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Introducción:
“Evoluciones progresivas que crecen cada vez más, son la materia de la historia.”
Friedrich Von Hardenberg Novalis
Desarrollo:
Los científicos que estudian las variaciones genéticas dicen que ‘cerca de 1800
genes, el 7% del genoma humano, evolucionó rápidamente en los últimos 10 mil a
40 mil años’. Nuestros ambientes cambian más rápido que nuestros genomas.
Esto contribuye a la emergencia, propagación y mantenimiento de la enfermedad
en individuos, familias y poblaciones. Patologías como diabetes, dislipemias,
hipertensión, osteoporosis etc., incrementan su prevalencia y se han convertido en
verdaderas epidemias en nuestros tiempos.
A este destino final se llega tras varios años de padecer algunas de las
enfermedades llamadas de la opulencia, que suelen darse conjuntamente, ya que
forman parte del llamado Síndrome Cardiometabólico. Estas enfermedades surgen
de la expresión inadecuada de un determinado genotipo. Pero la expresión de
estos genes se torna desfavorable para la salud, a causa de la actuación
continuada de una serie de factores como son la hiper-alimentación, el
sedentarismo, el estrés, el tabaquismo, entre otros. Todos son factores propios de
las sociedades desarrolladas y opulentas.
Según todos los datos paleoantropológicos, nuestros antecesores nunca han sido
gente fuerte. No hemos tenido garras, ni colmillos, ni hemos poseído mucha
fuerza. Con estas condiciones físicas y la pobreza de las zonas del Este de África
La evolución del hombre y las enfermedades crónico degenerativas.
Tema 2: Evolución humana y salud.
donde transcurrió nuestra evolución, las cosas no se ponían fáciles para conseguir
alimento. Nuestros ancestros sufrían ciclos alternantes de abundancia y escasez;
conseguir comida siempre era una actividad que requería un gran esfuerzo físico.
En estas condiciones, a lo largo de los millones de años de evolución, los
supervivientes fueron desarrollando un genotipo que les permitía adaptaciones
musculares y metabólicas para sobrevivir en estas difíciles condiciones. Nosotros
somos los portadores del genotipo de los supervivientes.
Todos los animales, sin excepción, tienen cierto gasto energético muscular para
conseguir la energía de los alimentos. Así ocurre también con el ser humano que
vive en condiciones naturales y desarrolla favorablemente su genotipo para
permitirle salud y supervivencia. Estos genes del ejercicio favorecen una serie de
rutas metabólicas y acciones contráctiles que permiten una mayor eficacia
muscular. Pero los habitantes de sociedades opulentas son sedentarios y la
expresión inadecuada de estos genes del ejercicio físico ocasiona enfermedad.
La búsqueda de alimento exigía un gran esfuerzo físico a nuestros ancestros,
además la supervivencia exigía la posibilidad de contracciones musculares
eficientes durante deficientes situaciones metabólicas. Por eso nuestros ancestros
tuvieron que acumular una serie de mutaciones que promovían estas proezas y
que permitían una forma de vida con un elevado y constante nivel de actividad
física. Cuando estos alelos se enfrentan al sedentarismo del ser humano actual,
ocasionan una inactividad de las rutas y propiedades contráctiles que promueven
y esto es lo que ocasiona a la larga, una deficiente salud.
Los seres humanos viven lo suficiente como para que las células tengan más
opciones para volverse locas. Los cánceres reproductivos podrían ser una función
de vidas más prolongadas y culturas cambiantes. Durante muchos períodos
históricos, la mujer promedio tenía sólo unos 100 ciclos menstruales en su vida, ya
que los embarazos frecuentes y la lactancia le impedían menstruar. Hoy en día,
una mujer típica tiene 400 ciclos, lo que crea más estrés para los ovarios y somete
a sus pechos a más cambios hormonales’.
Pero la evolución viene acompañada con problemas como por ejemplo, ‘se sabe
desde hace tiempo que las variaciones genéticas que protegen a algunos
africanos de la malaria los hacen vulnerables a la anemia falciforme. Y los genes
La evolución del hombre y las enfermedades crónico degenerativas.
Tema 2: Evolución humana y salud.
Conclusión:
Según los expertos, muchos rasgos de la nuestra anatomía operan bajo el radar
de la selección natural. En otras palabras por lo general no son lo suficientemente
problemáticos para afectar a la supervivencia de la persona antes de que llegue a
la edad de reproducción, por lo que siguen pasando de generación en generación
y algunos opinan que la muela del juicio y el apéndice acabarán desapareciendo,
ya que en ocasiones causan infecciones que pueden llegar a ser mortales.
Los científicos, expertos de la salud, las estadísticas y hasta los “brujos”, han
determinado repetidas veces que una de cada dos personas sufrirá de sobrepeso
en las próximas décadas. Una cifra bastante elevada, incluso en comparación con
los porcentajes actuales, el cual determina que padecemos una epidemia global
de obesidad.
que cada vez hacemos menos actividad y comemos más alimentos procesados?
¿El “facilismo” nos está engordando?
Todas las respuestas a estas preguntas y mas, podemos responderlas con solo
mirar un poco así atrás y ver como todos los aspectos de la vida van
“evolucionando” y nos van cambiando de diversas formas, todo esto es parte de
nuestra cultura.
Bibliografía: