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Unidad 1: Introducción a las IAAS

Resumen de la unidad

Recurso grá co: Historia y evolución de las IAAS

Introducción a las IAAS

Concepto de IAAS

Historia de las infecciones asociadas a la atención de salud

Sistema de vigilancia de las IAAS y búsqueda de casos

Referencias bibliográ cas

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Evaluación formativa de la unidad
Lección 1 de 10

Resumen de la unidad

Introducción a las IAAS


Muchas enfermedades, incluidas las infecciosas, existieron
desde hace millones de años. Sin embargo, el desarrollo de
la civilización fue un factor clave en su diseminación.

Desde sus comienzos, la humanidad experimentó con


diferentes métodos, a veces crueles, y no siempre eficaces
para prevenir, curar y controlar las enfermedades.

En la historia evolutiva y desarrollo del concepto de


infecciones asociadas a la atención de la salud, podemos
mencionar, a manera de ejemplo, un evento que fue crucial
para sentar las bases de los programas de control de
infecciones.

Este evento fue la identificación del lavado de manos como


método eficaz para disminuir la mortalidad causada por
infecciones en las pacientes puérperas. Esta observación
fue realizada en 1846 por el médico obstetra de origen
húngaro Ignacio Felipe Semmelweis, quien efectúo
acciones que fueron determinantes para sentar las bases
de la disciplina de control de infecciones que hoy se realiza
en las instituciones de salud: describir un brote, formular
una hipótesis sobre su origen, generar medidas de control,
llevarlas a la práctica, y demostrar su eficiencia. Recién dos
décadas después Luis Pasteur demostraría que las
infecciones se producían por microorganismos que se
transmitían de persona a persona.
Actualmente, las medidas de prevención y control de
enfermedades que adoptan los diferentes sistemas de
salud y la población general suelen ser eficaces cuando se
aplican de manera apropiada, pero esto no es suficiente en
los hospitales u otros establecimientos de salud. En el
ambiente del cuidado de la salud, las infecciones asociadas
a su atención   se comportan de una manera particular,
dado el contexto en el cual ocurren. Debido a esto, hay que
aplicar métodos específicos de vigilancia, prevención y
control, para atenuar el impacto que se genera sobre los
procesos de atención de pacientes.

La vigilancia tiene como objetivo primordial generar


acciones de prevención y control, a través de la
identificación de pacientes infectados, factores de
riesgo, características de los sitios de infección,
propagación temporal y espacial de las mismas.

La prevención se enfoca en establecer normas


generales, precauciones estándar, de aplicación
universal en el cuidado de las personas enfermas.
El control se enfoca en disminuir o anular la
posibilidad de que una infección que afecte a un
paciente se propague a otros pacientes, a sus
cuidadores o al equipo de salud.

Los objetivos de la prevención y el control solo se


alcanzan a través de la elaboración y aplicación
sistémica y sistematizada de normas y
procedimientos.

Para lograr estas metas se hace necesario otro elemento


indispensable en la vigilancia, prevención y control de las
IAAS:

El Comité de Control de Infecciones. Debe ser estructurado


y tener una operatividad que permita asesorar a los
tomadores de decisiones en la gestión de las instituciones
y programas de salud sobre las mejores medidas a llevar a
cabo, para poder realizar las acciones mencionadas,
alcanzando de esta manera objetivos de calidad en la
atención médica. Por otra parte, contener los costos, ya
que, además del impacto en la morbimortalidad de las
personas afectadas, las infecciones asociadas a la atención
de la salud generan un aumento significativo de los costos
impactando negativamente en los procesos de
financiamiento.
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Recurso gráfico: Historia y evolución de las IAAS

A continuación se presenta una infografía que recoge los


principales hitos en la historia de las IAAS.

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1700 aC EGIPCIOS

Descripción Técnicas quirúrgicas y tratamientos de asepsia y desinfección/higiene corporal y cuidados de la piel


865-923 dC ÁRABES (Al Rhazi)

Descubrimiento del Alcohol como antiséptico.


2800 a CHINOS

Uso de plantas medicinales para el tratamiento de enfermedades


460-377aC GRIEGOS – Hipócrates

Cuidado especial de heridas y lavado de manos


130-200 aC GRIEGOS - Galeno

Métodos para cicatrización de heridas evitando la supuración.


217aC ROMANOS

Perfeccionaron Saneamiento ambiental - crearon las primeras redes de acueductos y hospitales de campaña e
implementaron los baños públicos.

Siglo I aC Celso

Tétrada de Celso: primera descripción de los signos de inflamación.


651 dC Hotel Diú de París

Hospital donde se registran las primeras citas bibliográficas de Infecciones hospitalarias.


1500 Galileo Galilei

Inventó el Termoscopio para medir temperatura corporal


1561-1636 Santorio Sanctorius

Inventó el primer termoscopio con escala graduada- primer termómetro que se menciona en la historia de la
medicina.

1590 Zacharias Janssen

Inventó el primer microscopio.


1546 Fracastoto - Químico

Se refirió por primera vez a los gérmenes como agentes causantes de enfermedades contagiosas.

1632-1723 Antonio Van Leeuwnhoek

Mejoró la calidad del microscopio inventado por Janssen logrando detectar micoorganismos de raspado de sus
caries a los que llamó "miserables bestezuelas".

1656 Dr. Charles Delorme - Francia

Durante la epidemia "Peste Negra"- desarrolla vestimenta especial como protección.


1804 Escocia - John Gibb

Dando importancia al agua potable fue el primero en hacer fluir agua a través de filtro de arenas, grava y piedras.

1756-1805 Liverpool- James Curie

Hidroterapia para disminuir la temperatura corporal.


1803-1858 John Snow

Describió y estudió y controló la epidemia de Cólera en Londres (destruyendo personalmente un grifo de una
fuente de agua contaminada).

1811 Bernardo Courtois (Salitrero)

Descubrió el Yodo pero fue introducido en el ambiente hospitalario años más tarde.

1818-1865 Ignacio Felipe Semmelweis - húngaro

Describió la importancia de la higiene de manos en la prevención de las Infecciones hospitalarias- Hito en el


control de infecciones hospitalarias.

1822-1895 Luis Pasteur

Demostró que las infecciones eran diseminadas por microorganismos que se transmitían de persona a persona.
Introdujo las primeras vacunas (ántrax y rabia).

1822-1895 Luis Pasteur

Demostró que las infecciones eran diseminadas por microorganismos que se transmitían de persona a persona.
Introdujo las primeras vacunas (ántrax y rabia).

1843-1910 Robert Koch

Descubrió el Mycobacterium tuberculosis.  Describió la infección por ántrax y señaló el agua contaminada como
el origen de muchas epidemias. Uso la cápsula de Petri con medios de cultivo para el cultivo de bacterias.

1854-1917 Emil von Behring

Descubrió los anticuerpos y fue el primero en usar la inmunización pasiva (antitoxina diftérica).

1820-1910 Florence Nightingale (enfermera inglesa)

Pionera en la vigilancia epidemiológica de las IH. Organizó un servicio de desinfección, instaló lavanderías,
mejoró la alimentación de los pacientes, implementó medidas de aislamiento , estableció la práctica de lavado de
manos.

1865 Joseph Lister

Utilizó el ácido fénico o ácido carbónico para tratar las heridas de pacientes con fracturas expuestas.   Uso la
desinfección del ambiente y el instrumental quirúrgico.

1879 Luis Pasteur

Propuso la eliminación de los microorganismos por calor.


1881 Robert Koch y colaboradores

Diseñaron en Berlín el primer esterilizador a vapor.


1889 Halstead (cirujano estadounidense)

Cirujano del John Hopkins hospital, fue el primero en usar guantes de látex.

1910

Se comenzó a utilizar la vestimenta quirúrgica.


1928 Alexander Fleming

Descubrió la Penicilina y comienza la era antibiótica.


1950 hospitales de Europa y EEUU

Se reportaron las primeras epidemias por Staphylococcus en pediatría y heridas quirúrgicas.


1960 REO Williams

Publica Hospital Infection donde se detallan gran variedad de IH.


1968 CDC-Atlanta, Georgia, USA

Realizó el Primer curso de Vigilancia Epidemiológica, Prevención y control de IH.


1969 Comisión Americana para la Acreditación de Hospitales

Estableció que los hospitales deben contar con un programa de Control de IH para poder acreditar.

1972 Asoc. profesionales en control de Infecciones y Epidemiología (APIC)-USA

Realizó cursos de entrenamiento para personas que quisieran practicar el control de infecciones en EEUU.

1983 APIC

Entregó certificaciones a los que aprobaron los cursos de entrenamiento.


1983 - actualidad / Distintos organismos internacionales

Se realizan diferentes actividades destinadas a la vigilancia, control y prevención de IAAS


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Introducción a las IAAS

Es posible que muchas enfermedades hayan existido


millones de años antes de que el hombre poblase la Tierra.
Con el desarrollo de la civilización, el contacto entre los
seres humanos fue el factor primordial en la diseminación
de enfermedades. Desde sus comienzos, la humanidad
experimentó una variedad de métodos, a menudo crueles y
no siempre eficaces, para prevenir, curar y controlar las
enfermedades. Sin embargo, ni bien el hombre aprendía a
curar una determinada enfermedad o a corregir algún
problema por medios quirúrgicos, a veces sin quererlo,
creaba un trastorno nuevo. Muchas veces la operación
resultaba exitosa, pero después el paciente moría de una
infección secundaria. Los pasos más grandes de la lucha
del hombre contra las infecciones llegaron con la atención
directa e individual del paciente y con el control del
ambiente que rodeaba al enfermo.

El signo de Apolo, que los habitantes de la antigua Grecia


colocaban en sus puertas, poco podía proteger contra las
enfermedades generadas por la suciedad en que vivían y
por el agua contaminada que bebían. La protección se
logró cuando limpiaron el ambiente y depuraron el agua
que bebían.

El signo de Apolo, que los habitantes de la


antigua Grecia colocaban en sus puertas,
poco podía proteger contra las
enfermedades generadas por la suciedad
en que vivían y por el agua contaminada
que bebían. La protección se logró cuando
limpiaron el ambiente y depuraron el agua
que bebían.

Hoy los procesos de pasteurización, esterilización y


purificación hacen su aporte a la prevención y control de
las infecciones. Las medidas de rutina que el público
general adopta en materia de prevención y control, suelen
ser eficaces si se cumplen con constancia, pero no bastan
ni en los hospitales ni en otros establecimientos sanitarios.
En el ambiente hospitalario la infección plantea un
problema que no tiene parangón en ningún otro medio. El
enfermo, el neonato y el anciano son más susceptibles a
las infecciones porque sus defensas (inmunidad) son
menores; los mismos gérmenes que serían inofensivos o
intrascendentes para una persona inmunocompetente,
podrían acarrearles serias consecuencias y hasta la muerte
al paciente con inmunidad debilitada. A mediados del siglo
pasado el riesgo de infección posoperatoria en los
hospitales era tan grande que Sir James Simpson,
descubridor del cloroformo, comentó que el hombre que
yacía tendido en la mesa del quirófano de cualquier
hospital corría más peligro de morir que un soldado inglés
en la batalla de Waterloo. El doctor Charles Bell, distinguido
cirujano del siglo XIX en Edimburgo, llegó al extremo de
denominar al hospital “la casa de la muerte”. El doctor Bell,
un visionario para la época, consideraba que sus pacientes
tendrían una mejor recuperación si los alejaba del hospital
y los llevaba a su domicilio, a un ambiente más limpio y
depurado.

Es probable que los medios


asistenciales no lleguen
nunca a estar totalmente a
salvo de infecciones por el
simple hecho de que están
destinados a atender
enfermos.

Las enfermedades y las infecciones estarán siempre


presentes, razón por la cual se deberá dotar a las
instituciones de todas las herramientas necesarias para
disminuir al máximo el riesgo de contraerlas.

El hombre primitivo no erraba mucho cuando creía que las


enfermedades ocurrían por la entrada de espíritus
malignos o demonios en el cuerpo de una persona, porque
los microorganismos patógenos se comportan como
auténticos “demonios”. En efecto, están condicionados para
sacar partido de toda oportunidad para cumplir su funesta
labor (Dubay y Grubb, 1973, pp. 13-17).

De la lucha contra las IAAS (Infecciones Asociadas a la


Atención en Salud), surgen tres aspectos importantes:
vigilancia, prevención y control. La Vigilancia
epidemiológica de las IAAS es una de las principales
herramientas para reconocer a los pacientes infectados,
determinar el sitio de infección e identificar los factores de
riesgo al cual están expuestos durante la estadía
hospitalaria. Su objetivo primordial es generar acciones de
prevención y control.

La prevención

Como su nombre lo indica, se trata de establecer una serie de estrategias denominadas “precauciones
estándar” que comprenden un conjunto de medidas que requieren ser aplicadas por el equipo de
salud en la atención de todo paciente, independientemente de su diagnóstico. Asimismo, la prevención
apunta a saber si el paciente posee o no alguna infección o proceso morboso con el fin de evitar o
mitigar la IAAS. Por último, el Control de IAAS tiene por objetivo contener la propagación de una
infección para que no afecte a otros pacientes, a los visitantes o al personal de salud. Se trata de
establecer una serie de medidas para limitar la enfermedad de modo que no se agrave en el paciente y
evitar que un paciente susceptible no infectado se infecte.

El objetivo general de la prevención y el control



Se alcanza a través de normas y procedimientos específicos y generales. La norma es sabiduría práctica,
es decir, todo principio, plan o curso de acción que sirve de directiva; el procedimiento, en cambio, es la
manera en la que se procurará lograr este curso de acción, es el paso o serie de pasos que se dan para
avanzar. Los elementos de las normas y procedimientos se interrelacionan y tienen que actuar
conjuntamente.
Las normas y procedimientos para prevenir y controlar las enfermedades
e infecciones

No tienen nada de nuevo. Los primitivos ejemplos, por extraños que nos parezcan, fueron lógicos para
quienes decidieron implantarlos y adoptarlos. Aunque a veces resultarán extremos e inoperantes,
fueron por lo menos intentos de prevención y control que revelan que existió la necesidad de tales
medidas.

Cuando estalló la peste de principios del siglo XVIII, la


medida preventiva consistió en recluir al paciente, al que se
consideraba fuente de infección, en un campo donde se
recuperaba o moría. Quienes lo atendían permanecían
después aislados por un lapso de diez días desde la muerte
o la recuperación del enfermo.

El pensamiento de entonces era que la peste se propagaba


con el aire contaminando. Los médicos que tenían la
audacia de ocuparse de los enfermos se protegían como
mejor podían con togas, máscaras y guantes. Usaban
cascos, guardapolvos largos y pesados guantes,
protegiéndose la cara con unas grandes gafas y un
respirador en forma de largo pico, lleno de hierbas
aromáticas.
La secuela del terremoto de San Francisco

La secuela del terremoto de San Francisco de 1906 fue un


caos de muertos, heridos, enfermedades y destrucción.

El miedo a la epidemia de fiebre tifoidea estuvo bien


fundado porque las calles estaban repletas de muertos y
agonizantes. Escaseaban los alimentos, el agua en las
viviendas y la mayoría de los abastecimientos disponibles
estaban contaminados. Las fuerzas armadas dictaron
estrictas normas y ordenanzas que procuraron hacerlas
cumplir. El procedimiento fue extremo e inflexible; se fusiló
a todo el que infringiese tales disposiciones.
En la actualidad, en los servicios sanitarios, sin importar su
infraestructura o nivel de complejidad, se procede con
menor rigor en el cumplimiento de las reglas de prevención
y control. En lugar del miedo y el castigo, se ha establecido
un apropiado y vigoroso cuerpo de conocimientos por
medio de la educación. Estos programas se refuerzan
todavía más con normas y procedimientos escritos
actualizados que se ponen a disposición de todos los
profesionales de la salud. Es aquí que surge otro elemento
indispensable en la vigilancia, prevención y control de las
IAAS: el Comité de Control de Infecciones, cuya función
primordial es establecer y desarrollar las herramientas
para el control de IAAS. Además, entre otras cuestiones, es
un órgano asesor de la dirección hospitalaria con autoridad
para sugerir, recomendar y proponer a la dirección,
medidas e intervenciones que considere necesarias para la
prevención y el control de IAAS y emprender acciones en
consecuencia.
En suma, se puede decir que el control de IAAS requiere
el desarrollo y utilización de herramientas disponibles,
el cumplimiento de normativas vigentes, la
actualización y estandarización de procedimientos y,
por sobre todo, la sensibilización del equipo de salud
para su cumplimiento a fin de evitar o mitigar y
controlar eficientemente las IAAS.
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Concepto de IAAS

Las infecciones hospitalarias (IH) son aquellas que se manifiestan


durante la hospitalización y que no estaban presentes ni en
incubación en el momento del ingreso del paciente. 
Las infecciones asociadas al cuidado de la salud
(IAAS) son aquellas que se manifiestan durante la
hospitalización del paciente y no estaban
presentes o en incubación al ingresar a la
institución de salud en la cual se internó. La
mayoría se manifiestan durante el tiempo de
estadía del paciente en el hospital, pero, a veces,
en el caso de las enfermedades con largo tiempo
de incubación o con período de latencia
prolongada, pueden aparecer después del alta
(por ejemplo, las infecciones de sitio quirúrgico),
así como las que suceden en pacientes con
tiempos cortos de internación, como ocurre con
los partos y los recién nacidos normales.
(Panattieri, et al., 2019: 293
https://www.sap.org.ar/uploads/consensos/conse
nsos_consenso-seguridad-del-paciente-y-las-
metas-internacionales-92.pdf).
Cabe destacar que las infecciones no sólo
tienen lugar en el momento de una
intervención de alto riesgo (v.g., en un
quirófano), sino que también pueden
ocurrir fuera del lugar de internación del
paciente: durante la atención ambulatoria,
en el momento de la realización de
estudios complementarios, entre otros.

Con esto en mente, en Este cambio en la terminología


el 2004, el Centro para se formula para abarcar todas
el Control de las infecciones que afecten a los
Enfermedades sugirió pacientes y que tengan su
modificar el término origen en prácticas relacionadas
‘Infecciones con el cuidado de la salud,
Hospitalarias’ por el de independientemente de dónde
‘Infecciones Asociadas tengan lugar (hospitales,
con el Cuidado de la hogares, áreas de atención
Salud’ (IAAS) o también ambulatoria -consultorios
IAAS (Infecciones externos-, internación para
Asociadas a la Atención pacientes crónicos, etc.).
en Salud).

Las IAAS también pueden afectar al personal que atiende a


los pacientes. Sin embargo, para referirse a aquellas
infecciones que tienen lugar en el hospital, clínica o
institución en la cual el paciente permanece internado por
más de 24 horas se sigue utilizando el término “infecciones
hospitalarias o nosocomiales”. Las IH pueden ser
clasificadas como esporádicas, endémicas, epidémicas o
hiperendémicas, sobre la base de la ocurrencia pasada de
las enfermedades y en relación con el tiempo (el momento
en el que ocurren), el lugar geográfico del hospital y las
personas (las características de los pacientes que se ven
afectados). Se consideran infecciones hospitalarias tanto
las exógenas (cuya fuente de microorganismos tiene su
origen en la flora hospitalaria) como también las
endógenas (cuya fuente es la flora del propio paciente); un
ejemplo de esto son las infecciones por Streptococcus
agalactiae en embarazadas portadoras.

A continuación podemos observar una tabla con los


tipos de infecciones hospitalarias y sus
correspondientes definiciones. 

Infecciones
Definición
hospitalarias

No tienen un patrón definido. Pueden


Esporádicas
ser tanto exógenas como endógenas.

Cursan por brotes. Generalmente son


exógenas y su origen puede
Epidémicas
encontrarse en una fuente común o en
la transmisión de persona a persona.
Infecciones
Definición
hospitalarias

Cuando hay un número más o menos


constante de IH atribuibles a un
Endémicas
mismo microorganismo y en un
mismo lugar geográfico en el hospital.

Es un brote epidémico cuyo número


Hiperendémicas de casos sobrepasa el nivel endémico
habitual.

Tabla 1. Tipos de infecciones hospitalarias y definiciones.

Fuente: elaboración propia con base en Pizarro y Taquichiri, 2012:

12, https://bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/10665/pizarro-maria-elena.pdf

Según el tipo de hospital y el nivel de control de


las IAAS, los hospitales tendrán variaciones en el
porcentaje de infecciones endógenas y exógenas
y, por ende, en las distribuciones de las
esporádicas, endémicas y epidémicas” (Pizarro y
Taquichiri, 2012: 12,
https://bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/106
65/pizarro-maria-elena.pdf). 
Más del 30 % de las IAAS se producen en los
pacientes críticamente enfermos internados
en unidades de cuidados intensivos (UCI). A
los riesgos de su enfermedad de base y
gravedad, se suman los riesgos de su
tratamiento, que exige el uso de
procedimientos invasivos y, muchas veces, de
períodos de internación prolongados. La
internación prolongada, a su vez, expone a los
pacientes al riesgo de adquirir nuevas IAAS.

El rol que los procedimientos invasivos ocupan


en la producción de las IAAS obligó al desarrollo
de Programas de Control de Infecciones
específicos, donde la Vigilancia Epidemiológica se
tornó selectiva para tres procedimientos
invasivos, considerados potenciales factores de
riesgo: la Asistencia Respiratoria Mecánica (ARM),
el Cateterismo Vesical y el Cateterismo
Endovascular Central. (Pizarro y Taquichiri, 2012:
10,  https://bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/
10665/pizarro-maria-elena.pdf)

https://www.minsal.cl/wp-
content/uploads/2017/11/Norma-
Prevenci%C3%B3n-ITU-CUP-2007-MINSAL-
annotated.pdf

Las instituciones de salud deben contar con un sistema


de vigilancia, control y prevención de las IAAS con el fin
de minimizar la ocurrencia de IAAS.

Se requiere vigilancia para determinar la


información básica acerca de la frecuencia y tipo
de infecciones endémicas que ocurren en el
hospital, de modo que sea posible reconocer e
investigar dicha endemia y las desviaciones que
se producen de esa línea básica (es decir
problemas híper endémicos o epidémicos). Esto
permitirá la adopción de medidas apropiadas de
control, tanto para pacientes como para el
personal del equipo de salud. La vigilancia activa
brinda una buena oportunidad al/la ECI para
visitar las salas con regularidad. Esto facilita
notablemente la educación continua e informal
del personal hospitalario, permite una
supervisión discreta y permanente del
cumplimiento de normas y procedimientos para
el control de infecciones y brinda al personal la
oportunidad para hacer preguntas. (...) De esta
forma se decidirá cuáles servicios o salas
recibirán la visita diaria y cuándo serán
esporádicas. La vigilancia permite identificar
grandes áreas problema que requieren estudios
más acabados, proporciona información sobre
factores de riesgo, y es clave en la detección
precoz de los brotes epidémicos. (...) La vigilancia
se hará mediante la búsqueda activa de pacientes
con infecciones por parte del/la ECI, sin esperar
que sean notificados por el personal médico o
enfermeras de atención, otra posibilidad será la
vigilancia con base en laboratorio de
microbiología, dando señales de alerta, ante
cultivos positivos en áreas vigiladas. (Fernández y
Martínez, 2014: 29-
30,  https://www.cba.gov.ar/wp-
content/4p96humuzp/2016/09/PROGRAMA-DE-
VIGILANCIA-CONTROL-Y-PREVENCION-DE-
INFECCIONES-ASOCIADAS-AL-CUIDADO-DE-LA-
SALUD-1.0_2014.pdf)

Impacto de las IH en la Salud Pública y


Privada
Costos de la atención
Pág. 1

Los costos de la atención en la salud han aumentado y, con ello, el interés por alcanzar
efectividad y eficiencia en las prestaciones. Los prestadores han comenzado a trabajar
en el concepto de calidad de atención y los usuarios con posibilidad de elección han
comenzado a exigir la presencia de un valor agregado.
Pág. 2

Ambas cosas establecen el mercado de la oferta y la demanda. En Estados Unidos, los


prestadores desde hace ya tiempo se han visto obligados a mejorar los servicios de salud
para poder competir. Esto ha hecho que se ajustaran los costos de las prestaciones y
tratarán de brindar mejores servicios con costos más bajos. Por tal razón, los prestadores
empezaron a analizar los costos derivados de las IH.
Pág. 3

El rol de la Vigilancia Epidemiológica (VE) y la puesta en marcha de Programas de Control


se jerarquizan con el objetivo de llevar a las IH a su mínima expresión. En muchos países
del mundo, una institución de salud no resulta “acreditada” (es decir, no se le permite
ingresar al mercado) si no puede demostrar que cuenta con los mecanismos necesarios
para controlar la Ocurrencia de las IH (un indicador sensible que mide calidad de
atención).
Pág. 4

Los pagadores, por lo tanto, han comenzado a exigir que las instituciones cuenten con
personal idóneo y con un programa de control de IH, que incluya VE, acciones
preventivas y subprogramas de control de calidad. Esto es aplicable tanto en áreas de
internación como en los servicios de apoyo de las instituciones, ya que allí también se
deben optimizar los costos involucrados (v.g. de lavaderos, esterilización, alimentación).
Pág. 5

Los pagadores, por lo tanto, han comenzado a exigir que las instituciones cuenten con
personal idóneo y con un programa de control de IH, que incluya VE, acciones
preventivas y subprogramas de control de calidad. Esto es aplicable tanto en áreas de
internación como en los servicios de apoyo de las instituciones, ya que allí también se
deben optimizar los costos involucrados (v.g. de lavaderos, esterilización, alimentación).
Pág. 6
Pág. 7

A pesar de este conocimiento, a nivel internacional, los porcentajes de higiene de manos


del personal de salud rara vez superan el 50 %. Las estrategias destinadas a mejorar la
adherencia del personal a esta práctica pueden ser variadas: (i) propaganda escrita
(afiches recordatorios), (ii) presencia de productos efectivos de amplio espectro con
buena acción residual que no alteren la piel, (iii) una cantidad adecuada de piletas, (iv)
toallas de papel para el secado o (v) la estimulación del uso de soluciones de base
alcohólica (en formas de gel, de espumas o acuosas) para minimizar los inconvenientes
que puede plantear no solo la infraestructura hospitalaria (v.g. la escasez de piletas) sino
también la falta de continuidad en la provisión de elementos.
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Las intervenciones hospitalarias en este aspecto son altamente rentables, ya que los
costos invertidos en elementos y campañas educativas a favor de la higiene de manos
serán siempre inferiores a los derivados de la atención de las IH que se produzcan por
su carencia.

Los conceptos actuales de control de infecciones señalan la


necesidad de priorizar el trabajo de VE y acentuarlo en las
áreas críticas (UCI) o los grupos quirúrgicos más complejos.
Por lo tanto, el control de los costos de IH debe centralizarse
en esas áreas. En las UCI se debe sistematizar la VE. El
paciente internado en áreas críticas enfrenta un riesgo
mayor a contraer una IAAS, por lo que las tasas de IH
asociadas y no asociadas a procedimientos invasivos siempre
son las más altas del hospital.  
El cálculo de costos suele ser un procedimiento complejo y
difícil de definir. En 1999, la OMS y la OPS elaboraron
protocolos para establecer los costos de las IH. Con estos
protocolos se buscaba encontrar un costo promedio que, a
partir de determinados casos de infección hospitalaria,
pudiese usarse como base y estandarizarse para aplicar a
futuros cálculos de costos. Los costos derivados de las IH,
impactan sobre dos niveles: el micro y el macroeconómico.

Las instituciones de salud deben afrontar los costos ocasionados de la atención médica:

consumo de antibióticos, días de estadía, test de


diagnósticos del laboratorio, diagnóstico por imágenes,
etc. Otro costo normalmente ignorado pero que debería
ser considerado es el de las horas profesionales anuales
para la atención de los pacientes con IH. Para controlar
estos costos es necesario realizar VE, demostrar las
variaciones endémicas de las tasas de IH y poder
compararlas en el tiempo y entre instituciones que
brinden prestaciones similares. Los costos derivados del
control de IH tienen en cuenta la inversión en recursos
humanos y materiales necesarios para llevarlo a cabo
con eficacia y eficiencia (tiempo del personal, salarios, PC
y software específicos para la VE, artículos de librería,
fichas, registros, etc.). Estos costos pueden ser muy altos
si los programas de control de IH fallan, por lo que es
importante poder demostrar el costo-efectividad de las
acciones de control de infecciones. Los costos derivados
de las IH que impliquen un gasto emanado directamente
de su ocurrencia son el resultado de las investigaciones
debidas a juicios por mala praxis, pérdida de
competitividad en el mercado, etc. Los primeros son
asumidos por la institución y los segundos dependen de
la educación del usuario y de sus posibilidades de elegir
al prestador. El costo derivado de la prevención ha sido
estimado en Estados Unidos en U$A 80.000 a U$A
102.000 al año y por institución. Para todo el país alcanza
los U$A 420 a U$A 690 millones. Esto no incluye los
costos, por ejemplo, debidos al uso de Precauciones
Estándar o la utilización de Técnicas de Barrera incluidas
en los Aislamientos que se han calculado en U$A 11,45
por paciente internado. Todos estos costos no
representan más del 10 al 20 % del total de costos
directos de atención originados por las IH, por lo que
puede concluirse que llevar a cabo un programa de
control de IH, que incluya VE y actividades de Educación
Continua del personal resulta costo-efectivo. Por otra
parte, las Recomendaciones de Control de Infecciones
deben estar basadas en evidencias científicas y deben
apuntar a la utilización de aquellos recursos cuyo valor
preventivo esté debidamente comprobado. Se debe
brindar calidad real de atención, desmitificando y
rechazando el uso de recursos que entren dentro de la
órbita de la llamada calidad perdida, ya que su uso no
mejoraría la atención del paciente ni la presencia de IH y,
por lo tanto, los costos de atención aumentarían
innecesariamente.
Lección 5 de 10

Historia de las infecciones asociadas a la


atención de salud

La historia de la medicina y del control de infecciones pudo


ser escrita gracias a diferentes hallazgos y descubrimientos
que permitieron poner de relieve que todos los pueblos del
mundo, de uno u otro modo, se esforzaron en buscar
explicaciones para las enfermedades y en descubrir nuevos
métodos con los cuales combatirlas. En muchas culturas
del mundo, incluyendo las precolombinas en América,
estos métodos carecían de base científica y la salud o la
enfermedad se discutían y trataban bajo un enfoque
puramente religioso y mágico. El poder de curar era
concentrado por brujos, magos y sacerdotes. En papiros
egipcios escritos en el 1700 a.C. ya se describen
enfermedades, técnicas quirúrgicas y tratamientos de
asepsia y desinfección. 

En el siguiente video conoceremos en profundidad los factores culturales que


pueden llegar a generar un impacto sobre el control de IAAS.
Video 1: Factores culturales y su
influencia sobre el Control de las IAAS

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Fuente: elaboración propia.

Cerca del 2850 a.C. se destacó Imhotep



Fue escriba, arquitecto, astrónomo y mago. Se dedicaba también a ejercer la medicina junto con el arte
de la magia, extrayendo de las plantas todas las medicinas que usaba. Diagnosticó y trató cerca de 200
enfermedades. Detalló las posiciones y funciones de todos los órganos vitales, aún el sistema de
circulación de la sangre. También exploró la cirugía y algunas prácticas odontológicas. 
El mayor aporte de los egipcios fue el de la higiene corporal y el cuidado de la piel, aspectos a los que
daban mucha importancia. Hacían uso de una gran variedad de hierbas aromáticas y resinas especiales.
También el baño y los masajes formaron parte de la medicina practicada por los pueblos de la
Mesopotamia, según se desprende de escritos que aún se conservan y que tienen más de 5000 años de
antigüedad.

Los chinos señalaban que el espíritu poseía dos elementos



El bien y el mal, y que su equilibrio o desequilibrio inducía a la salud o enfermedad de las personas.
Escribieron tratados de medicina en los que se describían enfermedades, tratamientos y acción de los
diferentes fármacos que empleaban.

El emperador Shen Nung (ca. 2800 a. C.)



Experimentaba con venenos y plantas medicinales. Llegó a clasificar alrededor de 365 plantas
medicinales. Los hindúes creían que las enfermedades tenían su origen en la magia y los demonios.
Empleaban medicinas fabricadas a base de hierbas. Fueron pioneros en la realización de algunas
cirugías (rinoplastias, cataratas). Uno de estos pioneros fue Susruta (ca. 600 a.C.), quien realizó
descripciones de prácticas quirúrgicas (Susruta Samhita) y una enciclopedia para el aprendizaje de la
medicina. En sus escritos resaltaba la importancia de la antisepsia de las heridas. Los hindúes también
describieron en detalle la tuberculosis y su evolución clínica.

En Grecia, Hipócrates (460-377 a.C.)



Estudió e intentó establecer la verdad científica de muchos conocimientos empíricos que, destinados a
prevenir las infecciones, se transmitían oralmente. Hipócrates fue uno de los primeros médicos en dar
importancia a la dieta en la curación de los enfermos. Se ocupó del manejo especial y cuidadoso de las
heridas y del lavado de manos. Los esclavos atenienses, Asclepio y Esculapio, trabajaron en favor del
saneamiento ambiental controlando el agua de consumo y la higiene general de la ciudad. Galeno (130-
200 a.C.) desarrolló métodos tendientes a lograr la cicatrización de las heridas de los contendientes de
guerra evitando la supuración.
Los romanos tomaron muchos de los conocimientos
griegos y perfeccionaron los métodos relacionados con
el saneamiento ambiental. Crearon redes de
acueductos que cruzaban la ciudad, establecieron los
primeros hospitales de campaña e implantaron los
baños públicos dentro de un ambiente social.

Ejemplo de ello son las Termas de Caracalla en


Roma (217 a.C.) que aún se conservan y que se
utilizaban para fomentar el baño como parte de
un grupo de actividades sociales. Alojaban cerca
de 1600 bañistas y además de termas, contaban
con piscinas, bibliotecas, gimnasio y tiendas.
Celso, médico romano, describió en el primer
siglo de nuestra era, los signos de la inflamación:
hinchazón, dolor, calor y enrojecimiento o rubor
(Tétrada de Celso). Durante los siglos IX y X d.C.,
la medicina árabe alcanzó su máximo apogeo. Se
destacaron los médicos Avicenna (980-1037 d. C.)
y Al Rhazi (865-923 d.C.). A este último se le
adjudica el descubrimiento del alcohol como
antiséptico y el primer tratado médico de
pediatría. Los árabes escribieron también
tratados acerca de la viruela y el sarampión y una
obra de 25 volúmenes denominada “Contenido
de la Medicina”.

En el siglo XIV, en Europa,


la epidemia llamada
“Peste Negra” diezmó a la
tercera parte de la
población. Para esa
época, la medicina
europea convivía con
creencias mágicas y

C O NT I NU E
Durante la epidemia de Peste que asoló Marsella en 1656,
el personal que tenía a cargo la atención de los pacientes
debía utilizar una vestimenta especial diseñada por el Dr.
Charles Delorme, médico de la corte del rey Luis XIII.
Usaban una túnica larga y debían circular por la vía pública
provistos de un bastón blanco. Se colocaban una máscara
que terminaba con forma de “pico” y en el que se
depositaban hierbas aromáticas a fin de evitar verse
afectados por los olores fétidos que se desprendían de los
bubones de los afectados por la peste. Se creía que el
humo prevenía los contagios y, por lo tanto, los
sepultureros adoptaron la costumbre de fumar pipa
durante los entierros.

El aislamiento de enfermos portadores de enfermedades que se


creían altamente transmisibles se evidencia en Europa con la
creación de los Lazaretos y la segregación de los pacientes que se
ubicaban en las afueras de las ciudades. 

Ejemplo típico fue la lepra en la Edad Media. Los enfermos


no solo eran obligados a vivir fuera de las ciudades, sino
que también debían vestirse de gris (usaban una
vestimenta especial denominada hopa) y anunciar su paso
mediante ruidos provenientes de campanillas o matracas.

La importancia del agua potable en las ciudades se hizo evidente


en las diferentes epidemias de cólera que asolaron Europa y el
mundo.
Sigamos con la Historia de las infecciones asociadas a la
atención de salud
Pág. 1

Los estudios que se realizaban demostraban que el número de casos era escaso en
aquellas ciudades dotadas de agua potable y sistema de cloacas. A pesar del constante
intento de llevar agua limpia a las ciudades, el primero en lograrlo con éxito fue John
Gibb en 1804, en la ciudad de Paidey, Escocia. Hacía fluir el agua de lluvia a través de
filtros de arena, grava y piedras de diferente tamaño que retenían las impurezas. A
finales del 1500, Galileo Galilei inventó un termoscopio con el que se podía medir la
temperatura corporal. Santorio Sanctorius, inventó más tarde un termoscopio con escala
graduada (el primer termómetro que se menciona en la historia de la medicina). El uso
de la hidroterapia como método para disminuir la temperatura corporal fue introducido
por James Curie, en Liverpool (1756-1805). En 1546, el químico Fracastoro se refirió por
primera vez a los gérmenes, refiriéndolos como agentes causantes de diferentes
enfermedades en su libro De contagione et contagiosis morbis (Del contagio y de las
enfermedades contagiosas). Lamentablemente, su obra fue ignorada.
Pág. 2

El descubrimiento del microscopio intervino en forma directa, al permitir visualizar los


microorganismos.
Pág. 3

Su hallazgo se atribuye a Antonio Van Leeuwenhoek (1632-1723) quien se había raspado


una caries y logró detectar la presencia de los microorganismos (a quienes denominó
“miserables bestezuelas”) con la ayuda del microscopio de su invención. Su trabajo de
investigación al respecto fue aceptado por la Real Sociedad de Ciencias de Londres y el
uso del microscopio comenzó a generalizarse.
Pág. 4

Entre los médicos más destacables de esa época, puede citarse al cirujano William
Harvey (1578-1657) quien además de definir el sistema circulatorio aportó una
importante solución a la Marina Mercante Británica al recomendar el uso de limones
para combatir al escorbuto.
Pág. 5

Más tarde, otro cirujano naval, James Lind (1716-1794) realizó en 1747 una investigación
clínica con los afectados por escorbuto utilizando diferentes terapias y concluyendo que
el grupo de pacientes tratado con el jugo de dos naranjas y un limón diarios se había
restablecido completamente.
Pág. 6

Sir Christopher Wren (1632-1723) describió por primera vez la estructura anatómica del
cerebro. También diseño muchos instrumentos médicos y quirúrgicos y las primeras
agujas para uso intravenoso. Con estas agujas se realizaron las primeras transfusiones
de sangre en seres humanos (efectuadas por Richard Lower y Edmund King en 1667).
Pág. 7

Las primeras citas bibliográficas de infecciones hospitalarias (IH) se remontan al Hotel


Diú de París. Este hospital se construyó a orillas del río Sena, para aprovechar el agua del
mismo y a su vez usarlo como alcantarilla. Se construyó en el siglo VII y se reconstruyó en
el siglo XVIII. Su capacidad era de 1000 camas, pero siempre albergó entre 2000 y 3000
pacientes, lo que indica la presencia de 2 a 3 pacientes ubicados en una misma cama.
Pág. 8

Se describió la ocurrencia de más de 7000 epidemias. La tasa de mortalidad seguida de


amputación era del 60 %. En 1746, en la Sala de Maternidad, que se inundaba cada vez
que el Sena crecía, murieron 19 de las 20 pacientes internadas. Una epidemia de cólera
en Londres fue descrita y estudiada por el epidemiólogo y cirujano John Snow (1803-
1858) realizando cerca de 70 mapas con las zonas afectadas de la ciudad. Para poder
controlar la epidemia, Snow destruyó en forma personal el grifo de una fuente de agua
que consideraba contaminada con vibrión colérico. De ese modo evitó que la población
londinense se siguiera contagiando.

En el video que aparece a continuación podremos ahondar más en el caso de la


fiebre puerperal, su etiología y profilaxis.
Video 2: Etiología, concepto y profilaxis
de la fiebre puerperal. Ignaz
Semmelweis Viena. 1860

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Fuente: elaboración propia.

Recién en el siglo XIX la


obra del médico obstetra
de origen húngaro,
Ignacio Felipe
Semmelweis (1818-1865),
en relación con la
importancia del lavado de
manos marcó el antes y

En el siguiente video pondremos foco en cuál es la importancia de la higiene de


anos, en general, y en especial en entornos hospitalarios.

Video 3: La importancia de la Higiene de


manos

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Fuente: elaboración propia.

Semmelweis detectó en 1846, en la Primera Clínica de la


Universidad de Viena, que la mortalidad por fiebre
puerperal alcanzaba al 11,5 % de las pacientes
hospitalizadas, mientras que en la Segunda Clínica ese
porcentaje era del 2,7 %. También resultaban más bajos los
índices de mortalidad para las mujeres que tenían su parto
en el hogar. Semmelweis puso en práctica, sin éxito,
diferentes medidas empíricas destinadas a controlar ese
problema. Su amigo, el patólogo forense, Jacob Kolletscha,
se accidentó en la sala de necropsias con un bisturí con el
que había realizado la autopsia de una paciente fallecida de
fiebre puerperal (el primer accidente laboral registrado en
la historia de la medicina). A los pocos días, Kolletscha
falleció, presentando la misma sintomatología. Asociando
este hecho, Semmelweis observó que tanto médicos como
estudiantes de medicina iniciaban sus tareas en la sala de
necropsias y luego concurrían a atender a las pacientes
hospitalizadas. Semmelweis postuló entonces que la fiebre
puerperal era transmitida por las “partículas cadavéricas”
transportadas desde la sala de necropsias por las manos
de médicos y estudiantes que las introducían en las
pacientes que atendían. En cambio, en la Segunda Clínica,
la atención estaba en manos de parteras que no tenían
otra tarea y no concurrían a la sala de necropsias. 

Obligó entonces a
médicos y estudiantes a
lavarse las manos
después de abandonar la
sala de necropsias con
agua, jabón y una
solución de cloruro de
sodio. Solo después de

Estas exigencias fueron muy mal aceptadas (el rol de la


antisepsia se valoraría 20 años más tarde), pero el número de
muertes por fiebre puerperal después de introducido el
lavado de manos disminuyó en julio de ese mismo año a 1,2
%.

Analizando su La doctrina de Semmelweis


descubrimiento y los se adelantó dos décadas a
métodos que utilizó para su época, ya que más tarde
probarlo, podemos decir que Luis Pasteur (1822-1895)
Semmelweis no sólo fue un demostraría que la infección
adelantado en el control de era diseminada por
las IH sino también el microorganismos que se
primero en utilizar la multiplicaban y se
epidemiología descriptiva y transmitían de persona a
analítica. Pudo describir un persona. Luis Pasteur
brote de IH, estudiarlo, señaló al Streptococcus
formular una hipótesis, pyogenes como el agente
probarla, diseñar medidas causal de la sepsis
de control (el lavado de puerperal. Más tarde
manos), ponerlas en práctica introdujo las primeras
y evaluar su eficiencia. vacunas (para ántrax y
rabia).
En el siguiente video conoceremos cómo Pasteur logró estudiar las diversas
formas de vida y descubrir qué tratamientos aplicar para erradicarlas.  

Video 4: Pasteur: el inicio de la era


bacteriológica

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Fuente: elaboración propia.

Robert Koch (1843-1910) utilizó por primera vez una Placa


de Petri junto con agar sangre para cultivar bacterias. De
esta forma descubrió el Mycobacterium tuberculosis.

En 1872 describió la infección por ántrax y señaló que el


agua contaminada era el origen de muchas epidemias.  

Emil von Behring (1854-1917)



Descubrió los anticuerpos y fue el primero en usar la
inmunización pasiva (antitoxina diftérica).

Durante la guerra de Crimea (1845)



La enfermera inglesa Florence Nightingale (1820-1910)
organizó un servicio de desinfección (que consistía en hervir
las vendas entre usos), instaló lavanderías, mejoró la
alimentación de los pacientes, separó en diferentes tiendas
de campaña a los que padecían enfermedades infecciosas -
incluyendo las heridas de guerra infectadas- y estableció la
práctica del lavado de manos. Estas medidas redujeron la
mortalidad de un 42% a un 20% e hicieron disminuir las
infecciones digestivas, respiratorias y de heridas. Florence
Nightingale fue pionera en la vigilancia epidemiológica de las
IH. Determinó tasas de mortalidad y de infección utilizando
como denominador el número de admisiones y el número
de egresos. Sus trabajos estadísticos al respecto, le valieron
el ingreso a la Real Sociedad de Estadísticas de Londres y a
la Sociedad Americana de Estadísticas.

El cirujano Joseph Lister



Inspirado por los trabajos de Luis Pasteur acerca de la
“putrefacción” y “tumefacción” de las heridas, utilizó en 1865
por primera vez el ácido fénico o ácido carbólico para tratar
las heridas de pacientes con fracturas expuestas. También lo
utilizó en la desinfección del ambiente y el instrumental
quirúrgico. Lister publicó sus trabajos en 1867.

El yodo ya había sido descubierto en 1811 por un salitrero,


Bernardo Courtois, pero su introducción en el ambiente
hospitalario se llevó a cabo muchos años más tarde. La
aparición de aparatos capaces de producir la muerte
bacteriana por calor marcó los comienzos de un nuevo
concepto de asepsia: la esterilización. En 1879 Pasteur
propuso la eliminación de los microorganismos por calor.
Inspirados en el “Digestor de Papiri” usado entre 1647 y
1712, Robert Koch y otros colaboradores diseñaron en
Berlín, en 1881, el primer esterilizador a vapor. Otro hecho
destacable en el control de las IH ha sido el uso de guantes
estériles para los procedimientos quirúrgicos. El primero
en usar guantes de látex (1889) fue Halstead, un cirujano
estadounidense del John Hopkins Hospital. Se los hizo
diseñar con el propósito de evitar tener que lavarse las
manos repetidas veces. 

Recién en 1910 se
comenzó a utilizar
vestimenta quirúrgica
completa en algunos tipos
de cirugía.
En 1928 Alexander
Fleming con el
descubrimiento casual de
El uso de la penicilina, sin embargo, fue aceptado recién once años
más tarde, cuando se la empleó con éxito en la Segunda Guerra
Mundial. En 1935 se introdujeron las sulfonamidas para el
tratamiento de infecciones causadas por estreptococos y
estafilococos. 

 



En 1950 en hospitales de Europa y de los Estados Unidos se reportaron, en


pacientes pediátricos y en heridas quirúrgicas, las primeras epidemias
intrahospitalarias por estafilococos.

En 1960 R.E.O. Williams publica Hospital Infection, en el que se detallan una gran
variedad de IH. El éxito inicial de los primeros antibióticos parecía haber
reducido la IH a un problema del pasado, pero los mecanismos de resistencia
generados por diversos microorganismos, y el uso muchas veces inadecuado de
los antibióticos, generaron una presión selectiva sobre los mismos. Actualmente,
el fenómeno de la resistencia bacteriana constituye uno de los problemas más
importantes para el control de las IH y promueve actividades destinadas a lograr
el uso racional de antibióticos.

En 1968 el CDC (Centro para el Control de Enfermedades, Atlanta, Georgia, USA),


consciente del creciente problema que representaban las IH, realizó el Primer
Curso de Vigilancia Epidemiológica, Prevención y Control. La Comisión
Americana para la Acreditación de Hospitales, estableció en 1969 que los
hospitales deben contar con Programas de Control de las IH como requisito
indispensable para otorgarles su acreditación para funcionar.

En 1972 la APIC, Asociación de Profesionales en Control de Infecciones y


Epidemiología, en Estados Unidos, realizó cursos de entrenamiento para
personas que quisieran practicar el control de infecciones y otorgó, en 1983,
certificaciones a través de exámenes. El 94 % de los practicantes en control de
infecciones en Estados Unidos eran enfermeros. En relación con la formación de
recursos humanos dedicados al control de las IH en la Argentina, cabe destacar
la labor pionera del Dr. Daniel Stamboulian, quien en 1979 realizó el Primer
Curso de Control de Infecciones, en el Sanatorio Güemes de Buenos Aires.

En 1986 la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, realizó un curso de


similares características y en 1999 ADECI (Asociación Argentina de Enfermeros
en Control de Infecciones) realizó su primer curso de formación en la
especialidad.

Hoy nos encontramos en la Era Científico-Tecnológica y nos


permitimos realizar prácticas cada vez más complejas
(cirugías, trasplante de órganos) con un mínimo riesgo de
infección. Simultáneamente nos encontramos en la Era de la
Medicina Basada en Evidencias que obliga al constante
análisis del costo-beneficio de cada una de las medidas de
control de infecciones que se decida implementar.
Lección 6 de 10

Sistema de vigilancia de las IAAS y búsqueda de


casos

La vigilancia consiste en recoger, procesar,


analizar, interpretar, presentar y difundir de
manera sistemática y continua los datos
sanitarios, incluidos los estudios epidemiológicos
relativos a las categorías de enfermedades
transmisibles, en particular los relativos a la
forma de propagación temporal y espacial de
estas enfermedades y el análisis de los factores
de riesgo de contraerlas, con objeto de poder
tomar las medidas de prevención y lucha
pertinentes. (OPS, 2012: 17,
https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/3
270/OPS-Vigilancia-Infecciones-Modulo-III-
2012.pdf?sequence=1&isAllowed=y)

Objetivos

El objetivo general de la vigilancia de las infecciones


asociadas a la atención sanitaria es prevenir la aparición de
tales infecciones entre pacientes, personal sanitario, visitas y
otras personas asociadas a los establecimientos de salud. Los
objetivos específicos son: 

1
1 2 3 4

Conformar un comité de prevención y control de IAAS estructurado y


operativo, que asesore al gerente en la toma de decisiones para la
prevención y el control de las IAAS. Los elementos básicos de este comité
son:

Autoridad delegada de la administración del hospital o su


equivalente. 

Personal calificado de dedicación exclusiva: profesionales adiestrados


en control de infecciones; acceso a apoyo médico capacitado. 

Funciones y ámbito de la prevención y control de infecciones


definidos. 

Presupuesto suficiente para realizar las tareas programadas.

1 2 3 4

Mantener las tasas de las principales infecciones endémicas del hospital


por debajo de un umbral determinado: infección quirúrgica; infección de
torrente sanguínea asociada a catéter venoso central; infección urinaria
asociada a cateterización vesical permanente, e infección respiratoria
asociada a ventilación mecánica.
1 2 3 4

Detectar tempranamente y manejar los brotes y organizar una respuesta rápida y eficaz mediante:

Fortalecimiento de los laboratorios de microbiología.   

Detección y control de brotes epidémicos. 

Vigilancia de la resistencia antimicrobiana de los microorganismos hospitalarios.

1 2 3 4

Contribuir a una respuesta coordinada para controlar las enfermedades


infecciosas adquiridas en la comunidad, sean endémicas o epidémicas,
que puedan verse amplificadas por el sistema de atención de salud,
mediante: 

Recomendaciones para el uso racional de los antibióticos. 

Procedimientos normalizados para la desinfección y esterilización.

Supervisión y control de la higiene y limpieza hospitalarias.


Elaboración de protocolos y revisión de procedimientos para las
infecciones asociadas a la atención de la salud o procedimientos de
riesgo.

Control de enfermedades transmisibles y política de vacunación del


personal sanitario.
Formación continuada del personal de salud en infecciones
nosocomiales. Para cumplir estos objetivos es necesario tener un
sistema de vigilancia que aporte los datos necesarios sobre las
infecciones y los riesgos del centro sanitario. (OPS, 2012: 17-
19,  https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/3270/OPS-
Vigilancia-Infecciones-Modulo-III-2012.pdf?sequence=1&isAllowed=y)

Elementos de la vigilancia

Los sistemas de vigilancia de infecciones asociadas a la


atención de salud se utilizan para varios fines relacionados
con la meta final de reducir el riesgo de contraer la infección,
a saber:

1 2 3 4

Detectar y monitorizar. Un sistema de vigilancia estructurado y operativo


proporciona el medio (los datos) para establecer la línea base o punto de
comparación, y puede ayudar en la detección de brotes en los hospitales
al señalar desviaciones significativas con respecto a la tasa basal
(endémica).
1 2 3 4

Identificar los factores de riesgo de infecciones asociadas a la atención de la salud. Los datos
recopilados como parte del sistema de vigilancia pueden usarse para identificar a los pacientes en alto
riesgo de contraer infecciones intrahospitalarias asociadas a determinadas prácticas asistenciales. Por
ejemplo, los datos de la vigilancia de las IAAS se han usado para comparar el riesgo de infección de la
herida quirúrgica entre los pacientes sometidos a colecistectomía abierta o laparoscópica. También se
puede usar la vigilancia para detectar prácticas ineficaces, como el afeitado preoperatorio de la zona
quirúrgica con máquina de afeitar, que resultó estar asociado a un mayor riesgo de infección de la
herida quirúrgica.

1 2 3 4

Evaluar procedimientos preventivos. Tras la puesta en marcha de


prácticas preventivas, los datos del sistema de vigilancia pueden usarse
para investigar y determinar si las medidas fueron eficaces en relación
con el control de las infecciones.

1 2 3 4
Suministrar información, educar y reforzar buenas prácticas. La presencia
continua de un sistema de vigilancia puede mejorar la toma de
conciencia entre el personal de salud acerca de las prácticas de
prevención de infecciones; asimismo, pueden servir para señalar prácticas
de alto riesgo. El uso de los datos de vigilancia del propio hospital ha
mostrado tener un efecto beneficioso en la sensibilización del personal
sanitario en relación con las prácticas de prevención y control de
infecciones. (OPS, 2012: 19-20,
https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/3270/OPS-Vigilancia-
Infecciones-Modulo-III-2012.pdf?sequence=1&isAllowed=y)
Lección 7 de 10

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prevention. www.cdc.gov/ncidod/dhqp/pdf/Scott_Cos
tPaper.pdf.

Soule B., et al. (1995). Education and Behaviour


change in Prevention and Control of Infection. En:
Goldrick B., Turner J. (Eds.), Infections and Nursing
Practice. Prevention and control. Mosby - Year Book
Inc.

Soule B., et al.  (1995). The host. En: Goldrick B.,


Turner J. (Eds.), Infections and Nursing Practice.
Prevention and control. Mosby - Year Book Inc.

Wakefield, D. (1993) Understanding the costs of


Nosocomial Infections. Prevention and Control of
nosocomial infections (pp. 21-39). Lippincott Williams
& Wilkins.
Lección 8 de 10

Bibliografía de consulta y descarga

Bibliografía obligatoria

Gobierno de la Provincia de Córdoba.  (2014). Programa


de vigilancia, control y prevención de IAAS. 

IR AL RECURSO

Programa Provincial que brinda los lineamientos


necesarios para la vigilancia, control y prevención de las
IAAS aplicable a cualquier institución sanitaria.

Lossa G, et al.  (2010). Programa VIHDA (Vigilancia de


infecciones hospitalarias de Argentina).

IR AL RECURSO

Sistema informático para la vigilancia de las IAAS de las


Instituciones adheridas voluntariamente 
Bibliografía complementaria

Molinero, G.,   Fernández, P. y Valiente, P.  (2013). Guía


para la evaluación de calidad y eficiencia en los servicios de
salud. Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba.

IR AL RECURSO

Guía práctica útil para evaluar la calidad y eficiencia de los


Servicios de Salud mediante la utilización de indicadores.

Ruiz Morales, A. J. y Gómez-Restrepo, C.  (2015)


Epidemiología Clínica. Investigación Clínica Aplicada. Bogotá,
Colombia: Editorial Médica Panamericana.

IR AL RECURSO

Conceptos básicos de Epidemiología aplicada a la Salud


Pública.
Lección 9 de 10

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