrentan a menudo Como señalaba antes, el conocimiento cien-
a gobiernos progresistas u organizaciones de tífico como producto del pensamiento abisal
obreros y mineros para quienes los benefi- no está distribuido socialmente de forma equi-
cios que reporta tal “desarrollo de las fuerzas tativa, ni lo podría estar, porque en sus orígenes
productivas” pueden posibilitar una riqueza se diseñó para convertir este lado de la línea en
compartida y mejores servicios sociales. O las el sujeto del conocimiento, y el otro lado de la
nuevas presencias colectivas en la esfera pú- línea en objeto del conocimiento. Las interven-
blica, como la de los indignados de Europa ciones prácticas a las que favorece suelen ser
o las personas del movimiento okupa de Es- aquellas que sirven a los grupos sociales que
tados Unidos, que en sus luchas (muy diver- tienen mayor acceso al conocimiento científi-
sas) se enfrentan no solo a gobiernos conser- co. Mientras se sigan trazando líneas abisales,
vadores que están al servicio del gran capital, la lucha por la justicia cognitiva no triunfará si
sino también a partidos de izquierda y orga- se basa exclusivamente en la idea de una distri-
nizaciones sociales progresistas para quienes bución más equitativa del conocimiento cien-
esas luchas son utópicas, contraproducentes tífico. Aparte del hecho de que la distribución
y terminan por ser instrumento de las estruc- equitativa es imposible en las condiciones del
turas de poder dominantes. La globalización capitalismo y el colonialismo, el conocimiento
contrahegemónica destaca por la ausencia de científico tiene unas limitaciones intrínsecas
una única alternativa globalmente válida. La en lo que se refiere a los tipos de intervención
ecología de saberes pretende dar consisten- práctica que posibilita.
cia epistemológica al pensar y actuar plural y
proposicional.

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La pluralidad interna dominante sigue dependiendo mucho del po-


de las prácticas científicas2 sitivismo y su creencia en la neutralidad de la
La cuestión de la pluralidad interna la ciencia moderna, su indiferencia ante la cultu-
plantearon, en Occidente, sobre todo las epis- ra, su monopolio del conocimiento válido, su
temologías feministas,3 los estudios sociales supuesta excepcional capacidad para generar
y culturales de la ciencia, y las corrientes de el progreso de la humanidad. En el extremo
la historia y la filosofía que estos últimos in- opuesto están los críticos radicales de la cien-
cluyen.4 En general, las designamos como cia moderna, de la que tienen una visión dis-
epistemologías de la pluralidad de las prácti- tópica, y subrayan su naturaleza destructiva y
cas científicas. Buscan una tercera vía entre antidemocrática, su pseudoneutralidad pues-
la epistemología convencional de la ciencia ta al servicio de los intereses dominantes, y
moderna y otras formas alternativas de sa- el agudo contraste entre avance tecnológico
ber. Desde su perspectiva, con independen- y estancamiento, cuando no retroceso, en lo
cia de las nuevas ciencias emergentes (las relativo al desarrollo ético de la humanidad.
ciencias de la complejidad), la epistemología La tercera vía da por supuesto que estas dos
posturas, aunque supongan una polarización,
en última instancia comparten la misma con-
2 En esta sección me baso en Santos, Meneses & Nu- cepción de la ciencia: el esencialismo científi-
nes (2007).
co, el excepcionalismo científico, la autorre-
3 Las epistemologías feministas —el plural tiene la ferencialidad y el representacionalismo. La
intención de abordar la diversidad de posiciones sobre
tercera vía emerge de la oposición a tal con-
esta materia dentro del feminismo— han sido centrales
en la crítica de los dualismos “clásicos” de la moder- cepción y del intento de salvaguardar las co-
nidad, como la naturaleza/cultura, el sujeto/objeto y el sas positivas que la ciencia moderna ha creado
humano/no humano, así como la naturalización de las (Harding, 1998: 92).
jerarquías de clase, sexo/género y raza (Soper, 1995). Las epistemologías de la tercera vía han des-
4 Véase por ejemplo la prolífica literatura que apor- velado que la investigación depende de una
tan Santos (1995; 2000; 2007b; 2009); Pickering (1992); compleja mezcla de constructos de la ciencia y
Lynch (1993); Jasanoff (1995); Galison & Stump (1996);
la no ciencia: la selección de temas, problemas,
Latour (1999); Kleinman (2000); Nunes & Gonçalves
(2001); Stengers (2007). modelos teóricos, metodologías, lenguajes,

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imágenes y formas de debate; a través de la una pluralidad más bien inestable de culturas
investigación histórica y etnográfica, han es- científicas y epistémicas, y de configuraciones
tudiado las culturas materiales de las ciencias de los conocimientos.5
(Galison, 1997; Kohler, 2002; Keating & Cam- En los siglos XVI y XVII, ya había posturas
brosio, 2003), las diferentes formas en que los diferentes sobre lo que se entendía por ciencia
científicos se relacionan con los contextos ins- y hechos científicos.6 Sin embargo, curiosa-
tituciones, con sus iguales, con el Estado, con mente, las diversas formas de indagación que
las agencias y entidades que les financian, y se identificarían con la ciencia moderna no
con los intereses económicos o el interés pú- solo trataban de una amplia diversidad de te-
blico; han subrayado la importancia capital de mas y objetos aún no vinculados a disciplinas o
la idea de conocimiento como una construc- especialidades distintas, sino que también per-
ción, como la interacción, mediante prácticas mitían diferentes procedimientos: la observa-
socialmente organizadas, de actores humanos, ción naturalista, la descripción y clasificación
materiales, instrumentos, formas de hacer las de animales y minerales, la experimentación
cosas y habilidades, para crear algo que antes
no existía, con nuevos atributos, no reducibles
5 Para diferentes enfoques de este tema, véanse Ga-
a la suma de los heterogéneos elementos mo- lison & Stump (1996); Nunes (1998;1999; 2001); Wallers-
vilizados para su creación; y, por último, han tein (2007); Wagner (2007); Stengers (2007).
escudriñado las condiciones y los límites de la 6 Este tema ha atraído la atención de autores par-
autonomía de las actividades científicas, y con ticularmente interesados en la historiografía de la re-
ello han desvelado sus conexiones con los con- volución científica (por ejemplo, Shapin, 1996; Osler,
textos sociales y culturales en que se llevan a 2000). Tales historiadoras feministas de la ciencia
como Londa Schiebinger (1989) o Paula Findlen (1995)
cabo. Con sus análisis de la heterogeneidad de
han demostrado que la diversidad de temas, métodos y
las prácticas y de los relatos científicos, estos concepciones del conocimiento en los siglos XVI y XVII
planteamientos han reventado la supuesta uni- incluía el protagonismo de las mujeres. A medida que
dad epistemológica y praxiológica de la ciencia, las ciencias se institucionalizaron, muchos de los co-
y han convertido la oposición de las “dos cultu- nocimientos creados por las mujeres debían ser apro-
piados por una comunidad científica abrumadoramente
ras” (ciencias y humanidades) como elemento
masculina o simplemente descartados como formas de
estructurador del campo del conocimiento en conocimiento.

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controlada, los recursos matemáticos, la es- El intento de reducir la ciencia a un único


peculación filosófica. La diferencia y especia- modelo epistemológico inspirado en la mecá-
lización dentro de las ciencias, es, por tanto, el nica de Newton y basado en la matematización
resultado de un proceso histórico que se debe como ideal de la cientificidad,8 fue rebatido
entender en el contexto de la distinción entre por una diversificación de prácticas situadas
ciencia y tecnología, una distinción que se si- que coexistían o estaban interrelacionadas con
gue utilizando con frecuencia para defender una “ecología de las prácticas” (Stengers, 1996;
la neutralidad intrínseca de la ciencia y situar 1997), que albergaba un modelo epistemológico
las consecuencias de la investigación científica distintivo pero vinculado también a espacios y
—deseables o indeseables— con sus aplicacio- tiempos específicos. Durante más de tres déca-
nes. Estos cambios que en las últimas décadas das, los estudios sociales de la ciencia produje-
han experimentado la organización del conoci- ron un amplio conjunto de estudios empíricos
miento científico y sus relaciones con la inno- y reflexiones teóricas y epistemológicas sobre
vación y el desarrollo tecnológicos en campos las características situadas de la producción
como la física de altas energías y la biología del trabajo científico. El reconocimiento de
molecular, han conducido a importantes ree- los principios que daban legitimidad a las dife-
valuaciones del registro histórico de esta divi- rentes prácticas constituidas como ciencias se
sión, que han aportado pruebas de la existencia tradujo no solo en la afirmación de una diversi-
de muchas situaciones en el pasado en que la dad de modelos de cientificidad, sino también
innovación y el desarrollo tecnológicos eran en tensiones entre estos modelos dentro de las
inseparables de la actividad de la propia in- propias ciencias.
vestigación científica. El tan utilizado término
“tecnociencia” fue propuesto como una forma
de describir la imposibilidad de una diferencia- Los ensayos en Santos (2007a) muestran cómo la im-
ción radical de la ciencia y la tecnología.7 posibilidad de distinguir la ciencia de la tecnología es
un factor crucial para la comprensión de la dinámica
global del conocimiento y sus concomitantes desigual-
7 Sobre la relación entre ciencia y tecnología, véase dades, tensiones y conflictos.
Latour (1987) y Stengers (1996; 1997), así como el tra- 8 El modelo fue sacudido por la física cuántica y
bajo citado en la nota 5 sobre ciencia y cultura material. otros desarrollos convergentes.

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Las ecologías de saberes239

Insistir en las fronteras a menudo supuso decir, de varias formas de mirar y manipular el
impedir la consolidación de nuevas disciplinas mundo, aunque este sea en sí mismo único y
o campos científicos. Sin embargo, la realidad homogéneo (la hipótesis del universo)? ¿O tal
es que algunos de los avances más innovado- vez existen causas de tal diversidad, una diver-
res en el conocimiento científico en las últimas sidad que deriva de la propia heterogeneidad
décadas se produjeron precisamente “entre del mundo (la hipótesis del pluriverso)? Sea
fronteras”. No me refiero a la “interdisciplina- como fuere, la diversidad epistemológica no
riedad”, una especie de colaboración entre las es el simple reflejo o epifenómeno de la diver-
disciplinas que presupone respetar las fronte- sidad o heterogeneidad ontológica. No existe
ras. A diferencia de la vigilancia típica de la una forma esencial ni definitiva de describir,
interdisciplinariedad, el “trabajo de frontera” ordenar y clasificar los procesos, las entidades
a que me refiero puede, en el mejor de los ca- y las relaciones del mundo. La propia acción
sos, generar nuevos objetos, nuevas preguntas de conocer, como repetidamente nos recuer-
y nuevos problemas, y, en el peor, conducir a la dan los filósofos pragmáticos, es una interven-
“colonización” de nuevos espacios, presas del ción en el mundo, una intervención que nos
conocimiento sometido a los “viejos” modelos.9 sitúa dentro de él como partícipes activos en
¿Es posible que esta “desunidad” y diver- su producción. Diferentes modos de conoci-
sidad de la ciencia sea simplemente conse- miento, por ser irremediablemente parciales
cuencia de un pluralismo epistemológico, es y situados, tendrán diferentes consecuencias
para el mundo y lo afectarán de distinto modo.
La propia capacidad de las ciencias modernas
9 Un ejemplo particularmente interesante de este pro- de crear nuevas entidades y de este modo san-
ceso se refiere a la historia de la biología durante el siglo
cionar una política ontológica (Mol, 2002) —
pasado, sobre todo en lo que respecta a la genética, la
biología molecular y el desarrollo y la biología de la evo- cuyo efecto, intencionado o no, es aumentar la
lución. Sobre las implicaciones epistemológicas y teóri- heterogeneidad del mundo— parece que ava-
cas de esta historia, véase, por ejemplo, Lewontin (2000); la esta idea. Configura un realismo robusto y
Keller (1995; 2000); Oyama (2000); Oyama, Griffiths & una sólida objetividad, una clara conciencia de
Gray (2001); Nunes (2001); Singh (2001); Robert (2004).
la necesidad de identificar de forma exacta y
Sobre los desafíos teóricos y las prácticas científicas en
biología, véase Ramalho-Santos (2003; 2007). precisa las condiciones en que se produce el

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conocimiento y cómo se evalúa sobre la base sentido. Lo que existe —el conocimiento, los
de sus consecuencias observadas o previstas. objetos tecnológicos, los edificios, las carre-
De este modo se puede dar una explicación ri- teras, los objetos culturales— existe porque
gurosa del carácter situado, parcial y construi- está construido mediante prácticas situadas.
do de todos los conocimientos, al tiempo que Como recuerda Latour, la distinción relevante
se rechaza el relativismo como postura episte- no es entre lo real y lo construido, sino entre lo
mológica y moral.10 que está bien construido, que resiste bien las
En este sentido, el concepto de construcción situaciones en que se ponen a prueba su con-
es fundamental como recurso para caracterizar sistencia, solidez y robustez, y lo que está mal
el proceso de formación tanto del conocimien- construido, y por consiguiente es vulnerable a
to como de los objetos tecnológicos. Desde la crítica o la erosión. Esta es la diferencia que
esta perspectiva, construir significa poner en permite distinguir entre factos (bien construi-
relación e interacción, en el marco de prácticas dos) y artefactos (mal construidos).11
organizadas socialmente, materiales, herra- Desde esta perspectiva, las prácticas de pro-
mientas, formas de hacer y competencias para ducción de conocimiento implican trabajar en
crear algo que no existía antes, algo que tenga los objetos, sea para transformarlos en objetos
propiedades nuevas y que no se pueda reducir del conocimiento reconocibles en el marco de
a la suma total de los heterogéneos elemen- lo que ya existe, o para redefinirlos como par-
tos movilizados para conseguir su creación. te de una redefinición más amplia del propio
Así pues, la oposición entre lo real y lo cons- conocimiento. Algunos objetos se transforman
truido, tan a menudo invocada para arreme- al colocarlos en situaciones nuevas, sea porque
ter contra los estudios sociales y culturales adquieren nuevas propiedades sin perder las
de la ciencia y la tecnología, no tiene ningún propias, o porque asumen nuevas identidades,

10 Véase, a este respecto, la propuesta de Dupré de 11 Sobre este tema, ver las contribuciones incluidas en
un “realismo promiscuo” (1993; 2003), que tiene fuer- Santos (2007a). En el concepto de construcción como se
tes afinidades con enfoques pragmatistas (el de John utiliza en los estudios sociales y culturales de la ciencia,
Dewey en particular) explorado anteriormente por hay abundante bibliografía. Para dos discusiones escla-
Santos (1989). recedoras, véase Taylor (1995) y Latour (1999).

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Las ecologías de saberes241

que hacen posible su reapropiación en nuevas obligadas a tratar directamente de las dificulta-
condiciones. Otros objetos mantienen su pro- des relacionadas con la distinción entre sujetos
pia identidad y estabilidad, pero son apropia- y objetos. Desde la biomedicina a las ciencias
dos de forma diferente en situaciones y contex- sociales, e incluido el psicoanálisis, la defini-
tos distintos —como es el caso, por ejemplo, ción de los objetos del conocimiento no se dis-
de determinados objetos que la investigación tingue de una relación con los sujetos consti-
biomédica y la práctica clínica “comparten” tuidos como los objetos de aquel. De modo
—. Sin embargo, al tratar de lo desconocido y que trazar una frontera entre sujeto y objeto se
con ignorancia respecto a las propiedades y el convierte en un paso que nos lleva a trabajar
comportamiento futuro de los nuevos objetos simultáneamente sobre las diversas fronteras
—por ejemplo, los organismos modificados ge- que delimitan los territorios y la historia del
néticamente, los priones o los cambios climá- conocimiento. Si hay que constituir la “materia
ticos— la relación con lo desconocido y la ig- prima” para la producción de conocimiento, no
norancia implícita en lo que se sabe y se puede podemos descartar la relación intersubjetiva y
contar contrasta con el cauto respeto debido el uso “común” del lenguaje, ni las competen-
a lo que uno no sabe (Santos, 1989). Invocar cias interaccionales que científicos y legos com-
la precaución (de la que hablo más adelante) parten como miembros de colectivos o socie-
al ocuparse de fenómenos apenas conocidos dades. Las tensiones internas características de
no supone rechazar el conocimiento ni la in- la historia de las ciencias humanas —incluidas
tervención, sino asumir un determinado ries- la medicina y el psicoanálisis— también tienen
go: cuestionar nuestras propias convicciones que ver con la definición de la frontera entre
y nuestra ignorancia sin reducir lo que uno no sujetos y objetos. Otras oposiciones, como las
sabe a lo que ya sabe, y sin proclamar la irrele- de explicación/comprensión, intentan cimentar
vancia de lo que no se puede describir porque una dualidad epistemológica que, como hoy sa-
no lo conocemos. bemos, no concuerda bien con lo sujetos/obje-
La definición de lo que es un objeto y la dis- tos híbridos de las ciencias humanas.
tinción entre sujeto y objeto aparecen como un Por último, y siguiendo a Sandra Harding
factor más de la diferenciación interna entre (1998; 2006), dentro de la tercera vía entre
las ciencias. Algunas prácticas científicas están la epistemología convencional de la ciencia

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242 Boaventura de Sousa Santos

moderna y otros sistemas alternativos de co- Estos dos enfoques conciben la ciencia de
nocimiento, son posibles dos enfoques del es- forma no esencialista, y reconocen que las
tudio de la ciencia y la tecnología: el enfoque fronteras que los separan de otros sistemas
poskuhniano, desarrollado en el Norte, y los de conocimiento son ambiguas; consideran
estudios poscoloniales, llevados a cabo sobre que todos los sistemas de conocimiento son
todo en el Sur. Los primeros se pueden carac- sistemas de conocimiento local; valoran la di-
terizar de acuerdo con los siguientes temas: los versidad cognitiva de la ciencia entendida más
postulados históricos y culturales han configu- en términos de virtualidad tecnológica que en
rado la historia de la ciencia occidental moder- términos representacionales; por último, creen
na; la ciencia avanza a través de discontinuida- que el sujeto del conocimiento científico, lejos
des conceptuales; el núcleo cognitivo y técnico de ser abstracto, homogéneo y culturalmente
de la ciencia moderna no se puede aislar de la indiferente, es un conjunto muy diversificado
cultura ni la política; las ciencias están desu- de sujetos, con distintas historias, trayectorias
nificadas, como debe ser; concebir la ciencia y culturas, y produce conocimiento científico
como una serie de representaciones oculta la teniendo objetivos igualmente diversificados
dinámica de intervención e interacción; todo (Harding, 1998: 104).
momento de la historia de la ciencia moderna Estos enfoques, que he designado como
comparte los postulados de la diferencia se- epistemologías plurales de las prácticas cientí-
xual de su tiempo. El enfoque poscolonial, a su ficas, están inmersos en el Weltanschauung de
vez, comparte las características poskuhnianas la diversidad y la pluralidad que caracteriza a
pero añade otras dos: en el Norte, se considera la transición paradigmática. Sin embargo, creo
que la ciencia producida en el Norte es toda la que se quedan cortos en el reconocimiento de
que se produce en el mundo; existe una rela- la diversidad y la pluralidad. Excepción hecha,
ción causal entre la expansión europea, el colo- en parte, de los enfoques poscoloniales, estas
nialismo y el desarrollo de la ciencia moderna. epistemologías se han confinado ellas mismas
La ciencia moderna, de la mano del derecho en las ciencias; cuando se refieren a otros sis-
moderno, fue la gran diseñadora de la línea temas de conocimiento, siempre lo hacen des-
abisal y la consiguiente invisibilidad de todo lo de el punto de vista de la ciencia moderna,
que estaba al otro lado de la línea. porque no se tiene debidamente en cuenta el

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Las ecologías de saberes243

otro componente sociocultural de la transición de la idea). A finales del siglo XIX y principios
paradigmática: la globalización hegemónica. del siglo XX, la lucha contra el capitalismo en
Ahora bien, del mismo modo que en la ciencia el Norte se libraba aceptando acríticamente
clásica la unidad de la realidad y el conoci- la unidad de conocimiento y universalismo
miento iba de la mano del universalismo, hoy —como atestiguan Marx y Einstein— en cam-
la diversidad y la pluralidad van acompañadas bio, hoy las luchas contra el capitalismo y el co-
de la globalización hegemónica. lonialismo colocan en primer plano el debate
A diferencia del universalismo, que era la sobre el significado de la diversidad y sobre las
fuerza de una idea que se representa a sí misma contradicciones internas de la globalización.
como impuesta sin la idea de fuerza, la globali- Actualmente, las luchas contra el capitalismo
zación hegemónica es la fuerza de una idea que y el colonialismo avanzan en la medida en que
se reivindica a sí misma por la propia idea de cambian los términos del conflicto. Hay, pues,
fuerza, es decir, por imperativos del libre mer- una diversidad capitalista y colonialista, y una
cado tales como las agencias de clasificación, diversidad anticapitalista y descolonial, una
las condicionalidades impuestas por agencias globalización hegemónica y una contrahege-
financieras multilaterales como el Banco Mun- mónica. La marca de los conflictos entre ellas
dial o el Fondo Monetario Internacional (FMI), recorre todos los debates epistemológicos de
la deslocalización de las empresas, el acapa- nuestro tiempo. De ahí la importancia de ir de
ramiento de tierras, los talleres clandestinos la pluralidad interna a la pluralidad externa, de
repartidos por todo el Sur global, etcétera. En la diferenciación interna de las prácticas cien-
otras palabras, las relaciones de poder, la re- tíficas a la diferenciación entre conocimientos
sistencia, la dominación y las alternativas de científicos y no científicos.
hegemonía y contrahegemonía, son elemen-
tos constitutivos de la globalización. Y es así La pluralidad externa: la ecología
porque hoy la globalización es el marcador he- de saberes
gemónico de los términos del conflicto históri- Los enfoques intercultural y poscolonial han
co-social creado por el capitalismo. La globali- hecho posible el reconocimiento de la existen-
zación es simultáneamente conflicto (la idea de cia de sistemas plurales de conocimiento que
fuerza) y los términos del conflicto (la fuerza son alternativos a la ciencia moderna o que

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244 Boaventura de Sousa Santos

con ella se dedican a nuevas configuraciones globalización, las gobernanzas)? Así pues, las
del conocimiento. La accesibilidad a diversas metamorfosis de la jerarquía relativa a lo que
formas de saber y nuevos tipos de relaciones es y no es científico han variado, e incluyen las
entre ellas lleva abierta cierto tiempo con férti- siguientes dicotomías: monocultural/multicul-
les resultados, sobre todo en el Sur global, don- tural, moderno/tradicional, global/local, desa-
de el encuentro entre los conocimientos hege- rrollado/subdesarrollado, avanzado/atrasado,
mónicos y no hegemónicos es más desigual, etcétera. Cada dicotomía revela cierta domi-
y son más evidentes los límites entre ambos. nación. Como señalaba antes, la dicotomía
Es en estas regiones donde los conocimientos entre conocimiento moderno y conocimiento
no hegemónicos, concebidos como formas de tradicional se basa en la idea de que el cono-
autoconocimiento, se movilizan para organizar cimiento tradicional es práctico y colectivo,
la resistencia contra las relaciones desiguales está profundamente arraigado en lo local y re-
provocadas por el capitalismo, el colonialismo fleja experiencias exóticas. Pero si se da por
y el patriarcado.12 supuesto que todo conocimiento es parcial y
Esta auto-reflexividad subalterna plantea situado, es más adecuado comparar todo tipo
una doble pregunta: ¿por qué todos los cono- de conocimiento (incluido el científico) en tér-
cimientos no científicos se consideran locales, minos de su capacidad para cumplir determi-
tradicionales, alternativos o periféricos?, ¿por nadas tareas en contextos sociales configura-
qué sigue la relación de dominación, aunque dos por lógicas particulares (incluidas las que
cambien las ideologías en que se asienta (el presiden el conocimiento científico). Esta es la
progreso, la civilización, la modernización, la perspectiva que desde finales del siglo XIX ha
informado a la filosofía pragmática, y que hoy
parece especialmente apropiado para el desa-
12 Los debates epistémicos alrededor de la produc- rrollo de aplicaciones constructoras de cono-
ción de conocimientos son extremadamente diversos cimiento, también de conocimiento científico.13
y fértiles. Véanse los análisis de Mudimbe (1988); Al-
vares (1992); Hountondji (1983; 2002); Dussel (2000;
2001); Vishvanathan (1997,;2007); Mignolo (2000; 2003); 13 Sobre esto, véase Santos (2009). En este ensayo,
Chakrabarty (2000); Lacey (2002); Meneses (2007); inspirado en el pragmatismo de William James y John
Xaba (2007). Dewey, defiendo una especie de ciencia orientada hacia

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Las ecologías de saberes245

La diferencia epistemológica que no recono- A lo largo de los siglos, muy diversos cono-
ce la existencia de otros tipos de conocimiento cimientos han desarrollado formas de articula-
además del científico, contiene y oculta otras ción mutua. Hoy es más importante que nunca
diferencias, unas diferencias capitalistas, co- construir una auténtica articulación dialógica
loniales y sexistas. El pensamiento posabisal entre los conocimientos considerados occi-
y la razón cosmopolita subalterna rechazan la dentales, científicos y modernos, y los conoci-
mimesis —entendida como la imitación ser- mientos considerados tradicionales, nativos y
vil de la cultura metropolitana— como meca- locales. No se trata de volver a viejas tradicio-
nismo fundamental de la construcción de la nes, porque lo que está en juego es el hecho de
cultura (Said, 1978; 1980), al tiempo que pro- que cada tecnología lleva consigo el peso de un
mueve formas innovadoras y subversivas de modo de ver y ser en la naturaleza y con otros
saber, basadas en la reconstrucción permanen- seres humanos (Nandy, 1987). Por lo tanto, el
te tanto de los discursos de la identidad como futuro se puede encontrar en el cruce de dife-
de los repertorios de la emancipación social. rentes conocimientos y diferentes tecnologías.
La interculturalidad emancipadora presupone La diversidad epistémica del mundo es
el reconocimiento de una pluralidad de cono- abierta, porque todos los conocimientos son
cimientos y distintas concepciones del mundo situados. La afirmación del carácter universal
y la dignidad humana. Evidentemente, hay que de la ciencia moderna se muestra cada vez más
evaluar la validez de los diferentes conocimien- como tan solo una forma de particularismo,
tos y concepciones, pero no sobre la base de la cuya especificidad consiste en tener el poder
descalificación abstracta de algunos. de definir todos los conocimientos que son sus
rivales como particularistas, locales, contex-
tuales y situacionales.
aplicaciones edificantes, en oposición a técnicas (véase
también Toulmin, 2001; 2007). Pratt (2002) ha estado Para una ecología de saberes, la medida del
argumentando el origen multicultural y la capacidad de realismo es el conocimiento como interven-
incorporación de diferentes contribuciones culturales y ción en la realidad, no el conocimiento como
cognitivas como características de la filosofía pragmá- representación de la realidad. La credibilidad
tica. Este tipo de filosofía podría generar una gama más
de la construcción cognitiva se mide por el
amplia de reciprocidad en el pensamiento filosófico y
epistemológico occidental. tipo de intervención en el mundo que permite

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246 Boaventura de Sousa Santos

o impide. Toda evaluación de esta intervención todo eso habría sido posible a través de ella?
combina siempre lo cognitivo con lo ético-po- Aquí radica el impulso de la copresencia y
lítico, por lo que la ecología de saberes esta- la incompletitud. No existe un único tipo de
blece una distinción entre objetividad analítica conocimiento que pueda explicar todas las in-
y neutralidad ético-política. Hoy en día, nadie tervenciones posibles en el mundo, por lo que
cuestiona el valor general de las intervencio- todos los tipos de conocimiento son incomple-
nes prácticas que la productividad tecnológica tos en diferentes formas. La incompletitud no
de la ciencia moderna ha hecho posibles. Pero se puede erradicar porque cualquier descrip-
esto no debe impedir que reconozcamos el va- ción completa de las variedades de conoci-
lor de otras intervenciones prácticas que otras miento necesariamente no incluiría el tipo de
formas de conocimiento permiten. En muchas conocimiento responsable de la descripción.
áreas de la vida social, la ciencia moderna ha No existe conocimiento que no sea conocido
demostrado una superioridad incuestionable por alguien con algún fin. Todas las formas de
en relación con otras formas de conocimiento. conocimiento sostienen prácticas y constitu-
Sin embargo, hay otras intervenciones en el yen sujetos. Todos los conocimientos son tes-
mundo real que hoy nos son muy valiosas en timoniales porque lo que saben de la realidad
las que la ciencia moderna no ha tomado parte. (su dimensión activa) siempre pasa a reflejarse
Está, por ejemplo, la preservación de la bio- en lo que revelan sobre el sujeto de este cono-
diversidad que las formas rurales e indígenas cimiento (su dimensión subjetiva).
de conocimiento hacen posible, unas formas En el ámbito de la ecología de saberes, la
de conocimiento que, paradójicamente, están búsqueda de la intersubjetividad es tan impor-
amenazadas por las crecientes intervenciones tante como compleja. Las distintas prácticas
impulsadas por la ciencia (Santos, Nunes & Me- del conocimiento tienen lugar a diferentes es-
neses, 2007). ¿Y no es sorprendente la cantidad calas espaciales y de acuerdo con duraciones
de conocimientos, formas de vida, universos y ritmos distintos, por lo que la intersubjeti-
simbólicos y saberes para sobrevivir en condi- vidad implica también la disposición a saber
ciones hostiles que se han conservado gracias y actuar a distintas escalas (interescala) y el
exclusivamente a la tradición oral? ¿Nada nos sometimiento a la articulación de tiempos y
dice sobre la ciencia el hecho de que nada de duraciones distintos (intertemporalidad).

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Las ecologías de saberes247

La mayoría de las experiencias subalternas cuando, por ejemplo, en Brasil, el Movimiento


de resistencia son locales o el conocimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST)
abisal moderno las ha convertido en locales lucha por una reforma agraria, o la duración
y, por tanto, en irrelevantes o inexistentes. del comercio de esclavos, cuando los pueblos
Sin embargo, dado que la resistencia contra afrodescendientes luchan por recuperar los
las líneas abisales ha de tener lugar a escala quilombos, la tierra de los esclavos fugitivos,
global, es imperativo desarrollar algún tipo de sus antepasados; o una duración todavía más
articulación entre las experiencias subalter- larga, cuando los pueblos indígenas luchan por
nas mediante vínculos locales-globales. Para recuperar sus territorios históricos, que los
tener éxito, la ecología de saberes debe ser conquistadores les arrebataron.
transescalar.
Además, la coexistencia de distintas tempo- Relativizar la distinción entre
ralidades o duraciones de las diferentes prácti- la pluralidad interna y la plurali-
cas del conocimiento exige una ampliación del dad externa de saberes:
marco temporal. Las tecnologías modernas el caso de la filosofía africana
han tendido a favorecer el marco temporal y La distinción anterior entre la pluralidad
la duración de la acción del Estado, entendido interna y la pluralidad externa de saberes, a
como la administración pública y como la vida pesar de su valor heurístico, plantea algunos
política (por ejemplo, el ciclo electoral), en problemas. La distinción se basa en la idea de
cambio, las experiencias subalternas del Sur que se pueden definir, inequívocamente, los lí-
global han estado obligadas a responder tan- mites de cada tipo de conocimiento. Esta sería
to a la duración más corta de las necesidades la única forma de saber si estamos ante una
inmediatas de supervivencia, como a la larga pluralidad entre saberes distintos (pluralidad
duración del capitalismo y el colonialismo. externa) o ante variaciones dentro del mis-
Pero incluso en las luchas subalternas puede mo tipo de conocimiento (pluralidad interna).
haber duraciones muy distintas. Un ejemplo: Como veíamos antes, las epistemologías de
la misma lucha por la tierra que libran los las prácticas científicas ampliaron muchísimo
campesinos empobrecidos de América Latina el campo de la pluralidad interna. ¿Ha alcan-
puede incluir la duración del Estado moderno, zado la pluralidad interna su máximo posible?

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248 Boaventura de Sousa Santos

Si observamos con mayor detenimiento la rea- cuya universalidad no queda deslustrada por
lidad, nos damos cuenta de que estas epistemo- el hecho de que hasta hoy se haya desarrolla-
logías, por muy diversas que sean, están confi- do principalmente en Occidente. Por lo tanto,
nadas en las prácticas científicas modernas y cualquier cosa que se pueda designar como
contemporáneas. Cuando las comparamos con filosofía africana no es, de hecho, filosofía, y
la ciencia china que estudió Joseph Needham solo se podría comparar con la filosofía sobre
(1954) o con la ciencia árabe o islámica de la la base de la pluralidad externa. En África, es
edad de oro del Islam (ca. 750 e.c.-ca. 1258 e.c.) la postura que asumen los denominados filóso-
que han estudiado Seyyed Hossein Nasr (1976) fos modernistas. Para otros filósofos africanos,
y tantos otros, o incluso con la ciencia ghan- los tradicionalistas, existe una filosofía africa-
diana o kahdi, ¿nos ocupamos de la pluralidad na que, al estar integrada en la cultura africa-
interna o de la externa? na, es incompatible con la filosofía occidental
Un ejemplo tomado de un campo diferente y, por lo tanto, debe seguir su particular línea
de conocimiento nos ayuda a ver que, para cap- de desarrollo.15 Según los segundos autores, la
tar la diversidad epistemológica del mundo, no comparación o el diálogo, en la medida en que
debemos atribuir un valor absoluto a la distin- sean posibles, implican una pluralidad externa,
ción entre pluralidad interna y externa de los porque con ellos estamos ante dos cuerpos de
conocimientos. Empecemos con una pregunta: conocimiento completamente distintos. Sin
¿un diálogo entre la filosofía occidental y la embargo, lo que queda por explicar es por qué,
filosofía africana es un caso de pluralidad in- a pesar de todas las distinciones hechas, a am-
terna o externa?14 Dado que están en cuestión bos se los llama filosofía.
las dos filosofías, parecería que estamos ante Una explicación es la que dan quienes de-
un caso de pluralidad interna. Sin embargo, fienden una tercera postura. Dicen que no
muchos filósofos, occidentales y africanos por hay una filosofía, sino muchas, y piensan que
igual, piensan que no se puede hablar de una son posibles el diálogo y el enriquecimiento
filosofía africana porque solo hay una filosofía,
15 Sobre este tema, véase Eze (1997); Karp & Maso-
14 El mismo argumento puede ser utilizado en rela- lo (2000); Hountondji (2002); Coetzee & Roux (2003);
ción con un diálogo entre religiones. Brown (2004).

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Las ecologías de saberes249

mutuos. Son los que a menudo se han de en- Dos ejemplos lo ilustran. El filósofo ghanés
frentar a los problemas de la inconmensurabi- Kwasi Wiredu (1990; 1996) sostiene que la filo-
lidad, la incompatibilidad o la ininteligibilidad sofía y la lengua de los Akan, el grupo étnico
recíproca. No obstante, creen que la incon- al que él pertenece, no pueden traducir la idea
mensurabilidad no impide necesariamente la cartesiana de cogito ergo sum. La razón es que
comunicación, y que incluso puede conducir a no existen palabras para expresar esta idea.
formas insospechadas de complementariedad. “Pensar”, en akan, significa “medir algo”, lo cual
Todo depende del uso de adecuados procedi- no tiene sentido si se une a la idea de ser. Ade-
mientos de traducción intercultural. Mediante más, también es muy difícil explicar el “ser” de
la traducción es posible identificar preocupa- sum, porque el equivalente más cercano es algo
ciones comunes, enfoques complementarios y así como “estoy ahí”. Según Wiredu, el locativo
también, claro está, contradicciones inextrica- “ahí” “sería suicida desde el punto de vista tanto
bles.16 Según esta tercera posición, es posible de la epistemología como de la metafísica del
reconocer la pluralidad interna entre saberes cogito”. En otras palabras, la lengua permite que
que se distinguen por profundas diferencias, se expliquen ciertas palabras, pero no otras. Sin
el tipo de diferencias que normalmente exigen embargo, esto no significa que la relación entre
reconocer la pluralidad externa. Cuanto más la filosofía africana y la occidental deba termi-
amplio sea el ejercicio de traducción intercul- nar aquí. Como ha intentado demostrar Wiredu,
tural, más probable es que la comparación se es posible desarrollar argumentos autónomos
convierta en interna. asentados en la filosofía africana, no solo refe-
rentes a la razón de que no se pueda expresar el
cogito ergo sum, sino también referentes a mu-
16 En esta área, los problemas suelen estar asociados
chas ideas alternativas que la filosofía africana
con el lenguaje, y el lenguaje es, de hecho, un instru-
mento clave para lograr una ecología de saberes. Como puede expresar y la occidental no.17
resultado, la traducción debe operar en dos niveles, el El segundo ejemplo es el de Odera Oruka. Se
lingüístico y el cultural. La traducción cultural será una sitúa entre la filosofía occidental y el concepto
de las tareas más difíciles que enfrentan los filósofos,
los científicos sociales y los activistas sociales en el si-
glo XXI. 17 Véase Wiredu (1997) y una discusión de su trabajo
Trato con este tema con más detalle en Santos (2000; 2006). en Osha (1997).

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250 Boaventura de Sousa Santos

africano de sagacidad filosófica. La segunda es por razones que hoy deben ser evidentes para
una aportación innovadora de la filosofía afri- todos. Es posible que algunas de estas personas
cana propuesta por Odera Oruka (1990; 1998) y hayan estado parcialmente influidas por la inevi-
otros.18 Reside en una reflexión crítica sobre el table cultura moral y tecnológica de Occidente.
mundo cuyos protagonistas son los que Odera No obstante, su actitud y su bienestar cultural
Oruka denomina sabios, sean poetas, curande- siguen siendo básicamente los del África rural
ros tradicionales, contadores de historias, músi- tradicional. Salvo un puñado de ellas, la mayoría
cos o autoridades tradicionales. Según el mismo de estas personas son “analfabetas” o “semia-
autor, la filosofía sagaz consiste en los pensa- nalfabetas” (Odera Oruka, 1990: 28).
mientos expresados de los hombres y mujeres En otras palabras, la idea de sagacidad filo-
sabios de una determinada comunidad, y es una sófica africana es una forma de conocimiento
forma de pensar y explicar el mundo que fluctúa tan diferente de la filosofía convencional, que
entre la sabiduría popular (máximas comuna- no podemos sino estar ante un caso de plurali-
les bien conocidas, aforismos y verdades gene- dad externa. Sin embargo, al reclamar una re-
rales de sentido común) y la sabiduría didác- definición de lo que entendemos por filosofía,
tica, una sabiduría expuesta y un pensamiento también se puede entender que apunta a una
racional de unos determinados individuos de pluralidad interna dentro del campo hoy extre-
una comunidad. La sabiduría popular suele ser madamente ampliado de la filosofía.
conformista, en cambio, la sabiduría didáctica
a veces es crítica sobre la disposición comu- La ecología de saberes,
nal y la sabiduría popular. Los pensamientos se la jerarquía y la pragmática
pueden expresar por escrito o como dichos y Una epistemología pragmática se justifica
argumentaciones no escritos relacionados con sobre todo porque a los oprimidos sus expe-
un(os) determinado(s) individuo(s). En el Áfri- riencias vitales se les hacen inteligibles princi-
ca tradicional, la mayor parte de lo que se con- palmente como una epistemología de las con-
sideraría filosofía sagaz sigue sin estar escrita secuencias. En su mundo vital, primero son las
consecuencias y, después, las causas.
La ecología de saberes se basa en la idea
18 Sobre la filosofía de la sabiduría, véase también
Oseghare (1992); Presbey (1997). pragmática de que es necesario reevaluar las

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Las ecologías de saberes251

intervenciones concretas en la sociedad y en elección entre intervenciones alternativas en


la naturaleza que los distintos saberes puedan el mismo ámbito social cuando chocan dife-
ofrecer. Se centra en las relaciones entre los sa- rentes saberes. En este caso, el principio de
beres y en las jerarquías que se generan entre precaución no debe llevar a juicios basados en
ellos, ya que ninguna práctica concreta sería jerarquías abstractas entre los saberes, sino
posible sin esas jerarquías. Sin embargo, más que deben ser producto de deliberaciones de-
que convenir con una única jerarquía universal mocráticas sobre los costes y los beneficios.
y abstracta entre los conocimientos, la ecolo- El siguiente ejemplo demuestra la importancia
gía de saberes prefiere jerarquías dependientes de este principio. En los pasados años sesen-
del contexto, teniendo en cuenta los resultados ta, los sistemas milenarios de regadío de los
concretos que las diferentes prácticas del co- campos de arroz de diversos países asiáticos
nocimiento se propongan o consigan. Las jerar- fueron sustituidos por sistemas científicos, tal
quías concretas emergen del valor relativo de como defendían los profetas de la Revolución
las intervenciones prácticas alternativas. Entre Verde. En Bali, Indonesia, los sistemas de re-
los diferentes tipos de intervención puede exis- gadío tradicionales se basaban en ancestrales
tir complementariedad o contradicciones. Siem- saberes religiosos, agrarios e hidrológicos
pre que haya intervenciones prácticas que, en que eran supervisados por los sacerdotes de
teoría, puedan ser implementadas por distintos Dewi-Danu, la diosa hindú del agua (Callico-
sistemas de conocimiento, la elección concreta tt, 2001: 89-90). Fueron sustituidos porque se
de la forma de conocimiento debe estar infor- consideraba que eran supersticiosos, produc-
mada por el principio de precaución, que, en el to de lo que los antropólogos han llamado el
contexto de la ecología de saberes, se debe for- “culto al arroz”. La realidad es que la sustitu-
mular como sigue: hay que dar preferencia a la ción tuvo consecuencias nefastas para el cul-
forma de conocimiento que garantice el mayor tivo del arroz, tan desastrosas que hubo que
nivel de participación a los grupos sociales im- desechar los sistemas científicos y recuperar
plicados en su diseño, su ejecución y su control, los tradicionales. Pero la auténtica tragedia
y en los beneficios de la intervención. fue que la supuesta incompatibilidad entre los
En este sentido, conviene distinguir dos si- dos sistemas de conocimiento diseñados para
tuaciones diferentes. La primera se refiere a la realizar la misma intervención —regar los

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252 Boaventura de Sousa Santos

arrozales— era consecuencia de una evalua- nadie cuestiona la capacidad de la ciencia mo-
ción incorrecta de la situación provocada pre- derna de llevar a hombres y mujeres a la Luna,
cisamente por los juicios abstractos (basados aunque se pueda poner en cuestión el valor so-
en la validez universal de la ciencia moderna) cial de tal empresa. En este ámbito, la ciencia
sobre el valor relativo de los diferentes sabe- moderna demuestra una superioridad inape-
res. Años más tarde, los modelos computacio- lable respecto a otros tipos de conocimiento.
nales —uno de los campos de las ciencias de Sin embargo, hay otras formas de intervenir
la complejidad— demostraron que las secuen- en la realidad que para nosotros son hoy de
cias de agua gestionadas por los sacerdotes de sumo valor a las que la ciencia no contribuyó
Dewi-Danu eran muchísimo más eficaces que en modo alguno, y que son más bien resulta-
los sistemas científicos de regadío (Callicott, do de otros tipos de conocimiento. Es el caso,
2001: 94). como señalaba antes, de la preservación de la
El otro caso de intervenciones alternativas biodiversidad que los saberes de campesinos e
basadas en cuerpos diferentes de conocimien- indígenas hacen posible.
to es el de las que no tienen lugar en el mismo
ámbito social. En este caso, la decisión entre Orientaciones para el saber prudente
saberes diferentes y que estén en conflicto no La construcción epistemológica de una eco-
obliga necesariamente a sustituir un tipo de logía de saberes no es tarea fácil. Basta pensar
intervención por otra. Solo requiere decidir el en las muchas preguntas que plantea. ¿Cómo
ámbito social sobre el que hay que intervenir hay que distinguir el conocimiento científico
y el tipo de prioridad que hay que establecer. del conocimiento no científico? ¿Cómo se cons-
Como antes señalaba, no es razonable cuestio- truye el interconocimiento? ¿Cómo distinguir
nar hoy el valor general de las intervenciones entre muchos saberes no científicos? ¿Cuál es
en el mundo que han sido posibles gracias a la diferencia entre conocimiento occidental y
la productividad tecnológica de la ciencia. Se no occidental? Si hay varios saberes occidenta-
podrían cuestionar muchas de sus opciones les, ¿cómo distinguir entre ellos?
concretas, como las bombas lanzadas sobre ¿Desde qué perspectivas hay que identi-
Hiroshima y Nagasaki, o la explotación des- ficar a los diferentes saberes? ¿Cuáles son
tructiva de los recursos naturales. Por ejemplo, las posibilidades y los límites de reconocer

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Las ecologías de saberes253

un determinado tipo de conocimiento desde la hegemonía de la epistemología conven-


el punto de vista de otro? ¿Qué tipos de re- cional y la consiguiente monocultura del
laciones o articulaciones son posibles entre conocimiento científico, la presencia y el
los diferentes saberes? ¿Con qué tipos de posible valor de saberes distintos solo se
procedimientos se podrían poner en práctica pueden recuperar mediante una sociología
estas relaciones? ¿Cómo debemos distinguir, de las ausencias y una sociología de las
en las luchas sociales concretas y prácticas, emergencias.
la perspectiva y el conocimiento de los opri- 2. Las crisis y los desastres provocados por el
midos de la perspectiva y el conocimiento de uso imprudente y exclusivo de la ciencia
los opresores? No existen respuestas inequí- son mucho más graves de lo que la episte-
vocas para ninguna de estas preguntas. Una mología científica dominante reconoce. Las
característica de la ecología de saberes es que crisis y los desastres se podrían evitar si se
se constituye a sí misma mediante preguntas valoraran los saberes científicos que, de for-
constantes y respuestas incompletas. De ahí ma subordinada, entran y salen de las prác-
que sea un conocimiento prudente. A conti- ticas científicas, y se valoraran también las
nuación, resumo algunas de las conclusiones prácticas que estos saberes sustentan. En
a las que hasta hoy se ha llegado. Se pueden la ecología de saberes, reconocer los sabe-
entender como posibles orientaciones sobre res no científicos no implica desacreditar el
cómo proceder con un conocimiento pruden- conocimiento científico. Simplemente con-
te y cómo avanzar hacia él. lleva el uso contrahegemónico del segundo.
Se trata, por un lado, de explorar prácticas
1. No existe justicia social global sin justi- científicas alternativas hechas posibles por
cia cognitiva global. La lucha por la jus- las epistemologías plurales de las prácticas
ticia cognitiva no tendrá éxito si depende científicas, y, por otro lado, de valorar la in-
exclusivamente de una distribución más terdependencia de saberes científicos y no
equitativa del conocimiento científico. científicos.
El conocimiento científico tiene unos lí-
3. No existe ningún conocimiento social que
mites intrínsecos en lo que se refiere a la
no sea conocido por algún grupo social con
intervención social que posibilita. Dada

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254 Boaventura de Sousa Santos

un determinado objetivo social. Todos los sobre la realidad interviene en ella y tiene
saberes sustentan prácticas y constituyen sus consecuencias. El conocimiento no es
sujetos. Todos los saberes son testimonia- representación; es intervención. El realis-
les porque lo que saben de la realidad social mo pragmático se centra en la intervención
(la dimensión activa de saberes) también re- más que en la representación. La credibi-
vela el tipo de sujetos del conocimiento que lidad de la construcción cognitiva se mide
actúan sobre la realidad social (su dimen- por el tipo de intervención en el mundo que
sión subjetiva). aporta, favorece o dificulta. La evaluación
4. Todos los saberes tienen límites internos de esta intervención siempre combina lo
y externos. Los límites internos afectan a lo cognitivo y lo ético-político, por lo que la
que un conocimiento dado no sabe aún de la ecología de saberes parte de la compatibili-
realidad social ni de su posible intervención dad entre los valores cognitivos y los ético-
en ella. Los límites externos afectan a las in- políticos. Ahí reside la distinción entre ob-
tervenciones en la realidad social que solo jetividad y neutralidad.
son posibles sobre la base de otros tipos de 6. La ecología de saberes se centra en las re-
conocimiento. Los saberes hegemónicos se laciones entre los saberes, en las jerarquías
caracterizan por conocer solo sus límites y fuerzas que emergen entre ellos. Iniciar la
internos. El uso contrahegemónico de la conversación entre los saberes sobre la pre-
ciencia moderna consiste en la exploración misa de garantizar la igualdad de oportuni-
paralela de los límites internos y externos. dades a todos ellos, no es incompatible con
5. La ecología de saberes es constructivista jerarquías concretas en el contexto de prác-
en lo que se refiere a la representación, y ticas concretas de conocimiento. La eco-
realista en lo que se refiere a la interven- logía de saberes solo combate la jerarquía
ción. No tenemos acceso directo a la reali- establecida por el poder cognitivo universal
dad porque realmente no la conocemos más y abstracto, naturalizado por la historia y
que a través de conceptos, teorías, valores justificado por epistemologías reduccionis-
y el lenguaje que empleamos. Pero, por tas. Las jerarquías concretas surgen de la
otro lado, el conocimiento que construimos evaluación de intervenciones alternativas en
la realidad social. Entre los distintos tipos de

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Las ecologías de saberes255

intervención puede existir complementarie- ser una tarea muy compleja. Prismáticas
dad o contradicción. porque la relación entre los conocimientos
7. La ecología de saberes se rige por el prin- cambia según el tipo de prácticas sociales
cipio de precaución. Siempre que haya in- en que interviene.
tervenciones en la realidad que, en teoría, 9. El problema de la inconmensurabilidad
puedan ser llevadas a cabo por diferentes no solo es relevante cuando los saberes en
sistemas de conocimiento, las decisiones cuestión proceden de distintas culturas;
concretas sobre los tipos de conocimiento también es un problema dentro de la mis-
que hay que favorecer deben estar informa- ma cultura. En lo que se refiere a las cul-
das por el principio de la precaución. Dentro turas occidentales, uno de los temas más
de la ecología de saberes, la formulación de polémicos ha sido cómo la ciencia se auto-
este principio debe ser así: en igualdad de delimita respecto a otras formas de relacio-
circunstancias, hay que privilegiar al tipo narse con el mundo, unas formas considera-
de conocimiento que garantice más partici- das no científicas y hasta irracionales, como
pación a los grupos sociales implicados en las artes, las humanidades, la religión, etcé-
la concepción, la ejecución, el control y el tera. Incluso quienes critican la idea de que
disfrute de la intervención. el conocimiento científico se irá liberando
8. La diversidad del conocimiento no se limi- progresivamente de los elementos “irracio-
ta al contenido ni al tipo de su intervención nales” —como Thomas Kuhn (1970; 1977),
privilegiada en la realidad social. Tam- Gaston Bachelard (1971; 1972; 1975; 1981),
bién incluye las formas en que se formula, Georges Canguilhem (1988) o, en cierta me-
se expresa y se comunica. La ecología de dida, Michel Foucault (1980)— siempre ba-
saberes invita a epistemologías polifónicas san sus paradigmas o epistemes en discon-
y prismáticas. Polifónicas porque los dife- tinuidades entre la ciencia y otros saberes.
rentes conocimientos tienen desarrollos La afirmación de tales discontinuidades exi-
autónomos, distintas formas de producir y ge, como demuestra Thomas Gieryn (1999),
comunicar conocimiento. Esto explica por un constante trabajo de frontera que implica
qué determinar la relación entre ellos suele un permanente control de las lindes y una
persistente vigilancia epistemológica, para

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256 Boaventura de Sousa Santos

contener y repeler los inminentes e insisten- 11. La historia de la relación entre diferentes
tes “ataques de irracionalidad”. saberes es fundamental en la ecología de
Podemos preguntar, por ejemplo, por las po- saberes. La larga duración histórica del ca-
sibles relaciones entre la poesía y la ciencia. pitalismo, el colonialismo y el patriarcado
No me refiero a la ciencia como poesía, sino explica un pasado de relaciones desiguales
al valor epistemológico de la poesía y una entre los saberes. En muchos casos, esas re-
posible epistemología polifónica en que in- laciones condujeron al epistemicidio. El no
tervengan la poesía y la ciencia. Asimismo, ejercicio de la ecología de saberes, por vasto
el conocimiento religioso tiene su propia y profundo que este fuera, pudo borrar el pa-
epistemología, que, en general, se considera sado. En cambio, en la ecología de saberes,
inconmensurable respecto al conocimiento la historia es una sólida parte constituyente
científico. El tema de la relación entre los del presente. Como afirma Banuri (1990), lo
saberes religiosos y los de otro tipo adquie- que más negativamente ha afectado al Sur
re relevancia cuando muchos movimientos desde el principio del colonialismo es tener
sociales que hoy luchan contra la opresión que concentrar sus energías en adaptarse y
basan su militancia en el conocimiento reli- oponerse a las imposiciones del Norte.19 En
gioso y en la espiritualidad (Santos, 2014). la misma línea, Tsenay Serequeberhan (1991:
22) identifica los dos retos a los que hoy se
10. La ecología de saberes pretende ser una lu-
enfrenta la filosofía africana. El primero es un
cha docta contra la ignorancia ignorante.
reto deconstructivo, y consiste en identificar
Una característica distintiva del conocimien-
to hegemónico es su capacidad de imponer
sus criterios de conocimiento e ignorancia al 19 Banuri sostiene que el desarrollo del “sur” ha sido
resto de saberes. La ecología de saberes nos desventajoso “no debido a malos consejos de política
permite tener una visión más amplia tanto o intención maliciosa de los asesores, ni por el desco-
nocimiento de la sabiduría neoclásica, sino porque el
de lo que sabemos, como de lo que no sa-
proyecto ha obligado constantemente a los indígenas
bemos. Lo que no sabemos es producto de a desviar sus energías desde la búsqueda positiva del
nuestra ignorancia, no de la ignorancia en cambio social definido por el pueblo, hasta el objetivo
general. negativo de resistir la dominación cultural, política y
económica por Occidente” (Banuri, 1990: 66).

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Las ecologías de saberes257

los residuos eurocéntricos heredados del más profundo de las posibilidades humanas.
colonialismo y que están presentes en di- La ecología de saberes permite combinar
versos sectores de la vida colectiva, desde saberes que privilegian la fuerza interior
la educación a la política, desde el derecho de la natura naturans con conocimientos
a la cultura. El segundo es un reto construc- (como el científico) que privilegian la fuerza
tivo, y consiste en dar nueva vida a las po- exterior y la natura naturata.20 La ecología
sibilidades culturales e históricas del legado de saberes permite, pues, asentar una ima-
africano interrumpido por el colonialismo y ginación de la voluntad que es incomprensi-
el neocolonialismo. El trabajo de traducción ble para el entendimiento convencional de
intenta atrapar a estos dos movimientos: las la ciencia moderna.21
relaciones hegemónicas entre las experien- La ecología de saberes no se produce solo
cias y lo que hay más allá de esas relaciones. en el ámbito del logos. También se da en el
En este doble movimiento, se reconstruyen ámbito del mythos, el de las presuposicio-
las experiencias sociales desveladas por la nes tácitas que hacen posible el horizonte
sociología de las ausencias, para entregarse de posibilidades de cada conocimiento y
a relaciones de inteligibilidad mutua sin caer los diálogos entre ellas. En este sentido, es
en la canibalización recíproca. fundamental la idea de fermento —vincula-
12. La ecología de saberes pretende facilitar do al “élan vital”, el campo de fuerzas de la
la constitución de sujetos individuales y energía humana que William James y Henri
colectivos combinando la sobriedad en el Bergson llaman espontaneidad tecnológi-
análisis de los hechos con la intensifica- ca (Bloch, 1995: 683), o a la espiritualidad,
ción de la voluntad contra la opresión. Se como simplemente lo llaman los pueblos
reivindica la sobriedad por la multiplicidad originarios—. Con la naturaleza polifónica
de perspectivas cognitivas sobre la rea-
lidad de la opresión. Esta es siempre pro-
ducto de una multitud de saberes y fuerzas. 20 Sobre la tecnología de la voluntad, véase Bloch
Las jerarquías, también, actúan de acuerdo (1995: 675).
con redes. La intensificación de la voluntad, 21 Sobre la imaginación y la encrucijada de saberes,
a su vez, es resultado de un conocimiento véase Visvanathan (1997; 2007).

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258 Boaventura de Sousa Santos

de la ecología de saberes se pretende fo- 13. La ecología del saber señala el paso de una
mentar subjetividades rebeldes competen- política de movimientos a una política de
tes. Lo que está en juego es la formación intermovimientos. Los intereses que moti-
de una espontaneidad que cimente una vo- van el ejercicio de la ecología de saberes de-
luntad constituyente sobre una actitud de ben ser compartidos por los diversos grupos
sospecha respecto a la realidad social ya que, en un determinado contexto, convergen
constituida. Se trata, en pocas palabras, en la idea de que solo pueden luchar con éxi-
de recuperar la armonía que Paracelso, en to por sus aspiraciones e intereses si cola-
el Renacimiento, señaló entre Arqueo, el boran con otros grupos, integrando formas
elemento de la voluntad de la semilla y el de conocer de otros grupos sociales. Los
cuerpo, y Vulcano, la fuerza natural de la tiempos y lugares de esta integración deben
materia. ser adecuados para los diferentes grupos o
La intensificación de la voluntad deriva de movimientos.
una potencialidad que solo se puede cono-
cer mediante la sociología de las emergen- En este sentido, acude a la mente otra de
cias. En la ecología de saberes, la voluntad las fructíferas enseñanzas de Nicolás De Cusa.
se orienta con diversas brújulas. No existen En 1450, el autor compuso tres diálogos —De
criterios absolutos ni monopolios de la ver- Sapientia, De Mente y De Staticis Experimen-
dad. En términos de Nicolás De Cusa, orien- tis— cuyo protagonista es el Idiota, un hombre
tarse con una sola brújula sería una manifes- sencillo e iletrado, un pobre artesano que hace
tación de ignorancia ignorante. Es necesario cucharas de madera. En sus diálogos con el
evaluar de forma regular la contribución de acreditado filósofo (el humanista, el orador), el
cada brújula. La distancia relativa respecto a Idiota se convierte en el sabio capaz de resolver
orientaciones y vanguardias exclusivistas es los más complejos problemas de la existencia
un factor de la consolidación de la voluntad. a partir de la experiencia de su vida activa, a
La existencia de muchas brújulas convierte la que se da prioridad sobre la vida contempla-
la vigilancia epistemológica en un profundo tiva. Como dice Leonel Santos (2002: 73): “se
acto de autorreflexividad. contrapone el Idiota al hombre leído y erudito,
que posee conocimientos basados en autores y

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Las ecologías de saberes259

autoridades, de los que obtiene su competen- las escuelas de conocimiento erudito pierden
cia, pero que ha perdido el sentido del uso y importancia si no demuestran plenamente su
el cultivo autónomo de sus propias facultades”. relevancia para la vida y la experiencia prác-
El Orador provoca al Idiota: “¡Cuán presuntuo- ticas. Esta descentralización de las formas de
so sois, pobre Idiota, para así desechar el estu- saber tiene otra dimensión. El campo de las
dio de las letras, sin las cuales nadie progresa!” interacciones prácticas (es decir, las interac-
(2002: 78). El Idiota replica: ciones que tienen unos objetivos prácticos)
en que tiene lugar la ecología de saberes exige
No es presunción, gran Orador, lo que me impide que el lugar en que se interroga a las formas
permanecer callado, sino la caridad. En realidad, de saber y se las intercambia no sea un lugar
os veo entregado a la búsqueda de la sabiduría exclusivo para el conocimiento, por ejemplo,
con gran vano afán […] La opinión de la autori-
las universidades o los centros de investiga-
dad os convirtió, a vos que sois un hombre libre
ción. El lugar de la articulación de la ecología
por naturaleza, en algo más parecido a un caballo
atado al pesebre con el ronzal y comiendo solo lo de los conocimientos es todo aquel en que el
que le den. Vuestro conocimiento se alimenta de objetivo del conocimiento sea convertirse en
la autoridad de quienes escriben, está limitado a una experiencia transformadora. Es decir, es
un pastizal ajeno, no natural (2002: 79). todo lugar situado más allá del conocimiento
como actividad separada. Es significativo que
Y añade: “Pero os digo que la sabiduría gri- los diálogos de Nicolás De Cusa tengan lugar
ta en los mercados y su clamor resuena en las en la barbería o en el humilde taller del arte-
plazas” (2002: 79). La sabiduría se manifiesta en sano. Así se obliga al filósofo a que argumente
el mundo y en las tareas mundanas, especial- en un territorio que no le es familiar y para el
mente en aquellas que son el mundo de la ra- que no se formó: el territorio de la vida prác-
zón e implican operaciones de cálculo, medida tica. Este es el territorio donde se planifican
y peso (2002: 81). todas las relaciones prácticas, se evalúan las
En estos diálogos sumamente irónicos, el oportunidades, se miden los riesgos, se sope-
Idiota no es más que el postulante de la docta san los pros y contras. Es el territorio de la
ignorancia de Nicolás De Cusa. Los diálogos artesanía de las prácticas, el territorio de la
demuestran que los grandes argumentos de ecología de saberes.

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