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Por su parte, Jorge Holovatuck (2021), tras reconocer que “todos los teatros habidos y
por haber pertenecen siempre a una comunidad” (p. 19), considera que es posible
reconocer en los medios de producción las primeras características distintivas del
teatro comunitario: desde la comunidad, donde “los recursos suelen provenir de los
propios vecinos/as”; por la comunidad, cuando los recursos “provienen de aquellos
vecinos/as que poseen algún comercio y que ofrecen ayuda económica”, y mediante la
comunidad, donde “se suman aquellas empresas que suelen colaborar
desinteresadamente o por cuestiones impositivas”, es decir: taxativas, “con distintos
recursos, pero principalmente con dinero” (p. 28).
Lo primero que hicimos fue presentar una propuesta de temas y plumas que dieran
cuenta de ellos; buscábamos abarcar, como era de esperarse, lo más posible:
conceptualización y definición del teatro comunitario, antecedentes y precursores,
metodologías pedagógicas, encuentros y festivales, prácticas y estrategias,
participación de las mujeres, impronta de los pueblos originarios, presencia de
infancias y juventudes, procesos de producción, vinculación con otras expresiones
artísticas escénicas comunitarias, políticas públicas en materia cultural y proyección
hacia el futuro. Al final, nos quedó un dossier desde nuestro punto de vista bastante
rico con todas estas temáticas (a)bordadas por compañeras y compañeros como
Mariana Chávez, Julio César López Cabrera, Petrona de la Cruz Cruz, Sandra Romero
Jiménez, Roberto Vázquez Montoya, Diego Méndez Guzmán, Sna Jtz’ibajom A.C., David
Mazatl, Rosa Hortensia Aguilar Trujillo, Alfonso Nava Hernández, Luz Sandoval, Aldo
Quintero Sánchez, Ignacio Pérez Barragán (entrevistado por Mauricio Garmona) y
Edwin Sarabia.
Al conocer la propuesta, tanto Jaime Chabaud como Leticia García, editora de Paso de
Gato, nos propusieron encargarnos de tres secciones más de la revista: “Perfil”, donde
se celebra la trayectoria de algún hacedor o alguna hacedora de la escena nacional;
“República del Teatro”, donde se recoge el quehacer teatral de algunas de las
entidades federativas del país allende la Ciudad de México, y “Estreno de Papel”,
espacio reservado a la publicación de obra dramática inédita, generalmente de noveles
autoras y autores. Sobra decir que aceptamos el reto y para llevarlo a cabo nos
articulamos en cuatro círculos de trabajo muy al estilo del modelo sociocrático; pero,
en nuestro caso, adoptados de la metodología de trabajo colaborativo en red de la
organización hispanoamericana tejeRedes. “Perfil” quedó en manos del maestro
“Topo”; “Estreno de Papel”, en las de Raúl Pérez Pineda, y “República del Teatro” y
“Dossier”, en las manos de tod+s.
La tarea de resaltar la labor de las mujeres que hacen los teatros comunitarios en
México fue asumida por la maestra Beatriz Serrano, convocando a las directoras,
actrices, promotoras, pedagogas, escritoras, diseñadoras, constructoras y
cuentacuentos Rosa Hortensia Aguilar Trujillo, María Luisa Góngora Pacheco, Petrona
de la Cruz, Andrea Arenas, Claudia Ascencio y Mariana Chávez; la maestra Chávez,
además, la acompañó en la compilación y edición de la palabra y el sentipensar de
todas las demás maestras. Entre su pluma y las del resto de las secciones “Dossier”
cubrimos parte del quehacer teatral comunitario de ocho estados: Chiapas, Yucatán,
Estado de México, Baja California, Morelos, Guerrero, Tlaxcala y Ciudad de México,
que, junto a los textos de “República del Teatro”, de Martín Layune (Aguascalientes),
Francisco “Pacho” Lozano, que coordinó un texto a seis manos junto con Carlos Reyes
y Cyril Demouy (Colima), Julio Perea Guillén (Sonora), Coral Turrubiates (Tamaulipas),
Marisol Castillo Castillo (Morelos), Socorro Loeza Flores (Yucatán), Leopoldo Elías
Smith Mac Donald (Zacatecas) y Sebastián Liera, a partir de una presentación de
Benjamín Gómez Jiménez (Durango), hicieron un total de 14 entidades federativas con
experiencias teatrales de por lo menos seis pueblos: tsotsil, tseltal, maya, nahua,
comcáac y afromexicano.
Al tsotsil, además, y por primera vez en los 20 años de existencia de la revista, pudimos
darle un lugar especial en “Estreno de Papel”, con la obra Ton vo’ / La roca de agua, de
Petrona de la Cruz; un texto en el que, como escribiera Vivian Martínez Tabares (2021),
la dramaturga “persiste en hurgar en las raíces de las culturas originarias de Chiapas, al
recrear una parte de su historia por medio de la tradición oral”. La crítica e
investigadora teatral, editora de la revista Conjunto, agrega:
Fernando dejó su oficio de impresor para integrarse el Grupo de Teatro y Poesía Coral
Mascarones en 1968, un año más tarde viajaría junto con sus nuev+s compañer+s a
Francia para presentarse en el Segundo Festival Internacional de Nancy y L’université
de Paris (La Sorbona) con la puesta en escena Las calaveras de Posada, original de
Guillermo Contreras, bajo la dirección de Mariano Leyva. Cuenta la leyenda que
estando en París, los muchachos fueron a conocer el famoso cabaret del barrio rojo de
Pigalle ubicado en el número 82 del Bulevar de Clichy, en el distrito 18 de la capital
francesa: el Moulin Rouge, y, en un momento dado, cuando habían decidido regresar a
su hotel, Fernando les pidió que lo esperaran afuera porque necesitaba ir al baño; así
lo hicieron, pero Fernando, que no salió nunca según sus compañeros, desapareció. Al
llegar a su hotel preocupados por no saber dónde estaba, lo encontraron ya dormido
en su cama: había salido del Moulin Rouge frente a sus propios ojos y nadie se dio
cuenta de cuándo salió y cuándo se fue; desde entonces lo apodaron “El Fantasma”.
La invisibilidad del “Fantasma” a sus 24 años de edad fue el signo de su quehacer
escénico a lo largo de sus más de seis décadas de trayectoria artística; estuviera en
Mascarones, o en el Grupo Cultural Zero que cofundara en 1978, o en Colartes
(Colectivo de Artes y Raíces Escénicas) donde actualmente participa, Fernando “El
Fantasma” ha sido uno de esos integrantes que son mayoría en los grupos de teatro
popular y comunitario cuya presencia es opacada por el liderazgo y protagonismo de
sus directores o de otros actores y actrices. Su participación, sin embargo, tanto en la
escena teatral y estética como en la social y política, se ha ganado el cariño y la
admiración de varios de sus colegas de tablas y compañeros de luchas, y de ello dimos
cuenta en el “Perfil”.
II. Una red, sí, mexicana; pero, sobre todo, de teatro comunitario.
Compañeros como Raúl Pérez Pineda y Pablo Moreno harían algunos aportes, igual en
el foro (chat) de WhatsApp de la ya para entonces bautizada Red Mexicana de Teatro
Comunitario, sobre lo que desde su visión podrían ser sus propósitos: “El propósito de
esta red es (…) sumar esfuerzos, seguir creando intercambios y buscar apoyos para
todos los grupos y personas que nos dedicamos a esta noble acción por una política
cultural más equitativa y mejor para todos” (Pérez, R., comunicación personal, 3 de
julio de 2021). “Generar intercambios de saberes y metodologías de aprendizaje del
teatro comunitario” (Pérez, R., comunicación personal, 4 de julio de 2021). “Generar
políticas públicas favorables para los grupos y personas que dedican su vida al
desarrollo del teatro comunitario” (Ibíd.). “Difundir las actividades de los grupos y
personas pertenecientes a la red, así como promover los festivales, encuentros,
congresos, talleres, seminarios, etc.” (Ibíd.). “Creo la pedagogía de nuestra red debe
ser el hilo conductor… uds que son grupos de teatro comunitario deben marcar (el)
rumbo” (Moreno, P., comunicación personal, 4 de julio de 2021). “Generar mayor
diálogo entre los creadores de las comunidades indígenas, afro y mestizos. Difundir el
uso de lenguas originarias” (Pérez, R., Ibíd.). “Por una política cultural más equitativa y
mejor para todos” (Ibíd.).
En esa misma reunión, Raúl Díaz sumaría como propósitos dejar de estar invisibles y
que se reconozca al quehacer teatral comunitario como un hecho profesional, dar a
conocer las metodologías de los grupos que hacen teatro comunitario y crear una
consciencia de lo que es teatro comunitario. Agregó, para el tema de las metodologías
pedagógicas la importancia de identificar/definir la psicología, la sociología y la
antropología propias del teatro comunitario. Socorro Loeza y Julio Perea hablaron de la
trascendencia de sistematizar los procesos pedagógicos y los saberes, así como las
experiencias de cada proyecto/colectivo, y Marisol Castillo apoyó su participación
mencionando que si hay un comité de educación se apuntaba para ser parte del
mismo.
Lo anterior llevó a ir mencionando las comisiones de trabajo: “1. Educación y
pedagogía; 2. Políticas culturales; 3. Construcción de la red; 4. Mujeres; 5. Pueblos
originarios; 6. Difusión y promoción, y 7. Investigación, historia del teatro comunitario
(biblioteca historiográfica de los grupos)” (Castillo, M. comunicación personal, 7 de
julio de 2021).
El tema de la segunda comisión: Políticas culturales, llevó a Raúl Díaz y Jaime Chabaud
a hablar de un comité rotativo de representación (Díaz) o voceros ante posibles
encuentros con funcionarios del sector público en aras de un trazado de agenda
política (Chabaud), paralelo a la labor interna que Beatriz Serrano propuso se fuera
construyendo para definir propósitos, misión, visión, estructura organizacional. El tema
de la tercera comisión: Construcción de la red, fue bordeando asuntos como la
filosofía, las bases conceptuales de la misma RedMxTC y la creación de un documento
madre o matriz.
Mucho más difuso, el tema de la quinta comisión: Pueblos originarios, quedó apenas
mencionado pero no se dejó de mencionar que uno de sus grandes retos/problemas
tiene que ver con problemas de conectividad. Los temas de difusión y promoción
terminarían siendo integrados a una comisión de comunicaciones que empezaría por
preguntarse en voz de Sandra Romero: ¿Qué plataforma es la que más no conviene
utilizar? ¿Qué queremos mostrar en esa(s) plataforma(s)? ¿Quién queremos que nos
vea a través de esa(s) plataforma(s)? y hablaría de la importancia de visibilizarse hacia
el interior de las propias comunidades. Y, el tema de la séptima comisión: Investigación
y memoria histórica, se fue abordando de manera paralela a los de educación y
pedagogía, pero sin definir líneas de trabajo.
Cristian Figueroa (2016) apunta que “las redes se definen como sistemas de actividad
humana (y) acoples de conversaciones entre los actores o CLEHES, entendiendo que
el entrelazado entre el lenguaje y las emociones genera mundos a partir del
diálogo y la conversación” (p. 40). Para Figueroa,
¿Es la Red Mexicana de Teatro Comunitario una red o una comunidad? ¿En qué
medida es la una o la otra? Quizás podríamos empezar por decir que es ambas: una
red/comunidad local o equipo/organización de “personas que, unidas por un propósito
y desde (nuestras) actividades, (deseamos) realizar un proceso de cambio en (nuestras)
relaciones internas y externas” (Figueroa, Ibíd, p. 30). Personas que nos reconocemos
mutuamente y que hemos decidido juntarnos, repito, en torno a un propósito (aún por
terminar de construirse/definirse), ciertos ideales (obviados en las conversaciones) y
algunas metas (enunciadas, pero todavía difusas) que, por supuesto, formamos parte
de una o varias redes/comunidades globales (o territorios) de personas, colectiv+s y
agrupaciones que “que se conectan entre (sí) para desarrollar (sus propios)
propósitos” (p. 30). Es el caso, por mencionar los ejemplos más evidentes, de la
red/comunidad global de personas que hacen teatro comunitario en México, cuya
mayoría está allende el tejido de la RedMxTC, o la de quienes hacen teatro
comunitario a lo largo y ancho del así llamado subcontinente de América Latina (con
fraternidades y sororidades que nos enlazan a experiencias del sur de Estados Unidos
con el teatro chicano), o la informe red/comunidad global de quienes hacen teatro sin
adjetivos.
Los “círculos de trabajo”, marcados por las líneas temáticas trazadas en la asamblea
del 7 de julio, son: el Círculo de Educación y Pedagogía, que ha empezado a
organizarse y entre sus primeras propuestas está el compartir los distintos formatos de
sistematización de metodologías educativas y pedagógicas que se han dado a sí
mism+s l+s nodos/colectiv+s/agrupaciones integrantes de la red/comunidad local; el
Círculo de Políticas Culturales, que tuvo una salida en falso, primero, al no reunirse y
dar cabida a la designación de un grupo de integrantes de la red que dialogaran con el
jefe de la Coordinación Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes y
Literatura (INBAL), Leonardo Daniel Miranda Cano, y, segundo, al relegar de facto sus
posibles tareas al Círculo de Articulación en la continuación de las negaciones con la
CNT-INBAL; el Círculo de Investigación y Memoria, que también ha empezado a
organizarse y tiene por primera propuesta realizar una encuesta que recoja nombres y
trayectorias personales y colectivas de quienes integran la red/comunidad local, y
conceptualizaciones también personales y colectivas en torno al teatro comunitario, y
el Círculo de Comunicaciones, que sin un propósito definido ha retrasado el diseño de
una estrategia de comunicación social y comunitaria para la red/comunidad local y
apenas va resolviendo sobre la marcha necesidades de comunicación tanto al interior
de la misma red/comunidad (vinculadas con necesidades de cuidados de las personas)
como al exterior (relacionadas con la promoción y difusión de la red/comunidad y sus
nodos integrantes.
El Círculo de Articulación, por su parte, integrado por las personas que articulan los
otros siete “círculos”, está conformado por el núcleo más activo de lo que en la
metodología tejeRedes Cristian Figueroa (2016, p. 30) llama “emprendedores/agentes
de cambio”:
3. Juventudes, que no estaba pensado en un inicio, actualmente está integrado por Luz
Sandoval (Articuladora), Sandra Romero y Sara Pinedo.
5. Investigación y Memoria, otro de los círculos que podrían llegar a ser muy
importantes al interior de la red/comunidad, está integrado por Mauricio Garmona
(Articulador), Julio César López, Donnovan Santos y Roberto Vázquez.
Otro de nuestros proyectos que podría generar en el corto plazo valor de cambio o de
uso, relacional y de conocimientos es la participación de la RedMxTC en la 41 Muestra
Nacional de Teatro, co-creando con la Coordinación Nacional de Teatro del INBAL un
espacio digno de presencia de nuestro quehacer en un acontecimiento que
tradicionalmente nos ha despreciado. La propuesta que hemos presentado a la CNT-
INBAL estará afinándose en los próximos días y, de consolidarse, se estará llevando a
cabo hacia finales del mes de noviembre del presente año.
También en el corto plazo, esperando que ello redunde sobre todo en valor relacional,
está el Laboratorio de Masculinidades de la RedMxTC impulsado por Mauricio
Garmona, con acompañamiento de Sebastián Liera. Una de sus primeras actividades es
la charla “Responsabilidad ante la violencia masculina: retos y alternativas”, que será
impartida por Héctor Merino Gómez, licenciado en Psicología Social, maestrante en
Sexualidad y Equidad de Género y facilitador del grupo Hombres Creando-se Bienestar
que trabaja bajo el modelo reeducativo CECEVIM-GENDES con hombres que deciden
dejar de ejercer violencias hacia las mujeres de quienes son pareja y otras personas; la
cita será el 30 de septiembre de 2021 a las 20 horas. La segunda actividad es el taller
“Masculinidades en transformación”, facilitado por Rafael Alfaro y Carlos Burgos, del
Instituto Municipal de la Mujer del Ayuntamiento de Mérida, cuyo objetivo es
promover relaciones equitativas entre mujeres y hombres mediante la construcción de
alternativas a la masculinidad hegemónica; la cita tendría cuatro encuentros: 20 y 27
de septiembre, y 4 y 11 de octubre. (2)
En el mediano plazo, nuestra actividad que creemos nos significaría mayor valor de
conocimientos y, desde luego, relacional, y tal vez también de cambio o uso, sería la
celebración del que ya estamos nombrando III Congreso Nacional (I Internacional) de
Teatro Comunitario, el cual estamos imaginando sobre la base de los artículos que
escribimos en el número 84 de Paso de Gato y los que se nos quedaron en el tintero
por falta de espacio. Su antecedente son los I y II Congresos Nacionales de Teatro
Comunitario realizados por el Consejo de Teatro Comunitario de los Volcanes en 2003
y 2004; tras casi 20 años, la RedMxTC recogería el guante de aquellas experiencias,
buscando como entonces vincularnos con estudiantes de las escuelas superiores de
artes escénicas del país.
Hacer teatro comunitario en su expresión más radical es, como dijera Lucio, “ser
pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo”; la Red Mexicana de Teatro Comunitario
está en construcción todos los días, su lógica, al parecer, es la de ser una
red/comunidad que a diferencia de los partidos políticos apueste por prácticas
colaborativas, horizontales y transparentes. El modelo de producción capitalista en su
actual fase ha proletarizado sectores de la sociedad que en los setenta no cabrían en la
definición de Boal, ensanchando el espectro de lo que es ser pueblo; sin embargo, la
esencia de lo postulado por Cabañas sigue vigente y lo contrario sería traicionarnos.
Nos queda, pues, trabajar por ello “hasta que la dignidad se haga costumbre”… por lo
menos.
VI. NOTAS.
(2) De funcionar la iniciativa, sería el primero de cinco talleres que buscarán generar
espacios de reflexión que favorezcan la deconstrucción de la masculinidad hegemónica
con la finalidad de promover relaciones mas saludables entre los hombres, facilitar la
reflexión y sensibilización de los hombres sobre el ejercicio de las violencias hacia las
mujeres, fomentar la construcción de una paternidad responsable e igualitaria a través
de la deconstrucción de la paternidad tradicional y promover la seguridad de las
personas ante situaciones de acoso sexual callejero a través del fortalecimiento de
rutas de acción en espacios colaborativos.
VI. REFERENCIAS.
Martínez Tabares, V. (2021). Ton vo’ / La roca de agua. Paso de Gato. Revista Mexicana
de Teatro, (84), 73.