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Atlas de Los Quesos Mexicanos Genuinos - BBA CONACYT, UNAM, UACH, UAED
Atlas de Los Quesos Mexicanos Genuinos - BBA CONACYT, UNAM, UACH, UAED
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Título de la obra:
Atlas de los quesos mexicanos genuinos
© 1a. edición, 2014
Abraham Villegas de Gante, Fernando Cervantes Escoto, Alfredo Cesín Vargas, Angélica Espinoza Ortega,
Arturo Hernández Montes, Armando Santos Moreno, Ángel Roberto Martínez Campos.
© Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de este libro ni el almacenamiento en un
sistema informático, ni la transmisión de cualquier forma o cualquier medio electrónico, mecánico, fotocopia, registro u
otros medios sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.
Es responsabilidad del autor el uso de las ilustraciones, el material gráfico y el contenido creado para esta publicación.
Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores, y no reflejan nece-
sariamente los puntos de vista del Colegio de Postgraduados, de la Ediotrial del Colegio de Postgraduados, ni de la
Fundación Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas.
Agradecemos infinitamente a todos los queseros artesanales de este país, quienes desinte-
resadamente y sin prejuicios nos abrieron las puertas de sus casas y de las queserías, y nos
permitieron atisbar un poco en su invaluable saber-hacer quesero artesanal, que nos heredaron
los abuelos. ¡Muchas gracias a todos ellos!
A Andrés Monroy Martínez, José Manuel Torres Bautista, Jimena Achiquen Millán, Juana
Ivonne Sambrano Ramos, Lizeth Ariana Castillo Cedillo, Alina Tihui Hernández Flores y Yazmin
Orduña Marino, estudiantes de la carrera de Ingeniería Agroindustrial en la Universidad Autó-
noma de Chapingo, también por la valiosa información proporcionada para la descripción de
algunos quesos.
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A Adriana Bastidas Correa, por la ayuda en la realización del trabajo de campo y para redactar
la descripción de algunas cadenas agroindustriales de quesos.
A Carlos David Calvario Trejo, por la atenta corrección de las sucesivas versiones previas
hasta llegar al documento final.
Al Dr. Oscar Sánchez Carlos, por la revisión final, antes de mandarlo a la editorial.
Se dice que el hecho de que el hombre cocine sus alimentos es una prueba de civilización y de
diferenciación de la especie humana con respecto a las otras que existen en la naturaleza. Por
otra parte, el que cada cultura en el mundo haya desarrollado una gastronomía con caracte-
rísticas propias y bien definidas no podría explicarse sin dos elementos fundamentales de un
territorio: la cultura y el ambiente.
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éstas proporcionan 95 % de la energía en la alimentación humana1. Lo anterior afecta, indiscu-
tiblemente, a la gastronomía de casi todas las culturas y a todas las actividades asociadas y
derivadas de esta expresión biocultural.
Con la finalidad de contrarrestar el deterioro de las cocinas locales, hace algunos años,
países como México, Francia, España, Grecia, Italia y Marruecos realizaron gestiones ante la
UNESCO para que en 2010 algunas de sus expresiones gastronómicas y alimentarias quedaran
inscritas dentro de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad2.
Con lo anterior se espera la implementación de acciones para su salvaguarda. Particularmente
en el caso de México, entre las medidas que se tienen contempladas para proteger a la gastro-
nomía mexicana comunitaria, ancestral y viva, se encuentra la realización de consultas y los
proyectos de investigación.
¿Y qué tiene que ver todo lo anterior con el Atlas de los quesos mexicanos genuinos? Que
con esta obra, única en su género, sus autores contribuyen, de manera proactiva, a salvaguar-
dar estos elementos característicos de la gastronomía mexicana, los cuales requieren gran
atención debido a que se encuentran ante una situación particularmente vulnerable, entre
otros motivos porque se elaboran a baja escala, con tecnología escasa y porque, en la mayoría
de los casos, el gremio de los queseros artesanales aún no se encuentra organizado.
En el Atlas de los quesos mexicanos genuinos, sus creadores nos muestran que un
queso mexicano genuino es algo más que eso: es historia y tradición; es saber hacer que se
transmite de generación en generación; es la palma o el tenate que lo contiene y caracteriza;
es su proceso único de elaboración; y es también el resto de la cadena productiva que permite
su distribución y comercialización.
En esta obra no sólo se “…precisa, actualiza y amplía…” (Como dirían sus autores) el conte-
nido del libro “Los quesos genuinos mexicanos: patrimonio cultural que debe rescatarse”, publi-
cado en 2008 por Cervantes, Villegas, Cesín y Espinoza, sino que nos proporcionan argumentos
para concluir que cada queso mexicano es genuino por su origen, forma, presentación, técnica
de elaboración y empaque diverso y creativo, así como por sus características fisicoquímicas:
“…es algo más que una simple cuajada de leche, es también un bien cultural alimentario…”.
1 http://elcomercio.pe/actualidad/1581767/noticia-onu-advierte-que-biodiversidad-cultivos-ganado-
disminuye-aceleradamente.
2 http://www.unesco.org/culture/ich/index.php?lg=es&pg=00559
Otro aspecto de gran interés de esta obra es la alerta que hace sobre el hecho de que
varios, como los de Zacazonapan, Estado de México, tenate de Tlaxco, Tlaxcala; tenate de
Hidalgo, o tetilla de Nayarit, están en peligro de desaparecer, ya sea porque no ha habido una
transmisión de su saber hacer o porque los queseros no les dan el valor que merecen; por ello,
los autores destacan la necesidad de revalorizarlos.
Finalmente, quiero reconocer el gran esfuerzo realizado por los autores de este libro quie-
nes, después de un arduo trabajo de investigación en campo, laboratorio y escritorio, propor-
cionan argumentos que demuestran que los quesos genuinos mexicanos son especialidades
gastronómicas que poseen características propias del patrimonio cultural inmaterial, es decir, son:
a) tradicionales, contemporáneos y vivientes al mismo tiempo; b) integradores y; c) represen-
tativos y basados en una comunidad. Con base en lo anterior, este documento podría ser de
gran utilidad para que en un futuro, esperemos no muy lejano, sus autores, así como diversos
actores sociales (instituciones de gobierno, universidades, etcétera), emprendan acciones que
permitan inscribirlos dentro de la “Lista de patrimonio cultural inmaterial que requiere me-
didas urgentes de salvaguarda” de la UNESCO, antes de que éstos queden en el olvido.
PRESENTACIÓN 11
INDICE
Introducción 017
CATÁLOGO DE QUESOS MEXICANOS GENUINOS 029
Queso crema de Chiapas 031
Queso de poro de Tabasco 043
Queso bola de Ocosingo, Chiapas 053
Quesillo de Reyes, Etla, Oaxaca 063
Queso chihuahua menonita de Cuauhtémoc 075
Queso añejo de Zacatecas 087
Queso asadero de Aguascalientes 097
Queso de Tepeque, Michoacán 109
Queso tipo oaxaca de Aculco, Estado de México 119
Queso adobera de los Altos de Jalisco 129
Queso añejo de Zacazonapan 141
Queso adobera de la Sierra de Amula, Jalisco 151
Queso guaje de Tanquián, San Luis Potosí 161
Queso de reata (enreatado) de Nuevo Morelos, Veracruz 173
Queso chapingo, del Estado de México 183
Queso de la sierra de Durango 193
Queso ranchero de Jilotepec, Estado de México 205
Queso ahumado de la Joya, Veracruz 213
Queso fresco y seco (añejo) de Chiautla de Tapia, Puebla 223
Queso jarocho de Veracruz 235
Queso de Chipilo, Puebla 245
Queso de tetilla de Nayarit 257
Queso de aro de Etla, Oaxaca 267
Queso de hoja de la Costa Chica de Oaxaca 277
Queso de tenate de Tlaxco, Tlaxcala 287
Queso de hoja de Veracruz 2 97
Chongos zamoranos 307
Queso ranchero de Yecapixtla, Morelos 317
Queso molido de Aculco, Estado de México 325
Queso tenate de Hidalgo 333
Primer Lugar Mundial. El queso cotija región de origen, artesanal madurado 3 43
Conclusiones 363
Glosario 367
Siglas 376
Bibliografía 380
Los autores 389
INTRODUCCIÓN
Desde el punto de vista lactológico, el queso es el nombre genérico para el alimento resul-
tante de la coagulación de la leche de varios mamíferos (por ejemplo, vaca, cabra y oveja), y
la subsiguiente deshidratación del gel por medio de varias operaciones (cortado, agitación
del suero/cuajada, etcétera) y “formateado” por moldeo y prensado.
Según Fox et al., (2006), elaborar un queso implica esencialmente un proceso de deshidra-
tación en el cual la grasa y la caseína de la leche se concentran entre seis y doce veces, de-
pendiendo de la variedad. La mayor parte de los quesos del mundo procede de una coagulación
(cuajado) enzimática que emplea renina u otras enzimas coagulantes. Sin embargo, el queso es
mucho más que una simple cuajada de leche; es también un bien cultural alimentario, soporte
de una red (filière) o cadena agroalimentaria local de importancia económica, que puede con-
tribuir al desarrollo regional (Gerrini y Prost, 2003). En este sentido, la elaboración de un queso
genuino artesanal también puede incorporar otros elementos vinculados a diferentes recursos
que se pueden encontrar en el territorio donde se produce, como los siguientes:
17
• Un saber-hacer tradicional, patrimonializado en el sentido de que se trans-
mite dentro de una comunidad “localizada”. Este saber-hacer puede generar
propiedades organolépticas específicas.
• Una reputación vinculada a una región reconocida como productora de un queso
particular, con determinada calidad (sensorial y/o identitaria), la cual torna in-
transferible al saber-hacer, territorializándolo.
• Una calidad de leche y de microflora láctica vinculada con los recursos naturales
y con un saber-hacer ganadero. En conjunto con esas prácticas se origina una
serie de otros bienes que tienen características patrimoniales: paisajes, cultura,
organización social, etcétera.
• Una cultura de producción y uso del queso. Saberes relacionales que permiten
el buen funcionamiento de la cadena productiva.
Una manera de verificar la incidencia del modelo económico actual en los alimentos, con-
siste en recordar y comparar los productos presentes en las tiendas del país hace unas déca-
das con los alimentos que hay actualmente. Por ejemplo, hace 50 años los quesos provenían
directamente de los ranchos y eran producidos a partir de pura leche; además, había una
amplia variedad de ellos en diversas regiones del país, estaban libres de conservadores y
extensores, y el sabor trasmitía sus orígenes. Hoy la mayor parte de ellos son estandarizados,
tienden a tener las mismas presentaciones y son producidos con varios componentes donde
la leche no siempre es lo primordial; inclusive, en algunos casos la leche fluida no se utiliza en su
elaboración, algo que va en contra del mismo concepto pues, como ya se dijo, por definición el
queso proviene de la coagulación de las proteínas (caseínas) nativas de la leche.
Los quesos en México son resultado principalmente del aporte cultural de los españoles a partir
de la Conquista en el siglo XVI. Ellos introdujeron los primeros hatos de cabras y ovejas y, poste-
riormente, de ganado vacuno que gradualmente empezaron a proliferar en distintas regiones de
la Nueva España. En tanto que producto, se sabe que los navegantes españoles que se embarca-
ban por mucho tiempo portaban quesos duros y de larga conservación, probablemente salados,
entre sus alimentos básicos, junto con carne salada y galletas de marinero. El queso que trajo
consigo Hernán Cortés pudo ser el de Cádiz, elaborado con leche de cabra, prensado; o también
de oveja, madurado y seco (Taibo I, 1992).
El tránsito del queso español hacia la Nueva España (actual México) fue habitual en la
época de la Conquista y su consolidación (1521-1600). Durante esos años el pulque rivalizó
con la leche y era preferido por la población indígena y mestiza. Quizá por ser un lácteo fer-
mentado, el jocoque (jocoqui) fue aceptado primero por la población local, más que la leche
“dulce”. En algunas composiciones del siglo XVI ya se hace mención del queso fresco, jocoque,
A fines de 1839 llegó al país la Marquesa Calderón de la Barca, quien dejó constancia de los
usos y costumbres del México de mediados del siglo XIX, entre ellos los hábitos alimentarios;
de sus viajes por algunos estados del naciente país, cita al queso, la mantequilla, la crema y
los dulces de leche.
Sobre los derivados de la leche se puede afirmar que los lácteos tradicionales mexicanos
han sido: los quesos frescos y algunos añejados, el requesón, el jocoque, la nata, la crema,
la mantequilla, la leche de búlgaros (kefir), y los dulces de leche; éstos en diferentes presen-
taciones. Así, aunque a inicios del siglo XVI los quesos locales estuvieron inspirados en los
españoles, luego gradualmente experimentaron un proceso de mestizaje alimentario que in-
corporó elementos culturales y productivos nativos, como el desmenuzamiento de la cuajada
y su molido fino (a mano o con metate), el salado en masa, y el moldeado en cestos de palma o
mimbre y en moldes de madera o cortezas; también el prensado opcional con lajas, piedras,
o mecanismos rústicos. Un hito en la “mexicanización” de los quesos es la incorporación de chile
en la pasta o untado en la superficie de las piezas, lo cual inspiraría en el devenir del tiempo
la creación de “quesos botaneros” que, además de chile en diversas presentaciones, incluiría
hierbas, frutas, hortalizas, especias y otros ingredientes.
Los primeros ya bien definidos como mexicanos en su evolución histórica en el país, pudieron
haber sido, según su categoría:
• Los rancheros: de pasta molida, “de aro”, frescos
• Los de marqueta, tipo adobera: de pasta molida, prensada; frescos, oreados o
algo madurados
• Los molidos escurridos, prensados, muy oreados, secos, madurados; los añejos
INTRODUCCIÓN 19
Probablemente a fines del siglo XIX aparecieron los “asaderos”; por ejemplo, el quesillo de
Etla y el asadero de Durango.
Probablemente los quesos mexicanos se empezaron a diversificar a finales del siglo XIX, lo
que se intensificó en la primera mitad del siglo XX. Actualmente se conocen unos 40 diferentes
tipos de quesos genuinos mexicanos, entre los que destacan los siguientes: cotija región de
origen y otros cotijas regionales; Oaxaca; los asaderos, de Aguascalientes; adobera; panela;
chihuahua (menonita y no menonita); queso crema de Chiapas; de poro de Tabasco; tipo man-
chego mexicano; de morral; varios quesos de hoja, etcétera. En esta obra se da cuenta detallada
de 31 quesos genuinos mexicanos.
Actualmente en el mercado nacional de quesos circulan varios productos que a primera vista
constituyen bienes sustitutos muy parecidos y que aparentemente cumplen la misma función.
Desde el punto de vista normativo, la Ley General de Salud (Secretaría de Salud (SSA), 1989)
reconoció a los genuinos (frescos y madurados), a los fundidos o procesados, y a los llamados
de “imitación”. Estos últimos se refieren a una multitud de productos que “parecen quesos”,
pero no lo son; más bien son “simulados” o, como dicen los productores artesanales, “falsos
quesos”. Es curioso que las referencias sobre los de leche cruda, madurados, así como de imi-
tación, hayan sido retiradas de La Ley General de Salud de 1999, de tal manera que, a pesar de
tener una existencia real e importancia económica y social, estos productos han sido excluidos
de la normatividad presente.
De hecho, aun entre industriales y técnicos del sector quesero, y todavía más entre los
consumidores, priva la confusión sobre la naturaleza y las propiedades de los productos apa-
rentemente semejantes, denominados como no genuinos, no naturales, de imitación, rellenados,
análogos, sucedáneos, alternativos, sustitutos, simulados, etcétera, y que son distintos de los
auténticos, genuinos o “naturales”. En ese sentido, Villegas (2004) propone una clasificación
para quesos y productos similares encontrados en México (Cuadro 1).
Categoría Subcategorías
Quesos Tajables
Procesados Untables
En México, los quesos genuinos a base de leche cruda reinaron durante más de 350 años,
hasta que se introdujo nueva tecnología, que incluía descremar, pasteurizar, refrigerar y agre-
gar cultivos lácticos seleccionados, para dar paso a los de leche pasteurizada.
Castro et al., (2001) reportaron que en 1997 se produjeron oficialmente 130 000 ton de queso
en el país, pero que se generó la misma cantidad, o incluso más, en el sector informal. En
México, la industria quesera artesanal se puede clasificar convencionalmente en tres estra-
tos (según el volumen de leche que procese diariamente): pequeña, transforma volúmenes
menores a 2 000 litros/día; mediana, procesa entre 2 000 y 20 000 litros/día; y gran industria,
que maneja volúmenes superiores a 20 000 litros/día (Villegas, 2004).
La mayor parte de esa producción no se registra. Tan sólo en el estado de Chiapas existen
alrededor de 900 queserías, pero sólo 109 están censadas por el INEGI. Además, hay otro tipo
de unidades-productoras que no registran los censos económicos, y son ignoradas en muchos
estudios. Se trata de la producción quesera realizada directamente por los ganaderos. Sólo en
la Sierra de Jalmich existen más de 200 queseros de ese tipo. Se reporta también la existencia
de una producción similar de queso en una región de Zacatecas y en la sierra de Durango. En
INTRODUCCIÓN 21
Ocosingo, Chiapas, muchos de los queseros producen la totalidad o parte de la leche que re-
quieren. También se han localizado ganaderos-queseros en cuencas de producción de lechería
familiar o semi-tecnificada, esto desde las colonias menonitas en Chihuahua hasta Villaflores, Chia-
pas, pasando por Lagos de Moreno, Jalisco; Aculco, Estado de México; y Tlaxco y Tetlatlahuca,
Tlaxcala (Poméon y Cervantes, 2010).
Se puede inferir lo difícil que resulta cuantificar con precisión el impacto económico de
la producción artesanal de queso en México; sin embargo, se percibe que es muy relevante,
también socialmente, por el número de actores involucrados en la cadena agroalimentaria,
igualmente por ofrecer la mayor variedad de éstos en el país.
Las grandes empresas de la agroindustria láctea también los elaboran, pero casi todos
son de imitación, destinados a consumidores con bajos ingresos. Existen incluso empresas
que sólo elaboran los de imitación; por ejemplo, Chilchota Alimentos, S.A., Grupo Chen, Cuadri-
tos, Schreiber, La Esmeralda, Kerry Ingredientes de México S.A., y Qualtia Alimentos (Pomeón y
Cervantes, 2010).
Debido a las insuficiencias normativas que se arrastran desde el inicio del proceso regulato-
rio en México, que data de 1914, y que ha atravesado por varias fases, destacando la publicación
de la Ley General de Salud y su Reglamento Sanitario en 1989, en el país prevalece todavía la
confusión de lo que son los genuinos, auténticos con respecto a sus imitaciones (Poméon y Cer-
vantes, 2010). Peor aún, ese aspecto se ha ignorado sistemáticamente y sólo se ha reforzado
el aspecto regulatorio de la inocuidad en los productos lácteos, entre ellos los quesos, hasta
La confusión que priva en el medio oficial regulatorio, entre los consumidores y entre los
mismos productores ha favorecido, vía fraude o publicidad engañosa, a los de imitación, en
detrimento de los productos genuinos, originales, que durante siglos han sido elaborados por
un vasto número de queseros artesanales dispersos en todo el territorio nacional.
Una primera acepción de lo genuino: “aquello que es derivado de…, y por lo tanto pertenece
a”, trasladándolo al caso de los mexicanos genuinos, significa aquellos que derivan de
México y, por lo tanto, pertenecen a este país. En otras palabras, son el resultado de su
propia historia, cultura y saber-hacer; sin embargo, el significado va mucho más allá ya
que, según la Real Academia de la Lengua, genuino significa puro, propio, legitimo, natural,
adecuado, auténtico.
Desde el punto de vista de los alimentos, y retomando la definición que de ello establece el
Codex Alimentarius, se entiende por alimento genuino aquél que, respondiendo a las especifi-
caciones reglamentarias, no contiene sustancias no autorizadas ni agregados que configuren
una adulteración, y se expenda bajo la denominación y rótulos legales, sin indicaciones, signos
o dibujos que puedan engañar respecto a su origen, naturaleza y calidad.
Es necesario hacer una aclaración: un alimento puede ser inocuo; es decir, seguro, por no
representar peligro alguno para la salud, pero puede estar adulterado, ya sea porque se le
agregaron o quitaron componentes que debería contener o que declara que contiene y, por lo
tanto, no ser genuino. Al mismo tiempo, un alimento genuino puede no ser inocuo por haberse
contaminado en algún momento de la producción-comercialización.
Aunque lo ideal es que genuinidad e inocuidad vayan de la mano, esto no siempre es po-
sible en todos los productos; por lo tanto, no hay que cometer el error de asociarlos de facto.
Para lograr uno y otro cometido se requieren procesos distintos, aunque en algunos alimentos
se han podido conjuntar satisfactoriamente, ofreciendo al consumidor un producto de muy alta
calidad; en el caso de los quesos, el mejor ejemplo es el cotija región de origen (un producto
artesanal de leche cruda, madurado).
INTRODUCCIÓN 23
la aplicación de la tecnología no siempre se encuentra en buenas manos. En ocasiones el inte-
rés sólo está en lograr mejores ganancias, sin importar la calidad y, por lo tanto, la salud de los
consumidores. Lamentablemente existen diversas formas de “disfrazar” a los alimentos para
disminuir costos de materias primas o utilizando otras de menor calidad, llevando a que los
alimentos no sean genuinos.
Al respecto, en esta obra se entiende por quesos mexicanos genuinos, aquéllos que son
propios, legítimos, naturales, auténticos, y que representan parte de nuestra herencia al ser
resultado de nuestra historia, cultura y saber-hacer.
Además de lo señalado, los quesos mexicanos genuinos son también aquéllos elabo-
rados a partir de leche fluida, de vaca o cabra, fundamentalmente cruda, con el empleo
mínimo de aditivos: cuajo, sal y, eventualmente, cloruro de calcio. Poseen una fuerte raíz
histórica nacional, ya que se elaboran desde tiempos coloniales o datan de algunas déca-
das, por lo menos.
Estos productos son fabricados dentro del territorio nacional por mexicanos nativos o
nacionalizados (tal es el caso de los menonitas y los chipileños), o extranjeros residentes.
Muchos de éstos son regionales o meramente locales, y son la expresión de las condiciones
ecológicas y del conocimiento tradicional del territorio donde se elaboran. Algunos se han
difundido por gran parte del país (por ejemplo, el panela) y otros han llegado al extranjero,
principalmente a los Estados Unidos de América, por medio de emigrantes; tal es el caso del
cotija y del oaxaca.
Nuestros quesos tradicionales revisten una importancia múltiple para el país: contribuyen
a la autosuficiencia alimentaria; mantienen la integridad de las cadenas agroindustriales
leche-queso, alentando la actividad y el empleo; valorizan los recursos territoriales locales
(ganado, forrajes, agua, suelo, clima, etcétera, y el saber hacer colectivo incubado en el
tiempo); y mantienen un patrimonio cultural y gastronómico que contribuye a nuestra iden-
tidad nacional.
Sin embargo, en la actualidad éstos enfrentan varios problemas en un entorno muy cam-
biante influido por la globalización; por ejemplo: su elaboración en pequeña escala, en unidades
dispersas espacialmente y con escasa vinculación; su heterogénea calidad, una limitada difu-
sión en el mercado; la competencia desventajosa y desleal frente a los de imitación; la escasa
valorización del producto por los propios queseros y las instituciones; y las restricciones nor-
mativas, ya que la mayoría se elabora con leche cruda.
Existen varias definiciones de “agroindustria”, una de ellas la concibe como “el proceso de pro-
ducción social, que acondiciona y/o transforma las materias primas cuyo origen es la producción
agrícola, pecuaria y forestal” (Flores-Verduzco et al., 1987). En ese sentido, la agroindustria del
queso se refiere a la actividad socioeconómica y tecnológica relacionada con el acondiciona-
miento, conservación y transformación de leche en quesos de diferentes tipos; esta actividad
genera mayor valor agregado para la materia prima leche procedente de varias formas de
producción lechera. También se puede concebir la agroindustria quesera a varios niveles; por
ejemplo, local, regional, y nacional.
Sin embargo, la agroindustria quesera tiene que aprovisionarse con la materia clave objeto
de su transformación: la leche; por ello, tiene que relacionarse con el sector ganadero, el prima-
rio. También debe establecer vínculos con agentes económicos encargados de la distribución
y la comercialización del queso como producto final, para que éste llegue hasta los consu-
midores; es decir, al mercado. Por lo anterior, la agroindustria debe entenderse de manera
“sistémica” u holística; para ello es útil el modelo de cadena agroindustrial.
El eslabón primario: constituido por todos los productores lecheros involucrados en la pro-
ducción de la materia prima que circula en la cadena agroindustrial.
El eslabón terciario: constituido por todos los agentes de difusión del queso y donde se
considera a los distribuidores y comercializadores, mayoristas y minoristas que allegan el
producto a los consumidores finales.
INTRODUCCIÓN 25
Entre los principales eslabones de la cadena pueden ubicarse otros agentes, como los
acopiadores libres (boteros o ruteros) que vinculan a los lecheros con los queseros. Entre
los agentes de dos eslabones contiguos se establecen relaciones de distinta índole: económi-
cas (a través del intercambio de bienes y dinero), sociales y de intercambio no comercial (por
ejemplo, de asesoría, de información, etcétera). Gracias a estas relaciones se presenta, con
mayor o menor intensidad, una cierta articulación entre los agentes y, en consecuencia, entre
los “eslabones”. Dos formas de articulación muy comunes en las cadenas agroindustriales
queseras son la integración vertical (cuando los queseros producen, ellos mismos, la leche que
transforman) y la coordinación vertical (cuando los queseros establecen contratos verbales o
escritos con sus proveedores de leche, ya que no se autoabastecen).
Los eslabones de la cadena se hallan “rodeados” por los agentes de “soporte” situados en
el “entorno”, los cuales son por lo general agencias institucionales (por ejemplo: Secretaría de
Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), Fideicomisos Instituidos
con Relación a la Agricultura (FIRA), SSA, universidades públicas, etcétera) que constituyen acto-
res que influyen positiva o negativamente sobre la estructura y dinámica de las cadenas queseras.
En esta obra cada queso referenciado es tratado con un enfoque de cadena agroindustrial.
Según la mitología griega, el término “Atlas” hace referencia al titán condenado por Zeus a car-
gar la tierra separada de los cielos. En ese sentido, el término evoca un esfuerzo sobrehumano,
titánico. En la creación de una obra bibliográfica temática, como en este compendio, dicho
término puede ser válido porque la información fue generada directamente por investigación
de campo, ha sido interdisciplinaria, y requirió amplios recursos y gran consumo de tiempo, es-
fuerzo y apoyos de todo tipo (personales e institucionales), todo acotado por plazos exigentes;
también, por las dimensiones de la obra.
Esta vasta obra es la primera que se genera en nuestro país y precisa, actualiza y amplía el
contenido del libro “Los quesos mexicanos genuinos: patrimonio cultural que debe rescatarse”,
publicado en 2008 por Cervantes, Villegas, Cesin y Espinoza, enriqueciendo la temática con el
enfoque de cadena agroindustrial, los antecedentes históricos, mayor detalle en el proceso de
hechura de los productos, y elementos de un análisis FODA del sistema o cadena agroindustrial
que los genera.
INTRODUCCIÓN 27
01
QUESO CREMA DE CHIAPAS
El queso crema de Chiapas es un producto artesanal, genuino, de pasta ácida, prensada y
tajable. Presenta un color de diferentes tonos de amarillo; apariencia húmeda en diferente
grado, firmeza variable (según su grado de maduración), percepción grasosa persistente en la
boca y aroma “lácteo”.
Se elabora con leche cruda de ganado de doble propósito (leche-carne), cruza de razas euro-
peas con cebuinas, manejado extensivamente. Se conoce también como de marco o de cuadro.
Territorio de elaboración
Se elabora en las siete regiones fisiográficas del estado: Llanura Costera del Pacífico, Sierra
Madre de Chiapas, Valles Centrales (Depresión Central), Altiplano Central (Meseta Central),
31
Lacandonia (Montañas de Oriente), Montañas del Norte y Llanura Costera del Golfo. En algunos
municipios la actividad quesera es mayor que en otros.
En la región Llanura Costera del Pacífico destacan los municipios de Arriaga, Tonalá, Pi-
jijiapan y Mapastepec; los municipios Villa Flores, Villa-Corzo, Ocozocoautla y La Concordia,
pertenecientes a los Valles Centrales; los municipios de Venustiano Carranza y Comitán, en
el Altiplano Central; Ocosingo, en la Lacandonia; Solosuchiapa y Rayón en la región Montañas
del Norte; y Reforma, Juárez y Pichucalco en la Llanura Costera del Golfo (Figura 1).
El territorio, tomado como entidad física y cultural donde se elabora este afamado queso,
presenta las siguientes características:
La vegetación varía de región a región, dependiendo del relieve y el clima. Así, puede haber
desde manglares, vegetación acuática y flora xerofita en la Llanura Costera del Pacífico, hasta
bosque de encinos y pinos en las regiones Mesa Central y Montaña del Norte, pasando por
vegetación de selva baja caducifolia y bosque de niebla.
Historia
Debido a la baja productividad de leche por vaca, determinada por la raza y el sistema
de producción, principalmente las queserías medianas y grandes se tienen que aprovisionar de
materia prima a partir de numerosos productores. Esto exige un esfuerzo de coordinación
vertical muy grande entre lecheros y queseros, ya que los ranchos se hallan dispersos unos
de otros. Esta situación, sumada a las difíciles vías de comunicación que privan en el estado
La ordeña empieza cuando el ordeñador llega con un recipiente (generalmente una cubeta
galvanizada) y escoge la vaca con su becerro para estimular la bajada de la leche.
Las patas traseras de la vaca se amarran con una cuerda (el pialado) para evitar que se
mueva. La ubre y las tetas se limpian con un trapo. Se extrae la leche de todos los pezones
o de tres, dejando uno de ellos completo, o un poco de cada uno para el becerro. La leche se
deposita en contenedores para su manejo y se cuela con un lienzo; el contenedor se tapa y
se ubica en un lugar sombreado y protegido del polvo. Terminado el ordeño, todas las vacas se
liberan para que puedan pastar libremente en los potreros.
El proceso de elaboración
En la Figura 2 se muestran los pasos genéricos para elaborar el queso crema de Chiapas.
Como en cada queso artesanal, en el proceso existen algunos pasos notables; en el queso
crema de Chiapas destacan:
Calidad fisicoquímica
El Cuadro 2 presenta la composición media proximal del queso crema de Chiapas, que es de
45.46 % de humedad, 26.32 % de grasa, 19.47 % de proteína, 5.20 % de ceniza, y 3.44 % de cloruro
de sodio.
Comercialización
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Conclusiones
El trabajo investigativo evidenció que el proceso técnico de su elaboración es muy variable, ya que el
equipo empleado puede cambiar de quesería a quesería. También varía según la historia de la leche
empleada (tiempo de colecta, acidez desarrollada, temperatura al arribo a planta, etcétera).
Asimismo, existe variación en el tiempo de coagulación o cuajado, en el tamaño de corte, modo
de bolseado, etcétera. Se manifiesta mucho conocimiento empírico en el proceso. Los puntos de
control no incluyen frecuentemente el empleo de instrumentos; por ejemplo, termómetros,
acidímetros, potenciómetros. El saber-hacer de las pequeñas queserías es muy tradicional,
aunque en las de mayor escala se encontraron innovaciones tecnológicas en los procesos que
pueden incluso alterar su naturaleza tradicional (por ejemplo, uso de leche en polvo, pasteuri-
zación, y empleo de cultivos y otros aditivos). Se detectó que a menor volumen de proceso de
las plantas, se opera más en función del conocimiento heredado por tradición, y esto es más
evidente en los queseros de mayor edad. Por fortuna, la mayoría cuenta con sucesores que
podrían continuar con la producción.
Por las características de materia prima, rasgos del producto y proceso para elaborarlo,
el de poro resulta ser muy original, distinto a otros de los considerados como mexicanos
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genuinos, hasta ahora único en su especie (entre los de pasta prensada semidura, de cua-
jado enzimático).
Se elabora con leche cruda de ganado cebuino y cruzas con razas europeas. Es prismá-
tico rectangular, se produce en piezas que van de 250 g a 1.0 kg y su maduración es ligera;
una de sus características distintivas es la capa de parafina que cubre cada pieza, a manera
de empaque.
Lugares de producción: Región de los Ríos, Tabasco, en los municipios de Tenosique, Balan-
cán y Emiliano Zapata (Figura 3).
Historia
Existe evidencia, al menos por tradición oral, de que se elabora en su región de origen
desde hace más de 60 años, aunque no se sabe con certeza si fue un solo quesero quien
le dio origen. Entre sus antecedentes se halla el de la modificación del moldeado del rústico
queso “desboronoso”, el de la fabricación fallida de uno tipo camembert tropical, inspirado en un
libro europeo, y la elaboración de una pasta autoprensada en moldes altos, horadados, en los
cuales se consolidaba lentamente la cuajada.
Se elabora con leche cruda de vaca procedente de ganado de doble propósito (carne/leche),
criado en libre pastoreo extensivo en praderas naturales. Las razas empleadas para la obten-
ción de leche proceden de ganado cebú (Bos indicus), cruzado con vacas europeas especiali-
zadas, principalmente las pardo-suizas (Bos taurus). La ganadería es la actividad económica
más importante en el territorio y se desarrolla en terrenos desmontados que anteriormente
estuvieron cubiertos por selva tropical, muy ricos en biodiversidad; actualmente se dedican
Aunque la apertura de tierras para la ganadería extensiva se dio crecientemente en las dé-
cadas de los sesenta y los setenta en Tabasco, la vocación lechera de la zona de Los Ríos, donde se
ubica Balancán, inició desde principios del siglo XX y, posteriormente, en el periodo de influencia
del general Garrido Canabal (década de 1930). La tradición lechera, basada en el doble propósito
y que implica un activo cognitivo para manejar zootécnicamente el hato lechero (alimentación,
reproducción, atención veterinaria, etcétera), entraña el conocimiento para ordeñar y conser-
var la leche hasta su colecta por los queseros, amén de producirla con cierta calidad.
El abastecimiento de las pequeñas queserías para este queso es efectuado de dos formas,
La primera se hace por colecta directa de los queseros con vehículos propios, usualmente
camionetas abiertas que portan recipientes (tambos) de plástico para doscientos litros y/o
botes (cántaros) de metal para volúmenes de entre 20 y 40 litros. La segunda es por la entrega
directa por parte de los ganaderos en las plantas de transformación. Toda la leche que se ma-
neja en el territorio es de una sola ordeña, la de la mañana. Esta materia prima se transporta
“caliente” (entre 30 y 38 °C); generalmente transcurren entre dos y cuatro horas desde que se
realiza el ordeño y llega a la planta para su procesamiento. Por fortuna, para la calidad de este
queso, en las cadenas de abasto de materia prima no existe el agente colector libre (“coyote”),
muy común en otras regiones tropicales de México, donde se opera con mayores volúmenes
de leche cruda; por ejemplo, en el estado de Veracruz, aunque el vacío dejado por Nestlé en el
acopio ha abierto esta alternativa comercial y ya se evidencian los primeros casos.
Los resultados de campo evidenciaron que la Sociedad de Productores de Queso de Poro to-
davía no está organizada (funcionalmente) como una red de asociación; es decir, con vínculos
más fuertes entre los actores, por lo que debe construirse. La expulsión del primer presidente
de la Asociación por problemas administrativos ha desmotivado a varios queseros; actualmen-
te la organización se está reestructurando y se está explorando la incorporación de estrate-
gias para recuperar la confianza en el grupo.
El proceso de elaboración
Considerando el proceso, los rasgos que lo distinguen y tipifican son el empleo de serofer-
mento (cultivo rústico a base de lactosuero), el moldeo de la cuajada en capas, el reposo
prolongado de ésta dentro de un molde, el salado por frotación, la maduración “intensi-
va” de las piezas en armarios (vitrinas), y el lavado y tallado de las piezas, así como su
parafinado antes del empacado. La conservación del queso generalmente se efectúa a
temperatura ambiente (entre 20 y 35 °C), esto es, fuera de la cadena de frío; durante este
lapso continúa madurando.
El proceso generalmente se inicia con un colado, el cual se realiza con mantas limpias
para remover el sedimento presente en la leche. Posteriormente se adiciona el serofermento;
su adecuada acidez resulta de importancia para lograr la maduración de la cuajada e inhibir
el crecimiento de los microorganismos patógenos. Posteriormente se realiza el cuajado de la
leche, para lo cual se adiciona cuajo microbiano. Una vez que la leche se coagula, la cuajada se
corta con un machete. Para favorecer la sinéresis y la maduración del grano de cuajada, ésta
se deja un tiempo en la tina; para determinar el tiempo adecuado se mide su acidez, la cual se
debe encontrar entre los 23 y 30 grados Dornic. Una vez que ha alcanzado la acidez requerida,
se pasa a los primeros moldes de madera. Allí se le realiza un escurrido preliminar y sucede
una maduración inicial; esta etapa dura un día.
Una vez cumplida la anterior etapa, se aplica sal y se envía a un segundo molde, donde
transcurre otro día de maduración y prensado. Finalizada esta fase, los quesos se llevan a ma-
duración a los anaqueles, donde permanecen generalmente entre tres y cinco días; esta etapa
permite la reducción de la humedad y la generación de sabores y aromas que caracterizan
al producto. Cuando finaliza esta última etapa de maduración, se lavan para remover algunos
hongos e impurezas en su corteza, se tallan para ajustar su tamaño y forma, y después se
procede a secar el producto. Por último, el queso se sumerge en parafina o cera para prote-
gerlo de la humedad y el ataque de microorganismos; también se empaca en el papel celofán
amarillo que lo caracteriza y queda listo para salir al mercado.
Se realiza especialmente en la plaza del mercado Pino Suárez en Villahermosa; allí se vende
en una cremería y en nueve tiendas de productos típicos. En los puntos de venta se encuentran
tres marcas distintas en promedio; el producto se presenta sin refrigeración, algunos tenderos
lo ofrecen en mitades, la mayor parte de los consumidores son habitantes de la ciudad, aunque
también los turistas los compran, pero en menor proporción.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
La escasa colaboración real entre los miem- El contexto macroeconómico actual, signa-
bros de la asociación, lo que indica una ausen- do por la crisis financiera global y la falta
cia de relaciones fuertes y la existencia de una de recursos para gasto público en el ámbito
red social poco cohesionada y asociativa. nacional en el futuro cercano.
Una alta dependencia del líder por parte de La creciente competencia del queso de poro
la organización. con productos de imitación (por ejemplo, ex-
tendidos o análogos).
Asimetría en el nivel y flujo de información La cada vez mayor presión normativa que
en las redes sociales. ejercen las instituciones reguladoras del
estado.
Falta de apropiación colectiva de las venta- La “piratería” de marcas particulares deten-
jas de lograr una figura de protección (por tadas por los queseros de la organización.
ejemplo, marca colectiva o denominación de
origen) para el queso de poro.
Conclusiones
El estudio de este caso concreto evidencia claramente la potencialidad de los recursos especí-
ficos de la zona de Los Ríos, Tabasco, relacionados con la cadena agroindustrial leche-queso
de poro, y el entorno físico-climático y cultural que conforman este sistema-producto,
como elementos claves para propulsar el desarrollo local a través de su activación. El
paisaje, los pastizales y demás recursos forrajeros, el agua disponible, la leche con atributos
sensoriales distintivos, la vocación lechera extensiva, la tradición quesera artesanal, la repu-
tación del producto, los restos arqueológicos mayas y los atractivos turísticos, todo eso se
puede integrar en un proyecto de dinamización territorial cuyo eje esté constituido por este
derivado lácteo tropical distinguido.
Es un queso original y atípico dentro de los quesos mexicanos genuinos, por su forma y proceso.
Su apariencia es el de una bola dura, con un diámetro de entre 8 y 12 cm, con un peso compren-
dido entre 400 g y 1 kg, aproximadamente. Su “corteza” está constituida por caseína, producto
obtenido a partir de leche completamente descremada; esta “cáscara” encierra un “núcleo” de
pasta elaborada por cuajado ácido-enzimático, semejante a la del queso crema de Chiapas.
Se elabora con leche cruda de vaca de doble propósito, generalmente de cruzas de cebú
y pardo suizo. Su elaboración puede dividirse en dos fases: la hechura de la pasta del núcleo
por cuajado mixto (láctico-enzimático) y la confección de la corteza o forro. Se elabora en un
lapso mayor a las tres semanas, ya que es necesario madurar ligeramente la pasta del núcleo
a temperatura ambiente, antes de colocarle el forro.
Recién adquirido, presto a ser consumido, tras eliminar la corteza con un cuchillo se halla
la pasta relativamente blanca o amarilla marfil, blanda, algo ácida, pero aromática, de gran
riqueza sensorial, y que puede extraerse con una cuchara. Es un producto típico cuya calidad
está ligada al origen; se elabora en Ocosingo, el municipio más grande del estado de Chiapas
y lo hacen unos cuantos queseros artesanales, cuyo conocimiento tecnológico se basa en un
53
saber hacer tradicional que ha pasado de generación en generación por tradición oral y prác-
tica, y que constituye parte del capital cognitivo del territorio donde se elabora este producto.
Territorio de elaboración
El municipio de Ocosingo, Chiapas se localiza en el extremo este del estado (Figura 4) y su ca-
becera municipal se ubica a 16° 54´ 21´´ latitud norte y 92° 5´ 30´´ longitud oeste, a una altitud
de 900 msnm. Limita al norte con el municipio de Palenque, al este y al sur con la República de
Guatemala, y al oeste con los municipios de Chilón, Tenejapa, Oxchuc y Altamirano. Su exten-
sión territorial es de 10 691 km2, que representa 14.36 % de la superficie estatal; cuenta con una
población total de 200 000 habitantes, aproximadamente.
El territorio físico de Ocosingo presenta los siguiente climas: cálido húmedo con abundan-
tes lluvias en verano (62.10 %); cálido sub húmedo con lluvias en verano (12.38 %); semicálido
húmedo con abundantes lluvias en verano (12.27 %); cálido húmedo con lluvias todo el año (11.17 %). La
precipitación se ubica entre 1500 mm y 3400 mm por año, mientras que la temperatura media
anual se sitúa entre 18 y 28 °C.
Historia
La historia de su origen y elaboración todavía no está bien documentada; existen algunos indi-
cios basados en la tradición oral que la refieren al propio municipio de origen y que se remonta
a unos 80 años. Actualmente se está elaborando un proyecto, con académicos del estado de
Chiapas, para realizar la investigación histórica sobre este queso tradicional.
La alimentación del ganado se basa en el libre pastoreo en potreros con pastos nativos
o introducidos, como el zacate estrella y el pasto Taiwán. Sólo 20 % de los ranchos emplean
alimentos balanceados como complemento en la dieta bovina. En todos los casos se realiza
rotación de potreros, en cualquier época del año.
La ordeña es una actividad que se inicia por la mañana, entre las siete y ocho de la ma-
ñana; el promedio de vacas en ordeña por rancho es de 20. Las instalaciones donde se lleva
a cabo son generalmente galeras, con cercas de madera, techo de lámina y piso de tierra o
concreto; puede ser manual o mecánica. En el segundo caso las vacas son arreadas hasta jaulas
individuales donde se les inmoviliza para ser, posteriormente, preparadas y ordeñadas. A la vaca
se le estimula la “bajada” de la leche con el becerro y después se le lavan los pezones con agua y
se secan con un trapo. Se colocan las pezoneras, las cuales son lavadas con agua previamente;
la leche se extrae mecánicamente y se recolecta en tambos de plástico, con tapa de rosca.
El proceso de elaboración
Entre los pasos notables en la elaboración de este queso artesanal de leche cruda, se desta-
can los siguientes:
Calidad fisicoquímica
La información bromatológica sobre la composición del centro del queso bola de Ocosingo es la
siguiente (promedio): humedad, 47.85 %; grasa, 37.7 %; proteína, 28.81 %; cenizas, 5.17 %; y sal,
3.99 % (Cuadro 5).
Circula por canales de comercialización muy específicos, ya que se produce en pequeñas can-
tidades y depende de la estacionalidad, debido a la variación en la disponibilidad de leche a lo
largo del año. Así, se vende por encargo o pedido de clientes del propio estado, pero también
de otras entidades federativas, enviándose por paquetería y reglas concertadas de compra
en los que priva la confianza entre proveedores y clientes. Los queseros cuentan también
con sus propios puntos de venta dentro del municipio y, algunos, en ciudades importantes de
Chiapas. Asimismo, los productores aprovechan la realización de ferias ganaderas, queseras y
comerciales en distintos municipios de ciudades chiapanecas o fuera del estado, a lo largo del
año. Por su imagen atractiva, constituye un buen regalo gastronómico de gran simbolismo, por
lo que se emplea como artículo de obsequio.
Los actores sociales involucrados en el sistema tienen una fuerte vinculación con dependen-
cias de Gobierno, tales como la SECAM, la SE, la SSA del estado, el propio Gobierno del Estado,
y con instituciones educativas como la Universidad Tecnológica de la Selva (UTS) y la UACh. La
SECAM otorga créditos a los ranchos productores de leche para la compra de equipo de ordeña
mecánica y de sementales para aumentar la producción de leche.
La UTS ha estado enfocada al estudio del queso y sus propiedades físicas, químicas, nu-
tricionales, microbiológicas y sensoriales. La SE ha apoyado a la Sociedad con el registro de la
Marca Colectiva (MC) y con el diseño de su etiqueta. Esta instancia realizó los trámites nece-
sarios para llevarlo a competir a la International Cheese Fair en Londres, lo que permitió su
difusión en otras partes del mundo.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
DEBILIDADES AMENAZAS
Es uno de los más relevantes de la quesería artesanal mexicana por sus características espe-
cíficas, tales como su maduración pronunciada y su evidente vinculación con el territorio de
origen. Es un producto de gran potencial comercial y de buen margen de utilidad unitario, por
ser un producto muy diferenciado dentro de la familia de los quesos. Cuenta ya con una marca
colectiva que refuerza su valor agregado, amén de ser un producto inocuo por su proceso de
maduración y por las características propias de su pasta. Sin embargo, el conjunto de quese-
ros requiere cumplir con las reglas de uso de su asociación y realizar acciones colectivas para
favorecer la cohesión del grupo y dinamizar su cadena de valor.
Se ha difundido por todo el país, donde se le denomina genéricamente queso oaxaca. Es uno de
los más producidos y consumidos de México, tanto a escala artesanal como a la industrial. Sin
embargo, el original guarda ciertas particularidades que lo hacen diferente al elaborado en el
resto del país; esa situación, además de su historia y riqueza cultural, lo hacen ser un producto
con opción de patrimonialización.
Territorio de elaboración
El municipio de Reyes colinda al norte con el de Natividad Barrio Alto y con San Isidro; al
este, con Villa de Etla y Santo Domingo; al sur, con San Juan de Dios y San Isidro; y al oriente,
63
con la hacienda de Alemán. La superficie territorial de este municipio es de aproximadamente
24.24 kilómetros cuadrados; se localiza en una región donde no existen montañas y sólo se
hallan algunas peñas y minas, su altitud promedio es de 1,630 metros sobre el nivel del mar.
La distancia de Reyes a la ciudad de Oaxaca, capital del estado del mismo nombre, es de 18
kilómetros. Por la posición que guarda, este municipio se localiza entre las coordenadas geo-
gráficas 17° 12’ latitud norte del trópico de cáncer y entre 96° 49’ longitud oeste del meridiano
de Greenwich; en 2010 su población ascendió a 3,568 habitantes (INEGI, 2012).
Hace tres décadas el Valle de Etla era una zona ganadera importante, con hatos de hasta 100
vacas; sin embargo, actualmente esta cuenca lechera ha reducido tanto el número de hatos como
el tamaño de cada uno debido a diversas razones. Además de los cambios ambientales, se observa
falta de interés de las nuevas generaciones en la actividad lechera. Al morir los padres, los hi-
jos optan por no seguir con la producción de leche e, incluso, muchos fraccionan sus terrenos;
ahora las explotaciones están integradas por pequeñas unidades de producción de menos de
15 animales. La raza de ganado es holstein y la productividad es moderada, de unos 15 litros
por vaca por día.
No se sabe con certeza el volumen de leche que se genera en la zona, pero la producción de
queso es muy artesanal y en escala muy reducida; las queserías más pequeñas transforman
250 litros/día y las más grandes unos 1 500 L/día. Las mismas personas que transforman la
leche son las que se encargan de recolectarla. Prácticamente no hay intermediarios; otros más
integran la producción de leche con el queso.
Dado que su principal problema es la oferta de leche, muchos queseros han optado por emi-
grar y producir queso oaxaca fuera de la entidad, lo que les resultó más práctico que introducir
leche. Por su parte, los que aún producen en la comunidad se han acercado a las instancias
gubernamentales para que los apoyen en la compra de vacas. El gobierno ha respondido, pero con
otro tipo de apoyos, como organización de productores y cursos para que mejoren sus condi-
ciones de producción, pero no en la adquisición del ganado. Por esa misma problemática, cada
vez es más común que los productores usen mezclas de leche fresca con leche en polvo; en la
comunidad de Reyes ya se puede observar esta situación.
Historia
Tres comunidades del distrito de Etla se disputan el origen del quesillo: Santiago, El Tule y
Reyes. No obstante, es esta última la que ha trabajado en acreditar el origen y por eso ahora
es reconocida como la “Cuna del Quesillo”; así lo muestra una placa en el municipio y un busto
en honor a su creadora. De acuerdo con la tradición oral, el quesillo fue elaborado por primera
vez en 1884 por Leobarda Castellanos García, quien lo descubrió de manera accidental a los 14
años. Se cuenta que sus padres, quienes se dedicaban a la actividad quesera, le encargaron
que estuviera al pendiente durante el proceso de elaboración del queso fresco, mientras ellos
salieron de su casa a atender algunos asuntos; sin embargo, a la niña se le olvidó y no se dio
cuenta de que el punto de la cuajada ya había pasado. Entonces, para que sus padres no la
descubrieran, vació agua caliente sobre la masa, lo que dio como resultado una mezcla chiclo-
sa; a su regreso, los padres de la niña consideraron interesante el resultado y el sabor, por lo
que decidieron repetir el proceso hasta perfeccionarlo, dándose así origen al quesillo.
El nuevo producto tuvo gran aceptación entre los consumidores y pronto su forma de
elaboración se fue difundiendo entre el resto de productores de la comunidad y de la región.
Comercialización
Se comercializan dos tipos de quesillo, el doble crema y el crema. En realidad no hay un quesillo
doble crema; la única diferencia es que el primero se elabora con leche entera y el segundo es
parcialmente descremado. Las presentaciones son de un cuarto y medio kilogramo, y de cua-
tro kilos para la venta a mayoreo. Hay algunas presentaciones para botana que son de pocos
gramos; esas madejas son elaboradas por los comercializadores en los puestos del mercado
local. Para su venta se coloca en doble bolsa de plástico, dado que se sigue desuerando.
Un aspecto muy importante a resaltar es que tanto los vendedores del mercado como los
productores hacen énfasis e insisten en nombrarlo quesillo; es en cierta forma una especie de
defensa, no sólo para distinguirlo de los demás, sino también para evitar confundirlo con el produ-
cido en el resto del país, al que ellos insisten en reconocer no como quesillo, sino como queso
oaxaca. La razón de ello es que todos los involucrados consideran que el sabor del quesillo es
diferente al del elaborado en otras partes del país; incluso, la textura y el hilado es diferente,
más firme, así como el sabor que se distingue, el cual puede apreciarse fácilmente.
El proceso de elaboración
Si bien el proceso de elaboración del quesillo se ha exportado a otras partes del país, en el
lugar conserva su originalidad, el saber hacer tradicional. El clima, específicamente la tempe-
ratura, influye en el tiempo de elaboración y en el tiempo requerido para obtener el grado de
acidez necesaria para el estiramiento; tarda muchas horas, si hace frío se requiere incluso
de hasta dos días para que la masa esté en su punto. Los productores mencionan que existen
formas y métodos para acelerar el proceso; sin embargo, eso sale de lo tradicional.
La complejidad para elaborar el producto y la influencia del clima hacen que no exista un
horario establecido para la transformación de la leche. Incluso, la cuajada suele trabajarse en la
madrugada, una vez que la masa ha “fermentado”; tal y como lo dicen en sus propias palabras,
ese proceso puede ser de hasta ocho a 15 horas.
Para la elaboración del quesillo se utiliza cuajo natural e industrializado y leche cruda (bron-
ca). Una diferencia respecto a otras zonas de elaboración del mismo tipo de producto es que
éste se sala mientras se estira y sólo se utiliza agua caliente para el estiramiento. Otro punto
El producto no se mantiene en refrigeración; se dice que el quesillo puede durar una se-
mana en condiciones de intemperie. La figura 7 representa el proceso general para elaborar
quesillo de Etla, Oaxaca.
El mercado
Si bien tiene una imagen muy nacional, el queso de Etla se dirige a un mercado muy regional. Se
vende en la ciudad de Oaxaca, en el mercado principal y en tianguis semanales en las ciudades
colindantes a la capital del estado. Un volumen importante se expende en el mercado Benito
Juárez del centro de la capital; además del quesillo, en los establecimientos donde se venden
diversos tipos de productos locales también se vende queso de aro o fresco, también elabo-
rado localmente, y algunos quesos doble crema de Chiapas. Por el contrario, en el mercado de
Villa Etla sólo se comercializan productos lácteos locales; ahí los vendedores son los mismos
productores del quesillo.
Dado su prestigio, hay un abuso en el uso del nombre de Etla, como prueba de que efecti-
vamente se reconoce a Reyes como la zona de origen; muchos establecimientos del mercado
hacen alusión a que el producto vendido proviene de ahí. Algunos comerciantes van directa-
mente a las comunidades originales a adquirirlo y lo compran a varios productores, ya que la
escala de producción es baja; se desplazan diariamente a esas comunidades por el producto
y, aunque el pago a los queseros es semanal, se reconoce una lealtad de compra con ellos a
pesar de que no hay contratos y sólo operan los acuerdos de palabra.
El periodo de mayor demanda del quesillo está ligado a vacaciones o a fiestas como las de
diciembre, Semana Santa, La Guelaguetza, o puentes largos; la peor época de venta es sep-
tiembre. Algunos vendedores llegan a mandar queso a Mérida, Tijuana, Monterrey, Guadalajara
y Ciudad de México, pero de manera esporádica; en esos casos los pedidos se mandan por
avión. También se comercializa en ferias fuera de la región o en establecimientos de productos
locales en el Distrito Federal.
Una forma más eficaz de saber que se está consumiendo un producto local elaborado en
su totalidad con leche de vaca, es el precio. El kilogramo de quesillo cuesta entre 80 y 120 pe-
sos (en 2013); este último precio para el denominado doble crema que, como ya se mencionó, se
elabora realmente con leche entera. En el mercado de la ciudad de Oaxaca, todos los estable-
cimientos que venden quesillo tienen etiquetado el producto; sin embargo, la marca identifica
al establecimiento y no al productor del queso. Para la venta a granel se compran madejas
(bolas) de cuatro kilos; éste está destinado a los consumidores locales, quienes prefieren ese
La demanda de quesillo es muy alta, lo que origina varios fenómenos: 1) que se importe queso
oaxaca, de Chiapas y de Puebla. Éste tiene su propio espacio de venta, que es el mercado de la
central de abastos de la ciudad de Oaxaca; los locatarios afirman que los ingresos obtenidos
por la venta de esos productos se han incrementado desde hace cinco años. A simple vista
tienen características diferentes al quesillo, pero de entrada tienen una textura y firmeza
distintas, además de ser de un color muy blanco; aunado a lo anterior, el precio va de los 35 a
55 pesos por kilo (en 2013), lo que hace evidente que se trata de quesos de imitación.
Algunos comerciantes mencionan que ese queso está enfocado a otro mercado y que eso
no afecta al del quesillo genuino, lo que podría ser verdad en cierta medida; sin embargo, lo que
sí es un hecho es que su prestigio se ve comprometido. 2) Diversos productores y funcionarios
entrevistados coinciden en que mucha de la competencia está dada por productores origina-
rios de la misma zona, quienes decidieron emigrar por falta de materia prima local y estable-
cerse en San Martín Texmelucan, Puebla o, incluso algunos, en Tizayuca, Hidalgo o Veracruz,
donde hay abundancia de leche, y así producir “queso oaxaca” y enviarlo a la entidad de origen.
Los productores de Reyes, Etla, argumentan que hay mucha entrada del mismo a los mercados
centrales de la ciudad, pero que no es en realidad quesillo. 3) Un aspecto contradictorio es que
los productores han sido contratados por gente de Hidalgo, Puebla e, incluso, de Baja California
Norte, para que les enseñen a elaborar el producto; de manera irónica, han vendido su saber
hacer y han capacitado ellos mismos a sus competidores.
Hace ocho años se realizó un primer evento relacionado con el quesillo. Tuvo lugar en una
“expo-feria” en el centro de la ciudad de Oaxaca, en la Plaza de la Danza; entre las diferentes
actividades realizadas, una muy recordada fue la elaboración del quesillo más grande del mun-
do (una pieza de 300 kg), con el que se obtuvo el Record Guinness. Ese primer evento no tuvo
una consecución y no fue sino hasta la administración actual del Gobierno Municipal de Reyes
Etla, encabezado por Cristina Reyes López, que se decidió rescatar ese primer evento como
una forma de preservar la producción del mismo, pero llevándolo a cabo ahora en el lugar de
origen. Es así que se realizó la primera feria del quesillo de Reyes Etla, en julio del 2011, sólo
con el apoyo del municipio y de 15 familias productoras participantes.
Aunque pequeña, esa primera feria resultó muy exitosa; a partir del análisis realizado por
los organizadores, se decidió invitar a otras instancias a participar en otra edición de la misma.
A partir de la primera feria ha habido cambios importantes para los productores participan-
tes, tales como la organización. Ahora ellos están conscientes de lo que tienen, de lo que pue-
den lograr con su producto, y de que tienen opciones en otros nichos del mercado, logrando
captar la atención del gobierno estatal y federal. También han recibido apoyos, como el buscar
equipo adecuado y el cual, aun siendo artesanal, es más eficiente. Se busca tener un centro
de acopio de leche y un taller colectivo de producción a largo plazo. Para lograr lo anterior
se está trabajando con talleres y asesorías en industrialización y administración de empresas,
entre otros. Algunas de las instancias participantes en la propuesta son: la SEDECO, Secreta-
ría de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura (SEDAFPA), SAGARPA, y algunas
fundaciones.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Sin duda la experiencia del quesillo es muy interesante desde cualquier punto de vista que se
aborde. Empezando porque el mercado es notable, la alta demanda y la elaboración en otras
partes del país, como queso oaxaca. En la defensa del nombre, los locales tratan de rescatar
esa diferencia reiterando el nombre “quesillo”, y es quizá ahí donde se encuentra su rescate y
distinción. A pesar de lo negativo que implica competir con quesos oaxaca genéricos produci-
dos a escala nacional, hay diferencias significativas en el proceso de elaboración del quesillo,
mucho de lo cual está dado por la escala artesanal, que más que un aspecto negativo es algo
digno de rescatar. A eso es a lo que están apostando el municipio, el gobierno de la entidad y
un grupo recién organizado de productores: al rescate del producto desde su lugar de origen,
siendo la feria del quesillo un buen apoyo. Si bien hay muchos aspectos que favorecen esa
defensa, hay algunos elementos negativos que dificultan ese proyecto; por un lado, el proble-
ma de la falta de leche a escala local y, por otro, la competencia con el producido en otras
entidades, que es de imitación, más barato, pero falso.
Este queso, llamado chester por los menonitas, se elabora en forma de cilindro aplanado de
diferentes dimensiones (v.g. 10 cm de altura por 25-30 cm de diámetro) y pesa desde uno hasta
10 kg. También se presenta en barras prismático-rectangulares de entre uno y 3 kg, aproxima-
damente. Es de pasta semidura, prensada, no cocida, tajable y madurada, fácilmente fundible,
elaborado con leche cruda o pasteurizada de vaca holstein de ganadería familiar.
Tiene sus orígenes en el grupo de menonitas que llegó a México en 1922. Estas personas
profesan y defienden la religión anabaptista, causa principal de sus movimientos migrantes;
emigraron de Holanda y Alemania a Rusia, y de ahí a Canadá para finalmente asentarse en
México. En esos países las presiones para poder conservar el privilegium (privilegio), que
consistía en una serie de consideraciones particulares que incluían la libertad para practicar
su religión, la exención del servicio militar, así como el derecho de tener sus propias escuelas
en las que el alemán fuera el idioma de enseñanza, ocasionó que algunos grupos planearan
una nueva emigración. La decisión no fue tomada fácilmente por los grupos menonitas con-
servadores; no obstante, cuando consideraron que ya no les quedaba otra opción para poder
conservar su integridad religiosa y social como grupo, optaron por repetir el proceso de emi-
gración una vez más, ahora hacia América Latina (Taylor, 2005). En sus propias palabras, las
75
razones de ese movimiento fueron “la búsqueda de una libertad religiosa, bajo la convicción
de vivir como un grupo aislado, libre de la influencia directa del mundo, y desarrollarse así con
base en sus convicciones religiosas y conservando su idioma, el Plautdietsch” (Siemens, 2005-
2006). Hasta la fecha no es posible la comunicación con la mayoría de la población, dado que
son muy pocos los que dominan el idioma castellano.
Es así que después de algunos meses de trámites ante el gobierno mexicano, el presidente
Álvaro Obregón consintió en otorgar el privilegium con las siguientes garantías: 1) exención del
servicio militar, 2) liberación de cualquier juramento, 3) libertad religiosa, 4) derecho a estable-
cer sus propias escuelas con sus propios maestros, 5) libertad para administrar sus propiedades
según sus propios criterios, así como para establecer sus propios reglamentos (Taylor, 2005).
Con esas condiciones establecidas entre 1922 y 1927, cerca de 10,000 personas llegaron al país,
primero a San Antonio de los Arenales, hoy ciudad Cuauhtémoc. Actualmente, en el estado de
Chihuahua hay tres grandes comunidades en Delicias, Casas Grandes y ciudad Cuauhtémoc; esta
última es la más desarrollada tecnológicamente, además de ser la más numerosa.
Localización geográfica
El municipio de Cuauhtémoc, en el estado de Chihuahua, se localiza a una latitud norte 28º 25;
longitud oeste 106º 52’; a una altitud de 2,060 metros sobre el nivel del mar y una extensión
de 3,018.90 km2, lo cual representa 1.2 % de la superficie del estado. La cabecera municipal se
encuentra a 103 kilómetros, aproximadamente, de la capital de la entidad (Figura 8).
El área que comprende este municipio se localiza en la subprovincia fisiográfica Sierras y Lla-
nuras Tarahumaras, de la provincia denominada Sierra Madre Occidental. El relieve está modela-
do por sierras altas que se alternan con llanuras aluviales con lomerío y por lomerío con bajadas.
La mínima altitud se localiza a 1,960 metros sobre el nivel del mar en la Laguna de Bustillos. Las
serranías más importantes son: San Diego, Napavechi, El Camino, La sierra Azul, El Chiquihuite y
El Pájaro. El municipio no cuenta con ríos, pero su territorio es atravesado por varios arroyos. La
mayor parte de ellos sólo llevan agua en tiempo de lluvias; sus corrientes pertenecen casi en su
totalidad a la vertiente interior, formada por la cuenca de la Laguna de Bustillos.
El sistema productivo
En Cuauhtémoc se siembran unas 107,444 hectáreas, de las que 42 % tiene riego. La pro-
porción de cultivos es: 33.6 %, de avena; 13.7 %, de frijol; y 38.9 %, de maíz; el resto son otros
cultivos, como manzana y pastizales. Si bien los menonitas se dedican principalmente a la acti-
vidad agrícola, se han diversificado en actividades comerciales y de servicio, pero relacionadas
con el sector primario. En el corredor ciudad Cuauhtémoc-Álvaro Obregón, se puede apreciar el
auge económico que han logrado en esta región.
Es importante recordar que, dada la dificultad para entrevistar a los menonitas tanto por as-
pectos culturales como de idioma, se decidió obtener la información por medio de informantes
clave, por lo que el grueso de la información se centra en el eslabón de la quesería.
Esas políticas, acciones y programas, favorecen las actividades realizadas por el Centro de
Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C. (CIAD), el cual mantiene una relación importante
Esta condición dificulta los aspectos de control de calidad, ya que si bien las explotaciones
mayores tienen sistemas de refrigeración y entregan la leche fría, las pequeñas por su parte lo
hacen en “garrafas”, lo que ha provocado que la leche caliente se utilice sin pasteurizar. Si bien
el empleo de leche cruda se reconoce como un problema en la búsqueda de la calidad, los me-
nonitas prefieren seguir manejándose así y conservar su espíritu solidario con la comunidad.
En sólo siete años, las queserías de Cuauhtémoc han tenido un cambio sustancial en dos
sentidos; en primer lugar, se ha reducido su número: de 40 que existían en ese entonces,
ahora sólo hay alrededor de 20 y, en segundo lugar, a nivel tecnológico y a escala; en ese cam-
bio influyeron de manera importante los agentes externos.
Entre 2005 y 2007, de manera conjunta con la Secretaría de Salud (SSA) y el CIAD, el gobierno
del estado estableció un programa de mejora de la calidad del queso chihuahua en búsqueda
de la inocuidad. Para lograrlo se consideró necesario que existieran grupos de “controladores de
Si bien se dice que no hay cursos externos de capacitación y que el oficio se aprende de
trabajador a trabajador, también es cierto que ahora cuentan con el apoyo de las instituciones
y eso influye en el mejoramiento del proceso.
Todas son empresas formales, con una o varias marcas, y están registradas ante la Secre-
taría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la SSA; incluso, muchas de ellas cuentan con una
página en internet.
En tiempos de escasez se observa una demanda insatisfecha de leche, por lo que en oca-
siones se compran a Leche Industrial Conasupo (LICONSA) o a productores locales.
En realidad, los menonitas al inicio no producían queso con fines comerciales; sin embargo,
con la Gran Depresión de los Estados Unidos de América (1929-1932), se dio una baja en el pre-
cio de los productos agrícolas, lo que afectó su economía y, como consecuencia, comenzaron
a producir un queso cuya elaboración habían aprendido de los mormones. Dado que es un
alimento popular en la dieta de los mexicanos, este producto, así como la leche que se vendía
para elaborarlo, se convirtieron en una importante fuente de ingresos para la economía de las
colonias menonitas (Taylor, 2005). Respecto al nombre, ellos no lo identifican como chihuahua
o menonita, sino como “tipo chester”, y así lo establecen en sus etiquetas.
Se elabora con leche entera de vaca, pasteurizada o no, y se presenta en tres formatos
cilíndricos de 2, 4, y 8 kg, y en barras de 3, 1, ½ y ¼ de kilo. La forma tradicional era cilíndrico-plana;
sin embargo, a medida que se han incorporado al mercado, éste les ha exigido el cambio
a rectangular, ya que facilita su transporte y requiere de menor espacio; no obstante, se calcula
que 60 % aún se elabora en el formato tradicional. El empacado también varía de acuerdo con
la forma; el circular se vende envuelto en una pequeña malla y en un ligero baño de parafina,
mientras que el rectangular es en barra y se empaca al alto vacio.
Un punto débil es que se está dejando de madurar el tiempo adecuado y en menos de una
semana ya se encuentra en el mercado, por lo que ahora ya tiene una tendencia a convertirse
en fresco.
Mercado
El queso chihuahua es de los pocos quesos locales que tienen distribución y consumo nacio-
nal; se vende en Campeche, Yucatán, Sonora, Baja California Norte y Ciudad de México, entre
otros lugares. El mercado del sureste es uno de los más importantes; algunas empresas desti-
nan hasta 70-80 % de su producción a esa región. El producto que va a esa zona es al que se le
adiciona tintura de achiote, dado que el color amarillo o amarillo-anaranjado es muy apreciado
por eso consumidores.
Las empresas más grandes los venden a los supermercados, pero la mayoría lo hace a
intermediarios pequeños, dado que no le es posible cumplir con las reglas de las grandes tien-
das. El precio de venta por mayoreo va de los 68 a los 72 pesos por kilo (en 2012); algunas
empresas no hacen diferenciación en el precio si se vende por menudeo.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Conclusiones
Es un producto muy notable entre los quesos mexicanos genuinos; a pesar de tener menos
de ochenta años en el territorio nacional, ha logrado una gran aceptación. El hecho de que sea
producido por los menonitas, personas con una gran consistencia en sus convicciones (lo que
se refleja en sus actividades económica), solidaridad y ayuda mutua, y no de dependencia del
exterior, ha garantizado su crecimiento.
En los expendios de venta se puede observar que los menonitas recurren a comprar queso
de leche cruda elaborado de la manera tradicional. Las diferencias con el de leche pasteurizada,
el cual no es bien aceptado, son evidentes sensorialmente. Al contrario, el tradicional, de leche
cruda, sigue arraigado en las costumbres de consumo local.
Se elabora con leche cruda. Es un queso maduro de color rojizo, de forma cilíndrica y prisma
rectangular; su consistencia puede ser desde blanda hasta dura, con un peso de 1 a 1.5 kg.
Sus características sensoriales específicas, como sabor, textura y aroma, así como algunas
otras químicas, son las que permiten su diferenciación comercial, inclusive entre las distintas po-
blaciones productoras del municipio de Monte Escobedo. Esta diferenciación constituye una
oportunidad para que los productores puedan integrarse a otros mercados, para incrementar su
participación en el valor agregado y, con ello, poder aumentar su eficiencia y competitividad.
87
El origen, las características propias y el reconocimiento del mismo, permiten el surgi-
miento de empresas dedicadas a su producción; esto se traduce en beneficios y desarrollo de
la economía local. Para ello, es necesario que los productores se dediquen a una producción
integral; además, deben lograr la comercialización directa del producto, con lo que generarían un
mayor valor agregado. También, el contar con esfuerzos adicionales y el trabajo en conjunto
los podría llevar a lograr una MC o una DO para este queso.
Historia
La gente de Monte Escobedo cree que su elaboración comenzó con la llegada de los coloniza-
dores, hace más de 200 años. En un principio sólo se producía en “tiempos de aguas”, es decir,
en época de lluvias, pero con el tiempo esto fue cambiando y actualmente se produce todo el
año, con variación en la cantidad elaborada de acuerdo con el volumen de leche producida, ya
que la sequía afecta la producción de pastos y forrajes para la alimentación del ganado.
Aprender a hacerlo es parte de la herencia familiar, ya que los grupos que lo producen han
heredado el saber-hacer de generación en generación; el proceso es básicamente el mismo,
pero son algunos detalles, como el sabor final, los que hacen que el elaborado por una familia
se diferencie del de otra. Los queseros consideran que esto se debe a la alimentación del
ganado, que le da ciertas características organolépticas a la leche. El término “añejo” es muy
pertinente y descriptivo, ya que en sus inicios este queso se almacenaba por un año o más;
otro punto importante es que se le agrega una pasta de chile guajillo la que, además de darle
un color característico, ayuda en su conservación por periodos más largos. “Añejo” es el tér-
mino con el que se le conoce tanto en el estado de Zacatecas como en el país; esto, junto con
sus propiedades específicas de sabor y calidad, sirve para diferenciarlo de otros. Desde sus
inicios, su producción ha sido y se ha mantenido a nivel familiar, de poco volumen, y destinado
para el autoconsumo y al mercado local y regional.
Las unidades de producción de leche van desde las ocho hasta las 50 vacas en el mayor de los
casos. Los volúmenes producidos varían según la época del año; los factores que tiene mayor
influencia en ello son el clima, la raza del ganado, y la alimentación; siendo en época de lluvias
cuando la producción es mayor, y en secas ocurre lo contrario.
La producción de leche está en manos de productores que cumplen también con el papel
de queseros (lecheros-queseros), donde la mano de obra es en su mayoría familiar. La produc-
ción de leche no es la única actividad que desarrollan, ya que 90 % de los productores realizan
otras que están ligadas a la agricultura. La excepción son diez productores que entregan su
leche al rancho llamado “El Durazno” y que sí se dedican exclusivamente a la ganadería.
Los queseros de Monte Escobedo se dedican a la producción de queso añejo por tradición
familiar; así es como en la mayoría de los casos los hijos, tanto los hombres como las mujeres,
se ven involucrados en la misma, y serán también los sucesores en las queserías. La edad de
las personas dedicadas a esta actividad va de 30-67 años; la mayoría cuenta con una escola-
ridad que va desde primaria a secundaria, y son pocos los que llegan a cursar la preparatoria,
por lo que casi todos sus conocimientos sobre esta actividad los han adquirido empíricamente, por
experiencia directa.
Todos los queseros son independientes, por lo que se encuentran compitiendo en la misma
región, aunque cada uno cree que su queso difiere del de los demás; por ejemplo, el de la “La
Laguna” es distinto en sabor y calidad al de “La Masita” y al de “Capulín de los Ruíz”, y vice-
versa. El precio de éste varía durante todo el año; el kilogramo se vende a un precio mínimo
de $65, (en 2012), pero por lo general fluctúa entre los $70-$90. El número de trabajadores por
quesería va de dos a 15, lo cambia por el hecho de que cada una procesa volúmenes distintos.
La mano de obra es en su mayoría familiar, aunque hay un pequeño porcentaje de queserías
donde los trabajadores son asalariados.
Pareciera que el capital social es fuerte, pero en realidad es incipiente. Cada quesero actúa
por su lado, debido a que no existe una cultura de trabajo colectivo; Años atrás se había forma-
do una sociedad que tenía por objetivo ofertar una marca colectiva llamada “Monteañejo”, pero
tal proyecto no prosperó debido a la mentalidad de sus integrantes, quienes principalmente
pensaban en los beneficios propios que pudiesen obtener y no en el bien común. La sociedad
se fue disolviendo poco a poco, hasta que sólo quedó el nombre de la marca, que ya nadie usa.
El proceso de elaboración
La leche fresca llega con temperatura de entre 26 y 32 °C, parámetro que normalmente no es
medido por el quesero; la acidez tampoco titulable. Antes de utilizarla, la leche se cuela con una
tela de manta o colador con malla de acero inoxidable.
La cantidad de cuajo varía según la marca del producto y del quesero que elabora el deri-
vado, ya que algunos utilizan goteros, tapas o lo miden por cm3; se aplican entre 10 y 15 mL por
cada 100 litros de leche. El tiempo en que se forma la cuajada varía, pero por lo regular es de
60 minutos, aproximadamente.
Se continúa entonces con el amasado, operación durante la cual se hace también la adición
de sal; la cantidad varía según la persona que lo elabora y la dosis está establecida por la ex-
periencia. Algunos queseros utilizan su puño como medida y, en otros casos, algún recipiente.
Para el moldeado se trata de formar los quesos con la forma cilíndrica que los caracteriza;
para ello se hace uso de telas de manta y de moldes cilíndricos. El prensado dura aproximada-
mente cinco días; la finalidad es dar consistencia a la estructura del queso y eliminar el suero
residual este tiempo. Posteriormente, se prosigue con el desmoldado, el cual se realiza ma-
nualmente y, después, el queso se retira de la manta y se coloca en placas de acero inoxidable
o en tablas de madera.
Aunque no siempre se hace, el queso se enchila con una preparación de chile guajillo. La
película que se forma sirve para dar color y sabor al queso. Después, se realiza un empacado
al vacío, pero sólo en las queserías de tipo microempresarial que cuentan con el equipo nece-
sario. A nivel de producción familiar, el queso se conserva sin empaque o película, sólo con la
capa de chile.
Comercialización
Se comercializa de varias maneras, una por medio de intermediarios, quienes lo adquieren para
luego venderlo en otras poblaciones del estado de Zacatecas, como Jerez, Mezquitic, Huejúcar,
Fresnillo y la propia capital; otra es el trueque, que no es muy socorrida, pero que aún existe en
algunas poblaciones y consiste en intercambiar el queso con vendedores de productos como
frutas y verduras; la última es la de ofrecerlo directamente en algún negocio propio o de un
conocido, como en tortillerías y tiendas de abarrotes.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Calidad sensorial diferenciada frente a que- Creación de un centro de acopio para co-
sos del mismo tipo elaborados en otras po- mercializar el queso a un precio justo.
blaciones de Zacatecas.
Queso hecho con leche cruda, lo que le otor- Posibilidad (teórica) de construir una marca
ga un sabor propio, conservando sus carac- colectiva o denominación de Origen debido a
terísticas originales. la tipicidad del queso.
Existencia de un conocimiento tradicional. Gran aceptación y elevado consumo del
queso entre los inmigrantes que viven en
EE. UU.
Participación de los integrantes de familia. Rescatar la sociedad de productores forma-
da con anterioridad.
Experiencia en el proceso de elaboración.
Reconocimiento y aceptación regional del
queso.
Transferencia de conocimientos entre gene-
raciones.
Experiencia previa en formar una sociedad
de productores.
Bajo precio del queso. Venta de ganado por la falta de recursos pa-
ra adquirir alimento.
Calidad sanitaria sin supervisión. Escasa presencia de instituciones en la zona.
Pocos programas de apoyo por parte del go-
bierno.
Escasez de alimento debido a las sequías.
Reducido número de vacas por quesero.
Desconocimiento de los programas de apo-
yo que tiene el gobierno para la producción
de leche y queso.
Conclusiones
El queso añejo de Zacatecas es un queso genuino mexicano artesanal que tiene gran arraigo
en el mercado local y también en el “mercado de la nostalgia”, al que pobladores de la región,
muchos de ellos migrantes, lo llevan o envían para autoconsumo o venta con los “paisanos”
que viven en EE. UU. Su hechura se ve amenazada por su poca rentabilidad, debido a su bajo
precio y a la compra de insumos caros, así como a la escasa atención e importancia que le
dan las instituciones.
Sin embargo, el producto también tiene sus oportunidades, sobre todo si logra transitar
hacia la obtención de una Indicación Geográfica (IG), que podría ser una marca colectiva con
referencia geográfica, como sucedió en el caso del cotija de Michoacán. Esto tal vez podría
alcanzarse si se retoma una experiencia fallida que ya tuvo la comunidad quesera para orga-
nizarse en torno a una marca colectiva.
“Asadero” es un término genérico que en México designa a varios quesos de pasta hilada (fi-
lata) que se elaboran en algunos estados del país; por ejemplo, Sonora, Chihuahua, Durango,
Aguascalientes, Hidalgo, etcétera. Este tipo de queso está emparentado con el de oaxaca por
la semejanza que tienen en varios pasos de su elaboración. En ambos casos se requiere que una
vez ya desuerada, la cuajada logre una acidez alta (con pH del orden de 5.2) para que la pasta pueda
“plastificarse”, estirarse (hilarse) y moldearse mediante calentamiento y acción mecánica. El
oaxaca siempre se presenta como una “bola” elaborada con una cinta o correa de pasta ya
hilada y fría, en diferentes tamaños y pesos, en tanto que el asadero puede presentarse en
esa y otras formas, como bloques, cilindros planos y tortillas, todos con diferentes tamaños y
pesos, sin sobrepasar el kilogramo, generalmente.
La mayor parte se elabora por fermentación láctica de la leche y/o la cuajada, o por adi-
ción de un ácido orgánico a la leche de proceso (por ejemplo, acético o láctico). Por cualquiera
de estos dos métodos, pero logrando una acidez suficiente en la pasta y sometiendo ésta a
termoplastificación, se puede obtener queso asadero. Un caso distinto es el del asadero de
Aguascalientes en el que, durante su hechura, se utiliza el efecto de la acidificación fermenta-
tiva, además de la adición de citrato de sodio para lograr que por calentamiento de la cuajada,
97
ya desuerada, pueda expresar rasgos termoplásticos para así poder hilarla y moldearla para
elaborar las piezas.
Territorio de elaboración
La superficie del estado de Aguascalientes es de 5 589 km2 y representa 0.3 % del terri-
torio nacional.
En la entidad, la región lechera incluye los municipios de Aguascalientes, Jesús María, San
Francisco de Los Romo y Pabellón de Arteaga, que es donde se concentra la mayor producción
de leche y cantidad de hatos tecnificados; en esta región es también donde se asienta la agri-
cultura tecnificada productora de forrajes verdes para la ganadería intensiva. No obstante, en
otros de los 11 municipios también se producen quesos artesanales, aunque en algunos existe
un número limitado de queserías (Figura 12).
Se sabe que en el estado de Aguascalientes se empezó a elaborar hace más de 50 años, pri-
mero por vía de la acidificación de la leche, y de la cuajada láctea. Sin embargo, la utilización
de citrato de sodio (una sal descalcificante de la cuajada) en el proceso fue introducida en la
década de 1960 por un quesero innovador, de quien otros aprendieron su uso y lo difundieron
gradualmente.
El sistema agroindustrial incluye queserías de pequeña escala que elaboran queso asadero y de
otros tipos. Los productores se relacionan entre sí cuando es necesario por problemas de pro-
ducción o algún factor común que los afecte; por ejemplo, la escasez o los excedentes de leche
estacionales. Entre el eslabón primario y secundario existen agentes intermediarios, como
los ruteros y centros de acopio o enfriamiento de leche cruda. En el sector terciario están los
actores que distribuyen los productos de la gran industria láctea (por ejemplo, supermercados y
misceláneas) y los agentes que distribuyen y venden los productos de la industria quesera:
mayoristas y minoristas, todos importantes para realizar la producción de derivados lácteos
en el mercado final de consumo.
En la zona hay pequeños ganaderos que cuentan con menos de una hectárea y grandes
propietarios con más de 40 hectáreas; la mayoría de las propiedades son de régimen privado,
a diferencia de otros estados, donde las tierras son ejidales; el caso es similar a los de Jalisco
y Guanajuato. Sus hatos son pequeños, entre 12 y 62 vacas, aproximadamente, en su mayoría
de la raza conocida como “pinta” (holstein rústica) en la región y, en menor escala, de raza
cruzada de suizo con holandés, y de holstein con jersey; estos ganaderos comercian su leche
con los queseros de la región. Otro grupo de menor número, pero de igual importancia, es el
integrado por los grandes ganaderos, asociados en una empresa conocida como “Fátima”;
ellos cuentan con hatos de más de 500 vacas de raza holstein y comercializan su leche con
LICONSA, principalmente.
Los pequeños productores obtienen un promedio de 12 litros por vaca en dos ordeñas. En
el caso de los grandes, la producción es más elevada y puede llegar a 17 litros por vaca, debido
al manejo y al tipo de alimentación que se le da al ganado; lo anterior muestra una disparidad
tecnológica entre los distintos tipos de producción. En general, el ganado de la región se alimenta con
Se observó que muchos de los pequeños productores utilizan ordeñadora mecánica por-
tátil, pero no cuentan con las medidas de higiene adecuadas para realizar dicho proceso. En
las relaciones de articulación se encontró cierta fidelidad hacia los compradores de leche, ex-
presada por una buena relación entre ellos, basada en la confianza, por el interés mutuo. Casi
todos los queseros consideran la calidad de la leche de sus proveedores, ya que dan premios
o castigos en el precio; sin embargo, no la evalúan rigorosamente con instrumentos, por lo que
únicamente pueden apreciar la limpieza, las características sensoriales y el contenido de sus
componentes.
Eslabón secundario. Los dueños de las queserías tienen una edad promedio de 40 años,
pero con un rango que se amplía hasta los 60; esto evidencia un amplio conocimiento empírico
alrededor de la actividad quesera, aunque también podría mostrar una desventaja, ya que las
personas de edad avanzada son resistentes al cambio y a las innovaciones. El que la mayoría
de los queseros tenga un sucesor, genera expectativas en cuanto a que la tradición de elabo-
rar quesos puede continuar, si es que es rentable.
Es importante observar que la mayoría de los queseros sólo cuenta con educación prima-
ria, lo que no les ha impedido introducir tecnología e innovaciones en sus procesos, además de
que muchos de ellos tienen más de diez años produciendo queso en sus plantas y otros han
trabajado largo tiempo en otras queserías.
Todos los entrevistados elaboran diferentes tipos de queso, como asadero, fresco y adobera;
sin embargo, la mayoría manifestó que sus ventas se centran en el asadero, ocupando de 70 % a
90 % de la leche que procesan para la elaboración de éste, lo que tal vez muestra que el consu-
midor final lo prefiere por sus características sensoriales y funcionales, es decir, porque puede
fundirse, rallarse, rebanarse y emplearse en una amplia variedad de alimentos típicos y de recien-
te adopción, como la pizza, además de que no necesita refrigeración inmediata, por ser un queso
relativamente estable que no se desuera ni se descompone fácilmente a temperatura ambiente.
En un estudio de campo, con una muestra de ocho queseros, se encontró que las unidades
productivas de queso genuino, a base de leche fluida, son pequeñas y medianas, con un volu-
men promedio de proceso de entre 1 200 y 5 000 litros por día. Todas elaboran queso asadero y
de algún otro tipo, como fresco, botanero, adobera y chihuahua. Para su abasto, las queserías
en general están coordinadas verticalmente con sus proveedores; el número de éstos varía de
uno a 18; en las plantas productivas coexiste la mano de obra familiar y la asalariada.
El proceso de elaboración
En la Figura 13 se presentan los pasos generales para elaborar queso asadero de Aguascalientes.
Los puntos destacados en este proceso son:
Una vez amasada y estirada (hilada), la pasta se porciona y orea; posteriormente, a cada
pieza (bola o prisma rectangular) se le imparte la presentación final. Después, las piezas se
conservan en cadena de frío.
Características fisicoquímicas
Comercialización
Instituciones de soporte
Una gran proporción de los queseros que lo elaboran, ya no lo fabrican como un producto ge-
nuino, sino que han incorporado insumos que lo alejan de la genuinidad. No están asociados
formalmente, aunque ha habido algún intento coyuntural en 2010, frente a la amenaza consti-
tuida por la aplicación de la NOM-243-SSA1-2010, pero que no fructificó en la formación de una
asociación efectiva.
En realidad, los elaboradores de este queso que sobrepasan una treintena no están muy
vinculados con agentes de soporte, aunque algunos han recibido apoyo vía capacitación; por
ejemplo, de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) y, recientemente, de la UACh (con
un estudio de caracterización del queso asadero original). Un actor fundamental en el cambio
de tecnología del sistema agroindustrial de este queso ha sido la Comisión Federal para la
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Una tradición lechera, incubada durante Es un queso que tiene gran aceptación en
siglos. el mercado.
Queseros con experiencia generacional. El mercado demanda productos lácteos
naturales.
Existe comunicación entre los queseros, La presencia de empresas, en Aguascalien-
aunque no estén integrados formalmente. tes, que fabrican maquinaria y equipo para
procesamiento de queso y derivados.
La aceptación de los atributos del queso La posibilidad de vinculación con varias ins-
asadero en el mercado local. tituciones que pueden brindar apoyo a la
pequeña quesería.
Capacidad de los queseros para comerciali-
zar los quesos en otros estados.
Varios queseros ya cuentan con pasteuriza-
dor, el cual utilizan para enfrentar el proble-
ma con la norma NOM-243-SSA1-2010.
DEBILIDADES AMENAZAS
Conclusiones
En la región de Tierra Caliente, estado de Michoacán, se elabora un queso con amplio prestigio
regional. Originalmente, este derivado lácteo era de gran formato para que pudiera tener un
buen proceso de maduración. Sin embargo, en la actualidad presenta características físico-
químicas variopintas, incluida su producción en diferentes tamaños, con distintos grados de
maduración (desde fresco hasta añejo), variaciones en el proceso, etcétera.
Se trata del queso de Tepeque, de pasta tajable y rallable, oreado, semi-madurado y madu-
rado. Se presenta en cilindros de unos 28-30 cm de diámetro en sus caras, unos 15-17 cm de
altura y un peso cercano a los 10 kg, oreado o ya afinado. Posee una pasta color amarillo marfil.
Un sabor fuerte y gran riqueza sensorial.
109
Problemática
El queso de Tepeque, como se conoce al queso que se elabora en la región, está amplia-
mente relacionado con el cotija región de origen, aunque con ligeras variaciones en el proceso.
Por ejemplo, tiene un poco más de sal para poder conservarse en un clima extremo, además
de que se elabora en un ecosistema diferente, lo que cambia sus atributos.
Algunos de los problemas que presenta están relacionados con la deficiente calidad sani-
taria de la leche que se ordeña en las regiones cálidas. Un insumo de mala calidad no puede
originar un derivado de alta calidad. Se ha demostrado que de haber casos de leche con bac-
terias de brucelosis o tuberculosis, en el caso de los quesos maduros el problema desaparece
después de 90 días. Sin embargo, es importante que la campaña de brucelosis y tuberculosis
que se está realizando en el estado se intensifique en la región de Tierra Caliente.
En otro sentido, a pesar de los intentos de los queseros por organizarse para la búsqueda
de una marca colectiva, los problemas no se han superado y los intentos por lograrlo han sido
fallidos, por lo que el proyecto está detenido.
Zona de producción
Historia
El municipio de Tepalcatepec en 1580 estaba habitado por los nativos y por 40 españoles que
vivían de huertas de cacao y estancias de ganado mayor, y producían maíz y algodón en grandes
cantidades. En el siglo XVII su población era administrada por un cura y contaba con 19 vecinos; le
pertenecían los barrios de Chilatán y Alima, así como el pueblo de Santa Ana y el de Xilotlán. Contaba
con hospitales que se mantenían de ganado menor. En la región existían haciendas, trapiches y
estancias que estaban en posesión de su ganado (Gobierno del estado de Michoacán, 2010).
Las razas predominantes son cebuinas. Algunos productores cruzan su ganado con suizo,
buscando incrementar los rendimientos de leche por animal, con baja productividad láctea
acentuada por el desgaste físico, al tener que vivir y producir sometidos a muy altas tempera-
turas. El ordeño es mayoritariamente estacional y se realiza manualmente una vez al día; en
general, el sistema de producción emplea baja tecnología.
Lo común es que el mismo ganadero sea el productor de queso, aunque en diferentes co-
munidades han aparecido pequeñas plantas que también lo elaboran. En ese caso, mediante
un acopiador, el quesero recoge la leche en el potrero donde se ordeñan las vacas.
Se identificaron dos tipos de actores, aquellos para los que se trata de su única actividad y
adquieren el insumo de ganaderías que no producen queso, y los ganaderos queseros que orde-
ñan la leche que procesan. Tanto los unos como los otros tienen diferentes problemas, utilizan di-
versa tecnología y tienen distinta capacidad de procesamiento, además de que sus estrategias de
comercialización y su capacidad para llegar a diversos mercados no son las mismas. Lo anterior
resulta en una alta variabilidad entre los elaborados por distintos productores, considerando los
diferentes rubros en que se puede medir la calidad del queso. Para la mayoría éste sigue siendo
un producto estacional, aunque cada vez es más frecuente que algunas queserías funcionen
durante todo el año, lo que ha generado una demanda por el insumo en la temporada seca.
A pesar de las iniciativas de ciertos productores, los esfuerzos para organizarse han sido
fallidos ante la negativa de algunos de ellos de cambiar sus prácticas y adaptarse a los linea-
mientos que establecen las reglas de uso, como lo relativo al formato del queso, por ejemplo.
En general las relaciones son buenas, pues la cadena es muy corta. Puede tomar dos for-
mas: ganadero-quesero, comerciante; y ganadero, quesero, comerciante. La mayor parte del
queso se comercializa localmente y entre conocidos.
El proceso de elaboración
El queso de Tepeque, mejor conocido como de Tierra Caliente, ya tiene marca colectiva desde
2011 y se llama “Arimao”. En este contexto se han realizado esfuerzos que permiten al queso
contar con una propuesta de Reglas de Uso, las cuales incorporan lineamientos sobre el pro-
ceso, utensilios e insumos (Barragán, 2011).
El Tepeque de Tierra Caliente es elaborado en espacios adecuados para tal fin, donde las
condiciones de higiene y sanidad varían en cada unidad productiva. A continuación se describe
su proceso general de elaboración:
Después del ordeño en las primeras horas de la mañana, la leche es acarreada a las instala-
ciones, donde se pasa por un colador (cedazo) y se deposita en recipientes de acero inoxidable.
Una vez extraída la mayor parte del suero, la cuajada se corta en grandes trozos y se pone
en una mesa para completar su desuerado, volteándola frecuentemente hasta que se seca,
actividad que dura aproximadamente dos horas.
Para darle forma al queso se utilizan moldes de PVC o acero inoxidable, cubiertos en su
interior con telas que son cerradas para envolver totalmente la mezcla, sobre los cuales se
ubican las prensas que por presión terminan de darle forma y consistencia.
Para el prensado los quesos se ubican generalmente sobre superficies de madera, y encima
se les coloca una tabla y una piedra que ejercen presión durante un periodo de 16 a 24 horas.
Finalmente el queso se retira del molde y la tela y, recortando las orillas, se deposita
nuevamente en el molde para iniciar con el oreado, la maduración o el añejamiento del queso.
Al cabo de 60 días de reposo se puede ofrecer un producto semi-maduro; a los 120 días se
tiene un queso maduro y después de 180 días ya alcanza la clasificación local y comercial de
añejo (Barragán, 2011).
Comercialización
Tiene una gran aceptación en la región en que se produce. Los principales canales de comer-
cialización son los mercados locales y las tiendas de abarrotes; se le puede encontrar desde
Uruapan hacia la parte baja de la cuenca del rio Tepalcatepec.
Uno de sus mercados importantes es el de los migrantes, quienes cuando visitan sus luga-
res de origen lo adquieren o les es enviado por familiares como regalo.
En otro sentido, a pesar de los esfuerzos por posicionarlo, es un queso que tiene una menor
aceptación que su “pariente” más famoso: el cotija región de origen.
Por otro lado, en junio de 2012 el ayuntamiento de Tepalcatepec organizó por primera vez la
Expo Feria del Queso, la Chavindeca y el Mitote. El objetivo del evento fue potencializar el queso
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Conclusiones
El fracaso de los intentos por parte de los productores para organizarse, es una muestra
de la falta de capital social en el sistema agroindustrial de este queso distinguido.
Es un producto típico mexicano que toma su nombre del estado de Oaxaca, al que se le atribuye
su origen, aunque se elabora y comercializa en varios estados, entre ellos el Estado de México.
Es fresco y de pasta blanda del grupo de las pastas filatas (hiladas); se elabora de manera tra-
dicional e industrial a partir de leche cruda o pasteurizada de vaca. La cuajada se somete a
un amasado con agua caliente para estirarla y formar bandas que se separan como “hilos”;
se presenta en forma de “madejas” de diferente peso. En el caso de la producción tradicional, su
elaboración requiere de destreza adquirida de manera empírica en el manejo de la acidez
adecuada de la leche, la acidificación de la cuajada, la determinación del “punto de hebra” y el
amasado de la pasta.
La región de producción
119
La región de estudio se encuentra sobre el eje neovolcánico transversal y en la subprovin-
cia de las llanuras de Querétaro e Hidalgo. La zona presenta un descenso de norte a sur en
altitud; en la zona montañosa la estructura más alta se ubica en la Peña Ñadó y la parte más
baja en el norte en Polotitlán, a 2,250 msnm. Las cabeceras municipales de Aculco y Polotitlán
se ubican entre los 2,310 y los 2,440 msnm.
En cuanto al recurso agua, destaca la presa Huapango, ubicada entre los municipios de
Jilotepec, Aculco y Acambay. Forma parte de la cuenca del Río Pánuco y es alimentada por el
también denominado Río Huapango. Da servicio al distrito de riego Arroyo Zarco, el más grande
del Estado de México, e irriga a Polotitlán y a Aculco.
La red vial comunica al territorio de Aculco con diversos estados del país. La autopista
México-Querétaro vincula la zona con Querétaro, Hidalgo y la Ciudad de México. La carre-
tera Panamericana lo conecta con Querétaro y los municipios del Estado de México, como
Toluca, Ixtlahuaca, Atlacomulco y Acambay. Complementan la red carretera las vías estatales y
municipales que intercomunican a las diferentes comunidades del municipio.
La red vial favorece el desplazamiento del producto leche a las empresas de transformación,
la adquisición de insumos, equipo, maquinaria y la comercialización de los productos lácteos.
Los hatos están constituidos por ganado holstein. El mejoramiento genético de los animales
se ha realizado por la compra de animales puros a través de apoyos gubernamentales o de ani-
males encastados de Querétaro. La reproducción es por inseminación artificial en más de 50 %
de las explotaciones; todos los productores realizan dos ordeñas al día. Algunos productores
realizan mejoras sanitarias al ordeño, pero no se trata de un hecho generalizado y es más común
en aquellos que han recibido subsidios para la compra de ordeñadoras mecánicas.
La alimentación de las vacas es muy variada, pero se basa principalmente en forrajes (pas-
to y trébol) producidos en praderas que surgieron hace cuarenta años a través de programas
gubernamentales, y que es posible tener gracias a la infraestructura de riego de la región.
También se produce maíz, como rastrojo y en grano molido, el cual se utiliza para la alimen-
tación animal; también se compra alfalfa de Querétaro e Hidalgo, dada la cercanía que se tiene
con dichos estados. Además del grano de maíz propio, se utilizan concentrados comerciales
y, en algunos casos, pollinaza y desperdicios industriales de la industria procesadora de maíz.
Los intermediarios compran leche de varios productores de una o más comunidades. Inician
la jornada muy temprano, recolectando tanto la leche ordeñada en la mañana como la de la tarde
anterior. Dependiendo de la cantidad de leche, del número de productores y de la cercanía entre
éstos, algunos establecimientos aceptan leche hasta la una de la tarde, lo que implica que ésta
sea de menor calidad. Estos actores reciben presiones de los queseros para entregar leche
de acuerdo con sus exigencias, pero ellos presionan a su vez a los productores quienes, al
estar al final de la cadena, son los que llevan la peor parte. Los boteros tienen un margen de
ganancia que oscila de los 20 a los 40 centavos por litro de leche colectada.
Es elaborado por asalariados; las personas contratadas van de una a diez, dependiendo de
la cantidad de leche procesada, que es de 1 000 a 12 000 litros diariamente; 80 % de estas
Como ya se mencionó en otros casos, además del uso de leche cruda, el empleo de otros
insumos, como leche en polvo, grasas vegetales y otros aditivos, es común para la elaboración
del queso oaxaca, lo que contribuye a la adulteración del producto original. Ese es un riesgo
que existe en la zona de estudio ya que, al parecer, hay dos empresas que usan leche en
polvo para elaborarlo. Se entrevistó a personas que forman parte de éstas y mencionaron que
esto se hace exclusivamente en la época en que la producción de leche es baja, con el fin de
mantener una cantidad constante en el mercado. Estas empresas son las grandes de este grupo,
lo que les permite contar con tecnología necesaria para llevar a cabo el proceso del uso de leche
en polvo para elaborarlo. El empleo de este insumo se da por dos situaciones, la alta demanda
del producto y la imposibilidad de los sistemas de producción regionales para abasto de leche
fluida; además, por ese motivo semanalmente se introduce leche del estado de Querétaro y de
Los Altos de Jalisco.
El queso oaxaca
Es importante diferenciar al queso tipo oaxaca de Aculco del quesillo de Etla, Oaxaca; en primer
lugar por la zona de producción y en segundo por las adulteraciones que el primero ha sufrido
en su proceso de elaboración.
El proceso de elaboración
Del total de empresas, sólo diez tienen marca; sin embargo, aún no tienen un nombre reco-
nocido, sólo ciertos tipos de queso son etiquetados y la mayoría de éstos se venden como
producidos en Aculco y Polotitlán. Esto es importante, ya que a escala estatal la zona cuenta
con cierto prestigio como productora de quesos de calidad, elaborados con leche fresca de
vaca. Las queserías que cuentan con una tienda en la comunidad se identifican con un
nombre, aunque no necesariamente registrado; sin embargo, esto les da cierto prestigio y
permite ubicarlas, de manera que los compradores regresan con ellos cuando el producto
es de su agrado.
Los productos se venden en la Ciudad de México y las principales ciudades de los estados
de Querétaro y México; algunas queserías han tratado de llegar al estado de Jalisco. La comer-
cialización se hace directamente con el consumidor, a través de intermediarios, tiendas o en los
mercados. Parte de la producción se vende en la misma comunidad de Aculco, al turismo local
o a intermediarios. Las mejores ventas en los establecimientos se presentan el fin de semana,
gracias al turismo y al tianguis del domingo.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
DEBILIDADES AMENAZAS
Confusión en el nombre.
Jalisco es el principal estado productor de leche a nivel nacional, y dentro de éste la cuenca de
Los Altos de Jalisco es la más importante; su volumen de producción diario está sólo por debajo del
de la Comarca Lagunera, pero además de esta contribución al aporte lechero nacional, en la región
se produce un queso artesanal de gran aceptación local: el queso adobera de Los Altos de Jalisco.
129
y medianos productores se ven afectados por el bajo volumen de queso que producen y, sobre
todo, por la escasa difusión y conocimiento de nuestros propios quesos.
Los quesos genuinos mexicanos se producen en todo el país y son patrimonio de te-
rritorios de diversas magnitudes, con ecosistemas específicos. Se considera que nacen en
territorios agrestes, algunos de ellos con alto grado de marginación y expulsores de población,
lo que hace necesaria la revalorización de un producto que puede convertirse en un vector de
desarrollo, para lo cual es indispensable mejorar los procesos de producción y/o comercializa-
ción, y que se establezcan figuras jurídicas de protección, como pueden ser la marca colectiva
(MC) o la denominación de origen (DO).
Siendo México un país tan rico en producción quesera artesanal, resulta sorprendente que
no existan estudios específicos y detallados para conocer las cadenas agroindustriales de
cada uno de ellos.
La importancia de conocer estas cadenas radica en que así se podrán preservar y después
seleccionar a las cadenas que tienen mayor potencial para convertirse en polos de desarrollo
local y regional. Por tal motivo, el presente trabajo tuvo el objetivo de presentar y analizar
brevemente la cadena agroindustrial del queso adobera de Los Altos de Jalisco.
Historia
En la parte noreste del estado de Jalisco, se extiende una cuenca lechera conocida como Los
Altos. Ésta se benefició de los pioneros españoles que llegaron a poblar esta parte del país
durante la época de la Colonia, y que conocían el manejo del ganado lechero y sus productos.
Ello permitió que, en los años cuarenta del siglo pasado, la empresa transnacional Nestlé es-
tableciera en la región un sistema de producción lechero basado en la mano de obra familiar, a
pesar de que no existen las condiciones climatológicas y edáficas propicias para la producción
de forrajes; es una zona de baja precipitación, con escasa capacidad para extraer agua sub-
terránea, suelos someros y de baja fertilidad. Estos factores la ubican como cuenca artificial,
que tiene que importar forrajes de otras zonas del país.
Debido a las dificultades que tenían los recolectores de leche para llegar a las rancherías,
dada la forma irregular de la orografía (se conoce como región de Los Altos porque las monta-
ñas y colinas tienen altitudes que varían de entre 1,800 y 2,300 msnm), se retrasó la construc-
ción de buenos caminos y carreteras, por eso los ganaderos comenzaron a elaborar un queso
que les permitió preservar la leche que obtenían por más tiempo.
Según la memoria colectiva de la región, el queso adobera de los Altos de Jalisco se pro-
duce desde hace más de 100 años y se le conoce con ese nombre porque, después de cuajar,
los productores comenzaron a utilizar un molde de madera, normalmente de mezquite, que
parecía un “adobe” o “ladrillo” de los que se utilizaban en la construcción de casas-habitación.
Los actuales ganaderos lecheros de la región Altos de Jalisco tienen una edad que oscila entre los
29 y 70 años, con un promedio de 47. La escolaridad que predomina es la primaria; algunos no
la terminaron y otros ni siquiera asistieron a la escuela. El tiempo que llevan como ganaderos
va de cinco hasta 60 años, con un promedio de 27.
La superficie agrícola de que dispone cada ganadero para alimentar a sus vacas va de 17
a 48 ha, con un promedio de 28 ha por productor, generalmente bajo un régimen de propiedad
privada, donde se produce principalmente maíz, el cual es utilizado para generar rastrojo como
forraje para el ganado y grano para autoconsumo. Algunos también producen pastos nativos,
pero sin fertilización ni control de malezas. Generalmente no hacen rotación de potreros, debi-
do a que su terreno no está dividido.
La alimentación del ganado se basa en rastrojo de maíz, ensilado de maíz, concentrado (ali-
mento balanceado), pasto de temporal y germen de maíz. El forraje utilizado para el ganado es
producido principalmente por el lechero; sin embargo, algunos lo compran. El principal forraje
utilizado es el rastrojo de maíz. El concentrado es comprado en todos los casos por cada uno
de los productores; se utilizan sales minerales como suplementos alimenticios.
El cerco que emplean para proteger al ganado es de piedra y algunos usan alambre; el
número de vacas que tienen es de 20 a 150, con un promedio de 38, de las cuales se ordeñan
28 en promedio.
La producción de leche por día va de 138 a 800 litros, con un promedio de 448 litros por
productor; participan de uno a cuatro ordeñadores. La leche se recolecta en cántaros (botes)
La leche se vende a los queseros, a un precio por litro que va de $4.50 a $4.80 (en 2012); en
2011 el precio osciló entre $4.00 y $4.30. El comprador (quesero) considera que la calidad de la
leche es buena; por lo tanto, siempre recibe la leche del productor. En su mayoría los lecheros
no reciben premios ni castigos por los parámetros de calidad. El periodo en que se presenta un
claro pico en la producción de leche va de junio a octubre (temporada de lluvias).
En esta zona del país existen tres maneras en las que el quesero puede recolectar y aco-
piar leche:
Los queseros de esta región se dedican a la producción de queso adobera por tradición
familiar. Tienen 47 años de edad en promedio y cuentan con una escolaridad que va desde pri-
maria a secundaria, por lo que la mayoría de los conocimientos que aplican para esta actividad
son empíricos; es decir, han aprendido por experiencia familiar.
Procesan un volumen promedio de 4 700 litros de leche por día y, en su mayoría, los que-
seros tienen entre cuatro y 13 proveedores. Producen cuatro tipos: adobera, cotija, asadero y
fresco. Cabe mencionar que el adobera es el de mayor venta en la región, con un rendimiento
de 9 a 12 %, que depende del porcentaje de grasa y proteína que presenta la leche.
En esta región del país predomina la cultura del individualismo: “cada cabeza es un mundo”
es una frase que se repite a menudo entre los agentes de la cadena productiva para significar el
A nivel de los queseros la tendencia a trabajar desligados unos de otros es aún más fuerte.
La competencia en el mercado ha acentuado el individualismo: cada uno busca producir
con menor costo que los demás y guardar su mercado para sí mismo; sin embargo, la cooperación
podría realizarse incluso en cuanto al mercado. Así, los queseros podrían organizarse para
transportar el queso de manera conjunta a las centrales de abasto; también podrían promover
la calidad y crear signos de reconocimiento de la misma en éstos, pero eso depende también
de la actitud de los comerciantes, ya que ellos deben estar también implicados en la acción,
pero por el momento no hay cooperación o acción conjunta entre ellos. La mayoría califica su
relación con otros queseros como “indiferente”: se conocen, se saludan, pero no desean coope-
rar. A veces intercambian información de manera informal sobre el uso de tal o cual producto
químico (leche en polvo, conservadores, etcétera); algunos ya visitaron otras queserías, pero
de otra zona, donde conocen a un quesero. Solamente unos pocos conocen otra quesería de
los Altos, ya sea por parentesco con el dueño o por haber trabajado antes en ella.
Además, las asimetrías también están presentes en la distribución del valor agregado en
la cadena: el ganadero tiene pobres beneficios por litro de leche (no es fácil evaluar sus ganan-
cias, debido a la auto-producción de una parte de los insumos), sólo algunos centavos por litro;
por otra parte, también vende solamente una pequeña cantidad de leche. El recolector gana de
10 a 30 centavos por litro y vende un mínimo de 1 000 litros/camioneta/día.
Los queseros ganan 50 centavos por litro de leche procesada en promedio (aunque la cifra
es muy variable) y procesan alrededor de 5 000 L/día. Sin embargo, los que tienen mayor mar-
gen de ganancia en la cadena productiva son los comerciantes; sus costos de operación son
muy bajos: la tienda y el almacén a menudo están a cargo del dueño y su familia, por lo que no
A las queserías llega leche fresca con temperatura de entre 26 y 35°C. Inmediatamente se hace
pasar a través de un colador con malla de acero inoxidable; posteriormente, pasa a la tina del
mismo material y a botes de plástico, por medio de una manguera.
La cuajada se efectúa con la leche cruda a unos 30 °C; inicia con el agregado de calcio y
dióxido de titanio a la leche que se encuentra en la tina de acero inoxidable. Posteriormente le
agregan de 10 a 20 mL de cuajo líquido, con una fuerza de 1mL: 10 000 mL. de leche.
Después se realiza el agitado, con una pala o un agitador de acero inoxidable; se sumerge
totalmente en la tina y se hacen movimientos suaves, formando círculos a lo ancho de la misma.
En general el agitado finaliza cuando se obtiene un grano macizo. Una vez concluido esto,
generalmente se deja en reposo de 5-20 minutos para que “el grano” asiente.
Se pasa entonces al desuerado parcial, para lo cual en algunas queserías se retira la mayor
cantidad de suero posible, con ayuda de una cubeta de plástico. También se efectúa con una
bomba que succiona el suero y lo envía a unos termos.
Posteriormente se deja reposar de cuatro a ocho horas sobre una mesa de acero inoxida-
ble y, para continuar y acelerar la chedarización, en algunas queserías la cuajada se tapa con
Se agrega sal de grano en una dosis de 1.3 a 2.2 kg. por cada 100 kg. de cuajada. La cuajada
se desmenuza en una revolvedora mecánica durante cinco a diez minutos, aunque el tiempo
puede variar dependiendo de la dureza que ésta tenga. Algunas queserías aprovechan esta
operación para efectuar el salado.
Asimismo, se realizan de uno a dos amasados para compactar la cuajada molida; esto se
hace en mesas o tinas de acero inoxidable por un tiempo de 30 a 50 segundos.
Para el moldeado se utilizan moldes de madera, acero inoxidable o plástico, y tienen forma
rectangular (en forma de adobe o ladrillo). En su interior se le coloca un pedazo de tela y, pos-
teriormente, se coloca la masa; la capacidad del molde puede variar de 250, 300, 500 y 1000 g.
Ninguna quesería pesa la masa; siempre se hace “al tanteo”.
Prensado
En algunas queserías se realiza el prensado, presionando los moldes con una prensa de torni-
llo o de palanca y, en algunos casos, con botes llenos de cemento, por un lapso que puede ir
de 30 minutos a siete horas.
Las tablas de madera con los quesos se colocan en una cámara de refrigeración, a una
temperatura que oscila entre 3 y 6 °C, por un periodo de dos a 24 horas, dependiendo de
la demanda.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Los Altos es una región lechera y, por lo tan- Debido a la tipicidad que tiene, puede ser
to, hay disponibilidad de materia prima. susceptible de lograr una marca colectiva o
denominación de origen.
El queso adobera es un queso típico de la Se podría añejar el queso, usando las mis-
zona, resultado del saber-hacer que viene mas condiciones, y se podría vender con
desde hace muchas décadas. otro nombre para que no compita consigo
mismo.
Es un queso de gran aceptación (fama) Los Altos es una zona lechera de interés pa-
regional. ra el gobierno, ya que es la segunda cuenca
más importante a nivel nacional.
Es un queso que es consumido por perso- Se puede diversificar el uso del suero, ya
nas de bajos ingresos. que éste no se obtiene ácido en el proceso.
Debido a una relación grasa/proteína mayor Es un queso de gran aceptación entre los
a uno, es posible obtener otros subproduc- migrantes que viven en los EE. UU.
tos, como la crema y la mantequilla.
Hay una renovación generacional en la ela-
boración del queso.
Al estar elaborado con leche cruda, el queso
no pierde su sabor original.
Al no descremarse la leche, se tiene un pro-
ducto con alto valor nutritivo.
Hay un subsidio financiero por los familia-
res que están en EE. UU. y eso ha impulsado
cierta modernización.
Conclusiones
La utilización de leche cruda en la elaboración del queso adobera de los Altos de Jalisco si-
gue siendo visible. De todas las queserías visitadas, ninguna realiza tratamiento térmico a la
leche; por consiguiente, son los queseros quienes exigen a sus proveedores que sus hatos
estén libres de tuberculosis y mastitis. Sin embargo, estas exigencias se deberían ampliar a
la implementación de buenas prácticas de manejo, no sólo para evitar las enfermedades que
Se elabora con leche cruda de vacas de libre pastoreo y es producido durante todo el año,
aunque la producción más fuerte se da durante el verano o en época de lluvias, por la dispo-
nibilidad de pastura natural.
141
uno, 1.5 y dos kilogramos son los más comunes. La presentación más frecuente es en forma de un
bloque prismático rectangular, con una cara ligeramente convexa, a la manera de una ligera
joroba, que lo distingue y contribuye a su tipicidad. A menudo, ya en el mercado las piezas se
presentan con la superficie enchilada, debido a la aplicación de una pasta de chile guajillo que
se unta como una fina capa, un poco antes de comercializarlo.
Territorio de elaboración
Su relieve incluye parte de una sierra, cañadas, lomeríos, laderas y espacios relativamente
planos, que se utilizan para la producción pecuaria.
La historia del queso añejo de Zacazonapan no está documentada. Hay información oral que la
remonta a varias décadas; existe la referencia de que en 1941 un clérigo (José Castillo y Piña)
realizó una excursión a los pueblos de tierra caliente del Estado de México y, al pasar por
el municipio de Zacazonapan, le fue obsequiado un queso exquisito que la gente local ela-
boraba y conservaba en marquetas en grandes cantidades, que es presuntamente el añejo
de Zacazonapan.
Zacazonapan produce un promedio diario de unos 2 000 litros de leche, la cual se canaliza
predominantemente a la elaboración de quesos. El volumen de leche varía estacionalmente; en
época de lluvias, cuando las vacas pastan libremente, se obtiene el mayor volumen del hato
municipal. La producción por vaca es variable y depende también del tipo del ganado; para las
cruzas de europeo con cebú (pardo suizo/cebú), de doble propósito, se estima un rendimiento
de cuatro litros por día, en promedio, mientras que con las mejoradas, más especializadas en
leche, se producen más de ocho litros por día por animal.
La producción láctea municipal es generada por 43 ganaderos, quienes tienen más de diez
años de dedicarse a esta actividad, la cual ejercen por tradición. Las explotaciones ganaderas
poseen un número de vacas que oscila entre 20 y 110; cada productor ordeña diariamente entre
100 y 150 litros de leche. El 90 % de los productores reproducen a su ganado por monta natural;
la ordeña es predominantemente manual. El nivel de integración de los lecheros en la cadena
productiva es muy bajo; sólo unos cuantos productores se hallan integrados verticalmente en
la época de lluvias y transforman su leche para autoconsumo y venta durante la temporada.
El producto es elaborado por mujeres, cuya edad oscila entre 55 y 70 años, sin escolaridad,
quienes aprendieron a elaborarlo por tradición o trabajando en otras queserías. Se estima que la
tradición quesera tiene más de cien años en este municipio y las queserías existentes se han
dedicado a esta actividad por al menos diez años. Su venta del es la principal fuente de ingre-
so para estas unidades productivas que laboran con base en mano de obra familiar (87 %). La
leche para la elaboración de este queso es comprada por 62 % de los queseros, mientras que
38 % de ellos se autoabastecen al estar integrados verticalmente.
La leche se transporta en vehículos abiertos o con caja hacia las queserías en un tiempo
menor a media hora, en botes metálicos con tapadera y a temperatura ambiente. Parte de la
producción de leche del rancho se vende a “boteros”, quienes la distribuyen a poblaciones de
la región.
Los grandes pasos para elaborar el queso añejo de Zacazonapan se presentan en el diagrama
de bloques de la Figura 20.
Algunos puntos relevantes para elaborar este queso, son los siguientes:
Al ser muy artesanal, todavía se emplea cuajo de “cuerito” en la elaboración de este pro-
ducto, el cual se elabora con el abomaso (cuajar) de terneros. Esta víscera se sala, seca y
corta, y el principio activo cuajante (la enzima renina) se extrae con suero ácido a partir de
los fragmentos del cuajar salado. El líquido obtenido se incorpora a la leche para coagularla.
El gel o cuajada obtenida de la leche generalmente se quiebra a mano o con una pala o
cuchara de madera.
La cuajada, obtenida como una bola inmersa en el suero, se “seca” por repetido cortado
(picadas con cuchillo) y prensado con piedras lisas y limpias, con el fin de extraer la mayor
proporción de suero retenido. Durante el proceso de desuerado, el uso del chiquihuite (cesto
de carrizo o mimbre, de origen prehispánico) le imparte un rasgo muy tradicional a la hechura.
Otro punto distintivo es el molido fino de la cuajada en una artesa de madera, a mano, con un
molino para nixtamal o con metate. Esta acción puede ser repetida; es decir, “refregando” al queso.
Calidad fisicoquímica
El Cuadro 15 muestra la composición proximal del queso añejo de Zacazonapan, el cual presentó
el siguiente contenido promedio: 35.63 % de contenido de agua, 28.68 % de grasa, 28.72 % de
proteínas, 5.52 % de cenizas, y 2.35 % de sal.
Comercialización
Se vende entre 90 y 140 pesos por kilogramo (en 2012); su venta es directa o a distribuidores
medio mayoristas que lo entregan a expendios, tiendas y mercados. La mayoría de los clientes son
constantes y existen quienes son fieles y que buscan a determinados queseros, específica-
mente. Una pequeña proporción del queso producido se vende en el municipio, pero la mayor
parte se comercializa en mercados y tiendas de otros municipios, como Santo Tomás de los
Plátanos, Valle de Bravo, Tejupilco y Temascaltepec, en el Estado de México. No obstante, al
compartir el mismo espacio geográfico de la cabecera municipal y poseer un fuerte senti-
miento comunitario en el territorio, los queseros no actúan como un gremio unido; no existe
ninguna asociación de productores de este queso tradicional. Sin embargo, desde 1988, el 25
de diciembre de cada año, en la cabecera municipal tiene lugar la “Feria del Queso Añejo”. En
ella participan varios queseros, quienes presentan sus productos ante un jurado que califica
su sabor, color y presentación; los mejores productos son premiados públicamente. Esta feria
ha contribuido a darle relevancia y difusión a este producto, contribuyendo a su prestigio
regional y nacional.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Es un producto de muchas décadas de exis- El turismo local atraído por el atractivo físico
tencia, reconocido en el suroeste del Estado del lugar.
de México.
El saber hacer heredado tradicionalmente El interés creciente de consumidores por pro-
durante generaciones. ductos regionales y auténticos, artesanales.
Es muy distinguido por su presentación, for- La posibilidad de vinculación con instituciones
ma, conservación y atractivo sensorial. públicas de apoyo, como las universidades.
Aseguramiento de la leche para el proceso, El reconocimiento de la comida mexicana,
con abastecedores locales. Esto se hace con que incluye a los quesos artesanales como
base en acuerdos verbales sustentados en patrimonio cultural intangible de México y la
la confianza. humanidad.
La Feria del Queso de Zacazonapan, en diciem- Existe una mayor conciencia del consumidor
bre, efectuada desde hace varios años, que ha de lácteos frente a productos de imitación, lo
ayudado a difundir la fama del producto. que puede alentar la demanda de productos
genuinos.
DEBILIDADES AMENAZAS
El conjunto de queseros es de edad avanza- La presencia de queso de imitación, que com-
da y no se ha procurado el relevo generacio- pite con la oferta de este producto regional.
nal entre los familiares.
No se percibe interés por parte de las ins- La normatividad, concretamente la NOM-243-
tituciones gubernamentales por impulsar la SSA1-2010, que prohíbe la elaboración de que-
actividad quesera artesanal local. sos con leche cruda.
Conclusiones
Se elabora desde antaño en el estado de Jalisco, la entidad más lechera del país, principalmen-
te en dos regiones: Los Altos (Municipios de Arandas, Tepatitlán, Lagos de Moreno y otros) y la
Sierra de Amula (Municipios de Atengo, Tenamaxtlán, Tecolotlán, y otros). Como nombre genérico,
el queso adobera se refiere a varios quesos que comparten la misma forma, los de Jalisco y los
de otros estados. Se puede clasificar como de pasta semidura, tajable, de pasta prensada, fresco
o ligeramente madurado; se elabora por cuajado enzimático. No obstante que se presentan
comercialmente como bloques con forma de prisma rectangular, por el tipo de leche utilizado
para su hechura, algunos rasgos del proceso y sus propiedades fisicoquímicas y sensoriales,
los adoberas de Jalisco son distintos.
151
Territorio de elaboración
La Sierra de Amula es una región fisiográfica y climáticamente diferenciada del estado de Jalis-
co; en ella se ubican once municipios (ver Figura 21), dentro de los que, por su actividad lechera
y quesera, destacan: Atengo, Tenamaxtlán, Tecolotlán, Ejutla y Chiquilistlán. Dentro de estos
municipios destaca particularmente Atengo, por ubicarse en él un pueblo de gran tradición
quesera: Soyatlán del Oro.
En Atengo, además de Soyatlán del Oro, existen algunas comunidades como la Yerbabuena
y Macuchi, donde se ubican queserías artesanales que hacen queso adobera y panela, princi-
palmente. En Soyatlán del Oro se hallan establecidas alrededor de 15 queserías que elaboran
adobera en alguna de sus modalidades, además de panela y alguna de ellas, cotija, cuando hay
excedentes estacionales de leche.
El municipio de Atengo se encuentra ubicado entre los paralelos 20°12’ y 20°27’ de latitud
norte, los meridianos 104°09’ y 104°25’ de longitud oeste, a una altitud entre 1 400 y 2 300 msnm.
En lo referente a su fisiografía, se encuentra en las provincias del eje Neovolcánico (80.29 %)
y la Sierra Madre del Sur (19.71 %).
El clima es semicálido subhúmedo con lluvias en verano, de humedad relativa media, y tem-
plado subhúmedo con lluvias en verano, con mayor humedad; las temperaturas oscilan entre
16 y 22 °C, con una precipitación media anual de 800 y 1 100 mm.
La historia de su origen no está documentada, aunque por tradición oral se sabe que el adobe-
ra de mesa, conocido por los lugareños solamente como “el queso”, se elabora desde hace más de
cien años en esta región. Respecto al adobera de quesadilla, existe la hipótesis de que su proce-
so de hechura proviene de la Región Alteña, a través de un quesero notable que se avecindó
en Atengo en la década de 1960 y que contribuyó fuertemente al desarrollo de la quesería en
este municipio.
En el sector primario la leche se produce todo el año aunque, por ser el sistema de libre pasto-
reo, durante la época de lluvias el ganado pasta libremente en los potreros con forraje nativo,
mientras que en la de secas el alimento celulósico se suplementa con concentrado. La tenen-
cia de la tierra de los productores lecheros es privada y comprende superficies de entre 40 y
100 ha donde, además de pastos nativos e introducidos (por ejemplo, estrella, jaragua y Tan-
zania), se cultivan granos como maíz blanco y garbanzo. Las razas bovinas son principalmente
La reproducción del ganado se basa en la monta natural, y la ordeña de la leche una sola
vez por día requiere del apoyo del becerro. La ordeña es predominantemente manual, con
una rutina de ordeño no bien establecida. La producción de leche por vaca varía de 5 a 10
litros por día.
Por el lado de los queseros, éstos se ubican principalmente en Soyatlán del Oro, en el muni-
cipio de Atengo. En este pueblo existen alrededor de 12 queserías que lo elaboran en alguna de
sus modalidades, así como panela y, algunos hacen queso seco, nombrado “cotija”. Asimismo,
existen rancherías en el municipio de Atengo, como por ejemplo la Yerbabuena y Macuchi,
donde también se elabora el adobera. En el Cuadro 17 se presenta el perfil de cinco queseros
elaboradores del adobera de Soyatlán del Oro.
En la muestra estudiada resalta que todos los queseros propietarios de las unidades pro-
ductivas son mayores de 30 años; incluso, 60 % es mayor de 45 años. El dato anterior, así
como el de los años de experiencia en la elaboración de queso, muestra que existe un gran
saber-hacer acumulado en el conjunto de las queserías.
En esta región el ordeño se hace generalmente de forma manual; a las vacas se les pro-
porciona alimento al llegar al corral de ordeño. Para iniciar el ordeño, el becerro estimula a la
madre para que baje la leche y después se amarra frente a ella. Las patas de la vaca se pialan,
procurando también amarrar la cola. El ordeñador se coloca al nivel de los pezones y se empieza
De la Figura 22 vale la pena destacar la elaboración del producto con leche cruda fresca, dulce,
de pocas horas después de la ordeña; el cuajado enzimático, el “estilado” (desuerado) realizado
con una bolsa suspendida; y también el reposo de la cuajada ya en bloques, para texturizarla
un poco y, en una modalidad del adobera, para chedarizar la pasta ligeramente. También se
observa el molido de la cuajada ya desuerada, para impartirle su característica textura blanda
y tajable, y luego su moldeado típico en moldes prismático-rectangulares, otrora de madera y
actualmente de metal; esta presentación es la base de su denominación desde antaño.
Calidad fisicoquímica
La composición del queso adobera de la Sierra de Amula, Jalisco se presenta en el Cuadro 18.
Posee la siguiente composición media: humedad, 47.24 %; grasa, 25.76 %; proteína, 18.87 %; y
cenizas, 6.06 %; y 3.08 %, cloruro de sodio (sal).
Comercialización
La cadena de comercialización también es corta, ya que los queseros cuentan con transporte
y venden tanto a mayoristas como al cliente final, por lo cual la mayor parte de las ganancias
Algunos de los clientes principales son los llamados “hijos ausentes” (personas que emigra-
ron a EE. UU.), quienes llegan a las fiestas patronales de Soyatlán del Oro en el mes de octubre
y, al regresar, llevan consigo hasta 50 piezas de adobera; en algunas ocasiones la demanda es
tanta, que los queseros no pueden cubrirla.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Tradición en la elaboración de queso adobe- Revalorización del producto por parte de las
ra de mesa por más de 100 años. comunidades en Atengo y en los municipios
aledaños, así como en el estado de Jalisco.
Buena articulación entre los proveedores de La Presidencia Municipal de Atengo valora y
leche y los productores de queso, basada en reconoce la importancia de la tradición que-
la confianza. sera en la región, por lo que puede ser un
factor de apoyo.
Recursos naturales disponibles y peculiares Interés de algunos agentes de la cadena
del territorio, como “ojos de agua”, terrenos en unirse para el rescate de los productos
para pastar y superficies de siembra de genuinos.
maíz y pastos.
Desánimo por parte de los lecheros, debido La presencia en la zona de empresas, como
a los altos precios en los granos para ali- Lala, Alpura, Sello Rojo, importantes en el
mento del ganado y bajo precio de venta de sector lechero, que promueven y fomentan
su producto. la pasteurización de la leche para quesería.
Es un queso elaborado con leche cruda y Posibles conflictos o ruptura de relaciones
en condiciones sanitarias por mejorar, que entre los productores queseros debido a
puede presentar cuentas microbianas altas posturas políticas confrontadas.
y no ser inocuo.
Conclusiones
El queso adobera de la Región Sierra de Amula en sus dos versiones, como adobera de mesa
y de quesadilla (texturizado), son productos bien identificados por los consumidores, que lo
vinculan con su territorio de origen. En general se consumen frescos y son altamente acep-
tados por sus características organolépticas. Sin embargo, a diferencia de otros que se han
estudiado, en conjunto se revelaron como presuntamente no inocuos, debido a su alta cuenta
de bacterias objetables y posibles patógenos; esto puede ser atribuido a la propia naturaleza de
las pastas de los quesos y deficientes prácticas de manufactura y manejo, en las que se re-
quieren medidas de corrección para mejorar la calidad del producto. No obstante que puede
tener una potencialidad para ampliar su mercado, en el sistema agroindustrial de este queso
se manifiesta una carencia de organización y de voluntad de asociación de los queseros, por
lo que se sugieren acciones de intervención de las instituciones que pudieran apoyarlos para
dinamizar y preservar el producto.
Es un queso de leche cruda, de pasta fresca, hilada (filata), no prensada, que se elabora con
leche cruda, entera o parcialmente descremada. Su nombre se justifica por la forma, que
recuerda un tanto al “calabazo” o “guaje”, que en varios lugares del país se usa para transportar
agua, como si fuera un garrafón; su forma también se asemeja a la de un pistilo de flor. La
parte central de la pieza puede contener un relleno de crema ácida o requesón obtenido de
suero calentado; este último puede mezclase con jamón picado, salchicha y chiles en vinagre.
Las piezas difieren en tamaño y peso; éste puede variar entre 250 g y 1.0 kg.
161
Territorio de elaboración
Tanquián de Escobedo, San Luis Potosí, es un municipio de 140.26 km2, que representa 0.23 %
del territorio estatal (Figura 23). Su clima es semicálido, con lluvias abundantes en verano, en
la mayor parte del municipio. Las actividades económicas que se practican en la región
son: agricultura, ganadería, silvicultura, industria manufacturera, comercio y servicios.
Las principales actividades que se realizan son las del sector primario (agricultura, ga-
nadería, caza y pesca), en las que se involucra 39.76 % del total de la población econó-
micamente activa.
Hay falta de información para datar su origen con precisión, aunque se considera que tiene
una existencia de al menos 50 años. En particular, se ha sugerido que fue un emigrante italia-
no (Camilo Junutzzi), en el municipio de Axtla de Terrazas, con la participación de un quesero
experimentado, quien dio origen a este queso genuino de fuerte inspiración italiana (de las
pastas “filatas”); particularmente del provolone, que es “periforme”, aunque en sus inicios éste
careciera del relleno que ahora caracteriza al queso guaje.
Las zonas de producción lechera se caracterizan por ser predios con superficies extensas
(desde 70 hasta 200 ha), aunque con régimen de pequeña propiedad. La mayor proporción de
territorio se utiliza para la ganadería en explotación extensiva; algunos productores destinan
una pequeña proporción del territorio a la agricultura para el cultivo de granos y forrajes, que
sirven para alimentar al ganado en algunas épocas del año. Los productores delimitan su pro-
piedad (mantienen al ganado dentro de su potrero) mediante cercas elaboradas con madera y
alambre y, en algunos casos, con cerca viva.
Las principales razas o cruzas de razas que se encuentran en la región son: suizo, ho-
landés con cebú y suizo con cebú. Durante la época de sequía, y en general en todo el año,
el ganado consume exclusivamente la pastura nativa de los predios, razón por la cual algu-
nos productores (50 %) practican la rotación de potreros. Aunado a esto, cierto número de
ganaderos complementan la alimentación de las vacas, sobre todo en el periodo de ordeña,
Los recipientes para el ordeño son cubetas de acero inoxidable; la leche que se obtiene en
la cubeta se vacía en botes de plástico, mismos que se utilizan para almacenarla y transpor-
tarla a las queserías.
En la mayoría de los ranchos, el ordeño se inicia y finaliza con ayuda del becerro, debido a
que éste facilita la “bajada” de la leche y actúa como pre-sellador, función que también cumple,
además de alimentarse, cuando finaliza el ordeño.
La parición de las vacas ocurre a lo largo del año, debido a que la monta es natural. Sin
embargo, en el lapso de febrero a mayo se presenta la mayor frecuencia de nacimientos y, por
tanto, en los meses indicados la mayoría de las vacas se encuentra en ordeña; el periodo de
lactación abarca de ocho a diez meses.
No se observa una integración entre los productores de leche, a pesar de que se les ha
sugerido que formen una asociación para poder recibir apoyos de gobierno, mejorar las insta-
laciones de sus queserías y cumplir las exigencias de la SSA. En la mayoría de las queserías
el saber hacer del quesero es heredado a sus familiares, generalmente hijos, que se han inte-
grado a la elaboración del producto y que se pretende sean los sucesores de tal actividad; sin
embargo, en otros casos la tradición de elaborar este queso podría perderse porque no hay
interés por parte de los sucesores para continuar con ésta.
En la elaboración de queso guaje se usa leche de ganado doble propósito suizo y holstein,
cruzado con ganado cebuino. Generalmente se hace una sola ordeña manual por la mañana.
Las vacas se arrean y son llevadas al corral de ordeño; la bajada de leche se estimula con el
becerro; la leche se extrae de cada uno de los pezones. Después, la vaca se deja con el becerro
para que mame la leche residual. Al final del ordeño las vacas con los becerros se regresan
al potrero, donde pastan libremente el resto del día.
Para blanquear el queso, algunas queserías usan dióxido de titanio, el cual se mezcla con
agua y se agrega a la leche con agitación.
Para el cuajado de la leche se utiliza cuajo comercial de ternera con fuerza de 1 a 10 000,
se incorpora y agita. Se deja reposar de 10 a 20 minutos para que coagule.
Después de que la cuajada tiene el punto para fundir, se corta con un agitador o una pala
de madera de manera brusca, para formar “granos” pequeños de aproximadamente uno o dos
centímetros, y se dejan reposar por unos minutos.
El suero se separa, colocando una bolsa de rafia encima y se retira por medio de una cu-
beta. La cuajada desuerada se coloca en una coladera grande de plástico o en una mesa y se
deja desuerar, ayudando con cortes de cuchillo o con la mano.
La cuajada escurrida se pasa al agua caliente en dos a seis litros por cada kilogramo
de pasta obtenida y se sigue calentando directamente con leña o fogón; se agrega sal fina en
proporción de 15 a 75 gramos por cada kilogramo de pasta, se agita y se calienta.
Una vez que llega a su punto, la pasta se retira de la salmuera por medio de unas palanga-
nas de plástico y se pone en la mesa. Se pesan porciones de pasta fundida para elaborar las
piezas, cuyo peso varía de 250 gramos a un kilogramo. La pasta se estira hacia abajo sobre
un trozo de madera o recipiente (por ejemplo, un vaso); una vez hecho el hueco, éste se puede
rellenar con chile seco molido y la crema de queso; luego se estira para formar el “guaje”.
Las piezas de quesos guaje son introducidas en salmuera al 18-25 % de sal y ahí reposan
de dos a tres horas. Posteriormente, se sumergen en un recipiente con agua donde se dejan
reposar de 15 a 30 minutos y, después, las piezas se introducen en bolsas de plástico, con la
parte más gruesa hacia el fondo, y la bolsa se anuda en la parte superior.
Después de separarse la pasta fundida del queso, el suero se sigue calentando, sin agitar,
a fuego lento por 15 a 30 minutos. Después de que reposa unas 24 horas, se enfría y se forma
una “crema de queso” en la superficie. Esta nata, que está enriquecida con algo de requesón,
La información bromatológica sobre la composición del queso guaje (la pasta hilada) se
muestra en el Cuadro 20. Por otro lado, el relleno tiene 53.10 % de humedad, 38.78 % de grasa,
5.46 % de proteína, 3.79 % de cenizas y 3.40 % de sal (NaCI). El queso como masa total está
compuesto por 74.36 % de pasta hilada y 35.19 % de relleno, en peso.
Comercialización
Instituciones de soporte
Es producido por queseros que no están asociados formalmente, que se reconocen entre ellos,
pero que actúan en una lógica individual y no perciben las ventajas de una asociación formal.
Desde el punto de vista de su vinculación con agentes del entorno, la preocupación normativa
expresada en la NOM-243-SSS1-2010 los ha relacionado con la COFEPRIS, de la cual reciben
lineamientos para la mejora de la producción. Asimismo, han recibido apoyo de parte del go-
bierno del estado (por ejemplo, del de San Luis Potosí) para mejorar sus procesos, así como de
algunas instituciones educativas como la UACh, vía Instituto de Alimentos (IDEA), para caracte-
rizar el queso y el proceso de hechura.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Las instalaciones con las que se cuenta son La presencia de numerosos quesos de pas-
deficientes para la elaboración del queso; ta hilada que existen en el mercado, muchos
además, el tamaño de las queserías limita los de imitación.
volúmenes de producción que se manejan.
En la época de secas, la oferta de queso La inseguridad que se vive en la región ha
disminuye, la demanda no se satisface y el ocasionado la reducción del mercado.
precio aumenta.
En algunas queserías no existe interés por
seguir con la tradición de producir este queso.
La cantidad de leche a procesar es variable
y depende de la oferta los ranchos.
No existe organización entre los queseros
de la región, ni interés por crear una marca
colectiva.
Requisitos con los que debe cumplir el que-
so, según la Secretaría de Salud (NOM-243-
SSA1-2010.
Conclusiones
El queso guaje, uno más de la familia de los quesos mexicanos de pasta hilada (filata), resulta
muy atractivo para los consumidores debido a su aspecto, forma y estructura (una parte de
pasta hilada con un núcleo, relleno compuesto por una mezcla crema/requesón que llaman
“crema de queso”), así como por sus propiedades sensoriales y funcionales para la preparación
de diversos platillos. Su fama es local, pero gradualmente se extiende a otros estados, llegando
hasta el centro del país. Llama la atención que, no obstante ser elaborado con leche cruda y
Se presenta como un cilindro de mayor altura (talón) que diámetro, con peso desde un kilogra-
mo hasta 15 y 20 kilogramos; las piezas más comunes pesan entre dos y tres kilogramos. A
simple vista se caracteriza por la marca o “troquel” que una reata (de plástico o jarcia) colocada
dentro del molde le deja en el talón durante el prensado. Se trata de un queso de leche cruda,
ligeramente madurado, de pasta prensada, tajable, no cocida, elástica, de acidez media y
relativamente alto en contenido de sal. Se elabora con leche de vaca de doble propósito en el
sistema de pastoreo extensivo. Ya en el mercado, el producto presenta a menudo una capa
delgada de chile rojo guajillo que se le unta durante el proceso de elaboración, la cual le impar-
te un gran atractivo visual.
173
producido localmente, mientras que el resto proviene del estado de Veracruz, específicamente de
Acayucan, de donde cada semana llega queso de cincho, con el que se abastecen todas las tiendas.
Un detalle interesante es que llega “natural”, con su color blanco o amarillo marfil, pero los
mismos comercializadores le incorporan una capa de chile, debido a que el consumo local así
lo solicita; esa era la misma característica del queso de cincho elaborado hace algunos años
en Morelos.
Nuevo Morelos
El entorno
Nuevo Morelos es una localidad que pertenece al municipio de Jesús Carranza, ubicada en la
zona sur del estado de Veracruz, región de la antigua cultura Olmeca, que colinda con Tabasco
y Oaxaca, en las estribaciones de la Sierra Madre Oriental (Figura 25). El municipio se encuentra
en las coordenadas 17º26’ de latitud norte y 95º01’ de longitud oeste, a una altura de 24 metros
sobre el nivel del mar. Limita al norte con San Juan Evangelista, Sayula de Alemán y Texistepec;
al este con Hidalgotitlán; al sur y oeste con el estado de Oaxaca.
Jesús Carranza tiene una superficie de 486.32 km2, cifra que representa 0.67 % del total
del estado; se encuentra regado por arroyos como el Alegre, Jaltepec y Naranjo, que son tri-
butarios del río Coatzacoalcos. Los ecosistemas que coexisten en el municipio tienen selva
perennifolia; 75 % del territorio municipal es dedicado a la agricultura y a la ganadería, y 10 %
está ocupado por viviendas. Su clima es cálido-regular, con una temperatura promedio de 27 ºC;
su precipitación pluvial media anual es de 2 350 milímetros.
La región donde se ubica Jesús Carranza y Nuevo Morelos es una importante cuenca pro-
ductora de leche; se encuentra en un microclima donde llueve todo el año, sobre todo de mayo
a agosto. Las lluvias y las buenas tierras propician que todos los meses exista producción de
forraje, lo cual es idóneo para la actividad ganadera; esta característica se da en un espacio
muy reducido, de 40 km a la redonda.
Historia
Al parecer, esa emigración fue un efecto de los planes de colonización del sureste que lle-
vaba a cabo el Gobierno Federal y que eran más específicos para la región de Tabasco, como el
Plan Chontalpa, pero que evidentemente también afectaron a la zona sur de Veracruz. Cuando
los familiares de los migrantes arribaron, las tierras se regalaban como una propuesta de coloni-
zación en una región casi virgen; fueron estos primeros colonos quienes iniciaron el desmonte
de la selva y la producción de ganado. Un punto interesante es que nunca perdieron los víncu-
los con su lugar de origen y pronto iniciaron el comercio con Morelos y Guerrero, estados con
condiciones más desfavorables para la producción de leche y de queso.
La producción de leche se realiza todo el año, pero se observa un efecto estacional en las
pariciones de los animales; los meses de mayor producción son de junio a septiembre, cuando
se produce entre 30 y 40 % más leche que en la temporada baja, siendo de marzo a mayo la
época de menor producción. La razón de ello es el patrón de lluvias, que influye en la produc-
ción de forraje o pastos, y la base de la alimentación, ya que a los animales sólo se les apoya
con concentrados comerciales en el momento de la ordeña.
Por el tipo de sistema y de ganado, la ordeña es manual y sólo se realiza una vez al día,
por la mañana. La producción promedio en la región es de 4.5 litros de leche por vaca/día; los
volúmenes producidos por rancho son muy variables, de 50 a 150 litros en su mayoría. Escasas
explotaciones producen más de esa cantidad en época de secas; incluso, en algunos casos, la
producción se reduce a 20 litros diarios.
Por su parte, en Nuevo Morelos existen alrededor de 15 queserías; todas producen queso
enreatado para la venta fuera de la región, había más pero algunas cerraron, eso ha permitido
que las otras crezcan en el volumen procesado, actualmente producen de una a tres tone-
ladas diariamente.
Las empresas más antiguas tienen entre 25 y 30 años produciendo con una actividad
económica importante, e iniciaron transformando de 200 a 300 litros diariamente; en algunos
casos fue utilizada la producción de las propias vacas, como una estrategia ante la falta de
mercado para el líquido.
Para su elaboración se requiere mucha mano de obra; las empresas tienen de tres a 35
empleados, dependiendo de la cantidad procesada. Para el proceso de elaboración, la mayoría
son personas contratadas; no reciben cursos y el oficio se aprende de los otros trabajadores,
esos empleados cuentan únicamente con estudios de primaria o menos y no reciben ningún
tipo de capacitación. Por otro lado, los familiares trabajan sólo en la parte administrativa de
Existe una alta demanda de leche y hay competencia entre las queserías por ella. Debido
a esto y a la falta de leche en ciertas épocas del año, los productores se han visto obligados a
hacer uso de la leche en polvo; al parecer, esta situación data de 12 años atrás.
Respecto a asesoría, las empresas que procesan mayor volumen cuentan con un técnico de
Chihuahua que da apoyo en las mejoras de equipo, el cual es adquirido en Torreón. El intercambio
de información entre empresas en muy limitado y sólo se da si hay una relación de amistad.
En relación con la infraestructura, las empresas que procesan menos volumen sólo tienen
tinas de acero inoxidable y carecen de otros aspectos que solicita la SSA, como tipo de
piso, techo, paredes, ventanas y puertas; por otro lado, las empresas que procesan más han
invertido en las instalaciones, de forma que cumplen con todos los requisitos de paredes, piso,
tipo de equipo, etcétera. En particular, una de ellas ha iniciado un cambio muy drástico en
sus instalaciones, con tinas cerradas doble “O”; una más cuenta con un pasteurizador y una
descremadora, entre otros. Un punto a resaltar es que el productor que tiene pasteurizador
menciona que sólo lo utiliza cuando produce Panela; para el resto de los quesos no lo usa, dado
que implica un costo alto. Esas empresas cuentan también con un pequeño laboratorio que es
atendido por una persona egresada de una escuela técnica regional; los análisis realizados son
sobre composición de la leche, células somáticas y acidez.
Los recolectores de leche pertenecen a la misma quesería y van a las rancherías de los
municipios de los alrededores. No existen sistemas de enfriamiento y transportan la leche en
tambos de plástico que no son de calidad alimentaria.
Hay competencia por la leche entre las grandes queserías, incluso con Nestlé, que está
presente en la región aunque, como no hay exigencias en calidad y se recibe leche caliente,
las pone en ventaja sobre la trasnacional.
Los primeros colonos desmontaron la selva en Nuevo Morelos y destinaron el terreno a la pro-
ducción de ganado. Originalmente, sólo para la producción de carne, con el paso del tiempo se
El proceso de elaboración
Las dos empresas grandes usan conservadores en leche que llega muy tarde y las pequeñas
todavía usan cuajo natural. El proceso de hechura comprende:
• Corte de la cuajada.
• Reposo de una noche.
• Desuerado.
• Corte de la masa; se utilizan cuchillos.
• Salado. Varios de ellos utilizan sal gruesa de Michoacán.
• Moldeado.
• Prensado, una noche.
• Enreatado. Una noche; se utilizan reatas de plástico, dado que no hay molde que
dé la forma de la reata; el proceso sigue siendo muy artesanal y requiere mucho
detalle y experiencia.
• Oreado. De dos días a una semana, sobre tablas de madera, en una habitación sin
aire acondicionado o frío, pero con ventanas y puertas con tela de mosquitero.
• Corte. Para hacer piezas con presentaciones en un formato de menor peso.
• Enchilado. Pocas empresas lo hacen o utilizan únicamente chile guajillo hervido
y molido; la mayor parte se produce “natural”, sin chile untado.
• Conservación. Al ambiente fresco o en refrigeración.
Mercado
Nuevo Morelos produce 95 % de queso de reata y sólo 5 % del tipo cotija. Prácticamente toda la
producción es para venta en el exterior. Su mercado es muy localizado, la mayor parte se des-
tina a los estados de Morelos y Guerrero; en un inicio el mercado empezó a partir de vínculos
familiares pero, actualmente, la situación ha cambiado un poco y se ha ampliado a otras ciu-
dades como Atlixco, Cuernavaca, Iguala, Huitzuco, Altamirano, Arcelia y Acapulco. Una pequeña
proporción se vende en Tabasco y en el Estado de México; de manera concreta, a dos compra-
dores quienes dicen mandan alrededor de seis toneladas a Estados Unidos quincenalmente;
así, una de ellas menciona que tiene seis años exportando su producto. Estos intermediarios
Sólo los queseros de mayor producción salen a vender su queso, además de que también
lo compran a otros productores pequeños. Son ellos quienes lo venden directamente a esos
estados; se estima que semanalmente se envían 100 toneladas, las cuales se distribuyen a
intermediarios y tiendas de mercados. La venta con todos los compradores es de palabra y el
producto se da a crédito.
El mercado del queso de reata o cincho es muy localizado. En esa zona, la gente lo pide con
las marcas de la reata; la otra particularidad es que, una vez en el mercado, éste se pinta con
chile debido a la exigencia del consumidor y, si no tiene estas dos características, no se vende
igual. Asimismo, en la zona de Guerrero, otro requisito consiste en que el queso esté más ma-
durado para que tenga un olor más intenso y esté más seco; en esos lugares los distribuidores
lo almacenan 15 días más para que adquiera esas características.
Un punto a rescatar es que este queso no puede compararse con los producidos por las
grandes empresas, ya que tiene un gusto y un mercado muy particulares; tampoco enfrenta
competencia con las queserías de la misma comunidad ya que, si bien toda la producción se
destina a las mismas regiones, existe lo que podría denominarse “lealtad de marca”, aunque
no se cuente con ella; sin embargo, los consumidores ya identifican el gusto de los quesos
y también tienen a sus vendedores identificados. Los productores grandes tienen conoci-
miento de las denominaciones de origen (DO) y consideran que el de reata tiene posibilidades
de obtenerla.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Conclusiones
El queso de cincho o reata (enreatado) tiene como ventajas el ser producido en una zona rica
en recursos naturales y que la convierte en una cuenca lechera, gracias a lo cual se produce
una cantidad importante del mismo, pero tiene ciertas desventajas, como las malas vías de
comunicación para el transporte de la leche, así como la producción estacional que, junto con
la alta demanda, está obligando a los productores a usar cada vez más leche en polvo para su
elaboración, adulterando el producto original. La alta demanda implica también una ventaja,
dado que existe un mercado cautivo y en crecimiento; entonces, los que están interesados en
una DO tendrían que analizar si la innovación les daría ventajas ante un mercado que no exige
etiquetas de calidad distintiva y que quizá no sepa que éstas existen.
La historia del queso cincho o de reata es por demás interesante. Tiene sus orígenes en
un lugar del cual emigraron parte de sus habitantes, que se empezó a producir allá donde se
fueron, pero que al final regresó a su lugar de origen sin que muchos de los consumidores
sepan su deambular.
Desde que se empezó a elaborar en la Unidad de Tecnología Lechera (UTL) en 1977, se em-
plearon cultivos lácticos liofilizados de propagación.
183
La coagulación del queso es enzimática y con leche madurada, y adquiere sus caracterís-
ticas organolépticas aproximadamente al mes o mes y medio de maduración, en cámaras con
equipo de refrigeración.
Debido a sus antecedentes históricos, que se remontan a unas ocho décadas, a la tradición
de hechura, calidad sensorial del producto y buena reputación entre la comunidad de Chapin-
go, en la ciudad de Texcoco y en otros lugares, es muy apreciado y se considera un patrimonio
inmaterial (intangible) de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), que pronto será protegido
por su origen.
Territorio de elaboración
Durante muchas décadas esta cuenca contribuyó al abasto de la Ciudad de México. Con-
siderando el modelo de los ranchos intensivos de esta cuenca, se construyó el establo lechero
de la UACh, que forma parte de la granja experimental “El Ranchito”, debido a sus condiciones
climáticas edáficas e hidrológicas, adecuadas para la producción de alfalfa, forraje clave, en
la que se basa la producción de leche para el ganado especializado (holstein y jersey), con la
que se elabora el queso chapingo. A partir de la década de los noventa, el crecimiento urbano
alrededor de la ciudad de Texcoco redujo las áreas destinadas a la producción lechera, dismi-
nuyendo la producción de esta cuenca.
El eslabón primario del sistema leche-queso chapingo incluye un conjunto de vacas especia-
lizadas que forman parte del patrimonio de la universidad. El hato completo está dividido en
tres subconjuntos, cada uno relacionado con un sistema diferente de producción lechera: el
estabulado, intensivo (el mayoritario con más de 100 vacas productivas), constituido por vacas
holstein de alto registro; el de libre pastoreo con vacas jersey neozelandesas, adaptado a
México, con unos treinta ejemplares; y el hato de vacas holstein de alta producción, en libre
pastoreo en praderas de alfalfa irrigadas, con alrededor de 25 vacas.
La colecta de la leche de cada sistema de producción se efectúa por separado; la del siste-
ma intensivo está integrada directamente a la sala de pasteurización. La de los dos sistemas
de pastoreo se transporta en vehículo y en botes de metal, que la llevan a la plataforma de la
planta lechera para su transformación. Debido a la cercanía de los predios de producción, la leche
que se procesa en la UTL es muy fresca, aunque se maneja “caliente”; el lapso entre la or-
deña y la pasteurización no rebasa las tres horas. La leche procedente de los tres sistemas se mezcla
y, según su volumen (más de 2 000 litros por día), se canaliza o se orienta a varias líneas de
proceso: pasteurización (para dar servicio a los comedores de la Universidad), y elaboración
de yogur y de quesos, entre ellos el chapingo, que se elabora al menos dos veces a la semana
y más frecuentemente en época de vacaciones en la Universidad.
En otro tiempo, cuando la población estudiantil era varias veces menor a la actual, el queso
chapingo se canalizaba a la alimentación de los estudiantes; actualmente se vende porcionado
o no en la tienda de la Universidad, que da servicio al público.
En la granja de la UACh se ejecutan dos ordeños (de 5:00 a 7:30 horas y de 15:00 a 17:00
horas), como sucede en toda la región. Antes de hacerlo, las vacas se colocan en un corral
donde las ubres se mojan con agua a presión. Después, se ponen en la rampa para entrar a la
sala de ordeño; la ubre se masajea y se seca con un trapo.
Las vacas pasan a la sala de ordeño en tándem, donde se inmovilizan con una trampa.
Se les colocan las pezoneras y se les extrae la leche, hasta agotar la ubre. Al último, a cada
pezón se le pone un sellador y las vacas se retiran y regresan al corral correspondiente, en
donde reposan.
La leche con la que se elabora tiene tres orígenes: de la Granja, de libre pastoreo y leche
orgánica de semi-pastoreo. La primera se transporta a la pasteurizadora lenta a través de
tubería de acero inoxidable; las otras dos son transportadas en camioneta, en botes de acero
inoxidable, hasta la UTL.
La leche se recibe en la UTL, en un tanque de doble fondo de 1 000 litros, donde se cuela con tela
fina. La temperatura de la leche de los tres sistemas fluctúa entre 28 y 33 °C, y la mezcla tiene
32 °C en promedio.
Posteriormente, se calienta con vapor de caldera en la tina de acero inoxidable para pas-
teurización lenta, hasta que la temperatura alcanza de 63 a 65 °C, y así se mantiene durante 30
minutos. Después se bombea a un intercambiador de calor de placas, donde se enfría a entre
8 y 12 °C, y luego pasa a las tinas de cuajado, de doble fondo, de acero inoxidable.
La temperatura de la leche se eleva a 32-35 °C con vapor en la chaqueta, agitando para una
mejor distribución de la temperatura.
Asimismo, se le agrega cloruro de calcio, en una concentración de 200 g por cada 1 000 litros.
Agitando la leche, se agrega un cultivo láctico de inoculación directa, que contiene Lactococ-
cus lactis ssp. lactis y Lactococcus lactis ssp.cremoris, en cantidad adecuada para 1 000 litros.
Se agrega cuajo de renina o microbiano, agitando mientras se distribuye. Este paso se hace
a una temperatura de 32 a 38 °C y el cuajado tarda alrededor de 40 minutos. Para cortar la cua-
jada (gel) se emplea una lira vertical de acero inoxidable, a lo largo y a lo ancho de la tina, para
formar “prismas rectangulares”.
El grano se agita durante 30 minutos y se reposa durante cinco a diez minutos; se vuelve
agitar otros 30 minutos, elevando la temperatura a 37-38 °C y se reposa por otros diez.
Después, la cuajada se corta con un cuchillo de acero inoxidable para formar bloques, que
continúan cortándose sucesivamente hasta que alcanzan un tamaño de una pulgada, aproxi-
madamente. Durante el transcurso de esta operación se va eliminando suero paulatinamente;
la pasta fermenta un poco y se le da un texturizado muy ligero (chedarizado).
Recepción de la leche
Pasteurización
Ajuste de temperatura
Adición de CaCl2
Maduración de la leche
Desmenuzado Prensado
Salado Moldeado
Una vez completado el primer tiempo de prensado, se sacan de los moldes y se les cortan
las orillas sobrantes (se desbordan). A continuación se voltean y se someten a prensado nue-
vamente. Después de 18 horas, se retiran de la prensa y de los moldes, se eliminan los bordes
con ayuda de un cuchillo, y se orean durante una hora.
Después de estar en cámara de maduración, se extraen para ser empacados. Si hay abun-
dante hongo (moho) en la superficie, solamente se raspan; si el crecimiento es abundante, las
piezas se lavan y se tallan con una escobeta. Luego, se colocan en la cámara de maduración
para orearlas entre uno y tres días; después, las piezas enteras se empacan al vacío y también
se pueden cortar en porciones. Los pasos principales de hechura de este queso se muestran
en la Figura 27.
Comercialización
El principal agente de soporte para la producción de este queso es la propia UACh, otrora Es-
cuela Nacional de Agricultura (ENA), donde tuvo su origen. La actividad de esta institución, que
apoya su existencia, es la fabricación continua y evaluación del producto por sus propiedades
fisicoquímicas, microbiológicas y sensoriales, y la permanencia de una cantidad limitada para
la venta entre la comunidad universitaria y los clientes conocedores del municipio de Texcoco
y fuera de él, de tal modo que los apoyos para su revalorización y persistencia son endógenos,
sin olvidar a instituciones del entorno con las que ésta se vincula y, por tanto, el producto; tal
es el caso de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS). Una
de las acciones de preservación de este notable producto serán los trámites que efectuarán
las máximas autoridades de la UACh, con el fin de que este queso sea declarado patrimonio
cultural intangible de la Universidad, así como la búsqueda de un mecanismo contra la imita-
ción y la usurpación de su imagen y tradición.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
El reconocimiento de los hatos lecheros co- El aprecio creciente por los productos loca-
mo patrimonio de la Universidad Autónoma les y genuinos, naturales, como este queso.
Chapingo.
La integración vertical de la producción pri- Con base en el prestigio centenario de la
maria, la producción del queso y su Universidad, se puede expandir su mercado.
comercialización.
El saber-hacer que se transmite entre los
empleados que están dentro del sistema de
producción de este queso y que se mantie-
ne al renovarse la plantilla de trabajadores
al completar su vida laboral.
La buena reputación del producto, por sus
características sensoriales y simbólicas.
El interés de algunos actores de la Univer-
sidad de conservar este patrimonio propio.
Es un producto de alta calidad sanitaria,
es inocuo.
Conclusiones
El queso chapingo es un queso mexicano genuino, que por su tecnología rebasa lo artesanal al
ser elaborado con leche pasteurizada y estandarizada, que incluye cultivos lácticos seleccio-
nados y un proceso más o menos estandarizado. Tiene una maduración mínima, lo que permite
el desarrollo de atributos sensoriales y funcionales, lo cual lo hace más apreciado por los consu-
midores habituales, pero que “atrapa” a nuevos consumidores que lo conocen por primera vez,
de donde se evidencia su potencialidad como un producto en el mercado. Por ser elaborado en
un instituto de educación superior, donde se conocen las normas y las buenas prácticas de
elaboración, existe la garantía de que se mantenga siendo genuino, alejado de la posibilidad
de adulteración.
Este queso, elaborado con leche de vacas criollas alimentadas en agostadero, es de pasta
fresca, oreado semi-maduro y madurado. Se presenta en piezas de 750 g, uno y tres kilogra-
mos; su forma es cilíndrica, de 15 a 20 cm de diámetro por 15 cm de altura. Su color exterior es
rojizo (por una capa de chile “colorado”) y la pasta es amarillo-crema; su textura es tajable y al
madurar se torna friable y rallable.
Problemática
193
Zona de producción
Para 1562 ya había mineros establecidos en el valle de la comunidad que se llamaría San-
tiago Papasquiaro, en la región serrana del actual estado de Durango y, ante la necesidad de
mantener el trabajo y la vida comunal, un grupo de peninsulares, utilizando tamemes indíge-
nas, se dedicó a proveer aquellos bienes que no se podían extraer o producir en los nuevos
asentamientos. Estos comerciantes también introdujeron el ganado menor y mayor en la re-
gión, incluyendo el ganado bovino (Brambila et al., 2005).
De esta manera, y como ocurre en diversos territorios agrestes del país, de difícil comunica-
ción y con caminos intransitables en alguna época del año, se tenía que desarrollar conocimiento
que, mediante tecnologías simples, permitiera la conservación de alimentos para aprovechar los
periodos de relativa abundancia y consumirlos durante la escasez. Los quesos maduros, que
conservaban por más de un año cualidades para su consumo, son ejemplo de lo anterior.
Los hatos lecheros de la sierra de Durango son pequeños, de alrededor de 15 vientres en pro-
medio. Los tienen en pastoreo y, actualmente, como consecuencia de la sequía y, por ende,
de la escasez de pastos y de la necesidad de producir queso todo el año, son suplementados
con forrajes de corte secos y alimento balanceado comercial, lo que representa la erogación
monetaria más importante para la explotación.
No hay uniformidad en cuanto a la raza de las vacas que se ordeñan; puede haber criollas,
criollas encastadas con holstein, suizo o jersey. La ordeña se realiza manualmente dos veces
al día y la reproducción es por monta directa; el toro está permanentemente con las vacas y
en ningún caso se utiliza inseminación artificial.
Entre los queseros son amplias, debido a que viven en comunidades pequeñas y los unen
lazos de parentesco.
La del queso de la sierra de Durango es una cadena muy corta en la que el ganadero lechero
y el quesero son el mismo actor y la comercialización puede agregar uno o dos eslabones.
El primer caso es cuando el quesero es el mismo que entrega su producto al intermediario,
quien puede comercializarlo al menudeo y/o al mayoreo; en esta situación el mismo ganadero lo
transporta y adquiere los insumos que necesita para su unidad de producción. Esta opción
es preferida cuando la ranchería está cerca del centro de comercialización; entre sus venta-
jas están que se evita otro intermediario, lo que permite obtener un mayor precio por kilo de
queso. Puede establecerse un vínculo de confianza entre el quesero y el comercializador; se
encontraron casos en los que la relación comercial es mayor a 10 años.
Los utensilios utilizados en el proceso son los básicos y algunos (bateas, por ejemplo)
son elaborados por habitantes de la sierra, con materiales de la región. Entre los principales
implementos que se usan están: coladores, cántaros, queseras, trapos, liras y moldes, estos
últimos construidos tradicionalmente con madera de madroño y de fácil adquisición en diver-
sos establecimientos comerciales de la zona y con artesanos que los fabrican, aunque actual-
mente están siendo remplazados por fragmentos de tubo de PVC, lo anterior con el propósito
de reducir costos y por la facilidad para su lavado.
El ordeño se realiza de forma manual y tiene una duración aproximada de 10 minutos por
vaca, dos veces al día y durante todo el año.
Para el cuajado de la leche se utiliza cuajo natural, también llamado “de cuerito”; el tiempo
es de 30 minutos a 60 minutos, dependiendo del clima.
Posteriormente se hace el quiebre de la cuajada, el cual se lleva a cabo con palo de madera,
lira, cuchara de peltre grande o, incluso, con la mano; se hace mediante movimientos circulares
en el recipiente y tiene una duración de cinco a diez minutos.
Después se realiza el escurrido, para lo cual se utilizan talegas de tela que sirven de filtro
para la separación del suero y la cuajada. Una porción mínima de la cuajada, generalmente la
sobrante de la usada para la obtención de piezas completas de queso, se utiliza para la ali-
mentación familiar; el suero es hervido para obtener requesón y, posteriormente, el residuo es
destina a la alimentación de cerdos; esta fase tiene una duración de 30 minutos.
Después de esto y como se hace tradicionalmente, por uno o dos días, el queso se prensa
con piedras, las cuales ejercen peso y, de esta manera, se extrae el suero restante. Este siste-
ma ha ido evolucionando a prensas de madera dotadas de tornillos que abarcan varios quesos
a la vez y permiten ajustar la presión que se ejerce.
Comercialización
Aunado a lo anterior, el tránsito hacia la Sierra y entre las comunidades en ella estable-
cidas, se ha dificultado por la presencia del crimen organizado, situación que hace que el
transporte de mercancías se realice exclusivamente por personas y en vehículos que pueden
ser identificados.
Con respecto al queso de la sierra de Durango, se carece de proyectos de desarrollo para fo-
mentarlo. A los productores de algunas rancherías de la sierra se les proporcionó, por parte de
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Lento traslado del queso de las unidades de Inseguridad, producto de la presencia del
producción a los puntos de venta. crimen organizado en la Sierra.
Bajo precio del producto. Malas vías de comunicación en la mayoría
de las comunidades.
Altos costos de producción. Es un queso conocido regionalmente, no tie-
ne mercado nacional.
Altos costos para la comercialización. Hay altos índices de migración.
Es un queso conocido regionalmente, no tie- Cambio climático (se ha manifestado con
ne mercado nacional. una sequía prolongada).
Dependencia de la ganadería de insumos
externos.
Dependencia de los comercializadores.
Diversas calidades del queso entre las dife-
rentes unidades de producción.
Se elabora con leche cruda de ganado holstein rústico; se presenta como un cilindro plano,
pequeño, de tal forma que un kilogramo del producto contiene entre dos y siete piezas. Es
de pasta blanda, fresca, tajable o desmoronable y no prensada; por su elevado contenido de
agua, debe consumirse pronto.
En el centro del país se produce una gran diversidad de quesos frescos, de los cuales
uno de los más comunes es el denominado como ranchero. Este tipo se encuentra en el
territorio nacional, aunque su consumo es más alto en el centro del país, dada la demanda
de la Ciudad de México y la cercanía de las zonas de elaboración con los mercados. Prácti-
camente, en cualquier comunidad o ranchería donde se produce leche en pequeña escala se
elabora queso ranchero.
La zona de producción
En el Estado de México se produce principalmente en Jilotepec, que significa “En el cerro de los
jilotes”. Se localiza al norte del estado y cuenta con una extensión de 552. 448 km²; está a una
altura de 2 250 a 3 000 msnm. El relieve de su suelo está dominado por planicies. Es propiamente
205
un valle, pero también tiene zonas abruptas y accidentadas; dilatadas llanuras y variedad de
barrancas, así como cerros estériles y otros con bosques (Huitrón, 1999).
El río principal de la zona recorre el territorio del municipio de Jilotepec; desciende del cerro
de la Bufa, cuyas aguas se almacenan en la presa Danxho, y desemboca en Hidalgo. Existen
otros ríos importantes que terminan en la laguna del Huapango. Muchos otros cruzan el suelo
del municipio, unos con caudal permanente y otros solamente durante la época de lluvias. En
la Figura 29 se localiza Jilotepec, en un mapa del Estado de México.
La agricultura comprende dos tipos de propiedad: la privada y la social, que puede dividirse
a la vez en comunal y ejidal; la mayor producción se encuentra en la propiedad privada. La
producción agrícola se sustenta básicamente en los cultivos de maíz, fríjol y trigo, aunque
también hay alfalfa, cebada, haba, avena, hortalizas y frutales.
Jilotepec siempre ha sido un pueblo con actividad ganadera y fuente de materias primas
para algunas industrias. La ganadería está integrada principalmente por ganado bovino,
productor de carne y leche, porcinos, ovinos, caprinos y caballar; además, la avicultura ocupa
un lugar destacado.
La cantidad transformada por quesería es muy pequeña, de 100 a 600 litros diariamente,
por lo que no existe control de calidad. Sólo se exige que la leche esté libre de impurezas, ade-
más de la medición indirecta por medio del rendimiento del queso, que debe ser de 10 litros de
leche por kilogramo de queso. Las empresas, aunque pequeñas, tienen una noción muy general
del concepto de calidad de leche.
La tecnología usada por estos queseros es muy elemental, algunos cuentan con cierto
equipamiento que ha sido adaptado a sus necesidades, como refrigeradores domésticos, moli-
nos manuales de nixtamal o molinos eléctricos de tolva de 1 HP de potencia. En algunos casos
este equipamiento les permite almacenar la producción de varios días para su posterior venta en
conjunto los fines de semana. Aquéllos que no cuentan con refrigeración venden diariamente
o cada tercer día lo producido.
En este sistema el queso es exclusivamente elaborado por los jefes de familia y sus es-
posas; no se recurre a la contratación de mano de obra externa. Las actividades son muy
compartidas entre géneros; los hombres se dedican de manera primordial a la producción de
leche y las mujeres son las que comúnmente se encargan de la elaboración y venta del queso.
El proceso de elaboración
La elaboración del queso ranchero es muy sencilla e implica poco tiempo y, si bien depende
de la cantidad de leche utilizada, todo el proceso lleva menos de tres horas. En la Figura 30 se
presenta un diagrama general de su proceso.
El mercado
Al ser de tipo “hormiga”, este sistema de comercialización parecería poco relevante; sin
embargo, constituye una contribución económica importante para muchas familias, ya sea
como actividad principal o para complementar otros ingresos, por lo que sus beneficios son
extendidos; no importa lo reducido que puedan ser los montos en cada eslabón de la cadena.
Estas formas de comercialización a muy pequeña escala son un elemento que contribuye
al desarrollo económico regional, de modo que otras ramas de la economía crecen gracias
a su existencia.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
DEBILIDADES AMENAZAS
El queso ranchero de Jilotepec es uno de los más artesanales del país; las mujeres juegan un
papel protagónico, tanto en su proceso de elaboración (a escala familiar) como en la venta. Si bien
es un queso muy demandado, bien pagado y de los pocos que tienen garantía de elaborarse 100 %
con leche de vaca, la nula organización y lo ampliamente difundido en diversas partes del centro
del país limitan la posibilidad de que tenga un futuro diferente al que actualmente se percibe,
en mucho por las presiones normativas, al ser fresco y elaborado con leche cruda. Sin embargo,
a pesar de la pequeña escala, es un generador importante de ingresos para muchas familias.
Se elabora con leche cruda. Es un queso semi-maduro de color blanco amarillento, con una
corteza que va del color café al negro debido al ahumado; tiene forma cilíndrico-plana, su con-
sistencia puede ir de blanda a dura y pesa entre 0.5 y 1.0 kg.
213
Básicamente, el motor que mueve la economía local es la producción quesera, debido a que
el clima es óptimo para esta actividad, que va desde la producción agrícola de pastos y alfalfa
para abastecer el consumo de las vacas, hasta el establecimiento de varios locales comer-
ciales a los costados de la carretera México-Xalapa-Veracruz, para aprovechar la afluencia de
turistas que compran estos productos.
En la región de La Joya, la tradición lechera local se remonta al siglo XIX; inmigrantes europeos
(españoles y, en menor medida, italianos y franceses) con vieja experiencia en la actividad
ganadera trajeron su cultura lechera familiar; además, el aporte de estas culturas fue clave
para la generación de diferentes clases de queso y otros productos lácteos en la región. La
producción láctea de la cuenca de La Joya comenzó a crecer rápidamente en la década de los
cincuenta, debido al aumento en la demanda de la población de la capital de Veracruz, Xalapa.
Sin embargo, esto empezó a cambiar a raíz de la deforestación del Cofre de Perote; el agua
de lluvia se volvió menos abundante, lo que causó una disminución de la carga animal, que
alcanzaba cinco vacas por hectárea en los años cuarenta.
Actualmente, en esta región se produce gran cantidad de queso de diferentes tipos, co-
mo oaxaca (de hebra), fresco, tipo manchego, ahumado, botanero, añejo, etcétera. Para su
comercialización es transportado a distintas ciudades del país, como Xalapa, Puebla, Perote,
Teziutlán, Veracruz y México, etcétera, aunque localmente también se vende una parte de la
producción. Además, en la actualidad se producen los de tipo provolone y gouda en pequeña
escala, a los cuales los productores llaman “quesos finos”.
Por su parte, la aparición del queso ahumado de La Joya es relativamente reciente (se remonta
a 20 años aproximadamente), cuando queseros de la región recibieron un curso sobre un nuevo
método de conservación, “el ahumado”, que además imparte aromas, sabores y texturas caracte-
rísticos. Este curso fue impartido en el municipio de Banderilla; los productores aplicaron este tra-
tamiento al queso fresco que ya producían, y obtuvieron el ahumado con un valor agregado mayor.
La mayoría de los ranchos son propiedad privada (excepto uno que es rentado). En la muestra
estudiada se halló que actualmente los ganaderos de la región de La Joya tienen una edad que
El tipo de ganado lechero más abundante es de raza holstein, pero también hay suizo,
jersey y hasta cebú, y cruzas entre suizo y holstein. Las crías se obtienen por inseminación
artificial, práctica que se efectúa en todos los establos; también se realiza un proceso de se-
lección de las vacas más productivas. El número de cabezas varía; va desde 60 en el rancho
más grande, hasta tres o cuatro con los pequeños productores.
La alimentación del ganado incluye rastrojo y forraje verde como pasto, alfalfa o avena;
se utilizan sales minerales como suplementos alimenticios. Se emplean cercos eléctricos de
alambre para proteger al ganado y bardas de piedra para dividir los terrenos de diferentes due-
ños. El número de vacas totales (incluye las novillas de remplazo, vacas secas) varía entre 7 y
90, con un promedio de 34 por ganadero; de las cuales 18, en promedio, se hallan en lactancia.
La ordeña se da todo el año y se realiza dos veces por día, una por la mañana y otra por
la tarde. El método es mecanizado, con ordeñadora portátil; sin embargo, existe también el
ordeño manual (más utilizado por los pequeños ganaderos). El volumen de leche por productor
varía desde unos 20 hasta 1 000 litros al día. El promedio es de 283 litros por ganadero, con
una cantidad diaria de 15 - 20 litros por vaca.
En la región los productores de queso tienen una edad aproximada de entre 35 y 60 años,
y el grado de escolaridad de la mayoría es de nivel medio superior. Los hijos de los dueños en
casi todos los casos han terminado sus estudios universitarios o los están cursando; sin
embargo, casi ninguno de ellos se ha especializado en algo relacionado con la producción de
leche, ni de queso, lo que implica un riesgo con respecto a la permanencia de las queserías
en futuras generaciones.
Hace aproximadamente 15 años, los productores se dieron cuenta que era necesario unir
fuerzas para mantener y aumentar la venta de sus quesos; teniendo en mente esta preocupación
común, se inició un proyecto para la construcción de una planta colectiva. Esto permitiría bene-
ficios no sólo en la disminución del gasto en insumos, sino también al facilitar la creación de una
marca colectiva representativa de la región; sin embargo, hasta la fecha esto no ha funcionado.
La leche recién ordeñada llega cruda a las queserías a una temperatura de aproximadamente
30 °C, que por lo regular es la adecuada para que se lleve a cabo el cuajado.
Posteriormente, para llevar a cabo el cortado, con un cuchillo se comprueba que el cuajado
sea el correcto y se procede a cortar el gel utilizando liras. Para el manejo del grano se deben
mover, dentro del suero, los pequeños trozos de cuajada generados durante el corte. Generalmente
tarda entre de 5 y 10 minutos.
Posteriormente, se obtiene una masa que se revuelve y se desmenuza con las manos o mecá-
nicamente en un lapso de cinco a diez minutos. El objetivo es mezclar mejor la sal con la cuajada.
También se realiza el molido de la cuajada, para lo cual se utiliza un molino eléctrico, aun-
que en las queserías más pequeñas esto se realiza manualmente. Luego sigue el amasado, el
cual se lleva a cabo para compactar la masa molida; esto se hace en mesas o tinas de acero
inoxidable en un lapso de dos a tres minutos.
Ya una vez en los moldes, se deja reposar de dos a tres horas para la eliminación del suero
y se desmolda manualmente para así pasar al ahumado, para lo cual se emplea aserrín o viruta
de madera de especies locales, como pino y encino. Cierta cantidad de quesos ya oreados se
colocan en el ahumado y se cubren con un cartón; luego se ahúman hasta lograr un color ámbar.
Después de esto, se deja reposar durante dos horas, al ambiente, para que se seque y
enfríe, y se envasa en películas plásticas adheribles, aunque en las queserías más pequeñas
se deja al aire libre. Finalmente, se etiqueta manualmente y con las etiquetas propias de cada
quesería. Se conservan 15 días sin refrigeración, a temperatura ambiente (alrededor de los 15 °C),
sin afectación sensorial visible.
Comercialización
Los quesos que se venden principalmente en los comercios de la región son el fresco y el oaxaca
o de hebra; también, aunque en menor proporción, el ahumado y el botanero se encuentraron
prácticamente en todos los expendios encuestados. Sin embargo, en algunos se hallan otros, co-
mo el queso añejo, el provolone, el gouda y el panela, entre otros. Los establecimientos no sólo se
dedican a la venta del queso, sino también a otros productos de la región, como pan de nata, pay de
queso, flanes y gelatinas, además de refrescos, frituras, café, tortas, dulces y en algunos también
abarrotes. En otros sitios también ofrecen derivados lácteos, como yogur, crema y requesón.
Algunos de los productores reciben apoyos de SAGARPA, por medio del Programa de Estí-
mulos a la Productividad Ganadera (PROGAN) y de PROCAMPO, como crédito y apoyo técnico.
Por su parte, la SSA también está presente, realizando visitas a los queseros; la intención es
mejorar la calidad e inocuidad de los quesos.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Características sensoriales del producto y Fama del producto por su calidad ligada al
tecnología en la elaboración que lo distin- origen.
guen de los demás quesos: “tipicidad del
queso ahumado”.
La zona de elaboración es esencialmente Existen mercados grandes, como las ciuda-
productora de leche, por lo que la materia des de Puebla, Xalapa y el Distrito Federal,
prima está disponible. donde aún no se ha incursionado.
La Joya se encuentra ubicada a un lado de la Existen apoyos por parte del gobierno para
carretera a Jalapa, por lo que queda de paso los productores organizados.
para los turistas, permitiendo el acceso de
clientes.
Experiencia, por los años que tienen elabo- No existe competencia cercana en la elabo-
rando ese queso. ración de queso ahumado.
Por la cercanía de la producción lechera se Se cuenta con una planta común para la pro-
obtiene la materia prima a menor costo. ducción de queso y sus derivados.
DEBILIDADES AMENAZAS
Falta de capital para invertir y aumentar la Una nueva vía de comunicación que lleva a
producción. Xalapa, está reduciendo la circulación de los
turistas por esta comunidad.
Falta de capacitación e intercambio de co- Con la adopción de tecnología moderna se
nocimientos entre los mismos queseros. puede perder la originalidad que caracteriza
a este producto.
Conclusiones
Es urgente enfrentar el problema actual que existe sobre la inocuidad de este queso. Se puede
empezar con la implementación de buenas prácticas pecuarias, como la sanitización correcta
de la ubre durante el ordeño y de los instrumentos utilizados; también, con una limpieza ade-
cuada del lugar y de los mismos trabajadores.
Asimismo, es muy importante la búsqueda de una figura de protección para el queso ahu-
mado de La Joya, como puede ser una marca colectiva territorial; sin embargo, el camino por
recorrer para lograr este grado de reconocimiento es muy largo ya que, como se ha mencionado,
el sistema de producción de las queserías es muy deficiente, no sólo en lo que concierne a la
calidad de la leche utilizada, sino también por la higiene y lo inadecuado de las instalaciones.
Desafortunadamente, la mayor limitante es la falta de una organización realmente cohesionada
de los productores, capaz de realizar acciones colectivas eficaces en pro de este queso original.
Se elabora con leche cruda. Es blanco, fresco, de forma cilíndrica aplanada, tiene una consis-
tencia blanda, con peso de 100 a 250 g. Se produce en el estado de Puebla, en el municipio de
Chiautla de Tapia (Figura 32). La ganadería es familiar y de pastoreo en agostadero serrano,
con ganado criollo y cruzado con cebú.
Un recorrido por Chiautla de Tapia permite reconocer un panorama quesero enmarcado por
una creciente oferta en el municipio, y una demanda que se ha conservado constante a través
de los últimos años. Esta situación ha derivado en una menor participación en el mercado para
la mayor parte de los queseros, una menor rentabilidad y, en consecuencia, ha sido un elemento
que ha desestimulado esta actividad. El crecimiento de la oferta se ha favorecido por múltiples
aspectos; entre ellos se encuentra el incremento del inventario bovino en el municipio en
los últimos años, lo cual se debe a la conversión productiva que han realizado los habitantes
rurales hacía la ganadería, en buena medida por la flexibilidad que ofrece, pero también por la
implementación de un conjunto de programas federales y estatales, consistentes en entrega de
ganado a las comunidades campesinas.
223
Otros aspectos que han favorecido una mayor oferta de queso se vinculan con la ausencia de
cadenas que planteen alternativas para el procesamiento de la leche que se produce en la región
y la ausencia de mecanismos de protección al conocimiento asociado a la elaboración del queso
fresco y del añejo de Chiautla. La demanda no ha logrado crecer por el aislamiento geográfico del
municipio y el mal estado de las vías que lo comunican con regiones vecinas.
La producción del queso fresco y del añejo se concentra en el municipio de Chiautla de Tapia,
Puebla; sin embargo, su elaboración se extiende a las poblaciones de Huehuetlán, Tepoxmatla
y Quebrantadero, en el mismo estado, así como en el municipio vecino de Pilcaya en el estado
de Guerrero. Su origen se remonta a un poco más de cien años; al parecer surgió de manera
paralela en varios ranchos de la región, como un mecanismo de aprovechamiento y conser-
vación de la leche que se producía en las ganaderías que allí se ubicaban. A pesar de que el
objetivo de estos sistemas de producción era la reproducción y el engorde del ganado, durante
el periodo de lluvias se registraba un excedente de leche que era aprovechado para elabo-
rar el queso, además de ser una estrategia para amansar a los terneros que nacían de manera
concentrada durante esos meses. Así, las lluvias que iniciaban en julio y se extendían hasta
mediados de octubre, permitían que los pastos brotaran y crecieran, y se generaba un espacio
propicio para que las vacas parieran. En estos meses los integrantes de las familias emigraban
hacia los ranchos para producir el queso fresco e iniciar la maduración del añejo. La producción
de los derivados de la leche se destinaba al autoconsumo; sólo si se contaba con altas canti-
dades se vendían algunas unidades en el mercado, especialmente durante la Semana Santa.
Aunque existen indicios del surgimiento del queso en Chiautla, no sucede lo mismo cuando
se trata de esclarecer la forma como inició o se trasmitió el saber-hacer en las otras pobla-
ciones. Los testimonios de diferentes personajes asociados a la historia de estos quesos
muestran que, por efectos de la Revolución Mexicana, el señor Jesús Tapia Vergara, oriundo
de Mixquecingo, Puebla, tuvo que trasladarse a Pilcaya, Guerrero. Al parecer, en esta época,
finales de la primer década y principios de la década de los veinte del siglo pasado, éstos ya se
elaboraban en el rancho del señor Tapia Vergara. Posteriormente, él y su esposa se trasladan
a Chiautla y empiezaron la construcción de su casa, la Quinta Suriana, la cual finalizó en 1936.
En Chiautla de Tapia, Puebla, la mayor parte de los ganaderos cuentan con sistemas de pro-
ducción orientados a la reproducción y engorde. Esta alternativa tiene como objetivo la venta de
ganado en pie, lo que resulta importante porque marcó la base para el surgimiento del queso
fresco y del añejo desde hace aproximadamente 100 años. Con el paso del tiempo, la necesidad
de contar con ingresos permanentes permitió la exploración de la ganadería de doble propósi-
to por parte de algunos productores; esta alternativa también brindó la posibilidad de elaborar
los quesos típicos de Chiautla durante todo el año. Aunque la producción lechera ha surgido,
es el ganado de engorde el que continúa predominando en el municipio.
Existen dos grupos identificados de productores de leche, los que cuentan con siste-
mas de producción de doble propósito y alimentan a los animales por pastoreo durante la
mayor parte del año, y los que funcionan en el esquema estabulado. El primero se caracteriza por
contar con espacios para el pastoreo, mientras que el segundo dispone del ganado concentrado
en corrales; en este último se identifican varios productores localizados en la zona urbana de
Chiautla. La ganadería que predomina es de cruce F1 de holstein con razas como cebú, suizo
o simmental.
Es necesario resaltar que en sólo dos de las 13 queserías estudiadas no se realiza la venta
directa al consumidor, por lo que se tiene que recurrir a la intermediación en el proceso de co-
mercialización. Las dos queserías que se encuentran en este esquema corresponden a las
de mayor capacidad de producción. Las unidades de producción artesanales venden el producto
en la misma casa donde ocurre la producción y algunas cuentan con un punto de venta en la pla-
za de mercado. Los queseros identificaron que las relaciones con los clientes se han establecido,
en promedio, desde hace 13 años. Los consumidores son principalmente habitantes de Chiautla
de Tapia, quienes compran el queso fresco y el seco para elaborar diferentes platillos típicos del mu-
nicipio. Se reconoce además que las ventas se incrementan durante los fines de semana cuando
arriban al pueblo algunos nativos de Chiautla de Tapia, Puebla, que trabajan fuera de la población
entre semana. Las mejores temporadas del año para la comercialización se registran en Semana
Santa, especialmente por la vigilia; también son importantes las temporadas de vacaciones en
mitad de año y en diciembre.
La integración horizontal está ligada a los procesos organizativos entre los actores de un
mismo eslabón. En el caso particular de la cadena de queso fresco y queso añejo de Chiautla de
Tapia, se evidencia una marcada ausencia de asociatividad entre los queseros, situación que se
da en buena medida por las restricciones del mercado y el alto grado de competencia. Este tipo
de relaciones horizontales sólo se identifican en la Asociación Ganadera de Chiautla, que realiza
Como se ha explicado, el queso fresco y el seco o añejo de Chiautla de Tapia surgieron como
estrategia de los ganaderos para aprovechar los excedentes de leche que se producían duran-
te la temporada de lluvias y para “amansar a la becerrada”; los integrantes de las familias se
desplazaban hasta el hato a “ranchear”. A medida que las vacas se ordeñaban y se recogía la
leche, los integrantes de la familia la iban procesando en queso fresco; éste se almacenaba y,
después de varios días y hasta meses, la maduración lo transformaba en seco. El ordeño tam-
bién permitía amansar a los terneros que nacían de manera concentrada en estos meses de
temporal; el temor del animal recién nacido por los humanos era perdido cuando el ordeñador
se aproximaba a la vaca sólo para extraerle un poco de leche y, de lo contrario, el becerro se
hacía adulto sin tener contacto con la gente, echándose a correr a la montaña cuando veía a
alguna persona. Las lluvias se convertían entonces en un sustrato de vida donde los pastos
germinaban, las vacas parían, se elaboraba queso fresco y, con la maduración, el seco.
Para elaborar el queso, la leche del ordeño se vertía en bateas de madera; allí, la leche se
enfriaba y posteriormente parte de la crema (nata) se extraía por cuchareo. La crema se vertía en
recipientes de apaste (cajetes de barro) y allí se fermentaba para su posterior uso en diversos
platos típicos. Para curar las artesas de madera donde se adicionaba la leche para su descre-
mado, previamente se realizaba un lavado con sal y suero caliente. Una vez que la leche se des-
cremaba parcialmente, entonces se le adicionaba el cuajo natural. Éste se preparaba empleando
Es necesario resaltar que todos los productores estudiados conservan la tradición de preparar
y emplear el cuajo natural (de “cuerito”) para elaborar los quesos genuinos de Chiautla de Tapia.
Una vez coagulada la leche, la cuajada se corta con la mano, se deja desuerar un poco y se
pasa por un lienzo para separarla. En el mismo lienzo se talla y aplica presión con las palmas de las
manos, lo que permite escurrir la mayor parte del suero y reducir su tamaño. Una vez que
está seca y que se ha logrado adelgazar el grano, se adiciona de nuevo a las artesas de madera
para incorporar la sal de San Pedro. Este mineral se obtiene de las minas que se encuentran en
la región; su uso resulta indispensable para lograr el sabor adecuado y evitar que el queso seco
se “pique” durante la maduración. Esta sal tiene cristales de gran tamaño; en consecuencia, se
debe moler de manera previa a la adición a la cuajada.
El salado hace necesario un nuevo amasado; esto permite una adecuada distribución en el
producto, al tiempo que mejora la textura y la dureza de la cuajada. El punto de la cuajada se
reconoce cuando al hacer una bola de unos 15 centímetros de diámetro y tirarla desde una altura
de unos 40 o 50 centímetros, ésta no se desintegra. En este punto se hacen bolas de diferentes
tamaños y se rodean con cincho, para darle forma al producto. Recientemente se ha cambiado
la correa de cincho por moldes de lámina. Esta alternativa facilita el moldeado del producto y
reduce costos de elaboración.
Comercialización
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Reconocimiento del anclaje territorial y va- Condiciones para fortalecer el queso fresco
lor patrimonial de los quesos genuinos de y seco de Chiautla de Tapia mediante pro-
Chiautla de Tapia. cesos de diferenciación y revalorización de
su tradición.
La Asociación Ganadera de Chiautla de Tapia Apoyo del actual gobierno del estado a la
genera un espacio de integración entre la promoción de productos artesanales.
ganadería y la actividad quesera (la mayor
parte de queseros tiene ganado).
Cercanía geográfica con grandes
centros urbanos del país, que favorece la
comercialización.
La inocuidad y el alto valor nutricional de los
quesos de Chiautla de Tapia.
DEBILIDADES AMENAZAS
Conclusiones
En Chiautla de Tapia, se identifican dos quesos genuinos, el fresco y el seco o añejo; éstos
se elaboraban sólo en el periodo de lluvias, como un medio para aprovechar los excedentes de
leche que en esos momentos se producían y para amansar a los terneros. Sin embargo, en los
últimos 25 años se comenzaron a elaborar durante todo el año, lo que sucedió en buena medi-
da por el cambio del ganado, desde el tradicional propósito de carne a uno de doble propósito,
así como por el cambio de nutrición. Esta situación se unió a la conversión productiva y a un
conjunto de programas estatales y federales que han entregado ganado a las comunidades
campesinas en los últimos años; sin embargo, este panorama se ha conjugado con la ausencia
de medios que permitan proteger el saber-hacer asociado a las técnicas de elaboración de
estos quesos típicos de Chiautla de Tapia.
En consecuencia, hoy se identifica una cantidad creciente de queseros, los cuales han pro-
liferado por el aumento del inventario bovino de doble propósito y la ausencia de otras cadenas
productivas que permitan la comercialización de la leche; por lo tanto, los ganaderos han termi-
nado produciéndolos en un mercado que no ha crecido, en buena medida por el mal estado de
las vías, aspecto que dificulta la llegada de turistas y la salida de los derivados de la leche hacia
otros mercados.
El panorama se ha vuelto más complejo entonces por la saturación del mercado local de queso
fresco y añejo; las bajas utilidades para la mayor parte de los queseros han desestimulado la
actividad, al punto que varios ganaderos están considerando retornar a la ganadería de engorde.
Por otra parte, la valoración microbiológica y bromatológica de los quesos permitió identificar
su inocuidad y alto valor nutricional. Estos elementos, asociados a las virtudes sensoriales de
los mismos y al reconocimiento de su calidad por parte de los habitantes de Puebla y Atlixco,
permiten considerar la importancia de recuperar estos mercados, que fueron establecidos ya con
éxito desde hace ocho décadas.
El producto se hace con leche cruda de ganado de doble propósito que pasta libremente en
potreros con pastos naturales o introducidos. Actualmente se elabora por cuajado enzimático
de leche cruda de unas cuantas horas, producida y colectada durante la mañana, ya que en la
región de origen sólo se practica una ordeña en el sistema lechero productor. Considerando el
tipo precursor, el origen de este queso data de varias décadas, pero en su versión innovada en
la cual se utiliza hielo su hechura se remonta a unas tres décadas.
Por su alta humedad y baja acidez (relativamente alto pH), es muy perecedero, por lo que
durante su desplazamiento en el mercado debe permanecer en cadena de frío; su vida de
anaquel no es muy prolongada, de sólo algunos días, y en refrigeración. Su pasta es de alta
humedad, tajable, prensada ligeramente, blanda, de color blanco y de baja acidez. Se presenta
como un cilindro plano, con diámetro aproximado de 26 cm y talón (altura) de 13 cm y con un
peso que varía entre seis y ocho kilos. Para su conservación, se suele mantener en cadena de
frío y generalmente se consume fresco.
235
Territorio de elaboración
Veracruz destaca en la producción lechera nacional, siendo el estado con clima tropical que
más produce leche de bovino en el país. Aproximadamente 50 % de la superficie de ese estado
se dedica a la ganadería de carne, de leche o de doble propósito; para fines de ubicación de la
actividad ganadera, en el estado se consideran tres regiones: norte, centro y sur. En la zona
centro destacan algunos municipios, como Tierra Blanca (principalmente la Congregación
Joachín), Tlalixcoyan en la cabecera municipal, y comunidades de Paso Carretas, Piedras Negras
e Ignacio de la Llave (Figura 33) que producen leche con ganado de doble propósito, en
libre pastoreo, que se destina principalmente a la elaboración de quesos artesanales, desta-
cando el Queso Jarocho, de leche cruda.
La región natural de este queso se caracteriza por poseer un clima tropical húmedo, con
extensiones planas o de ligero lomerío, con vegetación muy propia, como arbustos, pastos
nativos, palmeras, caña de azúcar y algunos árboles frutales, como por ejemplo cítricos, que
contribuyen a crear un paisaje tropical muy característico.
Su origen no está documentado, pero por información oral se sabe que al menos tiene unos
30 años de elaborarse según su proceso actual, aunque seguramente muchas décadas como
queso artesanal rústico, ya sea fresco u oreado. Un rasgo de gran innovación en la historia del
mismo fue el empleo de hielo durante su elaboración, con el propósito de conservar mejor la
cuajada y aumentar su rendimiento.
En los tres municipios mencionados: Tierra Blanca, Tlalixcoyan e Ignacio de la Llave, se ubi-
can al menos unas 30 queserías artesanales que elaboran varios tipos de queso, principal-
mente fresco, destacando el jarocho. Las queserías de nivel artesanal son aprovisionadas
con leche cruda procedente de numerosos ranchos, que producen según el sistema de
lechería extensiva. En ellos, los hatos de doble propósito están constituidos generalmente
por ejemplares cruzados de ganado cebuino, de distintas razas, con ganado europeo (en
donde predomina el pardo suizo); se trata de ranchos que producen entre 50 y 300 litros de
leche por día. No hay una rutina de ordeño, no se emplea pre-sello, ni sello de los pezones,
y el manejo higiénico de contenedores y del mismo ejecutante no son estrictos. La leche
obtenida se maneja en contenedores de metal y otros materiales, y permanece “caliente”
durante toda la colecta. Para el transporte se utilizan camionetas de carga de diferentes
tonelaje que recorren la tradicional ruta de leche en el trópico, “rancheando” en lapsos que
van de dos a seis horas, en caminos que distan mucho de ser pavimentados y modernos.
La leche que se emplea se obtiene generalmente por ordeño manual. Las vacas, de doble
propósito, se ordeñan por la mañana. El hato por ordeñar se concentra en un corral donde
se efectúa la extracción de la leche (con apoyo del becerro), como ocurre normalmente en el
sistema de rejeguería; no se sigue un procedimiento tecnificado. Después de la estimulación
de la madre por parte del becerro, éste se aparta y se procede al ordeño.
En la Figura 34 se muestran los pasos genéricos para elaborar el queso jarocho de Veracruz.
Por cada 100 litros de leche, a una temperatura cercana a los 30 ºC, se agregan 11 mL de cuajo
microbiano con una fuerza de 1:25 000; también se puede incorporar cuajo de ternera, con una
fuerza de 1:10 000; es necesario agitar bien para distribuir bien el cuajo. Se reposa hasta que la
Posteriormente se lleva a cabo el cortado del gel, al que los procesadores llaman “rallado”,
que consiste en un cortado grueso de la cuajada con el agitador y la subsecuente agitación
lenta, durante aproximadamente cinco minutos.
Después se continúa con el primer reposo, donde la cuajada se deja sedimentar, lo cual
se logra en aproximadamente 10 minutos; durante este paso, el gel experimenta ya la exuda-
ción de suero. Se procede así al agitado/quebrado, que consiste en fragmentar la cuajada en
porciones pequeñas, un tanto irregulares, que facilitan la pérdida de suero por agitación; la
operación dura unos cinco minutos. El segundo reposo se hace durante cinco minutos, tiempo
suficiente para que la cuajada sedimente y se separe completamente del suero sobrenadante.
Primer desuerado. Se coloca en la superficie de la tina de cuajado una malla fina de plás-
tico, que se va sumergiendo lentamente con una cubeta para separar el suero de la cuajada
sedimentada. Se retira todo el suero posible sin comprimir la masa.
Se hace un tercer reposo de unos cinco minutos, tiempo suficiente para que la cuajada
sedimente y se separe del suero sobrenadante. A continuación, se realiza un segundo de-
suerado. Para ello, la malla fina se coloca de nuevo y se procede a hacerlo, según lo explicado
anteriormente; en esta fase la pasta se desuera completamente. Posteriormente, se le agrega
sal y se mezcla con la mano para distribuirla completamente en toda la masa.
Se procede entonces al moldeado, para lo cual se usa un molde (de 28 cm de diámetro por
19 cm de alto) con agujeros, que sirve como medida de cantidad de cuajada porcionada por pie-
za, al que se le coloca una manta. Luego, se pone la cuajada con todo y manta en una cubeta
de plástico de 20 litros de capacidad, a la cual se le hicieron agujeros para facilitar la salida del
suero. Después de que se envuelve bien con la manta, se le coloca encima un disco de acero
inoxidable, también con agujeros; posteriormente, encima del disco se pone otra manta a la
cual se coloca una nueva pieza presionada con otra cubeta más pequeña. Por último, se le
pone también un disco de acero inoxidable encima.
A los dos quesos colocados en cada cubeta de plástico o de acero inoxidable, se les coloca
encima una prensa de concreto cubierta con acero inoxidable, que pesa aproximadamente 20 kg;
se prensan de 40 minutos a una hora. Pasado el tiempo de prensado, se les retira la prensa y
el molde, así como los bordes que se desprenden.
Calidad fisicoquímica
Comercialización
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Recursos naturales, locales adecuados para Creación de una imagen regional de este
la ganadería extensiva. queso, que se está extendiendo.
Vocación ganadera en la región desde hace La revalorización de productos artesanales en
décadas. México, entre ellos los quesos tradicionales.
Oferta de leche para las queserías, aunque Cierto interés de las instituciones para contri-
estacionalmente variable. buir al rescate de los productos artesanales.
Conclusiones
El queso jarocho de Veracruz resulta notable porque siendo del trópico, elaborado con leche
cruda de ganado de doble propósito, presenta una pasta de alto contenido de humedad y exige
una conservación muy controlada, en cadena de frío; sin este apoyo tecnológico resulta un
producto muy vulnerable ante los agentes físicos de su entorno. Según los análisis de caracte-
rización, es muy susceptible de categorizarse como no inocuo, por sus cuentas de microbiota
normal y objetable, lo cual implica un problema frente a la aplicación de normas estrictas,
como la NOM-243-SSA1-2010. Ante esto, se requiere intervención interinstitucional para apoyar
su sistema productivo, para mejorar sus prácticas productivas y contribuir a su permanencia
en el mercado.
Se elabora con leche cruda y/o pasteurizada. Va de fresco a semi-maduro y su color puede ir
del blanco intenso al amarillento; tiene forma circular, la consistencia es blanda o semidura y
se elabora en piezas que van de 250 g a 1.0 kg.
Se trata de lechería familiar cuyos ganaderos utilizan vacas holstein de buena productivi-
dad y calidad genética. El sistema se desarrolla totalmente en estabulación, en el traspatio de
las casas, con hatos que van de tres a 60 vacas en producción.
La población de Chipilo es una comunidad constituida por inmigrantes de origen italiano, que
al llegar a México recibieron 6 ha de tierra por familia; sin embargo, estas tierras eran inférti-
les, lo cual no les permitía dedicarse completamente a la agricultura; esto, aunado a su poca
sociabilidad con las comunidades aledañas, les permitió desarrollar la ganadería y conjuntamente
245
la elaboración de productos lácteos y cárnicos que poco a poco adquirieron fama por su calidad,
en la ciudad de Puebla y sus alrededores.
Estos colonos tenían el conocimiento para elaborar el “schek” (queso fresco, en dialecto
Véneto) en su bagaje. Se trata de un queso casero que fue el único que se incorporó a su
gastronomía en su nueva patria. Se cree que el schek es el antecesor de los que ahora se
producen en la población de Chipilo.
Los productores de leche se han dedicado prácticamente toda la vida a esta actividad; su
edad promedio es de entre 45 y 65 años y generalmente presentan niveles de escolaridad ba-
jos. Los productores son dueños de sus fincas en 99 % de los casos; el tamaño de éstas es muy
heterogéneo, ya que varía con una población que va desde dos vacas hasta otros que tienen
más de 150. El tipo de ganadería que se ejerce en esta comunidad es intensiva en 10 %, la que
cuenta con un terreno destinado exclusivamente para el ganado, y 90 % de traspatio o familiar.
Es en este caso donde existe competencia por el espacio, ya que los animales se encuentran
compartiendo el mismo predio con la familia y están limitados precisamente por esta área,
lo cual hace que en estas condiciones los hatos sean pequeños.
Los tamaños de las fincas van desde pocos metros cuadrados hasta una hectárea de te-
rreno dedicada a la producción de leche; en algunos casos se incluye la producción de pollos,
becerros, conejos o cerdos de manera ocasional y muy poco importante.
La raza utilizada en la zona es holstein y las novillas para remplazo se obtienen de la mis-
ma finca, por inseminación artificial, y en pocos casos utilizan la monta natural.
La producción media de la zona varía entre 10 y 12 litros/vaca por ordeña, y en todos los
establos realizan dos ordeñas.
Los recolectores de leche provienen de las zonas aledañas, como San Pedro Tonanzintla
o Atlixco. En la mayoría de los casos la recolección se lleva a cabo una vez al día, en general
por las mañanas, recolectando la leche de los dos turnos, de la mañana y de la tarde anterior.
Dado que no existe ninguna clase de contrato, la relación de los queseros con éstos es
muy informal, además de que no dura mucho tiempo; en algunos casos puede ser de algunos
meses o de dos años como máximo, debido a que suelen existir inconformidades, pues los
recolectores suelen ser impuntuales en la recolección y en el pago de la leche.
En Chipilo, existen ocho queserías que procesan aproximadamente 8 500 litros por día; no
son muy antiguas, pues en promedio datan de 20 años; sin embargo, la elaboración del queso
es una actividad que se realiza prácticamente desde que se formó esta comunidad, por lo que
es una herencia que ha pasado de generación en generación y que también se ha ido combi-
nando con las técnicas mexicanas de producción.
Los dueños de las queserías son originarios de esta comunidad; todos son de ascendencia
italiana. No cuentan con registros ante la SHCP, pero sí son regularmente visitados por la SSA.
En las miniplantas donde se comparte la propiedad con los hijos destaca de manera inte-
resante que éstos tienen estudios universitarios; sin embargo, la actividad les ha atraído más
que sus propios estudios, por lo que se han especializado en el negocio, a tal grado que van
sustituyendo a sus padres de manera gradual.
Los controles de calidad realizados no son amplios; únicamente revisan que la leche no
esté ácida y produzca buen rendimiento en queso, lo cual es una manera indirecta en la que ellos
determinan que no existe adición de agua. Establecen de cierto modo una relación de confian-
za con sus proveedores y, en lo posible, tratan de conservarla.
Entre las funciones que tiene esta institución para sus socios está el tramitar apoyos del
gobierno federal y estatal (específicamente están trabajando con el Programa de Activos-Pro-
ductivos, de SAGARPA, 2008), y expedir guías de movilización y constancias de ganaderos, al
funcionar como organismo certificador zoosanitario; también busca conseguir mejores precios
de insumos y alimentos balanceados para los socios.
El resto de los ganaderos no están asociados y la interacción entre ellos consiste única-
mente en el intercambio verbal de información técnica y, más frecuentemente, con sus fami-
liares y vecinos cercanos.
En lo que se refiere a los queseros, la relación es considerada por ellos como inexistente
porque no hay intercambio de información; sin embargo, las encuestas revelaron que sólo uno
de ellos piensa que sí existen ventajas por estar asociados y por unificarse como un solo sec-
tor. Curiosamente, quien piensa de esta forma es el que tiene el más alto nivel de escolaridad
de todos los dueños de las queserías. Se observó que la idea de compartir conocimientos era
algo impensable, debido a que se guarda mucho recelo a este aspecto.
En lo referente a los comercializadores, existen queserías que tienen sus propias expen-
dedoras de lácteos. Entre ellas la relación es prácticamente inexistente, no tienen actividad
conjunta y se limitan a distribuir; únicamente en las ocasiones en las que no cuentan con el
suficiente producto, mandan a los clientes a otras tiendas cercanas para que se puedan
abastecer y sólo uno menciona que compra el producto que le falta en otra tienda de la
misma comunidad.
En cuanto a las relaciones de los productores de leche con los queseros, se puede decir que
las queserías reciben la leche caliente y bronca para proceso. De las ocho que están presentes
en la comunidad, sólo cuatro procesan la leche que ellos producen en sus establos, dos traba-
jan con la proveniente de comunidades cercanas, una trabaja con la de su establo, combinada
con leche de la región, pero no de Chipilo, y la última que es la más grande en volumen proce-
sado, con siete establos de Chipilo y con la leche propia.
Lo anterior indica la mala relación que existe entre productores de leche y queseros dentro
de la comunidad y ambos sectores confirmaron esta mala relación. Además entre las que-
serías también reconocen llevar una mala relación y no existe intercambio de información
técnica entre ellos.
En cuanto a la relación de los queseros con las comercializadoras, no hay mucho que decir,
puesto que las propias queserías se encargan de realizar la distribución de su producto, ya
sea mediante sus expendios o con la venta al mayoreo, por lo que estas relaciones pueden
calificarse como meramente comerciales y puntuales.
En Chipilo se producen cuatro quesos artesanales mexicanos: el fresco o tipo chipilo, el bota-
nero, el oreado y el envinado, pero todos tienen como base el fresco; por lo tanto, el proceso
que se va a describir es el de este último y al final se señalarán las variantes para los demás,
a los que posteriormente se les da un tratamiento particular, según sea el caso.
Después de cortado el gel en pequeñas fracciones (el “grano”), que en lo posible deberán
tener el mismo tamaño, liberarán el suero y aumentarán su densidad, sedimentando en la
tina; a este proceso se le conoce como sinéresis y empieza en el cortado del gel y, en algunos
casos, puede terminar hasta el consumo del queso.
El trabajo y tratamiento del grano se efectúa mediante manipulación mecánica suave, para
separar los “cubos” de gel que intentan reagruparse; el objetivo es que se pueda liberar aún
más suero y lograr una mejor cohesión de la cuajada.
El desuerado para este tipo de queso se realiza empíricamente, cuando se considera que
el grano está en el punto adecuado para obtener cierta consistencia y textura.
El proceso básico para la elaboración del queso botanero es el mismo que para el fresco,
pero la adición de los otros ingredientes se realiza en la etapa de salado. La proporción que
se utiliza es al gusto y se pueden hacer combinaciones entre chile jalapeño, chipotle, pimiento
morrón, jamón o epazote. Los ingredientes de tipo hortaliza llevan un acondicionamiento de
curado en vinagre o pueden agregarse crudos.
En el caso del oreado, después de que se tiene el fresco éste se refrigera de dos a
cuatro semanas, hasta que se forme la costra de color amarillento; este proceso se hace
en refrigeración.
Comercialización
De las siete queserías de Chipilo, únicamente dos no cuentan con tienda propia y el resto
realiza la distribución en su tienda, a donde llegan los clientes, tanto intermediarios como
minoristas; sólo una de las queserías utiliza un mayorista como medio de distribución; se trata
de una tienda ubicada en Puebla, que no es de su propiedad, pero que surte constantemente.
Existen seis tiendas que pertenecen a algunas queserías, que fueron las entrevistadas y
son el principal canal por el que se distribuyen los productos.
Además de ofrecer lácteos, todos los establecimientos ofrecen también otros productos,
como pastas, galletas, pan, embutidos, conservas y otros derivados, como flan o arroz con leche.
Cabe resaltar que los productores encuestados destacaron que no existen apoyos por parte
de las instituciones y que la acción para favorecerlos es nula.
Muchos de ellos atribuyen su situación actual a las políticas del gobierno mexicano las
que, en su opinión, favorecen las importaciones y provocan que los precios que se les pagan
disminuyan, así como a la falta de apoyo de los programas de SAGARPA en su comunidad.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Materia prima siempre disponible para los Los queseros pueden aprovechar la fama que
queseros que poseen sus propias vacas. tiene Chipilo por la calidad de sus quesos.
Productos de buena calidad elaborados con Las nuevas generaciones queseras cuentan
base en conocimiento tradicional. con un mejor nivel de estudios y mayor vi-
sión empresarial.
Los quesos de leche cruda no pierden sus Los quesos oreado y envinado pueden di-
cualidades organolépticas. rigirse a un mercado de tipo gourmet que
pague más.
Son elaborados de forma muy natural, por lo La cultura de los chipileños, mezcla entre
que la gente los prefiere por su valor italiana y mexicana, puede aprovecharse en
nutritivo. un proyecto de turismo sostenible.
En su mayoría, los queseros de Chipilo están
integrados completamente hasta la
comercialización.
En los tres eslabones (ganaderos, queseros
y comercializadores) se cuenta con mano de
obra familiar.
El fresco y el botanero son accesibles en
precio y altamente demandados.
DEBILIDADES AMENAZAS
Conclusiones
Los pobladores de Chipilo tienen una visión muy individualista, lo que les impide aprovechar
oportunidades de crecimiento.
Existe escasa visión empresarial por parte de los ganaderos e industrializadores, falta de
visión a largo plazo, así como proyectos de crecimiento y deseos de penetrar con más fuerza
en el mercado.
Los costos de producción para los pequeños ganaderos son muy altos e impiden un mayor
ingreso, lo cual provoca que abandonen la ganadería, situación que, a largo plazo, desemboca-
rá en problemas de abasto para los queseros.
La organización constituye una oportunidad de desarrollo para la comunidad, así como para
aprovechar su cultura e impulsar la economía de Chipilo, por ejemplo con el turismo sostenible.
Existe escasa atención del sector institucional para el mejoramiento de la cadena agroin-
dustrial de los quesos chipilo.
No se ha aprovechado bien la tipicidad del producto para poder constituir una denominación
de origen, por lo que sería más viable buscar una marca colectiva territorial; sin embargo, antes
de eso tendrán que mejorar las relaciones existentes entre los actores y cambiar su visión.
Con una tradición de al menos un siglo, inició su producción en la Hacienda de Chilapa, que
ocupaba la mayor parte del actual municipio de Rosamorada (Nayarit), donde se aprovechaba
el excedente estacional de leche para elaborar un alimento que preservaba los valores nutri-
cionales de ésta, que era altamente apreciado y se incorporaba a diferentes platillos.
257
de los consumidores, lo cual hace que se comercialice fresco, que no se tenga un cuidado de
afinación adecuado; este segundo aspecto es el que está influyendo en la transformación de la
forma del queso y en la pérdida de su maduración.
El queso de tetilla era un producto estacional que por sus características podía madurarse.
Actualmente se elabora durante todo el año y se comercializa generalmente fresco, por lo que
la inmensa mayoría pierde la parte cónica que le daba identidad al queso original y las cuali-
dades que permitían su afinación.
Zona de producción
En dicha hacienda, propiedad de una familia de apellido Vaqueiro, con ascendencia espa-
ñola, se desconoce si con ancestros en Galicia, lugar de origen del queso tetilla español, es
donde inició la producción del mismo con su forma particular, denominándolo originalmente
“queso chopito”.
El queso era producido en época de lluvias (julio a noviembre) y una parte importante,
añejado, con períodos de conservación de hasta tres años, según recuerdan los entrevistados.
Las razas presentes en la región, además de las cebuinas, son cruzas de cebú con suizo, y
en aquellas ganaderías en que la venta de leche es importante, bigmaster y charolais.
En la vasta mayoría de las explotaciones se ordeña manualmente, una vez al día, y sola-
mente en temporada de lluvias, lo que hace que haya épocas de sobreproducción y escasez
con variaciones bruscas en el precio.
El tamaño de los hatos es muy variable y generalmente los pequeños son los que ordeñan.
Es normal que en algunos de los hogares de los propietarios de esas pequeñas ganaderías
se elabore queso, aunque hatos de mayor tamaño producen leche cuando tienen mercado y
consideran que es rentable, a pesar de que los rendimientos por vaca son bajos, de alrededor
de 5 litros/vaca/día.
Tradicionalmente, los queseros han sido pequeños ganaderos que producen para el consu-
mo familiar; también se detecta el intercambio de queso por otros productos, como pescados
y mariscos, y la comercialización en mercados locales. A esos productores tradicionales se
ha sumado un pequeño grupo de mujeres radicadas en las cabeceras municipales y en las
principales localidades, quienes adquieren la leche de los ranchos y elaboran el queso para el
mercado local.
El flujo diario de dinero por la venta del queso, el menor precio, la posibilidad de elaborarlo
durante todo el año, y el crecimiento del mercado que permite la venta total del producto que
se elabora, son factores que han contribuido al predominio del queso fresco, lo cual ha oca-
sionado que el añejamiento y la forma cónica de sus orígenes prácticamente desaparezcan.
Si bien los queseros se ubican en las cabeceras de los cinco municipios mencionados, des-
tacan algunas localidades como: San Juan Bautista, Coyotes, Cofradía de Cuyutlán y Arrayanes
en Rosamorada; Pueblo Nuevo en Tuxpan y el Ejido de San Lorenzo, en Ruiz.
En las diferentes rancherías los productores de queso se conocen, aunque las relaciones
de cooperación son limitadas.
La cadena es muy corta, ya que en algunos casos la misma familia es la que ordeña la le-
che, elabora el queso y lo vende al consumidor final. En otra situación, el productor de leche, el
quesero y el comercializador son distintos actores, y es ahí es cuando la cadena toma su mayor
amplitud, aunque la más frecuente es la de dos eslabones: ganadero-quesero y comercializador.
Cada una de las actividades del proceso se realiza de forma consecutiva e inicia con el
traslado de la leche, la cual proviene del ordeño efectuado en las horas de la mañana, o con
la compra de leche, cuando el ganadero es quien la transporta y vende al quesero. Las demás
actividades se detallan a continuación.
Una vez finalizada la anterior etapa, el suero se extrae directamente de la cubeta y poste-
riormente la cuajada se escurre utilizando una manta “cotense”, o manta curada, ejerciendo
presión con las manos por aproximadamente 20 minutos, hasta extraer el resto del suero.
Después se procede al moldeado tradicional del queso de Nayarit, el cual se hace a mano;
sin embargo, se utilizan moldes galvanizados o de PVC para dar forma circular a la base y se
finaliza de forma manual, dando la forma de cono.
Comercialización
Si bien en la zona en que se produce el queso la ganadería es una actividad importante, la bovina
de carne es la relevante y la producción de leche es complementaria, por lo que los programas
públicos van destinados a la primera y las acciones de las asociaciones ganaderas también.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Leche de ganado de carne con alta propor- Leche barata en temporada de aguas.
ción de sólidos.
Producto muy artesanal de alta calidad. Zona turística, oportunidades para comer-
cializar el producto.
No se tienen costos de suplementación en
las vacas.
DEBILIDADES AMENAZAS
Conclusiones
Este queso genuino es fresco, de pasta tajable, autoprensada. Se halla en el comercio como
piezas cilíndrico-planas de diferente peso, desde unos 200 g hasta un kilogramo. Sus dimen-
siones varían entre 3-5 cm de altura, por 10-14 cm de diámetro. Algunas piezas se presentan
a la venta aun dentro de su molde: un aro de madera o un cincho de petate. Este producto se
elabora con leche cruda, de vaca holstein o criolla, propia de la lechería familiar.
Zona de producción
Su zona de origen está ubicada el estado de Oaxaca, en la región Valles Centrales, específi-
camente en el distrito de Etla, conformado por 23 municipios. En la Figura 37 se resaltan los
municipios con mayor tradición en la producción del queso.
La región de los Valles Centrales del estado de Oaxaca y especialmente el distrito de Etla,
cuenta con una reconocida tradición en la elaboración de quesos artesanales, la que a través
de procesos de mestizaje de las recetas le ha permitido desarrollar quesos con identidad
267
propia y, en el caso del denominado quesillo, oaxaca o de hebra, con amplia difusión y reco-
nocimiento nacional.
Se desconoce la manera en que inició la elaboración del queso de aro, pero los pobladores
de la zona coinciden en que puede tener su origen en el municipio de Reyes, Etla, ubicado en
el distrito del mismo nombre, y donde su elaboración forma parte de la cotidianidad, resultante
de un conocimiento construido por varias generaciones.
Aunado a lo anterior, el reconocimiento que los habitantes de Etla tienen como queseros,
ha generado invitaciones por parte de diferentes actores para que les enseñen el proceso
de elaboración del queso de aro y del quesillo; incluso, se menciona que personas oriundas o
radicadas en Estados Unidos han acudido a las diferentes comunidades para contactar a los
queseros, a quienes incluso les pagan para que les impartan cursos de quesería.
Por otro lado, ante la adulteración del producto, su elaboración con leche en polvo y la inva-
sión de quesos de otros lugares, se percibe que los queseros tienen el compromiso y el deseo
de rescatar el buen queso, lo que se refleja en la organización de la “Expoferia del Queso y el
Quesillo”, que en 2012 se realizó por segundo año consecutivo en el marco de la Guelaguetza,
en la promoción para la conformación de microempresas y en el inicio de la búsqueda de una
marca colectiva.
Las razas vacunas en la zona son lecheras: holstein, suizo, jersey, guersey, o cruzas entre és-
tas; las vacas se alimentan con alfalfa, zacate y, en algunos casos, con ensilaje de maíz y, en su
mayoría, suplementadas con alimentos balanceados o con subproductos industriales. A decir de
los productores, los rendimientos son altos y cada vez más ganaderos ordeñan mecánicamente.
La escasez de leche en la región hizo que aquellos ganaderos que la venden recibieran
$6.00 por litro de leche en julio de 2012, aunque también el precio de los forrajes es elevado y,
en algunas épocas, tienen que ser adquiridos de otras regiones o, incluso, de otros estados.
Cuando se vende, los queseros recogen la leche en la vivienda del productor, sin que haya
un agente independiente que realice esta actividad.
Además de los actores tradicionales que transforman la leche que ordeñan, algunas muje-
res, principalmente en Villa de Etla, adquieren leche y elaboran queso en sus viviendas, comer-
cializándolo ellas mismas en puestos establecidos en los mercados municipales.
Al ser una cadena corta y los diferentes procesos de la cadena, realizándose en comunida-
des relativamente pequeñas, la mayoría de los habitantes se conocen, identificando a la familia
de cada uno. Lo anterior hace que tengan buenas relaciones comerciales.
La elaboración del queso de aro de Etla se realiza, principalmente, en las viviendas de los
productores o en espacios anexos adaptados o construidos para tal fin. La producción inicia
en las horas de la mañana con el colado de la leche, ya sea obtenida de la propia ganadería
o adquirida.
Antes del moldeado se lavan los aros. En el caso de los de petate (petatillo) es necesario
lavar las “fajitas” de este material, hervirlas y secarlas perfectamente para evitar que se pu-
dran por la acidez del suero que se les impregna; estos “moldes” se retiran en el momento de la
venta al consumidor final y se regresan al quesero. Los aros tradicionales de petatillo forman
una tira tejida de hoja de palma que se amarra con un cordón de fibra natural o plástico. Se
utilizan también moldes de madera cerrados de forma cilíndrico-plana; actualmente, los de PVC
se han popularizado, por los costos y la facilidad de lavado, lo anterior en detrimento del sabor
que se le atribuye a los tradicionales.
Ordeño
En la Figura 38 se muestra el diagrama general de bloques para elaborar este queso tradicional.
Comercialización
Las queserías del estado de Oaxaca cuentan con un amplio surtido de quesos, liderado por el
quesillo o de hebra, ampliamente posicionado como queso de oaxaca. También está el bota-
nero, el panela y el de aro, al que se conoce localmente como de petatillo. Este se diferencia
de los demás por su presentación, caracterizada por un aro de petatillo (fibra de palma tejida),
madera o fracción de tubo de PVC, el cual se retira al momento de la venta y se almacena para
que le sea devuelto al quesero. Se comercializa (en julio 2012) en dos tamaños, piezas de 300
y 700 gramos, a $25 y $50, respectivamente.
La producción del queso de aro de Etla se ha extendido por varias regiones del estado de
Oaxaca y por otras entidades; por lo tanto, es común encontrarlo en mercados municipales co-
mo el de Tehuacán, donde lo venden bajo la denominación de “queso de Etla”, pero se produce
en el estado de Puebla.
Debido a la tradición quesera del distrito y ante los problemas que ha significado para los que-
seros y el prestigio de su producto, la introducción de quesos provenientes de otros estados,
los productores se han organizado y acudido a diferentes instancias públicas, en los tres niveles
de gobierno, lo que les permite aprovechar diferentes programas; desde cursos de prácticas
empresariales por parte de la SE, hasta de fomento a la producción mediante créditos blandos. El
gobierno municipal de Reyes Etla contribuye en la difusión, otorgando diversas facilidades para
la realización de la “Expoferia del Queso y el Quesillo”, la cual pretenden se arraigue en la zona.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
La región quesera en Valles Centrales, Oaxaca, tiene una profunda tradición en la elaboración
del producto. Al parecer, ahí se originó el queso oaxaca a partir del de aro, uno de los más
apreciados, imitados, producidos y consumidos en el país.
Parte de la problemática de los queseros tiene que ver con la escasez de leche, lo que
ha motivado su producción con leche en polvo (lo que constituye una adulteración del queso
genuino) y la introducción en los mercados locales de productos de imitación provenientes de
otros estados que emulan, en ocasiones con poco éxito, las características de los regionales.
Actualmente el queso de hoja de la Costa Chica de Oaxaca se elabora durante todo el año e
involucra, en el plano familiar, a diversos miembros, y, en el comunitario, a una proporción impor-
tante de habitantes de diferentes poblaciones. Una de las ventajas que tiene es que se comer-
cializa en destinos turísticos, de playa y religiosos, importantes, lo que permite tener una venta
más o menos segura. Además de que tiene un mercado de nostalgia entre los oriundos de la
región radicados en EE. UU. y en diferentes partes del país, principalmente en el Distrito Federal y
el Estado de México.
Problemática
El ganado de la región se mantiene en potrero, las razas predominantes son cebuinas, lo que
implica baja productividad de leche, pero un alto rendimiento quesero, aunque en los hatos
277
que se ordeñan es común que se introduzcan sementales de raza suiza con el objetivo de
aumentar los rendimientos lácteos por animal.
Originalmente, la producción de queso era generalmente una actividad estacional que coinci-
día con la temporada de aguas, mayor cantidad de pastos y las pariciones de las vacas. El que se
haya convertido en una actividad que se realiza durante todo el año, aunque con menores niveles
de producción en secas, debido a la escasez de leche que se da en esa temporada, ha implicado
una modificación en el sistema de producción al tener que ofrecer suplementos a los animales.
A pesar de generar erogaciones a los ganaderos, lo anterior tiene una lógica debido a que
en los meses de seca, principalmente en diciembre y enero, es cuando el queso alcanza su
pico en la demanda, principalmente por las múltiples peregrinaciones que se realizan a Juquila,
reconocido centro religioso.
Zona de producción
Es una región cocotera y en la que la ganadería bovina tiene un peso significativo en la eco-
nomía local y aunque la producción de carne es la que tiene mayor importancia, la obtención
de leche y la elaboración de queso también son actividades relevantes en algunas de las
comunidades. Además, es una región en la que el turismo de playa y religioso destacan por
el número de visitantes: Bahías de Huatulco, Puerto Escondido, Ventanilla, Puerto Ángel y el
centro religioso Santa Catarina Juquila.
La región de la Costa de Oaxaca está integrada por tres distritos, 50 municipios y 1 607
localidades, con una población que corresponde a 14 % de los 3 801 962 habitantes que el es-
tado de Oaxaca tenía en 2010. Más de la mitad de la población en la región vive en localidades
rurales, pequeñas y dispersas; predominan los grupos indígenas: chatino, zapoteco y mixteco
(tacuate); la población autóctona representa 31.9 % del total. En la Figura 39 se indica la región
donde se produce el queso de hoja de la Costa Chica de Oaxaca.
En la costa de Oaxaca hay comunidades con una alta proporción de población indígena, zapo-
teca, chatina, mixteca y de grupos afroamericanos; esta riqueza étnica se refleja en las diferentes
Si bien no existe un reporte sobre el inicio del queso en la zona, éste se puede ligar a la
aparición de la ganadería, la cual data de la época Colonial entre los siglos XVI y XVII, cuando
se instauran las encomiendas y las haciendas dedicadas al ganado y el cultivo del algodón
en Pinotepa Nacional, Coyantes y Cuajiniculapa. En el mismo período inició también el trabajo
esclavo con africanos, principalmente en los actuales municipios de Jamiltepec, Manialtepec y
Mixtepec. Desde principios del siglo XVIII, las encomiendas, estancias de ganado y haciendas de
españoles y mestizos, y las tierras de las comunidades indígenas, ya eran reconocidas por los
llamados títulos primordiales (Guevara, S.F).
Para la década de los sesenta y setenta del siglo XX, se dio una migración interna desde la
costa de Guerrero hacia la de Oaxaca; estos migrantes incorporaron nuevas prácticas produc-
tivas a las existentes en la región, dando como resultado los actuales esquemas, entre ellos
la producción de queso.
Los hatos de la región muestran una alta variabilidad ya que aunque la mayoría tiene entre
cinco y sesenta cabezas, hay algunos con más; la población de ganado se ha incrementado
La mayoría de las praderas tienen entre 10 y 20 hectáreas, aunque hay algunas, muy pocas,
de entre 60 y 100 ha; se practica la rotación de los potreros.
Se ha desarrollado una red de recolectores de leche que proveen del insumo a las que-
serías de diferentes municipios, hacen el trato directo con el ganadero y recogen la leche
a pie de camino, pagándole por semana. El líquido lo colocan en los municipios que les son
más cercanos.
Otro grupo importante son las mujeres dedicadas exclusivamente a la elaboración de que-
so, quienes radican principalmente en las cabeceras municipales. Aprovechando las mejores
vías de comunicación, adquieren el insumo de los ganaderos y son actores importantes de
la cadena agroalimentaria; pagan la leche en efectivo, generalmente una vez a la semana.
Además del queso fresco de la Costa, las mujeres producen panela y de prensa, otro producto
lácteo de origen local. A diferencia de los productores anteriores, algunas han reemplazado la
hoja de huichicata por bolsas plásticas.
En la región se establecen relaciones horizontales por muchas vías, desde las familiares
hasta las de convivencia cotidiana a través de los años, básicamente debido a que son comu-
nidades relativamente pequeñas en las que se realizan diferentes actividades.
Los queseros, o mejor dicho las mujeres queseras, se han erigido como un actor importan-
te que ha fomentado la transformación de la ganadería de la región; asimismo, al demandar
leche para queso, han dinamizado la cadena generada. Existe un conjunto de acopiadores que la
colocan en las queserías de la zona. Por otro lado, también hay revendedores que los llevan a
los centros donde se comercializan.
El proceso se inicia en la mañana, con el arreo de las vacas hasta un tejabán donde son
ordeñadas manualmente. Posteriormente se acarrea la leche a lomo de caballo o en vehículos
hasta la vivienda o lugar de producción. Previo al recibo de la leche se recolectan las hojas
de huichicata (Xanthosoma spp.). Esta planta abunda en la costa, especialmente en los distri-
tos de Jamiltepec y Juquila.
El cuajo natural es usado por la mayoría de los queseros, quienes lo preparan siguiendo su
propia receta. La más común utiliza cuajar (abomaso) de vaca, el cual se sala y se seca al sol;
algunos le agregan jugo de limón. Posteriormente se sumerge en suero de queso, de donde se
obtiene la mezcla líquida que utilizan.
La leche se recibe en cubetas a las que se agrega el cuajo natural; el tiempo de coagu-
lación es de unos 30 minutos, pero puede variar dependiendo de la temperatura ambiente.
Al momento de lograr el punto deseado, con la mano se inicia el quiebre de la cuajada y
se deja reposar 30 minutos antes de iniciar el desuerado. Algunos queseros usan cuajo
líquido comercial.
El desuerado se inicia con pequeñas cantidades de cuajada que son exprimidas en una
tela que sirve de filtro. En seguida se amasa manualmente y se sala sobre una batea de
madera, llamada “quesera”, e inmediatamente se moldea utilizando un aro de PVC. A partir del
desuerado hasta la envoltura, las actividades se repiten elaborando lotes pequeños de tres a
cuatro quesos, hasta terminar la producción. Estas actividades se realizan con laboriosidad y
delicadeza, lo que se refleja en la suavidad del producto.
Comercialización
Se comercializa en piezas de 450 y 900 gramos, cuyo peso puede variar de acuerdo con la
humedad que pierda durante el transporte y la exhibición. Su forma es cilíndrica; algunos
queseros le agregan un montículo en la parte superior, resultando un queso de mayor peso y
con forma abultada.
Si bien los principales consumidores son los locales, a éstos se suman los visitantes de los
centros turísticos de la región, entre los que se encuentran Huatulco y Puerto Escondido,
lugares donde se asientan cadenas hoteleras, importantes restaurantes y centros nocturnos.
Éste también tiene un mercado de nostalgia entre la población de la costa que vive en EE. UU.
y en poblados como Teoloyucan, Estado de México, donde radican migrantes procedentes de la
costa, en especial de Santiago Jamiltepec.
Existen en la región interesantes ejercicios de mercado justo, como la Red de los Humedales de
la Costa de Oaxaca, cuyo principal enfoque es el ecoturismo, pero también involucra productos
de las comunidades. A la fecha no han incorporado el queso en su portafolio, pero con un pro-
ceso de gestión podría ser incluido.
En la región han operado diversos programas, PROGAN entre otros, que han fomentado el
mejoramiento de pastos y crías, además de que han propiciado que aumente el número de
cabezas del hato.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Relevo generacional.
Múltiples productores.
DEBILIDADES AMENAZAS
Conclusiones
La región de la Costa Chica Oaxaqueña es contrastante; por un lado hay complejos turísticos
de lujo construidos en algunas de las playas y, por el otro, comunidades con alta marginación.
La ganadería y la producción de queso contribuyen, en varios sentidos, a mejorar las condicio-
nes de vida de comunidades completas.
Se elabora con leche cruda; es un queso blanco, fresco, de forma cilíndrica y tiene una consis-
tencia blanda, con un peso de 250 g a 1 kg.
En Tlaxco se identifican dos cadenas bien diferenciadas para el queso tenate. Éstas son la
cadena artesanal y la cadena semi-industrial; cada una tiene su historia particular.
En el caso de la cadena artesanal del queso tenate, el método de historia oral permitió identifi-
car a dos ranchos donde se inició la elaboración hace un siglo aproximadamente. El primero se
287
encuentra ubicado entre las montañas de Iturbide y corresponde a Rancho Nuevo, y el segun-
do es Rancho San Antonio de Acopinalco, que se localiza en la zona del Peñón. En el proceso de
reconstrucción de la historia del queso tenate, resultó determinante la ubicación de la señora
Alejandra Caballero Cervantes (descendiente de la familia Caballero Munive de Rancho Nuevo)
y la señorita Cristina Zamora Pérez (descendiente de la familia Zamora Manilla de Rancho San
Antonio de Acopinalco).
La producción semi-industrial en Tlaxco inicia en 1983, como resultado de una alianza comer-
cial entre el señor Guadalupe Ruiz (aportaba el conocimiento) y Francisco Escalante (aportaba
el espacio para fabricar los quesos en Tlaxco). Esta iniciativa surge cuando Guadalupe Ruiz
identifica el potencial lechero del municipio, especialmente al observar una alta cantidad
de intermediarios que llegaban cada día para comprar leche y llevarla posteriormente a que-
serías y plantas industriales en pueblos vecinos. El negocio que inicialmente se había concen-
trado en la fabricación de quesos, para luego distribuirlos en cremerías de Tlaxcala, Puebla e
Hidalgo, pronto modificó su visión al descubrir el beneficio que representaba la venta directa.
Esta floreciente etapa de la quesería tecnificada de Tlaxco tuvo excelentes resultados, debido
al creciente turismo de la zona (viajeros con destino a Chignahuapan y Zacatlán) y la escasa
competencia que ofrecían las queserías artesanales. Desafortunadamente, entre los dos so-
cios se presentó un conflicto que derivó en la conformación de dos negocios, la quesería y
cremería El Ranchito de Escalante, y la quesería y cremería La Casimira de Ruiz. La primera se
logró constituir debido a que Isidro, uno de los trabajadores de la quesería, decidió continuar
su trabajo con Francisco Escalante. La Casimira alcanzó a procesar hasta 6 000 litros en un
día; sin embargo, los problemas administrativos derivaron en su desaparición. La quesería y
cremería de Francisco continúa funcionando hasta la fecha; allí trabaja con el apoyo de su hijo
Juan Bernardo. Posteriormente surgieron otras queserías tecnificadas en el pueblo; éstas son
la de Pablo Albuquerque, la de Martín Albuquerque (hermano de Pablo), la de Lucio Escalante (hijo
de Francisco Escalante), la de Víctor (exempleado de Guadalupe Ruiz), y las dos más recientes,
pertenecientes a Miguel Ángel Olvera y Jorge Olvera, queseros nativos de Calapa, Puebla.
La existencia de dos cadenas para el queso de tenate en Tlaxco, inciden al mismo tiempo en
actores diferenciados para cada una de ellas. La cadena artesanal es muy corta y está con-
formada por los eslabones de producción de leche, queserías artesanales, comercialización
directa del queso y consumidor. La cadena tecnificada por su parte, se constituye por una ca-
dena más compleja; en ella participan la producción de leche, los intermediarios que compran
la leche en las fincas, y luego la revenden en las queserías, las cremerías y el consumidor.
Alejandra Caballero produce su propia leche. Actualmente cuenta sólo con una vaca; en
consecuencia, la producción de queso está asociada a la estacionalidad y al ciclo de lactancia
de la vaca, pero en promedio son unos 15 litros al día. La alimentación se sustenta en forraje
y zacate fresco del rancho; no se emplea alimento comercial y, en consecuencia, la leche es
prácticamente orgánica. Finalmente se debe indicar que se realiza sólo un ordeño al día y se
practica en la mañana.
La edad promedio de las tres mujeres que producen el queso tenate de manera artesanal
es de 67.3 años y lo elaboran desde hace 57 años. La anterior información permite confirmar,
por una parte, la preocupación por la desaparición de la tradición del queso tenate, aspecto
que se fundamenta en la avanzada edad de las artesanas y en la ausencia de descendencia
en ellas. Por otra parte, permite reconocer la temprana edad a la que estas mujeres aprendie-
ron a hacer el queso de sus parientes (en promedio a los 10 años de edad).
El proceso artesanal se realiza en áreas que tienen 31.6 metros cuadrados en promedio
(generalmente son cocinas o pequeños cuartos). Los volúmenes de leche que se procesan en
cada quesería son de 281.6 litros en promedio a la semana (aproximadamente 40 litros diarios).
Este aspecto facilita la elaboración del queso en ollas y empleando estufas de gas como me-
dios de calefacción. La cantidad de leche permite producir tres variedades de queso (tenate,
aro y requesón) y obtener 28.7 kilos de éste en promedio a la semana (4.1 kilos al día), con un
rendimiento de 10.22 kg por cada 100 L de leche procesados. Finalmente, la actividad genera
salarios para 1.33 personas por quesería; este aspecto permite confirmar que las señoras tra-
bajan solas y en pocos casos se apoyan en ayudantes.
Los recolectores son actores que compran la leche en los ranchos y la revenden en las
queserías. La edad promedio es de 37.4 años y llevan 11.2 años en la actividad. Estos aspectos
permiten identificar dos tipos de recolectores con base en la edad y la antigüedad en la actividad,
por una parte un grupo de veteranos y por otra un conjunto de jóvenes que han ingresado
en los años recientes, especialmente inmigrantes que han regresado de los EE. UU. Los interme-
diarios acopian la leche de 65 productores en promedio y aproximadamente 1 390 litros de leche
al día (9 730 litros a la semana).
La información de campo permite reconocer que las queserías artesanales producen sólo
1 % del queso que se elabora en las queserías tecnificadas de Tlaxco. Efectivamente, sólo dos
queserías tecnificadas elaboran de manera ocasional el queso tenate; en promedio cada una
produce 8.5 kilogramos a la semana.
Por su parte, la integración vertical está vinculada con la articulación de eslabones, desde
la producción primaria hasta el consumo. En el caso del queso tenate se identificaron dos tipos
de relaciones verticales; la primera está asociada a la elaboración artesanal y la segunda está
vinculada a la fabricación tecnificada de este derivado de la leche. En la cadena artesanal la
interacción ocurre entre los eslabones de producción de leche, queserías y consumidor, mientras
que en la cadena tecnificada los eslabones vinculan la producción de leche, los intermediarios,
las queserías semi-industriales, las cremerías locales y mayoristas ubicados fuera del munici-
pio y el consumidor. Es necesario resaltar que en la cadena artesanal se identificaron algunos
casos donde el quesero produce la leche que utiliza y además comercializa directamente sus
derivados. En las queserías semi-industriales se reconocieron algunos queseros que se han
articulado hacía adelante con el establecimiento de cremerías.
La elaboración tecnificada del queso de tenate se realiza con leche cruda, al igual que en
la técnica artesanal; sin embargo, en este tipo de quesería, cerca de 50 % de la leche es com-
prada a intermediarios, quienes la adquieren en los ranchos, y luego es revendida en las que-
serías. En el proceso semi-industrial se identifica el descremado parcial para retirar la grasa
(se emplean descremadoras); además, en algunas agroindustrias se evidenció la adición de leche
Al tener una escala más grande de producción, se hace necesario contar con equipos de
mayor capacidad; por ello, el uso tinas queseras de acero inoxidable con capacidades que
oscilan entre los 600 y 1 200 litros es generalizado. Para la generación de calor se identifica el
uso de calderas y quemadores de gas; de las siete queserías tecnificadas, un total de cinco
utiliza calderas o quemadores de gas y las dos restantes emplean calderas de leña. También
es común encontrar cuartos fríos para almacenarlos y la incursión de malaxadoras para hilar el
queso tipo Oaxaca.
Comercialización
La ausencia del queso tenate en las cremerías se puede explicar por las bajas utilidades que
genera, así como por el desconocimiento que existe de éste por parte de los consumidores,
quienes son en su mayoría turistas; sin embargo, a pesar de esta situación, son ellos principal-
mente quienes lo adquieren (96 %). Esto demuestra que los habitantes de Tlaxco no consumen
su producto de manera habitual y evidencia también la importancia de promocionar el queso
tenate entre los viajeros.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Anclaje territorial y valor patrimonial del Oportunidad para crear una organización de
queso tenate. productores de leche.
Conclusiones
La historia del queso permitió proponer una explicación al surgimiento del queso tenate en el
municipio de Tlaxco. También dejó en evidencia el riesgo inminente que se presenta en la con-
servación de esta tradición, especialmente por la avanzada edad de las queseras artesanales
y la ausencia de descendencia en ellas. Se reconocieron diferencias entre el proceso de ela-
boración artesanal y tecnificado; el primero ha conservado la forma tradicional de fabricación.
Sin embargo, las innovaciones en las queserías tecnificadas han derivado en una pérdida de
Zona de producción
297
Alvarado e Ignacio de la Llave; al sur, con Tierra Blanca; y al oeste, con Cotaxtla (Figura 41). Su
distancia aproximada por carretera, en dirección sureste, a la capital del estado es de 125 Km.
La palabra Tlalixcoyan proviene del chinanteco y significa “tierra que emerge sobre la superfi-
cie o faz de la tierra”. El paisaje del municipio muestra una importante actividad agropecuaria,
la cual se plasma en el escudo de armas en el que se cruzan los implementos de labranza y las
Jaras “Garrochas”, instrumentos que los labradores utilizaban para arriar el ganado y la siem-
bra; la fusión de estas palabras dan origen al gentilicio Jarocho, el cual es utilizado para nombrar a
los veracruzanos, pero también a productos vinculados con el territorio de ese estado, prin-
cipalmente los más emblemáticos o con fuerte contenido cultural, entre ellos los dos quesos
genuinos que en él se producen (Gobierno del Estado de Veracruz, 2010).
Su producción data de principios del siglo XX, de acuerdo con los productores entrevistados,
quienes mencionan que en esa época los ganaderos que vivían en los ranchos diseminados en
las zonas rurales del municipio ya lo producían. En sus orígenes, el queso se moldeaba en aros
elaborados con la hoja de una palma conocida localmente como “cardón” y, posteriormente, en-
vueltos en la hoja y empacados en paquetes de doce, en cajas de madera para su transporte en
burro hasta la cabecera municipal donde se comercializaba.
Otros cambios que ha tenido el sistema de producción del queso han sido motivados por
las exigencias emanadas de las normas sanitarias, por las presiones de los inspectores de la
SSA y por la búsqueda de variantes en el proceso de producción que incrementen la eficiencia
y mejoren la rentabilidad de la quesería. Dichos cambios derivaron en la modernización del
equipo y en la adecuación del espacio destinado a la elaboración de los productos. Las pailas,
cazos, mesas y batidores de madera, fueron sustituidos por implementos de acero inoxidable
y lámina galvanizada y, en el caso de los moldes, es frecuente que se utilicen los de PVC. Por
otro lado, debido a las presiones de los inspectores de la SSA, se cambió el uso del cuajo de
“cuerito”, o natural, por el líquido.
Tradicionalmente se consume como botana o como parte de algunos de los platillos típicos
de la región; una manera altamente apreciada de ingerirlo es asado sobre un comal dentro de
la misma hoja en que se empaca.
Gran parte de la leche que se ordeña en el estado de Veracruz proviene de ganado de doble
propósito y, en el municipio de Tlalixcoyan, es el sistema predominante; generalmente los bo-
vinos son de algún tipo de cebú aunque, en el caso de las ganaderías para las que la venta de
leche se ha convertido en un ingreso importante, la cruza de cebú con suizo es cada vez más
frecuente, buscando incrementar la productividad láctea por animal.
A pesar de lo anterior, los rendimientos siguen siendo bajos; el periodo de lactancia corto y
la ordeña se realiza, generalmente, de manera manual y solamente una vez al día. Uno de los
problemas que enfrentan los ganaderos lecheros y los queseros, aunque en épocas distintas,
El eslabón de los recolectores no lo cumplen actores independientes, pues son los mismos
empleados de los queseros los que acopian la leche y la relación comercial se realiza entre
estos últimos y los ganaderos.
A decir de los mismos productores, en los últimos años el número de queserías donde se
elabora el queso de hoja se ha reducido de veinte a tres, que lo operan actualmente.
Para su venta, se empaca en arreglos de 12 piezas cada uno; los queseros producen en
promedio 85 docenas de quesos por día (35, 30 y 20 docenas por productor) entre los tres;
además del de hoja elaboran queso jarocho, de hebra y crema. Otro problema es la reducción
en los niveles de producción de las queserías; por ejemplo, una de las entrevistadas llegó a
procesar 6 000 litros por día. Actualmente transforma 2 000 litros, de los cuales 25 % se des-
tina a la elaboración del de hoja.
Las relaciones entre los queseros, en buena medida por ser familiares cercanos, son de
cooperación, lo que se manifiesta, por ejemplo, en que envían el queso en el mismo vehículo
compartiendo los costos del flete.
El quesero en realidad tiene un solo eslabón hacia atrás, que es el ganadero lechero, de-
bido a que es con quien establece la relación comercial. El rutero es empleado del quesero y
el vehículo en que se transporta la leche es de su propiedad. Es común que las labores del
acopiador no se limiten a la recolección de la leche y que, después de entregarla en la quesería,
también colabore en la elaboración del queso. También algunos ganaderos entregan la leche
en la quesería, cubriendo ellos el costo del transporte.
Los queseros consideran que su relación con los ganaderos es buena y que el momento
de mayor conflicto es cuando, por razones de calidad, determina que el producto que adquiere
Hacia adelante, la relación con los comercializadores generalmente es añeja; envían el queso
con un transportista todos los días, y dos o tres veces por semana el quesero acompaña al
transportista con el objeto de levantar pedidos (aunque estos también los hacen mediante
teléfono), cobrar y verificar que no haya problemas con la comercialización de su producto. La
distribución se hace desde el mercado de Córdoba, y ahí hay comerciantes que lo venden al ma-
yoreo y menudeo, generalmente en expendios establecidos en el mercado municipal. También
hay revendedores que adquieren el producto en la camioneta y realizan ventas al menudeo de
manera itinerante, ya sea en los diferentes tianguis de la región o en las colonias de Córdoba,
ofreciéndolo en las casas de los consumidores.
El proceso se realiza en pequeñas plantas de producción, cada una anexa a la vivienda del
quesero. El espacio se prepara y limpia en el transcurso de la mañana para la recepción de la
leche. Se cuenta con tinas de acero inoxidable y tanques de concreto para el depósito de agua,
que es utilizada para la limpieza de las instalaciones y del equipo. El proceso de elaboración es
liderado por el quesero, quien es apoyado por su familia y por empleados que desempeñan
diferentes actividades.
Inicia con la preparación de las hojas, la obtención de los cordeles para el amarre de los pa-
quetes de queso, y la colocación de los moldes sobre una tabla, la cual se tapizó previamente
con hojas; los principales pasos del proceso se describen a continuación:
Uno de los insumos principales del queso de hoja es su envoltura, la cual proporciona identidad
en su presentación e influye en su sabor. La hoja de “queso” o “platanillo”, como es identifi-
cada por los productores, pertenece a la familia Heliconiaceae, crece de forma silvestre y
es recolectada por personas locales quienes la venden a los queseros. Ésta se lava y se le quita
la nervadura central; paralelamente a este proceso, el cogollo de la hoja de palma de ma-
rachao se prepara y se desfibra para hacer los cordeles que se usan para atar los paquetes,
con una docena cada uno, y se prepara así para su transporte y comercialización al mayoreo.
Los quesos ya moldeados se dejan en un lugar fresco hasta la madrugada del día siguien-
te, cuando se les retira el aro y son envueltos en las hojas y empaquetados en docenas, las
cuales se depositan en cajas de plástico para su transporte.
Comercialización
El mayor número de consumidores radica en la región de las montañas del estado, princi-
palmente en los municipios de Córdoba, Orizaba y Fortín, siendo los habitantes del primero los
que tienen mayor tradición en el consumo. Se percibe una gran aceptación del producto por
los consumidores, quienes lo reconocen como autóctono y lo incorporan cotidianamente en
su alimentación.
En el municipio de Tlalixcoyan funciona uno de los diez centros de acopio que tiene LICONSA en
el estado de Veracruz. Esta empresa ha implementado algunos programas de fomento a la
ganadería, principalmente orientados a estimular el incremento en la producción de leche.
Por su parte, la SSA fomentó la mejora de los espacios para la elaboración del queso,
instando (en algunos casos mediante amenaza de castigos y multas, por ejemplo) a los pro-
ductores a pintar y forrar con azulejo las paredes, y a cambiar los moldes y el tipo de cuajo, de
natural a químico, que se usa en su elaboración.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Conclusiones
Se llevó a cabo una investigación para conocer las principales características de la producción,
distribución y consumo de chongos zamoranos en la región en que se originó el producto, para
tal efecto se realizó una encuesta a 308 consumidores y se censó a los comercializadores de
tres municipios: Jiquilpan, Sahuayo y Venustiano Carranza, en el estado de Michoacán. Además,
se entrevistó a todos los queseros que operan en siete municipios de la Ciénega de Chapala,
de los cuales 15 se dedican a la producción de chongos.
307
Zona de producción
La Región Lerma-Chapala del estado de Michoacán está compuesta por 17 municipios, in-
cluido Zamora; esta es la zona de origen y mayor producción de los chongos zamoranos. Al
suroeste se encuentra la Ciénega de Chapala, conformada por una superficie plana producto
de la desecación de una parte del Lago del mismo nombre de Chapala hace un siglo, hoy es
el territorio en que están insertos, total o parcialmente, los municipios de Villamar, Jiquilpan,
Sahuayo, Venustiano Carranza, Briseñas, Pajacuarán, Vista Hermosa e Ixtlán.
Los conventos del México virreinal fueron prolíficos, mediante la combinación de ingredientes y sa-
bores, en la generación de nuevos platillos que enriquecieron la gastronomía nacional; ejemplo
de lo anterior son el mole poblano y los chiles en nogada, por mencionar únicamente dos de
los más famosos, pero una de las aportaciones importantes de esos claustros son los dulces
(actualmente conocidos como regionales o típicos, los que generalmente se elaboran artesa-
nalmente), los cuales al mezclar diversos componentes permitían, entre otros aspectos, el
aprovechamiento y la conservación de las frutas de temporada, para consumirse en distintas
épocas del año, o de alimentos altamente perecederos, como la leche, principalmente cuando
había excedentes estacionales.
El producto es considerado una cuajada endulzada; es decir, un queso dulce el cual al ser
popularizado entre la población por las monjas de Zamora, Michoacán, se empezó a elaborar en
los hogares de la región, extendiéndose a diversas partes del país, para posteriormente adqui-
rir un carácter artesanal e industrial.
Los chongos pasaron de ser un postre que se elaboraba en los hogares, a un producto que
se adquiere en el mercado; este cambio se da entre otras razones por la manera en que las
amas de casa compran la leche. La presencia del lechero es cada vez menor y la adquisición
de leche envasada se ha incrementado, disminuyendo entonces el número de casas en las
que se prepara, pero aumentando el consumo del producto artesanal o enlatado procesado de
manera industrial.
En la Ciénega de Chapala la ganadería bovina es una actividad muy importante; en ocho mu-
nicipios funcionan más de 3 000 explotaciones, y se utilizan diversos sistemas de producción:
ganadería de traspatio en los cascos de los pueblos, pastoreo de razas lecheras o encastadas
con raza lechera, y ganadería especializada; cada tipo de sistema tiene características propias.
La mitad de las queserías que elaboran chongos adquieren la leche de ese sistema; a lo
anterior hay que sumar 28.6 % de las queserías que adquieren leche de ese grupo combinado
con la proveniente de ganado estabulado. Este tipo de sistema de producción se practica en
gran parte de los lomeríos y cerros que conforman el paisaje. El ganado se alimenta de pas-
tos nativos y la suplementación a base de concentrados es cada vez más frecuente; la ordeña
es manual y en algunos casos la actividad se realiza una vez por día y en otras hasta dos.
La leche puede ser transportada por el ganadero hasta la cremería o recogida por un aco-
piador, que puede ser empleado de algún quesero o trabajar de manera independiente. De las
quince queserías que elaboran chongos, ocho están integradas y procesan la leche provenien-
te de la ganadería del mismo quesero; de las siete restantes, solamente una adquiere parte
del volumen que procesa de un intermediario.
Más de la mitad de las queserías que elaboran chongos funcionan con una o dos personas
y solamente 13.3 % con cinco empleados. Son establecimientos con niveles tecnológicos bajos,
limitados en algunos casos a los enseres domésticos, e intensivos en mano de obra, principal-
mente familiar, aunque 26.7 % operan con mano de obra familiar y además pagan empleados.
Hay una ligera variación en la cantidad de leche que procesan las queserías en secas y
en lluvias, lo anterior debido a que en esta parte del estado de Michoacán se manifiesta una
marcada estacionalidad en la producción de leche; a pesar de ello, no deja de ser notable que
las queserías han incrementado su producción con el paso del tiempo.
Las relaciones horizontales entre los queseros productores de chongos son prácticamente
nulas; sólo 33.3 % tiene relaciones informales con sus colegas, y solamente uno, que represen-
ta 6.7 %, tiene algún tipo de cooperación o realiza con ellos algún tipo actividades; a pesar de
todo, 73.3 % considera que las relaciones entre ellos son buenas.
La opinión de los queseros sobre la calidad de la relación que tiene con sus proveedores
de leche es que 71.4 % es buena y 28.6 %, muy buena, lo que refleja el cuidado que tienen los
dos actores en el fomento de una buena relación pues, en última instancia, de ello depende
el adecuado funcionamiento de sus respectivas unidades de producción. Los principales pro-
blemas surgen cuando la leche no cumple con los requerimientos que espera el quesero y,
por el otro lado, los del ganadero, cuando hay disminuciones en el precio del litro de leche por
sobreoferta estacional.
La mezcla se retira del fuego y lleva a un lugar fresco donde se cubre con una manta y se
deja reposar por un periodo de 30 minutos. Cuando alcanza el punto de gel, se procede a cor-
tar la cuajada en trozos y se le agrega el jugo de limón (opcional) y canela, llevándola a fuego
lento para que continúe su cocción y se dé la evaporación del suero. Se agrega la otra mitad
del azúcar y se deja hervir por un período de dos a tres horas, hasta que alcanza el color final,
que puede ir desde un ámbar ligeramente café hasta uno café pronunciado, como de carame-
lo. Finalmente se deja enfriar; algunos productores agregan vainilla y envasan en recipientes
plásticos, de vidrio o en latas.
Comercialización
Este producto es controvertido para su clasificación, pues puede pasar por un dulce mexicano,
basado en la coagulación de la leche, o por un queso un tanto exótico (Cervantes et al., 2008).
Su comercialización se da principalmente como postre y se envasa en latas, vasos de plástico
o de unicel, o bolsa plástica y vidrio.
Tiene a su favor el hecho de que acepta diferentes niveles y procesos de producción por
lo que además, con el tratamiento apropiado, tiene una amplia vida en anaquel; asimismo, se
están haciendo esfuerzos conjuntos entre los productores y el gobierno municipal de Zamora
para posicionarlo. Incluso internacionalmente, en ese sentido, en 2011 se realizó el primer Fes-
tival Internacional del Chongo Zamorano, evento que se espera se institucionalice y se lleva
acabo cada año.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Conclusiones
Los chongos zamoranos son considerados un producto genérico, lo que dificultará, como en el
caso del queso cotija situado en la misma categoría, una protección jurídica amplia. A pesar de
todo, en la región de origen es un producto altamente apreciado, emblemático y de elaboración
versátil: casero, artesanal e industrial.
Lo anterior genera una serie de actividades concatenadas que inician con la actividad ga-
nadera de doble propósito, que ofrece insumos, como carne y leche, a la producción de cecina
y queso, seguido de expendios de estos productos y diversos tipos de establecimientos que
ofertan comida, especialmente el plato típico de la región, a un turismo de fin de semana, prác-
ticamente permanente, estimulado por la cercanía de Yecapixtla al Distrito Federal.
317
Problemática
En la elaboración del queso de Yecapixtla, el principal problema que enfrentan los queseros
es la insuficiente producción de leche en la región, lo anterior debido a los bajos rendimien-
tos, propios del sistema de producción ganadero prevaleciente en esa parte del estado de
Morelos, por lo que deben comprar leche de ganaderías intensivas establecidas en Chalco,
Estado de México. Además de encarecerse debido al transporte, la materia prima adquirida
del Estado de México tiene menor rendimiento quesero y, a decir de los productores, el que-
so resultante posee un sabor menos apreciado por los conocedores.
Zona de producción
En náhuatl, Yecapixtla significa “tierra de los hombres y mujeres de nariz afilada”. El munici-
pio se localiza en la región oriente del estado de Morelos, geográficamente en los paralelos
18º 53’ de latitud norte y 98º 52’ de latitud oeste del meridiano de Greenwich, a una altura
de 1,580 msnm (Figura 44). Tiene una superficie de 192.33 Km2, lo que representa 3.42 % del
total del estado.
El convento agustino de San Juan Bautista es uno de los principales atractivos del munici-
pio y se le considera prototipo de monumento del siglo XVI por su grandiosidad e importancia.
Los quesos genuinos, entre ellos los artesanales fabricados en su vasta mayoría con le-
che cruda, son los que se elaboraron primero e históricamente. También se les puede llamar
El queso que se elabora en el municipio es, principalmente, de aro, conocido también como
molido o tipo ranchero, que se considera quizá como el más difundido a nivel nacional, pues la
elaboración no requiere conocimientos técnicos muy amplios, ya que goza de aceptación y lo
consumen amplios sectores sociales de la población mexicana.
Los queseros adquieren la leche directamente de los ganaderos que no producen queso,
además, los intermediarios realizan actividades de compra y venta de leche proveniente prin-
cipalmente de la cuenca de Chalco, en el Estado de México. Esto cambia la calidad del líquido con
la que se elabora el queso tradicionalmente; de ganado de doble propósito se pasó al especia-
lizado, lo que reduce los sólidos totales y, por ende, el rendimiento quesero.
Se presentan dos tipos de queseros: los familiares que adecuan espacios en la vivienda para
la elaboración del producto, generalmente procesan menos de 80 litros de leche, que provienen
del ordeño realizado a sus propias vacas o la que adquieren con ganaderos de la localidad. Las
labores son asumidas principalmente por las mujeres del hogar. El segundo tipo de quesero
son los microempresarios que procesan entre 1 000 y 1 500 litros de leche diaria, la cual es
adquirida en la localidad o en el del Estado de México.
Proceso de elaboración
Se inicia con la recepción de la leche y luego se procede al colado; continúa su vertido en reci-
pientes de plástico o acero inoxidable, hasta fijar una temperatura entre 30 a 35 °C.
El desuerado se realiza con o sin manta, por compresión manual, hasta que la masa no
exude suero, procediendo posteriormente al molido o amasado, se realiza con molinos de
discos, a mano o con metate, hasta que se hace una pasta fina. Posteriormente se sala y se
moldea en aros cilíndrico-planos de al menos dos medidas; aros para piezas de ½ kilogramo y
para ¼ de kilo finalmente; las piezas se orean o se refrigeran. La Figura 45 muestra los pasos
de elaboración.
Comercialización
Es frecuente que se expenda en los mercados públicos, fijos, ambulantes y tianguis lo-
cales y regionales, vendiéndose por pieza, generalmente sin empaque. Algunos de sus
mercados importantes lo conforman los restaurantes, fondas y puestos de comida que
venden platillos típicos de la región, compuestos por cecina asada, frijoles, crema y queso,
además de salsas y tortillas.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Conclusiones
El éxito del sistema ganadero de doble propósito que opera en Yecapixtla, vinculado a la trans-
formación de dos de sus productos, leche y carne, y a la actividad turística de fin de semana
y de estancias cortas en periodos vacacionales, se aminora por el hecho de que el sistema es
incapaz de satisfacer la demanda que generó.
La región de producción
El municipio de Aculco se ubica en la parte noroccidental del Estado de México, en los límites con
el estado de Querétaro. La cabecera municipal se ubica geográficamente entre los paralelos
20° 06’ de latitud norte y los 99° 50’ de longitud oeste del Meridiano de Greenwich (Figura 46).
La altitud de la cabecera del municipio alcanza 2,440 msnm. Su región está considerada co-
mo una zona de clima semifrío, subhúmedo con lluvias en verano, sin estación invernal bien
325
definida. La temperatura máxima es 24.3 °C, mínima de 2.3 °C y una media anual de 13.2 ºC,
presentándose las más bajas en el periodo de noviembre a febrero y que se ubican por abajo
de cero grados.
Es una localidad con varias décadas de tradición quesera, donde existe una concentración
importante de este tipo de agroindustrias cuyo principal mercado es la Ciudad de México. El
territorio de Aculco cuenta con diversos recursos específicos que han consolidado la actividad
lechera y quesera. La construcción de infraestructura vial e hidráulica ha sido fundamental, así
como la base de recursos productivos. La actividad agropecuaria se realiza en 35,448 hectá-
reas de superficie total; 70.8 % se destina al uso agrícola y 29.2 % al pecuario. La producción de
leche se sustenta en 5 212 cabezas de ganado lechero, la mayoría de raza holstein. El principal
producto básico en la zona es el maíz, y la producción de cultivos forrajeros se fundamenta en
avena o praderas inducidas, base para mantener la producción de leche relativamente cons-
tante a través del año.
En Aculco, la principal actividad es la ganadería; los hatos están constituidos de vacas holstein
de tres a 20 cabezas y obtienen producciones de 15 litros diarios por vaca. Las unidades de
producción de leche cuentan con otros animales, como porcinos, aves, ovinos y equinos, sien-
do los bovinos los más representativos en número e importancia económica. Originalmente
eran animales criollos, pero poco a poco fueron desplazados por holstein a través de cruzas,
por compra de animales puros y encastados, y por inseminación artificial. Ésta es practicada
en poco más de 50 % de las unidades de producción y prácticamente todos realizan dos or-
deñas al día. En relación con las prácticas sanitarias en el ordeño, algunos productores las
llevan a cabo, pero no es un hecho generalizado y es más común en aquellos que han recibido
subsidios para la compra de máquinas ordeñadoras.
Los intermediarios compran leche de varios productores, que pueden ser de una o más co-
munidades; inician muy temprano en la mañana, recolectando tanto la leche de ese momento
como la de tarde anterior. El tiempo que toma entregar el líquido a las queserías depende de
la cantidad acopiada, del número de productores y de la cercanía entre éstos; algunos esta-
blecimientos aceptan leche hasta la una de la tarde, lo que implica que su calidad se demerite.
En ésta década, se observa el rompimiento del contacto con la producción primaria y con
los ganaderos, y entonces aparece un nuevo actor: el intermediario. La leche se compra pri-
mordialmente a acopiadores, quienes la llevan directamente a la puerta de la quesería. Dado
que el recorrido para colectarla puede prolongarse hasta mediodía, la mezcla de leche de
varios productores y las temperaturas de la zona pueden afectar considerablemente la calidad
Se observa que el empleo de leche en polvo, grasa vegetal y otros aditivos para la elabora-
ción de productos lácteos, es un riesgo que existe en la zona y, aparentemente, dos empresas
usan leche en polvo para elaborar queso; se entrevistó a gente de una de éstas y mencionan
que lo hacen exclusivamente en la época de baja producción de leche, para mantener una
cantidad constante en el mercado.
En realidad, el origen de este derivado lácteo es el queso ranchero; sin embargo, hay un
aspecto en el proceso de elaboración que crea un producto muy diferente, y es el tiempo de
reposo de la cuajada de 24 horas, lo que favorece la acidificación de la pasta. Eso, aunado a
que la presentación es distinta, lo hace un producto con su propia tipicidad.
El mercado
A escala estatal, Aculco cuenta con cierto prestigio como comunidad productora de quesos
de “calidad”, elaborados con leche fresca de vaca. Las queserías que además tienen tienda,
se identifican con nombre, aunque no necesariamente registrado; sin embargo, esto les da
cierto prestigio y permite ubicarlas, de forma que los compradores puedan regresar con ellos
en caso de que les agrade el producto.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Conclusiones
El queso molido es un producto artesanal por su proceso; se elabora en una zona específica,
es decir, es típico de la comunidad de Aculco. Se produce en baja escala, lo que contrasta con
otros de mayor demanda. No obstante lo anterior, el queso molido es un producto reconocido
y valorado por su proceso, vínculo con el territorio, y características fisicoquímicas y sensoria-
les; esto lo convierten en un producto con potencial de diferenciación y con ciertas ventajas
en el mercado.
Se elabora con leche cruda; es un queso blanco, fresco y de forma cilíndrica; tiene una consis-
tencia blanda, con peso de 250 g a 1 kg.
333
El queso tenate es un producto típico del estado de Hidalgo, concretamente de La Peñuela,
municipio de Acatlán. La tecnología de fabricación data de principios del siglo XX, ligada a la
familia del señor Juan Soto Kondrack. Se elabora tradicionalmente con leche cruda de vaca y
se moldea, prensa y comercializa en cestos de palma (que le dan el nombre). El queso tenate
actual mantiene sus características iniciales. El proceso de su elaboración artesanal se
ha mantenido en la familia de generación en generación; el volumen de producción es de apro-
ximadamente 3 000 kg a la semana.
Además de servir como empaque, el cesto de palma o tenate imparte diferentes caracte-
rísticas sensoriales agradables, como sabor, olor y textura, las cuales hacen que este queso
sea diferenciado entre los consumidores.
Este eslabón de la cadena de queso tenate comprende las actividades primarias ganaderas,
con el objetivo de obtener la leche; los dos principales productores de éste generan su propia
materia prima. En la comunidad de Metepec, municipio de Acatlán, se encuentran otros pro-
ductores que lo elaboran de manera ocasional o bajo pedido. A continuación se describen las
características de los productores de leche que proveen a esos queseros.
Los actuales ganaderos lecheros de la región del Valle de Tulancingo tienen entre 30 y
60 años. El grado de escolaridad de la mayoría de ellos es muy bajo, ya que algunos apenas
terminaron la secundaria, otros sólo hicieron la primaria y, en algunos casos, no estudiaron.
Todos son ganaderos de toda la vida, es decir, que sus padres o sus abuelos los indujeron en
la actividad.
En esta región, la producción lechera se caracteriza por ser a pequeña escala, de tipo
doméstico, con hatos de cinco a 30 vacas. Las unidades de producción mayores a éstas son
muy escasas. Así, la producción está en manos de pequeños lecheros, repartidos en toda la
zona. En la gran mayoría de los casos, el tamaño de las fincas no supera tres hectáreas y la
tenencia de las mismas es mayoritariamente privada; el área dedicada a la producción de leche
(potreros y ordeña) no supera la media hectárea por productor.
Las razas de ganado que prevalecen en la zona son: holstein, suizo, y sus cruzas. El pro-
medio de vacas en producción es de siete. La lechería es altamente estacional, lo cual se debe
Océano Pacífico
Golfo de México
HIDALGO
1. Acatlán
Querétaro
2. Tulancingo
3. Santiago Tulantepec
Veracruz
1
2
Estado 3
de México
principalmente a que en el verano hay más alimento basado en pasto verde que crece en
las praderas por las precipitaciones propias de esta estación. La mayor producción se concen-
tra en el periodo primavera-verano, meses en los que hay más alimento verde para el consumo
de los animales. En esta época se producen hasta 21 litros/vaca/día.
Por otro lado, en el semestre otoño-invierno se logra menor producción de leche por las
bajas temperaturas y la falta de forraje. Durante esos meses se llega a tener una producción
máxima de 15 litros/vaca/día. Por lo tanto, el promedio anual de producción de leche es de 18
litros por vaca al día. La sanidad pecuaria es parte importante de un buen manejo del hato;
la asistencia técnica está dirigida principalmente a aspectos curativos, más que preventivos.
En la zona, cada año, se realizan análisis de brucelosis y tuberculosis, y la vacunación por lo
regular se hace cada medio año o cada vez que las vacas lo requieran.
La mayoría de los productores cuentan con infraestructura y equipo escaso, muchas veces
improvisado. El proceso de ordeño mecánico lo realizan sólo muy pocos productores, los
cuales también llevan a cabo el lavado y presellado de pezones; los que no cuentan con orde-
ñadora mecánica, sólo hacen el lavado.
La leche se transporta en tambos de aluminio y/o plástico. Ninguno de ellos cuenta con
tanque de almacenamiento y/o enfriamiento. Algunos ganaderos poseen pequeñas parcelas
que dedican a la producción de forraje verde para los animales, generalmente alfalfa; el resto
de la alimentación la adquieren en la zona.
Dentro de los aspectos de manejo productivo, el uso de inseminación artificial es una de las he-
rramientas prácticas para el mejoramiento genético que realiza cerca del 50 % de los lecheros
de la zona, por lo general, aquéllos que tienen un hato con más de 10 vacas.
Como se mencionó, los dos principales productores de queso tenate generan su propio
insumo-leche, por lo que en este caso este actor de la cadena productiva no participa. El
transporte de leche de la finca a la planta se hace por medio de tambos de plástico, después
de haberse realizado la ordeña. La finca se encuentra a una distancia no mayor a 70 metros,
por lo que no utilizan cadena de frío.
Para el caso de los productores ocasionales de este queso genuino mexicano, existen al-
gunos recolectores de leche provenientes del municipio de Acatlán. La leche se transporta de
las fincas a la planta en tambos de plástico con capacidad aproximada de 200 litros. Éstos
se llenan con leche proveniente de diferentes proveedores.
Los volúmenes comprados por cada productor quesero están en función de si se trata de
una micro, pequeña o mediana empresa, pero en general van de 200 a 2 000 litros al día.
No existen contratos entre los recolectores y los queseros; la relación es por acuerdo verbal
y, en muchas ocasiones, basado en la confianza mutua que se tienen estos actores, pues
mientras el ganadero asegura cierta calidad de la leche, el quesero aporta el pago oportuno
al final de semana. En la región existe un centro de acopio de leche, pero sus funciones son
escasas y son pocos los productores que hacen uso de éste para comercializar su producto.
Por lo regular, son aquéllos que tienen producción de traspatio; el pago que ofrecen es similar
al que reciben los que le venden a los queseros, pero a ellos se les da bonificación por calidad.
Los volúmenes de leche que procesan las queserías en el Valle de Tulancingo son muy va-
riados; van desde 400 hasta 25 000 litros, pero esto depende del tipo de empresa y del queso
que elabore la industria. En el caso del queso tenate, en La Peñuela, sólo se procesan 400 litros
y los queseros tienen su propio establo, en comparación con las demás empresas que tienen
de tres a 10 proveedores de leche.
Asimismo, las relaciones entre productores de queso tenate son inexistentes pues, aun-
que pertenecen a la misma familia, cada uno conserva sus propias técnicas de elaboración
del producto.
Son relaciones que se caracterizan por fuertes asimetrías. En primer lugar están las de infor-
mación, como acerca de la calidad del producto que sólo es conocida por el vendedor; de hecho,
existen riesgos de trampa, lo cual origina desconfianza. En el mercado del centro de Tulancin-
go se encontraron quesos Tenate con la etiqueta “La Peñuela”, pero éstos no eran elaborados
por los dueños de la marca; es decir, engañaban a los consumidores. En segundo lugar, existe
la asimetría en ganancias. El productor primario obtiene muy poco por litro de leche y vende
poca cantidad. Al final de la cadena, el consumidor influye mucho sobre la dinámica ya que, al
encontrarse en total asimetría de información, es incapaz de reconocer la calidad, por lo que
se fija más en los precios, favoreciendo la elaboración de productos de bajo precio, pero de
mala calidad.
Los queseros aseguran mantener buenas relaciones con sus clientes; esto debido a que
el tipo de producto que trabajan requiere la confianza del comprador para que se haga la
transacción, ya que se trata de un alimento cuyas características, en particular las sanitarias,
no son visibles y son difícilmente controlables. Por esta razón necesitan establecer una buena
relación, a pesar de la fuerte competencia en la región.
La leche cruda llega a las queserías a una temperatura de 30 °C a 36 °C, esto debido que no
cuentan con un sistema de refrigeración; en los ranchos sólo se cuela con una manta.
Una vez que el grano ha tomado cierta consistencia, se deja reposar en el fondo y después se
inclinan las ollas de acero inoxidable para retirar el suero; se usa como filtro una manta de cielo.
El salado es un proceso manual que se realiza con el fin de regular el desarrollo microbiano,
contribuye también a la pérdida de suero y mejora el sabor del queso.
Para el moldeado se utilizan los tenates, que tienen la forma de una bolsa cilíndrica en cuyo
interior se coloca un pedazo de manta de cielo; posteriormente, se introduce la cuajada. La
capacidad puede variar, dependiendo del tamaño del tenate, pero siempre dentro del rango de
500 g y 1 kg. Para el prensado se utiliza una prensa mecánica y se efectúa durante 24 horas a
temperatura ambiente.
Comercialización
La venta de queso tenate se realiza localmente, también por pedido en la central de abastos
del Distrito Federal; participan intermediarios, con los cuales los queseros tienen relación me-
ramente comercial y data de varios años atrás. Uno de los principales productores de este
queso genuino comercializa su producto en una cremería familiar ubicada en el centro de la
ciudad de Tulancingo. Hay otras empresas pequeñas que también cuentan con su propia cre-
mería, donde venden al menudeo, gracias a relaciones de proximidad y confianza; y al mayoreo,
en centrales de abasto. Normalmente estas cremerías se encuentran a escasos metros de la
planta quesera. Estos negocios ofrecen varios tipos de queso que elabora la planta: oaxaca,
panela, el tipo manchego mexicano y, entre ellos, el queso tenate.
Las instituciones presentes en el sector lechero y quesero en el Valle de Tulancingo son esca-
sas. La SAGARPA y La Asociación Ganadera de Tulancingo son las únicas que ofrecen apoyo a
productores de leche; trabajando en conjunto ofrecen servicios de sanidad para erradicar la tu-
berculosis y brucelosis. Todos los productores de la zona reciben este tipo de apoyos, pero son
pocos los que pertenecen a la Asociación, lo que limita su acceso a otro tipo de capacitación.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Existe una cuenca lechera y, por tanto, hay Existe una asociación ganadera.
disponibilidad de materia prima.
Existen relaciones de confianza entre que- Debido a la tipicidad que le otorga el envase
seros y productores de leche. en un tenate de palma, es un queso con po-
sibilidad de obtener una Marca Colectiva con
referencia geográfica.
El queso tiene calidad sensorial diferenciada El queso se puede posicionar en un mercado
respecto a otros quesos. más amplio, con base en su imagen.
Es un queso de gran aceptación (fama) Asistir a ferias regionales donde se puede
regional. dar a conocer el producto.
Es un queso típico de la zona, con un sa-
ber-hacer que data de muchas décadas
atrás.
El producto no ha perdido su sabor original,
por seguirse elaborando con leche cruda.
El queso tiene un alto nivel nutritivo ya que
se fabrica con leche sin descremar.
DEBILIDADES AMENAZAS
La cuenca no es una zona productora de fo- Escasa disposición para organizarse, tanto
rrajes, lo cual encarece la alimentación del en la producción de leche como en la del
ganado. queso.
La tecnificación de la lechería es baja. Poca disposición de los productores a la in-
novación tecnológica y de mercado.
Falta de interés en las actividades de toda la Poca presencia de instituciones en la zona.
cadena por parte de los jóvenes.
Conclusiones
Introducción
Con más de 400 años de historia y vida, el queso cotija se vincula a los rancheros de la Sierra
de Jalisco y Michoacán (Jalmich); sin embargo, el desarrollo de la producción industrial de un
queso “tipo cotija” usurpó su nombre y acaparó su mercado, ofertando un producto totalmente
diferente. Varios trabajos han permitido identificarlo, precisando su calidad peculiar, autenticidad
y el fuerte vínculo que lo une con su territorio y la sociedad ranchera.
La sociedad ranchera, como la que puebla la Sierra de Jalmich, encuentra su origen en el mo-
vimiento de colonización de México que siguió a la conquista y en el mestizaje entre poblaciones
europeas e indígenas. Éste se expresa en los sistemas de producción que asocian el cultivo
itinerante de maíz de los indígenas, basado en la roza-quema con la crianza de bovinos de
los europeos2. Estos sistemas suponen un uso extensivo de la tierra y, por tanto, una baja
densidad de población. De esta manera, su elaboración se ha desarrollado en los ranchos,
343
unidades de producción de pequeña propiedad dedicadas a la producción de ganado; en
ellos, durante la temporada de lluvias, el excedente de leche es valorizado bajo la forma
de queso cotija artesanal madurado3.
El espacio territorial donde pastorea el ganado productor de la leche con la que se elabora
el queso cotija región de origen, y donde están ubicados los ranchos de ordeña, se localiza en
las inmediaciones serranas de dos Estados: Jalisco y Michoacán (Sierra de Jalmich), y seis mu-
nicipios. Jalisco integra los municipios de Quitupan, Santa María del Oro y Jilotlán; y Michoacán
a los de Cotija, Tocumbo y Buena Vista. La zona productora abarca una superficie territorial
de aproximadamente 2 400 kilómetros cuadrados y se encuentra compartida de la siguiente
manera: Santa María del Oro, Jalisco; sur de Tocumbo y de Cotija, Michoacán; norte de Jilotlán
de los Dolores, oriente de Tamazula, sur de Valle de Juárez y de Quitupan, Jalisco; suroeste de
Los Reyes, Peribán y Tancítaro y norte de Buena Vista Tomatlán, Michoacán4 (Figura 49).
La región es una ladera templada, de transición climática, muy plegada y con escalona-
miento altitudinal, que va desde los pies de monte que se elevan a partir del Valle de Tierra
Caliente, formando a partir de allí una figura de herradura (con el arco orientado al norte) que
llega hasta un poco antes de las cumbres frías del eje volcánico. La cubierta vegetal de la
región productora es selva baja caducifolia, con vegetación secundaria irregular, limitando
con bosque mixto de pino-encino en el perímetro externo de esa figura de herradura que tiene
la zona. Dicha región se ubica entre los 700 y 1 700 msnm, aproximadamente; la temperatura
media anual va de los 25 °C al sur, a los 20 °C en los otros tres puntos cardinales que forman
el arco de la herradura, y se registra una precipitación pluvial media anual de entre 900 mm a
1200 mm. Los factores geográficos físicos, como la topografía y el clima, permiten un rango de
humedad relativa específica que se relacionan con las características particulares del queso
Cotija elaborado en dicha región5 (Figura 50).
3 Poméon Thomas, Esteban Barragán, Francois Bouchey Fernando Cervantes. “¿Denominación de origen o deno-
minación genérica?: El caso del queso cotija” en Francois Boucher y Virginie Brun (Coords) De la leche al queso, queserías
rurales en América Latina, ICCA/Porrúa, México, 2011, pp. 47-71.
4 Álvarez Rubén, Barragán Esteban y Chombo Patricia, Reglas de uso, Marca Colectiva: queso cotija región de
origen, El Colegio de Michoacán, CIATEJ, Pro Sierra de Jalmich, 2010:9.
5 Álvarez et al., 2010:10.
La tradición de hacer queso en México se remonta a los principios de la Colonia, cuando los
españoles introdujeron el ganado bovino al continente americano. Es de suponerse que en
prácticamente todas las estancias, haciendas y ranchos ganaderos que se fueron asentando
en el nuevo territorio, se mantuvo y desarrolló dicha costumbre; así apareció y todavía ahora
existe en una gran variedad de quesos genuinos en las distintas regiones del país7.
En dicho contexto, la tradición de hacer un queso de leche fresca, entera y natural, mediante
un proceso artesanal de gran formato cilíndrico, cuidadosamente madurado, es desarrollada
por las sociedades rancheras que fueron colonizando los estrechos valles y las inmensas
serranías del occidente de México. En el centro de esta región encontramos el más remoto an-
Así, se elaboraba en esa amplia región estrechamente vinculada a Cotija (cuenca del
río Tepalcatepec), como la zona de Quitupan, Valle de Juárez, Mazamitla, Jalisco y San José
de Gracia, Michoacán (Sierra de Jalmich); Valle de Tierra Caliente (Tepalcatepec, Buena Vista,
Apatzingán); y Sierra Madre del Sur, con Coalcomán y Aguililla, principalmente, y que se dio a
conocer por los arrieros con el nombre de queso cotija.
Con el paso del tiempo y el desarrollo de la vías de comunicación, primero las del ferrocarril
(al inicio del siglo XX), y más tarde las brechas y carreteras (de mediados del mismo siglo), que
en ningún caso cruzaron por Cotija, la actividad de los arrieros fue cayendo en la obsolescencia
y así la vasta región que hasta entonces había reconocido a Cotija como cabecera administra-
tiva, cultural y comercial, fue disminuyendo; asimismo, el área de producción del queso cotija
auténtico, es decir, el producido con las técnicas tradicionales que le dieron renombre desde
siglos antes, también se redujo.
8 Barragán López, Esteban, “Con el patrimonio en las manos” en Recetario Gourmet: queso cotija región de
origen, siempre a su mesa, SEDECO-Mich., ICATMI, CANIRAC, 2010:11-45.
En el último tercio del siglo pasado llegó a esta zona (noroeste de Michoacán) la moda, que
ya estaba presente en otras regiones queseras del país y muy difundida en el mundo, de hacer y
consumir quesos análogos (los de leche en polvo, caseinatos y grasa vegetal) y de imitación
o “rellenados” de grasa vegetal, féculas, suero y una gran variedad de aditivos con los que,
hasta prescindiendo de la leche, se logra hacer al que siguen llamando queso, incluso “Cotija”.
Así, la industria quesera y hasta artesanos de diferentes partes del país, incluyendo las
regiones vecinas a ésta, que pocos años antes compartieron el territorio, la producción y la
tradición del mismo, empezaron a adulterar dicho producto, conservando, usurpando y colgán-
dose de la fama ganada por el auténtico.
Las familias rancheras rigen sus actividades cotidianas “al son” de los ciclos anuales de la
naturaleza, debido a que sus formas de vivir y producir se encuentran esencialmente supedi-
tadas a ella, primordialmente a las fuentes de agua-ríos, manantiales, ojos de agua y jagüeyes
con las que se cuenta en cada unidad de producción, según época del año, para abasto humano y
de los animales.
Así, el sistema de producción ranchero sigue estructurado en la región por la ganadería bo-
vina de doble propósito (carne y leche), manejada en extensos potreros, de rotación anual para
el íntegro aprovechamiento forrajero, donde a ras de suelo, copas de arbustos y ramas, hojas
y frutos de grandes árboles, los animales buscan libremente sus variados alimentos (todos son
de raíz, es decir, conectados directamente a la tierra, en la abundancia y variedad que ésta
Unos cuantos productos acarreados de los pueblos cercanos, como sal, frijol, azúcar, hari-
na, arroz, algunas verduras y condimentos, así como muy diversos cultivos asociados al maíz,
ganaderías menores, bastante recolección de frutos silvestres, un poco de caza y pesca (todo
estacional), completan la manutención de las familias de estos ranchos donde, junto con la
dinámica de las relaciones sociales, la organización para el trabajo, para las festividades y
ritualidad en general, la mayoría de sus pobladores realizan en su pequeño mundo toda
su “humanidad”. En conjunto, esta forma de vivir, pensar y trabajar modela el paisaje y las
tradiciones de donde sale el auténtico queso cotija.
En esta amalgama de sistemas naturales con los histórico-culturales, el proceso productivo
que viene a completar la especificidad y la calidad del queso cobra sentido. Así, de un ganado
rústico y sano (con certificado vigente libre de brucelosis y tuberculosis), con base genética
criolla, cruzado con cebú en la segunda mitad del siglo pasado, posteriormente suizo y
más recientemente con otras diversas razas (más de carne que de leche), los ganaderos ape-
nas logran obtener unos cuatro litros de leche diarios por vaca (otro tanto es para el becerro),
y sólo durante los cuatro o cinco meses de lluvias de cada año. Esa baja producción redunda
en una leche de muy alta calidad y concentración de nutrientes (un mínimo de 3.7 % de grasa
y 3.0 % de proteína).
Ordeña manual
Toda la leche utilizada para la elaboración del queso cotija es fresca y proviene de las vacas
ordeñadas todos los días en cada rancho de manera manual, una sola vez por las mañanas du-
rante los meses de lluvia (julio a octubre). Las vacas se arrean de las praderas naturales de donde
se alimentan en libre pastoreo al corral de ordeña; para entonces los becerros se encuentran
esperándolas en un pequeño corral anexo. La producción de leche de cada vaca se estimula
con el becerro al amamantarlo; la vaca es pialada con un mecate de las patas traseras y
la cola. La ubre y los pezones se limpian con un trapo húmedo y después la leche se ordeña
En su proceso diario de conversión a queso en cada rancho, a la leche se le retira una cantidad
insignificante de “gordura” (que se convierte en jocoque, mediante fermentación en 24 horas);
una vez que alcanza la temperatura óptima para ser cuajada, se incorpora el cuajo, mismo que
es proveniente del extracto enzimático del estómago de rumiantes. Luego de que la leche cuaja,
se prueba su consistencia, cruzándola con una cuchara y, una vez alcanzado el punto deseado,
“se quiebra” con movimientos rápidos y, posteriormente, ejerciendo una suave presión y calor
con las manos, se va asentando la cuajada. El suero se drena para poder eliminarlo. Ya que
se ha compactado, la cuajada se separa del suero y se pone a escurrir sobre una artesa o
dentro de una bolsa de tela. Enseguida se amasa con la sal Colima artesanal y se obtiene así
el queso fresco.
Luego de unas 18 a 24 horas de permanecer bajo esa presión, la pieza adquiere el grabado
de la manta de ixtle y la forma tradicional cilíndrica con la que comúnmente se le reconoce. Ya
sin mantas, las piezas de queso permanecen fajadas con un aro y se limpian y voltean sobre su
cara diariamente, durante los primeros 15 días de su vida. Cuando ya están oreadas se les quita
la faja, pero se siguen sobando (tallando toda su superficie con un trapo) y volteando cada
tercer día, alternando la cara expuesta al medio, durante los siguientes tres meses, periodo en
el cual ya se consideran como quesos madurados o añejos, listos para verificar su calidad, y
con la edad mínima para partirse y ser consumidos.
Para entonces cada pieza, en la que se utilizaron 200 litros de leche (lo que produce cada
vaca en promedio durante los cuatro o cinco meses en los que se le ordeña en el año), habrá
reducido su peso a cerca de 20 kg., lo que significa que de cada una se obtiene una pieza al
año y que un kilo de queso seco contiene 10 litros de leche.
• De tajo: aquel que al corte no se desmorona y cuyas paredes del corte se man-
tienen en su posición, debido a que contiene menos sal y más grasa sobre el
total de la materia seca.
• De grano: se desmorona al corte, por su mayor contenido de sal y de materia seca.
• De medio tajo o de medio grano: condición intermedia entre tajo y grano.
Es evidente que este cuidadoso proceso tradicional de hacer y madurar el queso cotija, junto
con la alimentación “de raíz” de los animales híbridos y el cariño que el propietario les tiene a
ellos, a su medio y a su actividad, y las particularidades geográficas del medio donde se produ-
ce, se reflejan en el resultado final de este queso y son determinantes en su caracterización
organoléptica (sabor, aroma, color y textura), en su calidad y en su composición nutrimental,
recientemente constatada en los laboratorios.
9 Es el nombre de la Marca Colectiva del queso, otorgada por el Instituto de la Propiedad Industrial (IMPI) en 2005.
10 Información aportada por la Dra. Maricarmen Quirasco Baruch y la Q.A. Verónica Hernández Briones, de la
Facultad de Química de la UNAM; mismas que recibieron el Premio Nacional en Ciencia y Tecnología de Alimentos por las
investigaciones químicas realizadas al queso cotija; UNAM, 2009.
Comercialización
Se elabora sólo en la época de lluvias y se cataloga como un queso artesanal madurado o añe-
jado que puede comercializarse a partir de su tercer mes de vida; por lo tanto, la mayor parte
se vende al terminar la temporada de lluvias.
Los productores de la Sierra de Jalmich recurren principalmente a tres vías para comercia-
lizarlo: venta a intermediarios, venta directa y, muy recientemente (desde 2006), al Mesón del
Queso Cotija SRL de CV, ubicado en Santa Inés, Michoacán. La venta a intermediarios es toda-
vía el canal principal, con un 60 %11 del volumen de queso comercializado; la mayoría de estos
compradores son comerciantes en tiendas de abarrotes minoristas de los pueblos vecinos de
la Sierra de Jalmich (Tepalcatepec, Uruapan, Los Reyes, Peribán, Tocumbo, Cotija, Santa Inés,
Sahuayo, Jiquilpan, Zamora, entre otros), quienes lo venden al menudeo. Estos comerciantes lo
compran a los rancheros en varios pagos, en plazos puede de uno a seis meses, dependiendo
de la fama del productor, de las relaciones que se tenga con él y de la costumbre.
El precio del queso cotija región de origen es muy variable (de 50 a 70 pesos por kilo) y
depende del canal por el cual se comercialice o del cliente a quien se le venda, así como de la
calidad y fama tanto del queso como del productor y del rancho.
Sin embargo, los esfuerzos realizados en torno a los estudios sobre la Potencialización del
Patrimonio Cultural de la Sierra de Jalmich, por lo menos desde 200316, y el hecho de que el
Mesón del Queso Cotija entrara como nueva vía de comercialización a partir de 2006, sirvieron
como detonantes para la modificación del precio de compra a los productores. Esto se debió
a que el Mesón inició recibiendo el queso a 100 pesos por kilo, lo cual llevó a que los interme-
diarios tradicionales comenzaran poco a poco a recibirle a los rancheros la producción de cada
año a un mejor precio, llegando actualmente a pagarles cien pesos por kilo; incluso, hay unos
cuantos productores que lo han logrado vender hasta en 110 pesos por kilo de manera directa.
14 En la zona de origen del queso cotija existen alrededor de 250 ranchos productores y se producen alrededor
de 250 toneladas en la región. Los productores de queso cotija afiliados a la Asociación Regional son 92 y los que cumplen
las reglas de uso son 50.
15 Álvarez et al., 2010.
16 Además de otros estudios también realizados en la zona de origen del queso cotija, como: 1) “Por una orien-
tación plural del porvenir. Proceso de certificación y patrimonio cultural en la Sierra de Jalmich”, en Oscar González (Coord)
Estudios Michoacanos X, El Colegio de Michoacán, Zamora, 17 pp. y anexos en 2003 por Esteban Barragán. 2) “Potenciali-
zación del patrimonio cultural de la Sierra de Jalmich, hacia la denominación de origen del queso cotija, proyecto regional
integral para un desarrollo rural sustentable y localizado”, El Colegio de Michoacán, Zamora, 24 pp. y anexos en 2004 por
Esteban Barragán. 3) Las Reglas de uso de la Marca Colectiva Queso Cotija Región de Origen, El Colegio de Michoacán,
Zamora, 24 pp. en 2004 por Rubén Álvarez, Patricia Chombo y Esteban Barragán. Entre muchos otros estudios, además de
la creación de una A.C. Pro Sierra de Jalmich en 2004 (garante del proceso de revaloración cultural en la región) y la Asocia-
ción Regional de Productores en 2001 por los tres autores antes mencionados, así como también el logro de la obtención
de la Marca Colectiva: queso cotija región de origen en 2005 en conjunto con el Gobierno de Michoacán y Jalisco, siendo
la primera marca colectiva del país otorgada por el IMPI a un producto alimenticio artesanal, así como también el equi-
pamiento del Mesón del Queso Cotija en 2008 por parte de la SEDECO-Michoacán. Todo lo anterior y mucho más, influyó
de alguna manera para que en noviembre de 2006 el Presidente de Pro Sierra de Jalmich, el Presidente de los productores de
queso cotija y un representante del Gobierno del Estado de Michoacán pudieran asistir a Cremona, Italia al Campeonato
Mundial de Quesos de calidad, llevando una pieza de queso de 20 kilos con dos años de maduración, concurso en el cual el
queso cotija ganó el Primer Lugar Mundial en Quesos añejos de Montaña. Después, en junio del 2011, el queso cotija volvió
a participar en un concurso llevado a cabo en El Centro Banamex en México, D.F., obteniendo también el Primer Lugar en la
categoría de “Mejor Queso de México de Rancho”, otorgado por la Sociedad de Maestros Queseros Mexicanos. Además, en
noviembre de 2010, una pieza madurada dos años en la cava del Mesón, fue utilizada como uno de los ingredientes emble-
máticos de la cocina mexicana en la muestra gastronómica-cultural realizada en Nairobi, Kenia, África, donde la UNESCO
reconoció a la Cocina Mexicana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, esfuerzo impulsado por miembros
del Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana (CCGM).
La Sierra de Jalmich, región de origen del queso cotija, ha sido cabalmente estudiada en el área de
Ciencias Sociales desde 1982 por Esteban Barragán López, oriundo de la región e investigador
desde la etapa de licenciatura hasta la de doctorado. Desde 1985, el Colegio de Michoacán, co-
mo Centro Público de Investigación, ha respaldado los proyectos que ha presentado en pro del
Patrimonio Cultural de la Sierra de Jalmich, así como sus publicaciones realizadas en torno a dicha
región. Al pasar de los años, otros investigadores, químicos, técnicos, consultores, promotores
culturales e instituciones públicas se han sumado a este esfuerzo; entre éstos: el CIATEJ, la
Facultad de Química de la UNAM, la Asociación Civil Pro Sierra de Jalmich, la SAGARPA-Michoacán,
además del gobierno municipal de Cotija de la Paz, de los gobiernos estatales de Michoacán,
de la Secretaría de Planeación y Desarrollo (SEPLADE), la SEDECO, el Centro Empresarial para las
Exportaciones (CEXPORTA) y la SEDAGRO, así como de otras instancias de Jalisco, como
la Secretaría de Desarrollo Rural (SEDER) y la SEDECO, y el Fondo Nacional de Apoyo para las
Empresas de Solidaridad (FONAES) y el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
Asimismo, la región de origen y el queso cotija han logrado atraer progresivamente el inte-
rés de nuevas instancias y personalidades nacionales e internacionales: académicos, técnicos,
promotores culturales, turistas, comercializadores, planificadores, funcionarios gubernamen-
tales, medios de comunicación, tiendas de autoservicio y supermercados, chef, consumidores
y uno que otro advenedizo.
El esfuerzo ha traído frutos ya que, además del entusiasmo social, la progresiva apertura
institucional, académica y gubernamental, así como los mercados gourmet, donde se inscribe
el marcado interés por esta vía de protección de los patrimonios culturales, particularmente en
el estado de Michoacán, y gracias también al arduo trabajo de los visionarios Alfredo Ramírez
Bedolla y Hugo Gama, respaldados por la SEDECO-Michoacán, se ha generado y sostenido una
política pública para identificar y proteger los productos artesanales tradicionales del estado
mediante la figura legal de Marca Colectiva (MC), la cual fue adquirida por el queso cotija región
de origen antes que por ningún otro; le han seguido por lo menos 45 más en Michoacán, con-
virtiéndose así este último en el estado líder absoluto de la protección del patrimonio cultural
de sus pueblos.
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Patrimonio cultural de la Sierra de Jalmich de Logro de una Norma exclusiva para el Queso
más de 400 años de tradición Cotija: NMX-F-735-COFOCALEC-2011 Queso Cotija
Artesanal Madurado.
Recursos ambientales, culturales y cognitivos Publicación de libros y artículos con ISBN y rece-
que permiten la especificidad del original queso tarios gourmet.
cotija.
Es un queso genuino, distinguido por su presen- Se cuenta con expediente justificativo desde el
tación, forma, maduración y sabor. 2005 para ser presentado ante el IMPI y solicitar
la DO.
Leche cruda de vacas alimentadas en libre pasto- Hay un interés creciente de consumidores por
reo y ordeñadas cada mañana de manera manual productos regionales y auténticos artesanales
en cada rancho. de los cuales se puede conocer su trazabilidad.
Fama del nombre queso cotija a nivel regional, Participación en el movimiento internacional
nacional e internacional (migrantes). Slow Food, el cual fomenta el interés por conocer
el origen de los productos y la conservación de
alimentos tradicionales artesanales.
Reglas de uso oficiales y NMX que respetan la Reconocimiento, valoración y consumo del queso
tradición. cotija por parte de un número considerable de
chef mexicanos, académicos y público en general.
Creación del Mesón del Queso Cotija. El queso: un producto artesanal mexicano de alta
calidad al nivel de los mejores quesos del mundo.
Inserción del queso cotija región de origen en ni- Atracción de estudiantes, investigadores, comer-
chos de mercado gourmet. ciantes, turistas nacionales y extranjeros a la
zona productora.
Producto de temporada.
DEBILIDADES AMENAZAS
Falta de infraestructura básica: caminos y corra- Falta de reconocimiento oficial para los quesos
les de manejo en la región productora. hechos con leche bronca (cruda) en México.
No se cuenta aún con Denominación de Origen. No se puede cumplir con Normas Oficiales res-
pecto a la inocuidad; por lo tanto, no se puede
ofertar el queso en grandes cadenas comercia-
les, ni para la exportación.
Falta de más mercados gourmet. No existe un Consejo Regulador para que los pro-
ductores que cumplen las Reglas de Uso puedan
usar la MC.
Malentendidos entre algunos productores res- Usurpación del nombre y la fama del auténtico
pecto al trabajo de académicos e instituciones queso cotija artesanal madurado por parte de la
públicas. industria quesera de imitación: el “tipo”.
Envidias y/o celos entre algunos productores. Presencia de compradores farsantes en la región
que sólo engañan a los productores.
No se cuenta con recursos necesarios para equi- Riesgo de que intereses particulares (empresa-
par con lo básico sus propios ranchos. rios industriales del queso tipo Cotija) puedan
interferir para que el gobierno no otorgue la DO al
auténtico queso cotija.
Conclusiones
Ha sido mucho el trabajo, el avance y las batallas ganadas en este proceso de revaloración de
un producto y de una cultura, pero queda un largo camino por andar en la perspectiva de un
desarrollo regional basado en la apropiación colectiva de los bienes patrimoniales, incorporando
innovaciones tecnológicas sin perder la esencia o “el alma” de los productos. Esto sigue re-
quiriendo de un arduo, organizado y sistemático trabajo simultáneo en los diferentes frentes
abiertos en el proceso.
El posicionamiento del queso de marca viene a potenciar todos los esfuerzos que de manera
plural hemos venido haciendo las personas, instituciones, empresas, medios de comunicación y
organismos sociales para reconocer, proteger, dignificar, valorar simbólica y económicamente
los patrimonios culturales de los distintos pueblos.
17 Quien quiera conocer más a fondo los baluartes de la nueva gastronomía mexicana y sus principales artífices,
los destacados Chef que están difundiendo nuestra cocina mexicana dentro y fuera de México, se le recomienda la revista
trimestral Sabor a México. Editorial jm, 2010; especialmente el No. 21, en la que además de las fotos de muchos de los Chef,
vienen interesantes artículos y excelentes recetas gourmet.
1. En México existe una gran diversidad de quesos artesanales genuinos que representan
sus territorios y su ambiente de origen. Así, están los del desierto y semidesierto, como el de
la Sierra de Durango, el añejo de Zacatecas, el asadero de Aguascalientes, el cocido de Sonora
y el adobera de Los Altos de Jalisco. Todos éstos se elaboran con leche procedente de sistemas
de pastoreo estacional, con ganado rústico, criollo, y cruzas con razas europeas.
2. También existen los de clima templado y frío, de zonas montañosas, como el cotija región
de origen de Michoacán y Jalisco, el adobera de la Sierra Amula en Jalisco, el ahumado de La
Joya, Veracruz y el de Zacazonapan, Estado de México. Para su elaboración se utiliza leche de
vacas especializadas y de mezcla de ganado europeo con criollo y cebuino.
3. Están también los del trópico, como el bola de Ocosingo, Chiapas, el de poro de la región
de Los Ríos, Tabasco, el crema de Chiapas, el enreatado de Nuevo Morelos Veracruz y el de
Tepeque de Michoacán. Se elaboran con leche procedente de ganado cebuino con cruzas de ra-
zas europeas, el cual se mantiene en pastoreo extensivo en praderas naturales e introducidas.
4. Más de 90 % de los quesos estudiados y referidos en este libro se elaboran con leche
cruda; como excepciones, los de algunas queserías que hacen el chihuahua menonita y el
oaxaca del Estado de México, las cuales sí pasteurizan la materia prima.
363
5. Los quesos mexicanos genuinos se elaboran a nivel artesanal, es decir, en baja escala y
con escasa incorporación de tecnología moderna en los procesos productivos.
7. En cuanto a la tipicidad, cada caso representa un ejemplo singular, ya que todo queso
es distinto a sus congéneres debido a factores como la procedencia de la leche, las condicio-
nes de hechura, los protocolos de elaboración, la maduración, la distribución y el consumo.
8. Dado que la mayoría de los quesos mexicanos genuinos son elaborados con leche cruda,
no se puede asegurar plenamente la inocuidad del producto, sobre todo porque existen quesos
frescos, de consumo inmediato, que pueden entrañar riesgos para la salud. Sin embargo, debido
a sus procesos de fabricación, que implican la extinción de microflora patógena, los madurados,
los ácidos y los de pasta hilada pueden ser considerados presuntiva o declaradamente inocuos.
10. En cuanto a organización, salvo en algunos quesos como el de cotija región de origen
y el de poro de Tabasco, los productores artesanales no se hallan organizados como gremio
y, por lo tanto, no han logrado los beneficios que se obtienen con acciones concertadas que
favorezcan a todos; es preocupante que, no obstante que los queseros elaboran un producto
notable, muy típico, no pretendan trabajar en conjunto.
13. En la búsqueda de una rápida generación de ingresos, muchos queseros están dejando
de orear y madurar el derivado lácteo, favoreciendo su venta como producto fresco, lo que ha
llevado a que se pierda la imagen tradicional de queso oreado, madurado o añejado que otrora lo
prestigiaba; este es el caso, por ejemplo, del queso Sierra de Durango, del añejo de Zacatecas,
del bola de Ocosingo, Chiapas y del de tetilla de Nayarit.
14. Otro aspecto preocupante es la adulteración del producto, vía la incorporación de leche
en polvo y grasa vegetal, en aras de una aparente modernización tecnológica, impulsada por
la necesidad de supervivencia o de mayores ingresos, o por la escasez estacional de leche;
esto ya ocurre desafortunadamente con varios quesos artesanales mexicanos en diferentes
regiones del país.
15. Existe la necesidad de seguir estudiando los quesos mexicanos genuinos porque toda-
vía hay desconocimiento sobre muchos rasgos de su tipicidad; por ejemplo, su composición
química, sus propiedades fisicoquímicas, su calidad microbiológica y sensorial, así como la
valorización simbólica del producto por parte de los consumidores reales y potenciales.
16. Se requiere difundir la visión de que los quesos artesanales mexicanos son el resultado
de la interacción de varios actores involucrados en su hechura, tales como los productores de la
leche, los queseros, los comerciantes que los distribuyen y, finalmente, los consumidores.
Es decir, hay que concebir al queso como la resultante de un sistema de producción donde
todos los agentes tienen una tarea relevante y contribuyen al valor final del producto. Así,
referirse al futuro de los quesos artesanales mexicanos implica hablar del destino de los pro-
ductores de leche y de sus familias, de los comerciantes y distribuidores, y de otros agentes
vinculados a la cadena productiva, tales como el de los proveedores de insumos y servicios.
17. Para preservar los quesos mexicanos genuinos se requiere un esfuerzo multidisciplina-
rio y multipartita, para que puedan tener presencia en el mercado, deseablemente de manera
creciente. Los queseros deben tener la motivación primaria de preservarlos, pero siempre vin-
culados a otros agentes de apoyo, como agencias de gobierno, entidades privadas y públicas,
como las universidades y las ONGs.
18. El destino de los quesos artesanales genuinos también depende de la difusión de éstos
entre las generaciones más jóvenes, principalmente las urbanas, las cuales en muchos casos
CONCLUSIONES 365
han perdido el contacto con la forma de producción de alimentos. En esta tarea es muy impor-
tante la participación de los padres de familia, quienes pueden preservar o crear el hábito de
consumo de los quesos mexicanos genuinos entre sus hijos y personas allegadas.
19. El apoyo de las autoridades locales, principalmente los presidentes municipales, es cla-
ve en la promoción y desarrollo de las cadenas productivas de los quesos artesanales genui-
nos. También es importante el trabajo conjunto con los representantes de diversas agencias
de gobierno, como las de desarrollo rural, economía, turismo y fomento a la pequeña y mediana
industria, que pueden canalizar apoyos directos e indirectos a los agentes de las cadenas
queseras. No se debe omitir la participación de las instituciones de educación superior en la
investigación de los productos y en la capacitación tecnológica y comercial de los distintos
grupos queseros.
20. Siendo México un país culturalmente rico, entre otros aspectos por su variedad gas-
tronómica, la cual se origina en el mestizaje histórico indígena-español, y siendo los quesos
parte de esa riqueza alimentaria, es preocupante que no haya medidas tendientes a difundir,
valorar y conservar estos productos. Por el contrario, en el mundo globalizado actual, con fuer-
tes tendencias homogeneizantes, los quesos mexicanos se ven amenazados de una extinción
gradual o rápida. Sin embargo, su destino no tiene que ser inexorablemente la desaparición;
hay ejemplos de países donde desde antaño se han emprendido acciones de valorización y
preservación, como es el caso de Francia, España e Italia. Es en esta orientación que los diver-
sos actores sociales tendrían que participar consciente y comprometidamente para evitar la
extinción de este patrimonio gastronómico invaluable.
Acidez (de la leche). La leche siempre presenta una reacción ácida que se valora de dos for-
mas: con un potenciómetro (para medir el pH), o por titulación, con una solución 0.1 normal de
hidróxido de sodio. La acidez de la leche se clasifica en natural (la que presenta la leche fresca),
desarrollada (como ácido láctico, por las bacterias acidificantes de la leche cruda) y total (la
suma de las anteriores).
Adulteración. Práctica fraudulenta que consiste en cambiar “la naturaleza original” de la ma-
teria prima o el producto. Por ejemplo, a la leche cruda se le puede adicionar agua o sólidos
de bajo peso molecular (por ejemplo, sal) para cambiar su composición y obtener beneficios
económicos, o retirar una proporción de grasa butírica y reponerla con grasa vegetal para
hacer quesos de imitación.
367
Agostadero. Predio o terreno ganadero en donde los animales de un hato o rebaño (por ejem-
plo, bovinos) “pastan” libremente.
Adobe. Especie de ladrillo (de forma prismático-rectangular) elaborado con barro o tierra arci-
llosa, sin cocer, cuyo uso data desde la Colonia; durante siglos se empleó profusamente en la
construcción de casas y bardas, sobre todo en el medio rural.
Apoyo (ordeña con). Práctica de ordeña, en el sistema lechero de doble propósito (leche/car-
ne), en la que se emplea al ternero (ternera) para estimular la “bajada” de la leche de su madre
y así poder extraer el fluido. Las vacas especializadas (para leche) no lo requieren.
Botero. En la quesería artesanal mexicana es todavía un agente (actor local) clave que se
encarga de recolectar la leche cruda, a menudo “caliente”, y llevarla a las queserías para
su trasformación. Usualmente es un participante independiente, que cobra por el volumen
transportado. No obstante que frecuentemente se le llama “coyote” (peyorativamente), el
botero cumple una función clave como intermediario entre el lechero y el quesero, dadas las
difíciles condiciones de colecta en los sistemas de lechería familiar y de doble propósito.
Bronca (leche). Así se llama comúnmente a la leche cruda en México, más en el sistema familiar y el
de doble propósito (extensivo); el término se ha arraigado por su uso durante décadas y quizá siglos.
Cadena agroindustrial. Modelo abstracto que concibe a la agroindustria (quesera u otra) re-
lacionada con sus proveedores (de leche u otros) y compradores del producto alimentario (por
ejemplo, el queso). El modelo se puede aplicar a una empresa particular o a un conjunto de
éstas del mismo giro, por ejemplo queseras, todas ellas ubicadas en un territorio determinado.
Entre las empresas de materia prima, producto terminado y comercializadoras se establecen
relaciones de diversa índole, no solamente comerciales.
Carrizo. Planta gramínea que crece en lugares húmedos; por ejemplo, a la orilla de los ríos.
Sus tallos, huecos, se han utilizado en México para elaborar objetos útiles, como artesanías,
instrumentos musicales y esteras o zarzos para escurrir, orear o madurar algunos tipos de
quesos artesanales.
Cuajado mixto (de la leche). En la quesería artesanal mexicana el término hace referencia al
cuajado de la leche con cuajo enzimático (por ejemplo, de renina), pero favorecido por el desa-
rrollo de acidez, vía fermentativa, por las bacterias ácidolácticas (BAL). Se trata de un cuajado
lento, ya que incorpora una menor proporción de cuajo que el cuajado enzimático normal.
Algunos quesos mexicanos de pasta ácida y desmineralizada se elaboran por cuajado mixto
(por ejemplo, el queso crema de Chiapas).
Cuajo de “cuerito”. Fragmento del cuajar (abomaso) de animales pre-rumiantes (por ejem-
plo, terneros, cabritos y corderos), el cual se sala y seca a la intemperie. Todavía se utiliza
como coagulante rústico en la quesería artesanal mexicana. A menudo, antes de empacarse
se sumerge o macera en un poco de suero ácido, salmuera diluida o en agua con jugo
de limón.
Cuajo microbiano. Sustancia líquida, generalmente, que contiene una enzima (proteína) coa-
gulante de la leche y cuyo origen es un microorganismo; por ejemplo, el moho Mucor miehei.
Actualmente una gran proporción del cuajo líquido empleado en México es microbiano.
GLOSARIO 369
Chedarización. Término inspirado en el queso cheddar, inglés; constituye una operación im-
portante en tecnología quesera. Consiste en el manejo (por ejemplo, corte, apilamiento, volteo,
reapilamiento) de “bloques” de cuajada en la tina de proceso, durante un lapso que puede ser
de una a varias horas. Su función es favorecer el exudado de suero de la pasta, su texturiza-
ción y la acidificación en masa por acción de la microflora ácidoláctica.
Denominación de Origen (DO). Es el nombre de una región geográfica del país que sirva para
designar un producto originario de la misma y cuya calidad o características se deban exclu-
sivamente al medio geográfico, correspondiendo a éste los factores naturales y humanos.
En Europa, en varios países mediterráneos, como Francia, Italia y España, existen quesos
artesanales protegidos por una DO. En México se cuenta con algunas marcas colectivas, pero
ninguna DO para quesos nativos.
Desnatado. Descremado rústico por obtención de nata a partir de leche en reposo; ésta se
forma por la acumulación gradual y lenta de los glóbulos microscópicos de grasa butírica de
la leche. En la quesería artesanal todavía se llega a desnatar con una cuchara grande o una
jícara de madera.
Doble propósito. El ganado bovino de doble propósito se cría para obtener tanto carne (vía
los toretes que se destetan después de varios meses) como leche. Está compuesto por
razas cebuinas o cruzas de ganado europeo (por ejemplo, pardo suizo o holstein) con cebú,
apropiadas para practicar la ganadería extensiva en libre pastoreo, como ocurre en vastas
regiones de México.
Extensión (de leche). Práctica moderna aplicada en la industria láctea que consiste en “abun-
dar” la leche fluida, natural, combinándola con leche en polvo rehidratada, ajustando la com-
posición de la mezcla final a la de la leche natural. A menudo, en el proceso de extensión se
sustituye parcial o completamente la grasa butírica, propia de la leche, por grasa vegetal.
Flavor. Término de origen inglés, muy extendido en tecnología de alimentos, empleado para
designar las propiedades sensoriales de sabor y aroma (juntos) en los alimentos. La palabra
se puede pronunciar como tal, en español, o con su sonido del inglés.
Friable (pasta). Rasgo de la pasta de algunos quesos (por ejemplo, el Cotija, algunos añejos y
varios de los molidos frescos), la cual se puede desmenuzar o desmoronar al ejercer presión,
más o menos intensa, con los dedos sobre el material.
Gel. Sistema fisicoquímico donde existe una estructura molecular tridimensional formada por
polímeros (por ejemplo, proteínas). Varios alimentos conocidos son geles, como la gelatina, el
yogur y la cuajada recién hecha a partir de leche. Los geles en alimentos se caracterizan por
su viscosidad (“cuerpo”) o consistencia.
Guacal (o huacal). Palabra de origen náhuatl que se refiere a un cajón rústico elaborado con
delgadas tiras de madera o pequeños troncos de diámetro reducido, en el que cada pieza es
clavada o atada con alambre. Desde antaño, los guacales han sido muy usados en México para
contener y transportar alimentos, como frutas, panes artesanales y quesos.
GLOSARIO 371
Inocuidad. Se refiere a la condición, en este caso de un alimento, de no ser dañino para el
humano. Esto implica que debe estar libre de agentes patógenos (como bacterias y virus),
sustancias tóxicas y contaminantes, que ponen en riesgo la salud del consumidor.
Levantado. En varios quesos artesanales mexicanos, una operación del proceso que consiste
en depositar la cuajada ya cortada, con o sin trabajo del grano, en una bolsa y suspenderla,
con el fin de favorecer el desuerado y el autoprensado de la masa.
Lira. Instrumento para el corte del gel (cuajada) de quesería; está constituido por un marco
o bastidor metálico (deseablemente de acero inoxidable) con bordes afilados, en cuyo interior
se disponen, a separaciones iguales, alambres cortantes de acero inoxidable bien tensados.
Marca Colectiva (MC). Es una marca de propiedad de muchos productores o de una organi-
zación (una cooperativa o una sociedad de producción rural de queseros artesanales), cuyos
miembros han aceptado, por consenso, respetar ciertas condiciones establecidas para elabo-
rar un producto (reglas de uso). Una MC se construye colectivamente (por los diversos agentes
de una cadena agroindustrial y otros institucionales) y su reconocimiento en México lo otorga
el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
Metate. Utensilio doméstico utilizado desde tiempos prehispánicos para moler el maíz pre-
parado (nixtamal) para elaborar las tortillas. Consiste en una piedra labrada, abrasiva, rectan-
gular, ligeramente cóncava en la cual, por medio de una pieza casi-cilíndrica (o ligeramente
fusiforme) llamada “mano” o metlapil, el maíz ya cocido (nixtamalizado) se transforma en
masa para tortillas a la cual se le da la forma característica y se cuece en un “comal” (hoy,
placa de metal; antes de barro).
Malaxado. También dicho “melaxado”, operación que se efectúa en quesos artesanales mexi-
canos de pasta hilada (filata). Consiste en el amasado que sufre la cuajada por acción manual
o mecánica, al llegar a su punto correcto de acidez y al calentarla gradualmente. La máquina
para hacerlo se llama malaxadora o “melaxadura”.
Microflora banal. Aquella formada por bacterias, levaduras y mohos y que, asociada a la leche
o productos lácteos, no ocasiona enfermedades. Sin embargo, debido a que deteriora la cali-
dad de los productos, por lo general también es indeseable. Ejemplo: bacterias acidificantes,
bacterias psicrótrofas (crecen en refrigeración) y levaduras.
Oreo. En quesos para madurar, la operación a la que se someten las piezas de queso recién
desprensadas con el fin de retirarles la humedad ostensible que se concentra en la superficie.
Consiste en colocar los quesos al ambiente durante un lapso variable (por ejemplo, 5-24 horas
o, incluso, algunos días en ciertos quesos (como el Cotija y varios añejos) para que se evapore
el agua superficial.
Pasteurización. Proceso higienizante al que se somete la leche cruda para envasar; también
la de quesería industrial. Está destinada a eliminar todas las bacterias patógenas para hacer
segura o inocua la leche (y sus derivados). Se efectúa por aplicación de calor, a cierta tempe-
ratura y por cierto tiempo (por ejemplo, 63 °C/30 min o 73 °C / 15 segundos). Con el tratamiento se
destruye a la bacteria causante de la tuberculosis y otros patógenos menos termo resitentes.
Queso natural. En México se le llama así al queso genuino, elaborado con leche fluida, entera
o parcialmente descremada, y con el mínimo de aditivos. En el medio rural, donde priva la que-
sería artesanal, también se llama queso puro o real.
Queso de imitación (o imitación de queso). Es un producto que se elabora con leche fluida o en
polvo, pero entre cuyas materias primas e ingredientes se incluyen “polvos proteicos” (por
ejemplo, caseinatos) y sustancias de origen no lácteo, como grasa vegetal.
GLOSARIO 373
Queso magro. Un queso con poca grasa, debido a que en su elaboración se emplea leche par-
cialmente descremada o semidescremada, como el queso panela y el cottage.
Reata. Cuerda gruesa hecha de fibras vegetales (de agave, henequén u otras plantas), muy
utilizada por la gente del campo mexicano para efectuar diversas tareas; por ejemplo, jalar
objetos y conducir animales de carga. La emplean los charros en sus suertes ecuestres.
Reglas de Uso. Conjunto de disposiciones sobre distintos aspectos que un grupo de produc-
tores acuerdan para la elaboración de un producto con protección jurídico-económica, como una
Denominación de Origen (DO) o Marca Colectiva (MC) con referencia geográfica. En el caso de
un queso artesanal se refiere, por ejemplo, al tipo de ganado empleado, la alimentación que
consume, la calidad de la leche, los rasgos esenciales del proceso de lechería y del queso mis-
mo, etcétera. Estas reglas son consensuadas y estrictamente seguidas, so pena de sanciones
impuestas por la misma agrupación de productores.
Rejeguería. Sistema de producción lechera con ganado de doble propósito (leche/carne), gene-
ralmente con pastoreo extensivo; con este término se llama también a las instalaciones rústicas
(corral, postes de amarre, etcétera) que funcionan como una “sala” de ordeña en ese sistema.
Rutero. Es el agente que colecta la leche “caliente” en los sistemas de lechería extensiva y de
traspatio (familiar). A menudo opera libremente y contrata sus servicios con los queseros; en
la jerga del sector todavía se le llama “coyote”
Serofermento. Cultivo láctico rústico empleado en algunos casos de quesería artesanal para
acelerar la fermentación (acidificación) de la leche o pasta quesera; se elabora con suero
dulce de quesería de buena calidad y en condiciones muy higiénicas, dejándolo fermentar
“espontáneamente” por sus propias bacterias ácidolácticas.
Texturización (de la pasta). En los quesos de pasta texturizada, tras el trabajo del grano,
la cuajada se maneja como bloques de pasta a los cuales se permite que se autoprensen y
desarrollen cierto grado (aunque sea mínimo) de acidez. El proceso puede ser relativamente
corto (una hora) o largo (más de cuatro horas); según el tiempo de la operación, se dará origen
a pastas queseras de distintas texturas.
Zarzo. Estera o malla plana, tejida con varas delgadas, cañas de carrizo o mimbre, utilizada
para orear o añejar quesos artesanales. La estera se suspende del techo del recinto de oreo,
generalmente con cuerdas; de este modo, las piezas de queso se protegen también del daño
por roedores.
GLOSARIO 375
376
TABLA DE SIGLAS
377
LTLT: Low Temperature Long Time ( Baja temperatura, largo tiempo: un tipo de pasteurización)
MC: Marca Colectiva
NMX: Normas Mexicanas (facultativa)
NOM: Normas Oficiales Mexicanas
PROCAMPO: Programa de Apoyos Directos al Campo
PROGAN: Programa Ganadero
PVC: Cloruro de Polivinilideno (tipo de plástico)
SAGARPA: Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación
SE: Secretaría de Economía
SECAM: Secretaría del Campo
SEDAFPA: Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura
SEDAGRO: Secretaría de Desarrollo Agropecuario
SEDER: Secretaría de Desarrollo Rural
SEGOB: Secretaría de Gobernación
SEPLADE: Secretaría de Planeación y Desarrollo
SSA: Secretaría de Salud
UAA: Universidad Autónoma de Aguascalientes
UACh: Universidad Autónoma Chapingo
UAEM: Universidad Autónoma del Estado de México
UNACH: Universidad Autónoma de Chiapas
UNAM: Universidad Nacional Autónoma de México
UNESCO: Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura
UTS: Universidad Tecnológica de la Selva (en Ocosingo. Chiapas)
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389
Fernando Cervantes Escoto. Es profesor investigador del doctorado en Problemas Eco-
nómico Agroindustriales impartido por el CIESTAAM. Realizó sus estudios profesionales en la
Universidad Autónoma Chapingo, donde obtuvo en 1987 el grado de Ingeniero Agrónomo es-
pecialista en Zootecnia. En 1993 se graduó como maestro en Ciencias en Producción Animal
en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona, España. En 2001 se
graduó con honores al obtener el doctorado en Problemas Económico Agroindustriales en el
CIESTAAM, Universidad Autónoma Chapingo. Ha sido becario de la Agencia Española de Coo-
peración Internacional y del CONACYT. Ha publicado alrededor de 35 artículos con arbitraje en
revistas periódicas de gran prestigio nacionales e internacionales, como Veterinaria México,
Técnica Pecuaria en México, Problemas del Desarrollo, Agroalimentaria, Archivos de Zootecnia,
Estudios Sociales, Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas, Revista Mexicana de Ciencias Pe-
cuarias, entre otras. Ha publicado cinco libros en coautoría. Lechería familiar, factores para
el éxito en el negocio (2001), ¿Por qué estudiar las cuencas lecheras mexicanas? (2007), Los
quesos genuinos mexicanos: patrimonio que debe rescatarse (2008), La lechería familiar en
México (2009), y La leche y los quesos artesanales en México (2012). En conjunto con Abraham
Villegas, Alfredo Cesin y Angélica Espinoza, en 2009 obtuvo el premio al Mejor libro de quesos
del mundo, otorgado por los Gourmand World Cookbook Awards en Paris, Francia. Sus principales
líneas de investigación son: análisis de la lechería familiar; análisis de la cadena agroindustrial
lechera; y Rescate de los quesos artesanales. E-mail tartalian04@gmail.com
ATLAS DE
leche cruda.
LOS QUESOS
agroindustriales y de las posibilidades que algunos de ellos tienen de conseguir una
protección jurídico-económica; como podría ser una marca colectiva con referencia
MEXICANOS
investigación muy amplia en varios estados de nuestro país donde se elaboran
quesos artesanales, ello nos permitió obtener información para describir hasta ahora
la cadena agroindustrial de 32 variedades. Este material es completamente inédito,
GENUINOS
pertinente y oportuno.
El término Atlas, según la mitología griega, hace referencia al titán condenado por
Zeus a cargar la tierra separada de los cielos; en ese sentido el término evoca un
esfuerzo sobrehumano, titánico. Así, el nombre de este libro tiene un significado
dual: el de la bibliografía de un compendio temático especializado, y otro metafórico,
que alude al esfuerzo del titán para cumplir su tarea. En esta última acepción, el Atlas
estaría constituido por el conjunto de investigadores que trabajamos tesoneramente
para cumplir la magna tarea de documentar el acervo quesero que tiene México, y que
había permanecido ignorado por décadas.
ABRAHAM VILLEGAS DE GANTE
FERNANDO CERVANTES ESCOTO
ALFREDO CESÍN VARGAS
ANGÉLICA ESPINOZA ORTEGA
ARTURO HERNÁNDEZ MONTES
ARMANDO SANTOS MORENO
ANGEL ROBERTO MARTÍNEZ CAMPOS