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Repaso Economi
Repaso Economi
Las bases teóricas en economía del medio ambiente no es única, existen líneas de
pensamiento divergentes entre economía ambiental y economía ecológica, lo que
resulta en métodos diferentes de valorar los servicios ambientales. La economía
ambiental, por lo general se apoya en los conceptos neoclásicos , en las simples
relaciones microeconómicas de mercado entre precio – cantidad y en el papel
regulador del estado, en cuanto que la economías ecologista , aun cuando no tiene
en sus orígenes una línea de pensamiento definido (con signo marxista, keynesiano
y neoclásico) valoriza procesos macroeconómicos de desarrollo, sobre escala
sustentable, distribución justa y distribución eficiente , además del papel planificador
e interventor del estado
Se tiene que recalcar que la temática sobre servicios ambientales no puede ser
tratada solamente como una cuestión de mercado, sino también debe contemplar o
incluir condicionamientos sociales, culturales y evidentemente ambientales.
A su vez, para los autores ligados al pensamiento económico neoclásico (la mayoría
de los economistas modernos), la economía es definida como la ciencia de las
elecciones, decisiones u opciones, que lidia con el comportamiento humano en
cuanto condicionado por la escasez de recursos, esto es, la economía trata de la
relación entre fines y medios (escasos) disponibles para alcanzarlos. De esta
manera, para los neoclásicos, el objetivo de la economía consiste en estudiar los
medios de asignación de esos recursos para alcanzar determinado fin económico,
como acumulación de capital, expansión de mercados y poder económico. Es un
problema de optimización sobre restricciones, que busca respuestas sobre como
maximizar la utilidad a partir de una estructura limitada de medios, o sea, como
alcanzar los fines económicos más satisfactorios sabiendo que los medios para
alcanzarlo son limitados. Un concepto básicamente lógico de naturaleza de
economía, que llevo a la matematización de esta ciencia.
Al lado de León Walras (1834 – 1910), Marshall fue uno de los grandes
reformuladores de la teoría clásica; Walras desarrolló la Teoría del Equilibrio
General, en cuanto que Marshall se dedicó al análisis de las condiciones de
Equilibro Parcial de Mercado. En la obra, Principios de Economía (MARSHALL,
1890), se sintetiza su pensamiento, el autor se propone completar y generalizar, con
el auxilio de la matemática, los postulados de Smith y, sobre todo, de Ricardo,
transformándolos en principios y conceptos operacionales. La introducción del factor
tiempo en el análisis permitió conciliar “costos de producción” y “utilidad marginal”
en la determinación del valor.
Al reflexionar sobre la visión del capitalismo del mundo, la tesis central de Marshall
se basa en la “tendencia natural hacia el equilibrio, una tendencia de crecimiento
gradual” (MARSHALL, 1890, p. 153), sin embargo, la Gran Depresión de los años
1930, debido a la quiebra de la Bolsa de Nueva York (1929), coloca en jaque la
visión del autor (SILVA, 2004). Joseph Schumpeter (1984), uno de los mayores
críticos (y al mismo tiempo admirador) de la visión marshalliana, reconoce, sin
embargo, que uno de sus grandes méritos fue apuntar para el futuro, algo hasta
entonces raro en la economía.
Uno de los principales críticos de Marshall, Steindl (1990) afirma que el autor dio
mucha importancia al factor de involución, a partir de cierto tamaño de la empresa,
cuando debería atenderse con mayor profundidad (y no con una simple mención) a
las dificultades en la ampliación de los mercados de una empresa cualquiera, pues
sería este el punto crucial y más tarde denominado por la escuela neo clásica como
de competencia imperfecta. La determinación del precio no es solo una relación
binaria entre precios y cantidades, entre curvas de oferta y demanda, porque el
mercado trae “imperfecciones” que pueden ser derivadas de la falta de información
o, principalmente, de condiciones desiguales de competencia. La competencia
sobre condiciones oligopólicas trae bajo su brazo otros factores determinantes de
precios además de relaciones ente oferta y demanda, como barreras a la entrada y
prácticas de dumping. El Precio no es algo necesariamente natural, pero si, en
muchas circunstancias, una práctica especulativa que expulsa competidores y
oligopolisa mercados y servicios de los intereses del gran capital, en detrimento del
bienestar de los consumidores.
Es bueno reconocer que, al comparar las empresas de una rama industrial a los
árboles del bosque, Marshall no solo representó la historia propia de esas empresas
dentro de un ciclo de vida o de una evolución a lo largo del tiempo, mas también
trajo la idea de industria como una estructura heterogénea, compuesta de un
conjunto de empresas en diferentes etapas de su ciclo de vida, con diferencias de
tamaño, costos, precios, tasas de expansión, colocando las bases para un camino
alternativo al neoclásico.
Apartándose de ese camino alternativo, entre finales del siglo 19 y el inicio del 20,
conforme dice Silva (2004), un proceso intenso de sistematización y difusión
consolidó la hegemonía de la escuela neo clásica en manuales de micro economía
que optan por la mayor formalización de modelos económicos, en perjuicio de los
trazos de realismos que caracterizan a la obra de Marshall. La admisión de
“imperfecciones” de mercado y lógicamente inconsistente con la caracterización
hecha por los manuales convencionales de micro economía del mercado de
competencia, en particular, con la hipótesis de homogeneidad de los productos y
curva de demanda infinitamente elástica. Por ese modelo, los límites al crecimiento
de la empresa no se darían por el lado de la demanda, más si por las condiciones
de oferta a costos crecientes (vale resaltar de que en muchas aplicaciones, el
modelo de competencia perfecta es usado apenas como modelo de referencia, y no
como modelo real, siendo útil para situar el nivel de imperfecciones del mercado)
Sraffa (1982) surge como el primer crítico del abordaje neo clásico de la
competencia al considerar inadmisible que las imperfecciones del mercado sean
temporales y al resaltar que muchos de sus efectos son permanentes y
acumulativos. En su obra, el autor ofrece no solo una crítica a los presupuestos neo
clásicos de relación univoca precio – equilibrio, pero también contribuciones para
estudios futuros sobre el proceso de competencia en los mercados. Básicamente,
trae tres críticas centrales al modelo de competencia perfecta: a) Le acusa de
manipular las leyes de rendimientos para obtener una curva de oferta con formato
previamente definido, b) apunta inconsistencias de las leyes de rendimiento con
elementos centrales del modelo, como la existencia de límites a la expansión de las
empresas que asegure el atomismo de mercado y la independencia entre las curvas
de demanda y de oferta de equilibrio parcial (entiéndase por atomismo de mercado
como la existencia de un gran número de competidores actuando en el mercado); c)
a partir de evidencias empíricas, critica la curva de demanda individual infinitamente
elástica y la forma de U de las curvas de costo medio y costo marginal.
Como ejemplo del punto “a” se puede decir que en el caso del funcionamiento del
Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) para actividades forestales, previsto en el
Protocolo de Quioto, llevan a la formación de curvas de oferta de créditos de
carbono con formato previamente definido, por medio de acciones especulativas de
mercado financiero que ignoran los costos de transacción incluidos en el día a día
de una propiedad rural (sea cual fuera su tamaño)
Al analizar la obra de Kaldor (1983), Possas (1985) observa que cada empresa tiene
sus rivales más próximos, que la demanda por sus productos es también
influenciado por los precios de esos rivales y que la variación de los precios de una
empresa puede influir en los de otras empresas. Así se configura la imposibilidad de
determinación de la “curva real de demanda” de cada empresa y la dificultad de la
“curva imaginaria de demanda” de asumir los precios de los rivales como
constantes, siendo necesario basarse en las expectativas – correctas o no – sobre
el comportamiento de sus rivales delante de las de sus propias variaciones de
precios, condiciones esas que comprometen el análisis unívoco de relaciones precio
– cantidad. Luego, la curva de demanda ceteris paribus de una empresa no puede
ser aceptada en virtud de la inter dependencia de la cadena de productos sustitutos
que forma la industria.
Al trazar conclusiones sobre el abordaje neoclásico, Silva (2004) resalta que las
hipótesis centrales del modelo de mercado de competencia perfecta (atomismo
de mercado, homogeneidad de producto; libre entrada y salida) traen las ideas
erróneas de “imagen inerte” y “espacio homogéneo” libres de confrontaciones entre
empresas, siendo los “ajustes de equilibrio” soluciones simultáneas de empresas y
mercado ( lo que denota la flaqueza de la teoría neo clásica en lidiar con las
variables tiempo e incertidumbre). Ya en el mercado de competencia imperfecta
(o monopolista), las hipótesis centrales del modelo (atomismo de mercado; libre
entrada y salida; igualdad de las curvas de demanda individual para productos
diferentes) también llevan a la no rivalidad. En ambos casos, el (utópico) equilibrio
se da por la “soluciones del mercado”, por medio del cruzamiento de las condiciones
de demanda (preferencia de los consumidores) y de oferta (parámetros técnicos;
costos de producción), iguales para todas las empresas.
Pero lo dicho por él nos indica que las políticas públicas deberían basarse en
minuciosos análisis técnicos de políticas de precios predominantes en cada
mercado y de la real capacidad de que la acción pública tiene de influenciar esos
comportamientos. Aquí son bien venidas las observaciones de Fontenele (1995),
que indirectamente, sugiere la necesidad de la acción pública, vía políticas públicas,
en los procesos de desarrollo, sin dejar de criticar el abordaje neo clásico de “libre
mercado” y “condiciones naturales de equilibrio”. Ese tipo de análisis es relevante
en la base teórica de la economía ecológica que valoriza el papel planificador
del Estado en los procesos de desarrollo. De este modo cualquier iniciativa de
desarrollo sostenible con la consecuente prestación de servicios ambientales, que
ignore el papel del Estado o que le atribuya un papel meramente administrativo o
burocrático – como impone el MDL, cuando exige sólo la aprobación de los
proyectos por los Estados Naciones, sin determinar la vinculación de los proyectos
forestales y energéticos con las políticas públicas nacionales – está orientado al
fracaso, en el largo plazo, en términos socio ambientales, sobre todo en la cuestión
distributiva.
Yá Steindl (1983, 1990) demostró que los diferentes costos entre empresas
tienen importante ligazón con la intensidad de la competencia y, por
consiguiente, con la formación de precios, y con el proceso endógeno de
transformación de las estructuras de mercado (siempre en mutación). Sin embargo,
conforme sostiene Silva (2004), el pecado capital del autor fue no haber visto hacia
la diferenciación e innovación de productos y para los procesos de diversificación e
internacionalización de la gran empresa.
Es importante recordar también que, con frecuencia, las empresas que permanecen
en el mercado y con éxitos son aquellas que entraron en el sector en los tiempos
iniciales. Utterback (1996) evidencia también las diferencias fundamentales entre
innovación de productos y procesos, dentro del debate sobre dinámica de
innovación. Así, en relación a los productos, el autor expone que los revuelos por
grandes innovaciones pueden parar con el surgimiento de un proyecto dominante,
con el objetivo de investigación y desarrollo ahora orientado a las innovaciones
incrementales de las características existentes. Aunque los perfeccionamientos
sean introducidos, se hace más difícil superar el desempeño del otro. En el caso de
las innovaciones de procesos, durante el periodo de formación de tecnologías de un
nuevo producto, los procesos para producirlos son genéricos. Sin embargo, al
considerar que las innovaciones de productos y de procesos son inter dependientes,
a medida que la tasa de innovación de productos decrece, la tasa de
innovación del proceso aumenta. No solamente cambios en productos y procesos
ocurren en una empresa, también se demanda cambios organizacionales, con
acciones en conjunto.
PREGUNTAS:
3. Elija un caso de su vida y describa como aplicaría cada una de las teorías
descrita para explicar el caso elegido.
SEMANA 3
Durante los últimos tres decenios las Ciencias Económicas han hecho un aporte al
manejo de los recursos naturales y del medio ambiente. Los problemas suscitados
en su momento como resultado de políticas de desarrollo que se contraponen a la
disponibilidad en el tiempo de los stocks de recursos naturales o de actividades
humanas que generan efectos externos contraproducentes al ambiente circundante,
han sido los detonantes dentro de la economía de la búsqueda de métodos que
conlleven a un balance entre la actividad económica y el entorno dentro del cual se
encuentra inmersa ésta.
El enlace entre economía y recursos naturales viene dado por el rol de proveedor
de recursos que tiene nuestro entorno y que son de utilidad en los procesos
productivos. Muchas economías se sustentan y basan su crecimiento en la
utilización y explotación de estos recursos naturales, entre los que tenemos
principalmente los recursos forestales, mineros y pesqueros. Perú no es una
excepción a este comportamiento y gran parte de sus exportaciones provienen de
estos sectores, fundamentalmente los dos últimos. Por ello, ha surgido
continuamente la discusión de cómo incorporar el medio ambiente y los recursos
naturales en la contabilidad nacional.
Mäller et al. (1994) presentan una discusión teórica respecto al uso del concepto
de producto nacional como indicador de bienestar de la población y cómo debería
calcularse un adecuado producto nacional ajustado ambientalmente. Junto a ello,
realizan una revisión de los principales estudios empíricos sobre contabilidad de
recursos en algunos países como Francia, Noruega, y México. Su principal
conclusión es que este tipo de medición, sin la Teoría del Bienestar, es peligrosa.
Un año después, y considerando el proyecto de cuentas ambientales del Banco
Central de Chile con base en la propuesta de las Naciones Unidas, Marcel Claude
presenta las limitaciones del Sistema de Contabilidad Nacional desde la perspectiva
del desarrollo sustentable y los principales ajustes a los indicadores
macroeconómicos que propone la literatura.
Algunos de los principales autores de cada disciplina son: Partha Dasgupta Karl-
Goran Mälher, David Pearce y Michael Haneman (para la Economía Ambiental); y
Kenneth Boulding, Herman Daly, Robert Constanza y Joan Martínez-Alier (para la
Economía Ecológica).
Fuente: http://www.ambienteycomercio.org/que-estudia-la-economia-ambiental-y-
cual-es-su-diferencia-con-la-economia-ecologica/
PREGUNTAS
SEMANA 4
Sin embargo, no se debe confundir la exigencia de Martines Alier (1998), para que la
economía se convierta de sistema productivo lineal en patrones cíclicos de
producción y consumo que imiten los procesos naturales, con las ideas expuestas
por Kalecki (1977) de que la economía es naturalmente cíclica, esto es, los ciclos
económicos (crecimiento seguido de recesión, recesión seguido de depresión,
depresión seguido de crecimiento, y así sucesivamente) en el tiempo son inherentes
al capitalismo, estando asociado a las incertidumbres. Por lo tanto, para el
pensamiento Kaleckiano, la expansión económica del capitalismo crea la semilla de
su depresión en razón de la fragilidad financiera asociada a los cambios de los
valores de los activos.
Una condición objetiva que torna esos cambios posibles es la aplicación del principio
de precaución, que representa un tipo de innovación institucional capaz de imponer
restricciones suficiente severas a la actual racionalidad económica de forma de
someterlo a una nueva racionalidad basada en valores culturales distintos
(ROMEIRO, 1999). (Pregunta 4: Explique algunos ejemplos que conozca sobre
la aplicación de este principio),
Para Romeiro (1999) como resultado del documento “Límites del crecimiento” del
Club de Roma, surgieron dos corrientes, de un lado, los que el autor denomina
“tecno-céntricos radicales”, para los cuales los límites ambientales al crecimiento
económico son más relativos, delante de la capacidad inventiva de la humanidad, en
este caso ya se entra al campo socio ambiental que considera el crecimiento
económico como una fuerza positiva capaz de eliminar, por sí solo, las disparidades
sociales con un costo ecológico tan inevitable cuanto irrelevante delante de los
beneficios obtenidos. Y de otro lado, los denominados por Romeiro (1999) de
“deterministas geográficos” o “ecocentricos radicales”, para los cuales el medio
ambiente presenta límites absolutos al crecimiento económico, y la humanidad
estaría próximo a la catástrofe si son mantenidas los niveles observados de
expansión de la extracción de recursos naturales, agotamiento y de utilización de la
capacidad de asimilación del medio – polución.
Martinez Alier (1998) critica la asociación entre pobreza y medio ambiente. Para el
autor, las relaciones entre riqueza y degradación ambiental son diversas, según el
indicador escogido y, por tanto, hay argumentos para todos los gustos. (Pregunta 5:
Describa un ejemplo donde existe relación entre deterioro ambiental y pobreza
y otro entre riqueza y deterioro ambiental)
En los últimos años se revalora lo dejado por los neoliberales y se rebautiza los
activos tierra, trabajo y capital para denominarlos como capital natural, capital social
y capital monetario, respectivamente. Primero sucedió con el capital social (o la
reinserción del trabajo) en los análisis de desarrollo económicos (MATTOS et. Al.,
2001). El activo capital social es lo que viene siendo tratado en las ciencias sociales
como un conjunto de características, entre ellas, la confianza, normas y sistemas,
que contribuyen a aumentar la eficiencia de la sociedad, facilitando las acciones
coordinadas. Para el autor, el capital social es, ante todos, la respuesta al
escepticismo neo clásico en relación a la acción colectiva.
Dentro de un orden democrático que se desea para todas las naciones son
fundamentales los papeles “planificador” e interventor del Estado, para que
prioridades sean establecidas y ejecutadas por medio de políticas públicas (y no
simplemente por la libre iniciativa privada), evitando el establecimiento de
prioridades de encima para abajo, para lo cual se deben fortalecer mecanismos de
participación ciudadana. Con este abanico institucional construido, entra la relevante
actuación del capital social en el planeamiento, ejecución y evaluación de políticas
públicas como socio del Estado en cada localidad.
De acuerdo con Mattos (2001), el retorno del activo tierra, o capital natural, viene
siendo reconocido en algunas líneas de pensamiento económicos por el hecho de
que la evolución de la economía humana no tiene como factor limitante la
tecnología, más la provisión constante de recursos naturales. Como pondera Merico
(1996), nuestra relación con el ambiente natural encontró una barrera insuperable:
los límites de la biosfera. La mudanza paradigmática en curso aparece como un
elemento reorganizador de los procesos económicos, cuyo eje principal es la
búsqueda de sustentabilidad ambiental en los procesos de desarrollo (sin abdicar de
él). La creencia de que el avance tecnológico y la acumulación de capital monetario
son perfectos sustitutos para el capital natural es uno de los pilares del pensamiento
económico conservador que limita la economía ambiental.
Ese típico argumento económico neoclásico cae por tierra ( ahora no como activo
sino como metáfora) cuando es insertado la cuestión de escala de la economía en
relación a la capacidad de soporte de los ecosistemas, y se percibe que el propio
crecimiento económico, además de ciertos límites, viene generando costos muy
elevados en la reparación de las externalidades ambientales, de forma que no hay,
en muchos casos, dinero suficiente o tecnología capaz de sustituir las ganancias
proporcionadas por la preservación de la biodiversidad, regulación climática, ciclo
hidrológico, protección de la capa de ozono u otros servicios ambientales. Así, la
orientación del crecimiento económico debe considerar los límites de la biosfera.
SEMANA 6
Figura 1 - Ilustración que ilustra cómo las emisiones de NOx originadas en Manaos termina dando lugar a la
formación de radicales hidroxilo (OH) y ozono (O3). Crédito: Atmospheric Environment.
https://www.tiempo.com/ram/contaminacion-atmosferica-en-la-amazonia.html
La pregunta final es quien se hace cargo de estas externalidades ocasionadas por
las actividades económicas.
Hardin (1968), en un texto bien conocido, caracterizó hace ya bastantes años este
problema como el de la Tragedia de los Recursos Comunes.
Valores que son inherentes a la naturaleza del bien y disociado de su uso actual o
de la opción de usarlo a futuro. Es un valor existencia, similar al disfrute de una
herencia o un legado, que se preserva, porque implica benevolencia, simpatía y
cualquier otro sentimiento, o sea es el valor intrínseco
Fuente: https://www.researchgate.net/figure/Figura-5-Valor-economico-de-la-
biodiversidad-Cuando-losrecursos-tienen-mercado-uso_fig3_257364083