Está en la página 1de 8

PROVINCIA DE BUENOS AIRES

DIRECCIÓN GENERAL DE CULTURA Y EDUCACIÓN


DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN SUPERIOR
ISFD N° 42 “Leopoldo Marechal”
Carrera: Profesorado de Inglés
Curso: Primer año
Docente: Damián Nicolás Martínez
Ciclo lectivo: 2021

Pichicera: historia de deserción y supervivencia

Autores
 Cardozo, Daniel- DNI 30261874- danielr6@live.com
 Escobar, Agustín- DNI 43662980- 1escobaragustin@gmail.com
 Villalba, Solange Ailin- DNI 42196824- sol.villalba99@gmail.com
 Weber, Yamila Leonela- DNI 47974774- yamiweber@gmail.com
La pichicera y la conformación de un lenguaje nuevo serán entendidos como
construcciones ficticias para elaborar la deserción y la supervivencia dentro de la obra
“Los Pichiciegos” de Rodolfo Fogwill. Desde las definiciones y paralelismos dentro de la
producción del autor, hasta comprender qué función tienen en la obra, analizaremos en
profundidad en este trabajo a la Pichicera, comprendiendo que no sólo es un lugar, un
espacio donde se desarrolla la mayor parte de los hechos narrados, sino también un reflejo
de cómo estos soldados intentan sobrevivir por todos los medios en un espacio organizado.
A modo de desarrollo citaremos y analizaremos algunos autores de los que hemos trabajado
previamente, con sus ideas y miradas sobre la novela, para comprender de mejor manera el
enfoque al que nos proponemos llegar.

Ante la necesidad de huir de la crudeza de la guerra, la pichicera es narrada por el autor de


forma absurda, donde los héroes se convierten en prófugos: “La de Fogwill es una novela
de desertores, de desertores que se organizan para hurtar su cuerpo de la guerra con el único
e irrenunciable objetivo de sobrevivir el mayor tiempo posible. La deserción es el sueño o
la fantasía de todo soldado, sobre todo del que no ha elegido ir a la guerra, pero también del
voluntario arrepentido; aunque la mayoría nunca lo intente, la mera posibilidad de
imaginarla ayuda a soportar el día a día de la guerra.” 1
En la guerra de Malvinas, en contraste por ejemplo con una de las novelas más célebres
sobre la guerra de Vietnam “Persiguiendo a Cacciato” de Tim O’Brien donde un soldado-
Cacciato- deserta de la guerra a pie atravesando varios países hasta llegar a París, la
Pichicera va a representar la única forma de hacer realidad el deseo de desaparecer de la
guerra, de redimir tanto a el soldado arrepentido que eligió ir a la batalla como también del
soldado que no tuvo la oportunidad de elegir: “Pero los combatientes de Malvinas ni
siquiera tenían el consuelo de estas fantasías delirantes, pues estaban rodeados por agua, y

, Gamerro, Carlos (2015). “Fogwill: Los pichiciegos o la guerra de las ficciones”. En Facundo o
1 2

Martín Fierro. Los libros que inventaron la Argentina. Buenos Aires. Sudamericana. Pág. 447.
por la flota inglesa, aislados en el sentido etimológico del término.”2 El carácter de
aislamiento respecto a la civilización, con esa escasa capacidad de influencia desde el
exterior se ve reflejada en la imagen de la Pichicera, en donde a partir del confinamiento
absoluto y deplorable, se empiezan a describir las sensaciones humanas de soledad e
incomunicación y, a la vez, es el lugar perfecto para desarrollar el espíritu de
supervivencia: “La condición de insularidad ofrece, desde el punto de vista narrativo,
grandes ventajas. Una isla lejana, desconocida hasta el momento mismo en que se nos
presenta por parte de un autor, añade el atractivo de lo virginal y lo misterioso. De ahí que
estos escenarios sean muy adecuados para contar historias en las que diferentes tipos de
situaciones cobran una dimensión extrema: el peligro en la isla es más peligro; los procesos
darwinistas se hacen más claros, llevándonos a menudo al desarrollo de especies
fantásticas, por evoluciones asombrosas”.3 Fogwill le da una vuelta de tuerca a la
concepción de “héroe” más celebrada en las guerras, “involucionando” la valentía esperada
del soldado por estar en frente de batalla en otra especie, un pichi, que se sumerge bajo
tierra con el único fin de sobrevivir.
Otro punto que se destaca en los pichis de Fogwill es que el escritor deja una perspectiva
diferente a, por ejemplo “Los chicos de la guerra” de Daniel Kon, recopilando largas y
conmovedoras entrevistas realizadas a excombatientes de Malvinas quien “sí destaca la
solidaridad, la cooperación, el compañerismo”. La de Fogwill en cambio “[…] si se
ayudan entre ellos no lo hacen por razones éticas sino porque saben que juntos tienen más
oportunidades que aislados; lo que construyen es una máquina darwiniana de
supervivencia, que deja fuera a quienes comprometen las posibilidades del resto,
entregándolos, por ejemplo, a los ingleses a cambio de víveres u otros enseres.” 4
Exequiel Svetliza en “Escribir Malvinas según pasan las generaciones” comenta
que los Pichiciegos, no sólo sobreviven al ejército inglés, sino también – y principalmente

3
Congreso Geógrafos Españoles AGE (2013) Espacios insulares y de frontera, una visión
geográfica. Palma (Mallorca), Universitat de les Illes Balears “La Representación de las islas en el
cine”. Pág. 96.
4
Gamerro, Carlos (2015). “Fogwill: Los pichiciegos o la guerra de las ficciones”. En Facundo o
Martín Fierro. Los libros que inventaron la Argentina. Buenos Aires. Sudamericana. Pág. 448
– a los oficiales argentinos. En este contexto, el autor describe sin sutilezas las condiciones
en las que sobreviven los jóvenes soldados. Los rangos debajo de la tierra tienen el mismo
valor que en el campo de batalla. Serán los sargentos quienes cuidarán que la pichicera no
sea invadida por otros argentinos al mismo tiempo que procuran mantenerla en secreto,
pues una vez descubierta, será la ambición de todo soldado argentino, aún más que la
quimérica aspiración de vencer en batalla a los ingleses.
Ajenos a cualquier tipo de épica guerrera y de los valores patrióticos encarnados por el
discurso nacionalista, en la causa Malvinas, los Pichis aparecen vaciados de cualquier tipo
de rasgo identitario y se representan como parte de un sistema mercantilista en donde deben
negociar con sus enemigos para poder sobrevivir. En la novela, la lógica de la defensa de
los justos intereses de la patria es reemplazada por la lógica empírica de la subsistencia. Su
patria ya no es Argentina, sino la cueva subterránea, y ellos no responden ante nadie que no
esté en ese agujero. La pichicera es la salida de la guerra, pero es la entrada a las entrañas
de Malvinas. El nombre mismo, “Pichi”, expresa una carencia doble: la condición de
subordinación, de minoridad de los soldados (pichi-), y la imposibilidad de ver, la ceguera
(-ciego), evocando a un mamífero que se esconde debajo de la tierra; un animal cuya
defensa ante los ataques es aferrarse fuerte con la uñas debajo de la superficie. Para los
pichis salvarse es aferrarse con las uñas en las profundidades. “Los pichiciegos son
desertores que parecen que son considerados muertos pero están vivos, escondidos […] Los
“pichis” son los que han logrado desertar […] hacen de la deserción la vía para la
constitución de un tipo de sociabilidad autónoma y distinta que no pertenece a ninguna
patria. No pertenece a la legalidad de ninguna de las naciones en juego.”5
En esta cueva construida por el personaje “Ingeniero” y compañeros, luchan contra el
frío, las enfermedades, soportando el miedo de las bombas, evitando ser descubiertos; y
tratando de conseguir comida, cigarrillos, combustible, pilas para linternas, polvo químico
para eliminar el olor y secar sus excrementos. Para poder subsistir han creado una
comunidad con sus propias reglas, en las que hay: reyes magos o jefes, un almacenero que
controla los víveres; y patrullas que salen a buscar o cambiar mercaderías. Los cuerpos

5
López, María Pía (2011). “Una lengua en la contrarrevolución”. En: AA. VV. Fogwill. Literatura
de provocación. Los Polvorines: Universidad Nacional General Sarmiento. Pág.64
sucios, semidesnudos, escondidos en el calor y el olor a heces, las caras iluminadas
mientras pitaban un Jockey Club, el dolor de las caras cuando la linterna los iluminaba,
escaldadas, en la chimenea, en el tobogán, en el almacén: todos los reductos de una cárcel
subterránea llena de bolsas, estantes y mercaderías que los pichis intercambiaban con los
ingleses. Fogwill conjuga el instinto de supervivencia con la “avivada” argentina, pero
dentro de una premisa que deja en claro el marco de injusticia de la guerra y el ambiente
árido en donde se desarrolló. El autor imprime en su novela una mirada sociológica, pero,
sobre todo, una visión esperable desde la lógica de un ciudadano común. Escaparse del
campo de batalla y hacer intercambio de víveres con el enemigo son aspectos que encajan
dentro de esta lógica. Así, rechazados por los británicos, dados por muertos, presos del
enemigo o “desaparecidos” por los argentinos, los pichis se la van rebuscando para
sustraerse del enfrentamiento, porque bien saben que, de volver, serán arrojados hacia el
campo de batalla, es decir, los mandarán al matadero.
La atmósfera claustrofóbica de la pichicera, donde los alimentos no sobran, se convierte
en todo un laboratorio sociológico, donde salen a relucir los instintos más humanos, y para
ser más preciso, argentinos. Se da el miedo naturalmente, pero también brota el humor, la
guasa, los insultos y la crueldad.
Las locaciones o espacios en las historias, son algo de suma importancia a la hora de
situarnos en la atmósfera y en un contexto específico. En ocasiones sirven para reflejar lo
que el autor quiere que veamos sobre el mundo en donde se va desarrollar la historia,
marcando el tono de la misma, como por ejemplo en Batman (1988) de Tim Burton la
locación es la ciudad ficticia de Gótica. En esta última el director del filme nos sitúa en una
atmósfera lúgubre, oscura con una arquitectura y ambientes fríos a la par que llamativos,
que se ve reflejados en sus personajes. Es difícil imaginarse a esa versión del personaje en
otras películas del hombre murciélago como la dirigida por Christhoper Nolan, Batman
Begins (2005), donde el espacio donde se desarrolla la mayor parte de la historia no se aleja
mucho de una ciudad real, pues al fin y al cabo la ciudad donde reside el vigilante
enmascarado, está inspirada en la ciudad de New York. A comparación de la versión de
Burton donde Batman y su ciudad parecen alejados del mundo que los rodea, haciendo un
gran contraste entre las demás ciudades, Nolan plantea un entorno mucho más realista, con
personajes y situaciones no muy alejados de la realidad.
Con estos dos ejemplos a tener en cuenta, podemos analizar de qué forma Fogwill plantea a
la pichicera como una de las locaciones donde se desarrolla gran parte de la historia.
El espacio donde se encuentran nuestros protagonistas juega un papel importante en el
desarrollo de la historia. El nombre en sí, la Pichicera, al igual que el nombre del título de
la novela despierta curiosidad en el lector. Pues esto no es mera coincidencia claramente, ya
que al igual que los personajes, éste espacio creado en las Islas Malvinas denota un
contraste con la realidad que se está pasando por esos tiempos. Cuando uno piensa en la
Guerra de Malvinas y todo lo que ello conlleva se imagina una realidad completamente
distinta a la que plantea el autor argentino en su relato. Martina López Casanova en su
artículo “Malvinas: ¿una historia “fuera de escena” o un relato “fuera de lugar”?” nos
comenta que desde el inicio se nos dice que esta obra no es una representación de la guerra,
sino estrategias de sobrevivencia durante la guerra, donde Fogwill nos sitúa en un espacio
reducido. Algo similar aseguraba María Pía López donde la realidad épica de la guerra es
completamente alejada en la novela de Fogwill.
López hace referencia a la pichicera al mencionarla como “un sistema de jerarquías, una
lógica de intercambios, vínculos de utilidad mutua, pautas para la acción, reglas de
admisión y de exclusión- formas de admisión hacia la vida o de exclusión hacia la muerte-,
lógicas de circulación de la información.”6A su vez, nos menciona que: “La lengua expresa
diferencias sociales y jerarquías” y ocupa un lugar importante dentro de la pichicera. Los
pichis construyen su propio léxico: helados eran los muertos, vieja era la madre, y así
sucesivamente. Se toma como ejemplo al “estudiante boludo”, un estudiante o futuro
estudiante, que había ingresado a la facultad de derecho de Río Cuarto, y creía que
hablando como los oficiales, iba a lograr obtener el mando. Dice Fogwill en Los
Pichiciegos: “Como oficiales, ése modo de hablar. Los tipos llegan a oficiales y cambian la

6
López, María Pía (2011). “Una lengua en la contrarrevolución”. En: AA. VV. Fogwill. Literatura
de provocación. Los Polvorines: Universidad Nacional General Sarmiento. Pág.64.
manera. Son algunas palabras que cambian: quieren decir lo mismo —significan lo
mismo— pero parecen más, como si el que las dice pensara más o fuese más.”7
“[…] Cuando llegó, cuando ya estaban todos los pichis organizados, creyó que hablando
como un teniente podía mandar. A cada orden contestaba que no y la discutía inventando
siempre una idea mejor. […]Entonces le habló Viterbo: –Pibe, si te vas a quedar aprende
que acá "mejor" quiere decir lo que mandamos nosotros. ¿Entendés?”8. “Al intentar hablar
como los oficiales, mostrarse como los oficiales y no obedecer la lógica de mandos, genera
internas en la pichicera. Es decir, la disidencia en la lengua es una intervención en el mundo
de las jerarquías y una disputa por el poder.”9

A modo de cierre, podemos decir que “Los Pichiciegos” fue la primera novela
emblemática que se animó a hablar de una realidad paralela menos esperada; y decimos
paralela porque fue narrada por alguien que no fue excombatiente, sino un ciudadano más,
el cual era guiado por las noticias entusiastas sobre la guerra de aquel momento. Rodolfo
Fogwill fue de los primeros escritores que entendió la necesidad de narrar lo absurdo y
hostil que pudo haber sucedido en aquella guerra. La pichicera dentro de la obra funcionó
para la supervivencia de estos soldados argentinos desertores. Pues al fin y al cabo, no eran
más que unos muchachos jóvenes con el único deseo de sobrevivir.

7
Fogwill, Rodolfo (1983) “Los Pichiciegos, visiones de una batalla subterránea”. Buenos Aires:
El Ateneo. Pág.36.
8
Fogwill, Rodolfo (1983) “Los Pichiciegos, visiones de una batalla subterránea”. Buenos Aires:
El Ateneo. Pág.34.
9
López, María Pía (2011). “Una lengua en la contrarrevolución”. En: AA. VV. Fogwill. Literatura
de provocación. Los Polvorines: Universidad Nacional General Sarmiento. Pág.66.
Bibliografía

 Gamerro, Carlos (2015). “Fogwill: Los pichiciegos o la guerra de las ficciones”. En:
Facundo o Martín Fierro. Los libros que inventaron la Argentina. Buenos Aires:
Sudamericana.
 Gámir; Agustín y Carlos Manuel (2013). “La representación de las islas en el cine”.
En: Actas del XXIII Congreso de Geógrafos Españoles AGE espacios insulares y de
frontera, una visión geográfica. Palma: Universidad de las islas Baleares.
 López, María Pía (2011). “Una lengua en la contrarrevolución”. En: AA. VV.
Fogwill. Literatura de provocación. Los Polvorines: Universidad nacional de
General Sarmiento.
 López Casanova, Martina (2008). “Malvinas: ¿una historia “fuera de escena” o un
relato “fuera de lugar”?”. En: Literatura argentina y pasado reciente. Relatos de una
carencia. Los Polvorines: Universidad nacional de General Sarmiento
 Svetliza, Exequiel. (s. d.) “Escribir Malvinas según pasan las generaciones”. En:
Jornaler@s, Revista científica de estudios literarios y lingüísticos, Año 2, N° 2.

Producciones audiovisuales:

 Película "Batman" (1989) producida y distribuida por Warner Bros.


 Película "Batman Begins" (2005) producida y distribuida por Warner Bros.

También podría gustarte