Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Prensa
3.3K
Aquí las oraciones para vivir intensamente estos 9 días en familia, en el trabajo, la
comunidad, grupo parroquial, etc.
Se recomienda rezar a la Santísima Virgen, a San José y al Niño Jesús, así como
reflexionar con la meditación del día y cantar los llamados “gozos”.
Para acceder día por día a la Novena de Navidad, puede ingresar a:
Primer Día de la Novena de Navidad 2021 - 16 de diciembre (Con el perdon del Espiritu
santo reconciliemonos con Dios y con los Hermanos).
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu
Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en
las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te
damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te ofrecemos, Señor, el
esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más
fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda
para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para
nuestra comunidad un estímulo, a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos
más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
2.- Oración para la familia
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos
das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya
egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón.
Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti
en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que
cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste
unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a
educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que
hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de
ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada
hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de
verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos reúnen alrededor del
pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las
ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido
para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia;
que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que
cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos,
entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a
entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos
y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
Vamos a afianzar nuestros valores de modo que la navidad sea lo que debe ser; una
fiesta dedicada a la RECONCILIACIÓN. Dedicada al perdón generoso y comprensivo
que aprenderemos de un Dios compasivo.
Con el perdón del Espíritu Santo podemos reconciliarnos con Dios y con los
hermanos y andar en una vida nueva. Es la buena noticia que San Pablo exclamó en
sus cartas, tal como leemos en su epístola a los Romanos 5. 1 – 11. Vivir la Navidad es
cancelar los agravios si alguien nos ha ofendido, y es pedir perdón si hemos
maltratado a los demás.
Así, del perdón nace la armonía y construimos esa paz que los ángeles anuncian en
Belén: paz en la tierra a los hombres que aman al Señor y se aman entre sí. Los seres
humanos podemos hacernos daño con el odio o podemos ser felices en un amor que
reconcilia. Y esa buena misión es para cada uno de nosotros: ser agentes de
reconciliación y no de discordia, ser instrumento de paz y sembradores de
hermandad.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh
Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor humano;
que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor
veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño. Niño
que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares
aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de
mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz.
Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!
Segundo Día de la Novena de Navidad 2021 -17 de diciembre (Que la Encarnaciòn de Dios
nos enseñe el Gran Valor llamado Comprensiòn).
8.5
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu
Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en
las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te
damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te ofrecemos, Señor, el
esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más
fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda
para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para
nuestra comunidad un estímulo, a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos
más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos
das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya
egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón.
Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti
en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que
cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste
unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a
educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que
hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de
ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada
hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de
verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos reúnen alrededor del
pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las
ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido
para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia;
que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que
cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos,
entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a
entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos
y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
Podemos decir que la Encarnación de un Dios que se hace hombre puede leerse en
clave de ese gran valor llamado comprensión. Es un Dios que se pone en nuestro
lugar, que rompe las distancias y comparte nuestros afanes y nuestras alegrías. Es
gracias a ese amor comprensivo de un Dios padre que somos hijos de Dios y
hermanos entre nosotros. Dios, como afirma San Juan nos muestra la grandeza de su
amor y nos llama a vivir como hijos suyos. Leer la primera carta de Juan 3, 1 – 10. Si
de verdad actuamos como hijos de Dios no imitamos a Caín si no que “damos la vida
por los hermanos” (3, 16).
Con un amor comprensivo somos capaces de ver las razones de los demás y ser
tolerantes con sus fallas.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh
Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor humano;
que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor
veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño. Niño
que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares
aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de
mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz.
Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!
Tercer Día de la Novena de Navidad 2021 - 18 de diciembre (Que Jesus como buen pastor
nos enseñe a vivir el Amor Respetuoso).7.
Padre Nuestro
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos
das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya
egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón.
Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti
en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que
cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste
unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a
educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que
hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de
ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada
hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de
verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos reúnen alrededor del
pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las
ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido
para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia;
que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que
cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos,
entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a
entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos
y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
Una cualidad del amor que nos mueve a aceptar a los otros tal como son.
El respeto es fuente de armonía porque nos anima a valorar las diferencias, como lo
hace un pintor con los colores o un músico con las notas o ritmos.
Jesús no aprueba que la mujer no conviva con su marido, pero en lugar de juzgarla la
felicita por su sinceridad. Actúa como buen pastor y nos enseña a ser respetuosos si
de verdad queremos entendernos con los demás.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh
Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor humano;
que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor
veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño. Niño
que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares
aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de
mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz.
Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!
Cuarto Día de la Novena de Navidad 2021 -19 de diciembre (Que la Navidad nos acerque a
la verdad. Aceptar que jesus es Luz que viene a este Mundo).
6.4K
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu
Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en
las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te
damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te ofrecemos, Señor, el
esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más
fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda
para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para
nuestra comunidad un estímulo, a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos
más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos
das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya
egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón.
Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti
en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que
cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste
unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a
educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que
hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de
ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada
hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de
verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos reúnen alrededor del
pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las
ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido
para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia;
que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que
cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos,
entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a
entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos
y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
Una cualidad sin la cual el amor no puede subsistir, ya que no hay amor donde hay
mentira. Amar es andar en la verdad, sin máscaras, sin el peso de la hipocresía y con
la fuerza de la integridad.
Sólo en la verdad somos libres como lo anunció Jesucristo: Juan 8, 32. Sólo sobre la
roca firme de la verdad puede sostenerse una relación en las crisis y los problemas.
El amor nos enseña a no actuar como los egoístas y los soberbios que creen que su
verdad es la Verdad.
Si la Navidad nos acerca a la verdad es una buena Navidad: es una fiesta en la que
acogemos a Jesús como luz verdadera que viene a este mundo: Juan 1, 9. Luz
verdadera que nos aleja de las tinieblas nos mueve a aceptar a Dios como Camino,
Verdad y Vida. Ojalá nuestro amor esté siempre iluminado por la verdad, de modo
que esté también favorecido por la confianza.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh
Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor humano;
que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor
veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño. Niño
que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares
aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de
mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz.
Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!
Quinto Día de la Novena de Navidad 2021 - 20 de diciembre (Que en estas fechaz Dios nos
concedaa todos el Don del Dialogo sereno).
5.9K
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu
Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en
las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te
damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te ofrecemos, Señor, el
esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más
fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda
para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para
nuestra comunidad un estímulo, a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos
más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos
das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya
egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón.
Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti
en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que
cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste
unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a
educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que
hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de
ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido
para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia;
que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que
cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos,
entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a
entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos
y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
Toda la Biblia es un diálogo amoroso y salvífico de Dios con los hombres. Un diálogo
que lleva a su culmen y su plenitud cuando la palabra de Dios que es su Hijo, se hace
carne, se hace hombre, tal como lo narra San Juan en el primer capítulo de su
evangelio.
Dios nos concede a todos el don de comunicarnos sin ofensas, sin juicios, sin
altanerías, con respeto y empatía, lo que genera acogida y mutua aceptación.
6.- Oración al niño Dios
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh
Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor humano;
que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor
veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño. Niño
que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares
aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de
mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz.
Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!
Sexto Día de la Novena de Navidad 2021 - 21 de diciembre (Que la Navidad nos ayude a
desterrar el orgullo y nos enseñe la sencillez).
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu
Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en
las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te
damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te ofrecemos, Señor, el
esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más
fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda
para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para
nuestra comunidad un estímulo, a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos
más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos
das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya
egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón.
Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti
en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que
cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste
unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a
educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que
hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de
ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada
hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de
verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos reúnen alrededor del
pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las
ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido
para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia;
que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que
cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos,
entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a
entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos
y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
Sencillez que fue el adorno de María de Nazaret tal como ella misma lo proclama en
su canto de Magníficat.
El amor sólo reina en los corazones humildes, capaces de reconocer sus limitaciones
y de perdonar su altivez.
Es gracias a la humildad que actuamos con delicadeza, sin creernos más que nadie,
imitando la sencillez de un Dios que “se despojó de sí mismo y tomó la condición de
siervo” Filipenses 2, 6 – 11.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh
Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor humano;
que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor
veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño. Niño
que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares
aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de
mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz.
Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu
Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en
las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te
damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te ofrecemos, Señor, el
esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más
fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda
para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para
nuestra comunidad un estímulo, a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos
más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos
das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya
egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón.
Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti
en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que
cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste
unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a
educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que
hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de
ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada
hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de
verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos reúnen alrededor del
pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las
ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido
para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia;
que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que
cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos,
entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a
entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos
y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
Es un pasaje bíblico en que el apóstol invita a los Corintios a compartir sus bienes con
los necesitados. 2Cor 8, 7 – 15.
Sabemos amar cuando sabemos compartir, sabemos amar cuando damos lo mejor
de nosotros mismos en lugar de dar sólo cosas.
Tomemos pues, la mejor decisión: dar cariño, afecto, ternura y perdón; dar tiempo y
dar alegría y esperanza.
Demos amor, como decía San Juan de la Cruz: donde no hay amor pon amor, y
sacarás amor.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh
Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor humano;
que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor
veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño. Niño
que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares
aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de
mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz.
Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!
Octavo Día de la Novena de Navidad 2021 - 23 de diciembre (Que esta epoca nos enseñe a
cuidar nuestra fe como se cuida un Tesoro).
5.3K
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu
Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en
las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te
damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te ofrecemos, Señor, el
esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más
fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda
para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para
nuestra comunidad un estímulo, a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos
más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos
das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya
egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón.
Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti
en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que
cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste
unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a
educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que
hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de
ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada
hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de
verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos reúnen alrededor del
pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las
ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido
para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia;
que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que
cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos,
entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a
entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos
y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
Una fe que es firme cuando nace una relación amistosa con el Señor.
Una fe que es auténtica está confirmada con las buenas obras, de modo que la
religión no sea sólo de rezos, ritos y tradiciones.
Necesitamos una fe grande en nosotros mismos, en Dios y en los demás. Una fe sin
vacilaciones como lo quería Jesús: Marcos 11. 23.
Una fe que ilumina el amor con la fuerza de la confianza, ya que “el amor todo lo
cree”. 1Cor 13, 7.
La FE es la fuerza de la vida y sin ella andamos a la deriva. Razón tenía Publio siro al
decir: el que ha perdido la fe, ya no tiene más que perder.
¡Qué bueno que nos puedan saludar como a la Virgen!: “Dichosa tú que has creído”.
Lc 1, 45.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh
Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor humano;
que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor
veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño. Niño
que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares
aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de
mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz.
Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu
Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en
las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te
damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te ofrecemos, Señor, el
esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más
fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda
para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para
nuestra comunidad un estímulo, a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos
más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Padre Nuestro
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos
das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya
egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón.
Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti
en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que
cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste
unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a
educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que
hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de
ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada
hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de
verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos reúnen alrededor del
pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las
ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido
para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia;
que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que
cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos,
entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a
entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos
y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro
El amor y la esperanza siempre van de la mano junto con la fe. Por eso en su himno al
amor nos muestra San Pablo que el amor cree sin límites y espera sin límites”. 1Cor
13, 7.
Una fe viva, un amor sin límites y una esperanza firme son el incienso, el oro y la
mirra que nos dan ánimo para vivir y coraje para no decaer.
Es gracias al amor que soñamos con altos ideales y es gracias a la esperanza que los
alcanzamos.
El amor y la esperanza son las alas que nos elevan a la grandeza, a pesar de los
obstáculos y los sinsabores.
Si amamos a Dios, nos amamos a nosotros mismos y amamos a los demás, podemos
lograr lo que sugiere San Pedro en su primera carta: “estad siempre dispuestos a dar
razón de vuestra esperanza. Con dulzura, respeto y con una buena conciencia”. 3, 15
– 16.
Gloria al Padre
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh
Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor humano;
que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que nos has salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!
- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor
veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño. Niño
que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares
aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de
mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz.
Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
- Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes
tanto!