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La tradición judía recogida en el Talmud nos dice que fue asesinado por
Manasés, quien mandó cortarlo por la mitad con una sierra; aunque algunos
dicen que esta tradición carece de fundamento. Probablemente su muerte
tuvo lugar en el año 701 a. de J.C.
Isaías 1:1 Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en días de
Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá.
2 Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos
se rebelaron contra mí.
Aquí "Israel" se refiere al reino del sur, Judá. El pueblo de Judá estaba
pecando en gran manera y no quería conocer ni entender a Dios. A través de
Isaías, el Señor presentó sus cargos contra Judá debido a que se rebelaron y
lo abandonaron (Deuteronomio 28). Con la violación del pacto moral y
espiritual se buscaban el castigo. Dios les dio prosperidad y no lo sirvieron.
Les envió advertencias y no quisieron oír. El fuego del juicio caería sobre
ellos (véase 1.7).
7 Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de
vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños.
8 Y queda la hija de Sion como enramada en viña, y como cabaña en melonar, como
ciudad asolada. 9 Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño,
como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra.
Isa 1:8 La hija de Tziyon queda desierta °
como una tienda en un viñedo,[3] °
como almacén de frutas en un jardín de pepinos,
como una ciudad bajo asedio. °
14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me
son gravosas; cansado estoy de soportarlas.
15 Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando
multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.
16 Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad
de hacer lo malo;
17 aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al
huérfano, amparad a la viuda.
18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana,
como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser
como blanca lana.
18 Grana o carmesí era el color rojo intenso de una tintura que virtualmente
era imposible sacar de la ropa. Tal vez las manos ensangrentadas de los
homicidas se visualizaban aquí (véase 1.15, 21). Asimismo, la mancha del
pecado parece ser permanente. Sin embargo, Dios puede quitar la mancha
del pecado de nuestra vida tal y como lo prometió a los israelitas. No
tenemos que ir por la vida manchados para siempre. La Palabra de Dios nos
asegura que si estamos dispuestos y somos obedientes, Cristo nos perdonará
y arrancará nuestras manchas más indelebles (Psa_51:1-7).