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Cosas del barranco 10.

Entre Guanches y
Franceses. Los Tacoronte de Tegueste, los últimos
habitantes de la casona de los Laureles

Tomás Rodríguez Rodríguez.

Licenciado en Geografía e Historia ULL.

Esta décima entrega de Cosas del Barranco, la dedicaremos a una familia muy
poco conocida por la mayoría de las jóvenes generaciones. Esos niños que
nacieron y crecieron en la casona grande del camino de Los Laureles[1], esa
que los mayores llaman “Casa de los Tacoronte”, o que nuestro cronista J.D.
Darias llamó “del barón de Chasserieu”. Sí, porque fue este noble francés,
René, Cónsul del país de la Marsellesa, el que en 1879, adquiere la finca anexa
al camino de los Laureles[2]. En el periódico de la época nos encontramos, el
anuncio de una subasta pública, generada por el banco Hipotecario de España,
sobre una finca que fue propiedad de Don Joaquín García y Mesa que se
describe de la siguiente manera: “Una hacienda en parte de riego situada en el
Pueblo de Tegueste el viejo denominada “Los Laureles” en el camino que llaman de
los Laureles, destinada al cultivo de trigo, papas, tabaco, cochinilla y millo, con
laureles y árboles frutales, con casa para su dueño, habitación para medianero y
salón para frutos, con otros alpendes para pajar y gallinero, de cabida de treinta
fanegadas o sea quince hectáreas, setenta y cuatro áreas y ochenta y cinco
centiáreas, que linda por Naciente con tierras que nombran de la Isequilla que hoy
posee D. José Tabares, por el poniente con el camino de la Placeta, por el Norte con
el barranco de las Tapias y por el sur con el expresado camino de los Laureles”[3].

El barón René de Chasserieu, debió adquirirla y sobre la casa existente


construyó la imponente mansión que hoy podemos ver. Esta casa y su finca se
convirtieron en un lugar importante una vez nombrado cónsul de Francia en
sustitución del antropólogo Sabin Berthelot. Dicha mansión fue visitada por
innumerables personajes del momento; príncipes, viajeros europeos, políticos,
que recogen en algunas publicaciones sus vivencias y las virtudes del barón y
su familia. La casona de Tegueste y su residencia en la calle de La Marina eran
paso obligado para los marinos franceses que arribaban al puerto de Santa
Cruz de Tenerife[4].
Fig.1.- Casa de los barones Chasserieu, en la actualidad.

1º.- Los Chasseriau.

La familia del Barón de Chasseriau, tuvo una profunda relación con el mundo
napoleónico, sobre todo en las campañas americanas, la Lousiana, Santo
Domingo y Haití, que le permitieron conseguir méritos y puestos en el estado
francés. En la familia además de funcionarios, se conocen algunos artistas
como el pintor Theodore Chasseriau, muy importante en los círculos de Ingres
y se convirtió en uno de los pintores Neoclásicos más importantes de
Francia[5].
Fig.2.- General Victor Frederic Chasseriau.

Uno de los familiares más destacados fue el General Víctor Frederic


Chasseriau, nacido en La Rochelle (21-09-1774) murió en la batalla de Waterloo
en 1815. Este general y barón intervino en los procesos independentistas de la
Gran Colombia, a favor de los Borbones Españoles.

Su hijo Carlos FredericChasseriau (1802-1896), fue el arquitecto de los puertos


de Marsella y Argelia.

Arthur Nedjma Chausseriau (1850-1934), tuvo mucha relación con el arte,


promocionando toda la obra de su primo Theodor Chasseriau.

Desde 1861, Mr. René de Chasseriau es nombrado Cónsul de Francia en las


Islas, trasladándose con su familia a Tenerife, donde permaneció hasta su
fallecimiento en 1904. Su trabajo como cónsul lo desarrolló hasta 1889. Se casó
con la María Bret La Chèze, que le sobrevivió unos 10 años falleciendo en
Tegueste en 1914. Facilitó el apoyo logístico que necesitaba Francia en la
conquista de los territorios africanos, sobre todo en la pacificación de Argelia y
participó en numerosas sociedades, como la empresas creadas para la
explotación de piedra pómez en el Teide, el primer campo de Golf en Tenerife,
situado en la Mesa de Mota y en la construcción del Hotel Botánico en el
Puerto de la Cruz, entre otras.

2º.- El Cónsul de Rusia.

Esta casa, se convirtió en lugar de residencia habitual de su hija Luisa Amanda


Chasserieu Bret[6] y su marido Abel Aguilar y Aguilar, que proviene de una
familia de comerciantes de Santa Cruz[7]. Abel Aguilar, fue un activo
empresario y diplomático, nombrado Cónsul de Rusia en las Islas, tuvo, como
sus suegros los Chasseriau, una importante actividad diplomática en la casa de
Tegueste con la celebración de importantes reuniones y fiestas. Por el ejemplo
el nombrado Zar en el exilio Duque Nicolás de Rusia, o el príncipe polaco
Marcellín Czartoryski, visitaron la casona, reflejadas en la prensa del momento.

De esa unión nacen cuatro vástagos, Olga, Abel, María Luisa y Elena, que se
criaron correteando por los jardines de la casona y asistieron a las grandes
fiestas que se celebraban con la flor y nata de la sociedad del momento.

Fig.3.- Los nietos del barón René Chasserieu, en los jardínes de la casona de
Los Laureles. Finales del S.XIX.
Su posición social les llevó a emparentarse con familias importantes de la
sociedad canaria, dedicados principalmente a carreras militares, comercio o
política. Olga con Don Luis Vandewalle y Fernández del Castillo, un importante
comerciante lagunero[8], Luisa con el capitán del Estado Mayor D. Enrique
Suárez de Deza y Roure[9], Abel, después de sus estudios en Madrid se dedicó
a la carrera militar en el cuerpo de artilleros. Y por último Elena Aguilar
Chasserieu, que contrajo matrimonio en la ermita de la Placeta con D. Eduardo
Tacoronte y Bretillard[10].Descendiente de una importante familia de Abona (
Vilaflor y San Miguel) . Estos últimos pasarán a ocupar la casa solariega de la
familia continuando esa mezcla franco-guanche a la que hace alusión el título
de este artículo.
Fig. 4.- Esquema genealógico de los habitantes de la casona de Los Laureles.

3.- Los primeros Tacoronte en Tegueste. El S.XVI.

La historia de los Tacoronte y Tegueste, tiene un origen bastante dilatado en el


tiempo. La proximidad geográfica de los reinos guanches propiciaron
relaciones profundas que se intuyen en documentos que conservamos tras la
conquista castellana y en las leyendas, que emparentan las casas reales de
ambos menceyatos[11].

Tras la conquista, los hijos de los menceyes de Tacoronte y Tegueste, se


asocian en determinados negocios. Don Pedro de Tacoronte y Don Juan de
Tegueste, gestionan una piara de cerdos, propiedad del conquistador Gonzalo
del Castillo, al que le dan cuentas en los testamentos del propio Gonzalo del
Castillo y su mujer Francisca de Tacoronte[12].

“En 5 de enero de 1509, ante Sebastián Páez, toma en renta, junto con don Pedro
de Tacoronte, 60 puercas de vientre de Gonzalo del Castillo, tiempo de 4 años. Se le
identifica como don Juan de Tegueste, natural y vecino. Interviene Francisco de
Tacoronte como lengua -intérprete o traductor-, lo que nos indica que los dos
contratantes aún no sabían el castellano. AHPSC”.

Sabemos además por unos cuantos documentos, datas y protocolos que


Alonso Fernández de Lugo premia a dos guanches de Tacoronte con tierras en
el valle de Tegueste, dos hermanos que colaboraron en la pacificación de la
isla. Así le dan tierras a ambos en lo que hoy es conocido como la Caldera y
lomo de Isoria. Francisco y Fernando Tacoronte, toman posesión de dichas
tierras que cultivan de cereal. Sin embargo estas familias de propietarios
guanches no se sintieron cómodos como para avecindarse mayoritariomente
en los bandos deTacoronte y Tegueste y pronto vendieron las tierras que
habían adquiridoen repartimiento.Cuando la presióncolonizadora se
incrementó o partir de 1505 los guanches propietarios notardaron en vender
sus tierras, principalmente a colonizadores de origenportugués. Fernando de
Tacoronte, en 1507, fue el primero en vender aJuan Martín a cambio de 10.000
mrs, años después -1519- vendería tambiénsu casa en La Laguna a Mateos
Martín[13].
Fig.5.- La Caldera, tierras cedidas a los Tacoronte, en el S.XVI por Alonso
Fernández de Lugo.

Estos Tacoronte, reciben también una buena cantidad de tierras en Abona y


Geneto. Fernando de Tacoronte deja descendencia en Vilaflor, siendo el núcleo
de los Tacoronte emparentados con los Hernández de San Miguel de Abona, ya
en el S.XIX. De esa unión aparecen destacados miembros, Eduardo Tacoronte
Hernández, médico y fundador del Ateneo de La Laguna y Pantaleón Tacoronte
Hernández, clérigo en La Laguna. El segundo lo encontramos con una gran
propiedad en Pedro Álvarez[14]y el primero es el padre de Eduardo Tacoronte
y Bretillard.

Eduardo Tacoronte Hernández[15] descendiente de este guanche


colaboracionista, Fernando Tacoronte (que finalmente se asienta en Vilaflor
con su familia), estudia medicina y ejerce en la ciudad de La Laguna, donde
incluso llegó a ejercer como alcalde. Allí se casa con la nieta del cónsul de
Francia, Nicolás Alexandre Bretillard (1823-1843), María Concepción de
Bretillard González. Uno de su hijos, Eduardo, se emparenta con los Aguilar
Chasseriau. Las relaciones familiares debieron ser fluidas entre familiares de
origen francés y los Tacoronte.

4º.- Los últimos Tacoronte de la Casona.

Esa mezcla franco-guanche de los Tacoronte de Abona y los Bretillard


afincados ya en Canarias por tercera generación, se reitera con el casamiento
de Eduardo Tacoronte Bretillard y la nieta del barón de Chasseriau, Elena
Aguilar y Chasseriau. La boda de celebró en 1912, en la flamante ermita de la
Placeta o el Calvario, esta ermita fue financiada por sus abuelos. Sabemos que
para la ocasión su padre Abel Aguilar, la decoró con pinturas al fresco[16]. De
esta unión nacieron tres hijos, Eduardo, Olga y Francisco.

Elena era célebre en su época por su gran belleza. En las fiestas de la alta
sociedad tinerfeña y en los distintos periódicos, en sus gacetas de sociedad,
era considerada una de las jóvenes más bellas del momento.

De Eduardo además de sus negocios, fue en su juventud, un independentista


convencido. Participó en los movimientos que tras la pérdida de las últimas
colonias españolas, pretendían que Canarias se emancipara de la Metrópolis.

Como miembro del Ateneo de La Laguna, fundado por su padre entre otros,
vivió la represión centralista de Madrid. Nos cuenta Antonio Cubillo[17], que la
conocida como bandera del Ateneo, estuvo escondida en la casona de los
Laureles varios años, tras la entrada de tropas en Santa Cruz para reprender
cualquier intento de independencia.
Fig.6.- Primera bandera independentista. Conocida como del Ateneo.

Sus restos se encuentran en el Cementerio de San Roque y San Rafael de Santa


Cruz de Tenerife.

4.1.- Eduardo Tacoronte Aguilar

El hijo mayor de esta unión, llevaba lo mejor de ambos lados,


Eduardo Tacoronte Aguilar nació en el año 1913 y falleció en Madrid (España)
el 15 de agosto de 2002, a los 89 años de edad.
Fig.7.- En el centro, Eduardo Tacoronte Aguilar, año 1954, con el uniforme de
artillero. En la plaza del Cristo de La Laguna.

Por su posición social debió tener una vida cómoda, los periódicos de la época
lo retratan como un muy buen estudiante[18]. Quizás por influencia de su tío
Enrique Suárez de Deza y Roure, se dedicó a la vida militar, llegando a la
graduación de Teniente-coronel. Participó en la División Azul, donde fue herido
en un brazo. El 21-10-1941, es destinado a la 10ª batería del IV grupo del
Regimiento de Artillería 250. Tras la herida fue atendido en el Hospital de
campaña de Grigorowo, Soltzy, Plescau, Porchow, en las afueras de Leningrado
. En 1942 retorna a España por Irún.

Fue un apasionado de la Historia y miembro de la Real Sociedad Económica de


Amigos del País en La Laguna, a la que regala algunos manuscritos sobre la
Gesta del 18 de Julio. Escribió un libro sobre la Guerra de Marruecos (Historia
militar apuntes: campaña de Marruecos (1859-1927), en su etapa como
profesor de la Academia Militar de Zaragoza.

Sus últimos años los vivió en Madrid, donde falleció y dejó descendencia, es el
causante de que en Madrid podamos encontrar en los listines telefónicos un
apellido tan guanche como el Tacoronte.

Su contribución al pueblo con la cesión de los terrenos de ampliación de la


Placeta y facilidades para la construcción de varias infraestructuras claves en el
municipio como son la ciudad deportiva Los Laureles y el Instituto de
Enseñanza Secundaria de Tegueste.
Por ello en el año 2011 el Ayuntamiento de Tegueste da el nombre de una calle
del municipio a EduardoTacoronte.

4.2.- Olga Tacoronte Aguilar

La segunda de los hermanos, Olga Tacoronte, decidió volcarse hacia la vida


religiosa. Por lo que entró a formar parte de la Comunidad de Religiosas de la
Asunción. Tras formarse en Madrid, era frecuente su presencia en el pueblo
con otras religiosas de la congregación. A principios de los 40 las monjas
pasaban veranos en el barrio de Pedro Álvarez, donde daban clases a los
niños.

En el 1943 ponen la primera piedra de lo que sería el actual convento, en la


conocida como Finca de Guillama. Olga contribuye con parte de su herencia
familiar a la consecución de dicho proyecto y en el establecimiento de una
comunidad que ha dejado huella en el municipio.

Fig.8.- Monjas asuncionistas de merienda. En primer plano con gafas Olga


Tacoronte Aguilar.
Olga fallece en Madrid a mediados de los años 70 dejando para Tegueste un
legado que ha pervivido en el tiempo. En 2017 el Ayuntamiento de Tegueste
reconoció la labor que las Asuncionistas han realizado en el municipio. El
convento siempre fue un lugar de encuentro, religioso, pero sobre todo
cultural y de formación. En sus instalaciones, se impartieron de forma regular
talleres de distintas especialidades, era lugar de reunión de grupos juveniles, la
sede de Radio Ecca y su biblioteca se convirtió en lugar de estudio cuando el
municipio no tenía instalaciones para ello.

4.3.- Alejandro Tacoronte Aguilar

El pequeño de los hermanos, Alejandro Tacoronte Aguilar nació el 16 de


septiembre de 1917 y bautizado en la Iglesia de San Marcos.Tras haber
obtenido el título de Maestro en La Laguna, se trasladó a la Península, a Cádiz,
para estudiar Medicina.

Con 29 años ingresa en la Congregación de los Misioneros Oblatos de María


Inmaculada, en Hernani (Guipúzcoa), siendo ordenado sacerdote ocho años
más tarde.

Su primer destino pastoral sería el África sahariana donde volcó su espíritu de


entrega y servicio con los más pobres y necesitados. Posteriormente fue
trasladado a Roma y luego a Badajoz, donde llegó el 25 de junio de 1963 a la
comunidad parroquial del Gurugú, “su barrio”. Allí desarrolló una gran
actividad evangelizadora y de servicio en el terreno educativo y social. Su
talante evangélico, especialmente amable y sencillo, pervive en el recuerdo
agradecido de las buenas gentes de este barrio pacense.
Fig.9.- Alejandro Tacoronte, durante su etapa como misionero en el Sáhara
español.
Fig.10.- Alejandro Tacoronte en Villa Cisneros, asistiendo a una boda. Año
1960.

Dedicó su herencia familiar a la fundación de una Escuela y un Instituto de


Bachillerato que garantizara la formación de los desfavorecidos en la capital
extremeña. Allí existe una avenida que lleva su nombre. Era conocido como el
“Padre Taco”, muy recordado por infinidad de profesionales extremeños que
gracias a su labor consiguieron formarse y encauzar sus vidas en un lugar poco
propicio para ello.

5.- El destino de la Casona.

La casona de los Laureles recoge una historia apasionante que llevaría un


estudio profundo y complejo. Sus habitantes formaron parte de la alta
sociedad canaria y llevaron una vida fuera de lo común en un municipio como
Tegueste. Sus paredes aún guardan muchos secretos por desvelar.En sus
patios y jardines, aún podemos imaginarnos el esplendor protocolario de las
recepciones consulares. La pomposidad de príncipes, grandes dignatarios,
obispos y políticos. De comidas bañadas con vinos de Tegueste, con el adobo y
las garbanzas, o las galletas, cafés y licores franceses.

Una vida de lujo, que los vecinos de Tegueste, comentaban de forma socarrona
en los mentideros del pueblo, entre sorpresa y envidia de una vida
inalcanzable y que muchos buscaron cruzando el Atlántico, en la aventura de la
emigración.

La casona en la actualidad, es propiedad de un vecino de Tegueste, que la ha


mantenido con sumo esfuerzo y con un gran respeto. Ahí sigue como testigo
de vidas pasadas y producto de la historia de los descendientes de guanches y
franceses.

BIBLIOGRAFÍA.

• Darias Hernández, J. D. 1982: Tegueste, rincón olvidado (Historia, leyenda y


folklore). Santa Cruz de Tenerife, Graficas Yurena, 399 pp.

–: 1990: Tegueste, crónicas de mi pueblo. Santa Cruz de Tenerife, 367 pp.

–: 2004: Tegueste. Un repaso a través de la historia (Auxiliado por la Cartografía).

Santa Cruz de Tenerife, Ayuntamiento de Tegueste, 325 pp.

• Hernández González, M.A; Pérez Torres, P.P: San Miguel de Abona y su


Historia. Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona. 1998. 414 pp.
• Rodríguez Delgado, Octavio: personajes del sur (San Miguel de Abona):
Don Pantaleón Tacoronte y Hernández (1839-1906), bachiller en filosofía
y teología, licenciado en derecho, profesor del Instituto de Canarias,
párroco en Vallehermoso, La Laguna, San Andrés y Sauces y Santa Cruz
de Tenerife, Arcipreste de La Laguna y capellán del Hospital Civil.
[blog.octaviordelgado.es]
• Rodríguez Azevedo. Caciquismo y cuestión agraria en Tenerife (1890-
1936): CAPÍTULO IX LA PROPIEDAD DE LA TIERRA EN LA COMARCA
LAGUNA-TEGUESTE-ROSARIO.

[1] Eduardo, Olga y Francisco Tacoronte Aguilar.

[2] Ver Periódico la Unión Lagunera, en nota de 23 de Septiembre de 1879.

[3] A partir de 1879, en los amillaramientos municipales aparece la baronesa


de Chasserieu, como titular de la finca.

[4] Ver artículo de Cotteau, y su viaje por Tenerife. Ascensión al pico de


Tenerife.Reproducido en “El Valle de la Orotava”. 15 junio de 1889.

[5] Sabemos por noticias orales que en la casona se conservaban hasta dos
cuadros de Theodore Chasseriau, uno de los pintores neoclásicos franceses
más prestigiosos del momento. Gran parte de sus obras se conservan en el
museo del Louvre de París.

[6] La encontramos en el Registro Civil de Tegueste 1920 como emigrada a


Francia.

[7] Los Aguilar se dedicaron durante muchos años al comercio y a fomentar la


emigración a Uruguay.

[8] Su familia tenía una gran propiedad en Pedro Álvarez. De hecho tras su
boda, pasaron su luna de miel en Pedro Álvarez. Periódico El Progreso, 13 de
junio de 1913.

[9] El enlace en la iglesia de Nª Sra de los Remedios de Tegueste. Periódico la


Opinión, el 26 de Septiembre de 1900.

[10] La Gaceta de Tenerife, la Prensa, La Opinión, 27 dic. 1912.

[11]La Leyenda de la Boda real de la hija del Mencey deTacoronte, Tejina, con
el hijo de Aguahuco de la Punta, Tegueste. Recreada por el poeta Antonio de
Viana. Ver Cosas del Barranco 3: La negación del Menceyato de Tegueste.

[12] Cebrián Latasa, José Antonio: «Supervivencia Guanche en el Término


Jurisdiccional de Tacoronte (I)», suplemento Aislados del diario El Mundo1524.

[13]AHPTF: PN. L. 397, f 396 y 655; L. 191, s/f. AHPLP: PN. L.735, f. 142-148. FRC
XXIV: 1043. FRCXVI1I:123
[14] Nos aparece en los amillaramientos de 1910, 1931.

[15] Médico y político. Hermano del sacerdote Pantaleón, nació en san Miguel
de Abona en 1845, hijo de Agustín Tacoronte Trujillo y Josefa Hernández Feo.
Tras aprender las primeras letras en su pueblo natal obtuvo en La Laguna el
título de Bachiller; luego pasó a la Península donde cursó la carrera de
Medicina. Ya en posesión del título de médico cirujano, hacia 1877 estableció
su consulta en La Laguna, que continuaba abierta en 1904. Fue médico de la
Beneficencia en el Hospital de Dolores de dicha ciudad, retribuido con fondos
de la Provincia; en 1889 fue designado miembro de la Junta de Sanidad de La
Laguna, junto con otras destacadas personalidades de la ciudad. Pero en su
vida coexistieron otras actividades, la de propietario, en su mayor parte fruto
de la herencia paterna, y la política, como miembro del Partido Liberal de La
Laguna. En ésta última faceta, fue elegido concejal para el bienio 1897-99, y
nombrado teniente alcalde; como tal llegó a desempeñar la alcaldía de esta
ciudad, con carácter interino, hacia 1898. Falleció en su domicilio de La Laguna
en 1905, a los 59 años de edad.

[16] Las restauraciones realizadas en la ermita en los años 80, eliminaron


dichas pinturas.

[17] La Opinión. Miércoles 8 de diciembre de 2004. Pag. 307-308,( historia de


San Miguel).

[18] Gaceta de Tenerife, 10 mayo de 1932.

11/04/2019

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